Antilha N°10

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REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA, ARTE Y LITERATURA

Año 4

N°10

Enero-Abril 2015


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Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA

El contenido de los artículos y opiniones ex-

Editores

presadas en Antilha son responsabilidad

América Malbrán Porto

exclusiva de sus autores.

Enrique Méndez Torres

Antilha es una publicación cuatrimestral editada y publicada por el Centro de Estudios

Diseño editorial

Sociales y Universitarios Americanos S.C.

América Malbrán Porto

Certificado de reserva de derecho al uso exclusivo del título, Dirección General de Derechos de Autor, Secretaría de Educa-

ción Pública, número ( en trámite ) . Certificados de licitud de título y de contenido, Comisión Certificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación, números ( en trámite ) , ISSN ( e n trámite ) .

Portada, cenefa y viñeta: Cocina mexicana. Eduardo Pingret, siglo XIX. Colección permanente Museo Nacional de Historia. Foto. América Malbrán Porto. 3


Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA

Comité Editorial Dr. Jorge Angulo Villaseñor

DEA-INAH, México.

Dra. María Elena Ruiz Gallut

IIE-UNAM, México.

Dr. Enrique Tovar Esquivel

INAH, México.

Dra. Lourdes Budar Jiménez

Universidad Veracruzana, México

Dr. Daniel Schávelzon

CAU-UBA, Argentina

Dra. Ana Igareta

UNLP, Argentina.

Mtra. América Malbrán Porto

FFyL-UNAM, México.

Mtro. Alfredo Feria Cuevas

INAH-México.

Antrop. Alejandra Gómez Colorado

INAH, México.

Arqlgo. Enrique Méndez Torres

ENAH, México.

4


Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA

CONTENIDO Editorial

P. 7

Sistemas de perspectiva prehispánica Jorge Angulo Villaseñor

P. 9

Con la muerte en la mirada América Malbrán Porto

P. 36

El carácter venusino en el Tonalpohualli de los códices Borgia, Vaticano B y Cospi Ofelia Márquez Huitzil

P. 62

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6


Antilha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA

EDITORIAL En ésta publicación, la primera de 2015, tenemos el gusto de presentar tres artículos: en el primero, de Jorge Angulo “Sistemas de perspectiva prehispánica”, el autor nos hace una propuesta del manejo de la perspectiva en imágenes prehispánicas, tradición narrativa que subsiste hasta la fecha entre algunos grupos indígenas. La propuesta nos hace ver que no somos capaces de interpretar estas narraciones plasmadas en distintos soportes. Toca también la notable ausencia del punto de fuga que se nota en esculturas olmecas tempranas del 850 a.C. América Malbrán Porto nos ilustra sobre los basiliscos y cómo desde Europa llegó el mito, se fusionó y ha sobrevivido a través de creencias americanas resignificándose, sobretodo en la sección Sur del Continente y en específico dentro del folklore argentino. El texto hace una revisión del término y refiere en qué otros contextos se ha usado . Cierra ésta publicación Ofelia Márquez Huitzil realizando un profundo análisis sobre El carácter venusino en el Tonalpohualli de los códices Borgia, Vaticano B y Cospi, donde hace un análisis comparativo de los Tonalpohualli, calendario ritual prehispánico, que aparecen en las primeras láminas de los tres códices. También hace un estudio de la iconografía de las deidades que fueron representadas en dichas láminas y en conjunto evalúa que la división en cuatro cuartos de veinte trecenas están asociadas a los cuatro rumbos cósmicos. Esperamos que éste, como otros números sea de su agrado y les deseamos un excelente año.

Los Editores

7


8


SISTEMAS DE PERSPECTIVA PREHISPÁNICA Jorge Angulo Villaseñor1

Analogías como preámbulo para abordar el tema

E

n el mundo todavía hay quienes consideran que la expresión artística de las culturas prehispánicas es grotesca, que no tenían noción de la perspectiva y

que su arte es un tanto salvaje, aunque los más condescendientes aceptan que los mayas era el único grupo que logró plasmar sus representaciones en forma civilizada, al tener proporciones parecidas a las de los griegos. Es notable que cuando se habla de ideas y conceptos establecidos en una comunidad,

ya sean artísticos, científicos, técnicos, religiosos, costumbristas o de cualquier otra índole, la mayoría de los miembros de esa sociedad rechazan la posibilidad de aceptar nuevas ideas, por temor a desequilibrar la manera establecida de pensar y, en consecuencia, sus formas de actuar. Por lo general, tal idea se debe al cúmulo de conocimientos que cada individuo hereda por medio de las tradiciones culturales a las que,

consciente o subconscientemente, se integra a través de la familia, escuela, gremio, iglesia, partido u otras instituciones. No hay duda que este bloque de conceptos aprendidos o inculcados desde la infancia, por los medios de propaganda o divulgación de que todas las culturas se valen y han valido para difundir sus ideas y el poder político, comercial o religioso que defienden

los afiliados a los múltiples “ismos” (o fanatismos) que éstas organizaciones, tendencias o sectas promueven, argumentando ser la solución más adecuada para resolver los problemas que existen en cada grupo humano a nivel local, regional, nacional o universal.

1 Profesor investigador Emérito, Dirección de Estudios Arqueológicos, Instituto Nacional de Antropología e Historia. 9


Poca oportunidad tiene el afiliado a cual-

los demás.

quiera de esos “ismos” de escudriñar el

Es posible que la timidez inherente que

significado profundo de los credos o

existe entre los miembros de una socie-

pensamientos establecidos por quienes

dad o por la inseguridad que se les ha

manipulan los poderes político-religiosos

inculcado para confiar en sus propias

y hasta los científicos, al evitar se cues-

percepciones, les prohíba dudar de los

tionen o substituyan las ideas implanta-

credos o dogmas que manejan las insti-

das por los nuevos descubrimientos de

tuciones establecidas, ya que su propia

las Ciencias Naturales, la lógica del sen-

comunidad los acusaría de confusión

tido común o por la innata percepción

mental, desacato o de la irreverencia

individual, con el solo hecho de repetir,

que caracteriza a quien trata de profun-

una y otra vez, las flagrantes mentiras

dizar o escudriñar en las raíces de los

en que basan la potestad de su organi-

temas que les proporcionen una infor-

zación.

mación diferente a la que por siglos, se

Tal vez por esto es que en casi todos los

les ha impuesto como verdad absoluta.

grupos culturales se encuentren refra-

No ha sido fácil que los patrones que

nes, dichos antiguos que se siguen repi-

por años han estado arraigados en una

tiendo, como metáfora muerta, a pesar

comunidad, sean rotos por ideas nue-

de haber perdido o cambiado el signifi-

vas, sea de carácter científico, técnico,

cado que los originó dentro del mismo

social o político-religioso, puesto que al

grupo o lo adoptó de otras culturas her-

estar imbuidos por la constante repeti-

manas (tales como: “el Rey es infalible y

ción de credos y práctica de tradiciones,

nunca se equivoca”, “tragarse la píldo-

lograron una estabilidad mental y emo-

ra”, “meter la pata”, y mil otras más) Es

cional en el gremio, secta, partido o gru-

curioso que estas formas ideoléxicas

po social que lucha por conservar la

proporcionen a la comunidad, un agluti-

tranquilidad

nante sentido de identidad grupal, regio-

económico.

nal o nacional que, al hacerlo suyo, le

Sin juzgar lo positivo o negativo de esta

sirve de base para solidarizarse y, hasta

práctica social, se podría pensar que lo

con cierto orgullo, para distinguirse de

mismo ocurría en las culturas prehispá10

de

su

estatus

socio-


nicas y a la que Alfredo López Austin

un bombardeo de ideas e innovaciones

(1989) se refiere al explicar en la forma

técnico-científicas que han provocado

más racional, que estas culturas com-

los cambios en los sistemas socio-

partían muchas de las ideas y conceptos

económicos y político-religiosos que, al

cosmogónicos basados en un mismo

irse acumulando a través del tiempo,

“núcleo duro”. Un núcleo duro de con-

transforman, modifican o cuando menos,

ceptos mítico-filosóficos que, en forma

han obligado a elaborar interpretaciones

consciente o subconsciente, ha perdura-

distintas a las que en una época se con-

do entre los herederos de la culturas

ceptuaban como verdades absolutas.

prehispánicas, como lo atestiguan algu-

Se ha visto que conforme pasa el tiempo

nos remanentes arqueológicos (Angulo,

y la difusión de ideas se universaliza,

1987) y prácticas ceremoniales que aún

hay un proceso de transformación en el

se conservan entre algunos grupos étni-

pensamiento, concepción y conducta

cos, a pesar de que por años, tuvieron

humana en la que, para bien o para mal,

que soportar una fuerte presión y la

el “núcleo duro” que permanecía en el

constante imposición de credos ajenos,

subconsciente individual, se va amol-

tanto como las innumerables humillacio-

dando lentamente a las nuevas formas

nes inferidas por los conquistadores his-

de pensar y actuar, modificando o mati-

panos.

zando los pocos núcleos de tradición

Es probable que debido a esto, dentro

que han logrado perdurar a lo largo del

de una misma sociedad siempre haya

tiempo.

disidentes que presentan dudas ontoló-

Es lógico entonces, que aún entre los

gicas y conjeturas que han minado los

integrantes de una sociedad que ha con-

conceptos, tradiciones y los credos que,

servado las creencias y tradiciones esta-

acumulados a lo largo del tiempo, siguen

blecidas ancestralmente, siempre se en-

proclamando ser una verdad absoluta

cuentren individuos conscientes de la

que no admite dudas, discernimiento so-

existencia de otros grupos, otras cultu-

bre su validez, ni la comparación con

ras, otras religiones y otras formas de

otras ideas. Es decir, que en la historia

percibir o comprender en forma distinta,

de todas las culturas, nunca ha faltado

todo lo que pasa y ha pasado en el mun11


do.

comunicación gráfica, ajenos a los esta-

A manera de conclusiones parciales de

blecidos en la cultura que determina

esta primera parte, se podría resumir

nuestros habituales puntos de vista, se

que:

recurre al pensamiento de los grupos

1) En todas las sociedades se ha in-

etno-culturales que, resistiendo un brus-

culcado el temor de pensar en forma dis-

co o lento, pero constante bombardeo

tinta de quienes constituyen su propia

de ideas que, al imponerles conceptos

comunidad.

diferentes a los suyos, se vieron obliga-

2) Que hay un rechazo consciente o

dos a aceptar, modificar o adaptar sus

subconsciente para explorar o cuando

formas de pensar y hasta de actuar,

menos, a considerar el valor de ideas

ocultando o relegando al olvido el

nuevas o ajenas a las establecidas

“núcleo duro” de sus tradiciones, trans-

3) Que no debemos olvidar, parafra-

formando la raíz de sus pensamientos

seando a José Martí, “que todo individuo

más profundos, para sustituirlas por las

tiene el derecho, o mejor dicho, la obli-

nuevas creencias.

gación de pensar por sí mismo” (Martí,

Los remanentes de ese “núcleo duro”

2001:381).

mesoamericano, han impulsado a los

En forma analógica a lo que sucede en

estudiosos de estas culturas, a tratar de

las Ciencias Sociales, un grupo familiari-

comprender las diversas formas de co-

zado con los conceptos tecnológicos

municación oral, visual y sensitiva que

que han predominado en su cultura du-

tenían entre sí. Formas que ahora son

rante generaciones, rechaza otros siste-

tema de análisis de los especialistas en

mas de expresión gráfica ajena a su ha-

las diversas disciplinas que estudian la

bitual forma de ver y entender, ya que

expresión y contaminación auditiva, la

por el solo hecho de ser un tanto dife-

visual (signos, señas, mímica y los di-

rentes a lo acostumbrado, las califican

versos tipos de expresión gráfica), así

de mal hechas o de ser expresiones pri-

como los que estudian la comunicación

mitivas concebidas por grupos con un

táctil y la de los otros sentidos que inclu-

bajo o poco desarrollo cultural.

yen a la aromática y a la gustativa.

Intentando comprender los sistemas de 12


Diversas maneras de ver el arte pictó-

mente se refleja la época en que fueron

rico y la perspectiva a través de la

pintadas; tal como lo revela la arquitec-

historia

tura, la vestimenta, las costumbres y de-

El habitual sistema aprendido desde pe-

más aspectos complementarios del me-

queños en la escuela, nos ha enseñado

dio ambiente que representan.

a ver y a comprender que este tipo de

La práctica de observar y analizar las

representaciones gráficas se compagina

expresiones gráficas realizadas en las

con lo que ahora se considera, en los

diversas culturas del pasado, ha propor-

cánones de la cultura occidental, como

cionado datos sumamente valiosos para

imágenes realistas y escenas descripti-

reconstruir los aspectos no descritos por

vas en las que, al igual que en la pers-

los cronistas e historiadores de la época,

pectiva y hasta en la iconografía, no solo

en las que plasmaron en diversas esce-

se cuestiona si se trata de un modo, to-

nas gráficas figuras y objetos que con-

talmente convencional de representar

forman la expresión iconográfica de to-

los objetos en un plano, pretendiendo

dos las épocas. Figuras que han origina-

conservar la proporción, forma y distan-

do todo tipo de estudios y análisis verti-

cias que los separan entre sí.

dos en los múltiples volúmenes que se

Se ha considerado que desde épocas

amparan en la paráfrasis favorita de los

inmemoriales, todas las culturas del pla-

historiadores del arte, cuando acertada-

neta han esculpido relieves en acantila-

mente proclaman que “una sola imagen,

dos o en rocas exentas y han pintado en

equivale a mil palabras”.

paredes rocosas, cuevas, muros y en

En cuanto al sistema gráfico conocido

cuadros transportables, figuras aisladas

como Perspectiva en el concepto occi-

o escenas con imágenes realistas o re-

dental, se incluyen algunas acepciones

conocibles por sus coetáneos en las que

que la definen en el Diccionario de la

se pueden descubrir, además de la na-

Lengua Española (1982, T. II:1049-

rrativa del mensaje que el artista inter-

1050):

pretaba del pensamiento cosmogónico

1) “Arte que enseña el modo de re-

que enviaba a la comunidad, escenas de

presentar en una superficie [o en un

la vida diaria en las que irremediable-

plano], los objetos en la forma y disposi13


ción con que aparecen a la vista…”

presentaron dos ventanas por las que se

2) “En la perspectiva se muestra

pretenden ver unas estructuras arquitec-

una disminución de tamaños y la gra-

tónicas dibujadas en perspectiva, utili-

duación de tonos para representar el

zando el mismo sistema de puntos de

alejamiento de las figuras y objetos, con-

fuga sobre el horizonte de acuerdo a los

servando… su aspecto de (…) corporei-

cánones utilizados en la actualidad (Fig.

dad (…) [o integración] (…) a su ambien-

1).

te”.

No sé si este método de representacio3) “Apariencia o representación en-

nes de lejanía con puntos de fuga sea

gañosa y falaz de las cosas”.

anterior al utilizado por los romanos, pe-

4) “Modo convencional de represen-

ro es obvio que para los inicios de la era

tar los objetos en un plano… conservan-

cristiana, fue una práctica común que se

do en la proporción debida, las formas y

perdió en los primeros siglos de esa inci-

distancias que los separan”.

piente religión y permaneció en el olvido

Se puede añadir también el concepto

hasta la Edad Media. Es decir, durante

figurado o metafórico que se le da al tér-

más de 12 siglos (alrededor de sesenta

mino cuando pretendiendo tener una vi-

generaciones en una sola familia2), en

sión más amplia o global del tema que

las que, como se observa en los cua-

se aborda, se agrega una opinión con un

dros pictóricos que por lo regular repre-

enfoque distinto o discrepante del punto

sentan relatos bíblicos o acontecimien-

de vista que se discute, en el que se re-

tos épicos como tema principal de aque-

vela la “apariencia falaz y engañosa de

lla época, pintan un castillo medieval

las cosas”.

con una estructura en el interior o al

Aceptando que la perspectiva muestra

centro del castillo. El castillo, que es ata-

“una disminución de tamaños” para re-

cado por hordas de asalto no presenta

presentar el alejamiento de las cosas,

la reducción en el tamaño de sus sillares

podría decir que la expresión más anti-

del muro lateral, como lo requeriría la

gua que conozco, quedó manifiesta en los muros pintados de la casa de Vettii en Pompeya, donde pictóricamente re-

2 Considerando 4 o 5 generaciones por siglo. 14


Fig.1. Perspectiva en la pintura al fresco, Casa de Vettiii, Pompeya. Foto del autor.

perspectiva con puntos de fuga utilizada

coromano, probablemente en una lucha

en Pompeya. No me atrevería a decir si

por liberarse de los dogmas y temas es-

eso se debió al desconocimiento técnico

tablecidos por el fanatismo que el régi-

de este sistema, o a una rebeldía pictóri-

men papal les había impuesto durante

ca del nuevo orden cristiano, en contra

siglos. Fue en esa etapa de cambio re-

del régimen establecido por el antiguo

nacentista, cuando los pintores recobra-

imperio romano (Fig.2).

ron el sistema romano de perspectiva

Parece que fue hasta los siglos XV y XVI

para expresar las distancias entre los

o durante la primera etapa Renacentista,

objetos representados.

cuando al iniciarse las batallas internas

Durante esa etapa de profundos cam-

en las que el Estado intenta separar los

bios en el aspecto político-religioso so-

deberes cívicos de las autoridades ecle-

cioeconómico y claramente cultural, ocu-

siásticas, que los artistas comienzan a

rrió la conquista de México y hubo una

manifestar ideas más liberales y a recu-

fusión de sistemas y técnicas en la ex-

rrir a los relegados cánones del arte gre-

presión pictórica en la que, al levantar 15


Fig. 2. Sistema de perspectiva medieval en el que no se observa reducción en el tamaño de los objetos respecto a los diferentes planos. Sitio de Jerusalén (1099) durante la Primera Cruzada. Ilustración del siglo XIII.

Fig. 3. Plano de Culhuacan hacia 1580, Relaciones Geográficas, forma parte de la Colección Latinoamericana Benson de la Universidad de Texas en Austin.

los planos de los poblados edificados

Han pasado por lo menos 25 generacio-

por los conquistadores sobre las ruinas

nes después del Renacimiento y de la

indígenas, siguieron las tradiciones eu-

conquista de México a la fecha, en los

ropeas del siglo XIII mezcladas con las

que la perspectiva occidental nos ha

prehispánicas, plasmando en un solo

acostumbrado a ver y entender que las

lienzo o en papel, planos y alzados para

figuras más distantes que componen las

verse en forma simultánea, en lugar de

escenas dibujadas o pintadas son de la

tener dos visuales separadas, como lo

misma talla, aunque las pinten más pe-

harían los dibujantes de arquitectura

queñas que las situadas en el primer

contemporáneos (Fig. 3).

plano visual y que los edificios, mesas y 16


demás objetos tienen la misma medida en su lado frontal que en el distal, aun-

que el flexómetro marque menos centímetros en la figura más lejana. Esta práctica privativa del mundo occidental no es totalmente observada por grupos que, al vivir un tanto marginados

de la arrolladora globalización cultural que predomina en el mundo, llegaron a fundir en formas simbióticas, los sistemas de la perspectiva prehispánica con los de la cultura occidental, conservando

parte del núcleo duro de una tradición gráfica que ha quedado imbuida en la forma de ver y pensar de algunos grupos que comienzan a resurgir, exigiendo sus derechos de existencia, como una

reacción consciente o subconsciente que trata de resistir esa trayectoria de aculturación que, habiéndose iniciado en el siglo XVI, se incrementa cada día más, hasta el delirante extremo desatado en los últimos años del siglo XX y en los pocos años que hasta ahora llevamos del tercer milenio (Fig. 4).

Fig. 4. Pintura sobre papel amate, llamados amates históricos. Donde la perspectiva no se relaciona con las dimensiones de los elementos. Autor Eliodoro García. 17


Conceptos básicos del arte y la pers-

dad conocida o sentida. Él expresa

pectiva entre las culturas no occiden-

la realidad como la conoce, la imagi-

tales

na o la desea y no como la ve, des-

Aspectos básicos de la expresión artísti-

tacando los detalles que le ayudan a

ca de culturas prehispánicas y de otras

percibir su concepción del individuo,

partes del mundo, diferentes a la que

en la que deliberadamente omite los

predomina en los grupos occidentales,

detalles

quedó expresada con claridad en las cé-

san” (Ibíd.:12).

que

no

le

intere-

dulas informativas del Museo de las Ar-

Dicho en otra forma, la expresión de las

tes de África y Oceanía de París, en las

pinturas australianas y el llamado arte

que Karel Kupta (1980), al escribir sobre

que caracteriza a todas las áreas me-

su colección de pinturas en trozos de la

soamericanas en todas sus etapas, es

corteza del eucalipto australiano, men-

sugerentemente narrativo, desde el pun-

ciona que el artista-chaman se ocupa de

to de vista del tlacuilo y sus contemporá-

plasmar en formas un tanto realistas,

neos, puesto que en su expresión pictó-

figuras humanas con el cuerpo plagado

rica

de diseños simbólicos que revelan el ca-

reales, mítico-históricos, tradiciones ima-

rácter esencial o interno que caracteriza

ginarias o simbólicas relacionados a un

al individuo. Es decir, que esos diseños

pensamiento cosmogónico plasmado en

describen mucho mejor el carácter de

apoyo a la memoria del narrador o de

una persona, que hacer una copia del

quien interpretaba la escena pictórica a

aspecto externo que el mismo sujeto o

los correligionarios de esa misma época.

las cosas representadas tienen. Parece

Un mensaje visual que era entendido

que esa misma idea era compartida por

por las generaciones subsecuentes,

los artistas mesoamericanos, como lo

puesto que estaba destinado a funcionar

atestiguan las figuras antropomorfas de

a manera de literatura oral, o mejor di-

Nayarit.

cho, como una literatura escrita que utili-

Kupta comenta que:

zaba caracteres pictográficos en lugar

consignan

los

acontecimientos

“Para el artista, la realidad visual

de letras.

no es tan importante como la reali-

Tal concepto coincide en una forma, con 18


el que tenían los artistas de la segunda

En síntesis, las pinturas en corteza de

década del siglo XX, cuando representa-

eucalipto de los australianos tanto como

ron en su pintura cubista, figuras y obje-

las “cubistas” del siglo XX, contienen

tos vistos a la manera de rayos X, tal co-

conceptos similares a los localizados en

mo si los observaran desde varios pun-

relieves, pinturas murales y otras formas

tos simultáneamente para ser vistos o

de la expresión artística que han carac-

percibidos en su totalidad, sin importar

terizado a las culturas mesoamericanas,

que la imagen se distorsionara en el

así como a muchas de las culturas no

plano visual (Fig. 5).

occidentales que florecieron en todo el continente americano y en otros continentes, antes que la expansión de las culturas occidentales se extendiera so-

bre los llamados países en vías de desarrollo o en los que la globalización político-económica se despliega ahora en un constante intento de dominar, por cualquier medio, a todas las poblaciones

del planeta con ricos ámbitos naturales y en los que abunden recursos energéticos como el petróleo o algún otro elemento de gran valor económico. Respecto a la forma de expresar distancias y cercanías en la escena plasmada en un plano, como lo hace la perspectiva occidental, este ensayo visualiza cómo funcionaba el sistema que tuvieron las culturas prehispánicas para expresar la lejanía de objetos en la pictografía, sin

Fig. 5. Una distinta forma de perspectiva en la pintura cubista, Guitarra y mandolina, Juan Gris, 1919, Galerie Beyeler, Basilea.

recurrir a los ficticios puntos de fuga utilizados por el mundo occidental post19


renacentista.

de la “Visión Oblicua de baja altura”. En esta pintura maya del siglo IX d.n.e.

