Antilha N°32

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Año 11 N°32 Mayo-Agosto 2022 REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA, ARTE Y LITERATURA

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Antilha publica artículos originales e inéditos. El contenido de los artículos y opiniones expresadas en Antilha son responsabilidad exclusiva de sus autores. Antilha, Revista Latinoamericana de Historia, Arte y Literatura es una publicación cuatrimestral editada y publicada por el Centro de Estudios Sociales y Universitarios Americanos S.C. Certificado de reserva de derecho al uso exclusivo del título, Dirección General de Derechos de Autor, Secretaría de Educación Pública, número (en trámite). Certificados de licitud de título y de contenido, Comisión Certificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación, números (en trámite), ISSN (en trámite).

Portada, cenefa y viñeta: Calle del centro histórico de Quito, Ecuador. Foto América Malbrán 2012

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Malbrán Porto Ana VíctorIgaretaOrtega León Diseño editorial América Malbrán Porto

Antilha es una revista dictaminada por pares secretos. El sistema de arbitraje recurre a evaluadores externos al Centro de Estudios Sociales y Universitarios Americanos S.C.

3 AméricaEditores

Mtra. América Malbrán Porto Centro INAH Chihuahua, México.

Dr. Víctor Ortega León Centro INAH Chihuahua, México.

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Antilha LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA Comité Editorial

Mtro. Alfredo Feria Cuevas Centro INAH Baja California Sur, México.

Dr. Daniel Schávelzon CAU UBA, Argentina Dra. Ana Igareta UNLP, Argentina.

Dr. Jorge Angulo Villaseñor DEA INAH, México.

REVISTA

5 CONTENIDO Editorial Evidencias arqueológicas de un episodio de la Revolución Mexicana en Escuinapa, Sinaloa Luis Alfonso Grave Tirado y Jorge Iván Hernández Ruiz El imaginario de la unidad nacional en los impresos católicos en El Salvador. 1944-1945 René Antonio Chanta Martínez Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México. Siglos XVI al XX (Primera parte) Víctor Ortega León Demasiado tarde Ricardo Alberto Díaz Quintana La representación de Guaxtepeque en la Relación Geográfica del siglo XVI América Malbrán Porto Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA P. 7 P. 9 P. 26 P. 44 P. 80 P. 83

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7 EDITORIAL El año pasado celebramos los diez años de la revista y para ninguna publicación se trata de un número menor. Mucho menos es llegar al número 22 del año 11, mientras seguimos tratando de recuperar algo de la tranquilidad personal y académica que perdimos en los últimos dos años y buscamos la forma de rearmarnos. Hace más de una década cuando la idea de Antilha empezó a tomar forma la intención fue generar un necesario espacio para publicar trabajos de temáticas variadas. Necesario no porque faltaran revistas (de hecho son tantas las que se publican sobre casi cualquier tema que resulta imposible mantenerse al día con la lectura) sino porque la mayor parte de ellas responde a una estructura bien definida de temas e intereses. Y notamos entonces que, con cierta frecuencia, algunos de nuestros trabajos y los de colegas con interesantes propuestas no eran publicados porque no terminaban de encajar dentro de esos límites, porque las problemáticas que abordaban no eran estrictamente centrales para la disciplina o porque el formato elegido para la presentación no cumplía con la idea de canon académico establecido. Once años y 22 números después, resulta asombrosa la cantidad y variedad de temas que han pasado por nuestras páginas. Como editores que, regularmente, ejercemos también en el rol de autores, esa diversidad nos enorgullece porque significa haber generado un espacio para cosas diferentes. Por cierto que eso no implica que no cometimos errores o que todo lo publicado pueda ser colocado en un mismo nivel, pero sí que el objetivo inicial quedó ampliamente cumplido. En las últimas ediciones la revista subió la apuesta y sumó textos directamente vin-

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8 culados al campo de la literatura y lo artístico, que se integraron sin conflictos a lo que hasta entonces eran artículos científicos en variados formatos. Y la respuesta de los lectores indicó que estábamos en el buen camino, que combinar en una misma publicación un cuento romántico con, por ejemplo, un análisis de evidencia arqueológica vinculada a un episodio de la Revolución Mexicana, era una opción válida y permitía que cada uno fuera evaluado en función de sus propios méritos.Llegados a este punto el desafío es mantener la convocatoria de la publicación, seguir conectando con nuevos autores interesados en presentar sus trabajos y con viejos amigos que nos deleiten con sus escritos. Seguir colaborando con quienes recién se inician para ayudarlos a mejorar sus presentaciones e incorporar colegas cuyos aportes sumen y potencien al crecimiento de nuestra revista. Los esperamos y, mientras tanto, confiamos en que disfruten el contenido de este número. Los editores

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EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS

1 Arqueólogo por la ENAH, maestro y doctor en Estudios Mesoamericanos por la UNAM. Investigador del INAH Sinaloa en el Museo Arqueológico de Mazatlán.

2 Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Coordinador de Organización en el Instituto Electoral del Estado de Sinaloa. InLuis Alfonso Grave Tirado1 y Jorge Iván Hernández Ruiz2

CESUA Resumen Se interpretan las evidencias arqueológicas exploradas en «La Loma de Toño Toledo», en las cercanías de Escuinapa, Sinaloa, a través de la confrontación con los topónimos y algunos sucesos ocurridos durante la Revolución en la zona. Para ello resulta de especial importancia la narración de uno de estos episodios en dos números del periódico mazatleco El Correo de la Tarde, correspondientes al 7 y 8 de mayo de 1912, en los cuales tienen un papel protagónico un aguafresquero de apodo «El Gacho» y sus dos hijos. Palabras clave: Evidencias arqueológicas, Revolución, Escuinapa, «El Gacho».

9 DE UN EPISODIO DE LA MEXICANA EN ESCUINAPA, SINALOA

Artículo recibido 29/04/22 Artículo aceptado 16/07/2022 Antilha 11 (32) 2022: 9 25 Antilha

Keywords: Archaeological evidence, Mexican Revolution, Escuinapa, «El Gacho».

REVOLUCIÓN

Abstract The archaeological evidence explored in «La Loma de Toño Toledo», near Escuinapa, Sinaloa, is interpreted through the confrontation with place names and some events that occurred during the Revolution in the area. For this, the narration of one of these episodes in two issues of the Mazatlan newspaper El Correo de la Tarde, corresponding to May 7 and 8, 1912, in which they have a leading role, a seller of fresh water, of nickname «El Gacho» and his two children.

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10 Precisamente, con motivo de esto último, es que en el ya lejano 2005 llevamos a cabo trabajos arqueológicos de salvamento en esa zona (Grave, 2006). Dejando de lado en esta ocasión los vestigios pertenecientes a la época prehispánica, uno de los hallazgos más sobresalientes de la breve investigación ocurrió durante el reconocimiento de la loma conocida indistintamente como «La Loma de Toño Toledo», «Los Fortines» o «La Loma del Gacho». Independientemente del nombre que se le asigne, la loma se destaca en el paisaje, pues marca claramente la transición entre la sierra y la marisma (Fig. 1). Además, y troducción oco menos de 10 kilómetros al sur de Escuinapa, Sinaloa la serranía parece despeñarse directamente sobre la marisma, de tal modo que sus salobres aguas lamen las estribaciones de las lomas y cerros, por lo que, entre el terreno pedregoso y el cubierto por el lodo, apenas queda espacio transitable. Por tanto, es ahí donde se han construido, muy cercanas entre sí, la Carretera Federal 15, la vía del ferrocarril y, recientemente, la nueva carretera San Blas Mazatlán. CESUA Antilha 11 (32) 2022: 9 25 Grave Tirado y Hernández Ruiz

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Fig. 1. Ubicación de «La Loma de Toño Toledo». Modificada de GoogleEarth. Digitalización de Gibrán de la Torre.

Fig. 2. Croquis con la ubicación de los parapetos. Dibujo de Elías Nava.

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11 puestos de rodillas, tal y cómo se pone de manifiesto en la mejor conservada. Los tres parapetos están casi alineados en dirección Norte-Sur sobre la parte este de la loma. El Parapeto 1 (Fig. 3), se encuentra hacia el norte y está medio conservado, pues tiene todavía tres hiladas superpuestas, pero el resto de las piedras están diseminadas en los alrededores, particularmente hacia el este, es lo que nos interesa destacar, es famosa localmente porque en ella, nos dijo Don Toño Toledo, su propietario: «hay unos fortines de la Revolución y antes había muchos casquillos de bala tirados, pero la gente se los ha ido llevando». Esta información nos llevó a hacer un reconocimiento exhaustivo de ella, en el que, aunque los hallazgos no fueron tan ricos como lo dicho prometía, sin duda sí nos indican que en ella hubo al menos un enfrentamiento armado. Los parapetos En efecto, luego de recorrer toda la loma, en su parte más alta y cargados ligeramente hacia el noreste, es decir, «viendo» hacia Escuinapa, encontramos tres pequeños parapetos (Fig. 2). Estos fueron elaborados apresuradamente con sólo unas cuantas piedras apenas superpuestas una sobre otra, muchas de las cuales yacen desparramadas a los lados, pero que en su origen debieron tener la altura y dimensiones suficientes para proteger al menos a dos hombres

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El Parapeto 2 es el del medio y es el más destruido, de hecho, pareciera que fue tirado a propósito y las piedras se encuentran diseminadas por doquier; no obstante, es fácil averiguar, por el númeCESUA 2022: 9 25 Grave Tirado y Hernández Ruiz

12 presumiblemente la parte «exterior» del parapeto. Aunque su altura actual es de sólo 45 centímetros debió alcanzar por lo menos el metro, dada la cantidad de piedras acumuladas a su lado.

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Fig. 3. Dibujo del parapeto 1. Dibujo de Elías Nava. Fig. 4. El parapeto 2. Nótense las piedras diseminadas. Foto de A. Grave.

Fig. 5. El parapeto 3, a un lado de un afloramiento rocoso. Foto de A. Grave.

El Camino Real «El Camino Real pasaba por aquí al lado, yo no lo vi en uso, pero los viejos decían». Nos informó enfático Don Toño Toledo. Efectivamente, paralelos a la vía del tren, a veces junto a ella, a veces un ro de piedras asociadas que también alcanzó el metro de altura (Fig. 4). El Parapeto 3 se ubica hacia el sur, frente a un afloramiento rocoso, por lo que, entre este y la barda apenas hay el espacio suficiente para dos hombres, pero de esa forma quedaban protegidos tanto al frente como por detrás (Fig. 5). Se practicaron excavaciones al pie de los tres parapetos, pero sólo en el registrado con el número 1 obtuvimos resultados: se recuperó un cartucho de bala percutido de un rifle (Fig. 6), probablemente un Máuser, el cual tiene inscritas las letras FN y tres estrellas de cinco

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13 puntas o asteriscos: ***, lo que nos indica que probablemente fue fabricado en la Fabrique Nationale de Herstal, en Bélgica, la cual, era y es conocida como FN y así marcan sus productos (fnehesrstal.com). Las estrellas señalan cuando había un cambio en los materiales empleados en su fabricación.

Fig. 6. Casquillo de Mauser. Foto de A. Grave.

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tanto alejado y otras prácticamente bajo los rieles, están los restos de un camino de cerca de 10 metros de ancho (Fig. 7). En algunas zonas sólo se adivinan los límites del mismo; en otras, se observan incluso las piedras que fueron colocadas para hacer más fácil el paso de las carretas y, en ciertos puntos, son visibles hasta la impronta de las ruedas. El camino sigue la dirección norte sur y comunicaría a la ciudad de Escuinapa, Sinaloa, con la de Acaponeta, Nayarit, pasando por los pequeños poblados de La Tarjea, Palmillas y La Concha, por Fig. 7. Restos del camino. Foto de A. Grave.

14 mencionar algunos. Se localiza entre la loma de Toño Toledo y las estribaciones de la sierra; es decir, está en la zona más adecuada para su construcción, dado que ahí está libre de las previsibles inundaciones de la marisma durante la temporada lluviosa y no se requirió mucho trabajo porque es la parte más llana del área. No obstante, esta última virtud es también un defecto puesto que está que ni mandada a hacer para planear una emboscada, y justo hacia ahí «apuntan» los parapetos descritos en el apartado anterior. Hasta aquí lo que respecta a las evidencias arqueológicas. Pasemos ahora a revisar los documentos históricos que nos permitan contextualizar los pocos datos obtenidos en la loma. El camino. Una larga historia La existencia de un camino justo en la zona se remonta hasta la época prehispánica, pues de acuerdo con los relatos de los soldados cronistas que acompañaban a Nuño de Guzmán durante la CESUA Antilha 11 (32) 2022: 9 25 Grave Tirado y Hernández Ruiz

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15 indios se alzaron, y cesó el limpiar de los caminos, aunque habia limpios, mucho parte dellos (López, 1870: 439).

Más interesante, sin embargo, nos resulta en este momento la asociación entre el Camino Real y los parapetos, pues estos fueron construidos de tal manera que desde ahí se dominara con claridad la ruta y, por consiguiente, a cualquiera que circulase por ella, haya sido éste un viajero solitario o todo un contingente de soldados como quiere la leyenda.

Los caminos «iban por los lados de las poblaciones, arrimados a la sierra», agrega el Tercer Relator Anónimo (Anónimo, 1980: 449). Es entonces más que probable que, desde entonces, el Camino Real pasase por aquí.

¿Se trata entonces de las evidencias arqueológicas de una batalla durante la Revolución? Un escéptico podría alegar que son los restos de una guarida de maleantes, tan numerosos como los revolucionarios de cepa, y que desde ahí conquista de estos rumbos, ya desde entonces el camino atravesaba por aquí (Cf. Ortega y Grave, 2019). Dice el soldado cronista Juan de Sámano, que desde el poblado de Aztatlán a Chametla: «…todo el camino por donde fué, hasta llegar a esta Chametla que arriba digo, es poblado á una parte é á otra de muchas estancias…» (Sámano, 1980: La281).mención del «camino» puede parecer un eufemismo para señalar únicamente por donde pasaban pero, en realidad, sí había caminos que comunicaban las cabeceras de las distintas provincias de la región y hasta más allá. Gonzalo López es explícito a este respecto cuando comenta, refiriéndose a la localidad de Chametla:...lesmandaron el alcalde é Verdugo á los señores del, hiciesen limpiar los caminos, para adelante hasta Culnacan; porque ellos daban noticia de todo hasta allí, qués mucha tierra, los cuales lo hacían hasta tanto, que no sé por qué causas los

16 esto, podemos aducir el descubrimiento del casquillo de bala percutido de un rifle, probablemente de un «Mauser». El casquillo se encontraba frente a una de las trincheras, por lo que podemos inferir que la bala fue disparada por encima de ésta, y quien lo hizo estaba colocado detrás de ella, respondiendo a los ataques de algún grupo que viniera desde los rumbos de Escuinapa. ¿Por qué un grupo? Porque el levantamiento apresurado de las trincheras nos indica que tanto los atacantes como los atacados eran varios. Algunos sucesos de la Revolución en Escuinapa Hemos podido rastrear algunos hechos de armas que sucedieron en las cercanías de Escuinapa durante la época revolucionaria. Estos corresponden a la época en que se habían escindido en distintos bandos los revolucionarios sinaloenses, básicamente en aquellos que seguían a Pancho Villa y en los que

Antilha CESUA Antilha 11 (32) 2022: 9 25 Grave Tirado y Hernández Ruiz asolaban a quien se atreviera a ponerse a su alcance al atravesar el Camino Real, primero, y más tarde a través del tren. De hecho, Teodoso Navidad en su libro Toponimia, Geografía e Historia de Sinaloa, nos cuenta que en la estación de tren El Gacho, «el 9 de agosto de 1922, Jesús Durán, alias El Gallo, cabecilla rebelde que había secundado el alzamiento revolucionario encabezado por Juan Carrasco, asaltó el tren del ferrocarril Sud Pacífico de México» (Navidad, 2007: 184). Sin embargo, la presencia de los parapetos nos apunta hacia otra dirección, pues si se tratase de maleantes comunes y corrientes no tendrían que quedarse a esperar el ataque de la autoridad y, luego de cometer el desaguisado, pondrían rápidamente los pies en polvorosa. Asumamos pues, que se trata de los vestigios de una batalla entre tropas revolucionarias y su contraparte, el ejército federal, o bien entre dos bandos revolucionarios opuestos. En apoyo de

17 de Escuinapa y no al sur como el hecho que nos ocupa. Lo que impresiona es que se le haya dado el mando tan rápido a Buelna. ¿Clara muestra de su enorme capacidad o de la leyenda que se mantuvo también entre los estudiosos de la Elhistoria?casoes que, luego de la Convención de Aguascalientes que se celebró del 10 al 31 de octubre de 1914, Buelna se unió al bando de Villa y Carrasco permaneció al lado de Carranza. En enero de 1915, Buelna ya estaba al mando de los villistas en el sur de Sinaloa y Nayarit y, en su afán de tomar el estratégico puerto de Mazatlán, había avanzado hasta Villa Unión, pero fueron obligados a retroceder hasta Escuinapa. El 22 de enero se escenificó la batalla de «Piedra Bola», donde los villistas llevaron la peor parte (Nakayama, 1987). Después de ello fueron obligados a retirarse más hacia el sur, pero se refugiaron en La Muralla, donde permanecieron tres meses aguantando el asalto hasta que fueron derrotados una vez más. El 9 eran fieles a las ideas constitucionalistas de Venustiano Carranza. En el sur de Sinaloa, los villistas eran dirigidos por Rafael Buelna y los carrancistas estaban comandados por Juan Carrasco. Aunque hay un antecedente en que participó también el «Grano de oro», apenas unos días después de haber tomado las armas.

