REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA, ARTE Y LITERATURA
Año 10
N°30
Septiembre-Diciembre 2021
2
Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
Antilha publica artículos originales e inéditos. El contenido de los artículos y opiniones ex-
Editores
presadas en Antilha son responsabilidad
América Malbrán Porto
exclusiva de sus autores.
Ana Igareta
Antilha, Revista Latinoamericana de Historia, Arte y Literatura es una publicación cuatri-
Diseño editorial
mestral editada y publicada por el Centro de
América Malbrán Porto
Estudios Sociales y Universitarios America-
nos S.C.
Certificado de reserva de derecho al uso exclusivo del título, Dirección General de Derechos de Autor, Secretaría de Educa-
ción Pública, número ( en trámite ) . Certificados de licitud de título y de contenido, Co-
Antilha es una revista dictaminada por pares secretos. El sistema de arbitraje recurre a evaluadores externos al Centro de Estudios Sociales y Universitarios Americanos S.C.
misión Certificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación, números ( en trámite ) , ISSN ( e n trámite ) .
Portada, cenefa y viñeta: Baile de campesinos, litografía en Costumbres neogranadinas, Ramón Torres Méndez, 1973, Bogotá.
3
Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
Comité Editorial Dr. Jorge Angulo Villaseñor
DEA-INAH, México.
Dr. Daniel Schávelzon
CAU-UBA, Argentina
Dra. Ana Igareta
UNLP, Argentina.
Dr. Víctor Ortega León
Centro INAH Chihuahua, México.
Mtra. América Malbrán Porto
Centro INAH Chihuahua, México.
Mtro. Alfredo Feria Cuevas
Centro INAH Baja California Sur, México.
4
Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
CONTENIDO Editorial
P. 7
Un caso de bacterias reductoras de sulfato en procesos corrosivos de material arqueológico ferroso Angélica Guerriere y Liliana Berardo
P. 9
Los conchos en el siglo XVI: adaptación y cultura Sofía Estrada Beltrán
P. 21
Prodigios y milagros en torno a los caminos reales Novohispanos América Malbrán Porto
P. 41
La Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas y las primeras excavaciones estratigráficas en México Víctor Ortega León
P.57
5
6
Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
EDITORIAL
E
n este final del 2021, Antilha llega a su número 30. Cerramos este segundo año de pandemia con la convicción de que el trabajo académico y la investigación científica deben continuar, y de que la difusión cultu-
ral es cada vez más necesaria. Aprovechamos para dar la bienvenida a tres nuevas autoras: Angélica Guerriere, Liliana Berardo y Sofía Estrada Beltrán que nos deleitarán con sus propuestas. El primer artículo, “Un caso de bacterias reductoras de sulfato en procesos corrosivos de material arqueológico ferroso”, de Angélica Guerriere y Liliana Berardo, constituye un claro ejemplo del papel que ocupan actualmente los estudios arqueométricos en los estudios sobre el pasado. El análisis minucioso sobre las condiciones de corrosión de materiales ferrosos procedentes del sitio Parque Aguirre, de la ciudad de Santiago del Estero en Argentina, permite a las autoras identificar algunas de las condiciones contextuales que explican el grado de alteración que han sufrido los materiales de ese yacimiento, aportando así al conocimiento sobre el biodeterioro de los metales arqueológicos. En “Los conchos en el siglo XVI: adaptación y cultura”, Sofía Estrada Beltrán nos sitúa en el territorio del Estado de Chihuahua, México, durante el siglo XVI, para tratar de identificar las características culturales de uno de los grupos indígenas más conocidos, pero menos estudiados del norte del país. Valiéndose de las fuentes históricas producidas durante las primeras entradas de los conquistadores españoles a la región, la autora destaca tres aspectos relacionados con los sistemas de organización social y política, las estrategias de supervivencia y los
7
sistemas de creencias atribuidos a los habitantes de la cuenca fluvial más grande del Estado. En el tercer artículo, “Prodigios y milagros en torno a los caminos reales novohispanos”, América Malbrán Porto nos muestra diversos testimonios históricos que aluden a la manera en que, durante el proceso de colonización del norte mexicano, sus protagonistas interpretaban algunos sucesos como hechos sobrenaturales de factura divina que los ayudaban a fortalecer y expandir su fe en los territorios sobre los que iban avanzando. Cargados de simbolismo, muchos de estos supuestos milagros dejan entrever también la herencia del discurso religioso europeo trasladado a tierras americanas. Finalmente, en “La Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas y las primeras excavaciones estratigráficas en México”, Víctor Ortega León revisa con detalle algunos de los supuestos relacionados con los protagonistas de las excavaciones arqueológicas realizadas en 1911 en Atzcapotzalco y Culhuacan, bajo el auspicio de la EIAEA, consideradas por la tradición como las primeras realizadas en México siguiendo un método estratigráfico, y atribuidas a Manuel Gamio. Algunos datos presentados apuntan hacia una duda razonable en cuanto a dicha autoría. Deseamos que el paso al 2022 sea muy afortunado para todos nuestros lectores, y que en el nuevo ciclo soplen vientos más propicios para todos.
Los editores
8
Antilha
CESUA
UN CASO DE BACTERIAS REDUCTORAS DE SULFATO EN PROCESOS CORROSIVOS DE MATERIAL ARQUEOLÓGICO FERROSO Angélica Guerriere1 y Liliana Berardo2 Artículo recibido 10/10/2021 Artículo aceptado 19/11/2021 Resumen El alto grado de mineralización detectado en materiales ferrosos de origen colonial recuperados en un sitio de la ciudad de Santiago del Estero, Argentina, llevó a la realización de estudios específicos orientados a explicar tal situación. Para ello, se seleccionó una pieza como caso de estudio y se caracterizaron sus depósitos, productos de corrosión superficiales y sedimentos asociados. El hallazgo de sulfuro de hierro (FeS) en la muestra sugirió la presencia de bacterias reductoras de sulfato (SRB), hipótesis que fue luego confirmada al ser detectadas por cultivo. Tales resultados contribuyeron a evaluar la participación de SRB como agente de deterioro de piezas metálicas arqueológicas enterradas y corroídas por más de dos siglos en contextos anóxicos. Palabras clave: Metales ferrosos; Arqueología colonial; Bacterias reductoras de sulfato; Corrosión; Biodeterioro. Abstract High degree of mineralization observed in archaeological ferrous material from a colonial site in Santiago del Estero (Argentina), led to specific studies to analyze this condition. One piece was selected as a case of study to characterize its superficial deposits and corrosion products as well as its associated sediments. The finding of iron sulfide (FeS) suggested the presence of Sulfate Reducing Bacteria (SRB), later detected by cultivation. Such results contributed to assess the participation of SRB as an agent of deterioration of archaeological metallic materials buried and corroded in anoxic environments for more than two centuries. Keywords: Ferrous metals; Colonial archaeology; Sulphate reducing bacteria; Corrosion; Biodeterioration. 1 CIC- Instituto Historia Teoría y Praxis de la Arquitectura y la Ciudad, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Nacional de La Plata. La Plata, Buenos Aires, Argentina. anchugue@gmail.com 2 Instituto Nacional de Tecnología Industrial, San Martín, Buenos Aires, Argentina. liliana.berardo@gmail.com Antilha 10 (30) 2021:9-20 9
Antilha
CESUA Guerriere y Berardo
bordes del río siguieron afectando todo
Introducción
L
os trabajos de excavación rea-
el sector, al igual que diversas acciones
lizados entre los años 2009 y
antrópicas tales como tendido de cañe-
2013 en el sitio Parque Aguirre
rías de agua, de cloacas e instalación de
de la ciudad de Santiago del Estero3
cableados eléctricos que impactaron di-
(provincia de Santiago del Estero, Ar-
rectamente en su subsuelo.
gentina) (Figs.1 y 2) permitieron recupe-
Los restos recuperados durante la inter-
rar un variado registro material. El sitio
vención arqueológica incluyeron frag-
corresponde al de la primera fundación
mentos de piezas ferrosas severamente
de la ciudad, realizada a la vera derecha
afectadas
del río Dulce por exploradores ibéricos
deposicionales. El 87% del total del ma-
en el año 1553. Algunos años después,
terial de este conjunto perdió su morfolo-
la población se fue alejando del curso de
gía original y, al extraerlo, presentaba el
agua para evitar los efectos de las recu-
aspecto de concreciones amorfas que
rrentes inundaciones y el área fundacio-
hizo inviable su clasificación tipológica y/
nal quedó abandonada, sin evidencias
o funcional.
en superficie que dieran cuenta de su
El estudio de la corrosión de materiales
uso original; en el siglo XX el espacio
arqueológicos ferrosos aporta informa-
fue transformado en Parque como espa-
ción para comprender el comportamien-
cio recreativo (Igareta, 2012). Los des-
to de dichos restos en contextos enterra-
por
procesos
post-
dos (Bertholon, 2007; Ciarlo, 2006; Nord, 2002; Rañi, 2019). La corrosión
3 Proyecto “Ciudades que ya no están: arqueología del periodo colonial temprano”. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) - Facultad de Ciencias Naturales y Museo (FCNyM), Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Dirección Dra. Ana Igareta.
del hierro y su relación con las bacterias sulfato reductoras (SRB) ha sido exten-
Antilha 10 (30) 2021:9-20 10
Antilha
CESUA
Un caso de bacterias reductoras de sulfato...
Matthiesen, 2013). Estudios precedentes demostraron que la combinación de distintas técnicas analíticas resulta indispensable para profundizar y optimizar el
análisis de productos y depósitos de corrosión (Grevey et al., 2020; Neff, Dillmann, Bellot-Gurlet y Beranger, 2005). Materiales y métodos Para obtener datos directos del material, se seleccionó un ejemplar como muestra representativa en cuanto a tamaño, nivel de profundidad y aspecto superficial del deterioro de las once concrecioFig. 1. Santiago del Estero, Buenos Aires, Argentina. Gráfico F. Chechi
nes más grandes halladas en el sitio. Se estimó que éstas podían corresponder a
samente abordada en el campo de la
fragmentos de armas y/o herramientas
industria, la extracción de petróleo y en
de labranza y cuyo tamaño oscila entre
los estudios de reservorios nucleares
12 cm - 16 cm de ancho y 18 cm - 22 cm
(Ilhan-Sungur, Cansever y Cotuk, 2007;
de largo. El conjunto proviene de un ni-
Rémazeilles et al., 2017). También han
vel en el que se hallaron restos ferrosos
sido de interés en el campo del patrimo-
coloniales, a una profundidad de 75 cm -
nio arqueológico para su preservación y
140 cm.
posibles tratamientos (Daldorff, 1987;
La selección de la pieza a estudiar
Saheb, Neff, Dillmann, Descostes y
(Fig. 3) se realizó posterior a la obten-
Antilha 10 (30) 2021:9-20 11
Antilha
CESUA Guerriere y Berardo
Fig. 2 Detalle del área del sitio Parque Aguirre donde se concentraron los hallazgos de material ferroso. Tomado de Google Earth.
ción y análisis de imágenes de Rayos X
tras de óxidos y depósitos de las superfi-
realizadas en el Instituto Nacional de
cies de la concreción seleccionada; lue-
Tecnología Industrial (INTI), con un equi-
go se realizó un desbastado mecánico
po Balteau, de 300 kV máximo, con los
controlado en sectores puntuales y se
siguientes parámetros para ensayo: 100
retiró una capa delgada de sedimentos.
kV, 1 mA, 10 s. La radiografía de la pie-
El resultado del procedimiento puso a la
za reveló su silueta y puso en evidencia
vista masas frágiles y delaminadas en
la ausencia de núcleo metálico conser-
su estructura, con intersecciones de se-
vado en su interior (Fig. 4).
dimento en su interior y con un estado
Se decidió entonces utilizar las imáge-
alto de mineralización.
nes de RX como guía para tomar mues-
Por otra parte, se procedió a obtener y
Antilha 10 (30) 2021:9-20 12
Antilha
CESUA
Un caso de bacterias reductoras de sulfato...
Fig.3. Pieza seleccionada, estado previo a los análisis. Foto, A. Guerriere.
Fig. 4. Radiografía perfil derecho y anverso de la pieza de estudio. Radiografía INTI, Argentina.
Antilha 10 (30) 2021:9-20 13
Antilha
CESUA Guerriere y Berardo
caracterizar una muestra del sedimento
energía (EDX) y por medio de espec-
que se hallaba adherido a la pieza (cuyo
troscopía de difracción (DRX) y fluores-
hallazgo se había producido a 100 cm
cencia (FRX) de Rayos X (INTI, equipos
de profundidad) y otras muestras de
Philips,
suelos tomadas a diferentes profundida-
PW2400).
des (75 cm, 115 cm, 135 cm, 155 cm y
Para el cultivo se procedió a la toma de
175 cm). Su observación bajo lupa este-
muestras del exterior de la concreción
reoscópica (INTI, equipo WILD M3C con
con productos de oxidación del hierro
magnificación de 5X a 10X), comple-
(Fig. 5) a) dos de los depósitos, b) dos
mentado con un ensayo de tipo a la gota
que corresponden al sector en el que se
con ácido clorhídrico 10 % (V/V), com-
había detectado óxido férrico (Fe2O3)
probó la presencia de carbonatos en los
por medio de DRX, y c) cuatro del sector
niveles de sedimento limo-arenoso don-
depósitos-óxidos,
de se hallaron los restos arqueológicos
restos con leve magnetismo localizado y
coloniales (75 cm-140 cm), y su ausen-
presencia de óxidos de hierro magnéti-
cia en niveles superiores e inferiores.
cos
Los depósitos removidos de la superficie
(CaCO3), oxido férrico (Fe2O3) y, en
de la muestra fueron estudiados median-
algunos sectores, señales asociadas a
te microscopía óptica y microscopía
sulfuro de hierro (FeS). Las muestras se
electrónica en el Instituto de Tecnología
tomaron luego de descartar la capa su-
Minera - Servicio Geológico Minero Ar-
perficial, para evitar una posible conta-
gentino (INTEMIN-SEGEMAR), con un
minación o modificación de los com-
equipo Philips, modelo XL 30 ESEM.
puestos por contacto con el aire. Luego
Asimismo, fueron analizados mediante
se colocaron en un medio de cultivo PgB
espectroscopia de rayos X dispersiva en
(7.0) con tapón de butilo, sellado con
Antilha 10 (30) 2021:9-20 14
modelos
(Fe3O4),
PW
1730/10
correspondientes
carbonato
de
y
a
calcio
Antilha
CESUA
Un caso de bacterias reductoras de sulfato...
Fig. 5. Toma de muestras en sectores a), b) y c). Foto, A. Guerriere.
virola mecánica, y se incubaron a 30º C
Resultados y discusión
durante 7 días (Postgate, 1963). Esta
En lo que respecta a la conservación de
actividad se desarrolló en el Centro de
material arqueológico ferroso, se ha es-
Investigación y Desarrollo en Fermenta-
tablecido que los suelos arcillosos y cal-
ciones Industriales (CINDEFI).
cáreos resultan menos agresivos que los suelos arenosos y ácidos (Gerwin y
Baumhauer, 2000). Teniendo en cuenta Antilha 10 (30) 2021:9-20 15
Antilha
CESUA Guerriere y Berardo
tal observación, y la presencia de carbo-
posibilidad de que el extremo deterioro
natos en el sedimento que corresponde
que muestra el material ferroso recupe-
al nivel del cual fue obtenida la muestra,
rado responda a la acción de bacterias
era esperable que las piezas ferrosas
reductoras de sulfato presentes en el
presentaran cierto grado de deterioro
sitio. Los suelos anaeróbicos, con conte-
pero no al nivel detectado radiológica-
nidos de sulfato y pH neutro son esce-
mente. Para comprender el proceso co-
narios propicios para el crecimiento de
rrosivo deben ser consideradas tanto las
SRB (Sánchez del Junco, Moreno, Ran-
condiciones del medio y del suelo como
ninger, Ortega-Calvo y Sáiz-Jiménez,
el proceso de fabricación, la metalurgia
1992).
de la pieza y la composición química del
En la República Argentina no fue posible
metal (Groysman, 2010; Jegdić, Polić-
localizar trabajos que hayan considera-
Radovanović,
2012;
do a este tipo de bacterias como agen-
Kibblewhite, Tóth y Hermann, 2015). Si
tes involucrados en el deterioro de pie-
bien el estudio de dicho proceso es com-
zas ferrosas de origen arqueológico. Las
plejo e implica abordar múltiples facto-
referencias publicadas sobre los efectos
res, en este caso se puso énfasis en la
de estos microorganismos sobre mate-
caracterización e identificación de los
riales del patrimonio cultural correspon-
productos de corrosión. Se trata de una
den en su totalidad a análisis de piezas
primera aproximación cualitativa, no re-
cerámicas halladas en sitios terrestres y
presentativa a nivel estadístico, cuyos
a materiales metálicos recuperados en
resultados se espera ampliar en futuros
sitios subacuáticos (Ciarlo, 2006, 2014;
estudios.
Grosso, 2006; Soto, Guiamet y Callega-
La detección de sulfuro de hierro en la
ri, 2017).
Ristić
y
Alil,
muestra analizada llevó a considerar la Antilha 10 (30) 2021:9-20 16
Antilha
CESUA
Un caso de bacterias reductoras de sulfato...
El resultado del cultivo de la muestra re-
firman la presencia de las SRB, estos no
cuperada en Parque Aguirre confirmó
permiten estimar el nivel de impacto que
cualitativamente el desarrollo de SRB a
la misma habría tenido en relación al de-
través de la aparición de un precipitado
terioro de las piezas de hierro. Sin pre-
negro de sulfuro de hierro (FeS), por lo
tender desestimar la detección de fases
que se deduce que estos microorganis-
no halladas por el análisis DRX, ya sea
mos capaces de reducir metabólicamen-
por su naturaleza amorfa y/o existencia
te los iones sulfato están en los produc-
de iones en concentraciones no repre-
tos de corrosión y sedimentos. Luego
sentativas para las condiciones explora-
pueden ser responsables de la presen-
das en el enterramiento (Jegdić et al.,
cia tanto de los iones de sulfuro detecta-
2012), en próximos trabajos se requiere
dos entre los compuestos carbonatados
avanzar complementando con otras téc-
como de las capas de óxido, participan-
nicas de estudio.
do de los procesos corrosivos de los materiales ferrosos (Rémazeilles et al.,
Consideraciones finales
2017; Sánchez del Junco et al., 1992).