Sistemas de la perspectiva indígena

las figuras más lejanas, es decir aque-

para señalar objetos lejanos, sin pun-

llas que se encuentran en la parte supe-

tos de fuga

rior de la estructura piramidal, aparecen

En el sistema de perspectiva prehispáni-

superpuestas sobre las situadas en las

co, el espectador sitúa todos los motivos

plataformas bajas de cada uno de los

de la escena sobre un mismo horizonte

cuerpos de la estructura, tal como si el

visual sin alterar su tamaño, tal como si

ojo del observador, al elevarse en verti-

el observador se elevara en el aire para

cal sobre su mismo punto de observa-

tener una “Visual Oblicua de baja altu-

ción, no registrara los cambios de nivel

ra” (cercana a los 30 grados), sobre la

del piso en los pasillos que separan a

que se desplazaba en el mismo plano

cada cuerpo de la estructura piramidal

horizontal para conservar la misma dis-

donde se efectuaba la danza ceremonial

tancia entre los sujetos y objetos que

(Fig. 7).

registraba. Es decir, como si los puntos

Una variante más de este sistema de

de fuga se movieran en forma gradual y

perspectiva prehispánica, que he deno-

paralela al ojo del observador, sin alterar

minado “Elevación o Insurgencia de Pla-

la distancia proporcional de las figuras

nos en Paralelo”, resulta ser un tanto

incluidas en la totalidad escénica, tal co-

similar a la forma comercial de las tarje-

mo se expresa en el llamado mural de

tas de felicitación, navidad y libros deno-

los Animales Mitológicos (Fig. 6).

minados comúnmente como “pop up”

Otro ejemplo de este sistema, se puede

ilustrados para niños en los que, al abrir

apreciar en la “visión oblicua de baja al-

la tarjeta o libro, “brotan” o surgen del

tura” o “elevación de planos” de Bonam-

plano horizontal, figuras cortadas por un

pak, en la estructura piramidal donde se

suaje, que se levantan hasta quedar en

apoya el Edificio 1, mejor conocido como

una posición vertical, totalmente inde-

el Templo de las Pinturas, en el cuarto 3

pendientes de la matriz que tenían de

se encuentra el mural de los danzantes,

fondo. En el caso que nos ocupa la ima-

expresados como una variante “vertical”

gen se encuentra en el mismo escenario 20


Fig. 6. Fragmento del mural de los Animales mitológicos y maqueta en tercera dimensión, diseñada por Jorge Angulo y Francisco Villaseñor, ambas localizadas en el Museo de Murales Teotihuacanos Beatriz de la Fuente.

pictórico en el que se combina el siste-

Existe también la llamada “Vista Aérea”

ma de “Abatimiento Radial”, un ejemplo

que está sujeta a sufrir una “movilidad o

claro de ello lo podemos apreciar en

abatimiento horizontal” de su plano pic-

Teotihuacan, en Tepantitla donde se en-

tórico, que se combina con las figuras

cuentra el Mural del Juego de Pelota con

incluidas

Bastones, en el que los marcadores limí-

“Insurgencia de Planos en Paralelo”, lo-

trofes de la cancha del juego, muestran

calizado en la parte superior.

un claro abatimiento radial, frente a las

Queda claro que en los sistemas de

figuras que “brotan” o se levantan con la

perspectiva prehispánica hay una com-

“Insurgencia de planos en paralelo” (Fig.

binación de dos o más sistemas y sus

8).

variantes en los que, en la parte superior 21

en

el

sistema

de

la


Fig. 7. Mural que representa una celebraciĂłn, con danzantes y mĂşsicos, en el que se observan

los diferentes niveles o plataformas del edificio en el que se encuentran los personajes, sin exis-

tir variantes en sus dimensiones. Cuarto 3, Edificio I, Bonampak. Tomado de De la Fuente y Staines Cicero, 1998.

22


Fig. 8. Mural del Juego de Pelota con Bastones, combinación del sistema de “Abatimiento radial” con la “Insurgencia de planos en paralelo”. Teotihuacan, Tepantitla. Dibujo de Chappie Angulo. Colección particular.

Fig. 9. Mural de la Medicina. Teotihuacan, Tepantitla. Dibujo de Chappie Angulo. Colección particular.

23


del mural se encuentra la “Elevación o

que los olmecas (850 a. C.) labraron en

insurgencia de planos en paralelo”,

grandes bloques de piedra, escenas mí-

mientras que en la parte inferior se apli-

tico-históricas o aspectos cívicos, en

ca la “Vista aérea” o del “Abatimiento y

aquellos monumentos conmemorativos

movilidad radial”, conjugados simultá-

que ahora llamamos estelas.

neamente, tal como se ve en el mural

Ejemplos de esta combinación de siste-

llamado “de la Medicina” localizado en

mas ocurren en las Estelas 2 y 3 de la

Tepantitla, Teotihuacan (Fig. 9).

Venta, en las que las figuras pequeñas

Poco más desconcertante de concebir,

localizadas alrededor del personaje cen-

pero aún relacionada con la “Visual Obli-

tral, no están flotando alrededor del per-

cua” tanto como con la de “Planos en

sonaje principal, como lo dicen algunos

Paralelo o Superpuestos” y la del

autores que, al juzgar las escenas bajo

“Abatimiento Radial Simétrico”, es otra

las premisas de la perspectiva occiden-

forma de perspectiva que parece haber-

tal, han sugerido que las figuras corres-

se iniciado desde la remota etapa en la

ponden a visiones alteradas de carácter

Fig. 10. Estela 2 de La Venta en la que se observa un personaje central, rodeado por una serie de personajes menores. Del lado Izquierdo se aprecia el dibujo realizado por Covarrubias (1961) y del lado derecho la separación de cada uno de los personajes, Digitalización América Malbrán. 24


paranormal que representan escenas míticas (Figs. 10 y 11).

Creo que en el concepto mesoamericano de perspectiva, el hecho de estar en el mismo plano vertical y de ser de menor tamaño que el personaje principal, responde más bien a una forma simbólica

para señalar la menor importancia jerárquica que tienen respecto a la figura principal. Intento para explicar proceso experi-

mental de transformación 3D En este proceso de transformación visual de un plano vertical a otro horizontal, se puede observar, paso a paso el desarrollo de la perspectiva prehispánica en la

que se combina la “Insurgencia de planos en paralelo”, con el de la “Visión Oblicua” y del “Abatimiento radial simétrico”, señalando que las figuras más peFig. 11. Estela 3 de La Venta en la que se observan dos personajes centrales, en primer plano, rodeados por varios personajes menores, que parecieran flotar, dibujo realizado por Covarrubias (1961).

queñas están a cierta distancia atrás del personaje central, pero siempre dentro del mismo escenario horizontal. Sin detenernos a especular la valía de las interpretaciones cosmogónicas atribuidas a la estela 2 de La Venta, para verlas con la perspectiva dialéctica de enfoques socio-políticos y en apoyo a los sistemas para entender la perspectiva 25


prehispánica, debemos entender que las

perspectiva (Figs. 12, 13 y 14).

figuras pequeñas no están flotando, ni

En forma comparativa, y un tanto similar

representan a ninguna deidad mítica o a

al desarrollo de la perspectiva explicada

los ancestros muertos que protegían al

arriba, se puede entender la escena tri-

personaje principal, como lo interpretan

dimensional compuesta por un grupo de

otros autores, ya que podrían verse co-

figurillas de piedra que circundan a un

mo testimonios narrativos de algún acto

personaje supuestamente muerto, que

histórico que quedó registrado como me-

fuera registrada como la ofrenda 4 de la

moria para el conocimiento de la comu-

Venta (Fig. 15).

nidad y testimonio a las siguientes gene-

En conclusión se podrían redefinir los

raciones.

términos sobre los ejemplos utilizados

La forma en que se entiende la imagen

como sigue:

sería abatiendo y levantando las figuras,

1) La Perspectiva es una visión

con lo cual se obtendrían los diversos

subjetiva para expresar distancias en un

planos entendiendo la disposición de la

espacio gráfico.

Fig. 12. Estela 2 de La Venta, en la que se han separado los personajes y distribuido sobre un plano en el que se ha buscado la manera de dar profundidad a los personajes en cada uno de los planos en que se podrían encontrar. Digitalización América Malbrán.

26


Fig. 13. Estela 3 de La Venta, en la que se ha seguido el mismo procedimiento, separando a los personajes y ubicándolos en planos de acuerdo a su perspectiva, de esta manera ya no parecen flotar y toman una dimensión diferente respecto al personaje central. Redibujado de Covarrubias, 1961, digitalización, América Malbrán.

27


Fig. 14. Estela 2 de La Venta tras el proceso de animaci贸n, en donde se puede apreciar la distribuci贸n de los personajes, de acuerdo a los distintos planos en que se encuentran. Animaci贸n Francisco Le贸n. 28


Fig. 15. Escena tridimensional compuesta por un grupo de figurillas de piedra que circundan a un personaje central, de manera similar a los que se han observado en los ejemplos anteriores, ofrenda 4 de la Venta. Museo Nacional de AntropologĂ­a. Foto del Autor.

29


2) El espacio gráfico puede ser picto-

el sistema occidental y la fachada o al-

gráfico o cartográfico y, en la perspecti-

zado de los edificios, con “Abatimiento

va prehispánica y otras no occidentales,

radial, sobre un punto central”, conser-

a veces se encuentran combinados.

vando el estilo de la perspectiva prehis-

3) Hay un sistema visual de Abati-

pánica.

miento radial simétrico y otro de Abatimiento solamente horizontal.

Proceso 3D sobre el plano de Teote-

4) Hay el sistema de Elevación o In-

nango

surgencia de Planos de sección vertical

Para entender un poco mejor este siste-

y de visión oblicua de baja altura, en el

ma se seleccionó la pintura del plano de

que se dividen los planos en paralelo.

Teotenango (Fig. 16), correspondiente a

No se puede negar que a partir de la

las Relaciones Geográficas del siglo XVI

conquista hispana y ahora la globaliza-

(Acuña, 1986), con la cual se realizó un

ción occidental, ha habido un constante

modelo tridimensional en el que se pro-

embate en todos los aspectos culturales,

yectaron, a manera de maqueta, los edi-

especialmente los socio-económicos, los

ficios dándoles volumen. Esto hizo posi-

religiosos y los artísticos, en los que

ble visualizar el sistema de perspectiva

ahora resulta difícil discernir el porqué,

utilizado por los europeos y la forma de

cómo y cuándo ocurrieron y siguen ocu-

disponer tanto edificios como espacios

rriendo una superposición o combina-

geográficos (Fig. 17).

ción de conceptos y sistemas técnicos

A manera de conclusión

dentro del fenómeno social llamado sim-

Para terminar quisiera añadir una anéc-

biosis.

dota complementaria que nos ayudará a

Un claro ejemplo de esta simbiosis o

comprender la perspectiva sin puntos de

combinación de expresiones gráficas, se

fuga practicada por las culturas prehis-

localiza en los planos geográficos manu-

pánicas y otras culturas no integradas al

facturados por los tlacuilos indígenas a

sistema occidental. Se trata del relato de

petición de encomenderos hispanos, en

un artista que pasó sus vacaciones en

los que dibujan el asentamiento urbano

una isla de la polinesia pintando paisa-

de acuerdo a los planos levantados por

jes selváticos y escenas de la pequeña 30


Fig. 16. Plano de Teotenango en el que se aprecian los edificios abatidos a la manera occidental. Relaciones GeogrĂĄficas, AcuĂąa, 1986.

31


Fig.17. Modelo tridimensional del plano de Teotenango en el que se proyectaron, a manera de maqueta, los edificios dándoles volumen (Acuña, 1986). Digitalización América Malbrán; animación, Francisco León. 32


aldea donde temporalmente se alojaba3.

de ellas. Notó también, que las casas

Tal como era de esperarse, siempre es-

sobre la calle que se perdían a la distan-

tuvo rodeado de niños que lo seguían y

cia, tenían el mismo tamaño y la misma

curioseaban sobre el progreso del dibujo

intensidad de color que las casas en el

o acuarela que el pintor plasmaba en el

primer plano.

papel.

Queriendo compartir los conocimientos

Un poco incómodo por los empujones

de perspectiva que él manejaba, les

que su público infantil efectuaba para

mostró la ya terminada acuarela que le

acercarse a su caballete, el pintor deci-

sirvió de ejemplo para señalarles las si-

dió repartir algunos crayones y papeles

guientes acotaciones:

que llevaba para sus apuntes y pidió a

1. Que la visual tomada desde un

los chicos que dibujaran el mismo esce-

solo punto no permitiría ver el frente

nario que él pintaba, entonces compues-

de todas las casas que circundan la

to por una pequeña plaza circundada

plaza a un mismo tiempo.

por las casas de más importancia y una

2. Que las casas más lejanas de-

calle que se extendía hasta el bajo hori-

bían pintarse de menor tamaño que

zonte de una ladera cubierta por un es-

el de las que están más cercanas,

peso follaje que se perdía en las lejanas

para así señalar la distancia entre

montañas.

ellas.

Después de un rato de quietud, solicitó

3. Que tanto el follaje como las mon-

le mostraran sus dibujos, en los que no-

tañas debían pintarse en colores

tó que todas las casas que circundaban

más pálidos o desvanecidos, para

la plaza estaban “acostadas” con la fa-

señalar que están en un segundo y

chada de frente a la plaza, por lo que

tercer plano, respecto a la plaza que

era necesario rotar cada dibujo cuatro

se encuentra en el primer plano.

veces, para ver la fachada de cada una

Después de tan doctas explicaciones los niños solo comentaron entre ellos “Ah… él quiere que se pinte como se ven, no

3 Tomado de una revista de viajes, leída durante la habitual espera en el consultorio de un dentista.

como son”.

33


Agradecimientos

Covarrubias, Miguel

Este trabajo es un avance de un proyec-

1961 Arte Indígena de México y Cen-

to mayor en el que se está realizando la

troamérica. Universidad Nacional

animación de estelas y murales prehis-

Autónoma de México. México.

pánicos, y coloniales a partir del estudio y análisis tridimensional de los mismos,

De la Fuente, Beatriz y Leticia Staines

como se ha mostrado en los ejemplos

Cicero (Eds.)

expuestos. Dicha investigación no po-

1998 La pintura mural prehispánica en

dría ser posible sin el valioso apoyo y

México, Área Maya, Bonampak,

auxilio de mi colega, América Malbrán

Vol. 2, Instituto de Investigaciones

Porto, quien se ha dedicado a la digitali-

Estéticas,

zación de las imágenes y al artista y ani-

Autónoma de México, México.

Universidad

Nacional

mador Francisco León, encargado de la animación y renderización de las estelas

Kupta, Karel

y murales.

1980 “La pintura mágica de los aboríge nes australianos” en El Correo de

Biblioigrafía

la UNESCO, año xxxiii, Enero, Pu-

Acuña, René

blicación mensual de la UNESCO

1986 Relaciones Geográficas del siglo

(Organización de las Naciones Uni-

XVI: México, Tomo Segundo, Vol.

das para la Educación, la Ciencia y

7, Etnohistoria, Serie Antropológica

la Cultura), París. Pp. 9 -14.

N° 65, Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacio-

López Austin, Alfredo

nal Autónoma de México, México.

1989 Tamoachan y Tlalocan, Fondo de Cultura Económica, México.

Angulo Villaseñor, Jorge 1987 “The Chalcatzingo Reliefs, an Ico-

Martí, José

nographic Analysis” en Ancient

2001 “Hombre del campo” en Obras

Chalcatzingo, University of Texas

completas, Vol. 19, Centro de Estu-

Press, Texas. Pp. 132-158.

dios Martianos (Comp.), publica34


ción en CD, Centro de Estudios Martianos-Karisma Digital, La Ha-

bana Cuba. Pp. 379-383. Real Academia Española 1982 Diccionario de la Lengua Española, Madrid, España.

35


CON LA MUERTE EN LA MIRADA América Malbrán Porto1

E

s una suerte que, gracias a Harry Potter, la

imagen del basilisco no nos resulta tan ajena, como

sucedía

hasta

hace

unos

años, en que pocos, y ni que decir de niños y adolescentes,

tenían idea de qué era eso. Aunque el ser que nos presenta Rowling (2000) de este ser fantástico, difiera del concepto original. En Harry Potter y la Cámara Secreta,

todo

versa

en

torno a este magnífico ser. El relato empieza a ser interesante a partir de que comienzan a aparecer personas petrificadas, entre ellas Hermione. Gracias a esto es que Harry, cuando la visita en la enfermería, junto con Ron, “se ha1 Docente Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México. Directora del Centro de Estudios Sociales y Universitarios Americanos S.C. (CESUA). 36


sorprendente ni más letal que el basilisco, conocido como el rey de las

serpientes.

Esta

serpiente,

que

puede alcanzar un tamaño gigantesco y cuya vida dura varios siglos, nace de un huevo de gallina empollado por un sapo. Sus métodos de

matar son de lo más extraordinario, pues además de sus colmillos mortalmente venenosos, el basilisco mata con la mirada, y todos cuantos fijaren su vista en el brillo de

sus ojos han de sufrir instantánea muerte. Las arañas huyen del basiFig.1. Portada del libro Harry Potter y la cámara secreta, Ilustrada por Jim Kay, Rowling, 2000.

lisco, pues es éste su mortal enemi-

bía fijado en que su mano derecha,

(Ibid.:205-206).

go, y el basilisco huye sólo del canto del gallo, que para él es mortal

apretada encima de las mantas, aferra-

Más adelante Harry Potter se enfrenta

ba en el puño un trozo de papel estruja-

con este ser al que se lo describe como

do” (Ibíd.: 205). Ambos amigos tratan de

a una serpiente, de un verde brillante y

sacarle el papel y cuando lo hacen des-

gruesa como el tronco de un roble, que

cubren que “era una página arrancada

mide más de siete metros, con colmillos

de un libro muy viejo. Harry la alisó con

largos y venenosos.

emoción y Ron se inclinó para leerla

Hasta aquí dejaremos el relato de Potter

también” (ídem.), he aquí la primera re-

para que cada uno de ustedes pueda

ferencia que tenemos del Basilisco:

sacar sus propias conclusiones después

De las muchas bestias pavorosas y

de que yo haga mi propio relato.

monstruos terribles que vagan por

Una realidad es que la presencia del ba-

nuestra tierra, no hay ninguna más

silisco se ha dejado sentir entre nosotros 37


desde hace siglos. Y tras la conquista

vive en otras partes del país como las

española a nuestro Continente, este ser

capitales de las provincias, entre las que

se trasladó a Sudamérica, una región

podemos contar a Buenos Aires, Rosa-

plagada de entes fantásticos y mitos.

rio o Mendoza, las regiones rurales de la

Muchos de estos mitos actuales son el

Argentina están plagadas de mitos y le-

fruto de la transculturación, donde se

yendas que todavía hoy son recordadas

fusionaron tradiciones, leyendas y su-

y creídas por gran parte de la población,

persticiones, europeas caso de los com-

son éstas las que han dado origen a un

ponentes africano y europeo, entre los

vasto folklore nacional, producto del sin-

que se encuentra el Basilisco, se dio un

cretismo originado por las diferentes co-

"trasplante" de elementos folklóricos que

rrientes étnicas que han poblado el área.

fueron trasladados desde su ámbito geo-

La grandiosidad de la campiña, las gran-

gráfico y cultural original, por sus propios

des extensiones de territorio, así como

creadores y actores, a este nuevo am-

la exuberancia del paisaje tropical, pro-

biente, donde fueron cultivados de ma-

pician la presencia de seres míticos que

nera personal o en el seno de círculos

tienen su aparición en horas claves co-

familiares, de amigos o de compatriotas,

mo la siesta, sobre todo en los pesados

que fueron modificando o cambiando y

días del verano donde las temperaturas

en consecuencia perdiendo, poco a po-

pueden llegar a rebasar los 34°C, o bien

co, algunos de los rasgos originales y

se aprovechan de la posibilidad de movi-

mezclándose con elementos autóctonos.

miento que les brindan las sombras de

Paulatinamente esta nueva generación

la noche.

de mitos se fue extendiendo por gran

La mayoría de estas creencias y supers-

parte del territorio Argentino llegando a

ticiones están fundadas en el miedo. En

cruzar las fronteras, de ahí que encon-

estas regiones existe una legión de se-

tremos relatos similares en los países

res sobrenaturales que sostienen su im-

cercanos como Chile, Brasil, Bolivia o

perio en el terror. Tienen su guarida en

Paraguay.

lo profundo de la selva, en la espesura

A pesar del avance económico que se

del monte, en las barrancas de los ríos, en las corrientes y en los remolinos de 38


las aguas, en el mismo aire que se res-

En no pocos casos la representación de

pira. Algunos aparecen de imprevisto y

estos mitos en los que aparecen seres

paralizan de espanto a aquellos que son

con connotaciones fantásticas, sirve de

sorprendidos, llegando a enloquecerlos.

freno, de contención para que el indivi-

Otros son vengativos, sanguinarios, vio-

duo no haga nada fuera de las normas

lentos y jamás tienen piedad de sus víc-

sociales, de la moral establecida y que

timas a los que llevan a la alucinación y

parece ser fijada por el temor universal,

a la muerte (Coluccio, 1991:150). Gene-

que invade al hombre ante la sensación

ralmente estos seres aparecen en los

de impotencia, de su pequeñez frente al

momentos en que la gente se encuentra

espectáculo magnífico e imponente de

más desamparada. Por lo mismo no se

la naturaleza que lo rodea (Rosemberg,

recomienda aventurarse sólo en la espe-

1954:87).

sura del monte o viajar durante la noche,

Uno de los más aterradores de estos

ya que es muy probable que uno pueda

seres es sin duda el Basilisco (Fig. 2),

ser sorprendido por alguno de estos per-

cuyo mito se encuentra presente en las

sonajes, verdaderas encarnaciones del

provincias argentinas de Santiago del

mal. Para salvarse, será imprescindible

Estero, Misiones, Corrientes, Chaco y

poseer una enorme Fe, que en muchos

Formosa, y en Curicó y la isla de Chiloé,

casos, tampoco llega a ser suficiente.

en Chile (Fig. 3).