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Dice Héctor R. Olea:En los primeros días de agosto [de 1913], el estudiante Rosalino Rafael Buelna, abandonó sus estudios y se dirigió a Santa Lucía donde se había levantado en armas, Rafael Garay y Vidal Soto, y el día 11, por asalto, tomaron éstos, bajo la dirección de Buelna, la población de San Ignacio, haciendo huir a los federales, que fueron perseguidos hasta las cercanías de Escuinapa (Olea, 1964: 54).

No específica Olea los parajes en que se llevaron a cabo las escaramuzas, aunque suponemos, por la dirección en que venían, que éstas se dieron al norte Antilha 11 (32) 2022: 9 25 Evidencias arqueológicas de un episodio de la Revolución Mexicana

18 Antilha CESUA Antilha 11 (32) 2022: 9 25 Grave Tirado y Hernández Ruiz de abril Carrasco los persiguió hasta Acaponeta y sólo los salvó «el arrojo y la serenidad del general Rafael Buelna y el coronel José A. Miramontes» quienes llevaron a sus hombres a Tepic, nos comenta Héctor Olea (ídem). El «Cerro Bola», como le llama Olea, o «Piedra Bola», como la refiere Antonio Nakayama (1987), es también conocido como la Piedra Nalga y se encuentra al sur de Escuinapa entre las poblaciones de La Campana y Palmillas; mientras que La Muralla, aunque Olea la sitúa en Fig. 8. La ubicación de la Loma de Toño Toledo, la Piedra Nalga y la Muralla. Modificado de Google Earth. Digitalización de A. Grave. el norte de Nayarit, es el nombre del paraje ubicado entre Palmillas y La Concha, donde la serranía se une a las aguas de la marisma y apenas queda espacio para pasar de un lugar a otro; es sin duda un lugar estratégico para defender una posición, así es que es muy probable que ahí se haya llevado a cabo el combate más célebre de la revolución en Escuinapa (Fig. 8). Ambas zonas están relativamente cerca de La Loma de Toño Toledo, que es donde se desarrollaron los eventos que

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3. Para un análisis más exhaustivo de estas noticias véase el artículo de Jorge Iván Hernández Ruiz de 2003 “Vueltas y Revueltas. Un episodio de la Revolución en Escuinapa”.

19 gión, por lo que el apelativo debido a sus características intrínsecas tendría que compartirlo con muchos otros. Sin embargo, el apodo de un jefe revolucionario originario de Escuinapa fue perpetuado en la memoria popular, justo a la hora de dispendiar honores, pues bautizó con él uno de los accidentes topográficos más visibles del escenario de una de sus hazañas más notables. Estamos hablando del coronel Francisco Pérez, originario de Escuinapa y apodado «El Aunque,Gacho». en realidad, hay un episodio anterior a la confrontación entre Carraquistas y Buelnistas, donde el principal protagonista es precisamente «El Gacho». En el periódico mazatleco El Correo de la Tarde, en sus ediciones del 7 y 8 de mayo de 1912 se narran unos hechos de armas ocurridos en Escuinapa. Las notas, de autor anónimo, llevan por dejaron huella en los parapetos descritos aquí, y por ahí hubieron de pasar forzosamente los villistas cuando venían huyendo de Villa Unión pues, como ya vimos, no hay otra forma de pasar por esa zona lejos de la loma, sobre todo si se trata de un contingente como era el caso. Es probable entonces que, o fue aquí la batalla del 22 de enero de 1915 en la Piedra Bola, o, más probablemente, aquí se pudo haber emboscado un grupo destinado a detener los avances de los carrancistas en su acometida sobre las huestes de R. Buelna. Si así fuera, ¿quién fue el encargado de defender la loma? Y ¿quién comandaba a los atacantes? No Buelna. No Carrasco. Los topónimos de la zona nos pueden ayudar a encontrar la respuesta a una de estas preguntas. El arroyo, un pequeño rancho y a veces la propia loma reciben el epíteto de «gacho». Si bien, es cierto, no podemos negar lo evidente, tanto el arroyo como el propio rancho son feos y sin chiste, no lo son más que los de la mayor parte de la reCESUA Antilha 11 (32) 2022: 9 25 Evidencias arqueológicas de un episodio de la Revolución Mexicana

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20 za caso de no recibir refuerzos. Firma: Jesús Cisneros (Anónimo, 1912a: s.p.).

Al día siguiente, en la otra nota del propio periódico se dan algunos detalles del enfrentamiento entre Cisneros y los rebeldes de la Columna Guerrero quienes, al parecer, eran encabezados por Doroteo Moreno, alias «El Panocho». Entre otras cosas, se puntualiza que, además de los tres prisioneros tomados, otros tres de los atacantes resultaron muertos, entre los que «se cree que figura el cabecilla Alfredo Ibarra, miembro de muy buena familia de Chametla» (Anónimo, 1912b: s.p.). También se da cuenta de un hecho chusco: «Fermín Salazar, el secretario del Juzgado de Primera Instancia [de Mazatlán], huyó en precipitada fuga, llegando a Las Cabras en calcetines (pues perdió los zapatos), calzoncillos, camiseta y en sombrero» (Ídem). Por su parte, «La fuerza de Cisneros nada sufrió, recogiendo dos CESUA Antilha 11 (32) 2022: 9 25 Grave Tirado y Hernández Ruiz Los eventos ahí narrados ocurrieron el 3 de mayo de 1912, cuando la población de Escuinapa se vio amenazada por tropas zapatistas tanto desde el rumbo de Chametla como por el camino a Acaponeta. El ataque desde el norte fue repelido rápidamente por la guardia de Escuinapa al mando de Jesús Cisneros, quien lo reporta en un mensaje dirigido a Mariano Rivas, originario de Escuinapa, pero que por ese entonces estaba a cargo de la Prefectura de El Rosario. De manera breve, Jesús Cisneros le Haceinforma:unoscuantos minutos derroté a una avanzada de 40 revolucionarios de la Columna Guerrero, a la que le hice tres prisioneros; avancé cuatro caballos, recogí rifles, machetes y pistolas. Urgentemente remítame parque y refuerzo, pues las fuerzas de Guerrero encuéntranse en Guatamote (4 leguas de esta villa), y siendo el número abrumador, será imposible resistirlos, evacuando pla-

21 El redactor de la nota periodística del 8 de mayo de 1912, se explaya al describir la participación de «El Gacho» y sus hijos: «“El Gacho” tuvo que matar a puñaladas a un rebelde que le disparó un tiro a quemarropa sin herirlo, y le quitó la carabina que portaba, con la que se siguió batiendo» (Ídem). Luego agrega: En lo más duro de la refriega, los hijos de «El Gacho» no lo abandonaron, siendo su única misión arrojar bombas sobre el enemigo. Habiéndose ocultado unos rebeldes en unos matorrales, para no ser vistos por «El Gacho», uno de los hijos de este le gritó: Les voy a echar una bomba a los matorros, padre, para que salgan , y diciéndolo y ejecutándolo. Antes de que la bomba estallara, los que se ocultaban salieron en fuga precipitada, logrando «El Gacho» cazar a uno con un tiro de su carabina (Ídem). caballos y una bandera con caracteres en que se leían vivas a Orozco, a Zapata y a Vázquez Gómez» (Ídem). Sin embargo, se sigue diciendo en la nota referida, al regresar triunfante Cisneros a Escuinapa, pronto se enteró que otra amenaza se cernía por el sur. En el camino de Acaponeta, a ocho kilómetros de distancia, se encontraban más de trescientos rebeldes dirigidos por Pedro Martínez. Apenas le dio tiempo a Cisneros de garabatear las líneas dirigidas a Mariano Rivas antes de preparar de nuevo la defensa de la población. A la guardia de Escuinapa se sumaron algunos civiles. En total eran 28, 10 contaban con caballos, los restantes 18 iban a pie. ¿Qué podían hacer contra trescientos? Sin embargo, lo intentaron. Los de a pie tomaron de inmediato el camino a Acaponeta. El mando se le asignó a un vendedor de aguas frescas apodado «El Gacho», a quien además dos de sus hijos, de apenas 13 y 12 años de edad.

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acompañaban

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22 la derrota que les infringieron «El Gacho» y sus hijos, se excedieron en sus exigencias.Loshijos de Escuinapa, viendo las depredaciones que habían comenzado, se pusieron todos de acuerdo y armados de filosos machetes y coahuayanas, uniéronse a varios pescadores armados de arpones y comenzaron la lucha contra enemigos del orden a pura arma blanca

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Finaliza la descripción de la refriega entre los matorrales señalando: «Acciones como esta se repitieron por aquellos chicuelos que salieron ilesos» (Ídem). Siguiendo siempre al redactor de la nota periodística, fueron 22 los muertos entre la tropa de Pedro Martínez, mientras que entre la gente de «El Gacho» sólo hubo dos heridos: un rozón en la tetilla izquierda de uno y apenas un arañazo en el talón de otro. Pero las municiones se agotaron, por lo que emprendieron la retirada hacia Escuinapa. Ahí Cisneros ordenó que se replegaran aún más, hacia el rancho La Jarretadera, donde esperarían la llegada de los refuerzos pedidos al Prefecto de El RosaEscuinapario. quedó pues sin defensores. En cuestión de minutos los zapatistas tomaron la plaza pública. Mientras los cabecillas se instalaban en la Casa Municipal4, sus hombres se dedicaron a pedir «prestamos» a los vecinos más ricos y a saquear las casas de los demás; pero, al parecer, quizá dolidos por 4 ¿La Casa Municipal? Así, con todas sus letras se lee en la página amarillenta de El Correo de la Tarde, pero, ¿no se supone que harían falta todavía tres años para el decreto que ordena la erección del municipio de Escuinapa? Debe ser efecto de la costumbre. En la constitución sinaloense de 1870 se señala que se establecería una municipalidad por cada 3,000 habitantes, en cuya cabecera se situaría un Ayuntamiento (Olea, 1985). Hacia 1872, en el territorio de Escuinapa había alrededor de 3,300 habitantes, por lo que fue instalado un Ayuntamiento bajo la autoridad del Prefecto de El Rosario (Buelna, 1877). Con toda seguridad, el inmueble que alojó estos poderes fue identificado popularmente como la “Casa Municipal” y aun cuando pocos años después desaparecería la municipalidad y el ayuntamiento para dar lugar exclusivo a la Directoría Política de Escuinapa, por mera costumbre los habitantes le seguirían llamando “Casa Municipal” al edificio donde despachaban las autoridades. ¿Manías cotidianas del lenguaje, referencias coloquiales perennes o anhelo de autonomía?

A la medianoche, al fin, llegaron las tropas de Cisneros y las que venían de El Rosario al mando del general Ojeda y del Prefecto Rivas, con lo que se agudizó la matanza. «No son para describirse las escenas que se desarrollaron en la obscuridad de la noche», escribió, pudoroso, el redactor de El Correo de la Tarde, pero en lo que señaló a continuación se pueden vislumbrar con claridad los hechos, quizá más que si los hubiera descrito con refieren que los escuinapenses son tan listos para CESUA Antilha 11 (32) 2022: 9 25 Evidencias arqueológicas de un episodio de la Revolución Mexicana

23 pelear con arma blanca, que como rayo caían sobre los grupos zapatistas, dejándolos tendidos en tierra en menos de tres minutos. También dicen que varios de los vecinos defensores portaban fisgas de pescar y que desde larga distancia las arrojaban sobre los revolucionarios, que caían heridos mortalmente (Ibid.).

Fueron más de 60 los muertos zapatistas; en cuanto a los defensores, si acaso tuvieron un herido. Los cuerpos de los caídos fueron apilados y rociados con petróleo. La tarde del 4 de mayo les prendieron fuego para evitar la pestilenAsícia. concluyó uno de los episodios más sonados de los acontecidos en Escuinapa durante la Revolución y en el que jugaron un papel protagónico «El Gacho» y sus hijos. Conclusión ¿Dónde fue a encontrar «El Gacho» a las tropas zapatistas para enfrentarse a (para no hacer mucho ruido) y dividiéndose en patrullas sorprendían a los grupos zapatistas, acribillándolos a machetazos, puñaladas y fisgazos, hasta exterminarlos completamente, y así lo fueron haciendo con todos los que se iban encontrando: se embozaban en sus cobertores y sorprendían grupos y grupos de revoltosos, cayendo sobre ellos y aniquilándolos (Anónimo, 1912a: s.p.).

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Antilha CESUA Antilha 11 (32) 2022: 9 25 Grave Tirado y Hernández Ruiz

1980Anónimo«Tercera relación anónima de la jornada que hizo Nuño de Guzmán a la Nueva Galicia», en Colección de documentos para la historia de México Tomo segundo, publicada por J. García Icazbalceta, segunda edición facsimilar, México, Editorial Porrúa, Biblioteca Porrúa 48, pp. 440 460.

Buelna, Eustaquio 1997 Compendio histórico, geográfico y estadístico. Sinaloa 1877. Segunda Edición, Culiacán, Sinaloa, México, Ediciones Centenario Noroeste. Grave Tirado, Luis Alfonso 2006 Informe de los trabajos realizados en el Proyecto Arqueológico de Salvamento Las Lomitas. Carretera San Blas Mazatlán, México, Archivo técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

24 do esto, haya sido como haya sido, véase como se vea, gacho no es. Bibliografía 1912aAnónimo«Como rayo caían sobre los zapatistas un pueblo que sabe defenderse» en El Correo de la Tarde, núm. 8764, Mazatlán, Sinaloa, 7 de mayo de 1912.

ellos entre los matorrales? Es probable que el encuentro haya sucedido en la Loma de Toño Toledo, ya que está a unos 8 kilómetros de Escuinapa, distancia que menciona la nota periodística del 8 de mayo de 1912 que se habían acuartelado los zapatistas. Así entonces, podemos considerar a los tres parapetos que todavía se conservan como la evidencia arqueológica de que ahí se libró una batalla entre dos huestes de revolucionarios, una de ellas comandadas por el coronel Francisco Pérez, alias «El Gacho». Es posible, incluso, que el casquillo de «Mauser» recuperado durante la exploración arqueológica proviniera de aquella carabina que «El Gacho» arrebató a un zapatista. Aunque, dado que se encontró en la parte interior del parapeto y que éste haya estado defendiendo la loma de los que venían de Escuinapa, debió ser disparado por algún integrante de la tropa zapatista sobre «El Gacho» y sus hijos, pero como ya vimos, éstos salieron ilesos del ataque. De cualquier modo, to-

1912b «Los sucesos de Escuinapa», en El Correo de la Tarde, núm. 8765, Mazatlán, Sinaloa, 8 de mayo de 1912.

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Artículo

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1 Doctor en filosofía Iberoamericana de la Universidad Centroamericana José Simeón Canas. Actualmente se desempeña como docente por carga en la Universidad Don Bosco a distancia y en la Universidad Tecnológica de El Salvador. rene.chanta@aol.com René Antonio Chanta Martínez1 recibido 01/04/2022 aceptado 29/04/2022 (32) 2022: 26 43

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Palabras clave: catolicismo, El Salvador, unidad nacional, periódicos católicos.

Abstract In this paper I analyze the ecclesiastic discourse that catholic sectors promoted in Salvadorian urban environments during the years of 1944 and 1945. It will show some positions that were spread in the printed catholic publications on what it should be the unit of the Salvadoran. For the ecclesiastics and the editors of the catholic newspapers there would be an identity betweenbe a Salvadoran and be a Catholic. Simultaneously, a negative valuation was done before Key words: Catholicism, El Salvador, national unit, catholic newspapers.

CESUA Resumen El presente texto es un breve análisis del discurso que promovieron en ambientes urbanos ciertos sectores católicos durante los años de 1944 y 1945. No se pretende realizar un estudio extenso y exhaustivo sobre esta temática, sino que, más bien, esto sería un avance de investigación. Se centrará este escrito en algunas posturas que fueron diseminadas en las publicaciones impresas católicas sobre lo que debería ser la unidad de los salvadoreños. De hecho, para la jerarquía eclesiástica y los redactores de los periódicos católicos habría una especie de identidad entre ser salvadoreño y ser católico puesto que ésta sería la fe heredada por los próceres. A la vez, en dichas publicaciones se realizaba una valoración negativa ante las otras religiones ya que éstas se veían como una amenaza que podían poner fisuras a la unidad nacional. De esta manera, en el discurso católico se fue creando un imaginario en donde se hacían calificaciones positivas sobre lo católico y negativas hacia lo que se consideraba disidente.

26 EL IMAGINARIO DE LA UNIDAD NACIONAL EN LOS IMPRESOS CATÓLICOS EN EL SALVADOR. 1944-1945

27 la prensa escrita. Para ello, se ha hecho imprescindible consultar dos de las publicaciones más fuertes del catolicismo urbano de esta época. Estas eran Criterio y Chaparrastique. Aquí se verá que, según los grupos católicos, la única manera de hacer una fuerte unidad nacional en El Salvador era por medio de la fe católica, ya que esta era la fe fundadora de la Nación, que nos habían heredado los próceres de la independencia. Cualquier otro credo o postura disidente era visto no solo como un peligro para la fe, sino que sería una clara amenaza a la unidad y la estabilidad al país. Lógicamente, lo derivado de esta forma de pensar era que todo proyecto de nación que se promoviera en El Salvador debía de tener en cuenta la fe católica, so pena de fracasar. Así, aunque el Estado salvadoreño era de tendencia laica, ya que no poseía una religión oficial, los sectores católicos pretendieron que su religión fuese fuente de unidad como lo había sido en tiempos pasados coloniales. De hecho, en Introducción Hace poco, se conmemoraba en diversos lugares de América Latina el bicentenario de las independencias. Dicha conmemoración promovió la reflexión y el análisis de múltiples temáticas referidas a las naciones de esta región. Sin duda, un tema relacionado con la independencia es la unidad de una nación, o bien, la forma en cómo las elites e intelectuales concibieron la unidad nacional. Aunque la gesta independentista se realizó en el siglo XIX (1821), lo cierto es que el proceso para la formación del Estado Nación salvadoreño fue prolongado. No obstante, el tema de la unidad nacional continuaría presentándose en el siglo XX, siendo este un objeto de reflexión por parte de ciertos sectores. Uno de estos grupos fue el de los ambientes ligados a la Iglesia Católica. En ese sentido, el presente texto será una aproximación a la forma en que se concibió la unidad nacional en los impresos católicos, especialmente en

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No es extraño, por ejemplo, recordar el caso al que han aludido algunas historias eclesiásticas en relación a que el Imperio Romano en la antigüedad utilizó al cristianismo para darle estabilidad a un imperio que ya había comenzado a entrar en crisis (Patiño, 2015:130 131).

