REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA, ARTE Y LITERATURA
Año 11
N°31
Enero-Abril 2022
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Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
Antilha publica artículos originales e inéditos. El contenido de los artículos y opiniones ex-
Editores
presadas en Antilha son responsabilidad
América Malbrán Porto
exclusiva de sus autores.
Ana Igareta
Antilha, Revista Latinoamericana de Historia,
Víctor Ortega León
Arte y Literatura es una publicación cuatrimestral editada y publicada por el Centro de
Diseño editorial
Estudios Sociales y Universitarios America-
América Malbrán Porto
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trámite ) .
Portada, cenefa y viñeta: Henriëtte Ronner-Knip, (1821-1909), «Hide and Seek», «Las escondidas», oleo sobre tela, reproducción en colección privada.
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Comité Editorial Dr. Jorge Angulo Villaseñor
DEA-INAH, México.
Dr. Daniel Schávelzon
CAU-UBA, Argentina
Dra. Ana Igareta
UNLP, Argentina.
Dr. Víctor Ortega León
Centro INAH Chihuahua, México.
Mtra. América Malbrán Porto
Centro INAH Chihuahua, México.
Mtro. Alfredo Feria Cuevas
Centro INAH Baja California Sur, México.
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CONTENIDO Editorial
P. 7
Ingenios bajo el cemento. Antiguos establecimientos de caña-azúcar en la ciudad de San Miguel de Tucumán (Tucumán, Argentina) Daniel Moyano y Ana Igareta
P. 9
Sobre la definición de los Geoglifos Víctor Ortega León
P. 36
Problemas laborales de los arrieros saltillenses en el siglo XVIII. Una aproximación desde la relación obreropatronal entre Miguel Lobo y Nicolás de Anda Carlos Adrián Casas Ortega
P. 52
Castigo del alma Ricardo Alberto Díaz Quintana
P. 72
Los boleros como parte del folklore mexicano: entrevista a Los Miranda Ivon Cristina Encinas Hernández y Maribel Magnolia Martínez Hernández
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P.77
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EDITORIAL
A
l terminar este primer cuatrimestre de 2022, pareciera que la Pandemia, que nos mantuvo en el encierro dos años, nos ha dado un respiro, con él hemos llegado al N°31 de nuestra revista. En esta ocasión nos
complace presentar cinco trabajos variados, que nos acercan, por un lado, al objetivo multidisciplinario de nuestra publicación, pero también a la posibilidad de cruzar fronteras a lo largo de Latinoamérica. Inicia este número con la investigación Daniel Moyano y Ana Igareta “Ingenios bajo el cemento. Antiguos establecimientos de caña-azúcar en la ciudad de San Miguel de Tucumán (Tucumán, Argentina)”, trabajo novedoso que se adentra en un tema de Arqueología Industrial, hasta ahora poco abordado en Argentina. Fue tan importante la producción azucarera en San Miguel de Tucumán que llegó a
convertirse en el principal centro productor de la Argentina. Sin embargo, como nos explican los autores, a finales del siglo XIX un gran porcentaje de esos ingenios no pudo adecuarse al cambio tecnológico y debieron cerrar, quedando en el abandono o siendo desmantelados, para finalmente quedar sepultados bajo el asfalto de la actual ciudad.
El siguiente trabajo “Sobre la definición de los Geoglifos” de Víctor Ortega León, se adentra en la necesidad de definir y estudiar un grupo de manifestaciones rupestres en particular: los geoglifos, que en muchas ocasiones han sido relegados, por los mismos académicos, a un segundo plano en relación con la pintura rupestre o los petrograbados. En el caso de México éstos se han encontrado predominantemente en el noroeste del país, particularmente en el Desierto de Sonora.
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Continuaremos con el estudio documental de Carlos Adrián Casas Ortega “Problemas laborales de los arrieros saltillenses en el siglo XVIII. Una aproximación desde la relación obrero-patronal entre Miguel Lobo y Nicolás de Anda”. A
través de la investigación en archivos históricos del país el autor identifica dos procesos legales, promovidos por el hacendado Miguel Lobo Guerrero, originario de la villa de Saltillo, en contra de un arriero, Nicolás de Anda, quien de acuerdo a los documentos se había apropiado de las cargas que transportaba para venderlas para su usufructo propio. A partir de esta investigación nos podemos
adentrar en relaciones laborales entre arrieros y patrones del norte de la Nueva España. Nuevamente Ricardo Alberto Díaz Quintana, nos presenta un ejemplo de su narrativa, “Castigo del Alma”, Thriller breve que nos deja llenos de incógnitas y la ausencia de héroes. Por último, Ivon Cristina Encinas Hernández y Maribel Magnolia Martínez Hernández enriquecen este número con su entrevista “Los boleros como parte del folklore mexicano: entrevista a Los Miranda”. Jóvenes promesas del bolero en México, estos músicos y cantantes, premiados ya en varias oportunidades, se presentan como una alternativa fresca a un género musical que se asocia con tiempos pasados, pero que se renueva en la combinación innovadora de voces
femeninas predominantes. Este artículo se complementa con enlaces que conducirán a nuestros lectores a la música y canciones a las que se hace referencia, así como al evento del 50 aniversario de la OTI. Sin más preámbulos dejamos al lector esta serie de propuestas, esperando lo disfruten.
Los editores 8
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CESUA
INGENIOS BAJO EL CEMENTO. ANTIGUOS ESTABLECIMIENTOS DE CAÑA-AZÚCAR EN LA CIUDAD DE SAN MIGUEL DE TUCUMÁN (TUCUMÁN, ARGENTINA)1 Daniel Moyano2 y Ana Igareta3 Artículo recibido 20/02/2022 Artículo aceptado 15/03/2022 Resumen La provincia de Tucumán (República Argentina) comprende un territorio mediterráneo con grandes variaciones de relieve que se extiende entre la Cordillera de Los Andes y la llanura chaqueña. Durante el siglo XIX, el cultivo y procesamiento de la caña de azúcar cobró un incremento notable hasta convertirla, al final de esa centuria, en el principal centro productor del país. En la actualidad, la mayor parte de los ingenios azucareros se ubican a cierta distancia de San Miguel de Tucumán, su ciudad capital, pero la evidencia histórica indica que hace poco más de un siglo y medio, muchos de ellos se instalaron en terrenos que hoy pertenecen a su casco urbano. Al poseer características preindustriales, un porcentaje significativo de esos ingenios no pudo adecuarse al cambio tecnológico ocurrido en las últimas décadas del siglo XIX y debieron cerrar. Ello llevó a la destrucción de sus instalaciones y luego el rápido crecimiento de la ciudad sepultó con cemento la mayor parte de la evidencia física. En el marco de una investigación interdisciplinaria más amplia, el presente artículo explora las diferentes alternativas de análisis que ofrece la evidencia documental para poder localizarlos, estudiar sus características y recuperar parte del rico pasado azucarero local.
1 Este trabajo es un avance de las investigaciones desarrolladas en el marco del proyecto PICT 4424 dirigido por D. Moyano y financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (Argentina). 2 Licenciado en Historia y Doctor en Humanidades (Área Historia) por la Universidad Nacional de Tucumán. Investigador Asistente CONICET. Instituto Superior de Estudios Sociales, CONICET-Universidad Nacional de Tucumán. moyano79@gmail.com 3 Licenciada en Antropología y Doctora en Ciencias Naturales UNLP. Investigadora Adjunta CONICET con experiencia en trabajos de Arqueología Histórica y Urbana. CONICET–HiTePAC, Facultad de Arquitectura y Urbanismo. División Arqueología, Museo de La Plata, Universidad Nacional de La Plata. aigareta@gmail.com Antilha 11 (31) 2022:9-35 9
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Palabras clave: San Miguel de Tucumán, Argentina, ingenios azucareros, siglo XIX, área urbana.
Keywords: San Miguel de Tucumán, Argentina, Sugar mills, 19th century, Urban area.
Consideraciones generales a ocupación del territorio de las actuales provincias del noroeste de la República Argentina por parte de exploradores ibéricos en el siglo XVI, supuso el inicio de la agricultura de especies hasta entonces ajenas a dicha región (Castillón, 2021). Al igual que en otras áreas del «Nuevo Mundo», se fomentó la labranza y el procesamiento de cultivos de gran interés comercial; así, prosperaron rápidamente, entre otros, la vid y la elaboración de vino, el trigo y la molinería, la siembra de la caña y su procesamiento para obtención de azúcar en trapiches y establecimientos rudimentarios que pasaron a abastecer las necesidades de una creciente demanda regional. Esta última actividad se difundió a lo largo de todo el continente, desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de la Argentina, aunque no en todas las áreas tuvo el mismo impacto. En efecto, mientras fue determinante en las economías de varias colonias caribeñas y norte de Brasil hasta el siglo XIX, orientadas desde sus inicios al mercado internacional, en otros países rep-
L
Abstract The province of Tucumán (Republic of Argentina) comprises a Mediterranean territory with great variations in relief that extends between Los Andes Mountain Range and the Chaco plains. Since colonial times, the cultivation and processing of sugar cane was developed there until it became, in the middle of the 19th century, the main producing region of the country. At present, most of the sugar mills are located some distance from San Miguel de Tucumán, its capital city, but historical evidence indicates that a century ago, many of them were installed on land that today belongs to its urban area. Having pre-industrial characteristics, a significant percentage of these mills could not adapt to the technological change that occurred in the last decades of the 19th century and had to close down. This led to the destruction of their facilities and then the rapid growth of the city buried most of the physical evidence with cement. Within the framework of a broader interdisciplinary research, this article explores the different alternatives of analysis offered by the documentary evidence in order to locate them, study their characteristics and recover part of the rich local sugar past.
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resentó un sector económico-productivo secundario, como en Perú o en México y, en menor medida, en la Argentina (Moreno Fraginals, 1978; Santamaría García y García Álvarez, 2005; Schleh, 1921 y 1945). La agricultura cañera tuvo particular éxito en los valles tropicales de las actuales provincias de Salta y Jujuy, y también en áreas subtropicales o irrigadas de Catamarca y Santiago del Estero. Pero sin dudas, fue en la actual provincia de Tucumán donde su cultivo y procesamiento cobró mayor expansión (Fig. 1). Al igual que en la mayoría de las zonas cañicultoras latinoamericanas
previas a la modernización de la segunda mitad del siglo XIX, la producción azucarera tucumana se realizaba con métodos preindustriales. En general, trabajaban
con
molinos
verticales
Fig. 1. Ubicación de la República Argentina y de la provincia de Tucumán en el espacio sudamericano, tomado de Obras públicas y Privadas 1938: 200.
de
madera movidos por tracción animal que extraían incompletamente el jugo de la caña. Las fases subsiguientes de la elaboración, como el cocimiento y concentrado
del
caldo,
y
el
posterior
blanqueo de los granos de azúcar en
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hormas o tinajas de barro cocido, com-
queológica, en distintos aspectos del
pletaban estas unidades productivas.
desarrollo histórico del procesamiento
Además, se elaboraban dulces como
de la caña de azúcar en el espacio tucu-
alfeñiques, chancacas o tabletas, y se
mano, y analizaron cómo desde la se-
destilaba el caldo de la caña o la melaza
gunda mitad del siglo XIX esta actividad
residual de la elaboración de azúcar me-
se consolidó en relación con ciertos hi-
diante alambiques, para elaborar beb-
tos tales como el acceso a determinadas
idas espirituosas como el aguardiente o
tecnologías, la expansión de la deman-
ron y diversos licores.
4
da, las condiciones favorables del co-
Aunque las evidencias en superficie son
mercio en coyunturas puntuales, las inci-
realmente escasas, se sabe que el terri-
pientes políticas de fomento a la agroin-
torio que ocupa actualmente la capital
dustria, y la conexión ferroviaria con las
provincial incluyó numerosos ingenios
principales plazas de consumo que faci-
con características preindustriales (o in-
litó la comercialización de los productos
cluso artesanales), que trabajaron du-
derivados (Schleh, 1921; Balán, 1978;
rante el siglo XIX en la ciudad o, mejor
Guy, 1981; Rosenzvaig y Bonano, 1986;
dicho, en lo que entonces eran las afue-
Campi, 2000; Pucci, 2001; Moyano,
ras del casco urbano y que conforman
2012; Villar, 2016; Ataliva 2016a y
una parte fundamental del «Tucumán
2016b). Quizás el ingenio de tipo prein-
azucarero».
dustrial más renombrado del territorio
Investigaciones previas indagaron, des-
(en rigor de verdad, el único conocido en
de una perspectiva documental y ar-
términos materiales) es el establecimiento que perteneciera a José Eusebio Colombres, parte de mismo preservado hasta la actualidad por ser considerado
4 Descripciones sobre la elaboración «tradicional» y «moderna» de azúcar en Tucumán, en Groussac et al. (óp. cit.: 512-522). Antilha 11 (31) 2022:9-35 12
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el iniciador de la agroindustria azucarera en la provincia, en la década de 1820.
análisis de documentación novedosa y
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reconocer, a partir de este sector de in-
En tal sentido, es posible proponer que
terés, los terrenos en los que sería
la reconstrucción de las trayectorias em-
deseable realizar a futuro intervenciones
presariales y la identificación de ciertos
de arqueología urbana.
rasgos de estos numerosos ingenios preindustriales que durante el siglo XIX
La ciudad de Tucumán y la elabora-
desaparecieron y que hoy están debajo
ción de azúcar y aguardiente
del actual casco urbano de la ciudad de
El primer asentamiento español perma-
Tucumán, permitirá obtener datos que
nente en la región bajo estudio se fundó
posibiliten un mejor conocimiento de la
en 1565, bajo el nombre de San Miguel
agroindustria provincial en una etapa po-
de Tucumán, en la zona pedemontana
co conocida que, a falta de un mejor
del centro del actual territorio provincial,
nombre, se la denomina como de
más precisamente en el paraje de Ibatín.
«transición» entre una actividad prein-
Sin embargo, en 1685 fue trasladada a
dustrial y un complejo azucarero mo-
su actual emplazamiento, a poco más
derno. Por lo tanto, el propósito del pre-
de
sente trabajo será mostrar algunos
(Groussac et al., 1882) (Fig. 2). Fue una
avances de investigación, obtenidos me-
de las primeras ciudades erigidas en el
diante la revisión de la información dis-
área meridional del continente y, ade-
ponible sobre los ingenios que quedaron
más de Córdoba, representó uno de los
sepultados bajo el pavimento, además
principales centros administrativos y pro-
de aportar nuevos datos mediante el
ductivos de esta región, favorecidas por
60
km
en
dirección
noreste
su ubicación mediterránea, al transformarlas en punto obligado de aprovisio-
5 Ver los informes sobre las intervenciones arqueológicas desarrolladas en la Casa del Obispo Colombres, en Ataliva, Díaz, Piñero (2007) y Cohen y Ataliva (2014).
namiento para las expediciones y explo-
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asumieron un papel estratégico como puntos de contacto con el camino real que vinculaba a las ciudades del Río de la Plata con Lima, en el Virreinato del
Perú (López de Albornoz, 1994; Palomeque, 2006). Fue a partir de la segunda mitad del siglo XIX, que la industria del azúcar de caña incorporó novedosos procedimientos y equipamientos propios de la segunda revolución industrial. En este senFig. 2. Ubicación de la ciudad de San Miguel de Tucumán en el territorio provincial. Elaboración propia a partir Acher Lanzillotta 2015: 7.
tido, se produjeron transformaciones técnicas y organizativas en diferentes centros cañicultores, principalmente en las posesiones europeas en el Caribe y
en áreas como el nordeste de Brasil y la costa del Perú, que incorporaron maqui-
raciones que se realizaban lejos de los
naria moderna para competir en el mer-
puertos del Pacífico y el Atlántico. Esa
cado mundial (Moreno Fraginals, óp. cit.,
situación se mantuvo hasta mediados
Dye, 1993, Santamaría García y García
del siglo XVIII cuando la apertura de
Álvarez, óp. cit.). Dicho proceso también
nuevas rutas terrestres, la reconfigura-
impactó en regiones del continente que
ción administrativa del territorio, los nue-
no se caracterizaron por una larga tradi-
vos esquemas comerciales y el creci-
ción en la elaboración del dulce. Estos
miento del puerto de Buenos Aires rele-
productores de azúcar menores, como
garon –en términos políticos– a las ciu-
Argentina, vinieron a conformar comple-
dades más antiguas, aunque algunas Antilha 11 (31) 2022:9-35 14
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jos agroindustriales orientados principal-
nor elaboración en relación con los cen-
mente a abastecer la demanda local y
tros productores tropicales más impor-
regional, para luego satisfacer las nece-
tantes, sumada a la lejanía de los puer-
sidades de sus respectivos mercados
tos, el costo del transporte y la escasez
internos. Sobre todo, desde el último
de mano de obra, neutralizaban toda po-
cuarto del siglo XIX, con el arribo de las
sibilidad de exportar (Campi, óp. cit.).
vías férreas a la provincia de Tucumán y
Tal situación determinó que su produc-
la posibilidad de incorporar bienes de
ción se destinara enteramente a abaste-
capital y métodos de elaboración impor-
cer la demanda local y regional y, luego
tados de los principales países industria-
de su modernización (en las últimas dé-
lizados.
cadas del siglo XIX), al mercado nacio-
Como se mencionó, una característica
nal en formación. En tal sentido, en lo
del complejo azucarero argentino radicó
que refiere a fases tecnológicas, las téc-
en que la principal zona productora estu-
nicas de trabajo y las características in-
vo ubicada en un área mediterránea del
tegrales durante las etapas preindustrial
extremo septentrional del país, en los
e industrial, los establecimientos argenti-
valles al pie de los cordones montaño-
nos resultan más afines a los modelos
sos. Si bien esta gramínea se adaptó
azucareros desarrollados en Morelos
con facilidad a las condiciones de clima
(México),
y suelo subtropicales, los crudos invier-
(Colombia) o en São Paulo (sudeste de
nos y la variabilidad de las lluvias en ve-
Brasil), antes que a los complejos de
rano provocaban grandes oscilaciones
Cuba, Puerto Rico o el Nordeste brasile-
en las cosechas, que incidían en los ren-
ño, con escalas y organización de la
dimientos culturales y sacarinos de la
producción de otra magnitud, orientadas
materia prima. De esta manera, la me-
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en
el
Valle
del
Cauca
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específicamente a abastecer la creciente demanda internacional.
dos. Inclusive en 1858 se llevó a cabo un
6
proyecto inédito en Tucumán, con la
En décadas previas a la llegada del fe-
construcción de un ingenio con maquina-
rrocarril a Tucumán en 1876, algunos
ria moderna traída desde Inglaterra, me-
empresarios iniciaron la modernización
diante una sociedad entre un empresario
de sus establecimientos mediante la in-
tucumano, Baltazar Aguirre, y el enton-
corporación de maquinaria a vapor de
ces presidente de la Confederación Ar-
baja escala y la fuerza hidráulica, trapi-
gentina Justo José de Urquiza. El em-
ches de hierro, tachos al vacío para el
prendimiento no prosperó y pronto se li-
cocimiento y centrífugas para la separa-
quidaron la sociedad y sus bienes
ción de los granos, todos elementos in-
(Groussac et al., óp. cit.; Schleh,1945).
corporados con un alto costo de flete y
Con todo, es posible conjeturar que esta
elevado riesgo de inversión ya que los
experiencia haya creado cierta disposi-
tenían que trasladar en tropas tiradas por
ción a la adopción de maquinarias mo-
bueyes alrededor de mil kilómetros desde
dernas para la elaboración del dulce
Rosario de Santa Fe, el segundo puerto
cuando el contexto comenzó a ser favo-
en importancia luego de Buenos Aires
rable para la producción en gran escala.