En su afán catequizador, el fraile euro-

Su nombre, universalmente extendido,

peo en lugar de negar esos mitos, le

ha sido utilizado de variadas formas, en-

buscó fisonomía cristiana. Enseñó al in-

tre las que podemos mencionar: ha ser-

dígena y al esclavo negro a conjurarlos

vido para nombrar a la ciudad por cuyas

con la oración a la cruz y el agua bendi-

cuatro puertas, se dice, salió simultá-

ta. Elementos fundamentales en los ri-

neamente una vez Cagliostro: Basilea;

tuales que, paradójicamente, por lo ge-

cuyo emblema es el basilisco (Figs. 4 y

neral son llevados adelante por brujos y

5); en artillería se le conoce como basi-

curanderos locales, para erradicar o ale-

lisco o culebrina bastarda a un tipo de

jar los males que su presencia puedan

cañón de bronce y gran calibre, emplea-

causar (Benítez, óp.cit.:372).

da en los siglos XVI y XVII. Era la de 39


Fig. 2. El Basilisco, Gallus monstruosus. Ulisse Aldrovandi, Tavole Vol. 001-002 Animali, 1642.

40


na obispo y mártir, durante el reinado de Maximiano y” siendo presidente Agripa,

lo persiguieron y le calzaron unas chinelas de hierro, clavándoselas en los pies con clavos hechos ascuas; lo atormentaron

con

otros

diversos

tormen-

tos” (Croisset, 1847:421), y por último

fue decapitado y su cuerpo fue arrojado a un río de Nicomedia, pero fue recuperado y trasladado a Comana. Fue éste el santo que se apareció a san Juan Crisóstomo la noche antes de su muerte.

En botánica, deriva de este ser el nombre del Ocimum basilicum (albahaca blanca) planta aromática que ha sido

Fig. 3 Provincias argentinas de Santiago del Estero, Misiones, Corrientes, Chaco y Formosa, donde se encuentra presente el mito del basilisco. Dibujo América Malbrán Porto.

frecuentemente considerada como venenosa, en tanto algunas leyendas afri-

canas

afirman

que

protege

de

los escorpiones. En el Caribe es llamada popularmente como basil, basilik o

mayor tamaño de las que sustituyeron a

albahaca, es muy utilizada en medicina

la bombarda; en Astronomía una estrella

tradicional para curar afecciones gastro-

de la constelación de Leo, también co-

intestinales (diarreas, parasitismo), res-

nocida como Régulo, Estrella regia o

piratorias (bronquitis, tos), dolor de oí-

Corazón de León (Perrucho, 1990:17);

dos y reumatismo (Sánchez Govín, et.

También éste fue el nombre del usurpa-

al., 2000:187). Mientras que ciertas tra-

dor bizantino que destronó a Zenón en

diciones europeas aseveran que es un

475 (Bueno Sánchez, 1978:64).

símbolo de Satanás. Hoy en día es una

En hagiografía, el nombre se correspon-

planta bien conocida y saboreada por

de con el de San Basilisco de Coma-

muchos en la cocina mediterránea. 41


Fig. 4. Basilisco sosteniendo el escudo de armas de la ciudad de Basilea; 1511 Grabado en madera y tipografía sobre papel, Alemán. N° de catálogo: E,2.373, Colección del Museo Británico.

42


Fig. 5. Basilisco sosteniendo el escudo de armas de la ciudad de Basilea, en el Decretum Gratiani, Grabado de Johann Amerbach, en Gratianus de Clusio,1512.

43


Por último en zoología este nombre ha

el recién destetado meterá la mano

servido para designar un género de la-

en la madriguera del basilisco (Isaías

gartos (Basiliscus spp.). El reptil al que

XI-8).

se bautizó con el nombre de este animal mitológico pertenece al orden de los

No te entregues todo á la alegría, oh

saurios, familia de las iguanas, género

país de los philistheos, porque haya

Basilisco, con dos especies básicas: con

sido hecha pedazos la vara del que

capucha (B. Mitratus, B. Plumifrons) y

te hería; pues que de la estirpe de la

sin

B.

culebra nacerá el basilisco y lo que

Corythaedus). Este reptil, que vive en

de este saldrá engullirá las aves

las regiones cálidas de América del Sur

(Isaías XIV-29).

capucha

(B.

Basiliscus,

y México es completamente inofensivo

para el hombre y tomó este apelativo a

Anuncio pesado contra las bestias

causa de la cresta dorsal escamosa que

de carga del Mediodía. Van por tierra

lo caracteriza y que recuerda el atributo

de tribulación, y de angustia, (de

del rey de las serpientes; llega a medir

donde salen la leona y el león, la ví-

80 cm. de longitud, y tiene costumbres

bora y la serpiente que vuela) llevan-

semiacuáticas

do sobre lomos de jumentos sus ri-

(Bueno

Sánchez,

óp.

cit.:64; Larousse, 1999:150).

quezas , y sus tesoros sobre el dor-

Este ser fantástico remonta sus orígenes

so de los camellos, á un pueblo que

a una antigua leyenda probablemente

no podrá ayudarlos (Isaías XXX-6).

oriental, que fue introducida en Europa por los romanos.

Han hecho abrir ó que nacieran los

En el Antiguo Testamento encontramos

huevos de áspides, y con sus afanes

siete referencias al basilisco, en cuatro

tejieron telas de araña quien de di-

libros distintos, (Isaías XI-8, XIV-29, XXX

chos huevos comiere, morirá; y un

-6, LIX-5; Proverbios XXIII-32; Jeremías

basilisco es lo que saldrá, si hubie-

VIII-17 y Salmos XC-13):

ren empollado alguno (Isaías LIX-5).

y el niño que aun mama, estará jugando en el agujero de un áspid; y

Mas á la postre muerde como cu44


lebra, y esparce veneno como el ba-

Su silbido espanta a todas las ser-

silisco (Proverbios XXIII-32).

pientes. No anda, como las otras,

por una serie de ondulaciones, sino Porque hé aquí que yo enviaré con-

que avanza manteniéndose alta y

tra vosotros á los chaldeos, como

derecha sobre la mitad de su cuerpo.

serpientes y basiliscos, contra los

Destruye los arbolillos, tanto por su

cuales no sirve ningún encantamien-

resuello como por su contacto; abra-

to; y os morderán, dice el Señor

sa las hierbas, quiebra las piedras,

(Jeremías VIII-17).

tanta fuerza tiene su veneno. Se creía en otro tiempo que si era mata-

Andarás sobre áspides y basiliscos,

da de un lanzazo dado de lo alto de

y hollarás los leones y dragones

un caballo su veneno remontaba a lo

(Salmos XC-13).

largo del asta y mataba a la vez ca-

Ya Plinio, en el siglo I, hablaba del hue-

ballo y jinete. Y sin embargo este

vo del Basilisco. De acuerdo con la des-

monstruo –se ha hecho a menudo la

cripción que nos hace, en su Historia

prueba para los reyes que le desea-

Natural, se trata de un híbrido nacido de

ban ver muerto– no resiste el veneno

la fecundación de un huevo de culebra

de las comadrejas: que la naturaleza

por un sapo, y se lo describía como un

no ha creado nada sin contrapartida.

animal verdaderamente fabuloso, seme-

Se guarnecen estas en las cuevas

jante a un dragón, con patas de gallina,

de los basiliscos, que encuentran

cola de serpiente, cresta en la cabeza y

fácilmente por la infección del te-

por lo común provisto de alas (Borges y

rreno. Matan al basilisco por el olor

Guerrero, 2001:36).

que exhalan, y mueren: así termina

Nos dice Plinio:

el combate de la naturaleza consigo

Es la provincia de la Cirenaica

misma” (Plinio, citado en Bueno Sán-

quien la genera, su largo no pasa

chez, 1978:67).

de doce dedos, tiene como marca

El mito se extendió por toda Europa,

una mancha blanca sobre la cabe-

donde varios artistas, desde el Medioe-

za, que se parece a una diadema.

vo al Renacimiento se ocuparon de su 45


iconografía. Por otro lado, la literatura

que los pescadores lo han apresado pa-

española está plagada de estos mons-

ra disfrazarlo como un pez con cara de

truos así como las metáforas relaciona-

hombre y mostrarlo por toda España co-

das con ellos; nos los presentan autores

mo un monstruo de feria:

como Quevedo, Feijoo y muchos otros

…víme como trucha montañesa.

(Coluccio, 1964: 260; Borges y Guerre-

Lloraba mi desdicha; gemía que-

ro, óp. cit.:36-38, Bueno Sánchez, óp.

jándome de mi hado ó fortuna; de-

cit.:77), y aparece también en los clási-

cía: ¿qué es esto que tanto me per-

cos como el Quijote de Cervantes, cuan-

sigues? En mi vida te vi ni te co-

do Ambrosio compara a la pastora Mar-

nozco; pero si por los efectos se

cela con éste ser:

rastrea la causa, por lo que de tí he

Mas apenas la hubo visto Ambrosio

experimentado creo no hay sirena,

cuando con muestras de ánimo in-

basilisco, víbora, ni leona parida

dignado le dijo: ¿vienes á ver por

más cruel que tú… (Mendoza,

ventura, ó fiero basilisco destas

1884:82).

montañas, si con tu presencia vier-

“El basilisco ha servido también como

ten sangre las heridas deste misera-

emblema de la Dialéctica. El primero

ble á quien tu crueldad quitó la vida,

que personificó las ciencias fue, al pare-

ó vienes á ufanarte en las crueles

cer, Marciano Capella, gramático afri-

hazañas de tu condición, ó á ver

cano del siglo V, en su obra De nuptiis

desde esa altura, como otro desapia-

Philologiae et Mercurii: Mercurio (la Elo-

dado Ñero, el incendio de su abrasa-

cuencia) y la Filología (el amor a la ra-

da Roma, ó á pisar arrogante este

zón: la Sabiduría) contraen matrimonio y

desdichado cadáver como la ingrata

las siete artes son las damas de honor;

hija al de su padre Tarquino? Dinos

al divorciarse la Elocuencia y la Sabidu-

presto á lo que vienes… (Cervantes

ría, se condenan ambos a la esterilidad,

Saavedra, 1835:66).

pues Mercurio no tiene ya nada que de-

En el Lazarillo de Tormes, la primera

cir y Filología ya no sabe hablar. Remi-

mención al basilisco la hace el mismo

gio de Auxerre, que a comienzos de si-

Lázaro cuando se encuentra afligido ya

glo X compone un comentario a la obra 46


de Marciano Capella, dice que la Dialéc-

les y demás elementos arquitectónicos

tica lleva los cabellos revueltos desig-

en las iglesias, a lo largo de la Edad Me-

nando el silogismo, una serpiente que

dia (Fig. 7). Un ejemplo se encuentra en

representa los artificios sofísticos y un

un arco de la puerta sur de la catedral

anzuelo los argumentos capciosos. Los

de Chartres, donde se aprecian las siete

artistas se contentaron con hacer soste-

artes liberales: la Dialéctica tiene a sus

ner a la Dialéctica una, o incluso dos

pies un personaje, probablemente Aris-

serpientes” (Bueno Sánchez, óp.cit.:79).

tóteles, sosteniendo un tintero en el que

También es común encontrar estas re-

moja su pluma, sobre su mano y ante-

presentaciones en la arquitectura medie-

brazo izquierdo se yergue un basilisco

val, donde era usual insertar basiliscos y

(Ídem.). También en la iglesia de San

otros monstruos en los capiteles, dinte-

Andrés de Soto de Bureba, podemos ver

representados varios animales fantásticos en las arquivoltas de la portada, donde se encuentra otro basilisco, otro ejemplo lo tenemos en Iglesia de San Cipriano en Burgos, España. A este res-

pecto Ibarburu Asurmendi menciona: Estos seres, símbolos del diablo y el pecado, pájaros-reptil, con alas, cuernos, afilados dientes y patas y cola de reptil, son uno de tantos monstruos aterrorizantes que poblaron los capiteles medievales y que surgieron en gran parte, según Baltrusaitis, de una mala interpretación de temas anteriores de origen orien-

Fig. 6. Dialéctica sosteniendo un basilisco. Ilustración de Gherardo di Giovanni del Fora, en De nuptiis Philologiae et Mercurii Capella, 1476.

tal, que llegaron a Europa a través de los tejidos. Fue en Oriente donde surgieron estos temas decorativos, 47


Fig. 7. Diversas representaciones medievales de basiliscos, en iglesias europeas.

48


producto de mezclas monstruosas

a entender que nace del huevo de

de seres distintos, afrontados o ado-

un gallo. Cuando el gallo ha cumpli-

sados, que tuvieron posiblemente

do siete años, le nace un huevo en

un valor religioso, jeroglífico o mági-

el vientre. Y cuando siente este

co que se perdió al llegar a Occiden-

huevo, permanece maravillado de

te. No son producto de una inspira-

sí mismo, y siente la mayor angus-

ción individual, sino de una creación

tia que pueda sufrir un animal. En-

genérica de un arte simbólico, resul-

tonces, busca discretamente un lu-

tado de los viejos «Bestiarios», tan-

gar cálido, en un estercolero o en

tas veces repetidos en la decoración

un establo, y araña con las patas

de edificios construidos entre los si-

hasta que excava un agujero en el

glos XI y XIII y que incluso perviven

que poner su huevo. Y cuando el

en bastantes edificios góticos, como

huevo tenga su nido preparado, el

la iglesia de Artajona, en zonas muy

gallo correrá allí más veces dia-

ligadas al románico, como Navarra y

rias. Pensando constantemente en

el sur de Francia (Ibarburu Asur-

desembarazarse de él. Y el sapo es

mendi, 1973:172).

de tal índole que percibe por su ol-

Durante la Edad Media se pensaba

fato el veneno que lleva el gallo en

que los basiliscos eran los que llevaban

el vientre. Inmediatamente se pone

las almas de los condenados al in-

al acecho, de forma que no pueda

fierno. Encarnaban la muerte y al demo-

el gallo ir al foso, sin que el sapo lo

nio mismo.

vea. Y en cuanto el gallo se aparta

En los bestiarios medievales es recu-

del lugar en el que debe poner el

rrente la presencia del basilisco, al igual

huevo, allá está inmediatamente el

que otros seres fabulosos, ya que se los

sapo, por ver si el huevo puesto.

consideraba reales y en este caso peli-

Pues el sapo es de tal índole, que

grosos (Malaxecheverría, 2002) (Fig. 8).

toma el huevo y lo incuba, si puede

Existe un animal llamado basilisco.

acercarse a él de alguna manera. Y

El Fisiólogo nos dice, a propósito de

cuando lo ha incubado tanto, que

su naturaleza, cómo nace; y nos da

ha llegado el tiempo de la eclosión, 49


resulta un animal que tiene cabeza,

cede con muchas cosas que son

cuello y pecho como los de un gallo;

atractivas, pero malas. Quien desee

y desde el pecho hacia abajo, es

matar a este animal, deberá tener

como una serpiente. Y en cuanto

un claro recipiente de cristal o de

puede valerse este animal, busca un

vidrio, a través del cual pueda ver a

lugar oculto en una vieja grieta, o en

la bestia. Pues al tener el hombre la

una cisterna abandonada; y allí per-

cabeza tras el vidrio o el cristal, el

manece, para que nadie pueda ver-

basilisco no puede distinguirlo, y su

le. Pues es de tal naturaleza, que si

mirada es detenida por el cristal o

el hombre puede verle antes de que

el vidrio; cuando el basilisco arroja

él vea al hombre, muere; y si él ve al

su veneno por los ojos, es de tal

hombre antes, es el hombre quien

naturaleza que, si choca contra al-

morirá. Pues el animal es de tal na-

gún objeto, rebota hacia atrás con-

turaleza, que arroja su veneno por

tra él, y ha de morir. Este animal

los ojos; y tiene la mirada tan vene-

representa al diablo, al mismo Sata-

nosa, que mata a las aves que vue-

nás (Malaxecheverría, 2002:159-

lan por encima de él, si puede mirar-

160).

las entre los ojos. Este animal es el rey de todos los demás reptiles, y temido por ellos, igual que el león es más poderoso y temido que todas las demás bestias. Y no puede pasar por un lugar, sin que éste pierda su virtud; pues jamás volverá a producir, ni hierba, ni otra cosa alguna. Y si toca un árbol, éste pierde su virtud, y jamás dará fruto; ha de perecer y secarse. No obstante, es un

Fig. 8. Basilisco en el Bestiario de Aberdeen, f.66 v. Biblioteca de la Universidad de Aberdeen, MS.24. C.1200.

bello animal, de hermoso color manchado de blanco. Pero otro tanto su50


En sus Etimologías, san Isidoro de Sevi-

que llegan a poner los gallos colorados

lla, lo describe de la siguiente manera:

cuando están muy viejos o han cumplido

El basilisco es nombre griego, que se

siete años. Generalmente esto sucede

interpreta en latín como regulus, porque

en una noche de luna llena y exacta-

es el rey de las serpientes, hasta el pun-

mente a media noche; también puede

to de que todos escapan de su presen-

ocurrir que sea puesto por las gallinas,

cia porque los mata con su aliento; e in-

viejas y con espolones, o una ponedora

cluso al hombre le causa la muerte si le

cansada, que al hacerlo canta como el

pone la vista encima. Ningún ave vola-

gallo. Cuando ha sido un gallo el que ha

dora escapa si ve al basilisco, pues, in-

puesto el huevo, la gallina más vieja del

cluso desde muy lejos, es quemada por

corral se pone a cantar. Se recomienda

el fuego de su boca. Sin embargo, es

entonces matar en el acto a ambos ani-

vencido por las comadrejas que colocan

males. Se supone que este huevo es

los hombres en los agujeros de la tierra

incubado por un sapo, de ahí las carac-

donde se esconden. En cuanto ve una,

terísticas híbridas del animal. Cuando en

escapa, pero ella le persigue y lo mata.

el nido se encuentra un huevo vacío,

En efecto, el padre común no ha creado

surge la sospecha de que ha nacido de

nada sin su remedio. Tiene medio pie de

él este maligno monstruo (Ambrosetti,

largo, y está manchado con líneas blan-

1917:228; Coluccio, 1991:151; 1964:260

cas. Como los escorpiones, busca los

-261; Borges y Guerrero, óp. cit.:37;

lugares áridos; si se acerca a las aguas

Bueno Sánchez: óp. cit.:68-69).

y pica a alguien, éste se vuelve hidrófo-

Se dice que al nacer, el animal, tiene la

bo y linfático. Este mismo animal se lla-

forma de un gusano colorado que corre

ma también silbido, pues mata silbando,

como una lagartija y se aposenta bajo la

antes de morder o de abrasar (De Sevi-

casa, los establos o "enraje", donde per-

lla, 1982).

manece oculto hasta volverse basilisco,

Regresando a nuestro continente, en

lo que ocurre al cabo de un año. El Basi-

Argentina el mito refiere, al igual que en

lisco se asemeja a un reptil o serpiente

Europa, que este ser nace de un huevo

con patas muy cortas, pico y cresta de

diminuto y estéril, sin yema o “huero”,

gallo, de color pardo. Tiene una cabeza 51


muy grande en la que sobresalen los

nalmente muere, si no se toman medi-

ojos luminosos, redondos y sin párpa-

das para echar al animal. El cual no

dos. En Santiago del Estero se lo repre-

abandonará la casa hasta que mate a

senta con la forma de un "chelko" o la-

todos

garto negro, o de un enorme gusano con

1917:229; Colluccio, 1964:261; Colom-

un solo ojo en el medio de la frente. Otra

bres: óp. cit.).

de las referencias nos dice que no abul-

Puede suceder que cuando en la casa

ta más de un palmo y que emite un can-

hay una madre amamantando, el animal

to monótono que se asemeja al del ga-

aprovecha su sueño para deslizarse

llo.

cautelosamente hasta su seno y le suc-

En la zona de Jujuy y parte de la puna

ciona la leche, mientras entretiene al ni-

se asegura que este animal se parece a

ño dándole a chupar su cola. En la re-

los lagartos, pero en la zona de los va-

gión central de Chile existe la misma

lles y parte de Tucumán, Santiago y Ca-

creencia respecto a la culebra común,

tamarca, muchos pobladores mencionan

mientras que en México encontramos un

que tiene un solo ojo en la frente.

mito similar en el que interviene la Ma-

Dentro de la mitología popular se cree

zacuata.

que este ser monstruoso huye de la luz

Lo anterior ha hecho que se le atribu-

del día, guareciéndose en los techos de

yan, las muertes súbitas, provocadas

las casas o en las ranuras de las pare-

por causas desconocidas, al igual que

des, donde no llega el sol, y espera has-

una forma de histeria femenina común-

ta que caiga la noche para entrar a las

mente llamada "daño", que suele com-

habitaciones donde duermen las fami-

plicarse con epilepsia (Ambrosetti, 1917:

lias, para comerles la “flema” y con ello

229-230).

el aliento, la energía vital. La víctima co-

Cualquier animal o persona que llega a

mienza a adelgazar hasta quedar como

sorprenderlo en su escondite y a mirarlo

un esqueleto, generalmente estas perso-

a los ojos quedarán aniquilados instan-

nas tienen una tos seca. Se dice enton-

táneamente, ya que tiene en los ojos un

ces que el enfermo entonces "se va po-

fuego devastador, similar a la Gorgona

niendo maganta… se va secando" y fi-

clásica. En el mejor de los casos la per52

sus

habitantes

(Ambrosetti,


sona puede salvarse, pero quedará cie-

todas clases de animales de corral.

go o paralizado para el resto de su vida.

Entonces, un día temprano entró la

Sin embargo, quien logre verlo antes de

señora a una pieza y cayó como

que pueda fijar la mirada en uno, podrá

desdescompuesta, como muerta, en

matarlo.

el suelo. Entonces, uno de los chicos

Evidente heredero de la tradición greco-

si alarma y grita y lo llama al papá y

romana, es tan horrible que ni él mismo

le dice:

puede aguantar su propia imagen refle-

—Papá, mire que la mamá cayó

jada en el espejo. De ahí que la mejor

ahí, en la pieza.

manera de protegerse sea cubrirse la

Y corre uno de los chicos a verla y al

cara con uno, o colocarlos frente a la

entrar por la misma puerta por donde

puerta o ventana por la que se supone

había entrado esta señora, miró el

que ha de entrar; cuando el animal se

chico para arriba, y cayó él también

mira en el espejo, con horrendo chillido

en la misma forma que la señora.

se derretirá. Luego hay que echarle

Después viene el otro chico y pasa

aceite y grasa en el lugar en que se di-

lo mismo.

solvió y posteriormente encender fuego

Al mirar así, para el umbral* de la

ahí mismo donde se dio su desaparición,

puerta, cae también el chico ahí. En-

realizado este acto deberán pasar 24

tonces el señor, el esposo, pensó:

horas antes de que se aleje la maldición

—No vaya a ser éste el basilisco,

(Coluccio,

que dicen que sabe salir de los hue-

1991:151;

López

Breard:

1986).

vos de las gallinas, esos huevitos

El relato 290, uno de los 8 que Vidal de

chiquititos.