También, en algunas publicaciones (Dussel, 1992:86) se ha hecho alusión al vínculo entre la Corona Española y la Iglesia Católica en tiempos de la conquista y colonización del Nuevo Mundo. los primeros años de vida independiente, a nivel Constitucional en El Salvador se enfatizaba una unidad entre el Estado y la Iglesia Así, los primeros textos constitucionales manifestaban claramente que la religión del Estado salvadoreño era la católica, apostólica y romana. De esa manera, había una alianza entre ambas esferas que se esperaba fomentara orden, unidad y estabilidad a la nación. Ya a finales del siglo XIX e inicios del XX, aunque la religión católica no era la oficial del Estado, producto de la secularización de las constituciones, ciertos sectores católicos siguieron difundiendo estas ideas a tal punto que bien podríamos hablar de un imaginario de la unidad nacional que se promovía desde los escritos y prédicas urbanas de las personas católicas de la época. En tiempos turbulentos o de crisis, es común que en el discurso de diversos sectores se enfaticen temas que logren cohesionar a la sociedad en un territorio determinado, promoviendo aquello que logre apuntar hacia una unidad nacional

28 y huyendo o desprestigiando lo que favorezca la división. Se ha enfatizado a lo largo de la historia que los regímenes y gobiernos políticos se han servido de diferentes teorías, prácticas y posturas para garantizar la unidad o la cohesión de un territorio (González, 1994: 65 66).

De esta forma, se declaró que la religión oficial del imperio era el cristianismo y, con ello, se terminarían las persecuciones hacia los cristianos abriendo la posibilidad de darle un poco de estabilidad y orden al imperio (González, óp. cit.: 157 160).

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29 blicaciones católicas en donde se hace referencia a la relación entre la fe de los próceres y la nación. Finalmente, quisiera expresar que esta investigación tiene como finalidad abrir una vía de investigación para que otros interesados puedan continuarla y enriquecerla. El contexto salvadoreño de 1944-1945 El año de 1944 fue inquietante para la sociedad salvadoreña. Durante este tiempo ocurrieron muchos acontecimientos fuertes tanto a nivel nacional como internacional. A nivel internacional, el mundo miraba con asombro el horror de la Segunda Guerra Mundial en las naciones europeas. En El Salvador, a través de los principales periódicos de circulación nacional, diariamente se podía leer el desarrollo y avance de ese conflicto. En efecto, había en los rotativos noticias y fotografías que retrataban tanto a los del bando aliado como a los países del Eje. También es posible rastrear muchos artículos que hacían referencias o recordaban sucesos de la Primera Más recientemente, se podría mencionar el caso de la España de Franco en donde la Iglesia Católica tuvo un papel primordial en dicho gobierno a tal punto que hoy en día algunos intelectuales conocen dicha unión como «Nacional Catolicismo» (Burrieza, 2019:57). En este caso, la Iglesia Católica fue fuente de cohesión y unidad para el gobierno de Francisco Franco (Ascunte Arrieta, 2014). En definitiva, situaciones similares se pueden rastrear a lo largo de la historia en donde hay un vínculo, unidad o, al menos, acercamientos entre los sectores del gobierno y alguna religión. Desde esa línea, en este trabajo se quiere presentar cómo se comprendía a nivel teórico la unidad de la nación salvadoreña desde algunas publicaciones impresas católicas en los años de 1944 y 1945. Para ello, el presente texto estará dividido en dos partes. En un primer momento se hará referencia al contexto salvadoreño en el periodo de tiempo de 1944 y 1945. Posteriormente se pondrán en evidencia ciertos fragmentos de pu2022: 26

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Antilha CESUA Antilha 11 (32) 2022: 26 43 El imaginario de la unidad nacional en los impresos católicos en El Salvador

30 pesar de la buena voluntad del nuevo gobernante, el fugaz gobierno tuvo que enfrentar dos situaciones muy serias. La primera era conducir a la unidad a un pueblo que había quedado dividido y confundido luego de la renuncia de Maximiliano Hernández Martínez (El Diario de Hoy, 1944:1). Y la otra dificultad, fue solucionar la polémica del vacío constiGuerra Mundial (Rodríguez, 1939: 11). Es conveniente recordar que El Salvador bajo el gobierno de Maximiliano Hernández Martínez, siguiendo la línea de una buena parte de países latinoamericanos, le declaró la guerra a los países del eje en diciembre de 1941 (Castellanos, 2001: 137). A nivel local fue una época donde hubo mucha convulsión política debido a los diversos cambios de gobierno. El primer cambio fuerte para el país en 1944 fue, sin duda, la dimisión del General Maximiliano Hernández Martínez en el mes de mayo, producto de una huelga que tuvo el apoyo de la mayoría de sectores del país (Diario oficial, 1944). El sucesor de Maximiliano Hernández Martínez fue el general Andrés Ignacio Menéndez quién rápidamente anunciaría su voluntad de convocar a elecciones (Pinto, 1944:1). Incluso, Ignacio Menéndez también pensó en reformar la Constitución de la República y pidió que se empezara a redactar un anteproyecto (Ávila, 1944:1) (Fig. 1)

Fig. 1. Primera plana de El Diario de Hoy, jueves 18 de mayo de 1944.

3 Como es sabido en el mundo jurídico, la Constitución es la norma suprema de un país. Así, hacer decretos o leyes contrarias a la Constitución sería inválido y anticonstitucional.

2 En efecto, el General Maximiliano Hernández Martínez había reformado en dos ocasiones la Constitución salvadoreña para prolongarse en el poder (1939 y1944).

31 algunas personas se pronunciaban por llamar a una nueva Asamblea Constituyente para poder hacer una nueva Carta Magna de la República (Castellanos, óp. cit:164). La solución que se encontró a lo anterior fue un acuerdo entre los tres poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial) en donde se reestablecía nuevamente la Constitución de 1886 en el país. Lo anterior se conoció como «El pacto de los Tres poderes» (Ibid.:162). Para darle énfasis a lo anterior, se realizó una Jura de la Constitución por parte de los poderes del Estado en el Estadio Nacional Flor Blanca ante la presencia de un numeroso público (Martínez, Todo1944:1).este proceso se truncaría ya que el gobierno de Andrés Ignacio Menéntucional, ya que no se sabía cuál era la Constitución Política vigente en el país. A criterio de Juan Mario Castellanos, la polémica sobre el orden constitucional fue favorecido con la dispersión política y en ella entraron una amplia gama de actores que van desde políticos hasta periodistas y diversos profesionistas del país (Castellanos, óp. cit.:162-165). En ese debate, algunos afirmarían que la Constitución de la Republica vigente era la de 1939 con sus reformas de 1944, lo cual no era bien visto por muchos ya que todo aquel que se considerara defensor de la Carta Magna de 1939 era acusado de ser aliado de Maximiliano Hernández Martínez2. Otros, por su parte, decían que el mandato de Maximiliano Hernández Martínez había ocurrido bajo la ilegalidad y, por tanto, la Constitución vigente siempre había sido la de 1886 (Cañas, 1944:1)3. Al respecto, en un rotativo se puntualizaba que la última monstruosidad de Martínez habían sido las reformas constitucionales de 1944 (La Prensa Gráfica, 1944:7). Por último,

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32 Como puede observarse, el contexto a nivel nacional e internacional era bastante convulsionado. A nivel sociopolítico también en varios países se estaban realizado cambios que llevarían a transformaciones y reformas que impactarían los años sucesivos. En el caso de Guatemala se dará la revolución de 1944, en la cual se derrocaría al presidente Federico Ponce Vaides y pretendía crear una serie de reformas y cambios estructurales que llevaría a diez años de revolución democrática (Rosada-Granados, 2011:59 60). Entre esos cambios se involucraba el derecho a huelga, modificaciones en los derechos laborales, el voto de la mujer y la creación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. En El Salvador iba a ocurrir algo similar ya que también se dio lo que a criterio de Luis Gerardo Monterrosa llama «la aspiración democrática abortada» (Monterrosa, 2020: 131) ya que ante la caída de Maximiliano Hernández Martínez se pensó en volver a tener elecciones democráticas y se esperaba dez sufriría un golpe de Estado que llevaría al poder al coronel Osmín Aguirre y Salinas (Castellanos, óp. cit.:165). El gobierno de Osmín Aguirre y Salinas fue también bastante problemático y tuvo que enfrentar sublevaciones, e incluso se llegó a instaurar un gobierno salvadoreño paralelo en el exilio en Guatemala, siendo sus figuras representativas Tomás Molina y el doctor Arturo Romero (Rey Prendes: 2009: 45 47). En efecto, también se llevaría a cabo una rebelión con la finalidad de derrocar al gobernante en la zona de Ahuachapán, la cual sería prontamente repelida por el ejército nacional, lo que provocó que muchos insurrectos huyeran hacia Guatemala (Ibid.: 46). Aunque Osmín Aguirre y Salinas salió bien librado de dicha rebelión, pasado un tiempo, finalmente tuvo que convocar a elecciones en la República. En ellas resultó ganador Salvador Castaneda Castro que asumiría el gobierno en marzo de 1945 (Castellanos, óp. cit.:163).

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33 to inició en 1871 y llegó a su culmen en la Carta Magna de 1886. Aquí jugaron un papel muy importante los grupos liberales, algunos de ellos identificados como masones (Valdés, 2010: 299). Pasaron más de cincuenta años para que en 1939 se redactara otra Constitución de la República. Juan Mario Castellanos (Castellanos, óp. cit:148) afirma que el propósito de convocar a una nueva Asamblea Constituyente se debió a que el General Maximiliano Hernández Martínez deseaba prolongarse en el poder por cinco años más. Sin embargo, en dicha Carta Magna no se realizaron cambios en el tema de la laicidad del Estado y, en líneas generales, prácticamente los artículos de tendencia laica de 1886 se terminaron confirmando en 1939 (Gallardo, 1945:280). Con todo eso presente, en el catolicismo de esta época pueden identificarse varios temores que en definitiva desencadenaron en una visión negativa hacia lo disidente. Desde esa perspectiva, los impresos católicos urbanos crearon una un cambio, pero todo eso se truncó con el golpe de Estado de Osmín Aguirre y Salinas en octubre de 1944 (Ibid.: 131 215). El discurso católico de 1944 en El Salvador: una visión altamente negativa de lo disidente La Iglesia Católica salvadoreña había sufrido un duro revés en el siglo XIX, ya que El Salvador se iba a constituir como un Estado de tendencia laica al afirmar en la Constitución la libertad de cultos, la educación laica nacional y manifestar que los actos religiosos no iban a hacer variar el estado civil de las personas (Valdés, 2010:265). A la vez, el texto constitucional dijo que las personas elegidas por el voto popular debían ser del estado seglar (Gallardo: 1961:445). A esto se iba a sumar un conjunto de normativas como la secularización de los cementerios y el matrimonio civil (Cardenal, 2001:163). Todo ello iba a ir menguando el poder y la influencia de la Iglesia Católica en el aparato estatal. EsCESUA Antilha 11 (32) 2022: 26 43 Chanta Martínez

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34 prosperar. De hecho, los continuos cambios presidenciales de estos años junto a los golpes de Estado y el no saber cuál era la Constitución vigente en el país, no eran buenos signos para una estabilidad política. Más adelante, en el mismo editorial se escribía: No nos dejemos engañar. El comunismo tiene abonado el terreno entre nosotros. Un año de odios políticos, medio siglo de enseñanza laica, la destrucción del hogar por el divorcio, el expendio incesante de aguardiente que hoy día ha colmado la medida; los crímenes que quedan impunes han preparado ya el combustible para las rojas llamaradas que amenazan consumir a nuestra patria. Sálvanos, Señor, que perecemos (Ídem). Textos como estos siguieron apareciendo en las diversas ediciones de Chaparrastique mostrando los errores que estaba cometiendo el comunismo a nivel internacional y, con ello, crearon temor y visión negativa hacia los siguientes grupos: los comunistas, los protestantes, la teosofía y la masonería. Podríamos afirmar que dentro de los sectores católicos a estos grupos se les veía no solo como un peligro para la fe, sino que también eran vistos como amenazas reales a la nación salvadoreña. Veamos a continuación una de las críticas hacia el comunismo, aparecida en Chaparrastique. La página editorial de este impreso manifestaba lo siguiente: Pero lo que ya no es un misterio para nosotros, es que el comunismo ande de por medio de estos motines de hambre. La mano de Stalin se está alargando hasta nosotros […] y en El Salvador se ha sabido esconder en el maíz (Valladares, 1945:1).

Como puede observarse, para el editorialista de Chaparrastique el comunismo estaba penetrando en el territorio nacional y la coyuntura política por la que atravesaba el país era una tierra fértil para que naciera, creciera y pudiera CESUA Antilha 11 (32) 2022: 26 43 El imaginario de la unidad nacional en los impresos católicos en El Salvador

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35 De esta forma, para el escrito anterior, el liberalismo era una especie de causa de todos los males que afectaban al país. Estas críticas y visiones negativas hacia el liberalismo se iban a seguir propagando a lo largo de los escritos periodísticos y, sobre todo, se criticaba la Constitución de 1886 por considerarla la más liberal de la historia en El Salvador. En efecto, hay un artículo titulado «Refutando los disparates de la Constitución del 86» (Lemus, 1944:3), en donde se manifiestan este tipo de ideas negativas hacia el liberalismo. Las críticas hacia el protestantismo no se iban a quedar atrás y a lo largo de las ediciones de Chaparrastique y Criterio aparecerían continuos señalamientos hacia lo negativo de esos grupos. Así, en un texto llamado «El protestantismo y sus azotes» (Chaparrastique, 1944:1), se achaca que los protestantes eran un grupo sectario obra de Satanás y perjudicial para la fe. En dicho texto, se afirma que la obra de Lutero se hizo para apoderarse de los bienes de la Iglesia. pánico de lo que pudiera pasar en el país si llegaba a instaurarse un régimen comunista. No obstante, también se hicieron críticas hacia el liberalismo y hacia la masonería. Incluso, se llegó a acusar que la causa de la división en el país había sido el liberalismo. En un editorial de Chaparrastique se hacía alusión a que El Salvador debía hacerle honor a su lema nacional «Dios, Unión, Libertad» (Valladares, 1944:1). Sin embargo, para algunos escritores católicos, el liberalismo había sembrado la cizaña y, con ello, llegó la división a la fe y a la nación. Nos dice el Rafael Valladares en Chaparrastique: Éramos UNO, nos unía la fe […] Pero vino el hombre enemigo y sembró la cizaña […] Nuestra historia, nuestra verdadera historia es bien clara. Fue el liberalismo el que no supo comprender al alma nacional; y contra su propia fe y contra su propia idiosincrasia, desató esas guerras, y esas divisiones interminables (Ídem). CESUA Antilha 11 (32) 2022: 26

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36 El imaginario católico de la unidad nacional: Ser salvadoreño es consustancial a ser católico En 1944, ante la renuncia de Maximiliano Hernández Martínez, varios sectores de la sociedad manifestaron sus deseos y esperanzas de un cambio para el país luego de un largo mandato. Los sectores católicos, ante dicho acontecimiento, vieron la posibilidad de que se podía dar fin al Estado de tendencia laica y hacer constitucionalmente una nación que tendiera a lo confesional. Esto puede comprobarse al hacer la revisión de diversos impresos católicos. Pero también, un dato relevante al respecto es un discurso que pronunció Monseñor Castro y Ramírez en una misa en el Campo Marte un día de junio de 1944. Dicha misa fue convocada por el mismo presidente Andrés Ignacio Menéndez y su gabinete como una acción de gracias ante el nuevo gobierno, luego de la caída de Maximiliano Hernández Martínez y, probablemente, se hizo con el fin de crear un sentimiento de unidad ante la división que reinaba en el país. A la vez, Por otra parte, unos años antes, en Criterio apareció un texto intitulado «La propaganda protestante es antinacional» (Criterio, 1941:1). Ahí se afirma que la fe auténtica es la católica y se dice que los próceres apoyaban a dicha iglesia y prohibían a las sectas protestantes por ser contrarias a los intereses nacionales. De esa manera, la propaganda que continuamente realizaban las Iglesias protestantes en El Salvador era contraria a la nación y por tanto antinaEstoscional.ejemplos nos muestran que el discurso católico era proclive a condenar las posturas disidentes al verlas como un peligro para la fe y una amenaza para la nación. A continuación, veremos que la Iglesia Católica en su discurso se autoconcebía como la fe verdadera y la protectora a la nación al ser esta la que se había instaurado en el territorio nacional desde su fundación por medio de los próceres.