Si bien se trata del primer análisis de
Cabe destacar que el carbonato de hie-
una única muestra, el resultado obtenido
rro que forma parte de los productos de
del estudio de la pieza hallada en el sitio
corrosión debería actuar como barrera
Parque Aguirre dio cuenta de la impor-
protectora, evitando o postergando que
tancia de considerar el accionar de bac-
las especies sulfuro alcancen la superfi-
terias sulfato reductoras entre las posi-
cie metálica y aceleren el proceso de
bles causas de deterioro de materiales
corrosión (Rémazeilles et al., op. cit.).
ferrosos. El resultado obtenido en esta
Sin embargo, debe tenerse en cuenta
experiencia preliminar aportó informa-
que si bien los estudios realizados con-
ción relevante para evaluar la participa-
Antilha 10 (30) 2021:9-20 17
Antilha
CESUA Guerriere y Berardo
ción de SRB en los procesos corrosivos
ranger, P. Piccardo y H. Matthiesen (Eds.), Corrosion of metallic heritage artefacts. Investigation, conservation and prediction for long- term behavior, Woodhead Publishing, pp. 31-40
de artefactos arqueológicos ferrosos semejantes hallados en excavaciones realizadas en la región, particularmente de
Ciarlo, Nicolás C. 2006 “Metodología de estudio de artefactos ferrosos corroídos en un medio subacuático. Un caso de estudio: las concreciones del sitio Hoorn” en La Zaranda de Ideas, Revista de jóvenes investigadores en Arqueología, N°2, Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Argentina, pp.87-106.
aquellas piezas con ausencia de restos metálicos o con un grado avanzado de mineralización. Cabe esperar que la realización de este tipo de análisis sobre muestras más extensas y procedentes de distintos sitios arqueológicos del país permita obtener resultados que amplíen
2014 Arqueometalurgia de un naufragio del siglo XVIII: la corbeta de guerra HMS Swift (1770), Puerto Deseado, provincia de Santa Cruz (Patagonia). Oxford, Archaeopress.
las posibilidades de diagnóstico y comprensión del estado de conservación de los restos recuperados en contextos de enterramiento.
Daldorff, S. A. 1987 “Microbial corrosion and museum iron objets”. Trabajo presentado en la 8th Triennial Meeting del International Council of Museums Committee for Conservation. Sydney, Australia.
Agradecimientos Las autoras agradecen al Lic. Fabio Luna (INTI) por los aportes efectuados en la caracterización del terreno, a la Dra. Ana Igareta por facilitar el material de estudio y a la Arq. Florencia Chechi por la colaboración con la gráfica.
Gerwin, W. y Baumhauer, R. 2000 “Effect of soil parameters on the corrosion of archaeological metal finds” en Geoderma, the global journal of soil science, Vol. 96, Netherlands, pp.63-80.
Bibliografía Bertholon, R. 2007 “Archaeological metal artefacts and conservation issues: long-term corrosion studies” en P. Dillmann, G. Bé-
Grevey, A. L., Vignal, V., Krawiec, P., Ozga, P, Peche-Quilichini, K., Rivalan, A. y Mazière F.
Antilha 10 (30) 2021:9-20 18
Antilha
CESUA
Un caso de bacterias reductoras de sulfato...
2020 “Microstructure and long- term corrosion of archeological iron alloy artefacts” en. Heritage Science, N°8, SpringerOpen, pp. 1-19.
Kibblewhite, Mark; Gergely Tóth y Tamás Hermann 2015 “Predicting the preservation of cultural artefacts and buried materials in soil” en Science of The Total Environment, Vol. 529, Elsevier B.V., pp. 249-263.
Grosso, M. G. 2006 Arqueología de naufragios. Estudio de procesos de formación naturales en el sitio, HMS Swift (Puerto Deseado, Santa Cruz). Tesis de grado, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina. Grosysman, A. M. 2010 Corrosion for everybody. York, Springer Netherlands.
Neff, Delphine; Philippe Dillmann, P., Ludovic Bellot-Gurlet y Beranger G. 2005 “Corrosion of iron archaeological artefacts in soil: characterization of the corrosion system” en Corrosion Science, N°2, Vol.47, Elsevier B.V., pp.515-535.
Nueva
Igareta, Ana 2012 “Arqueología de Santiago del Estero colonial: historia de varias ciudades” en J. Buján (Eds.), Ciudades y territorio en América del Sur - Del siglo XV al XVII, La Plata, Argentina, Nobuko, pp. 235-263.
Nord, Anders G. 2002 “On the deterioration of archaeological iron artefacts in soil” en Fornvännen, Jurnal of Swedish Antiquarian Research, N° 97, Vol. 4, Estocolmo, Suecia, Arts and Humanities Research Council, pp. 298-300.
Ilhan-Sungur, E., Cansever, N. y Cotuk, A. 2007 “Microbial corrosion of galvanized steel by a freshwater strain of sulphate reducing bacteria (Desulfovibrio sp.)” en Corrosion Science, N°3, Vol. 49, Elsevier Ltd., pp.1097-1109.
Postgate, John R. 1963 “Versatile medium for the enumeration of sulfate-reducing bacteria” en Applied Microbiology, N°3, Vol.11, American Society for Microbiology, Washington, DC, pp.265-267.
Jegdić, Bore; Suzana Polić-Radovanović, Slavica Ristić y Ana Alil 2012 “Corrosion of archaological artifact made of forged iron” en Metallurgical and Materials Engineering, N°3, Vol.18, Association of Metallurgical Engineers of Serbia, pp.233-240.
Rañi, M. 2019 Análisis y modelización del comportamiento de los metales arqueológicos en un contexto bélico ribereño, la batalla de Vuelta de Obligado (1945), Provincia de Buenos Aires. Tesis de grado, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argen-
Antilha 10 (30) 2021:9-20 19
Antilha
CESUA Guerriere y Berardo
tina. Rémazeilles, Celine; D. Neff, J. A. Bourdoiseau, René Sabot, Marc Jeannin y Philippe Refait 2017 “Role of previously formed corrosion product layers on sulfide-assisted corrosion of iron archaeological artefacts in soil” en Corrosion Science, N°129, Elsevier B.V., pp.169-178. Saheb, M., Neff, D., Dillmann, P., Descostes, A. y Matthiesen, H. 2013 “Long-term anoxic corrosion of iron” en P. Dillmann, D. Watkinson, E. Angelini y A. Adriaens (Eds.), Corrosion and conservation of cultural heritage metallic artefacts, Woodhead Publishing. pp. 260-284. Sánchez del Junco, A., Moreno, D. A., Ranninger, C., Ortega-Calvo, J. J. y SáizJiménez, C. 1992 “Microbial induced corrosion of metallic antiquities and works of art: a critical review” en International Biodeterioration & Biodegradation, (29), pp.367-375. Soto, D. M., Guiamet, P. S. y Callegari, A. B. 2017 “Biodeterioro de cerámica arqueológica de superficie por microrganismos de climas áridos y semiáridos en el valle de Antinaco Central, La Rioja” en A. Rocchietti, F. Ribero y D. Reinoso (Eds). Investigaciones Arqueométricas: técnicas y procesos, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, Aspha, pp.121-137.
Antilha 10 (30) 2021:9-20 20
Antilha
CESUA
LOS CONCHOS EN EL SIGLO XVI: ADAPTACIÓN Y CULTURA Sofía Estrada Beltrán1 Artículo recibido 20/08/2021 Artículo aceptado 19/10/2021 Resumen: Durante la colonización de lo que en la actualidad es el estado de Chihuahua, la mayor parte de los grupos indígenas de esa región sufrieron un proceso de aculturación, en el que se mezclaron con la sociedad colonial norteña y, en otros casos, hubo un proceso de opresión de los grupos al grado de desaparecerlos. En este trabajo se realiza una caracterización cultural de los grupos étnicos que han pasado a la historia bajo la denominación genérica de «conchos», que habitaron gran parte de lo que en la actualidad es territorio del estado de Chihuahua, durante el siglo XVI, los cuales terminaron asimilándose a la sociedad novohispana en los siglos posteriores. Dicha caracterización se llevó a cabo a través de las fuentes de los exploradores españoles que pasaron por la «conchería» durante esa época. Palabras clave: conchos, siglo XVI, cultura, adaptación. Abstract: During the colonization of what is now the state of Chihuahua, most of the indigenous groups of that region suffered a process of acculturation, in which they mixed with the northern colonial society, and in other cases, there was a process of oppression of the groups to the point of disappearing them. This paper provides a cultural characterization of the ethnic groups that have gone down in history under the generic name of «conchos», who inhabited a large part of what is now the territory of the state of Chihuahua during the sixteenth century, and who ended up assimilating into the novo-Hispanic society in the following centuries. This characterization was carried through the sources of the Spanish explorers who passed through the «concheria» during that period. Key words: conchos, 16th century, culture, adaptation.
1 Pasante de la licenciatura en arqueología por la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México (EAHNM) y pasante de la licenciatura en historia por la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH). Antilha 10 (30) 2021:21-40 21
Antilha
CESUA Sofía Estrada Beltrán
Introducción
D
entro del área que en la actualidad ocupa el estado de Chihuahua se desarrollaron
diversos grupos étnicos, de los cuales algunos tuvieron un acercamiento con los primeros exploradores españoles que atravesaron dicho territorio. Los conchos, nombre bajo el cual se denominaron varios grupos humanos, fue una de éstas etnias, la cual se encontraba dispersa en las inmediaciones del río Conchos y alrededor de sus afluentes, cuyo territorio abarcaba lo que actualmente es Namiquipa a Ojinaga, y hasta
Fig. 1. Ubicación territorial de los grupos conchos en el Estado de Chihuahua durante el siglo XVI. A partir de Guevara, 1985: 17.
Santa Bárbara en el sur (Fig. 1). Sin embargo, poco se sabe de este grupo ya que las dos gramáticas que se elaboraron por franciscanos: «Arte y vocabulario del idioma conchos» de Fray Juan de
pectos del lenguaje y de las característi-
Espinoza y el «Arte y vocabulario de la
cas culturales de los conchos (Servín,
lengua concho» de Fray Alonso de la
2018: 7-8). Además, el interés por parte
Oliva, desaparecieron por las guerras y
de los académicos se ha centrado en
levantamientos indígenas, por lo que
otros grupos étnicos como los Tarahu-
aún se desconocen muchos de los as-
maras y Pimas, por lo que no existe un
Antilha 10 (30) 2021:21-40 22
Antilha
CESUA
Los conchos en el siglo XVI
buen número de investigaciones sobre
en la que se desarrollaron. Esta hipóte-
los conchos. Por consiguiente, el objeti-
sis parte de los postulados de la teoría
vo de esta investigación es caracterizar
de la Ecología Cultural, que «estudia la
culturalmente a los conchos a través de
relación entre hábitat y cultura a partir de
las relaciones de los exploradores espa-
lo que dice y hace el hombre en contex-
ñoles que convivieron con ellos durante
tos específicos en el espacio y en el
el siglo XVI.
tiempo» (Sánchez, 1996: 51). Así, los
Entendiendo «cultura» como el conjunto
aspectos culturales de este grupo esta-
de creencias, saberes y pautas de con-
rán influenciados por el río Conchos y la
ducta de un grupo social, se plantea la
región árida.
siguiente pregunta: ¿cuáles son los ras-
La importancia de esta investigación tie-
gos culturales que definieron al grupo
ne su justificación en que acerca de los
nativo denominado «conchos» que habi-
grupos humanos que se desarrollaron en
tó el territorio chihuahuense en el siglo
el centro y sur de lo que ahora es territo-
XVI? Dicha pregunta se pretende con-
rio mexicano han sido objeto de muchas
testar a través de tres aspectos: sistema
investigaciones a tal grado que están de-
de organización social y política, estrate-
talladamente caracterizados. En contras-
gias de supervivencia y sistemas de
te, su contraparte norteña no ha gozado
creencias de los conchos. La hipótesis
de la misma atención, sino que, por el
que guía este trabajo gira en torno al
contrario se les ha encasillado en térmi-
vínculo entre seres humanos y naturale-
nos generales como el de «chichimeca»,
za, por lo que los atributos culturales
mismo que no solo posee una fuerte car-
que caracterizaron a los conchos estu-
ga peyorativa, además produce el efecto
vieron influenciados por su relación con
de uniformar cultural y socialmente a co-
el entorno natural de la región ecológica
munidades humanas en las que pode-
Antilha 10 (30) 2021:21-40 23
Antilha
CESUA Sofía Estrada Beltrán
mos encontrar estrategias de organiza-
cales. De modo que comenzaron los
ción política y cultural de muy variada
procesos de conquista en lo que ahora
índole.
es territorio mexicano, los cuales se ex-
Por lo tanto, consideramos que con esta
tendieron por todo el siglo XVI.
investigación se puede hacer un aporte
La primera ciudad importante que cayó
valioso al conocimiento protohistórico e
en manos de los españoles fue Tenoch-
histórico temprano del territorio que aho-
titlán en 1521, debido a las tácticas mili-
ra constituye el estado de Chihuahua, y
tares de Hernán Cortés y sus acompa-
sobre todo de su componente social da-
ñantes. El éxito de estos procesos espe-
do que, mientras más avancemos en el
cíficos de conquista y colonización en
conocimiento de los grupos originarios
dicha área se debió a que la resistencia
mejor comprenderemos la complejidad
indígena se sofocó fácilmente, ya que
de los procesos de colonización de los
los pueblos estaban acotados geográfi-
siglos posteriores.
camente, y el sistema colonial se impuso sobre las instituciones prehispánicas
El siglo XVI en el norte de México: ex-
dentro
ploradores europeos
administrativa desarrollada ya existente
A partir del encuentro de dos continen-
(Rosati, 1995-1996: 393). Poco después
tes que habían permanecido separados
de la conquista del centro del país, Cor-
por muchos siglos, hasta 1492, se inició
tés impulsó una serie de expediciones a
una expansión europea vertiginosa tanto
las costas del océano Pacífico; fueron
política como económica y cultural. La
los miembros de la segunda expedición
corona española envío empresas con el
de 1533, quienes llegaron hasta una
fin de recorrer el territorio, someter a los
bahía que bautizaron como la Paz, des-
habitantes y apropiarse de las tierras loAntilha 10 (30) 2021:21-40 24
de
una
estructura
político-
Antilha
CESUA
Los conchos en el siglo XVI
cubriendo la península de Baja Califor-
te de México y de la franja costera del
nia (Ortega, 1999: 86).
Pacífico (Del Río, 2009: 9-10). Cabe
Contemporáneos al proceso cortesiano,
destacar que el proceso de conquista
hubo otros, movidos por los mismos mo-
guzmaniana, fue brutal y violento contra
tivos y ambiciones, que se adentraron
las tribus nativas en un intento de lograr
en tierra firme en busca de ciudades si-
la pacificación del área (Palacios, 2010:
milares a Tenochtitlán, por su riqueza y
49).
organización, o ciudades míticas pre-
A la par que Nuño de Guzmán, la expedición
sentes en el imaginario colectivo euro-
comandada por Pánfilo de Narváez, que te-
peo. Uno de los casos es la exploración
nía por finalidad la exploración y coloniza-
que emprendió Nuño Beltrán de Guz-
ción de la Florida iniciada en 1527, fue frustrada por diversos factores como fuertes tor-
mán en el occidente y noroeste del ac-
mentas, enfermedades, ataques de los nati-
tual territorio mexicano durante la déca-
vos, entre otros. Solo hubo cuatro sobrevi-
da de 1530, «exacto ejemplo del con-
vientes que eran Álvar Núñez Cabeza de
quistador del siglo XVI—audaz, dinámi-
Vaca, Andrés Dorantes, Bernardino del Cas-
co y valiente—era por añadidura sangui-
tillo Maldonado y el negro Estebanico, los
nario» (Arteaga, 1932: 481). Fundó la
cuales atravesaron el suroeste de Estados
Nueva Galicia en 1532, incluso antes de
Unidos y el Norte de México en busca de
la fundación de la Nueva España. El
algún
principal objetivo de sus expediciones
2009: 17). De esta travesía se desprendie-
fue extender sus conquistas de mar a
ron relatos sobre ciudades llenas de minera-
mar, de modo que al norte de la Nueva
les como el oro y de más riquezas, que avi-
asentamiento
español
(Hurriaga,
varon los mitos de las Siete Ciudades de oro
España se formara un gran reino abierto
como, de las que se contaba que habían si-
a la expansión, que al final fue confor-
do encontradas por siete obispos portugue-
mado por algunas regiones del Occiden-
ses en su escape hacia el Atlántico durante
Antilha 10 (30) 2021:21-40 25
Antilha
CESUA Sofía Estrada Beltrán
la invasión de la Península Ibérica por parte
Además, la «pacificación» que logró Nu-
de los musulmanes, tales ciudades incluso
ño de Guzmán con los indios de las zo-
se dibujaban en los mapas del siglo XVI,
nas facilitaba las expediciones. Por esto,
pues se encontraban en el imaginario colec-
se puso en marcha otra excursión en
tivo de aquella época (Weber, 2000: 45)
1540 a cargo de Francisco Vázquez de
(Fig. 2).
Coronado, cuyo objetivo era encontrar
A causa de las noticias recibidas de par-
las ciudades ricas y poblar donde fuera
te de Cabeza de Vaca y sus acompa-
adecuado (Del Río, 2009: 11). Al aden-
ñantes, se estimuló el interés por reco-
trarse en la región, las grandes urbes
rrer y conquistar los territorios del norte.
jamás aparecieron. Sólo se pudo com-
Fig. 2. Las siete ciudades de Cíbola. Fragmento del mapa de la costa occidental de México y América del Norte, Japón y parte de la costa de Asia, Joan Martines, 1578; Harley MS 3450, British Library, ff. 10v-11r.
Antilha 10 (30) 2021:21-40 26
Antilha
CESUA
Los conchos en el siglo XVI
probar que «Quivira no era sino un terri-
2010: 52). Este fue el antecedente de la
torio poblado por gente que se dedicaba
Guerra Chichimeca que se efectuó du-
a la cacería de bisontes, que no sabía
rante los últimos cincuenta años del siglo
nada de metales preciosos y que ni si-
XVI, en la provincia de los chichimecas
quiera sembraba la tierra» (Ibíd.: 12),
que se ubicaba al occidente de Queréta-
por lo que emprendieron el camino de
ro, hacia el norte de Michoacán y hacia
regreso a la Nueva España, mientras las
el noroeste desde Guadalajara (Powell,
esperanzas de encontrar riquezas em-
1985: 20).
pezaron a desvanecerse.