(Granillo, 1872; Mulhall, 1876; Groussac
En efecto, en la etapa conocida como el
et al., óp. cit., Páez de la Torre, 1980). Se
«despegue
trató de innovaciones modestas en nú-
una serie de factores permitieron la rápi-
mero, pero significativas en sus resulta-
da expansión de la producción azucare-
azucarero»
(1876-1895),
ra en Tucumán, como el arribo de los rieles que impulsó la modernización de los ingenios, el apoyo del Estado central 6 Por ejemplo, resultarían promisorias las comparaciones con el modelo azucarero de Morelos (México), con numerosas similitudes respecto al tucumano. Se recomienda la consulta de Crespo (1988 y 2009).
con la aplicación de tarifas aduaneras específicas para atenuar la competencia
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del azúcar extranjero; la rebaja de las
canas. Algunos de ellos, como el ingenio
tarifas ferroviarias, y la modernización
San José o Amalia, cerraron hace relati-
del sistema bancario, entre las más des-
vamente poco, en la década de 1960,
tacadas (Balán, óp. cit., Guy, óp. cit.;
por lo que su posición dentro del actual
Campi, óp. cit., Pucci, óp. cit.).
trazado urbano de la ciudad se encuen-
Así, en un corto pero vertiginoso período
tra bien documentada; se conservan
de tiempo, varios ingenios se moderni-
restos materiales e, incluso, se conoce
zaron o se erigieron desde sus cimientos
su magnitud y dinámica de funciona-
mientras que otros cerraron, a la vez
miento ya que perviven en la memoria
que se produjo una suerte de conviven-
colectiva de extrabajadores y las comu-
cia entre establecimientos de grandes
nidades que se formaron a la sombra de
escalas con equipos de avanzada y los
sus chimeneas.7 Otros ingenios moder-
tradicionales
preindustriales.
nos como El Colmenar, Unión, Perseve-
Empero, a mediados de la década de
rancia, San Felipe y El Manantial resul-
1880, la fisonomía agroindustrial de la
tan menos conocidos en tanto cerraron
provincia se había modificado, con más
sus puertas en un arco temporal que va
de una treintena de ingenios modernos,
desde 1896 hasta 1949.
entre unidades preindustriales reforma-
Los ingenios azucareros más importan-
das y nuevas fábricas azucareras.
tes de Tucumán hoy se encuentran ubi-
Con respecto a la ciudad de Tucumán,
cados en la margen este del río Salí,
aunque las evidencias en superficie no
que atraviesa la provincia en sentido
ingenios
son abundantes, la información histórica indica que hasta avanzado el siglo XX, una cantidad nada despreciable de inge7 Sobre la conformación de poblados alrededor de los ingenios ver Paterlini de Koch (1987).
nios modernos se encontraban incluidos dentro de su jurisdicción o en zonas cer-
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norte-sur, y en el eje centro sur del terri-
car y aguardiente que se disponían alre-
torio, entre la llanura central y la zona
dedor de la capital de la provincia. Sin
del piedemonte (Bosonetto, 1954). Du-
embargo, la historiografía tucumana se
rante la última década del siglo XIX, el
ha interesado poco por estudiar las ca-
número de ingenios modernos llegó a
racterísticas y evolución de estas unida-
más de 30 unidades distribuidas en el
des productivas,
este y centro-sur provincial; mientras
más tempranas.
que poco más de un siglo después, su
Excepciones al respecto las constituyen
número se redujo a 14 o 15 ingenios ac-
las inaugurales indagaciones de Schleh
tivos. En la actualidad, el más cercano a
(1944), quien realizó una breve cronolo-
la ciudad de San Miguel de Tucumán
gía de los establecimientos modernos,
está ubicado a 10 kilómetros de distan-
algunos de los cuales iniciaron sus acti-
cia al naciente, mientras que el más le-
vidades en la primera mitad del siglo
jano, a unos 90 kilómetros al sur. Con
XIX. Pero sin duda, fueron los trabajos
todo, en la segunda mitad del siglo XIX,
de Campi (2002 y 2017) –respaldados
la mayor concentración de ingenios con
en documentación fiscal– los que advir-
características preindustriales no se en-
tieron sobre el elevado número de uni-
contraba en áreas rurales sino en las
dades existentes entre 1830 y 1870
zonas aledañas a la capital provincial.
(llegó a contabilizar más de 100 contri-
Diversos viajeros y numerosas descrip-
buyentes), y también sobre la diversidad
ciones locales durante el siglo XIX, hicie-
de actores involucrados en la actividad y
ron mención tanto a las propiedades se-
su importancia relativa en el paso de
miurbanas con casas y diversos cultivos
una economía provincial diversificada a
tales como maíz, hortalizas y, sobre to-
otra con un marcado perfil azucarero.
do, naranjas y otros frutales; como a los
Claro que, como toda fuente, los docu-
establecimientos de elaboración de azú-
mentos de Hacienda tienen sus limita-
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particularmente
las
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ciones respecto a la información que
te la época en que funcionaron los inge-
ofrecen, en parte porque están más en-
nios preindustriales –entre las décadas
focadas en los propietarios aportantes
de 1820-30 a 1880 aproximadamente–
que en las propiedades sujetas a grava-
resulta realmente complejo determinar la
men y, en el caso que nos ocupa, por-
ubicación y/o la proximidad de los inge-
que no refieren solo al territorio de la ciu-
nios respecto del casco urbano de la
dad sino a la extensa superficie que en-
ciudad capital, más allá que el área apta
tonces comprendía el Departamento de
para la caña se ubicara en el centro y
La Capital. Hasta 1888, no solo incluía a
este del departamento.
la ciudad de San Miguel de Tucumán,
A fin de obtener precisiones sobre el te-
sino que abarcaba todo el territorio del
rritorio de interés del presente escrito, se
centro de la provincia y se extendía en el
utilizó la información asentada en una
este y en el oeste hasta las provincias
descripción oficial de la provincia con-
vecinas (Fig. 3). Ello implica que, duran-
feccionada por Granillo (óp. cit.), de la
Fig. 3. Evolución de la división político-administrativa de Tucumán, con especial referencia al departamento La Capital. De izquierda a derecha: previo a 1888, período 1888-1976 y desde 1977 hasta el presente. Elaboración propia a partir de Paolasso (2004). Antilha 11 (31) 2022:9-35 19
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que hicieron amplio uso los estudios his-
luego de su traslado, se emplazó en una
tóricos. Dicha obra, presenta un listado
meseta elevada con una leve pendiente
de ingenios tucumanos con una serie de
hacia el naciente, alejándose del cordón
datos de enorme valor histórico tales co-
montañoso conocido como Sierra de
mo la superficie que cada uno tenía cul-
San Javier que se extiende al poniente
tivada con caña, una breve mención a
(Groussac et al., óp. cit., Ricci, 1967).
los equipos que utilizaban para elaborar
Por el este, norte y oeste, desde la épo-
azúcar (trapiche de palo, de hierro, cen-
ca colonial, su casco urbano estuvo ro-
trífugas), el tipo de tracción utilizada (a
deado de quintas y chacras con diversas
vapor, hidráulica, a sangre) y, especial-
labranzas (Ávila, 1920). Ya en la primera
mente, en qué zona, poblado o paraje
mitad del siglo XIX, un buen número se
estaban ubicados. Un paso preliminar
dedicaba al cultivo de caña y elabora-
fue la utilización de esa información para
ción de aguardiente, mientras que en
confeccionar una incipiente base de da-
otras se producían diversos dulces y,
tos cartográfica que presentara la distri-
sobre todo, azúcar. A poco más de 500
bución en el terreno de los ingenios lista-
metros hacia el este de la ciudad, se
dos y mostrara cuáles se hallaban em-
aprovechó la planicie de inundación del
plazados en áreas rurales de la provin-
río Salí, un sector con casi 10 metros de
cia y cuáles se localizaban en las afue-
desnivel en relación al trazado de las
ras de la capital, particularmente en los
calles, que constituía una zona muy fértil
espacios conocidos como «El Bajo» y
y con la posibilidad de irrigar todo el año
«El Alto».
mediante acequias que se sacaban de su curso (Moussy, 1863; Granillo, óp.
Dos áreas de ingenios en los subur-
cit.; Groussac et al., óp. cit.). Dicha de-
bios de la ciudad
presión no era otra cosa que las anti-
La ciudad de San Miguel de Tucumán,
guas barrancas del río Salí y los terre-
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nos bajos del viejo lecho, antes de que
azucareros, mientras que diez se locali-
su cauce se retirara a poco más de 2.5
zaban en El Bajo. Al respecto, las inves-
km al este de la ciudad.8 En esos terre-
tigaciones de Campi (2002 y 2017) de-
nos, mencionados en la documentación
mostraron primero, que ese listado de
decimonónica como «El Bajo», se insta-
ingenios resulta bastante incompleta a la
ló el antes mencionado establecimiento
luz de los establecimientos que tributa-
que perteneció a José E. Colombres,
ban y, segundo, que se precisa dedicar
considerado como el primer ingenio azu-
un mayor esfuerzo en el estudio sobre
carero de la provincia. Sin embargo,
estas quintas de los suburbios para de-
además de este, otros emprendimientos
terminar sus características y así poder
azucareros funcionaron en ese sector de
diferenciarlas de otras unidades produc-
la ciudad.
tivas como las chacras (también subur-
Menos conocidos, en cambio, son los
banas), y las rurales como las haciendas
ingenios que se instalaron en «El Alto»,
o las estancias (Fig. 4).
denominación que recibió un área de
Si bien resultan necesarias investigacio-
superficie más imprecisa ubicada a poco
nes más detalladas sobre la materia, la
más de un kilómetro al oeste de la plaza
evidencia disponible permite conjeturar
central de la ciudad. De acuerdo a la in-
que algunos de los más tempranos esta-
formación asentada por Granillo (óp.
blecimientos azucareros y destilerías
cit.), durante esa época, en la zona de El
fenecieron por su incapacidad de com-
Alto se ubicaban tres establecimientos
petir con los ingenios que, en la década de 1880, se embarcaron con éxito en el proceso de modernización. Según una hipótesis sugerida por este último autor,
8 Según Ávila (1920: 439), en 1816 las quintas de El Bajo tenían una 1 cuadra de frente (casi 148 m) y se extendían desde el pie de la antigua barranca hasta el río (alrededor de 30 ha según la zona).
el hecho de que la gran mayoría de los ingenios que se modernizaron y amplia-
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Fig. 4. Ciudad de Tucumán y sus alrededores en 1915. En azul señaladas las zonas correspondientes a los terrenos de «El Bajo» y «El Alto», tomado de Álbum General de la Provincia de Tucumán en el Primer Centenario de la Independencia Argentina, 1916, s/n.
ron sus escalas de producción se ubica-
de los elementos que les impidieron dar
ron en el área rural de la provincia, po-
el salto a la modernización (Campi,
dría indicar que los establecimientos de
2017).
los alrededores de la ciudad no habrían
La imprecisa zona de El Alto sufrió, por
contado con la magnitud de terrenos ne-
entonces, una paulatina transformación
cesarios para instalar edificios, maquina-
con el loteo de amplias parcelas y la
ria, nuevas vías de comunicación y am-
progresiva ocupación de los terrenos
pliar los cultivos. En consecuencia, su
con viviendas y edificios públicos y reli-
ubicación podría considerarse como uno
giosos, junto al trazado de bulevares y
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tendidos del ferrocarril. Una transforma-
miento de una parte de los terrenos de
ción radical aconteció también en la otra
El Bajo (alrededor de 400 ha) para con-
zona de interés de la ciudad. Si a inicios
vertirlos en parque público (Paterlini de
de los años 1870 Granillo se refería a El
Koch, 1992). Finalmente se logró la ex-
Bajo como «la lujosa alfombra en que
propiación de los terrenos mediante una
posa sus pies la bella ciudad de Tucu-
ley nacional de 1906, ampliada en años
mán» (óp. cit.: 53), solo una década des-
sucesivos.
pués ya se hacía mención a los inconve-
(conocido en la época también como
nientes que traían para la salud los pan-
Parque Centenario) fue inaugurado en
tanos y aguas estancadas producto de
los inicios del nuevo siglo y, en las si-
las tomas de agua que se sacaban del
guientes décadas, tuvo diversos agrega-
río Salí para irrigar los cultivos (White,
dos y modificaciones.
1882: 153).
Durante esas transformaciones, solo el
Es posible especular que, a finales del
establecimiento
siglo XIX, cuando esta área había perdi-
arreglado, alterado en partes y refuncio-
do su centralidad en la producción de
nalizado como Museo– permaneció en
azúcar y aguardientes en beneficio de
pie y se conservaron algunos aparatos y
los mayores ingenios modernizados de
herramientas para la fabricación de azú-
la banda este del río Salí y de la zona
car. No fue posible precisar aún si otras
centro sur de la provincia, el espacio se
construcciones y edificios propios de las
fue descuidando gradualmente hasta
quintas y antiguos establecimientos azu-
convertirse, en partes, en terreno cena-
careros que poblaban esa zona fueron
goso. Los continuos brotes de malaria,
intencionalmente destruidas o se fueron
cuyo foco se atribuía a los pantanales,
deteriorando con el tiempo hasta su
motivaron a las autoridades provinciales
desaparición. El crecimiento de la ciu-
a gestionar la expropiación y sanea-
dad fue luego ocupando esos espacios y
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El
Parque
de
9
de
Colombres
Julio
–
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sepultando bajo pavimento y nuevos edi-
hipotecas, formación o disolución de so-
ficios su evidencia y memoria.
ciedades, testamentos, codicilos) y también la Sección Judicial Civil (demandas
Nuevos datos para el estudio de
por falta de pago, remates de propieda-
ingenios bajo la ciudad
des, ejecuciones de bienes). De esta
Para identificar estos ingenios desapare-
manera, se pudo determinar el momento
cidos, conocer sus características y ex-
en que el contribuyente o sus predece-
tensiones y, en lo posible, ubicar su lu-
sores adquirieron una quinta, finca o te-
gar de emplazamiento, se analizaron los
rreno (que se remonta incluso hasta la
padrones de patentes –un impuesto apli-
primera mitad del siglo XIX), el año en
cado a diversos sectores productivos,
que comenzó a pagar el tributo (lo que
entre ellos, a los establecimientos de ca-
nos indica que para entonces se volcó a
ña-azúcar– para los años 1860 y 1870.
la actividad azucarera o a la elaboración
Cabe aclarar que Campi (2017) transcri-
de aguardiente) y las características de
bió los padrones que ubicó entre 1848 y
la propiedad (ubicación, extensión, pro-
1874, con algunos huecos en esta última
piedades contiguas). Inclusive, se logró
década. En el curso de nuestras investi-
identificar inventarios de los bienes –ya
gaciones, se logró identificar y corregir
sea por muerte del propietario o por eje-
algunos errores, además de ubicar los
cución judicial–, que muestran las carac-
padrones faltantes para el primer lustro
terísticas de los edificios, tipos de culti-
de la década de 1870. Una vez determi-
vo, herramientas, muebles y ganado. En
nada la identidad de los contribuyentes,
algunos casos, el detalle obtenido inclu-
se desarrolló un exhaustivo análisis de
ye dimensiones de los terrenos y edifi-
la documentación de cada uno rubricada
cios, material constructivo, la orientación
ante notario, particularmente la Sección
y/o disposición («cerca de», «contiguo
Protocolos (compra-venta de terrenos,
a», «entre x y x propietario»), estado
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(bueno,
deteriorado),
funcionalidad
una invalorable información al mostrar
(galpón, cocina para peones, sala de co-
una multiplicidad de propiedades con los
cimiento, etc.).
nombres de sus titulares, aunque solo
Como se mencionó, en el sector de El
se nominaron las que poseían una ex-
Alto fueron menos los establecimientos
tensión representativa, desde media
preindustriales que llegaron a instalarse,
manzana hasta inmuebles de mayor ta-
pero su ubicación resultó más sencilla.
maño, dejando de lado las más peque-
En gran medida, se debió a que en esa
ñas como casas y terrenos.
