Antilha
REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA, ARTE Y LITERATURA
Año 1
N°2
Mayo-Agosto 2012
2
Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
Editores
El contenido de los artículos y opiniones ex-
América Malbrán Porto
presadas en Antilha son responsabilidad
Enrique Méndez Torres
exclusiva de sus autores. Antilha es una publicación cuatrimestral edi-
Diseño editorial
tada y publicada por el Centro de Estudios
América Malbrán Porto
Sociales y Universitarios Americanos S.C.
Asistencia e investigación Arleen Olvera Berber Certificado de reserva de derecho al uso exclusivo del título, Dirección General de Derechos de Autor, Secretaría de Educación Pública, número ( en trámite ) . Certificados de licitud de título y de contenido, Comisión Certificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación, números ( en trámite ) , ISSN ( e n trámite ) .
Portada, cenefa y viñeta: Detalle, Fresco Virgen Inmaculada, monasterio de San Juan el Bautista, Yecapixtla, Morelos. Foto. América Malbrán Porto. 3
Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
Comité Editorial Dr. Jorge Angulo Villaseñor
DEA-INAH, México.
Dra. María Elena Ruiz Gallut
IIE-UNAM, México.
Dr. Enrique Tovar Esquivel
INAH, México.
Dra. Lourdes Budar Jiménez
Universidad Veracruzana, México
Dr. Daniel Schávelzon
CAU-UBA, Argentina
Dra. Ana Igareta
UNLP, Argentina.
Mtra. América Malbrán Porto
FFyL-UNAM, México.
Mtro. Alfredo Feria Cuevas
INAH-México.
Lic. Alejandra Gómez Colorado
INAH, México.
Lic. Enrique Méndez Torres
ENAH, México.
4
Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
CONTENIDO P. 7
Editorial
El imaginario de lo prehispánico: el origen de las falsificaciones de Tlatelolco
P. 9
Daniel Schávelzon
La presencia del Salomonismo en el Templo de San Ángel; Distrito Federal
P. 21
José Alejandro Vega Torres
Rostros con patologías, su relación con Nanahuatzin, Xólotl y el juego de pelota Hugo Herrera Torres
P. 40
Ubicándose entre montañas y valles zoques de Chiapas Enrique Méndez Torres
P. 65
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Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA
EDITORIAL
E
n este segundo número tenemos el gusto de abrir Antilha con un artículo del doctor Daniel Schávelzon quien nos amplia los conocimientos sobre la elaboración de piezas, que han pasado por auténticas, en un mercado en el que, de
alguna manera, fueron solicitadas en el siglo XIX. Ejemplo que nos sirve para tocar un punto medular sobre la falsificación de piezas, problema que perdura hasta nuestros días.
José Alejandro Vega Torres nos relata cómo en algunas iglesias el estilo Salomónico permeó sobre un sector poblacional e influyó en la creación de bellos elementos decorativos en algunas iglesias de la República Mexicana, destacando el Templo de San Ángel.
Hugo Herrera Torres hace un recuento de piezas arqueológicas de distintas culturas mesoamericanas, desde el Preclásico hasta el Posclásico, en las que se resaltaron ciertas patologías y que no pertenecen a un error del escultor, sino más bien se presentan como antecedente de Nanahuatzin, dios buboso y contrahecho, mencionado en la leyenda sobre la creación del Quinto Sol y con Xolotl, dios protector del juego de pelota
Cierra este número Enrique Méndez Torres, con un texto sobre la apropiación y conocimiento del paisaje por el hombre y cómo lo ha utilizado para distintas necesidades, ya sean sacras o para la obtención de satisfactores primarios o secundarios, donde lo importante para los pobladores es elaborar mapas mentales para ir conociendo su territorio.
Les recordamos, estimados lectores, que Antilha pretende ser un espacio de difusión científico abierto a comentarios y críticas. De este modo, en Antilha, tratamos de rescatar las discusiones que nos auxilian en el crecimiento del conocimiento científico.
Los Editores 7
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EL IMAGINARIO DE LO PREHISPÁNICO: EL ORIGEN DE LAS FALSIFICACIONES DE TLATELOLCO Daniel Schávelzon1
E
l tema de las falsificaciones de objetos arqueológicos en México tiene una larga historia y mucho se ha publicado, pero poco se ha aclarado. Un avance fue cuando se pudo comenzar a entender el fenómeno ya no solamente como un tema policial, de
engaño con espíritu de ganar dinero, si no como un tema cultural mucho más complejo. Y quizás el mejor caso de estudio sean las llamadas Cerámicas de Tlatelolco, piezas que en el siglo XIX inundaron los museos y generaron discusiones interminables en tiempos en que se hacía arqueología desde un escritorio, no en el campo. La discusión más reciente fue cuando las adscribimos al siglo XVIII y no al XIX como se había establecido (Schávelzon, 2009). Hoy, tantos años más tarde de que fueran realizados, ya son objetos que forman parte de la historia del arte mexicano. Cuando Felipe Solís publicó en 1996 su estudio de las cerámicas, que aun estaban guardadas en el Museo Nacional de Antropología, parecía que el tema estaba saldado (Solís, 1996:54-55) y con ello parecía cerrarse un viejo debate sobre un conjunto cerámico que había engañado a demasiadas personas por mucho tiempo (Fig.1). Hoy, por suerte, podemos agregar a eso algunas nuevas ideas: 1) eran copias de productos europeos de su tiempo, 2) la difusión que tuvieron estas cerámicas fue muy grande debido no tan sólo a su calidad si no a que representaban lo que el imaginario necesitaba sobre la cultura prehispánica y 3) no necesariamente se iniciaron como falsificaciones; creo que no tuvieron por intención engañar a nadie ni eran un producto generado por el mercado de antigüedades. De ahí su gran éxito. En 1861 se escribió en México el primer libro de historia del arte de toda América Latina. En él hay un diálogo más que delicioso haya sido verdad o ficción, su autor José Bernardo Couto denunció la existencia de “supercherías” –tal fue el término que usó–, y aunque fuese en la pintura colonial al menos abría el tema de lo verdadero y lo que no lo era. No se tardó mucho en comenzar a distinguir también lo falso de lo auténtico en los objetos prehispánico; Positivis-
Director del Centro de Arqueología Urbana. Instituto de Arte Americano "Mario J. Buschiazzo". Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismos, UBA. Buenos Aires, Argentina. Director del Área de Arqueología Urbana, Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. 9
mo Científico por medio, profesionalización de arqueología y trabajo de campo en lugar de discutir tras los escritorios, fueron motivos que hicieron que mucha tinta corriera sobre el tema antes de 1900. Lo que siempre resultaba un atolladero era el ver que había objetos que no se hacían solamente por mero afán monetario (Couto, 1979:31), que los motivos eran múltiples y que a veces era imposible saber con certeza si eran o no copias ya que entraban perfectamente en los parámetros con que era entendido el mundo prehispánico (Schávelzon, Óp.cit.). Obviamente no hablamos de cerámicas burdas si no de las que engañaban hasta al mejor especialista, al final de cuentas en las portadas que hizo el Conde Waldeck para el
Fig.1. Vasija de Tlatelolco en el Museo Nacional de Antropología. Tomado de Arqueología Mexicana, Nº 21, 1996
Museo Nacional, las había, y eso era muy temprano en el siglo XIX y sin duda no existía aun un mercado de antigüedades esta-
ciendo objetos por mucho tiempo y lo siguen
blecido aunque sí había piezas circulando
haciendo. Y eso llevó a escándalos como la
desde años antes que no eran auténticas
exhibición de ladrillos estampados en la Expo-
que le llegaron a Dupaix y Castañeda. Eso
sición Colombiana en España en 1892 por
nos lleva a la pregunta ¿eran engañados o
parte del Estado Mexicano y a tantas situacio-
es que no se podía hacer esa división tajan-
nes difíciles de resolver. Incluyendo coleccio-
te entre cerámica prehispánica y falsa? Hoy
nes con objetos falsos entremezclados que,
la respuesta puede ser obvia porque la con-
por el peso que tiene la antigüedad en que
tinuidad cultural es un tema conocido y en-
fueron adquiridas -a veces se remontan a
tendemos la complejidad del proceso de la
1860- confundieron y siguen confundiendo a
conquista y la colonia, pero en 1900 ni si-
los especialistas (Paso y Troncoso, 1892;
quiera se imaginaban estos problemas inte-
Chavero y Baranda, 1892). Ya se han denun-
lectuales (Benson y Boone, 1982), respecto
ciado incensarios de Oaxaca obviamente fal-
a que los grupos indígenas siguieron produ-
sos y que fueron tomados como verdaderos 10
hace sólo un par de años y hasta servían
cia de estos productos en una época du-
para autenticar otros, y máscaras de piedra
rante la cual no sabíamos que existían
mexica que, o son todas buenas o todas
compradores en esas cantidades.
falsas (Mogne, 1987).
¿Había en ese momento tanta gente que quisiera comprar cerámicas antiguas? No, sin
Las cerámicas de Tlatelolco
duda no lo había, más allá de algún curioso
En el barrio de Tlatelolco hubo desde tiem-
anticuario y un par de viajeros al año. Pese a
pos prehispánicos artesanos ceramistas. No
eso las portadas de muchos libros las incluye-
sabemos si el impacto de la Conquista y la
ron en elegantes láminas tratando de mostrar
destrucción de la ciudad los exterminó o si
el patrimonio del Museo Nacional; Antonio
siguieron trabajando, pero eso parece lo
García Cubas introdujo varias en su obra mo-
más probable. Esa cerámica fue, lentamen-
numental de 1885 (García Cubas, 1885. Véa-
te, adaptándose a modelos europeos, cam-
se la “Carta histórica y arqueológica”), José
biando, agregando y quitando en función del
Francisco Ramírez (1955-56) y Alfredo Chave-
mercado local o regional; no creemos que
ro (Chavero, 1981) hicieron lo mismo mostran-
intentaban engañar, simplemente hacían lo
do un despliegue de piezas del Museo, una de
que creían correcto, con su estética y que
las cuales es una pipa y otra una absurda re-
era al gusto de la época. En algún momento
gadera con flores, en algunas láminas aparece
del siglo XVIII comenzaron a hacerse unas
junto a un silbato también absurdo (Fig.2).
vasijas de cerámica negra y naranja que se
Fueron a todas las colecciones del país y aun
caracterizaban por incluir fragmentos de ob-
permanecen en varias de ellas, públicas y pri-
jetos prehispánicos, en especial caras de
vadas. ¿Por qué esas cerámicas y no tantas
figurillas rotas, a los que se les agregaba
otras falsificaciones engañaron tan bien pese
glifos en relieve, rostros modelados, ser-
a ser extremadamente contrahechas a todo lo
pientes, animales y hasta forma chinescas u
prehispánico? Como falsificaciones son pési-
orientales. En el siglo XIX, esta producción
mas, no se asemejan a nada, la única explica-
creció en forma geométrica se compró como
ción que tenemos es que era exactamente lo
prehispánica ya que qué otra iba a ser-, y
que se esperaba que fuera la cerámica pre-
entró por docenas al Museo Nacional, don-
hispánica para la sociedad de su tiempo que
de hubo piezas que representaban pago-
comenzaba a apreciarla en el espíritu de su
das. Si fueron hechas con la intención de
tiempo: barroca, sofisticada, compleja, apabu-
falsificar en época tan temprana son más
llante, con muchos símbolos incomprensibles.
que importantes, pues muestran la existen-
Esas cerámicas hablan más del gusto y las 11
Fig. 2. Peculiar regadera para flores hecha en Tlatelolco, ilustrada por Antonio García Cubas en 1885 entre los mejores objetos del Museo Nacional
expectativas de los compradores que del de
glos al juzgar por las incrustaciones que tiene
los fabricantes. Y por eso podemos hoy se-
en su superficie (Ibíd.: 116).
parar las más antiguas, abarrocadas, llenas
Las cosas cambiaron en la segunda mitad del
de imaginación, de las tardías que simple-
siglo XIX y por eso se asocia a veces su inicio
mente imitan objetos mexicas, figuras ma-
a la llegada de la Comisión Francesa, que
yoides o incluso maceteros españoles. Unas
viajó en 1861 y con la que nació la arqueolog-
fueron creaciones, las otras simples copias.
ía como ciencia (Schávelzon, 1994 y 2003).
Y en el caso de Chavero es obvio que sus
Se creyó que ese flujo de interesados au-
dibujantes eran pésimos, salvo en las lámi-
mentó la demanda, no había otra explicación
nas de color, pero hay cosas que van más
si creemos ciegamente que los productos cul-
allá de la imaginación como una vasija de
turales son resultado de las demandas del
Teotihuacan que es de las de Tlatelolco
mercado; pero la Misión duró tan poco que no
(Ibíd.: 271), y otra que es una posible vasija
cambiaba un lento proceso de la fabricación
romana o fenicia sobre un pedestal del
cerámica proveniente desde otra ciudad. En
“estilo tlatelolquense”. Incluso esa estilizada
un libro de 1909 sobre falsificaciones hecho
vasija fue sacada del mar tras muchos si-
por Leopoldo Batres, que luego analizamos, 12
se fecha también esas cerámicas en el siglo XVIII
y la mayor parte de las que ilustra son
de la colección del Museo Nacional. Así fue común verlas en libros medio siglo más tarde y Désiré Charnay lo aseveraba en 1887 2 (Charnay, 1887) (Fig.3). En su correspondencia con Holmes sobre el tema el coleccionista Enri Boban admitió que fue engañado muchas veces, señalaba a un señor Bobadilla como el artífice mayor de esa cerámica (MacLaren Walsh, 2006: 20-25; 2005:1 -18 y 1997). La realidad es que desde el Trocadero hasta el Smithsonian fueron engañados y nada circuló más que esas vasijas inocentes pero cargadas de connotaciones de su tiempo. Ponían en evidencia, en el nacimiento de la arqueología científica, que no se podía creer en nada que no fuera lo que uno mismo excavara, lo que no era
Fig. 3. Posible botija romana sobre una base de Tlatelolco, publicada por Chavero a fines del siglo XIX.
poca cosa. Por suerte aún se conservan varias de estas
produjo una reacción bastante rápida. Todo
piezas en la bodega del Museo Nacional de
comenzó con el casamiento de William Hol-
Antropología porque permiten reflexionar
mes, un joven geólogo, naturalista y eximio
sobre cómo era concebido el mundo pre-
dibujante, que decidió viajar a México de luna
hispánico en el siglo XVIII e inicio del XIX y
de miel en 1884. Allí, en el tiempo que le so-
como lo siguió siendo por mucho tiempo
braba, hizo importantes observaciones arque-
más.
ológicas –entre ellas inició la estratigrafía en América– y visitó muchas veces el Museo Na-
El descubrimiento
cional (Holmes, 1885:170-172;
1889
y
La respuesta desde el campo científico in-
1916:287 y 288). De inmediato notó que había
ternacional a la presencia masiva de lo falso
diferencias entre los fragmentos de cerámica que encontraba al excavar y lo que veía en las
2.Carlos Pereyra publicó una enorme pieza como “Jarra de Teotihuacan”, en Historia de la América Española, Madrid, Editorial Calleja, 1936.
vitrinas: cerámicas negras de Tlatelolco con 13
relieves impactantes; esculturas en mármol,
En 1886 un artículo publicado en la revista
complejas ornamentaciones e influencias
Science denunció, a página completa, un frau-
chinas y egipcias; objetos de diverso tipo
de proveniente de México: una monumental
que de modo evidente estaban inspirados
pieza cerámica del Museum of American In-
en el arte europeo o asiático (Fig.4). Esto lo
dian que estaba en exhibición, algo excepcio-
llevó a publicar un primer estudio titulado A
nal por su metro de altura, con molduras y de-
trade in spurious mexican antiquities (1885),
talles
que abrió realmente el tema, con especial
1886:403-404). Al verla hoy nos parece absur-
énfasis en lo proveniente de Teotihuacan.
do que alguien haya pensado que eso podría
Más tarde haría una contribución sustancial
ser prehispánico: tenía base de tambor chino,
titulada On some spurious mexican antiqui-
cuatro patas que sostenían una vasija globu-
ties and their relation to ancient art (1889),
lar; en la tapa una docena de máscaras y una
en la que por primera vez se ofrecía un in-
exótica manija transversal superior. Pero es
ventario de objetos falsos y rastreaba su
evidente que muchos creyeron en su autentici-
origen. Completó su obra con notas sobre el
dad porque fue comprada por una institución
mismo tipo de objetos en Guatemala (ídem).
seria y la única forma de evitarlo fue denun-
inusitados
y
perfectos
(Gratapac,
ciándolo en público; el autor del texto tuvo que analizar cada detalle para demostrarlo cosa que hoy nos parece sin sentido ya que la pieza no resiste el menor examen. Pero además de entender que nuestra mirada sobre los objetos del pasado cambia a lo largo del tiempo, la pregunta es: ¿de qué se trataba? ¿Por qué engañaban estas piezas una y otra vez? No eran urnas zapotecas de las que mezcladas y bien hechas podían pasar, era algo absolutamente diferente a todo. En 1893 un periódico anunciaba que el Museo Nacional había retirado “una multitud de ídolos y objetos de barro que se exhibían” por ser considerados falsos Fig.4. Vasija de cerámica roja de Tlatelolco con medallones y caras en el cuerpo, luego rota y pegada para aparentar antigüedad (Arqueología Mexicana no. 21, 1996).
(Lombardo de Ruiz, 1994:260), mostrando que el asunto era muy serio.
14
En 1909 Leopoldo Batres editó un libro so-
so vender a la Misión Francesa, entre ellos los
bre las falsificaciones hecho seguramente
de Tlatelolco los que se hicieron con la técnica
para vengarse de sus enemigos, mostrando
de hacer una vasija y pegarle objetos antiguos
que habían sido todos engañados, que él
que se desprendían apenas eran tocados
era el único que sabía identificar lo bueno y
(Figs.5 y 6). Otro aporte de su autor fue iden-
de esa manera consolidar su poder en la
tificar los lugares de procedencia de las falsifi-
estructura Porfirista (1909: 23 y 24). Pero el
caciones, en especial Oaxaca, Tlatelolco y
libro le vino muy bien a la ciencia y al patri-
Teotihuacán, el mostrar moldes y hornos, ma-
monio ya que la lucha de Batres era básica-
teriales y técnicas. Pero Batres notaba que no
mente la de obligar a los arqueólogos ex-
todo era igual: existían los que intentaban en-
tranjeros a pedir autorizaciones para traba-
gañar y quienes hacían verdadera artesanía, a
jar; aunque él lo hiciera muy mal y sus ami-
los que él llamaba “imitadores” sin darle valor
gos peor, e incluso lo usaron para avalar
alguno. Según él, esto existía desde el siglo
ventas como las colecciones de Rickards y
XVI
de Sologuren, con falsificaciones que termi-
tos para llevar a España y Europa como re-
naron en el Museo Nacional o sirvió para
cuerdos, lo que dio origen a la producción de
autenticar cosas para sacarlas del país final-
Tlatelolco que según él continuó hasta cerca
mente (Sellen, 2000 y 2005).
de 1860. Demás está decir que esta explica-
En ese libro, en realidad un folleto grande,
ción no tiene sentido alguno. Lo que tampoco
llamado Antigüedades mejicanas (sic) falsifi-
vio es que entre el artesano y el coleccionista
cadas: falsificación y falsificadores (1909),
había surgido una nueva figura, el intermedia-
Batres incluyó una introducción y una canti-
rio (el “coyote”), que era quien ganaba dinero.
dad de fotografías de una larga serie de ob-
Los personajes involucrados en este intercam-
jetos y los moldes de los que provenían.
bio eran variados y por supuesto muy poco
Eran piezas de cerámica, obsidiana y todo
sabemos de ellos. Para finales del siglo XIX
tipo de metales. Hoy constituye una joya
había quienes recorrían los sitios de produc-
bibliográfica a pesar de que no aparecen
ción y luego vendían a los coleccionistas en
nombres propios y se usan rodeos tales co-
un mercado informal personalizado. De quie-
mo “un conocido arqueólogo de una univer-
nes sí sabemos algo es de algunos grandes
sidad de Washington” para citar a Holmes
coleccionistas que adquirieron esas piezas
(Ibid.:12.). Presenta una historia que se ini-
para luego venderlas a los museos de Estados
cia con los objetos llevados por el cónsul
Unidos y Europa, lo que dejó sus nombres re-
Hamy a Francia y sigue con lo que se le qui-
gistrados en el papel. 15
cuando los conquistadores quisieron obje-
gran parte del Americanismo europeo. Él mismo y sus alumnos hacían viajes constantes para adquirir, con grandes presupuestos, objetos arqueológicos y etnográficos. Su obra publicada es monumental y era un intelectual cuya integridad estaba fuera de duda, pero eso no implicó que fuera engañado una y otra vez por falta de conocimientos, por ingenuidad o por la sagacidad de quienes él consideraba inferiores. A ese museo llegaron docenas de objetos desde toda América que era falsos y cuya identificación llevó un siglo. La política de adquisición en lugar de la excavación se ponía Fig.5. Botijo español del siglo XVI en el Museo de América, Madrid Tomado de Codding 2006:121.
en crisis. Un ejemplo de esto fue la exposición en el Trocadero en 1878 en donde se expuso un vaso de Texcoco en el que nada faltaba:
Algunos lo hicieron sin saber lo que hacían;
había sido decorado con un Olimpo de indíge-
otros eran conscientes de que sus objetos
nas sin olvidar el gran sacerdote sentado, el
no eran verdaderos y los mezclaban con los
mono caminando y a Júpiter con su mitología.
que sí lo eran haciendo casi imposible iden-
“Este vaso tiene toda una historia que enseña
tificarlos ya que había obras falsas basadas
una vez más cuán verdadero es el axioma lati-
en verdaderas. En este caso recordemos a
no: Errare humanum est” (Batres, Op. Cit.:5).