Battini recopila sobre basiliscos, en las

Entonces, él, rápido si acordó que no

provincias de Argentina, refiere que:

sé qué señora li había dicho que la

Don Avitón Juárez contaba que ha-

única forma de matarlo al basilisco

bía una familia formada por el pa-

era hacerlo ver su propia figura refle-

dre, la madre y dos o tres hijos. En

jada en un espejo. Entonces corrió a

la casa acostumbraban a criar mu-

la pieza adonde ellos usaban para

chos animales, gallinas, pavos, de

lavarse, peinarse, y sacó un espejo 53


grande que tenían, muy antiguo,

Pero todos decían que al no matarlo

vino con el espejo poniéndoselo

al bicho, la gente tenía que morir, y

delante de él, cosa de que se tape

que si no hubiera sido por el espejo

la figura de él. Entonces al entrar a

no se salva él ni se salva la familia.

la pieza con el espejo por delante,

Antonia Díaz de Páez, 46 años. Los

sentía que quedaba con vida y en-

Sarmientos. Chilecito.

tonce pasó el umbral de la puerta,

La Rioja. 1968.

poniendo el espejo para que dé

(Vidal de Battini, 1984:458-459).

bien al umbral, y sintió como un rui-

Otra de las recomendaciones que se ha-

dito, que cayó algo. Y pasó, entró a

cen para prevenir sus ataques es que

la pieza donde 'taba su familia des-

escuche el canto de un gallo ya que este

compuesta, vaya a saber, en un

sonido lo asfixia. Por esta razón, y el

paso de la muerte. Y entonce vio

gran temor que causa el Basilisco, mu-

en el suelo un bicho que era pareci-

chos viajeros solían ir acompañados de

do a un matuasto, a esos bichos

un gallo. En cualquier caso siempre se

que salen aquí, en el río, en la are-

recomienda recurrir a un brujo, o espe-

na, entre las piedras, parecido, así,

cialista que usará su arte y algunos re-

con los ojos muy grandes. Él decía

cursos como tirarle agua bendita hervi-

que había visto los ojos, pero otros

da, para intentar deshacerse del animal

opinaban que tenía un solo ojo

(Borges y Guerrero, óp. cit.:37; Coluccio,

grande, así redondo, sin párpado,

óp. cit.151; López Breard, óp. cit.).

así grande. Entonce el señor acu-

Por desgracia, no hay una manera efec-

dió con una pala, lo sacó afuera y

tiva de combatirlo, ya que ni los brujos

recién auxilió a la familia. Pero to-

más experimentados pueden destruir

dos decían que ése era el basilisco,

este flagelo: la manera tradicional y más

que había que quemarlo la única

segura de liberarse de él es incendiando

forma que desaparecía quemándo-

la casa. Existe una receta que aplican

lo. Y lo quemaron, y la familia se

solamente algunos hechiceros muy ex-

salvó escasamente de la muerte,

pertos para desalojarlo:

porque parece que no la miró bien.

"Se colocan dos varillas de mechay 54


en forma de cruz en las cuatro es-

totalmente, antes de que nazca el ani-

quinas de la casa, a continuación

mal y la tragedia se suscite.

se riega el piso con agua bendita

Sobre la presencia de estos huevos,

hirviente" (Coluccio, óp. cit.:151).

Ambrosetti menciona:

La receta anterior se aplica cuando hay

Tales huevos son los que se lla-

algún enfermo de "tos seca" en la vivien-

man ordinariamente hueros, es

da y se presume que su mal es causado

decir, sin yemas y cuando sospe-

por la presencia de un Basilisco. De tal

chan que alguno lo es, lo entierran

modo, puede escucharse el silbido del

profundamente, apisonando la tie-

engendro y lograr desalojarlo. Empero,

rra y haciendo sobre ella una cruz

esta "machina" no mejora al paciente,

con un palo o cuchillo.

pero se tiene así la certeza de que el día

Si en alguna nidada por casuali-

en que fallezca también morirá el basilis-

dad encuentran un huevo vacío,

co, salvándose el resto de la familia de

creen que de allí ha salido un basi-

tan peligroso enemigo. Estos ritos, si

lisco, y se lanzan a buscarlo; excu-

bien observan características cristianas,

sado es decir que cualquier larva o

como ya se mencionó, son llevados ade-

gusano que encuentren por las in-

lante por brujos locales (Ídem.).

mediaciones es, de no conocerlo,

Debido a lo anterior es que se deben ex-

arrojado al fuego sin más trámite

tremar los cuidados para destruir y que-

(Ambrosetti, óp. cit.:223).

mar sus huevos antes de que el animal

Hoy en día, cuando el folklore tradicional

nazca, teniendo en cuenta que su gesta-

parece diluirse la imagen del basilisco

ción dura alrededor de un día. El huevo

resurge, ha pasado a la literatura con-

también, puede ser enterrado profunda-

temporánea. Un claro ejemplo lo tene-

mente.

mos en “Modelo para armar” de Julio

Es común que en el campo, todavía hoy,

Cortázar (1995), donde el basilisco se

al encontrarse con esos huevos peque-

convierte en un personaje más. O bien

ños la gente sienta pánico y los ponga al

lo encontramos en la pintura naíf, en

fuego de inmediato, en la parte central

que la pintora santafecina Susana Esre-

de una fogata hasta que se consuma

quis recrea de manera encantadora el 55


mito, en su cuadro Retrato de una mal-

parado en actitud de cantar. En el lado

dad. Se trata de un pequeño cuadro de

derecho observamos que del nido sale

31 cm X 27 cm realizado en acrílico so-

una especie de humo gris y sobre el

bre tela y madera. En el que la artista ha

huevo pequeño, apenas se distingue un

sintetizado la leyenda y la plasma a ma-

sapo rojo que lo está incubando. A conti-

nera de texto, permitiendo una lectura a

nuación, en la parte inferior se advierte

través de la cual identificamos cada ele-

al pequeño Basilisco surgiendo del hue-

mento de la tradición (Fig. 9).

vo.

En el centro de la pintura y como eje del

En un tercer plano, en el sector derecho

relato se destaca el basilisco adulto, que

reparamos en una serie de casas blan-

ocupa casi la altura total de la represen-

cas con techos rojos, junto a una de

tación, misma que está dividida en dos

ellas se distingue un molino de viento.

planos, izquierdo y derecho.

La artista ha plasmado la vasta exten-

El animal se encuentra en un campo

sión de la campiña donde predominan

cultivado y cercado, en el que hay clava-

los pastos verdes y ha colocando pe-

do un letrero donde se lee el título de la

queños grupos de árboles que dan ma-

obra. Se mantiene erguido y amenazan-

yor armonía y sensación de lejanía. En

te, con la parte posterior de su cola. Tie-

este mismo plano, pero en el lado iz-

ne las fauces abiertas mostrando sus

quierdo se advierte un grupo de perso-

colmillos y la lengua bífida. Posee la ca-

nas que han sido víctimas del Basilisco.

racterística cresta de gallo.

Un punto interesante del análisis son los

En la parte posterior, en el segundo

colores empleados por la autora, utili-

plano, hallamos la secuencia de su apa-

zando una degradación de verdes, en la

rición, en cuatro imágenes, comenzando

parte inferior donde se representa la

de izquierda a derecha, desde que el

campiña; y azules en el cielo, en el que

huevo del basilisco es puesto por el ga-

distinguimos el atardecer cubierto por

llo colorado. En la imagen siguiente se

nubes azules que se difuminan hasta un

ve al gallo frente al nido, que contiene

tono más oscuro, lo que otorga mayor

tres huevos de los cuales uno es mucho

dramatismo a la pintura.

más pequeño que los otros. El gallo está

Como hemos podido apreciar, la exis56


Fig. 9. Retrato de una maldad. CortesĂ­a de Susana Esrequis.

57


tencia de este ser, no es algo que se du-

misionera, valles calchaquíes; las

de, todavía hoy al calor del hogar se re-

pampas. La cultura Argentina,

conoce su presencia en las historias de

Buenos Aires, Argentina.

los abuelos, ha sobrevivido a la modernidad, reptando desde la Grecia clásica y

Benítez, Justo Pastor

escondiéndose entre las grietas de los

1963 “El colorido folklore paraguayo” en

vetustos edificios medievales; llegó a los

Journal of Inter-American Studies.

barcos y se trasladó a nuestro continen-

Vol. V. N° 3. Julio. Florida. Pp.371-

te, donde se ha refugiado, sobre todo en

377.

el cono Sur, hasta nuestros días poblando en el imaginario de los campesinos y

Bestiario de Aberdeen

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61


EL CARÁCTER VENUSINO EN EL TONALPOHUALLI DE LOS CÓDICES BORGIA, VATICANO B Y COSPI Ofelia Márquez Huitzil1 Introducción

L

os códices Borgia, Vaticano B y Cospi comparten características intrínsecas vinculadas con los ciclos venusinos, lo que es observable desde sus prime-

ras ocho láminas, ya que en cada uno se despliega un Tonalpohualli completo con una organización particular. El Códice Borgia, Codex Borgianus o Manuscrito de Velletri (1898), debe su nombre al Cardenal Stefano Borgia, quien lo adquiriera en el Palacio Giustiniani, de la familia del

mismo nombre, en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando los hijos de los sirvientes lo arrojaron al fuego (Alcina Franch, 1992:167). Por este hecho, el códice perteneció en primera instancia, al Museo Velletri, propiedad de la familia Borgia, y después a la Biblioteca Borgiana en 1809, cuando la Santa Congregazione de Propaganda Fide ganara en un juicio por las propiedades del cardenal Borgia, a su muerte. Más tarde, el

Códice pasó al Museo Etnográfico Borgiano y, en 1902, a la Biblioteca Apostólica del Vaticano, en donde se encuentra actualmente. No obstante, Manuel Hermann Lejarazu (2009:16) toma en cuenta la versión de Franz Ehrle (1898), pues éste fue prefecto de la Biblioteca Vaticana, y afirmó que: …el Códice había sido salvado de un auto de fe en México y que un ex alumno

de Francisco Xavier Clavijero lo había sacado del fuego para posteriormente enviárselo a Stefano Borgia en 1762” (Hermann, óp.cit.:17).

1 Doctora en Estudios Mesoamericanos por la Facultad de Filosofía y Letras y el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM (2009), Maestría en Artes Visuales de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM (1988), Licenciatura en Diseño de la École Nationale Superière des Arts Décoratifs de Paris del Ministerio francés de la Cultura (1985). Estancia Posdoctoral en el Posgrado en Historia y Etnohistoria de la Escuela Nacional de Antropología e Historia del INAH (2010-2012). 62


Sin embargo, en la lámina 68 del mismo

Loubat de 1904. Esta edición mexicana,

Códice, aparece una leyenda con carac-

reprodujo el facsímil que el arquitecto

teres italianos del siglo XVI en donde se

Ramón Rodríguez Arangoiti hiciera en

señala como un documento concernien-

1986, en el cual, la precisión de los dibu-

te a los días de la semana. Por todo es-

jos y de los colores, proporciona la infor-

to, Hermann deduce que el documento

mación de la que carecen otras edicio-

fue salvado sí, de un auto de fe, pero del

nes.

siglo XVI (Hermann, óp.cit.:17), y que

Respecto del Códice Vaticano B, Codex

luego fue abandonado en alguna biblio-

Vaticanus 3773, Códice Vaticano Rituale

teca de Europa o de América, para final-

o Códice Fábrega, éste era ya parte de

mente, ser vendido u obsequiado al car-

la Biblioteca Apostólica del Vaticano, en-

denal Stefano Borgia.

tre 1565 y 1570 (Ibíd.:174), pues apare-

El documento consta de 39 folios, de los

ce en el Catálogo de Rainaldi de 1596-

cuales 76 láminas están pintadas. Su

1600, sin llevar el número de cataloga-

soporte es de piel de venado con un for-

ción de Marcelo Cervini, anterior a 1555.

mato casi cuadrado de 26.5 x 27 cm, so-

Parece haber ingresado a este lugar,

bre una base de imprimatura de estuco,

junto con el Códice Ríos, gracias al car-

por lo que el total de su superficie pinta-

denal Amulio, quien fuera embajador en

da es de 10.30 m x 27 cm (Alcina

la corte de Carlos V y de Felipe II y más

Franch, óp.cit.:68).

tarde bibliotecario del Vaticano.

Numerosas han sido sus ediciones des-

El Códice mide 7.24 m x 12.5 y 13 cm

de los años 30 del siglo XIX cuando Lord

de altura. Está plegado en forma de

Kingsborough (1831-1848) lo mandó

biombo y consta de 49 folios, de los cua-

editar con reproducciones de los dibujos

les, tenemos 96 láminas pintadas. Cada

hechos por Agostino Aglio, a partir de

lámina tiene 14.7 x 12.7 cm. Fue pintado

los originales. Otra edición que destaca

sobre piel de venado con una capa de

es la de 1980, por parte del Fondo de

imprimatura de estuco (Ídem.).

Cultura Económica en México, con el

El Vaticano B ha sido estudiado por

estudio introductorio que Eduard Seler

Franz Ehrle, quien hizo una introducción

preparó para la edición del Duque de

a la edición que en 1896 patrocinó el 63


duque de Loubat, mientras que Francis-

lerio Zani, quien en 1665, lo obsequiara

co del Paso y Troncoso (1896) hizo un

al Marqués Ferdinando di Cospi, sena-

estudio del códice, en su trabajo Los li-

dor de Bolonia, para más tarde formar

bros del Anáhuac para el Congreso In-

parte del Instituto de las Ciencias y las

ternacional de Americanistas de 1895

Artes de Bolonia, y enseguida, a la Bi-

(Alcina Franch, óp.cit.:175). Existe un

blioteca Universitaria de Bolonia, en

análisis del códice de Eduard Seler para

donde se encuentra hasta nuestros días.

la edición de 1902, patrocinada por el

La totalidad del Códice es de 3.64 m de

Duque de Loubat. Este análisis se cen-

largo por 18 cm de altura. Hecho sobre

tra en aspectos de carácter astronómico.

piel de venado con imprimatura de estu-

Más tarde, bajo una perspectiva diferen-

co, tiene un total de 20 folios, de los

te, centrada más en los aspectos ritua-

cuales,

les, Karl Anton Nowotny, en 1961, anali-

(Ídem.).

za este códice en su trabajo Tlacuilolli

Del Códice Cospi, como lo menciona

(2005). Por otra parte, Anders, Jansen y

Alcina Franch (Alcina Franch, 1992:169)

Reyes García (1992a) presentaron un

Francisco del Paso y Troncoso en 1895,

estudio semiótico del Vaticano B, para el

hace un estudio para el Congreso Inter-

Fondo de Cultura Económica en 1992 al

nacional de Americanistas del mismo

que denominaron Manual del adivino,

año, en este trabajo encuentra la dife-

libro explicativo del llamado Códice Vati-

rencia entre dos amanuenses en el códi-

cano B.

ce, en términos de minuciosidad en el

Por otra parte, el Códice Cospi, Codex

trazo. Mientras que Hamy en 1901

Cospianus, Códice di Bologna, Calenda-

(Íbid.:170) encontró rasgos mayas en la

rio messicano 4093 de la Biblioteca Uni-

enumeración. Eduard Seler, en el primer

versitaria de Bolonia, o Libro della Cina,

tomo de su obra Collected Works in Me-

Códice de Bolonia o Codice Bolognese,

soamerican linguistics and Archaeology

como lo denominó Francisco del Paso y

(Seler, 1996), realiza un análisis breve,

Troncoso (Alcina Franch, óp. cit.:169) en

pero fundamental del códice, con res-

su prólogo a la edición del Duque de

pecto a la manera en que los Señores

Loubat de 1898, perteneció al conde Va-

de la Noche o Novenos, se representan 64

24

láminas

están

pintadas


de manera abreviada. Karl Anton No-

El Tonalpohualli desplegado en las

wotny (2005:144-147, 206), aborda el

primeras ocho láminas

estudio de una parte de este códice en

Respecto del Tonalpohualli que aparece

su trabajo Tlacuilolli. Ferdinand Anders,

desplegado en las primeras ocho lámi-

Maarten Jansen y Peter Van Der Loo

nas en cada uno de estos tres códices,

(1994) lo llaman el Calendario de pro-

debemos de mencionar que, mientras

nósticos y ofrendas. Libro explicativo del

que la lectura del mismo se desarrolla

llamado Códice Cospi, para la edición

del extremo inferior derecho, hacia la

que patrocinó la Akademische Druck –u.

izquierda en el Códice Borgia, tanto en

Verlagsanstalt y el Fondo de Cultura

el Códice Vaticano B, como en el Cospi

Económica, en México en 1994. Carmen

(1971), la lectura se desarrolla del extre-

Aguilera también hizo un estudio impor-

mo inferior izquierdo hacia la derecha, lo

tante del Cospi para la edición patrocina-

que constituye un argumento a favor de

da por el Gobierno del Estado de Puebla

que estos dos últimos códices se elabo-

a través del Centro Regional de Puebla

raron ya durante la colonia, en el siglo

2

del INAH

en 1988. Tanto el Códice

XVI, con un orden de lectura eminente-

Cospi, como el Códice Laud, han sido

mente occidental (Fig. 1).

objeto de un análisis comparativo con

El Tonalpohualli o cuenta de los días,

datos etnográficos, llevados a cabo des-

que consta de 260 días, es el resultado

de 1933 por Paul Radin (1935) y Jena

de la combinación simultánea de 20 sig-

Schultze en 1938, respecto de las ofren-

nos3 con 13 numerales. De manera que

das contadas entre los tlapanecos de

veinte signos de los días forman una

Guerrero, trabajo que fue perfeccionado

veintena (Fig. 2), y trece veintenas for-

y superado por la etnohistoriadora Da-

man un Tonalpohualli completo, desple-

nièle Dehouve entre 2001 y 2007.

gándose en una lectura que va de derecha a izquierda en el Códice Borgia (Fig.

2 Instituto Nacional de Antropología e Historia, México. 3 Los veinte signos de los días siempre aparecen en el mismo orden, y son: Lagarto, Viento, Casa, Lagartija, Serpiente, Muerte, Venado, Conejo, Agua, Perro, Mono, Hierba seca, Caña o Carrizo, Jaguar, Águila, Buitre, Movimiento, Pedernal, Lluvia y Flor.

3), o bien, desplegándose de izquierda a derecha, en los códices Vaticano B y Cospi.

65


Fig. 1, El tonalpohualli de 260 días en las primeras 8 láminas de los códices Borgia, 1898; Vaticano B, Anders, Jansen y Reyes García, 1992a y Cospi, 1971.

66


67

Fig. 3. Bloques de las 13 veintenas en el tonalpohualli del Códice Borgia, 1898.

Fig. 2. Lectura de los veinte signos de los días de derecha a izquierda. Detalles de las láminas 1, 2 y 3 del Códice Borgia, 1898.


Por otra parte, las trecenas o numerales que generalmente se encuentran seña-

ladas por puntos rojos en otros códices, como el Borbónico o el Telleriano Remensis, están implícitas e implícitos en los códices que estamos estudiando, por la posición que les corresponde de

acuerdo a las 52 columnas de cinco signos que se forman al cabo de las ocho láminas en cuestión. El número 52 es asimismo el total de cuatro trecenas, por lo que las ocho láminas forman el total

de veinte trecenas divididas en cuatro, siendo cada cuarto, la superposición de cinco trecenas (Fig. 4). En las láminas 5 y 6 (de derecha a izquierda) del Códice Borgia, tenemos co-

mo ejemplos de la combinación de un signo de los días con un numeral, dentro de las trecenas formadas por estas láminas, a los signos: 1 Lagartija, 3 Muerte, 8 Águila y 10 Serpiente como podemos observar en la figura 5. Orientación cósmica de las trecenas en el Tonalpohualli El que las ocho láminas del Tonalpohualli lo dividan en cuatro cuartos de veinte

Fig. 4. Bloques de las 20 trecenas en el tonalpohualli del Códice Borgia, 1898.

trecenas cada uno, es un hecho más que significativo, porque implica que se 68


Fig. 5. Los signos 1 Lagartija, 3 Muerte, 8 Águila y 10 Serpiente (de derecha a izquierda), en las láminas 7 y 8 del Códice Borgia, 1898.

Fig. 6. Las 5 trecenas de las Cihuateteo (de derecha a izquierda): 1 Venado, 1 Lluvia, 1 Mono, 1 Casa, 1 Águila, en las láminas 47 y 48 del Códice Borgia, 1898.