No obstante, para 1546, hubo un avance
Mientras tanto, el descontento de los
en la frontera septentrional por parte de
grupos indígenas generado por la vio-
los ganaderos, algunos misioneros que
lencia, destrucción y esclavitud en la zo-
se aventuraban a lo desconocido, y las
na que ocasionó Nuño de Guzmán pro-
expediciones militares formadas por eu-
dujo la llamada «Guerra del Mixtón»,
ropeos con experiencia en las luchas
cuando los indígenas caxcanes se le-
con los nativos. Se formaron pequeños
vantaron en una sangrienta rebelión
núcleos españoles en los límites del te-
contra los asentamientos españoles y la
rritorio chichimeca sin mucho optimismo,
expansión hispánica, entre 1541 y 1542,
siempre con el miedo de alguna rebelión
en territorios de la
Nueva Galicia
chichimeca (Ibíd.: 25). Fue en ese año
(Medrano, 2015: 786). La intensidad del
que un grupo de exploradores comanda-
enfrentamiento requirió la presencia del
do por Juan de Tolosa y algunos misio-
Virrey Antonio de Mendoza que acudió a
neros, salieron en otra travesía y acam-
la pacificación, sin embargo, los españo-
paron al pie de un gran cerro, al que lla-
les y sus aliados estuvieron a punto de
maron «de la Bufa», en el cual encontra-
ser derrotados en esta lucha (Palacios,
ron un yacimiento de plata, mineral pre-
Antilha 10 (30) 2021:21-40 27
Antilha
CESUA Sofía Estrada Beltrán
ciado por los europeos, en el territorio
dos de la seguridad de los viajeros, y
que actualmente es Zacatecas. Diego de
facilitó el establecimiento de comunida-
Ibarra, por su parte, aprovechó esté
des españolas en aquellas regiones de
avance, así como los primeros asenta-
«barbaros». Asimismo, inició una nueva
mientos europeos en la zona y la ganan-
etapa de exploradores españoles en el
cia derivada de la explotación de los ya-
norte.
cimientos, para financiar exploraciones
Esta
al norte que estuvieron en manos de su
«Guerra Chichimeca», mencionada an-
sobrino Francisco de Ibarra (Ibíd.: 27).
teriormente, la cual fue la continuación
Así pues, el descubrimiento de las minas
de las agresiones perpetradas por parte
de plata en territorio zacatecano dio pa-
de las tribus indígenas del norte, y de
so a una nueva etapa en la conquista
las luchas durante la «Guerra del Mix-
del norte de México durante la segunda
tón», contra la creciente población euro-
mitad del siglo XVI, caracterizada por su
pea, a la que embestían, y destruían los
enfoque en objetivos concretos y mate-
campos mineros, ranchos de ganados,
riales preciosos existentes, y no sólo
entre otros. Esta clase de ataques fue-
guiados por mitos o esperanzas, a pesar
ron aumentando hasta que se convirtie-
de encontrarse en un contexto de guerra
ron en una guerra constante. A medida
permanente contra los naturales de la
que pasó el tiempo las hostilidades se
zona. Además, se construyó un camino,
volvieron más violentas (Powell, 1945:
el cual conectaba la capital de la Nueva
315). El conflicto fue muy difícil para la
España y una creciente Zacatecas, lla-
administración española, y no fue hasta
mado el Camino de la Plata (Rodríguez,
1590 que se logró una relativa paz en la
2013: 56), que fomentó la edificación de
frontera chichimeca, gracias a los méto-
presidios a lo largo de la ruta, encarga-
dos misionales. La derrota militar espa-
Antilha 10 (30) 2021:21-40 28
fase
estuvo
marcada
por
la
Antilha
CESUA
Los conchos en el siglo XVI
ñola contra los chichimecas se debió a
Del fruto de su travesía se fundó el
la falta de armamento y también la pre-
Reino de la Nueva Vizcaya en 1574
sencia de soldados pobres, así como
(Porras, 1967: 15). Fue Ibarra, quien
una mala organización y la poca aten-
inició y desarrolló el trabajo de conquis-
ción virreinal a la lucha. Además, era
ta, colonización y catequización de la zo-
más complicado conquistar a un indio
na, transformándola en poco tiempo. Los
nómada, conocedor de grandes regio-
territorios conquistados iban desde Za-
nes, experto en arco y flecha en las em-
catecas hasta el río Conchos, cerca de
boscadas (Powell, 1945: 316-317). Esta
éste se fundaría el mineral de Santa Bár-
guerra fue la razón del inicio de los pre-
bara, y por el occidente hasta la Sierra
sidios y misiones como instituciones bá-
Madre que separa Durango de Sinaloa.
sicas de la frontera, así como de algu-
En éste último territorio reconquistó la
nos poblados defensivos, sin los cuales
región de Chiametla, conquistada por
hubiera sido más complicada la coloni-
Nuño de Guzmán años antes (Saravia,
zación del área.
1967: 246-247).
Hacia 1554, Francisco de Ibarra, a la
La finalidad de Ibarra, desde el inicio de
edad de 15 años, se aventuró a las re-
su travesía, fue la organización de los
giones norteñas de Zacatecas. Sus ex-
poblados que descubría para facilitar el
ploraciones duraron más de dos déca-
asentamiento de los españoles recién
das, y su resultado fue la configuración
llegados, así sería menos complicado el
de la provincia más lejana que llevaría
comienzo de la producción para el soste-
por nombre «Nueva Vizcaya» (Powell,
nimiento de los europeos. Por lo tanto,
1985: 72). Recorrió los actuales estados
buscaba los sitios más favorecidos para
de
Zacatecas,
la vida futura, fijándose principalmente
Chihuahua, Sonora, Sinaloa y Coahuila.
en los lugares con yacimientos minera-
Durango,
parte
de
Antilha 10 (30) 2021:21-40 29
Antilha
CESUA Sofía Estrada Beltrán
les, asegurando el interés de las perso-
más lejanos del norte dado que fueron
nas y de la administración colonial (Ibíd.:
los últimos religiosos en llegar al conti-
248).
nente americano. Hacia 1590 se asenta-
El último explorador del siglo XIV que
ron los primeros frailes en Zacatecas y
transitó por las regiones desérticas del
Durango por orden del obispo de Gua-
norte novohispano, fue Juan de Oñate.
dalajara, en diferentes puntos de la Nue-
El encargado de conquistar las tierras de
va Vizcaya (Saravia, 1978: 226). Sin
Nuevo México, salió de Santa Bárbara
embargo, en lo que hoy es el estado de
hacia el norte, por lo que también tuvo
Chihuahua, comenzaron a tener contac-
contacto con grupos indígenas del terri-
to con tarahumaras y tepehuanes, así
torio.
como la fundación de las misiones, ape-
En cuanto a los conquistadores del alma
nas a principios del siglo XVII (Ibíd.: 61).
y espíritu, es decir, los misioneros, éstos
Para finalizar, los desarrollos coloniales
acompañaron las expediciones desde un
desde los últimos años del siglo XV has-
principio. Sin embargo, los primeros en
ta la totalidad del siglo XVI se pueden
asentarse en la Nueva Vizcaya, fueron
dividir en tres momentos importantes: el
los frailes de la provincia del Santo
primero en el que se llevaron a cabo,
Evangelio de México, pertenecientes a
por un lado, el descubrimiento del conti-
los franciscanos en 1562, al sur de Du-
nente americano y el inicio de los prime-
rango. Pero no fue sino hasta 1574 que
ros procesos de conquista en la parte
se fundó la primera misión en territorio
centro, sur y occidente del territorio me-
chihuahuense a mano de los francisca-
xicano, y por el otro, los primeros en-
nos (Bargellini, 1997: 23).
cuentros y desencuentros de los explo-
Por otro lado, a la orden jesuita le tocó
radores en el norte de México dirigidos a
establecer sus misiones en los lugares
esas tierras inhóspitas por cuestiones
Antilha 10 (30) 2021:21-40 30
Antilha
CESUA
Los conchos en el siglo XVI
mitológicas y de ambición; otro momen-
ron en diferentes polos: la resistencia y
to ocurrió durante la segunda etapa del
el sometimiento, entre estos estaban los
siglo XVI en el que se presentaron pro-
conchos.
cesos de conquista y colonización guia-
dos por el descubrimiento de yacimien-
Los conchos a través de las relacio-
tos mineralógicos; y por último, el tercer
nes de exploradores españoles
momento, durante los últimos años del
Uno de los mayores obstáculos al mo-
siglo, con el establecimiento de misio-
mento de historiar el norte novohispano
nes a cargo de las órdenes religiosas.
es la clasificación de los grupos indíge-
Además, el proceso de colonización nor-
nas que habitaban estas regiones antes
teño, a diferencia de la conquista, fue
de la llegada de los europeos, y durante
dirigido directamente por la gestión de la
el periodo histórico temprano, es decir,
Nueva España, y no por la corona espa-
los primeros encuentros entre los grupos
ñola, lo que indica un diferente status
nativos americanos y los exploradores
administrativo en el manejo de las ex-
extranjeros. Cuando los españoles arri-
ploraciones en el norte.
baron a tierras norteñas en el siglo XVI
En definitiva, el siglo XVI estuvo lleno de
en su mayoría encontraron asentamien-
dinamismo y de cambios profundos que
tos pequeños y disgregados, sin niveles
transformarían completamente el desa-
sociales ni económicos organizados y
rrollo de Europa y América, así como la
completamente
visión que se tenía del mundo y de la
2000: 381). O por lo menos así les pare-
sociedad. Esto fue una consecuencia de
cía, pues lo comparaban con lo visto en
los procesos de colonialismo que trans-
el centro y sur del virreinato.
formó las culturas de todos los grupos
Los «conchos», fue el nombre genérico
sociales que participaron y se relaciona-
bajo el cual los españoles agruparon al-
Antilha 10 (30) 2021:21-40 31
diferenciados
(Deeds,
Antilha
CESUA Sofía Estrada Beltrán
rededor de veinticinco grupos humanos
verano. La vegetación que lo cubre es,
que se encontraban dispersos en un
en su mayoría, matorral xerófilo, dentro
gran territorio de lo que hoy es el Estado
de un ecosistema desértico. Estos mato-
de Chihuahua, en las inmediaciones del
rrales son resistentes a la sequía, y con
río Conchos (con una longitud aproxima-
la posibilidad de almacenar agua en sus
da de 900 kilómetros), y alrededor de
raíces. También hay pastizales, de los
algunas de sus afluentes. Se les deno-
cuales muchos de ellos son comestibles.
minó con ese nombre por la cantidad de
Además del río Conchos, hay otras
moluscos que había en el río, llamándo-
fuentes de agua como las lagunas, en
le el «río de las conchas» y por lo tanto
las que habita fauna acuática. También
a los indígenas «conchos» (AAVV, 1871:
predominan coyotes (Canis latrans), zo-
566). Su territorio se ubicó al norte de la
rrillos (Memphitis macroura), víboras de
provincia de Santa Bárbara, en el actual
cascabel (Crotalus scutulatus), tortugas
municipio de Santa Bárbara, primer
del desierto (Terrapene ornata), entre
asentamiento español fundado en terri-
otros animales característicos de los
torio chihuahuense. Este grupo además
ecosistemas desérticos (Guevara, 1985:
convivió con otros nativos como los
11-12).
«tarahumaras» al oeste, «tobosos» en el
Sobre los conchos hay descripciones
sureste y «tepehuanes» en el sur, entre
heterogéneas que se contradicen entre
otros grupos esparcidos por el norte del
ellas, quizá por la cantidad de subgru-
territorio concho (Griffen, 1979: 8).
pos dentro de tan gran territorio. Sin em-
La región en la que se desarrollaron los
bargo, hay coincidencias en cuanto a los
conchos, es una extensión sumamente
modos de vida. Entre las descripciones
árida con un clima seco y extremoso,
generales que proporcionan los explora-
cuya temporada de lluvias es durante el
dores, se encuentra la de Baltasar de
Antilha 10 (30) 2021:21-40 32
Antilha
CESUA
Los conchos en el siglo XVI
Obregón, quien decía que «los conchos
Es posible que esta contradicción se de-
son bárbaros, sucios, mal inclinados,
ba a la diferencia entre nativos que se
bestiales y mal atestados; llaman al
encontraban en dicho río, mostrando que
maíz sanate, del agua bate» (Obregón,
no todos se comportaban de la misma
1924: 248), haciendo alusión a su origen
forma. No obstante, otros testimonios
chichimeca, cuya barbarie era el sello
muestran
de distinción de estos grupos, e induda-
«conservadores» y «civilizados», dado
blemente no podían faltar esta clase de
que mencionan grupos cercanos a Santa
concepciones al enfrentarse con indíge-
Bárbara que andaban vestidos, recha-
nas cuya forma de vida era sumamente
zando la visión del chichimeca desnudo:
distinta de los encontrados en el sur co-
«adelante de la Governación de Diego
lonial. A pesar de esto, en otra sección
de Ibarra, habia cierta poblacion de in-
de su obra, menciona que
dios que tenían algodon y hacian mantas
a
los
nativos
más
…fueron marchando sesenta le-
de que se vestian» (AAVV, 1871: 82). Es
guas por las tierras y gente que
comprensible que los naturales portaran
nombran los conchos que asisten
indumentaria para su protección contra
en el río de Conchas, los cuales
el intenso clima y los rayos solares.
son bautizados y se comunican
Con respecto de las estrategias de su-
con cristianos, por cuya causa reci-
pervivencia, entendidas como cualquier
bieron de paz a los descubridores,
actividad realizada con el fin de obtener,
sirviéronlos y diéronles los basti-
transformar o almacenar algún recurso o
mentos que tenían de buena gana
materia prima, como fauna y flora, para
(Obregón, 1924: 246).
su aprovechamiento, los Conchos son descritos, por un lado, como nómadas, y por el otro como agricultores sedenta-
Antilha 10 (30) 2021:21-40 33
Antilha
CESUA Sofía Estrada Beltrán
rios; posiblemente las diferentes bandas
maneras, y hacían una conserva muy
se hayan dedicado a una u otra de estas
dulce de nombre «mascale» hecha a
actividades, o hayan alternado las dos
partir de pencas de lechuguilla (De Es-
según sus necesidades. Algunos gru-
pejo, 2004). Lo anterior como resultado
pos, realizaban la caza y recolección,
de un conocimiento profundo del ecosis-
cuyos miembros andaban desnudos, se
tema en el que se desenvolvían. Adicio-
mantenían de raíces y otras cosas del
nalmente, De Espejo menciona que el
campo (AAVV, 1871: 83), y en contraste
río, les proporcionaba sal: «tienen sali-
se menciona que:
nas de lagunas de agua salada, que en
…adelante de la dicha gobernación
tiempos del año, se viene a cuajar y a
de Francisco y Diego de Ibarra,
hacer sal como la de la mar» (De Espe-
muy lejos della, abia muy grandes
jo, 2004), por lo que se aprecia la diver-
oblaciones de indios […] que se
sidad de recursos de los que podían
sustentaban de maíz e gallinas de
echar mano.
la tierra, y frisoles y calabazas, y
Baltasar de Obregón, por su parte,
carne de vaca (AAVV, 1871: 89).
menciona dos grupos nativos llamados «pasaros» y «rayados», que se encon-
Por lo que había agricultura. Según An-
traban en las inmediaciones del río Con-
tonio de Espejo, se mantenían de la ca-
chos, los cuales tenían una
za de conejos, liebres y venados, por su
…manera de vivir de indios silves-
gran abundancia; de frutas como los me-
tres, son desnudos, no siembran
lones de castilla y las sandias que sem-
maíz, sustentándose de mezquite,
braban, labraban y cultivaban; aprove-
tuna dátil, caza y pescado del río;
chaban su cercanía al río y sus afluentes
serán malos de superar porque no
para alimentarse de pescado de muchas
tienen casas de asiento y sus co-
Antilha 10 (30) 2021:21-40 34
Antilha
CESUA
Los conchos en el siglo XVI
marcanos los imitan en el modo de
con paja, localizadas no a mucha distan-
vivir (Obregón, 1924: 247).
cia entre cada una. Se organizaron con base en cacicazgos, que se distinguieron
Por lo tanto, los conchos tenían las dos
por no presentar una división social de
formas de subsistencia más comunes: la
clases pero tampoco eran igualitarias,
caza-recolección y la agricultura, ya que
pues existía una jerarquía entre los indi-
la riqueza del entorno se los permitía.
viduos (Sarmiento, 1986, 35), por lo que
Pues al estar cerca de una fuente de
los caciques tenían el poder en cada
agua podían realizar cosechas, o por la
ranchería y estaban comunicados entre
misma diversidad de la región podían
ellos. Además, se menciona que había
vivir sólo de frutos y de las especies que
una buena traza en los pueblos (De Es-
habitaban en ella. Asimismo, otra forma
pejo, 2004). Dentro de estos grupos
de acceso a recursos era el intercambio
existía una organizada sociedad estratifi-
entre comunidades, Cabeza de Vaca
cada con un cacique, como cabeza de
menciona que en uno de los asenta-
autoridad, convirtiendo a la sociedad en
mientos indígenas habían encontrado
una subdivisión política dentro del con-
maíz, a pesar de que ellos no lo sem-
junto regional, lo cual ayudó a la buena
braban, sino que lo conseguían en don-
planificación dentro de los pueblos, que
de el sol se ponía (Núñez Cabeza de
se vio reflejada en la forma de organiza-
Vaca, 1906: 115), por lo que es posible
ción de las viviendas. Cabeza de Vaca
que fuera sembrado por otro grupo, y
hace mención de que los indígenas que
posteriormente se realizara un trueque
vivían a lo largo del río Conchos no eran
entre bandas.
precisamente
Los «conchos», se agrupaban en ran-
«dijéronnos también que entretanto que
cherías, es decir, en conjunto de jacales
nosotros fuésemos por el río arriba, iría-
Antilha 10 (30) 2021:21-40 35
amigables
entre
ellos:
Antilha
CESUA Sofía Estrada Beltrán
mos siempre por gente que eran sus
ñor, y les da lo que tienen (De Es-
enemigos y hablaban su misma len-
pejo, 2004).
