Conoce a Cristóbal Colón

Page 1

ocas personas han tenido tanto impacto en la historia como Cristóbal Colón. Colón estaba convencido de que su idea de viajar desde Europa hacia el oeste iba a cambiar el mundo, pero ni él mismo llegó a imaginar cuánto. Murió sin saber que había descubierto un nuevo continente, donde habitaban muchos pueblos con nuevas maneras de ver y vivir la vida. ¿Cómo era este hombre que logró que los reyes de España pagaran un viaje que, a ojos expertos, era un gran disparate? ¿Quieres conocer a Colón? ¡Abre este libro y empieza a leer!

María Isabel Molina

P

h Personajes del Mundo Hispánico g

Conoce a

Cristóbal

Colón María Isabel Molina Ilustraciones de Pablo De Bella

Conoce a Cristóbal Colón

M

aría Isabel Molina nació en Madrid, España. Estudió para perito mercantil y desde muy joven se dedicó también a su gran vocación: escribir para niños y jóvenes. Ganó su primer premio literario, el Doncel de Cuentos, a los 18 años de edad. Se ha especializado en novela histórica y biográfica. Sus obras han merecido otros premios como el Doncel de Novela, el premio AMADE que concede UNICEF, la Lista de Honor del IBBY y varios premios CCEI. Está casada y tiene cinco hijos y varios nietos.

ISBN 978-0-88272-330-3

Conoce a Cristobal Colon_ESP-COVERv4.indd 1

ALFAGUARA

9 780882 723303

13/10/14 10:54



h Personajes del Mundo Hispánico g

Conoce a

Cristóbal

Colón María Isabel Molina Ilustraciones de Pablo De Bella



A todos los niños que durante estos años han leído mis libros. Y a todos los que leerán este. ¡Gracias, amigos!


L

a sala era grande pero parecía pequeña por todas las personas que estaban reunidas. A un lado estaban los profesores de la Universidad de Salamanca y los mayores expertos en geografía de todo el reino. Al otro lado se sentaron los obispos y otros líderes de la Iglesia, los expertos en derecho y los consejeros del reino. Al frente, en un estrado cubierto de alfombras, se encontraban los tronos de los reyes de España. Entraron los reyes, y todos se pusieron en pie. La reina Isabel tenía los ojos azules, era más alta que el rey y bastante corpulenta. El rey Fernando, moreno, de ojos grandes, tenía una sonrisa constante que contrastaba con su seria mirada. Tenía fama de buen político, de hombre astuto y... de tacaño.

6


Los reyes se sentaron en sus tronos y la reina tomó la palabra. —Os hemos reunido para que escuchéis la oferta de un viaje por los mares de poniente que maese Cristóbal quiere proponernos y nos deis vuestro consejo. Si ese viaje es posible, necesitaríamos vuestras ideas respecto a la forma en que se puede llevar a cabo y vuestra opinión sobre el peligro que correrían los que se embarquen. Luego decidiremos. 7


20


No alcanzó a llegar muy lejos. Cerca de la ciudad de Córdoba lo encontraron los mensajeros de la corte y lo trajeron de vuelta. Los reyes habían cambiado de opinión. Fray Juan, un franciscano amigo de Colón, y el tesorero Luis de Santángel habían convencido a la reina Isabel. Los reyes daban a Cristóbal Colón todo lo que había pedido y autorizaban el viaje, que se haría con dinero de Castilla. La reina Isabel había dicho que si hacía falta empeñaría sus joyas para pagar el viaje, aunque todos sabían que no podía hacerlo... porque ya las tenía empeñadas. Los banqueros le prestaban la corona para las ceremonias. Además, los reyes autorizaron a maese Cristóbal Colón a añadir a su nombre el “don”, que era todo un honor en aquella época, ya que lo convertía en un noble.

21


El nuevo don Cristóbal Colón, almirante de la Mar Océano, buscó barcos para el viaje y al fin consiguió tres: la Pinta y la Niña, que le alquilaron a cambio de unos impuestos que el pueblo de Palos no había pagado, y uno más grande al que cambiaron el nombre y llamaron Santa María. Lo que no encontraba eran marineros dispuestos a embarcarse en tal aventura. Tenían miedo. “Dicen que el océano termina en un terrible precipicio y que los barcos se despeñan hasta el fondo de la tierra...” “Dicen que el mar está teñido por la sangre de todos los marineros muertos...”