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La celebración de la misa transcurriría tranquilamente sin grandes sobresaltos. No obstante, en la homilía, Monseñor Castro y Ramírez abordaría diferentes puntos de la religiosidad y haría un llamado a la unidad nacional. A criterio de este, para la unidad era necesaria la religión y, concretamente, la religión católica por ser ella, desde los inicios de la República, una entidad fuerte e imprescindible que había ayudado a la configuración nacional. Decía Castro y Ramírez:Pues, repito y recalco, para mantener inalterable esta unión hermosa, vivida en estos días, para conservar inviolable esta libertad reconquistada, es necesaria la religión. Pero no cualquier religión, planta exótica no aclimatada en nuestra fértil rica tierra, sino la reli11 (32) 2022: 26 43 Martínez

Si nos fijamos en la cita anterior, aunque no se menciona directamente a la Iglesia Católica sí puede entenderse fácilmente que se estaba haciendo referencia a ella. Sin duda, al decir la religión de «nuestros próceres» y de la religión que nos «enseñaron desde niños» se aludía a la Iglesia Católica. A su vez, al manifestar que había religiones que eran como «plantas exóticas no aclimatadas en nuestra fértil rica tierra» se refería a las otras religiones y en específico a los credos protestantes. De esta forma, en esa pequeña cita queda evidenciado que la fe original de la nación era la católica, que la llegan incluso a identificar como lo autóctono, lo verdadero, lo que viene desde la raíz fundacional del país, desde los próceres. Los otros credos serían extranjeros y, por tanto, no representarían lo propio del serviría para rendir homenaje a los caídos el 2 de abril cuando se intentó, infructuosamente, darle un golpe de Estado a Martínez. Este tipo de celebraciones con misas fueron replicadas posteriormente en varias partes del país.

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37 gión nuestra, la de nuestros próceres, la que nos enseñaron desde niños entre caricias y besos nuestras madres (Castro y Ramírez, 1944:1).

38 otros y nos prohíbe terminantemente destrozarnos. No nos dañemos (Chávez y González, 1944: 1).

Antilha CESUA Antilha 11 (32) 2022: 26 43 El imaginario de la unidad nacional en los impresos católicos en El Salvador país. A su vez, lo interesante de esto es que, para Monseñor Castro y Ramírez, el sentimiento de unidad y libertad que había experimentado el país para derrocar a Maximiliano Hernández Martínez había que conservarlo y, para ello, el medio imprescindible para fortalecerla era la Iglesia Católica. Unos días más tarde, en la misma línea, sería el mismo arzobispo de San Salvador Luis Chávez y González el que llamaría a una unidad de todo el pueblo. Nuevamente aparecería la identidad entre ser salvadoreño y ser católico. A la vez, se alude a que la religión católica es la única verdadera. Nos decía el arzobispo:Nuestra patria nació católica; sus ínclitos próceres le imprimieron ese sello en su primitiva Constitución. Sus habitantes, en su casi totalidad son católicos, pues han recibido desde su infancia las sublimes enseñanzas de la única y verdadera religión, hijos del mismo Dios y Padre. El Divino Salvador nos urge amarnos los unos a los

Este tipo de ideas seguirían dándose a conocer en las publicaciones impresas católicas. Es significativo un artículo aparecido en Chaparrastique titulado «Circular de Mons. Chávez» (Chávez, 1944: 4), en donde se afirmaba que El Salvador era un país en el cual su alma nacional tenía un fondo católico. Posteriormente, este mismo arzobispo el día de la independencia patria dio un Te Deum en la catedral metropolitana ante la presencia del presidente, ministros y parte del miembro diplomático acreditado en el país. En dicho acto, Monseñor Chávez y González recordaba que la Iglesia Católica siempre había estado al

Como puede verse, para el arzobispo de San Salvador, Monseñor Luis Chávez y González, El Salvador era un país casi en su totalidad católico y, por tanto, el catolicismo debía ser una fuente de unidad en este tiempo de crisis y desunión.

Como podemos ver, las ideas que aparecen en la cita anterior, muestran que los grupos católicos se sentían herederos de la tradición latina y por eso se manifestaba que El Salvador al ser un pueblo latino era católico. Por su parte, lo disidente era el ser protestante ya que esa no era una fe nacional, sino que eran credos foráneos pertenecientes a lado de la nación salvadoreña y que había sido fundamental en su configuración. Manifestaba que de la cuna del catolicismo nacieron los próceres y que la independencia fue un tributo sazonado de la protección grandiosa de la Iglesia. A la vez, pide a los gobernantes que sean hábiles defensores de la soberanía nacional y que no se dejen engañar ni sucumbir por ideas exóticas. Al final afirmaba lo ¡Quesiguiente:eldivino Salvador del Mundo, ínclito patrono de la República: salve la Patria, ampare a las autoridades constituidas y conceda a los salvadoreños, nobles y dingos ideales para conservar la NACION: Libre, Próspera y Católica (Ídem).

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39 a continuación un texto aparecido en Criterio firmado por Rafael Valladares. No exijamos para El Salvador pueblo latino y no sajón, católico y no protestante, todas aquellas libertades y todos aquellos sistemas que si bien en Estados Unidos pueden ser efectivos, entre nosotros dada nuestra idiosincrasia, han sido, por lo menos en parte, causa funesta de muchos males. Nuestro liberalismo fue un liberalismo mal digerido […] la familia se desquició con el matrimonio civil y el divorcio; y la enseñanza laica en un país católico embrutó la inteligencia y la voluntad (Valladares, óp. cit.:1).

Por poner un último ejemplo de lo anterior, hay que decir que en las ediciones de los periódicos católicos se concebía a la Iglesia católica como la más adecuada para el país y nuevamente sale a relucir la idea de que ser salvadoreño es consustancial a ser católico. Revisemos 11 (32) 2022: 26 43

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40 munismo era perjudicial para la fe y para la nación. El Salvador por estas fechas era un Estado no confesional y manifiesta una tendencia hacia la laicidad. Esto era evidente a nivel constitucional ya que la Carta Magna afirmaba la libertad de cultos, la educación laica y la obligatoriedad establecida de que para ser electo popularmente había que ser del estado seglar. No obstante, un año después sí puede decirse que hubo ciertos acercamientos entre el gobierno y la Iglesia Católica, lo cual ha quedado palpable en el año de 1945, cuando gobernaba el coronel Salvador Castaneda Castro, ya que las enmiendas hechas a la Constitución en ese año, se eliminó la educación laica (Constitución El Salvador, 1945: artículo 33). Esto causó extrañeza en una buena parte de la intelectualidad salvadoreña al ver esto como un retroceso (Diario Latino, 1945: 1). No obstante, con ese acercamiento el gobierno podía tener en la Iglesia una alidada para consolidar la unidad nacional en una época difícil y de mucha división pueblos de origen y tradiciones sajonas. Junto a esto, nótese que nuevamente hay críticas hacia las posturas del liberalismo y a la enseñanza laica tema que fue debatido fuertemente a finales del siglo XIX. A modo de conclusión Tal como se ha podido observar en las líneas anteriores, el discurso católico que se propagó en ambientes urbanos en El Salvador durante los años de 1944 y 1945, es un pensamiento anclado en una visión que deseaba una unidad entre el gobierno y la Iglesia tal como se había hecho en el pasado. Desde esa perspectiva se crearon una serie de ideas que apuntarían a considerar que ser salvadoreño era consustancial a ser católico a tal punto que en la mentalidad eclesiástica decir que alguien era de El Salvador era equivalente a señalar que era una persona católica. El profesar credos diferentes a la religión católica o ser seguidor de posturas como la teosofía, el liberalismo, la masonería o el coAntilha 11 (32) 2022: 26 43 El imaginario de la unidad nacional en los impresos católicos en El Salvador

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Since its inception, studies on rock art in Mexico have had a slow but steady development. The first references made during the Novohispanic period, show the importance of this type of cultural expression for the original groups of the time of contact with Europeans and the negative vision that the latter had of them. During the 19th century, the beginning of archaeological and anthropological studies in our country, approached this type of remains with a more academic and scientific approach. We will examine these early stages here. Keywords: Rock art, Mexico, Novohispanic period, 19th century.

GRÁFICA RUPESTRE EN MÉXICO. SIGLOS XVI AL XX Primera parte

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CESUA Abstract

1 Arqueólogo, profesor investigador del Centro INAH Chihuahua Resumen Desde sus inicios, los estudios sobre la gráfica rupestre en México han tenido un desarrollo lento pero constante. Las primeras referencias efectuadas durante el periodo novohispano, dan cuenta de la importancia que tenía este tipo de expresión cultural para los grupos originarios de la época del contacto con los europeos y de la visión negativa que estos últimos tenían de las mismas. Durante el siglo XIX, el inicio de los estudios arqueológicos y antropológicos en nuestro país, se acercan ya con un enfoque más académico y científico a este tipo de vestigios. Examinaremos aquí estas primeras etapas. Palabras clave: Gráfica rupestre, México, Periodo novohispano, Siglo XIX. Víctor Ortega León1 Artículo recibido 14/07/2022 Artículo aceptado 1/08/2022 Antilha 11 (31) 2022:44 79

44 BREVE PANORAMA HISTÓRICO DE LOS ESTUDIOS SOBRE

Menos conocida, en cambio, es la historia paralela y contemporánea de los estudios del fenómeno rupestre en México.

45 y significación de este tipo de vestigios que aún hoy, a más de ciento cuarenta años de distancia, siguen generando asombro, interés y acaloradas discusiones académicas.

Esto se debe, en parte, a que en este país ha prevalecido la visión nacionalista sobre el pasado, dando preferencia a la arquitectura monumental prehispánica de la Cuenca de México y del sureste, de adscripción cultural maya. Otra razón de peso, es que el mayor porcentaje de los sitios rupestres registrados en el territorio nacional se ubican en el norte, fuera de la región mesoamericana, motivo suficiente para que la agenda institucional no los considere prioritarios (Cf. Ortega León, 2020). No obstante, resulta imposible negar la importancia que revisten estos vestigios culturales para el estudio y la comprensión tanto de los grupos humanos como de las etapas históricas de las que son producto, Conocido desde siempre, no es sino hasta hace un siglo y medio que el fenómeno de la gráfica rupestre empezó a ser tomado en cuenta por la comunidad científica como expresión cultural y documento de la antigüedad de los seres humanos, de su pericia como artífices y de su complejidad simbólica y cognitiva tanto sicológica como social. A escala internacional, se reconoce a la región franco cantábrica europea como el punto de origen y desarrollo de los estudios modernos sobre el ámbito rupestre, especialmente desde un enfoque donde priman la gráfica y la estética (Cf. Giedion, 1985; Clothes, 2010). Aunque no es el primero, el descubrimiento de las pinturas de la cueva de Altamira, en 1879, por María Faustina Sanz Rivarola y su padre Marcelino Sanz de Sautuola (Cf. Sanz de Sautuola, 1880), en la Cantabria española, es considerado como el detonador histórico de una sucesión de discusiones y descubrimientos en torno a la naturaleza, autenticidad CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Ortega León

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Iniciando el siglo XVII, fray Juan de Torquemada, en su obra Monarquía Indiana, da cuenta de varios aspectos referentes a Quetzalcóatl, entre ellos, el siguiente: Llegó a otro [cerro], que es un cerro junto del pueblo de Tlalnepantla, dos leguas de esta ciudad de Mexico, donde se sentó en una piedra y puso las manos en ella y las dejó estampadas, que hasta el día de hoy se ven las señales de todo en ella; y tienen por cosa muy averiguada los moradores convecinos de este lugar haberlas hecho Quetzalcohuatl, y yo lo he preguntado, con particular inquisiamén del interés que despiertan en la opinión pública debido a sus notables características visuales, independientemente de que podamos o no acceder al régimen escópico del que derivan (Cf. Jay, 2003).

46 Pedro Castañeda de Nájera, quien en su relación sobre la exploración de Francisco Vázquez de Coronado en busca de las míticas ciudades Cíbola y Quivira (1540 41), menciona que los Pacaxes colindantes con la provincia de Culiacán «adoran en piedras pintadas de entalladura», en clara alusión a la presencia de petrograbados y su uso ceremonial (Montané, 2002:220).

Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México

Por lo anterior, sin afán de ser exhaustivos, expondremos aquí un panorama general de los estudios relacionados con la gráfica rupestre que se han llevado a cabo en el territorio nacional, tratando de reconocer el lugar que estos han ocupado dentro del conjunto de investigaciones históricas, arqueológicas y estéticas que se han desarrollado en nuestro país. Las primeras miradas Es de sobra sabido el hecho de que, desde muy pronto, los exploradores y colonizadores europeos se encontraron con vestigios del pasado indígena, entre los que se cuenta, por supuesto, la gráfica rupestre (Cf. Laylander, 2014; Valencia Cruz, 1992; Martínez González, 2020). Entre los primeros, tenemos a

Al parecer, se trataba de alguna especie de betilo. El mismo autor, refiere otro caso relacionado con la gráfica rupestre. Con respecto a unas cuevas mortuorias cercanas a las localidades de Laguna y Parras, en el actual Estado de Coahuila, dice: Halló más, que las peñas de aquel cerro y cavernas, estaban señaladas con caracteres y modo de letras, formadas con sangre y en partes tan altas, que no podía otro que el demonio haberlos allí formado, y tan fijas y perseverantes, que ni aguas, ni vientos las habían borrado, ni disminuido (Ibid.:263. Tomo III).

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No podemos dejar de mencionar, siguiendo con el mismo autor, lo asentado por éste en relación a la manera en que la Nación Zuaque, en el río Fuerte, hoy al norte del estado de Sinaloa, celebraba un triunfo sobre los españoles: ción, y así me lo han certificado, demás de tenerlo escrito con mucha puntualidad de muy fidedignos autores; y así se llamó entonces aquel lugar, y se llama de presente Temacpalco, que quiere decir en la palma de la mano (Torquemada, 1975:83 84). En el noroeste mexicano, otro de los testimonios tempranos lo encontramos en la obra Historia de los Triunfos de nuestra santa fe entre gentes las más bárbaras y fieras del nuevo orbe, del jesuita Andrés Pérez de Ribas, publicada por primera vez en 1645. En esta, menciona la experiencia ocurrida a un misionero durante el camino hacia la villa de Culiacán, en cierto momento del cual: reparó que un indio que caminaba delante dejando el camino, se entró por una senda del monte: siguiole el Padre y vió que iba a parar a una piedra a modo de pirámide, con ciertas figuras, aunque toscas, esculpidas en ella, y que les estaba hacienCESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Ortega León

47 do algunas demostraciones de reverencia (Pérez de Ribas, 1944: 187).

Se echa de ver que la representación gráfica podía expresar diversos aspectos importantes de la comunidad, no exclusivamente los religiosos, y que los árboles constituían un soporte tan válido como las superficies rocosas, si no tan permanente al menos de una duración suficiente para la memoria colectiva ya que Pérez de Ribas constata la vigencia

48 de las figuras treinta años después de haber sido elaboradas. Lamentablemente, la gráfica arbórea ha sido poco estudiada y no podemos extendernos mucho al respecto. Volviendo a la gráfica rupestre, encontramos numerosas menciones y registros en otras obras posteriores del siglo XVIII, como la de Miguel del Barco (1988), Historia natural y crónica de la Antigua California, escrita hacia 1757, donde se incluyen los interesantes testimonios de los también jesuitas Sigismundo Taraval, Francisco Escalante y José Mariano Rotea2 a este respecto. En ellas, se hacen descripciones más detalladas de pinturas y petrograbados encontrados en el Desierto de Sonora y, muy en particular, de las famosas pinturas de la sierra de San Francisco en la península de Baja California: Y aun fué tal la avilantez y orgullo de los Zuaques victoriosos, que en los troncos de los árboles de aquel paraje, donde cercaron a los españoles, por triunfo gravaron en las cortezas de los árboles los cuerpos, troncos y sin cabeza de los que mataron, de que fui testigo de vista: porque pasado este tiempo y disponiéndolo Dios, por medio de la santa obediencia, entré a doctrinar y bautizar esta nación, cuando ella pidió (como adelante se dirá) la doctrina del Evangelio: y ví muchas veces las dichas figuras, que permanecían en los árboles, todavía esculpidas (Ibid.:155).

Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México

2 Tal vez el primero en realizar una excavación arqueológica en el norte de México. Clavijero describe así la excavación: «Entre otros el padre José Rotea, misionero de Kadakaamang, hombre curioso, exacto y sincero, habiendo sabido que en un lugar de su misión llamado

A few of the eighteenth-century Jesuits went beyond merely recording oral traditions or drawing geographical inferences to consider posible physical evidence relating to the peninsula’s prehistory. They examined two main types of archaeological traces rock art and human skeletal remains. Both were linked in the Jesuits’ minds to the possibility that a race of human giants had lived on the peninsula at some period in the prehistoric past (Laylander, op. cit.:3). CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Ortega León ahora San Joaquín, había un esqueleto gigantesco, mandó cavar, y halló efectivamente todo el espinazo, aunque con las vértebras ya desunidas, una canilla, una costilla, varios dientes, y señaladamente un gran fragmento del cráneo. Pudo haberse hallado todo el esqueleto si un torrente vecino no hubiera corroído el suelo y arrancado de allí algunos huesos. La costilla, aunque no estaba entera, tenia todavía como dos piés de larga. La canilla no pudo medirse, porque se rompió al sacarla. Considerada pues la magnitud del cráneo medido el lugar que ocupaba todo el esqueleto y comparadas sus vértebras con las de un esqueleto común, se cree que el hombre á quien pertenecieron aquellos huesos tenia casi once piés de altura» (Clavijero, 1852:21). Los once pies equivaldrían a poco más de tres metros.