gua» (Núñez Cabeza de Vaca, op. cit.: 116), a pesar de tener afinidad cultural
Por otro lado, Baltasar de Obregón indi-
por el idioma, así como un territorio en
ca que los nativos les decían a los ex-
común, no había una buena relación en-
ploradores que pasaban por sus tierras
tre todas las rancherías.
que
Con relación a los sistemas de creen-
…habían bajado del cielo y que
cias, es decir, el conjunto de ideas y
eran hijos de el sol, hacían señales
concepciones que conforman la religión
hacia el cielo, ceremonia que usan
que profesaban estos grupos, Antonio
a manera de respeto y reconoci-
de Espejo menciona que «no les halla-
miento del sol a quien adoran por
mos que tuviesen ídolos ni que hiciesen
su dios (Obregón, 1924: 252).
sacrificios algunos» (1582). A pesar de esto, unas pocas leguas, delante de
Por consiguiente, los grupos conchos
donde De Espejo se percató de la falta
tenían al menos un dios, el Sol, y que a
de ídolos, todavía dentro del territorio
diferencia de los grupos mesoamerica-
concho, refiere que
nos, no practicaban ningún tipo de sacri-
…estos indios tienen al parecer
ficio humano, ni tenían imágenes de dio-
alguna lumbre de nuestra santa fe
ses a cuales venerar. También De Espe-
católica, porque señalan a Dios
jo explica que unas leguas arriba sobre
Nuestro Señor mirando al cielo, y
el río del Norte, en otra nación de indios,
le llaman Apalito, en su lengua, y
se hacen danzas y fiestas (1582), por lo
que él es a quien conocen por Se-
que es posible que se ofrezcan a algún dios, y a su vez, que los conchos hayan
Antilha 10 (30) 2021:21-40 36
Antilha
CESUA
Los conchos en el siglo XVI
tenido una práctica similar. En cuanto a
para indicar a su dios, pudiéndose referir
su incipiente fe católica, no se puede
al Sol o a otro astro celeste, esto toman-
comprobar que tuvieran la misma noción
do en cuenta la región ecológica desérti-
de Dios como los españoles.
ca y semidesértica en la que prospera-
ron caracterizada por la aridez, y el calor Consideraciones finales
extremo, por lo que, es probable que su
En conclusión, los diferentes grupos que
deidad más importante esté relacionada
en conjunto fueron llamados conchos,
con el Sol, o tenga alguna vínculo con
tuvieron diferencias ocasionadas por la
los aspectos del entorno.
variedad de formas con las que aprove-
Lamentablemente, la información propor-
charon su medio ambiente. Lo anterior
cionada por las fuentes es limitada para
es más evidente en cuanto a los tipos
articular la razón de su forma de organi-
de subsistencia que practicaban, ya que
zación política y social con el ambiente
a pesar de que todos los grupos se
en el que se desarrollaron. Sin embargo,
desarrollaron en las cercanías del río
se demuestra un nivel avanzado de je-
Conchos, su forma de adaptación al am-
rarquización con una formación de caci-
biente fue diferente, y podemos encon-
cazgo, y un agrupamiento de personas
trar tanto cazadores-recolectores como
dentro de límites establecidos, a diferen-
grupos sedentarios y seminómadas, por
cia de lo que se cree por considerarse
ende, una alimentación rica en nutri-
grupos chichimecas.
mentos. A su vez, hay similitudes en los sistemas
Bibliografía
de creencia, en los cuales no se encon-
AAVV 1871 [1582-1583] «Testimonio dado en Méjico sobre el descubrimiento de doscientas leguas adelante, de las minas de Santa Bárbola, goberna-
tró algún templo o lugar de adoración, sino que los indígenas realizaban señas Antilha 10 (30) 2021:21-40 37
Antilha
CESUA Sofía Estrada Beltrán
ción de Diego de Ibarra; cuyo descubrimiento se hizo en virtud de cierta licencia que pidió Fr. Agustin Rodriguez y otros religiosos franciscanos. Acompañan relaciones de este descubrimiento y otros documentos» en Colección de Documentos Inéditos, relativos al descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones españolas en América y Oceanía, sacados de los Archivos del Reino, y muy especialmente del de las Indias. TOMO XV. Imprenta de José María Perez, Madrid, España. Pp. 80-151.
cas, Universidad Nacional Autónoma de México, México. Pp.381-391. Espejo, Antonio de 2004 [1582] «Expediente y relación del viaje que hizo Antonio de Espejo con catorce soldados y un religioso de la orden de San Francisco, llamado fray Agustín Rodríguez; el cual debía de entender en la predicación de aquella gente». Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Disponible en http:// www.cervantesvirtual.com/obravisor/expediente-y-relacion-del-viajeque-hizo-antonio-espejo-con-catorce -soldados-y-un-religioso-de-la-ordende-san-francisco-llamado-frayagustin-rodriguez-el-cual-debia-deentender-en-la-predicacion-deaquella-gente--0/html/0016df12-82b2 -11df-acc7002185ce6064_2.html#I_0_, Consultada en agosto de 2021.
Arteaga, Armando. 1932 «Fray Marcos de Niza y el descubrimiento de Nuevo Mexico», en The Hispanic American Review, Vol. 12, N°4. Pp. 481-192. Bargellini, Clara. 1997 Misiones y Presidios de Chihuahua. Gobierno del Estado de Chihuahua, Chihuahua, México.
Griffen, William B. 1979 Indian Assimilation in the Franciscan Area of Nueva Vizcaya. University of Arizona Press, USA.
Deeds, Susan M. 2000 «Como historiar con poca historia y menos arqueología: clasificación de los acaxees, xiximies, tepehuanes, tarahumaras y conchos» en Nómadas y sedentarios en el norte de México. Homenaje a Beatriz Braniff. Marie-Areti Hers, José Luis Mirafuente, Maria de los Dolores Soto y Miguel Vallebueno (Eds.) Instituto de Investigaciones Antropológicas, Instituto de Investigaciones Históricas, Instituto de Investigaciones Estéti-
Guevara Sánchez, Arturo. 1985 Los conchos. Apuntes para su monografía. USED-INAH, México. Harley MS 3450 1578 Atlas of 17 sea charts by Joan Martines, British Library, UK. Hurriaga de la Fuente, José. 2009 Viajeros en el estado de Chihuahua. Instituto Chihuahuense de la Cultura,
Antilha 10 (30) 2021:21-40 38
Antilha
CESUA
Los conchos en el siglo XVI
México. Porras Muñoz, Guillermo. 1967 «Diego de Ibarra y La Nueva España» en Estudios de Historia Novohispana, Vol.2. Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Nacional Autónoma de México, México. Pp. 128.
Medrano Enríquez, Angélica María. 2005 «En busca de los muertos en los campos de batalla (Guerra del Mixtón1540-1541): la aplicación de las técnicas arqueológicas» en Estudios de Antropología Biológica, Vol. 12, No 2. Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de México, México. Pp. 781-793.
Powell, Philip W. 1945 «The Chichimecas: Scourge of the Silver Frontier in Sixteenth-Century Mexico» en The Hispanic American Historical Review, Vol. 25, N°33. Duke University Press, Durham, Carolina del Norte, USA. Pp. 15- 338.
Núñez Cabeza de Vaca, Alvar. 1906 [1555] Relación de los naufragios y comentarios de Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Tomo 1. Librería General de Victoriano Suárez, Madrid.
1985
Obregón, Baltasar de. 1924 [1584] Historia de los descvbrimientos antiguos y modernos de la Nveva España. Editorial de la Secretaría de Educación Pública, México.
La Guerra Chichimeca (1550-1600). Fondo de Cultura Económica, México.
Río, Ignacio del. 2009 «La Norteamérica hispánica en el siglo XVI» en Estudios históricos sobre la formación del norte de México, Serie Historia Novohispana, Vol. 82. Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Nacional Autónoma de México, México. Pp.7-26.
Ortega Soto, Martha. 1999 «Colonización de Alta California: primeros asentamientos españoles» en Signos Históricos, Vol. 1. Universidad Autónoma Metropolitana, México. Pp. 84-102.
Rodríguez García, Elsa. 2013 «El Camino Real de Tierra Adentro: un sendero recorrido» en Diario de Campo, Nueva Época, Vol. 11. Instituto Nacional de Antropología e Historia, México. Pp. 55-5.
Palacios Díaz, Mario Arturo. 2010 «La Guerra del Mixtón, el origen de la Guerra Chichimeca del siglo XVI» en Horizonte Histórico, N° 2, revista semestral de los estudiantes de la Licenciatura en Historia de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, Aguascalientes, México. Pp. 49-52.
Rosati Aguerrì, Hugo 1995-1996 «El imperio español y sus fronteras: Mapuches y Chichimecas en la segunda mitad del siglo XVI» en Historia, Vol. 29. Instituto de Historia,
Antilha 10 (30) 2021:21-40 39
Antilha
CESUA Sofía Estrada Beltrán
Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile. Pp. 391-404. Sánchez Fernández, Juan Oliver 1996 «Ecología y Cultura» en Política y Sociedad, Vol. 23. Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España. Pp. 51-64. Saravia, Atanasio G 1978 Obras I: Apuntes para la Historia de la Nueva Vizcaya. Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Nacional Autónoma de México, México. Sarmiento Fradera, Griselda. 1986 «La sociedad cacical agrícola, hipótesis y uso de indicadores arqueológicos» en Boletín de Antropología Americana, Vol. 13 (julio). Instituto Panamericano de Geografía e Historia, México. Pp. 33-64. Servín Herrera, Enrique Alberto 2018 «¿Quiénes fueron los Conchos?» en Correo del Norte. Secretaría de Cultura, Chihuahua, México. Pp. 7-8. Weber, David J. 2000 La frontera española en América del Norte. Fondo de Cultura Económica, México.
Antilha 10 (30) 2021:21-40 40
Antilha
CESUA
PRODIGIOS Y MILAGROS EN TORNO A LOS CAMINOS REALES NOVOHISPANOS América Malbrán Porto1 Artículo recibido 20/10/2021 Artículo aceptado 19/10/2021 Resumen: No debieron ser escasos los relatos de prodigios en torno al Camino Real de Tierra Adentro, o a otros caminos ignotos de la Nueva España. Caminantes, viajeros, frailes misioneros, soldados, y arrieros alimentaron la idea de lo fantástico en torno a los caminos, hallazgos y lugares visitados, probablemente en parte por temor a lo desconocido, a lo largo del recorrido o en agradecimiento después de un percance, tan comunes entre los siglos XVI y XIX, ya sea a manos de bandoleros o indios rebeldes. Algunos de estos relatos se perdieron en el tiempo, otros quedaron plasmados en escritos y unos más fueron llevados a la realidad al construir capillas o iglesias prometidas tras la salvación. Este trabajo recorre algunos de esos derroteros desentrañando estas historias, relacionadas con caminos novohispanos a partir de la revisión de crónicas y relatos de viajeros. Palabras clave: viajeros, Camino Real, prodigios, apariciones, evangelización. Abstract: The stories of prodigies around the Camino Real de Tierra Adentro, or other unknown roads of New Spain should not have been rare. Walkers, travelers, missionary friars, soldiers, and muleteers fed the idea of the fantastic around the roads, finds and places visited, probably in part out of fear, of the unknown, along the way or in gratitude after a mishap. So common between the 16th and 19th centuries, whether at the hands of bandits or rebellious Indians. Some of these stories were lost in time, others were recorded in writing and some more were brought to reality by building chapels or churches promised after salvation. This work covers some of these paths unraveling these stories, related to New Spain roads from the review of chronicles and traveler’s stories. Keywords: travelers, Camino Real, prodigies, apparitions, evangelization. 1 Profesor investigador Centro INAH Chihuauha. Actualmente desarrolla el Proyecto de Arqueología Histórica Camino Real de Tierra Adentro, Chihuahua. Antilha 10 (30) 2021:41-56 41
Antilha
CESUA América Malbrán Porto
los recorridos, sobre todo al norte de la
Introducción
L
as historias de prodigios, ma-
Nueva España, lugar habitado por indios
ravillas y aparecidos en torno
bárbaros y rebeldes que no se habían
a los caminos reales de la
sometido a la Corona española. Aque-
Nueva España no debieron ser escasos
llos que tenían la posibilidad económica,
en estas tierras recién conquistadas. Ca-
en agradecimiento de los auxilios pres-
minantes, viajeros, frailes misioneros,
tados durante la travesía, terminaron por
soldados y arrieros alimentaron la idea
mandar a construir capillas o iglesias
de lo fantástico y sobrenatural en torno a
prometidas tras la salvación.
los caminos, hallazgos y lugares visitados; probablemente en parte por temor a
Los Caminos Reales en la Nueva Es-
lo que pudiera suceder a lo largo del re-
paña
corrido; a lo que se escuchaba sobre su-
Después de la conquista, a lo largo de
cesos que les habían ocurrido a otros
toda América, y siguiendo los preceptos
viajantes; en agradecimiento después de
de la Corona Española, se estableció
algún percance, tan comunes entre los
una extensa red de Caminos Reales;
siglos XVI y XIX, ya sea a manos de
que eran aquellos subvencionados por
bandoleros o indios rebeldes; o bien
la Corona. A este respecto la Recopila-
simplemente para tener algo fabuloso
ción de Leyes de los Reinos de las In-
que contar.
dias (1681) instruía que:
Algunos de estos relatos se perdieron en
Los Prefidentes ordenen lo que más
el tiempo, otros quedaron plasmados en
convenga a la buena gobernación y
escritos y crónicas de los mismos frailes
policia de las Ciudades y poblaciones
y viajeros quienes se encomendaban a
de fus diftritos, y los Oidores no impi-
los santos para protegerse a lo largo de
dan á los Cabildos y Concejos el cui-
Antilha 10 (30) 2021:41-56 42
Antilha
CESUA
Prodigios y milagros en torno a los caminos...
dado de entender con los Efpañoles,
Camino
e Indios en hazer fuentes, puentes,
de los Reyes que corría de
San Agustín (Florida) a México;
calçadas, alcantarillas, falidas de las
Camino
Real de California, la vía de
calles para las aguas […] empedrar,
comunicación terrestre que unía las
taffar mantenimiento, aderezar cami-
misiones de la Baja California con la
nos, y hazer las demás cofas que de-
Alta California.
ven proveer para fu confervacion
Camino
(Recopilación de leyes de los reinos
Real de los Tejas que unía
Tejas con Luisiana.
de las Indias…, 1681:215v).
Camino
Real de Tierra Adentro que
unía la Ciudad de México con Santa En el caso del Virreinato de la Nueva
Fe, actualmente en Estados Unidos.
España los Caminos más importantes que se trazaron, muchas veces siguien-
Milagros y aparecidos en el camino
do rutas prehispánicas ya conocidas,
El avance de los caminos, más allá de la
fueron:
capital de la Nueva España, estuvo
Camino
Real de México-Veracruz
acompañado por algunos eventos sobre-
Camino
Real de México-Acapulco
naturales. De hecho este tipo de suce-
Camino
Real a Tehuantepec, pa-
sos se da desde el momento mismo de
sando por Oaxaca Camino
la ocupación española, cuando los con-
Real de Chiapas que unía
quistadores adoptan en las batallas, san-
México con Guatemala. Camino
tos guerreros, como Santiago cuya
Real (Yucatán), ruta abierta
«simbología reconquistadora comparte
desde el siglo XVI entre las pobla-
su lugar de honor con san Hipólito (ya
ciones de Mérida, Yucatán y San
que en su día, 13 de agosto, fue tomada
Francisco de Campeche (México).
la ciudad de México-Tenochtitlan) y con
Antilha 10 (30) 2021:41-56 43
Antilha
CESUA América Malbrán Porto
san Miguel, fuerza celeste que vence al Demonio, patrono de las idolatrías y esencia de los dioses antiguos» (Rubial García, 1999:15).
