REVISTA ARK24

Page 1

Ética & Patrimonio


[ SEGUNDA DE FORROS ]



DIRECTOR GENERAL: Juan Reynol Bibiano Tonchez COMITÉ EDITORIAL: Juan José Guerrero García Lizeth Azucena Cervantes Reyes Gracia Sara Vargas Carbajal Martha Judith Hernández Velazco Pedro Guillermo Ramón Celis Ingrid Karina Jiménez Cosme Héctor Manuel Espinosa Vázquez DISEÑO EDITORIAL: Juan Reynol Bibiano Tonchez COLABORADORES: Nadia Ivette Sosa Martínez Ricardo Ivan García Jiménez

EDICIÓN DIGITAL Portada Foto: Edición digital “Nevermore” Autor: Juan Tonchez

ARK MAGAZINE 24

Año 06 No. 24 // Ética y Patrimonio Ciudad de México // Otoño 2018

ARK_MAGAZINE es una publicación independiente con sede en la Ciudad de México, encaminada a propiciar espacios de reflexión y análisis a través de artículos originales sobre el patrimonio cultural en México y el mundo, desde el punto de vista de la arqueología, la arquitectura, la restauración y demás disciplinas afines. Utilizamos los medios de comunicación para generar investigación y debates con conocimiento, libertad y responsabilidad, desde una postura crítica y sin censura. Editada y distribuida por el proyecto ARKEOPATÍAS a través de ARK_EDITORIAL. DERECHOS: ARKEOPATÍAS opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – CompartirIgual 4.0 Internacional License, por lo que al publicar o consultar la revista acepta los términos de la misma. Los textos, fotografías y demás elementos publicados son propiedad de sus autores, ARK_MAGAZINE es sólo un medio de difusión que no pretende hacerse de estos derechos, ni violentar los de terceros, por lo que cada autor es responsable del manejo ético de la información y material utilizado en sus contribuciones. LEGAL: Número de reserva de derechos al uso exclusivo del nombre: en trámite. Registro de licitud de título y contenido otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones Ilustradas de la Secretaría de Gobernación: en trámite. ISSN: en trámite.

Contacto: mail: arkeopatias@gmail.com

Síguenos: web: arkeopatias.wordpress.com facebook: Arkeopatias twitter: @ArKeopatias youtube: ArkeopatíasTV instagram: arkeopatias 2 | CRÉDITOS



PARA LEERNOS


CONTENIDO EXTRA: En congruencia con nuestro espíritu, esta publicación tiene características interactivas y multimedia, por lo que cada que vean a lo largo de la revista este símbolo significa que hay una liga que pueden seguir, ya sea a una foto, video, artículo, red social, etc. Escanea el CÓDIGO QR y obtén más información del tema o simplemente ve contenido extra en internet que no puede incluirse en este medio.


EDI TOR IAL Por: Juan Reynol Bibiano Tonchez

Ciudad de México - 1978 / Arquitecto por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (FA UNAM) con estudios de arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Ha participado en diversos foros sobre patrimonio en México y el extranjero. Sus principales intereses son la investigación y conservación arqueológico – arquitectónica, así como su relación con los medios de comunicación dentro del marco de las nuevas tecnologías multimedia. Contacto: juantonchez@yahoo.com.mx

AGRADECIMIENTOS:

Nuestro total agradecimiento a todos aquellos que han apoyado este proyecto desde el inicio, los nombres son muchos y su entusiasmo invaluable. Este número se debe en mucho a sus esfuerzos.

6 | EDITORIAL

ARK_Magazine [Textos ArKeopáticos] convocó hace algunos meses a participar en este número especial de la revista, donde pretendemos abordar la relación entre ÉTICA y PATRIMONIO desde un punto de vista teórico y práctico, preguntándonos, sobre todo, si la ética podía funcionar como mecanismo o herramienta transformadora de paradigmas en las acciones y relaciones humanas, laborales, de investigación, gestión, administración o cualquier otra que toque el amplio espectro de lo que llamamos patrimonio. Para ello, buscamos textos que se plantearan críticamente el papel de la ética en el juego de poder que es el patrimonio y su gremio, desde lo técnico hasta lo humano. De esta forma recibimos contribuciones de arqueólogos, arquitectos, museógrafos, restauradores y sociólogos, quienes nos comparten aquí sus reflexiones, crítica y análisis de las problemáticas y experiencias en cada una de sus áreas, así como el planteamiento de propuestas encaminadas a propiciar buenas prácticas en estos rubros, que favorezcan, sobre todo, la protección del patrimonio cultural al interior y exterior de las instituciones, partiendo de un reconocimiento de los saberes frente a la burocratización y la especulación, sin olvidar el componente de responsabilidad que nuestras profesiones tienen con la sociedad, sobre todo en el contexto político pos-neoliberal. Por supuesto las reflexiones no son locales, pues al compartir problemáticas con el mundo, cada uno de los planteamientos se vuelven globales, tanto en el diagnóstico como en las visiones hacia un futuro deseado, cada vez más promisorio. Este número se despliega a partir de una curaduría que privilegia la lectura, digamos lineal (así los invitamos a hacerlo), donde empezamos sentando algunas bases de los principios filosóficos y teóricos de la ética, su relación con la moral y el mundo contemporáneo, para “entrarle” de lleno a una serie de temas y casos, tanto en México como en España, de prácticas cuestionables ya sea al interior del gremio, como hacia el exterior, es decir, en la relación de este con el medio social que le rodea en el trabajo cotidiano. Finalmente, en cada uno de los textos encontramos pistas que nos ayudarán a construir, en adelante, relaciones cada vez más virtuosas entre cada uno de los actores que nos vemos involucrados en el fin último de nuestro quehacer, la conservación de la memoria de los pueblos en lo local y del mundo en un sentido amplio y universal. De ese tamaño es el reto que tenemos frente a nosotros. Confío en que cada uno de ustedes está haciendo su parte, sirva entonces esta edición para dar guía e impulsar ese camino, a través de la crítica, en principio, de nosotros mismos.


ÍND ICE

NOTA IMPORTANTE: Las opiniones vertidas en los artículos son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el punto de vista de la revista ARK_Magazine (o tal vez sí).

12 16 24 32 42 48 42 60 68

08

CHARLAS DE CAFÉ / Cristóbal Gnecco

10

SÚBELE A LA BOCINA/ Dulce Anahí Juárez Rivero

74 84

TIEMPOS MODERNIZADORES / Cristina Desentis Torres LA CONSPIRACIÓN DE LA TELARAÑA: HACIA UNA (NO) MUERTE DE LA ÉTICA Y MORAL EN EL PATRIMONIO CULTURAL / Francisco José Casado Pérez SÉ LO QUE HICIERON EL VERANO PASADO. REFLEXIONES EN TORNO A NUESTRO PAPEL ANTE LA SOCIEDAD Y NOSOTROS MISMOS / Jaime Almansa-Sánchez LA ÉTICA DEL USO SOCIAL DE LAS ZONAS DE MONUMENTOS ARQUEOLÓGICOS / Gustavo A. Ramírez Castilla

ÉTICA Y PATRIMONIO: LA INEFABLE SURREALIDAD MEXICANA Y SU #TÍPICODELINAH / Anael J. González Álvarez

LA IMPORTANCIA DE LA ÉTICA PROFESIONAL EN EL QUEHACER INSTITUCIONAL / Nadia I. Sosa Martínez

ENTRE EL PASADO Y EL PRESENTE: TEOTIHUACAN Y EL PATRIMONIO CULTURAL / Dulce Anahí Juárez Rivero

SIN LOS HABITANTES NO HAY PATRIMONIO / Edgardo Claudio Zuccato

ÉTICA Y PATRIMONIO: CUESTIÓN DE VALORES EN UN QUEHACER DIARIO / Miriam Jurado Guerrero

INDIANA JONES Y LA AVENTURA DE LA ARQUEOLOGÍA: ETICA, ACADEMIA, MASS MEDIA Y EMPRESA / Alberto Huerta Vicente

DE ARQUEÓLOGOS Y CÓDIGOS DE ÉTICA: CONSIDERACIONES SOBRE EL QUEHACER COTIDIANO / Hazael Alvarado Hernández


CON TENE DOR

Café Patrimonial Un lugar para convivir, charlar, debatir, disentir y ponernos al día, acompañados de los amigos y los colegas con una bebida caliente en la mesa.


En una de las #CharlasDeCafé de #LaFondark platicamos con el arqueólogo colombiano Cristóbal Gnecco sobre la ética en la labor arqueológica, en el marco de las coyunturas políticas en nuestros países y los proceso de desarrollo económico y explotación capitalista. Sigan la liga para escuchar el programa completo en nuestro canal de YouTube/ Liga: https://youtu.be/mBVXXx2-rsg?t=1525

Las Charlas De Café son una serie de conversaciones con profesionales del estudio del patrimonio cultural, desde una visión crítica y propositiva del quehacer cotidiano. Escucha todas las emisiones siguiendo esta liga o el código QR: https:// w w w. y o u t u b e . c o m / p l a y l i s t ? list=PLSg9VXN1NxyHW0hPPD7 pKanSK-R1UiJcz


Sombras en tiempos perdidos / Caifanes / https://youtu.be/nAqjxAv4Pq4

Vasija de barro / Gonzalo Benitez Gómez y Luis Alberto Valencian / https://youtu.be/seVH-fKF8BM

Música de paz / Papashanty Sound System / https://youtu.be/Nkm0nej_hNg

Hielo/ Ntifaz / https://myspace.com/ntifaz5/music/ song/hielo.-51137851-55138466

Aquí no es así / Caifanes https://youtu.be/JZwSHYldjsk

Mexa / Colores Santos https://youtu.be/LVyJWXir-Tc

Vuelvo a comenzar / Los de abajo https://youtu.be/0NoGKfWOHUg

Los del color de la tierra / Ntifaz https://myspace.com/ntifaz5/music/ s o n g / - l o s - d e l - c o l o r- d e - l a tierra.wma-82476724-90899023

Van a rodar cabezas / Mago de oz https://youtu.be/B_kiStgeUig

El árbol de la noche triste / Mago de oz https://youtu.be/X2L5pJqRTlc

Cambia todo cambia / Mercedes Sosa https://youtu.be/98XkPHcmCv0

South American Man / Gondwana https://youtu.be/16rJE5gund0

Volarás / Illapu https://youtu.be/YJCeS-3tazc

Ruinas / La barranca https://youtu.be/gl9iPi6LDxE

Sr. Judas / Los de abajo https://youtu.be/bkXY5xj1ZEk

SÚBE LEALA BOCI NA Remedio infalible para combatir el mal de campo // Selección: Anahí Juárez // Lista de reproducción colaborativa, comparte tus sugerencias en nuestras redes sociales con el hashtag #súbelealabocina

Escúchanos en Spotify... https://open.spotify.com/user/ 12165512025/playlist/ 5V0pvBlujkKlNCHqATIvO6? si=yd4AGr2ORpSnoEvCMIqxnA

Escúchanos en YouTube... https://www.youtube.com/playlist? list=PLSg9VXN1NxyG5WiQEx5L8E z1bpkKFpI59

Escanea los códigos y disfruta esta playlist en nuestros canales de YouTube y Spotify. Síguenos para que estés al tanto de cada actualización que hagamos a esta selección.


TEX TOS AR KEO PÁT ICO S #delacasa ...


TIEMPOS MODERNIZADORES

Cristina Desentis Torres Quien quiera que haya conducido la victoria hasta el día de hoy, participa en el cortejo triunfal en el cual los dominadores de hoy pasan sobre aquellos que hoy yacen en tierra. La presa, como ha sido siempre costumbre, es arrastrada en el triunfo. Se la denomina con la expresión “patrimonio cultural”; éste deberá hallar en el materialismo histórico un observador distante. Puesto que todo el patrimonio cultural que él abarca con la mirada tiene irremisiblemente un origen en cual no puede pensar sin horror. Tal patrimonio debe su origen no sólo a la fatiga de los grandes genios que lo han creado, sino también a la esclavitud sin nombre de sus contemporáneos. No existe documento de cultura que no sea a la vez documento de barbarie. Walter Benjamin

RETORNO A LOS FILÓSOFOS[1] Parecería que la conservación y exhibición del patrimonio cultural es naturalmente bondadosa y benéfica, incluso al promover la actualización y evolución de categorías patrimoniales para integrar al listado de protección un sinnúmero de aspectos, además de definir una normativa que rige dichas

12

| ARK_MAGAZINE // #24

acciones encaminadas a la búsqueda de un bien común, por ejemplo: en una sociedad como la nuestra, donde el patrimonio arqueológico pertenece a la nación, existe una serie de reglamentos para realizar proyectos de investigación, salvamento o rescate arqueológico, así como para custodiar los hallazgos materiales resultado de este tipo de intervenciones; sin embargo, nunca falta quien rompe las normas –realizando excavaciones con maquinaria pesada en áreas a sabiendas sensibles y sin supervisión arqueológica, saqueando piezas para su venta en el mercado negro– o quien busca mecanismos para rehuir estas pautas. Un primer problema es que, si en estos casos es posible evadir las consecuencias, las personas dejarán de considerar sus acciones como perjudiciales, e incluso podrían llegar a considerarlas benéficas –el INAH no me clausura la obra, obtengo una cuantiosa suma de dinero por un objeto arqueológico–, sin importarle al infractor el hecho de saltarse las normas y cuidándose de no ser atrapado para evitar cualquier tipo de castigo, sin garantía de que las conductas indeseables desaparezcan. Si se quisiera ser más riguroso, el valor normativo de las acciones debería pasar la prueba del imperativo categórico kantiano, con lo cual la generalización de las acciones ejemplificadas –todos


//

¡Ahí va la retro!; me llevo la ollita... excavamos con maquinaria pesada y sin supervisión arqueológica, todos saqueamos y vendemos piezas arqueológicas– quedarían descartadas porque perderían su eficacia y se solucionarían por vía de la coacción con el uso de la fuerza. Para ciertos casos la exigencia de la regla resulta demasiado fuerte –¿se puede excavar con maquinaria pesada un área previamente sondeada?, ¿qué hacer con colecciones arqueológicas provenientes de saqueo?–, y dificulta la distinción entre lo moralmente aceptable e inaceptable. Hace falta encontrar un punto medio. La ética de la virtud, que se remonta a los filósofos griegos, permite hacer una valoración no de las acciones, sino del estado y la disposición del actor al momento de realizarlas, de modo que no juzga inmediatamente una acción como correcta o incorrecta, sino que se pregunta por las aspiraciones del actor a partir del entendimiento de sus motivaciones, por lo que la solución a los problemas no sería la coacción, sino evitar que las razones que conducen al infractor se normalicen y se conviertan en hábitos. La ética aristotélica vincula el hábito con la virtud del carácter, centrada en las emociones y los deseos que mueven a la acción; por otra parte, están las virtudes intelectuales que se centran en los aspectos cognitivos y racionales de las acciones. De este modo, podría decirse que el infractor se encuentra en el terreno de lo emotivo cuando ‘no siente que hace algo malo’, ni que su proceder sea significativo –¡ahí va la retro!; me llevo la ollita– es decir, el infractor no se siente parte de un equipo o de una colectividad que trabaja por un bien común. En cuanto a la perspectiva intelectual, pueden distinguirse dos modos de proceder: el prudente (poseedor de la virtud intelectual) y el astuto (carente de virtudes); este último es capaz de deliberar y actuar basado en sus decisiones para conseguir un fin –realizar u n a e x c a v a c i ó n p ro f u n d a r á p i d a m e n t e y s i n contratiempos, ampliar su oferta en el mercado negro–; si le sale bien la jugada, obtendrá un sentimiento de éxito igual que el prudente lo tiene cuando logra su fin.

Y a todo esto ¿qué con la ética de la virtud? El ejercicio permite entender que la conducta o el hábito del infractor tiene su origen en ‘no sentirse’ parte de una colectividad, equipo o comunidad; esto es un llamado de atención hacia aquéllos que sí se identifican con estos grupos y en los que recae cierta responsabilidad de que el infractor se sienta ajeno. Ahora bien, ¿cómo hacer que esa persona se sienta valiosa para la comunidad a la que pertenece?

POLÍTICAS GLOBALES Y DISCURSOS DE PODER En las últimas décadas, el concepto de patrimonio ha adquirido un sentido mucho más amplio, extendiéndose más allá de los valores artísticos o de las cualidades materiales de los monumentos u objetos; hoy en día abarca múltiples manifestaciones que permiten explicar integralmente los rasgos de identidad de un determinado colectivo, por lo que se habla de p at r i m o n i o i n m at e r i a l , e t n o g rá fic o, i n d u s t r i a l , arqueológico, etc. (Prada, s.f.). Sin embargo, el paradigma dominante en relación al patrimonio cultural lo establece como un valor absoluto –patrimonio de la humanidad– que debiera preservarse a ultranza frente al ritmo de cambio vertiginoso del mundo actual y, en el entendido de que no se puede conservar todo, surgen las preguntas de qué es lo que se permitirá alterar o destruir (Lezama, 2004:10-11). Hartog señala que la ola patrimonial –a la par con la de la memoria– se ha ampliado tanto que ha tendido al límite del “todo-patrimonio” o de la museificación, con miras a construir una identidad a partir de la elección de una historia que se apropia como la de la ciudad o el barrio y que puede mostrarse como una manifestación de presentismo: un rasgo distintivo del momento que se vive o se acaba de vivir (2007: 213-214, 218). De este modo, algunas sociedades ceden a la presión social en favor de patrimonializar una parte considerable de su entorno, a veces de una manera excesiva, donde se confunde la nostalgia con querer recrear un mundo que de hecho jamás existió (Ballart y Treserras, 2001:16). Entonces, la valoración del patrimonio, reside en la combinación de dos elementos en apariencia contradictorios –la nostalgia y el progreso– como consuelo y como reserva de información, los cuales al identificarse en objetos concretos representan la voluntad de perpetuar una memoria determinada por parte de diferentes actores sociales (Lezama, 2004:17). ¿Cuáles son los elementos que califican como patrimonio cultural? ¿Quién lo determina? Lezama

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

13


señala que la selección social necesita un proceso de legitimación de los distintos patrimonios posibles a partir de un ordenamiento legal que limite la posibilidad de una producción espontánea del patrimonio, lo que a su vez plantea diversas cuestiones: el problema de su valor (¿por sí mismo o por definición?); quién dicta los criterios para su selección (¿los intereses privados?, ¿el Estado?, ¿la participación popular?); o el significado que se le da al presente cuando se realiza un acto de legitimación y la revalorización que se hace del pasado (2004:18-19, 35).

MOVIMIENTOS DE ACTIVACIÓN Y LUCHA SOCIAL Actualmente, muchos de los problemas éticos en torno al patrimonio cultural se asocian a su aparente contraposición con proyectos modernizadores, de modo que se pueden distinguir a grandes rasgos dos actitudes sociales ante el pasado: una progresista que tiende a mirar con desdén lo antiguo, con obsolescencia casi inmediata y como obstáculo para el desarrollo; y otra que valora el pasado como un activo y no como carga social (Rojas, 2015:120). La falta de sensibilización ante el reconocimiento de las distintas colectividades genera conflicto y puede derivar en la destrucción parcial o pérdida de manifestaciones culturales materiales o inmateriales consideradas patrimonio, ya sea en los grandes listados internacionales o a nivel local. Todos los que de una forma u otra guardamos una relación profesional con el patrimonio cultural tenemos la gran responsabilidad de mantener un debate abierto que dé cabida a las preocupaciones de diferentes actores con el fin de generar diálogos críticos y derribar posturas fundamentalistas que no llevan a ningún lado. Para ello, es importante estudiar y comprender cómo se relaciona el presente con el pasado a través de la herencia cultural colectiva y los usos políticos que se hacen de ésta. Lo anterior no quiere decir que el asunto sea privativo de la academia o las instituciones; cada vez ganan más visibilidad y legitimidad movimientos sociales donde el patrimonio cultural se ha convertido en tema de interés: el costo económico de su conservación, su protección frente a proyectos modernizadores, la designación de los titulares de su custodia, cómo proceder en situaciones de desastre, e incluso la erradicación de ciertas prácticas tradicionales que hoy en día se han reconocido como peligrosas o dañinas del bien común. Estas inquietudes revelan la existencia de colectividades que comparten la preocupación por preservar su

14

| ARK_MAGAZINE // #24

herencia cultural, pero también pueden sugerir los motivos que llevan a los infractores a actuar del modo que lo hacen. Aunque el derecho al uso y disfrute del patrimonio sea pretendidamente universal, existen sectores sociales poco favorecidos que, pese a ser los herederos directos de los bienes culturales o recursos naturales, no pueden utilizarlos como factor de desarrollo debido a sus condiciones educativas o socioculturales, auspiciando en cambio su pérdida o destrucción. Dado que en muchas de las problemáticas referentes al patrimonio la amenaza proviene de la incomprensión de la iniciativa privada de las formas de vida locales, sumada a la incapacidad o a la falta de voluntad de las instituciones para hacer cumplir la ley, muchos movimientos de resistencia se han gestado desde la propia ciudadanía en diversas agrupaciones. Estos ‘activadores culturales’, como los llama Rojas (2015:50-51), abanderan su lucha por medio de su “cultura” representada en sus costumbres, tradiciones, memoria, identidad y territorio amenazadas por procesos modernizadores, a los que se responde con estrategias de reivindicación en simbolizaciones patrimoniales. Si de verdad interesa la preservación del patrimonio cultural, urgen propuestas de usos creativos que lo hagan atractivo, útil y sostenible para las sociedades contemporáneas en diversos aspectos de la vida –económicos, urbanos, educativos, de ocio–. La apuesta por el turismo no puede seguir considerándose la panacea, ni el remedio a los males latinoamericanos, pero de eso hablaremos en el próximo número. // CD

NOTAS [1] Para esta sección se utilizó como base material del seminario en línea “Arte y patrimonio cultural” de la profesora Emilia Raggi, cursado en 17, Instituto de Estudios Críticos en 2018.

REFERENCIAS Ballart, Josep y Treserras, Jordi Juan. Gestión del patrimonio cultural. Barcelona: Ariel, 2001. Benjamin, Walter. “Tesis de filosofía de la historia”. En Ensayos escogidos, México: Ediciones Coyoacán, 2008. Hartog, Francois. Regímenes de historicidad. Presentismo y experiencias del tiempo. Universidad Iberoamericana, A.C., 2007.


Lezama, Antonio. “El patrimonio cultural frente al desafío de la globalización”. Cuadernos del CLAEH, 88:9-40, 2004. Prada, Esther. Módulo 1. Concepto y tipología del patrimonio cultural, natural y patrimonios emergentes. Perú: Fondo Verde-Editorial Ambiental, s.f. Rojas, Mauricio. Dialéctica del patrimonio. Modernizaciones y cultura activa en disputa. México: UAM-Ediciones del Lirio, 2015.

Sobre la autora: ____

Cristina Desentis Torres (Oaxaca de Juárez - 1985). Arqueóloga por la Universidad de las Américas Puebla, ha participado en diversos proyectos, salvamentos y rescates arqueológicos en los estados de Oaxaca y Puebla. Coautora de ponencias en el XVI Congreso Nacional de Estudiantes en Ciencias Antropológicas, la 74th y 76th Annual Meeting of the Society for American Archaeology y en el VIII Coloquio Pedro Bosch Gimpera. L a b o ra d e s d e e n l a Co o rd i n a c i ó n d e A p o y o Arqueológico de la Universidad de las Américas Puebla. Ha cursado diplomados y seminarios en el campo de la gestión cultural y usos públicos de la historia en un creciente interés por la relación entre la producción científica de la arqueología y la historia, la memoria social y la política. Maestra en Humanidades, línea formación docente en la Universidad Autónoma de Zacatecas, en el eje de Gestión del Patrimonio Cultural. Contacto: cristina.desentis@gmail.com

Para citar: ____

(CC) ARK MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este t ex t o a s í : D e s e n t i s To r re s , C r i s t i n a . Ti e m p o s modernizadores, en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 6 Número 24, otoño 2018. Proyecto ArKeopatías. México 2018, Página 12. https://issuu.com/ arkeopatias/docs/ark24 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: proyectos modernizadores, lucha social, poder, globalización, patrimonio.

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

15


LA CONSPIRACIÓN DE LA TELARAÑA: HACIA UNA (NO) MUERTE DE LA ÉTICA Y MORAL EN EL PATRIMONIO CULTURAL

Francisco José Casado Pérez EL PLACER DEL BIBLIÓFILO: EL INTERCAMBIO Hace poco recibí de manos de uno de mis más cercanos amigos[1] una copia del número 13 de la revista Conspiratio cuyos textos fueron dedicados enteramente a la figura de Günther Anders (1902-1992), filósofo e intelectual polaco de raíces judías. Esposo en algún momento de la también filósofa Hannah Arendt (1906-1975) que tras vivir y enterarse de los atavíos de la Segunda Guerra Mundial –respectivamente: las atrocidades ocurridas en Auschwitz, Hiroshima y Nagasaki– se decidió a dedicar sus horas de reflexión fil o s ó fic a a l a re l a c i ó n , e f e c t o s y f e n ó m e n o s desarrollados en la humanidad tecnificada; “Anders no fue el mismo después de 1945. Una ‘nueva era’ se abría, cuyo fin sólo podría ser la autoaniquilación de la humanidad”. [Dupuy, 2011: 30] Mi amigo me dijo que la compró a raíz del peso emanado por la presencia –y un tanto por premonición– del concepto catástrofe en el título de la revista. Me dijo que no había tenido la oportunidad de hojearla, pero ambos supusimos que las ideas ahí encerradas podrían compaginarse con las últimas conversaciones sostenidas, justamente, sobre los sismos ocurridos hace –dentro de poco– un año. Emocionado, salté los textos

16

| ARK_MAGAZINE // #24

que conllevaban una secuencia dentro de números previos o posteriores y en medida de lo posible comencé a leer los artículos relacionados al filósofo. Cada palabra conducía a la implicación obvia: la definición de “catástrofe” hace referencia a aquel suceso productor de destrucción y desgracia el cual incluye al hombre, por un lado como víctima; no obstante, en el otro extremo, también lo involucra como patrocinador activo de este tipo de episodios. A partir de esta visión, Anders se decantó a la articulación de varios trabajos sobre la moral y la ética. Uno de sus primeros esfuerzos fue “la comunidad de la desolidarización” el cual Dupuy resume: La moral es pura negatividad. Es necesario partir siempre del mal como operador de negación […] El bien es la negación de una negación. Porque desde ese momento ya no podemos dudar que el destino de la humanidad es la autodestrucción, que esta como inscrita en su porvenir, el único imperativo válido es que nos compromete a no cambiar el destino –tarea imposible–, sino a retrasar su plazo. [Ibíd., pág. 31] ¿Qué quiso decirnos Anders?, ¿será cierto que estamos condenados a la (auto) destrucción? Una primera


aproximación sería afirmativa por el hecho de que la condición humana se supedita a su supervivencia, vínculo directamente relacionado con la jerarquización de necesidades y deseos, que subsecuentemente se subdividen en aspectos axiológicos: objetivos y subjetivos, para su valoración y ordenamiento nuevamente; un flujo que va de lo macro a lo micro y viceversa. Por ejemplo, alimentarse es satisfacer la necesidad del hambre (objetivo), pero al profundizar en ella, surgen preguntas como ¿qué comer? En ese momento otros factores (subjetivos) actúan en la valoración del acto, de tal modo que poco a poco van descartando los distintas opciones hasta obtener una propuesta final; nuestros conocimientos y experiencia se decantan en la generación de una obra (gastronómica en este caso), creación que al paso del tiempo llegarían al punto crítico en la resolución humana: prevalecer, modificar u olvidar. En cada momento hay una (auto) imposición del hombre por el hombre; ideal que justamente enfrenta la conservación del patrimonio cultural, el hombre del presente enfrenta al hombre del pasado-futuro.

DESPIERTA EL MONSTRUO Desde mediados del siglo XIX, la técnica se consolidó como uno de los elementos cruciales para el engranaje de las maquinaciones de la sociedad, la economía y la política a tal punto que, durante el siglo XX y lo que llevamos del XXI, se dio paso a lo “monstruoso”[2]: un mundo tan tecnificado, que a pesar de cobijarse de magnificencia y progreso, entre sus pliegues oculta una visión apocalíptica según Anders:

Escenarios que pueden sonar un tanto familiares a las acciones (públicas y/o privadas) y normas relacionadas al patrimonio cultural en México. Recordemos algunos casos, por ejemplo la destrucción de “La Cueva”, casa del arquitecto Juan O’Gorman adquirida por la escultora Helen Escobedo y al ser la dueña podía hacer lo que le placiera con ella. El paso de maquinaria pesada por sobre vestigios del sitio arqueológico de Tlaltizapán, Morelos, sorprendentemente porque normativamente lo arqueológico está en el mayor de los rangos de protección federal. Los restos del arquitecto Luis Barragán (premio Pritzker 1980) comprimidos en un diamante ahora propiedad de la joyería Anndra Neen de Phoebe y Annette Stephens, hecho que ni la familia, la academia o la fundación que vela por el acervo del arquitecto pudo oponer resistencia. La destrucción del manglar de Tajamar en Quintana Roo es otro clavo más. Así podría seguir, llenando páginas y páginas con casos en esta lista –misma que puede llenarse mirando hacia el pasado– pero no tendría ningún sentido hacerlo porque lo que hermana a cada uno de estos casos es que en ninguno existe una culpa puntual. Al formar parte de un engranaje, todos los componentes intervienen aunque sea en medidas micrométricas, haciendo que la responsabilidad, la moral y ética se va diluyendo durante el pasar de manos, en la distribución y ejecución de órdenes o acuerdos; un teléfono descompuesto sin testigos, sin culpables, pero sí lleno de víctimas aunque casi siempre éstas no caen en la cuenta de lo que han perdido, son víctimas verdaderamente mudas, ciegas, sordas, distraídas y descarriadas.

Hecho secundado por Jesús Antonio de la Torre Rangel en el ámbito de la justicia:

El método usual para dominar lo que es demasiado grande consiste en una mera maniobra de supresión, en seguir adelante exactamente como antes, en barrer la obra del escritorio de nuestra vida, como si una culpa demasiado grande no fuera una culpa en absoluto. A fin de dominarla, uno hace el intento de no dominarla. […] tengo la certeza de que ningún criminal puede probar su inocencia diciendo que no siente ningún remordimiento de conciencia. ¿Un hombre que huye de sí mismo no es una figura ridícula? [Anders, 2011: 71]

[…] la interpretación del Derecho, consiste en una mera operación técnica de subsunción de la norma (ley) al hecho que se pretende aplicar. De tal modo que la ley se aplica por medio de una técnica deshumanizada, como una abstracción desencarnada, sin arraigo en la realidad […] la razón o sentido judicial mata al sentido común […] el Derecho se ha reducido a la ley y a la técnica para aplicarla.

Todos estos elementos componen la síntesis de la llamada “filosofía del desfasamiento” de Anders, un modelo de pensamiento que percibe a la realidad como el paisaje infinito que las caricaturas hacían uso y burla en uno que otro episodio. Cada paso en la cinta transportadora es un paso que el fondo avanza, destino que jamás se alcanza. En otras palabras, lo que hacemos no logra intersectarse con lo que imaginamos e

[…] el triunfo de la técnica ha hecho que nuestro mundo aunque inventado y edificado por nosotros mismos, haya alcanzado tal enormidad que ha dejado de ser realmente <<nuestro>> en un sentido psicológicamente verificable. Ha hecho que nuestro mundo sea ya <<demasiado>> para nosotros [Ibíd., pág. 17].