Ernest Hamy, una de las mayores personali-
Los arqueólogos que quedaban atrapados en
dades del siglo XIX en Europa: un médico
medio de este maremágnum del que resultaba
que se interesó en la antropología física y
casi imposible salir, comenzaron a entender
fundó la Sociedad de Antropología en 1852.
que la única verdad era la que podían ver con
Años más tarde se dedicaría a organizar
sus propios ojos; la arqueología de escritorio
museos, exposiciones y colecciones, en-
estaba siendo reemplazada por la de campo,
viando misiones a los países coloniales, en
basada en nuevas formas de pensar y en me-
una actitud hoy deplorable pero muy digno
todologías diferentes a las anticuaristas ante-
de su tiempo: estudiar a aquellos considera-
riores.
dos inferiores. Su máxima creación fue el Museo del Trocadero, desde donde emanó 16
España, en su tomo 3 dedicado a la arqueología mexicana, incluyó una ilustración de página entera de una “Jarra de Teotihuacan” a la que no le faltaba el rostro de boca abierta, las serpientes como agarraderas y las figurillas pegadas (1925). Quizás no casualmente sea la misma que había publicado Chavero y alguien a quien no hemos logrado identificar hizo un nuevo grabado. No hemos encontrado ilustraciones más modernas aunque debe de haberlas, pero sí siguen en diversas colecciones y posiblemente sea así por mucho tiempo. Resulta interesante que haya una vasija casi idéntica a la de Chavero-Pereyra conservada en el Museo Nacional (Fig.7). Carlos Pereyra (1871-1942), aunque su nombre no suene ya en la arqueología fue un prolíFig. 6. Ánfora española de gran tamaño del siglo XVII en el Museo de América, Madrid. Tomado de Codding 2006:118.
fico historiador mexicano hijo del Porfiriato, que se enfrentó a los gobiernos de la Revolución por lo que se radicó en España produ-
¿Los últimos en publicarlas?
ciendo docenas de libros sobre historia de
Los libros como el de Chavero siguieron
México y América Latina. Llegó a ocupar un
editándose una y otra vez al infinito y repro-
sitial en la Academia Mexicana de la Historia,
duciendo estas cerámicas, pero cualquiera
es por eso que nos llama la atención el ilustrar
entiende que son libros históricos en sí mis-
el arte prehispánico de su propio país con una
mos que por diversos motivos siguieron en
pieza falsa, en ese momento tan tardío, lo que
uso. Creo que el último –aunque nunca
es más que desconocimiento (Consejo Supe-
existe el último- de los libros importantes
rior de Investigaciones Científicas, 1942). Pe-
que cayó en la trampa de la cerámica de
se a eso las seguimos viendo en colecciones
Tlatelolco fue el de Carlos Pereyra. En su
que aunque sean falsas en su mayor parte,
monumental Historia de la América Españo-
como la de los monstruos prehistóricos de
la, de ocho grandes volúmenes que hicieron
Julsrud en Chupícuaro y que se formó en ple-
escuela en su tiempo, publicada en 1925 en
no siglo XX, resulta interesante que hayan lo17
Fig. 6. Vasija falsa hecha en Tlatelolco figurando como de Teotihuacan en los libros de Chavero y Pereyra, a lo largo de dos siglos, nótese la similitud con la primera pieza ilustrada.
grado penetrar hasta allí y permanecer ex-
juego no es un simple problema técnico, es
hibidas las vasijas de Tlatelolco.
una visión del arte del pasado y finalmente de
Finalmente, creemos que los artesanos de
la importancia de esa historia en un momento
Tlatelolco
coyuntural en la construcción de la nacionali-
lograron
hacer
las
piezas
“prehispánicas” que los coleccionistas y
dad.
muesos querían, eran su ideal, lo que ellos imaginaban que debía ser. Realmente los anónimos artistas lograron su objetivo con creces. Con esas vasijas sucedía lo mismo que con las reliquias de los santos en el medioevo europeo, en que todos sabían que eran mentiras pero igualmente se seguía con su adoración (Geary, 1991). ¿Acaso España sigue sin poder aceptar que su Dama de Elche sea
seguramente falsa?
(Moffit, 1995). Obviamente lo que está en
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LA PRESENCIA DEL SALOMONISMO EN EL TEMPLO DE SAN ÁNGEL, DISTRITO FEDERAL José Alejandro Vega Torres
L
as posiciones teóricas alrededor de la arquitectura conventual del siglo XVI han sido varias y cada una privilegia diferentes aspectos; según lo menciona el investigador español Javier Gómez Martínez, existen tres posturas explicativas a saber:
En este sentido, tres han sido las teorías ofertadas. Las tres se suceden en el tiempo... La más temprana explica la morfología fortificada en tanto edificios concebidos por los españoles para defenderse de posibles sublevaciones protagonizadas por indios. La segunda, como parte de un repertorio decorativo que, eventualmente pudo cumplir una función mecánica. Y la más reciente, como materialización de valores simbólicos con matiz escatológico Gómez Martínez, 1997:15).
La teoría funcional-militarista Por razones de espacio, sólo mencionaremos que los defensores de la primera teoría que explica la morfología “militar” de estos conventos; fue enarbolada por Manuel G. Revilla (1892) en El arte de México en la época antigua y durante el gobierno virreinal y por Sylvetser Baxter (1934) en La arquitectura hispanocolonial en México; autores que propusieron el término arquitectura monástico militar por considerar que ésta era realmente su función. De esta forma, en 1927, Federico Gómez Orozco menciona que los conventos del siglo XVI presentaban diferencias de función arquitectónica y consideraba que estos conventos eran vastos y de gran fortaleza (Gómez Orozco, 1927:40 citado en Arciniega Ávila 1997:4). Ya antes, al caracterizar el convento de Acolman, José Montes en 1921, diría los siguiente de los elementos arquitectónicos de los conventos del XVI: “...recinto fortificado en medio de la desnudez del campo...una fortaleza” (Montes, 1929: 23. Citado por Arciniega Ávila, ibíd.: 5). Hacia los años de la década de 1930, Jorge Enciso, nuevamente al observar unidades conventuales como Acolman, piensa en las características de los elementos arquitectónicos de estos edificios: “A Jorge Enciso el aspecto del edificio no sólo le sugirió la idea de una fortaleza sino que le pareció consecuente Arqueólogo por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y Maestro en historia del arte por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Docente de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Catedra77@ yahoo.com.mx 21
con la sensación de inseguridad que los
sión fundamental es que el aspecto fortificado
otomís causaban a los conquistadores es-
de los conventos novohispanos obedece pri-
pañoles.....” (Arciniega Ávila, ibíd.: 5). Para
mordialmente
Manuel Toussaint los conventos del siglo
va...” (Gómez Martínez, op.cit: 18).
XVI eran fortalezas similares a las medieva-
Así mismo; Luis Mac Gregor seguiría esta pro-
les en donde la influencia indígena se en-
puesta de Kubler en su obra sobre Actopan
contraba en ciertas estilizaciones como en
(1955) agregando que ciertos elementos ar-
las almenas que para él eran representacio-
quitectónicos sólo sirven para establecer equi-
nes de filas de cactus (Toussaint, 1935:65-
librio y permanencia estructural de los compo-
66, citado por Arciniega Ávila ibíd.:6). En
nentes de este edificio; sin embargo, en Mac
1947, Pablo C Gante remarcaría nuevamen-
Gregor ya cabe una incipiente explicación
te que los conventos del siglo XVI eran ver-
simbólica de esta arquitectura:
daderas fortalezas militares; esto a juzgar
A la vista del convento de Actopan suscribe la
por sus componentes arquitectónicos:
lectura decorativa de los detalles militares; en-
a
una
finalidad
decorati-
…llamamos a esta arquitectura monásti-
fatiza la vertiente funcional indicada por Kubler
ca porque sólo se aplica a las iglesias y
introduciendo la apreciación mecánica que les
conventos de órdenes religiosas… y mili-
cabe a las almenas y garitones como pesos
tar, porque presenta muchos aspectos de
verticales que contrarrestan las fuerzas diago-
las obras medievales de fortificación. El
nales originadas por las bóvedas y añade un
carácter militar de estas construcciones
papel coercitivo, mezcla de aviso y amenaza a
era una necesidad para poder resistir po-
los indios (Ibíd.:18).
sibles ataques de los recién sojuzga-
Cabe destacar que Mac Gregor ya habla de la
dos…
morfología de estos conventos como símbolo (Gante, 1947:51-59)
del poder estatal español y como forma de intimidación hacia el indígena. Sin embargo, este
La teoría funcional - decorativa
autor comenzó a observar que las construccio-
Para los años cuarenta es George Kubler
nes conventuales y sus elementos arquitectó-
quien trata de dar una explicación novedosa
nicos no tenían ese sentido defensivo que
al “aspecto militar” de estos establecimien-
otros proponían: “almenas… estos remates
tos religiosos; tanto en su texto Mexican Ur-
llenan una función mecánica... Pero también
banism (1942) como en su reconocida obra
cumplen una función sugestiva y otra orna-
Arquitectura Mexicana del siglo XVI (1982),
mental… No creo que hayan sido erigidas con
el autor concluye lo siguiente: “La conclu-
fines defensivos: ni su distribución, ni su dis22
posición, ni sus dimensiones se prestan a
tre los autores que apoyan esta posición están
ello...” (Mac Gregor, 1955: 65-66).
en primer lugar el Santiago Sebastián (1973)
Posteriormente el arquitecto Carlos Chanfón
quien ve la idea de la Jerusalén Celeste en la
Olmos; se suma a la idea de que estos con-
portada norte del convento de Huexotzingo;
ventos del siglo XVI, sean fortalezas milita-
así mismo esta misma idea es seguida por
res o defensivas. Analizando cada uno de
Ana Luisa Sohn Raeber: “la aplicó al convento
los elementos arquitectónicos como pasos
agustino de Atotonoilco el Grande, cuya igle-
de ronda, merlones y garitones, concluye
sia fortificada pasa a convertirse en “castillo de
que estos elementos no servían ni de mane-
Dios” y de su milicia espiritual...” (Ibíd: 21). Así
ra mínima para defender:
mismo, Elena I. Estrada de Gerlero (1986) ya
Para la segunda mitad del siglo XVI, épo-
ha comentado acerca del concepto de fortale-
ca en que se construyeron los conventos
za espiritual y de la Jerusalén Celeste vistos
mendicantes novohispanos, nadie cons-
en distintas dependencias conventuales como
truía fortificaciones con almenas del siglo
es el caso de Huexotzingo. No debemos olvi-
XIII, que resultaban inútiles ante el fuego
dar los trabajos de la Martha Fernández quien
de artillería.....El error táctico que su-
también ha dado suficientes luces en la inter-
pondría los conventos fortaleza, no es
pretación de estos espacios arquitectónicos-
admisible en un momento histórico en
religiosos como analogías del Templo de Sa-
que España era la primera potencia mili-
lomón y de la Jersusalén Celeste en diversas
tar mundial (Chanfón Olmos, 1992:61).
obras suyas como es La imagen del Templo
Chanfón concluye que algunos elementos,
de Jerusalén en la Nueva España (2003). En
como las almenas, sólo tienen una mera
este libro en particular, la estudiosa propone
función decorativa que sirvieron para rom-
que los edificios religiosos siguen un patrón
per
arquitectónico común visto en su nave que se
la
monotonía
visual
del
edificio
(Ibíd.:64).
divide en tres secciones y que corresponde,
La teoría simbólica- salomonista
como veremos adelante, a la división tripartita
La última postura teórica a la cual ésta po-
que tuvo del Templo de Salomón.
nencia se adscribe, es la que privilegia la
en su nave que se divide en tres secciones y
forma de estos conventos como el reflejo de
que corresponde, como veremos adelante, a
las ideas milenaristas y como parte de las
la división tripartita que tuvo del Templo de
ideas paulinas de la iglesia militante; de esta
Salomón.
forma el convento y su iglesia se proponen
El presente tema tiene como finalidad mostrar
como prefigura de la Jerusalén Celeste; en-
dos aspectos del templo de San Ángel: 23
el primero de ellos es exponer, mediante la
velaron que sus habitantes eran en el tiempo
descripción de su conformación en planta
mucho más antiguos que los teotihuacanos y
del mismo templo, que este corresponde a
mexicas, civilizaciones hasta ese entonces
la división tripartita del templo salomónico,
identificadas
estudiado en otros templos novohispanos
“Culturas de los Cerros”;
por Martha Fernández. El segundo aspecto
monocroma y bícroma como también elabora-
es revelar que la fachada principal está ba-
ban figurillas femeninas decoradas al pastillaje
sada en alguna de las láminas del Tercer y
(Gamio, 1920).
cuarto libro De Arquitectura, de Sebastián
Durante el Posclásico Tardío sucedió que es-
Serlio (1988). No podríamos entender estos
tos pueblos tributaron desde Coyoacán como
aspectos sin la presencia y análisis de la
su cabecera política y administrativa, sus pro-
figura del posible diseñador de este templo;
ductos a los señores de México Tenochtitlán.
me refiero a Fray Andrés de San Miguel,
Sin embargo, con la conquista española, los
insigne fraile erudito que como se sabe era
de Coyoacán y los pueblos pertenecientes a
un conocedor de los tratados de arquitectu-
San Ángel, bajo el mando del noble indígena
ra estudiados en su tiempo. Por lo que el
Iztolinque, participaron en la conquista del
diseño tanto de la planta de San Ángel, co-
pueblo mexica ayudando a Cortés a su some-
mo de su fachada es posible que revele la
timiento. Como pago a su contribución a la
presencia de Andrés de San Miguel y así
lucha en contra de los mexicas, la Corona es-
mismo; que dicho templo es el reflejo de un
pañola, restituyó a éste noble indígena los te-
rico simbolismo depositado en él.
rritorios que le pertenecían; así mismo se le
arqueológicamente
como
poseían cerámica
dio nombre español, el de Don Juan de Antecedentes históricos de San Ángel
Guzmán y se le dio escudo de armas:
El actual barrio de San Ángel tiene antigua
Sin embargo, Iztolinque, se volvió contra
historia que contar, sabemos que su nombre
su pueblo y formó una alianza con Cortés,
en náhuatl era Tenanitla, que quiere decir
que quedó resentido con el pueblo azteca,
“junto a la muralla”; este lugar estaba con-
después de que vencieron en la guerra de
formado por pequeños pueblos de agriculto-
la Triple Alianza a su abuelo Maztlatzin,
res y artesanos que en tiempos prehispáni-
señor de Coyoacán, por tal motivo, Iztolin-
cos vivían en las zonas intermontanas del
que apoyó a los españoles en la conquista
Ajusco. Las excavaciones hechas a princi-
de México, además de que le salvó la vida
pios del siglo XX, dirigidas por don Manuel
a Cortés en la batalla de Cuahunáhuac,
Gamio en el barrio del Carmen en 1917, re-
gracias a la cual, recibió de regreso sus 24
tierras, y Cortés lo nombró Gobernador,
legio en 1613, el cual estaría bajo la advo-
en agradecimiento a su labor; Iztolinque
cación de san Ángelo Mártir. Siendo este el
fue rebautizado por la Iglesia Católica
primer paso para la fundación del convento
con el nombre de Don Juan de Guzmán,
del Carmen, el cual colindaba con el pueblo
recibió escudo de armas y la devolución
de Tenanitla… La obra estuvo a cargo de
de sus tierras quedaron confirmadas en
Fray Andrés de San Miguel e inició en
la real cédula expedida en Zaragoza por
1615… gran parte de los recursos fueron
el emperador Carlos V y la Reina Juana,
donados por Don Melchor de Cuéllar y por
en enero 6 de 1534 (Martínez González,
su
2009:106; también véase Ordorika, 1993:
(Toussaint, 1945:12)2.
27) . Se sabe que los primeros evangelizadores
esposa
Doña
Marina
de
Aguilar
En su testamento fechado el 17 de julio de 1631 dice:
en la zona de Coyoacán fueron los domini-
Y cumplido y pagado este mi testamento,
cos quienes fundaron convento en Coyo-
mandas y legados, y todo lo demás, que en
acán en 1529; pero es hasta 1535 que la
él se contiene, dejo y nombro por mi uni-
orden de los predicadores llegan a la región
versal heredero en todo lo remanente a mis
de Chimalistac y San Ángel fundado dos
bienes al convento y obra del Santo Desier-
iglesias: la de San Sebastián y la capilla de-
to de Nuestra Señora del Carmen, que está
dicada a Nuestra Señora del Rosario, esta
a cuatro leguas de esta ciudad de México,
última más tarde llamada, en 1580, capilla
del que soy patrón y fundador…(Clausula
de San Jacinto (Vid, Ordorika, ibíd.: 26).
principal del Testamento de Melchor de
Es hasta principios del siglo XVII que tene-
Cuéllar. Leg. 65-a, p.5, 2fs.ms, 7 de julio de
mos noticias de la presencia de los Carmeli-
1631.
tas en San Ángel:
Abundís Canales.).
ABNAH.