área de la ciudad ya se encontraban
La metodología de análisis propuesta de
abiertas las calles que continuaban el
relevamiento histórico y registro geográ-
trazado de las principales vías del casco
fico hizo posible replantear y profundizar
histórico. Esto, junto a las referencias de
la propuesta de Campi (2017) de identifi-
las propiedades lindantes incluidas en
car a estos actores fundamentales en la
las escrituras y a algunos mojones físi-
transición al modelo de desarrollo basa-
cos (plazas, acequias, vías de ferroca-
do en la elaboración de azúcar. No solo
rril) permitió convertir datos contenidos
porque se pudo diferenciar a la cantidad
en escrituras notariales en novedosa in-
de contribuyentes respecto al número
formación cartográfica con relativa preci-
real de establecimientos, sino que este
sión. Por otra parte, dos planos sobre la
cruce de datos se convirtió en informa-
ciudad de Tucumán que datan de 1901 y
ción cartográfica que, trasladada al te-
1904 –en los años previos a las grandes
rreno, permitió confeccionar un mapa
modificaciones en el parquizado y urba-
distribucional de los ingenios preindus-
nización– brindaron información de inte-
triales desaparecidos u olvidados de El
rés para el análisis propuesto. Con sus
Alto y El Bajo.
diferencias, algunos errores e incluso
Hasta el momento, solo se conocía la
datos desactualizados, ambos poseen
ubicación de unos pocos, como el men-
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cionado establecimiento del Colombres
sos: uno en el área norte de El Bajo, la
en El Bajo o el de Baltazar Aguirre en El
ubicación de un establecimiento median-
Alto (este último, reiteramos, era un in-
te el inventario y tasación de bienes de
genio con características modernas).
una testamentaria; y otros dos al sur de
Ello implica que, previo a este análisis,
El Bajo y en sector de El Alto, referen-
se conocía la ubicación de apenas un
ciado a partir del cruce de información
ingenio preindustrial en el área urbana
notarial de los contribuyentes.
de San Miguel de Tucumán y que los escasos planos conocidos presentaban
Una imagen para un ingenio
– además de algunos ingenios moder-
Además de permitir la obtención de in-
nos– la distribución en el terreno de una
formación novedosa, el análisis integrati-
multiplicidad de propiedades asociadas
vo propuesto hace posible complemen-
a un nombre y apellido. La indagación
tar interpretaciones previas. Por ejem-
realizada permitió, en varios casos, pre-
plo, en el libro de Campi (2017), tanto en
cisar que dicha nominación correspon-
la portada como en la página 16 se utili-
día al propietario de una plantación de
zó una fotografía (Fig. 6) de una de las
caña, naranjos, maíz y de un ingenio si-
quintas-ingenios azucareros similar al de
milar al de Colombres. Si bien al corrien-
Colombres (se podría decir que es la
te resta procesar una parte de la infor-
única imagen que existe sobre un esta-
mación y el mapa resultante sigue sien-
blecimiento de esas características), se-
do un trabajo en curso (Fig. 5), mediante
ñalándose en el epígrafe que fue publi-
la metodología de trabajo propuesta ya
cada en el Álbum General de la Provin-
se logró la identificación y georreferen-
cia de Tucumán en el Primer Centenario
ciación de cuatro ingenios en El Alto y
de la Independencia Argentina (1916).
once en El Bajo y zonas inmediatas. A
En dicho texto se consignaba «Un anti-
modo de ejemplo, se presentan tres ca-
guo ingenio, con sus trapiches de palo,
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Fig. 5. Detalle del mapa Chapeaurouge (1901). En rojo figuran algunos ingenios que llegaron a modernizarse y en azul los tres ingenios preindustriales.
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Fig. 6. Ingenio azucarero preindustrial de Augusto Abadía en El Alto, tomado de Campi, 2017: 16. La imagen original pertenece a la Biblioteca Alberdi de Tucumán.
del Sr. Abadie» (s/n). Guiado por los pa-
fue publicada previamente, en el año
drones de patentes-, este autor logró
1904, en una publicación de Manuel
completar parcialmente el nombre del
Bernárdez titulada La Nación en Mar-
dueño del establecimiento por el de Au-
cha, en cuya página 8 se consigna al pie
gusto Abadie, además de afirmar que la
«Tradición de la Industria Tucumana. Un
imagen fue tomada alrededor de 1870.
antiguo trapiche de palo al aire libre, mo-
Empero, menciona que no se conoce el
vido por despaciosas yuntas de bue-
autor de la fotografía y tampoco el lugar
yes». Una vez combinados los datos de
donde se hallaba ubicado el estableci-
los padrones de patentes, las escrituras
miento. Una revisión exhaustiva de las
de compra-venta e hipotecas del propie-
fuentes permitió registrar que la imagen
tario, junto con la reconstrucción del de-
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rrotero de los terrenos vecinos y con los
Consideraciones finales: pavimento
planos de la ciudad, se pudo determinar
sobre los ingenios
–con relativa precisión– la ubicación de
Los estudios históricos referidos el desa-
dicho establecimiento en terrenos de El
rrollo azucarero en la provincia de Tucu-
Alto, en la zona de la Ciudadela, al sud-
mán han construido sólidas interpreta-
oeste del casco histórico, propiedad de
ciones sobre el proceso de instalación y
Augusto Abadía. Ello implica que, por
posterior declive de numerosos ingenios
primera vez, se dispone de una imagen,
modernos a finales del siglo XIX y du-
del nombre de su propietario y de la ubi-
rante el siglo XX. Sin embargo, sus re-
cación concreta de un ingenio preindus-
sultados también contribuyeron a adver-
trial en funciones en las afueras del Tu-
tir la complejidad y variabilidad de dicho
cumán de finales del siglo XIX (Fig. 7).
proceso, dejando en evidencia la necesidad de continuar indagando y de hacerlo
Fig. 7: a Detalle del plano de Chapeaurouge (1901). b. Detalle del plano de Wauters (1904). Establecimiento de Augusto Abadía en el actual barrio de La Ciudadela, próximo a la actual plaza Belgrano (San Miguel de Tucumán).
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desde una perspectiva interdisciplinaria
sarios que se insertaron con éxito en el
que permita avanzar sobre distintos as-
proceso de modernización, transforma-
pectos de la problemática.
ron radicalmente sus propiedades y edi-
El presente análisis se desarrolló en el
ficaciones sin dejar registros, por lo que
marco de una investigación con un foco
solo es posible indagar sobre la etapa
de interés concreto: los ingenios prein-
preindustrial mediante análisis in situ, ya
dustriales cuyos propietarios fracasaron
sea en busca de vestigios arquitectóni-
en su intento por modernizarse, decidie-
cos en superficie o mediante excavacio-
ron salirse del rubro o directamente ven-
nes arqueológicas.
dieron sus propiedades, pero que sin
En tal sentido, revisar la información his-
dudas fueron protagonistas del proceso
tórica disponible sobre los ingenios que
de transición de una economía diversifi-
alguna vez existieron en lo que hoy es la
cada a otra cuyo sector más dinámico
superficie urbanizada de la ciudad de
fue el cultivo y procesamiento de la caña
San Miguel de Tucumán permitió una
de azúcar. Además de abrirse la posibili-
aproximación a esas unidades producti-
dad para estudios sobre demografía em-
vas hoy desaparecidas mediante el
presarial en áreas urbanas específicas,
aprovechamiento de datos concretos
este tipo de indagaciones nos demues-
que brindan documentos tales como tes-
tra que, en ocasiones, los fracasos im-
tamentos, remates, ejecuciones, ventas,
portan más que los éxitos, en tanto las
etc. para su caracterización. Si bien los
ejecuciones judiciales, las hipotecas no
resultados presentados constituyen solo
levantadas o los inventarios por embar-
adelantos de una investigación en curso,
gos o sucesiones dejaron «pistas en el
los datos recuperados abren la puerta a
papel» relativas a las características de
dos vertientes de análisis. Por un lado, a
estos establecimientos, sus dimensiones
partir de la rica información documental
y ubicación. Por el contrario, los empre-
sobre las características de los edificios,
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inmuebles y herramientas de estos esta-
dencia que quedó enterrada, sobre todo
blecimientos preindustriales permitiría
la arquitectónica, permite la construcción
una auspiciosa contraposición con nues-
de interpretaciones detalladas. Luego,
tro conocimiento del ingenio Colombres,
es posible especular que el subsuelo
como una vía para determinar hasta qué
urbano de Tucumán aún guarda los res-
punto la «restauración» de este sitio al-
tos de establecimientos azucareros que
teró las características propias de los
nunca se modernizaron y no fueron re-
ingenios del siglo XIX. Compararlo con
formados, cuyo análisis arqueológico
sus vecinos decimonónicos, por lo me-
podría contribuir al conocimiento de un
nos con los datos que quedaron por es-
protagonista clave –y hasta ahora poco
crito, evitaría extrapolaciones forzadas
apreciado– de la historia de la industria
que irremediablemente se prestan a
más importante de la provincia.
confusiones. Por otro lado, el tipo de análisis propuesto impulsaría la diagra-
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CESUA
SOBRE LA DEFINICIÓN DE LOS GEOGLIFOS Víctor Ortega León1 Artículo recibido 21/03/2022 Artículo aceptado 20/04/2022 Resumen Dentro de los estudios sobre gráfica rupestre existen numerosos temas de investigación que continúan siendo controversiales, como la nomenclatura con la que deben de registrarse, por ejemplo. En México, la atención se ha puesto sobre todo en la pintura rupestre y los petrograbados, dejando de lado a otro gran grupo dentro de este tipo de vestigios: los geoglifos, mismos que se han encontrado predominantemente en el noroeste del país, particularmente en el Desierto de Sonora. Las preguntas que se suscitan ante la presencia de estos elementos en el paisaje no son pocas, pero la falta de estudios al respecto en territorio mexicano complica aún más los problemas de registro y terminología que comparte con el resto de manifestaciones gráficas rupestres. Palabras clave: Geoglifos, Terminología rupestre, Desierto de Sonora.
Abstract Within the studies on rock art there are numerous research topics that continue to be controversial, such as the nomenclature with which they should be registered, for example. In Mexico, attention has focused above all on pictographs and petroglyphs, leaving aside another large group within this type of remains: geoglyphs, which have been found predominantly in the northwest of the country, particularly in the Sonoran desert. The questions that arise from the presence of these elements in the landscape are not few, but the lack of studies on the subject in Mexican territory further complicates the problems of registration and terminology that it shares with the rest of rock graphic manifestations. Key words: Geogliphs, Rock art terminology, Sonoran desert.
1 Profesor investigador del Centro INAH Chihuahua. Antilha 11 (31) 2022:36-51 36
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CESUA Ortega León
P
rotagonistas ineludibles del pai-
mo su nomenclatura.
saje en numerosas regiones del
Entre los años 2005 y 2008, dirigí el Pro-
planeta, los geoglifos son una
yecto Reconocimiento arqueológico en
de las formas del arte rupestre más fa-
la
cuenca
baja
del
río
mosas y menos comprendidas del mun-
(PRACBRA), en los municipios de Piti-
do. El imaginario popular no deja de atri-
quito y Caborca, Sonora, México. Uno
buirles significados de toda índole, pero
de los sitios registrados fue precisamen-
lo cierto es que no hemos llegado toda-
te un geoglifo (SON:E:8:56), consistente
vía a profundizar lo suficiente en su es-
en un círculo de aproximadamente dieci-
tudio como para entender el porqué de
siete metros de diámetro con un mon-
sus ostensibles y elaboradas formas. Es
tículo pequeño de rocas al centro
más, es tiempo aún de que no nos pone-
(Fig.1). La particularidad de este rasgo,
mos de acuerdo en algo tan simple co-
fue su grado de inclinación pues se en-
Fig. 1. Geoglifo en el municipio de Caborca, Sonora. Foto, Víctor Ortega,
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Asunción
Antilha
CESUA
Sobre la definición de los Geoglifos
cuentra construido sobre la ladera de
la terminología empleada para registrar-
una pequeña elevación y orientado di-
las.
rectamente al sur, lo que lo hace alta-
Al parecer, la primera definición de geo-
mente visible desde ese rumbo. Su án-
glifo, o al menos una de las más tempra-
gulo con respecto a la pendiente, de
nas, la encontramos en un muy breve
más de 30 grados, nos permitió descar-
artículo de la Dra. Grete Mostny, ar-
tar su uso habitacional pues es difícil
queóloga y directora del Museo de His-
mantenerse de pie dentro de la circunfe-
toria Natural de Santiago, Chile, entre
rencia. No se encontró ningún otro mate-
1964 y 1982, publicado en el Noticiario
rial arqueológico asociado directamente
Mensual de dicha institución:
al rasgo, pero sí en las zonas circundan-
Geoglifos: son pictografías rupestres
tes.
producidas en laderas de cerros y
Cabe destacar, que esta región es muy
planicies desérticas. mediante la
rica en gráfica rupestre, encontrándose
limpieza de partes del suelo o me-
cerca, a escasos dieciséis kilómetros, el
diante el alineamiento de piedras. A
sitio arqueológico La Proveedora, el que
veces son llamados «pintados» y
contiene la mayor concentración de grá-
cada motivo suele tener varios m2
fica rupestre en el noroeste mexicano.
de extensión. Ejemplos: Estación
En aras de estudiar mejor el sitio, bus-
Pintados, Quebrada de Guatacon-
qué información acerca de la manera en
do; Alto Ramírez (interior de Arica)
que se había abordado este tipo de es-
(Mostny, 1964).
tructuras en otros proyectos. Para mi sorpresa, no encontré mucha, y la poca
Llama la atención el uso del término
existente dejaba mucho qué desear, em-
«pictografía» ya que, en estricto sentido,
pezando por algo tan fundamental como
no lo son; sin embargo, cabe destacar que en el contexto regional al que alude
Antilha 11 (31) 2022:36-51 38
Antilha
CESUA Ortega León
la autora, la manera común para referir-
mes such as earth figure, geoglyph,
se a estas manifestaciones culturales
and geoform were coined as all in-
era, y es, la de «pintados».
clusive terms (Garn, 1989:93).
Dos décadas después, Phil G. Garn re-
fiere la problemática existente en los Es-
Destacan aquí, por supuesto, los térmi-
tados Unidos en torno a la nomenclatura
nos «intaglio» (entallo o entalle, en es-
apropiada para este tipo de manifesta-
pañol), y «cameo» (camafeo, en espa-
ciones culturales:
ñol), tomados de las artes escultóricas,
Figures created on the earth's surfa-
particularmente de la glíptica, en aras de
ce have been described and identi-
caracterizar, mediante el símil, aquellas
fied by different names. Some no-
manifestaciones culturales más rupes-
menclatures are indicative of the
tres. Pero, como veremos adelante, las
methods employed in the figure's
técnicas de construcción de los geogli-
construction, for example, an intaglio
fos no se corresponden con las del arte
is a figure, or design that is incised
escultórico, razón por la cual el uso de
beneath the surface as opposed to a
dichos términos, aunque extendido, no
cameo where the background is cut
resulta del todo adecuado. Además, co-
away leaving the figure raised. So-
mo reconoce el autor, puede resultar
metimes figures were constructed
problemático cuando se trata de repre-
with some features being tramped
sentaciones mixtas.
into the earth, an intaglio, while other
Existen otras propuestas, como la de K.
features were fashioned by raising
Kris Hirt, quien define a este tipo de ele-
heaps of earth, or piles of stones, a
mentos rupestres como: «human-made
cameo. Whether to call such a com-
rearrangement of the natural landscape
bination figure an intaglio or a cameo
to create a geometric form», donde se
becomes a problem, therefore, na-
aprecia un enfoque morfológico reduc-
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Antilha
CESUA
Sobre la definición de los Geoglifos
cionista que deja fuera todo lo que no
quently symbolic. Sometimes a sin-
sea geométrico, aunque destaca el reor-
gle site may have art that dates from
denamiento antrópico del entorno natu-
several centuries. Rock art may ha-
ral para convertirlo en un paisaje huma-
ve played a role in prehistoric reli-
nizado (Hirst, K. Kris, 2017). Julio Mon-
gion, possibly in connection with an-
tané, por su parte, ofrece una definición
cient myths or the activities of sha-
demasiado general: «dibujos ejecutados
mans. Important sites occur in sout-
en la superficie del suelo, generalmente
hern Africa, Europe, North America,
de
and Australia (Promeet 2007:1).
grandes
dimensiones»
(Montané
Martí, 1996:176), siendo uno de los escasos autores mexicanos en tratar el te-
Como vemos, no aporta una definición
ma.