Probablemente Santiago Caballero fue quien, a lo largo de diversas batallas, se manifestó en mayor número de ocasiones: catorce, de acuerdo a Rafael Heliodoro Valle (1946:19-20). Una de las más destacadas tal vez sea la aparición que lo relaciona con la fundación de la ciudad de Querétaro, en el cielo de Sangremal hacia 1531, donde se llevó a cabo una batalla que parecía no inclinarse para bando alguno, hasta el momento en
Fig.1. Alegoría de la fundación de Querétaro, mural en el templo de la Santa Cruz de los milagros. Tomado de El Adobero, 2016.
que asomaron en el cielo la cruz y el apóstol Santiago, la visión de ambas imágenes decidió el curso de la lucha en
cha reñida, peleando sin armas a
contra de los llamados bárbaros (Fig.1).
brazo partido y sin dejar de herirse a
Este prodigio fue registrado por el fran-
puño cerrado cuerpo a cuerpo. Re-
ciscano Isidro Félix de Espinosa, en
sonaban entre tanto las cajas y clari-
1746, de la siguiente manera:
nes, y dispararon los que quedaron a
Afrontados cristianos y gentiles, y
la vista a carga cerrada los fusiles a
puestos en fila con orden numérico,
lo alto, pues sin armas se había pac-
se trabó de una y otra parte una lu-
tado el conflicto; y con la polvareda
Antilha 10 (30) 2021:41-56 44
Antilha
CESUA
Prodigios y milagros en torno a los caminos...
que levantaron los pies y las voces
Muchos de los eventos, aunque no nece-
que resonaban al aire, a que se jun-
sariamente sobrenaturales, fueron toma-
taba el humo de la pólvora y las fle-
dos como tales por conquistadores y frai-
chas disparadas al viento, se obscu-
les, un ejemplo de ello nos lo da Palou
reció el día con tal opacidad que
(1990) sobre el recorrido desde Veracruz
congojaba los ánimos de unos y
a la ciudad de México, realizado por Fray
otros combatientes (pudo causar es-
Junípero Serra quien, en 1749, decidió
ta melancólica luz algún eclipse) […]
hacer a pie dicho camino y fue acompa-
cuando en medio de la densa obscu-
ñado por otros misioneros recién llega-
ridad que observaron, no sólo los
dos a la Nueva España. En palabras de
que venían de conquistadores sino
Palou, no pasó mucho tiempo para que
los mismos gentiles al tiempo) de la
los caminantes experimentaran «la sin-
refriega que dejamos escrita, vieron
gular asistencia del Todopoderoso».
todos una claridad tan activa que les
En una de las jornadas, que fue más
robó las atenciones, y en el centro
larga de lo que pensaban (después
una cruz refulgente como de cuatro
de muy entrada ya la noche), llega-
varas, entre blanca y roja, suspensa
ron a la orilla de un río, que según
en el aire y a su lado una imagen
les habían noticiado, tenían que pa-
que les representaba al Patrón de
sar antes de llegar al pueblo donde
las Españas Señor Santiago, casi
habían de parar: reconocieron luego
perpendicularmente sobre el centro
lo crecido que era el peligro que
donde se colocó después la Cruz de
amenazaba al que intentase pasarlo
Piedra
sin conocimiento del único vado que
(De
Espinosa,
1964:103-
105).
tenía. Estos motivos, lo tenebroso de la noche y la absoluta falta de quien
Antilha 10 (30) 2021:41-56 45
Antilha
CESUA América Malbrán Porto
les enseñase el vado, fueron la ré-
dio de cenar y camas en que dormir
mora que detuvo a nuestros cami-
pero cuando por la mañana salieron
nantes para entrar en el agua y es-
de la casa para la iglesia a decir mi-
perando del cielo el socorro de aque-
sa, y en todo el camino no pisaron
lla necesidad, se pusieron a rezar la
más que hielo por el mucho que
Benedicta a nuestra Señora; conclu-
aquella noche había caído, desde
yéronla, y luego les pareció que mi-
luego conocieron el beneficio tan
raban (al lado opuesto) un bulto que
grande que Dios les había hecho de
se movía; pero para cerciorarse fray
proporcionarles abrigo por medio de
Junípero de si era cierto o no, dijo en
aquel bienhechor, pues sin él hubie-
voz alta estas palabras «ave María
ran perecido al inclemente rigor del
santísima: ¿hay algún cristiano a la
frío (Palou, 1990: 23).
otra banda del río?» respondiéndole que sí y qué se ofrecía dijeron que
Al día siguiente los frailes continúan su
deseaban pasar el río y no sabían el
camino hacia la ciudad de México, y tras
vado; y diciéndoles que subiesen por
haber andado un buen trecho, nueva-
la orilla hasta que les avisase, cami-
mente se hallaban cansados y molestos
naron un gran trecho, y luego la
por el calor y el sol, cuando vuelve a
guía, que no veían, les dijo que ya
aparecer su salvador, quien les dijo:
podían pasar; hiciéronlo sin peligro
…«Venerables religiosos, vendrán
alguno, y hallaron al que les habla-
cansados y sedientos; tomen una
ba, que era un
hombre español,
granada y los refrescara algo». Dio a
bien vestido, muy atento y de pocas
cada uno una granada y habiéndose
palabras el cual los llevó para su ca-
despedido siguió él su camino y los
sa, sita a gran distancia del río, les
padres el suyo. Comieron éstos
Antilha 10 (30) 2021:41-56 46
Antilha
CESUA
Prodigios y milagros en torno a los caminos...
aquella pequeña fruta, la que no so-
te con la cristiandad. A este respecto
lamente los refrescó y apagó la sed
Chevalier nos recuerda que:
que padecían sino que les dio fuer-
…san Juan de la Cruz ve en los gra-
zas para seguir su jornada sin dema-
nos de la granada el símbolo de las
siada fatiga hasta la hacienda donde
perfecciones divinas en sus efectos
iban a parar… (Ibíd.: 23).
innumerables; a lo que añade la redondez del fruto como expresión de
La gran mayoría de estos relatos están
la eternidad divina, y la suavidad del
cargados de simbolismos, en este caso
jugo como la del gozo del alma que
no solamente se trata de la respuesta
ama y que conoce. Así pues la gra-
divina a partir de la oración; es enviado
nada representa finalmente “los mis-
un salvador que es una persona común
terios más altos de Dios, sus juicios
y en ningún momento se hace alusión a
más profundos y sus más sublimes
que sea de otra manera. Sin embargo,
grandezas” (Chevalier, 1986: 538).
al día siguiente, tras haberlo dejado en la casa y avanzar ellos largo trecho
Otro evento singular ocurrió al mismo
vuelven a encontrarlo, cuando más ago-
Fray Junípero Serra en las cercanías al
tados estaban, y les ofrece oportuna-
camino Real en la Huasteca, nuevamen-
mente granadas a cada uno. En la re-
te Palou refiere:
gión en que se encontraban, semitropi-
Concluidas sus apostólicas tareas,
cal, el extraño podía haber ofrecido mu-
se retiraba para el colegio y era una
chos otros frutos, tal vez autóctonos y
jornada a tiempo que ya se ponía el
desconocidos para los recién llegados,
sol, ignoraban dónde irían a parar
sin embargo el mero hecho de entregar
aquella noche, dando por cierto que
una granada está vinculado directamen-
lo harían en el campo. Esto conside-
Antilha 10 (30) 2021:41-56 47
Antilha
CESUA América Malbrán Porto
raban cuando vieron a poca distan-
Jesús, María y José, reflejando no
cia y cerca del camino real una ca-
solo en el aseo y limpieza de la ca-
sa, donde entrando a pedir posada,
sa (aunque pobre) y el cariño afec-
hallaron un hombre venerable con
tuosos con que los habían hospeda-
su esposa y un niño, quienes muy
do y regalado, sino en el consuelo
gustosos los hospedaron y dieron
interior y extraordinario que allí ha-
de cenar con especial aseo y cariño.
bían
Despedidos los padres por la maña-
(Palou, 1990: 43).
sentido
sus
corazones…
na y dando las gracias a sus bienhechores, siguieron su jornada, donde
Este será un relato frecuente entre frai-
a poco trecho encontraron unos
les que pretenderán emular a San Fran-
arrieros que les preguntaron dónde
cisco a quién se le aparece la Sagrada
habían parado aquella noche. Y di-
Familia. Por otro lado se trata de una
ciéndoles que en la casa inmediata
metáfora del modelo de la familia cristia-
al camino: “¿qué casa? (dijeron los
na que se trataba de imponer en las
arrieros), en todo el camino que an-
nuevas tierras.
duvieron ayer, ni hay casa ni rancho
La vida de las misiones y presidios esta-
ni en muchas leguas”. Quedaron los
blecidos en el Septentrión novohispano
padres admirados mirándose unos a
estuvo llena de este tipo de eventos.
otros, y los arrieros ratificándose en
Uno de estos milagros ocurrió en el Río
lo dicho de que no había tal casa en
Colorado, con la nación de indios yu-
el camino. Los misioneros atribuye-
mas, en la actual California, quienes ata-
ron a la Divina Providencia el haber-
caron una de las misiones, la incendia-
los favorecido con el hospicio, y que
ron y asesinaron al comandante, al sar-
sin duda serían los que lo habitaban
gento y a todos los soldados de Monte-
Antilha 10 (30) 2021:41-56 48
Antilha
CESUA
Prodigios y milagros en torno a los caminos...
rrey, así como a los vecinos y los cuatro
bos ceñidos con sus cilicios, los que
padres misioneros. Uno de los pocos
mantenían sin haberse consumido…
soldados que se pudo esconder y que, a
(Palou, 1990: 170-171).
pesar de estar herido, logró escapar al
primer presidio de Sonora, donde infor-
El prodigio no solo fue este, ya que a
mó de lo sucedido. Al enterarse el coro-
partir de ese momento al caer la noche,
nel Pedro Fages, quien más tarde sería
en el lugar donde había estado la misión
gobernador de Las Californias, reunió
comenzó a verse:
una tropa y se encaminó a defender la
…una procesión de gente vestida
misión. Al llegar, los soldados se sor-
toda de blanco, todos con velas en
prendieron por el gran desastre, tras el
las manos encendidas y delante su
incendio y al no encontrar los restos de
cruz con ciriales, y daban vueltas
los sacerdotes pensaron que se habían
alrededor del recinto en donde ha-
salvado, sin embargo:
bía estado la misión y que cantaban
Repararon los soldados de la expedi-
no saben y qué después de haber
ción que iban recogiendo a los difun-
dado muchas vueltas desaparecían,
tos en un tramo de tierra que estaba
y que esto lo vieron muchas noches
verde (entre la demás quemada) toda
no solo los cristianos, sino también
vestida de zacate verde y matizada
los gentiles y que esto les causó tal
de flores de varios colores, las unas
horror e infundó tal temor, que
conocidas y las otras no: había entre
desampararon sus tierras y se mu-
ellas la manzanilla y otras. Mandó el
daron como ocho leguas más abajo,
comandante cavar allí, y hallaron a
también a la orilla del río; que allí
los benditos padres, cuyos venera-
llevaron los cautivos cristianos, aun-
bles cuerpos estaban juntos, y am-
que a éstos no causó dicha visión ni
Antilha 10 (30) 2021:41-56 49
Antilha
CESUA América Malbrán Porto
horror ni temor, sino alegría (Palou,
Tiempo después, la imagen fue en-
1990: 171).
contrada muy cerca de las márgenes del río Aguanaval “por unos sol-
En este caso la intervención divina ter-
dados escolteros”, en un árbol lla-
mina provocando tal temor a los culpa-
mado mezquite, “en donde dicen lo
bles de la masacre que los obliga a dejar
visitaba una india”. Se entiende que
sus tierras.
la india era cristiana pues “veneraba
No solamente ocurren este tipo de mila-
la efigie de Cristo, señor nuestro y
gros, también son comunes, a lo largo
titulado de Mapimí”. Los escolteros
de la América hispana, y vinculados con
trasladaron la imagen “a la parro-
los caminos, los relatos de imágenes de-
quia de Cuencamé”, llegando ahí el
vocionales, cruces y vírgenes que deci-
6 de agosto de 1715 para no irse
den quedarse en un lugar donde quieren
nunca, “extendiendo sus brazos de
que se les haga una capilla o santuario.
su
Uno de estos casos ocurrió:
obrando muchos milagros”, según
misericordia,
favoreciendo
y
En el año de 1715, un Jueves San-
expresan los pobladores. Cuenta la
to, en que los españoles del Real de
leyenda que a pesar de los intentos
Mapimí realizaban una procesión
de los pobladores de Mapimí por
cargando la imagen, sufrieron el
recuperar su cristo no pudieron lo-
más devastador ataque de tobosos
grarlo porque cada vez que se pre-
y cocoyomes. Un grupo de soldados
tendía moverlo se hacía pesado,
logró escapar con la imagen hacia la
imposibilitaba su movimiento, lo que
población de Parras, atravesando la
se interpreta como que el Señor de
sierra de Jimulco, sitio donde halla-
Mapimí no desea salir de Cuenca-
ron un lugar propicio para ocultarla.
mé (Sánchez Garza, 2006:196-197).
Antilha 10 (30) 2021:41-56 50
Antilha
CESUA
Prodigios y milagros en torno a los caminos...
Otro de estos eventos milagrosos es el
de Cristo y de su Madre: está con un
que ocurrió en Durango tras el alza-
hachazo al parecer en el rostro, cuya
miento de los tepehuanes, en 1616,
cicatriz aun persevera hoy dia, sin
quienes incendiaron el convento y la
que haya admitido composicion algu-
iglesia de San Francisco del Mezquital y
na, pues luego arroja la encarnación
vandalizaron las imágenes que en ella
que sobre la cicatriz ó rotura le han
se conservaban. Interesante es el hecho
puesto algunos diestros en el arte. La
de que la imagen venerada no deseaba
imágen de Jesus crucificado estaba,
quedarse en el lugar, del cual no se po-
y aún permanece, con un flechazo en
día mover por su peso, sino que estaba
la espinilla, de que salió una gota de
esperando a la persona indicada, un
sangre, que aún hoy la registra la vis-
franciscano, para que entonces la trasla-
ta: viendo los españoles suceso tan
dara al convento de San Antonio de Du-
horroroso, llorosos y compungidos,
rango. Aquí el relato:
trataron traer á la ciudad de Durango
Despues que los indios tepeguanes
los divinos simulacros. Echó mano
ultrajaron las sagradas imágenes y
del santo Cristo un devoto sacerdote,
quemaron los templos, matando á
para colocar en la iglesia catedral
cuantos cristianos podían haber á
una imagen tan prodigiosa; pero por
las manos, se juntó alguna gente es-
mas que se esforzó á levantarle del
pañola, y acompañada de algunos
suelo, no pudo ni moverle del sitio en
sacerdotes seculares, y el ministro
que se hallaba: hicieron varios la
de doctrina de nuestro convento de
misma diligencia; pero la sagrada
Durango, pasaron al Mezquital, don-
imágen estaba fija como una roca.
de el estrago fué mayor, y hallaron
Viendo que el Señor á todos se hacía
en su abrasado templo las imágenes
inmoble, suplicaron al ministro de
Antilha 10 (30) 2021:41-56 51
Antilha
CESUA América Malbrán Porto
nuestro convento, que pues era
en el Museo de Arte sacro, galería epis-
aquella imágen perteneciente á la
copal de Durango (Fig.2).
religión Seráfica, probara á levantar al Señor para colocarle en su casa:
¡cosa rara y maravillosa! Lo mismo fué poner nuestro ministro la mano, que levantar al Señor en el aire, como si fuera de paja; y conociendo todos el divino beneplácito, trataron de traerle procesionalmente á la iglesia de nuestro convento de Durango, donde es de todos venerado, hallando la devoción en esta sagrada imágen el alivio en sus desconsuelos (Arlegui, 1851: 56-57). Esta imagen ha sido rastreada con éxito, por Vallebueno Garcinava quien ha identificado que el Cristo de caña que se encontraba en la parroquia del Santo Niño
Fig. 2. Señor del Mezquital. Figura de pasta de caña polícroma de finales del siglo XVI, probablemente de manufactura michoacana. Foto Museo de Arte Sacro/Galería Episcopal de Durango.
de Atocha es el que corresponde al Señor del Mezquital, una de las pocas imágenes del siglo XVI que se encuentran en el norte de México (Vallebueno Garcinava, 2000: 258) y que hoy se localiza Antilha 10 (30) 2021:41-56 52
Antilha
CESUA
Prodigios y milagros en torno a los caminos...
Muchas veces el milagro consistía solo
que fueron fieles al templo hasta fi-
en conservar la vida, y aquellos fervien-
nes del siglo XIX, en que la cons-
tes religiosos que se habían encomen-
trucción de adobe, ubicada en la es-
dado a un santo en particular para que
quina de las calles Degollado y 15ª,
los librara de los asaltantes, indios o pe-
colapsó… (Márquez Terrazas, 2010:
ligros del recorrido, prometían en agra-
86).
decimiento, fundar capillas u otros establecimientos religiosos. Es así que Már-
Fue tan importante esta capilla que la
quez Terrazas relata como:
calle donde se encontraba recibía el mis-
Los carros que traían mercancías
mo nombre, hecho que se puede apre-
desde Puebla y México en su viaje a
ciar en algunos planos de la ciudad co-
Santa Fe, hacían un descanso en la
mo el de Larrea de 1884 (Fig.3). Desco-
Villa de San Felipe de Chihuahua.
nocemos qué sucedió con la venerada
Algunos productos y comerciantes
imagen de la capilla de Chihuahua. Sin
procedían de Guatemala, de donde
embargo existe una capilla, en la cate-
venía el chocolate y otros géneros.
dral de Chihuahua, donde se halla un
Uno de estos mercaderes, milagro-
nicho con la imagen del Cristo Negro de
samente, pudo salvar la vida en una
Mapimí, que se dice perteneció al primer
emboscada que le tendieron los
templo de la ciudad ubicada en este mis-
apaches cerca de Samalayuca, y en
mo lugar.
gratitud le dedicó una capilla en
Por otro lado el Cristo que se conserva
Chihuahua y otra en Nuevo México
en el santuario de Chimayó en Nuevo
al Santo Señor de Esquipulas.
México está envuelto en una variedad de
La devoción a esta imagen caló pro-
leyendas, pero ninguna se corresponde
fundamente en los chihuahuenses,
con la del mercader guatemalteco.
Antilha 10 (30) 2021:41-56 53
Antilha
CESUA América Malbrán Porto
Fig.3. Detalle del plano de la Ciudad de Chihuahua en el que se observa el lugar en el que se encontraba la capilla del Señor de Esquipulas y la calle del mismo nombre, hacia 1884. Plano de Pedro Larrea.
Palabras finales
vanas o se aprovechaban de los viajeros
Es indudable que muchos de los viajeros
solitarios, muchas veces terminando con
vivieron en carne propia los peligros del
sus vidas. El terror a lo desconocido,
recorrido, al adentrarse por caminos que
provocó que surgieran una cantidad de
se desdibujaban a medida que se aleja-
relatos donde la salvación se daba a
ban de las ciudades importantes y don-
partir de la intervención divina y estos
de frailes, viajantes y comerciantes que-
eventos se volvían más y más portento-
daban a merced de los indios bárbaros y
sos al pasar de boca en boca e ir avan-
de los bandidos que atacaban las cara-
zando por los mismos derroteros.
Antilha 10 (30) 2021:41-56 54
Antilha
CESUA
Prodigios y milagros en torno a los caminos...
Bibliografía
a.1369939436353257/145376375797 0824/?type=3. Consultada en agosto de 2020
Arlegui, José 1851 Chronica de la provincia de N. S. P. S. Francisco de Zacatecas (1737), con apéndice de Antonio Gálvez en 1827, México, Cumplido Ed.
Palou, Francisco Fray 1990 Relación histórica de la vida y apostólicas tareas del venerable padre Fray Junípero Serra y de las misiones que fundó en la California Septentrional, y nuevos establecimientos de Monterrey. Prefacio e introducción por Miguel León-Portilla. Colección Sepan Cuantos N° 143. México. Editorial Porrúa.
Chevalier, Jean 1986 Diccionario de los Símbolos. Barcelona. Editorial Herder. De Espinosa, Isidro Félix 1964 Crónica de los colegios de propaganda fide de la Nueva España, Publications of the Academy of American Franciscan History, Franciscan Historical Classics, Vol. 2, Washington, D.C.
Recopilación de leyes de los reinos de las Indias 1681 Recopilación de leyes de los reinos de las Indias mandadas imprimir y publicar por la Magestad católica del rey don Carlos II Nuestro Señor. Dividida en cuatro tomos. Madrid. Julian de Paredes.