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49

El mismo Francisco Javier Clavijero, hace mención con asombro de vestigios rupestres en la península de Baja California en su obra Storia della California, publicada póstumamente en 1789, encontradas por algunos cofrades suyos: porque los jesuítas, en los últimos años que estuvieron allí, descubrieron en los montes situados entre los 27 y 28° de latitud, varias cuevas grandes cavadas en piedra viva, y en ellas pintadas figuras de hombres y mujeres decentemente vestidas, y de diferentes especies de animales. Estas pinturas, aunque groseras, representan distintamente los objetos, y los colores que para ellas sirvieron, se echa de ver claramente que fueron tomados de las tierras minerales que hay en los alrededores del volcán de las Vírgenes. Lo que mas admiró a los misioneros fué que aquellos colores hubiesen permanecido en la piedra por tantos siglos sin recibir dañó alguno

No queda claro a qué se refería Clavijero con las especies de animales «nativos» y «extranjeros», aunque cabe suponer que fue una distinción hecha por el propio padre Rotea según lo que él mismo había visto en la región. Lamentablemente, no sabemos a qué sitio se aludía exactamente como para poder hilar más fino. Este interés por la gráfica rupestre indígena fue compartido por muchos otros cronistas durante todo el periodo novohispano en diversas regiones del continente, por lo que sería prolijo citarlos a todos. No obstante, podemos reconocer que casi por regla general la mayoría condenaba dichas representaciones por ni del aire ni del agua (Clavijero, 1852:21). El autor acepta la interpretación de sus descubridores de que fueron hechas por una raza de gigantes llegados desde el norte, a los que se atribuyó una superioridad cultural con respecto a los habitantes de la península con los que ellos mismos trataban. Refiere la descripción que hiciera en su momento el padre José Rotea de una de esas cuevas: El mismo misionero reconoció algunas de las cuevas mencionadas, de las cuales describe una. Tenia de largo unos 50 piés, de ancho quince y otro tanto de alto y estaba formada á manera de bóveda apoyada sobre el pavimento. Como por la parte de su entrada estaba toda abierta, recibía bastante luz para, poder observarse las pinturas de su parte interna y mas alta. En ella estaban representados hombres y mujeres con vestidos semejantes á los de los mejicanos, pero absolutamente descalzos.

50 Los hombres tenian los brazos abiertos y algo levantados, y una de las mujeres estaba con el pelo suelto sobre la espalda y un penacho en la cabeza. Habia también varias especies de animales, tanto de los nativos del país como de los extranjeros (Ídem).

Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México

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51 das e inscripciones de todo género» (Ramírez et al, 1862:198). Si bien, la definición es bastante amplia, ello no es óbice para que podamos reconocer aquí, claramente, al fenómeno rupestre. En 1869, el ingeniero Edmond Guillemin -Tarayre, miembro de la Expédition scientifique du Mexique del Segundo Imperio Mexicano, publicó la obra Exploration Minéralogique des Régions Mexicaines Suive de Notes Archeologiques et Ethnographiques, donde da cuenta, además de la información mineralógica, de varios sitios arqueológicos que tuvo oportunidad de visitar durante sus exploraciones. En Sahuaripa, Sonora, refiere la existencia de cuevas mortuorias y otras con pinturas: D’autres cavernes sont revêtues, á l’intérieur, de peintures sur lesquelles les Indies de nos jours ne possédent aucune tradition. Elles se distinguent des peintures modernes en ce qu’elles sont faites en noir, tandis que les derniéres sont tracées avec considerarlas producto de prácticas religiosas contrarias a la doctrina católica, procediendo en muchas ocasiones a destruirlas con el fin de combatir la idolatría. El nacimiento del enfoque académico y científico Ya en el siglo XIX, para la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE), primera sociedad científica del continente, fundada en 1833, la gráfica rupestre no pasó desapercibida pues la incluye en su Proyecto de ley relativo a la conservación de monumentos arqueológicos, de 1862. En el primer artículo de esta propuesta, se definen los «monumentos antiguos» por medio de la enumeración de diversos elementos como la arquitectura, los sepulcros, la estatuaria y la cultura material en general, e incluye: «Los relieves esculpidos en las montañas ó en piedras, que representen figuras humanas, simbólicas, ó arabescos en el estílo indígena, las lápiCESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79

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52 recueilli cependant, il y a quelques années, une tortue en serpentine et un Roseau sculpté en Pierre dure, signe acatl du calendrier mexicain. Ce deux objets on été égarés depuis. On trouve fort peu de poteries, quelques rares metates á broyer le maïs, et des haches (Guillemin Tarayre, 1869:215). Es de tomar en cuenta su reserva para aceptar las dos serpientes extra como parte del grabado original y la indicación de que esta es la única inscripción epigráfica cercana a las ruinas principales (Fig. Poco1).después, el 4 de febrero de 1870, se descubrió el primer ejemplo de arte mobiliar en nuestro país. Se trata del hueso sacro de un camélido con evidentes huellas de trabajo humano, y fue hallado en Tequixquiac (Fig. 2), Estado de México, durante algunas obras para el desagüe de la Ciudad de México. A la pieza, se le atribuye una antigüedad de l’ocre rouge, dont les tribus du nord ont i’habitude de se couvrir le visage (Guillemin Tarayre, 1869:182).

Por otro lado, cuando visita las ruinas de La Quemada, hace referencia a los petrograbados de una roca ubicada en las cercanías, sin mencionar su localización específica, de los cuales incluye la siguiente descripción: La figure ci jointe en reproduit l’aspect; on y voit représentées conq couleuvres, cocohua, gravées en creux et assez habilement tracées au moyen d’une entaille de section demicirculaire.

Doit’on y voir une inscription ou une date? C’est tout ce que l’on rencontré dans les ruins comme indication épigraphique. On a

Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México

On distingue faiblement deux autres serpents, que je n’ai point reproduits, tant ils ressemblent á une surcharge. C’est évidemment une imitation peu réussie et postérieure aux cinq autres.

Fig. 2. sacro de un camélido con evidentes huellas de trabajo humano Tomado de Aveleyra Arroyo de Anda, 1964.

Tomado de Guillemin Tarayre, 1869:215.

53 Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Ortega León

Fig. 1. Roca de las serpientes, cerca de La Quemada.

54 Juzgamos que alcanzaron alguna cultura porque nos han dejado inscripciones en rocas. El jeroglífico primero no pudo ser ideográfico, tuvo que ser meramente figurativo; y en él no podemos encontrar signos convencionales, sino para expresar ideas muy vulgares y necesarias, que no podían representarse materialmente. Tal es el carácter de las inscripciones en rocas. La humanidad, como el hombre, tiene tendencia instintiva á querer perpetuar su memoria; primero quiere dominar en toda la tierra, después quiere conquistar todo el tiempo. Para esto levanta monumentos que en su soberbia cree imperecederos; pero cuando no ha llegado á esa cultura aprovecha los monumentos de la Naturaleza y graba en las montañas sus recuerdos (Ibid..: 1882:67). Además, el autor afirma que los grupos más «civilizados» nunca usaron este tipo de expresión cultural, es decir, la gráfica A inicios del Porfiriato, en el primer tomo de la monumental obra México a través de los siglos (1882), Alfredo Chavero considera a la gráfica rupestre como una fuente histórica, al igual que las inscripciones en los edificios y los sistemas de escritura prehispánica. Menciona, en este tomo inicial, «las grandes rocas naturales grabadas con jeroglíficos ó figuras, desde las peñas de Sinaloa hasta las de Chapultepec» (Chavero, 1882: XVIII), aunque sin precisar exactamente a cuáles se refiere. Considera también, que la presencia de «jeroglíficos» 3 sobre las rocas evidencia el alcance de cierto desarrollo cultural por parte de grupos primitivos: Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México 3 La palabra «jeroglífico» (del griego ἱερογλυφικός hieroglyphikós de ἱερός hierós «sagrado» y γλύφειν glýphein «cincelar, grabar», aplicada por Champollion a los caracteres egipcios, que contribuyó a descifrar, conlleva la carga conceptual de la escritura, razón por la cual se aplicó, por extensión, a otros sistemas escriturales como el maya o el hitita. La popularización del término ha derivado en que este se aplique también a la gráfica rupestre sin ser, en realidad, pertinente o justificable científicamente, al menos hasta el momento.

siguiente:Ennuestro

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55 «monosilábicas» de los otomíes y los chichimecas. En su descargo, señalemos que este tipo de ideas no eran infrecuentes en los círculos académicos de la época, incluso hasta ya entrado el siguiente siglo. El último cuarto del siglo XIX, presenció también un número creciente de exploraciones de carácter antropológico amplio, pero con un componente arqueológico importante, realizadas principalmente por extranjeros. Aunque no es su tema central, en muchos de estos trabajos, se incluyen a veces detallados registros sobre sitios con gráfica rupestre de diversas regiones del territorio mexiElcano.antropólogo alemán Herman Frederik Carel ten Kate, llegó a la región sur de la península bajacaliforniana a inicios de la década de 1880, atraído por algunas referencias sobre pinturas rupestres y otros vestigios arqueológicos descritos por el viajero húngaro Xantus, entre otros; pero sus principales actividades abarcarían trabajos antropológicos de rupestre, dejando en claro que la considera representativa de un estadio evolutivo intermedio entre los pueblos más atrasados y los más adelantados. Llama la atención, que Chavero mencione lo territorio, en que dominó al fin la civilización nahoa, no podían encontrarse inscripciones de ese carácter; y sin embargo, hay como un recuerdo de ellas en diversas esculturas hechas en los cerros, y hacia la parte Norte se encuentran semejantes como la notable de Tequila [Jalisco]. Tenemos además dibujos de piedras colosales grabadas que existen en el Estado de Durango (Ibid..: 68).

Este autor propone que la «civilización nahoa» llegó al continente procedente de la Atlántida y ya plenamente desarrollada, razón por la cual no habría rastros de esa etapa intermedia en nuestro territorio; y si la hubiera, sería atribuible únicamente a las razas «inferiores» y Antilha 11 (31) 2022:44 79

Recordemos que entonces apenas iniciaban en Europa las controversias derivadas de los descubrimientos en Altamira donde se ponía en duda su autenticidad, cosa que en América nunca fue el índole diversa, especialmente antropofísicos (Cf. ten Kate, 1883, 1885 y 1887).

Con respecto a las pinturas, dice: También pude encontrar rocas pintadas de rojo en varios lugares de la sierra. Estas pinturas son bastante toscas y, en mi opinión, inferiores a muchas pictografías de los indios de la América del Norte (ten Kate, 1883:322. Traducción propia).

Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México

56

Fig. 3. Algunas de las pinturas rupestres mencionadas por ten Kate. Tomado de ten Kate, 1883.

Reproduce algunos ejemplos de las que encontró en sitios como Rincón de S. Antonio, El Sauce, Boca San Pedro y Agua Tapada, pero no indica dónde se encuentran tales lugares (Fig.3).

57 estos datos se encuentran, por supuesto, muchos sitios con gráfica rupestre (Fig. 4), siendo el primero de ellos «Cara Pintada», en las cercanías de Granados, en el Estado de Sonora. Otra mención de interés, es la de petrograbados y pinturas en el Valle de las Cuevas (Cave Valley), sobre el río Piedras Verdes, y en las cercanías de San Diego y Casas Grandes, ambos al noroeste del Estado de Chihuahua. Algunas de estas pinturas, estaban asociadas con contextos funerarios en cuevas mortuorias (Cf. Lumholtz, 1904), lo que nos recuerda lo escrito por Pérez de Ribas sobre los tepehuanes (vid supra). En 1891, reporta el grabado de una serpiente de 16 pies de largo en las cercanías de Urique, al suroeste de Chihuahua. Hablando específicamente de los tarahumaras, dice: Á veces, dibujan toscamente con ocre en las cuevas figuras de animales y mujeres, y pueden verse en algunas rocas contornos de pies esculcaso pues las pinturas y grabados rupestres siempre se asociaron con los grupos indígenas. Esa misma década, en el otro extremo del país, Teobert Maler, Henry Mercer y Edward H. Thompson, cada uno por su cuenta, registraban varias cuevas yucatecas con elementos rupestres, pero dichos estudios quedarían sin continuidad durante casi un siglo debido al interés de estos investigadores y sus continuadores en elementos culturales mayas más ostentosos, como la arquitectura, los cenotes y la epigrafía, entre otros (Cf. Casado López, López de la Rosa y Velázquez Morlet, 1990).

Más significativo por su trascendencia, es el caso del noruego Carl Sofus Lumholtz quien, desde finales de 1890, entraría al territorio mexicano recorriendo amplias regiones y consignando información etnográfica, histórica y arqueológica sobre un sinnúmero de lugares a lo largo de toda la sierra Madre Occidental y regiones aledañas. Entre Antilha 11 (31) 2022:44 79 Ortega

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58 Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México Fig. 4. Algunos de los registros rupestres de Lumholtz en Sonora y Chihuahua. Tomado de Lumholtz, 1904.

59 Giedion, óp. cit.; Daniel, 1987). Algunos de estos descubrimientos fueron publicados en la revista L’Anthropologie, espacio donde León Diguet presentó también, en 1895, su artículo Note sur la pictographie de la Basse Californie, tradicionalmente considerado por algunos como el primer artículo científico sobre sitios rupestres en México dedicado exclusivamente al tema. En este artículo, Diguet describe e ilustra varios sitios rupestres, como Cañada del Muerto, Laguna de San Pedro, Cañada de Panami, Los Pescaditos, San Juan y San Mitillita, entre otros, de los cuales dice: A falta de otra clasificación más científica, la pictografía californiana puede dividirse en dos categorías que son: 1. Los simples petroglifos; 2. Las pinturas que consisten bien en simples manchas de tinta plana, bien en trazos lineares, bien en asociación de los dos. La naturaleza de los temas representados consiste en caracteres ideográficos, en personajes, pidos con piedra «para dejar su huella en este mundo cuando mueran» (Lumholtz, 1904:166).

Con ello, alude a la continuidad histórica de la expresión rupestre en contextos Enetnográficos.esteperiodo decimonónico terminal, se manifiesta ya un enfoque más académico y científico sobre este tipo de yacimientos arqueológicos en México y la necesidad de estudiarlos con el fin de aumentar el conocimiento sobre las sociedades que los produjeron. Cabe recordar, que es también en las postrimerías del siglo XIX cuando se descubren y dan a conocer algunos de los grandes yacimientos del arte parietal y mobiliar europeo como Chabot, Brassempouy, La Mouthe, Pair non Pair, Marsoulas, Combarelles y Font-de-Gaume, mismos que contribuyeron a disipar el halo de desconfianza que se había formado a su alrededor tras la controversia suscitada en torno a la autenticidad de los vestigios de Altamira (Cf. Clothes, óp. cit.; Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Ortega León

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60 gunos de gran formato (Fig. 5). El autor termina su artículo proporcionando una lista de 30 lugares donde, en ese entonces, podían encontrarse este tipo de vestigios. Un año antes, en 1894, O. H, Howarth había publicado On the rock inscriptions of Sinaloa (West Coast of Mexico), en Journal of the Royal Anthropological Institute of Great Britain and Ireland. En este trabajo, dio cuenta de los petrograbados del sitio Las Labradas, en Sinaloa, mismo que reporta como «Los Labrados». Propone una clasificación en tres clases: 1.- Tipos iconográficos, en los que la forma humana o animal es la base, con o sin apéndices de carácter simbólico. 2. Figuras sueltas de orden puramente ornamental, a menudo perfectamente simétricas, y también con o sin similares apéndices. 3. Figuras posiblemente simbólicas, pero tan convencionalizadas que sugieren fuertemente la idea de letras o palabras escritas, y en uno o dos casos, de una leyenda en animales, estos dos últimos con frecuencia están asociados a manera de formar escenas de la vida, tales como la caza, batallas, etcétera. Los colores empleados son el rojo, el amarillo, el negro, y el blanco, provenientes de rocas volcánicas finamente porfirizadas y diluidas en un barniz. Los lugares donde estas pinturas han sido realizadas están, con alguna excepción, situados en las cercanías del agua de una fuente, de una charca, de un torrente o al menos de una de las numerosas excavaciones que se encuentran frecuentemente en esta árida región donde el agua se estanca por algún tiempo después de las tormentas diluvianas que constituyen el régimen pluvial de los países desérticos (Diguet, incluyen, como vemos, tanto pinturas como petrograbados, al11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México

Sus1990:132).registros

61 Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Ortega León Fig. 5. Algunos de los registros hechos por Diguet en Sierra de las Cacachillas (izquierda) y Arroyo San Pedro (derecha). Tomado de Diguet, 1895:163 y 168.

62 southern interior very clearly. As to the remark made about the recurrence of the same character or letter in the inscriptions, it will be observed that even in the short continuous inscription given amongst the Labrados series of sketches, there is one distinct instance of such recurrence. The three pronged letter with a zigzag tail is repeated in combination with other letters, but it is, nevertheless, an unmistakable repetition (Howarth, Así1894:232).mismo,menciona otros sitios con manifestaciones rupestres sobre el río Elota, en las localidades de El Cerrito, Aguacaliente, la mina de Nuestra Señora, y Siqueros más al sur. Howarth propone que dichos petrograbados, especialmente «Los Labrados», fueron producto de pobladores que llegaron vía marítima desde Japón hasta las costas mexicanas, y que al ir avanzando tierra adentro a lo largo del río Elota recibieron la influencia de las culturas del Valle de continua (Howarth, 1894:228). En efecto, también les llama «rock-writings», aludiendo a su posible naturaleza escritural, incluso se refiere a los artífices como «the original writers»: The reason for drawing special attention to the distinction between the three classes of inscription at Los Labrados, is that they seem to afford evidence as to the original writers having gradually encountered and adopted the ideas and iconographic forms used by the inhabitants of the interior. This is especially suggested by the variation in the types of inscription one meets with by tracing and following the work of these people up the rivers, as they began to leave the coast and penetrate into the mountains. The figures based upon human or animal forms, as distinguished from the purely ornamental, and also from those partaking clearly of the character of letters, seem to reveal this gradual introduction of the recognisable types from the Mexico valley and Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México

63 pecto. Mallery proporciona algunos datos de interés y menciona también algunos registros hechos por Adolphe Bandelier, pero no publicados: The distinguished explorer, Mr. A. Bandelier, in a conversation mentioned that he had sketched but not published two petroglyphs in Sonora. One, very large and interesting, was at Cara Pintada, 3 miles southwest of Huassavas, and a smaller one was at Las Flechas, 1 mile west of Huassavas. He also sketched one in Chihuahua on the trail from Casas Grandes to the Cerro de Montezuma. From the accounts of persons met in his Mexican travels he gave it as his opinion that a large number of petroglyphs still remained in the region of the Sierra Madre (Mallery, 1894:131). En el capítulo XX, «Special comparisons», incluye reproducciones de algunos sitios (Fig. 6), como los de la sierra de «Santa Inez» al oeste de Santa BárMéxico (Cf. Howarth, 1894). Lamentablemente, el autor no incluye reproducciones en su publicación. No queda claro si estos sitios y los mencionados por Chavero para Sinaloa (vid supra) son los Menciónmismos. especial merece aquí la monumental obra Picture writing of the American Indians: extract from the tenth annual report of the Bureau of Ethnology, del etnólogo estadounidense Garrick Mallery, publicada igualmente en 1894. En este trabajo, producto de varios años de estudio, el autor realiza una tarea compilatoria de las expresiones rupestres en los Estados Unidos y muchas otras partes del mundo desde un enfoque escritural, es decir, considerando este tipo de manifestaciones culturales como un estadio previo a la escritura. Destaca, para nuestro interés, el breve capítulo que dedica a México y a la necesidad de emprender un estudio similar en nuestro territorio del cual, dice, hay muy poca información accesible y confiable al resCESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Ortega León

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64 rencias evidentes entre los «petroglifos» del sur y del noroeste mexicano, específicamente entre los de la cultura mexica y los de los estados de Sonora y Baja California (Cf Ibid.:131 136), lo cual contrasta con otros enfoques contemporáneos que consideraban evidencias similares como producto de la peregrinación nahoa desde Aztlán hacia la Cuenbara, en la Baja California, que, como vimos anteriormente, también fueron reportados por ten Kate: Las reproducciones, empero, presentan sutiles diferencias, aunque Mallery afirma que las tomó del antropólogo aleAmán.despecho de la poca información de que dispone, reconoce que existen difeAntilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México

Fig. 6. Petrograbados en la sierra de «Santa Inez» y El Sauce, Sonora (abajo). Tomado de Mallery, 1894:683.