útil de los geoglifos más allá de «dibujos
Por otro lado, la Encyclopædia Britanni-
en el suelo», o de «petroformas» como
ca, ofrece la siguiente entrada:
«rocas ordenadas de acuerdo a un pa-
Rock art, ancient or prehistoric
trón», aunque los considera dentro de la
drawing, painting, or similar work on
temática rupestre. De esta sucinta defi-
or of stone. Rock art includes picto-
nición, se infiere que las petroformas ge-
graphs (drawings or paintings), pe-
neran una imagen al positivo, dado el
troglyphs (carvings or inscriptions),
volumen de las rocas ordenadas; de los
engravings (incised motifs), petro-
geoglifos, en cambio, podría suponerse
forms (rocks laid out in patterns),
que son al negativo, pero el texto no es
and geoglyphs (ground drawings).
claro al respecto.
The ancient animals, tools, and hu-
Jay von Werlhof, por su parte, denomina
man activities depicted often help
a este tipo de manifestaciones culturales
shed light on daily life in the distant
como «earthen art», quizá para diferen-
past, though the images are fre-
ciarlo de «rock art», dentro del cual dis-
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Antilha
CESUA Ortega León
tingue dos formas básicas: Alineamien-
del suelo hasta obtener la imagen positi-
tos de rocas y Geoglifos. Los primeros,
va de un diseño o motivo (Cf. Whitley,
crean una imagen al positivo cuando las
2005).
rocas son ordenadas en un diseño su-
La contraposición de las definiciones es
perficial; los segundos, por el contrario,
ostensible. Lo que para Werlhof son ali-
crean una imagen al negativo cuando la
neamientos de rocas, para Whitley son
superficie rocosa es raspada formando
geoglifos; mientras que lo que son geo-
una línea sobre el suelo desnudo. El tér-
glifos para Werlhof, son intaglios para
mino «geoglifo», para este autor, sería
Whitley. Resulta entonces, que un geo-
entonces un subtipo de earthen art, pero
glifo puede ser positivo o negativo de-
lamentablemente no se ofrece una defi-
pendiendo del autor al que sigamos.
nición
En 2009, el Grupo Guatemalteco de In-
de
esto
último
(Wereholf,
1995:61).
vestigación de Arte Rupestre publicó un
Otra definición un tanto especular a la
Glosario de Términos Rupestres, mismo
anterior es la que ofrece David S.
en el que encontramos la siguiente defi-
Whitley, quien denomina a este tipo de
nición:
expresión cultural como «earth figures».
Geoglifo: gran motivo (usualmente
Para este autor, existen dos formas prin-
mayor de 4 m) o diseño producido
cipales dependiendo de la técnica de
sobre el suelo, ya sea colocando la-
manufactura: los «intaglios», creados
jas (geoglifo positivo,
mediante el raspado de los pavimentos
arreglo de rocas, petroforma o mon-
alineación/
del desierto (guijarros que cubren el suelo), hasta lograr una imagen negativa sobre el lecho rocoso subyacente, y los llamados «geoglifos»,2 que se constru-
2 Llamados también «petroforms» «earthforms», según este autor.
yen apilando rocas sobre la superficie
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y
Antilha
CESUA
Sobre la definición de los Geoglifos
tículo de tierra) o removiendo lajas
ne como «a geoglyph consisting of
patinadas para exponer el suelo que
clasts placed on the ground to form a
no tiene pátina (geoglifo negativo)
motif» (Bednarik, óp. cit.), es decir, un
(Grupo Guatemalteco de Investiga-
geoglifo al positivo o por adición; la se-
ción de Arte Rupestre, 2009:7).
gunda, simplemente nos remite a la entrada «geoglyph», es decir, se le consi-
Esta definición no es sino una traducción
dera un sinónimo (Ídem).
literal, aunque deficiente, de la que con-
Medio siglo después de aquella primera
tiene el IFRAO Rock Art Glossary, publi-
definición de 1964, Valenzuela y Clark-
cado por la International Federation of
son ofrecen una descripción más com-
Rock Art Organizations (IFRAO) desde
pleta del término «geoglifo» para la
1999:
Encyclopedia of Global Archaeology de
geoglyph – a large motif (usually >4
2014, en la que se apunta:
m) or design produced on the
Geoglyphs are handmade features
ground, either by arranging clasts
created on the surface of the earth.
(positive geoglyph, stone arrangement/alignment,
petroform,
These have been made by removing
earth
or clearing sand or stones or some-
mound) or by removing patinated
times adding stones. This creates
clasts to expose unpatinated ground
contrast between the figure and the
(negative geoglyph) (Bednarik, 2021 y Grupo Guatemalteco de Investigación de Arte Rupestre, óp. cit.).3
3 La versión oficial de IFRAO al español, hecha por Mario Consens, dice: «geoglifo un motivo amplio (usualmente mayor de 4 m) o un diseño realizado en el suelo sea por distribución de clastos (geoglifo positivo, alineamiento o arreglo de piedras, petroformas, montículo de tierra), o por remoción de clastos patinados para exponer la superficie no patinada (geoglifo negativo)».
En esta misma obra, encontramos también las entradas «petroform» y «stone arrangement» para referirse a estos fe-
nómenos culturales. La primera, se defiAntilha 11 (31) 2022:36-51 42
Antilha
CESUA Ortega León
ground,
enhancing
visibility
dos técnicas: adición y sustracción, sean
(Valenzuela y Clarkson, 2014:3017).
éstas aplicadas de manera individual o combinada. Y esta es una de las dife-
A lo que añaden, que estos trazos son
rencias fundamentales con los términos
representaciones intencionales de for-
intaglio y cameo pues en estos se utiliza
mas naturalistas o abstractas. Con fre-
únicamente la sustracción de material y
cuencia, incluyen diseños a gran escala,
nunca la adición. Además, hasta donde
ya sea de figuras individuales o de con-
sabemos, en la construcción de los geo-
juntos de figuras que se extienden sobre
glifos no se utiliza la incisión sino el ras-
4
un área considerable. Además:
pado. Estos términos serían más perti-
The term “geoglyph” may also apply
nentes en el estudio de petrograbados
to culturally significant patterns or
pero, por alguna razón, no se utilizan
locations resulting from ceremony,
allí.
such as dance circles. Its design – a
De acuerdo con todo lo anterior, tendría-
llama, for example – fulfills a function
mos cuatro tipos de geoglifos: 1.- Por
which could be religious, aesthetic,
adición o Positivos (denominados por
economic, etc. Geoglyphs can last
cada autor como Cameos, Alineamien-
over time as a testament or witness.
tos de piedras o Geoglifos); 2.- Por sus-
Although we can identify its form,
tracción/extracción
without additional information it is not
(denominados por cada autor como In-
possible to know its functions (Ídem).
taglios, Campos barridos o Geoglifos); 3.
o
Negativos
- Montículos efigie y, 4.- Improntas de
Más adelante, anotan que la creación de
actividad (Círculos de danza). En la lite-
los geoglifos se consuma a través de
ratura referente al tema, empero, encontramos que hay un uso bastante liberal de los términos, llegando incluso a lla-
4 Habría que esclarecer las dimensiones de lo que debemos entender por «considerable».
mar «intaglios» a los montículos efigie.
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Antilha
CESUA
Sobre la definición de los Geoglifos
Volviendo a Valenzuela y Clarkson, és-
manera espontánea por una horda ca-
tos sostienen que la construcción de un
sual de individuos desocupados; por el
geoglifo no requiere de una gran inver-
contrario, la construcción de un geoglifo
sión de trabajo. Por lo general, los mate-
precisa, necesariamente, de una planea-
riales utilizados, dicen, no son de gran
ción razonada y de una organización so-
tamaño ni muy pesados, siendo ésta
cial compleja que permita, promueva,
una actividad que no precisa de mucha
sancione y coordine la obra y la fuerza
mano de obra; por lo tanto, es una tarea
de trabajo. Además, supone el conoci-
en la que pueden participar desde los
miento, al menos empírico, de aspectos
muy jóvenes hasta los más viejos. Sin
puntuales del entorno y de algunos pro-
embargo, los mismos autores proporcio-
cesos naturales, es decir, de las carac-
nan ejemplos de algunas técnicas que sí
terísticas del terreno, del material de
requieren de un mayor esfuerzo, como
construcción y de los ciclos biológicos
sucede con algunos geoglifos de Vene-
(reproducción, migraciones) y/o astronó-
zuela y Colombia donde las figuras es-
micos básicos (estacionalidad, bóveda
tán grabadas sobre las pendientes roco-
celeste), entre otros, pues algunos moti-
sas, o en el Amazonas, donde para la
vos parecen aludir a los mismos.
construcción de algunos montículos fue
Aunque el resto de la entrada enciclopé-
necesario deforestar el área y excavar
dica aporta más datos acerca de la fun-
profundas zanjas para proveer la canti-
ción, distribución y cronología de los
dad suficiente de tierra para las platafor-
geoglifos a nivel global, nosotros reto-
mas (Cf. Valenzuela y Clarkson, 2014).
maremos únicamente la información
Más allá de las consideraciones relativas
concerniente a Norteamérica por ser la
a la mano de obra requerida o al esfuer-
que se relaciona más directamente con
zo que implica, no debemos pasar por
nuestra región de interés: el noroeste de
alto que un geoglifo no se construye de
México.
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CESUA Ortega León
Los primeros geoglifos reportados en la
se usa el terreno como una gigantesca
literatura norteamericana son los mon-
pizarra donde, mediante raspado o acu-
tículos efigie, mismos que dieron nom-
mulación de material geológico, sedi-
bre a la llamada Cultura de los Montícu-
mentos y rocas, se dibujan alineamien-
los, o Mound Builders, cuyo desarrollo
tos y figuras naturalistas o geométricas
se ha ubicado en el centro-sur y sudeste
de gran formato y visibilidad, aunque de
de los Estados Unidos, en un rango tem-
perfil bajo (positivos) o relieve hundido
poral de más de 5 000 años, que va des-
(negativos).
de el Arcaico tardío (3500 a. C.) hasta el
A diferencia de los Mound Builders, es-
siglo XVI. Se han registrado más de 10
tos geoglifos son mucho más difíciles de
000 montículos relacionados con este
adscribir culturalmente, aunque todo pa-
desarrollo cultural, siendo los más occi-
rece indicar que abarcan un territorio
dentales los de la región Caddoan Mis-
más amplio y un abanico temporal mu-
sissippian; sin embargo, encontramos
cho mayor, desde el Paleoindio tardío
montículos efigie todavía en la zona de
(al menos 13 000 AP, en la Gran Cuen-
Casas Grandes, en el noroeste de
ca) hasta el siglo XIX (Cf. Wereholf, óp.
Chihuahua, México, como el de la ser-
cit.).
piente o el del pájaro, por ejemplo (Cf. Di
Cabe añadir, que es en esta misma re-
Peso, 1974).
gión donde los investigadores aplican,
Otro tipo de geoglifos, en cambio, son
principalmente, el término «geoglifo» pa-
los que se encuentran en las regiones
ra aquello que más arriba definimos co-
áridas del suroeste norteamericano y el
mo «Improntas de actividad».
noroeste de México.5 En estos paisajes
En resumen, aunque la entrada enciclopédica es la más comprehensiva, no existe consenso en la literatura especializada en torno a la definición de este
5 Aunque no exclusivamente, ya que existen también en Sudamérica. Antilha 11 (31) 2022:36-51 45
Antilha
CESUA
Sobre la definición de los Geoglifos
tipo de manifestaciones culturales: algu-
dimensiones van desde las propias de
nos enfatizan su morfología, otros sus
una persona hasta alcanzar varias dece-
dimensiones, otros más sus técnicas de
nas de metros en longitud, como el lla-
manufactura, etcétera. No obstante, hay
mado Gigante de Atacama, en Chile,
un punto que debemos destacar: a dife-
con 119 metros, o el antropomorfo de la
rencia de un geosímbolo y de una geo-
Tinaja Suvuc, en Sonora, con 98 metros
forma, un geoglifo es un producto mate-
(Fig. 2); no obstante, pueden ser meno-
rial cultural humano y no una forma geo-
res a las dimensiones humanas, como
lógica preexistente a la que se le asigna
algunos presentes en el sitio arqueológi-
un significado.
co La Playa, también en Sonora, Méxi-
En vista de lo expuesto, proponemos la
co.
siguiente definición, misma que pretende
En México, no se ha desarrollado un
incluir todos los aspectos importantes de
campo de estudios en torno a este tipo
las anteriores:
de manifestaciones, mismas que, aun-
Geoglifo- Es una expresión cultural ru-
que consideradas dentro del ámbito de
pestre, obra de manufactura humana,
la gráfica rupestre, siempre han queda-
que se construye sobre la superficie te-
do al margen de las investigaciones,
rrestre en planos horizontales o inclina-
muy por detrás de las pictografías y los
dos, representando figuras de diversa
petrograbados. No obstante, se tiene
índole, tamaño y complejidad, desde lí-
conocimiento de que en el noroeste del
neas simples hasta motivos geométricos
país existe una concentración importan-
o figurativos de gran simbolismo.
te de geoglifos, especialmente en el De-
Pueden encontrarse aislados o en con-
sierto de Sonora (Figs. 3 y 4) (Cf. Mon-
juntos y suelen rebasar, a menudo, las
tané Martí, óp. cit.; Hayden, 1956, 1967,
medidas corporales de un ser humano,
1972, 1982, 1994 y 1998; Bowen, 1994),
lo que los hace visibles a distancia. Sus
pero no hay un censo o catálogo de los
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CESUA Ortega León
Fig. 2. Geoglifo en el Desierto de El Pinacate, Sonora, México. Fotografía: Julián Hayden. Tomado de Garduño et al, 2012:251.
Fig. 3. Geoglifo en Isla Tiburón, Sonora, México. Tomado de Fleming Morgans, 2018.
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Sobre la definición de los Geoglifos
Fig. 4. Geoglifos registrados en México. Digitalización a partir de Montané Martí, 1996:173.
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CESUA Ortega León
mismos. El resto del territorio nacional,
tre, al no poder adscribirse cabalmente a
es terra incógnita a este respecto.
una actividad específica su interpreta-
Por un lado, esto se debe al escaso inte-
ción y datación resultan problemáticas.
rés que históricamente ha recibido el fe-
Su estudio, además, requiere de un en-
nómeno rupestre en la tradición arqueo-
foque regional, lo cual contrasta con los
lógica mexicana, misma que hasta hace
estudios de sitio que predominan en el
un par de décadas podía compendiar en
quehacer arqueológico actual.
un par de publicaciones buena parte de
Pero la problemática inherente a los
lo hecho en este rubro (Cf. Casado y Mi-
geoglifos no se limita a su nomenclatura
rambell, 1990 y 2005). Por otro, a que se
o su interpretación arqueológica. La es-
asocia este tipo de manifestaciones prin-
casa atención que reciben en diversas
cipalmente con una región, el norte me-
partes del mundo, ha ocasionado que se
xicano, que no goza del favor institucio-
autoricen caminos y eventos deportivos,
nal por no ajustarse dócilmente al dis-
como ralis automovilísticos y de motoci-
curso oficial, es decir, por no contar con
clismo, que los destruyen, privándonos
elementos arqueológicos vinculables di-
así de un tipo único de vestigios con el
rectamente con el área cultural conocida
que tenemos todavía una deuda científi-
como Mesoamérica; finalmente, a que a
ca pendiente.
pesar de existir registros aislados de esBibliografía
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geoglifos, no ha habido una propuesta
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CESUA
PROBLEMAS LABORALES DE LOS ARRIEROS SALTILLENSES EN EL SIGLO XVIII. UNA APROXIMACIÓN DESDE LA RELACIÓN OBRERO-PATRONAL ENTRE MIGUEL LOBO Y NICOLÁS DE ANDA Carlos Adrián Casas Ortega1 Artículo recibido 23/02/2022 Artículo aceptado 10/03/2022 Resumen El presente trabajo busca averiguar cómo eran las relaciones laborales entre arrieros y patrones. La razón es que cuando de este tipo de relaciones se habla, y más en la época novohispana, se piensa inmediatamente en los indios y los encomenderos. En este caso, si bien, reducidas pero no existentes, hay evidencias de rencillas obrero-patronales entre arrieros y hacendados, por diversos motivos. Este artículo pretende exponer dichas situaciones desde la relación particular entre Miguel Lobo Guerrero y Nicolás de Anda. Para logarlo se intentará reconstruir un poco de la historia de los Lobo Guerrero, sus rutas de comercio y la relación con Nicolás de Anda. Al final, se verá que por los malos manejos de dicho arriero, se entablarán dos procesos legales desfavorables para el empleado. Palabras clave: Arriero, Patrón, Hacienda, Saltillo, Galeana, embargo. Abstract The present work try to find out what the labor relations between muleteers and bosses were like. The reason is that when one speaks of this type of relationship, and more so in the New Spain era, one immediately thinks of the Indians and the encomenderos. In this case, al-
though small but existing, there is evidence of worker-management quarrels between
1 Licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Maestro en Educación por parte de la Universidad Fray Luca Paccioli. Docente a nivel bachillerato de las materias de humanidades en escuela incorporada a la BUAP. Pertenece a la Sociedad Iberoamericana de Genealogía e Historia, con sede en España. Sociedad Iberoamericana de Genealogía e Historia. Carlos_andreu58@hotmail.com Antilha 11 (31) 2022:52-71 52
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muleteers and landowners, for various reasons. This article aims to expose these situations from the particular relationship between Miguel Lobo Guerrero and Nicolás de Anda. To achieve this, an attempt will be made to reconstruct a bit of the history of the Lobo Guerrero, their trade routes and their relationship with Nicolás de Anda. In the end, it will be seen that due to the mismanagement of said muleteer, two unfavorable legal processes will be filed for the employee.