69


superpongan cinco signos, formando 13

con una región de abundancia y creci-

columnas con un numeral correspon-

miento, por lo que dicho investigador

diente a cada una, y que al cabo se for-

considera que todo el primer cuarto del

men 52 columnas en total, como hemos

Tonalpohualli, corresponde al Este.

podido observar. Seler (1980, Vol. I:21-

Respecto al segundo cuarto del Tonal-

27) argumentó la idea de que los cuatro

pohualli, de acuerdo con el mismo inves-

cuartos del Tonalpohualli, correspon-

tigador, la figura que se encuentra deba-

dían, cada uno, a un rumbo cósmico. Su

jo del signo inicial, 1 Jaguar, es la de

idea se basó en el hecho de que por de-

Tezcatlipoca Negro, dios que es asimila-

bajo del primer signo de los días, en el

do a la constelación de la Osa Mayor, en

primer cuarto del Tonalpohualli, Uno La-

el Norte, por el pie que le falta, en la His-

garto, se encuentra un sacerdote de

toria de los mexicanos por sus pinturas

Ehécatl-Quetzalcóatl, con el copilli o go-

(Tena, 2002:35). En el segundo cuarto

rro cónico truncado que lo caracteriza,

del Códice Vaticano B la figura ya no es

así como con ómitl y el huiztli, el punzón

visible, pero en el Códice Cospi, se ve la

de hueso y la espina de maguey para el

figura de Tezcatlipoca, en su advocación

autosacrificio, además de su pintura cor-

del Tezcatlipoca Rojo, complementario

poral negra de sacerdote. Dicha figura

al Negro.

tiene un pie dentro del agua, hecho que

Respecto a la figura que se encuentra

Seler (Ídem.) asocia con el mito de los

debajo del signo inicial del tercer cuarto

Anales de Cuauhtitlán en el que el sa-

del Tonalpohualli, 1 Venado, en el Bor-

cerdote muere en el mar del Este para

gia, vemos que se trata de una mujer

transformarse en lucero matutino. Por

por la falda que porta, con una máscara

otra parte, en el Vaticano B, la figura en

de Tláloc. Es el rumbo de las mujeres,

cuestión es la de Tláloc, con los colores

como su nombre en náhuatl lo indica, el

azul y verde, y con los pies sumergidos

Cihuatlampa. El rumbo cósmico por el

en el agua, lo que refiere una región de

que las mujeres endiosadas, muertas en

vegetación, mientras que en el Códice

el parto, acompañaban al Sol desde el

Cospi, la figura representada es la de

cenit, hasta el ocaso, en el Poniente. En

una planta color azul, también asociada

el Códice Vaticano B, la figura femenina 70


correspondiente, lleva rostro de calavera

ción específica de cada signo, podemos

y garras de águila y/o de jaguar, lo que

ya suponer, que los signos con los que

la asimila a la diosa serpiente de la tie-

inicia cada cuarto del Tonalpohualli: 1

rra, Cihuacóatl de los Primeros Memo-

Lagarto, 1 Jaguar, 1 Venado y 1 Flor,

riales, lámina 74v, de Sahagún (1993),

tienen en sí mismos una orientación es-

cuyo emblema es, ya sea una garra de

pecífica de acuerdo con el cuarto del To-

águila cuauhtetepoyo chimalli, o una ga-

nalpohualli que encabezan.

rra de jaguar, oçelotetepoyo chimalli. En el Códice Cospi también aparece una

Orientación cósmica de los días vin-

figura femenina, reconocible por la falda

culados a las Cihuateteo y a los

que porta.

Ahuiateteo

En relación con el cuarto cuarto del To-

Otro argumento que justifica la orienta-

nalpohualli que de acuerdo con la lógica

ción cósmica de cada uno de los signos

que hemos seguido, vemos por debajo

de los días, es la presencia de las Cinco

del signo 1 Flor con el que comienza, en

Cihuateteo, mujeres endiosadas muer-

el Códice Borgia, tenemos a una figura

tas en el parto, y de los Cinco Ahuiate-

humana arrodillada sosteniendo una es-

teo, dioses de la voluptuosidad, variacio-

pina, lo que nos recuerda que el Sur es

nes del dios Macuilxóchitl, Cinco Flor,

el lugar de las espinas, el Huitznahua.

dios de la danza, compañeros de las

En el Vaticano B, vemos a un ser que

Cihuateteo, en las láminas 47 y 48 del

practica el autosacrificio con una espina

Códice Borgia, y en las láminas 77 a 79

de maguey, y en el Cospi también apa-

del Códice Vaticano B. En estas láminas

rece representada a una figura practi-

aparecen desplegadas las cinco trece-

cando el autosacrificio.

nas que corresponden al cuarto del To-

Por todo esto, podemos constatar que la

nalpohualli del Oeste, cada trecena junto

orientación de cada cuarto del Tonal-

a cada una de las Cihuateteo, y las cin-

pohualli no es gratuita y que el conjunto

co trecenas que corresponden al cuarto

tiene un orden regular en el que se alter-

del Tonalpohualli del Sur, junto a cada

nan los rumbos Este, Norte, Oeste y

uno de los Ahuiateteo.

Sur. Aunque Seler no señaló la orienta-

Las trecenas que corresponden a las 71


diosas, son las que comienzan con los

ja, 1 Buitre y 1 Conejo, días que corres-

días 1 Venado, 1 Lluvia, 1 Mono, 1 Casa

ponden al cuarto del Tonalpohualli del

y 1 Águila, días que podemos deducir,

Sur. Asimismo, aparecen completos los

corresponden, o se identifican con el

signos 5 Lagartija, 5 Buitre, 5 Conejo, 5

Oeste, ya que forman la columna inicial

Flor y 5 Hierba seca, en lugar de puntos

de este cuarto del Tonalpohualli. Asimis-

rojos, en cada trecena, además de que

mo, aparecen completos los signos 5

corresponden al nombre de cada Ahuia-

Mono, 5 Casa, 5 Águila, 5 Venado y 5

teteo, entre los cuales destaca la repre-

Lluvia, en lugar de puntos rojos, en cada

sentación de 5 Flor, Macuilxóchitl, quien

trecena, y nuevamente aparecen com-

aparece como una de las caracterizacio-

pletos al final, como 13 Lluvia, 13 Mono,

nes del Tezcatlipoca Rojo, ya que porta

13 Casa, 13 Águila y 13 Venado (Fig. 7).

la pintura facial de franjas rectangulares

De la misma manera, las trecenas que

longitudinales rojas y amarillas, estas

corresponden a los dioses, son las de

últimas, hechas con excremento de be-

los días 1 Flor, 1 Hierba seca, 1 Lagarti-

bé conecuítlatl, pues se trata de un dios

Fig. 7. Las 5 trecenas de los Ahuiateteo (de derecha a izquierda): 1 Flor, 1 Hierba, 1 Lagartija, 1 Buitre, 1 Conejo, en las láminas 47 y 48 del Códice Borgia, 1898. 72


joven. Característica de las representa-

signos Mono, Casa, Águila, Venado y

ciones del dios 5 Flor, es también la

Lluvia, pertenecen al primero, siendo el

mano extendida en forma horizontal que

signo Casa, el signo portador de los

lleva por encima de la boca, y que indica

años con orientación Oeste, como vere-

su nombre relacionado con el número 5.

mos más adelante, así como el signo

Al final de las trecenas que vemos junto

Venado, con el que inicia el cuarto del

a cada dios, están representados en for-

Tonalpohualli del Oeste, y los signos La-

ma completa los signos 13 Hierba seca,

gartija, Buitre, Conejo, Flor y Hierba se-

13 Lagartija, 13 Buitre, 13 Conejo y 13

ca, pertenecen al segundo, al rumbo del

Flor (Fig. 8).

Sur, y es, entre estos signos, el signo

Estas secciones en los códices Borgia y

Conejo quien aparece también, como

Vaticano B, indican de manera inconfun-

signo portador del los años con orienta-

dible la orientación de los signos que en-

ción Sur, como veremos después, mien-

fatizan, con respecto a los rumbos cós-

tras que el signo Flor lo hemos visto co-

micos del Oeste y del Sur, por lo que los

mo signo inicial del cuarto del Tonal-

Fig.8. Los signos portadores de los años: Caña, Pedernal, Casa y Conejo, insertados en una orientación cósmica de acuerdo a la lámina 1 del tratado 3° del Códice Durán (1990), y a las columnas del tonalpohualli en el Códice Borgia, 1898. 73


pohualli del Sur.

influencia del Sur (Fig. 9).

Orientación cósmica de los signos

Orientación cósmica de los días en el

portadores de los años

Códice Dresde

Como acabamos de ver en el apartado

En el análisis comparativo que hace Se-

anterior, un elemento para justificar el

ler (1980, Vol. I:226 y 234) entre los sig-

hecho de que los signos del Tonal-

nos de los días del calendario del Alti-

pohualli tienen todos y cada uno una

plano mexicano, con los signos de los

orientación cósmica específica, es que,

días del área maya4, que se encuentran

los signos portadores de los años apare-

en las láminas 46 a 50 del Códice Dres-

cen ya con dichas orientaciones, en la

de (Thomson,1988), es evidente que los

lámina 1 del Tratado 3º del Códice Du-

signos mayas del tzolkin o calendario de

rán (1990), elaborado en el siglo XVI, en

260 días, aparecen vinculados con una

donde vemos como la trecena de los

orientación cósmica específica y que ra-

años que inician con el signo Ácatl, Carrizo o Caña, perteneciente, por una par-

4 En las láminas 46-50 del Códice Dresde, los signos chicchan (serpiente), muluc (pez), been (caña), caban (tierra), imix (lirio acuático), se encuentran vinculados con el rumbo cósmico del Oeste: Chikín, aunque esos signos mayas corresponderían a los signos cóatl (serpiente), atl (agua), ácatl (caña o carrizo), ollin (movimiento) y cipactli (cocodrilo) del Altiplano central, de orientación Este. Los signos mayas cimi (muerte), oc (perro), ix (jaguar), etznab (espejo), ik (viento), se encuentran vinculados con el rumbo cósmico del Sur: Nohol, que corresponderían a los signos miquiztli (muerte), itzcuintli (perro) océlotl (jaguar), técpatl (pedernal) del Altiplano central, de orientación Norte. Los signos mayas manik (venado), chuen (mono), men (águila), cauac (tormenta, relámpago), akbal (noche), se encuentran vinculados con el rumbo cósmico del Este: Likín, aunque esos signos mayas corresponderían a los signos mázatl (venado), ozomatli (mono), cuautli (águila), quiáhuitl (lluvia), calli (casa), de orientación Oeste. Por último, los signos mayas lamat (estrella), eb (diente, humano), cib (ave), ahau (señor), kan

te, a las columnas de signos con los que

inicia el cuarto del Tonalpohualli del Este, aparece dentro de la rúbrica del Este, mientras la trecena de años que inician con el signo Técpatl o Pedernal perteneciente a la columna de signos con los que inicia el cuarto del Tonalpohualli del Norte, se encuentra en la lámina del Códice Durán, bajo la influencia del rumbo cósmico del Norte, así como la trecena de años que inician con el signo Calli o Casa, tiene la influencia del rumbo cósmico del Oeste, y los años que inician con el signo Tochtli o Conejo tienen la 74


Fig. 9. Cada signo de la veintena con su orientación cósmica específica de derecha a izquierda. Detalles de las láminas 1, 2 y 3 del Códice Borgia, 1898.

tifican, tanto un orden, como una orien-

te en el Tonalpohualli y viceversa.

tación cósmica en los signos del Tonalpohualli aunque desde sentidos opues-

Orientaciones cósmicas de los sig-

tos, pero sobre un mismo eje cósmico,

nos de los días

de manera que los signos que en el ca-

Por todo lo anterior, podemos entonces

lendario maya se vinculan con el Norte,

precisar que cada signo de los días tie-

en el calendario del altiplano central se

ne una orientación cósmica: Lagarto la

vincularán con el Sur y viceversa, y los

del Este, Viento la del Norte, Casa la del

que se relacionan con el Oriente en el

Oeste, Lagartija la del Sur, Serpiente es

calendario maya, lo harán con el Ponien-

del Este, Muerte del Norte, Venado del Oeste, Conejo del Sur, Agua del Este, Perro del Norte, Mono del Oeste, Hierba

(maíz, amarillo, cielo), se encuentran vinculados con el rumbo cósmico del Norte: Xamán, aunque esos signos mayas no corresponden en sentido literal a los signos del Altiplano central, podrían ocupar los espacios correspondientes a los signos tochtli (conejo), malinalli (hierba seca), cozcacuauhtli (buitre), xóchitl (flor), cuetzpalin (lagartija), de orientación Sur.

seca del Sur, Caña o Carrizo del Este, Jaguar, del Norte, Águila del Oeste, Buitre del Sur, Movimiento del Este, Pedernal del Norte, Lluvia del Oeste, y final75


mente, Flor, del Sur (Fig. 10).

Secciones de los ataques de Venus

Este mismo orden, al extenderse la su-

El carácter venusino en los códices Bor-

cesión de signos a 52 columnas, como

gia, Vaticano B y Cospi se hace patente

múltiplo de las cuatro direcciones, trae

en las láminas 53 y 54 del primero, 80 a

como consecuencia que el siguiente ren-

84 del segundo, y 9 a 11 del tercero, en

glón de trecenas empiece nuevamente

donde aparecen representados los ata-

con un signo del Este, sucediéndose los

ques del dios Tlahuizcalpantecuhtli, Se-

signos siguientes de la misma manera, y

ñor de la aurora, encarnación humaniza-

haciendo que al cabo de todo un Tonal-

da del planeta Venus. En dichas lámi-

pohualli completo de 260 días, se es-

nas, es innegable la presencia de los

tructuren columnas de 5 signos con una

días que corresponden a la primera co-

misma orientación, y con una combina-

lumna del Tonalpohualli con orientación

ción numeral única de 1 a 13 (Fig. 11).

Este: Lagarto, Serpiente, Agua, Caña o

Fig. 10. La combinación de los signos en el tonalpohualli, en columnas de 5 trecenas que ofrece la misma orientación cósmica para 5 signos. Primeras 8 láminas del Códice Borgia, 1898. 76


Fig. 11. Los 5 paneles de los ataques de Venus en las láminas 53 y 54 del Códice Borgia (lectura de derecha a izquierda desde el panel inferior, para continuar de izquierda a derecha en la parte superior), con las trece variaciones numéricas de los signos correspondientes al Este en el tonalpohualli: Lagarto, Serpiente, Agua, Caña y Movimiento. Códice Borgia, 1898.

Carrizo y Movimiento, y que por lo tanto,

pata de pavo, la pintura corporal blanca

tienen que ver con las salidas heliacas

con rayas rojas que caracterizaba a los

de Venus cada 584 días, tiempo de su

huahuantli o destinados al sacrificio, así

ciclo sinódico (Figs. 12, 13 y 14).

como al dios cazador Camaxtli o Mixcóatl, padre de Quetzalcóatl, quien a su

Iconografía de Tlahuizcalpantecuhtli

vez es el lucero matutino, en el que se

En los tres documentos que estamos

convierte al morir, según los Anales de

estudiando,

Cuauhtitlán y la traducción de Primo Fe-

aparece

Tlahuizcalpante-

cuhtli con varias de las características

liciano Velázquez:

del Tlahuizcalpantecuhtli de la Foja 14v

Se dice que en este año 1 ácatl, ha-

del Códice Telleriano Remensis (1899),

biendo llegado a la orilla celeste del

identificado como tal por el intérprete del

agua divina (a la costa del mar), se

siglo XVI, y que porta el penacho en for-

paró, lloró, cogió sus arreos, aderezó

ma de corona de plumas, de cola o de

su insignia de plumas y su máscara 77


Fig. 12. Los 5 paneles de los ataques de Venus en las láminas 80 a 84 del Códice Vaticano B (lectura de derecha a izquierda), con las trece variaciones numéricas de los signos correspondientes al Este en el tonalpohualli: Lagarto, Serpiente, Agua, Caña y Movimiento. Anders, Jansen y Reyes García, 1992a.

Fig. 13. Los 5 paneles de las láminas 9 a 11 del Códice Cospi, de izquierda a derecha desde el panel inferior izquierdo, de la lámina 9, para continuar hacia arriba, después en la parte superior de la lámina 10 y luego hacia debajo de la misma lámina, terminado en la parte inferior de la lámina 11, con los signos correspondientes al Este en el tonalpohualli: Lagarto, Serpiente, Agua, Caña y Movimiento. Códice Cospi, 1971.

78


Fig. 14. Tlahuizcalpantecuhtli, Venus con el quincunce en el rostro. Detalles de las láminas 53 del Códice Borgia (1898), 80 del Códice Vaticano B (Anders, Jansen y Reyes García, 1992a), 9 del Códice Cospi (1971) y 8 del Códice TellerianoRemensis (1899).

verde […] Luego se atavió, el mismo

cielo. Decían los viejos que se convir-

se prendió fuego y se quemó. Por

tió en la estrella que al alba sale; así

eso se llama el quemadero ahí don-

como dicen que apareció, cuando él

de fue Quetzalcóatl a quemarse. Se

murió Quetzalcóatl, a quien por eso

dice que cuando ardió, al punto se

nombran Señor del Alba [Tlahuizcal-

encumbraron sus cenizas, y que

pantecuhtli] (Velázquez, 1975:11).

aparecieron a verlas todas las aves

Tlahuizcalpantecuhtli tiene la boca des-

preciosas, que se remontan y visitan

carnada, ojos redondos y cejas, en los

el cielo: el tlauhquechol, el xiuhtótotl,

códices Borgia y Cospi, aunque en el

el tzinizcan, los papagayos toznene,

Telleriano Remensis aparece un cráneo

allome y cochome y tantos otros pá-

como yelmo del dios, quien tiene el ros-

jaros lindos. Al acabarse sus ceni-

tro humanizado y el antifaz que caracte-

zas, al momento vieron encumbrar-

riza a Mixcóatl. En los tres casos, el dios

se el corazón de Quetzalcóatl. Se-

lleva el anillo pectoral anáhuatl que ge-

gún sabían, fue al cielo y entró en el

neralmente porta el Tezcatlipoca Negro, 79


Yayauhqui Tezcatlipoca (Fig. 15).

res de Tlatelolco, y que aparece repre-

El quincunce de su rostro, es otro de los

sentado con un quincunce de formas

elementos que definen al Señor de la

rectilíneas en el rostro, en el folio 262r

aurora y que corresponde a las repre-

de los Primeros Memoriales de Saha-

sentaciones de Venus en el área maya y

gún, del siglo XVI:

de las que ya había ofrecido varios

Este dios llamado Yacatecuhtli hay

ejemplos Eduard Seler (Seler, 1980, Vol.

conjetura que començó los tratos y

I:187-190), mostrando incluso el desdo-

mercaderías entre esta gente y an-

blamiento de esta pintura facial en el

sí los mercaderes le tomaron por

rostro (Fig. 16).

dios y le honraban de diversas ma-

Por otra parte, existen dioses que no

neras (Sahagún, 2003:80).

han sido plenamente estudiados y que

En esta representación, Yacatecuhtli

de alguna manera se vinculan con

porta un manto de red con una tela azul

Tlahuizcalpantecuhtli y con Quetzalcóatl.

por debajo, conocido como xiuhtlalpilli,

Uno de estos dioses es Yacatecuhtli, el

que generalmente porta Quetzalcóatl,

Señor de la nariz, dios de los mercade-

además de que lleva un penacho de lar-

Fig. 15. Comparación del quincunce en el rostro de Tlahuizcalpantecuhtli, con glifos mayas según Eduard Seler, 1980, Vol. I: 191.

80


gas plumas de quetzal, y en su escudo o

tierra muy apartados y remotos

chimalli, tiene la greca escalonada espi-

(Durán, 1980:118-119).

ral como la que tiene dibujada Quetzal-

Otro dios vinculado con Quetzalcóatl y

cóatl en la banda que rodea su cabeza

por ende, con Venus-Tlahuizcalpante-

en la lámina 56 del Códice Borgia. La

cuhtli, es Omacatl, el dios Dos Caña,

greca escalonada que forma una espiral,

también representado en los Primeros

nos recuerda también la forma del cara-

Memoriales de Sahagún, pero en el folio

col marino Strombus, cortado en forma

266v, y en la figura 19 del presente tra-

transversal, como el que este último dios

bajo, en donde vemos su desdoblamien-

lleva en el pecho.

to virtual. Omacatl aparece descrito en

De dios Yacatecuhtli hemos hecho el

la obra de Sahagún como dios de los

desdoblamiento virtual de su pintura fa-

banquetes, y se le describe como:

cial en la figura 16 del presente trabajo,

…muy ataviado, tiene un casquete

para poder observar más claramente el

de plumas, tiene puesto un tocado

quincunce antes mencionado. Este dios

de dardos. Su manto de cordeles

se vincula con Quetzalcóatl, pues este

con un ribete de anillos rojos. Su

último es el dios de los mercaderes de

escudo con banderola de papel lle-

Cholula, tal y como lo describe fray Die-

va en una mano. Tiene un mirador.

go Durán:

(Está sentado en) su sillita de jun-

…este ídolo llamado (Quetzalcóatl)

cias” (León Portilla, 1958:151).

el cual era el dios de los mercado-

De la descripción anterior es interesante

res donde empleaban tanto cuando

observar, tanto en la imagen como en el

hauían grangeado todo el año solo

texto, la precisión en torno al tocado en

para auentajarse de las demás ciu-

forma de corona, que aunque no es de

dades y mostrar y dar a entender la

plumas de cola o de pata de pavo, como

grandeça y riqueça de Chollolan

los que caracterizan a Tlahuizcalpante-

donde oy en día los naturales de

cuhtli en los códices del Grupo Borgia, sí

aquella ciudad permanecen en el

tiene esta forma enhiesta, colocada jus-

trato y contrato de la mercadería

to encima de la coronilla, además de

corriendo todos los lugares de la

que porta la manta de red, sin la tela 81


Fig. 16. Desdoblamiento del rostro de Yacatecuhtli en el folio 262r de los Primeros Memoriales de Sahagún (1993), digitalización de la autora.

azul por debajo, pero, otro hecho intere-

do por un anillo amarillo y con un borde

sante, es que el dios se encuentra sen-

ancho blanco y la parte superior roja;

tado sobre un atado de cañas, elemento

tiene también el conjunto de flechas tla-

que se asocia con Venus Tlahuizcalpan-

cochtli, el escudo o chimalli y el lanza-

tecuhtli-Quetzalcóatl, el 1 Caña, 1 Ácatl,

dardos átlatl, que indican su carácter

otro de sus nombres.

guerrero (Fig. 17).

Es importante mencionar que muchos

Muchos son los hechos que hacen que

son los elementos que Tlahuizcalpante-

los dioses Tezcatlipoca y Quetzalcóatl

cuhtli comparte con varias de las repre-

sean entidades complementarias y pa-

sentaciones de Tezcatlipoca en el Códi-

ralelas. Por un lado, se consideran her-

ce Borgia, láminas 12, 14, 15, 17, 21 y

manos, hijos de la pareja primordial To-

69. Esos elementos son: el pectoral en

nacatecuhtli y Tonacacíhuatl en la His-

formas de ojo o anáhuatl que ya había-

toria de los mexicanos por sus pinturas

mos mencionado, cuyo centro tiene un

(Tena, 2002:25-27). Por otra parte, en

fondo oscuro con puntos negros, rodea-

la Histoire du Mechique (Tena, 2002: 82


Fig. 17. Desdoblamiento del rostro de Omacatl en el folio 266v de los Primeros Memoriales de Sahagún (1993), digitalización de la autora.

149), entre los dos levantan el cielo y

de la Nueva España de Sahagún (Saha-

deliberan hacer al hombre que habite en

gún, 2003:280-294), y según la Histoire

la tierra. También en la Histoire du Me-

du Mechique (Tena, óp. cit.:159-165), es

chique (Ibíd.:153), ambos dioses se con-

atacado por el hechicero nigromante

vierten en grandes culebras para estirar

Tezcatlipoca, por lo cual tiene que emi-

a la diosa de la Tierra, a la cual habían

grar al Este.

bajado del cielo. Además, Tezcatlipoca

El concepto Quetzalcóatl-Tlahuizcalpan-

mismo es creador del aire, elemento del

tecuhtli se fusiona como ya hicimos

cual Ehécatl-Quetzalcóatl es dios, en la

mención, en los Anales de Cuauhtitlán.