Fig. 7. Registro de Petrograbados en Cerro de Trincheras. Tomado de McGee, 2000:61 y 63.

65 tios arqueológicos, entre los cuales no faltan las descripciones sobre gráfica rupestre, especialmente la encontrada en el ahora conocido Cerro de Trincheras, de la cual realiza dibujos y registro fotográfico (Fig. 7). No vacila en calificar de «azteca» a algún motivo y propone, incluso, cronología diferencial, aunque meramente relativa, para algunos de los diseños (Cf. McGee, 2000). ca de México (Cf. Bonilla, 1942). Por esos mismos años, entre 1894 y 1895, el también etnólogo estadounidense William John McGee, emprendió dos expediciones a través del sur de Arizona y el noroeste de Sonora para el Bureau of American Ethnology, con el fin de realizar etnografías entre los grupos tohono O'odham (pápagos) y comca'ac (seris). En sus diarios, consigna numerosos siCESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Ortega León

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El resto del trabajo, sin embargo, trata solo de inscripciones edilicias y de estatuaria, principalmente oaxaqueñas; no obstante, resulta notable este pronunciamiento temprano en dicho foro internacional y la sugerencia de que tales expresiones gráficas tuvieran un carácter Tresmnemotécnico.añosantes, 1902, en su obra Compendio de la historia general de México desde los tiempos prehistóricos hasta la época actual, el propio Nicolás León llaPoco después, en 1905, Nicolás León hace también un señalamiento al respecto de la gráfica rupestre durante su participación en la undécima Reunión del Congreso Internacional de Americanistas, celebrada en Nueva York, donde presentó su memoria titulada Datos referentes a una especie nueva de escritura jeroglífica en México. Menciona el autor, que existe una importante disparidad entre los registros prehispánicos y aquellos otros derivados de la conquista española, razón por la cual conocemos muy poco la primera y, dada la abundancia de registro, muy confusamente la segunda. «Mnemónicos» es el término bajo el cual engloba el autor tanto a los códices pictográficos y los relatos manuscritos de los conquistadores como a las inscripciones que se encuentran «en suntuosos edificios ó en grandes é inaccesibles rocas [que] se encuentran diseminadas en todo el territorio mexicano» (León, 1905:401). De estas últimas, añade: «Los petroglifos, esparcidos en número considerable, sobre todo en las regiones

Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México

66 norte y noroeste de México, se han atribuído á los otomíes y tribus análogas» (Ídem), lo que nos remite al trabajo de Chavero del que hablamos arriba. Más adelante, advierte con preocupación lo Nadie,siguiente:queyo sepa, se ha dedicado á la descifración de los petroglifos mexicanos; y sería de desearse que á la vez que se hiciese de ellos una completa colección por medio de la fotografía y del moldeado, se procediera a su estudio (León, 1905:402).

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67 «Chicomóstoc», muestra el dibujo de un petrograbado muy singular (Fig. 8), del cual, dice: «Roca con siete culebras esculpidas en hueco. Único monumento con inscripción (simbólica) que se ha encontrado en las ruinas de La Quemada» (Batres, 1903). Concluye este trabajo asegurando que las ruinas son de filiación tarasca. Como se puede apreciar, Batres, a diferencia de Guillemin-Tarayre (vid supra), incluye las siete serpientes en su reproducción de la roca y no anota ninguna desemejanza entre ellas como lo hizo el ingeniero francés, además de que son evidentes las diferencias entre un registro y otro en cuanto a la forma y posición de los ofidios. Ese mismo año de 1903, Aleš Hrdlička publica The region of the ancient «chichimecs», with notes on the tepecanos and the ruin of La Quemada, Mexico, donde da cuenta, entre muchas otras cosas, de algunos sitios con gráfica rupestre entre el norte de Jalisco y el sur de Zacatecas (Cf. Hrdlicka, 1903). maba también la atención sobre el tema, aunque en esta ocasión consideraba más seriamente la posibilidad de que los autores de los «petroglifos» fueran, en efecto, los otomíes: No sería improbable que ellos hubiesen sido los autores de las inscripciones en rocas casi inaccesibles que se encuentran en el Norte, Centro y Sur de México, pues para juzgarlo así induce su estilo primitivo y su ejecución rudimental (León, 1902:16).

Recordemos que la relativa «inaccesibilidad» de algunas de dichas rocas en el norte mexicano le había servido a Pérez de Ribas para adjudicar los vestigios pictóricos al demonio (vid supra Un).año más tarde, en 1903, Leopoldo Batres, entonces Inspector General y Conservador de Monumentos Arqueológicos, publica Visita a los monumentos arqueológicos de «La Quemada», Zacatecas, donde, además de la descripción del sitio, al que también llama Antilha 11 (31) 2022:44 79 Ortega León

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Fig. 8. Petrograbados de serpientes en La Quemada, Zacatecas. Tomado de Batres, 1903, Lámina N°24.

68 en petroglyphs. These carvings are all executed in a similar manner, and are very different from those generally seen farther north. They consist of broad, deep grooves, principally curves, and of cup shaped hollows in the cour lines. Many of the formas represent a coil or a part of one, others a human like figure with a head dress or striae radiating from the En uno de los sitios arqueológicos descritos, al que llama Totoate (Fig. 9), ubicado al norte de Bolaños, encuentra los siguiente:Thefirst noteworthy find in this ruin consisted of a considerable number of stone slabs and several portions of the bed rock (one of which measured over six yards square), with peculiar, unusually well made and deeply gravCESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México

Fig. 9. Petrograbados en el sitio Totoate. Tomado de Hrdlička, 1903.

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69 ate» (Ibid.:396), y otros en Cerro del Colotlán, a los que considera similares, aunque inferiores, a aquellos de Totoate (Íbid.:399-400). Por otro lado, al tratar de los «tlaxcaltecos» de la región, menciona gráfica rupestre en Ruin Orcon Curiosamente, al tratar del sitio arqueológico La Quemada, enfatiza el hecho de que ni en el sitio ni en sus alrededores pudo encontrar petrograbados, en alusión a los reportes sobre los mismos efectuados previamente por Berghe, Tahead, and there are still other designs. These carvings, although deeply made in hard trachyte, are so greatly weather-worn as in some instances to be barely traceable (Hrdlička, 1903:393). De igual forma, reporta otros petrograbados en el sitio Banco de Las Casas, a los que se refiere únicamente como «several larger stones with petroglyphs, somewhat similar to those of TotoAntilha 11 (31) 2022:44 79 Ortega León

Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México

70 ciones culturales. Un buen ejemplo de ello, lo constituye la publicación de 1908, en el Periódico Oficial de Nuevo León, sobre el Frontón de Piedras Pintas, sitio rupestre ubicado en el municipio de Parás, efectuada por la Junta Arqueófila de Nuevo León (Cf. Encinas Garza, 2018; Junta Arqueófila de Nuevo León, 1908), institución fundada por Amador Fernández en 1906. Sobre el mismo sitio, Protasio Cadena publicaría después, en 1944, un pequeño libro titulado El Frontón de Piedras Pintas (Cf. Cadena, 1944). De igual forma, Arthur Walbridge North publicaba entre 1908 y 1910 un par de obras sobre la península de Baja California en las cuales daba cuenta de varios sitios con pinturas rupestres que despertaron el interés de no pocos lectores (Cf. Walbridge North, 1908 y 1910). La presencia constante y creciente de entusiastas de lo rupestre no formados académicamente en las disciplinas antropológicas constituye, hasta la fecha, una importante fuente de información regional que es necesario rayre y Batres (vid supra): «Tarayre (and also Batres, plate 24) mentions and pictures the face of a rock in the neighborhood with several upright serpent figures, and by other authors a slab with carved hand and foot is spoken» (Ibid.:439, nota 2). Mencionamos arriba las diferencias de registro entre Guillemin Tarayre y Batres con respecto a la roca de las serpientes, a lo que hay que sumar este testimonio de Hrdlička que pondría en duda su permanencia en el lugar o, incluso, su misma existencia. El autor no ofrece interpretaciones ni abunda mucho sobre la gráfica rupestre, lo cual se entiende pues su principal interés eran las características físicas de los habitantes de la región, vivos y muertos. Por lo demás, no deja de lamentar la situación de saqueo y vandalismo imperante en todo el territorio nacional, principalmente llevada a cabo por los buscadores de tesoros. A la sazón, existe también un interés paralelo y permanente por parte de aficionados en torno a este tipo de manifesta-

71 Al menos, mencionan expresamente «rocas labradas», «petroglifos» y «arte» del Paleolítico (Galindo y Villa, 1911:32). En 1912, Carl Lumholtz presentó una nueva publicación intitulada New Trails in Mexico, producto de su estancia en el Desierto de Sonora entre 1909 y 1910. Además de consignar en ella muchos aspectos culturales de los grupos tohono o'odham (pápago) que habitaban la región en ese momento, el autor incluye la mención de algunos sitios con gráfica rupestre en los alrededores de Caborca y en el rancho La Nariz, ésta última en las cercanías de Sonoyta (Fig. 10). Pero a diferencia de su obra anterior, aquí no abunda en detalles. Se limita a señalar la similitud de los diseños en toda la región, aspecto que, décadas más tarde, será identificado por otros investigadores como «estilo Caborca». En el caso de la gráfica rupestre del Cerro de Trincheras, cuyas terrazas y estructuras describe más pormenorizadamente, únicamente menciona lo siguiente: saber aprovechar estableciendo relaciones horizontales y fomentando la colaboración constructiva. En la Carta Arqueológica de los Estados Unidos Mexicanos, de 1910, formada por Leopoldo Batres, el Frontón de Piedras Pintas aparece con la siguiente descripción: «101 Piedras Pintas. Importantes relieves descubiertos en los cantiles de los cerros por la Junta Arqueófila de Nuevo León. se halla cerca del río de Sabinas. civilización tarasca» (Batres, 1910). Es el único sitio con gráfica rupestre que está consignado entre los 110 que incluye la Carta, y llama la atención la ausencia de los sitios de la península bajacaliforniana tan conocidos ya para entonces. Cabe destacar, no obstante, que la gráfica rupestre se encontraba contemplada en los cursos de Arqueología y de Prehistoria del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, al menos en 1911 y 1912, según lo refieren Jesús Galindo y Villa y Nicolás León, titulares de los cursos, respectivamente.

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72 on the earthen ware of the región (Lumholtz, 1912:143).

Por lo demás, esta obra es principalmente etnográfica, aunque no carece de apuntes arqueológicos de interés para algunas zonas. Pictographs on the rocks are frequently seen through the region, often being found among the fortifications, and, with perhaps a few exceptions, they owe their existence to the same prehistoric people; they are of a similar character as the decorations Antilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México Fig. 10. Petrograbados registrados por Lumholtz en La Nariz y en las cercanías de Caborca. Tomado de Lumholtz, 1912:168 169.

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También en 1912, el geólogo francés Jorge Engerrand, a la sazón profesor del Departamento de Prehistoria del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, publica Nuevos petroglifos de la Baja California, producto de un viaje que hizo a la península, entre septiembre y diciembre del mismo año, comisionado por la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes. En esta obra, el autor estudia algunos de los sitios referidos por Walbridge North y se inspira, también, en la obra de Garrick Mallery que mencionamos antes. Aparte del registro de los sitios, principalmente en sitios como San Fernando, San Julio y La Sierrita (Fig. 11), Engerrand llama la atención sobre lo siguiente: Es notable que haya dibujos antiguos en casi todos los puntos ó lugares en donde hay agua. Es que el agua es de una importancia primordial en la Baja California que, después de haber tenido valles enormes en los que debían correr ríos muy anchos, se ha transformado 2022:44

73 poco á poco en un desierto extremadamente seco y árido, salvo en algunos puntos privilegiados. Por esta razón, sin negar que los petroglifos conmemoren hechos interesantes relativos á antiguas migraciones, creo poder emitir la opinión de que algunos de ellos son planos ó contienen indicaciones relativas á los puntos en los que se puede encontrar agua (Engerrand, 1912a:198).

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Como vimos, esta asociación entre los sitios rupestres y la presencia de fuentes de agua ya había sido señalada previamente por León Diguet (vid supra). Por otro lado, el autor descarta cualquier relación con otros signos similares de origen caldeo o fenicio, como alguien había propuesto. Producto de esta misma visita son también sus publicaciones Nota complementaria acerca de los Petroglifos de la Baja California, e Informe sobre una Excursión a la Baja California, de 1912 y 1913, respectivamente (Cf Engerrand, 1912a y b y 1913).

Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:44 79 Breve panorama histórico de los estudios sobre gráfica rupestre en México Fig. 11. Algunos de los petrograbados y pinturas registrados por Engerrand en la península de Baja California. Tomado de Engerrand, 1912:200 201.

74 «Petroglifos de Pueblo Viejo» (Fig. 12), pero no indica más detalles al respecto ni si estos se encontraban en la cueva o en las cercanías del edificio. El resto del informe trata de las características de la pirámide y de los restos humanos de la cueva. La segunda década del siglo XX, será testigo del fin del Porfiriato y de una convulsa guerra interna en nuestro país, misma que dificultará tanto el desarrollo de nuevos proyectos de investigación También en 1912, entre los meses de mayo y junio, Paul Henning, realizó una inspección a un sitio llamado «Pueblo Viejo», en el distrito de Tuxtepec, Oaxaca. Aquí localizó los restos de un basamento piramidal y una cueva con enterramientos humanos, al parecer contemporáneos, de los que dio cuenta en el Informe del Colector de documentos etnológicos, etc., sobre su excursión á Tuxtepec, Oaxaca (Henning, 1912). Incluye la reproducción de unos

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75 otomíes, los chichimecas o con alguna cultura de índole «primitiva»; no obstante, varios de los autores que revisamos en este artículo se inclinan por considerar dichos registros como formas de protoescritura, no ocultando su admiración por algunos diseños de acabado notable. Como veremos en la segunda parte de este trabajo, algunas de estas ideas continuarán teniendo partidarios, pero nuevos enfoques y descubrimientos amcomo el de los ya existentes, como los de la Escuela Internacional de Arqueología y Etnología Americanas, por ejemplo, con la que colaboraba el mismo Engerrand, entre otros. Podemos ver que buena parte de los registros rupestres de la época tratada en esta primera parte se encuentran en el norte mexicano, y son relacionados, casi invariablemente, con las culturas de la Cuenca de México, con los tarascos, los Antilha 11 (31) 2022:44 79 Ortega León Fig. 11. Petroglifos de Pueblo Viejo. Tomado de Henning, 1912:232 233.

1944Cadena,Sinaloa.Protasio

El Frontón de Piedras Pintas. Publicación número 4 de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística. Marzo.

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¿SeNo.

Dígame ¿En qué le puedo ayudar? el médico tomaba asiento tras su escritorio. Me duele el pecho dijo un señor de edad avanzada. exactamente? Justo aquí señalaba su corazón. algo pesado? estresado? dio un golpe? No. —¿Es hipertenso? ¿HaNo. sufrido de infartos? —No.Desabróchese

—No.¿Está

80

la camisa, lo voy a revisar— el médico se levantó rascándose la caElbeza.señor obedeció tomándose su tiempo; uno a uno fue separando los botones de los Ricardo Alberto Díaz Quintana1 Artículo recibido 24/07/2022 Artículo aceptado 1/08/2022 Antilha 11 (31) 2022:80 82

Antilha CESUA

¿Cargó

—¿Dónde

DEMASIADO TARDE

1 A pesar de ser Ingeniero industrial, fui llamado por las letras desde temprana edad. Publiqué mi primer cuento (Un camino que recorrer) con la editorial Porrúa, salió en agosto del 2017 y cuento con algunas otras en revistas digitales. Actualmente soy escritor de tiempo completo y creo, firmemente, que el mejor mundo, es el que creamos con cada historia que leemos y escribimos. UNITEC, ricardo_diaz_pan188@live.com.mx

—¿Es su nieta, su hija, su esposa…? No, es una chica. ¿Cómo dijo que se llama?

—Sea sincero. Sí, a decir verdad, sí me gusta. Seguramente no se lo ha dicho. ¿Cómo cree? Un viejo rabo verde como yo, con ese tipo de declaraciones… ¿Qué pensará de mí? Ya sé lo que usted tiene.