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

17


LA CONSPIRACIÓN DE LA TELARAÑA...

inversamente. Es ahí en donde se pierde el sentido de lo que sucede a nuestro alrededor, el desfase nos hace susceptibles a cambios y sustituciones, especialmente culturales (principalmente por la homogenización de los parámetros de la globalización). Lo tenemos frente a nosotros, intenten conceptualizar la imagen de más de 2500 inmuebles patrimonio histórico de la nación y mundial dañados (a distintas escalas) por el sismo de 2017. Ciertamente es una visión que tiene menos cabida en la mente de la sociedad a diferencia que los muertes por causa del narcotráfico, feminicidios, desapariciones forzadas, entre otras tragedias; sin embargo, éstas imágenes también –a muchos– les cuesta un gran esfuerzo concretarlas en su imaginación, principalmente, porque la distancia que se tiene ante los acontecimientos es crítica.

LA ESPINA DE LOS SISMOS Acercándonos un poco a nuestras propias heridas, Ignacio Padilla (1968-2016) revuelve las aguas del sismo de 1985 con respecto a la producción artística, así como sus efectos en la memoria de la Ciudad de México –en primera instancia– y el país –enseguida–. Entre sus puntos más concretos vincula conceptos mencionados líneas arriba: la maquinaria de un sistema (político) y el desfasamiento del imaginario. Resume que la “intervención” del gobierno posterior a la reacción inmediata y solidaria de la sociedad, cuyos valores y vínculos desarrollados se viciaron, propiciando que la población prefiriera tomar distancia ante la realidad planteada por el sistema, misma que se fue agraviando con la velocidad de la carrera periodística por encima de una neta producción artística; se estancó la tragedia en lugar de permitir el libre curso del proceso de duelo y catarsis (¿se negó inconscientemente?) que trascendería como un símbolo de identidad contemporánea. Sea como símbolo de la metamorfosis social, sea como emblema generacional y como síntoma de la renovación catártica de la cultura, los sismos forman parte indisputable de la historia de nuestras artes. Aun cuando hoy se nieguen su recuerdo y su injerencia en los cambios sociales, políticos y culturales que condujeron al México contemporáneo, el año de 1985 aparece una y otra vez en cualquier reflexión seria sobre nuestra historia reciente. [Padilla, 2010: 107]. Efectos que en suma quedaron rezagados a una llaga, misma que pudimos volver a ver hace un año. Muy al principio de la tragedia parecía pintarse la misma situación, sin embargo, se mantuvo una fuerza de

18

| ARK_MAGAZINE // #24

contención social distinta a la ocurrida en el lejano 1985. La razón fue sencilla: la decisión de los jóvenes a no participar dentro del sistema, sino rodearlo. Se aceptó ayuda, mas no fueron cedidos los controles críticos en la organización de los voluntarios; como anota Roberto Ochoa, una posible solución está en que “[…] tenemos que darle la espalda al proceso de tecnificación, al sueño prometeico, y lo único que nos queda es no colaborar”. [Sicilia, López, Ochoa, 2011: 87]. Aprovecho un pequeño paréntesis para recalcar mis felicitaciones a todos los que tuvieron el dominio de su miedo para poder llevar alimentos, medicamentos, herramientas, personal a las zonas afectadas; mismo reconocimiento a los que con sus capacidades se ungieron de polvo para recuperar los paisajes aterrados de las distintas demarcaciones afectadas del país. Cerrado el paréntesis, volvamos al tema preguntando ¿cómo podríamos involucrarnos, involuntariamente? Una posible ruta está en el re-hacer la historia. Sobre ello escribió Adam Zagajewski (1945-) durante un paralelo 1983 en Polonia, donde los distintos estratos de la sociedad se debatían –estirando y aflojando– entre lo vivido y lo escrito en la redacción oficial, con respecto al sindicato Solidarność (Solidaridad): El choque entre el mundo interior –¡al fin y al cabo, es allí donde reside el arte!– y el exterior conduce casi siempre a malentendidos, provoca disonancias y genera d e s p ro p o rc i o n e s . Lo s d o s b a n d o s s e a c u s a n mutuamente de falta de legitimidad y de intrascendencia, y sólo muy de vez en cuando se enamoran locamente, lo cual desemboca en una clásica relación sadomasoquista. [Zagajewski, 2010: 19]. Esta situación la he podido constatar durante las horas de trabajo. Desde el ámbito privado se vuelve evidente cómo actúa el sistema tecnificado de las instituciones, por ejemplo, cuando estuvimos realizando una intervención de restauración, ellos (los miembros de la institución encargada) realizaron un primer acercamiento con la comunidad del inmueble en cuestión con el fin de interactuar mutuamente a partir de ciertas necesidades de los habitantes que tienen una contraparte de normas y trámites, seguramente desconocidas, definiendo así los papeles: ellos los asesores y la comunidad los asesorados. Dentro de la lógica de un diagrama de flujo (otra vez la técnica) funciona, no obstante, parece que siempre se descartan varias incógnitas, específicamente el cómo reaccionará el habitante ante tal consigna y de qué manera debe actuarse en respuesta.


FRANCISCO JOSÉ CASADO PÉREZ

CONTRA LA TELARAÑA Justo sucedió tal escenario, algunos de los habitantes fueron reticentes al planteamiento, pero la réplica de ellos (los emisarios institucionales) fue mucho más desorientadora: dejaron hablar a los habitantes para evitar agravar la situación, punto a favor de ellos, o evitar propiciar un conflicto. Al hacerse el silencio, momento previo a la contra-réplica con los argumentos críticos como hablarles de la protección legal del patrimonio, la vinculación horizontal que tiene el patrimonio inmueble con instituciones nacionales e incluso internacionales nunca llegó por parte de ellos, el silencio se había alargado. Fue cuando nosotros, los del ámbito privado, intervenimos como el tercero en discordia, aclaramos la situación con los argumentos mencionados. Actuamos como no queriendo intervenir pero había la necesidad de hacerlo. Afortunadamente con la intervención, los ánimos se fueron relajando, pero quedó en evidencia el hecho de que al seguir órdenes, protocolos, manuales o cualquier sistema se abre la salida ilesa ante un juicio de la amoralidad: “sólo hago mi trabajo”, “estoy siguiendo órdenes”, “así lo marca el protocolo” suele ser la forma práctica de solucionar la responsabilidad moral y ética que se tiene con el objeto de estudio de las políticas públicas de la institución donde trabaja. Ronda en ese momento la pregunta: ¿el espíritu puede morir al interior de las instituciones? Zagajewski tiene una posible respuesta e incluso una clasificación de ella: Hay tres clases de muerte. La muerte de Dante, que nos brinda la vida eterna y una peregrinación infinita por las colinas del más allá, la muerte de Heidegger, que arroja una larga sombra sobre toda nuestra vida, y la muerte de Orwell, que no siempre nos mata en el sentido literal, material, pero que destruye los colores de la vida y aniquila la verdad, la memoria y los conformismos cotidianos y vivificadores de los sistemas democráticos. [bíd., pág. 46]. Ante tal situación, ¿hacia dónde se puede correr? Todas las puertas parecen cerrarse una tras otra, tras otra a lo largo de un pasillo interminable, como si estuviésemos en una típica persecución de caricatura. Más bien, no se trata de saber o decidir hacia dónde correr, sino observar en dónde nos encontramos. El tedio de la tecnificación plantea una caída libre hacia una telaraña en donde los cuerpos se paralizan y ciegan. Al estar atrapado, uno puede convencerse de que luchar por escapar es un suicidio porque la araña (el castigo) sabrá a qué parte de la telaraña dirigirse, y cada vez que se acerca se pone en peligro la estabilidad (económica, profesional, personal, social y un enorme etcétera) de la víctima, porque si te

encuentra, la araña no pensará dos veces en envolverte para después digerirte. La muerte Orwelliana entra en acción. Diríase entonces que la vida es injusta: el "malo" siempre está arriba, ergo, es quien domina. Falso, que no se nos olvide que el ser de los de abajo es quien sostiene la línea de vida del de arriba. Quizás moralmente es justo que suceda la injusticia, el tedio y la apatía producto de la tecnificación de las instituciones, porque el que es atrapado por la telaraña, no está aniquilado sino está bendecido. En el abandono radica la oportunidad, piedra de toque para inmolar el velo de creer en una telaraña que en realidad es meramente imaginaria. Quien logra despertar revive el fuego de la pasión y si en verdad ama su profesión, buscará la manera de volar y luchar. Si no tiene esa convicción, confía más en su comodidad, ahí permanecerá al igual que otros tantos, haciendo lo posible por no vibrar tentadoramente y llamar a la araña. La decisión está siempre abierta, la telaraña imaginaria siempre estará puesta: todos podemos caer o todos podemos flotar, cada quien sabe lo que quiere ignorar. Por consiguiente, ¿cómo evitar la muerte Orwelliana?, ¿cómo ver la telaraña que mantiene en riesgo el patrimonio cultural? […] el hecho de que algunos países hayan conseguido producir vacunas contra la muerte de Orwell demuestra que combatirla, esté donde esté, es posible y necesario. Éste es un combate político y cultural encarnizado y lleno de arterias, que sin embargo no debería transformarnos sencillamente en enemigos del totalitarismo, ya que tenemos que derrotarlo como quien no quiere la cosa, por el mero hecho de aspirar a algo más grande, a otra realidad, sea ésta cual sea y aunque no sepamos definirla en términos exactos, a otros valores, aunque intuyamos el sinfín de conflictos los hacen incompatibles. [Ibíd., pág. 47]. Son estas luchas de “como quien no quiere la cosa” – como estas palabras, como esta revista– que buscan transmitir el susurro de lucha, aunque sea solamente a una persona. Quedaría preguntarse si estos actos valen para una moral y una ética sobre el patrimonio cultural, ergo, ¿cuáles y cómo deberían ser éstas acciones? Desde el mundo clásico hasta la actualidad, la medicina se ha definido por la implementación del “Juramento hipocrático”, voto cuyo carácter implica ejercer la profesión con responsabilidad, moral y ética. A partir de dicho ideal, otras carreras hicieron lo propio en la toma de protesta, acto reproducido con los nombramientos oficiales de los funcionarios públicos, cuya última frase a mi parecer es una de las más críticas de repetir en vox

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

19


LA CONSPIRACIÓN DE LA TELARAÑA...

//

... la vida es injusta: el "malo" siempre está arriba, ergo, es quien domina. Falso, que no se nos olvide que el ser de los de abajo es quien sostiene la línea de vida del de arriba. propia: “y si no lo hiciere que la Nación me lo demande”. Pero qué sucede verdaderamente cuando se ha salido a las calles para demandar el incumplimiento o la falta grave a las funciones que uno u otro funcionario juró velar en beneficio de la sociedad. ¿Necesitamos jurar todo el tiempo? No, lo creo. Más bien debe ir en sentido de las convicciones propias, aunque poner ese tema sobre la mesa implica destapar otra caja de Pandora: la educación.

HACIA LA (NO) MUERTE DE LA ÉTICA Y MORAL EN EL PATRIMONIO CULTURAL En el libro El hombre y sus obras (1948) el antropólogo e historiador Melville Herskovits estableció una paradoja cuyas las últimas dos frases da constancia de que su visión se mantiene incólume a través del tiempo y especialmente precisan el punto de la educación en razón de la ética y moral en el patrimonio cultural: La cultura es estable, y no obstante, la cultura es dinámica también, y manifiesta continuo y constante cambio. La cultura llena y determina ampliamente el curso de nuestras vidas, y, sin embargo, raramente se entremete en el pensamiento consciente. [Herskovits, 1964: 30]. En primera instancia el enfrentamiento entre de la autodestrucción y la reconstrucción de la humanidad divide a la sociedad. Dentro de la búsqueda de su identidad –siempre desde el presente– se atiende la necesidad de construir y constituir símbolos y referentes. Por consiguiente, una de las primeras precisiones a establecer sobre la ética y moral en el patrimonio cultural es aseverar que el patrimonio no está en contra d e l d e s a r ro l l o, h i s t ó r i c a m e n t e s e h a n h e c h o modificaciones con tal de satisfacer las necesidades de

20

| ARK_MAGAZINE // #24

los habitantes de cada temporalidad. Consecutivamente, implica dar cuenta –por lo menos– por parte de los especialistas difundir la sencilla idea de que cada rincón se encriptan y traslapan sinnúmero de recuerdos, que no son tan ajenos a cada uno de nosotros, al contrario guardan una gran similitud. Esta idea de similitud juega un punto crítico porque siendo o no especialistas en el tema, saber ésta idea permite entramar lo propio y lo ajeno al punto que se hace la idea de que así como uno defiende su propio patrimonio, puede –y tiene la libertad de– defender el patrimonio del otro. Un tercer punto para sumar a esta búsqueda se encuentra en la esencia de la educación de calidad: matemáticas, ciencias y humanidades. A partir de la ascensión de los derechos culturales al ámbito de derechos humanos y constitucionales[13], el discurso multidisciplinario suma su peso específico al patrimonio cultural, descartando la mítica idea que éste ámbito es un área confinada y exclusiva a ciertas profesiones. En la medida que se presente a toda persona dentro y fuera d e l a s i n s t i t u c i o n e s p ú b l i c a s q u e l a c u l t u ra , especialmente el patrimonio, tiene las puertas abiertas para aquellos que sienten el llamado de involucrarse directa e indirectamente –aunque su trinchera sea totalmente ajena– se podrá reforzar la protección del patrimonio cultural, debido a que el patrimonio cultural es un resultado evidente del desarrollo de la matemática, las ciencias y las humanidades; las primeras dos áreas poco se hacen presentes por la misma razón que se propone la invitación, hecho que incluso puede impactar en el ámbito del desarrollo sostenible de la nación. Cuando leía la revista que me regaló mi amigo llegó un momento en que le acompañé con The times are a changin’ del ahora Premio Nobel (2016) Bob Dylan y del mismo modo creo conveniente cerrar el tema. Presentada en el Álbum homónimo de 1964, la canción de Dylan hace una invitación general, a la gente, escritores, críticos, políticos y padres a dar cuenta del inevitable avecinamiento dialéctico del cambio de los tiempos. Así como que “no queriendo la cosa” pone en evidencia que es la misma forma en que debe actuarse, quizás porque su moral y ética le dictó hacerlo medianamente evidente. Dice en su último verso:

The line it is drawn / The curse it is cast / The slow one now / Will later be fast / As the present now / Will later be past / The order is / Rapidly fadin’ / And the first one now / Will later be last / For the times they are a-changin. [4]


FRANCISCO JOSÉ CASADO PÉREZ

Habrá que decir entonces que en relación al patrimonio cultural, su admiración, consumo, difusión, divulgación, investigación, conservación, restauración, se ha hecho hasta hoy siguiendo líneas éticas y morales sumamente etéreas, aunque sin su presencia habría una perdida sumamente mayor a la que se desenvuelven y descosen con las distintas categorías de catástrofes. Los hechos recientes, propios y ajenos al país y su realidad, sobre el daño al patrimonio cultural (mueble e inmueble) claman con urgencia definir con mayor profundidad filosófica lo que se refiere para los especialistas, así como a la sociedad en general sobre ética y moral con respecto al patrimonio cultural. La Declaración de Delhi sobre Patrimonio y Democracia (2017) del ICOMOS ya marca la pauta en su articulado:

¿el patrimonio hace bien o mal a la humanidad? Estas y otros infinitos razonamientos son abono que se ha ido quedado fuera del árbol teórico del patrimonio cultural. Recalco la misma situación nuevamente –sin abuso de que crean en lo que digo– al ver los trazos de la telaraña imaginaria, uno mismo, si verdaderamente está dispuesto a adentrarse en el ámbito puede marcar el cambio al transmitir algunos puntos preceptúales de ética y moral patrimonial. Suena a una total anarquía, aunque posiblemente sea totalmente lo opuesto y en verdad vivimos en el caos y este cuasi-caos trae un cierto orden. Sabiamente Anders dijo: “Si estoy desesperado, ¿qué quieren que haga?” del mismo modo, a mí también, ¿qué me importa? Seguiré trabajando como siembre, como que no queriendo la cosa. // FC

2. Develop ethical principles and education for managing heritage resources Providing guidance to inform decisions and practice

NOTAS

Ethical principles should be established and implemented to guide heritage conservation and management. These include principles for interpretation, adaptation, intervention, and for sustaining complex heritage systems and places, and should engage local and interested communities and consider the historic layers that contribute to the evolution of the place […] [5] Primer paso que quizás convendría discutir si debe quedarse en su mismo sitio, en lo etéreo. Ponerle pies y cabeza a la moral y la ética sobre el patrimonio cultural tiene un gran riesgo de volverse letra muerta porque este conocimiento tiene la característica de ser más práctico. Tecnificar el espíritu de la moral y la ética nos regresaría a las orillas de Anders: “Cuando veo el horror sin fondo de lo que los hombres puedan hacer a otros hombres, tengo vergüenza de ser un hombre. Valdría mejor ser una piedra.” [Dupuy, 2011: 31] La violencia provocada por el hombre contra el hombre es mucho más grave que la del hombre contra las obras del hombre, aunque para algunos tiene cierta vinculación porque así han decidido y trabajado su sensibilidad. Ahora que tenemos el derecho para demandar acceso y posibilidad de consumir la cultura y el patrimonio, no se debe olvidar que la letra etérea de la moral y la ética está vigilante de nuestras almas en caso de olvidar la responsabilidad que conlleva una facilidad. Quizás aún estas reflexiones no den cabida a un tratado de ética y moral sobre el patrimonio cultural porque al principio de todo no define qué se entiende por ética y por moral más que por el espíritu que le rodea. ¿Habría que comenzar dentro de las instituciones?, ¿o fuera de ellas?,

[1] Te tengo presente, con tu corazón llameante y el pincel vagabundo querido hermano. Sabrás quién eres cuando leas estas palabras. [2] “1) A que haya habido una aniquilación institucional e industrial de seres humanos; de millones de seres humanos. 2) A que haya habido dirigentes y ejecutores de estos actos: Eichmann serviles (hombres que aceptaron estos trabajos como cualesquiera otros y que se excusaron apelando a las órdenes recibidas y a la lealtad)”. Anders, 2001: 14. [3] Declaración Universal de la UNESCO sobre Diversidad Cultural, 2001; Promoción y protección de todos los derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, incluido el derecho al desarrollo, Naciones Unidas, 2009; Ley General de Cultura y Derechos Culturales, 2017. [4] “La línea está dibujada / La maldición está lanzada / El lento ahora / Después se apresurará / Así como el presente / Pronto será pasado / La orden se esfuma / Rápidamente / Y ahora el primero / Poco después será el último / Por los tiempos que cambian.” Traducción del autor. [5] “2. Desarrollo de principios éticos y de educación para el manejo de los recursos patrimoniales y la proporción de orientación para informar las decisiones y prácticas. Debe establecerse e implementarse una serie de principios éticos para orientar la conservación y manejo del patrimonio. Mismos que deben incluir principios para la interpretación, adaptación, intervención y la sostenibilidad de sistemas y sitios

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

21


patrimoniales complejos que deben vincularse con las comunidades locales e interesadas para la consideración de las capas históricas que han contribuido con la evolución del lugar”. ICOMOS, 2017: 2. Traducción del autor.

REFERENCIAS Anders, Günther (2001) Nosotros, los hijos de Eichmann: Carta abierta a Klaus Eichmann, Vicente Gómez Ibáñez (trad.). España: Paidos. Anders, Günther (2011) “Primera carta a Claude Eatherly”, Juan Iliasi (trad.) en El anuncio de la catástrofe: reflexiones desde Günther Anders, Conspiratio 13, Año III. México: Jus. Dupuy, Jean Pierre (2011) “Günther Anders, el filósofo de la era atómica”, Javier Sicilia (trad.) en El anuncio de la catástrofe: reflexiones desde Günther Anders, Conspiratio 13, Año III. México: Jus.

Sobre el autor: ____

Francisco José Casado Pérez (Ciudad de México 1990). Ingeniero Arquitecto egresado de la ESIA Unidad Tecamachalco del IPN en 2013. Titulado con mención h o n o r í fi c a c o m o M a e s t ro e n Co n s e r v a c i ó n y Restauración de Bienes Culturales Inmueble por la ENCRyM "Manuel del Castillo Negrete" y desde 2017 es miembro joven del ICOMOS Mexicano A.C. A partir de 2013 hasta hoy se ha enfocado en el ámbito del patrimonio cultural. Desde 2016 ha impartido una decena de ponencias en distintos eventos académicos, teniendo como eje temático la axiología y los valores. Ha publicado previamente en ARK_Magazine así como en revistas académicas y de opinión a nivel nacional e internacional sobre valores, iconografía y normatividad, así como también de creación literaria (crónicas, cuentos y poesía). Contacto: ing.arq.fco.casado@gmail.com

Herkovits, Melville (1964) El hombre y sus obras. México: Fondo de Cultura Económica (FCE). ICOMOS (2017) Delhi Declaration on Heritage and Democracy. Documento electrónico disponible en: h tt p s : / / w w w. i c o m o s . o rg / i m a g e s / D O C U M E N T S / Charters/GA2017_Delhi-Declaration_20180117_EN.pdf, consultado en septiembre de 2018. Padilla, Ignacio (2010) Arte y olvido del terremoto. México: Editorial Almadía S.C. Sicilia, Javier; López Farjeat, Luis X.; Ochoa, Roberto (2011) “La fragilidad de la moral” en El anuncio de la catástrofe: reflexiones desde Günther Anders, Conspiratio 13, Año III. México: Jus. Zagajewski, Adam (2010) Solidaridad y soledad. Acantilado 210. A. Rubió y J. Slawomirski (trad.). España: Acantilado.

Para citar: ____

(CC) ARK MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Casado Pérez, Francisco José. La conspiración de la telaraña: hacia una (no) muerte de la ética y moral en el patrimonio cultural, en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 6 Número 24, otoño 2018. Proyecto ArKeopatías. México 2018, Página 16. https:// issuu.com/arkeopatias/docs/ark24 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: moral, ética, patrimonio, tecnificación, instituciones.

22

| ARK_MAGAZINE // #24


#exprésate [ ESPACIO LIBRE ]


SÉ LO QUE HICIERON EL VERANO PASADO. REFLEXIONES EN TORNO A NUESTRO PAPEL ANTE LA SOCIEDAD Y NOSOTROS MISMOS Jaime Almansa-Sánchez – ¿Cuántas tomaste anoche? – ¡Media docena! – ¿Sólo? Yo creo que pasé de las diez. – Así tenías de aburrida a aquella chavita. – Calla, que viene el profesor. Somos fanfarrones y no sé si se pasa con la edad. Esta conversación pudo haber pasado hace unos meses en un pueblo de Oaxaca, Andalucía o Baviera. Es más, viene pasando desde hace muchos años, en cada excavación de verano a la que vamos a aprender. O a beber. O a ligar. No estoy seguro. Yo iba resabiado, así que nunca lo tuve claro. Entonces empecé a trabajar sobre la imagen de la arqueología y me di cuenta de que en ocasiones el denostado Indiana Jones ejercía de mejor embajador de la profesión que nosotros mismos. Al fin y al cabo, representaba un tipo de personaje con estilo, como aquellos arqueólogos de antaño. En las siguientes páginas voy a ir explorando una serie de aspectos que me parecen esenciales para el desarrollo de nuestra profesión, de nuestra imagen y, sobre todo, para mitigar un impacto muchas veces negativo en nuestro entorno social. Aspectos que tenemos que cuidar desde muy temprano, en la universidad.

24

| ARK_MAGAZINE // #24

PUNTO DE PARTIDA: LOS CÓDIGOS ÉTICOS, PERO POCO RESPONSABLES Al comenzar a escribir este texto quise centrarme en la economía, ya que considero que nuestro impacto pasa muchas veces desapercibido en la economía local y es un tema que pasé por alto en otro trabajo sobre ética y economía en arqueología (Almansa 2015). Y volveré sobre ello, si bien hablar de ética en el contexto en el que pretendo situarme me obliga a detenerme en otras cuestiones que hace tiempo que quería exponer. Ese contexto es sencillo; verano, estudiamos arqueología y necesitamos prácticas. Acudimos con nuestros profesores a sus excavaciones de investigación donde gozamos como no volveremos a gozar. Y es que, a pesar de que ese ha sido uno de los elementos más duraderos de la historia de nuestra disciplina, curiosamente sigue quedando de algún modo fuera de todo el espectro profesional más reglado al que solemos someternos una vez que nos licenciamos. Con esto me refiero no solo a las condiciones en las que nos desenvolvemos, sino también a la propia ética del


trabajo arqueológico en campañas de investigación veraniegas. El propio nombre parece ya más relajado que un contexto profesional. Curiosamente, los principales códigos éticos vienen de un contexto más bien mixto, donde el peso de la arqueología académica suele ser mayor al de la práctica profesional fuera del ámbito universitario. Asociaciones como el World Archaeological Congress, la Society for American Archaeology, o la European Association of Archaeology llevan sus códigos éticos por bandera sin ninguna capacidad real para hacerlos cumplir (Ulm 2007: 416). Siendo las tres principales organizaciones relacionadas con la arqueología, es de esperar que sus códigos representen un modelo en el que reflejarse. Para algunos temas puede serlo, pero en el día a día nos enfrentamos a muchos otros retos. El WAC, por ejemplo, cuenta con una extensiva producción en torno a la ética[1] pero el foco se fija principalmente en comunidades indígenas y el trato con sus restos; es decir, cómo debemos actuar al trabajar con restos arqueológicos directamente relacionados con poblaciones vivas. El propio concepto de ‘indígena’ es problemático y se entiende desde una perspectiva colonial fuertemente marcada por corrientes políticas y culturales, pero que de alguna manera contrapone al ‘otro’ occidental con aquellos que vivían originalmente en un territorio[2] y se exporta, como todo, a la arqueología, hasta convertirse en un elemento más de asimilación (ver Nicholas 2010). En este sentido, prefiero plantearme ‘¿quién soy yo?’ (Haber 2007: 225) y entender mi relación con el mundo, arqueológico y social, como una interrelación en la que no podemos obviar a ninguna de las partes. En este sentido, una mirada al código de la EAA[3], donde el concepto de comunidad indígena se diluye, resulta especialmente interesante. Su artículo 1.5, aunque de forma bastante vaga, plantea evaluar el impacto ecológico y social en las comunidades locales donde se trabaja. Aunque viendo el código para las prácticas me surgen dudas sobre lo que los redactores tenían en mente. En este caso, “There should be concern for the local social and political environment in which work is being carried out (e.g. students should not be seen to have privileged access to historical sites from which local people are excluded)”, el ejemplo es sinceramente absurdo ante los verdaderos problemas que se generan y que intentaré ir valorando más adelante. La SAA lleva varios años acogiendo un ‘Ethics Bowl’ durante su congreso anual. Este podría ser un escenario interesante para plantear algunos de estos

temas, pero un repaso de los casos nos trae de nuevo a la realidad. Nos importa lo que atañe al carácter más arqueológico de nuestra profesión, es decir, lo que tiene que ver directamente con el registro y el impacto de los artefactos en sí, no el nuestro. La historia se repite si nos acercamos a otros códigos profesionales, donde los hay, ya que en muchos casos la propia regulación de la profesión arqueológica no está especialmente desarrollada. En este sentido, incluso las menciones al entorno de trabajo suelen quedarse en derechos fundamentales de los trabajadores sin entrar explícitamente en los principales problemas que se llegan a generar por causas diversas, pero especialmente por género y discapacidad. Sin embargo, algunos como el código del Chartered Institute for Archaeologists[4], comienza estableciendo que un miembro no puede actuar de manera que afecte negativamente a la reputación de la disciplina o la asociación, y esto guarda en parte relación con alguno de los aspectos que trataré más adelante. Tal vez, la llamada más clara que se hace en este sentido es la del código de la American Anthropological Association[5], donde se especifica claramente cómo es necesario negociar la relación con las comunidades y ser conscientes de nuestro impacto hasta el punto, llegado el caso, de interrumpir los trabajos. Bien es cierto que de alguna manera se refiere a las comunidades con las que se trabaja o a las que se estudia. Esto me lleva a plantearme si reconocemos a las comunidades como verdaderos agentes en el ámbito del trabajo arqueológico y la gestión del patrimonio arqueológico, o simplemente son referentes necesarios en determinados momentos, pero con los que no tenemos una responsabilidad plena. De la misma manera, los intereses de las diferentes comunidades o grupos dentro de dichas comunidades, son normalmente diferentes y el concepto de daño o perjuicio puede variar dependiendo de con quién hablemos. Esto complica un poco más las cosas. En cualquier caso, hay dos aspectos que me parecen fundamentales de cara a entender las fallas éticas de nuestro trabajo a las que aún no prestamos toda la atención necesaria. Por un lado, la imagen derivada de determinadas actividades y que afecta en primera medida a nuestros compañeros y a la profesión. Después, el impacto directo e indirecto que generamos en los lugares donde trabajamos.

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

25


S É L O Q U E H I C I E R O N E L V E R A N O PA S A D O . . .

//

... y es que el alcohol se ha convertido en un problema que llega a identificarnos con orgullo. PRIMERA PARADA: LA IMAGEN Lejos de ser reconocidos como intelectuales, los equipos arqueológicos suelen arrastrar una serie de estereotipos e n l o s ú l t i m o s a ñ o s q u e re s u l t a n a l t a m e n t e problemáticos. Se derivan de comportamientos que uno no esperaría de un colectivo con un alto grado de formación e incluso de responsabilidad en el trabajo. Comportamientos que se integran en una buena serie de prejuicios basados en el desconocimiento de la profesión y que terminan por hacernos daño a todos. Para una persona que nunca ha estado en contacto directo con un equipo arqueológico, las referencias suelen situarse en los medios de comunicación, con referentes cinematográficos y grandes figuras y sitios que pueblan las noticias cada año. En este sentido ya se da uno de los primeros prejuicios, basado en la presión que la arqueología ejerce sobre el desarrollo inmobiliario y las grandes infraestructuras, los retrasos, las protestas y sensibilidades que en ocasiones predisponen a las comunidades de forma negativa (Almansa y del Mazo 2012). Personalmente no puedo olvidar el comentario de mi propio abuelo al volver una tarde de lluvia de la intervención arqueológica en la que trabajaba. Estaba cubierto de barro y visiblemente agotado. «¿Para esto has estudiado?» me dijo al verme entrar en casa. Para una persona que viene del campo, los estudios deben llevarte a una posición mejor, no a eso. Obviamente, nos encontramos ante un callejón sin salida en este sentido, pero la ausencia de regulaciones laborales claras en la mayoría de los estados, hacen muy difícil dotar de cierta dignidad a nuestra profesión. Pero parece que nos gusta sufrir y que podemos con ello, que es nuestro destino (González 2013). Todo arrastrado precisamente del contexto formativo de las excavaciones de verano donde nos enseñan a ser explotados y nos comportamos con poco decoro para sobrevivir a la situación; «al menos nos lo pasamos bien».