22


“Dicen que el mar está cubierto de hierba que atasca los barcos e impide la maniobra...” “¡Dicen tonterías!”, gritaba don Cristóbal cuando alguien le salía con aquellos cuentos. Solo después de asociarse con los hermanos Pinzón, unos capitanes muy respetados del puerto de Palos, y de que ellos lo avalaran, consiguió Colón contratar cerca de cien marineros.

23


26


Después de setenta y un días de buena navegación, luego de muchos momentos de miedo, y de pensar que no iban a ver tierra nunca más, hacia las tres de la mañana se escuchó el grito de Rodrigo de Triana, el vigía de la Pinta, que, como era la más ligera siempre iba más adelante. “¡Tierra! ¡Tierra!” En el horizonte, la espuma de los rompientes confirmaba que, efectivamente, se acercaban a una costa. Con las primeras luces del amanecer vieron una playa en la que comenzaban a moverse algunas figuras humanas. Habían llegado a la isla de Guanahaní, en lo que hoy son las Bahamas. Así la llamaban los nativos del lugar. Más tarde Colón le dio el nombre de San Salvador, porque les había salvado la vida. Era el viernes 12 de octubre del año 1492.

27


María Isabel nos habla de Colón

Parece ser que Cristóbal Colón nació en Génova, Italia, en 1451. No se sabe con certeza porque ni el mismo Colón, ni sus hermanos ni su hijo Hernando, quisieron dejarlo claro. Era, según nos dice en un escrito su hijo Hernando, “de algo más de mediana estatura, ni gordo ni flaco, la nariz aguileña, los ojos claros, la piel blanca. En sus años mozos tuvo la barba y el cabello rubios, aunque pronto se le volvieron blancos debido a sus trabajos”. No dice si era buen conversador o muy encantador, pero seguramente lo fue, porque cuando unos piratas atacaron su barco y llegó a la costa de Portugal aferrado a un madero, muy pronto enamoró y se casó con la hija del fallecido gobernador de la isla de Porto Santo, que tenía una gran colección de mapas (los cuales sin duda le fueron de mucha utilidad) y que fue la madre de su hijo Diego.


Durante los años en que vivió en Portugal, viajó mucho y fue entonces cuando tuvo la idea de llegar a Asia navegando hacia el oeste. En aquella época, el comercio de especias estaba controlado por los árabes. Las especias, principalmente las que venían de la India, eran un bien muy codiciado y costoso. Quien fuera capaz de obtenerlas sin pasar por tierras árabes se haría muy rico. Pero como la India estaba mucho más lejos de lo que él decía, los reyes de Portugal, España y Francia, aconsejados por sus expertos, no le hacían caso. Fue la reina Isabel, de España, quien finalmente atendió sus peticiones. Le entregaron tres carabelas —la Pinta, la Niña y la Santa María— con las que Colón partió del puerto de Palos, el 3 de agosto de 1492. Me apasiona la tenacidad de Colón, y me hubiese gustado acompañarlo en su viaje. Vigilar el horizonte, para ser la primera en ver la nueva tierra, la isla de Guanahaní, en las Bahamas, adonde llegaron el 12 de octubre de 1492. Y sobre todo, hubiera querido hacer el viaje de regreso a España con él, y enseñarles a los reyes las plantas y los habitantes de la isla que lo acompañaron en la vuelta. ¡Cómo me hubiera divertido viendo las caras del rey Fernando y de los geógrafos que decían que era un viaje imposible! ¡Y la alegría de la reina Isabel, que había apostado por la aventura! Colón realizó tres viajes más para continuar con la exploración de las tierras descubiertas; pero tuvo que regresar, junto con su hermano, obligado por los reyes, que habían recibido denuncias por su forma autoritaria de gobernar. Mientras enfrentaba pleitos con el rey, que quería recortarle los privilegios prometidos antes del viaje, Cristóbal Colón murió en Valladolid, España, en 1506. Sin saberlo, había descubierto un continente (que luego se llamó América en honor a uno de sus pilotos, Américo Vespucio) pero él siempre afirmó que eran “las Indias”.


© De esta edición: 2015, Santillana USA Publishing Company, Inc. 2023 NW 84th Avenue Doral, FL 33122, USA www.santillanausa.com © Del texto: 2015, María Isabel Molina Dirección editorial: Isabel C. Mendoza Cuidado de la edición: Ana I. Antón Dirección de Arte: Jacqueline Rivera Montaje: Grafi(k)a LLC Ilustraciones: Pablo De Bella Alfaguara es un sello editorial del Grupo Santillana. Estas son sus sedes: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Conoce a Cristóbal Colón ISBN: 978-0-88272-330-3 Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, de la editorial. Published in the United States of America Printed in USA by Bellak Color Corp. 20 19 18 17 16 15

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.