—¿Se puede curar? Sí, sólo hay dos maneras de saberlo ¿Cómo? ojales. El doctor colocó su estetoscopio en los oídos al acercarse al anciano, el otro extremo lo puso donde había puesto la mano el paciente. —Respire hondo— centró la mirada en la pared para concentrarse. El pecho se inflamó y poco a poco fue regresando a la normalidad. —¿Cómo es el dolor? Como si tuviera algo clavado. Preocupado, el doctor pasó sus dedos por la zona. —¿Duele si hago esto? LoNo.presionaré un poco y me dice si duele sujetó su espalda y presionó el pecho.No;el dolor es el mismo. Resignado, regresó a su asiento pensativo. Ya se puede abrochar su camisa. Cuénteme ¿Cuál es su rutina diaria? Me levanto, desayuno, salgo al parque, regreso, como, tomo una siesta, ceno, leo y duermo con destreza, unía la tela con los botones.

—No lo sé; sólo sé que le llevo varios años.¿Le gusta? Pues no lo sé se sonrojó.

Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:80 82 Díaz Quintana

—Ricardo.Nousted, ella. ¡Ah!, perdón: María volvió a suspirar.¿Es muy joven?

81 —Algo extra, es decir, algo fuera de lo normal.Pues cuando voy al parque, platico con María soltó un suspiró.

82 señales del anciano. Señorita llamó a una enfermera. ¿Sabe algo de don Ricardo? Es el viejito que vino con usted el lunes ¿cierto? Sí, precisamente él. Murió el mismo día que salió de su Enmudecido,consulta. y tal vez sin aliento, el doctor regresó cabizbajo a su escritorio.

—Mañana, cuando vaya al parque, le dirá a esa mujer que le gusta. No puedo, definitivamente no puedo. Entonces ese dolor le va a durar toda la vida. ¿Por qué? Lo que usted tiene, es el corazón roto. Pero agachó la mirada. ¿Y si meEsarechaza?eslasegunda manera para averiguarlo.Está bien. Mañana, cuando vaya al parque, le diré que estoy enamorado de ella.Después de que lo haga, viene a verme para que me cuente cómo le fue.

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—Muy bien, así lo haré. Se despidieron con un fuerte abrazo; el anciano salió con una sonrisa en el rostro que contagió al médico.

Al día siguiente, el señor de edad avanzada no apareció en el consultorio; el doctor pensó que todo había resultado bien y estaba en una especie de cita, tal vez mañana iría a contarle todo lo sucedido. Sin embargo, pasaron dos días sin CESUA 11 (31) 2022:80 82 Demasiado tarde

Palabras clave: Colonia, tlacuilos, geografía, Nueva España

83 LA REPRESENTACIÓN DE GUAXTEPEQUE EN LA RELACIÓN GEOGRÁFICA DEL SIGLO XVI

1 Arqueóloga investigadora del Centro INAH Chihuahua Abstract As part of the Nettie Lee Benson Latin American Collection, from the University of Texas at Austin, there is a map of the Marquesado del Valle, dated September 24, 1580. This painting, which combines Mesoamerican and European stylistic elements, corresponds to the current Oaxaca region. The article provides a brief overview of the collection and presents an iconographic breakdown of the map. Keywords: Colonial Mexico, tlacuilos, geography, New Spain América Malbrán Porto1

Artículo recibido 29/07/2022 Antilha 11 (31) 2022:83 110

Resumen Como parte de la Colección Latinoamericana Nettie Lee Benson, de la Universidad de Texas en Austin, se encuentra un mapa del Marquesado del Valle, fechado el 24 de septiembre de 1580. Esta pintura, que combina elementos estilísticos mesoamericanos y europeos, corresponde a la actual región de Oaxtepec. Este artículo proporciona un breve panorama sobre la colección y presenta un desglose iconográfico del mapa.

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84 departamento de historia (Castañeda, 1940: 116). El Dr. Hackett, al enterarse de que la biblioteca del gran historiador y bibliófilo mexicano, Genaro García, estaba a la venta, visitó a su viuda y se puso en contacto con la Universidad de Texas para adquirir dicho acervo. Antes de que transcurriera un mes, desde este primer encuentro, el Sr. E. W. Winkler, bibliotecario de la Universidad, ya estaba en la Ciudad de México, haciendo el inventario y la tasación de la colección. Tras lo cual se acordó el precio y la familia de Genaro García se comprometió a entregar la biblioteca en Texas; a finales de junio de 1921, la Colección Genaro García estaba ya en la Universidad (Ibid.: 117). La adquisición de la Biblioteca Genaro García se convirtió en el núcleo de la Colección Latinoamericana, que incluye, como ya se dijo, no sólo a México sino a todos los países de Hispanoamérica e inclusive Filipinas (ídem). En su estudio sobre esta colección Carlos Castañeda menciona que en 1931 La Colección Latinoamericana Nettie Lee Benson La Colección Latinoamericana Nettie Lee Benson forma parte del sistema de Bibliotecas de la Universidad de Texas. Este es, sin duda, uno de los acervos más importantes en cuanto a documentos mexicanos y latinoamericanos a los que puede acceder un estudioso de estas culturas. El fondo documental está compuesto por más de 970.000 libros, 19.000 mapas, 93.500 fotografías, 4.000 pies lineales de manuscritos, 11.500 folletos y 50.000 artículos en otros formatos multimedia, entre otros (University of Texas Libraries, 2020), abarcando América Central, América del Sur, el Caribe y la cultura hispana en Estados Unidos. El acervo nació en diciembre de 1920 (Cf Castañeda, 1940), cuando Texas envió una delegación especial a la toma de posesión del presidente Álvaro Obregón. Entre las personalidades que viajaron a México se encontraban Luther Stark y J. A. Kemp, miembros de la Junta de Regentes, y el Dr. Charles W. Hackett, del Antilha 11 (31) 2022:83 110

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Por azares del destino la biblioteca de Icazbalceta, a la muerte de este, se repartió entre bibliófilos amigos y terminó reuniéndose una gran cantidad de volúmenes en Los Ángeles, California, hasta que se decidió su venta. Igual que con la biblioteca de Genaro García, la Universidad de Texas supo de la venta y fue así que se obtuvo un listado de los volúmenes, mismo que «incluía casi todos los manuscritos enlistados por el propio García Icazbalceta en su catálogo privado, impreso por Federico Gomes de Orosco en 1927» (Ibid.: 119). Nuevamente se envió una comitiva para hacer un examen de los libros y documentos, conformado por el Dr. K. H. Aynes Worth, el Dr. Charles W. Hackett, y el Dr. Carlos Castañeda, quien relata: un tal Michael M. Russel …envió un baúl lleno de papeles a la Universidad de Texas con sus saludos. Expresó que en su opinión ellos deberían estar en la Biblioteca García. Grande fue la sorpresa al abrir las cajas cubiertas con sellos extranjeros y encontrar que contenían cerca de ocho mil páginas de documentos y notas, algunos originales, otros o copias manuscritas, relativas a la Guerra de México, realizadas por el distinguido historiador Justin H. Smith. Aquí estaban las fuentes recopiladas diligentemente en los archivos de España, Francia, Inglaterra, Estados Unidos y México durante toda una vida (Ibid.: 118). Como es de imaginar, los documentos de Justin H. Smith tienen un particular interés para Texas debido a su estrecha relación con la Guerra Mexicana. La Colección Latinoamericana también alberga la que fue la biblioteca del reconocido bibliófilo mexicano Joaquín GarCESUA Antilha 11 (31) 2022:80 82 La representación de Guaxtepeque en la Relación Geográfica del siglo XVI

85 cía Icazbalceta, quien a lo largo de su vida «acumuló la mejor y más extensa colección de estampas mexicanas y documentos originales del siglo XVI. Algunas de estas últimas las publicó en sus diversas series de Documentos para la Historia de México» (Ídem).

mecanografiados

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86 De manera similar llegaron otras bibliotecas a la Colección Latinoamericana: en 1938 la colección W. B. Stephens con 1.300 artículos impresos y 20.000 páginas de manuscritos sobre México y el suroeste de España; en 1939, la biblioteca Manuel Gondra, ex presidente de Paraguay, conformada por 9.000 impresos, 20.000 páginas manuscritas y 270 mapas sobre el Paraguay en particular y sus vecinos en general; también en 1939, la biblioteca Diego Muñoz de 1.010 títulos sobre la cultura de los países de la costa pacífica de América del Sur, incluyendo un archivo casi completo de la obra del gran bibliógrafo chileno José Toribio Medina; en 1941, la biblioteca Alejandro Prieto de archivos completos y parciales de treinta y un periódicos mexicanos antiguos, más de 3,000 páginas de manuscritos y una gran cantidad de libros sobre Tamaulipas; en 1943, los papeles de la familia Sánchez Navarro con unas 75,000 páginas que contenían mucha información socioeconómica de los Estados del norte de MéNada se puede comparar con la emoción experimentada al contemplar en el espacio de tres horas la Dotrina de Zumarraga de 1544, la Doctrina de Gante de 1553, el Recognitio Sumularum de Alonso de la Veracruz del mismo año, su Physica Speculatio de 1557, las Provisiones, cédulas e insrucciones de 1563, los Dialogii de Cervantes de Salazar de 1554, las Constituciones del arzobispo de México de 1560, y más de dos veintenas de tesoros bibliográficos similares […] al día siguiente vimos una carta original de Cortés, un memorial escrito por Bartolomé de las Casas de su puño y letra, el manuscrito original de la Historia eclesiástica indiana de Mendieta, una parte de la Residencia del Virrey Antonio de Mendoza, una carta de Gerónimo López, y cientos de otros invaluables manuscritos originales del siglo XVI (Ídem). 2022:83 110

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87 de 1830 a 1960) de la compañía minera St. John d'el Rey. La firma operaba minas de oro y mineral de hierro en Brasil; Los fondos de la biblioteca incluyen una colección completa de los informes anuales de la empresa desde 1830, registros demográficos, fotografías, informes geológicos y mineros, correspondencia, títulos de propiedad y registros de empleados (Ídem). A las bibliotecas anteriores se suman otros documentos como los de George I. Sánchez, Julián Samora, Carlos Castañeda, los diarios de Catarino E. Garza, las grabaciones de Carlos Villalongín, los documentos de José Ángel Gutiérrez y las grabaciones de la Asociación Nacional de Estudios Chicanos. Así mismo la colección Benson también alberga los registros de la League of United Latin American Citizens (Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos), la asociación política latina más antigua y de mayor actividad en Estados Unidos y la primera organización nacional de derechos civiles de los mexicano americanos (Ídem). xico; y también en 1943, los manuscritos de Hernández y Dávalos de unas 110,000 páginas que cubren el período de la historia mexicana desde 1760 hasta 1824 y más allá. En 1961 se sumó a este fondo la biblioteca gaucha de Pedro Martínez Reales de 1.500 libros, folletos y artículos sobre la literatura gauchesca argentina y más de 300 ediciones del poema épico del siglo XIX, Martín Fierro, de José Hernández; en 1963, se adquirió la biblioteca de Arturo Taracena Flores con 10,000 libros y folletos, así como numerosas publicaciones periódicas, recortes de periódicos y mapas sobre los siglos XIX y XX de Guatemala y otros países centroamericanos. Al año siguiente, se recibió la biblioteca Simón Lucuix de 26.000 volúmenes sobre Uruguay y la zona del Río de la Plata (Texas State Historical Association, La1995).colección siguió acrecentándose y en 1975, se agregaron más de un millón de páginas manuscritas cuando se recibieron los registros comerciales (que datan

88 Las Relaciones Geográficas La pintura que abordamos se incluyó en las llamadas Relaciones Geográficas de Indias2 y, probablemente, se encontraba agrupado en la que se ha denominado «Relación de las cuatro villas» (Cf. Acuña,1985: 179 223).

Actualmente la colección lleva el nombre de la Dra. Nettie Lee Benson, para honrar la memoria de la que fuera su directora desde el año 1942 hasta 1975 en que se retiró, y está clasificada en tres grandes rubros:

Estas Relaciones surgieron por iniciativa de Felipe II, quien deseaba tener un «conocimiento profundo de sus dominios, con el fin de administrarlos de la mejor manera y de sacar el mayor provecho posible de ellos» (De la Garza, 1983: XI); es así que se conformaron a partir de los cuestionarios realizados por Juan de Ovando y Godoy, visitador general del Consejo de Indias (Manso Porto, 2012:24).

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1. Materiales actualizados sobre América Latina.

2. Programa Bibliográfico Mexicoamericano (Mexican American Library Program, MALP).

3. Sección de Libros Raros y Manuscritos. Este último se compone de dos grupos generales: los fondos latinoamericanos y los fondos mexicoamericanos. Es probable que el mapa que nos ocupa provenga del fondo García Icazbalceta. Se trata de un mapa del Marquesado del valle, fechado en septiembre 24 de 1580, que formó parte de las Relaciones Geográficas.

2 Para mayor información sobre el origen de estas Relaciones se encuentran los trabajos de Marcos Jiménez de la Espada (1881) y De la Garza (Coord.) (1983), a los que remitimos al lector.

89 manda se envie la descripción de todos los lugares de indios que hay en el distrito; 16, de los indios que hay tributarios y los que no tributan y por qué razón; 17, que se dé relación de todos los repartimientos de indios del distrito, y en qué personas están encomendados, etc.; 20, del señorío que tienen los señores indios sobre sus indios y haciendas, y el tributo que pagan; 21, de todo lo realengo hayque en la provincia, é puertos de mar, é pesquerías, etc.; 22, de la descripción de los puertos de mar y ríos que caen en la provincia, y de dónde se navega para ellos, etc.; 24, de las minas y mineros de oro, plata y piedras y otros metales que haya en el territorio, y de cómo se labran y pueden labrar, etc.; 28, de la descripción de todos los caminos frecuentados y que se pueden frecuentar, etc.; 29, de todas las fuerzas, y fortalezas y artillería, etc., que hay en el reino; 30, En 1569, Ovando redacta una primera Memoria o interrogatorio que se envió a los oficiales reales en las Indias, esto con la intención, como ya se dijo, de tener un mayor conocimiento de los territorios que abarcaba la Corona española. Dicho cuestionario «constaba de 37 preguntas sobre descubrimientos, navegación, descripción de provincias, localización de pueblos, etc.» (Ídem). En relación a este primer cuestionario Jiménez de la Espada nos refiere que: constaba de 37 capítulos, entre los cuales: el 6, sobre entradas y descubrimientos; 7, sobre navegación; 12, de la descripción de la tierra de toda la provincia que cae en el distrito, y en qué provincias y regiones se divide, y de su longitud y latitud, etc.; 13, de la relación de todos los pueblos de españoles que caen en la provincia, y quién los pobló, etc.; 14, de las provincias de indios que caen en el distrito, y caciques y señores principales que en ellas hay; 15, en que se

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Los intentos por registrar los dominios del Imperio continuaron, y es así como el Rey firma, el 3 de julio de 1573, el nuevo cuestionario de las Ordenanzas para la formación del Libro de las Descripciones de Indias, mismo que constaba de 135 preguntas que se basaban en el cuestionario de Ovando (Manso Porto, óp. cit.:24). Tras la muerte de Ovando, en 1575, su trabajo fue continuado por Juan López

Al parecer, el cuestionario no tuvo el efecto deseado y en 1571 Ovando redactó otro más completo conformado por 200 preguntas, mismo que estaba dirigido a las autoridades civiles y eclesiásticas de las Indias. Sus respuestas sirvieron para formar las Relaciones en el Consejo de Indias; sin embargo, no fue contestado de forma masiva (Manso Porto, óp. cit.:24; Delgado López, 2010:99; De la Garza,1983).

90 de Velasco quien, el 20 de octubre de 1571, había sido nombrado Cronista y Cosmógrafo Mayor de Indias (Consejo de Indias, 1571); en 1574, terminó su obra Geografía y descripción universal de las Indias (1894), relacionada con este cargo. Más tarde, en 1577, se le se ofreció una buena suma por elaborar un Libro de Geografía de las Islas y provincias de las Indias, para el cual redacta sus Instrucciones para la observación de los eclipses de luna (Consejo de Indias, 1577), y preparó un nuevo cuestionario apoyándose en los anteriores; este, constaba de 50 preguntas aplicables a todas las posesiones españolas en el mundo (Manso Porto, óp. cit.:24; De la Garza, óp. cit.: XIV XV). El nuevo cuestionario fue el definitivo y se decidió que sería impreso en cada una de las colonias y no en España como los primeros, esto con el fin de facilitar su distribución; además, iba acompañado de la denominada Instrucción y Memoria (Juan López de Velasco, 1577; Acuña, 1984:19 25) (Fig.1), que no era de las tierras de labor, pastos, de propios y realengos, etc. (Jiménez de la Espada, 1881: LXIV LXV).

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El interrogatorio cumplió su cometido y las Relaciones comenzaron a enviarse a España de forma paulatina. Las primeras en llegar al Consejo parecen haber sido las de Santa Marta y Venezuela, entre 1577 y 1578. En 1579 y 1580 se recibió la mayoría de las de Nueva España; en 1582 las de Quito; en 1584 las del Nuevo Reino de Granada y Tierra Firme, y en 1586 casi todas las de Perú. Existe un inventario del 21 de noviembre de 1583, firmado por Juan López de Velasco, donde se CESUA Antilha 11 (31) 2022:83 110 La representación de Guaxtepeque en la Relación Geográfica del siglo XVI

Fig. 1. Primera página de la Instrucción y Memoria. Tomado de Juan López de Velasco, 1577.