26

| ARK_MAGAZINE // #24

Muchas de estas excavaciones se dan en contextos rurales, compartiendo tiempos y espacios con comunidades pequeñas donde el impacto puede ser muy fuerte. Ocupamos espacios para la pernocta, utilizamos los servicios del pueblo y normalmente dejamos una huella en él. Por lo general se dan dos escenarios principalmente: Por un lado, equipos que apenas interactúan con el entorno. Llegan, excavan y se van. Por otro lado, equipos que guardan una relación mucho más estrecha con las comunidades y tratan de dejar algo en ellas. Sobre esto volveré más adelante. Sin embargo, hay un punto en común dentro de estas interacciones y que poco a poco se va poniendo de manifiesto de una forma más clara y crítica. El primer aspecto sería la higiene. Las historias de intervenciones con pocos recursos higiénicos llevan tiempo recorriendo el sector. Pero somos rudos y podemos con ello. ¿Para qué tener aseos o duchas? El campo es el campo. Sin duda, hay condiciones en las que resulta complicado dotar de determinados servicios, pero por lo general no debería ser ningún problema, y considero que en un ambiente de formación debería ser una garantía mínima para los estudiantes que participen. Es un aspecto fundamental para nuestro propio desarrollo profesional, ya que este tipo de situaciones se reproducen a lo largo de toda nuestra carrera y se normalizan hasta tal punto que solemos ser el colectivo peor dotado de cualquier contexto laboral. El segundo aspecto tiene que ver más con la imagen hacia los demás y es que el alcohol se ha convertido en un problema que llega a identificarnos con orgullo. No son pocos los casos en los que ha tenido incluso que mediar la policía en percances con comunidades locales derivados del consumo de alcohol. Por desgracia esto no es un tema que esté claramente estudiado o documentado, pero es una realidad que todos conocemos y que deberíamos tener en cuenta. Esto no implica que debamos ser abstemios, pero sí que guardemos las formas en nuestro día a día, mientras estamos representando a un colectivo profesional. Los feriados son feriados, pero los días de trabajo no pueden ser una constante borrachera nocturna. Finalmente, y más importante, los últimos movimientos feministas han puesto de manifiesto una situación altamente problemática y embarazosa; el ambiente machista y de acoso que se vive en el campo de la arqueología. Seguramente se trate de la falla ética más fuerte de este apartado, principalmente porque nos afecta a nosotros mismos como personas. No se reduce a las mujeres, sino también a minorías étnicas o personas


JAIME ALMANSA-SÁNCHEZ

con orientaciones sexuales no normativas[6]. En ocasiones parecen situaciones inocentes con comentarios plenamente asentados en el abanico de frases de un rudo arqueólogo tradicional; «no seas marica», «picas como una niña» y puede pasar a mayores en casos claros de discriminación hacia determinados compañeros y de acoso abierto hacia muchas compañeras[7]. Los resultados de esta encuesta en España son aterradores, y nos abren los ojos ante una situación que después se reproduce en otros espacios laborales. ¿No nos estará faltando una mayor educación en valores dentro de estos contextos formativos? ¿Es responsabilidad de nuestros profesores mantener un orden y unas normas básicas de convivencia en las excavaciones universitarias? Cada vez estoy más convencido de que ciertas normas de disciplina deberían ser esenciales en el espacio de trabajo.

SEGUNDA PARADA: EL IMPACTO Vamos a comenzar este punto con una pequeña historia. En ella, un equipo de arqueólogos se asienta en un pequeño pueblo para dar comienzo a un nuevo proyecto de investigación. Su director, el profesor X, había prospectado esa zona unos años antes y había localizado un yacimiento prometedor. Conocía bien el terreno, y estando en terreno público los permisos fueron sencillos de conseguir. Había contactado ya con el alcalde, aunque cuando llegó el momento de planificar la intervención, no tenía muy claro dónde podían pernoctar o comer, así que se pasó un fin de semana para decidir. Tampoco había muchas opciones. El alcalde tenía un pequeño hostal-restaurante y parecía suficiente, así que no se complicó la vida y a la vuelta de unos meses todo echó a rodar. Cuando planificamos una intervención, solemos empaparnos del contexto histórico y arqueológico del lugar, pero no tanto del contexto social actual. Aquí haré referencia a ese principio ético del código de los antropólogos que citaba antes y que en nuestro caso no tomamos en cuenta, aunque deberíamos. No somos alienígenas haciendo nuestro trabajo y cada vez que nos asentamos en una comunidad nuestro impacto es mayúsculo; para bien y para mal. La llamada economía colaborativa ha puesto de manifiesto una realidad que viene manifestándose desde hace muchos años en los principales centros turísticos. Los procesos de gentrificación son acuciantes y hacen inevitable la vida para los habitantes originales, especialmente en lo que se refiere a la vivienda, para el

caso de plataformas como Airbnb (ver por ejemplo Wachsmuth y Weisler 2018), pero también en la economía diaria (Brown-Saracino 2010: C.26 y otros). En ocasiones, abogamos por las mejoras que una buena gestión del patrimonio arqueológico puede generar en una comunidad (Pastor 2014), pero no solemos ser conscientes de estos otros perjuicios que van más allá de las restricciones en determinadas actividades del día a día como sembrar tus tierras, aparcar junto a tu casa, construir una vivienda o reformar la que ya tienes. Este impacto, que puede llegar a ser muy conflictivo en la relación entre arqueología y sociedad, es algo a lo que nos hemos acostumbrado en nuestro afán proteccionista. Pero hay otros aspectos más sutiles que no suelen ponerse de manifiesto de una forma tan clara. Volvamos a ese pequeño pueblo en el que el profesor X acaba de comenzar a trabajar. Las dinámicas sociales que se desarrollan en la comunidad suelen acarrear conflictos en los que tomamos parte sin ser conscientes de ello. Parece que no tenemos por qué saber que el alcalde, en cuyo negocio pernoctamos, está peleado con el constructor cuya máquina excavadora hemos alquilado para ayudar en las labores de desbroce. El capital político que representa nuestra presencia es continuamente explotado por las diferentes partes, para bien y para mal. Desvío de fondos, sobre costes, proyectos varios tras el periodo de investigación… la arqueología representa desarrollo y el desarrollo representa un cambio en las políticas locales; y en la economía. Para un arqueólogo que viene de la ciudad, los precios del pueblo parecen baratos. Ir al bar no resulta tan sangrante, comer es económico e incluso otros servicios parecen más accesibles. Sin embargo, la picaresca humana tiene una doble cara que se vuelve en contra de los habitantes de esas localidades. ¿Alguna vez nos hemos planteado si existen procesos de gentrificación en el espacio rural (Phillips 1993)? Martin Phillips se aproximó al tema ya en los noventa desde una perspectiva de clase —que hace referencia al origen del propio término— pero nuestra presencia, al igual que la de turistas o trabajadores temporales de otro tipo de servicios (por ejemplo, construcción de infraestructuras), reproduce dinámicas similares. Los precios suben y con esa subida hacen más difícil la vida de los que se quedarán allí cuando nosotros nos vayamos. Se ha hecho imposible comprar o alquilar viviendas en muchos contextos rurales, los precios de elementos comunes han subido en porcentajes que no

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

27


S É L O Q U E H I C I E R O N E L V E R A N O PA S A D O . . .

se ven en la ciudad, hasta puntos en los que muchos pueblos son más caros que las ciudades cercanas como consecuencia de estos procesos entre los que también nos encuadramos nosotros como profesionales. Una vez más, no existe aún un estudio que pueda examinar en profundidad este aspecto que intento poner de manifiesto. Esta llamada de atención se basa en la observación, a lo largo de los años, de algunas de mis propias experiencias en España y Etiopía, pero existen ya indicios estudiados en otros contextos como el indio (Guha y Tripathi 2014), donde podríamos ver una situación reflejada hacia nuestra profesión y su impacto. Uno de los aspectos más problemáticos de este impacto, es que resulta muy complicado mitigarlo. La trampa de la convivencia humana reside principalmente en que cualquier acción tendrá un impacto negativo para unos, y un impacto positivo para otros. Tal vez no podamos escapar como profesionales de esto, pero del mismo modo que ya se están buscando soluciones a la participación cómplice de nuestra profesión en graves agresiones a comunidades por todo el mundo (ver Gnecco y Schmidt 2015), puede que estemos ante el momento de reflexionar sobre la ética detrás de toda nuestra práctica, también en estos casos en los que nuestra afección se manifiesta en un perfil más bajo, pero igualmente problemático.

LLEGADA: APRENDIENDO A CONVIVIR Hablar de ética no es sólo hablar de unos principios básicos de intervención que respeten la legislación y los estándares de calidad investigadora. Es también hablar de principios básicos de convivencia entre nosotros y con los demás. A lo largo de estas páginas he tratado de dar unas pinceladas sobre los diferentes aspectos de nuestra práctica diaria, en especial cuando nos encontramos en ámbitos rurales durante excavaciones universitarias de formación-investigación. Me interesa especialmente este foco, aunque las dinámicas expuestas se reproduzcan en otros, porque es el origen de las mismas. Es donde aprendemos y se nos adoctrina en los principios básicos de la disciplina y el fundamento de nuestras personalidades profesionales. ¿Siempre nos portamos mal? Para nada. Esto no es algo que se de en todos y en todas partes, sino una tendencia bastante generalizada que se reproduce después en la vida profesional. Considero que un cambio de actitud en estas dinámicas desde el principio de nuestra formación puede repercutir en una mejor convivencia y un mejor impacto.

28

| ARK_MAGAZINE // #24

Por ejemplo, unas condiciones de trabajo adecuadas desde la universidad nos ayudarían a reivindicar por principio mejores condiciones laborales en nuestra vida profesional en lugar de resignarnos, casi con orgullo, a vivir y trabajar en la más absoluta miseria. Muchos de los movimientos reivindicativos dentro de la profesión se dan en un momento tardío, cuando la situación resulta desesperada, y suelen terminar con la confirmación de mínimos[8]. Pero hay otros aspectos esenciales de la convivencia diaria que tienen que ver con el respeto a nuestros compañeros y a las personas de nuestro entorno más inmediato cuando nos encontramos en una de estas intervenciones. Acabar con el lenguaje sexista o discriminatorio en una sociedad que se ha caracterizado durante generaciones por ello, y en una profesión en la que además ha calado profundamente, no es una tarea fácil. Sin embargo, es un aspecto necesario en el que los que vayamos tomando posiciones de más responsabilidad debemos poder el foco. No se pueden tolerar más determinados comportamientos. Ni hacia nuestros compañeros y compañeras, ni hacia otras personas. Esto podría parecer una norma de comportamiento básica, pero no se está aplicando. Estos aspectos parecen obvios y pueden resultar fáciles, pero donde debemos poner más atención, por la dificultad de encontrar un balance, es en las dinámicas socio-económicas que fomentamos dentro de las comunidades en las que nos insertamos durante el trabajo de campo. Hace tiempo hablaba ya de la necesidad de conocer estas comunidades antes de acometer un proyecto de socialización (Almansa 2014: 20), pero lo cierto es que este trabajo cuasi etnográfico previo me parece cada vez más relevante como principio. En el ámbito de las grandes obras de infraestructura nos hemos acostumbrado a hacer evaluaciones de impacto medioambiental, incluso arqueológico-patrimonial. Somos conscientes de cómo una autopista o un gasoducto puede afectar al apareamiento de las aves, o a la integridad de un conjunto monumental. A lo que no nos hemos acostumbrado es a valorar el impacto de los trabajos en las comunidades de nuestro entorno. Solemos verlos desde un punto de vista positivo: generación de empleo, nuevas infraestructuras, etc. Pero, ¿cómo afecta todo eso al día a día? Los cambios y las desigualdades que se generan pueden llegar a ser muy graves, sobre todo cuando además se están creando falsas expectativas en muchos


JAIME ALMANSA-SÁNCHEZ

de los casos. Por eso, antes de ir al campo, conscientes de que nuestra actitud debe ser mejor, debemos preguntarnos también qué va a quedar de nosotros en ese lugar. Si lo que haremos será tambalear la comunidad durante unas semanas y generar nuevos conflictos, o por el contrario seremos capaces de integrarnos de una manera menos agresiva y más positiva. Si seremos capaces de mitigar el impacto que vamos a tener de todas formas y convertirlo en algo útil para la comunidad y su verdadero desarrollo. El componente ético detrás de todas estas dinámicas me parece fundamental y poco tratado. Profundicemos en él. // JA

NOTAS [1] https://worldarch.org/code-of-ethics/ (obtenido el 24 de enero de 2019). [2] Ver por ejemplo el caso de Bolivia en el contexto de las nuevas políticas nacionales e internacionales (Canessa 2007). [3] https://www.e-a-a.org/EAA/About/EAA_Codes/EAA/ Navigation_About/EAA_Codes.aspx? hkey=714e8747-495c-4298-ad5d-4c60c2bcbda9 (obtenido el 24 de enero de 2019). [4] https://www.archaeologists.net/sites/default/files/ CodesofConduct.pdf (obtenido el 24 de enero de 2019). [5] https://s3.amazonaws.com/rdcms-aaa/files/ production/public/FileDownloads/pdfs/issues/policyadvocacy/upload/ethicscode.pdf (obtenido el 24 de enero de 2019). [6] Los compañeros Guillermo Díaz de Liaño, Enrique Moral de Eusebio y Nekbet Corpas Cívicos están desarrollando un estudio en esta línea sobre el sufrimiento en las intervenciones de verano, alguno de cuyos resultados han empezado esbozar en encuentros académicos y espero que pronto estén también sobre el papel. [7] Un caso relevante es la encuesta que un grupo de compañeras desarrollo, especialmente en España, y que arroja datos muy preocupantes. Durante la EAA de Barcelona el pasado año, se presentaron con una campaña de fuerte impacto mediático. Puede verse la nota de prensa aquí: http://www.arqueologiasocial.com/ 2018/09/07/nota-de-prensa-acoso-en-arqueologia/

[8] Por ejemplo, en el proceso de regularización laboral de la profesión en España, los convenios firmados establecen unos mínimos muy alejados de las reivindicaciones que el colectivo tenía originalmente en perspectiva. El trabajo de Madrid desde AMTTA, que nunca llegó a firmarse, se encuentra a años luz de la realidad que otras regiones como Cataluña o Castilla y León acordaron. Se pueden ver los documentos aquí: http:// amtta.blogspot.com/p/documentos.html

BIBLIOGRAFÍA Almansa, Jaime. “Arqueología pública y gestión del patrimonio: condenados a encontrarse” en Debates de Arqueología Medieval 4, p. 11-28, 2014. Almansa, Jaime. “Trading archaeology is not just a matter of antiquities: Archaeological practice as a commodity” en Gnecco, Cristobal y Lippert, Dorothy (Eds.), Ethics and archaeological practice. Ethical Archaeologies. The Politics of Social Justice 1, Springer, New York, p. 141-57, 2015. Almansa, Jaime y Del Mazo, Beatriz. ”Tesoros, política y otros demonios. La arqueología madrileña en la prensa” en Actas de las VI Jornadas de Patrimonio Arqueológico de la Comunidad de Madrid. Comunidad de Madrid. Madrid, p. 419-426, 2012. Brown-Saracino, Japonica (Ed.), The gentrification debates, Routledge, 2010. Ca n e s s a , A n d re w. “ W h o I s I n d i g e n o u s ? S e l f Identification, Indigeneity, And Claims to Justice in Contemporary Bolivia” en Urban Anthropology and Studies of Cultural Systems and World Economic Development, 36(3), p. 195-237, 2007. Gnecco, Cristobal y Schmidt Dias, Adriana. (Eds.) “Special Issue on Contract Archaeology” en International Journal of Historical Archaeology 19(4), 2015. González, David. “Las ‘excavaciones de verano’: formando súper-arqueólogos fácilmente precarizables”. Arkeogazte 3, p. 201-19, 2013. Guha, Atulan y Tripathi, Ashutosh. “Link between Food Price Inflation and Rural Wage Dynamics” en Economic and Political Weekly, Supplement, vol. XLIX, nº 26-27, p. 66-73, 2014.

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

29


Haber, Alejandro F. “This is Not an Answer to the Question ‘Who is Indigenous?’” en Archaeologies, 3(3), p. 213-229, 2007. Nicholas, George P. [ed.]. Being and becoming indigenous Archaeologists, Left Coast Press, 2010. Pastor, Ana. Conservación preventiva y sinergias con la población local. El barrio gótico de Barcelona a través del Pla Barcino. Universidad de Barcelona. Barcelona, 2014. [Tesis de Máster inédita] Phillips, Martin. “Rural gentrification and the processes of class colonisation” en Journal of Rural Studies, 9(2), p. 123-140, 1993.

Sobre el autor: ____

Jaime Almansa-Sánchez (Madrid - 1983) Doctor en Historia y Arqueología por la Universidad Complutense de Madrid, tras casi ocho años al frente de JAS Arqueología, desde 2017 forma parte de Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC, donde continúa trabajando en torno a la arqueología pública y la gestión del patrimonio arqueológico. Es editor de AP: Online Journal in Public Archaeology. Contacto: jaime.almansa-sanchez@incipit.csic.es

Ulm, Sean. “WAC, Ethics, Enforcement, and Rights” en Archaeologies, 3(2), p. 413-416, 2007. Wachsmuth, David y Weisler. Alexander. “Airbnb and the Rent Gap: Gentrification through the Sharing Economy” en Environment and Planning A: Economy and Space, 50(6), p. 1147–1170, 2018.

Para citar: ____

(CC) ARK MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Almansa-Sánchez, Jaime. Sé lo que hicieron el verano pasado. Reflexiones en torno a nuestro papel ante la sociedad y nosotros mismo, en: ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 6 Número 24, otoño 2018. Proyecto ArKeopatías. México 2018, Página 24. https:// issuu.com/arkeopatias/docs/ark24 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: ética, arqueología, economía, imagen, responsabilidad

30

| ARK_MAGAZINE // #24


#exprésate [ ESPACIO LIBRE ]


LA ÉTICA DEL USO SOCIAL DE LAS ZONAS DE MONUMENTOS ARQUEOLÓGICOS

Gustavo A. Ramírez Castilla Desde los inicios del Siglo XXI hemos presenciado cómo los monumentos arqueológicos, históricos y artísticos que conforman el patrimonio cultural tangible de México, se han visto sometidos a prácticas mercantilistas propiciados por la tendencia neoliberal de la política gubernamental impulsada por los tecnócratas desde mediados de 1980, primero con la privatización de empresas paraestatales “no prioritarias”, y en los siguientes sexenios con las empresas siderúrgicas, bancos, ingenios, fertilizantes, teléfonos, ferrocarriles, aeropuertos y líneas aéreas (Sacristán 2006) y, más recientemente, el sector energético. Uno de los sectores que se había respetado, es el del patrimonio cultural; es decir, los monumentos arqueológicos, históricos, artísticos y su infraestructura, incluidos museos, tiendas y librerías; que se habían mantenido fuera del circuito comercial hasta que en el año 2000 -coincidiendo con el triunfo del PAN en la presidencia de la república-, se realizó la primera Cumbre Tajín y posteriormente, entre los años 2006 y 2011, los directivos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), comenzaron alquilar espacios del Museo Nacional de Historia y del Nacional de Antropología en la ciudad de México, en los que se realizaron 268 actos privados para festejos de legisladores y empresarios, clausuras de cursos, presentaciones de teléfonos celulares y productos, cenas

32

| ARK_MAGAZINE // #24

de gala para farmacéuticas, bufetes de abogados y servicios financieros, inmobiliarias, bancos y fabricantes de cosméticos entre otros (Mateos-Vega 2011: 7). Del alquiler de museos, se pasó al alquiler y/o concesión de uso de zonas arqueológicas para la realización de conciertos y espectáculos de luz y sonido, lo que han generado una gran polémica por tratarse de bienes propiedad de la nación que mediante presiones, tráfico de influencias o autoritarismo, se han puesto al servicio de la iniciativa privada para lucrar, violando leyes, re g l a m e n t o s y, e s p e c i a l m e n t e , v u l n e ra n d o e l comportamiento ético que deberían mantener los funcionarios públicos encargados de su cuidado y protección. La conservación, uso y disfrute de los monumentos es un campo especialmente sensible por los valores históricos, simbólicos y emotivos que guardan, y que están estrechamente vinculados con la raíz histórica de la población (mexicana en nuestro caso), tanto como con los investigadores que los estudian y conservan, y porque, además, las leyes mexicanas han sido diseñadas para garantizar la propiedad y uso común de los mismos acorde a su vocación y dignidad. La cuestión es aún más compleja, porque los monumentos, al ser bienes materiales están sujetos a


cierto tipo de propiedad que es pública o privada, con sus distintas variantes. Se da por descontado que los monumentos arqueológicos, sea un tepalcate o una zona monumental, son en México, de acuerdo a la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos (1972, Art. 27), “propiedad de la nación inalienables e imprescriptibles. En cuanto a los históricos, monumentos del siglo XVI al XIX, y artísticos, obras relevantes del siglo XX, (LFMZAAH 1972, Arts. 33 y 36), su propiedad puede ser pública o privada, pero su intervención y conservación están normadas por el INAH o el INBA, según sean históricos o artísticos, respectivamente. No obstante lo anterior, en el ámbito académico y filosófico, se debate aun a quién pertenecen los monumentos en tanto que patrimonio cultural (vid Gilaberte 2011, Salas 2013), más allá de lo meramente legal; pues justamente ese juicio define el uso y función que desempeñan los monumentos en la sociedad, ya que por sus valores históricos, estéticos y simbólicos, su significado está por encima de su mero valor inmobiliario en el mercado de bienes raíces. Los monumentos son cosas; pero son cosas cuya materialidad trasciende a la sociedad actual, ya que fueron heredadas de las sociedades del pasado como creaciones únicas e irrepetibles que son testimonios de hechos, acontecimientos, ideas y gustos del pasado; es decir, de las forma de vida y del cúmulo de historias de vida de cada uno de los seres humanos que han vivido en la tierra y cuyo único testimonio o vínculo de su existencia pasada con el presente y el futuro, es el conjunto de bienes materiales e inmateriales heredados; en otras palabras, los monumentos (del latín monere, recuerdo o memoria)(Ramírez 2018: 30); que constituyen en conjunto, nuestro patrimonio cultural. Don Benito Goerlich ilustró este pensamiento de manera excelsa con una metáfora expresada durante la conferencia inaugural del Seminario de Historia y Patrimonio, en la Universidad Jaime I de Valencia, España: “La vida es una cara de la moneda, la muerte es la otra cara, y el perfil, el grosor de la misma, ¡Eso es el patrimonio cultural! … la única forma de sobrevivir a la misma [la muerte], es el patrimonio cultural, en el recuerdo…” Daniel Benito Goerlich (en Gilaberte 2011). Visto de ese modo, el patrimonio cultural no es más que el rastro material de nuestra existencia como especie; por lo que cabría preguntarnos ¿A quién pertenece nuestra existencia? Y la respuesta es obvia aunque no simple: a nosotros, la humanidad. No profundizaremos en esta discusión aquí, baste decir que en consecuencia,

el patrimonio cultural de cualquier sociedad pertenece entonces a la humanidad entera, y que por tanto es no una propiedad sino una posesión (ídem), en los términos que define la RAE (2018): “Acto de poseer o tener una cosa corporal con ánimo de conservarla para sí o para otro”; diferente de la propiedad, como un “derecho o facultad de poseer alguien algo y poder disponer de ello dentro de los límites legales” (RAE: 2018, propiedad, Gilaberte 2011). Puede apreciarse entonces que la posesión implica la conservación; mientras que la propiedad implica disponer de esta dentro de los límites legales. Esta diferencia es crucial para comprender que en términos sociales o antropológicos, los seres humanos somos posesionarios de una herencia o patrimonio cultural, y que es nuestro deber conservarlo, respetarlo y trasmitirlo a las generaciones futuras; a la vez que sumar nuestras propias aportaciones para que se vaya acrecentando. Mientras que en términos legales, como nación, somos propietarios de dicho patrimonio cultural, y podemos disponer de él, a través de las instituciones establecidas para ello, dentro de los límites que imponen las leyes. Se entiende por tanto que cualquier disposición indebida fuera del marco legal, es ilegal y anti ética o inmoral. Pero desde la visión economicista que ha prevalecido en la esfera gubernamental, el patrimonio se entiende diferente. Según Max Weber el patrimonialismo es una tendencia de los gobiernos pre capitalistas que consideran los recursos públicos como propios (Girodella 2014 en Ramírez 2018:30); y en ese sentido los gobiernos en diferentes épocas han dispuesto de los monumentos según sus propios fines e ideologías; es decir, como un conjunto de bienes propiedad de la burocracia y no de la sociedad en general. Al respecto, Iván Navarro expresa que: “…debemos negarnos a seguir considerando el patrimonio como un bien burocrático y acomodaticio, que busque significados fuera de los territorios y comunidades que lo originan, porque el patrimonio que carece de tal afecto, de la comprensión y el ejercicio de las creencias que lo sostienen, simplemente no es patrimonio” (Navarro s.f.: 48). En México, claramente los monumentos arqueológicos son propiedad de la Nación, de eso no queda duda. Y en los artísticos e históricos de propiedad federal o pública su uso y función están restringidos, al igual que los primeros, al ámbito de lo público, no de lo privado. Lo mismo puede decirse de la infraestructura cultural del e s t a d o, exc e p t o e n l o s e s p a c i o s c o n c e b i d o s específicamente para su uso público o privado.

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

33


LA ÉTICA DEL USO SOCIAL DE LAS ZONAS...

El uso de los monumentos arqueológicos está restringido en la Ley General de Bienes Nacionales (2018), que en su Artículo 30 establece: “Los inmuebles federales considerados como monumentos arqueológicos conforme a la ley de la materia, no podrán ser objeto de concesión, permiso o autorización. En las zonas de monumentos arqueológicos, la Secretaría de Cultura a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia podrá otorgar permisos o autorizaciones únicamente para la realización de actividades cívicas y culturales, conforme a lo que disponga el reglamento que para tal efecto se expida, siempre y cuando no se afecte la integridad, estructura y dignidad cultural de dichas zonas y monumentos, ni se contravenga su uso común” (énfasis mío). Este artículo es crucial pues queda muy claro que en las zonas de monumentos arqueológicos sólo se puede autorizar la realización de actividades cívicas y culturales que no afecten la estructura y dignidad de los mismos, y se mantenga su uso común, es decir no privado. Centraré pues mi argumento, en que las zonas arqueológicas al estar sujetas al “uso común”, no pueden ser concesionadas o autorizadas a particulares para ejercer actos de dominio privado con fines de lucro. El Semanario Judicial de la Federación (s.f.: 188), estableció en 1929 una tesis en la que define el uso común y su alcance: BIENES DE USO COMUN. Los bienes son de propiedad pública o privada: los de propiedad pública se dividen en bienes de uso común y bienes propios; estos últimos están exclusivamente destinados a cubrir las necesidades de la Federación, de un Estado o de un Municipio, quienes como cualquiera otra persona, para reclamar el goce exclusivo de esos bienes, necesitan acudir ante los tribunales; pero cuando se trata de bienes de uso común, cuando el provecho que se deriva de ellos se extiende a todos y no a determinados individuos, cuando esos bienes constituyen las bases sobre que deben ejercerse actos de dominio público, el bien social exige que el estado ejercite en ellos su soberanía, con normas distintas a las que rigen las relaciones entre particulares, por medio de una acción rápida y enérgica, lo que no podría conseguirse si se viera obligado a acudir ante los tribunales, en defensa de sus derechos, por tanto, cuando se trata de bienes de uso común, las autoridades obran legítimamente al ejercitar ese dominio directo sobre ellos, facultad que

34

| ARK_MAGAZINE // #24

está no sólo imbíbita en las atribuciones de todo poder soberano, sino expresamente consignada en las disposiciones legales, que vienen sucediéndose desde el derecho romano, estando sólo obligado a respetar aquellas obras de la industria humana, construidas con permiso de la misma autoridad, para aprovechar los bienes de uso común (énfasis mío). Amparo administrativo en revisión 67/22. Zamudio José G. y coagraviado. 19 de enero de 1929. Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. Como puede apreciarse, el uso común, de acuerdo a la tesis referida, implica que el provecho o beneficio obtenido sea extensivo a toda la población y no sólo a un grupo de esta; y que debe prevalecer el bien social o bien común, para lo cual el estado ejercerá su soberanía con actos enérgicos de dominio público. De acuerdo con lo anterior, el INAH como dependencia del gobierno federal, debe ejercer la soberanía nacional con actos de dominio público que garanticen el uso y el bien común de los monumentos arqueológicos. Hacer lo contrario, es decir, autorizar su uso y beneficio privado, es ilegal y contrario a la ética profesional porque lesiona el interés supremo de la nación. Nos encontramos ya entonces en el terreno del gobierno, la política y las instituciones, que es donde se toman las decisiones sobre el uso de los bienes comunes. La toma de decisiones es un asunto delicado pues debe prevalecer en estas no sólo el aspecto legal, sino el ético; que no siempre van aparejados. La conducta ética va de la mano con una serie de valores que ya no depende de las leyes únicamente, sino del ser humano en tanto que gobernante o funcionario. Al respecto, Oscar D. Bautista nos dice (s.f. 1): “Para lograr buenos resultados en la política y en la gestión pública se requiere contar con gobernantes y funcionarios que hayan interiorizado los valores y posean una conducta íntegra pues son estos servidores públicos quienes marcan las directrices y operan las instituciones.” La ética pública o “ética de la responsabilidad” como la definió Weber, tiene como objetivo que el servidor público desempeñe su cargo con “diligencia y honestidad resultado de la razón, la conciencia, la madurez de juicio, la responsabilidad y el sentido del deber” (ibídem 3), y que al hacerlo se persiga el interés público o bien común (ibídem 2). La ética pública trata de la moralidad de los actos humanos que son realizados por los seres humanos en su calidad de