Paleografía
de
Jaime
A principios del siglo XVII, el gobernador
En Theatro Americano, José Antonio de Villa-
de Coyoacán, Don Felipe de Guzmán,
señor y Sánchez describe a San Ángel y su
vendió los terrenos de temaliztiaca… di-
convento de esta forma:
chos terrenos los adquirieron Don Andrés
A dos leguas de distancia al rumbo de suro-
de Sorogaista de Mondragón, cirujano y
este tiene la provincia otro convento en el
barbero del Santo Oficio, y su esposa
pueblo de San Ángel, muy capaz y de muy
Doña Elvira Gutiérrez, con el propósito de donarlos a los carmelitas descalzos para que ahí fundaran su convento y co-
2 Este autor nos da la fecha en la que estos terrenos fueron cedidos a los carmelitas y fue el día 21 de mayo de 1597. 25
bella fábrica, con el templo correspon-
vuelta en diversas dificultades; una de ellas
diente, fuerte, alegre y bien ordenado,
fue el naufragio de dicha nave cerca de las
dedicado a la Señora Santa Ana, y deba-
costas de Florida, de la cual salieron bien li-
jo de su presbiterio está una capilla que
brados. A diferencia de Báez que desmiente la
es el entierro de los religiosos, de bóveda
posibilidad que dicho acontecimiento difícil,
especial, en donde todos los días se ce-
hiciera que Andrés de Segura jurara entrar a
lebra el santo sacrificio de la misa en los
la orden carmelitana, sí salían bien librados de
cuatro alatares que tiene. Este colegio es
este trance; dice Toussaint al respecto: “En
para estudios de teología escolástica de
ese trance hizo voto de entrar en la orden re-
los religiosos… tiene una singular huerta
formada de Nuestra Señora del Carmen si se
por su grandeza y por lo exquisito de sus
salvaba…” (Toussaint, op.cit.:7). Después de
frutos…la que ayuda mucho a la manu-
varios intentos por regresar a México; Andrés
tención de la comunidad (Villaseñor y
de Segura profesa en la orden carmelitana en
Sánchez, 2005:738).
el año de 1598, según menciona Toussaint, aunque Martha Fernández
indica que este
Fray Andrés de San Miguel
hecho fue en el año de 1600, tomando los
Andrés de Segura de la Alacuña, como lo
hábitos al año siguiente (Fernández, 2008:87).
menciona Eduardo Báez, nació en Medina
Como menciona Toussaint, la importancia de
de Sidonia el año de 1577. Hijo de una nu-
Andrés de San Miguel radica en que es de los
merosa familia, desde temprana edad se vio
pocos arquitectos de los cuales se tienen sus
involucrado en los trabajos propios de los
escritos y disertaciones sobre diversas mate-
navíos que salían de Sevilla; punto de con-
rias, como la carpintería, la arquitectura o lo
tacto con la Nueva España. Desde muy jo-
que hoy llamaríamos la ingeniería hidráulica;
ven se vio involucrado con el estudio de ma-
perfilándose como uno de los arquitectos más
terias como las matemáticas (Báez Macías,
importantes durante el siglo XVII (Toussaint,
en Obras de fray Andrés de San Miguel
op.cit:5). Dice Martha Fernández sobre estos
1969:13). Así mismo,
escritos:
menciona Manuel
Toussaint que Andrés de Segura partió de
…Hacia el año de 1630, Fray Andrés co-
España rumbo a México, saliendo de la na-
menzó la redacción de un manuscrito sobre
ve llamada la Santa María de la Merced, la
varias materias relacionadas con las cien-
cual arribó a México en el año de 1594, des-
cias y las artes: arquitectura, matemáticas,
pués de cierto tiempo, la flota en la que el
geometría, astronomía, perspectiva, carpin-
futuro fraile arquitecto viajaba, se vio en-
tería de lo blanco; etc., agregándose siem26
pre a dos tratadistas de vital importancia;
planationes…,en los que se disertara sobre
Vitruvio y Alberti(Fernández, op.cit: 87).
el modelo del templo salomónico; que con
Como bien lo han mencionado Toussaint y
probabilidad estuviera en la biblioteca del
Martha Fernández, fue autor de diversas
mismo convento:
construcciones religiosas, sin contar con las
Gran parte de la enorme influencia que
distintas obras hidráulicas y puentes que
ejerció el templo casi mítico de Salomón
construyó precisamente en las inmediacio-
en el mundo hispano se debió a la obra
nes de San Ángel.
de los jesuitas Juan Bautista Villalpando y Jerónimo Prado, de la cual no se sabe
Andrés de San Miguel y el ambiente salo-
con certeza total si estuvo en poder de
monista de su época
fray Andrés de San Miguel, aunque es
Andrés de San Miguel conocía a la perfec-
posible que fuera así… La obra de Villal-
ción las escrituras bíblicas, imbuido por la
pando debió estar en la librería de San
religiosidad de su época, fue capaz de escri-
Ángel, a juzgar por la prolija descripción
bir una disertación sobre el Templo de sa-
que fray Andrés de San Miguel realizó
lomón intitulada Descripción del Templo de
del templo de Salomón (Abundis Cana-
Salomón, del cual describe sus dimensiones,
les, 2007:1055-1056).
sus interiores, describe sus atrios y sobre
Sin embargo, este recurso de referirse al
todo menciona que dicho templo se cons-
Templo de Salomón y trasladar esta imagen
truyó imitando el modelo divino que Dios re-
como arquetipo para las iglesias cristianas,
veló a Moisés y luego al Rey David para que
fue un recurso muy usual durante el siglo
lo construyera Salomón; dice Báez al res-
XVII; sin embargo, ya desde el siglo XVI se
pecto: “…es comprensible que, en un arqui-
habla de la prosapia salomónica de ciertos
tecto fraile, el templo bíblico ejerciera una
reyes, en particular de Felipe II y así mismo,
poderosa influencia, como punto de partida
se refiere a la obra máxima de este empera-
para toda arquitectura religiosa, y fuera con-
dor, el palacio monasterio del Escorial, co-
cebido como modelo de perfección, por
mo copia del templo salomónico : “... el en-
haber sido su traza inspirada a Salomón por
lace Templo-Escorial y el concepto de Feli-
el mismo Dios” (Báez, op.cit: 58).
pe II como “ el segundo salomón” alcanzó
Así mismo, Jaime Abundis apunta que es
con el tiempo la más amplia difusión..La
posible que fray Andrés de San Miguel cono-
idea, desde luego, distaba mucho de ser
ciera ciertos escritos, como el de Juan Bau-
nueva o insólita. El Salomonismo fue un
tista Villalpando titulado In Ezequielem ex-
concepto ampliamente difundido en aquella 27
época…” (Taylor, 1992: 48-50).
de ésta portería, sin que apenas halla
Es importante mencionar, que durante el siglo
circunstancia en la Jerusalén Triunfante y
XVII, se escribieron diversos panegíricos que
en la Militante Iglesia que no se vea tras-
ensalzaban a ciertos templos religiosos y es-
ladada el breve espacio de la portería
tos fueron comparados con el templo de Sa-
(Torres Pellecín, citado por
lomón, veamos un par de ejemplos:
Martínez, ídem.).
Gómez
En distintos panegíricos, ya de los siglos ba-
Ya la Martha Fernández ha demostrado la
rrocos, vemos la existencia del concepto de
tendencia salomonista en fray Andrés de
Jerusalén
San Miguel, en su artículo “Fray Andrés de
o de Templo de Salomón; por
ejemplo, en la hecha en 1795 al templo del
San
cerro de la Bufa en Zacatecas: “...jamás cre-
lomón” (Op.cit.); en cuya disertación propo-
eré yo que os sea menos acepto y agradable
ne que Andrés de San Miguel trató de vincu-
este pequeño templo que lo que a Dios el
lar el templo de salomón como arquetipo de
magnificentísmo Salomón, porque, a la ver-
las iglesias que se construyeron en su tiem-
dad, ¿qué hubo en aquél de grande y de
po; idea con la cual concuerdo; pues en sus
magnífico que no se vea con ventajas en es-
escritos el fraile constructor propone que el
te?...” (Oliva Rafael, Sermón de la dedicación
templo de Salomón se construyó adoptando
del segundo templo o renovación del primero
tres niveles que imitaban las tres coronas de
que en el cerro de la Bufa edificó…; citado por
la tiara papal: “Con esto estaba el templo
Gómez Martínez, Op.cit.:139).
por de fuera en forma de tiara pontificia, con
Un ejemplo más lo tenemos en el panegírico
tres coronas, y una sobre otra, con las dis-
dedicado a la portería del convento de San
minuciones que se muestran en la tia-
francisco de Puebla; en donde se habla de
ra” (Andrés de San Miguel, 1969:93). De
una Jerusalén Triunfante vista en esta depen-
esta manera nos dice Martha Fernández:
dencia conventual:
Miguel
y
el
Templo
de
Sa-
Pero no sólo para ese fraile arquitecto
...una hermosa ciudad que baja al pavi-
fue importante el Templo de Salomón,
mento, con doce puertas y un ángel para
sino para toda la arquitectura cristiana.
que tome al tamaño y reconozca la medi-
Esa es la primera justificación para cono-
da de esta Ciudad Celeste y de sus bien
cer el punto de vista de Fray Andrés de
fortificados fundamentos, inexpugnables
San Miguel sobre el Templo revelado, a
muros que la defienden y defensores in-
la que se une otra de capital importancia;
vencibles que la amurallan… Todo lo cual
de su interpretación surge las caracterís-
hallo ser expresada figura de la colocación
ticas que otorgó a los conventos carmeli-
28
tanos en los que intervino como arquitec-
conventos de San Sebastián de México y
to (Fernández, Op.cit.: 90).
en Valladolid en la Provincia de Michoacán, y en este año de mil y seiscientos y trece
El salomonismo en el templo de San
se fundó el dicho colegio de San Ángelo,
Ángel
cerca de la Villa de Coyoacán que es del
El templo de San Ángel comenzó a cons-
marquesado del Valle…(Ibíd: 1357).
truirse en su actual ubicación en el año de
Fueron varios los templos construidos en
1615 sin embrago; existe una licencia fecha-
honor a Jehová basados en el modelo que el
da en el año de 1614 en donde se autoriza
mismo revelara a personajes importantes co-
al procurador del colegio de San Ángel, fray
mo a Moisés o a Ezequiel; sin embargo el más
Antonio de San José; extraer piedra del pe-
mencionado fue el levantado por Salomón al
dregal para la construcción del convento
morir su padre el rey David. Es importante
(Abundis, op,cit:1343). Este colegio tuvo
mencionar que el templo, dentro de la tradi-
otras ubicaciones. En el año de 1601 el Vi-
ción cristiana, judía y musulmana fue un ar-
rrey Conde de Monterrey da permiso de ser
quetipo divino y fue revelado a distintos hom-
construido este colegio y su templo en las
bres escogidos por Dios.
inmediaciones de la calle de Donceles; en la
Las citas bíblicas del libro de Reyes nos dicen
Ciudad de México en los predios que dona-
los siguientes sobre la distribución arquitectó-
ra Juan Martín Ceifiño, pero este proyecto
nica del Templo de Salomón:
duró muy poco (Ibíd.:1323-1332). Finalmen-
Tenía la casa que Salomón edificó a Yahvé
te, un documento, que Jaime Abundis pa-
sesenta codos de largo, veinte de ancho y
leografiara (2007), fechado alrededor de
treinta de alto. El vestíbulo (ulam), delante
1632, titulado Breve Relación de la funda-
del templo (hecal) de la casa, era de veinte
ción de Nuestro Padre San Ángelo; nos di-
codos de largo, el ancho de la casa, y diez
ce lo siguiente de este colegio desde su
de fondo por delante de la casa...Dispuso
abandono en la Ciudad de México hasta su
dentro, en lo más interior de la casa, el de-
fundación en San Ángel:
bir para el arca de la alianza de Yahvé. El
Y a esta ocasión se quitó el dicho colegio
debir tenía veinte codos de largo, veinte
de la dicha ciudad de México a catorce
codos de ancho y veinte de alto (Reyes,
de diciembre de dicho año de mil y seis-
6:3-4, 19-20, Sagrada Biblia, 1985).
cientos y nueve, hasta el año de mil y
Así mismo nos dice lo siguiente del templo el
seiscientos y trece. Estuvieron los estu-
libro de Paralipómenos:
dios en diferentes tiempos en nuestros
He aquí el plano seguido por Salomón para 29
la construcción de la casa de Yahvé: el
Andrés de San Miguel, op.cit: 94).
largo era de sesenta codos, según la me-
Esta cita se refiere a la parte más sagrada
dida antigua; el ancho de veinte codos.
del Templo; que en San Ángel adopta en
El vestíbulo (el ulam), que iba delante,
planta la forma de un cubo, que es también
tenía un largo, correspondiente al ancho
transposición del debir o parte más sagrada
de la casa, de veinte codos...Hizo tam-
del templo. Así mismo, en el caso del Tem-
bién la casa del santísimo (debir), cuyo
plo de San Ángel, se distingue la importan-
largo, que correspondía a la anchura de
cia de este recinto no sólo por la existencia
la casa, era de veinte codos... y su an-
del altar, sino que se divide la parte más sa-
cho, igualmente de veinte codos; y lo re-
grada de la feligresía por la presencia del
cubrió todo de oro que
venía a pesar
arco del triunfo y unas gradas que la elevan
seiscientos talentos (Paralipómenos, 3:3-
un poco más del nivel de la nave de la igle-
4, 8-9, Sagrada Biblia, 1985).
sia.
Nos dice Martha Fernández lo siguiente: “La
Volviendo a referirnos a la descripción del
iglesia, sin duda, es la más interesante des-
Templo de Salomón; nos dice Andrés de
de el punto de vista de su simbología arqui-
San Miguel sobre el hekal, o recinto de ora-
tectónico. Su planta está dividida en tres
ción:
secciones (coro, nave y presbiterio, transpo-
“La parte interior y más baja, que era de
sición del ulam, el hekal y el debi-
donde todo lo demás tomaba nombre de
r)” (Fernández, op. Cit.:79).
templo....La primera y mayor parte del
En su escrito llamado Descripción del Tem-
templo, que estaba en entrando por la
plo de Salomón, el fraile arquitecto, sólo
puerta oriental y era como el que ahora
identifica dos partes del templo; el hekal o
llamamos cuerpo en la iglesia...” (ibíd.).
sala de oración y el debir o sanctam sancto-
De esta manera, el fraile arquitecto, identifi-
rum, el lugar más sagrado del templo; dice
ca la nave de la iglesia con aquella sala de
Fray Andrés de estas secciones arquitectó-
oración que antecedía a la parte más sagra-
nicas:
da del templo y que en San Ángel se identifi-
La segunda parte del templo que se di-
ca con la nave propia de la iglesia incluyen-
vidía la pared traviesa de tablas de cedro,
do su crucero (Figs. 1, 2 y 3).
en que había una mediana puerta para
Si bien Fray Andrés de San Miguel no identi-
entrar en ella, era en todo perfectamente
ficó el ulam, o vestíbulo, en San Ángel existe
cuadrada, teniendo veinte codos de largo,
esta sección arquitectónica que lo constituye
veinte de ancho y veinte de alto… (Fray
su nártex en forma de pórtico del cual 30
hablaré más adelante; a este respecto co-
Él”
(Colosenses,
menta la Dra. Fernández:
Op.cit.). Aún mas explicito la identificación
Es curioso que fray Andrés sólo haya conce-
de Cristo como prefigura del edificio de la
bido dos secciones en el templo judío: el
iglesia es este fragmento perteneciente a la
hekal y el debir, que en los templos cristia-
Carta a los Efesios: “...edificados sobre el
nos constituiría en cuerpo de la nave y el
fundamento de los apóstoles y de los profe-
presbiterio. Y es curioso porque él mismo
tas, siendo piedra angular el mismo Cristo
construyó edificios con nártex, que vendría a
Jesús, en quien bien trabada se alza toda la
constituir el ulam o vestíbulo, como en el
edificación para templo santo en el Se-
convento de El Carmen de San Ángel, cuyo
ñor”
antecedente se encuentra en las iglesias
Op.cit.).
(Efesios,
2:7,
2:20-22,
Sagrada
Sagrada
Biblia,
Biblia,
carmelitanas españolas, como la de San José de Ávila… (Fernández, Op.Cit.:107).
Fachada arquitectónica
En general, toda la nave de la iglesia tam-
Es importante mencionar que la fachada que
bién ha significado por antonomasia el cuer-
conforma el templo de San Ángel (Fig.4), un
po místico de Cristo; en diversas citas bíbli-
gran cuadrado rematado por un frontón, ya
cas puede constatarse: “...y a Cristo mismo
había sido experimento, desde la antigüedad
lo dio a la iglesia como cabeza de todo. Pues
romana por supuesto, pero en especial dicho
la iglesia es el cuerpo de Cristo, la plenitud
diseño ya había sido explotado en España
misma de Cristo...” (Carta de San Pablo a
fundamentalmente por los conventos perte-
los Efesios, 1:22-23, Sagrada Biblia, Op.cit.)
necientes a la reforma teresiana, tal y como
Ian Hani menciona que el mismo Cristo se
lo comenta Jaime Abundis en si libro La hue-
proclamó piedra angular (c.f Hani, 2000: 55);
lla carmelita en San Ángel; de esta manera
la cita bíblica dice lo siguiente: “¿No habéis
dice el citado autor:
leído alguna vez en las Escrituras. La piedra
El elemento arquitectónico que definió a
que los edificadores habían rechazado, ésa
la llamada arquitectura carmelitana a pri-
fue hecha cabeza de esquina; del Señor vie-
mer golpe de vista fue precisamente el
ne
nuestros
rectángulo flanqueado por pilastras tosca-
Biblia,
nas y coronado con un frontón…como en
Op.cit.). Sin embargo, esta idea, en la que
la Encarnación de Madrid, lo que demues-
Cristo es prefigura de la iglesia es aún más
tra que fray Andrés conocía bien lo que
clara en San Pablo: “Andad en la vía del Se-
otros arquitectos hacían en la península...