91 otra cosa que las instrucciones que explicaban «cómo debían ser respondidas las preguntas y estipulaba la elaboración de pinturas o mapas de la región» (De la Garza, óp. cit.: XV). El nuevo cuestionario fue enviado por Real Cédula «a los Virreyes de México y de Perú, quienes lo hicieron llegar, por medio de las diversas instancias de gobierno, a todas las provincias y poblados para ser respondido con un conocimiento sólido de la región» (Ídem).

3 De acuerdo con de la Garza, este inventario se encuentra en el Archivo General de Indias, Patronato Real, leg. 171, doc. 1, ramo 16, fols. 11-14 v.

El actual título de «Relación de las cuatro villas» es, en realidad, reciente, pues fue asignado por René Acuña quien las reunió en su compilación de las Relaciones Geográficas del siglo XVI, y a este respecto menciona que: Se presentan, en esta obra, conforme al orden cronológico en que fueron escritas. Como el lector podrá observar por sí mismo, las tres describen una misma circunscripción geográfico política, y en las tres intervienen, como ejecutores de las órdenes reales, los mismos funcionarios: Juan Gutiérrez de Liébana, alcalde mayor; Francisco de Perales, intérprete, y Hernán García Ruiz, escribano (Acuña, 1985:179).

Con ellas llegó la «Relación de las cuatro villas», que comprende las villas del Marquesado del Valle localizadas en lo que hoy es el Estado de Morelos: Tepuztlan (Tepoztlan), Huaxtepec, Acapistla (Yecapixtla) y Yauhtepec. Desgraciadamente, la Relación Geográfica «de las Cuatro Villas, ha llegado incompleta hasta nuestros días, primero porque la pintura de Tepuztlan se ha extraviado y, segundo, porque la relación de Yauhtepec ha corrido la misma suerte» (Acuña, 1985:179).

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92 que tengo para la descripción de las Indias», es decir, se encontraba en su colección particular, la cual registró con el número «103. De Yautepeque. 1580» (Baudot, 1968:234).

Tras su separación cada uno de los maconstata la existencia en el Archivo de 103 Relaciones y mapas3 (Ídem).

Se desconoce en qué momento dicha Relación se separó del grupo de las Cuatro Villas y cuándo se extravió. Sin embargo, hacia 1625, León Pinelo la incluye en su «Memoria de los papeles

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Fig. 2. Detalle del folio 1r de la villa de Guaxtepeque, tomado de Gutiérrez de Liébana, 1580.

93 cia JGI, XXIII-8, mapa N°11; y el que nos ocupa, de Huaxtepec, conformado por catorce planas e identificado como JGI,XXIV 3, mapa N°10 (Ibid.:179 180).

La Relación de Guaxtepeque indica en la parte superior, al margen izquierdo, en el folio 1r, «La villa de Guaxtepeque y sus estancias, con la pintura» (Fig.2), y ha sido fechada para el 24 de septiembre de 1580 por «Juan Gutiérrez de Liébana, alcalde mayor de Las Cuatro Villas del dicho Marquesado, y corregidor nuscritos de dichas relaciones se dispersó. Como hemos visto, el manuscrito de Yautepeque, que resguardaba León Pinelo, está extraviado; la Relación de Tepuztlan, que consta de once planas, se encuentra en el Archivo General de Indias, en Sevilla; mientras que los manuscritos que conforman las otras dos relaciones se localizan en la Colección Latinoamericana Nettie Lee Benson de la Universidad de Texas, ambos con sus respectivas pinturas: el de Acapistla, de diez planas, identificado con la referen-

94 alrededor del cual se dispuso otra serie de edificios importantes del mismo pueblo, aunque se los trazó con dimensiones menores (Fig.3).

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También se aprecia la geografía propia de la región, como los ríos y borbollones u ojos de agua que tanta fama han dado al lugar como balneario. Las corrientes de agua se realizaron a la manera indígena con ondulaciones y remolinos, dando la idea de movimiento. Se han representado gran cantidad de árboles (Fig.4) y las características peñas de las montañas que conforman el paisaje de esta zona de Morelos. El borbollón de mayores dimensiones se encuentra dentro de un espacio cerrado, iluminado en color rosa y almenado, del que surge el cauce del río. En la parte inferior se lee «ojo de agua del tianguez grande». El ojo de agua está rodeado de árboles, algunos de los cuales surgen del mismo borbollón; probablemente, éste pudiera corresponder al actual balneario El Bosque en Oaxtepec (Fig.5). del pueblo de Ocuituco y su jurisdicción» (Ibid.:196). El mapa de Oaxtepec La pintura que acompaña a la Relación mide 85 X 62 cm, resaltando el uso de colores entre los que destacan los rojos, rosas y verdes. En ella, se combinan elementos estilísticos tanto mesoamericanos como europeos, lo que nos habla del momento temprano de su elaboraEsción.notoria la ausencia de un horizonte y perspectiva, por lo que el tlacuilo o dibujante jugó con las dimensiones y proporciones de los lugares señalados, para así poder jerarquizar la importancia de cada uno. Es así, que la Villa de Guaxtepec, que abarca la parte central de la pintura, se representa de mayor tamaño que el resto de los pueblos que han sido señalados con sus respectivas iglesias, todas ellas con una espadaña a manera de Encampanario.elmapasobresale el convento de Oaxtepec, sin duda el de mayor tamaño, Antilha 11 (31) 2022:83 110

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95 Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:83 110 La representación de Guaxtepeque en la Relación Geográfica del siglo XVI Fig.3. Mapa de la relación de la Villa de Guaxtepeque, 1580. Tomado de Biblioteca Digital Mexicana A.C.

Fig. 4. Detalle del paisaje, árboles frutales y ríos en el mapa de la Relación de la Villa de Guaxtepeque, 1580.

Tomado de Biblioteca Digital Mexicana A.C.

Fig.5. En la parte superior se representa un borbollón de agua, que se encuentra dentro de una espacio cerrado y almenado desde donde sale el cauce del río, se lee “ojo de agua del tianguez grande”. La escena está rodeada de árboles, tomado de Biblioteca Digital Mexicana A.C. Abajo, vegetación en el balneario El Bosque, foto. América Malbrán 2013.

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97 Domina la escena el monasterio de Oaxtepec, cuya advocación es la de Santo Domingo de Guzmán, mismo que ha sido ilustrado con espadaña y campanario, cada uno con su respectiva campana (Fig.7). El edificio se representa en altura y se ha dispuesto una escalinata, como efectivamente la tiene hasta la actualidad. La fachada es sumamente sencilla, de un solo cuerpo, con la decoración característica de la época, a manera de sillares con líneas rojas (Fig.8), Llama la atención, en la parte central, la presencia del glifo del altepetl de Guaxtepec, representado por el característico cerro en el que se han dispuesto los arbustos de guajes. El glifo está rodeado de un muro almenado que se representó abatido hacia sus costados, y de él salen los caminos que conectan a la cabecera con sus pueblos sujetos. En la parte superior, se colocó una glosa en la que se lee «La villa de Guaxtepec» (Fig.6). CESUA (31) 2022:83 110 La representación de Guaxtepeque en la Relación Geográfica del siglo XVI

Fig.6. Detalle del glifo toponímico de Oaxtepec, en el que destacan los guajes, tomado de Biblioteca Digital Mexicana A.C.

Fig.7. Monasterio de Oaxtepec en la parte central de la pintura. Detalletomado de Biblioteca Digital Mexicana A.C.

Fig. 8. Fachada del monasterio de Oaxtepec, se observan los escalones de acceso y los sillares delineados en rojo. Detalle tomado de Biblioteca Digital Mexicana A.C.

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99 los rosetones europeos (Fig.10), en fotos más antiguas, podemos apreciar que solo tenía una ventana coral sin ningún tipo de decoración, sobre la que se dispuso un rectángulo a manera de hornacina o templete donde probablemente debía ir la representación del santo patrono o de algún pasaje relacionado con la advocación del templo (Fig. 11). No se incorporó en la pintura, pero se conserva hasta nuestros días, el caracteríssimilar a otros monasterios de la región como los de Totolapan, Yecapixtla o Tlayacapan (Fig.9). En la fachada se observa un rosetón o ventana coral sobre la estrecha puerta de acceso, elemento que llama la atención ya que, si bien, al visitar en la actualidad el edificio, el viajero puede observar que efectivamente existe un vitral, ubicado sobre la ventana coral, la cual también tiene un vitral, ambos emulando

Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:83 110 La representación de Guaxtepeque en la Relación Geográfica del siglo XVI Fig.9. Convento de Totolapan, en la fachada se observa la decoración a manera de sillares, con líneas verticales y horizontales, en este caso en color blanco, intercaladas por escudos de la orden. Foto: América Malbrán Porto, 2014.

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Fig. 10. Fachada del monasterio de Oaxtepec. Se aprecian ambos vitrales, el de mayor tamaño, a manera de rosetón, y el de la ventana coral. Foto: América Malbrán Porto, 2014. Fig. 11. Fachada del monasterio de Oaxtepec, se observan las diferencias entre la pintura y la fachada actual. Podemos ver la ventana coral sin ningún tipo de decoración, sobre la que se dispuso un rectángulo a manera de hornacina o templete, donde probablemente debía ir la representación del santo o de algún pasaje relacionado con la advocación del templo. Foto tomada de Kubler, 1990:278.

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101 plausible. De cualquier forma, las fachadas de Oaxtepec tienen apariencia provisional, tanto las del muro este como las del norte… (Kubler, 1990: 288). Resalta en el dibujo la presencia de un remate triangular almenado, similar al de otros monasterios de la región de Morelos, como el de Yecapixtla (Fig. 12). En la pintura de Oaxtepec, la imagen se asemeja más a un frontón ya que la forma triangular está bien demarcada; en el interior, se dibujó un querubín, que no podemos saber si realmente existía cuando fue realizado el mapa ya que no queda ningún tipo de pintura mural en la Otrosfachada.de los elementos iconográficos importantes ilustrados en el mapa, que corresponden a Oaxtepec son el Tianguis de la Villa Nueva dispuesto en una plaza, al centro de la cual se encuentra la horca (Fig.13). En la parte inferior, destacan dos edificios que sobreviven hasta nuestros días, sobre la carretera tico alfiz que enmarca la puerta principal que, a diferencia de la del mapa, es de doble hoja, tachonada de clavos. De acuerdo con Kubler, esta fachada bien pudo ser provisional; sin embargo, nunca fue sustituida. Sobre este punto refiere:Hay ejemplos en que la fachada original parece no haber sido nunca reemplazada por las pretendidas formas de composición más elaborada. Este es el caso de Oaxtepec, cuyos cimientos se trazaron en 1561. La sencilla fachada de este templo, con detalles de gran acabado en la planta y bóveda, puede tener dos interpretaciones: a) El templo se concluyó, pero la fachada quedó pintada o en un estado provisional en espera de una nueva etapa de construcción; b) La suspensión de las construcciones suntuosas de los mendicantes (1560 1580) hizo imposible que se levantaran fachadas ricamente decoradas, adecuadas a las exigencias del interior. Esta interpretación resulta más CESUA Antilha 11 (31) 2022:83 110 La representación de Guaxtepeque en la Relación Geográfica del siglo XVI

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Fig. 12. Izquierda, detalle del mapa de Oaxtepec en el que se observa un querubín dentro de un frontón. Tomado de Biblioteca Digital Mexicana A.C. Derecha iglesia de Yecapixtla con el remate triangular almenado. En ambas, se puede apreciar y comparar la ventana coral que asemeja un rosetón. Foto: América Malbrán Porto, 2013.

Fig. 13. Plaza del «tianguis de la Villa, Nuevo» en la que se encuentra la horca. Tomado de Biblioteca Digital Mexicana A.C.

Fig.14. Casa de la Justicia, sobre la carretera Oaxtepec Xochimilco. Superior tomado de Biblioteca Digital Mexicana A.C. Inferior foto: América Malbrán, 2015.

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103 La segunda construcción, que se encuentra sobre el mismo camino, es el Hospital de Españoles o de la Santa Cruz de Cristo (Fig.15), fundado en 1569 por los Hermanos de la Caridad, o Hipólitos, bajo la dirección de Fray Domingo de Ibarra (Muriel, 1990: 212). Sobre la fundación y ubicación nos refiere: A esta fundación de Oaxtepec vinieren en nombre de Bernardino Alvarez, los Hermanos de su Hospital el Padre Domingo mingo de Ibarra, Presbytero, y Hernando López, y acceptaron una donacion, que los Principales de la dicha Villa de Oaxtepec hicieron de un buen pedazo de tierra de sesenta brazas en largo, y treinta en ancho, en la calle que va de la plaza (y tiánguez, ó mercado) á La Villa de Yauhtepec, cerca del Monasterio de Santo Domingo la calle enmedio. Esta donacion hecha por amor de Dios Nuestro Señor por el Governador, Alcaldes, y Principales del Pueblo, se aceptó por la parte de Bernardino Alvarez, y le otorgó EsOaxtepec-Xochimilco; el primero, es la Casa de la Justicia que, como se aprecia, es de piedra y se ubicaba sobre el «camino de esta villa para la de Acapixtla del Marquesado» (Fig.14); este edificio, a pesar de haber sufrido cambios a lo largo del tiempo, permite ver todavía elementos de la fábrica original.

Fig.15. Detalle en el que se observa el Hospital de la Santa Cruz, en la parte superior, tomado de Biblioteca Digital Mexicana A.C. Mientras que, en la parte inferior, vemos el estado de conservación del Hospital de Españoles en la actualidad, foto. América Malbrán, 2015.

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105 Álvarez, que asimismo fundó otro hospital para convalecientes en la ciudad de México (Acuña, 1985:211 Fue212).este uno de los primeros hospitales de la América española, y al que, por su fama, acudían enfermos desde lejanas tierras como Guatemala e, inclusive, el virreinato del Perú. En el mapa, el Hospital está representado como una iglesia más, con un gran acceso lateral y una espadaña con su campana, sobre la que se observa la cruz. En la parte inferior de lo que parece ser una plataforma o basamento, se lee: «Hospital de españoles». Junto al hospital y probablemente en el mismo espacio en que se encontraba el jardín botánico de Moctezuma II, se localizaba el famoso jardín botánico donde se cultivaban las plantas para hacer los medicamentos y ungüentos necesarios en el Hospital. Este jardín ha sido representado en la parte inferior derecha del mapa con una criptura á veinte días del mes de Julio de mil quinientos sesenta, y nueve años, ante Gaspar de Peralta, Theniente de la dicha Villa, y de su Escribano Bartholome de Alaras. Empezóse luego la Fabrica (que es una cosa grande) por los dichos Hermanos. La dicha donación hecha á Bernardino Alvarez por el amor de Dios, y para el socorro, y cura de sus pobres la revalidó la dicha Villa su Governador, y Principales (Díaz de Arce, 1762: 248-249). Sobre el hospital, Gutiérrez de Liévana, en su Relación de Oaxtepec, refiere: Dicen que en esta villa se ha fundado un hospital de españoles, donde está hecha una sala muy buena, y se va acabando otra en diferentes piezas y atajos para sudores y otras enfermedades. Llámase Hospital de Convalecientes, y se intituló de la Cruz. Halo fundado, con licencia del señor visorrey Don Martín Enríquez, un buen viejo que llaman Bernaldino CESUA Antilha 11 (31) 2022:83 110 La representación de Guaxtepeque en la Relación Geográfica del siglo XVI

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106 Alrededor de la cabecera de Oaxtepec se han dispuesto las siete estancias sujetas, cada una de ellas con su respectiva glosa, y se las ha identificado con iglesias, con su espadaña y campana, resaltando la construcción en piedra de color rosa. Estas estancias son: Teteltzingo, en la parte superior izquierda y ubicada frente a una peña (Fig.16); mientras que del lado derecho se han dispuesto tres estancias, de arriba hacia abajo se encuentran: Tetzuac, Tzacapalco e Izcatepec; debajo de esta, aparece Chinameca, famosa por ser donde asesinaran a Emiliano Zapata; le siguen Cocoyoc, atravesada por un cauce de agua; y por último Ayaqualco. Una de las glosas en el camino frente a estas dos estancias aclara «camino de esta villa para las amilpas y las demás estancias subjetas a ella» (Fig.17). Como hemos podido ver, este mapa del siglo XVI permite observar la primitiva disposición de la población de Oaxtepec, que no guarda relación absoluta con el tan mencionado «damero» hisbarda perimetral, también de color rosa, y con una puerta de acceso; al interior, se observan cuatro arboles floridos y frutales. En él, desemboca un río o acequia. En la glosa, se lee: «Una huerta de suchinacaxtles», que se refiere al xochinacaztli (Cymbopetalum penduliflorum), utilizada en época prehispánica para perfumar el chocolate. Sobre este árbol, Francisco Javier Clavijero menciona: El xochinacaztli es un árbol que tiene las hojas largas y estrechas, y de un verde oscuro. La flor consta de seis pétalos, color de púrpura en su interior, verdes por de fuera, y suavemente olorosos. De su figura, semejante á una oreja, proviene el nombre mexicano, y el de orejuela que le dan los españoles. El fruto es anguloso, color de sangre, y viene dentro de una vaina de seis pulgadas de largo, y de un dedo de grueso. Es árbol propio de los países calientes. La flor era muy apreciada por los Mexicanos, y nunca faltaba en sus mercados (Clavigero, 1844:255). (31) 2022:83 110

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107 Antilha CESUA Antilha 11 (31) 2022:83 110 La representación de Guaxtepeque en la Relación Geográfica del siglo XVI Fig. 16. Estancia de Tetelcingo, detalle tomado de Biblioteca Digital Mexicana A.C. Fig. 17. Estancias sujetas a la villa de Oaxtepec, rodeadas del característico paisaje de peñas, detalle tomado de Biblioteca Digital Mexicana A.C.

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pano. Aquí, los edificios se fueron disponiendo de acuerdo al terreno y geografía del área y a la accesibilidad al agua, tan abundante en la región. No deja de sorprender la definición de color que conserva la pintura y la disposición del paisaje, que ha intentado acercarse a la realidad geográfica del área.

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