Nuevo León pide se deje en libertad a
Key words: Muleteer, Employer, Hacienda, Saltillo, Galeana, trial.
Galicia, el 11 de agosto de 1676, denun-
los indios que, habiendo sido capturados, o bien, siendo libres, están trabajando contra su voluntad, en las minas o
haciendas (Archivo Municipal de Saltillo2, PM, c 2, e 49, d 19, 4 ff). También la Iglesia continuamente bregaba contra la explotación que los indios sufrían a manos de los patrones por ejemplo, el Obispo Joan de Santiago de la Nueva ció que los alcaldes mayores estaban pagando del excedente de sus cosechas
¿Problemas laborales en la época no-
y no en dinero a los indios que trabaja-
vohispana? La pregunta por los arrie-
ban en las haciendas y que les estaban
ros
cobrando con precios excesivos estos
H
ablar de relaciones obrero-
insumos, además de los castigos y veja-
patronales durante la época
ciones que recibían constantemente
novohispana, evoca inmedia-
(AMS, PM, c 3, e 27, f. 2r). De este mo-
tamente la relación entre encomenderos
do, hay mucha evidencia de los roces
e indios, o bien, entre hacendados e in-
entre obreros y patrones bajo este rubro
dios o sirvientes de diferentes castas.
particular durante la época novohispana.
Durante el siglo XVII, encontramos bastantes tensiones entre los hacendados y los indios. Por ejemplo, en Saltillo, el 13 de noviembre de 1672, el gobernador de
2 En adelante AMS.
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Problemas laborales de los arrieros saltillenses en el siglo XVIII...
De lo anterior, se sigue que estás situa-
En el Saltillo del siglo XVIII encontramos
ciones eran moneda corriente durante la
bastantes problemas obrero-patronales
época novohispana. Sin embargo, si nos
sufridos por los arrieros. Por ejemplo,
preguntamos por otros oficios más allá
Joaquín Carrillo demandó el 24 de julio
de jornaleros, sirvientes de minas o tra-
de 1792 a su patrón Manuel Morales
bajadores de la mita3. Es evidente que
porque no le había pagado el sueldo du-
hay poca literatura y hay mucho trabajo
rante tres meses. Joaquín había llevado
de investigación por realizar en las fuen-
de manera diligente la recua de Juan
tes de los archivos históricos tanto na-
José Zertuche desde Nuestra Señora de
cionales, estatales y municipales sobre
San Juan hasta la ciudad de Guadalaja-
estas relaciones. De vez en cuando, el
ra, y entregó de manera diligente la car-
investigador de manera colateral en-
ga de lana que provenía de la Hacienda
cuentra algunas joyas que describen o
de Patos. De acuerdo con la demanda
nos muestran de manera clara y distinta
de Carrillo, su patrón le debía la canti-
detalles del oficio de la arriería durante
dad de 24 pesos; sin embargo, muchas
este periodo. Así surge la pregunta por
veces la carga se estropeaba dado que
los arrieros y sus roces con sus patro-
las algunas condiciones externas in-
nes.
fluían además las mulas muchas veces tiraban la carga o durante las lluvias se mojaba. En este caso particular, la lana
transportada por Carrillo de alguna manera se dañó (AMS, PM, c 44, e 10, f.
3 Término reconstruido por Julián B. Ruiz Rivera, la mita es un sistema laboral implantado desde la época prehispánica y que fue aprovechado por los españoles. En la época novohispana era una forma de trabajo rotativa en las que el indio desempeñaba labores agrícolas, ganaderas o mineras. Es decir, los indios eran incluidos como personal en las concesiones de mercedes reales (Ruiz Rivera, 1990).
2r). Muchas veces, debido a estos daños colaterales se generaban querellas entre los patrones y sus empleados.
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De lo anterior, destaca que muchas ve-
tos, etc. De este modo, en este artículo
ces los mismos arrieros cometían fecho-
queremos abordar en especifico, un pro-
rías a sus patrones y estos los deman-
blema obrero-patronal entre un aristó-
daban. Por ejemplo, el 2 de octubre de
crata saltillense llamado José Miguel Lo-
1796, el dueño de la Hacienda de las
bo Guerrero y su arriero José Nicolás
Palomas, José Román de Letona, de-
Vargas y Berber. Como veremos, este
mandó a la cuadrilla de arrieros por ro-
problema se origina debido a que Miguel
bo. De acuerdo con Letona, sus arrieros
Lobo acusa a su arriero de apropiarse
habían transportado una carga de ropa
de las cargas que llevaba desde Saltillo
de José de Castañeda hasta la Villa de
hasta Concepción del Oro, en Mazapil,
Saltillo y esta tenía que llegar en el mes
Zacatecas. Sin embargo, Nicolás de An-
de septiembre; sin embargo, una mula
da procede a demandar a Lobo Guerre-
se perdió y la encontraron dos días des-
ro por maltrato laboral.
pués sin un aparejo y sin la carga. Este
Desarrolláremos este problema durante
contratiempo provocó que Letona recu-
tres apartados. El primero abordará la
rriera a una ruta de comercio que se diri-
figura de Miguel Lobo Guerrero y sus
gía hacia el Valle de Santa Rosa (AMS,
rutas comerciales, donde habláremos un
PM, c 48-1, e 45, 17 ff.). Los responsa-
poco sobre este personaje y su repercu-
bles acusados de robo fueron José
sión en la sociedad saltillense del siglo
Francisco Granados, José Dionisio Gar-
XVIII. El segundo apartado, nos invitará
cía, José Manuel Valdés, Pedro José
a entender el problema de las mercan-
Martínez y José Gregorio de la Cruz.
cías transportadas por Nicolás de Anda
Durante el siglo XVIII, encontramos di-
de Saltillo a Concepción del Oro, Zaca-
versas querellas que nos relatan los pro-
tecas, dado que intentaremos mostrar el
blemas entre los arrieros y sus patrones
proceso legal y embargo de la harina
por pérdida de carga, por robo, por insul-
que transportaba Nicolás y los proble-
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Problemas laborales de los arrieros saltillenses en el siglo XVIII...
mas que le ocasionaron con su patrón.
Lobo Guerrero inclusive se apropiaron
Tercero, la demanda de Nicolás de Anda
del apellido las Casas anteponiéndolo al
a Miguel Lobo Guerrero, en dicho proce-
Lobo Guerrero en registros parroquiales
so, podemos observar que de Anda de-
y municipales. La finalidad de lo anterior
manda a su patrón por maltrato y solicita
serviría para mantener el estatus socio-
mediación del Ayuntamiento para poder
económico de estas familias fundadores
rendir cuentas; sin embargo, Lobo Gue-
hasta el siglo XIX.
rrero lo manda a arrestar por los malos
De acuerdo a lo anterior, José Miguel
manejos en las recuas. Finalmente, una
Lobo Guerrero Dávila viene de este lina-
conclusión que nos permita contemplar
je familiar. Así, Miguel Lobo nació el 10
si se logró mostrar los problemas obrero
de mayo de 1760 en la Villa de Saltillo,
-patronales entre los arrieros y sus pa-
hijo de Melchor Lobo Guerrero y María
trones.
Josefa Dávila. Su padre era aristócrata de Saltillo, llegó a obtener el cargo de
Miguel Lobo Guerrero, aristócrata
Alcalde de primer voto y de Alférez Real.
saltillense del siglo XVIII y sus rutas
En el censo de 1777 tenemos registrada
comerciales
esta familia y se menciona que Melchor
La familia Lobo Guerrero ascendió so-
Lobo era originario de la villa de Saltillo,
cioeconómicamente en Saltillo gracias al
mercader, dueño de labor, es decir, pro-
vínculo matrimonial que se dio con Ma-
pietario de una Hacienda (Durón Jimé-
ría de las Casas en el siglo XVII. A la
nez, De Valle Esquivel y Rosario Villa-
muerte de Alonso, María de las Casas
rreal Rodríguez, 2015: 33). En primer
se estableció en Saltillo y casó a sus hi-
lugar, el fue Alcalde de primer voto en el
jas con prominentes personajes de la
año de 1757. En la reunión de cabildo
villa, concedió dotes, fue encomendera y
ocurrida el 1 de julio de dicho año, se
comerciante. A partir de acá, muchos
verificó la elección de funcionarios, quie-
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nes fueron Francisco de Furundarena y
por 1000 pesos, de parte de Ana de Li-
Melchor Lobo para alcaldes de Primer
zarras y Cuellar al Marques de San Mi-
voto y Manuel García como procurador
guel de Aguayo y Olalla (AMS, PM, c 33,
(AMS, AC, L 4, a 89, f. 105). De igual
e 21, f. 1r). De este modo, la manera de
modo, el 1 de enero de 1762 se reunió
hacerse de patrimonio fue por medio de
el cabildo y en dicha reunión fue electo
la vía legal.
Melchor Lobo y Antonio González como
El 14 de febrero de 1704, Melchor Lobo
alcaldes ordinarios (AMS, AC, L 4, a 95,
Guerrero promovió un juicio contra Juan
f. 117). Melchor Lobo se mantuvo en el
y Lorenzo Martínez por la hacienda de
cargo hasta su muerte en 1787.
San Juan Bautista. Dicho proceso se
Melchor Lobo Guerrero poseía la ha-
ejecutó contra los herederos de Juan
cienda de San Juan Bautista de Buena-
Martínez, quienes comparecieron ante el
vista sin embargo, dicha hacienda no
alcalde de la villa y ante el capitán José
provenía de alguna herencia familiar di-
Santoscoy (AMS, PM, c 6, e 46, f. 2r).
recta, dado que investigaciones prelimi-
De ahí en adelante, Melchor estará invo-
nares no arrojaron que sus padres
lucrado en procesos legales debido a la
(Fig.1) Juan y Melchora hayan poseído
renta de agua para el riego de sus tie-
mercedes de tierras o minas. Por otro
rras en dicha hacienda. El 20 de diciem-
lado, de la línea generada por su her-
bre de 1750, Melchor inicia un proceso
mano Antonio Lobo Guerrero, sus sobri-
de litigio contra Josefa Báez de Treviño
nos Toribio y Domingo eran propietarios
para que se le hagan efectivos dos días
de la Hacienda de Santa Margarita de
de agua para su hacienda. La razón de
las Palomas Adentro. Dicha hacienda se
lo anterior, es que dichos días de agua
dedicaba a la producción de trigo y ga-
se habían establecido en las clausulas 4
nadería. Años más tarde, el 7 de octubre
y 5 de un contrato años atrás (AMS, PM,
de 1745, dicha hacienda fue hipotecada
c 19, e 13, d 6, f. 1r).
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Melchor Lobo casó con María Josefa
tiún sitios de ganados mayor “en el cual
Dávila el 5 de junio de 1759, en la Villa
paraje se fundó el año de setenta y siete
de Saltillo. Ella era hija de Francisco Dá-
una misión por la provincia de Zacate-
vila y Gertrudis Valdés. De dicho matri-
cas”. En el expediente de esta demanda
monio se generó prole (Fig. 1). De dicha
figura la información testimonial levanta-
prole sabemos que Miguel era el primo-
da
génito. Él residía en Saltillo, pero su ha-
ro» (Cavazos, 1979: 304). Sin embargo,
cienda, llamada de Santa Ana, se locali-
dicha demanda por las tierras no proce-
zaba en Labradores, actualmente Galea-
dió y el asunto quedó inconcluso. Años
na, en Nuevo León (Fig. 2). De igual ma-
más tarde, la población de dicho lugar
nera que su padre, era considerado co-
se desarrolló progresivamente, cuando
mo aristócrata local y parte del sector
el gobernador Martín de Zavala conce-
productivo de la Villa de Saltillo. Se co-
dió varias mercedes de tierras a perso-
noce por algunas fuentes que los pro-
nas que lo solicitaron. Un factor que
ductos que se manufacturaban en dicha
apremiaba que dicho lugar se poblara,
hacienda eran harina, plomo, liga y pi-
se debía a que era una tierra de indios,
loncillo (AMS, PM, c 43-1, e 27, f. 2r).
así durante el siglo XVII y XVIII había
No es de extrañar que Miguel tuviera su
constantes incursiones violentas, por lo
hacienda en Labradores. Se atribuyen a
cual el gobernador Francisco de Mier
la familia Lobo Guerrero los cimientos de
propuso una campaña de pacificación.
la fundación de la misión de San Pablo
Así, en 1713, se realizaron las incursio-
de los labradores, actual Galeana a fina-
nes por parte de los españoles y dentro
les del siglo XVII. De acuerdo con Cava-
de las capitulaciones surgió la idea de
zos Garza: «Al finalizar el siglo XVII, en
poblar el lugar de este modo, Mier reali-
1699, José León Lobo Guerrero promo-
zó la repartición y traza para los nuevos
vió un juicio alegando ser suyos los vein-
vecinos del lugar.
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a
petición
de
Lobo
Guerre-
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Fig. 1. Miguel Lobo Guerrero. Tres generaciones ascendientes. Elaboración del autor, con el programa Rootsmagic.
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bargo, destaca que su tatarabuela María de las Casas tenía propiedades en dicho lugar, y se infiere que, aunque su bisabuelo no prosperó con los solares que-
rellados, si es posible atribuir que fueron los que abrieron el camino para la instalación de la mencionada hacienda en párrafos anteriores. Desde dicho lugar, Miguel Lobo Guerrero estableció una serie de conexiones comerciales con Saltillo, Monterrey y Concepción del Oro. Si bien mencionamos, en párrafos más
Fig. 2. Galeana, Nuevo León. Elaboración del autor.
arriba, que la producción de la Hacienda de Santa Ana era de harina, plomo, liga
y piloncillo, dichas mercaderías eran comerciadas a través de tres redes de re-
De acuerdo con Cavazos, los primeros
cuas. La primera comprendía Galeana-
habitantes fueron Cristobal de la Peña,
Saltillo-Apodaca (Fig. 3). Esto se sabe
María de las Casas, Pedro de la Peña,
porque un individuo que se llamaba Ma-
José de Ibarra, Miguel de Escobedo, Mi-
nuel (de apellido desconocido) que des-
guel de Ojeda, Bartolomé de Vargas,
pués resultó ser un mulato residente en
Juan del Castillo, capitán Juan de la Pe-
Matehuala, en el referido valle de Apo-
ña, Gabriel González, Felipe Pérez,
daca, robó 6 mulas de Miguel Lobo, ha-
Cristobal Ventura, Juan González, An-
ciéndose pasar por un «maiordomo de
drés Pérez, y Santiago de Escobedo
un atajo del valle de Mathehuala» (AMS,
(Cfr. Cavazos, 1979: 309-310). Sin emAntilha 11 (31) 2022:52-71 60
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Fig. 3. Rutas de comercio de Miguel Lobo Guerrero. Elaboración del autor.
PM, c 38, e 8, f. 2r). Lo interesante es
muestra, es que dicho aristocrata salti-
que, gracias a dicho proceso, se nos re-
llense estaría enmarcado dentro del ha-
veló la marca de las mulas de Lobo
bitus del hacendado, concepto construí-
Guerrero (Fig. 4).
do por Ponce:
En este mapa, pudimos observar las tres
La mayoría de esos hacendados, en
rutas que hasta ahora se pudieron re-
especial los del norte del reino de la
construir gracias a las fuentes. Sin em-
Nueva España, debido a sus caracte-
bargo, no podemos inferir de manera
rísticas
categórica que estas sean todas las ru-
(lejanía del centro, escasa población,
tas de comercio establecidas por Miguel
tierras de frontera e indígenas menos
Lobo, quizas esto pueda suscitar futuras
civilizados), lograron hacerse de in-
lineas de investigación. Lo que si nos
mensas extensiones de tierra y adop-
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geográficas
e
históricas
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pleado abusara de la confianza o cometiera algún perjuicio contra su patrimonio, los hacendados ocupaban todo el poder legal y social para defender sus intereses. Esto era moneda corriente en el orden socioeconómico novohispano, principalmente sabiendo que la hacienda, siguiendo el pensamiento de Ponce, era el centro por excelencia, social, político y económico. Así, podemos aden-
trarnos a la problemática laboral entre Miguel Lobo y Nicolás de Anda. Fig.4. Marca de fierro con que Miguel Lobo marcaba sus mulas. Tomada del expediente: AMS, PM, c 38, e 8, f 2r.
El problema de las mercancías transportadas por Nicolás de Anda de Sal-
tillo a Concepción del Oro, Zacatecas (1787) Nicolás «de Anda» Vargas Rodríguez
taron esa actitud tan característica
fue bautizado en Saltillo el 24 de abril de
del gran hacendado y que lo identifi-
1741, hijo de Nicolás Hermenegildo Var-
có durante mucho tiempo: dominaron
gas y Berber Botello y María Josefa Ro-
y sojuzgaron en sus propiedades
dríguez. Una familia de comerciantes de
(Ponce, 2010: 55).
