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Por qué la hospitalidad tradicional en el camino? (La experiencia de dos albergues con un poco de teología) por Rev. Colin Jones
¿POR QUÉ LA HOSPITALIDAD TRADICIONAL EN EL CAMINO? (LA EXPERIENCIA DE DOS ALBERGUES CON UN POCO DE TEOLOGÍA)
Rev. Colin Jones Confraternity of Saint James (Reino Unido)
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Contexto
La Confraternity of Saint James (CSJ) tiene la responsabilidad de gestionar los albergues Gaucelmo en Rabanal del Camino (Camino Francés) y San Martín en Miraz (Camino del Norte). Elaboramos una rotación de voluntarios que serán hospitaleros durante 2 semanas a la vez y que vivirán en los respectivos albergues durante su estancia.
La CSJ, que refleja la historia y sociedad británica, es cristiana en ethos, pero no confesional. Admitimos, como miembros, aquellos con fe o sin fe explícita para promover nuestro objetivo de apoyar la peregrinación a Santiago.
Inicialmente, la idea de abrir albergues era satisfacer el deseo de nuestros miembros de “devolver algo al Camino”. Una vez que estuvieron abiertos y los peregrinos comenzaron a quedarse, su propósito
comenzó a cambiar. Nos dimos cuenta de que ofrecían una oportunidad algo más en sintonía con la espiritualidad de la peregrinación.
La razón fundamental de nuestros albergues
El propósito de los albergues es más que simplemente dar refugio. Tenemos la intención de que ofrecen la “hospitalidad tradicional del Camino”. Esto significa: • pedimos una donación y no cobramos una tarifa fija para pernoctar • buscamos crear un ambiente dentro del albergue en el que los peregrinos puedan experimentar algo de los valores del Reino de Dios
No cobrar un precio fijo resulta en las finanzas de los albergues ser impredecibles. Sin embargo, significa que la relación entre peregrino y hospitalero no
es comercial, sino que se basa en el deseo caritativo de ser hospitalario con los extraños. De esta manera, esperamos que los que se quedan reconozcan esta forma de relacionarse entre sí, un reconocimiento y una respuesta a la necesidad del “otro” en una actitud de cuidado abierto, como parte del auténtico espíritu de peregrinación.
Asimismo, queremos crear un lugar donde se puedan experimentar los valores del Reino, como la paciencia, el respeto, la paz, la restauración del cuerpo y el alma, la conciencia de las necesidades de los demás y el cuidado; esto ofrece una alternativa a la auto referencia de “MI Camino”.
La CSJ prepara a quienes trabajarán como hospitaleros. En esta preparación damos énfasis que la hospitalidad es: (a) un proceso de bienvenida a despedida (b) es el reconocimiento, respeto y afirmación del individuo y sus necesidades (c) se abre tanto al peregrino como al hospitalero entre sí y a los valores del Reino
Nuestra ilusión es que el peregrino continúe en el Camino sintiendo que se les ha dado afirmación, tratado con respeto y que la hospitalidad que han recibido es mucho más que un mero servicio, pero tiene una dimensión espiritual.
Ese es nuestra ilusión, nuestra aspiración. Sin embargo, en nuestra experiencia hay contravalores que pueden afectar a dicha hospitalidad. Estos tienden a crear distancia entre un peregrino y un hospitalero, y pueden tener un efecto desfavorable sobre el ambiente del albergue. ➙ Etnocentrismo (creyendo que mi cultura es superior a la tuya) y nacionalismo político ➙ la Brecha generacional: los hospitaleros tienden a ser de mayores porque pueden permitirse tanto el tiempo como el dinero para trabajar como voluntarios durante 2 o más semanas. Los peregrinos tienden a ser más jóvenes con diferentes estándares.
➙ Idioma: aunque no somos albergues “ingleses”, la mayoría de los voluntarios serán monolingüe de inglés o tendrán un nivel básico de otro idioma. Para tales voluntarios es mucho más fácil realizar trámites a través de Londres que contactar a las asociaciones españolas o francesas. las diferencias de idioma pueden resultar en dificultades para estable
cer no solo una comunicación efectiva sino también una hospitalidad cariñosa. Puede crear la impresión de indiferencia o impaciencia. ➙ un sentido indebido de derecho: observamos que a algunos peregrinos más jóvenes les resulta difícil comprender la importancia de ser admitidos en un lugar que solo solicita una donación. Exigirán en lugar de preguntar. Incluso pueden tratar a los voluntarios como si fueran empleados o personal. Tal egocentrismo perturba las relaciones dentro del albergue.
Por el contrario, en sus comentarios, nuestros voluntarios expresarán: • Gratitud por aquellos que han conocido y servido. Empoderamiento que han proporcionado algo de valor. • que han hecho algo parecido a una vocación y un ministerio (lo que fortalece su deseo inicial de “devolver algo al Camino”. Para ellos, el Camino ha pasado de ser el recuerdo de una experiencia a una relación entre personas. Los extraños se convierten en amigos. • Una sensación de haberse convertido en parte de una historia mayor. • Se han dado cuenta de las limitaciones, pero también de las posibilidades.
Consecuencias
A la luz de lo anterior, el CSJ se da cuenta de que, si la preparación de voluntarios es lograr nuestros objetivos para estos albergues, debe ser más que impartir información técnica o las técnicas para enfrentar situaciones.
Hacemos hincapié en que nuestros albergues brindan una oportunidad. Los que se quedan como peregrinos tienen la oportunidad de experimentar una forma diferente de verse a sí mismos y a los demás. Esperamos que reconozcan el espíritu amable de la hospitalidad como el espíritu del Evangelio; que esto no es simplemente una idea o concepto, sino que se puede vivir como una realidad. Que hay una forma de hospitalidad abierta que es lo suficientemente radical como para superar, incluso abrir el camino para sanar, las diferencias de antecedentes y creencias. Esperamos que nuestros albergues puedan cultivar la gratitud en lugar de relaciones transaccionales grises. En el fondo, el Evangelio nos invita a ser eucarísticos.
Conclusión
Sin embargo, también hacemos que aquellos que preparamos sean conscientes de que una hospitalidad tan amable es frágil. Que nosotros, como voluntarios, debemos estar atentos a nuestras limitaciones, que los peregrinos puedan tener sus propios valores en desacuerdo con la hospitalidad que ofrecemos; que siempre existe la tentación de tomar alguna forma de ventaja.
Espero que nuestros voluntarios vean que la hospitalidad no es una práctica mansa y agradable. Por el contrario, tiene el poder de marcar la diferencia, tiene la posibilidad de dar una idea del Reino de los Cielos, es un hecho que, así como el Camino es hospitalario, también tenemos un Dios que es hospitalario. Esta forma de hospitalidad puede ayudar a todos los que la experimentan a querer trascender las barreras que limitan nuestras propias identidades e inhiben la formación de relaciones.