El Adobero 2016 «La fundación de Santiago de Querétaro. ¿Realidad o leyenda?» disponible en: http:// eladobero.blogspot.com/2016/07/lafundacion-de-santiago-dequeretaro.html, consultado el 4 de septiembre de 2018
Rubial García, Antonio 1999 «Taumaturgos, dioses y héroes. La función de los santos en los ámbitos religiosos novohispanos» en Investigaciones Religiosas, Monterrey, N° 1, otoño-invierno. Pp. 7-25.
Márquez Terrazas, Zacarías 2010 Chihuahua, apuntes para su historia. Chihuahua, México. Grupo Cementos de Chihuahua.
Sánchez Garza, Gabriela 2006 «Ritos y tradiciones el señor de Mapimí y el Cristo del Tizonazo» en Patrimonio Cultural y Turismo N°15 – cuadernos. México. Coordinación Nacional de Patrimonio Cultural y Turismo, es la instancia del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Pp. 196207.
Museo de Arte Sacro/Galería Episcopal de Durango. 2020 Señor del Mezquital. Figura de pasta de caña polícroma de finales del siglo XVI, Durango, México. Disponible en: https:// m.facebook.com/134957641172289 3/photos/ Antilha 10 (30) 2021:41-56 55
Valle, Rafael Heliodoro 1946 Santiago en América, México, Editorial Santiago. Vallebueno Garcinava, Miguel 2000 «El Señor del Mezquital: Un Cristo de caña del siglo XVI en Durango» en Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, Vol.22, N°76, Instituto de Investigaciones Estéticas, Universidad nacional Autónoma de México, México. Pp. 255-258.
Antilha 10 (30) 2021:41-56
56
Antilha
CESUA
LA ESCUELA INTERNACIONAL DE ARQUEOLOGÍA Y ETNOGRAFÍA AMERICANAS Y LAS PRIMERAS EXCAVACIONES ESTRATIGRÁFICAS EN MÉXICO Víctor Ortega León1 Artículo recibido 20/11/2021 Artículo aceptado 6/12/2021 Resumen Hoy, a más de cien años distancia, tradición y oficialidad coinciden en reconocer a Manuel Gamio como el primero en aplicar, en 1911, el método estratigráfico en la arqueología no solo mexicana sino, incluso, americana; sin embargo, un análisis detallado de algunos de los primeros informes de la Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas relacionados con los hechos nos lleva a reconsiderar el asunto. Palabras clave: Arqueología, Excavaciones estratigráficas, Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas. Abstract Today, more than a hundred years away, tradition and officiality coincide in recognizing Manuel Gamio as the first to apply, in 1911, the stratigraphic method in not only Mexican but also American archeology; however, a detailed analysis of some of the first reports of the International School of American Archeology and Ethnography related to the events leads us to reconsider the matter. Keywords: Archeology, Stratigraphic Excavations, International School of American Archeology and Ethnography.
1 Profesor investigador Centro INAH Chihuahua. Antilha 10 (30) 2021:57-81 57
Antilha
CESUA Víctor Ortega León
miento arqueológico poco vinculado con
Introducción
A
inicios del Porfiriato, se reali-
la investigación científica de campo y
zó la primera gran síntesis de
con una gran carga de diletantismo.
historia mexicana, en la mag-
Al año siguiente, el 8 de octubre de
na obra titulada México a través de los
1885, fue creada la Inspección y Con-
Siglos (1884), cuya dirección editorial
servación de Monumentos Arqueológi-
corrió a cargo de Vicente Riva Palacio.
cos, dependencia de la Secretaría de
Obra nacionalista y evolucionista que,
Justicia, Fomento e Instrucción Pública,
en palabras de Edmundo O’Gorman, re-
fundada, esta última, por decreto juarista
presenta «la solución que ofrece la his-
en 1861 (Lombardo de Ruiz, 1988:66).
toriografía del liberalismo triunfante al
La Inspección permaneció asignada a la
viejo dilema sobre el ser del mexi-
misma Secretaría aún y cuando esta
cano» (O’Gorman, 1962:196). En el pri-
cambiara de nombre a Secretaría de
mer tomo, Historia antigua y de la Con-
Justicia e Instrucción Pública, en 1891, y
quista, bajo la responsabilidad del abo-
Secretaría de Instrucción Pública y Be-
gado, literato y político mexicano Alfredo
llas Artes, en 1905 (Vázquez León,
Chavero, se incluía buena parte del sa-
1993:4). Su primer Inspector General, el
ber arqueológico de la época referente
arqueólogo y militar Leopoldo Batres,
al territorio nacional (Cf. Chavero, 1884).
inició su gestión con la publicación del
Pero este conocimiento provenía, princi-
Cuadro Arqueológico y Etnográfico de la
palmente, de archivos y bibliografía, de
República Mexicana en el que conden-
anticuarios y viajeros que publicaban
saba una lista de los principales sitios
sus hallazgos, colecciones y, por su-
arqueológicos de México conocidos has-
puesto, sus propias interpretaciones. Sin
ta ese momento, un itinerario para visitar
desmerecer por ello, era este un conoci-
estos sitios y una lista de los idiomas
Antilha 10 (30) 2021:57-81 58
Antilha
CESUA
La Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas...
que se hablaban en varias partes del
se echa de ver, en toda su obra, la forma
país hasta esa fecha (Cf. Batres, 1885).
en que se realizaba la arqueología oficial
Poco después, en 1888, publicará su
en México.
obra Arqueología mexicana: Civilización
Otra institución relacionada con este
de algunas de las diferentes tribus que
campo, y existente desde la segunda dé-
habitaron el territorio, hoy mexicano, en
cada del siglo XIX, fue el Museo Nacio-
la antigüedad, en la que incluía una Car-
nal, resguardo de un gabinete de historia
ta Arqueológica de la República Mexica-
natural, archivos históricos y monumen-
na, fechada en 1886, que es la primera
tos arqueológicos. Se fundó, por iniciati-
de su tipo en nuestro país, y donde con-
va del entonces Ministro de Relaciones
signa “los lugares donde existen los
Interiores y Exteriores, el historiador Lu-
principales monumentos arqueológicos
cas Alamán, con el fin de comenzar a
conocidos hasta la fecha en que formé
ejercer algún tipo de control sobre el sa-
dicho plano, lo mismo que las tribus que
queo de los bienes culturales y naturales
habitan actualmente en los lugares
del país, practicado, con intereses tanto
adonde hay ruinas” (Batres, 1888:95).
científicos como económicos, por nume-
Actualizada por él mismo en 1910, la
rosos exploradores y anticuarios extran-
Carta arqueológica de los Estados Uni-
jeros. Hasta después del Segundo Impe-
dos Mexicanos menciona un mayor nú-
rio mexicano (1863-1867), el museo que-
mero de sitios, aunque no todos los de
dó organizado en tres departamentos: el
la carta anterior. No están claros los cri-
de Historia Natural, el de Arqueología e
terios usados por Batres para incluir o
Historia y la Biblioteca; y hacia finales de
excluir algunos sitios en las diferentes
siglo, comenzaría a ofrecer cursos sobre
versiones de dichas compilaciones, pero
las materias de su competencia. Poco
Antilha 10 (30) 2021:57-81 59
Antilha
CESUA Víctor Ortega León
después, empezaría a organizar excur-
Seler, 1911), aunque el proyecto había
siones a lugares de interés, mientras sus
sido presentado desde septiembre de
profesores, como Genaro García, Nico-
1910 en el marco de la segunda sesión
lás León y Jorge Engerrand, darían
del XVII Congreso Internacional de
inicio a algunas investigaciones con fi-
Americanistas2 (Cf. Grant MacCurdy,
nes didácticos donde involucrarían alum-
1910), a instancias de Franz Boas
nos (Cf. Vázquez, 1993,1994).
quien, apoyado por su corresponsal en
Así pues, a principios del siglo XX, se
México desde 1901, la norteamericana
realizaban en el territorio mexicano va-
Zelia Nuttall, desde varios años antes
rios tipos de arqueología. Por un lado, la
había estado interesado en la creación
oficial liderada por la Inspección y Con-
de una escuela de antropología en
servación de Monumentos Arqueológi-
nuestro país (Cf. Parmenter, 1966). Sin
cos; por otro, las investigaciones del Mu-
embargo, la empresa no era sencilla ya
seo Nacional. A estos, hay que añadir
que el ámbito antropológico y arqueoló-
los trabajos de estudiosos como Zelia
gico nacional estaba controlado enton-
Nutall y Hermann Beyer, entre otros, que
ces por el mencionado Leopoldo Batres,
tenían un interés personal por la historia
protegido de Porfirio Díaz y a quien Nut-
antigua del país. A fines del Porfiriato, se
tall no veía con buenos ojos, al parecer
sumará el proyecto de la Escuela Inter-
debido a su discutible «metodología» de
nacional de Arqueología y Etnografía
investigación, entre otros asuntos. No
Americanas (en adelante EIAEA) bajo la
era la única, además, que discrepaba
batuta de Franz Boas y Eduard Seller (Cf. García del Cueto, 1988). La Escuela comienza oficialmente sus
2 La primera sesión se llevó a cabo en Buenos Aires, Argentina, del 7 al 23 de mayo de ese mismo año (Cf. Warren Currier, 1910).
actividades el 20 de enero de 1911 (Cf. Antilha 10 (30) 2021:57-81 60
Antilha
CESUA
La Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas...
No obstante, siendo, a la sazón, uno de
rio a perpetuidad del Comité Directivo.
los antropólogos más destacados a nivel
En su discurso inaugural, Seler expuso
mundial y auspiciado por los gobiernos
los que serían los lineamientos de la ins-
de Alemania (Prusia), Francia y Estados
titución recién fundada: (1) la investiga-
Unidos, Boas logra obtener el apoyo del
ción lingüística, (2) la investigación etno-
gobierno mexicano para la creación de
gráfica, y (3) la investigación arqueológi-
la Escuela y, además de la colaboración
ca (Cf. Seler, op. cit.).
de las universidades de Harvard y
De ésta última, que es la que aquí nos
Pennsylvania, ofrece la participación de
interesa, a la que llama «the ethnology of
la Universidad de Columbia, institución a
the races and peoples that no longer
la que se hallaba adscrito y desde la
exists», cliché muy extendido en la épo-
cual irradiaba su enorme influencia. Así,
ca, dice que, en primer lugar, debe estu-
el 20 de enero de 1911, el mismo Don
diar lo monumentos existentes haciendo
Porfirio cortaba el consabido listón y de-
comparaciones y tratando de interpretar-
claraba
la
los a la luz de los «escritos antiguos dig-
EIAEA, ante un selecto grupo de intelec-
nos de confianza» y por medios que
tuales, ministros de estado y embajado-
puedan
res, tanto nacionales como extranjeros.
«contemporáneas de los tiempos paga-
El primer director de la Escuela fue el
nos» o de aquellas hechas no mucho
alemán Eduard Seler, quien ya contaba
después de la Conquista. Destaca, sin
con un extenso trabajo en el America-
embargo, que los monumentos mayas
nismo, por lo cual se hizo acreedor al
son un problema aparte debido a la exis-
apodo de «patriarca de los congresos
tencia de su muy desarrollada escritura,
de americanistas» (Cf. Warren Currier,
por lo cual constituyen un difícil reto para
op. cit.), quedando Boas como secreta-
la Escuela (Ibíd.).
formalmente
inaugurada
Antilha 10 (30) 2021:57-81 61
extraerse
de
las
pinturas
Antilha
CESUA Víctor Ortega León
En segundo lugar, menciona lo que con-
«Teotihuacanos», por mencionar solo
sidera como el principal trabajo al que
algunas, no podía dilucidarse la suce-
debe abocarse el departamento de Ar-
sión cultural entre éstas, por lo que la
queología de la Escuela: la búsqueda de
profundidad temporal de las culturas
nuevo material y la selección de lugares
americanas permanecía, en esta época,
apropiados para el estudio y la conser-
como una incógnita. Por esto, Seler hizo
vación «autorizados»; descubrir, medir,
hincapié en el estudio estratigráfico:
estudiar lo que se encuentre; fotografiar
At the same time, we must not forget
y dibujar monumentos enteros y detalles
to study the cultural strata to see if
especiales; abrir entierros y asegurar su
there be in some place some means
contenido en los museos de la nación.
of arriving at a classification or
En pocas palabras, el registro de sitios y
chronological order in which the civi-
la recolección de artefactos se convier-
lizations followed one another, a his-
ten en la metodología para «completar»
tory that we have not been able to
la imagen que las pocas fuentes escritas
establish up to this day (Ibíd.:402).
nos brindan de las diferentes culturas que habitaron el territorio nacional en
Vemos pues que, desde su inicio, los
tiempos
Hasta
fundadores de la Escuela habían consi-
aquí, todo pinta como un anticuarismo
derado en su agenda el estudio de la
tomado en serio. Pero tanto Seler como
estratigrafía como una metodología in-
Boas eran conscientes de que la Escue-
dispensable para solucionar el problema
la debía afrontar el problema de la cro-
de la cronología y la secuencia cultural.
nología ya que, aunque para estas fe-
Para el XVIII Congreso Internacional de
chas podían diferenciarse culturas como
Americanistas, celebrado en Londres del
prehispánicos
«Aztecas»,
(Ibíd.).
«Mayas»
y
Antilha 10 (30) 2021:57-81 62
Antilha
CESUA
La Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas...
27 de mayo al 01 de junio de 1912,
dio del tepecano, que resultó ser un
Boas (1912a) pudo presentar resultados
dialecto del Pima, siendo los pueblos
de la aplicación del método estratigráfi-
que lo hablan; muy semejantes á los
co aludiendo a las excavaciones realiza-
Coras y Huicholes, y otras investiga-
das en una ladrillera de San Miguel
ciones relativas á antiguas tradicio-
Amantla, cerca de Atzcapotzalco, en los
nes; todo lo cual demuestra lo impor-
entonces alrededores de la Ciudad de
tante de la obra emprendida por la
México. En su informe, Pruneda resume
Escuela Internacional de Arqueología
así la participación de Boas:
y Etnología Americanas, en el último
Trabajos de la escuela Internacional
año (Pruneda, 1912:155).
de Arqueología y Etnología Americanas, por el Dr. Franz Boas. En esta
Dichas excavaciones, las de Atzcapotal-
interesante memoria, ilustrada con
co, le habían sido encomendadas por
proyecciones, el autor relata las in-
Boas a un tal «Sr. Gamio», alumno de la
vestigaciones llevadas á cabo por la
Escuela (Cf. Boas, 1912a; Seler, 1912),
institución referida, durante el año en
razón por la cual la historia oficial atribu-
que fué su Director: los trabajos so-
ye a Manuel Gamio las primeras excava-
bre la alfarería de Atzcapotzalco y de
ciones estratigráficas en México.
Culhuacán; el estudio de los dialec-
Sin embargo, sabemos que Manuel Ga-
tos mexicanos y de las relaciones
mio había partido hacia Nueva York el 5
entre ellos y las lenguas del Norte de
de noviembre de 1909, gracias a la reco-
México; la formación de un mapa lin-
mendación de Zelia Nuttall, quien era
güístico del Estado de Oaxaca, basa-
entonces una de sus maestras en el Mu-
do en el estudio de los vocabularios
seo Nacional de México. A mediados de
recogidos por el Dr. Peñafiel; el estu-
1910, formó parte de una de las expedi-
Antilha 10 (30) 2021:57-81 63
Antilha
CESUA Víctor Ortega León
ciones al Ecuador que organizara Mars-
las excursiones del museo y agregado a
hall H. Saville, respaldadas por el Museo
la Inspección, el 1° de agosto de 1911
del Indio Americano y la Universidad de
(Ibíd.:36). Cabe mencionar, que dicho
Columbia. A su regreso de Sudamérica
puesto no existía previamente, y llama la
a Nueva York, concluyó sus estudios
atención que días más tarde, en agosto
presentando como tesis una investiga-
11, Isabel Ramírez de Castañeda renun-
ción que realizara, en 1908, en Alta Vis-
ció al puesto de ayudante del Profesor
ta, Zacatecas. Así, a mediados de 1911,
de Arqueología (Ídem), quedando en su
obtuvo el grado de Master in Arts por la
lugar el alumno Porfirio Aguirre quien,
Universidad de Columbia. Sus biógrafos nos dicen que regresó a México a finales de 1911, como él mismo admite (Cf.
3 Situación que, a todas luces, no fue de su agrado, según se nota en la crítica negativa que haría poco después al programa de Arqueología del Ing. Galindo y Villa: «Hay que hacer mención de que el primer programa de esta materia corresponde al señor Ing. Jesús Galindo y Villa, pues habiendo sido él quien inauguró el primer curso formal de Arqueología en el Museo Nacional en el año de 1906, escribió para ese curso un programa en 1905. En diciembre de 1906, el señor Lic. Ramón Mena escribió un programa para el curso de 1907, lo mismo para el año de 1908. En 1912, fue adoptado en el Museo el programa de 1906, lo que motivó una crítica del Inspector General de Monumentos Arqueológicos y una réplica del autor, señor Galindo y Villa. Fue la primera polémica de carácter técnico acerca de un programa de Arqueología» (Herrera Martínez, 1927:279-280). La crítica y su respuesta pueden verse en Galindo y Villa, 1912:164-177. Es notable que, en dicha crítica, Gamio se pronuncia en contra del puesto que él mismo ocupara y Galindo y Villa a favor.
González Gamio, 1987 y 2002; Cf. Gamio, 1942). En efecto, a finales de este mismo año, Manuel Gamio aparece adscrito al Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología como Profesor de Arqueología Práctica. Previamente, había obtenido el nombramiento de Profesor de Arqueología el 21 de junio y renunciado al mismo el 1° de julio en favor del Ing. Jesús Galindo y Villa (AAVV, 1911:8)3. De hecho, obtuvo el nombramiento como Profesor de Arqueología Práctica, encargado de Antilha 10 (30) 2021:57-81 64
Antilha
CESUA
La Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas...
junto con Rosaura Delgado (auxiliar),
encontraban guardadas en las bode-
ayudaba a Galindo y Villa en diversas
gas; este inventario se encuentra en-
tareas. En diciembre de ese mismo año,
teramente listo y pasado en limpio,
en su Informe de los trabajos ejecutados
sólo falta revisarlo, y dentro de breves
en los departamentos de Historia y Ar-
días tendré la honra de remitir á Ud.
queología, durante los meses de agosto,
un
septiembre y octubre de 1911, Galindo y
1911:105).
ejemplar
(Galindo
y
Villa,
Villa refiere el asunto de la siguiente manera:
No hace alusión alguna de Gamio ni de
Con fecha 11 de agosto, la Srita. Isa-
su puesto de nueva creación como Pro-
bel Ramírez Castañeda renunció su
fesor de Arqueología Práctica, lo cual no
empleo de Ayudante de Arqueología,
deja de ser notorio.
y en su lugar fué nombrado por la
Por otro lado, se nos informa que «Por
Secretaría de Instrucción Pública el
falta de profesor de Arqueología, la Srita.