G U S TAV O A . R A M Í R E Z C A S T I L L A

funcionarios (ídem); trata de evitar las conductas y pensamientos corruptos para hacer lo correcto, así como evitar que personas sin escrúpulos y con una falsa imagen de respetabilidad u honorabilidad ocupen cargos público importantes (ídem). La corrupción, el abuso del poder, el favoritismo entre otros vicios vinculados a la política, ya eran tema de preocupación desde la antigüedad remota. Por ejemplo el Código de Hamurabbi (Rey de Babilonia, siglo XIII a.C.) establece los principios que deben regir la conducta de quienes ocupaban cargos públicos (ibídem 4). De la filosofía de Confucio (siglo V a.C.) se formularon los Principios Chinos de la conducta Pública (ídem). De no menor importancia son Los Principios del Rey Asoka de la India (Siglo III a.C), la primera obra dedicada a la Ética de Aristóteles y Las obras morales de Plutarco ambos filósofos griegos (Siglo IV a.C.) (ídem). De Roma nos llegan Sobre los deberes de Cicerón y Los tratados morales de Séneca (siglos I a.C. – I d.C.) (ídem); obras todas que tocan el tema de la ética pública, como una parte fundamental de la conducta humana en la política. En la actualidad, la situación no ha cambiado mucho, los viejos vicios prevalecen, pero han enraizado profundamente en la política y el servicio público mexicano como nunca. Durante el último sexenio hemos sido testigos de la escandalosa corrupción y conducta inmoral de la clase gobernante que ha permitido el expolio del país a todos los niveles, torciendo las leyes, corrompiendo a los funcionarios y favoreciendo el interés privado sobre el público. A la falta de ética se suma la falta de aplomo de quienes siendo coaccionados para autorizar actos ilegales, prefieren el silencio, para evitar la represión de sus superiores, o quizá sea la seducción del poder o el dinero que les garantiza seguir en el cargo público. Son personas sin honor ni decoro, palabras que han perdido para ellos el alto significado que tenían en el pasado; la moral – piensan-, “es un árbol de moras…” (dicho popular). La corrupción también ha extendido su mano al ámbito del patrimonio cultural. En los años recientes, las zonas arqueológicas más emblemáticas del país, han sido concesionadas o alquiladas ilegalmente para llevar a cabo conciertos musicales de artistas internacionales (Chichén Itzá 2009 a 2018), espectáculos de luz y sonido (Chichén Itzá, Edzná, Uxmal, Tajín y Teotihuacan en diversos años), o festivales pseudocadémicos de tinte esotérico (Cumbre Tajín 2000 a 2018). Estos son promovidos por empresas privadas con apoyo de gobiernos estatales y municipales, a los que por su desconocimiento sobre el tema, les truecan “oro por

cuentas de vidrio”. El tráfico de influencias ha sido un factor decisivo para presumiblemente presionar al Consejo de Arqueología a validar los proyectos mercantiles, a pesar del daño físico o moral que ocasionan a las zonas de monumentos, y de la flagrante violación al principio de uso común establecido en la Ley General de Bienes Nacionales. Buscando evitar el uso inapropiado de las zonas arqueológicas, la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (COFEMER), realizó un Diagnóstico Regulatorio para Zonas de Monumentos Arqueológicos el año 2015, en el que propuso un reglamento de ley para la protección de dichos monumentos (COFEMER 2015: 1). Los mencionados diagnóstico y propuesta tuvieron por objetivo cubrir el vacío regulatorio en el Artículo 30 de la Ley General de Bienes Nacionales – comentada páginas atrás- , y que aquí recordamos de nuevo: En las zonas de monumentos arqueológicos, la Secretaría de Cultura a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia podrá otorgar permisos o autorizaciones únicamente para la realización de actividades cívicas y culturales, conforme a lo que disponga el reglamento que para tal efecto se expida… (Ley General de Bienes Nacionales, Art. 30) (Énfasis mío). Debido a que el señalado reglamento no se ha expedido, la “actividad susceptible de regulación [autorización de actividades cívicas y culturales] ha procedido sin una racionalidad científica ni contornos jurídicos precisos, en detrimento del patrimonio arqueológico de México” (COFEMER 2015: 3). Dicho reglamento tendría que haber sido propuesto por el INAH al ejecutivo federal con fecha límite 21 de noviembre del 2004 (Ídem), hecho que no sucedió. Los analistas de la COFEMER lograron intuir a través del análisis de diversas propuestas de reglamento presentadas posteriormente (2008- 2012), así como de las autorizaciones otorgadas para espectáculos supuestamente culturales, las contradicciones y debilidades de las políticas tanto como de las regulaciones mexicanas al respecto, como señala el diagnóstico citado: “…algunas veces, la política implementada para preservar el patrimonio arqueológico pareciera que se contrapone con la idea de proporcionar los cuidados mínimos que deben imperar para un resguardo seguro de los bienes culturales. En ocasiones, las reglas institucionales están diseñadas con una laxitud que no

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

35


LA ÉTICA DEL USO SOCIAL DE LAS ZONAS...

pondera la dignidad elemental del patrimonio arqueológico, y termina por exponerlo a riesgos innecesarios. Más adelante agrega: Por ejemplo, en el caso de México, han sido promulgadas distintas normas orientadas a la preservación del patrimonio arqueológico, pero también han surgido vacíos jurídicos que repercuten en un manejo aventurado de los monumentos arqueológicos, lo que se ha traducido en la realización de actos cívicos o culturales en detrimento de los mismos (COFEMER 2015: 10) Es evidente que además de los vacíos legales, se han autorizado espectáculos artísticos con fines de lucro, debido a una falta ética o moral de los funcionarios a cargo, que se han valido de la falta de reglamento para dar a propósito una interpretación unipersonal y laxa de la norma, sin reflexionar que su acto es contrario al espíritu de la misma, que es proteger a toda costa la dignidad de los monumentos arqueológicos impidiendo su deterioro y uso privado; de lo cual concluyen los analistas de la COFEMER; “Ergo, es viable concluir que t o d o p ro y e c t o e m p re n d i d o e n u n a z o n a d e monumentos arqueológicos debe realizarse con absoluto respeto a sus estructuras y a su entorno, a efecto de no comprometer su integridad ni degradar su dignidad, pues de ponerse en riesgo estas variables sería preferible cancelar el Proyecto (ibídem: 13). Por otra parte, aludiendo a los nuevos tipos de espectáculos como los conciertos, el videomapping ya mencionado y los juegos de luces LED, acompañados de animaciones, música y narraciones, los analistas de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria, con mejor criterio que los funcionarios encargados de proteger los monumentos, son sensibles al significado de la dignidad de los monumentos, en el sentido de no someterlos a usos y funciones que disminuyan, ridiculicen o mermen sus significados y valores. Al respecto emiten un juicio contundente: Sin embargo, otro tipo de innovaciones también han alcanzado a los sitios arqueológicos para llevar a cabo eventos culturales transitorios, los cuales lejos de profundizar el significado del conjunto monumental, y permitir que los asistentes despierten un apego que sobrepase su nacionalidad, ponen en vilo la integridad de la zona implicada y afectan el propósito para reafirmar una consciencia universal por el legado arqueológico. Ante esta delicada circunstancia, es

36

| ARK_MAGAZINE // #24

urgente que la política de preservación del patrimonio arqueológico establezca límites categóricos para las actividades que se pretendan realizar dentro los perímetros que albergan estos bienes, a fin de combatir la disonancia de utilizar estos lugares como sedes de diversos eventos que pueden ocasionar daños irremediables al acervo monumental (ibídem: 15). Veamos ahora de forma sucinta, algunos de los casos que justifican los atinados juicios de la COFEMER. Por ejemplo, en el caso de “Resplandor Teotihuacano”, proyecto del gobernador Peña Nieto, las cabezas rodaron cuando se hizo público el vergonzoso daño ocasionado a la Pirámide del Sol, por colocar la iluminación mediante cables (y parapetos que la ocultaban), con tornillos para los que se taladraron más de 7000 agujeros (Aguilar et al. 2016: 2). La demanda interpuesta por el Sindicato de Investigadores y Docentes del INAH ganó; lográndose la suspensión definitiva de Resplandor Teotihuacano el año 2009 (Vargas 2009). Pero en 2015, se impulsó desde el gobierno mexiquense un nuevo proyecto denominado “Experiencia Nocturna en Teotihuacán”, para el que se utilizó esta vez tecnología LED portátil para iluminar coloridamente un tramo de la calle de los muertos, así como la proyección de un videomapping, (vídeo digital animado), sobre la fachada poniente de la Pirámide del Sol, degradada así de icono cultural a mega pantalla de cine, lo cual reduce su enorme significado; pero no causa estragos físicos (Ídem). La atención de los funcionarios se centró sólo en no causar daño físico a los monumentos, más no en guardar su dignidad; sin embargo fue argumento suficiente para el Consejo de Arqueología y la Dirección General del INAH para autorizarlo y defenderlo denodadamente. No obstante; temiendo el rechazo del proyecto de parte de los investigadores del INAH -y de una manera que sólo puede calificarse de perversa-, dichos funcionarios mantuvieron silencio absoluto sobre la solicitud iniciada por la Secretaria de Turismo del Estado de México ante el INAH el 14 de mayo de 2015, misma que fue autorizada pocos días después, según consta en el oficio 401.B(4)19.2015/36/1031. Los investigadores sólo fueron invitados a evaluar el proyecto hasta el 30 de octubre del mismo año (Aguilar et al 2016: 2), en un gesto que se hizo parecer al principio de buena voluntad; pero de inmediato se descubrió la treta. Para entonces la empresa contratada por el gobierno mexiquense para elaborar el videomapping, tenía ya un vídeo, una maqueta y un guion aprobados. La argucia y el engaño fueron las estrategias usada por los funcionarios para burlar


G U S TAV O A . R A M Í R E Z C A S T I L L A

cualquier medida de corrección o de oposición. ¿No es acaso esta conducta del todo reprochable desde la ética pública y profesional? Finalmente el espectáculo se inauguró el 18 de marzo de 2016, con la presencia de las autoridades del INAH y la recién creada Secretaría de Cultura. A esa fecha el boleto de admisión tenía un costo de $ 390.00 pesos, de los cuales, según información de los funcionarios, $220.00 serían entregados a la institución para trabajos de conservación e investigación (ibídem: 10), pero no se sabe si se ha recibido dicha aportación y el destino que se le ha dado. Otro caso, escandaloso además por el descaro con que se exhibió la red de tráfico de influencias, el abuso de autoridad sobre los propios trabajadores y funcionarios del INAH, así como la flagrante violación al principio de uso común, para favorecer un negocio privado fue el concierto “Celebrando a Armando Manzanero en vivo desde Chichén Itzá”, cuya autorización se consiguió gracias al apoyo que la Secretaria de Cultura dio su amigo cantautor, como él mismo lo reconoció públicamente (Ponce 2018) El sábado 3 de febrero de 2018 se llevó a cabo en la zona de monumentos arqueológicos de Chichén Itzá, Patrimonio Mundial, dicho concierto, entre las 21 y 23 horas. El evento fue autorizado el 1 de noviembre de 2017 por el Director General del INAH, con base en un dictamen emitido por el presidente del Consejo de Arqueología, donde se señala que la propuesta para celebrar el concierto es factible, “siempre y cuando que se cumplan las especificaciones técnico operativas” plasmadas en un documento anexo (oficio 401.15.3 -2017/2142, de fecha 25 de octubre del 2017). El concierto de tres horas requirió, sin embargo, la participación de funcionarios y trabajadores del INAH durante las dos semanas previas al evento y durante toda la noche y el día siguiente para supervisar el cumplimiento de dichas especificaciones, en horarios nocturnos extenuantes, disponiéndose además de las instalaciones oficiales como el campamento de arqueólogos, que fueron desalojados sin brindarles apoyo económico o alternativas para pernoctar, para cederlo como camarotes de los artistas.El espectáculo fue deplorable, con fallas técnicas graves, el uso infamante de la pirámide de Kukulkán como utilería escénica y pantalla de proyección de un video fantasioso que no tuvo ninguna relación con sus valores históricos y culturales de la zona arqueológica. Además, la actuación del cantante Alex Lora, quien no reprimió el uso de

frases y señales obscenas, se sumó al conjunto de un espectáculo grotesco que denigró la dignidad y significado social de los monumentos, con el consentimiento y apoyo de una red de influencias de los funcionarios responsables de su cuidado. El Sindicato Nacional de Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH dio a conocer el video documental La explotación comercial del patrimonio mundial: el concierto de Armando Manzanero en Chichén Itzá (https://www.snp-inahinvestigadores.org/ laexplotacioncomercialdelpatrimoniomundial_manzaner o_chichenitza2018/); que atestigua todo lo anteriormente expresado. La autorización rebasa como en el caso de Experiencia Nocturna en Teotihuacán el Artículo 30 de la Ley General de Bienes Nacionales, párrafo tercero, dado que el concierto montó un espectáculo que daño la dignidad de la Pirámide de Kukulkan, al rebajarla a pantalla de proyección y accesorio de utilería, contraviniendo su uso común al concesionarla a una empresa y persona física para uso privado y comercial; como consta en la publicidad del evento, así como en fotografías y videos realizados por la Comisión de Patrimonio Cultural del Sindicato de investigadores el día del evento. Es de destacar que las autoridades de la Secretaría de Cultura y del INAH ignoren éstos aspectos básicos, cuando están al tanto del Diagnóstico Regulatorio para Zonas y Monumentos Arqueológicos (COFEMER 2015), emitido por la Comisión Federal de Mejora Regulatoria el año 2015; en el que hace claras y reveladoras observaciones para limitar las autorizaciones establecidas en el Artículo 30 de la LGBN, mediante un Reglamento para el otorgamiento de autorizaciones para la realización de actividades cívicas y culturales en las zonas de monumentos arqueológicos, que fue subsanado por dicha Comisión en dos ocasiones por considerar que los espectáculos han ocasionado un perjuicio irreparable al patrimonio arqueológico monumental, basados en la información brindada por el propio INAH que señala: “la experiencia del INAH en la celebración de eventos masivos en las zonas arqueológicas más grandes, esto e s , c o n m á s e s p a c i o e n t re l o s m o n u m e n t o s arqueológicos (pirámides) ha ocasionado un deterioro considerable en dicho patrimonio, el cual no es posible recuperar. Esta vivencia ha ocurrido en las zonas arqueológicas de Chichén Itzá, Uxmal, Tajín y Teotihuacán…” (COFEMER 2015: 28) Adicionalmente, agrega en relación al costo beneficio de dichos eventos para las zonas arqueológicas que:

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

37


LA ÉTICA DEL USO SOCIAL DE LAS ZONAS...

//

Es evidente que las autoridades del INAH otorgaron un permiso para el concierto de Manzanero, en el que deliberadamente pasan por alto las observaciones realizadas anteriormente por el propio instituto respecto a las afectaciones a los monumentos... “para los eventos denominados: 1) Concierto La Noche del Sol, Elton John en Chichén Itzá, y 2) Cumbre Tajín, se asevera que “el deterioro que sufre la zona arqueológica por la realización de este tipo de eventos, es una afectación permanente al legado histórico de la Nación” (ídem). En otro oficio dice la COFEMER que la SEP informó que “el INAH tiene bajo su resguardo 182 zonas arqueológicas abiertas al público, sin embargo, estos no son espacios idóneos para utilizarse como foros…” (Ibídem 28). Es evidente que las autoridades del INAH otorgaron un permiso para el concierto de Manzanero, en el que deliberadamente pasan por alto las observaciones realizadas anteriormente por el propio instituto respecto a las afectaciones a los monumentos, cometiendo negligencia en forma reincidente. También han caído en la falta grave de tráfico de influencias, para favorecer a un tercero, haciendo uso de su poder. Han violentado leyes y acuerdos, buscando vacíos legales para presumiblemente conspirar contra el interés superior de la Nación, la utilidad pública, la dignidad y preservación de los monumentos arqueológicos. A partir de su diagnóstico, la COFEMER elaboró una propuesta de reglamento en 2015 que, a pesar de algunos procedimientos incapaces de eliminar la discrecionalidad en la autorización, como la evaluación previa de los proyectos por parte del Consejo de Arqueología, un órgano consultivo de la Dirección General del INAH subordinado a esta; sí eliminaba por 38

| ARK_MAGAZINE // #24

completo la posibilidad de autorizar su uso a particulares, como lo indica en el siguiente párrafo; “Arribadas estas conclusiones, es fácil percatarse que los particulares han sido descartados para solicitar la realización de actividades cívicas y culturales en las zonas de monumentos arqueológicos” (COFEMER 2015:30). Desafortunadamente, dicho reglamento se quedó en trámite y no fue publicado en el Diario Oficial de la Federación; por lo que sigue habiendo un vacío legislativo del artículo 30 de la Ley General de Bienes Nacionales, que permitió en consecuencia, que el concierto de Manzanero se realizase, al igual que el espectáculo Experiencia Nocturna en Teotihuacán, situación que alienta a otras empresas a promover negocios similares en otras zonas arqueológicas del país. La explotación comercial de zonas arqueológicas es un fenómeno mundial, motivado por poderosos intereses comerciales que buscan nuevas oportunidades de negocios. Sus lobistas consiguieron que en Perú se aprobara una ley que autorizaba la concesión de zonas arqueológicas a empresas privadas, con el pretexto de que el gobierno carecía de los recursos para mantenerlas (Decreto Legislativo 1198 2015). Por fortuna la movilización social impidió que se pusiera en práctica, tan sólo una semana después de su promulgación (Derogan 2015). Con el mismo argumento de insuficiencia presupuestal, apenas a inicios del 2019, el gobierno de Grecia emitió una ley que aprueba la concesión de más de 2500 monumentos arqueológicos a empresarios privados. Nuevamente, la movilización social ha impedido que se perpetre semejante crimen (Greek Government Removes 2019), que pondría en manos privadas no sólo el uso y explotación de los monumentos, sino su investigación, su restauración y su dignidad. Esas manos podrían manipular el conocimiento científico, alterar la autenticidad y manipular las interpretaciones de los rastros nuestra existencia humana, para sus propios intereses, lo cual resulta peligroso. En el contexto que se acaba de describir, la ética juega un papel central en el combate a la corrupción en cualquier campo, como una herramienta de autocontrol del servidor público, ejercido no por las leyes sino por una conciencia de servicio encaminada al bien común. La corrupción a su vez, no es un fenómeno personal; ya que visto en contextos más amplios y desde la teoría de la organización, se aprecia como un fenómeno estructural que obedece a una forma de dominación social (Sandoval 2015).


G U S TAV O A . R A M Í R E Z C A S T I L L A

En consecuencia, es indispensable que, para detener el uso indebido de las zonas arqueológicas y las autorizaciones discrecionales, se promulgue el reglamento que cancele cualquier uso privado sobre el uso común; que el Consejo de Arqueología tenga equilibrios y contrapesos al constituirse como un organismo independiente de la Dirección General del INAH, con miembros honorables de distintas universidades e Investigadores de base del Instituto elegidos democráticamente. También que se promueva la formación ética entre sus miembros, trabajadores y los altos funcionarios del INAH. No se omite la necesidad de un código deontológico, del cual carece el Instituto (Ética en la Conservación 2016) y otras acciones que fortalezcan los principios éticos que deben prevalecer en el ejercicio público. // GR

REFERENCIAS: Aguilar Rojas, María de la Luz, Gustavo A. Ramírez Castilla y Jesús E. Sánchez (2016). Dictamen Técnico, Académico, Jurídico y Aspectos Colaterales del Espectáculo “Experiencia Nocturna” en la Zona de Monumentos Arqueológicos de Teotihuacan, Comisión de Protección del Patrimonio Arqueológico e Histórico, del Sindicato de Investigadores del INAH, Ciudad de México. Recuperado de: https://www.snpinahinvestigadores.org/wp-content/uploads/2018/06/ Dictamen-Teotihuacan.pdf Bautista, Oscar Diego (s.f.). Ética política: valores para un buen gobierno. UNAM. Recuperado de: http:// www.encuentros-multidisciplinares.org/Revistan%BA27/ Oscar%20Diego%20Bautista.pdf Barbaz Lapidus, Salomón (2014). Cumbre Tajín: modelo de gestión del patrimonio cultural de Veracruz. Primer Congreso Latinoamericano de Gestión Cultural, Santiago, Chile, 23 al 27 de abril. Recuperado de: http:// observatoriocultural.udgvirtual.udg.mx/repositorio/ bitstream/handle/123456789/160/ Cumbre%20Tajin%20Modelo%20de%20gestion%20de %20patrimonio%20cultural%20de%20Veracruz.pdf? sequence=1&isAllowed=y COFEMER (2015). Diagnóstico regulatorio para zonas de monumentos arqueológicos. Comisión Federal de Mejora Regulatoria – Coordinación General de Mejora Regulatoria, Secretaría de Economía, México. Recuperado de: http://www.cofemer.gob.mx/varios/ adjuntos/2016.02.09/Diagnosticos_ASF/2_Stre/

10_Diagnostico_Regulatorio_Zonas_Monumentos_Arqu eologicos.pdf Decreto Legislativo N° 1198, que enajena el patrimonio arqueológico de Perú (2015), recuperado de: https:// a rq u e o l o g i a . l a m u l a . p e / 2 0 1 5 / 1 0 / 0 3 / e l - d e c re t o legislativo-n-1198-que-enajena-el-patrimonioarqueologico-del-peru/goritumi/ Derogan DL 1198 sobre privatización de bienes arqueológicos (23 de octubre de 2015). La República. Recuperado de: https://larepublica.pe/politica/890416derogan-dl-1198-sobre-privatizacion-de-bienesarqueologicos Ética en la conservación del patrimonio cultural, mesa de discusión de la CNCPC (2016). Avada. Recuperado de: https://conservacion.inah.gob.mx/3460 Gilaberte Sánchez, Christian (2011). ¿A quién pertenece el patrimonio cultural? Recuperado de: http:// gilaberte.blogspot.com/2011/11/quien-pertenece-elpatrimonio-cultural.html Greek Goverment Removes historic sites from state fund list after protests (23 de enero de 2019). Greek City Times. Recuperado de: https://greekcitytimes.com/ 2019/01/23/greek-government-removes-historic-sitesfrom-state-fund-list-after-protests/ Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos (1972). Ley General de Bienes Nacionales (2018): Recuperado de. http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/ 267_190118.pdf Ley Orgánica del Instituto nacional de Antropología e Historia ([1939] 2015). Recuperado de: http:// www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/ 170_171215.pdf Mateos –Vega, Mónika (2011), Convierten el MNA y el Castillo de Chapultepec en “salones de eventos”, La Jornada, Pp.7. Recuperado de: https:// www.jornada.com.mx/2011/12/19/cultura/a07n1cul# Navarro Abarzúa, Iván (s.f.). Ética, sustentabilidad y patrimonio cultural, Revista LIDER, Centro de Estudio del Desarrollo Local y Regional (CDEDER), Santiago, Chile. Pp. 39-52. Recuperado de: http://ceder.ulagos.cl/lider/ images/numeros/12/4.

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

39


[LIDER%20VOL12]Etica%20Sustentabilidad%20y%20Patr imonio%20Cultural.pdf Ponce, Roberto (7 de febrero de 2018). Rechazo a Manzanero, Revista Proceso. Recuperado de: https:// www.proceso.com.mx/521544/rechazo-a-manzanero Ramírez Castilla, Gustavo A. (2018). Conservación de edificios arqueológicos en ámbitos urbanos, Editorial Académica Española. Real Academia Española (2018). Posesión. En diccionario de la lengua española. Edición del Tricentenario. Recuperado de: https://dle.rae.es/?id=TmqxclV Real Academia Española (2018). Propiedad. En diccionario de la lengua española. Edición del Tricentenario. Recuperado de: https://dle.rae.es/? id=UNs0WGg Sacristán Roy, Emilio (2006). Las privatizaciones en México, Economía, UNAM, Vol 3 (9). Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php? script=sci_arttext&pid=S1665-952X2006000300004

Sobre el autor: ____

Gustavo a. Ramírez Castilla (Xalapa, Veracruz - 1964) Arqueólogo egresado de la Universidad Veracruzana y Maestro en Arquitectura con especialidad en Conservación y Restauración de Monumentos por la ENCRyM. Actualmente cursa el doctorado en Políticas Públicas en el Institute for Executive Studies (IEXE). Profesor Investigador del INAH, Delegación Tamaulipas. Ha sido consultor de la UNESCO para el combate al tráfico ilícito de bienes culturales, en Centroamérica y el Caribe, y Consultor de la Oficina de servicios para proyectos de la ONU en la gestión del patrimonio cultural. Fundador y Director de la Red Mexicana de Arqueología y Miembro del Consejo Editorial del Journal of Texas Archaeology and History. Ha dirigido proyectos de museografía, excavación, restauración, investigación y salvamento arqueológico principalmente en el Noreste de México. Contacto: gustavoramirezc@gmail.com

Salas Guzmán, Cristina (2013). ¿A quién le pertenece el patrimonio? Revista Herencia, Vol. 26 ( 1 y 2), Pp. 113-120. Recuperado de: https://revistas.ucr.ac.cr/ index.php/herencia/article/view/14535/13809 Sandoval Ballesteros, Irma Eréndira (2015). Corrupción y desafíos organizacionales en un mundo de asociaciones público – privadas. Gestión y Política Pública, Vol. XXV (2).Pp.365-413. Semanario Judicial de la Federación (s.f.), segunda sala, quinta época, T. XXV. Pp. 188. Recuperado de: http:// s j f . s c j n . g o b . m x / s j f s i s t / D o c u m e n t o s / Te s i s / 338/338580.pdf Sindicato Nacional de Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH (2018, octubre 20) La explotación comercial del Patrimonio Mundial: el concierto de Armando Manzanero en Chichén Itzá [Archivo de vídeo]. Recuperado de: http:// normasapa.com/como-citar-referenciar-videos-deyoutube-o-otra-web-con-normas-apa/ Vargas, Regina (2009). Resplandor Teotihuacano. Logran trabajadores del INAH Amparo, frecuencialaboral.com, recuperado de: http://www.frecuencialaboral.com/ inahamparo.html

40

| ARK_MAGAZINE // #24

Para citar: ____

(CC) ARK MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Ramírez Castilla, Gustavo A. La ética del uso social de las zonas de monumentos arqueológicos, en: ARK Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 6 Número 24, otoño 2018. Proyecto ArKeopatías. México 2018, Página 32. https://issuu.com/arkeopatias/docs/ark24 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: uso social, zonas de monumentos arqueológicos, conciertos, corrupción, patrimonio.


#exprésate [ ESPACIO LIBRE ]


ÉTICA Y PATRIMONIO: LA INEFABLE SURREALIDAD MEXICANA Y SU #TÍPICODELINAH

Anael J. González Álvarez Lamentablemente estamos ya, muy lejos de las nociones de Ética de Baruch Spinoza o de Patrimonio Cultural[1] para el actual caso mexicano. Ante tal situación, bien podemos aprovechar esta coyuntura para tirar los dados y observar su azaroso rodar… Si bien es cierto, la arqueología mexicana es un compendio de acciones dirigidas al pasado, el beneficio maravilloso de esta ciencia precisamente es su mirada hacia el futuro. La pregunta ya no es el cómo conservar tal o cual patrimonio, sino por qué realmente conservarlo y cómo transmitir su mensaje sin deformarlo. La historia de la humanidad, muchas de las veces, señala hechos, objetos, personajes o lugares que fueron tan catastróficos o funestos en su magnitud más terrorífica si se quiere, como momentos o lugares indeseados por toda su complejidad y contexto. Sin embargo, el simple hecho de ser, ya sea por su origen o causa, maligno por alguna razón, excusa mínima o suficiente para justificar la nula investigación in situ y quizás a futuro como en muchos casos, museos de sitio. Recuerdo como cuestión bizarra en el sentido más anglosajón del término, una extensa discusión que sostuve con una compañera de la licenciatura de otra

42

| ARK_MAGAZINE // #24

carrera por redes sociales, precisamente sobre este tema. Ella sostenía que aquel patrimonio que evocara a lo peor de la raza humana como los restos materiales de la arqueología Nazi, como búnkeres, indumentaria, documentación, etc., no debían ni ser investigados, ni rescatados, ni hacer de estos lugares museos de sitio ni mucho menos, que era lucrar con el dolor humano ajeno… Tras varios comentarios y réplicas burdas, me eliminó y bloqueó de sus contactos. Yo solo argumentaba y aun sostengo, que sin el mensaje correcto, curatorialmente, es inadecuado alzar algún tipo de museo sobre estos temas, es decir, el mensaje que estos museos deben dar de manera general sería: humanidad no caigamos en las garras del odio y evitemos este holocausto, hoy, aún estamos a tiempo. De principio, la cuestión anterior suena irrisible. Todo patrimonio merece y vale la pena rescatarlo y conservarlo, sí y sí. Como acotación, actualmente ella es estudiante de doctorado, becaria CONACyT, con estudios de antropología social, asistente de investigación, etcétera, y seguramente como ella hay muchísima gente que no nada más ignore de la arqueología Nazi, sino que le interese poco o nada su ética propia de cara con el patrimonio más remoto o más cercano. Gente como ella


//

¿En qué clase de sociedad vivimos, que ni nuestro pasado edificado respetamos?, ¿qué estamos enseñando a nuestro futuro? son más de los que creemos. Sé que se trata de un comentario basura en una red social más, si gustamos tomar esta posición, el problema de facto de fondo, no nada más lo intolerante de sus dichos, sino que la ignorancia es aún más terrible que cualquier holocausto humano y es totalmente demostrable al alcance de un clic. Personalmente expreso, si no aprendemos de nuestro pasado, de los errores de todos nosotros en ese pasado tan lejano, jamás seremos ese ser humano ni bueno ni en plenitud, hoy. Me pregunto, ¿en qué clase de sociedad vivimos, que ni nuestro pasado edificado respetamos?, ¿qué estamos enseñando a nuestro futuro?... Si bien es cierto, las últimas tecnologías de la cultura 2.0 nos brindan cada día el poder de acercarnos a la inmediatez del segundo del hoy de casi cualquier parte del mundo. La contracara más oscura detrás, es la intolerancia y está a un clic de distancia. Actualmente es parte de una surrealidad digital que no siempre se topa de frente con la vida humana real. Sin embargo, ¿a qué voy con esa pequeña e insignificante discusión de lavadero social de esta era digital? Pues precisamente eso, como muchas cosas de la vida hasta la diariamente, puede ser vista desde un microcosmos… es ver tristemente, como dentro de la academia misma, el odio entre pares, la intolerancia y la corrupción, no a todos, pero nos consume de a poco o de a mucho, siendo los corruptos o las presas. Repito para muestra un clic. A ella no la he vuelto a ver en mi vida jamás. Pero el problema no es con mi examiga y excompañera, sino con el resto de la academia y la nación, y quizás por qué no, el mundo entero. Cuando menos, en el caso mexicano, entre la desidia y la pereza tanto de los académicos carcomidos por la rutinaria vida laboral y el resto de zombies de “Mirreyes”[2] y “Godínez”[3], el arte, la ciencia, la cultura y los museos, se ven cada vez más desplazados por ser económicamente inalcanzables o

geográficamente lejanos, más engullidos por la selva de concreto y peor les va a aquellos que están lejos de zonas urbanas. Para caer de nuevo en algunas elites locales, el placer de dicho divertimento, el conocimiento (muy similar a lo seguramente sucedía en Mesoamérica). Por ello, hacer accesible los museos, hasta los de lugares apartados, es lo ideal e imprescindible, ¿pero cómo hacerlo cuando ni a sus trabajadores les pagan por más de 10 meses?... ¡Shame on you INAH!, ya sabemos que esto y más es #TípicoDelINAH, visítenlo en su red social más cercana. Entonces, las líneas entre la ética y patrimonio desde el concepto más arcaico hasta el clásico, actualmente se encuentran totalmente retorcidas y putrefactas. Demos algunos clics juntos, muy pocos. 1. Usan ex Convento de Cuilapam como salón de fiesta privada, https://www.rioaxaca.com/2017/11/26/ usan-ex-convento-de-cuilapam-como-salon-de-fiestaprivada/. Ejemplo de cómo la élite local da uso privado a patrimonio histórico oaxaqueño, bajo la dirección de Diego Prieto al frente del INAH. (Foto 1) 2. Armando Manzanero en Chichen Itzá, https:// www.lajornadamaya.mx/2018-01-16/INAH-aprueba-elconcierto-de-Armando-Manzanero-en-Chichen-Itza, El INAH aprueba su concierto con algunos requerimientos, https://www.proceso.com.mx/519952/ninguna-trabapara-el-concierto-de-manzanero-en-chichen-itza, más claro ni el agua, NINGUNA traba para su concierto, Rechazo a Manzanero, https://www.proceso.com.mx/ 521544/rechazo-a-manzanero#, me limito a sustraer y cito: “Una breve lectura de los acontecimientos narrados pone de relieve una realidad exasperante; que en el país hay mexicanos de primera, de segunda y hasta de tercera. Los de primera, que habitan el pequeño círculo de gente “importante” –léase poderosa–, pueden echar mano de la amistad para hacer realidad anhelos personales como “un regalo a la abuela”. Se trata de regalos nada simples ni baratos, como decía. Esos magnánimos amigos no dudan en disponer de la propiedad de la nación, del patrimonio del mundo, de los recursos del erario público para pagar viáticos y gastos de servidores públicos, funcionarios y trabajadores de instituciones nacionales, que deben laborar horarios extenuantes, más allá del deber, para confeccionar el regalo del amigo del jefe superior. Tampoco tienen reparo en pasarse por lo alto las leyes, reglamentos, convenciones y acuerdos internacionales e ignorar a los argumentos de los sectores académicos, intelectuales y opositores, porque ellos sólo ponen el papel, un papel firmado, pero que dispone lo necesario