ñor Jesús, arraigados en Él y edificados en
(Abundis, op.cit:1072).
esto,
ojos?”
y
es
(Mateo,
admirable 21:42,
a
Sagrada
31
32
Fig. 1 y 2 Comparativo entre las plantas del convento de San Ángel y del Templo de Salomón (reconstrucción hipotética). Tomado de Jaime Abundis, 2007 y de la Sagrada Biblia 1985 respectivamente.
tienen la palma del martirio. El segundo cuerpo (Fig.6) está indicado por una ventana coral que a su vez, es sostén de un tercer cuerpo indicado por un nicho que contiene la imagen de Ntra. Señora del Carmen sosteniendo al niño y en su mano derecha un cetro (Fig.7). Toda la fachada está rematada por un ático conformado por un gran frontón triangular cerrado y por roleos y pináculos de ascensión. un gran frontón triangular cerrado y por roleos y pináculos de ascensión. Como han mencionad
tanto
Martha
Fernández
(Op.cit.), como Miguel Báez (Op.cit.), fray Andrés de San Miguel era un estudioso de los tratadistas y comentaristas de arquitecFig. 3 Vista desde el sotocoro de la división tripartita de la nave de la iglesia de San Ángel. Foto. José Alejandro Vega Torres
Como parte importante de la arquitectura del templo de San Ángel, la constituye su fachada que, como mencioné, funciona como vestíbulo o nártex para ingresar a la nave de la iglesia (Fig.5). La fachada está constituida, en su primer cuerpo, por tres vanos en forma de arcos de medio punto, el central más alto que los laterales y cuya luz es más amplia que los otros a la vez; enmarcados estos por cuatro pilastras, dos de ellas embebidas en las calles laterales y rematadas por pináculos. Este cuerpo está rematado por un frontón triangular cerrado que contiene una imagen labrada de San
Fig. 4. Fachada principal de la iglesia de San Ángel. Foto: José Alejandro Vega Torres
Ángelo asistido por dos ángeles y que sos33
Fig. 5. Nártex de la iglesia de San Ángel. Foto: José Alejandro Vega Torres
tura de su época, en particular menciona
la península, como era común (Ídem.).
con mucha autoridad tanto a Vitruvio como
De esta forma, pude contrastar el primer
a Alberti; sin embargo, no podríamos des-
cuerpo de la fachada de San Ángel que es
cartar que este fraile no conociera otras
muy similar a la lámina 58 de las antigüeda-
fuentes, como posiblemente el Tercer y
des del Libro Tercero de este tratadista
Cuarto libro de Sebastián Serlio; al respecto
(Figs. 8 y 9); por lo cual propongo que está
dice Jaime Abundis:
fuera con posibilidad la fuente iconográfica
Sus características formales están inspi-
de la que Fray Andrés de San Miguel se
radas en los templos carmelitanos espa-
basó para el diseño de la fachada de esta
ñoles, derivados a su vez de los modelos
iglesia.
de León Bautista Alberti, Andrea Palla-
No podría finalizar sin antes especificar el
dio, Sebastiano Serlio, Giacomo de la
simbolismo de esta fachada; en primer lugar
Porta… y otros más diseñados por los
la puerta es acceso al mundo divino, así
diversos arquitectos antes apuntados
mismo es Cristo quien se ha proclamado la
pudieron haber sido conocidos por fray
puerta y acceso a la salvación y a la vida
Andrés por medio de dibujos traídos de
eterna. La puerta entonces es un elemento 34
dad, en verdad os digo: Yo soy la puerta de las ovejas, todos cuantos han venido son ladrones y salteadores, pero las ovejas no los oyeron. Yo soy la puerta; el que por mí entrare se salvará, y entrará y saldrá y hallará pasto” (Juan, 10:1-2,710, Sagrada Biblia, Op.cit.). Para complementar el simbolismo de esta fachada principal; hay que mencionar que Jaime Abundis apunta que las grandes columnas toscanas que enmarcan la fachada del templo se refieren a las columnas Jachín y Boaz que levantara Salomón delante del templo
que
construyera
(Abundis,
Op.cit.:1072); sin embrago considero una Fig. 6. Vista de la fachada de la iglesia de San Ángel, incluyendo su segundo cuerpo. Foto: José Alejandro Vega Torres
lectura iconográfica más.
que revela un mundo sagrado: “En cuanto a la puerta, que es esencialmente un paso de un mundo a otro, su modelo cósmico es de orden temporal y cíclico...” (Ídem.). De esta manera, en Cristo no sólo se reconoce como el cuerpo místico de la Iglesia; sino que, sólo a través de él se puede llegar a la salvación por lo que la puerta misma representa este misterio: En verdad, en verdad os digo que el que no entra por la puerta del aprisco de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador; pero el que entra por la puerta, ése es pastor de oveFig. 7 Escultura de bulto de Ntra. Señora del Carmen. Iglesia de San Ángel. Foto: José Alejandro Vega Torres
jas....De nuevo les dijo Jesús: En ver35
Fig. 8 Vista del primer cuerpo. Iglesia de San Ángel. Foto: José Alejandro Vega Torres
Fig. 9 Lámina 58. Tercer libro de arquitectura. Sebastián Serlio. Tercer cuarto libro de arquitectura [1552]. 1988
He descrito que el primer cuerpo de esta
analogía, con los fundamentos del cos-
fachada está compuesto por cuatro pilas-
mos eterno, a saber, los cuatro elemen-
tras; que enmarcan a las puertas de acceso.
tos y sus principios sutiles y universales
El hecho de tener estos cuatro elementos
(Burckhardt, 1999:93).
como soportes fingidos de la fachada princi-
Así mismo, hay que mencionar que los
pal en su primer cuerpo no parece casual;
apóstoles si bien están identificados como
quizá se refiere a la importancia que el
pilares de la iglesia en la tierra; también
número cuatro tiene dentro de la tradición
forman parte del edificio de la Jerusalén Ce-
cristiana:
lestial que se revelará a los hombres, for-
En efecto, el cuaternario de los evange-
marán parte de los doce pilares que se
listas corresponde simbólicamente a los
identifican con los nombres de los apósto-
cuatro pilares- o ángulos- sobre los que
les: “el muro de la ciudad tenía doce hila-
se cimienta el edificio sagrado, pues los
das, y sobre ellas los nombres de los doce
evangelistas representan los soportes
apóstoles del Cordero” (Apocalipsis, 21:14;
terrenos de la manifestación del Verbo y
Sagrada Biblia, Op.cit.). De esta forma, es
por eso se identifican no sólo con los
posible que la portada recordara, no sola-
ángulos de la iglesia, si no también, por
mente, a los mismos cuatro evangelistas, 36
sino que estos también forman parte de los
de los evangelistas, que forman parte de la
muros de la Jerusalén Celeste: “La Jerusalén
Jerusalén celeste que se revelará en los últi-
Celestial es el prototipo del templo cristiano.
mos tiempos. Me parece importante anotar,
El tema iconográfico de los evangelistas in-
que el diseño de la fachada pudo basarse en
corporados a los pilares de la portada se en-
una lámina del tratadista de arquitectura Se-
cuentra en muchas otras portadas románicas,
bastián Serlio, la lámina 58 en particular; lo
en Francia y en Lombardía” (Burckhardt,
cual abre la posibilidad de descubrir otras
2000: 93, n. 98).
fuentes de las cuales también Fray Andrés de San Miguel con seguridad conoció, aun-
Conclusiones
que estoy consciente de la necesidad de
Como se habrá notado, Fray Andrés de San
buscar más datos y evidencias de lo que afir-
Miguel tenía una preparación intensa en
mo.
cuanto al conocimiento arquitectónico se refiere, como a los tratadistas de su época. Si
Bibliografía
bien se ha demostrado su interés por el salo-
Abundis Canales, Jaime 2007 La Huella Carmelita en San Ángel. 2 Vols. Instituto Nacional de Antropología e Historia. México.
monismo en sus escritos; no se había buscado, como pretendí demostrar, en enfatizarlo en una de sus mayores obras: El convento e iglesia de San Ángel.
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Para esta exposición, sólo interpreté la nave y fachada de la iglesia, que me parece tienen simbolismos muy particulares e importantes. En el caso de la nave de la iglesia, se pudo constatar que esta tiene una división tripartita correspondiente a la que existió en el templo de Salomón, según lo refieren las fuentes
Baxter, Sylvetser 1934 La arquitectura hispanocolonial en México. Secretaría de Educación Pública y Bellas Artes. México.
bíblicas correspondientes, no sin soslayar que también la nave representa al mismo cuerpo de Cristo. También pretendí interpretar la fachada de la
Burckhardt, Titus 1999 Principios y métodos del Arte Sagrado. Sophia Perennis. España.
iglesia, la cual, como notamos, se refiere nuevamente a Cristo como puerta de salvación de los pecadores, como al cuaternario 37
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ROSTROS CON PATOLOGÍAS, SU RELACIÓN CON NANAHUATZIN, XÓLOTL Y EL JUEGO DE PELOTA Hugo Herrera Torres Introducción
E
n agosto y octubre del 2009, a raíz de mi participación en la Subdirección de Arqueología del Museo Nacional de Antropología, tuve la oportunidad de manipular y observar la colección de yugos de la Costa del Golfo y en particular llamó mi atención uno
finamente tallado en piedra verde, con dos rostros, con la peculiaridad de presentar patología ocular y contracciones faciales. Posteriormente durante la preparación de una exposición, para la mencionada Subdirección, sobre “Rostros del México Antiguo”, localicé en un catálogo un yuguito de estilo olmeca, que lleva al frente un rostro labrado en bajo relieve, afín en varios aspectos a los anteriores. A partir de ese momento me propuse buscar rostros similares y la bibliografía sobre el tema de los personajes con deformaciones o patologías. Este trabajo es resultado de esa recopilación, en donde propongo una cronología de lo más antiguo a lo más reciente, un estudio sobre las efigies con anomalías y contracciones faciales, procedentes de diferentes regiones y épocas. También exploro su vínculo con personajes que poseen otra clase de patologías, como el caso de los enanos, jorobados y sujetos con anomalías en las extremidades. Finalmente planteo su identidad, como antecedente de Nanahuatzin, dios buboso y contrahecho, mencionado en la leyenda sobre la creación del Quinto Sol y con Xolotl, dios protector del juego de pelota.
I.- Ejemplos del Preclásico de rostros con patologías
a) Rostro con deformación en un yuguito de estilo olmeca La imagen de un rostro con malformación, la de mayor antigüedad de la que tengo conocimiento, fue tallada en un yuguito-rodillera, de estilo olmeca, elaborado en granito, procedente de de la región central veracruzana 1 (Coe, et al., 1996: fig. 136). Este yugo es la versión en
1. La pieza se encuentra en el Museo de Arte de la Universidad de Princeton. 40
Otro atributo sobresaliente en el rostro de este yuguito, es la pronunciada mueca de la boca. Ésta se encuentra cerrada, es de labios gruesos, de espesor homogéneo y forma una mueca de aspecto “sonriente”. En la sección media de la boca sobresale la lengua bífida, de un ofidio; que se curva hacia su izquierda3. Por su parte, la nariz es la de un mono o un perro, ancha y chata, con las fosas nasales señaladas por dos cuencas semicirculares, tal y como atañe al estilo
Fig. 1. Yuguito olmeca (900 a 600 a. C.), alto 13 cm, diámetro 14 cm. Tomado de Coe, 1996: fig. 136.
olmeca. b) Cabecita de estilo Tlatilco con parálisis
Piedra de un protector utilizado en el juego
facial
de pelota, cuya antigüedad ha sido estima-
Larralde (1986: fig. 266) publicó una cabeci-
da entre 900 y 600 a.C., y confirma la prácti-
ta preclásica modelada en barro sólido4, que
ca del juego de pelota, en la variante donde
identifica como propia del estilo Tlatilco. La
ésta podía ser golpeada con las extremida-
pieza es contemporánea al caso anterior y,
des (Fig. 1).
a pesar de no estar relacionada con el juego
En la cara frontal del yugo fue tallada la ima-
de pelota, tiene rasgos compartidos con va-
gen de un rostro que combina característi-
rios de los ejemplos aquí descritos. El rostro
cas de hombre y animal. Destaca su ojo iz-
es un óvalo asimétrico y alargado en sentido
quierdo exoftálmico, o abotagado, delimita-
horizontal. En la parte superior la cabecita
do por el arco superciliar. En el lugar del ojo
esta partida o hendida, lo cual ha sido aso-
derecho lleva una amplia depresión cóncava que, algunos autores sugieren, es la repre-
época y también la lleva, en el tocado, el Huehuetéotl o Dios Viejo del Fuego, de Cerro de las Mesas (actualmente en la sala Costa del Golfo del MNA), que según Bernal (1991:99), claramente es una reminiscencia del estilo olmeca. 3. Joralemon, (1990:87), afirma que la lengua bífida es un rasgo asociado tanto con el dios I como VII, a este último lo identifica con la serpiente emplumada. 4. La pieza formaba parte de la colección Sáenz, actualmente en el acervo del Museo Amparo de Puebla.
2
sentación de un espejo de hematita . 2. Se trata de un símbolo olmeca igualmente presente en un yuguito procedente de Tlatilco (Coe, 1965: Fig. 16), que forma parte de las colecciones del Museum of Primitive Art, y también se observa en algunas figurillas formativas de la Costa del Golfo, véase por ejemplo Piña Chán y Covarrubias, 1964:16. La depresión circular cóncava, trascendió a su época y también la lle41
ciado con la cabeza hendida del jaguar5 y característico de la iconografía olmeca. El ojo derecho entrecerrado, definido mediante un corchete inciso, con los extremos hacia abajo. En cambio el ojo izquierdo es normal y fue señalado por una incisión diagonal, sin el señalamiento del iris. Los arcos superciliares son amplios y prolongados. La sección inferior es angosta, lo que forma un mentón anguloso y cargado hacia su derecha. En la cabecita antropomorfa, de estilo Tlatilco, la nariz es de base amplia y se encuentra torcida a su derecha, tal y como ocurre
Fig. 2. Cabecita de estilo Tlatilco, con parálisis facial, 4 x 3 cm. Tomada de Larralde, 1986. Fig. 266.
con los ejemplos teotihuacanos, que se describen en posterior inciso. Vista en detalle es amplia y prominente, con las fosas nasa-
cuentra abierta y muestra los dientes. Las
les señaladas mediante cavidades perfora-
orejas son dos rectángulos alargados, la de
das en la base, aunque parcialmente ocul-
la derecha es de mayor tamaño. Las oreje-
tas, por la prolongación de la punta (Fig. 2).
ras son dos discos medianos, con una pe-
En el rostro de estilo Tlatilco, destaca la am-
queña perforación circular en el centro; colo-
plia boca señalada mediante incisión, cuya
cadas, al igual que las orejas, en posición
mueca abarca la mejilla izquierda y gran
asimétrica. Es de interés señalar que la pie-
parte de la derecha; lo cual enfatiza la forma
za no formaba parte del cuerpo de una figu-
alargada de la efigie. En la parte media, el
rilla, es decir que originalmente fue concebi-
labio superior se sobrepone al inferior y la
da como una cabeza, cuya antigüedad se
boca se muestra parcialmente cerrada; en
remonta al Formativo Medio.
cambio en el área de las comisuras se en-
c) Rostro con ojo abotagado en una vasija de Kaminaljuyú Otro ejemplo de un rostro con patología
5. Así lo afirman Bernal (1968: 98-100) y Joralemon (1990:7), éste último señala que la cabeza partida o hendida aunque característica extremadamente común en las deidades olmecas, no puede considerársele como definitiva para ningún dios.
ocular, fue modelado en una vasija de silue-
42
Ta compuesta, cubierta con engobe rojo 6,
queños dientes inferiores. El rostro lleva,
procedente de Kamilanjuyú, Guatemala, con
además, una banda esgrafiada que abarca
una antigüedad estimada entre 300 a. C y
la frente, el contorno del ojo abotagado y la
300 d. C. (Yañez Barnuevo, et.al., 1990
ceja izquierda. Este motivo baja sobre las
fig.12). En el área del ojo derecho sobresa-
sienes y finaliza sobre las mejillas, con sus
le una protuberancia cilíndrica de extremo
extremos en espiral de extremo puntiagudo.
redondeado, cuya forma y dimensiones in-
La parte exterior del diseño muestra una
vaden la frente. La deformación ocular, con-
banda dentada, formada por pequeños
trasta notablemente con el ojo izquierdo que
triángulos irregulares. Su similitud con los
es rasgado y señalado mediante incisión
rostros anteriores es evidente.
(Fig. 3).
d) Rostros con ojo abotagado y nariz torcida
En la vasija de Kaminaljuyú, la efigie tiene
en un yugo veracruzano
modelada una nariz poco prominente, sin el
Un yugo incompleto del tipo abierto, que
señalamiento de las fosas nasales y sensi-
forma parte de la Curaduría Costa del Golfo
blemente torcida hacia su izquierda. La bo-
del Museo Nacional de Antropología, lleva
ca es una pequeña cavidad, señalada me-
tallados en relieve, al frente y en un costa-
diante un corte horizontal, y muestra los pe-
do7, dos rostros idénticos, enmarcados por un yelmo que se ciñe perfectamente al contorno de la efigie y acentúa su forma triangular. Salvo por que la cara frontal que lleva un moño en el tocado, los rostros son idénticos entre sí; ambos tienen su ojo derecho normal y el izquierdo exoftálmico o abotagado. El resto del yugo lleva labradas volutas entrelazadas, su forma recrea la figura de un grueso cinturón, como aquéllos que debieron ser elaborados en cuero, y eran
Fig. 3. Vasija de Kaminaljuyú, (300 a.C. 300 d.C.), alto 7 cm., diámetro 9 cm. Yáñez Barnuevo, et.al. 1990: fig. 12.
7. Los yugos procedentes de la región central de Veracruz, usualmente llevan la efigie del personaje principal al frente, con las extremidades en los costados. También hay casos de efigies en los costados o en la base. Una imagen del rostro frontal, de este yugo, fue publicada por Matos (1970: Lám. VI).
6. La pieza se encuentra en el Museo Nacional de Antropología y Etnología de Guatemala. 43
utilizados para protección de los jugadores de pelota. En el mencionado yugo, los rostros tienen la nariz corta, bastante ancha, chata; vista de perfil es ligeramente ganchuda, y de frente se aprecia una evidente curvatura a la izquierda8.
En la sección inferior, la boca
muestra el labio superior en forma de corchete, ancho y sobresaliente. La boca de Fig. 4. Rostro lateral con patología en un yugo de la colección Costa del Golfo del MNA. Alto 14 cm, largo 56 cm. Fotografía del autor.
jaguar es, por supuesto, un rasgo típico de la iconografía olmeca9 (Véase Joralemon, 1990:9) y en este caso posee una ligera inclinación hacia su izquierda, sección dónde
El yugo abierto e incompleto, con dos ros-
el lapidario señaló una pronunciada arruga
tros triangulares, es una pieza cuya manu-
en la mejilla. Sobrepuesta al labio inferior
factura, según Matos (Ibídem.), corresponde
surge una lengua de amplio espesor, curva-
al Horizonte Clásico (500 d.C.), y confirma
da a su derecha; vista en detalle muestra
la relación de los seres con patologías y el
una fina incisión que marca el centro, del
juego de pelota, en la variante donde los
que surgen varias líneas curvas, rasgo que
jugadores golpeaban la pelota con la cade-
fue identificado por Matos (Op.cit.:24), como
ra.
una parálisis del hipogloso derecho (Fig. 4). En el yugo con dos rostros tallados de ma-
II Rostros del Clásico teotihuacano, con
nera realista, la nariz torcida dio pauta al
ojo exoftálmico y nariz torcida
señalamiento de varias arrugas en el costa-
a)
Escultura teotihuacana de un rostro
do izquierdo. De hecho, en ambos rostros,
con ojo abotagado y enorme nariz tor-
la sección izquierda muestra marcadas y
cida
profundas arrugas: en la sien, nariz y comi-
Dos rostros con patologías han sido locali-
sura izquierda de la boca; lo cual contrasta
zados en Teotihuacán. Matos10 publicó un
notablemente con la sección derecha sin
escalón de piedra basáltica, localizado en la
arrugas. 10. Matos señaló que el escalón perteneció al edificio No. 1 de la zona 9. La pieza también fue publicada por Solís, et. al., 1982: foto 4. Actualmente exhibida en el Museo de sitio cercano a la Pirámide del Sol.