San Miguel el Grande, Guanajuato, Méjico. Una familia que había generado nue-
De acuerdo a lo anterior, los hacenda-
ve hijos, de los cuales Nicolás era el
dos dominaron sus vastos terrenos con
sexto. Él residía en Saltillo. Era el arriero
mano de hierro. En caso de que un emAntilha 11 (31) 2022:52-71 62
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de Miguel Lobo Guerrero. Dicho sirvien-
do, el primero en ser interrogado fue Ni-
te abarcaba las rutas de Galeana-Saltillo
colás.
-Concepción del Oro en Mazapil y Ga-
De acuerdo a lo anterior, el mismo día el
leana-Saltillo-Real de Catorce. Sin em-
alcalde Córdoba interrogó a Nicolás. En
bargo, en las dos rutas se suscitaron
primer lugar, le tomó el juramento acos-
problemas entre Nicolás y Miguel el pri-
tumbrado, que era jurar por la cruz, don-
mero, un problema por la propiedad de
de se comprometía a decir la verdad.
la carga y el segundo, una rencilla en la
Así, Nicolás comenzó diciendo que era
ya lastimada relación obrero-patrón en la
cierto que Miguel Lobo le había enviado
que Nicolás solicita apoyo del juzgado
con las mercaderías. Su testimonio, con-
para poder dar las cuentas a su patrón
tinuó:
por temor a que se falten ambos al res-
«dixo que si es sierto quetodo lo que
peto. En primer lugar, analizáremos el
ha Recibido es Remitido por D[o]n
problema en Mazapil.
Mig[ue]l Lobo y por de este los ë Re-
El 5 de febrero de 1787, José Córdoba
cibido y bendido en birtud de ser su
Jiménez, alcalde de San Gregorio en
dependiente…» (Archivo Histórico de
Mazapil, y también alcalde de la Santa
Mazapil, Alcaldía Mayor, e 8, c 29, e
Hermandad, decidió investigar si las
31, f. 1v).
mercancías transportadas por Nicolás de Anda provenían efectivamente de Mi-
Nicolás también mencionó que eso esta-
guel Lobo. Para dicho efecto, decidió
ba acordado hasta el lunes 26 de febre-
embargar las 14 ½ cargas de harina y
ro, además de que, por puño y letra de
demás mercaderías que había traído Ni-
su patrón, esos artículos eran de Anto-
colás, y con esto comenzar la investigación para esto, hizo comparecer a Nicolás y Antonio de la Fuente. De este mo-
4 En adelante AHM.
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nio de la Fuente. De acuerdo con esto,
Fuente que Catorce y media Carg[a]s
el testimonio apuntaba que los produc-
de Arina Son suias y no de D[o]n Mig
tos transportados no eran de Miguel Lo-
[ue]l Lobo Guerrero quien tiene otor-
bo. Naturalmente se debía interrogar a
gada obligacion de maior cantidad
de la Fuente.
para el abasto y por visto de este Co-
El mismo día, Antonio de la Fuente ma-
mun […] embargue las Sitadas carg
nifestó que dicha carga de harina perte-
[a]s a D[o]n Nicolas de Anda (AHM,
necía a él y no a Miguel Lobo, sin em-
Alcaldía Mayor, e 8, c 29, e 31, ff. 3v
bargo, el alcalde Córdoba dudaba de la
y r).
veracidad de dicho testimonio, así que preguntó a de la Fuente si Nicolás era
La decisión que llevó a Córdoba a incau-
su empleado y de la Fuente afirmó que
tar dicho cargamento de harina, fue que
si, que inclusive Nicolás de Anda le re-
en el auto de transporte de dichas car-
conoce como patrón y que estaba lle-
gas figuraba como el responsable de las
vando esas mercaderías al puesto de la
mismas Miguel Lobo Guerrero. Al pare-
Concepción. Sin embargo, Córdoba no
cer, de la Fuente y de Anda se habían
pensaba que ese testimonio fuera ver-
puesto de acuerdo para apropiarse de
dad por dicha razón, tomó las medidas
las cargas y venderlas para su usufructo
extraordinarias de incautar el cargamen-
propio. La consecuencia de dicho inten-
to:
to de robo, fue encarcelar a Nicolás de
abiendo Visto las declaraciones que
Anda y a su cómplice. Acto seguido, se
anteseden y la implicancia que de
les leyó la declaración a ambos, es de-
ellas Resulta y que se den en perjui-
cir, la de Nicolás a de la Fuente y vice-
sio yntolerable de este Comun por
versa. De Anda sólo pudo decir que era
querer confraudulentos y equibocos
verdad.
Ynfames acreditar D[o]n Antonio de la
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De acuerdo a lo anterior, el alcalde ma-
to de Lobo.
yor tomó la decisión de que las cargas
En este caso, pudimos observar un mal
de harina fueran puestas a disposición
comportamiento por parte de Nicolás al
del puesto de la Concepción y a cuenta
querer apropiarse de una carga de su
de las cargas que tiene comprometidas
patrón. Al parecer en dicho momento no
Miguel Lobo. Sin embargo, dicho suceso
tuvo repercusiones directamente con
se dio hasta el día 6 de marzo de 1787,
Miguel, únicamente que fue arrestado
dado que de la Fuente cedió dichas car-
en Mazapil. Sin embargo, se ve que este
gas y reconoció que no eran suyas ante
arriero tenía diversas rencillas con Lobo
el alcalde mayor. Lo que resalta, es que
Guerrero por malos manejos de las car-
esta carga se tomaría «a cuenta» y, de
gas. Dicha tensión laboral llegó a su cul-
acuerdo con Córdoba, esto sería en per-
men en el año de 1791, cuando dicho
juicio de Miguel Lobo porque él tenía
arriero demandó a su patrón por malos
que cumplir con su compromiso de
tratos.
abastecer dicho poblado.
En cuanto a Anda, se le permitía seguir
La demanda de Nicolás de Anda a Mi-
cubriendo la ruta, pero estaría vigilado y
guel Lobo Guerrero (1791)
con la condición de que no extrajera na-
En aquella época, no existían los dere-
da para sí. Sin embargo, de la Fuente,
chos laborales como los conocemos ac-
días más tarde, presentaría documentos
tualmente. La manera de defenderse de
que le acreditaban como propietario de
algunos abusos era por medio de jui-
la carga, e inclusive que el fungía como
cios, que muchas veces quedaban
apoderado de José Nepomuceno Gil y
asentados en las actas protocolares de
que el arriero encargado de hacer dicho
los ayuntamientos y terminaban con cár-
flete fue Nicolás de Anda. Sin embargo,
cel de alguno de los actores. En este
las cargas quedaron a cuenta del contra-
caso, Miguel Lobo, ya conociendo los
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Problemas laborales de los arrieros saltillenses en el siglo XVIII...
manejos de su empleado, decidió que
garle con malos tratos de pedirle cuen-
cuando Nicolás regresara a Saltillo de
tas.
Real de Catorce le diera las cuentas
De lo anterior, se sigue que la petición
exactas de su manejo de la carga. Lo
de Nicolás era que Miguel compareciera
anterior, lo hizo por medio de una carta
en el juzgado. La razón, que ante la au-
enviada por medio de Juan Bautista Ca-
toridad competente se dieran las cuen-
reaga. De acuerdo con Nicolás él estaba
tas. Destaca de esta demanda, que Ni-
imposibilitado por estar ausente de dar
colás desea que el juez actúe como un
dichas cuentas; por ende, Miguel mandó
mediador para que la rendición de cuen-
que le diera fianza.
tas se dé en términos pacíficos:
Nicolás testifica que estaba temeroso de
De estar satisfecho de que no le soi
la reacción de su patrón cuando le fuese
deudor, y q[u]e antes si puedo acre-
a dar las cuentas:
ditar mi buen porte, y manejo con
Temo, y con razon, q[u]e pues se
competentes utilidades, dandole las
dejo llebar de la violensia de mandar
gracias como debo del tiempo q[u]e
rezivir, y al mismo tiempo conosien-
me ha mantenido en su servicio…
do su genio, cuando yo me presente
(AMS, PM, c 43-1, e27, f. 1 v).
en su casa, para darle las quentas, trate de atropellar mi persona, ó me
Un aspecto interesante de esta petición
ponga en disposision de faltarle al
es que pone de manifiesto la renuncia al
respeto… (AMS, PM, c 43-1, e27, ff.
puesto de arriero en la hacienda de Mi-
1r y 1 v).
guel Lobo. Sin embargo, la respuesta de dicho hacendado no sería la esperada
Por razón de lo anterior, Nicolás decide
por de Anda.
demandar a su patrón por el trato injusto
El 21 de julio de 1791, el alcalde de Sal-
que recibió al cobrarle la fianza y de obli-
tillo José de la Peña hizo conocer la de-
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manda a Miguel Lobo. Él se presentó en
parte de Nicolás. A pesar de que estaba
el juzgado por petición del alcalde ordi-
enfermo para 1791, no murió de dicha
nario y manifestó que Nicolás de Anda
enfermedad, sino de viejo el 25 de julio
había sido descubierto en malos mane-
de 1808. De lo anterior, surgen dos pre-
jos en Mazapil y en Real de Catorce,
guntas ¿Nicolás volvió a laborar de 1791
que por dicha razón le suplicaba al Juez
hasta 1808 con Miguel Lobo Guerrero?
lo pusiera preso interino (AMS, PM, c 43
O bien ¿Nicolás inició otra relación obre-
-1, e27, f. 3r). De este modo, el mismo
ro-patronal con alguno de los hacenda-
día, a las 4 de la tarde, fue arrestado Ni-
dos saltillenses en dicho rango tempo-
colás de Anda. Sin embargo, al día si-
ral? Dichas cuestiones quedan abiertas
guiente fue liberado por su mismo pa-
para profundizar la investigación en futu-
trón, la razón es que de Anda estaba en-
ros trabajos sobre las relaciones obrero-
fermo:
patronales de los arrieros del siglo XVIII.
El expresado D[o]n Miguel de toda conmiseración le deja libre y sin res-
Conclusiones. Reflexiones sobre las
ponsabilidad, con rezolu[ci]on de no
relaciones obrero-patronales en la
hazerle cargo ning[un]o sin otro moti-
Ley castellana
vo que el haverse dolido de verlo en-
Durante este artículo intentamos expo-
fermo (AMS, PM, c 43-1, e27, f. 3r).
ner las problemáticas obrero-patronales
De este modo, un juicio que inició
de los arrieros saltillenses del siglo
por maltrato laboral terminó en con-
XVIII. Para dicho efecto, abordamos el
tra de Nicolás.
caso particular del arriero Nicolás de Anda. Dicho arriero era trabajador de Mi-
Como pudimos observar, esta rencilla
guel Lobo Guerrero, que, como vimos
obrero-patronal se dio en el contexto de
en el apartado dos, era de familia de es-
los malos manejos de la mercancía por
pañoles y dueños de negocios importan-
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Antilha
CESUA
Problemas laborales de los arrieros saltillenses en el siglo XVIII...
tes en aquella villa. De acuerdo con lo
cuestión si Nicolás retomó el puesto con
que esbozamos, Miguel Lobo era un
Miguel o bien, estableció otros contratos
personaje destacado con carácter fuerte
de trabajo con algún hacendado salti-
que tenía bajo control su hacienda y el
llense.
ayuntamiento. Por otro lado, Nicolás de
Si bien, durante este artículo se desarro-
Anda provenía de una familia de comer-
lló en particular la cuestión laboral susci-
ciantes tapatíos y junto con su hermano
tada entre Miguel Lobo y Nicolás de An-
y sobrinos se dedicaban a la arriería. Sin
da, también se abren líneas de investi-
embargo, a través de dicho caso, pudi-
gación sobre otros conflictos suscitados
mos mostrar de manera panorámica al-
durante el siglo XVIII en Saltillo, y que
gunos de los problemas que se dan en-
esbozamos de manera panorámica en la
tre patrón y empleado.
introducción. También sería sumamente
Durante el artículo, pudimos ver que Ni-
interesante indagar si en las leyes de
colás abarcaba dos recuas de Miguel
indias existe algún apartado que aborde
Lobo, es decir, transportaba harina, plo-
estos conflictos. Lo anterior, se deduce
mo, liga y piloncillo desde Galeana a
debido a que durante dicho proceso, no
Saltillo y de ahí, las dos rutas se bifurca-
se mencionó ningún precepto del dere-
ban hacía Mazapil y a San Luis. Sin em-
cho positivo de aquel momento.
bargo, en un periodo de 1787 a 1791
En consonancia con lo anterior, notamos
podemos observar algunos malos mane-
que en muchos de los contratos de com-
jos por parte de este arriero como lo ex-
pra-venta de bienes inmuebles, tenemos
pusimos en los apartados 3 y 4. A partir
ejemplos variados en los que si mencio-
de dichos problemas, de Anda fue en-
nan, las leyes de Alcalá de Henares so-
carcelado dos veces y, finalmente, supo-
bre la cuestión de la propiedad e indem-
nemos que terminó la relación obrero-
nización en casos particulares. Otros
patronal en 1791. Pero quedó abierta la
casos son los testamentos, los juicios
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Antilha
CESUA Casas Ortega
1802-1808 Libro de entierros de marzo de 1802 a agosto de 1808, 1527-2001, Academia Mexicana de Genealogía y Heráldica, Archivos de particulares, colecciones Vol. y soporte: 134, 181, microfilme 605108, Sociedad Genealógica de Utah (Prod.), Academia Mexicana de Genealogía y Heráldica (Comp.).
sobre tutoría, etc. Ante esta pregunta sobre si hay o no legislación de las relaciones obrero-patronales, en la época novohispana, queda como una conclu-
sión parcial, que las controversias entre los patrones y sus empleados quedaban en manos del tribunal local, la Real Ha-
Archivo Municipal de Mazapil 1787 «Solicitud para hacer averiguaciones sobre mercancías que vende Miguel Lobo Guerrero», febrero 5-marzo 6, Alcaldía Mayor, e 8, c 29, e 31, f. 1v.
cienda, o la Iglesia.
Archivo Municipal de Saltillo 1757 «Nombramiento. El cabildo se reunió para verificar la elección de funcionarios que impartirán justicia el presente año. Designaron a Francisco de Furundarena y a Melchor Lobo Guerrero como alcaldes ordinarios, y a Manuel García como procurador», 01 julio, Actas de Cabildo, L 4, a 89, f. 105.
Bibliografía Archivo General de la Nación 1757-1771 Libro de matrimonios de la Iglesia de Santiago, de 1757 a 177», 1527-2001, Academia Mexicana de Genealogía y Heráldica, Archivos de particulares, colecciones Vol. y soporte: 134, 181, microfilme 605095, Sociedad Genealógica de Utah (Prod.), Academia Mexicana de Genealogía y Heráldica (Comp.).
1762 «Nombramiento. El cabildo se reunió para verificar la elección de autoridades que impartirán justicia durante el presente año. Designaron a Melchor Lobo Guerrero y a Antonio González como alcaldes ordinarios, y como procurador a Martin García», 01 enero, Actas de Cabildo, L 4, a 95, f. 117.
1757-1772 Libro de bautizos de la Iglesia de Santiago, febrero de 1757 a septiembre 1772, 1527-2001, Academia Mexicana de Genealogía y Heráldica, Archivos de particulares, colecciones Vol. y soporte: 134, 181, microfilme 605068, Sociedad Genealógica de Utah (Prod.), Academia Mexicana de Genealogía y Heráldica (Comp.).
1672 «El capitán Carlos de Barraza hace saber al gobernador del Nuevo Reino de León, Nicolás de Azcárra-
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CESUA
Problemas laborales de los arrieros saltillenses en el siglo XVIII...
ga, la real orden de la Audiencia de Guadalajara que dispone se dejen en libertad a todos los indios que se hallen en servidumbre contra su voluntad», 13 noviembre Presidencia Municipal, c 2, e 49, d 19, 4 ff.
por sus padres, o se embargue la hacienda de Palomas de Adentro para tener con que solventar las deudas que dejó su difunto esposo», 16 febrero, Presidencia Municipal c 33, e 21, f. 1r.
1676 «El obispo Juan de Santiago de León Garavito da a conocer la real cédula que ordena a sus justicias no maltraten, vejen y abusen de los indios vendiéndoles géneros a precios altos y exigiéndoles el pago con el producto de sus cosechas tomándolas por menor precio, a los curas que no cobren con demacía los derechos de iglesia y aprendan el idioma mexicano (nahuatl)», 11 agosto, Presidencia Municipal c 3, e 27, f. 2r.
1786 «Miguel Lobo Guerrero solicita se investigue el robo de seis mulas de su propiedad», 24 mayo, Presidencia Municipal c 38, e 8, f. 2r. 1791 «Nicolás de Anda solicita al cabildo de esta villa ordene a Josef Miguel Lobo Guerrero declarar que del negocio que tenían tratado no le debe nada», 21 de julio Presidencia Municipal c 43-1, e 27, f. 1r y 1 v. 1792 «Joachin Carrillo demanda a su amo Manuel Morales por el adeudo de 24 pesos producto de tres meses de sueldo como arriero», 24 julio, Presidencia Municipal c 44, e 10, f. 2r.