Histoire du Mechique (Ibíd.:55-157). En

No obstante, encontramos un hecho in-

la Historia de los mexicanos por sus pin-

contestable en las láminas 49 y 51 del

turas (Ibíd.:33-35), los mismos dioses se

Códice Borgia, en donde dicho concepto

alternan como soles. Y en la historia

parece separarse, pues por una parte,

misma de Quetzalcóatl como sacerdote

en el extremo superior derecho de la lá-

de Tula, según la Historia de las cosas

mina 49, Tlahuizcalpantecuhtli parece 83


sostener la bóveda celeste, y también

que podemos cuestionarnos en torno a

parece situarse entre el día Malinalli,

la presencia de Venus como estrella

Hierba seca, de acuerdo al orden siste-

vespertina que desaparece en el Po-

mático de los signos de los días, coloca-

niente, como si aquí ésta estuviera re-

do en la parte superior de la lámina, por

presentada como Quetzalcóatl. Mientras

encima de las franjas celestes, y de la

que la estrella matutina, del Este, estu-

franja de oscuridad celeste que repre-

viera representada por Tlahuizcalpante-

senta la noche, y que sostiene el dios,

cuhtli.

para que este último se coloque por en-

Es necesario destacar que la pintura fa-

cima del día Ácatl, caña o Carrizo, al

cial de Tlahuizcalpantecuhtli en la lámi-

que parece presidir, como emergiendo

na 53 del Códice Borgia, lleva dos líneas

de la oscuridad nocturna. Día que tiene

longitudinales, una que parte de la comi-

una orientación Este, además de que

sura de la boca, y otra que parte de la

toda la lámina se encuentra por encima

comisura del ojo, destacando apenas

de la columna de signos con los que em-

del rostro gris oscuro. Esta misma pintu-

pieza el cuarto del Tonalpohualli del Es-

ra facial es la que caracteriza a Xiuhte-

te. Y por otra parte, retomando la idea

cuhtli, el Señor de la turquesa, dios del

inicial de este párrafo, en extremo supe-

fuego, como vemos claramente, en la

rior derecho de la lámina 51, vemos no a

lámina 50 del mismo códice, además del

Tlahuizcalpantecuhtli, Señor de la aurora

cabello amarillo largo, de fuego, tzon-

como tal, sino a Quetzalcóatl, quien tie-

cóztic (Fig. 19).

ne un ojo desorbitado, indicando su ca-

Por otra parte, es un hecho interesante,

rácter astral en esta representación, y

que tanto en las láminas 53 y 73 del Có-

ubicado entre los días Ehécatl, Viento, y

dice Borgia, como en las láminas 75 y

Calli, Casa, este último de orientación

76 del Códice Vaticano B, uno de los

Oeste. En donde, también, como en la

dos dioses que abarcan casi toda la su-

lámina 49, toda esta lámina se encuen-

perficie sea Quetzalcóatl, con todas sus

tra por encima de la columna de los sig-

características y detalles, lo cual viene a

nos con los que empieza el cuarto del

formar parte de los argumentos a favor

Tonalpohualli del Oeste (Fig. 18), con lo

del carácter venusino de dichos códices, 84


Fig. 18. Elementos comunes entre Tezcatlipoca y Tlahuizcalpantecuhtli: pectoral en formas de ojo o anáhuatl, rodeado por un anillo amarillo y con un borde ancho blanco y la parte superior roja; conjunto de flechas tlacochtli, escudo o chimalli y lanzadardos átlatl, que indican su carácter guerrero. Detalles de las láminas 69 y 53 del Códice Borgia, 1898.

Fig. 19. Quetzalcóatl y Tlahuizcalpantecuhtli portando o saliendo tangencialmente del cielo. Detalles de las láminas 51 y 49 del Códice Borgia, 1898.

85


pues además en el Borgia, aparece co-

que corroboramos la idea de que el Se-

mo personaje principal, el sacerdote de

ñor de la Aurora, como Quetzalcóatl, se

Quetzalcóatl en la sección de las lámi-

ubique en el camino de la salida y del

nas 29 a 46 (Figs. 20 y 21).

ocaso del Sol, acompañándolo tanto co-

En la lámina 56 del Borgia y en la 76 del

mo lucero matutino y como lucero ves-

Vaticano B, vemos también un Tonal-

pertino. En la figura 22 señalamos las

pohualli completo con los signos de los

cuatro primeras trecenas del Tonal-

días del Este y del Oeste que encabe-

pohualli: 1 Cipactli o Lagarto, 1 Océlotl o

zan las trecenas con esa orientación, a

Jaguar, 1 Mázatl o Venado y 1 Xóchitl o

manera de columna, en el borde dere-

Flor, y la manera como se van alternan-

cho, y con los signos del Norte y del Sur

do en los rumbos cósmicos del Este que

en la columna del extremo izquierdo,

preside Quetzalcóatl.

presidiendo el eje cósmico Este-Oeste el

Por otra parte, en las láminas 80 a 84

dios Quetzalcóatl, mientras que el eje

del Códice Vaticano B, Tlahuizcalpante-

cósmico Norte-Sur del lado izquierdo, es

cuhtli, Venus, aparece con rostro hu-

presidido por Mictlantecuhtli, el Señor

mano, pero con el quincunce y con un

del Mictlán, región de los muertos, con lo

nuevo aditamento que viene redondean-

Fig. 20. Elementos comunes en la pintura facial de Xiuhtecuhtli y de Tlahuizcalpantecuhtli en las láminas 50 y 53 del Códice Borgia, 1898.

86


Fig. 21. Presencia de Venus-Quetzalcóatl en las láminas 53 y 73 del Códice Borgia, 1898.

Fig. 22. Presencia de Venus-Quetzalcóatl en las láminas 75 y 76 del Códice Vaticano B. Anders, Jansen y Reyes García, 1992a.

87


do la parte inferior del ojo para terminar

hacer sol y habían hecho la guerra

sobresaliendo por encima de la nariz.

para darle de comer, quiso Quetzal-

Este mismo aditamento parece presen-

cóatl que su hijo fuese sol, el cual

tarse en la Deidad del Oeste, del nume-

tenía a él por padre y no tenía ma-

ral 7, del relieve en madera de Tikal, y

dre, y también quiso que Tlaloca-

que fue tomada como ejemplo por Seler

teuctli, dios del agua, hiciese a su

(Seler, 1902-1903:317), para mostrar la

hijo de él y de Chalchiuhtlicue, que

asociación de Venus con Tláloc, el dios

es su mujer, luna. Y para los hacer

de la superficie terrestre o de la lluvia, tal

ayunaron, no comiendo […] y sacá-

y como aparece representado en otras

ronse sangre de las orejas; y por

dos obras que también analiza el mismo

eso ayunaban y se sacaban sangre

investigador. Siendo una de ellas, el re-

de las orejas y del cuerpo en sus

lieve en piedra del descanso 1 de la Pi-

oraciones y sacrificios. Y esto he-

ráde la Colección Seler, que se encuen-

cho, el Quetzalcóatl tomó a su hijo

tra en el Museo Etnológico de Berlín, y

y lo arrojó en una grande lumbre, y

la otra, la vasija-incensario, cava 1 de

de allí salió hecho sol para alum-

Pueblo Viejo Quen Santo, que también

brar la tierra; y después de muerta

pertenece a la misma colección (Fig.

la lumbre, vino Tlalocateuctli y echó

23).

a su hijo en la ceniza, y salió hecho

No es nuevo el vínculo de Tláloc con

luna, y por esto parece cenicienta y

Tlahuizcalpantecuhtli, y con Quetzal-

oscura. Y en este postrero año de

cóatl, pues en el capítulo VII de la Histo-

este trece comenzó a alumbrar el

ria de los mexicanos por sus pinturas,

sol, porque hasta entonces había

los hijos de ambos, con respecto a la

sido noche… (Tena, óp. cit.:39).

creación del mundo, se convierten en sol

En el trabajo de Ivan Šprajc (1998) Ve-

y luna:

nus se asocia de diferentes maneras

En el treceno año de este segundo

con la lluvia y el maíz. Entre los nahuas

cuento de trece, que es el año de 26

de Guerrero se invoca a la Santa Cruz el

después del diluvio, visto que estaba

3 de mayo, junto con San Nicolás, quien

acordado de hacer por los dioses de

porta la estrella que representa a Venus, 88


para asegurar lluvias y buenas cose-

Venus era visible entre febrero y abril,

chas. El mismo planeta es el dueño de

así como entre junio y septiembre, perio-

las nubes y de las lluvias entre los coras,

dos vinculados con el cultivo del maíz y

como lucero matutino, y como lucero

la época de lluvias (Ibíd.:85-91).

vespertino trae del Norte las nubes, las

Por todo esto, observamos que efectiva-

plumas de la urraca azul y las flores de

mente, aunque los periodos venusinos

la época de lluvias. Cuando Venus apa-

sean de 584 días, mientras que los pe-

rece en junio, entre los mismos coras,

riodos solares son de 365 días marcan-

como estrella matutina, se dice que ma-

do éstos últimos los ciclos agrícolas, los

ta de un flechazo a la serpiente acuática

periodos venusinos coincidirán con cier-

con lo que impide el diluvio (Ibíd.:41-43).

tas etapas agrícolas de acuerdo a su

Por otra parte, en la misma obra de

regularidad. Hecho que reinicia sus ci-

Šprajc, se invoca entre los lacandones a

clos en forma coincidente con un mo-

Äh Säh K’in el lucero de la tarde, mien-

mento del año, cada 8 años solares, co-

tras que el lucero de la mañana es el

rrespondientes a 5 ciclos venusinos, o

que mata al dios de la lluvia Mensäbäk

2920 días (Fig. 24). De manera que con

(Ibíd.:44-45). Entre los kekchís y mopa-

respecto a los calendarios de horizonte

nes de Belice, Venus o Xulab, es el dios

que marcan las salidas del sol con res-

de la agricultura así como de la caza y

pecto al perfil montañoso Norte-Sur en

de la pesca, siendo sus ayudantes los

el Oriente y en el Poniente, las salidas

Memes, deidades de los cerros, del re-

heliacas o las primeras salidas del pla-

lámpago y de la lluvia, de la misma ma-

neta, en el Oriente, al iniciar sus ciclos,

nera en que los Tlaloques son los ayu-

como estrella matutina, se ubicarán en

dantes de Tláloc en el Altiplano Central

diferentes momentos y estaciones del

(Ibíd.:45).

año. La primera vez, más cerca del sols-

De los múltiples ejemplos que Šprajc

ticio de verano, otras veces, cerca del

proporciona en torno a los paralelos en-

solsticio de invierno, o bien, cerca de los

tre Tláloc y Venus, destaca el análisis

equinoccios de primavera o de otoño

que hace el Templo 22 de Copán, ya

(Fig. 25).

que a través de una de sus ventanas, 89


Fig. 23. Relación de las trecenas del Este y del Oeste con Venus-Quetzalcóatl en la lámina 56 del Códice Borgia, 1898.

Fig. 24. Comparación que hace Seler entre el aditamento por encima de la nariz entre el Tlahuizcalpantecuhtli de las láminas 80 a 84 del Códice Vaticano B, con el que lleva la Deidad del Oeste, del numeral 7, del relieve en madera de Tikal (Seler, 1902-1903: 317). 90


Secciones de los ataques de Venus

venusino en el signo Agua, terminando

en los códices Borgia, Vaticano B y

en el signo Hierba seca. Así, el cuarto

Cospi

ciclo iniciará en Caña o Carrizo, y termi-

Retomando el objetivo del presente tra-

nará en Buitre, para comenzar el quinto

bajo, que es el de fundamentar el carác-

ciclo en Movimiento, que concluirá sus

ter venusino de los códices Borgia, Vati-

584 días en Flor, por lo que un nuevo

cano B y Cospi, debemos de señalar có-

ciclo iniciará luego de 5 ciclos, otra vez

mo los días del Este: Lagarto, Serpiente,

en Lagarto, y continuará desarrollándo-

Agua Caña, y Movimiento tienen que ver

se como en el primer ciclo, de manera

con los ciclos sinódicos de Venus.

sistemática y desarrollando otros cuatro

Pues bien, el que dichos signos tengan

ciclos de la misma manera, siempre ini-

que ver con Venus se basa en el hecho

ciando en Lagarto, Serpiente, Agua, Ca-

de que siendo el ciclo sinódico de este

ña o Carrizo y Movimiento (Fig. 26).

planeta de 584 días, en dicha cantidad

Con respecto a las trece posibilidades

pueden desarrollarse 29 ciclos de 20

de cada uno de los signos iniciales de

días o veintenas (580 días), sobrando 4

los periodos de Venus que aparecen en

días. Al sobrar 4 días, al terminar nues-

las láminas 53 y 54 del Códice Borgia,

tras 29 veintenas, entableremos la cuen-

80 a 84 del Vaticano B y 9 a 11 del Cos-

ta de una nueva veintena, de tal manera

pi, Seler (1904, Vol. II:120) hace referen-

que si habíamos iniciado nuestras 29

cia y traducción de los Anales de

veintenas en el signo Lagarto y termina-

Cuauhtitlán en donde se habla de los

mos en Flor, al cabo de los 580 días, pa-

disparos de la deidad del Lucero matu-

ra iniciar nuevamente en Lagarto y llegar

tino hacia diferentes sectores de la so-

al día 584 en Lagartija o Cuetzpalin que

ciedad:

es el cuarto día de una nueva veintena,

Auh in iuh quimitia…yn ícuac

y el número 584 del ciclo venusino, el

hualneztiuh

siguiente ciclo sinódico de Venus no ini-

Y cómo supieron los antiguos…que

ciará en Lagarto, sino en Serpiente, ter-

cuando aparece (sale)

minando su ciclo de 584 días en un

Yn tleun ypan tonalli cecentla-

signo Conejo, para iniciar el tercer ciclo

mantin ynpan miyotia quinmina 91


Fig. 25. Relación de 5 periodos venusinos con 8 periodos del año. Gráfica de la autora.

92


Fig. 26. Perfiles montañosos que funcionan como calendarios de horizonte durante el ciclo solar. Gráfica de la autora.

quintlahuilia

1 Flor, dispara contra los niños pe-

Según el signo bajo el cual sale,

queños

hiere a diferentes clases de perso-

Auh intla ce ácatl, quinmina tlato-

nas con sus rayos, dispara contra

que.

ellas, contra ellas arroja su luz

Y bajo el signo 1 Caña, dispara

Intla ce cipactli ypan yauh quin-

contra los reyes

mina huehuetque ylamatque mo-

Mochi yuhqui yntla ce miquiztli,

chi yuhque yntla ce océlotl

auh intla ce quiáyuitl, quinmina

Y bajo el signo 1 Lagarto dispara a

in quiyáhuitl

los ancianos y ancianas lo mismo

Lo mismo bajo el signo 1 Muerte, y

bajo el signo 1 Jaguar

bajo el signo 1 Caña, dispara con-

Yntla ce mázatl, yntla ce xóchitl,

tra la lluvia

quinmina pipiltotontin

Amo quiyáhuiz

Bajo el signo 1 Ciervo, bajo el signo

No lloverá 93


Auh intla ce ollin, quinmina tel-

anterior, con respecto a las salidas he-

popochtin ychpopochtin

liacas de Venus en otros días que no

Y bajo el signo 1 Movimiento, dis-

son Lagarto, Serpiente, Caña o Carrizo,

para contra jóvenes y doncellas

Agua o Movimiento, pueden ser entendi-

Auh yntla ce atl, ye tohuáquiz

dos dentro de la mecánica que ella plan-

Y bajo el signo 1 Agua, hay sequía

tea, pues en su artículo: “A method for

general

dating Venus almanacs in the Borgia

(Anales de Cuauhtitlan, citado por

Codex” (2001), donde correlacionó las

Seler, 1904, Vol. II:120).

salidas heliacas de Venus con los sig-

Al parecer, Seler intuyó la manera en

nos correspondientes que aparecen en

que deben de leerse estás láminas en

las láminas 53 y 54 de acuerdo con la

los códices, aunque parece desfasarse

posible época de producción del Códice

de una lectura puntual, precisamente

Borgia para el Posclásico, aparecen

porque parte de un documento originario

otros días como salidas heliacas de Ve-

en Cuauhtitlán que no puede referirse

nus, como días margen, con respecto a

exactamente a los lugares específicos

los días titulares que acabamos de men-

en donde se realizaron los códices en

cionar, desglosados en sus trece posibi-

cuestión, muy probablemente en el co-

lidades.

rredor

Alta,

Respecto a la estimación que Bricker

además de que en esta cita, aparecen

hace en relación con la producción del

como días iniciales de los periodos ve-

Códice Borgia en el Posclásico, estamos

nusinos, además de los signos ya men-

de acuerdo, pues el estilo en el que se

cionados, los días 1 Jaguar, 1 Ciervo, 1

elaboró dicho códice, corresponde al de

Flor, 1 Muerte. De lo cual Seler no hace

la Cerámica policroma tipo Catalina del

un análisis exhaustivo.

Posclásico

Tlaxcala-Puebla-Mixteca

de

la

Región

Tlaxcala-

Puebla, según lo confirman, los estudios La datación de los almanaques venu-

de H.B. Nicholson (1994), Chadwick y

sinos según Bricker

MacNeish (1967), Eduardo Noguera

Gracias al análisis de Victoria Bricker,

(1954, 1965, 1996), Florencia Müller

los desfases señalados en la sección

(1977), 94

Alfonso

Caso

(1961,

1996


[1927]), Michael Lind (1967), Gilda Her-

que corresponde a las variaciones del

nández Sánchez (2005), entre otros. En

ciclo siguiente a Lagarto, el del signo

donde además del estilo se aborda el

Serpiente (Fig. 28).

análisis de su repertorio iconográfico co-

Con 1 Mono, que corresponde al 12 de

rroborado con datos arqueológicos.

noviembre de 1476, sucede lo mismo,

Ahora bien, de acuerdo con la correla-

perteneciendo al margen de días de las

ción que elaboró Bricker (óp. cit.:S26), el

variaciones del signo Agua (Fig. 29).

día 2 Ehécatl o 2 Viento, corresponde a

De la misma manera, sucede con los

la primera salida heliaca de Venus el 31

ciclos que siguen a los antes menciona-

de agosto de 1473. Al retomar dicha fe-

dos: 1 Buitre correspondiente al 20 de

cha para relacionarla con los signos e

junio de 1478, 12 Lluvia, que correspon-

imágenes del Códice Borgia, de las lámi-

de al 24 de enero de 1480 (Fig. 30), pa-

nas 53-54, siguiendo el orden de lectura

ra iniciar un nuevo ciclo en 9 Lagarto co-

de la totalidad del códice de derecha a

rrespondiente al 28 de agosto de 1481,

izquierda, vemos que ese día aparece

del que siguen: 9 Muerte que correspon-

dentro del margen de días (en la parte

de al 5 de abril de 1483, 8 Perro que co-

superior de la escena) del primer rectán-

rresponde al 9 de noviembre de 1484, 9

gulo, con respecto al signo Lagarto, en

Buitre correspondiente al 18 de junio de

la lámina 53, en donde se encuentran

1486, y 6 Pedernal que corresponde al

las trece posibilidades de este signo,

21 de enero de 1488 (Fig. 31).

desglosadas en torno de la escena en

Así, continuarían iniciándose otros ci-

que Tlahuizcalpantecuhtli o Venus, lanza

clos, hasta comenzar a desfasarse en el

un dardo sobre la diosa Chalchiuhtlicue,

momento en el que la salida heliaca de

la diosa de la falda de jade, del agua te-

Venus ya no corresponda a ninguna de

rrestre (Fig. 27).

las 13 variaciones del signo siguiente, ni

De la misma manera, Bricker (Ídem.) ha-

a ninguno de sus días-margen, como

ce otras correlaciones con los siguientes

sucedió con el día 6 Flor, 22 de agosto

periodos venusinos para los días: 2 Ve-

de 1505 y las salidas heliacas posterio-

nado correspondiente al 8 de abril de

res a 3 Movimiento del 15 de enero de

1475, día margen dentro del rectángulo

1512. 95


Fig. 27. Días iniciales en los periodos sinódicos de 584 días de Venus. Gráfica de la autora. 96


Fig. 28. Cuando la salida de Venus tiene lugar en un día 2 Viento, día margen al día 1 Lagarto. Detalle de la lámina 53 del Códice Borgia, 1898.

Fig. 29. Cuando la salida de Venus tiene lugar en un día 7 Venado, 2° día margen al día 5 Serpiente. Detalle de la lámina 54 del Códice Borgia, 1898.

97


Fig. 30. Cuando la salida de Venus tiene lugar en un día 10 Perro, día margen al día 9 Agua. Detalle de la lámina 54 del Códice Borgia, 1898.