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

43


L A I N E FA B L E S U R R E A L I D A D M E X I C A N A . . .

para que el público acuda en masa a envolver el regalo del apreciado y “terco” amigo, previo pago de entradas – claro está– a costos exorbitantes que sólo puede pagar la gente de primera y de segunda; porque los de tercera nada más pueden ir al ensayo”. (Foto 2) Ejemplo de cómo en el INAH cuando se quiere se puede, “lo que nos pidan podemos, si no podemos –lo hacemos–“ muy a lo Ricardo Arjona, todo lo anterior bajo la dirección de Diego Prieto al frente del INAH. Otra vez. (Foto 3) 3. Se destruye legado bibliográfico de la Biblioteca de la facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana, 2009, https://www.alcalorpolitico.com/ informacion/se-destruye-legado-bibliogr-fico-en-labiblioteca-de-la-facultad-de-antropolog-auv-37401.html#.XC5VuFxKiyI, recuerdo con tristeza este hecho, me tocó cuando fui prestadora de servicio social en esta biblioteca en mi época de estudiante de licenciatura. Extraigo parte del texto que fue parte del material afectado por las lluvias: “La biblioteca del Instituto está especializada en Antropología, Historia y otras áreas del conocimiento, cuenta entre su acervo con las colecciones de diversos personajes como: Gonzalo Aguirre Beltrán, José García Payón, David Ramiréz Lavoignet, Adalberto Tejeda, Heriberto Jara, Leonardo Pasquel, Carlos Romero Giordano, Daniel F. Rubí, de la Borbolla, Ofelia Mora Muñoz, Franciso Beverido y Manuel Torres. Cuenta con varios libros antiguos como: Recopilación de leyes de los reinos de Las Indias de 1681 de 4 volúmenes, un libro autografiado por Álvaro Obregón, Códices originales y facsimilares, y una amplia colecciones de Leyes y Decretos del Estado de Veracruz de 1824 a 1917, y muchas obras más igual de valiosas”. Ejemplo de cómo en la Universidad Veracruzana, escasea el recurso económico desde hace una década y las autoridades universitarias nada hacen por salvaguardar siglos de historia propia, pero siempre tienen para los basquetbolistas de los Halcones. Acoto a este hecho que cuando era karateka en mis tiempos universitarios jamás pudimos alcanzar ningún tipo de apoyo o recurso económico, los administrativos siempre nos decían, “todo se lo dan a los basquetbolistas, no pierdan su tiempo”. 4. IVAI ordena a Sedesol informar sobre programa “Veracruz Comienza Contigo”, http://www.ivai.org.mx/? p=15522, cito directamente: En otros asuntos, el IVAI ordenó a la Secretaría de Turismo y Cultura (Sectur) que

44

| ARK_MAGAZINE // #24

proporcione los contratos realizados con empresas para la producción del festival Cumbre Tajín en sus distintas ediciones e informe si de ellos se realizó algún tipo de adjudicación mediante licitación y, de ser así, entregue los documentos correspondientes a quien le realizó solicitud de información al respecto. Esto es así porque al resolver el recurso de revisión IVAI-REV/1036/2017/II, el Instituto revisó la respuesta del Secretario Técnico del Fideicomiso Público de Administración y Operación del Parque temático Takhil-Sukut –donde se realiza la Cumbre Tajín– en la que manifiesta que el Fideicomiso no cuenta con la información ya que la operación, explotación y mantenimiento del parque se encuentra a cargo de una asociación civil, de conformidad con una de las cláusulas del contrato. No obstante, los comisionados observaron que en el propio contrato de prestación de servicios que se celebró con la asociación Tr a n s f o r m a n d o Ta j í n A . C . s e s e ñ a l a q u e e s responsabilidad del Secretario Técnico del Fideicomiso conservar los originales de todos los documentos que avalen los pagos realizados, como pudieran ser los contratos suscritos. Además de que la operadora Transformando Tajín A.C. entrega mensualmente un informe de las actividades realizadas al Comité Técnico del Fideicomiso sobre el cumplimiento que le da a los presupuestos de ingresos y egresos, pudiéndose encontrar en ellos si las adjudicaciones de los contratos fueron mediante alguna licitación o si fue mediante otra determinación. Por lo que el IVAI ordenó al Fideicomiso que realice una búsqueda exhaustiva de la información y en el caso de que no cuente con ella declare la inexistencia por parte de su Comité de Transparencia. En la sesión pública del día de hoy, el Instituto Veracruzano de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales resolvió 91 recursos de revisión emitiendo un total de 86 sentencias”. Meses antes de esto, se firmaron convenios con importantes empresas comerciantes minoristas y grandes para unas tarjetas de descuento para afiliados a “Veracruz Comienza Contigo”, https:// www.xeu.mx/nota.cfm?id=965883. “No le cuesta nada al gobierno, en todo caso deja de percibir la empresa” opinión de Miguel Ángel Yunes Linares, ex gobernador de Veracruz. Los veracruzanos deberíamos de preguntarnos, sobre el programa de apoyo social, puesto que al parecer “Veracruz Comienza Contigo” es irregular con el manejo de sus “dineros” y el Tajín y el Parque Temático Takhil Sukut, lo saben, lo saben así como sus indígenas totonacos lo saben. Ejemplo de cómo lucrar con un evento “indígena” en zonas arqueológicas y salirte con la tuya sin ningún problema, porque,“no le cuesta nada al gobierno…” y sin que el INAH se meta. Pues, por qué no.


A N A E L J . G O N Z Á L E Z Á LVA R E Z

5. Lluvia y goteras amenazan el acervo de la Biblioteca Nacional de Antropología, https:// w w w. p ro c e s o. c o m . m x / 5 4 7 9 5 0 / l l u v i a - y - g o t e ra s amenazan-el-acervo-de-la-biblioteca-nacional-deantropologia-e-historia, Tláloc hace de las suyas en el Museo de Antropología https://www.chilango.com/ noticias/goteras-en-el-museo-de-antropologia/. De la primera liga quiero citar: “Durante el encuentro se habló también de la situación de los trabajadores e investigadores que laboran por contrato de servicios, dentro del llamado capítulo 3000, de problemas que enfrenta ahora la investigación en el INAH, y de temas como el excesivo gasto que eroga el instituto en renta de espacios inmobiliarios y equipamiento, como computadoras. Y reiteraron su rechazo a la ratificación no sólo del director del instituto, Diego Prieto, sino de sus cercanos colaboradores, Pedro Francisco Sánchez Nava, Coordinador Nacional de Arqueología; Arturo Balandrano, de Monumentos Históricos; Aída Castilleja, Secretaria Técnica, y María del Perpetuo Socorro, responsable del área jurídica. Informaron que ya enviaron una carta al presidente electo Andrés Manuel López Obrador y a quien designó como futura secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, donde le explican que dichos funcionarios “han ido en contra del patrimonio cultural”, permitiendo su abuso en actividades como los conciertos en Chichén Itzá. Ejemplo de cómo hasta en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México también se gotea, bajo el cargo de Diego Prieto frente al INAH. Tláloc es implacable y el INAH lo sabe y no se queda atrás. (Foto 4) Todo lo anterior lo reduzco a lo siguiente. Por si el último párrafo no se entendió, con gusto te lo traduzco al mexicano: no nos importa el capítulo 3000, de hecho vamos a seguir contratando gente así; ellos necesitan a un coordinador nacional de arqueología para aprobar cualquier proyecto que tenga que ver con lo arqueológico, ya sea que afecte como siempre estos edificios o no, entiéndase Tren Maya, a otro pez gordo como coordinador de Monumentos Históricos para tus eventos privados de cachete, en algún lugar los tienes que cacarear y pues que mejor que una Ex Hacienda bonita, a una secretaria de todas, todas tus confianzas “por si se ofrece”, y a tu mejor amiga como responsable jurídica para “evitar cualquier problema futuro”. Dado este contexto de fractal impunidad, ¿dónde queda la ética hacia el patrimonio?, ¿dónde el turismo sustentable? Cuando eventos con corte de identidad indígena local son explotados en aras del capitalismo político veracruzano en turno. Así, simplemente no se puede. Entonces, ¿qué significa la ratificación de Diego Prieto al frente del INAH en este contexto del

#TipicoDelINAH? Me queda claro que a este sexenio nada le importa nuestro patrimonio. NADA. Está todo fríamente calculado. Significa todo lo contrario a lo que nos enseñaron sobre ética y protección patrimonial, plus, turismo sustentable, y de nuevo a nivel nacional. Again, again. El ser arqueóloga, curadora e historiadora de arte y editora web, me faculta de poderes supernaturales y telequinéticos con capacidad de la visión futura y la predicción, por ello veo una maquinaria voraz además de hiper corrupta que acabará con el sureste y caribe mexicano, tanto con su población indígena como con la fauna y flora como con su arqueología e historia y tendrá una duración de 6 años. Justo como hemos visto que es #TípicoDelINAH y no nada más del INAH, pues la UV “no vende piñas” y seguramente en todos lados “se cuecen habas”. Realmente no hay que ser especialista ni ente con súper poderes de cómic para ver más allá de lo evidente como siempre dice GO! El monitor geek, para darnos cuenta de la enorme catástrofe que tendrá lugar en la actual zona maya. Recomiendo profundamente su vídeo sobre Ética de la novela gráfica de Daredevil de Frank Miller[4]. Es evidente que la primera clase de la que habla Gustavo Ramírez en su Rechazo a Manzanero, está tan bien conectada, que toda la burocracia administrativa, legislativa, patrimonial puede ser burlada sin más con documentos apostillados, firmados, sellados y sin problema alguno, en el que los “amigos” más cercanos como empresarios y políticos pueden incluso, casarse o ser padrinos de la boda, como sucedió en Oaxaca. Mientras tanto, en lugares pequeños como una biblioteca que cuenta con documentación de 1681, desde hace más de una década, es dejada en el olvido de la precariedad universitaria… a saber cómo sigue hoy. Aquí la tercera clase somos incluso nosotros, los estudiantes. Recuerdo ver y vivir el crecimiento de esta biblioteca en su archivo documental hasta de indumentaria tradicional indígena actual del Estado de Veracruz, que era mi tema de investigación en la licenciatura, pero por éstas y muchas lluvias posteriores se fueron perdiendo muchos, muchos libros, los esfuerzos de todos nosotros nunca fueron suficientes ya que el apoyo y el rescate de todo esto, como siempre, tardó en llegar, seguro de allí mis alergias y asma de hoy. Dicho sea de paso, siglos de arqueología e historia perdidos por las fuertes lluvias típicas de Xalapa. Pero no, no se engañen la culpa no es de la lluvia típica bipolar xalapeña, sino el nulo interés de las autoridades en cuales quiera que esta sea sin importar el año ni sexenio.

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

45


Ni hablar de Turismo Sustentable o lo que se le parezca, Cumbre Tajín no se queda atrás de problemas financieros de índole político y del mismo corte las goteras en el Museo Nacional de Antropología. Ni qué decir de la tercera y cuarta clase social que ni el propio colega Gustavo R. menciona, que de seguro existen y a los cuales ni les llega este tipo de arte o museos y los recursos menos. Por otra parte, tampoco se trata de inyectar recursos, que mucho se agradece a Sergio Mayer (@SergioMayerb) la buena labor, pero se trata de mucho más que eso. Definitivamente y de manera muy entusiasta, creo y sostengo que tanto el arte como la ciencia, sobre todo la ciencia, la curaduría y las últimas tecnologías deben de funcionar en razón del ser humano y en medida que todos estos proyectos tengan cabida real dentro de un verdadero “Proyecto de Nación” orgánico e integral, tendremos un México realmente preparado para el futuro, hoy. Ojo, solo hablo del INAH, el INBA y la Secretaría de Cultura, esas, son otras historias. // AG

[4] Ética, religión y Daredevil. Vídeo ensayo. GO! El monitor geek, https://youtu.be/XAMEm0xTQK0

Sobre la autora: ____

Anael J. González Álvarez (Veracruz, México - 1985) Arqueóloga por la Universidad Veracruzana, con maestría trunca en Historia del Arte por la UNAM, con cursos de Curaduría, Museografía, Gestión Cultural y diplomados de Marketing Digital, Social Media y Community Manager (CM). En el Museo Nacional de Antropología me desempeñé como CM y después como jefe de Departamento de Página web y RRSS, en Arqueología Mexicana fui editora web y CM. Escribo sobre arte, arqueología y marketing digital en mi blog personal, en Apócrifa Magazine, así como en Arkeopatías. Creo firmemente que el arte sensibiliza al ser humano, y las últimas tecnologías deben servir para unirnos como sociedad. Contacto: anaelglez@comunidad.unam.mx

NOTAS [1] Según la Enciclopedia Jurídica Online, Definición y Carácteres de Patrimonio Cultural en Derecho Mexicano es, concepto de Patrimonio Cultural que proporciona el Diccionario Jurídico Mexicano (1994), de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: (escrito por Francisco Arturo Schroeder Cordero) Por patrimonio cultural de una nación, debemos entender todos aquellos bienes muebles e inmuebles, incluso intangibles, tanto públicos como privados, que por sus valores históricos, artísticos, técnicos, científicos o tradicionales, principalmente, sean dignos de conservarse y restaurarse para la posteridad. En la legislación mexicana vigente, se incluyen los monumentos arqueológicos, artísticos e históricos. https://mexico.leyderecho.org/patrimonio-cultural/ [2] El mirrey es un sujeto egocéntrico y de escasa conciencia social, que vive en una situación de eterno verano. De clase acomodada y lujos especiales, de un spanglish peculiar y camisa abotonada hasta el medio tórax, el mirrey es fácilmente identificable por su estilo de vida “alocado”, desordenado y retador. https:// www.guioteca.com/lujo/que-es-ser-un-mirrey-laseternas-vacaciones-y-lujos-de-estos-personajes/ [3] Godín es, según la definición más popular, la persona que trabaja en una oficina con una jornada determinada. h tt p s : / / w w w. b b c . c o m / m u n d o / n o t i c i a s - a m e r i c a latina-41952749 46

| ARK_MAGAZINE // #24

Para citar: ____

(CC) ARK MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: González Álvarez, Anael J. Ética y patrimonio: la inefable surrealidad mexicana y su #TípicoDelINAH, en: ARK Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 6 Número 24, otoño 2018. Proyecto ArKeopatías. México 2018, Página 42. https://issuu.com/arkeopatias/docs/ ark24 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: uso social, zonas de monumentos arqueológicos, conciertos, corrupción, patrimonio


FOTO 4./ Créditos: @YapagameINAH, 2018. Fuente: https:// www.proceso.com.mx/547950/lluvia-y-goterasamenazan-el-acervo-de-la-biblioteca-nacional-deantropologia-e-historia FOTO 1./ Créditos: RIOaxaca, 2017. Fuente: https:// www.rioaxaca.com/2017/11/26/usan-ex-convento-decuilapam-como-salon-de-fiesta-privada/

FOTO 2./ Créditos: La Jornada Maya, 2018. Fuente: https:// www.lajornadamaya.mx/2018-01-16/INAH-aprueba-elconcierto-de-Armando-Manzanero-en-Chichen-Itza

FOTO 3./ Créditos: Demian Chávez, 2018. Fuente: https:// www.proceso.com.mx/519952/ninguna-traba-para-elconcierto-de-manzanero-en-chichen-itza

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

47


LA IMPORTANCIA DE LA ÉTICA PROFESIONAL EN EL QUEHACER INSTITUCIONAL

Nadia Ivette Sosa Martínez A 80 años de la creación del Instituto Nacional de Antropología e Historia se celebra una tradición casi fiel para servir a los intereses del Estado, mientras afuera las dinámicas culturales, en tanto dinámicas, se niegan a ajustarse a los parámetros que un Plan Nacional de Desarrollo exige. Esta casi forzada tarea de encuadrar las labores sustantivas del INAH a dicho Plan se ha convertido en un reto sufrible para varios profesionales interesados en el estudio del llamado patrimonio cultural. Ante este contradictorio panorama considero que la ética profesional puede ser una alternativa para salir de esta espiral de autosabotaje. Es importante mencionar que las reflexiones y perspectivas en este texto derivaron en primera instancia de la lectura de un par de tesis, que tratan desde un enfoque innovador el tema de la ética en arqueología en México (Vilanova 2012, 2015), las cuales ofrecen suficientes herramientas teóricas para ahondar en este asunto tan controversial. Regularmente cuando surge de manera casual el tema de la ética en los ambientes laborales, casi de manera mecánica, las referencias que surgen por parte de los interlocutores, van ligadas a otras palabras como por ejemplo “moral”, “valores”, “códigos”, “normas”, entre

48

| ARK_MAGAZINE // #24

otras un poco menos recurrentes. Los siguientes párrafos tienen como objetivo invitar al lector a reflexionar la ética desde una perspectiva que supere –más no que sustituya- su relación con la moral, recordando que este enfoque ha sido muy debatido[1] y en últimas fechas rebasado por los avances de las ciencias cognitivas a finales del S. XX[2]. Se parte de la hipótesis de que la falta de criterios con sustento académico desde una perspectiva antropológica -en primera instancia-, que sirvan como herramientas de decisión, para planear y conducir líneas de acción reales al interior del INAH, son un síntoma de ausencia de ética profesional, dejando como ejes rectores del quehacer institucional a los procesos burocráticos[3] y a los “melatismos”[4], provocando de manera colateral: • Perpetuación de la utilidad de la Institución en función de los ideales del Estado. • Fomento a la corrupción que afecta al país. • Preponderancia de proyectos turísticos por encima de proyectos de investigación antropológica. • Priorización de intereses políticos y personales por encima de las labores sustantivas.


• Cantidad por encima de la calidad, metas y productos en demérito del contenido. • La restauración del patrimonio como acto político. • Restauración ante la falta de planeación y prevención. • Asignación y aceptación de cargos de estructura y confianza a personas con perfiles no aptos para las funciones a desempeñar. • Normalización de (sub) contrataciones irregulares, o francamente fuera del derecho laboral.

EL PAPEL DE “SABER CÓMO” (KNOW-HOW[5]) EN LA ÉTICA PROFESIONAL De acuerdo a las labores sustantivas del INAH (investigar, conservar y difundir), cada persona que forma parte del organigrama de estructura así como el personal eventual y de confianza, debe cumplir con funciones y responsabilidades enfocadas a realizar dichas labores sustantivas. El Manual General de Organización del INAH[6] es un ejemplo de documento oficial en el cuál se refieren puntualmente las funciones que se deben cubrir de acuerdo a los diferentes cargos de estructura, sin embargo, en la vía de los hechos con frecuencia estas funciones son omisas debido a una falta de experticia en los campos de las disciplinas antropológicas. Pueden existir incontables documentos y profesiogramas en los que se enuncie lo que cada persona contratada debe hacer, pero cuando surgen los problemas en las diversas áreas de trabajo no siempre se sabe cómo (know-how) resolverlos. Ante el cómo, el INAH ha redactado numerosos manuales de procedimientos, pero aquí cabe hacerse una pregunta ¿pueden los manuales de procedimientos ser suficientes para tener capacidad de respuesta ante la resolución de problemas a las que se enfrenta en INAH?. Si se piensa en un “si” como respuesta, resultaría un poco alarmante porque entonces no se necesitaría la contratación de tantos profesionales ni técnicos, ya que habrían recetas para recurrir a ellas en cuanto algo hiciera falta. Más allá de resolver problemas, los manuales de procedimientos ayudan a justificar normativamente los porqués de algunas actuaciones al interior de la Institución y a dar orden a procesos de trabajo, es decir, por supuesto que son útiles pero no pueden verse como la solución a todos los problemas. Un médico puede recurrir a un manual para conocer la correcta forma de escribir una solución farmacéutica,

pero no puede pretender consultar un manual para diagnosticar, operar y medicar a un paciente que padece insuficiencia cardiaca. Cuando se piensa en la moral como clave principal para lograr un comportamiento ético se asume que existen reglas y normas que deben ser cumplidas a cabalidad bajo una postura de hacer lo correcto. No obstante, la naturaleza humana no funciona así, es dinámica y en este sentido las personas van incluyendo y ajustando aprendizajes y experiencias. Estos procesos cognitivos son precisamente los que ofrecen respuesta a los cómo; gracias a ellos es que se tiene capacidad de resolución. En estos ajustes de experiencia y aprendizaje juegan un papel importante los conocimientos profesionales. Francisco Varela escribió en su libro Ética y acción que la “ética se aproxima más a la sabiduría que a la razón, más al conocimiento de lo que es ser bueno que a un juicio correcto en una situación dada” (Varela, 1996:9). En este sentido un comportamiento ético tendría que surgir de forma espontánea, como si se tratara de “sentido común”, de un acto automático, sin embargo no es sentido común, ya que si alguien preguntara porque se actuó de tal o cuál forma se tendría la respuesta y la justificación al respecto, siempre fundada en el cúmulo de conocimientos, aprendizajes y experiencia más no en un reglamento. “En este tipo de conducta sentimos que los actos son nuestros. Podemos dar una justificación ya que esperamos obtener ciertos fines. Si se nos pidiera que expliquemos nuestros actos, no tendríamos ningún problema en hacerlo, ya que se trataría simplemente de atribuir el acto a los fines nobles que perseguimos” (Varela, 1996:12). Desde esta perspectiva el “cómo hacer” resulta más relevante que el “qué hacer”, por lo que es importante entonces la contratación de personal con formación antropológica o que sus intereses estén realmente enfocados en esta línea, con disposición a solución de problemas y capacidad de respuesta en las distintas áreas de trabajo. Ojo, cabe mencionar que la capacidad de respuesta tendría que estar en función de las tareas sustantivas, más no de las demandas políticas o las que surgen por falta de planeación (mejor conocidas en el gremio como “bomberazos”); en caso de responder a la burocracia exclusivamente entonces no se está teniendo un comportamiento fundado en la ética profesional. Por otra parte, si bien los códigos de ética son un buen ejercicio para reflexionar lo que se interesa proyectar como Institución, considero que no funcionan para detonar cambios en las prácticas laborales, pues se centra en un enfoque ético desde la perspectiva de la

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

49


//

Melatismo : Técnica introspectiva mediante la cual se hace uso de las pulsaciones del corazón para dar por cierta una suposición en absoluta carencia de sustento empírico. moral. No es tarea fácil volverse un experto en el comportamiento ético pues este entrenamiento mental comienza desde muy temprana edad. Actualmente la sociedad mexicana funciona bajo un sistema cuyos mecanismos de autorregulación se basan en la corrupción en beneficio de intereses personales o políticos ¿cómo transformar ese funcionamiento?, una posible alternativa radica en la modificación de los planes de estudio, desde el nivel básico hasta el superior, formando ciudadanos y profesionales con capacidad de respuesta ante los problemas de nuestra cotidianidad. Hay siete saberes «fundamentales» que la educación del futuro debería tratar en cualquier sociedad y en cualquier cultura sin excepción alguna, ni rechazo según los usos y las reglas propias de cada sociedad y de cada cultura [...] (Morin, 1999:1) 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión . Los principios de un conocimiento pertinente Enseñar la condición humana Enseñar la identidad terrenal Enfrentar las incertidumbres Enseñar la comprensión La ética del género humano

Volviendo al tema de la Institución, para poder dar cumplimiento a las labores sustantivas del INAH, el personal de estructura necesariamente debe tener formación e intereses relacionados a la disciplina antropológica. Por encima de la labor de administrador o burócrata, cada profesionista tendría que apelar al uso de sus marcos de referencia teórico-prácticos, a su experiencia y aprendizajes para la solución de problemas de forma inmediata según el contexto en su quehacer cotidiano.

50

| ARK_MAGAZINE // #24

La corrupción frecuentemente es fomentada por acciones fuera de la ética profesional, en muchas ocasiones de manera inconsciente debido a que dichas acciones se han normalizado. En este sentido es muy difícil que alguien sea ético en el amplio sentido de la palabra, no obstante, es importante percatarnos y aceptar, en primera instancia nuestro papel como agentes de esta problemática que nos aqueja a todos. ¿Qué postura tomaremos al respecto? ¿Es posible reconciliar la burocratización de las instituciones y los quehaceres profesionales éticos en el ámbito cultural? ¿En qué país queremos vivir?. Considero que el reto recae en lograr acciones auto organizadas -espontáneasbasadas en la experticia profesional, más allá de todos los códigos y normas que puedan existir. // NS

NOTAS [1] Hegel (1807) quién propuso el término sittlichkeit en contrapropuesta a la ética kantiana (1785) basada en un principio de deber moral. [2] Para este tema se puede consultar: Varela, Francisco. 1999 Ethical Know-How. Action, Wisdom and Cognition. Stanford University Press. [3] Todas aquellas operaciones supeditadas a un poder central que con frecuencia están relacionadas a la administración pública. [4] Melatismo: Técnica introspectiva mediante la cual se hace uso de las pulsaciones del corazón para dar por cierta una suposición en absoluta carencia de sustento empírico. [5] Término retomado por Francisco Varela (1996) para explicar la importancia de este proceso cognitivo en la habilidad ética. [6] Disponible en: http://www.diputados.gob.mx/ LeyesBiblio/regla/n282_19oct18.pdf

BIBLIOGRAFÍA Manual General de Organización del Instituto Nacional de Antropología e Historia. 2017. Secretaría de Cultura. INAH México. Morín Edgar. 1999. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, UNESCO.


Varela Francisco. 1996. Ética y acción, Dolmen Ediciones, S.A., Santiago Vilanova de Allende Rodrigo. 2012, Planteamientos iniciales a la discusión ética en la arqueología mexicana, Tesis de maestría en Arqueología, ENAH, Ciudad de México. Vilanova de Allende Rodrigo. 2015. Ética y Arqueología en México, Tesis de doctorado, ENAH, Ciudad de México.

Sobre la autora: ____

Nadia Ivette Sosa Martínez (Ciudad de México - 1988) Pasante de Licenciatura en Arqueología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Ha colaborado en el Proyecto Arqueológico Valle del Mezquital. Desde 2013 hasta la fecha labora en la Dirección de Operación de Sitios (DOS) de la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH. Contacto: nadiasosa.m@gmail.com

Para citar: ____

(CC) ARK MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Sosa Martínez, Nadia Ivette. La importancia de la ética profesional en el quehacer institucional, en: ARK Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 6 Número 24, otoño 2018. Proyecto ArKeopatías. México 2018, Página 48. https://issuu.com/arkeopatias/docs/ark24 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: ética profesional, know-how, experticia, auto organización.

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

51


ENTRE EL PASADO Y EL PRESENTE: TEOTIHUACAN Y EL PATRIMONIO CULTURAL

Dulce Anahí Juárez Rivero Numerosas han sido las reflexiones en torno al patrimonio cultural y sus significaciones y sin embargo el tema sigue sin agotarse debido al debate generado a partir de las diversas problemáticas sociales en las cuales éste se ha visto implicado, así como a los distintos actores que ponen en juego sus intereses alrededor del tema. La situación se vuelve más compleja en aquellas comunidades que poseen elementos culturales tangibles, convirtiéndose en figuras representativas del nacionalismo mexicano como las zonas arqueológicas más importantes del país.

históricos que los ancestros, los anteriores habitantes de un territorio determinado, dejaron a los habitantes actuales. Tomando como referencia a Bonfil Batalla (Bonfil, 2003), entendemos que lo que llamamos “patrimonio cultural” en tanto herencia de los antepasados y por ende con una gran carga histórica, se divide en dos grandes ramas: bienes intangibles y bienes tangibles. La pregunta que cabe hacernos en este sentido es ¿Quién define lo que debe considerarse patrimonio cultural y por qué? ¿Qué importancia tiene el patrimonio cultural en la vida de los pueblos?

Dicho lo anterior es que en este escrito nos enfocaremos a hablar de uno de los lugares considerados más representativos del México antiguo dentro de la identidad nacional: Teotihuacan, una zona conformada de múltiples significaciones y en donde se han originado constantes conflictos de intereses por todo lo que representa.

Es importante mencionar que si bien es cierto, en todos los pueblos a lo largo de la historia de la humanidad, se ha dado una gran importancia y valoración a ciertos artefactos, así como a elementos intangibles como parte de la cultura y la memoria histórica, es hasta el surgimiento del estado nacional cuando comienza a nacer esta connotación de “patrimonio” y con ello una definición más concreta de la misma. De esta forma es en este momento de la historia en donde se pone en juego el “valor” otorgado a los pueblos del México antiguo y con ello los antecedentes de un conglomerado de situaciones que vendrían a repercutir en la situación actual de muchos pueblos, entre ellos como ya lo mencionamos: Teotihuacan.

HACIENDO UN RECORRIDO... De acuerdo con la etimología, la palabra “patrimonio” hace referencia a los elementos heredados de padres a hijos, y en el sentido nacional evoca a aquéllos aspectos

52

| ARK_MAGAZINE // #24


Como ya hemos mencionado, lo que hoy conocemos como la Zona Arqueológica de Teotihuacan (ZAT), ha s i d o r o d e a d a d e m ú l t i p l e s s i g n i fic a c i o n e s , convirtiéndose en uno de los centros turísticos más importantes del país, puesto que su monumentalidad, además de ser elemento clave en la conformación de la identidad nacional, también ha generado una fuerte derrama económica, siendo así un espacio en pugna. Así mismo es importante mencionar que dicha zona ha sido nombrada no sólo “patrimonio cultural de México”, sino también de la humanidad, cuestión que nos lleva a preguntar ¿Cuáles han sido las implicaciones de declarar a Teotihuacan dentro de estas acepciones para los habitantes actuales? ¿Qué problemáticas se han generado en torno a esta situación? Para abordar dichos cuestionamientos es necesario mencionar que dentro de Teotihuacan, como en todas las culturas del México antiguo, se aparece como un fantasma el “ser del indio”, un término tan lleno de confusiones pero que sin duda está muy presente en lo que refiere al patrimonio cultural. Hablar de patrimonio cultural en Teotihuacan, sin duda es remontarnos a los orígenes del nacionalismo en nuestro país, así como a la perspectiva sobre “lo indígena” y las políticas desarrolladas en torno a él.

EL INDÍGENA Y EL PATRIMONIO CULTURAL NACIONAL Fue durante el régimen porfirista que en México comienza a gestarse un fuerte proyecto nacionalista, el cual se reforzará en épocas posteriores, Porfirio Díaz trató de construir una unificación nacional con el principal objetivo de conseguir un reconocimiento internacional. De esta manera, intentando seguir los lineamientos de la cultura europea hegemónica a la que tanto se admiraba como parte del fuerte proceso de colonialidad que ya estaba impregnada en América Latina, Porfirio Díaz intenta darle sus griegos a México, es así que se irá pintando una imagen de los “antiguos indios”, los “indígenas muertos”, quienes serán glorificados y representados con tal magnificencia, como guerreros con cuerpos “esculturales”, creadores de grandes monumentos que parecían no haber sido hechos por hombres. Es así que se enalteció el pasado, olvidándose de la continuidad. Se exacerbó al indígena muerto y se intentó borrar al indígena vivo, aquél que implicaba un “lastre” para una visión colonizada que intentaba ser como occidente. El “indio vivo” trató de ser exterminado, como ocurrió con el terrible caso del pueblo Yaqui en Sonora.