8. Para Joralemon (1990: 8-9), este tipo de nariz es típica del estilo olmeca. 9.Es un ejemplo de la boca olmeca clásica, con las comisuras bajas caídas. 44
tercera plaza de la Calzada de los Muertos
do en la sección derecha, una sección cen-
(Op. cit, 1970: 20), que lleva en uno de sus
tral sobresaliente, restos del mismo en su
costados, el relieve de un rostro. Mientras
sección derecha y las orejeras circulares,
que el ojo izquierdo es normal y fue señala-
que poseen una amplia perforación, igual-
do con delgados y simétricos párpados en
mente circular, en el centro.
relieve, el ojo derecho está cubierto por un
En este caso es importante decir que en el
amplio párpado sobresaliente. La nariz es
mural de Tepantitla Uriarte11 señala la pre-
alargada de base amplia y torcida a su dere-
sencia de una cancha escalonada, con un
cha. La boca es bastante amplia, de labios
personaje sentado en el primer peldaño,
gruesos y la parte central recta; los extre-
desde donde podía observa el desarrollo de
mos
direcciones
una ceremonia, y sugiere que en Teotihu-
opuestas, sugieren una parálisis facial (Fig.
acán él juego de pelota, posiblemente, era
5).
celebrado en la Calzada de los Muertos
Son parte del rostro teotihuacano con defor-
(2006: 262-263). Con probabilidad el rostro
mación: un moño sobre la frente, formado
en este escalón y su ubicación, estuvieron
por dos bandas o cintas con el extremo caí-
relacionados con la variante del juego de
curvos, colocados
en
Fig. 5. Escalón con relieve de Nanahuatzin. Teotihuacán Museo de sitio. Alto 28 cm. Fotografía del autor. 11. Esta autora identifica la cancha escalonada en la escena 2 del muro noreste y agrega que las canchas destinadas para el juego de pelota frecuentemente se ilustran en el arte y la arquitectura maya. 45
pelota, practicado en un campo limitado por
La pequeña cabecita elaborada en molde,
gradas, que era usual entre los mayas. Pos-
cuya boca indica parálisis facial, lleva un
teriormente regresaré sobre este asunto.
tocado en forma de “turbante”, dividido por
b) Rostro con ojo abotagado y nariz torcida
la mitad. La sección derecha decorada con
en una cabecita moldeada en barro
cuatro filas, cada una formada por peque-
Séjourné publicó el dibujo de una cabecita
ñas bolitas es un recurso utilizado para re-
teotihuacana, de forma triangular, elaborada
presentar prendas elaboradas con algodón,
en barro, que muestra un rostro antropomor-
mientras que la sección izquierda sólo
fo, de rasgos realistas, con el ojo derecho
muestra cinco bandas horizontales. En con-
rasgado, señalado por una incisión diagonal
junto la división enfatiza la asimetría del ros-
(1966. Fig. 20). El ojo izquierdo cerrado, defi-
tro. Quizás esto indica que el tocado en el
nido por una línea curva, es un ojo exoftál-
rostro tallado en el escalón anterior no se
mico. En esta efigie la nariz es corta de ba-
encuentra mutilado.
se amplia y ligeramente torcida hacia la iz-
c) Cabecita con pústula en la frente y llagas,
quierda. La boca asimétrica, bastante am-
localizada en Chalco
plia, con los labios de espesor homogéneo;
Recientes trabajos de rescate arqueológico
fue representada con una ligera mueca o
realizados en Chalco, Estado de México,
torcedura, equivalente al rostro en relieve ya
reportan una pequeña cabecita modelada
descrito (Fig. 6).
en barro de color anaranjado, en un contexto correspondiente a la fase Tzacualli Tardío, es decir entre 100 y 200 d.C. La cabecita es el rostro contrahecho de un individuo con una enorme pústula sobre la sección derecha de su frente. El tamaño de la prominencia altera la continuidad del peinado, este último señalado, en la sección izquierda, por un fleco recto, con segmentos de pequeñas incisiones. La pústula tiene una llaga y otra pequeña llaga también se observa en la mejilla izquierda. En la cabecita de Chalco, otro elemento que acentúa lo contrahecho del rostro es la ubi-
Fig. 6. Cabecita teotihuacana, rostro con patología en ojo y boca. Tomado de Séjourné, 1966: fig. 20.
cación asimétrica de los ojos, así como la 46
nariz, poco prominente, e inclinada hacia su
diferencias. Entre los rasgos compartidos
izquierda. La boca fue indicada mediante
destacan los ojos circulares y desorbitados,
una cavidad oval, que también incluye la fila
colocados de manera asimétrica (Fig. 7). El
de sobresalientes dientes superiores. Esta
centro ocupado por una nariz recta, cuya
cabecita, contemporánea de los dos rostros
base está formada por dos cornetes o alas
teotihuacanos ya descritos, confirma la ex-
nasales prominentes y en un caso (pilastra
tensión geográfica que los seres con malfor-
C, costado Sur), la nariz se muestra ligera-
maciones en el rostro, tuvieron durante el
mente torcida a su izquierda. La nariz, de
Clásico en el Altiplano Central.
base amplia, es equivalente a la representada en el pectoral en concha procedente de
III Rostros de seres grotescos y contra-
Tzebtún, que se describe en el siguiente
hechos en la península de Yucatán
inciso.
a)
Rostros con ojos asimétricos en el
En el Templo del Chac Mool las efigies, en
Templo del Chac Mool
las columnas C y D, llevan en la parte superior de la boca, una encía curva de extremos
Posterior al apogeo teotihuacano, las evi-
ondulados. La boca abierta exhibe los dien-
dencias de rostros con malformaciones se
tes frontales y un par de colmillos curvos en
manifiestan en la Península de Yucatán,
las comisuras, en actitud de gran ferocidad,
particularmente en Chichen Itzá. Dos pilas-
recuerdan a las cabezas de Xolotl, quien
12
tras de planta cuadrangular , del Templo
también era la representación de la Estrella
del Chac Mool, o subestructura localizada
de la Tarde y en consecuencia una forma de
bajo el Templo de los Guerreros, llevan ros-
Quetzalcóatl, numen que era ampliamente
tros de seres grotescos, ubicados en la par-
reverenciado
te superior, lo cual confirma su identificación
1970:31). La ubicación cronológica de estas
como deidades (Fig. 7 y 8).
manifestaciones corresponde al Clásico
En Chichen Itzá las columnas C y D del
tardío, es decir entre 600 y 900 d. C. (Fig.
Templo del Chac Mool, tienen labrados va-
8).
en
Chichen
Itzá
(Caso,
rios rostros monstruosos, vistos de frente, con características equivalentes y algunas
b) Rostro con anomalías, en un pectoral de concha de Tzebtún, Yucatán
12. Publicadas por Morris, Earl H., Charlot Jaen y Axell Morris, 1931: lámina 33, pilastra C, costados W, S y E; y lamina 34, pilastra D, costados E, N y W.
Un pectoral de concha procedente de Tzebtún, Yucatán, tiene tallado un rostro 47
Fig. 7. Chichen Itzรก, pilastra C, costados W, S y E, secciรณn, sup. Tomada de Morris, et. al., 1931: Lam 31.
Fig. 8. Chichen Itzรก, pilastra D, costados E, N W secciรณn sup. Tomada de Morris et. al., 1931: Lam 34.
48
anomalías13 (Yañez Barnuevo, et.
La efigie en el pectoral de Tzebtún está do-
al.:1990. Fig. 52). Su ojo derecho es normal
tada de una nariz enorme, aunque angosta
y lo forma un círculo inciso, de amplio diá-
en su raíz, aumenta en su sección media y
metro, así como un círculo excavado en su
remata en dos alas nasales prominentes y
interior. En cambio el ojo izquierdo es un
semiesféricas, sin el señalamiento de la
rectángulo de esquinas redondeadas y tiene
punta. La protuberante nariz se encuentra
una incisión curva en el centro para indicar
totalmente torcida a su izquierda. La boca,
que se encuentra cerrado (Fig. 9).
indicada mediante incisión, con fuerte des-
con
viación de la comisura labial, es ondulada en su sección derecha y posee una amplia mueca en el costado izquierdo, lo cual produce en el rostro un aspecto “sonriente”. La nariz torcida y la mueca de la boca, dieron pauta al señalamiento de prolongadas arrugas curvas, en la sección izquierda de la efigie. En el pectoral de Tzebtún, la efigie está decorada por una banda, alineada en el costado izquierdo, formada por seis pequeños botones planos; así como tres botones o pastillas, del mismo diámetro, justo en la sección inferior del mentón, que en conjunto suman nueve. He notado que en la iconoFig. 9. Tzebtún, Yucatán, pectoral en concha, alto 12 cm; ancho 10 cm. Tomado de Yáñez Barnuevo, et.al. Fig. 52.
grafía de los rostros con malformaciones el nueve, fue un número significativo. La parte superior del pectoral tiene dos orificios calados, seguramente utilizados para sujetarlo al portador. Es conveniente que el lector compare: la
13.La descripción indica que la pieza pertenece a las colecciones del Museo Regional de Mérida. La escultura fue publicada con una descripción que no le corresponde, en el Boletín del INAH (junio, 1970. Fig. 76), en la sección:”Noticias de los museos”, en aquél entonces exhibida como “Pieza del mes de abril”, en el Museo Nacional
nariz en el pectoral de Tzebtún, con la nariz en los rostros de las pilastras del Templo del Chac Mool y estas, a su vez, con la nariz en la escultura de Teotihuacán y en la cabecita 49
de estilo Tlatilco. En todas ellas el común
IV Enanos, jorobados y personajes con
denominador es representar una nariz pro-
anomalías en las extremidades
minente, aunque no siempre torcida.
Antes de iniciar con la exposición de los ca-
Hasta aquí, los ejemplos de rostros con pa-
sos, es conveniente señalar, en términos
tologías, procedentes de diferentes regiones
generales, las características de las patolog-
de Mesoamérica, que presentan, a pesar de
ías aquí referidas.
su dispersión geográfica y de su alejamiento
En las representaciones prehispánicas el
temporal, similitudes tan estrechas, que bien
infantilismo corresponde al aspecto carac-
podríamos sugerir estamos ante la repre-
terístico
sentación de seres con identidad específica,
(chondrodystrophia foetalis), consecuencia
tal y como ocurre con otros dioses mesoa-
de una distrofia del cartílago, que tiende a
mericanos, como Tlaloc y Huehuetéotl, cuya
entorpecer o retardar el crecimiento longitu-
antigüedad se remonta a tiempos preclási-
dinal, lo que causa un engrandecimiento de
cos o formativos y que en tiempos posterio-
las terminales del hueso (Cook de Leonard
res adquirieron algunas peculiaridades sin
1971: 60). De esta manera las extremidades
perder su esencia.
son cortas, rasgo bastante exagerado, por
Los seres que presentan acusadas malfor-
ejemplo, en las figurillas mayas; que mues-
maciones en el rostro, ya sea en el ojo, la
tran las piernas frecuentemente encorvadas.
nariz o la boca, no son por supuesto, los
De esta manera las extremidades son cor-
únicos representados con patologías.
El
tas, rasgo bastante exagerado, por ejemplo,
catálogo mesoamericano de individuos con
en las figurillas mayas; que muestran las
otro tipo de malformaciones congénitas
piernas frecuentemente encorvadas.
abarca tanto a enanos y jorobados, como
Por su parte, la anomalía conocida como pie
sujetos con anomalías en las extremidades.
equinovaro, consiste en una elevación anor-
La amplitud de los casos y estudios relacio-
mal de la parte posterior del hueso calcá-
nados es tal, que aquí daré énfasis a los
neo, acompañada de una modificación en la
casos relacionados con el juego de pelota o
posición de la planta del pie, la cual queda
testimonios que, de alguna manera, impli-
flexionada o curva. Esta es una enfermedad
del
enanismo
acondroplástico
can este ceremonial y su conexión con personajes que poseen algún tipo de malformación.
14. Esta autora señala que las piernas encorvadas producen en quien padece esta patología el caminar anadeo.
50
congénita que se presenta aproximadamen-
deformación craneal, la nariz ancha y roma,
te en uno de cada mil nacimientos15.
con la boca abierta (de líneas felinas), fechada entre 800 a. C – 100 d.C.
a) Enanos y jorobados olmecas
Recuperada junto con la anterior figurilla, e
Los antecedentes más remotos de enanos y
igualmente de Cerro de las Mesas, es la
jorobados se encuentran en el arte olmeca,
pequeña efigie de un personaje, que quizás
aunque sus representaciones son poco fre-
representa un jorobado, tallado en piedra
cuentes tanto en escultura monumental co-
verde. Sin embargo, su identificación no es
mo en figurillas de pequeño formato (Bernal,
concluyente porque la prolongación en la
Op. Cit.:101), y no tengo conocimiento de
espalda puede ser un bulto y no una joroba
personajes olmecas representados con ano-
(Bernal, Ibídem.).
malías en las extremidades. Entre las esculturas monumentales se encuentra el Monu-
b) Enanos, jorobados y penitentes con pies
mento
deformes, en Teotihuacán.
2
de
Potrero
Nuevo
(Fuente,
1977a:151), que muestra dos figuras en alto
En el conjunto departamental de Tepantitla,
relieve, con cabezas grandes en relación
la sección noreste del mural en el Pórtico 2,
con el tamaño del cuerpo; cuyas extremida-
conocido como “el del juego de pelota”, in-
des son notoriamente cortas, de cuerpo cor-
cluye la representación de un enano 16
to y regordete, con los brazos hacia arriba
(Baudez 2007:21) y un individuo con pies
en actitud de sostener la parte superior de
deformes.
un “altar”. En cuanto a los ejemplos portáti-
El enano se distingue como tal, en compara-
les existe una pequeña figurilla (cuya altura
ción con el resto de los jugadores, por ser
es de 12.5 y su ancho de 7.5 cm.) tallada en
más pequeño y regordete. Se encuentra de
jade, e identificada como enano, localizada
pie, con el cuerpo visto de frente y la cabeza
en Cerro de las Mesas (Bernal, 1968 198;
girada a su derecha, en cambio los pies
Fuente, 1977b:7). La cabeza con deforma-
están dirigidos hacia su izquierda. Con am-
ción craneal, la nariz ancha y roma, con la
bas manos sostiene un bastón, en posición
boca abierta (de líneas felinas), fechada en-
inclinada (Fig. 10). Su atavío consiste en
15. Matos (1972: 100-101), menciona que algunos autores han observado que la frecuencia del pie equinovaro aumenta a casi tres por mil nacimientos en matrimonios consanguíneos, lo que aunado a otras observaciones los hace considerar que el padecimiento tenga una base congénita.
16.El dibujo de este jugador, publicado por Uriarte (2006: pág. 229, Figura 5), no representa las características robustas de este individuo.
51
una banda lisa sobre la frente y un cinturón, a manera de taparrabo. Forma parte de la escena, en el costado izquierdo, un marcador de juego de pelota y, sobre este el personaje con pies deformes que describo en los siguientes párrafos. En esta misma sección del mural, sobre el marcador de juego de pelota se encuentra un individuo en posición horizontal, con la cabeza vista de perfil y el cuerpo en ¾ de perfil, cuyos tobillos y pies presentan una curvatura continua, con los dedos encontrados entre sí17. Cercano a su brazo derecho se observa un bastón para golpear la pelota. Anudado a su cintura lleva una prenda con un cabo colgante en la parte posterior. El brazo, ambas piernas18 y un mechón de cabello, fueron pintados en azul, así como una lágrima azul sobre su mejilla, lo que indica una relación con la lluvia. Por la deformación de sus pies Vidarte (1968:144) y Pasztory (1983:212) lo asocian con Nanahuatzin, y el color azul lo identifica como un individuo seleccionado para el sacrifico19 (Fig. 11).
17. El personaje se ubica en el Pórtico 2, y corresponde al mural 2, de la Fuente, 2006:149. 18.Frente a su pierna derecha lleva un símbolo trilobulado, que Baudez (2007:22) identifica como representación de sangre. 19 Uriarte (2006:231), también coincide en identificarlo como un sacrificado. Entre los mayas el color azul era utilizado para señalar a los personajes elegidos, para ser sacrificados, al respecto véase Barrera V., 1944:273. La vírgula florida, en la parte superior, también lleva el interior en color azul.
Fig. 10. Sección del Mural de Tepantitla, Teotihuacán, reproducción de A. Villagra. Un enano con bastón y un jugador con pies chuecos. Tomado de Aveleyra, 1963: Fig.12.
52
En el mural de Tepantitla (sección noreste del Pórtico 2), el enano y el penitente con pies deformes participan, de manera activa, en el juego de pelota, que utiliza marcadores móviles y bastones que se blanden por abajo y por arriba20 (Uriarte 2006:262). No existe, por lo tanto, lugar a dudas que en este ceremonial la participación de individuos con patologías era relevante, en la medida en que estos eran destinados al sacrificio. Resta señalar que la cronología del mural de Tepantitla ha sido estimada, por Pasztory, para la fase Xolalpan, es decir entre 450 y 600 d.C. (Pasztory, 1976:56-84). En Teotihuacán las evidencias de jorobados son escasas, solamente tengo conocimiento de dos casos: el primero es una figurilla tallada en una falange; con el glifo 11 lamat en la joroba21. El segundo es un jorobado elaborado en jadeíta, localizado en el Entierro 5 de la Pirámide de la Luna, cuya postuFig. 11 Teotihuacán, Atetelco, jamba norte, personaje con pies deformes. Tomado de Cabrera, 2006: fig. 18. 10.
ra y características lo relacionan con pendientes localizados en el Área Maya22.
(1968:31), quien la determina como de estilo” netamente teotihuacano”, y que forma parte de una colección particular. Además del glifo 11 lamat, en la joroba, también señala la presencia de una marca en forma de “Ɔ” sobre la mejilla. 22 El jorobado se encuentra agazapado, con piernas y brazos flexionados y unidos al cuerpo; la cabeza grande en relación al tamaño del cuerpo; de su rostro sobresale una enorme lengua que cuelga sobre el mentón. Pérez Rico (2008, versión electrónica del informe), indica que la pieza es de manufactura foránea.
20 Uriarte señala que la celebración del juego de pelota con bastón por arriba está profusamente reproducida a través de las figuras de cerámica del occidente de México, las más antiguas encontradas en una tumba de tiro en El Opeño, Michoacán que datan aproximadamente del año 1500 a.C. (2006:262). 21 El personaje se encuentra sentado con las piernas cruzadas, visto de perfil, con el brazo derecho extendido al frente y el izquierdo flexionado sobre su pecho. La descripción de esta pieza y su dibujo, fueron publicados por Franco 53
La presencia de sujetos con anomalías en
parte posterior. Cercanas a su boca tiene
las extremidades, numéricamente también
dos grandes vírgulas, que indican la acción
mantiene un rango bajo, no obstante, por la
de hablar o cantar. Los brazos y piernas
riqueza de elementos con ellos vinculados,
fueron decorados con barras diagonales,
los casos son relevantes para el tema aquí
puntos y aros; todos en color rojo y, sobre
tratado.
su pecho, el motivo del xonecuilli, o espiral
En el conjunto residencial de Atetelco, el
con volutas opuestas. Cercano a la cabeza,
Patio Blanco tiene un pequeño acceso, en
lleva un numeral incompleto, dispuesto en
cuyas jambas se conserva pintura mural. La
sentido vertical, formado por una barra y
jamba norte contiene el mural 1, y la jamba
tres puntos, la sección faltante indica que,
sur el mural 2. En ellas se muestran dos su-
posiblemente, el número representado era
jetos con anomalías en sus extremidades
el nueve (Fig. 11).
inferiores23 (Al respecto véase: Matos,
El individuo en la jamba sur de Atetelco, tie-
1972:95; Cabrera, 2006: figuras 18.10 y
ne el brazo derecho desproporcionado y
18.11).
cuelga sobre su costado. En cambio el iz-
El mural 2, en la jamba sur de Atetelco, tie-
quierdo se muestra levantado, con el ante-
ne un individuo pintado en rojo oscuro sobre
brazo sobre la frente y la mano extendida.
fondo de color rojo claro; en posición verti-
Bernal y Velásquez (2005:28), mencionan
24
cal . La cabeza de perfil, orientada al este y
que en el lenguaje simbólico-gestual y cor-
adornada con dos grandes aros. Viste una
poral del clásico maya, la mano extendida
faldilla corta, que se abre al frente y forma el
sobre la frente indica: “pesar y resignación
motivo “cola de golondrina”, que lo relaciona
ante un inminente destino” y, en este caso,
con el dios Xipe, es decir con un sacrifica-
con toda probabilidad, el adorno lo identifica
25
do . La falda está sujetada con un cinturón
como un penitente elegido para el sacrificio.
liso, así como el extremo de un moño y dos
El personaje en la jamba sur (mural 2) tiene
lienzos o cabos colgantes, en la parte poste-
ambos pies con una curvatura anormal en los tobillos. Esta curvatura continúa a lo lar-
23 Ubicado en la esquina noroeste, que comunica con el corredor 1. 24 Baudez (2000:22), considera que ambos sujetos no están representados de pie sino acostados, vistos desde arriba. 25 Uriarte (2006:266) menciona que el dios Xipe, representado en la urna número 1 de la tumba 58 de Monte Albán, lleva en una mano la cabeza de un decapitado y en la otra, una pelota. 26 “Equino” deriva de porcino, com. personal, Dra. Ma. Dolores Medrano (feb. 2012).