Fig. 31. Cuando las salidas de Venus tienen lugar en los días 3 Buitre, 3er día margen al día 13 Caña, y 6 Lluvia, 2° día margen al día 4 Movimiento. Detalles de la lámina 54 del Códice Borgia, 1898. 98


Por otro lado, no es posible negar el he-

hualli en cinco campos o escenas que

cho de que las láminas que conciernen a

suman 65 ciclos sinódicos de Venus 13

los periodos de Venus en los códices

x 5, indica un ciclo de 104 ciclos o años

Borgia, Vaticano B y Cospi, son, siguien-

solares de 365 días cada uno, es decir,

do una lectura lineal que comience en el

un Huehuetiliztli, la suma de dos fuegos

extremo inferior derecho con el signo 1

nuevos, es decir, 37960 días o 65 ciclos

Lagarto, desde la lámina 53, siguiendo

venusinos de 584 días. Dos niveles o

con los días margen 2 Viento, 3 Casa y

más de lectura se plantean entonces, en

4 Lagartija, para continuar en el siguien-

estas secciones de los códices Borgia,

te panel con el signo 5 Serpiente y los

Vaticano B y Cospi.

días margen que serían, de acuerdo con

Por otra parte, Geraldine Patrick (s/f:1-

este orden de lectura, 6 Muerte, 7 Vena-

3), ha encontrado5 nuevas implicaciones

do y 8 Conejo, continuando después en

de los signos de los días de las láminas

el siguiente panel con 9 Agua, sus días

53 y 54 del Códice Borgia con el ½ Gran

margen, y así hasta el último panel, que

Ciclo venusino de 11960 tonalli o días

terminaría en el día margen 7 Flor, para

contados con sus cuartos de día absor-

iniciar otro ciclo en 8 Lagarto, como apa-

bidos en forma ritual, no expresados en

rece de manera irrefutable en la segun-

número a partir de su propuesta de co-

da posición de las trece posibilidades de

rrelación 583 172.

dicho signo. Así, reiteramos, una nueva

Esto es, Patrick parte del ½ Gran Ciclo

lectura de trecenas y veintenas iniciaría

de 11960 tonalli que aparece desglosa-

en el segundo signo del primer panel, en

do en las láminas 54 a 58 del Códice

8 Lagarto, para continuar la lectura de

Dresde (Fig. 33), conocidas como las

sus días margen y de los siguientes pa-

tablas de eclipses, y que ya había sido

neles, iniciando nuevos ciclos en otra de las trece posibilidades de Lagarto, de 5 Correlación que Patrick propone a partir de evidencias etnográficas entre los otomíes de Huitzizilapan y entre los mayas, en donde todos los días del año comienzan con el desfase de ¼ de día según el rumbo cardinal de su cargador, tres años antes de la propuesta de Thompson, Goodman y Martínez.

manera que al cabo de toda la lectura lineal, se completaría un solo Tonalpohualli de 260 días. En otra lectura, la división del Tonalpo99


referido por Satterthwaite (Ibíd.:1) y por

ciclos venusinos en el Borgia, a manera

Thompson en 1988 (Ídem.) enseguida,

de referente espacio temporal fijo (se-

ella considera que este cúmulo de días

mejante a la función de un gnomon),

se relaciona con Venus en el ciclo con

que corresponde al 16 de agosto de

signos de días de 11960 y con la Luna

1545, avanza un Gran Ciclo y llega a la

en el ciclo con signos de número de

fecha 5 Serpiente correspondiente al 27

11952. La investigadora toma en cuenta

de febrero de 1611, avanza cuatro días

el hecho de que 65 sea un número recu-

e inicia en 9 Agua, el 3 de marzo de

rrente en las láminas 53 y 54, para ob-

1611, avanza el Gran Ciclo y llega al 9

servar que ½ Gran Ciclo (11960 tonalli

Agua del 14 de septiembre de 1676. En

divididos en 365 = 32.7672 años) multi-

fin, cuando cierra el 8º Gran Ciclo en 3

plicado por 2 (1 Gran Ciclo completo) es

Agua el 6 de junio de 2004, avanza los

congruente con el número 65, lo que

cuatro días, para entrar al Gran Ciclo en

equivale, a 65 años solares y fracción,

7 Caña o Carrizo y avanza los 8 años

en donde caben 40.9919 revoluciones

que equivalen a 5 periodos sinódicos de

sinódicas de Venus que al aumentar 4

Venus (2920 tonalli), llegando al 10 de

días redondean 41 revoluciones exac-

junio de 2012 en 2 Caña o Carrizo.

tas. A manera de ejemplo, Geraldine Patrick

El inicio de los ciclos venusinos en

(Ibíd.:2) parte de la fecha 1 Cipactli que

Lagarto, luego de los tránsitos venu-

tuvo lugar el 29 de enero de 1480 de su

sinos a mediados del año solar

correlación, avanza 1 Gran Ciclo de 2 x

Es un hecho sorprendente que el tránsi-

11960 tonalli y llega a la fecha 12

to venusino del 5 de junio de 2012, con

Quiáhuitl que corresponde al 12 de

la posterior salida heliaca de Venus el 8

agosto de 1545, 2 días antes de que se

de junio en la fecha 1 Viento o 1 Ehé-

cierre este ciclo en 1 Lagarto y avanza

catl, o del 9 de junio correspondiente a

cuatro días para entrar a un nuevo Gran

la fecha 2 Casa o 2 Calli según la corre-

Ciclo el día 5 Serpiente, una de las sali-

lación 584.2856 calculada por Stanislaw

das heliacas de Venus por el Este como

Iwaniszewski7, se encuentren dentro de

lo estipula la organización gráfica de los

los días-margen con respecto a las trece 100


Fig. 32. Vista de los días de salidas heliacas de Venus. Láminas 53 y 54 del Códice Borgia, 1898.

Fig. 33. Medio gran ciclo de 11960 días en las láminas 53 a 58 del Códice Dresde. Thomson, 1988. 101


posibilidades de las salidas de Venus en

te, Oeste, Sur y Centro, sino muy proba-

los días Lagarto, siendo éste el primer

blemente, al orden: Sur (junio, solsticio

de los ciclos venusinos, y mostrando

de verano), Norte (enero, dejando atrás

que empieza de manera irrefutable a

el solsticio de invierno), Centro (agosto,

mediados del año solar, cada ocho años

llegando al equinoccio de otoño), Centro

o 2920 días, por lo que los ciclos si-

(marzo, equinoccio de primavera) y Nor-

guientes comenzarán en enero, agosto,

te octubre (entre el equinoccio de otoño

marzo y octubre, dada la diferencia de

y el solsticio de invierno) con respecto a

584 días entre cada uno. Por lo tanto,

un calendario de horizonte, en donde

con respecto a los cinco paneles o a las

cada salida heliaca corresponde a un

cinco posibilidades de las salidas helia-

momento del año, diferente.

cas de Venus, podemos atribuir una

época del año a cada uno, así como una

Descripción iconográfica de las trece

orientación cósmica de acuerdo con un

posibilidades del signo inicial Lagarto

calendario de horizonte, ya sea que di-

En la lámina 53 del Códice Borgia

cha época del año se acerque al Norte,

(extremo superior izquierdo de la figura

al Sur o al Centro, con respecto al perfil

34), respecto de las trece posibilidades

geográfico de dicho calendario, aún y

del signo Lagarto, Tlahuizcalpantecuhtli,

cuando las salidas del planeta sean

el Señor del alba, Venus, aparece con el

siempre por el Este, en su carácter de

quincunce en el rostro que lo caracteri-

lucero matutino predecesor del Sol (Fig.

za, el fondo de su rostro es gris muy os-

25). Aunque dichas salidas no corres-

curo o negro deslavado, lleva también

pondan al orden sistemático: Este, Nor-

las dos líneas transversales que caracterizan el rostro del dios del fuego. Además, porta el pectoral anáhuatl de Tezcatlipoca, la pintura corporal huahuantli

6 La correlación 584285 son los días lineales contados hasta el 13 de agosto de 3114 a.C. a partir de la fecha 1º de enero de 4713 a.C., según Eric Thompson. 7Comunicación personal, Seminario de Arqueoastronomía, 27 de junio de 2011, Posgrado de Arqueología, Escuela Nacional de Antropología e Historia, INAH, México.

de los sacrificados y de Mixcóatl, el yaóyotl o conjunto de armas del guerrero, y el átlatl o lanzadardos, como lo mencionamos con anterioridad. 102


Tlahuizcalpantecuhtli ataca en el tobillo

la herida de la diosa tiene discos o esfe-

a la diosa del agua terrestre Chalchiuhtli-

ras amarillas (muy probablemente de

cue, a quien reconocemos por las dos

oro) en sus puntas. Por otra parte, el co-

rayas negras en la barbilla y el sartal de

lor de estas esferas parece vincularlas

discos de concha que ciñe su cabeza.

con el fuego o el brillo y el calor solar. La

La diosa aparece desnuda, lo que nos

diosa del agua del mar en este caso,

permite apreciar que tiene pliegues en el

asociada con el Lagarto, signo inicial del

vientre, señal de que ha dado a luz. Se

Tonalpohualli, indica el origen como el

encuentra dentro de su elemento, el

signo mismo, como lo resume Seler

agua, que aquí aparece como un recinto

(1905, vol. I:63-64) haciendo referencia

interminable de agua, pues no vemos

de la Historia de los mexicanos por sus

sus bordes. Dentro del agua vemos tam-

pinturas, cuando del pejelagarto, ser an-

bién, la presencia de un caracol marino

fibio, se forma la tierra:

tecciztli, strombus gigas y de una tortuga

Allí se narra que cuando los dioses

de mar áyotl, lo que muy probablemente

habían creado el mundo inferior, los

indique que la diosa se encuentra en el

cielos y el agua con sus deidades

mar del Este, lugar en el que se inmoló

crearon en el agua «un pexe grande

Quetzalcóatl para salir convertido en el

que se dice cipacuali que es como

lucero del alba, ya que todos los signos

cayman» y que con este pez hicieron

refieren a este rumbo. Venus ha herido a

la tierra, llamada tlaltecli, y que so-

la diosa en el tobillo, lo que puede indi-

lían representarlo como dios de la

car que su caminar, su curso, puede ser

misma, «tendido sobre un pescado

defectuoso o nulo.

por se haver hecho del». Así el pez

La diosa, aunque tiene cerrados los

erizado que surge del agua es el ci-

ojos, no está muerta, y prueba de ello es

pactli y es la Tierra, de cuya superfi-

que flexiona uno de sus brazos hacia

cie sobresalen los «dientes», las

arriba extendiendo la palma de su mano.

«púas» de los picos. Entre los zapo-

Probablemente aún duerme cuando el

tecas una misma palabra designaba

dios se presenta al amanecer. Al pare-

la cordillera y el primer signo de los

cer, el chorro de sangre que emana de

días chijlla-tani y chijlla (Seler, 1980, 103


Vol. I:63-64).

de concha en sus puntas. Es por todo

En la lámina 80 del Códice Vaticano B o

esto, que el dios se vincula con la san-

Códice 3773 (extremo superior derecho

gre o con el agua preciosa de la vegeta-

de la figura 35), Tlahuizcalpantecuhtli se

ción, la savia de las plantas, ya que el

encuentra frente a un dios que porta un

color jade, ocre verdoso, es el mismo de

tocado con una planta de maíz que lleva

las plumas del quetzal en el Códice Bor-

una mazorca en la parte inferior, ade-

gia, en donde el signo Serpiente, presi-

más de dos franjas negras longitudina-

dido por la diosa del agua Chalchiuhtli-

les, quebradas, a la altura de la sien, lo

cue, está formado por teselas de jade

que lo define como Cintéotl, dios del

ocre verdoso en la lámina 11 del mismo

maíz. Lleva también un conjunto de

códice entre otras, además de que, por

chalchíhuitl o de teselas de jade, circu-

otra parte, el origen del concepto de

lar, doblado a la mitad, como pectoral,

Quetzalcóatl (avatar de Venus), se vin-

muy semejante al que vemos en varias

cula con la vegetación, según el análisis

ocasiones en el Códice Borgia, que con-

del ya mencionado Eduard Seler:

siste en un círculo de jade rodeado de

El nombre de Quetzalcóatl se com-

una franja roja y luego de un cordón

pone de quetzalli, vocablo que de-

blanco en todo su contorno y del que

signa las preciosas plumas de cola,

pende una correa ancha con las mismas

de un color brillante, del ave quet-

características del color del chalchíhuitl,

zal, perteneciente a las aves trepa-

con un gran apéndice anular colgando

doras (trogonidae), y de cóatl,

de ésta. Pensamos que se trata de un

«serpiente». Con toda probabilidad

conjunto chalchíhuitl, porque en la lámi-

ambas voces fueron originalmente,

na 58 del mismo códice, en el extremo

como el ser mítico llamado quetzal-

superior izquierdo vemos una pareja con

cóatl, símbolos del agua o de la

cabezas de quetzal, de cuyos picos pen-

humedad producida por el agua

den sartales de cuentas chalchíhuitl que

que vuelve a despertar la vegeta-

sostienen lo que parece ser el conjunto

ción después de la larga estación

doblado a la mitad a manera de bolsa,

de sequía. Los sabios-sacerdotes

de la que cuelgan las correas con discos

chiapanecos explicaban el nombre 104


Cuchul chan como la serpiente

El dios porta una orejera azul de la que

emplumada que anda en el agua

pende una correa ocre verdosa. No de-

(Fray Francisco Núñez de la Vega,

bemos de olvidar que el ocre verdoso es

Constituciones

del

referencia al chalchíhuitl o jade, mientras

Roma,

que el azul o el azul turquesa, puede re-

1702, Tomo II:132). Esto significa

ferirse al xíhuitl, o turquesa, vinculado al

que identificaban la serpiente em-

fuego y a lo precioso en el Códice Bor-

plumada con el dios de la lluvia,

gia, o bien, al agua. En este mismo códi-

Tláloc, según veremos enseguida.

ce, también aparece el dios Cintéotl ata-

También el K’ucumatz del mito

cado por Venus-Tlahuizcalpantecuhtli,

guatemalteco tiene sin duda el sig-

pero vinculado a las salidas heliacas con

nificado del principio vivo del agua,

el signo Agua.

U c’ux cho u c’ux palo, «corazón

En la misma lámina del Códice Vaticano

del lago, corazón del agua» lo lla-

B, Tlahuizcalpantecuhtli porta el átlatl o

ma el Popol Vuh (Seler, 1980, Vol.

lanzadardos en un brazo, y en el otro, el

I:68).

tlacochtli o conjunto de 3 dardos. Lleva

Obispado

de

diocesanas Chiappa,

Cabe señalar que las cuentas de las que

además, como pectoral, el anáhuatl u

cuelga el conjunto chalchíhuitl son de al

ojo de Tezcatlipoca y junto al anáhuatl,

menos tres colores: ocre verdoso, azul y

el ojo trilobulado de Venus y tres rizos

blanco, que alcanzamos a distinguir. A

enhiestos en la frente, siendo el número

este respecto, no hay que olvidar que

tres, el número del fuego, pues se colo-

también en el Códice Borgia, cuando se

caban tres piedras en el fogón. No se

quiere hacer referencia a los cuatro rum-

encuentra blandiendo el átlatl, pero el

bos cósmicos vemos franjas con rectán-

dios del maíz ya se encuentra herido,

gulos rojos, amarillos, azules y verde u

alcanzado por un dardo en la espalda,

ocre verdoso. La cabellera del dios tiene

por lo que los dardos que portaba el dios

líneas rojas alternadas con líneas ocre-

de la aurora eran cuatro, lo que los vin-

rojizo como si se tratara de estrías, o del

cula con los cuatro rumbos cósmicos,

cabello de la mazorca, o de la hoja del

hacia donde el dios lanza sus flechas.

elote.

La sangre del dios del maíz fluye en 105


chorros que presentan franjas transver-

sado, yollotopilli, es el estandarte de Xo-

sales rojo oscuro y rosa. Al parecer, esto

chipilli en la lámina 35v del Códice Ma-

señala la intermitencia del correr de la

gliabecchi. Cintéotl porta una nariguera

sangre, la manera en que fluye. Su fal-

color turquesa, dentada. El dios se en-

dellín es blanco. Lleva esclavinas de

cuentra semi-hincado como a punto de

plumones, quechquémitl blanco, y el par

caer sobre un campo de cultivo denota-

de plumas de garza blanca aztaxelli, só-

do por sus surcos. Detrás del dios se

lo que en este caso las plumas están

yergue un tronco que se bifurca, con la

separadas, lo que confirma que se trata

misma textura del campo de cultivo color

de un dios guerrero. Alrededor de la ca-

ocre, y justo en la separación de sus ra-

beza lleva la banda de cuero roja, con

mas, vemos una espiral siguiendo el di-

una cabeza de mariposa a la altura de la

bujo de las estrías del tronco. Tiene la

frente, como las que portan los dioses

pintura facial del dios del maíz, consis-

solares.

tente en dos líneas delgadas transversa-

Los 5 frutos, objetos u ornamentos con

les a la altura del ojo y una línea roja al-

discos blancos y adornos colocados en-

rededor de la boca con tres segmentos

tre los dioses, pueden referir, según An-

sobresalientes a los lados, en forma ho-

ders, Jansen y Reyes García (1992a:

rizontal. Su yelmo es la cabeza de un

332) a los 5 periodos de Venus que co-

ave color turquesa. También tiene el ca-

rresponden a 8 años solares o 2920 días, en que ambos ciclos coinciden 8 El color ocre en el Códice Borgia es reminiscencia de un color verde olivo o verde planta, como lo explica Seler, y como lo extrema la reproducción de Lord Kingborough de 1851, en donde se convierte en color verde, vinculado con el agua y el chalchíhuitl o el jade de la diosa del agua. Por lo que en general se establece un vínculo entre este color verde del jade del altiplano, verde olivo o verde planta semitransparente, con el agua y con la vegetación, pues el quetzal también aparece revestido con este color, mientras que el color azul turquesa aparece vinculado con el xíhuitl, la piedra turquesa y el fuego en el Altiplano, diferente del jade color azul turquesa de la península de Yucatán.

reiniciándose, además de coincidir con la misma época del año. En la lámina 9 del Códice Cospi (Fig. 32), vemos nuevamente a Tlahuizcalpantecuhtli vinculado al signo Lagarto, pero esta vez dirige su lanza al dios del maíz Cintéotl, quien ya ha sido flechado y traspasado su corazón, corazón de colores rojo y ocre8. El corazón traspa106


racterístico rectángulo de colores tlapa-

manera de pectoral, además de un disco

palli en la mejilla, propio de los dioses

blanco en la sien, con un disco pequeño

vinculados con la agricultura. Porta el

verde al centro, probable representación

xiuhtotomacalli o recipiente hecho de

del agujero en la sien para colocar los

plumas del ave de fuego, xiuhtótotl, de

cráneos en el tzompantli o hilera de crá-

colores rojo, amarillo y azul, que contie-

neos. El dios lleva además el conjunto

ne mazorcas de maíz.

de implementos de guerra yaóyotl, con-

Tlahuizcalpantecuhtli, al mismo tiempo

sistente en el amapámitl o banderola

que se dispone a arrojar su lanza, o su

blanca para señalar a los cautivos que

flecha, traga un corazón sangrante. Tie-

tomará en la guerra, el chimalli o escudo

ne ojo y mandíbula descarnados de

blanco, el tlacochtli o conjunto de tres

muerto, propios de Mictlantecuhtli y de

flechas, el chitlalli, la bolsa de red del

la materia lunar y estelar, calcárea, so-

cazador o del guerrero, y el átlatl o lan-

bre su pintura facial verde oscuro. La

zadardos.

pintura de la parte inferior de su cuerpo

El que algunas veces aparezca la o el

y de su quechquémitl, son color verde

dios del agua vinculado al signo Lagarto,

oscuro, como las plumas de quetzal que

o el que sea el dios del maíz vinculado a

porta en la frente. Su penacho es de plu-

este signo, o al signo Serpiente nos lleva

mas de cola de pavo. La pintura corporal

a las siguientes reflexiones. Por un lado,

de su torso es negra con plumones, ci-

pensamos que la presencia de Cintéotl,

citlallo, de la oscuridad celeste. De su

el dios del maíz, también es congruente

disco-orejera de concha blanca, penden

con los días iniciales del periodo de Ve-

tres tiras de algodón sin hilar. Porta el

nus como Lagarto, pues, el dios de los

disco de la espalda o tezcacuitlapilli, en

mantenimientos, Tonacatecuhtli, quien

forma de cabeza de ave, probablemente

también porta una planta de maíz como

de faisán. Su cabello es ígneo, amarillo,

tocado, muy parecida a la de Cintéotl, se

tzoncóztic. Lleva la banda de cuero rojo

representa como regente de los días La-

alrededor de la cabeza, propia de los

garto en las lámina 9 del Códice Borgia

dioses solares y del fuego. En el pecho

y en las láminas 28 y 87 del Códice Vati-

tiene el anáhuatl u ojo de Tezcatlipoca a

cano B, siendo regente de las trecenas 1 107


Lagarto en los códices Borgia, lámina

la agricultura, en donde tanto Cintéotl el

61, Vaticano B, lámina 49, y Vaticano A

dios del maíz, como Chalchiuhtlicue, la

o Códice Ríos, lámina 13v. En la lámina

diosa del agua, tendrían un papel funda-

15 del Códice Borgia, el dios Cintéotl

mental, que en este caso, se coordinan

perfora el ojo del recién nacido durante

con la presencia de Venus como estrella

los cuatro primeros días de la veintena,

matutina, al iniciar un nuevo ciclo de

que inician, obviamente, con Lagarto. Lo

2920, luego del cual el Tonalpohualli o

mismo sucede en la lámina 23 del Códi-

cuenta de 260 días se sincroniza con el

ce Fejérváry-Mayer (Seler, 1901), en

ciclo de 365 del año solar.

donde, de la boca que ha sido perforada del recién nacido, brota el maíz, justo en

Descripción iconográfica de las trece

los 4 primeros días de la veintena, en

posibilidades del signo inicial Ser-

donde se señala el día Lagarto. Por lo

piente

que pensamos que ambas posibilidades

En la lámina 54 del Códice Borgia ve-

son correctas, como variantes, de signi-

mos en el rectángulo grande del lado

ficados alternativos, ligeramente diferen-

inferior derecho, las trece posibilidades

tes, con respecto a lecturas puntuales

del signo Serpiente en relación con las

que enfatizan ciertos calificativos, cada

salidas heliacas de Venus (Fig. 34). En

una.

esta lámina Venus Tlahuizcalpantecuhtli

Finalmente, recordamos el hecho de

tiene características muy similares a Ve-

que la salida heliaca de Venus tenga lu-

nus de la página 53, ya que lleva la pin-

gar en el día 2 Calli del 2012, cuya co-

tura corporal del torso, cicitlallo, negra

rrelación corresponde al 9 de junio, la

con plumones blancos, porta el anáhuatl

sitúa dentro del margen de las salidas

u ojo de Tezcatlipoca como pectoral,

heliacas de Venus vinculadas con el

pintura

signo Lagarto, y con los ocho años sola-

huahuantli sobre fondo amarillo, tiene el

res correspondientes a cinco ciclos ve-

rostro con el rostro de búho, signo vincu-

nusinos, que tendrán que ubicarse en el

lado con la noche y con el sacerdote tla-

verano desde el tiempo mesoamericano.

catecólotl, aquél que tiene la capacidad

El verano, época del año definitiva para

de transformarse, como vemos en el tra108

corporal

del

sacrificado


Fig. 34. Detalles de las láminas 53, 80 y 9 de los códices Borgia (1898), Vaticano B (Anders, Jansen y Reyes García, 1992a) y Cospi (1971).

