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V Encuentro Mundial de Cofradías del Apóstol y Asociaciones del Camino de Santiago por D. Xosé Antonio Sánchez Bugallo
D. Xosé Antonio Sánchez Bugallo Alcalde del Excelentísimo Concello de Santiago de Compostela
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Buenas tardes a todas y bienvenidos a Compostela. El hecho de que existan tantas asociaciones impulsoras de la ruta jacobea y tantas cofradías dedicadas al culto al Apóstol, y que hoy estén representadas aquí, en Santiago (una de las metas de peregrinación, junto a Roma y Jerusalén), habla por sí solo de la importancia del Apóstol y del Camino, tanto a nivel espiritual y personal, como a nivel cultural y social.
Para nosotros es un honor que hayan escogido Santiago para este Quinto Encuentro Mundial de Cofradías del Apóstol y Asociaciones del Camino de Santiago. Quería agradeceros vuestro compromiso con el Apóstol, y vuestra contribución en la difusión, a nivel internacional, de lo que representa la ruta jaco
bea. Porque, el Camino de Santiago es, esencialmente, un punto de encuentro y un espacio de reflexión.
La ciudad y el Camino presentan una simbiosis atípica. El Camino es la meta, pero lo relevante es hacer el Camino. Miles de peregrinos de países como Australia, Corea, Japón, que a pesar de no profesar la religión católica, peregrinan cada año a Compostela. Yo me pregunto ¿qué les aporta el camino? La respuesta es sencilla: es un espacio de reflexión,un espacio de encuentro, que invita a pensar y en el que las personas se encuentran a sí mismas, además de convivir con otros peregrinos, de otros países, de otras razas, de otras religiones. Esa es la esencia del Camino de Santiago, es lo que lo mantiene vivo.
Incluso hay países como Japón, Brasil, Canadá, Argentina, por citar algunos, que tiene sus propios Caminos, otros Caminos. Si ellos deciden hacer su Camino de Santiago, ¿quienes somos nosotros para privarlos de ese derecho? Tenemos que reconocerlos y acogerlos a todos, porque al final, Santiago, y lo que representa la cultura jacobea, debe ser la casa común de todos ellos.
Pero la ruta jacobea no solo es un espacio de reflexión y encuentro. También es camino espìritual y cultural. También es un camino de ideas que siempre nos ha mantenido en contacto con Europa, a pesar de vivir en el fin de la tierra.
A veces me pregunto qué pensarían los Reyes de Asturias (Alfonso II el Casto) cuando iniciaron su peregrinación a Santiago, en el siglo IX, después de que la iglesia certificase el hallazgo del cuerpo del Apóstol. Solo la fé puede explicar que millones de personas se pusiesen en camino desde los diferentes puntos de Europa, y empezaran a crear caminos, rutas, a establecer una red de hospitales públicos impresionante, la mayor de la Edad Media; a establecer derechos de gentes, derechos de pasos, de protección de los peregrinos, garantías de su seguridad...
Los más conocidos son el Camino Inglés, el Camino Francés, el Camino portugués o el Camino primitivo. Pero continúan pareciendo caminos que algunos desconocíamos que existían. A lo largo de tanto tiempo, seguro que hubo caminos por todas partes que al final llegaban a Santiago. Esto nos permite ver las distintas rutas jacobeas como una red de arterias viarias que recorre el continente europeo, que llega hasta Jerusalén, que llega hasta Armenia y atraviesa Turquía, en aquel momento el antiguo imperio bizantino.
Hoy poco ha cambiado. A pesar de la evolución histórica, de las nuevas tecnologías, el Camino de Santiago y la devoción por el Apóstol sigue vigente. Compostela es la meta. Una ciudad hospitalaria, tolerante, que acoge a todos los visitantes, sean peregrinos o no, con los brazos abiertos. Una ciudad Patrimonio de la humanidad que les invito a descubrir. Muchas gracias y feliz estancia en Santiago.