go, de tal manera que los dedos están volteados hacia arriba, con el empeine en la parte inferior. La anomalía ha sido identificada como pie “equino-varo”26 y es el rasgo que algunos autores utilizan para relacionarlo con Xólotl, el compañero del Sol, y tam54
bién con Nanahuatzin27 (Matos, 1972:97;
En Atetelco el penitente en la jamba norte y
Cabrera, 2006:215), la deidad mencionada
el representado en la sur, llevan sobre la
en las tradiciones del Posclásico, es decir
frente dos grandes aros circulares, parcial-
varios siglos posteriores al derrumbe teo-
mente ocultos por el antebrazo que se so-
tihuacano.
brepone. El atributo también se observa en
En la jamba norte de Atetelco, el mural 1
algunas figuras moldeadas en cerámica
representa una figura humana incompleta,
anaranjado delgado, de personajes unidos a
en regular estado de conservación, coloca-
una vasija, sentados, con la cabeza rapada
da en posición vertical, con su rostro dirigido
y dos aros en la frente. Estos aros también
al este. Al igual que el individuo en la jamba
los llevan las esculturas del cipactli o mons-
sur, su brazo cuelga sobre su costado dere-
truo de la tierra, también llamado “dios con
cho y es bastante largo, en relación al tama-
el moño en el tocado”, de la Pirámide de
ño del cuerpo. Este personaje viste un fal-
Quetzalcóatl. En el Templo Inferior de los
dellín corto, abierto en dos secciones que
Jaguares o edificio anexo al Juego de Pelo-
forman un motivo similar a la “cola de golon-
ta de Chichen Itzá, el jugador de pelota re-
drina”; ajustado por un cinturón liso que re-
presentado en el muro poniente también
mata, en la sección posterior, con dos cabos
lleva sobre la frente dos grandes aros como
colgantes. De su boca surgen dos vírgulas
los ya referidos para Teotihuacán.
consecutivas de aliento vital, o glifo del
En relación con la temporalidad de los mu-
habla. La zona correspondiente a los pies
rales en las jambas de Atetelco, Matos con-
está bien conservada. El pie derecho es
sideró que correspondían a la fase Xolalpan
normal y lleva una sandalia de correas y ta-
tardío (550-650 d. C.), en cambio para Ca-
lonera cuadrangular; en cambio su pie iz-
brera son más tempranos y los fecho entre
quierdo es deforme, tiene forma de gancho,
300 y 400 d.C. (Matos, 1972: 97; Cabrera,
dirigido hacia adentro, con el señalamiento
2006:214).
de cuatro dedos. c) Enanos de Jaina y Yaxchilán Procede de Jaina un conjunto de trece figurillas, elaboradas en molde, que representan a personajes gordos y enanos (Cook de 27 Por su parte Baudez (2007:23), con una argumentación poco convincente, considera que en este personaje los tobillos fueron fracturados en el juego de pelota.
Leonard, Op.cit.:59). La muestra incluye: figurillas masculinas de aspecto infantil o enanos; figurillas de cara pequeña y mofle55
tuda, con ojos pequeños y juntos, boca
d) Enanos, jorobados y un portaestandarte
trompuda y orejeras circulares; así como
con pie anómalo en Chichen Itzá.
figurillas de pie con piernas y brazos anor-
Las evidencias de seres con patologías nos
malmente cortos y flexionados.
remiten, nuevamente, al extremo norte de la
Varios de los enanos gordos de Jaina, por-
Península de Yucatán, con algunas repre-
tan un pectoral, aplicado al pastillaje, que
sentaciones de enanos y jorobados, reporta-
puede ser ovalado, y que posiblemente re-
das para Chichen Itzá. Los sondeos realiza-
presenta un espejo de hematita, o una con-
dos en el Cenote de los Sacrificios, recupe-
cha rectangular. Un caso en particular tiene
raron un pendiente con la forma de un joro-
sobre las mejillas un metzxayacatl28 o media
bado31, con dos agujeros de suspensión ta-
máscara de piel corrugada que lo identifica
ladrados a lo largo de la espalda. Labrado
con el dios masculino Xipe y su contraparte
con un relieve suave y bajo característico de
femenina Tlazoltéotl. En su conjunto, las
los trabajos de jade del Periodo Clásico For-
figuras que representan a enanos y gordos
mativo (250-550 d.C). El individuo está de
de Jaina corresponden al Clásico, y su ma-
perfil, en cuclillas y ataviado únicamente con
nufactura corresponde a los siglos VII y VIII
un cinturón de taparrabo, con los brazos
d. C., es decir más de un milenio posterior a
flexionados y las manos sobre el mentón.
sus más remotos antecedentes olmecas 29.
En él sobresale la cabeza desmesurada cu-
En el escalón número VII, perteneciente a la
yo rostro presenta rasgos olmecoides.
Estructura 33 de Yaxchilán, fue representa-
Un conjunto de tres pendientes-figurillas,
do un juego de pelota, en la variante con
manufacturados en jadeíta con forma de
cancha escalonada y pelota impulsada con
enanos, también fueron recuperadas del
la cadera. Acompañan al jugador de pelota dos enanos, de pie, vistos de perfil, de cuerpos regordetes y piernas flexionadas. El mo-
30 Fuente y Arellano (2001:19, Fig. 27), indican que sobre el cuerpo de estos enanos se representó el glifo para indicar “estrella”. 31 Chase y Shane (1996:139) afirman que los jorobados fechados con mayor seguridad, son dos ejemplares, que proceden de un escondite del Clásico formativo en Quiriguá, Guatemala. Dos jorobados más fueron excavados de otro escondite en Copán, Honduras y en 1982 fueron publicados siete jorobados localizados en un escondite de Salitrón Viejo en Honduras. A los anteriores deben sumarse los jades de una tumba del siglo VII, hallada en Altun Ha, Belice, vinculados con estas figuras.
numento contiene la fecha del 744 d. C. (Fig. 12).
28 Medellín Zenil (1960:70), menciona que el metzxayacatl, también fue representado en figurillas de Jaina y en figuras femeninas del Totonacapan. 29 Para Cook de Leonard (1971:61), tanto los enanos de Teotihuacán, como los de Jaina tuvieron su antecedente en lo olmeca.
56
Fig. 12. Escalón VII de la Estructura 33 de Yaxchilán. Pájaro Jaguar con dos enanos, en un juego de pelota. Tomado de Tate, 1992: fig.111.
Cenote de los Sacrificios32 (Chase Coggins y C., Shane III 1996:78). Son característicos del tipo enano los miembros cortos y la enorme cabeza desproporcionada. En su rostro destaca la nariz aguileña y el cabello en forma de cresta dentada, peinado que es propio de figuras que representan jugadores de pelota. Su atavío consiste en un sencillo delantal a manera de taparrabo. Dos ejemplares muestran evidencias de haber sido quemados y fracturados de manera intencional. El conjunto ha sido fechado para el Clásico Tardío (750-850 d.C.). Un portaestandarte de Chichen Itzá, esculpido en roca caliza, actualmente en el Museo Regional de Mérida, muestra a un individuo sentado, con la cabeza erguida y girada a su izquierda. Los brazos sobre las rodillas y las manos adecuadas para sujetar el mástil de los estandartes (Fig. 13). Fig. 13. Portaestandarte de Chichen Itzá con pie derecho deforme. Fot. M. Zabé; tomada de Arqueología mexicana, No. 3, especial, 1999:19
32 Todas las piezas se ubican en el Museo Peabody. 57
El portaestandarte de Chichen Itzá, es un
sección inferior, ya trasformado, tiene como
personaje sentado sobre una base cuadran-
característica principal las manos y pies de-
gular, con la cadera sobre el piso; mientras
formes, con callosidades y el ojo fuera de su
sus piernas están flexionadas y ligeramente
órbita (Fig. 14).
separadas. Ambos pies colocados al frente,
El Códice Vaticano (1972, lámina 79.) mues-
llevan sandalias con gruesas correas anu-
tra la imagen de una Cihuateteo o mujer
dadas sobre los tobillos y elevadas talone-
muerta en parto y convertida en diosa, en-
ras cuadrangulares. Como rasgo peculiar,
cargada
el pie derecho es deforme y se encuentra
(Tlalchitonatiuh) en su viaje por el inframun-
con acusada flexión hacia su izquierda, con
do. Vestida con faldellín, grueso cinturón,
la punta ligeramente levantada de la base,
con un tezcacuitlapilli, o disco posterior con
en cambio el izquierdo es normal. En defini-
cola, cuya hebilla tiene la forma de un
tiva, la articulación de los huesos no permite
cráneo humano. El único ojo representado
un giro tan extremo, sin la correspondiente
se encuentra desorbitado. Los pies descal-
inclinación de la pierna, por lo tanto, es in-
zos son deformes, con las puntas hacia
discutible que el escultor representó a un
adentro y apoyados en su borde externo. En
sujeto con esta peculiar patología (Fuente y
las extremidades lleva motivos formados por
Arellano, 2001, Fig. 28).
círculos y líneas.
de
acompañar
al
Sol
En el vocabulario anexo a la obra de SaV
Los pies deformes, Nanahuatzin,
hagún (1981, IV: 370), se indica que xolotl
Xolotl y su relación con el juego de pelo-
es indicativo de algo doble, como ocurre de
ta
manera excepcional con algunas matas de
La primera sección del Códice Borgia, inclu-
maíz. Seler34 señaló que para los antiguos
ye en su lámina 10, a Nanahuatzin, dios re-
mexicanos el nacimiento de los gemelos y,
gente del decimoséptimo día, ollin o movi-
en general, cualquier germinación doble, era
miento, el dios de los gemelos y de los de-
vista como algo antinatural y alarmante. De
formes. En la sección superior puede verse
ahí que las formas designadas como “xolotl”
a un personaje inmolado dentro de una gran
estaban asociadas con la idea de monstruo-
olla; de acuerdo con Seler33 (1988:55) es él
sidad, deformidad y, posiblemente, por esta
mismo, quien al quemarse se transforma en Nanahuatzin, otro aspecto de Xólotl, quien
33 Seler también señala una identidad entre Nanahuatzin y Macuilxóchitl. 34 Y por esta razón Seler afirma que los padres mataban a uno de ellos después del parto.
tenía como tarea acompañar al Sol al mundo de los muertos (Caso, 1970:31). En la 58
En Mesoamérica el juego de pelota fue una actividad compleja y de gran antigüedad, practicado profusamente, desde la etapa olmeca. Con el transcurso de los siglos se desarrollaron diversas maneras de juegos de pelota y aunque sus diferentes variantes igualmente acusan orígenes diversos, hay quienes sugieren (Leyennar, 1979), que su origen se remonta al Preclásico o Formativo en la zona de la Costa del Golfo, esto es, desde la época olmeca. La práctica del juego de pelota ha sido analizada como una manifestación religiosa vinFig. 14. Nanahuatzin regente del día ollin. Tomado de Códice Borgia, 1980: Lam. 10.
culada con el cosmos y la fertilidad de la tierra, lo cual permite asociarla con algunas deidades, representadas en relieves pintu-
misma razón Xolotl fue considerado dios de
ras y códices, entre ellas Xólotl y Nanahuat-
los seres con patologías en el rostro o en
zin.
otras partes del cuerpo.
Algunas canchas para la práctica del juego
Como regentes del decimoséptimo día, ollin
de pelota tienen una orientación norte sur,
o movimiento, Xolotl y Nanahuatzin están
que coincide con la orientación de la Calza-
vinculados con el juego de pelota. La pala-
da de los Muertos en Teotihuacán. Donde
bra ollin tiene en su raíz el ol es decir el
fue localizado, el relieve de un rostro con
hule, la materia con la que eran elaboradas
patologías, tallado en el extremo de un es-
las pelotas. Entre los mexicas Xolotl fue el
calón; las evidencias tienden a confirmar
dios patrono del juego de pelota (Uriarte,
que la pieza perteneció a un contexto de
Op.cit.:260).
juego de pelota.
Seler (Op.cit.:144); señala que tanto en el
La orientación norte-sur también está pre-
día 4 Ollin, como durante los eclipses del
sente en la monumental cancha del juego
Sol, se sacrificaban personas o animales
de pelota de Chichen Itzá. En el Templo In-
que se consideraban tenían afinidad con él.
ferior de los Jaguares, anexo a este juego,
Con lo cual se pensaba evitar el peligro en
el personaje principal, en el muro poniente,
que este se encontraba; y entre los sacrifi-
sostiene una pelota en llamas y lleva sobre
cados se cuentan precisamente los enanos.
su frente la representación de dos grandes 59
aros, símbolo que, ya he señalado, está pre-
personaje protagónico a Nanauatzin (sic), el
sente en los personajes representados en
dios buboso y contrahecho35. De acuerdo
las jambas norte y sur de Atetelco con pies
con la Leyenda de los Soles, reunidos los
equinovaros. Este conjunto de evidencias
dioses en Teotihuacán, con el propósito de
son consistentes con la relación entre los
auto sacrificarse, en una gran hoguera, para
seres con malformaciones y el ritual sagra-
dar origen al movimiento del Sol y la Luna,
do del juego de pelota, como manifestación
el primero en ser llamado para su inmola-
previa a su sacrificio.
ción fue el orgulloso Tecuciztécatl, quien
La orientación norte sur permite establecer,
vestía ropas elegantes y hacía ofrendas os-
en conjunción con los anillos, un sistema de
tentosas, pero en sus cuatro intentos, al in-
medición o puntos referencia, entre los cua-
tentar inmolarse, se acobardó.
les sobresale el señalamiento de los equi-
La tradición describe a Nanahuatzin como
noccios de primavera. Los equinoccios
un ser pobre y llagado del cuerpo, quien
según se ha demostrado, son para los pue-
brindaba manojos de cañas verdes atadas
blos prehispánicos, el anuncio de la proximi-
de tres en tres, todas ellas llegaban a nueve
dad de la temporada de lluvias, su abundan-
(Vidarte,1968:144-145), así como bolas de
cia y el renacer del manto de la tierra, los
heno, púas de maguey y, en lugar de copal,
cuales son posibles gracias al sacrificio del
como ofrenda, sus propias postillas de las
hombre (Uriarte, Op. cit. 260).
bubas. Al ser Nanahuatzin un dios sin te-
En síntesis, en el juego de pelota se vincu-
mor, en su primer intento se arroja al fuego
lan dos aspectos interrelacionados: uno el
para ser consumido en las llamas y conver-
mantenimiento del orden cósmico, el triunfo
tirse de esta manera en el Sol radiante de la
del Sol en su lucha contra los dioses del in-
nueva era del mundo.
framundo y otra, el renacimiento de las plan-
La tradición aclara que Tecuciztécatl se in-
tas, durante cada primavera, ciclo que sólo
moló después y para evitar que su luz ra-
se puede asegurar con la participación del
diante opacara la del sol, los dioses arrojan
hombre a través del sacrificio y el autosacri-
un conejo al astro y de esta manera se
ficio (Ibídem.).
transformó en la Luna.
V Nanahuatzin y el mito del quinto sol El relato sobre la creación del quinto sol, 35 Matos (1972: 97), también promueve la identificación de los personajes con pies anómalos de Atetelco y Tepantitla, con Nanahuatzin.
trasmitido por Sahagún (Sahagún, 1981: Libro VII, capítulo 2:258-262), tiene como 60
Vidarte (ibíd.), Pasztory (Op.cit.:212) y Uriar-
etapa olmeca.
te (Op.cit.:266) sugieren que tanto el enano
La presencia de rostros contrahechos con
como el jugador con pies deformes, dibuja-
ojo abotagado, nariz torcida, boca con mue-
dos en Tepantitla, aluden al mencionado
ca, en el yuguito-rodillera de la Universidad
mito cosmogónico e incluso, no dudan en
de Princeton, y en el yugo con dos rostros
considerar que pueden tratarse de Teccisté-
equivalentes perteneciente a las coleccio-
catl y Nanahuatzin.
nes del MNA, son testimonios de la asociación que desde el Formativo Medio y tam-
Consideraciones finales
bién durante el Clásico, existió entre este
Los seres cuyos rostros presentan malfor-
ser y los implementos utilizados en el juego
maciones, y los individuos con otro tipo de
de pelota.
patologías, particularmente los enanos y los
Los rostros con malformaciones, ya sea pa-
personajes con pies deformes, aquí reseña-
tologías o parálisis faciales, son representa-
dos, permiten establecer algunas considera-
ciones de cabezas separadas del cuerpo. Si
ciones.
tomamos en cuenta que el juego de pelota
Los ejemplos de rostros con ojo abotagado
es un ceremonial donde usualmente se
y nariz torcida, confirman la amplia distribu-
practica la decapitación, estas representa-
ción geográfica que, desde tiempos formati-
ciones de cabezas, quizás son producto de
vos, los seres contrahechos tuvieron en Me-
dicho sacrificio.
soamérica. Las evidencias promueven su
La suma de las anteriores evidencias permi-
consolidación durante el Clásico, tanto en el
te afirmar que inicialmente durante el For-
Altiplano Central, como en el Área maya. Su
mativo y posteriormente durante el Clásico,
participación es relevante, en rituales de sa-
tanto en la Costa del Golfo como en Teo-
crificio, en calidad de mensajeros o interme-
tihuacán, existió una relación entre los seres
diarios entre hombres y dioses.
con patologías y el juego de pelota.
Las cabezas con rostros que ostentan pato-
El jugador de pelota con dos aros en la fren-
logías, son parte de un conjunto más amplio
te, representado en el Templo Inferior de los
constituido por seres con otro tipo de malfor-
jaguares de Chichen Itzá, que es el edificio
maciones corporales, entre los que se en-
anexo al monumental Juego de Pelota, per-
cuentran: enanos y personajes con uno o
mite establecer una asociación consistente
ambos pies equinovaros. Todos en conjun-
con los personajes en las jambas norte y sur
to están relacionados con el juego de pelota
de Atetelco, que destacan por la malforma-
y tienen sus antecedentes desde la remota
ción de sus pies, e igualmente identificarlos 61
como jugadores de pelota. Los aros sobre la
Arqueología Mexicana Vol. 12, No. 71. Editorial Raíces. México. Pp.2833.
frente están vinculados a jugadores de pelota de alto rango, antes que en Chichen Itzá, el antecedente de este simbolismo se mani-
Cabrera, Rubén 2006 “Atetelco” en La Pintura Mural prehispánica en México, I, Teotihuacán, T. I, Catálogo, Beatriz de la Fuente (Coord.). Instituto de Investigaciones Estéticas. Universidad Nacional Autónoma de México. México.
festó en Teotihuacán. Es posible que las representaciones de enanos así como los individuos con pies deformes y aquéllos que padecían parálisis facial, fueran intermediarios de quienes la comunidad se valía, para comunicarse con el Más Allá, de donde esperaban recibir favo-
Caso, Alfonso 1970 “Xolotl, no jaguar”, Boletín del INAH, No. 39 marzo, México. Pp.31-35.
res, gracias a su capacidad de penetrar en el inframundo. Finalmente es pertinente tomar en cuenta
Códice Vaticano (3773) 1972 Biblioteca Apostólica Vaticana. Akademische Druck- u. Verlagsantalt Graz- Austria.
que Nanahuatzin, y Xolotl al igual que otros dioses mesoamericanos como Tlaloc y Huehueteotl, básicamente son resultado de un complejo de creencias y mitos que en la
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mentalidad indígena persisten desde tiempos milenarios.