Sr. D. Porfirio Aguirre, que desempe-
Isabel Ramírez Castañeda presidió las
ña su cargo con puntualidad y esme-
clases que se dieron durante el curso,
ro. La Dirección al digno cargo de
excepto los meses que estuvo dicha se-
Ud., tuvo á bien nombrar auxiliar de
ñorita en excursión». Tales excursiones
mi departamento á la Srita. Rosaura
fueron las que realizara con Boas y Seler
Delgado, que también ha concurrido
como alumna de la EIAEA (Robelo,
con puntualidad y tiene bastante em-
1912a:212-213). Se entiende, que antes
peño. Estos dos ayudantes han for-
de ser Ayudante del Profesor de Arqueo-
mado, bajo la inspección del subs-
logía, Isabel Ramírez había estado a
cripto, el inventario de 60 cajas llenas
cargo de las clases de arqueología del
de objetos arqueológicos, y que se Antilha 10 (30) 2021:57-81 65
Antilha
CESUA Víctor Ortega León
Museo, hasta que fue nombrado Galindo
y, con el fin de que pudiera aceptar la
y Villa en julio de 1911.
beca que le ofrecían para la Universidad
Gamio tampoco figura en el informe
de Columbia, Genaro García, director
anual de las actividades llevadas a cabo
del Museo, le mantuvo sus sueldo de
por el personal del museo durante 1911
profesor aunque no estuviera ejerciendo
(Cf. Robelo, 1912a). Sin embargo, en
como tal desde finales de 1909 hasta
enero de 1912, se le considera todavía
finales de 1911 (Cf. González Gamio,
como parte del personal del museo, si-
1987).
tuación que termina el 31 del mismo
Queda claro, que Manuel Gamio fue
mes «por cambio de empleo» (Ibíd.:
alumno y profesor auxiliar del Museo
180). En febrero de 1912, ocupó el car-
Nacional y, posteriormente, alumno de
go de Inspector General y Conservador
la Universidad de Columbia, y que, a su
de Monumentos Arqueológicos, suce-
regreso, a finales de 1911, volvió a ocu-
diendo al Ing. Francisco M. Rodríguez,
par un cargo de profesor, esta vez de
quien lo ocupara desde el 1° de julio de
Arqueología Práctica, en el Museo, mi-
1911 puesto en el que Gamio permane-
grando, en febrero de 1912, a la Inspec-
cería hasta 1917 (Cf. González Gamio,
ción de Monumentos. Carece de senti-
1987 y 2002; Vázquez León, 1993 y
do, entonces, la afirmación de algunos
1994). Si bien, resulta confuso afirmar
de que Manuel Gamio fue alumno de la
que Gamio no se encontraba en México
Escuela Internacional pues, ¿por qué
durante la mayor parte de 1911, mien-
razón se inscribiría como alumno cuan-
tras aparecía como personal del Museo,
do recién regresaba con su Master de
esto se debe a que, como comenta Án-
Estados Unidos y fungía como profesor
geles Gamio, desde 1907 era, además
en el Museo? ¿Quién, entonces, fue el
de alumno, profesor auxiliar de Historia Antilha 10 (30) 2021:57-81 66
Antilha
CESUA
La Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas...
alumno de la EIAEA que realizó las ex-
Posteriormente, en la sección dedicada
cavaciones en San Miguel Amantla?
a la arqueología, Tozzer hace el recuen-
Vayamos por partes. Alfred M. Tozzer,
to de las excavaciones auspiciadas por
director de la Escuela en el periodo de
la Escuela de la siguiente forma: «The
1913-1914, presenta en su informe al
Director [Boas] and Mr. Gamio, one of
Comité Directivo una lista tanto de los
the Mexican Fellows, investigated two
miembros de dicho Comité como de los
sites in the village of San Miguel Amantla
miembros de la escuela. De esta última,
from
menciona los siguientes:
view...» (Ibíd..: 394). Más adelante, tras
Director:
Professor
Alfred
M.
Fellows:
Señor
stratigraphical
point
of
dejar clara la importancia de la investiga-
Tozzer, nominated by Harvard University.
a
ción, escribe:
Rodrigo
I am glad to state that through the ini-
Gamio, nominated by the Gover-
tiative of Señor Manuel Gamio, the
ment of Mexico. Señorita Isabel
Inspector of Ruins, the excavations
Ramirez y Castañeda, nominated
have been taken over by the Gover-
by the Goverment of Mexico. Doctor
ment of Mexico and made a «national
Max Leopold Wagner, nominated
monument» (Ídem).
by the Goverment of Prussia and the Hispanic Society of America.
Por último, y asentando la necesidad de
William H. Mechling, A. M., nomi-
realizar una investigación sistemática del
nated by the University of Pennsyl-
gran número de montículos artificiales
vania. Clarence L. Hay, A. M., nom-
dispersos en el Valle de México, asegura
inated
que:
by
Harvard
University
(Tozzer, 1914)4.
As a beginning of this work Señor Rodrigo Gamio is at work upon a map of
4 Cursivas nuestras. Antilha 10 (30) 2021:57-81 67
Antilha
CESUA Víctor Ortega León
the Valley with the sites already ex-
bargo, resulta obvio, por el informe de
plored by the Goverment and by the
Tozzer, que no se limitó a las letras. De
School and those awaiting explora-
hecho, publicó un libro de poesía titula-
tion (Ibíd.: 394-395)5.
do Los Sonetos Heráldicos (Gamio,
1919), una de cuyas secciones, de nomTozzer deja en claro que está refiriéndo-
bre Tenoch bizarra y florida, dedicó a su
se a dos personas distintas: por un lado,
hermano Manuel, a quien parece retra-
Rodrigo Gamio, «Mexican fellow» de la
tar en el siguiente soneto llamado El
EIAEA, quien realizó las excavaciones
hombre del Pedregal:
estratigráficas junto a Boas y quien co-
La volcánica lava lo rodea,
menzara a elaborar, además, el mapa
el sílex de Copilco tiene encima,
arqueológico del Valle de México; y, por
y en el hondo silencio de la sima
otro lado, Manuel Gamio «Inspector of
en holganza perene se recrea
Ruins», Inspector de Monumentos, fun-
***
cionario del gobierno mexicano, quien
Tal vez añora los paisajes llenos
continuaría y daría cierre a las excava-
de nieve, que de niño recorría,
ciones aludidas de manera oficial.
y el peludo congénere que hacía
Pero ¿quién era Rodrigo Gamio? Her-
un festival con médula de renos
mano mayor de Manuel Gamio, Rodrigo
***
también se inclinaba hacia la investiga-
Encerrado prosigue en su mutismo.
ción y la cultura, aunque sus intereses
Es un snob silente. En el abismo
tendían más hacia la literatura; sin em-
se formó su arqueológico nirvana… *** ¡Tal vez lleno de polvo viva a gusto y se oiga en el sarcófago vetusto
5 Cursivas nuestras.
Antilha 10 (30) 2021:57-81 68
Antilha
CESUA
La Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas...
la risa de sus dientes de obsidiana!
rector of Antiquities, that the site in
(Gamio, 1919:CXXII).
question was selected, and it was due to his official permission and to his
Pero Rodrigo Gamio murió joven, el 25
courtesy and aid that the work was
de noviembre de 1920 (Cf. González
carried on. To his brother, Señor Ro-
Gamio, op cit.), y no sabemos hasta
drigo Gamio, Mexican Fellow of the
cuándo siguió vinculado con los queha-
School, my thanks are due for long
ceres arqueológicos; aunque parece
continued and faithful assistance in
que se mantuvo en la Escuela, por lo
the excavation, and to Clarence L.
menos, hasta 1914.
Hay, Esq., Harvard Fellow, I owe
De que Rodrigo Gamio, hermano de
many valuable suggestions in ca-
Manuel, fue alumno de la EIAEA y cola-
rrying on the work, and I also thank
boró en las excavaciones de la misma
him for aiding me in the general su-
mientras Manuel Gamio era Inspector de
pervision of the excavations. Dr. Her-
Monumentos, lo deja muy claro Tozzer
bert J. Spinden has given me some
en su obra Excavation of a site at San-
suggestions regarding the nomencla-
tiago Ahuitzotla, D.F. Mexico, de 1921,
ture
en la cual dice:
(Tozzer, 1921:5)6.
of
the
pottery
classification
The investigation described in the following paper was undertaken by the
Más adelante, el mismo Tozzer destaca
writer as Director of the International
la importancia de dichas excavaciones y
School of American Archeology and
del importante papel jugado por la Es-
Ethnology, Mexico, in the winter of
cuela y sus directores en las mismas:
1913-14. It was due to a suggestion from Señor Don Manuel Gamio, Di-
6 Cursivas nuestras.
Antilha 10 (30) 2021:57-81 69
Antilha
CESUA Víctor Ortega León
Among the first to undertake careful
Por su parte, Franz Boas, en el discurso
excavations here [en Atzcapotzalco]
que pronunció, el 8 de abril de 1912, con
was the International School under
motivo de la clausura de la exposición
the successive directorships of Pro-
de trabajos de la EIAEA, durante el año
fessors Seler and Boas, Dr. Enge-
de 1911, en el Museo Nacional de Ar-
rrand, and the author. The most im-
queología, Historia y Etnología, mencio-
portant archeological problem for the
na:
past years has been the investigation
El señor Profesor Eduardo Séler, Di-
of the various strata in this area as
rector de la Escuela, en el año pasa-
showing the succession of cultures
do, llamó la atención á este proble-
which have been called, respectively,
ma, para cuya solución se necesita-
the Archaic (tipo de montaña and tipo
ba una excavación cuidadosa, para
de cerro), Toltec 1 (pre Aztec or Teo-
averiguar las condiciones geológi-
tihuacan), and Aztec. The importance
cas. Este trabajo se encargó al
of this study upon the general ar-
alumno Señor Manuel Gamio (Boas,
cheological problems of Mexico and
1912b:191).
the greater part of Middle America can not be overestimated (Ibíd.: 13).
Lo cual nos lleva a confusión si recordamos que Manuel Gamio no solo no era
Y después, afirma que: «The first of
alumno de la EIAEA, sino que, además,
these mounds to be excavated was one
trabajaba como Profesor de Arqueología
near San Miguel Amantla. The work was
Práctica en el Museo cuando comenzó
carried out by Señor Manuel Gamio un-
este proyecto, desde el 1 de agosto de
der the auspices of the International
1911 hasta el 31 de enero de 1912 (vid
School» (Ibíd.: 14).
supra). Al parecer, podemos suponer un
Antilha 10 (30) 2021:57-81 70
Antilha
CESUA
La Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas...
lapsus calami por parte de Boas o del
Manuel Gamio presentará un informe de
transcriptor pues, antes, en ese mismo
dicho trabajo, firmado el 30 de noviem-
discurso, Boas alude a Gamio como
bre, en el Boletín del Museo Nacional de
«Sr. Inspector General de Monumentos
ese mismo mes (Gamio, 1911:83-85). En
Arqueológicos» (Ibíd. 180).
noviembre de 1911, entonces, mientras
El 14 de noviembre de 1911, Manuel
el alumno Rodrigo Gamio de la EIAEA
Gamio efectuó, como Profesor de Ar-
efectuaba las excavaciones en San Mi-
queología Práctica del Museo, un reco-
guel Amantla, el Profesor de Arqueología
nocimiento en la Hacienda de Zavaleta:
Práctica del Museo, Manuel Gamio, rea-
El Sr. Dr. José Guillermo Salazar
lizaba un reconocimiento en Chalco, Es-
me indicó la existencia de unos ves-
tado de México.
tigios de origen pre-hispánico en la
Y solo para no confundirnos, Manuel Ga-
Hacienda de Zavaleta, Distrito de
mio sí efectuó excavaciones en Atzca-
Chalco, Estado de México. Con tal
potzalco, pero estas se realizaron poste-
motivo dispuse se efectuara un re-
riormente, después de 1911, según él
conocimiento en terrenos de la men-
mismo afirma: «tengo también entre
cionada hacienda, el cual fué hecho
ellos, la colección completa que se sacó
por el Profesor de Arqueología
en las excavaciones que hice en Atzca-
Práctica Sr. Manuel Gamio, en com-
potzalco, durante el tiempo que fungió
pañía del Ayudante de la Secretaría,
como
Sr. Virgilio Enríquez Toledo y del
rrand» (Apud De la Peña, 1996:60). Co-
Fotógrafo Sr. Antonio Carrillo, el 14
mo sabemos, George Engerrand ejerció
de noviembre (Robelo, 1912b:31).
la dirección de la EIAEA después de Se-
director
el
señor
Enge-
ller, esto es, en el periodo de 1912 a 1913. Antilha 10 (30) 2021:57-81 71
Antilha
CESUA Víctor Ortega León
Lo anterior, parece contradecir lo dicho
de la EIAEA, al menos no durante 1911
por el propio Manuel Gamio en su po-
y 19128, aunque esta idea ha sido repe-
nencia al XVIII Congreso Internacional
tida hasta el cansancio en la mayoría de
de Americanistas, efectuado en Londres
las publicaciones relacionadas al tema
del 27 de mayo al 1 de junio de 19127:
(Cf. De La Peña, 1996; Vázquez León,
Durante el mes de noviembre del año
1993, 1994; Matos Moctezuma, 2012).
próximo pasado el doctor Franz
Dada la información precedente, pode-
Boas, director de la Escuela Interna-
mos suponer que las excavaciones de
cional de Arqueología y Etnología
noviembre de 1911 en San Miguel
Americanas, observó que, aunque
Amantla las realizó Rodrigo Gamio, Fe-
los tipos culturales de la región eran
llow de la escuela, bajo la supervisión de
conocidos, se ignoraba la sucesión
Boas y Engerrand, y no Manuel Gamio,
de culturas y me encomendó que,
quien a la sazón se encontraba apenas
como miembro de aquella Escuela,
de regreso en la Ciudad de México fun-
llevara a cabo investigaciones metó-
giendo como profesor de Arqueología
dicas que tendieran a determinar di-
Práctica en el Museo Nacional, y que se
cha sucesión (Gamio, 1972:54).
dio una inadvertida suplantación de nombres en los escritos posteriores, in-
Pero Gamio, de acuerdo con todo lo que
fluenciada por el inmediato nombramien-
ya hemos revisado, nunca fue alumno
to de Manuel como Inspector de Monu-
7 En el que participaron también, sin asistir, como el propio Gamio, Franz Boas e Isabel Ramírez de Castañeda. De hecho, ninguna de las tres ponencias se leyó en el congreso debido a la ausencia de sus autores, aunque Boas se presentó para un homenaje y alguna junta de trabajo sobre la EIAEA (Cf. Pruneda, 1912).
8 De acuerdo con una carta enviada a Boas, Gamio esperaba ser pensionado como alumno hacia finales de 1912 para tener su «presupuesto cubierto» (Cf. De La Peña, 1996:75), es decir, sumar ese ingreso al que ya recibía como Inspector de Monumentos.
Antilha 10 (30) 2021:57-81 72
Antilha
CESUA
La Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas...
mentos en febrero de 1912. El mismo
us most valuable aid in the geological
Gamio admite haber participado en tra-
interpretation of the strata investigat-
bajos y excavaciones con Boas, pero
ed» (Boas, 1912:530).
hasta después de haber regresado a
Debemos anotar también, que el mismo
México y, sobre todo, durante los fines
Engerrand, en su informe sobre el perio-
de semana y que, por el incansable rit-
do de 1913-1914 en que fungió como
mo de trabajo del primero, terminó decli-
director de la Escuela, atribuye todo el
nando sus invitaciones para el trabajo
mérito de las excavaciones a Boas sin
de campo (Cf. Gamio, 1942).
hacer mención de ningún otro nombre:
Independientemente de lo anterior, de-
«Tout le mérite en reviendra à ceux qui
bemos recordar que la planeación y su-
l’ont posée et tout spécialement à F.
pervisión de las excavaciones estuvie-
Boas» (Engerrand, 1914:240). Las rela-
ron a cargo de Seler y Boas, no de Ga-
ciones entre Engerrand y Gamio nunca
mio, y que el método estratigráfico se
fueron las mejores, pero para este mo-
planteó como necesario desde la funda-
mento ya se habían desgastado al extre-
ción de la Escuela. Así las cosas, el ver-
mo, según se desprende del intercambio
dadero mérito se lo debemos otorgar a
epistolar entre Engerrand y Boas: «Estoy
Seler, Boas y Engerrand, este último
harto de Gamio, que para mi ha sido un
con formación en Geología y quien, en
castigo de cada instante. No ha hecho
realidad, hacía las interpretaciones es-
otra cosa que intrigar para conseguir un
tratigráficas de las excavaciones de la
empleo y su trabajo ha sido eternamente
Escuela. Al respecto, el mismo Boas, en
nulo. Es un elemento pésimo y no quie-
1912, dice: «I wish to express here my
ro, en ningún caso, tenerlo otra vez con-
thanks to M. Jorge Engerrand for giving
migo» (Apud, De La Peña, 1996:54, No-
Antilha 10 (30) 2021:57-81 73
Antilha
CESUA Víctor Ortega León
ta 20).