De esta manera, durante el gobierno de Porfirio Díaz, se dio un lugar especial a los trabajos arqueológicos para rescatar ese “pasado glorioso” que pudiera convertirse en el cimiento de la identidad nacional mexicana. En este momento es cuando se nombra “Inspector General de Monumentos Arqueológicos” al exmilitar Leopoldo Bartres, quien realizará trabajos de exploración dentro de la ZAT, particularmente dentro del templo del sol. Así mismo en este periodo presidencial es que surge la Ley Protectora de Los Monumentos Arqueológicos, en donde se dicta que todos aquellos vestigios o edificaciones encontradas dentro de territorio nacional, debían ser consideradas como propiedad de la nación (Delgado, 2008:74-77). Los trabajos de exploración dentro de Teotihuacan, así como la elaboración de la ley mencionada, coincidieron con los festejos del centenario de la independencia de México, así como particularmente con el XII Congreso Internacional de Americanistas, eventos que fueron parteaguas para mostrar al mundo los vestigios encontrados y consolidar la identidad nacional. Como se mencionó en párrafos anteriores, el proceso de construcción nacional que se dio con Porfirio Díaz, tuvo su continuidad en los gobiernos posteriores, aún con su divergencia ideológica respecto al dictador de México. De esta forma es que se siguió enarbolando una ideología que pretendía crear un “México mestizo” que intentaba borrar las especificidades de los pueblos para homogeneizar al país, convirtiéndolo en una sola nación, con un pasado indígena, pero un presente más cercano al llamado “progreso y desarrollo” de occidente. Teniendo como base el pensamiento expuesto en líneas arriba, es que en las primeras décadas del año 1900 surgen en nuestro país los primeros ideólogos del llamado indigenismo, siendo el antropólogo Manuel Gamio uno de los más representativos, y quien realizó trabajos específicos dentro de Teotihuacan, continuando con la exploración del “Templo del sol” y el “Templo de Quetzalcóatl” en el marco de un contexto en donde como menciona Bonfil Batalla: La arqueología se ve como una tarea patriótica y nacionalista que debe concluir en la restauración de grandes templos y en las vitrinas de los museos, nuevos templos de la nacionalidad (Bonfil, 2005:167). Es así que una vez más las labores arqueológicas de Gamio daban pauta a encontrar los elementos necesarios que sirvieran para continuar con la labor de la construcción de la identidad nacional del mestizo, y en donde, como ya hemos mencionado en líneas arriba, se

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

53


T E O T I H U A C A N Y E L PAT R I M O N I O C U LT U R A L . . .

pretendía enaltecer al “indígena muerto” y se intentaba borrar al “indígena vivo”. Fue esta ola indigenista la que hizo más evidente este proceso contradictorio, puesto que se intentaba “integrar” al “indio” despojándole de su identidad indígena, considerada “atrasada y poco desarrollada” por ser diferente de los cánones establecidos por la cultura europea dominante. Bajo esta mirada, Manuel Gamio procede a llevar a cabo estudios sobre la población de aquélla época en Teotihuacan, y en donde es evidente que se presentaban rasgos culturales indígenas. Es así que se emprendieron diversas actividades con el afán de convertir culturalmente a los habitantes en esos “mestizos” tan deseados por José Vasconcelos, quienes se pensaba llevarían a cumplir con la falacia progresista al país. De entre las labores más representativas realizadas por Gamio dentro de las comunidades aledañas a la ZAT, podemos resaltar la creación de escuelas de Artes y Oficios para integrar a los lugareños al sistema capitalista vigente, así como la impartición de cursos de alfabetización para castellanizar. La ola integradora que repercutió en Teotihuacan continúo con fuerza en el gobierno de Lázaro Cárdenas, puesto que con él se hizo trascendente la necesidad de continuar un proyecto nacional que no incluyera la violencia, sino que siguiera las pautas indigenistas para “desindianizar” al “indio”. Es durante su mandato que en 1938 se funda el Instituto Nacional de Antropología e Historia, impulsando así la realización de investigaciones que darían paso al sustento histórico de la identidad nacional mexicana, teniendo ya como antecedente la “Ley Sobre Protección y Conservación de Monumentos Arqueológicos e Históricos, Poblaciones Típicas y Lugares de Belleza Natural”, publicada en el mes de Enero de 1934 (Delgado, Op. Cit.:79), y la cual implicaría un mayor control de parte del Estado mexicano sobre aquéllos elementos que dictara como patrimonio cultural del país. Hasta aquí es importante mencionar que todas estas políticas establecidas en torno a la apropiación de ciertos vestigios o monumentos como parte del patrimonio cultural de México, no sólo tuvieron como principal objetivo la creación de la identidad nacional, sino que además representan una importante fuente de ingresos económicos, atrayendo el turismo y generando una importante derrama económica, de ahí que no se puede dejar de lado el interés económico existente detrás de estas visiones nacionalistas. Posteriormente a las leyes establecidas durante los gobiernos mencionados, se dará la pauta para la 54

| ARK_MAGAZINE // #24

//

... el patrimonio cultural es una construcción de múltiples significaciones, y aquello que debe considerarse como tal y aquello que debe ser excluido de dicha categoría es en gran medida dictado desde ciertos grupos gubernamentales...

promulgación de otras más, como lo fue la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos publicada en el año 1972 y en donde se establecieron las funciones que el INAH debía cumplir, además de definir lo que debía ser considerado bien inmueble y bien mueble dentro de los acervos históricos de la propiedad de la nación. Además de lo anterior es importante mencionar que en 1972 también se realizó una convención en París, en la cual se llevó a cabo la institucionalización del término patrimonio de la humanidad, cuestión que se convirtió en parteaguas importante para que en el año de 1987 Teotihuacan fuera declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Para terminar con este recorrido acerca de la publicación de leyes y reglamentos que definieron la concepción y delimitación del patrimonio cultural así como las políticas al respecto dentro de Teotihuacan, es importante mencionar que para el año de 1988, con Miguel de la Madrid en la presidencia de México y en un contexto de naciente neoliberalismo, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el “Decreto por el se declara zona de monumentos arqueológicos el área conocida como Teotihuacan”, y en donde se divide el área en 3 regiones impidiendo la construcción en terrenos más cercanos a la ZAT, cuestión que ha sido una de las causas más importantes dentro de los conflictos generados hoy día dentro de las comunidades


DULCE ANAHÍ JUÁREZ RIVERO

LOS CONFLICTOS POR EL PATRIMONIO CULTURAL Como podemos observar, todos estas políticas y d e c re t o s m e n c i o n a d o s a n t e r i o r m e n t e , f u e ro n construyendo y delimitando aquello que debía considerarse “patrimonio” nacional y universal, siendo la zona arqueológica de Teotihuacan un espacio importante en este sentido. Todos estos fueron los antecedentes de las problemáticas que actualmente se están viviendo dentro de las comunidades aledañas a este recinto arqueológico, puesto que se gestó una contradicción entre la concepción que se tiene del “patrimonio” para el Estado y aquélla que sustentan los pobladores. Lo anterior lo vemos reflejado particularmente en los conflictos que han existido entre el INAH y los habitantes aledaños a la ZAT, debido a los permisos que éstos últimos deben solicitar a tal institución para poder llevar a cabo la construcción de viviendas dentro de sus predios, puesto que al ser una zona protegida y reglamentada por el Decreto de 1988, se prohíben las edificaciones en ciertas áreas, además de que debe haber una previa revisión de parte del personal del Instituto para verificar la existencia de restos arqueológicos que deban ser salvaguardados. Es aquí cuando se muestra la disyuntiva entre lo que es el patrimonio cultural. Tomando como base una parte importante de las entrevistas realizadas a algunos pobladores aledaños a la ZAT, podemos decir que existe un cuestionamiento por parte de los habitantes, que no dista de la visión indigenista de la que hablamos anteriormente, en donde se sobrevalora el pasado a costa de las comunidades vivas y de sus necesidades. El asunto nos lleva a un tema complejo, que tiene que ver con el crecimiento de la mancha urbana, particularmente en los municipios de los que forma parte la zona arqueológica de Teotihuacan, este aumento poblacional que amenaza con arrasar todo cuanto encuentra a su paso, desapareciendo espacios e incluso recursos naturales importantes, contribuyendo a la contaminación ambiental y por otra parte al surgimiento de nuevas identidades que entran en constante choque con la dinámica de los pueblos originarios de esta zona. En este punto el pasado y el patrimonio cultural juegan distintos papeles aparentemente distantes entre sí. Por un lado tenemos una visión del Estado que indica lo que debe “valorarse” y aquello que debe dejarse a un lado por considerarse parte del “atraso y subdesarrollo”, tratando de imprimir una imagen al extranjero, lo que a

su vez da paso a la derrama económica debido a la llegada del turismo en aquéllas zonas consideradas magnánimas, como lo ha sido Teotihuacan. Por otro lado, a su vez, esta visión gubernamental ha ido reglamentando y controlando la distribución de los espacios en esta zona de estudio, pues si bien ha frenado el crecimiento de viviendas y construcciones particularmente de los mismos pobladores dentro del territorio, también ha generado controversias al otorgar permisos de construcción a tiendas transnacionales en zonas prohibidas dentro del municipio, producto de la corrupción y la incoherencia dentro del cumplimiento de los reglamentos. De acuerdo con lo anterior es que podemos decir que las consideraciones en torno al patrimonio cultural se han visto rebasadas por el sistema neoliberal, mismo que lo ha convertido en mercancía más que en instrumento de identidad y memoria. En Teotihuacan existe una lucha de intereses económicos, en donde la zona arqueológica ha sido un centro de pugna. En este aspecto es importante mencionar lo ocurrido con la construcción de Bodega Aurrerá en el año 2004, que aunque aparentemente parece un caso “trillado”, en realidad es el rastro de una políticas aplicadas de manera incorrecta, llevadas de la mano de la corrupción y el mal manejo económico. A ojos de algunos líderes de las comunidades, este caso fue el triunfo del neoliberalismo sobre el patrimonio cultural. Además de lo anterior, en aquél entonces se dejó denotar el conflicto interno que se vivía dentro de las comunidades, puesto que las perspectivas en torno al “progreso” y “desarrollo” entraron en choque frente a defensores de la construcción del consorcio transnacional y aquéllos que se manifestaban en contra y que paradójicamente abanderaron las ideas que el Estado históricamente había predicado en torno a Teotihuacan como parte de la cultura del país. Esta vez el gobierno abandonó sus ideas nacionalistas en pos de la obtención de ganancias económicas por la edificación de la tienda comercial Aurrera, y a su vez tales ideas fueron retomadas por parte de la comunidad, como argumento para detener tal proyecto. Con todo lo anterior podemos decir que el patrimonio cultural es una construcción de múltiples significaciones, y aquello que debe considerarse como tal y aquello que debe ser excluido de dicha categoría es en gran medida dictado desde ciertos grupos gubernamentales, sin embargo son las poblaciones las que van apropiándose de estos elementos, siendo parte de lo que son como comunidades y de la memoria histórica. Además de

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

55


esto, como lo mencionamos anteriormente, las decisiones de las instituciones del Estado en torno a la salvaguarda de dichos bienes patrimoniales muchas veces está manipuladas por intereses económicos que difieren de los principios establecidos en torno al trato de los monumentos en tanto elementos culturales conformadores de los pueblos y de la nación. Es importante tomar en cuenta que si bien aquéllos monumentos teotihuacanos que hoy día podemos apreciar, son símbolo de la existencia de una civilización ancestral, también forman parte de un espacio que tiene su continuidad, y ha sido percibido y vivido por los habitantes de las comunidades de distinta forma respecto a la del turista meramente espectador; de esta manera, este patrimonio cultural teotihuacano se convierte en parte del presente, no meramente de un pasado muerto y lejano, no solo de un “indio” a veces engrandecido y a veces despreciado, sino de la historia de los oriundos de los pueblos y de la constitución de su identidad. // DJ

FUENTES CONSULTADAS Barth, Fredrick Los grupos étnicos y sus fronteras. Fondo de Cultura Económica, México, 1976, 204 pp. Beck, Ulrich. ¿Qué es globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización. España, Ediciones Paidós, 1998, 221 pp. Beristain Bravo, Francisco, et. al, La construcción de WalMart en Teotihuacan. México, Delegación DII-IA-1, 2005, 55 pp. Bonfil Batalla, Guillermo. México profundo. Una civilización negada, Ediciones Debolsillo México, 2005, 250 pp. Bonfil Batalla, Guillermo. Nuestro patrimonio cultural: Un laberinto de significados. en Patrimonio cultural y turismo, Cuadernos, 3. Pensamiento acerca del Patrimonio cultural. Antología de textos. 2003. p. 46 [en línea] https://www.cultura.gob.mx/turismocultural/ cuadernos/pdf/cuaderno3.pdf (Consultado 24/01/2019) Bonfil Batalla, Guillermo. Pensar nuestra cultura. Ensayos, México, Alianza Editorial, 1991, 171 pp. Delgado Rubio, Jaime [2008] Zona arqueológica de Teotihuacan: Problemas y conflictos en torno a su

56

| ARK_MAGAZINE // #24

conservación e investigación. Tesis de Maestría: Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. Dussel, Enrique. 1492: El encubrimiento del otro. Hacia el origen del mito de la modernidad, México, Editorial Cambio XXI, 1994, 219 pp. Gamio, Manuel. La población colonial en: La población del valle de Teotihuacan, Volumen I, II y III. México, Talleres Gráficos de la Nación, SEP, 1922 Giménez Gilberto. La concepción simbólica de la cultura, [en línea], en Estudios sobre la cultura y las identidades sociales, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2007, Dirección URL: https://filosinsentido.files.wordpress.com/2013/07/ gilberto-gimc3a9nez-estudios-sobre-la-cultura-y-lasidentidades-sociales.pdf (Recuperado 4/03/2015) Giménez, Gilberto. La cultura como identidad y la identidad como cultura. [en línea], Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM, 2003, Dirección URL: http://perio.unlp.edu.ar/teorias2/textos/articulos/ gimenez.pdf (Recuperado: 4/06/2014) Decreto por el que se declara zona de monumentos arqueológicos el área conocida como Teotihuacan [en línea], 30 de Agosto de 1988, Dirección URL: http:// gobiernodigital.inah.gob.mx/Transparencia/Archivos/ 13736387202.pdf (Recuperado 21/01/2019) Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos [en línea] Disponible en http:// www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/ 131_160218.pdf [Consulta 24/01/2019] Lobjois, Bertrand. La arqueología mexicana en tiempos porfirianos y revolucionarios [en línea], Universidad de Monterrey, Dirección URL: (Recuperado 17/12/2014) https://www.researchgate.net/publication/ 284454374_La_arqueologia_mexicana_en_tiempos_por firianos_y_revolucionarios Matos Moctezuma, Eduardo. Teotihuacan, Fondo de Cultura Económica, COLMEX, México, 2009, 153 pp. Quijano, Aníbal. Colonialidad del poder, cultura y conocimiento en América Latina, [en línea], Revista Ecuador Debate No. 44, Ecuador, 1988, Dirección URL: h tt p : / / w w w. fla c s o a n d e s . o rg / d s p a c e / b i t s t re a m / 1 0 4 6 9 / 6 0 4 2 / 1 / R F L AC S O - E D 4 4 - 1 7 - Q u i j a n o. p d f , (Recuperado: 4/06/2014)


Quijano, Aníbal. Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina, En: La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas Latinoamericanas, [en línea], Edgardo Lander, comp. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos A i re s , 1 9 9 3 , 2 4 8 p p . D i re c c i ó n U R L : h t t p : / / bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/lander/ lander.html (Recuperado: 4/06/2014) Restrepo, Eduardo. Antropología y colonialidad [en línea], en: El giro decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Comp. Santiago Castro Gómez y Ramón Grosfoguel, Bogotá, Siglo del hombre editores, Universidad Central, Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos y Pontificia, Instituto Pensar, 2007, Dirección URL: http:// www.unsa.edu.ar/histocat/hamoderna/ grosfoguelcastrogomez.pdf (Recuperado 1/04/2015)

Sobre la autora: ____ Dulce Anahí Juárez Rivero (Acolman, Estado de México 1992) Licenciada en sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Actualmente está dedicada a labores docentes y asesora de emprendimiento freelance. Contacto: anahi.juarez.rivero@gmail.com

Vasconcelos, José. La raza cósmica. Editorial Porrúa, México, 2007, 162 pp. Villoro, Luis. Los grandes momentos del indigenismo en México, COLMEX, Colegio Nacional y FCE, México, 1996, 303 pp.

Para citar: ____ © ARK MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Juárez Rivero, Dulce Anahí. Entre el pasado y el presente: Teotihuacan y el patrimonio cultural, en: ARK Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 6 Número 24, otoño 2018. Proyecto ArKeopatías. México 2018, Página. 52. https://issuu.com/arkeopatias/docs/ark24 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: Teotihuacan, patrimonio, indígena, indigenismo, nacionalismo.

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

57




SIN LOS HABITANTES NO HAY PATRIMONIO

Edgardo Claudio Zuccato Cuando hablamos de ética y patrimonio estamos hablando de dos definiciones que involucran y están íntimamente relacionadas a las personas. Ético es algo justo, honesto, honrado, decente por definiciones de sinónimos y patrimonio de acuerdo a la UNESCO es el conjunto de bienes tangibles e intangibles, que constituyen la herencia de un grupo humano, que refuerzan emocionalmente su sentido de comunidad con una identidad propia y que son percibidos por otros como característicos. Son muy significativas estas definiciones que me atrevo a fusionarlas, dando como resultado cuasi matemático que, para que se produzca la suma de ética y patrimonio el resultado debería ser siempre igual o mayor a: Algo ético y honesto que involucra a un conjunto de bienes tangibles, que constituyen para las personas una herencia cultural muy significativa que refuerzan su sentido de identidad y pertenencia y que los demás lo perciben como algo propio de esa comunidad o sitio. Entonces que nos diría y pensaríamos si viéramos una pancarta en alguna calle de nuestro mundo que nos expresara: SIN LOS HABITANTES NO HAY PATRIMONIO.

60

| ARK_MAGAZINE // #24

Particularmente pensaría que es una incongruencia dado que el patrimonio está pensado en un total para las personas y sin ellas no tendría mayor sentido resguardar, conservar o preservar NADA para generaciones futuras porque ya no existirían más las generaciones futuras. El Patrimonio debería garantizarles una forma de vida, asegurándoles y resguardando su cultura, sus costumbres y sobre todo su hábitat, que como comunidad refleja una identidad propia para ser percibidos por otros con características y sitios propios de esos habitantes. Entonces surgen estas preguntas: • • • •

¿En nombre del Patrimonio todo está permitido? ¿En nombre del Patrimonio todo vale? ¿Tiene en cuenta el Patrimonio a las personas? ¿Qué criterios se toman para este tipo de restauraciones patrimoniales y quienes son los responsables y bajo qué mecanismo de contralor las ejecutan?

Con respecto a los Criterios de Restauración Patrimonial se estaría aplicando para este caso los creados por el arquitecto, arqueólogo y escritor francés Viollet le Duc, la


llamada “Unidad del Estilo”, donde interpreta a la arquitectura con una postura racionalista, no sensitiva. Viollet le Duc formulará así la primera Teoría de la Restauración Arquitectónica que él mismo aplicara en un sin número de restauraciones realizadas. Él mismo nos dejará la siguiente definición de su llamada “restauración estilística”: “Restaurar un edificio no es conservarlo, rehacerlo o repararlo, es restituirlo a un estado completo que puede que no haya existido jamás”. Convertiría a esta restauración en el “reflejo de la sociedad” y de su cultura actual desconociendo y borrando la historia edilicia y arquitectónica que pudiera haber contenido para crear algo nuevo que antes no fuera pensado. Si de conservación del patrimonio y ética hablamos, ¿cuál hubiera sido la actitud de John Ruskin?, critico de arte y sociólogo, contemporáneo y archirrival a Viollet le Duc. Situado en un polo absolutamente opuesto a éste crea su propia teoría de la restauración; “La Intocabilidad del Monumento”. Nos plantea como principio fundamental de sus criterios la Teoría Natural de un edificio, dónde el mismo nace, crece y muere. Nos dice además que la ruina es bella por sí misma. Solo se podrán realizar intervenciones en Conservación Preventiva. Con su criterio, se deja absolutamente de lado la funcionalidad de los mismos edificios, y podía dejar absolutamente fuera a habitantes en el presente y sobre todo a pobladores en el futuro. Los mismos se verían imposibilitados de ocuparlos en su momento y privados de conocerlos jamás, salvo por registros fotográficos de algún tipo. De acuerdo a mí opinión, y de acuerdo a este análisis, tampoco sería ético este principio ya que no permitiría la funcionalidad actual y dejaría con el tiempo que el Patrimonio se perdiera, solo los contemporáneos tendrían la suerte de admirarlos pero tal vez no de habitarlos. Es así donde pienso que estos dos Criterios de la Restauración del Patrimonio en algún punto se tocan, aunque parezca mentira y seguramente muy a pesar de Violet le Duc o John Ruskin. Pienso que para ambos las personas NO EXISTEN, solo lo material les interesa, solo tienen a lo patrimonial como valor de lo tangible. Pues claro, ellos solo pensaban en

//

El turismo viene por añadidura y es una consecuencia lógica de hacer las cosas bien

edificios, como que los edificios no hicieran a las personas. Es como hoy en día, y tal vez esgrimiendo estos antiguos criterios de la Restauración, se pone en práctica la destrucción del Patrimonio bajo lo que se denomina “Turismo de Fachada”, como lo señala Alberto Martorell Carreño director del Posgrado en la Universidad Nacional de Ingeniería del Perú. “El turismo viene por añadidura y es una consecuencia lógica de hacer las cosas bien” En Latinoamérica avanzan las tendencias que piensan que el patrimonio únicamente tiene sentido si sirve para generar divisas para el turismo, perdiendo en este tránsito el Patrimonio Cultural que en el fondo significa la debilidad de la memoria colectiva. No sólo perdemos nuestra identidad; hay riesgo incluso de perder el futuro como Nación”. Es así como tomando todos los conceptos vertidos anteriormente, nos daría esta vez como resultado de esta destrucción arquitectónica, que estaríamos ante hechos carentes de sensibilidad, donde no importarían su historia, sus formas de vida, ni les garantizarían el resguardo de sus costumbres, donde se perdería la identidad de una comunidad en donde todos sus habitantes perderían su hábitat natural y lugar de origen. Cuando se crearon los Criterios de la Restauración se pensó solamente en las estructuras a intervenir pero con poca “sensibilidad” no se pensaba en las personas. Tal vez no se pensaría que a veces esos criterios pueden dañar o hasta destruir hoy el Patrimonio. Pero de lo que estoy seguro hoy, es que en muchos casos, en lo que menos se piensa es en el valor de la historia, el valor del pasado, el valor de lo vivido, y muchísimo menos, en el valor de sus habitantes. Sin los habitantes NO hay PATRIMONIO. // EZ

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

61


Sobre el autor: ____ Edgardo Claudio Zuccato (Rosario - 1961) Conservador de Museos por la Escuela Superior de Museología Rosario. Anfitrión de Turismo, avalado por la Secretaria de Turismo de la Municipalidad de Rosario. Actualmente se desempeña como Docente Adscripto Ad Honorem por antecedentes, en las cátedras de Conservación I, Conservación II y Museografía III de la Escuela Superior de Museología de Rosario. Dicto cursos sobre la importancia de la conservación preventiva en jornadas para bibliotecas, archivos y museos. Creador de la firma In-Genius Museum – Desarrollos Culturales – Proyectos Museográficos – Conservación Preventiva Patrimonial. Contacto: ezuccato@hotmail.com

Para citar: ____ © ARK MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Zuccato, Edgardo. Sin los habitantes no hay patrimonio, en: ARK Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 6 Número 24, otoño 2018. Proyecto ArKeopatías. México 2018, Página. 60. https://issuu.com/arkeopatias/ docs/ark24 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: patrimonio, teoría de la restauración, turismo, Ruskin, Viollet le Duc.

62

| ARK_MAGAZINE // #24







ÉTICA Y PATRIMONIO: CUESTIÓN DE VALORES EN UN QUEHACER DIARIO

Miriam Jurado Guerrero Es tan curiosa la situación bajo la que empiezo a escribir este artículo… en el intermedio de una clase y otra, con un escenario por testigo, que es nada menos que un templo del siglo XVI. Así surgen mis reflexiones sobre el valioso papel de la ética en temas patrimoniales. Este pequeño templo es un interesante inmueble ubicado en la calle Hospitales en la ciudad de Guanajuato, el cual presenta una serie de deterioros y alteraciones producto de diferentes factores, ¿pero acaso todas aquellas personas que han tenido la oportunidad de trabajar con él o en él, se han manejado con valores y las más desinteresas intenciones en pro de su conservación? La ética según la Real Academia Española (RAE) es un “conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida” y define al patrimonio como el “conjunto de bienes pertenecientes a una persona natural o jurídica, o efectos a un fin, susceptibles de estimación económica”, es entonces como podemos empezar el análisis y reflexión acerca de estos conceptos y la estrechísima relación entre ambos. Pensemos en la problemática que se vive hoy día, son tiempos complicados en esta materia; por desgracia se

68

| ARK_MAGAZINE // #24

priorizan otros factores antes que el bienestar y la salvaguarda del patrimonio. Intereses particulares que no procuran necesariamente el bien del patrimonio. No es mi intención de ninguna manera juzgar o recriminar el proceder de autoridades o actores que mantienen una estrecha relación con esto; sin embargo, sí puedo hablar un poco en función de la experiencia y con base en aquellas situaciones que puedo atestiguar, aquellos escenarios donde estorban ruinas o vestigios históricos a grandes capitalistas para sus proyectos. Con lo anterior sobra decir que la inserción patrimonial en dimensiones económicas, específicamente en tema de rentabilidad, ha representado un mercado tentador para todos aquellos que tienen la posibilidad de administrar algún tipo de bien. Las dinámicas actuales, sin duda, parecieran obedecer y priorizar otros factores, convirtiéndonos en mercaderes del patrimonio, que bajo la mejor oferta nos regimos sin importar el derecho a la cultura y al goce de éste, desvalorizándolo y haciendo un mal uso de él. Empezaré haciendo referencia a un gran dilema ético que puede parecer muy familiar a arquitectos o restauradores, me refiero al momento donde no delimitamos con claridad nuestras competencias en el


actuar. Pensemos en un arquitecto que interviene una obra y para tener economías en su contrato, prefiere él mismo trabajar aplanados con vestigios de pintura mural original donde claramente es necesario recurrir a la intervención de otros especialistas. Es indispensable y prácticamente obligado que, mediante un trabajo de reflexión ético, reconozcamos nuestras capacidades y competencias y con ello delimitemos intervenciones en pro de la conservación de algún bien. “El patrimonio es un recurso extraordinario frágil y escaso” [Suárez – Inclán, 2012], esto según María Rosa Suárez-Inclán Ducassi, presidenta de ICOMOS España. Su visión es clara y muy pertinente, una vez que hemos echado mano de un bien, manipulándolo y alterando sus características y su esencia, no hay vuelta atrás. Se han alterado cientos de años y todo un proceso histórico. El cartel de la convocatoria para este número propone como reflexión “La ética como un mecanismo transformadora de paradigmas en la gestión y administración del patrimonio”. ¡Por supuesto!, considerémosla como un arma poderosa para actuar cabalmente en beneficio del patrimonio de las personas y garantizando la permanencia de éste a través del tiempo. Celebro la reflexión de estos temas y con ello elegir y actuar conscientemente desde lo que nos compete. No podemos dejar de reconocer otras nobles intenciones por llevar a la mesa esta problemática. En Nápoles se llevó a cabo justamente un seminario dedicado a la ética y el patrimonio, donde participaron miembros de ICOMOS. En México, por su parte, en abril de 2016, en el marco de una discusión teórica, de principios, criterios y normatividad, en el auditorio Paul Coremans de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), se llevaron a cabo mesas de trabajo sobre “el papel de la ética en la conservación”. En este segundo evento, se subrayó la ausencia de un instrumento, criterios o normatividad al respecto, que permitan la regulación o actuación de aquellos que intervienen en el patrimonio mediante un código de ética. Así pues, me cuestiono: ¿es tan necesario que se implemente un instrumento de este carácter? ¿Es necesario que legalmente nos obliguen a actuar de tal o cual forma?, ¿No puede acaso nuestra simple formación inclinarse por sí misma, en virtud de la conservación, a conducirnos con un comportamiento ético? “ Tomamos decisiones importantes sobre bienes importantes. La conservación es una práctica social

abierta a múltiples interpretaciones. La ética no atañe a los objetos, pero nuestras acciones sobre el objeto tienen consecuencias sobre otras personas”. [CNCPC, 2016] precisó Odor Chávez en esta discusión. Esta reflexión es inevitablemente profunda y responde a algunos de mis cuestionamientos anteriores. En la medida en que exista la conciencia de que aquellas personas que tenemos la oportunidad de maniobrar, gestionar o actuar en el tema, es entonces cuando valoraremos el impacto de las decisiones en la vida de millones de personas a través de los años. No es únicamente la intervención técnica aislada del monumento sino el patrimonio producto de otras generaciones para la humanidad entera. Un entrañable maestro mío compartía el otro día fotografías sobre su intervención en una tumba egipcia y aun cuando no he viajado a ese país, con una simple fotografía quedé conmovida por el trabajo de estas personas; realizado hace miles de años de una manufactura tan perfecta que pareciera casi inhumana. Ahora, ¿qué pasaría con un actuar poco ético por parte de un restaurador? Nada nos da el derecho de alterar un bien y condenar, en el peor de los escenarios, a la prohibición de este tipo de goce a otras generaciones. Existe un documento titulado: Principios Éticos para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, inspirado en el espíritu de la convención del 2003 para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial, como una propuesta base para la elaboración de documentos de esta índole. Se subraya sobre todo el respeto en un marco de interés general por la humanidad. ¡Eureka! Creo que esto es algo clave para llevar a cabo un sano ejercicio de ética en temas patrimoniales, el respeto e interés por la humanidad; en tanto seamos conscientes de la repercusión de nuestro actuar y del impacto que podemos crear, entonces dejaremos de considerar que “era solo una casita sin valor y por eso se demolió”, que “qué importancia tiene que demuela eso si yo solo quiero una cochera” o, en una escala mayor, que “podemos autorizar este proyecto” al fin que nadie sabrá y a nadie le importa”. Basta ya de aplaudir y magnificar malas intervenciones producto de la ignorancia, con el fin de crearles fama y reconocimiento por las razones equivocadas. A la fecha sigo sin dar crédito a la intervención del Cristo de Borja, y más allá de profundizar en la intervención o en las intenciones con que haya sido realizada, no doy crédito a que, como sociedad, el resultado de ello fue

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

69


//

... el respeto y el valorizar nuestro actuar son ejemplos de buenas prácticas, reconociendo nuestras capacidades y competencias. minimizarlo y comercializar con esto. ¿Qué dirá de nosotros este tipo de actuaciones tan carentes de ética y valores a las generaciones futuras? Regresando a los Principios Éticos..., un punto importante es el número ocho, que textualmente reza:

índole mundial, donde tras el incendio del Museo Nacional de Brasil en Río de Janeiro se perdieron bienes patrimoniales del mundo. El mundo entero se enterneció con declaraciones de ciudadanos que lloraban la pérdida de colecciones enteras. No lleguemos al punto en que la ambición y las malas prácticas nos lleven a un extremo donde no haya vuelta atrás. Actuemos hoy, pero hagámoslo de manera ética y responsable, porque son nuestras acciones de hoy las que repercutirán en el patrimonio de las generaciones del mañana. // MJ

BIBLIOGRAFIA CNCPC. (2016), Ética en la conservación del Patrimonio Cultural. https://conservacion.inah.gob.mx/wp-content/ uploads/2016/04/mesa_etica_web.pdf

“Se deberá respetar continuamente la naturaleza dinámica y viva del patrimonio cultural inmaterial. La autenticidad y exclusividad del patrimonio cultural inmaterial no deberán constituir motivos de preocupación ni obstáculos para su salvaguardia”. [UNESCO, sf].