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64
UBICANDOSE ENTRE MONTAÑAS Y VALLES ZOQUES DE CHIAPAS Enrique Méndez Torres Los zoques
D
esde la época prehispánica hasta la actualidad se distinguen tres regiones culturales Zoques. La primera la conforman los pueblos que ven hacia la vertiente del Golfo de México, asentados en las planicies colindantes con el estado de Tabasco. En
este espacio fue frecuente el contacto con mayas y mexicas, por lo que las condiciones socio económicas eran superior a la de las otras dos regiones. El constante tráfico de mercaderes y pobladores que arribaban de la Meseta Central de México y los procedentes del área maya motivaron en la región un dinamismo excepcional, tanto en el intercambio de mercancías, ideas, costumbres y prácticas sociales diversas. Al momento de la conquista estaban bajo el control de los mexicas. Al sureste se encontraban otros cinco pueblos de habla náhuatl, los más conocidos de estos fueron los de Nicapa, Magdalena Coltipan (ahora Francisco León), Ixtapangajoya y Teapa, los dos primeros sobre las riberas de los ríos Platanar y Sayula y los otros dos a la vera del río Teapa. A través de estas vías fluviales se podía bajar hasta Zimatán y otros centros ceremoniales, con los que se comerciaban los diversos productos de esta región zoque como: maíz, chile, frijol, ámbar, telas finas, de grana, plumas de quetzal y otros pájaros, piedras de moler, petates, canastos y una gran diversidad de artículos menores propios de la variada artesanía. La parte tabasqueña era sumamente rica en cacao. Los abundantes ríos facilitaron la comunicación con la faja costeña. Algunos de estos pueblos llamaron la atención de los conquistadores españoles por el número de habitantes y el trazo urbano de los asentamientos, en especial el de Teapa, mencionado por Bernal Díaz y Diego Godoy (Villa Rojas, 1990:21,23-24). La segunda región se ubica en las partes altas de la Sierra de Pantepec, donde el clima tiende a ser más frío, los suelos quebrados y pedregosos, sin ríos navegables ni rutas importantes de comercio, los pobladores se empleaban como cargadores, alfareros, tejedores de petates, canastos y otros artículos, comerciaban con la grana silvestre que les era muy solicitada; al momento de la conquista se encontraban aislados.
65
Entre sus principales poblaciones están las
pueblo de Quechula se encuentra en la ac-
de Tapalapa, Ocotepec, Pantepec, Tapilula
tualidad inundado por las aguas de la presa
y otros que desaparecieron en época de la
de Malpaso (Villa Rojas, 1990:26).
colonia. Los caminos que los llevaban a los
En el costado derecho del río Grijalva, antes
embarcaderos de Coltipan (Francisco León),
de penetrar por el cañón El Sumidero se
Nicapa y Teapa eran pésimos, y siempre se
ubica el poblado de Chiapa de Corzo, anti-
quejaron de ellos los españoles, la única
guo asentamiento prehispánico importante
referencia que hicieron al conquistar esta
en la región, al suroeste se encuentran los
parte es el poblado de Tapilula quejándose
poblados de Tuxtla, Ocozocoautla, Cintala-
de sus malas sierras y pasos (Villa Rojas,
pa, Jiquipilas y otros ya desaparecidos de la
1990:24,25).
Depresión Central (Villa Rojas, 1990:26-27).
La tercera área corresponde a la vertiente
Después de la conquista española cambia-
opuesta que se inclina hacia la Depresión
ron de importancia económica estas tres
Central Chiapaneca con una altitud de entre
regiones culturales. La zona del Golfo per-
los 500 y 700 msnm y un clima caluroso. La
dió jerarquía y la Depresión Central se esti-
configuración geográfica de la provincia zo-
muló por el comercio y las industrias, a la
que se aprecia en dos vertientes de tierras
región de la Sierra se le intentó dar auge sin
bajas separadas por el sistema montañoso
éxito alguno, en buena parte debido a su
de Pantepec. Aquí se ubican los poblados
complicada geografía, esta es la misma
de Tecpatán, Capainalá y Quechula, los
razón de que hoy se encuentre allí el mayor
cuales cuentan con tierras de aluvión por su
número de hablantes zoques monolingües
ubicación en las faldas de la Sierra (Villa
(Villa Rojas, 1990:29).
Rojas, 1990:21,25).
Muchas poblaciones y personas fueron ex-
De aquí Bernal Díaz (1933:242) narra “…
terminadas por hambrunas, plagas, inunda-
fuimos a otros poblezuelos sujetos al mismo
ciones, sequías, infortunios y nuevas pestes
Cachula…”. En La relación de Ocozocoau-
traídas por los españoles, los frailes Domini-
tla, a fines del siglo XVI, se menciona la im-
cos los congregaron en poblados, situación
portancia del puerto de Cachula como punto
que aprovechó la Corona española para so-
de comercio fluvial y por tierra a diferentes
juzgarlos, cobrarles tributo y sobreexplotar-
partes
Golfo
los. Prueba de ello es el acta que Mazarie-
(Coatzacoalcos y Campeche), Chicoasente-
gos levantó contra Pedro Guzmán por el
pec, Copainalá
(Navarrete
tormento al que fueron sujetos los poblado-
Cáceres, 1968:371-372). Este importante
res de Oztuacan y Tapalapa y por haber
como
a
la
y
costa
Tecpatán
del
66
aprehendido a 900 tamemes que herró, se
820 msnm en el estado de Chiapas. Su ex-
llevó como esclavos y los repartió entre sus
tensión territorial comprende 2,176.6 kilóme-
allegados (Mazariegos citado en Villa Rojas,
tros cuadrados, colindando al norte con el
1990:31).
municipio de Tecpatán; al sur con Villaflo-
Por el contrario la Depresión Central resultó
res; al este con la capital del estado Tuxtla
más atractiva para los españoles por lo pro-
Gutiérrez, Berriozabal y Suchiapa; Jiquipilas
picio de sus suelos para la agricultura, es-
y Cintalapa al oeste (Secretaría de Gober-
tancias de ganado, mano de obra nativa y el
nación, 1988:351), (Fig. 1).
fácil tránsito por esta área.
Según Peñafiel Ocozocuautla proviene del
El poblado Ocozocoautla de Espinosa es la
mexicano: Ocotzo, ocozotl, trementina
capital del municipio de Ocozocoautla, se
Cuauhtla, bosque; bosque de la trementina
ubica entre las regiones fisiográficas o natu-
(Peñafiel, 1897:196).
y
rales de las Montañas del Norte y la Depresión Central, con una variada topografía.
1. Se le denomina al Liquidambar styraciflua en náhuatl ocotzotl, ocoxotl, ocozote u ocotzocuohuit. Es un árbol del cual se extrae una resina aromatica. Sahagún menciona que era utilizado en sus cañas de humo que chupan. Navas
Este municipio se ubica en la parte occidental, su cabecera se ubica en los 16 º 45´ 37” latitud norte y 93º 22´ 20” longitud Oeste a
Fig. 1. Ubicación de Ocozocoautla en el estado de Chiapas y los dos ríos más importantes de esta área cultural, el Grijalva y La Venta. Dibujo del autor. 67
Para otros es de origen nahoa, de los voca-
En la época prehispánica se les localizaba
blos okoshotl, ocozote, una planta textil, y
en todo el oeste de este Estado con un es-
kuautla, bosque; bosque de los ocozotes.
pacio territorial de 12,000 a 15,000 kilóme-
La población rural, que es la mayoría, se
tros aproximadamente, espacio que se vio
distribuye en 149 localidades, donde las
reducido por invasiones nahuas proceden-
más sobresalientes son Ocuilapa, Guadalu-
tes del Altiplano, asentándose en el Soco-
pe Victoria, Vicente Guerrero, Alfonso Mo-
nusco. Para el 900 D.C. los Chiapa les arre-
guel,
batan los Valles Centrales y con ello las me-
Espinal
de
Morelos
y
Galeana
(Secretaría de Gobernación, Op. Cit.:35).
jores tierras para cultivo y una importante
En la actualidad podemos ubicar el espacio
vía de comunicación y mercadeo. Con la
geográfico de los zoques al noroeste del
llegada de las huestes comandadas por los
estado de Chiapas y zonas aledañas en los
españoles, en 1523, la población se reduce
estados de Oaxaca y Tabasco. En Oaxaca
notablemente y con las ideas evangelizado-
se les ubica en dos municipios Santa María
ras y colonialistas los habitantes se congre-
Chimalapa y San Miguel Chimalapa, ambos
gan en poblados, acotándose el territorio
en zona selvática, ubicados entre los 1000 y
ocupado por la cultura Zoque a un espacio
2000 msnm., aislados por malas vías de co-
de aproximadamente de 6,468 Km2 (Villa
municación (Villa Rojas, 1990:17).
Rojas, 1990:18).
En el estado de Tabasco se les ubica princi-
Fisiográficamente este espacio se ubica en
palmente en cuatro poblaciones con esta
las Montañas del Norte, caracterizado por
lengua materna: Teapa (municipio de Tea-
ser una de las zonas más altas con pen-
pa),
Oxolotán
dientes abruptas y pedregosas, espacio im-
(municipio de Tacotalpan), estas poblacio-
propio para la agricultura intensiva (Villa Ro-
nes cuentan con más vías de comunicación
jas, 1990:19).
y no han estado ajunas a los cambios de la
Dado que por mucho tiempo este territorio
“modernidad”.
tuvo un descenso poblacional, a mediados
En Chiapas se encuentra el grupo poblacio-
del siglo pasado se les proporcionaron tie-
nal zoque por excelencia.
rras a habitantes de otras regiones y cultu-
Puxcatán,
Tapijulapa
y
ras, lo que ha causado un mal aprovechamiento de los recursos y una mala apropiación de los espacios culturales por grupos
(1984:269) menciona que esta resina también sacaban un aceite el cual era utilizado como medicina, más espeso era empleado como perfume y que era muy apreciado por los naturales.
totalmente ajenos a ellos.
68
Los hablantes de la lengua Zoque cada vez
baja caducifolia, selva baja espinosa cadu-
son menos y aunque en algunos poblados
cifolia, sabana, bosque de pino-encino, enci-
ya no se habla, culturalmente ellos se reco-
nares, bosque caducifolio y vegetación se-
nocen como zoques.
cundaria (SEMARNAT, 2000:26).
Medio geográfico
Hidrología
Ocozocoautla se encuentra ubicado entre
Está conformada por el Sistema Grijalva, río
dos medios geográficos, el norte lo constitu-
que nace en los Cuchumatanes guatemalte-
yen las Montañas del Norte y la parte sur
cos, con una cuenca de 60,800 Km 2, una
corresponde a la Depresión Central, a este
longitud
aspecto se debe lo variado de sus paisajes
2003:21). Su mayor afluente es el río La
y climas, desde el cálido-seco al cálido-
Venta. Son los dos grandes ríos que reco-
húmedo debido a la precipitación de lluvias,
rren el territorio Zoque, que penetra las
la orografía selvática y los apacibles valles
Montañas del Norte, conformado por suelos
de verdes pastizales (Secretaría de Gober-
calizos del Cretácico, formando dos impo-
nación, Op. Cit.:351).
nentes cañones El Sumidero y La Venta
En el área se aprecian diez tipos de vegeta-
respectivamente. Se unen en la presa de
ción, según Breedlove: selva alta perennifo-
Malpaso y recorre territorio tabasqueño has-
lia, selva alta o mediana subperennifolia,
ta desembocar en el Golfo de México, en
Selva mediana o baja perennifolia, selva
esta parte el río se vuelve navegable.
de
700
Km
(Orozco
Zuarth,
Fig. 2. Vista del exterior de una de las paredes del cañón del río La Venta. Foto Enrique Méndez Torres. 69
Fig. 3. Vista de una de las terrazas del cañón del río La Venta, abajo el río del mismo nombre. Foto Enrique Méndez Torres.
Al río La Venta (Fig. 2 y3), se le unen ríos
subhúmedo a cálido-húmedo dependiendo
menos caudalosos como El Cacahuanó, Ce-
de la zona.
dro, El Francés, El Achiote y el río subterrá-
Los meses con mayor precipitación van de
neo El Encanto; los arroyos de caudal per-
junio a octubre. Los meses más calurosos
manente Ojo de Agua, Las Flores, Los
son de mayo y junio. Los vientos tiene una
Plátanos, Ocuilapa, Santa Fe, Las Came-
dirección de noroeste a sureste preferente-
lias, Apic Pac, Petapa y Margaritas, y arro-
mente; la temperatura media anual de la
yos de temporal (Orozco Zuarth, 2003).
cabecera municipal es de 23.8o C y una pre-
El Grijalva (Figs. 4 y 5), se alimenta de co-
cipitación pluvial de 802.3 mm anuales
rrientes subterráneas que previenen de la
(Secretaría de Gobernación, Op.cit.:352).
región de Los Altos y de los ríos Suchiapa,
El clima influye fuertemente sobre este pai-
Santo Domingo, Pando, Ningunillo, Dorado,
saje, donde son frecuentes las calizas, y
Blanco, Cuxtepeques, Jaltenango y Cuílco.
donde la agresión kárstica prevalece en el territorio. El agua de lluvia que llega pasa
Clima
por la delgada capa de suelo vegetal, se
Se pueden dividir los climas de cálido-
enriquece con los ácidos orgánicos, volvién70
Fig. 4.Transito del río Grijalva a través de la entrada del cañón El Sumidero. Foto Enrique Méndez Torres.
Fig. 5. Pared este del cañón con más de 150 metros de alto. Foto Enrique Méndez Torres. 71
dose un agua más agresiva, y si a esto se le agrega la elevada temperatura de la región, que favorece la actividad bioquímica de la solución, que al contacto con la roca caliza disuelve el cemento constituido por Carbonato de calcio y comienza a infiltrarse en el subsuelo, extendiéndose así la extensa red de fracturas (Giulivo, 1999a:28-29). La abundante lluvia, después de todo este tiempo, ha modelado el paisaje tropical kárstico dando un terreno áspero y sin ríos en su superficie, esto se debe a la rápida
Fig. 6. Paisaje en la parte superior al cañón La Venta. Foto Enrique Méndez Torres.
absorción que al interior ha creado un espacio con diversas galerías y túneles subterráneos por donde ha circulado o circula el agua que sale por diversos manantiales en valles o el cañón (Giulivo 1999a 29), (Figs. 6 y 7). Las simas o sótanos constituyen dolinas de colapso. Las galerías freáticas, cuando carecen del empuje hidrostático del agua que las inunda, se extienden progresivamente en condiciones vadosas por la presencia de ríos subterráneos; los equilibrios estáticos cambian rápido y los salones para adaptarse a los cambios se desarrollan hacia arriba, provocando que se derrumben los estratos
Fig. 7. Paisaje tropical cárstico de la región. Foto Enrique Méndez Torres.
rocosos sub-horizontales, que a veces son inestables, hasta llegar a la superficie. De este proceso resulta un hueco de varios metros de ancho, el fondo esta constituido por un tapón detrítico acumulado que esconde o tapa las vías subterráneas del agua. A ve72
Fig. 9. Entrada al Chorredero y salida del río. Foto Enrique Méndez Torres.
Fig. 8. Vista de la Sima del Copal. Foto Enrique Méndez Torres.
ces en sus paredes se pueden apreciar cue-
donde fluye el agua a las zonas de manantia-
vas o balcones (Giulivo, 1999a:30), (Fig. 8 y
les (Giulivo, 1999b:131), (Fig. 9).
9). La geografía y el hombre Hidrogeología
La gente de la época prehispánica al familiari-
El paisaje kárstico tropical de la región es el
zarse con los espacios se fue apropiando de
resultado de miles de años de intemperismo
ellos y al hacerlos parte de su vida cotidiana
del agua sobre la roca calcárea mostrando
los fue integrando en sus mitos, cuentos y le-
una superficie de conos. El agua que escu-
yendas (Thomas, 1974; Heyden, 1976; Arias,
rre de las colinas se conjunta en el fondo de
1991; Munch, 1993; Instituto Chiapaneco de
las dolinas, la que se transfiere al subsuelo
Cultura, 1988). En su imaginativo les otorgó
a lo largo de discontinuidades en la roca
vida, poderes, características especiales que
(unión de estratos, fracturas y fallas), las
de acuerdo a la circunstancia, ya se vieran
cuales se van ensanchando hasta formar
favorecidos o perjudicados se hizo necesario
una intrincada red de canales cársticos por
agradecer o congratularse con esas fuerzas 73
desconocidas e incontrolables.
dentro de un determinado territorio y a falta
La misma conformación del espacio geográ-
de este sentido la memoria y los demás
fico ha sido fundamental para los asenta-
sentidos se desarrollan para conocer el lu-
mientos humanos, pues no todos los luga-
gar por donde se ubica y desplaza uno. Co-
res son propicios para la agricultura y forma-
sa más lógica, sin embargo antes de la vista
ción de cuerpos de agua, y sin estos una
el hombre empieza a reconocer su mundo a
población debió de haber tenido muchos
través de su piel. Los cambios de clima y
problemas para subsistir. Sin embargo se
humedad, en conjunto, vista y tacto, recono-
han encontrado sitios arqueológicos donde
ce de una mejor manera el lugar, aunque,
dichos satisfactores no están tan a la mano
por lo general, casi no es tomado en cuenta
y quizás esta sea la razón del por qué se
este último por no aportar mucha informa-
encuentren asentamientos humanos en re-
ción. Sin embargo en otro tipo de lugares,
giones distantes y agrestes, donde una sola
como al interior de cavidades este sentido
familia puede sobrevivir y los vecinos estén
puede ser tomado más en cuenta por las
distanciados a más de 4 kilómetros y sea
condiciones climáticas de cada espacio.
necesario desplazarse más de 6 para llegar
Pero sin lugar a dudas la imposición huma-
a los campos cultivables.
na sobre la naturaleza viene del razona-
De esta forma asumimos que un determina-
miento tras la observación de su espacio
do espacio tiene una capacidad de carga y
inmediato y va a ser el propio hombre el
de producción y al verse superado los satis-
punto de partida y comparación, humanizan-
factores se ven en vulnerabilidad y la esca-
do y valorizando el entorno en que se des-
sez o exterminio sería inminente. Todo es-
envuelve.
pacio donde se asienta el hombre se trans-
Al combinarse los conocimientos con los
forma y hay elementos donde se puede
sentidos sensoriales los espacios debieron
apreciar esta irrupción natural, siendo noto-
de haber adquirido valores diferentes o simi-
ria la intención, sentido y racionalidad pre-
lares para un mismo grupo, los cuales pue-
via. El ganar espacios dentro de un determi-
den variar según el contexto cultural. Y aun-
nado ecosistema conlleva a un conocimien-
que en el fondo hay un patrón, estos pue-
to del mismo, donde se pueden detectar dos
den cambiar según las condiciones sociales
tipos de elementos, los naturales y los artifi-
imperantes de cada tiempo. ¿Después de
ciales o culturales (Santos, et al. 1997:63).
ochocientos o mil años qué queda del
Tuan (1979) señala que la vista es un im-
patrón original y bajo qué percepción o con-
portante medio para ubicarse espacialmente
texto se le intenta dar una explicación? 74
¿De qué manera van interactuando los si-
Por naturaleza el hombre es egocéntrico y
tios que el hombre aprovecha y cómo se
en diversas manifestaciones gráficas rupes-
pueden relacionar? En algunos casos se
tres es notorio que la representación huma-
puede inferir, a través de restos materiales,
na alude a esa necesidad de trascender,
el valor social que se le dio a un sitio y se
con o sin intención. Las representaciones de
puede ir apreciando el patrón de uso de un
su entorno se pueden apreciar en elemen-
determinado ambiente por lo que tiene, por
tos astronómicos, vegetales y animales. Y
lo que se ve.
siempre hay componentes, dentro de los
Los zoques aprovecharon las paredes de
visibles, que escapan de “nuestro” actual
algunas simas y cañones para plasmar de-
raciocinio.
terminado tipo de imágenes de significado
Lo que me trae a la mente una reflexión del
aún incierto, pero lo que si se sabe es que
dominico Fray Francisco de Burgoa cuando
estaba transmitiendo una idea ¿A otra per-
señala que a un joven de España le toma
sona, a sus divinidades o ancestros falleci-
tres meses aprender, a uno de esta tierra le
dos? (Figs. 10, 11 y 12).
toma solo tres semanas.