Striking evidence of the ocurrence of
Pero, aunque en aras de la tradición na-
such
cionalista insistiéramos en otorgarle el
Culhuacan and in Texcoco, and for
mérito a Manuel Gamio, deberíamos,
this reason special attention was paid
entonces, en justicia, otorgárselo tam-
to the accurate determination of the
bién a otro de los estudiantes de la Es-
local type of pottery of Culhuacan.
cuela quien, en el mismo periodo de
This work has been largely in the
1911-1912, realizó de manera simultá-
hands
nea el mismo tipo de excavaciones en
Castañeda. During the second year
Culhuacán, cerca del Cerro de la Estre-
[1912-1913, bajo la dirección de
lla, siguiendo los mismos lineamientos
Engerrand] indications were found
estratigráficos propuestos por Seler y
that in Culhuacan the same succes-
Boas. Nos referimos a la ya mencionada
sion of civilizations occurred; but, ow-
Señorita Isabel Ramírez y Castañeda
ing to the character of the soil, the
quien, junto con Rodrigo Gamio, era uno
evidence was not conclusive, and the
de los estudiantes subvencionados por
investigation was carried on during
el gobierno mexicano o mexican fellows.
the following year [1913-1914, bajo la
De sus excavaciones nos dan cuenta
dirección
tanto Boas y Engerrand como Tozzer en
1915:386).
local
of
types
Miss
de
was
Isabel
Tozzer]
found
in
Ramirez
(Boas,
los informes mencionados; sin embargo, solo aluden a ellas como complemento
Así pues, sea por sesgo genérico, sea
de las de Amantla. No obstante, Isabel
por lo «no concluyente» de sus datos
Ramírez continuó haciendo excavacio-
debido al «carácter del suelo», sea por
nes, según resume Boas:
el peso y la sombra política de Manuel Gamio (que no por su iniciativa, pues él
Antilha 10 (30) 2021:57-81 74
Antilha
CESUA
La Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas...
mismo menciona su trabajo), el papel de
quetados en el discurso oficial como
Isabel Ramírez en las excavaciones pio-
«precursores», reservándose el título de
neras llevadas a cabo por la Escuela ha
«pionero» para Manuel Gamio. Y el aná-
quedado relegado en la historia de la
lisis de la construcción de este discurso
disciplina como un ejemplo más de lo
no es, de ningún modo, ocioso ni pres-
que
llamado
cindible habida cuenta de sus efectos
«excluded past» (Stone y MacKenzie,
posteriores (Cf. Joyce, 2002). Si algo
1990).
puede atribuírsele a Gamio, además de
No cabe imputarle a Manuel Gamio es-
su ingente labor, más antropológica que
tos descuidos, por supuesto, sino al
arqueológica, es el haber usado su in-
miope nacionalismo de la política cultu-
fluencia política posterior para proponer
ral posrevolucionaria ávida de héroes y
y aplicar, matizadas por su propio nacio-
al sesgo genérico que permea la historia
nalismo evolucionista, tanto el programa
de la Antropología Mexicana dejando de
antropológico como las ideas de Boas en
lado el aporte de pioneras tales como
México y América Latina.
Carmen Alessio Robles, Zelia Nutall,
El estallido de la I Guerra Mundial, a me-
Florencia Müller, Antonieta Espejo y la
diados de 1914, tuvo entre sus innume-
propia Isabel Ramírez, entre muchas
rables repercusiones, el rompimiento de
otras.
las relaciones diplomáticas entre varios
Por otro lado, construyendo la leyenda
de los países involucrados. Por esta ra-
arqueológica de Gamio se obscurece
zón, y por el evidente cambio de priori-
también la influencia real de verdaderos
dades, los benefactores de la EIAEA
impulsores de la Arqueología en México.
suspendieron su patrocinio y tutela, lo
Seler y Boas, principalmente, pero tam-
que constituyó un duro golpe a la institu-
bién Engerrand y Tozzer han sido eti-
ción y mermó enormemente sus activida-
algunos
autores
han
Antilha 10 (30) 2021:57-81 75
Antilha
CESUA Víctor Ortega León
des y alcances.
marina estadounidenses, desde el 21 de
Por otro lado, la inestable situación polí-
abril hasta el 23 de noviembre de 1914,
tica nacional dificultaba la continuidad
llevaron las relaciones binacionales a un
del proyecto. Aunque la Escuela había
estado de guerra inminente. Pero la de-
contado con la venia del porfirismo y el
rrota del ejército federal, en agosto de
maderismo, a partir del golpe de estado
ese mismo año, a manos del ejército
huertista, en 1913, la situación se tornó
constitucionalista encabezado por Ve-
cada vez más insostenible pues este he-
nustiano Carranza, aliviaría enormemen-
cho dio pie a numerosos levantamientos
te la tensión al contar, este último, con el
armados en diversas partes del país.
reconocimiento de Wilson. Pero el daño
Los hilos de la Decena Trágica, empero,
estaba hecho.
forman parte de una red más amplia.
La Escuela Internacional de Arqueología
Es sabido que los Estados Unidos apo-
y Etnología Americanas vivió mientras
yaron la llegada al poder de Victoriano
no empezó la Primera Guerra Mundial.
Huerta a través del llamado Pacto de la
A pesar de haber sido fundada casi al
Embajada; sin embargo, el cambio de
inicio de la Revolución Mexicana, pudo
régimen en el vecino del norte, con la
mantenerse en pie, aunque con dificulta-
llegada de Woodrow Wilson a la presi-
des, en medio del caos revolucionario y
dencia, volvió las tornas en contra de la
el cambio del régimen porfirista al made-
dictadura militar encabezada por el usur-
rista, precisamente porque no dependía
pador, lo que propició un clima de ani-
exclusivamente de México y, por la mis-
madversión
naciones.
ma razón, su dependencia del extranje-
Eventos como el llamado Incidente de
ro, se vino abajo. Los países que la ali-
Tampico, y la posterior ocupación del
mentaban, entraron casi todos en guerra
puerto de Veracruz por el ejército y la
internacional (como EE UU, Alemania,
entre
ambas
Antilha 10 (30) 2021:57-81 76
Antilha
CESUA
La Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas...
Francia, e Inglaterra) o interna (como
Entre
este
año
y
1917,
Gamio
México y Rusia).
«sobrevivió» con ayuda de su familia y
En este sentido, el primer golpe que re-
escribiendo para periódicos (Cf. De La
cibió, y del que no alcanzaría a levantar-
Peña, 1993), lo que explica con mayor
se del todo debido al conflicto bélico in-
claridad su obra nacionalista Forjando
ternacional, fue la invasión norteameri-
Patria, en la cual se nota la prisa por ar-
cana de Veracruz, en 1914, lo que creó,
mar una carta de presentación ad hoc
o terminó de crear, un fuerte sentimiento
para la facción vencedora de la Revolu-
xenofóbico en el país y, siendo los direc-
ción, los carrancistas. La Escuela, para
tores de la Escuela todos extranjeros9,
entonces, ya había cerrado sus puertas,
al salir del país éstos, sus fundadores,
y tendrían que pasar veinte años para
junto con las instituciones que los finan-
que pudiera consolidarse un nuevo pro-
ciaban, no hubo quien se encargara de
yecto académico similar con la fundación
la Escuela dando seguimiento al proyec-
de la Escuela Nacional de Antropología
to original, quedando en manos de Ma-
e Historia (ENAH), bajo la égida de Al-
nuel Gamio quien, como vimos, ya era
fonso Caso.
Inspector de Monumentos desde febrero Bibliografía AAVV 1912 «Noticias de los diversos departamentos» en Boletín del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, Tomo I, julio de 1911, N° 1, Imprenta del Museo de Arqueología, Historia y Etnología, México. Pp. 412.
de 1912, pero sin el apoyo estable de ningún gobierno. Gamio pudo realizar trabajo de campo mientras duró la Escuela hasta 1915.
9 Aunque Engerrand se había nacionalizado mexicano, cambiando incluso su nombre «George» por «Jorge», se le seguía considerando extranjero.
Batres, Leopoldo 1885 Cuadro arqueológico y etnográfico de la República Mexicana. Ed. Eugenio
Antilha 10 (30) 2021:57-81 77
Antilha
CESUA Víctor Ortega León
Boban, Museo Científico 10ma de la Violeta N° 6, México.
ries, Vol. 17, N° 2, American Anthropological Association. Arlington, VA. Pp. 384-391.
1888 Arqueología mexicana: Civilización de algunas de las diferentes tribus que habitaron el territorio, hoy mexicano, en la antigüedad. Imprenta del Gobierno Federal en el ExArzobispado, México. 1910
Chavero, Alfredo 1884 México a través de los siglos. Tomo I: «Historia antigua y de la conquista» (desde la antigüedad hasta 1521), escrita por el licenciado Alfredo Chavero; publicada bajo la dirección del general Vicente Riva Palacio. Ballescá y Compañía, México; Espasa y Compañía, Barcelona.
Carta arqueológica de los Estados Unidos Mexicanos. Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, Inspección General y Conservación de Monumentos Arqueológicos, México.
De la Peña, Guillermo 1996 «Nacionales y extranjeros en la historia de la antropología Mexicana» en La historia de la antropología en México. Fuentes y transmisión, Mechthild Rutsch (Ed.), Plaza y Valdés, México. Pp. 41-81.
Boas, Franz 1912a «Archaeological investigations in the Valley of Mexico by the International School, 1911-1912» en Proceedings of the 18th International Congress of Americanists; London. 1912b «La escuela Internacional de Arqueología y Etnología Americanas en el año escolar de 1911-1912, y la exposición de trabajos en el Museo nacional de Arqueología, Historia y Etnología» en Boletín del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, marzo de 1912: Tomo I, N° 10. Imprenta del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, México. Pp.187-193.
Engerrand, George 1914 «Les travaux de l’ecole internationale d’archeologie et d’ethnologie americaines pendant l’anne 1912-1913» en Revue Anthropologique, Vol. XXIV, N° 6, París. Pp. 239-243. Galindo y Villa, Jesús 1911 «Informe de los trabajos ejecutados en los departamentos de Historia y Arqueología, durante los meses de agosto, septiembre y octubre de 1911» en Boletín del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, Tomo I, N° 6, diciembre de 1911, Imprenta del Museo Nacional
1915 «Summary of the work of the International School of American Archeology (sic) and ethnology in Mexico» en American Anthropologist, New Se-
Antilha 10 (30) 2021:57-81 78
Antilha
CESUA
La Escuela Internacional de Arqueología y Etnografía Americanas...
de Arqueología, Historia y Etnología, México. Pp. 102-106.
de México. García del Cueto, Haydée 1988 «Escuela Internacional de Arqueología y Etnología Americanas» en La Antropología en México. Panorama Histórico, N° 7 Las Instituciones, Carlos García Mora (Coord.), Instituto Nacional de Antropología e Historia, México. Pp. 371-383.
1912 «El Sr. Prof. de Arqueología refuta las observaciones, que al programa de dicha clase, hizo el Sr. Inspector de Monumentos» en Boletín del Museo de Arqueología, Historia y Etnología, Tomo I, N°9, marzo de 1912, Imprenta del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, México. Pp. 164-177.
González Gamio, Ángeles 1987 Manuel Gamio. Una Lucha sin Final. Coordinación de Humanidades, Universidad Nacional Autónoma de México, México.
Gamio, Manuel 1911 «Informe sobre el reconocimiento de algunos vestigios de origen prehispánico existentes en la Hda. de Zavaleta, Distrito de Chalco, E. de México» en Boletín del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, Tomo I, N° 5, Pp. 83-85.
2002 «Vigencia del pensamiento de Manuel Gamio» en Arqueología Mexicana, Historia y Esencia. Siglo XX. En reconocimiento al Dr. Román Piña Chán. Jesús Nava Rivero (Coord.), Instituto Nacional de Antropología e Historia, México. Pp. 243-250.
1920 «Las excavaciones del Pedregal de San Ángel y la Cultura Arcaica del Valle de México» en American Anthropologist, N° 22, American Anthropological Association. Arlington, VA. Pp.127-143.
Grant MacCurdy, George 1910 «Seventeenth International Congress of Americanists. Second session-City of Mexico» en American Anthropologist, New Series, Vol. 12, N°4, American Anthropological Association. Arlington, VA. pp. 600-605.
1942 «Franz Boas en México» en Boletín Bibliográfico de Antropología Americana (1937-1948) Vol. 6, N° 1/3, enero a diciembre, 1942, Pan American Institute of Geography and History pp. 35-42.
Herrera Martínez, Federico 1927 «Metodología de la arqueología» en Anales del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía. N° 22, Tomo V (1927), Cuarta Época (1922-1933), Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, Mé-
Gamio, Rodrigo 1919 Los Sonetos Heráldicos. Talleres Tipográficos de la Escuela Industrial y de Artes y Oficios, Toluca, Estado
Antilha 10 (30) 2021:57-81 79
Antilha
CESUA Víctor Ortega León
xico. Pp. 262-287.
Dr. Alfonso Pruneda» en «Informe del delegado de México en el XVIII Congreso Internacional de Americanistas. Londres» Anales Del Instituto Nacional De Antropología E Historia, 3(4), pp. 145-168. Robelo, Cecilio A. (Fundador) 1912a Boletín del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, Tomo I, julio de 1911 a junio de 1912. Imprenta del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, México.
Joyce, Rosemary A. 2002 The Languages of Archaeology. Dialogue, Narrative, and Writing. Blackwell Publishers, UK. Lombardo de Ruiz, Sonia 1988 Antecedentes de las leyes sobre monumentos históricos (1536-1910). INAH, México. Matos Moctezuma, Eduardo 2012 «Manuel Gamio y la antropología del siglo XXI» en La Jornada Semanal, Domingo 26 de agosto de 2012, N° 912.
1912b «Informe General acerca de los trabajos llevados a cabo en el Establecimiento. 1911-1912» en Anexo al Boletín del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología. Imprenta del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología, México. Pp. 3-37.
Nuttall, Zelia 1910 «The Island of Sacrificios» en American Anthropologist, New Series, Vol. 12, N°2, American Anthropological Association. Arlington, VA. Pp. 257295.
Seler, Eduard 1911 «The basis and object of archeological research in Mexico and adjoining countries» en Science, New Series, Vol. 33, N°846, American Association for the Advancement of Science, Washington, DC . Pp. 397-402.
O’Gorman, Edmundo 1962 «La Historiografía» en México: Cincuenta años de Revolución. T.4, Fondo de Cultura Económica, México. Pp. 193-201. Parmenter, Ross 1966 «Glimpses of a Friendship» en Pioneers of American Anthropology. The Uses of Biography, June Helm (Ed.), University of Washington Press, Seattle-London. Pp. 83-147.
1912 «Aus dem Berichte über die achtzehnte Tagung des Internationalen Amerikanistenkongresses in London, 27 Mai bis 1 Juni 1912» en Zeitschrift für Ethnologie, Vol. 44, Dietrich Reimer Verlag GmbH, Berlin. Pp. 534-548.
Pruneda, Alfonso 1912 «Informe del Delegado de México en el XVIII Congreso de Americanistas,
Stone, P. y R. Mackenzie (Eds.)
Antilha 10 (30) 2021:57-81 80
1990 The Excluded Past. Archaeology in Education. One World Archaeology N°17, Unwin Hyman, London. Tozzer, Alfred M. 1914 «Report of the Director for 19131914» en American Anthropologist, New Series, Vol. 17, N° 2, American Anthropological Association, Arlington, VA. pp. 391-395. 1921 Excavation of a site at Santiago Ahuitzotla, D.F. Mexico. Smithsonian Institution Bureau of American Ethnology Bulletin, N° 74, Washington. Government Printing Office. Vázquez León, Luis 1993 «Historia y Constitución Profesional de la Arqueología Mexicana. (18841940)» en II Coloquio Pedro BoschGimpera. María Teresa Cabrero Q. Comp., Universidad Nacional Autónoma de México, México. Pp.36-77. 1994 «Mexico: the institutionalization of archaeology, 1885-1942» en History of Latin American Archaeology, Augusto Oyuela-Caycedo (Ed.), Worldwide Archaeology Series, Avebury. Pp. 69-89. Warren Currier, Charles 1910 «Seventeenth International Congress of Americanists First Session – Buenos Aires» en American Anthropologist, Vol. 12, N° 4, American Anthropological Association, Arlington, VA. Pp. 595-599.
Antilha 10 (30) 2021:57-81 81
El texto impreso y digital debe estar en
Estructura: Los textos remitidos para su publicación
versión de procesador de textos Word,
en las secciones de Artículos y Colabora-
con sus páginas correctamente foliadas,
ciones Especiales deberán estar ordena-
en tamaño carta (216 x 279 mm), en
dos de acuerdo al siguiente esquema:
INVITACIÓN A PUBLICAR
fuente Arial de tamaño 11, a 1.5 espa-
Título
cios, con márgenes de 3 cm en todas las
Nombre completo del autor
direcciones de la página.
Filiación institucional
Considerando
todas
las
Dirección electrónica
secciones
(resumen, texto, referencias, notas, figu-
Curriculum Vitae (Resumen 2 renglo-
ras, anexos, etc.), el trabajo no debe so-
nes)
brepasar las 30 cuartillas, las cuales se
Resumen en español e inglés con pala-
podrán consultar y descargar en la revis-
bras clave
ta en formato pdf.
Texto del artículo
El Comité Editorial se reserva el derecho
Agradecimientos (opcional)
de devolver cualquier material debido a
Bibliografía
tema o calidad inapropiada, extensión excesiva o estilo inaceptable. El dicta-
Titulaciones
men de los trabajos será anónimo.
El título del artículo y los subtítulos en el
Los manuscritos son evaluados por el
texto deberán ser concisos. Los subtítulos
Comité Editorial. Los autores son res-
primarios, secundarios o terciarios deben
ponsables por el contenido de sus ar-
estar claramente jerarquizados, ya sea por
tículos, por la veracidad y atribución co-
tamaño de letra, números u otro tipo de
rrecta de sus citas, y por la debida distri-
notación.
bución de autoría entre los coautores. Los manuscritos deben ser enviados a la
Citas en el texto
dirección electrónica
Todas las citas se usaran en el formato
cesua.org.@gmail.com
de
la
revista,
adjuntando
el
Oxford: (Apellido, año: páginas), (Acosta,
archivo del manuscrito y las ilustraciones
1940:20).
correspondientes en formato JPG.
Aquellas citas que excedan las 40 pala82
bras, van sin comillas y a renglón seguido del texto (hacia arriba y hacia abajo),
con sangría en su margen izquierdo y con una fuente de tamaño 10, es decir, un punto inferior al texto general. De las Figuras
Las imágenes se denominarán Fig. 1, Fig. 2, etc. y deberán estar referidas al texto, es necesario dar los debidos créditos y autorías. Las imágenes deben estar en formato
JPG incluidas en el texto, en el orden de aparición, se adjuntaran en un archivo por separado a una resolución de 300 dpi. Toda correspondencia deberá dirigirse a
la Mtra. América Malbrán Porto al Centro de Estudios Sociales y Universitarios Americanos S.C.: cesua.org.@gmail.com amalbranp@gmail.com
83
84