RAE; Diccionario de la Real Academia Española.

No quisiera profundizar mucho en estos temas ya que no son específicamente mi rubro, pero puedo afirmar y ratificar que la autenticidad de un bien es un valor digno de resaltar y el cual debe regir muchas de nuestras intervenciones.

UNESCO; Principios Éticos para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. https://ich.unesco.org/es/ principios-eticos-y-pci-00866

Más allá de discursos elocuentes o sermones de ética y formas de actuar, considero importante exhortar a todas aquellas instituciones, personas y obras dedicadas a la la salvaguarda del patrimonio, a regirse por valores serios y profundos a fin de preservar dicho patrimonio y llevarlo a su mejor nivel, practicando la virtud en garantía de la conservación. Habrá que reflexionar que por encima de intereses y apariencias, surja de una vez por todas una conciencia plena en muchas personas como motivación para la conservación del patrimonio. Como se dijo líneas arriba, el respeto y el valorizar nuestro actuar son ejemplos de buenas prácticas, reconociendo nuestras capacidades y competencias. Es justo ya dejar atrás la apatía y el egoísmo y ver por intereses comunes. Al respecto y como cierre de este documento, quisiera citar el terrible evento del pasado 2 de septiembre, un evento que conmovió al mundo con una tragedia de 70

| ARK_MAGAZINE // #24

Suárez – Inclán Ducassi, María Rosa (2012), Ética, Patrimonio e Identidad. Una cuestión de valores y una solución de equilibrio evolutivo. http://www.albaicingranada.com/seminari/ponencias/pon1.PDF


Sobre la autora: ____ Miriam Jurado Guerrero (Acámbaro, Guanajuato - 1992) Licenciada en Arquitectura por la Universidad de Guanajuato y estudiante de la Maestría en Restauración de Sitios y Monumentos en la Universidad de Guanajuato. Actualmente es miembro de la Sección de Monumentos Históricos del Centro INAH Gto. Cuenta con experiencia en realización de proyectos de restauración e iluminación en monumentos históricos en el estado de Guanajuato. Ha sido ponente en diferentes seminarios y talleres relacionados con el patrimonio y monumentos históricos; así como temas concernientes a la ciudad de Acámbaro, Guanajuato. Ha participado también en foros, talleres y seminarios relativos a la restauración y conservación del patrimonio. Contacto: miriam.jg.18@gmail.com

Para citar: ____ (CC) ARK MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Jurado Guerrero, Miriam. Ética y patrimonio: cuestión de valores en un quehacer diario, en: ARK Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 6 Número 24, otoño 2018. ARK_Editorial. México 2018, Página. 68. https://issuu.com/arkeopatias/docs/ark24 en línea (fecha de consulta). Palabras clave: ética, profesión, buenas prácticas, competencias, patrimonio

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

71


BONUS TRACK

ARK19

BONU S BONUS TRACK

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Quisque consequat, eros et congue tincidunt, neque leo facilisis turpis, at pellentesque ligula magna dictum libero. Sed massa mi, mollis in leo non, semper molestie eros. Sed placerat cursus luctus. Aenean eu luctus tortor, ac mollis nisl. Vestibulum sem nibh, euismod ut convallis a, ultrices sit amet nunc. Ut interdum, velit eget pulvinar aliquet, ex ligula scelerisque massa, ornare congue lacus dolor eget lacus. Proin ac volutpat dolor, sit amet pretium libero.

TYPE TO ENTER TEXT Vestibulum sapien ipsum, molestie eu consequat gravida, rhoncus nec enim.

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Mauris tempus felis quis arcu tincidunt fermentum. Aliquam ut mauris eu augue hendrerit dictum. In fringilla lorem vitae consectetur faucibus. Nullam at tortor elit.

est. Nunc aliquet malesuada lectus, a venenatis turpis rutrum non. Etiam condimentum odio sit amet vehicula sollicitudin. Nunc eu pellentesque eros. Sed luctus eget lacus non ultricies. Sed sollicitudin erat accumsan, ultricies sem a, interdum ligula. Nulla ultricies justo nec faucibus facilisis. Donec venenatis neque vitae egestas sodales. Sed fermentum sodales lorem sit amet tristique. Class Hoy en #LaFondark: E epasado El #lasprestadas ...

Phasellus maximus mattis tempus. Nullam diam leo, pulvinar id nulla id, tincidunt ullamcorper enim. Vestibulum aliquet pretium felis sed suscipit. Vivamus sed tincidunt magna, eget hendrerit tellus. In at nisi eget lorem mattis euismod eu eu 73



INDIANA JONES Y LA AVENTURA DE LA ARQUEOLOGÍA: ÉTICA, ACADEMIA, MASS MEDIA Y EMPRESA*

Hugo Alberto Huerta Vicente La develación de los secretos del pasado siempre ha fascinado a la humanidad, sobre todo cuando estos están revestidos de un halo de misterio. El arqueólogo, principal protagonista del ejercicio arqueológico se ha visto inmerso en esta dinámica desde que inició la profesionalización de nuestra disciplina. Los primeros descubrimientos en ser conocidos masivamente por la gente común fueron las excavaciones de Troya y la t u m b a d e Tu t a n k a m o n . S c h l i e m a n n y Ca rt e r, compartieron el estereotipo del erudito victoriano a pesar de sus orígenes diversos y diferencias temporales, en cambio, sus intereses eran los mismos. Se encontraban empecinados en asestar un golpe fastuoso a la historia y emerger a la luz del conocimiento el “descubrimiento del siglo”. Desde su perspectiva, ambos lograron su cometido. (Imagen 1) Estos dos hitos de la investigación forman parte de la historia de la disciplina que se enseña en las aulas de cualquier universidad que imparta arqueología. También se enseña que esta es una vieja forma de hacer las cosas. En los salones de cada nueva generación se escuchan las voces de profesores tratando de convencer a los jóvenes aspirantes a apartarse de los estereotipos y los invitan a fundamentarse solo bajo un discurso científico. Los nuevos métodos no intrusivos, la arqueometría, la

74

| ARK_MAGAZINE // #24

sofisticación de los diferentes análisis y la creación de diferentes modelos teóricos, entre otros elementos de la arqueología contemporánea han servido para avanzar en el conocimiento de las sociedades estudiadas. Cientos de investigaciones sesudas se han acumulado con el tiempo por todo el planeta. Sus destinatarios, cualquier habitante del mundo, pero el ciudadano común poco interés ha mostrado por estos trabajos, en algunos casos verdaderas joyas de erudición. Por consiguiente, el único público real e infalible termina siendo la misma comunidad arqueológica, salvo contados casos. Eso nos lleva a la pregunta: ¿Arqueología? ¿Para qué? ¿Para quién? La figura de Indiana Jones, como la figura más importante de una larga lista de arqueólogos de ficción, se ha encargado con el tiempo de moldear la opinión popular sobre nuestro trabajo. Entre los profesionales genera sentimientos encontrados, existen declarados admiradores, firmes detractores y muchas veces ejerce una fascinación inconfesable, ¿qué diría el mundo académico? Lo cierto es que hay pocos indiferentes. Lo importante de los Indy, Henry Jones, Lara Croft, Rick O’Conell y esposa, Allan Quatermain y demás personajes, es que han difundido nuestro quehacer entre millos des personas. Que la visión mostrada difiera


de la realidad es otro asunto. Debido a esa propaganda nuestro trabajo ha sido mitificado, pero no es un defecto, no si sabemos enfocarlo debidamente. Otras son también las enseñanzas que la saga completa de Indiana nos ha dejado, fuera de las imperfecciones históricas, culturales y los toques sobrenaturales, son varios los ejemplos que podríamos retomar en beneficio de la arqueología. (Imagen 2)

ÉTICA Cuando el joven Indiana descubre a un saqueador en Utah, le roba la cruz que Hernán Cortez le había obsequiado a Coronado, pero fracasa al final. Piensa que esa pieza debería estar en un museo y no sucumbe hasta que ya adulto se la puede arrebatar a panama hat y es entregada a su universidad, claro, tampoco olvida cobrar sus honorarios. Es un ejemplo algo retorcido sobre sus valores, pero al menos tiene convicciones firmes. En México, la arqueología tiene formas más retorcidas y ambiguas al actuar. En el país la arqueología ha sufrido un atraso respecto a la teoría, metodología y práctica debido a que ha permeado la función social que el estado le ha conferido (Gándara, 1992). La arqueología desde su oficialización ejerce el monopolio de la práctica y han privado los intereses de estado por afianzar la unidad nacional sobre un pasado común y la generación de destinos turísticos. En cambio la investigación no es una prioridad. La ética dentro de una disciplina no solo tiene un carácter normativo, también abarca los elementos valorativos con los que se construye el conocimiento en congruencia con la función social que cumple. En México, la ley del 72 prioriza la función pública de la arqueología. Por consiguiente en un acto de congruencia, las investigaciones oficiales deberían cumplir con ese objetivo máximo. En cambio, las investigaciones se rigen por intereses personales y académicos diversos. Este planteamiento sugiere que algún cambio debe existir, si se prioriza la función social que la legislación exige, la manera de hacer arqueología en este país debe modificarse radicalmente o si por el contrario se pretende continuar con el estado actual de las cosas, quien debe modificarse es la normatividad y la institución estatal encargada de regularla, además de actualizar las bases teóricas y metodológicas sobre las que comúnmente se trabaja. En la práctica diaria se carece de una regulación específica, sobre todo del carácter investigativo y administrativo. Existen

herramientas para castigar el daño al patrimonio arqueológico, pero no las malas decisiones tomadas desde los escritorios o la mala praxis más allá del veto. Tenemos entonces que la ética debe abarcar al conjunto del conocimiento, la manera en que se genera, su función y su práctica. Esta última en particular nos compete a cada uno por separado en nuestro diario trajín. En el libro A un joven arqueólogo mexicano (Caso, 1968), se obsequia toda una declaración de principios acerca de nuestros deberes, con la ciencia y con el país. Podremos estar de acuerdo o no en lo ahí expuesto, pero es un intento válido por tratar de avanzar en la construcción de una disciplina. Nuestra materia prima es propiedad de la nación, en consecuencia de todos los mexicanos, ¿Por qué no somos entonces más incluyentes cuando realizamos nuestros trabajos? Cuantos supuestos científicos sociales se indignan ante las preguntas y argumentos poco objetivos, redundantes, faltos de criterio y sobre toda de creencias populares. Una de nuestras tareas debería ser s i e m p re l a d i f u s i ó n d e n u e s t r a s a c t i v i d a d e s proporcionando la información indicada y correcta para el mejor entendimiento de la población.

ACADEMIA Al inicio de La Última Cruzada, el Dr. Jones se encuentra impartiendo cátedra y pronuncia estas palabras “…la arqueología está compuesta de hechos, no de verdades. Si están interesados en la verdad, la clase de filosofía del Dr. Tyree´s está a la derecha al fondo del pasillo. Así que olviden cualquier idea sobre encontrar ciudades perdidas, viajes exóticos y recorrer el mundo. No seguimos mapas para encontrar tesoros enterrados y la X, nunca, nunca marca el sitio. 75% de la arqueología está en la biblioteca, investiguen, lean. No podemos retomar la mitología como fuente…” (Indiana Jones y la última cruzada, Steven Spielberg, 1989). (Imagen 3) Para él, más allá de sus aventuras, el conocimiento está en otro lado y en ello tiene toda la razón. ¿Qué tipo de conocimiento arqueológico concebimos? La acumulación de informes por sí sola no es garantía de generación de ideas y conceptos. Se cree que cuando se hace arqueología se contribuye en recrear la historia y estoy de acuerdo, pero también serviría si se sistematizara la información y no quedara solo en un nivel descriptivo. Se dice que los datos hablan por sí solos, si es así entonces hay que tomar nota y escribir lo

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

75


I N D I A N A J O N E S Y L A AV E N T U R A D E L A A R Q U E O L O G Í A . . .

que han dicho. En México siempre han existido más proyectos de campo, que investigaciones publicadas y cuando llega ese feliz suceso los tirajes oscilan entre quinientos y mil ejemplares. Cualquier investigación no debería estar exenta de ser divulgada. Defiendo que la acumulación de conocimiento por si sola está cumpliendo ya con una función social, limitada, pero al fin útil. En lo que no comulgo es en opinar que cuando una investigación es pagada con fondos públicos, se le permita al investigador regirse como mejor le venga en gana. Debe tener libertad de acción, claro, pero siguiendo lineamientos impuestos en beneficio de las políticas culturales y científicas del país. En diferentes departamentos e institutos de investigación extranjeros y aún en los centros privados dentro del país, cuando un investigador no rinde los frutos para los que fue contratado, se prescinde de sus servicios. En México en el sector público no sucede así, no existe ni siquiera un plan estratégico nacional para el manejo de la arqueología pública, en honor a nuestra veta antropológica, todo se rige por usos y costumbres. El instituto encargado de la arqueológica en nuestro territorio debe fomentar la creación de una estructura real de investigación y separarla de las tareas administrativas que captan gran parte de los recursos asignados. La mayor parte de la vida académica en México no está regulada, existe un sistema de estímulos para quien trabaje, ¿pero por que se ha de pagarle extra a quien por obligación debe investigar, publicar, asesorar tesis y dictar cátedra? Pero además, si no se cumplen las funciones para las que se fue contratado, no existen represalias. Es gracias a este contexto que la arqueología se encuentra estancada. Tenemos un país con innumerables yacimientos, con una riqueza casi ilimitada de temas y regiones por investigar y ni de cerca destacamos por estar a la vanguardia en generación de nuevas propuestas. Todos los modelos que utilizamos son importados, la metodología de igual manera, la forma, si es muy propia, arqueología a la mexicana y todos saben lo que eso representa. La única corriente rescatable a la que algunos investigadores nacionales se han suscrito y han formado parte importante en su génesis ha sido la arqueología social latinoamericana. Algunos dirán que se hace mucha investigación, que siempre hay proyectos y eso no se pone en juicio, pero dudo de la capacidad por aportar nuevo conocimiento. Acrecentar nuestra colección de objetos no es suficiente. Si las universidades e institutos insistieran en una forma diferente de hacer arqueología, seríamos nosotros los referentes para la creación de modelos explicativos. En cambio, parece que el mayor logro es obtener una plaza

76

| ARK_MAGAZINE // #24

laboral en lugar de incrementar el volumen del conocimiento. Con esas aspiraciones tan endebles, la arqueología mexicana nunca destacara, lo hacemos, por la cantidad e importancia de sitios prehispánicos que por el devenir histórico nos tocó habitar, no por el saber que generamos a partir de ellos. (Imagen 4) MASS MEDIA A la fecha se pueden contar gran cantidad de canales abiertos en televisión y sobre todo de paga que transmiten series y programas referentes a la arqueología. Los documentales planos, sin argumentos narrativos atrayentes han dejado de interesar y han sido substituidos por programas de viajes y aventura donde lo cultural solo es el pretexto para entretener. History Channel, National Geographic, Discovery Channel y la BBC han tomado la batuta en este apartado. Han realizado inversiones en producciones especializadas en temas arqueológicos e históricos como Ancient Discoveries, Sex in the Ancient World, Expediciones con Josh Bernstein, entre otros. Pero el caso más sobresaliente y actual es Chasing Mummies, el primer reality de arqueología. Presenta escenas de campo, estudiantes becarios, investigadores, funcionarios y una posproducción impecable que se afana en no mostrar lo tedioso y aburrido que a veces puede ser nuestro trabajo. Lo más interesante de este programa no es su formato, lo es que sea una entidad institucional como el Consejo Supremo de Antiguedades de Egipto y su secretario, Zahi Hawass se hayan prestado para tales fines. Los puristas pueden criticar esta postura y aunque a mi juicio la egiptología mostrada ahí en poco se distingue de un saqueo sofisticado y sistematizado además que la personalidad de Hawass se desborda a cada momento. La decisión de iniciar una empresa como está tiene como fin allegarse de recursos, difundir hallazgos recientes y desmitificar, aunque solo sea en parte, algunos sobreentendidos de nuestra profesión. Los grandes descubrimientos siempre despiertan la curiosidad entre el público común y en cierto sentido, toda la información que obtenemos después de una temporada de campo o un periodo de laboratorio representan nuevos descubrimientos, solo que estos no se revisten con ese carácter especial dedicado a lo fastuoso y llamativo, por pertenecer más al ámbito de lo cotidiano dentro de la profesión. En este mundo globalizado, donde lo que no aparece en los medios es sinónimo de inexistencia, debemos prestar más atención a la difusión de nuestros resultados. Si no existe la oportunidad ni los recursos para financiar la publicación


H U G O A L B E R T O H U E R TA V I C E N T E

//

... la arqueología está compuesta de hechos, no de verdades. Si están interesados en la verdad, la clase de filosofía [...] está a la derecha al fondo del pasillo... de un libro o su exhibición en una exposición o una conferencia de prensa, existen un sinfín de alternativas, desde la publicación de un blog, enviar artículos a revistas especializadas o de divulgación general, impartir una ponencia o enviar una nota a los medios locales, todo dependerá la iniciativa que acompañe a cada arqueólogo. Como ya hemos dicho, una gran parte de la arqueología en México se realiza con financiamiento público, en consecuencia, debería ser una obligación ineludible difundir en cualquier modalidad los resultados obtenidos y no confinar los datos a la ignominia de un archivo técnico inalcanzable para la mayoría. Las leyes de acceso a la información federales nos facultan para exigir cualquier dato financiado públicamente y esta podría ser una herramienta coercitiva para lograr que algunos investigadores que se rehúsan a hacer públicas sus investigaciones, lo hagan y un medio aún más valioso para evidenciar a investigadores que no investigan. (Imagen 5) Cada vez son más comunes las bibliotecas y publicaciones digitales en línea, las webs especializadas, las redes virtuales, los blogs de difusión de proyectos entre otros. Pero siguen siendo especializados, llenos de recursos, pero limitados en su intento por educar y transmitir su mensaje hacia el público promedio. Curiosamente, a pesar de sus evidentes carencias en la difusión académica, la creación del canal INAH tv en Youtube ha cumplido con la parte de la difusión general que el estado debe garantizar. Claro que la producción del canal electrónico no está en manos de arqueólogos. Existen otros esfuerzos, como ejemplo, en España este año se celebra la onceava edición del Festival Internacional de Cine Arqueológico del Bidasoa que reúne a documentalistas, arqueólogos, gestores culturales, cineastas y cinéfilos por igual con una selección de films que compiten por el gran premio del

festival, el premio especial del público y el galardón ARKEOLAN a la difusión científica, los trabajos presentados rondan la veintena anualmente. Podemos enumerar más casos, pero lo relevante es mostrar que existe una nueva forma de hacer llegar a todos, público general y especializado, los avances de una investigación, los medios actuales nos han brindado esa oportunidad, debemos hacer uso de ellos racionalmente y ocuparlos en nuestro beneficio, después de todo, siempre habrá un público ávido por conocer los nuevos resultados de una investigación arqueológica.

EMPRESA La arqueología siempre ha podido ser redituable y si no pregúntenle a Harrinson Ford, George Lucas y Steven Spielberg. La saga les ha reportado sendas ganancias con sus casi dos mil millones de dólares recaudados a lo largo del tiempo y la cifra seguirá creciendo por la memorabilia y los derechos de autor. Los gestores culturales han existido desde los tiempos del renacimiento, verdaderos especialistas en la producción de eventos artísticos normalmente adscritos a las cortes europeas. Con el tiempo se crearon ministerios, departamentos y secretarias para tal fin con artistas, académicos y en no pocas ocasiones, políticos reconfigurados en administradores de la cultura. En la actualidad la gestión cultural es toda una disciplina y hace especial énfasis en la obtención y administración de recursos, además de recrear el concepto de marketing cultural. Para poder vender un objeto o un servicio, se hace un análisis de que tanto representa o no una necesidad su obtención, contestada la pregunta se potencian las características que lo pueden hacer comerciable con una campaña efectiva de publicidad, en caso contrario, si no existe una necesidad, si no existe mercado, se crea, se innova o inventa. La educación y el conocimiento deberían ser una necesidad en un mundo ideal. Por consiguiente todo lo derivado de ello puede ser susceptible de ser comercializado, además las ganancias pueden servir para refinanciar la generación de más investigación. Pero no se hace por falta de experiencia, de conocimiento y por creer que se compromete el objetivo elevado de la educación y la cultura al inmiscuirla con los negocios. En México, la difusión cultural se le ha delegado al estado en el entendido de que al no ser redituable, debe estar subvencionada. Nada más falso. En las últimas décadas los alcances de una economía voraz por

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

77


incursionar en nuevos mercados, han llegado a explotar nichos poco tradicionales, como las manifestaciones culturales y dentro de ellas, la arqueología. La ciencia y las artes que tanto abonan al aprendizaje de una sociedad, año con año sufren recortes presupuestales. En parte por un abierto desinterés o una franca negación a la gente por instruirse. La cultura educa y en un país como el nuestro donde la educación está secuestrada por los encargados de impartirla y por el mismo estado, se busca retrasar lo más que se pueda esta función, a mayor atraso, mayor sometimiento. (Imagen 6) Hay que generar conocimiento social, seguir trabajando de la manera tradicional, con picoleta y cucharilla, recorriendo a pie y utilizando sofisticados aparatos de prospección, pero hay que aprender que todo ello, puede ser redituable si aprendemos a utilizar las estrategias correctas de difusión. A mayor público, m a y o re s p o s i b i l i d a d e s d e re m u n e ra c i ó n , p o r consiguiente más posibilidades de realizar investigación que deberá ser debidamente difundida y así podemos generar un círculo virtuoso. En estos momentos esta propuesta es posible, pero una modificación sustancial en la legislación vigente allanaría enormemente el camino. Todos deberíamos poder practicar nuestra profesión como mejor nos convenga y no depender del monopolio de la arqueología estatal. Es cierto que no todas las investigaciones resultan atractivas al público común y otras en cambio funcionan como un imán irresistible de ignorar. No propongo montar un circo de tres pistas con la arqueología solo para obtener fondos de investigación, sino la utilización de herramientas ignoradas y muchas veces despreciadas que bien pueden beneficiar nuestra práctica. Existen ejemplos muy elocuentes, la revista National Geographic surgió en enero de 1915 como parte del proyecto de difusión de la National Geographic Society. Al principio la publicación fungió como el medio para exponer los trabajos de sus miembros y colaboradores. Desde 1960 se inició la publicación de fotografías en portada que anteriormente solo contenía texto. Desde 1995 se publicó la primera edición en un idioma diferente al inglés, en la actualidad puede ser leída en 30 idiomas, cuenta con una docena más de revistas, una gama extensa de productos y dos canales de televisión. Un proyecto académico y de difusión, terminaron convirtiéndose en una empresa sumamente rentable y global que además no ha perdido su carácter como procuradora de fondos para trabajos de investigación. (Imagen 7). La solución para quienes no formamos parte del mundo de la cultura institucionalizada es inventar nuestro propio camino, explotar un mercado poco

78

| ARK_MAGAZINE // #24

trabajado y sacar provecho de nuestros conocimientos y habilidades. Tarde o temprano, será uno de los caminos a seguir y mientras más pronto iniciemos el recorrido, mejores serán nuestras expectativas. Los apartados expuestos en este trabajo y las alusiones a la figura de Indiana Jones, no se han mezclado como mero pretexto para hablar de gustos personales. Jones y sus aventuras funcionan como una metáfora mitificada del arqueólogo ideal. Él al igual que nosotros excava, investiga, da clases en Yale (bueno, ese privilegio no lo compartimos todos) y se preocupa por el patrimonio. En el fondo no es tan diferente a nosotros, lo que si lo hace único son todos los atributos fantasiosos que le rodean y gracias a ellos, el personaje se ha convertido en una fábrica de hacer dinero. Aprendamos la lección entonces. El Dr. Jones en su última entrega, y no hablo de Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull, nos da otra muestra de las aventuras en que un arqueólogo podría incursionar. En esta ocasión y no de la mano de George Lucas y Steven Spielberg, Jones se hace acompañar de la National Geographic, The University of Pennsylvania Museum of archaeology and Anthropology, el programa de arqueología de Laval University, Lucas Film Ltd. y X3 Productions, juntos nos traen una nueva puesta en escena, Indiana Jones and the Adventure of Archaeology, una exposición montada con piezas arqueológicas reales, memorabilia, artefactos falsos y un despliegue impresionante de recursos multimedia. El elemento central es la práctica arqueológica, pero el verdadero atractivo es el paralelismo con las aventuras de Jones. Quien gana al final es la arqueología que se muestra a través de un personaje de película que solo sirve de vehículo didáctico para explicar nuestro quehacer. Esta es una producción holliwodense completa, solo que no fue llevada al cine, sino fue diseñada para habitar en los museos y convocar a un gran número de visitantes. Este último objetivo lo ha cumplido sobradamente, pues la demanda es tal, que desde su inauguración en abril tuvieron que extender el horario de visita tres horas más, además la exposición después de inaugurarse en el Montréal Science Centre será itinerante, partiendo en septiembre a Europa y Asia. La lucasfilm Ltd, ha sido quien proporcione los recursos junto con la National Geographic, las dos universidades involucradas aportaron su asesoría académica y el estudio C3X se encargó del montaje. En su conjunto han creado una propuesta pocas veces vista, un proyecto que unifica entidades académicas y empresariales, donde cada una sale ganando desde su propia perspectiva.


Pero no todo es derroche de recursos. En 1999, la exposición Los Mayas, presentada en el Antiguo Colegio de San Ildefonso bajo la curaduría de Mercedes de la Garza, además de reunir la mayor colección de piezas mayas nunca antes expuesta, convocó masivamente a un público ávido por admirar la muestra. Incluso llego a extenderse su exhibición y durante todo el tiempo que permaneció abierta, se hicieron largas filas para poder acceder al recinto. No dejaba de ser anunciada en radio y televisión. Esa es la muestra de que en ocasiones solo basta un buen trabajo de difusión. Por supuesto no fue planeada directamente por el instituto que maneja los destinos de la arqueología nacional, aun así, aprendieron la lección y por lo menos en dos ocasiones diferentes, con exposiciones sobre el Egipto faraónico, han logrado superar toda expectativa y volcar verdaderos ríos de gente para admirar las piezas mostradas. La estrategia nuevamente fue una adecuada difusión en medios y la elección de una temática que despierta una gran curiosidad no solo en México sino en el resto del mundo. Por último, me gustaría que el ejemplo a seguir dentro de la arqueología moderna fuese un profesional completo, independiente y emprendedor o mejor aún, una institución académica visionaria, incluyente, intachable y autofinanciable. Pero mientras eso no exista seguiré prefiriendo retomar lo bueno de un personaje de ficción del que su última hazaña fue pelear contra agentes soviéticos en los lejanos 50´s. // HA

____________________________________________ * Este artículo apareció originalmente en el congreso virtual organizado por la Red Mexicana de Arqueología (RMA). Se publica en el presente número bajo autorización expresa del editor del portal. Fuente: http:// remarq.ning.com/page/indiana-jones-y-la-aventura-dela-arqueologia

Sobre el autor: ____ Hugo Alberto Huerta Vicente. Arqueólogo egresado de la Universidad Veracruzana. Contacto: kolocho1405@hotmail.com

Para citar: ____ (CC) ARK MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Huerta Vicente, Hugo Alberto. Indiana Jones y la aventura de la arqueología: ética, academia, mass media y empresa, en: ARK Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 6 Número 24, otoño 2018. Proyecto ArKeopatías. México 2018, Página. 74. https://issuu.com/ arkeopatias/docs/ark24 en línea (fecha de consulta).

BIBLIOGRAFÍA Bate, Felipe. 1998. El proceso de investigación en Arqueología, España, Crítica. Caso, Alfonso. 1968. A un joven arqueólogo mexicano, México, Empresas editoriales. Clack Timothy y Brittain Marcus eds. 2007. The archaeology and the media, E.U, Left Coast Press Gándara Vázquez, Manuel. 1992. La arqueología oficial mexicana. Causas y efectos, México, Colección Divulgación, INAH. Ley Federal de Monumentos y Zonas arqueológicos, Artísticos e Históricos. Indiana Jones and the Last Crusade, Steven Spielberg, Paramount Pictures, 1989, Aventura, 126 min.

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

79


FOTO 7./ Póster promocional de la exposición Indiana Jones and the Adventure of Archaeology. http://remarq.ning.com/ page/indiana-jones-y-la-aventura-de-la-arqueologia

FOTO 1./ Howard Carter examina el sarcófago de Tutankamón en 1923, meses después de su descubrimiento. Autor: The New York Times photo archive. Derechos: Dominio Público. Fuente: https:// es.wikipedia.org/wiki/Howard_Carter#/media/ File:Tuts_Tomb_Opened.JPG



IMAGEN 2./ Póster promocional de la película King Salomon's Mines. Fuente: http://remarq.ning.com/page/indiana-jones-y-laaventura-de-la-arqueologia

IMAGEN 4./ (ARRIBA) Elenco del reality Chasing Mummies, al frente Zahi Hawass. Fuente: http://remarq.ning.com/page/indianajones-y-la-aventura-de-la-arqueologia IMAGEN 5./ (DERECHA) Cartel de la 10a edición del Festival de Cine Arqueológico de Bidasoa. Fuente: http://remarq.ning.com/page/indianajones-y-la-aventura-de-la-arqueologia IMAGEN 6/ (PÁGINA SIGUIENTE) Primer número de la revista National Geographic y una de las portadas más conocidas. Fuente: http:// remarq.ning.com/page/indiana-jones-y-la-aventura-dela-arqueologia

IMAGEN 3./ Imagen publicitaria del programa Ancient Discoveries de Discovery Channel. Fuente: http://remarq.ning.com/ page/indiana-jones-y-la-aventura-de-la-arqueologia



ARQUEÓLOGOS Y CÓDIGOS DE ÉTICA: CONSIDERACIONES SOBRE EL QUEHACER COTIDIANO*

Hazael Alvarado Hernández INTRODUCCIÓN Actualmente el quehacer del arqueólogo se ha constituido como uno de carácter polifacético ―maestro, administrador, fotógrafo, curador, dibujante, cartógrafo, investigador, negociante, editor, etcétera― aunado a esto, la trayectoria con que actualmente cuenta esta disciplina, así como la diversidad de tradiciones académicas que se han consolidado y desarrollado en su interior suscitó que durante mucho tiempo se dejaran de lado, como en otras de corte social, las reflexiones de carácter ético - valorativo. Desde esta perspectiva, el presente trabajo tiene como propósito abordar las principales áreas de competencia del arqueólogo; el proceder de este en su práctica cotidiana, así como los códigos o principios que mínimamente deben guiarla. Para abordar la tarea anteriormente mencionada es necesario, primero, tener claro en qué consiste la práctica del arqueólogo, por lo que desarrollaremos brevemente las tres grandes áreas en que, desde nuestra perspectiva, es que esta gira: investigación, difusión, y protección del patrimonio arqueológico. Estas, es necesario anticiparlo, no se comportan como categorías rígidas o completamente cerradas, sin embargo, en un primer momento, así como para fines

84

| ARK_MAGAZINE // #24

descriptivos y formales es que hemos decidido hacer esta división. Posteriormente, realizaremos una breve reflexión en torno a lo que representan los códigos de ética, revisaremos algunos de estos, sus características y puntos que contemplan. Estamos seguros de que la falta de reflexión en este aspecto ha suscitado, en especial para una disciplina como la arqueología (cuya difusión al público no ha sido lo suficientemente amplia), que con el transcurrir de los años se hayan generado no sólo ideas erróneas y tergiversadas de esta, sino también de las actividades llevadas a cabo por quienes la practican de manera profesional. Al final, teniendo como base lo anterior, nos limitaremos a enunciar los puntos que como mínimo debería contar un código de ética en arqueología, ya que el desarrollo de este nos llevaría más tiempo y espacio del que contamos por el momento.