Fig. 10. Pinturas del cañón El Sumidero. Foto Enrique Méndez Torres.
75
Figs.11 y 12. Pinturas de la Sima del Copal. Foto Enrique Méndez Torres.
Ante la carencia de un registro “escrito” o
tas culturas sin la tradición oral, los espa-
“pictórico” accesible, de eventos, los mesoa-
cios, elementos geográficos y la vida misma
mericanos tenían que recurrir a su memoria
carecen de significado. Por lo que es impor-
y aprender los acontecimientos. Cuando un
tante reforzar el espacio con el conocimien-
tlacuilo o sacerdote “leía” un códice no se
to, como menciona Tuan (1977), la gente
apegaba estrictamente a lo incluido en el
antes de conocer tiene que conocerse, co-
soporte, sino que las imágenes les servían
noce su cuerpo y dimensiones, lo que es
de guía para narrar una historia. Por lo que
capaz de hacer y sus limitantes, aprende de
considero que algunas imágenes se leen en
sus aciertos y errores, y después de cono-
el entorno y sirven para referenciar otros
cerse a si mismo humanizara su entorno
hechos.
creando un paisaje singular con determina-
Tal estrategia se puede apreciar en diversas
dos valores sociales (lo que dependerá
culturas en Australia (Morphy, 1995), donde
según la cultura y el tiempo).
cada elemento geográfico, existente o in-
Es común que en el campo un adulto trans-
existente tiene una historia, un motivo de
mita sus conocimientos a los niños desde
ser. O en las islas Fiji (Toren, 1995) donde
temprana edad (que es cuando el cerebro
desde pequeños los niños son instruidos y
desarrolla más habilidades adaptativas), al
saben reconocer la distribución de las islas
salir a sus primeros recorridos y ser guiado
de su territorio sin haber navegado. En es-
comienza a reconocer su entorno, las for76
mas y que estas están asociadas a determi-
¿En qué características del medio geográfi-
nado evento, suceso o deidad.
co circundante se basaron para seleccionar
Creo que es en este momento que el medio
dónde pintar, qué sima, qué cueva, qué pa-
geográfico, al asignársele más que valores
red del cañón emplear? Quizás pudiera jus-
espaciales se convierte en un lugar con sig-
tificarse uno con que no se ha hecho un es-
nificado, el entorno se vuelve un paisaje.
tudio amplio de estos sitios, y a decir verdad
Hasta la fecha no está del todo esclarecido
nunca se tendrán, pero a partir de los sitios
el por qué de que la gráfica rupestre, en
que hemos visitados hasta ahora, se puede
nuestra región de estudio, se encuentre en
inferir que no tenía que ver con el aspecto
lugares donde el acceso no es tan fácil. En
visual del exterior de una cueva, el de un
paredes altas del cañón La Venta, simas
balcón o una pared sino con la construcción
como la Del Tigre y El Copal, donde se de-
de un determinado paisaje.
bieron emplear técnicas de escalada y don-
La selección de una cueva, abrigo o sima,
de un error, a esa altura, implicaba la muer-
quizás, debió de haber estado determinada
te. También se han localizado pinturas en
por ciertas características o elementos que
algunos balcones en las paredes de los dos
se encuentran o encontraban en su interior.
cañones, a más de 40 metros de altura, así
Se descarta la orientación de la entada,
como materiales arqueológicos como cerá-
pues esto al parecer no tiene corresponden-
mica y hasta estructuras, como El Castillo,
cia con alguno de los cinco puntos cardina-
El Tapesco del Diablo y otros sitios aun sin
les. Sin embargo, se ha observado que pre-
nombre.
ferentemente son cuevas húmedas donde
Así como exploraron las alturas, en las pa-
se forman algunos espejos de agua.
redes, las cavidades y el subsuelo no fueron
Habiendo otros espacios en cuevas más
espacios ajenos, al interior de cuevas se
accesibles ¿porqué elegirlas a más de 40,
han encontrado cerámica y construcciones
60 u 80 metros de altura?
de mampostería, en otras han modificado su
En el caso de algunas pinturas es notorio
interior nivelando pisos, realizando oqueda-
que la imagen está desproporcionada, con
des en paredes o retocando estalagmitas y
el fin de que la persona que esta abajo o
estalactitas para antro y zoomorfizarlas, co-
distante, si tiene noción de dónde se ubica
mo la cueva de Los Cajetes, Del Maizal, Del
la pueda apreciar desde lejos. Y en el caso
León, Tapesco del Diablo o sima Del Mujú,
de las habitaciones para verse desde lejos o
entro otras.
quizás no ser vistos.
77
Otro aspecto importante es que los sitios
labores y con el tiempo y platicas me perca-
arqueológicos habitacionales, hasta ahora
te que era un hombre que conocía los alre-
registrados, conllevan un desplazamiento
dedores y sobre todo lo que para esas fe-
hasta las cavidades, paredes o mismas fa-
chas a mi me llamaba la atención, la ubica-
llas geográficas. Esto repercute en el caso
ción de cuevas, me mencionó en aquel en-
de las ofrendas masivas de cerámica al in-
tonces la de El León, El Espinal, Cerro Bru-
terior de cavidades. Quizás parezca sor-
jo, El Guayabo y otras más. Fue importante
prendente el hecho de que de desde la co-
saber de él pues un año más tarde tenía
munidad se hubieran transportado, a lomo
que buscarlo acompañado de Guillermo
de gente, más de 500 vasijas, con poca va-
Acosta para buscar cuevas y abrigos para
riedad cerámica.
un proyecto. Él nos ha guiado y acompañado a diversos
Un habitante de Ocozocoautla
parajes de esta parte del estado chiapaneco
Adolfo Alegría Gómez, de 31 años, habitan-
y se ha convertido en un amigo, nuestro
te del poblado de Ocozocoautla de Espino-
hombre indispensable en cada incursión,
za, Chiapas, casado, con tres hijos varones
nuestra brújula dentro de esos bellos paisa-
y una niña. En su puerta un letrero hace
jes.
referencia a que hace trabajos fotográficos y
¿Cómo se ubica espacialmente Adolfo
de video. Una de sus aficiones ha sido por
cuando sale? Cada vez que va a parajes en
años salir y caminar en el campo, ya sea en
donde no ha estado antes se ubica en un
los alrededores de su poblado natal o por
mapa mental teniendo como referencia su
donde la vida le ha llevado, se dedicó a
pueblo natal, aprecia en qué rumbo cardinal
hacer paseos con otros compañeros en bici-
se encuentra y los relieves importantes del
cleta los fines de semana. De niño a veces
paisaje que conoce, sitúa también otros pa-
acompañaba a su abuelo a su rancho, a la
rajes o poblaciones. Comienza a diferenciar
cercana sierra denominada Cerro Brujo, por
y a conocer los relieves de los montes cer-
lo que a veces tenían que salir muy de ma-
canos, si está en una sierrita o sierra más
drugada e internarse a obscuras hasta su
grande, y lo que pudiera quedar del otro la-
destino final.
do.
Lo conocí en el 2003, año en que fui a darle
El paisaje en determinados terrenos puede
mantenimiento menor a la zona Arqueológi-
ser engañoso, pues la vegetación a veces
ca de Ocozocoautla, era una de las perso-
suele ser muy parecida o llega a confundir,
nas que tenían que auxiliarme en dichas
por eso es indispensable que Adolfo, en vez 78
de fijarse en un tipo de vegetación, primero
determinados
ponga atención a los elementos geográficos
(comunicación personal, 2006).
que no cambian fácilmente.
La ambición del hombre ha llevado a la des-
La vista y la memoria resultan de importan-
trucción de la naturaleza, no cuidar el
cia y al combinarse con procesos mentales
“monte” implica destruir un determinado es-
se desarrolla una ubicación espacial, que
pacio de vegetales, lo que repercute en el
resulta más fácil a una persona que a otra.
traslado de especies animales a otro lugar
Si la primera travesía es dentro de la selva o
más seguro y protegido; la ausencia de una
el bosque y no llevamos a otro guía y sólo
capa vegetal repercute en el nivel de lluvias,
caminamos por señas, los elementos que
las que llegan limpian y adelgazan el suelo,
conforman la vegetación resultan relevantes
el agotamiento de manantiales; sin fuentes
cuando no se aprecia lo que nos rodea. Un
de abastecimiento de agua potable los po-
determinado árbol, planta, espino, piedra,
blados se ven obligados a buscar un aprovi-
barranca o río. Y a veces es necesario mar-
sionamiento más lejano e incrementar su
car con el machete un vegetal, para que al
sistema de agua a base de largas tuberías
regreso sólo se siga la seña. A veces el pro-
de mangueras.
blema para los citadinos es saber reconocer
De pequeño Adolfo acompañaba a su abue-
los árboles.
lo a su rancho cerca de Cerro Brujo, debió
No lo entiende del todo bien, pues algunas
de haber sido ahí donde inconscientemente
cosas las escuchó de sus abuelos, otras las
desarrolló su ubicación espacial con un bajo
aprendió en la escuela y muchas más en el
nivel de dificultad, estos mecanismos men-
propio campo. De alguna manera cree que
tales son procesados a partir de los tres
hay cosas divinas en el campo, pues su sin-
años de edad (Adriana Flores, pedagoga,
cretismo está mezclado con el popular de su
comunicación personal, 2006). Aunado a las
cultura zoque, al que no le ponía mucha
enseñanzas del abuelo de cómo reconocer
atención, y su pensamiento religioso católi-
plantas, árboles, animales debió de haber
co.
realizado mapas mentales de la distribución
Pero de lo que sí está convencido es que
espacial del lugar por donde transitaba, por
muchas de las cosas dependen del hombre,
la imperiosa necesidad de meterse entre el
el aire, los acuíferos, la sobrevivencia de los
monte para llegar al rancho.
animales y la naturaleza le merece su res-
Adolfo Alegría se siente un hombre afortu-
peto y en algunas ocasiones me comentó el
nado por disfrutar el trino y vuelo de las
fervor con que se dirigían sus ancestros a
aves, de apreciar bellos paisajes a los que 79
elementos
geográficos
sólo pocas personas han accedido como el
amplia de dónde estábamos ubicados, no
cañón del río La Venta, Cerro Brujo, la selva
así mi amigo Adolfo.
El Ocote, en los alrededores de su natal Co-
En la comunidad de Adolfo López Mateos,
ita.
municipio de Jiquipilas, al borde de dicho
Él entiende por paisaje un espacio de atrac-
Cañón se apreciaba un espectáculo sin
tivo visual no común y por lo general no
igual y Adolfo me preguntó que para dónde
siempre es de fácil acceso para el hombre,
quedaba su poblado, a lo que le señale el
sino, dicho espacio estaría contaminado o
rumbo. Debido a que él nunca había estado
no existiría.
de este lado del Cañón y ya había recorrido
Debo complementar que Adolfo se dedica a
otros espacios en la otra ladera comenzó a
tomar fotografías dentro de su pueblo,
buscar los promontorios más altos y al no
herencia de otro abuelo y por necesidad, y
reconocerlos apreció en el paisaje algunas
gusto, también se dedica a las filmaciones
laderas. Él conoce los tres primeros kilóme-
de eventos. Nunca puso atención a las cos-
tros del río La Venta y sabía que estábamos
tumbres de su pueblo, pero desde hace cin-
río abajo. Comenzó a buscar referentes en
co años al apreciar que hay poca informa-
voz alta e infirió que en la punta de un cerro
ción y que algunas de sus tradiciones no
estaba una antena repetidora, lo distinguió
tiene un aparente por qué, se está dedican-
por la silueta, y de ahí comentó que del otro
do a rescatarlas a través de las tomas fo-
lado, que no se veía, estaba otro cerro, y así
tográficas y filmaciones de eventos impor-
describió otros espacios más que no se ob-
tantes para su pueblo con la finalidad de
servaban por la serranía que estaba enfren-
perpetuar su herencia cultural y legarlo de
te de nosotros y comenzó a re-construir un
una manera visual, no sólo a sus hijos sino
paisaje que ya tenía ampliándolo desde un
a futuras generaciones para que las prácti-
paraje que no conocía y cerrando un rompe-
cas coitecas no se pierdan.
cabezas.
Un aspecto importante de ubicación y cómo
Quizás, lo importante que él heredo en ese
referenciarse que me tocó apreciar con
momento sin saberlo, fue un conocimiento
Adolfo fue en el enero del 2011 en el cañón
geográfico y de ubicación a su hijo que nos
del Río La Venta. Debido a mi formación de
acompañaba. Posiblemente de éste modo
arqueólogo, tuve que vectorizar algunas car-
es como se van heredando algunos conoci-
tas topográficas, había revisado fotografías
mientos de generación en generación (Fig.
aéreas, visto croquis, mapas y recorrido el
13).
cañón en Google earth y tenía una idea más 80
Fig. 13. Adolfo Alegría hijo, gorra negra, y padre, sombrero, comentando sobre su ubicación en un espacio desconocido y nuevo para ellos. Foto Enrique Méndez Torres.
El espacio y el tiempo
planadas, donde la cacería de animales de
Al final, un paisaje no se debe estudiar indi-
pastores representaban un mejor sustento.
vidualmente, para el caso de la investiga-
En la época prehispánica (1500 a.C.-1523
ción antropológica, sino en conjunto con sus
d.C.), las condiciones sociales y políticas
actantes y cómo pudieron haber modificado
comienzan a darle un giro a la apreciación
su medio a través del tiempo o bajo sus cir-
del paisaje y en mucho va a ser la respon-
cunstancias de vida.
sable la teología mesoamericana. Las cue-
Quizás los primeros moradores de estas
vas se van a convertir en un lugar sagrado,
tierras no le hubieran asignado un sentido
de culto, donde habitan ciertas divinidades,
especial a su entorno y el hecho de que no
a las montañas se les van a asignar
se encuentre presencia de ellos en cavida-
“dueños”, la geografía no va a quedar des-
des o al interior de los cañones sea indica-
protegida y todo va a tener un dios regente
dor de que estos espacio no eran favoreci-
o protector (Aramoni, 1992).
dos para sus actividades primarias, excepto
Si los dioses son los encargados de la pros-
por los abrigos, por presentar una mejor co-
peridad y calamidades, conjugándose con el
modidad para su habitación.
comportamiento social, será necesario co-
El desarrollo de la vida se ha evidenciado
municarse con ellos para congraciarse o
más en los abrigos cercanos a los valles o
hacer peticiones a través de formulismos 81
específicos: Dios, mundo santo, por favor mírame y habla con los animalitos. Dios, piedra santa, bosque santo, por favor, mírame, óyeme, habla con los animales (Nash, 1993:76). En esta etapa será de importancia la ubicación de asentamientos, pues la gente agrupada en ellos determinará las modificaciones al medio ambiente, abriéndose espacio de entre la vegetación primaria, el área de su establecimiento será primordialmente infértil y en su derredor será normal el crecimiento de vegetación secundaria, un poco
Fig. 14. Vivienda en La Sierra de una familia. Foto Enrique Méndez Torres.
más alejado, los campos de cultivo irán modificando el paisaje con sus respectivas consecuencias de gradual erosión (Figs. 14 y 15). A medida que los grupos poblacionales vayan en aumento la modificación de su paisaje será más notoria. Este impacto cultural es menos gradual y agresivo en los asentamientos dispersos que se ubican al interior de las partes montañosas, pues la huella del hombre podría ser equivalente al espacio que pudiera dejar un gran árbol que cae y la regeneración de la vegetación al paisaje anterior al asentamiento pudiera ser más rápida.
Fig. 15. Asentamiento de más de 150 familias. Foto Enrique Méndez Torres.
En la época colonial (1523 d.C.-1810 d.C.) las circunstancias cambiaron notablemente con la llegada de un sistema de creencias, política y bacteriológico totalmente nuevo lo 82
que repercutió marcadamente en el paisaje,
La región de los Valles Centrales se vio fa-
un brusco descenso poblacional, la congre-
vorecida por nuevos asentamientos, la parte
gación de nuevos poblados y la desapari-
montañosa, por lo accidentado de su geo-
ción de otros tuvo consecuencias con la im-
grafía y características peculiares, se des-
plantación de un sistema religioso que ter-
arrolló más lentamente. El paisaje se vería
minó por ser una mezcolanza de ideas
marcado ahora por líneas en la tierra que
según la región donde se vivía. Provocando
comunicaban de una población a otra.
la clandestinidad del anterior sistema religio-
Para la etapa independista (1810 d.C.-1910
so, por lo que se tuvieron que utilizar espa-
d.C.), las condiciones en el actual Chiapas
cios geográficos alejados y ocultos a los
no fueron tan evidentes, caciques y capata-
ojos de la nueva religión.
ces sólo cambiaron de nombre y cara. Los
Y qué mejor espacio que el de las cuevas,
crecimientos poblacionales siguieron un pa-
lo que antes fue licito se convirtió en ilegal y
so lento.
buscado, trasladando algunos elementos de
Algunos cultos prehispánicos sobrevivieron
los anteriores rituales a cavidades con cier-
en su clandestinidad en cuevas y de la mez-
tas condiciones al interior. También se vio y
cla con el catolicismo adquirió cualidades
escuchó de gente que salió en las noches a
propias. La “libertad” de culto fue abando-
bailarle, vestida de animales, a los cerros y
nando algunos espacios y algunas prácticas
cuevas, después que se les prohibió esta
religiosas los exploraron.
práctica en los atrios de las iglesias
En la etapa moderna (1910 d.C.-hasta la
(Aramoni, 1992).
actualidad), las poblaciones subsistentes
La vegetación ganó terreno en los espacios
afianzaron su espacio geográfico, los cam-
abandonados y descuidados, pero los nue-
pesinos entraron a una nueva etapa de me-
vos asentamientos humanos comenzaron a
canización del campo forzando a ganar más
marcar su espacio con técnicas traídas por
espacios a la vegetación (Fig. 16 y 17), y
los conquistadores. Las anteriores poblacio-
aunque algunos lugares no son aptos para
nes que subsistieron aumentaron su tama-
la agricultura, se fertiliza la tierra hasta ago-
ño, algunas continúan hasta la fecha, las
tarla.
que no decayeron en las posteriores etapas.
En algún momento la libertad de culto per-
El arado hizo extensas líneas en la tierra
mitió que se volviera a bailar en público ves-
permitiendo mejores cultivos, lo que reper-
tidos o simulando las pieles de animales. A
cutiría en una mayor producción de alimen-
las cuevas se sigue asistiendo para realizar
tos.
prácticas que necesitan el espacio oscuro y 83
subterráneo. En cada momento ocupacional del territorio chiapaneco se pueden apreciar diferentes circunstancias políticas y sociales, dicha mentalidad ha creado diversos paisajes, en algunos casos las huellas han quedado más marcadas que otras. En algunos espacios es posible hallar contextos arqueológicos y en otros no. Desgraciadamente ante la falta de evidencia material física en el terreno lleva a mucha gente a ignorar los distintos usos al que pudo haber sido sometido un Fig. 16. Valle con cultivo extensivo. Foto Enrique Méndez Torres.
determinado espacio.
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