109


bajo de Francisco Rivas Castro (Rivas

del mismo códice, salvo que aquí su ata-

Casto, 2010:318-329). Porta el patzactli,

que ha sido dirigido contra una diosa

tocado en forma de cresta de plumas de

que se encuentra arrodillada, dándole la

cola de pavo recortadas de la punta, su

espalda, pero volteando el rostro hacia

cabellera es ígnea o amarilla, tzoncóztic,

él. La diosa tiene la pintura corporal del

porta el átlatl o lanzadardos y el yaóyotl

sacrificado huahuantli, blanca con rayas

o conjunto de armas de guerra. En esta

longitudinales rojas. Tiene también un

escena, el dios ha herido con su lanza la

rectángulo negro alrededor de la boca,

parte inferior de la rodilla de una figura

como el que caracteriza a Tlazoltéotl, la

semi-hincada sobre una montaña partida

diosa comedora de inmundicias, de los

a la mitad. La figura es negra y tiene los

partos, de la tierra y de la luna. Porta la

ojos cerrados, como la diosa del panel

nariguera escalonada que normalmente

anterior, Chalchiuhtlicue. La figura que

caracteriza a Xochiquetzal y que en ge-

ha sido herida, puede identificarse ple-

neral, es azul. Podemos pensar que se

namente como Tezcatlipoca, ya que pre-

trata de la nariguera de Xochiquetzal

senta la pintura facial que caracteriza a

porque en el Vaticano B, muchos obje-

este dios, de franjas rectangulares an-

tos representados que eran azules, apa-

chas longitudinales negras y amarillo-

recen blancos con restos de pintura

ocre, ixtlan tlaalan. Otro rasgo inconfun-

azul, la cual parece no haber tenido sufi-

dible del dios, es el espejo humeante

ciente adherente. Por otra parte, tam-

que porta en la sien.

bién lleva el yelmo de serpiente que ca-

De la montaña partida que se encuentra

racteriza a la diosa del agua Chal-

debajo del dios, parte un chorro de agua

chiuhtlicue, así como a Xochiquetzal.

que lleva en sus crestas volutas de fue-

Dicho yelmo de serpiente tiene dos

go o de excremento cuítlatl, muy seme-

adornos de plumas en los belfos, al igual

jantes a las pinzas del alacrán de la lá-

que en la representación de la misma

mina 13 del códice Borgia.

Xochiquetzal en la lámina 62 del Borgia.

En la lámina 81 del Códice Vaticano B,

De la parte superior del penacho surgen

Tlahuizcalpantecuhtli tiene las mismas

dos conjuntos de plumas separados. La

características que en la lámina anterior

diosa porta también un quechquémitl y 110


una falda o cuéitl, blancos, con un dibujo

Tlahuizcalpantecuhtli, en este caso, tie-

a línea color rojo. Este dibujo semeja flo-

ne la misma forma que en el panel ante-

res con sus pétalos y es como el que

rior del Cospi, sólo que aquí su rostro es

caracteriza a las Tlazoltéotl de las lámi-

completamente blanco y sus piernas son

nas 51 y 61 del Códice Vaticano B, al

blancas con franjas longitudinales amari-

que pertenece la lámina que estamos

llas.

analizando. Lleva también la pintura cor-

poral de sacrificado, al igual que la de la

Descripción iconográfica de las trece

diosa Tlazoltéotl en este mismo códice.

posibilidades del signo inicial Agua

La diosa ha sido herida con la lanza en

En la lámina 54 del Códice Borgia, ve-

el vientre, por la parte delantera, pero el

mos en el panel del lado inferior izquier-

chorro de sangre brota de su espalda, lo

do, las trece posibilidades del signo

que quiere decir que ha sido atravesada

Agua referidas a Venus (Fig. 36). Venus

por la lanza.

Tlahuizcalpantecuhtli tiene las mismas

La diosa Chalchiuhtlicue que era ataca-

características que en los paneles ante-

da por Venus en el Códice Borgia con

riores, a excepción del rostro, que aquí

respecto a las 13 variantes del signo La-

lleva una cabeza de perro, Itzcuintli,

garto, ahora es atacada por el astro en

signo vinculado con el Norte y el frío, y

el Códice Cospi, en la parte superior de

por lo tanto con la región de la oscuri-

la lámina 9, pero vinculada a los ciclos

dad.

venusinos que inician con el signo Ser-

El dios que es atacado por Venus en es-

piente, y dentro de un recinto de agua

te caso, en el Códice Borgia, es Cintéotl,

bien delimitado. En la lámina 11 del Có-

dios del maíz, el mismo que es atacado

dice Borgia, Chalchiuhtlicue es regente

en el panel de las trece posibilidades del

del signo Cóatl (extremo inferior de la

signo Lagarto, en los códices Vaticano B

figura 35). Además de que rige este

y Cospi. Lo sabemos por el tocado que

signo, porta el yelmo de cabeza de ser-

porta, con mazorcas de maíz por encima

piente en las láminas 11, 14, 17, 24, 26,

de un yelmo en forma de cabeza de ave.

57, y 65 del mismo códice, así como una

El dios se encuentra desnudo como los

serpiente

dioses que han sido atacados en los pa-

bicéfala

como

nariguera. 111


Fig. 35. Detalles de las láminas 54, 81 y 9 de los códices Borgia (1898), Vaticano B (Anders, Jansen y Reyes García, 1992a) y Cospi (1971).

Fig. 36. Detalles de las láminas 54, 82 y 10 de los códices Borgia (1898), Vaticano B (Anders, Jansen y Reyes García, 1992a) y Cospi (1971).

112


neles anteriores, y también tiene los ojos

Tezcatlipoca, sino a un águila, la cual

cerrados.

también ha sido flechada al frente, mien-

Por debajo del dios, vemos rectángulos

tras que de su espalda surge un chorro

con franjas que pueden semejar sem-

de sangre.

bradíos, dos son de color gris oscuro

En la parte superior de la lámina 10 del

con líneas anchas y delgadas negras, y

Códice Cospi, Tlahuizcalpantecuhtli apa-

uno más es ocre, con las mismas líneas.

rece representado de la misma manera

Por encima de éstos, vemos dos mazor-

que en los paneles anteriores del mismo

cas de maíz reventadas a la mitad,

códice, sólo que aquí su rostro y cuerpo

mientras que seres semejantes a gusa-

son amarillo oscuro. En este caso, el

nos blancos con escamas o signos en

dios ataca una montaña en su parte

forma de «u» rojos, parecen extraer el

central, en donde la herida la ha partido,

interior de las mazorcas que es blanco

atravesando también un corazón, como

también, con puntos rojos. Un gusano

si éste perteneciera a la montaña. Por

en particular parece extraer la misma

detrás de la montaña emerge un chorro

substancia del dios del maíz.

de sangre, mientras que un chorro de

En el Códice Vaticano B, en la lámina

agua surge de su parte inferior. En la

82, Tlahuizcalpantecuhtli, tiene las mis-

herida causada por la lanza, vemos, co-

mas características de las láminas ante-

mo decíamos, un corazón y un chorro

riores en el mismo códice. Ha atacado a

de sangre, pero también emerge una

una montaña con su lanza, por la parte

sustancia que tiene prolongaciones ha-

delantera, mientras que el chorro de

cia arriba, coronadas en sus puntas con

sangre de la herida surge por la parte

plumones y pares de cintas. La sustan-

trasera, como si la montaña hubiera sido

cia color amarillo oscuro, tiene dibujos

atravesada. De la parte inferior de la

de espirales a línea, probablemente pa-

montaña, emerge un chorro de agua, lo

ra indicar que se trata de una masa.

que nos recuerda al segundo panel del

La montaña de color verde oscuro, en la

Códice Borgia, en la lámina 54, con res-

mayor parte de su superficie, tiene un

pecto al signo Serpiente, sólo que por

casquete en su punta, de forma inclina-

encima de la montaña no vemos al dios

da, indicando que se trata de una mon113


taña antigua o anciana, encorvada, co-

Frente al dios vemos la figura de un

mo la montaña de la que salieron los az-

hombre con una corona semejante a la

tecas al inicio de la Tira de la Peregrina-

corona mexicana, lo que lo identifica con

ción, en Aztlán Cohuatepec, el cerro en-

la nobleza. Está sentado sobre un banco

corvado del lugar de las garzas.

trípode y una piel de ocelote, probable variación del teoicpalli, frente al dios.

Descripción iconográfica de las trece

Tiene los ojos cerrados, está semi-

posibilidades del signo inicial Caña o

hincado, tiene los brazos flexionados, y

Carrizo

cabellera negra larga de Tezcatlipoca.

En la lámina 54 del Códice Borgia ve-

Vemos también, una probable quemadu-

mos en el rectángulo grande del lado

ra (brotan volutas y lenguas de humo) al

superior izquierdo, las trece posibilida-

centro del teoicpalli a la altura del tobillo

des del signo Caña o Carrizo referidas a

del noble. Los recipientes de ofrendas

Venus (Fig. 37). En esta lámina, Venus

frente a la figura han sido probablemen-

Tlahuizcalpantecuhtli tiene característi-

te reventados por el humo o el vapor ne-

cas muy similares al Venus de la página

gro brillante.

53, lleva la pintura corporal del torso, ci-

En la lámina 83 del Códice Vaticano B,

citlallo, negra con plumones blancos,

la escena es muy semejante. Tlahuizcal-

porta el anáhuatl u ojo de Tezcatlipoca

pantecuhtli hiere con sus dardos un

como pectoral, la pintura corporal del

trono, mientras que el noble se encuen-

sacrificado huahuantli, sobre fondo ama-

tra agazapado en una esquina. En el

rillo, tiene el rostro cubierto por la cabe-

Códice Cospi, lámina 11, la escena es

za de un conejo, Tochtli, signo vinculado

semejante, sólo que aquí sobre el trono

con el Sur y la Luna, con el pulque y la

vemos un sol que ha sido flechado. Este

fertilidad, también porta el patzactli, to-

sol tiene centro de chalchíhuitl así como

cado en forma de cresta de plumas de

hace referencia al fuego o al calor del

cola de pavo recortadas de la punta, su

sol con sus rayos. Un colibrí aparece en

cabellera es ígnea o amarilla, tzoncóztic,

la escena acercándose al trono. Tlahuiz-

lleva el átlatl o lanzadardos y el yaóyotl o

calpantecuhtli presenta pintura facial y

conjunto de armas de guerra.

corporal amarillo oscuro. 114


Fig. 37. Detalles de las láminas 54, 83 y 10 de los códices Borgia (1898), Vaticano B (Anders, Jansen y Reyes García, 1992a) y Cospi (1971).

Descripción iconográfica de las trece po-

Movimiento, es hacia un conjunto de ar-

sibilidades del signo inicial Movimiento

mas de guerra yaóyotl, compuesto de

En la parte superior izquierda de la lámi-

escudo o chimalli y conjunto de flechas

na 54 del Códice Borgia (Fig. 38), vemos

o tlacochtli. De la misma manera que en

a Tlahuizcalpantecuhtli con las mismas

los casos anteriores, la lanza del dios ha

características de los paneles anteriores

provocado una herida por la que brota

en el mismo códice, sólo que aquí tiene

un chorro de sangre. Por encima del

el rostro blanco, con mandíbula descar-

conjunto de armas, vemos una cabeza

nada, ojo concéntrico y ceja de muerto,

de águila, al parecer arrancada, por las

además del agujero para el tzompantli

terminaciones irregulares que tiene en el

en la sien, como el Tlahuizcalpantecuhtli

corte del cuello.

asociado al signo Serpiente en el Códice

El conjunto de armas se encuentra por

Cospi.

encima de una superficie amarillo oscu-

El ataque del dios en el Códice Borgia,

ro, con pequeñas líneas que forman la

con respecto a las variaciones del signo

textura de pasto seco. En el flanco supe115


Fig. 38 Detalles de las láminas 54, 84 y 11 de los códices Borgia (1898), Vaticano B (Anders, Jansen y Reyes García, 1992a) y Cospi (1971).

rior de la superficie, vemos partes en las

armas.

que la tierra se ha reventado, haciendo

En la lámina 84 del Códice Vaticano B

que broten ensanchándose, masas de

(Fig. 38), Tlahuizcalpantecuhtli tiene las

tierra negra abombadas. Del lado iz-

mismas características que en las lámi-

quierdo del conjunto de armas, frente al

nas anteriores del mismo códice, sólo

espectador, vemos una serpiente color

que aquí ha herido a un jaguar por la

ocre o amarillo muy oscuro. La cabeza

espalda y un chorro de sangre brota de

se ha separado del cuerpo, como si se

la herida, mientras que otro chorro brota

hubiera tronchado, por las partes irregu-

por el frente del jaguar, como si éste hu-

lares que muestran los cortes. Junto al

biera sido traspasado. El jaguar voltea el

cuerpo de la serpiente vemos una espi-

rostro hacia el dios como si hubiera sido

ral negra, como si se tratara de una lom-

sorprendido.

briz enroscada. Otro dibujo similar se

En la parte inferior de la lámina 11 del

encuentra del otro lado del conjunto de

Códice Cospi (Fig. 38), también es un 116


jaguar quien ha sido atacado, justo en el

Organización del Tonalpohualli en co-

corazón, por Tlahuizcalpantecuhtli. Sólo

lumnas de 4 días para 5 rumbos cós-

que aquí, el dios aparece nuevamente

micos

pintado todo de color verde oscuro como

Un último argumento en torno al carác-

en el primer panel. El jaguar porta en

ter venusino de los códices Borgia, Vati-

una de sus patas delanteras otro cora-

cano B y Cospi, es el ya elaborado por

zón. Además, tiene un peluquín de plu-

Seler (Seler, 1980, Vol. II:11-13) y reto-

món prensado como el que porta el dios

mado por Anders, Jansen y Reyes Gar-

y que le sirve de base a su penacho de

cía (Anders, Jansen y Reyes García,

plumas de cola o de pata de pavo. Del

1992a:167-174), que señala la diferen-

peluquín del jaguar, únicamente sobre-

cia entre la organización en columnas

sale un conjunto de dos plumas de ala

de cinco signos del Tonalpohualli en las

de águila que parten de un plumón, y

ocho primeras láminas de los códices

sobresalen a su vez de las plumas de

que estamos analizando, y la posibilidad

águila, lo que parece ser, dos plumas de

de otra organización del Tonalpohualli

quetzal.

en columnas de cuatro signos, que daría

Todas estas imágenes muestran el ata-

por resultado un total de 65 columnas y

que del dios del lucero matutino hacia

la concepción de un quinto rumbo del

los elementos agrícolas, ya sea el agua

Tonalpohualli, el del centro. Esta nueva

que parece originarse en el mar, en don-

distribución haría que las trecenas se

de se encuentra la diosa Chalchiuhtli-

desplazaran de tal forma, que las trece-

cue, o el agua que emerge de la monta-

nas que iniciaban con un signo de la

ña, o bien, los cultivos en donde el dios

misma orientación, ahora se alternarán.

del maíz es herido. Tlahuizcalpantecuhtli

Por ejemplo, la quinta trecena que em-

parece tener una influencia nefasta tam-

pieza con un signo del Este, 1 Caña o

bién en el lugar en donde moran los se-

Carrizo, ya no se colocaría por encima

res humanos, tanto en el trono, como en

de la primera trecena 1 Lagarto en el

los implementos de guerra.

primer cuarto del Tonalpohualli, sino que se desplazaría para iniciar un quinto rumbo, de manera que la sexta colum117


na, que iniciaba con un signo del Norte,

Las primeras cinco trecenas sobrepues-

1 Muerte, ahora se coloque por encima

tas pertenecen al rumbo cósmico del Es-

de la trecena 1 Lagarto, con lo que em-

te. Las segundas cinco trecenas sobre-

piezan a alternarse las orientaciones

puestas pertenecen al rumbo cósmico

cósmicas de las columnas, de manera

del Norte, así como las terceras cinco

que, en cada columna veremos alternar-

trecenas corresponden al Oeste, y las

se un signo del Este, otro del Norte, otro

últimas cinco trecenas corresponden al

del Oeste, y uno más del Sur. Curiosa-

Sur.

mente, los signos de la columna con la

En las secciones de láminas vinculadas

que empezaría el quinto rumbo, serían 1

a las Cihuateteo y a los Ahuiateteo, es

Caña del Este, 1 Pedernal del Norte, 1

incuestionable la orientación del Oeste y

Casa del Oeste y 1 Conejo del Sur, sig-

del Sur del Tonalpohualli, puntualizando

nos que portan los ciclos solares de 365

la asignación de todas y cada una de

días, signos de los años referidos al Sol,

sus trecenas respecto de los nombres

y a los ciclos agrícolas que durante la

de las diosas y de los dioses. Lo que

atadura de 52 años, tendrán cada uno

fundamenta el argumento de que cada

trece variaciones o trece numerales, res-

uno de los veinte signos de los días tie-

pecto a uno de los cuatro rumbos cósmi-

ne una orientación cósmica.

cos.

El hecho de que los signos portadores de los años: Caña o Carrizo, Pedernal,

Resultados

Casa y Conejo, refieran un rumbo cós-

Los códices Borgia, Vaticano B y Cospi

mico y que se encuentren dentro de la

presentan una organización semejante

columna

al desplegar un Tonalpohualli de 260

pohualli, es un argumento más, a favor

días en sus primeras ocho láminas. Ca-

de la idea de que cada signo de los días

da dos láminas de esta sección, mues-

tiene una orientación cósmica.

tran cinco hileras de trecenas de días

En las láminas 46 a 50 del Códice Dres-

sobrepuestas, con una misma orienta-

de, los signos de los días del tzolkin, o

ción cósmica, separadas entre sí por

calendario maya de 260 días, aparecen

tres trecenas en el orden secuencial.

vinculados a un rumbo cósmico, tenien118

correspondiente

del

Tonal-


do un paralelo con los signos de los días

de que los signos del Este adquieren

del Tonalpohualli en el Altiplano Central,

una importancia fundamental en el To-

respecto del rumbo cósmico opuesto pe-

nalpohualli organizado de esta manera,

ro en el mismo eje cósmico, ya sea Nor-

pues con ellos da inicio la primera co-

te-Sur o Este-Oeste.

lumna.

Cada signo de los días tiene una orien-

Las características iconográficas de Ve-

tación específica, por lo que enfatizamos

nus lo vinculan, por una parte, de mane-

que los signos Lagarto, Serpiente, Agua,

ra incontestable, con el número cinco,

Caña o Carrizo, y Movimiento, corres-

como lo muestra el quincunce de su ros-

ponden al Este, lugar de las salidas dia-

tro, con la oscuridad, el frío, la muerte y

rias del Sol y de Venus cada ciclo de

los cuerpos óseos, manera iconográfica

584 días durante 243 días aproximada-

en que se conciben los astros. Con su

mente. Por lo que las secciones de los

corona de plumas de pata o de cola de

ataques de Venus refieren únicamente

pavo, negras con punta blanca, vemos

dichas salidas en el Este, especificando

su carácter nocturno. Con su anillo pec-

secuencias sinódicas en el orden de los

toral en forma de ojo anáhuatl que gene-

signos Lagarto, Serpiente, Agua, Caña o

ralmente porta Tezcatlipoca, vemos su

Carrizo y Movimiento, que son al mismo

vínculo con este dios nombrado también

tiempo secuencias de cinco ciclos venu-

bajo el difrasismo yohualli-ehécatl, no-

sinos correspondientes a ocho ciclos so-

che-viento, así como otras característi-

lares de 365 días cada uno.

cas no tan relevantes, pero importantes

Un argumento más en torno a la impor-

que lo vinculan con el dios del fuego por

tancia de los ciclos venusinos en los có-

su pintura facial, o con los dioses caza-

dices Borgia, Vaticano B y Cospi, es la

dores, por su pintura corporal de sacrifi-

datación que de los almanaques venusi-

cado, huahuantli. Así como con el dios

nos hace Victoria Bricker para la época

Quetzalcóatl, del cual es avatar.

del Postclásico con respecto a la cerámi-

En la descripción iconográfica de las tre-

ca policroma de la región Tlaxcala-

ce posibilidades del signo inicial Lagarto,

Puebla, comprobando la eficacia y rele-

pudimos observar como éste lanza sus

vancia de dichos almanaques, además

dardos hacia la diosa del agua, el dios 119


del maíz, o la diosa de la tierra, en el

vincula con el Oeste lugar del nacimien-

rumbo del Este, lugar en el que, con res-

to, del descenso, del Tamoanchan,

pecto a México, se encuentra el mar

siempre dentro de la cruz cósmica en el

océano Atlántico, correspondiendo por

rumbo del Este.

otra parte, de acuerdo con los tránsitos

A pesar de hacer una descripción icono-

venusinos cada ocho años solares, a las

gráfica de las trece posibilidades del

salidas del astro a mitad del año solar,

signo inicial Caña o Carrizo, sólo encon-

en el mes de junio, en el solsticio de ve-

tramos coherencia con respecto al rum-

rano.

bo cósmico del Sur, en el hecho de que

Con respecto a la descripción iconográfi-

Venus porta en este caso, una máscara

ca de las trece posibilidades del signo

de Conejo, signo del Sur.

inicial Serpiente, vimos como éste se

Con respecto a las trece posibilidades

involucra con el dios del Norte Tezcatli-

del signo inicial Movimiento, vinculado

poca, aún dentro del mismo rumbo cós-

con Venus y que correspondería a la re-

mico del Este, lugar de la salida heliaca

gión del Centro, hemos encontrado úni-

de Venus, como si se tratara de una

camente que las salidas correspondien-

cruz cósmica, dentro del mismo rumbo

tes se llevarían a cabo en el mes de oc-

del Este. En este panel Tlahuizcalpante-

tubre, fecha cercana al equinoccio de

cuhtli aparece como un Venus-Tecólotl,

Otoño, y por lo tanto, al centro que mar-

correspondiendo a las primeras salidas

caría un calendario de horizonte.

heliacas de Venus al inicio del año, en la

Un último argumento a favor del carácter

temporada más fría, sin duda asociada

venusino del Tonalpohualli en los códi-

con el frío del Norte en el solsticio de in-

ces Borgia, Vaticano B y Cospi, es el

vierno.

hecho de que, si la organización de éste

El análisis iconográfico que hicimos de

no fuera en columnas de cinco con res-

Tlahuizcalpantecuhtli-Venus con respec-

pecto a cuatro rumbos cósmicos, sino

to a las trece posibilidades del signo ini-

de columnas de cuatro signos con res-

cial Agua, nos muestra que con su más-

pecto a cinco rumbos cósmicos, la orien-

cara de perro, atacando al dios del maíz

tación cósmica de los días variaría, sien-

Cintéotl y a las montañas del origen, se

do no sólo signos de una misma orienta120


ción, sino signos que alternarían su

México.

orientación, pero que representarían los

cuatro rumbos cósmicos: Este, Norte,

1992b Los Templos del Cielo y de la Os-

Oeste y Sur, siendo los rumbos con los

curidad: oráculos y liturgia, libro

que se clasifican los ciclos solares de

explicativo del llamado Códice

365 días y que sólo con 4 signos pueden

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iniciarse: Caña, Pedernal, Casa o Cone-

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cio, con márgenes de 3 cm en todas las

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Filiación institucional

Considerando

todas

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(resumen, texto, referencias, notas, figu-

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ras, anexos, etc.), el trabajo no debe so-

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breasar las 20 cuartillas, las cuales se

Texto del artículo

podrán consultar y descargar en la revis-

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