1704 «Melchor Lobo Guerrero promueve juicio contra Juan y Lorenzo Martínez Guajardo por la propiedad nombrada de San Juan Bautista de Buenavista», 14 febrero, Presidencia Municipal c 6, e 46, f. 2 r.
1796 «Demanda. José Román de Letona se querella contra los arrieros de la hacienda de Palomas: José Francisco Granados, José Dionicio García, Jossé Manuel Valdés, Pedro Jossé Martínez y José Gregorio de la Cruz que lerobaron una carga de ropa que conducía a flete desde México a la feria de esta villa», 22 de octubre, Presidencia Municipal c 48-1, e 45, 17 ff.
1750 «José Melchor Lobo Guerrero y Elizondo pide se haga comparecer a Josefa Baes Treviño para que entregue los dos días de agua de la hacienda de San Juan Bautista que le corresponden según el contrato firmado», 20 diciembre, Presidencia Municipal c 19, e 13, d 6, f. 1r. 1781 «Gertrudis Lobo Guerrero, viuda de Toribio Casa Ferniza, demanda a sus hermanos: Emerenciana Lobo Guerrero, Domingo Lobo Guerrero, Toribio Lobo Guerrero y Agustín Lobo Guerrero el pago de 5 mil 707 pesos tres reales de la herencia dejada
Cavazos Garza, Israel 1979 «La misión de San Pablo de los Labradores (Hoy ciudad de Galeana, Nuevo León)» en Humanitas, Anuario del Centro de Estudios Humanísticos, N°20, Universidad Autónoma
Antilha 11 (31) 2022:52-71 70
Antilha
CESUA Casas Ortega
de Nuevo León, México. Pp.303-316. Durón Jiménez, Martha; Elsa De Valle Esquivel y M. Del Rosario Villarreal Rodríguez 2015 Censo Villa de Santiago de Saltillo año 1777, Grupo Impresores Unidos, México. Ponce Alcocer, María Eugenia 2010 «El habitus del hacendado» en Historia y Grafía, N°35, julio-diciembre, Departamento de Historia, Universidad Iberoamericana, México. Pp.5191.
Ruiz Rivera, Julián B. 1990 «La mita en los siglos XVI y XVII» en Temas Americanistas, N°7, diciembre, Universidad de Sevilla, España. Pp. 1-20.
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CASTIGO DEL ALMA Ricardo Alberto Díaz Quintana1 Artículo recibido 04/03/2022 Artículo aceptado 03/04/2022
N
os mandaron para cerrar un contrato que esperaban hacía mucho tiempo. El cliente por fin aceptó las condiciones y, junto con mi compañero, nos subieron al avión sin preguntarnos si podíamos o no.
Llegamos a Rag’q cuando el sol se ocultaba. El viaje duró casi cinco horas; sólo pensaba en llegar al hotel para descansar. Mi compañero tenía la pila puesta, no sé de
dónde saca tanta energía, pero quería salir en busca de diversión. Le propuse dejar primero las cosas en el hotel, quería evitar algún riesgo de robo, aunque tampoco pretendía estar paseando con el peso en los hombros; además, con algo de suerte, se distraería y ya no querría salir. El lobby tenía poca iluminación, haciendo que el lugar luciera tétrico. Nos acercamos al
mostrador para registrarnos, el gerente nos exhortó a leer el reglamento. —Ahí vienen todas las reglas que deben ser cumplidas al pie de la letra, ya que todo en este país está regido por ellas, sin excepción alguna— nos dijo. —¿Qué pasa si una de ellas se desobedece? — preguntó mi camarada. —El castigo depende de la regla que se rompa. —Qué pasa si… —Luego vemos; anda, ya vámonos, estoy cansado y quiero dormir un poco— lo interrumpí para llevarlo a empujones. —Discúlpelo— me excusé por él.
1 A pesar de ser Ingeniero industrial, fui llamado por las letras desde temprana edad. Publiqué mi primer cuento (Un camino que recorrer) con la editorial Porrúa, salió en agosto del 2017 y cuento con algunas otras en revistas digitales. Actualmente soy escritor de tiempo completo y creo, firmemente, que el mejor mundo, es el que creamos con cada historia que leemos y escribimos. UNITEC, ricardo_diaz_pan188@live.com.mx Antilha 11 (31) 2022:72-76 72
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CESUA Díaz Quintana
Ya en la habitación, comencé a sacar
En el camino, encontramos a un sujeto
mis cosas de la maleta, cuando sonó la
con andar apresurado; se me hizo extra-
puerta; a pesar de saber de quién se tra-
ño que sus pasos no sonaran; vestía
taba, me atreví a preguntar deseando
muy elegante: sombrero de copa, frac,
que no fuera él.
bastón y capa.
—¡Soy yo, apresúrate, salgamos por
—¡Disculpe! — gritó, mientras se ade-
unos tragos! — desafortunadamente lo
lantaba, mi compinche.
recordó.
El tipo se detuvo sin darnos la cara.
—Creo que me quedaré, no tengo ganas
—¡Estamos en busca de algún bar, pero
de salir— me acerqué a la puerta.
todo está cerrado! — fue a su encuen-
—¡No aceptaré un no por respuesta, así
tro.
que abres la puerta o entro por ti!
—Conozco un lugar… incluso voy para
Solté un desganado suspiro, lo que me-
allá ¿Me acompañan? — inclinaba su
nos quería era que se pusiera pesado;
sombrero, como ocultando su identidad.
así que dejé mis cosas, le pedí un minu-
—Por supuesto— me miró entusiasma-
to, pasé al baño para arreglarme un po-
do. —¡Vamos! — jaló mi camisa.
co el cabello y salí.
Dimos varias vueltas por las calles, se-
Caminamos en busca de algún antro,
gún mi brújula nos estábamos alejando
cantina o bar. Las calles se iluminaban
del hotel; por un momento creí que que-
por farolas que, al parecer, ya estaban
ría perdernos o confundirnos. Se ade-
cansadas de brillar; el empedrado, moja-
lantaron charlando algo que no alcanza-
do, hacía sonar aún más fuerte nuestros
ba a escuchar; mientras, yo trataba de
pasos. Todo estaba tranquilo, solitario,
reconocer los edificios, señales, callejo-
cerrado, inmutable. Después de media
nes o casas para poder regresar… y es
hora sin encontrar nada, decidimos re-
que no tenía migajas de pan.
gresar al hotel.
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CESUA
Castigo del alma
—¿Falta mucho? — le pregunté al extra-
el sujeto con capa.
ño.
—Yo quiero un whisky en las rocas, por
—No, estamos cerca— dijo sardónico
favor— sonrió mi amigo.
con su voz grave, seductora.
—Yo…— dudé mientras miraba a mi al-
Giramos a la derecha antes de llegar a
rededor, —estoy bien por el momento.
una glorieta donde una enorme estatua
—No seas tan recatado, pide algo.
levantaba su mano, sentí que quería de-
—No tengo mucha confianza, mejor me
tenernos.
abstengo.
—Por aquí— señaló la puerta de un edi-
El tipo llegó con el vaso que le habían
ficio antiquísimo.
pedido.
La entrada al lugar estaba bajando unas
—¡He aquí un buen whisky! — exclamó
angostas escaleras; no había puerta, era
bajando el cáliz donde tintineaban los
como una especie de cueva que expelía
hielos.
humedad, frío y miedo.
Un par de tragos más tarde, mi camara-
—¿Qué tan seguro es el lugar? — pre-
da comenzó a sentirse mal: tosía ligera-
gunté.
mente, el sudor cubrió su frente y todo él
—¡Deja de ser un aguafiestas y entra de
temblaba.
una buena vez! — me empujó mi com-
—¿Qué le pusiste en su bebida? — le
pañero.
reclamé al catrín.
Adentro, todo era lúgubre e iluminado
—A decir verdad, sólo le di agua.
por luces rojas que dificultaban la vista.
—¿Agua?, ¿entonces por qué está así?
Sonaba música clásica, algo como Cho-
—Supongo que… — soltó una risilla
pin, tal vez Franz Liszt… la piel se me
burlona, —no leyeron las reglas de este
erizaba al caminar.
país.
—¿Qué les ofrezco para tomar, seño-
Recordé al portero del hotel, quien nos
res? — se deslizaba entre la oscuridad
había advertido sobre eso. Me arrepentí
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CESUA Díaz Quintana
de no haber leído el reglamento. Mi de-
—Yo, ¡mi querido idiota!, soy el recolec-
sesperación por ver a mi camarada en
tor de almas.
ese estado me llevó a abalanzarme en
Desesperado y asustado, me levanté en
contra del sujeto elegante.
busca de mi compañero quien yacía so-
—¡¿Qué le está pasando a mi amigo?!
bre la mesa. Me sentí pusilánime. No
— lo tiré al suelo, amenazándolo con mi
sabía si rezar, cruzar los dedos o rogar
puño en el aire.
por su vida. Asustado, me acerqué para
—Simplemente está recibiendo su casti-
comprobar que… había fallecido. Apreté
go— dijo sin dejar de sonreír.
los ojos abrazando al cuerpo inerte, llo-
—Explícate— le acerté un golpe en la
rando su partida.
cara.
Sin darme cuenta, todos en el lugar des-
—¡Ja, ja, ja! — su dentadura estaba en-
aparecieron y se llevaron la luz con
sangrentada. —Rompió una de las re-
ellos. A tientas, busqué un interruptor
glas establecidas en el código.
por la pared, afortunadamente lo encon-
—¿Qué regla es esa? ¿Cómo puedo
tré a unos metros; para cuando encendí
salvarlo? — lo golpeé de nuevo.
la siniestra luz roja, el cuerpo de mi
—Muy bien, ya me estás hartando— en-
compañero se había esfumado.
fureció, —tu amigo ya no tiene salvación
Melancólicamente urgido, regresé al ho-
y yo soy el encargado de que cumpla su
tel. En el lobby, tras su mostrador, me
castigo.
encontré con el portero.
—¿Quién demonios eres? — antes de
—¿Todo bien, joven?
poder darle un puñetazo más, el catrín
—A decir verdad… no.
ya estaba de pie, como si su cuerpo se
—¿Qué le sucede? ¿Y su compañero?
hubiera convertido en humo y se desva-
—Tengo una pregunta para usted ¿Qué
neciera; no tenía rasgo alguno de la gol-
regla se tiene que romper para que le
piza que le estaba dando.
roben el alma?
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CESUA
Castigo del alma
—Me temía que sucediera eso cuando
oyentes,
los vi salir— miró a todos lados, averi-
vehículo que pueda usar!
guando si había más oyentes;
—Espere un momento, creo que el chico
—
—¡alguien
debe
tener
un
acérquese, por favor.
de mantenimiento tiene una camione-
Arrastrando los pies, lo obedecí.
ta…— salió del mostrador.
—Esa regla no está en la hoja que le en-
—¡No tarde, por favor! — grité cuando
tregué— susurraba, —eso sólo puede
desapareció tras la puerta.
pasar cuando se encuentra con el Dia-
—¿Joven?, aquí están las llaves de la
blo.
camioneta… ¿Joven?...
—Espere un momento, ¿quiere decir que con tan solo verlo se llevará mi alma? —Exactamente. Me quedé sin palabras; sentí cómo la sangre bajaba a mis pies, me mareé,
tenía la frente fría. —¿Se encuentra bien, joven? —No, no estoy bien, necesito salir de este pueblo lo más pronto posible. —Tendría que esperar un par de horas
más— miró su reloj de mano, —el transporte sale a las seis en punto del día. —No puedo esperar, no tengo tiempo. ¿Podría prestarme su carro? —Disculpe, pero… no tengo auto. —¡Alguien…! — ahora yo buscaba a
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CESUA LOS BOLEROS COMO PARTE DEL FOLKLORE MEXICANO: ENTREVISTA A LOS MIRANDA Ivon Cristina Encinas Hernández1 y Maribel Magnolia Martínez Hernández2
Artículo recibido: 20/03/2022 Artículo aceptado: 15/04/2022
Resumen Los boleros son un género musical nacido en Cuba, pero desde su llegada a México pasaron a formar parte de la cultura musical de esta nación, arraigándose en su folklore, representando así parte importante del sentir del pueblo. Poco a poco surgieron grandes figuras nacionales, cantantes, compositores y canta autores como Agustín Lara, cuyas canciones, como las de muchos otros, se popularizaron en la época del Cine de Oro Mexicano. Entre los temas de los boleristas destacan el amor y el desamor, así como la nostalgia por lugares y personas, y muchas famosas canciones continúan vigentes gracias a talentosos jóvenes como el cuarteto Los Miranda, originarios de Celaya, Guanajuato, quienes no sólo los interpretan y les rinden homenaje, sino que suman nuevas composiciones a este género. Los hermanos Miranda mostraron grandes dotes para la música desde muy pequeños, y sus voces, tanto individuales como en conjunto, son verdaderamente cautivadoras. Ganadores de varios premios en la industria musical, encabezan hoy en día una nueva generación de boleristas mexicanos que nos representa ante el mundo. Palabras clave: boleros, folklore, música mexicana, Los Miranda, Agustín Lara. Abstrac Boleros are a musical genre born in Cuba but since their arrival in Mexico they became part of the musical culture of this nation, taking root in its folklore, thus representing an important part of the feeling of the people. Slowly slowly, great national figures emerged, singers, composers and songwriters such as Agustín Lara, whose songs, like those of many others, became popular at the time of the Mexican Golden Cinema. Among the themes of the bolero singers, love and deception stand out, as well as nostalgia for places and people, and many famous current songs thanks to talented young people such as Los Miranda quartet. They were born in Celaya, Guanajuato, who not only interpret perfectly to those great figures giving tribute, but rather Los Miranda add new compositions to this genre. Los Miranda brothers showed great gifts to the music from a very young age, and their voices, both individually and together, are truly captivating. Winners of several awards in the music industry, today they lead a new generation of Mexican bolero singers who already represent us to the world (Traducción de Antonio López Candiani). Keywords: boleros, folklore, Mexican music, Los Miranda, Agustín Lara 1 Arqueóloga por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, México. Programa de Intercambio, Vinculación, Cooperación Académica y Cultura de la Universidad del Tepeyac. icencinas@gmail.com 2 Lic. En Mercadotecnia por la Escuela Bancaria y Comercial, México. maribelmagnoliamtzAntilha 11 (31) 2022:77-89 77
Antilha
CESUA Encinas Hernández y Martínez Hernández
Introducción
C
La música popular, en particular las can-
uando hablamos de folklore ha-
ciones, como señala por su parte Juan
blamos de sentimientos compar-
S. Garrido, «…son el reflejo del alma de
tidos, ya que nos referimos a las
un pueblo» (Garrido, 1974: 11), y las
costumbres de los pueblos, a esos as-
canciones del bolero son una parte muy
pectos que forman parte de la cultura
representativa de la música mexicana.
que nos identifica y que nos dan sentido
Al respecto, Tapia Tovar señala que «el
de pertenencia a una sociedad, un pue-
bolero es un género de la música popu-
blo, a un país.
lar de origen cubano; [donde] sus can-
Un aspecto importante del folklore es la
tantes y compositores han tenido un es-
música, así como los temas y letras de
trecho vínculo con el pueblo y sus tradi-
las canciones, donde los diferentes gé-
ciones» (Tapia Tovar 2007:1). Así mis-
neros se vuelven representativos de
mo, Valdés Cantero comenta que «en
ciertos lugares o regiones, y esto solo
sus inicios, muchos de estos creadores
sucede cuando se popularizan entre la
populares carecían de formación acadé-
gente, cuando se vuelven parte de su
mica, por lo que sus composiciones las
sentir, de su forma de expresarse. La
transmitían oralmente, en vez de escri-
música, como señala Margarita de Ore-
birlas» (Valdés Cantero, en Tapia Tovar
llana, «posee un poder especial que no
2007:1).
tienen otras manifestaciones artísticas:
Si bien los boleros vienen de Cuba y da-
que, al conectarse inmediatamente con
tan del siglo XIX, llegaron a México para
una parte de nuestra sensibilidad lejana
quedarse y se convirtieron en uno de los
a las palabras, nos puede dar un registro
géneros musicales más tradicionales de
de emociones de momentos dramáticos,
nuestro país; y la tradición, como señala
festivos o fúnebres» (De Orellana, 2010:
Verti, «se transmite en forma cotidiana y
6).
sencilla, de padres a hijos, sin pompa,
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CESUA
Los boleros como parte del folklore mexicano...
con la naturalidad de la costumbre vivi-
y el canela de tu piel se quede igual.
da. En ello estriba su fuerza y pureza
Si perdiera el arcoíris su belleza,
como manifestación cultural de un pue-
y las flores su perfume y su color,
blo» (Verti, 1991:15); y es justo así, co-
no sería tan inmensa mi tristeza,
mo se han heredado en nuestro país,
como aquella de quedarme sin tu
convirtiéndose en parte del patrimonio
amor…
cultural inmaterial de México.
(Bobby Capó, 1952)
Para Tapia Tovar, el bolero es «el más popular de los lenguajes románticos de
Cabe resaltar también, que, como seña-
Hispanoamérica […] tiene más de un
la Tapia Tovar (óp. cit.: 3), cuando sur-
siglo de vida [y] ha estado al servicio del
gió el bolero en Cuba no existía ni el dis-
amor desde finales del siglo XIX, alimen-
co ni la radio, fue entonces que «con la
tando lo más humano de nosotros: los
invención del fonógrafo en 1878, y la fa-
sentimientos» (óp. cit.:1). Esta hermosa
bricación de discos planos en serie […]
definición nos hace pensar en muchos
se inició el proceso de formar un merca-
fragmentos de famosos boleros, como el
do de consumo para la música grabada
que transcribimos a continuación, escrito
[…] y su radiodifusión fue lo que permitió
por el cantautor Bobby Capó y titulado
que el bolero se difundiera más allá del
Piel Canela:
3
Caribe» (Tapia Tovar, ibid.: 3), llegando
Que se quede el infinito sin estrellas
así a países como Argentina, Bolivia,
o que pierda el ancho mar su inmen-
Paraguay y México.
sidad,
Por la cercanía de la península de Yuca-
pero el negro de tus ojos que no
tán, México, con la isla de Cuba, no es
muera
de extrañar que los iniciadores del bolero en México fueran yucatecos y, entre
3 Los hipervínculos en este artículo conducen a páginas de Youtube donde está la música referida.
ellos, como agrega Tapia Tovar (ibid.:
4), destaca Guty Cárdenas, quien nació
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CESUA Encinas Hernández y Martínez Hernández
en Mérida, Yucatán, y grabó el primer
arraigo, de ese folklore que define a los
bolero en nuestra patria, titulado Presen-
pueblos.
timiento, además de interpretar varios de
Hay boleros que han trascendido gene-
los primeros boleros de Agustín Lara.
raciones y continúan siendo conocidos
Guty Cárdenas Pinelo, en palabras de
por muchos mexicanos, como Solamen-
Ernesto Herrera Alpuche, más que un
te una vez, de Agustín Lara; Bésame
cantante o cancionero «…era un verda-
mucho, de Consuelito Velázquez; o So-
dero músico, tocaba no solo la guitarra
mos novios, de Armando Manzanero.
sino el piano, banjo y violoncello y en el
De igual manera, en muchas películas
manejo de todos estos instrumentos pu-
del Cine de Oro Mexicano se escuchan
so de relieve su temperamento exquisi-
boleros, como la película Distinto Ama-
tamente artístico» (Herrera Alpuche,
necer, de 1943, donde la canción Cada
2006/2007: 60). Su gusto por la guitarra
noche un amor, de Agustín Lara, es in-
y los boleros empezó siendo niño, cuan-
terpretada por Ana María González.
do por curiosidad «…gustaba de oír las
Por otra parte, en la República Mexicana
clases de guitarra de un peluquero mo-
hay lugares como las que fueron las ca-
desto, Lucio Cherris, dedicado al arte en
sas de artistas y cantantes de boleros
sus horas libres» (Ibid.: 59), clases que
que hoy son atractivos turísticos únicos,
impartía en casa de su abuela materna a
como la Casa Museo de Agustín Lara,
un grupo de jóvenes. Como podemos
en el Puerto de Veracruz, también cono-
reiterar, los gustos y tradiciones que van
cida como La Casita Blanca, convertida
formando parte de nuestra cultura, son
en museo (Fig. 1).
aquellos que nos tocan el corazón desde
De acuerdo con Juan S. Garrido:
niños y, al hacerlos parte de nuestra vi-
La presencia de Agustín Lara signifi-
da, nos dan sentido de pertenencia y for-
có la transición de la danza mexica-
man parte también de una identidad y un
na, cuyo reinado se había prolonga-
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CESUA
Los boleros como parte del folklore mexicano...
Fig.1. Casa Museo de Agustín Lara en el Puerto de Veracruz, México. Fotos: Ivon Encinas, 2018.
do demasiado, al bolero de extrac-
compases binarios y separando los
ción cubana también, pero que Lara
32 compases de la canción tradicio-
presentó en forma muy personal, ha-
nal en dos secciones de 16 compa-
ciendo que este tomara carta de na-
ses cada una, pudiendo pasar de la
turalización como antes había suce-
primera a la segunda en un cambio
dido con la música cubana. Para
de tono (Garrido, 1974:65).
componer sus boleros, Lara tenía una fórmula que aprovechó inteligen-
Muchos son los lugares y boleristas me-
temente, dividiendo sus pensamien-
xicanos que podríamos mencionar, pero,
tos musicales en frases de cuatro
en esencia, basta reiterar que los bole-
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ros están ligados a muchos corazones
en constante cambio, hay géneros y
mexicanos. Y como señala Garrido,
canciones que siguen vigentes, y gra-
«cada país tiene características esencia-
cias a nuevos y jóvenes cantautores po-
les para sus canciones: sus modalida-
seedores del gran don de la inspiración,
des particulares, ritmos originales o
como Los Miranda (Fig. 2), numerosos
adaptados, su acento, su melancolía o
boleros continúan siendo parte de la cul-
alegría y ese sabor que le asigna la pro-
tura musical de México. Por esta razón,
piedad» (Ibid.: 12).
decidimos entrevistarlos. Los Miranda son originarios de Celaya,
Los Miranda
Guanajuato, México. Crecieron escu-
Aun cuando la música, como todos los
chando boleros, muchas veces en voz
aspectos del folklore, es dinámica y está
de su padre, Héctor Miranda4, quien fa-
Fig.2. Cuarteto Los Miranda con las autoras. Foto de Yasbel Gabriela Martínez Hernández, 12 de febrero de 2022 en la Ciudad de México, celebrando el Día del Amor y la Amistad. Antilha 11 (31) 2022:77-89 82
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Los boleros como parte del folklore mexicano...
lleció el 4 de Julio de 2018 . Este cuarteto, dirigido y coordinado por su madre, Laura Nieto H., en pocos años se ha convertido un ícono para todas las eda-
des, pues, así como hay quienes los escuchan con el cariño y la nostalgia de antaño, hay adolescentes que gustan de este romántico género musical al conocerlo a través de ellos, lo cual puede verse en sus presentaciones, a las que acuden familias completas para disfrutar de sus canciones. Los hermanos Miranda son: Verónica, Laura Liliana, Cecilia y Héctor (Fig. 3). Héctor Emilio Miranda toca el piano, es
arreglista y toca la percusión, así como la guitarra; Cecilia Miranda toca el guitaFig. 3. Los Miranda en el Centro Cultural Teopanzolco, Cuernavaca, Morelos. Foto, Laura Nieto H.
rrón, la guitarra y el bajo; Laura Liliana Miranda es requintista, percusionista y guitarrista; y Verónica Miranda es com-
positora guitarrista y percusionista. Cabe destacar, que a sus cortas edades (ninguno pasa los veinte años), han recibido varios e importantes premios, galardones y reconocimientos5:
5 Comunicación verbal, entrevista a Los Miranda realizada por Ivon Cristina Encinas Hernández y Maribel Magnolia Martínez Hernández en la Ciudad de México el 12 de febrero de 2022.
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El reconocimiento Ray Tico «Por los que luchan por ser y estar», presea otorgada por Costa Rica el 18 de agosto de 2021, y entregada
en la Ciudad de México (Fig. 4).
El Consejo Directivo de Producciones y Representaciones Navarro les dio el galardón El Requinto de Oro de Armando Navarro y sus Dandy´s el pasado 15 de diciembre, 2021 por su destacada trayectoria Profesional del Mundo artísti-
Fig. 4. Los Miranda recibiendo el premio Ray Tico en el Hotel Fiesta Americana Reforma, Ciudad de México. Foto Laura Nieto,
co en la Radio y Televisión Internacional.
De manos del periodista Javier
Castelazo recibieron la distinción «Grandes Valores» en febrero del
ron nuevamente el 18 de marzo del
2020.
2022 bajo la dirección artística y produc-
El Festival Mundial del Bolero, desde
ción general del pianista, cantante, pro-
2017, les ha otorgado un reconocimiento
ductor y promotor cultural Rodrigo de la
cada año por su participación.
Cadena, junto con el director musical de
Además de los galardones antes men-
instrumentación y arreglos Abraham Ba-
cionados, recientemente participaron en
rrera, reviviendo así el homenaje al Fes-
el Festival OTI con un concierto cele-
tival de la Canción de la Organización
brando el 50 Aniversario de este evento,
de la Televisión Iberoamericana (OTI) y
el pasado 20 de febrero, y se presenta-
rememorando las grandes piezas musi-
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Los boleros como parte del folklore mexicano...
cales que se popularizaron durante toda
nar tus facetas de madre y manager, y
la historia del certamen.
cuál sería la diferencia entre cada una?
Los Miranda son conocidos como un fa-
-LN: La verdad es que la vida te va
moso cuarteto mexicano; sin embargo,
guiando, te va poniendo las circunstan-
hablamos en realidad de cinco integran-
cias para comenzar a asumir un nuevo
tes, ya que al frente de este talentoso
rol, aun cuando no tengas la experien-
grupo de jóvenes hermanos está una
cia.
gran mujer, Laura Nieto, con quien comenzamos esta entrevista:
Verónica Miranda: Inigualable voz que une fuerza y sentimiento.
Laura Nieto: La gran mujer, guía y
-IE: Vero, ¿qué bolero es el que más te
madre de Los Miranda.
representa y por qué?
-IE: Laura, ¿cómo fue que decidieron
-VM: Mi bolero favorito es «Una semana
formar el cuarteto de Los Miranda?
sin ti», del maestro Vicente Garrido, en
-LN: Gracias al interés de mi esposo por
la versión de nuestro padrino Rodrigo
el crecimiento musical de cada uno de
De La Cadena, el cual dice:
nuestros hijos y por su curiosidad de fu-
Cuanta falta me has hecho estas
sionar tres voces femeninas con una
noches
masculina, creando un cuarteto como
de espera incesante.
los grandes, tomando como ejemplo a
Cuantas cosas se pierden en una
«Los Hermanos Castro», el «Cuarteto
semana sin ti
Armónico» y el cuarteto «Los Cuatro soles». A ello, cabe agregar el anhelo de
Me identifico con él ya que es la canción
ver a sus hijos juntos cumpliendo el sue-
que más me hace sentir amor, ilusión y
ño de la música.
melancolía a la vez.
-MM: Laura, ¿Cómo has logrado combi-
-MM: Vero, ¿A qué artista le darías tus
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composiciones a interpretar y por qué?
requintear con la guitarra de mi papá
-VM: Primeramente, me gustaría mucho
Héctor Miranda, era complicado porque
compartir y estrenar varias de mis can-
era muy grande para mí. Recuerdo que
ciones con mis hermanos y darles un
cuando cumplí 8 mi papá llegó de un
giro para adaptarlas al estilo único de
viaje y me regaló mi primer requinto. Me
Los Miranda. Me encantaría darles algu-
hacía mucha ilusión ser como mi madri-
nas de mis canciones a diferentes artis-
na Miriam Núñez, una requintante yuca-
tas mujeres como: Ángela Aguilar, Nata-
teca que me inspiró a tocar este maravi-
lia Lafourcade, Mon Laferte, Kany Gar-
lloso instrumento.
cía, Renee, Ha-Ash, Silvana Estrada,
El requinto es mi más grande amor, él
Majo Aguilar, Paloma San Basilio, Ale-
siempre ha estado desde que tengo me-
jandra Avalos y Carolina Ross, entre
moria o incluso antes para curar mis he-
otras. Amo y respeto a estas mujeres
ridas y acompañarme a cumplir mis sue-
desde niña y valoro mucho el arduo tra-
ños. Cada que toco sus cuerdas lo hago
bajo de las artistas (cantantes y cantau-
con dulzura, con delicadeza, feminidad e
toras) que están haciendo historia en el
ilusión. Estoy muy orgullosa de ser una
gremio artístico, ya que ahora sé lo difícil
de las pocas mujeres requintistas en
que es.
México y el mundo. -MM: Lili, ¿Cuál fue el primer Instrumen-
Laura Liliana Miranda: Las manos
to Musical que tu padre te enseñó y có-
más tiernas que hemos visto tocar un
mo asignó tu voz?
requinto y una guitarra.
-LLM: Fue la guitarra, primero me ense-
-IE: Lili, ¿desde qué edad aprendiste a
ñó todos los tonos, las cuerdas y los rit-
tocar el requinto y qué representa para ti
mos. Él siempre supo que yo era la indi-
este instrumento?
cada para comenzar siendo la primera
-LLM: Tenía 7 años cuando comencé a
voz del grupo. Me ponía a escuchar y
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Los boleros como parte del folklore mexicano...
aprenderme la melodía, él siempre supo
de y así fue. Al grabar el programa pare-
de una manera inexplicable lo que mejor
ciera que nos entregó al maestro Rodri-
nos quedaría en cuanto a voces e instru-
go De La Cadena para continuar con lo
mentos. Nos asignó de una manera im-
que él había comenzado. Y no se equi-
presionante lo ideal a cada uno. Estoy
vocó al escoger mejor mentor para con-
eternamente agradecida con él por la
tinuar con este sueño. Esa fue la última
herencia que me dejó, por mi voz y por
ocasión en la que cantamos con nuestro
mi requinto.
papá. -MM: Si les dedicaras un Bolero a tus
Cecilia Miranda: Alegre mirada y her-
padres y hermanos, ¿cuál sería y por
mosa sonrisa que hace que sus vo-
qué?
ces toquen nuestro corazón.
-CM: Uno de los Tríos que más disfrutá-
-IE: Ceci, ¿cuál ha sido para ti el con-
bamos en familia era Las Sombras; re-
cierto o presentación más importante y
cuerdo que, por las noches en la hora
por qué?
de la cena, nuestro papá ponía su disco
-CM: Nuestra actuación más importante
favorito y una de las canciones que to-
y con más significado sentimental sin
dos disfrutábamos mucho y cantábamos
duda alguna fue el 19 de junio del 2018.
todos a voces era “Solo Invierno”. Esta
Ese día sería nuestro debut televisivo en
canción de Raúl Neri y Enrique Cáceres
el programa Noche, boleros y son.
era privilegiada para todos nosotros y en
Nuestros nervios eran muy grandes al
este momento, después de todo lo que
saber que saldríamos en televisión na-
ha pasado y ahora que nuestro papá
cional y nuestro papá estaba muy ilusio-
nos falta, toma un sentido muy significa-
nado y con muchas esperanzas de que
tivo para todos. Dice así:
la grabación del programa de Canal On-
Pero espero que vuelvas a mí
ce fuera el comienzo de algo más gran-
y ese sueño poder realizar
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y tus labios que tanto anhelé
bana. Otros espacios artísticos que me
besarlos más.
encantarían son el teatro Opera Garnier,
Solo así volveré a percibir
situado en París, y el teatro Opera Na-
la fragancia sutil de vivir
cional de Corea, ambos serían una gran
y ya nada podrá ensombrecer
satisfacción para mí. Y algo que nos ilu-
nuestra felicidad.
siona mucho es tener nuestro propio show en Las Vegas. Sin duda seguire-
Héctor Miranda: Talento, perfeccio-
mos trabajando para cumplir todos estos
nismo y carisma sin igual.
sueños.
-IE: Héctor, ¿por qué crees tú que los boleros les gustan hoy en día a muchos
Agradecemos la disponibilidad de la fa-
jóvenes como tú?
milia Miranda para la realización de la
-HM: Pienso que influye el que tengan
entrevista presentada.
alma vieja. Además, el concepto vintage se ha puesto de moda y gracias a eso
Bibliografía
los jóvenes nos hemos encontrado con
De Orellana, Margarita 2010 «Partituras de la memoria» en Artes de México, Música de la Independencia a la Revolución, Revista -libro bimestral, N°97, marzo, México, Artes de México y del Mundo, S. A. de C. V. Pp. 6-7.
muchos boleros que satisficieron nuestro lado romántico y nuestro sentir. -MM: Héctor, ¿A qué países y escenarios te gustaría llegar con los Miranda
Canal Once 2020 Noche, boleros y son-Los Miranda, transmitido el 5 de enero, México, de Video de YouTube, Disponible en: https://www.youtube.com/watch? v=dBOQWcH5HgY, consultado el 25 de febrero de 2022.
para seguir conquistando más corazones boleristas? -HM: Primeramente, me gustaría llegar al teatro nacional de Cuba y, aunque no es un escenario musical, nos encantaría presentarnos en el Capitolio de La Ha-
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Los boleros como parte del folklore mexicano...
Garrido, Juan S. 1974 Historia de la música popular en México (1896-1973), México, Editorial Extemporáneos, S. A. Herrera Alpuche, Ernesto 2006 / 2007 «Guty Cárdenas Pinelo. Cincuentenario Luctuoso» en Revista de la Universidad Autónoma de Yucatán, N°239-240, Pp. 44-61. México, disponible en: https:// www.revistauniversitaria.uady.mx/ pdf/239-40/ru239-407, consultado el 19 de febrero de 2022. Saldívar, Gabriel 1934 Historia de la música en México, México Editorial Cultura/SEP – Publicaciones del Departamento de Bellas Artes. Tapia Tovar, Evangelina 2007 «Música e identidad latinoamericana: el caso del bolero» en XXVI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología. Guadalajara, México, Asociación Latinoamericana de Sociología. Disponible en: https://cdsa.aacademica.org/000066/967.pdf?view, consultado el 26 de febrero de 2022. Verti, Sebastián 1991 Tradiciones Mexicanas, México, Editorial Diana.
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