INVESTIGACIÓN Desde sus orígenes en el Viejo Mundo, la arqueología ha atravesado por diferentes momentos. El estudio de los restos del pasado pasó de ser una actividad practicada por coleccionistas (o diletantti), interesados más en la


autenticidad de los artefactos (véase López [2008]) que en dar cuenta de un proceso o comportamiento a través de estos para, posteriormente, pasar a ser un medio para legitimar y justificar los orígenes o herencia común de los estados nacionalistas[1]. Actualmente aunque la información obtenida a través de la investigación arqueológica ha sido utilizada para diversos fines, al interior de la comunidad académica todavía quedan diversas opiniones y tradiciones respecto a su campo de acción, corpus conceptual, así como si debe subordinarse al campo de la historia o la antropología. En cierta forma esto ha tenido como consecuencia que los enfoques y propuestas para el estudio del hombre en tiempo y espacio a través de sus restos materiales de esta disciplina se hayan diversificado y expandido a tal grado, que hoy en día podemos escuchar sobre arqueología industrial, histórica, de la basura, subacuática[2], etcétera. La investigación, aunque no es más importante que los demás rubros que a continuación mencionaremos, es la base que le permite al arqueólogo acceder, de forma científica, al dato empírico para de ahí pasar al interpretativo o explicativo (según sea el caso). Desgraciadamente, actualmente ―para el caso mexicano― el avance de esta se ha visto fuertemente afectada al verse superada la institución pertinente, en este caso el INAH, ante la gran cantidad de sitios con evidencia arqueológica así como la titánica tarea para su estudio, protección y difusión. Sin embargo, a pesar de las problemáticas que actualmente inciden en el desarrollo de la investigación arqueológica en México, Perú, China, etcétera, esta debe, ante todo, conservar su carácter científico; es decir, ser metódica, no errática, sino planeada. Todo trabajo de investigación se funda sobre el conocimiento del anterior. Más aun, proceder conforme a reglas y técnicas que han resultado eficaces en el pasado, pero que son perfeccionadas continuamente (Bunge, 1960).

DIFUSIÓN La difusión o divulgación de la investigación o conocimiento arqueológico puede darse a distintos niveles, tanto al interior como al exterior de la comunidad académica; ya sea a través de la docencia en instituciones educativas, talleres, conferencias, medios electrónicos, publicaciones especializadas, o de divulgación. Sin embargo, dado que desde hace varias décadas la posición del científico ―incluido el social―

se ha visto fuertemente menguada y tergiversada, es necesario concentrar esfuerzos adicionales en esta área. Consideramos que las disciplinas sociales tienen una responsabilidad y tarea muy grande, en la mayoría de los casos, tenida a menos por sus quienes las ejercen. Los especialistas en el tema coincidirán en que las sociedades humanas ―incluida su historia, costumbres, y demás expresiones culturales― se encuentran inacabadas, cambian continuamente y no son extáticas; por ello, corresponde a los profesionales en estos campos estudiar, investigar, conservar, y difundir con la mayor diligencia posible lo relacionado a su objeto de estudio a fin de que podamos guardar y legar a las siguientes generaciones, al menos, una parte de lo que ha sido el hombre desde sus manifestaciones más tempranas, hasta el momento por el que se encuentra actualmente transitando. Seguramente muchos coincidirán con lo anterior, sin embargo, debemos insistir en que la pregunta para qué, inherente a cualquier reflexión de carácter ético valorativo, así como su respectiva respuesta, estarían incompletas sin la vinculación con la sociedad, sus problemáticas actuales y lo que debe o no hacerse con el conocimiento adquirido. De ahí, en parte, que la crisis que actualmente vive la arqueología mexicana desde finales de la década de los 70s y principios de los 80s, que también refleja la existente en otros sectores de nuestro país, se haya agudizado. “Esta situación no mejorará mientras el gran público no sepa que es lo que puede demandar de la arqueología, y contribuya entonces con el arqueólogo en la conservación del patrimonio, exigiendo con él condiciones más favorables de operación para la arqueología” (Gándara, 1995).

PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO La situación que desde hace décadas se vive en nuestro país y en otros de Latinoamérica y el mundo, hacen que la protección de lo que consideremos como patrimonio cultural arqueológico sea, actualmente, vista como una prioridad. La razón es muy simple: si no existe una preocupación por conocer y proteger nuestro objeto de estudio, en sólo unas décadas este dejara de existir. Antes de continuar debemos detenernos un momento en este concepto que, en realidad, se compone de otros dos. El primero, el de patrimonio, ha llegado a constituirse como una parte indisociable del quehacer de las disciplinas antropológicas e históricas y, en el caso concreto del concepto de arqueología, su principal

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

85


ARQUEÓLOGOS Y CÓDIGOS DE ÉTICA...

―mas no único― ámbito de competencia resulta ser precisamente lo que entendamos como lo arqueológico. De esta forma, previo al desarrollo de los lineamientos correspondientes al aspecto valorativo de esta disciplina dos conceptos se vuelven básicos: arqueología y patrimonio. A pesar de que su definición y desarrollo responderán, la mayoría de las veces, a diferentes tradiciones académicas e inclinaciones teórico metodológicas, es necesario que se cuenten con puntos en común y sean vistos como parte del corpus conceptual del arqueólogo.

3) De manera individual o colectiva. Ahora bien, si definimos a la arqueología “de acuerdo a su significado etimológico, de las raíces arqueos, antiguo; logos, tratado; e ia, ciencia, generalidad, diríamos que es la ciencia o disciplina que trata del estudio de las cosas antiguas” (Martos, 2002). Sin embargo, esta no denota del todo lo que es esta disciplina científica o lo que en términos formales podemos considerar como lo arqueológico. Manzanilla y Barba (2003: 13) proporcionan una definición más completa en este sentido:

Patrimonio. (Del lat. patrimonĭum).

La arqueología es una ciencia social que estudia a las sociedades humanas y sus transformaciones en el tiempo. Es una ciencia histórica porque investiga el pasado del ser humano. Forma parte de la antropología al estudiar al ser humano como un ente social y su influencia sobre el medio.

1. m. Hacienda que alguien ha heredado de sus ascendientes. 2. m. Conjunto de los bienes propios adquiridos por cualquier título. 3. m. Conjunto de los bienes propios, antes espiritualizados y hoy capitalizados y adscritos a un ordenando, como título para su ordenación. 4. m. patrimonialidad. 5. m. Der. Conjunto de bienes pertenecientes a una persona natural o jurídica, o afectos a un fin, susceptibles de estimación económica.

De esta forma entendemos que el patrimonio arqueológico abarca todo aquel conjunto de bienes o recursos sincrónicos y anacrónicos; adquiridos o apropiados en un tiempo o espacio determinado, ya sea de manera individual o colectiva por algún grupo social, nación, etnia o minoría. Este, lo asumen como propio, como parte de su historia, herencia cultural y al cual le asignan un valor. Esta valoración hace que se busque su conservación y permanencia con la intención de transmitir a este, y su significado(s), a las siguientes generaciones.

~ nacional. 1. m. Econ. Suma de los valores asignados, para un momento de tiempo, a los recursos disponibles de un país, que se utilizan para la vida económica.

Sin embargo, debemos notar que en virtud de los extremos patrimonialistas y difusionistas alcanzados durante la construcción de los estados nacionalistas de finales del siglo XIX y principios del XX y tras las crisis acaecidas a raíz de los conflictos bélicos del siglo pasado, el patrimonio cultural, incluido en este el arqueológico:

En términos amplios el Diccionario de la Real Academia Española (2002, en su versión en línea) define al patrimonio como:

~ neto. 1. m. Econ. Diferencia entre los valores económicos pertenecientes a una persona física o jurídica y las deudas u obligaciones contraídas. ~ real. 1. m. Conjunto de los bienes pertenecientes a la corona o dignidad real. ~ constituir. Esta definición, aun es sus diferentes significados o acepciones, enfatiza aspectos del patrimonio básicos como: 1) Un conjunto, ya sea de bienes, valores o recursos; 2) Adquiridos o apropiados en un tiempo determinado;

86

| ARK_MAGAZINE // #24

[…] no sólo va a tener que resignificarse, sino que, de igual manera revalorizarse desde las múltiples perspectivas y esto significa una ruptura con el mito fundador de los países y, muy posiblemente, una transformación de la noción de pertenencia e identidad para aquello que sobreviva de la antigua forma de ver los estados nacionales” (López, 2002: 166). Si bien consideramos acertada la opinión del autor arriba citado y, en verdad, actualmente queda cada vez más lejos la función patrimonialista de la arqueología su práctica, e intereses a los cuales sirve, también podrán ser múltiples. A su vez, lo anterior presupone que al contar con diversas significaciones se corre un mayor


H A Z A E L A LVA R A D O H E R N Á N D E Z

//

... un código de ética no funge como lo haría un reglamento o una legislación; implica una serie de principios que deben ser asumidos por quienes desempeñan determinada actividad... riesgo de incurrir en acciones que rayen con la ética profesional, lo que hace extremadamente necesario que el arqueólogo reflexione, defina, y ponga en práctica los principios y valores que guían o deben guiarlo cotidianamente. Teniendo como base las tres grandes áreas que abarca la labor del arqueólogo es posible ver en el desarrollo cotidiano de esta disciplina más que una retroalimentación, una tarea de carácter holístico. Las decisiones que tome el arqueólogo incidirán directa o indirectamente en las diferentes áreas que componen su labor cotidiana (Figura 1). Pongamos como ejemplo lo que sigue. En un escenario ideal un arqueólogo puede, por ejemplo, tener como principal actividad la investigación. El resultado de ésta puede ser transmitido a través de sus clases, conferencias, informes, publicaciones, etcétera y de esta forma contribuir, aunque de manera indirecta, en la protección del patrimonio arqueológico. Sin embargo, dicho sea de paso, esto último puede darse desde el comienzo de su investigación ―si es que se tiene como objetivo principal― sin tener que pasar necesariamente por la difusión, ya que esto es decisión de cada profesional. Ahora bien, si el investigador no da cuenta de su trabajo por ningún medio se encuentra obstaculizando la difusión, y con esto probablemente la protección del patrimonio; incidiendo nuevamente en la investigación, sin generar debate, ni discusión, ni avance.

SOBRE LOS CÓDIGOS DE ÉTICA La ética es una disciplina científica que estudia la bondad o maldad de los actos humanos. Esta constituye un saber para actuar y, a diferencia de la moral, estudia

lo que Gutiérrez (1981) denomina como lo normal de derecho, o sea, lo que debería ser y no lo que generalmente pasa (normal de hecho). Así, cuando hablamos de la arqueología en Teotihuacan y abordamos aquel episodio en que se nos dice que a principios del siglo XX Leopoldo Batres empleó dinamita para liberar parte de la Pirámide del Sol, vemos que desde la moral ―lo normal de hecho― se estaría juzgando este acto tomando en cuenta que los explosivos eran empleados en esa época en Egipto, el Mediterráneo, y otras partes del mundo, pues era la forma de hacer arqueología y, en última instancia, lo correcto en el momento. Por otro lado, desde un juicio ético lo normal de derecho reprueba tal acción puesto que no fue la metodología más científica y rigurosa para comprender el proceso de deposición de dicha estructura. Ejemplos como el anterior podemos encontrarlos cotidianamente y en abundancia, de ahí la necesidad de sumarnos a las discusiones de carácter ético-valorativo y a los esfuerzos que en este sentido han venido realizándose. Estas no son nuevas, ya que podemos encontrar trabajos al respecto desde por lo menos la década de los 70s. Sin embargo, el número de publicaciones existentes así como el espacio que generalmente se les destina en congresos, simposios, coloquios, o reuniones de algún otro tipo entre especialistas, aún son limitados. Antes de abordar algunos códigos de ética es necesario hacer un pequeño paréntesis para señalar que la ética se ha trabajo desde múltiples perspectivas filosóficas; no es nuestra intención hacerlo en este trabajo, pero si el señalar que algunos investigadores consideran pertinente hacer congruente su postura filosófica con la posición teórica que asumen. No creemos que esto sea incorrecto, el riesgo se encuentra en confundir aspectos de la ética con la moral o nuestra propia ideología[3]. A pesar de lo anterior, existen asociaciones de especialistas que han llegado a concretar algunos puntos de convergencia sobre lo que implica ―desde su posición―una práctica arqueológica éticamente correcta. A diferencia de lo que puede llegar a pensarse un código de ética no funge como lo haría un reglamento o una legislación; implica una serie de principios que deben ser asumidos por quienes profesan o desempeñan determinada actividad. Para nosotros constituyen más bien aspectos inherentes a una acción o praxis concreta que, en teoría, no deberían ser aclarados o recordados, de ahí el hecho de que se les conozca

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

87


ARQUEÓLOGOS Y CÓDIGOS DE ÉTICA...

como códigos. El código de ética del Archaeological Institute of America (AIA)[4] de 1990, aunque breve, destaca puntos medulares del ejercicio profesional tales como la investigación, que debe llevarse a cabo bajo la supervisión de personal capacitado; publicación (o divulgación) de la información obtenida. También, la protección de lo que denominamos como patrimonio arqueológico reconociendo lo estipulado por la Convención de la UNESCO de 1972[5]. Sin embargo, a pesar de que es posible inferirlo a través de sus lineamientos, un aspecto que llama nuestra atención es que no se hace explícito el reconocimiento de legislaciones nacionales o locales en materia arqueológica.

que actualmente imperan. Tras haber realizado esta breve revisión procederemos a enumerar los aspectos que consideramos, no pueden faltar en un código de ética que pueda ser adoptado por los especialistas que ejerzan a disciplina en México.

A su vez, este código posee un apartado de estándares profesionales (Code of Profesional Standards), es decir, lidia con la conducta profesional: manejo y destino final de los materiales arqueológicos, plagio entre investigadores, uso y manejo de la información, publicaciones, metodologías acordes a los proyectos de investigación y el impacto ecológico de estos; las relaciones superior-subordinados, discriminación, acoso, seguridad social, etcétera.

3) Contar y/o desarrollar la personalidad, capacidades cognitivas, perfil académico y disposición necesaria para llevar a buen término su labor diaria y con la mayor competencia posible.

También de interés resulta el código de ética de la Sociedad de Arqueólogos Profesionales (The Society of Professional Archaeologists) de 1995. Este resalta aspectos del mismo orden; las responsabilidades con el público, minorías, así como la divulgación y manejo responsable de la información. Al igual que el AIA, reconoce los términos de la UNESCO para la protección del patrimonio cultural además de reconocer legislaciones locales en materia arqueológica. A su vez, c o n t e m p l a e s t á n d a re s i n s t i t u c i o n a l e s p a ra l a investigación, (principalmente en aspectos de infraestructura y mobiliario) y capacitación de estudiantes para la investigación en este campo. El código de ética de la Society for American Archaeology de 1996 cuenta con ocho principios. Estos básicamente versan sobre la responsabilidad del arqueólogo con la sociedad, la administración de los recursos a su disposición; propiedad intelectual, publicación de investigaciones e informes de trabajo, conservación de los materiales obtenidos a través de la excavación, educación al público en general, y respeto de la herencia cultural de los grupos o minorías con los cuales trabaje. No constituyen puntos novedosos, pero nos hacen ver como en verdad, independientemente de la posición o inclusive nacionalidad del investigador, puedan conciliarse algunos puntos a fin de poder hacer frente a los nuevos retos y situaciones político-sociales

88

| ARK_MAGAZINE // #24

1 ) Co n o c e r y re s p e t a r l a s c a rt a s , a c u e rd o s , recomendaciones, legislaciones y/o reglamentos existentes que para la práctica arqueológica existan en la ciudad, país, o nación donde se desempeñe[6]. 2) La constante actualización y refinamiento de sus técnicas de trabajo a fin de causar la menor cantidad de destrucción y alteración a su objeto de estudio.

4) Fomentar, emprender, y/o incursionar en proyectos, estrategias, o metodologías novedosas encaminadas a la protección del patrimonio arqueológico y que involucren de manera estrecha la participación de las localidades o comunidades próximas a los sitios de interés arqueológico[7]. 5) Respetar el patrimonio de las comunidades con las que trabaje. 6) Evitar la promoción directa o indirecta del saqueo y tráfico de bienes arqueológicos. 7) Deberá llevar a cabo la investigación de su objeto de estudio siguiendo una metodología sistemática y rigurosa en virtud de los objetivos cognitivos[8] que deseé alcanzar. 8) Realizar investigaciones originales que contribuyan al desarrollo y avance del conocimiento arqueológico[9]. 9) Dar cuenta, mediante informes, publicaciones periódicas, conferencias, etcétera, del avance y resultado de sus investigaciones. 10) Mantener una actitud constante de crítica y autocrítica al interior y exterior de la comunidad académica a la cual pertenezca. 11) Mantener una actitud constante de respeto al interior y exterior de la comunidad académica a la cual pertenezca, así como en su círculo inmediato de trabajo.


H A Z A E L A LVA R A D O H E R N Á N D E Z

DISCUSIÓN FINAL A través de este texto no pretendimos ser novedosos ni mucho menos exhaustivos, sino más bien sumarnos a las reflexiones que otros investigadores han realizado sobre este tema. La ausencia de un código de ética en una institución como el INAH, no sólo refleja su grado madurez, sino también la de sus practicantes. El debate para la adopción de uno debe continuar y hacerse explícito, en lugar de enmascararlo en textos redundantes y rimbombantes. // HA

NOTAS [1] En fechas más recientes la cantidad de proyectos arqueológicos encaminados a la gestión nos revelan una nueva etapa de la investigación arqueología, cuyos efectos y consecuencias a largo plazo deberán ser analizados con mayor detalle. [2] Incluyendo en esta no solamente la que generalmente se asocia a los cenotes, lagunas y otros cuerpos de agua empleados por culturas antiguas, sino también la realizada en las embarcaciones y navíos contemporáneos.

monumentos y zonas arqueológicos, artísticos e históricos hasta las más particulares como, supongamos, la Ley de Asentamientos humanos, Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial del Estado de Hidalgo. [7] Por ejemplo, en colaboración con museógrafos, montar exposiciones, o museos comunitarios. También, con los municipios, emprender programas de arqueología urbana, etcétera. [8] Ya sea, en el sentido empleado por Gándara, (1993) la descripción, explicación, comprensión (o interpretación), narrativa, o glosa. [9] Es decir, evitando el plagio o autoplagio.

REFERENCIAS CITADAS Bunge, Mario. 1960 La ciencia, su método y su filosofía. Ediciones Quinto Sol, México. Gándara Vázquez, Manuel. 1993 “El análisis de posiciones teóricas: aplicaciones a la arqueología social”. En: Boletín de Antropología Americana. No. 27, México, Julio-1993.

[3] Un ejemplo de lo anterior lo representa el trabajo de González (2000). No desdeñamos propuestas de este tipo, puesto que su trabajo es uno de los pocos que existen y que, en última instancia, buscan hacer congruente sus fundamentos éticos con su posición teórica. Este autor no rechaza la búsqueda de un código de ética, pero para hacerlo es necesario contar con un buen ejercicio de crítica y autocrítica a fin de evitar envolverlo con nuestras propias ideas políticas, como ocurre en el caso del citado autor.

――1995 “La arqueología mexicana: una proyección al futuro” En: Antropología mexicana: proyección al futuro, 1987 XX Mesa Redonda Sociedad Mexicana de Antropología, Instituto de Investigaciones Antropológicas, México.

[4] Para una visión más detallada de este y los demás códigos de ética mencionados en el texto véase Vitelli y Colwell (ed. 2006) y Lynott y Wylie (ed. 2000).

Gutiérrez Sáenz, Raúl. 1981 [1968] Introducción a la ética. Editorial Esfinge, México.

[5] Es necesario destacar que este código y otros más no manejan, al menos de manera explícita, el concepto de patrimonio arqueológico, sino más bien el de antigüedades o recurso arqueológico (archaeological resource). [6] Comenzando, por ejemplo, en el caso concreto de México, con las de índole más general como la Carta de Venecia u otras recomendaciones internacionales. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Ley General de Bienes Nacionales, Ley Federal sobre

González Quezada, Raúl Francisco. 2000 “Ética de la arqueología”. En: Boletín de Antropología Americana. No. 37 Instituto Panamericano de Geografía e Historia, México.

López Aguilar, Fernando. 2002 “La noción de patrimonio entre lo local y lo global, una mirada al patrimonio cultural arqueológico" En: Revista de Arqueología Americana, No. 21, Instituto Panamericano de Geografía e Historia, México. ―― 2008 “Arqueólogos y peritajes: un camino torcido” En: Perspectivas de la Investigacion Arqueológica III, Fernando López Aguilar, Walburga Wiesheu, y Patricia Fournier (Coord.), ENAH-INAH, Conaculta, México. Lynott, Mark J. y Wylie, Alison (Editores). 2000 [1995]

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

89


Ethics in american archaeology. The Society for American Archaeology, Washington D.C. Manzanilla, Linda y Barba Luis. 2003 La arqueología: una visión científica del pasado del hombre, La ciencia para todos, Fondo de Cultura Económica, SEP, Conacyt, México. Martos López, Luis Alberto. 2002 “Arqueología: la reconstrucción de la cultura” En: Ciencia. Vol. 53-Num. 4, octubre-diciembre, Academia Mexicana de Ciencias, México. Real Academia Española. 2002 Diccionario de la lengua española. 22a. ed. Real Academia Española, Madrid. http://www.rae.es/rae.html Vitelli, Karen D. y Colwell, Chanthaphonh Chip (Editores) 2006 [1996] Archaeological ethics, AltaMira Press, Walnut Creek. ____________________________________________ * Este artículo apareció originalmente en el congreso virtual organizado por la Red Mexicana de Arqueología (RMA). Se publica en el presente número bajo autorización expresa del editor del portal. Fuente: http:// remarq.ning.com/page/de-arqueologos-y-codigos-deetica

Sobre el autor: ____ Hazael Alvarado Hernández. Pasante de la licenciatura en Arqueología Escuela Nacional de Antropología e Historia. Contacto: impossible2cry@hotmail.com

Para citar: ____ (CC) ARK MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Alvarado Hernández, Azael. Arqueólogos y códigos de ética: consideraciones sobre el quehacer cotidiano, en: ARK Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 6 Número 24, otoño 2018. Proyecto ArKeopatías. México 2018, Página. 84. https://issuu.com/arkeopatias/ docs/ark24 en línea (fecha de consulta).

90

| ARK_MAGAZINE // #24


#exprésate [ ESPACIO LIBRE ]


LA BANQUE

ARK19

LA LABANQ BAN QUE TERA

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Quisque consequat, eros et congue tincidunt, neque leo facilisis turpis, at pellentesque ligula magna dictum libero. Sed massa mi, mollis in leo non, semper molestie eros. Sed placerat cursus luctus. Aenean eu luctus tortor, ac mollis nisl. Vestibulum sem nibh, euismod ut convallis a, ultrices sit amet nunc. Ut interdum, velit eget pulvinar aliquet, ex ligula scelerisque massa, ornare congue lacus dolor eget lacus. Proin ac volutpat dolor, sit amet pretium libero.

TYPE TO ENTER TEXT Vestibulum sapien ipsum, molestie eu consequat gravida, rhoncus nec enim.

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Mauris tempus felis quis arcu tincidunt fermentum. Aliquam ut mauris eu augue hendrerit dictum. In fringilla lorem vitae consectetur faucibus. Nullam at tortor elit.

est. Nunc aliquet malesuada lectus, a venenatis turpis rutrum non. Etiam condimentum odio sit amet vehicula sollicitudin. Nunc eu pellentesque eros. Sed luctus eget lacus non ultricies. Sed sollicitudin erat accumsan, ultricies sem a, interdum ligula. Nulla ultricies justo nec faucibus facilisis. Donec venenatis neque vitae egestas sodales. Sed fermentum sodales lorem sit amet tristique. Class Hoy en #LaFondark: E epasado El

#una y ya...

Phasellus maximus mattis tempus. Nullam diam leo, pulvinar id nulla id, tincidunt ullamcorper enim. Vestibulum aliquet pretium felis sed suscipit. Vivamus sed tincidunt magna, eget hendrerit tellus. In at nisi eget lorem mattis euismod eu eu 93



JÓVENES PROMESAS DE LA ARQUEOLOGÍA MEXICANA

Nancy G. Domínguez Rosas PREAMBULO Decidí publicar esta entrada no tanto a manera de crítica, si no de reflexión. Todo surgió el día de ayer a raíz de una charla con una colega y amiga sobre nuestros planes a futuro… - Ella: ¿Y cuáles son tus planes a futuro?, ¿Qué te gustaría hacer? - Yo: ….¿mis planes?….ummm pues por lo pronto titularme, ¡¡of course!! (y con una tesis nunca antes pensada por nadie más, eso ni se pregunta, pensé), después estudiar una maestría, probablemente en antropología y aplicar para UNESCO, el INAH no me agrada ¿y los tuyos?… - Ella: … ......... … La charla continuó, pero no pretendo balconearme o a mi amiga, el punto al que voy es que esta breve plática sobre nuestros planes a futuro nos hizo pensar en la problemática actual que viven las nuevas generaciones de arqueólogos, y por jóvenes me refiero a esa generación que está entre los 25 y 35 años (si ya sé lo

94

| ARK_MAGAZINE // #24

que están pensando…), que la mayoría somos contratados y además pasantes! Haciendo cálculos, de todas estas jóvenes promesas, sólo un 20% (exagerado) tiene plaza en alguna institución relacionada con la arqueología. De acuerdo con mis cuentas, de cada 100 jóvenes arqueólogos 60 tienen trabajo relacionado con la arqueología, de esos 60, 40 ocupan puestos subordinados en algún proyecto o institución, de esos 40 solo 10 están titulados (la mayoría de la UV) y los otros treinta perciben al mes un salario entre los 5,800 a los 8,000 pesos (dependiendo el lugar y el proyecto al que estén adscritos y también de la bondad del investigador, ¿por qué no decirlo?). Por otra parte, de los 20 restantes que no tienen puestos subordinados, 2 están dirigiendo proyectos propios con presupuesto de otras instituciones y 5 dirigen proyectos con un aval del INAH, 5 tienen puestos administrativos de mandos medios, 5 estudian la maestría en instituciones de nivel aceptable, 2 obtuvieron una beca y están estudiando la maestría en instituciones de alto prestigio, 1 estudia el doctorado y de los 8 que estudiaron un postgrado solo uno obtendrá trabajo y este será en el extranjero, los otros siete trabajarán en México percibiendo un salario


(con suerte) de titulado, porque las instituciones no tienen presupuesto para cubrir los gastos de un doctor no adscrito a la institución en cuestión. Debo aclarar que estas cifras las he calculado haciendo remembranza de las historias personales de mis amigos y colegas cercanos, es parte del retrato de nuestra realidad en la práctica cotidiana de la arqueología. Por supuesto que la inquietud continúa y me gustaría preparar una encuesta formal para sustentar con datos más precisos lo que estoy mencionando. Sin embargo, puedo decir que las preocupaciones y las quejas de los compañeros en cuanto a la práctica arqueológica son siempre las mismas, las oportunidades de trabajo realmente son pocas y muchas veces no dependen de tu talento. Es entonces cuando nos preguntamos ¿Para qué seguir preparando arqueólogos que cuando salgan se enfrentarán a estas condiciones? La realidad es que el INAH no se da abasto y hoy en día ya no es la opción (como me decía alguna vez una maestra muy querida de la ENAH: “el INAH ya no es lo que era hace veinte años cuando yo entré”). Pero el problema no es la institución si no los que formamos parte de ella, porque lamentablemente desde los inicios fomentamos una idea mediocre respecto a la inserción al mundo productivo, es decir, las escuelas antropológicas no promueven la competencia, ni promueven el desarrollo profesional de sus estudiantes, porque por generaciones y generaciones seguimos cometiendo los mismos errores y generando los mismos prejuicios. Debido a lo anterior preparé esta pequeña crítica tomada de experiencias propias y ajenas, para que aquellos que queremos cambiar las cosas lo tomemos a manera de reflexión…

TRECE REQUISITOS PARA SER BUEN ARQUEÓLOGO 1. Primero y antes que nada aprenda el concepto y uso del verbo PENDEJEAR y practique como si fuera un nuevo deporte, recordando siempre que todos son “pendejos” en el mundo menos usted. 2. Haga del PREJUICIO una virtud (pero grítele al mundo que usted antes que arqueólogo (a) es antropólogo (a) y que los antropólogos (as) no tienen prejuicios) y no se junte con los nacos, los jodidos, los indios, los putos…… pero sobre todas las cosas evite a los

pendejos …no vaya a ser que lo anden relacionando con ellos. 3. Desarrolle su DELIRIO DE PERSECUCIÓN y recuerde que como en la historia de Orwell…. un mundo nos vigila y todo, absolutamente todo, lo que usted diga puede (y “debe”) ser utilizado en su contra (y por supuesto que viceversa: usted puede usar todo en contra de alguien). 4. Como antropólogo usted tiene que aprender el principio de la RECIPROCIDAD (entiéndase como: ¡ahora va la mía puto!). 5. La NEUROSIS es un requisito más importante (y además bien vista) que el promedio para entrar a cualquier institución, así es que no sienta vergüenza al respecto. 6. Procure NO ACCIDENTARSE… ¡por favor! Recuerde que usted es el empleado(a) (no aplica al patrón) y si se accidenta o se enferma eso le genera un gasto a la institución (además tenga en cuenta que si usted se accidenta el INAH lo borrará del sistema, entiéndase como: ¡No lo conocemos!). 7. Aprenda bien las ETAPAS EVOLUTIVAS del arqueólogo (y quien no esté de acuerdo con esto es un pendejo -ver punto 1-): pase 6 años de estudiante, 3 de paseante, otros 2 de pasahambre, 2 de tesista (y sólo dos, porque si no tengo que repetir materias) y cuando usted rasque los cuarenta ya con toda su experiencia podrá aplicar para una maestría (antes no, no sea pendejo). 8. Pase 10 años de su vida como CHALÁN de algún investigador, chance y le da un infarto y usted puede quedarse con la plaza. 9. Ligado al anterior, y dice: NO SE DEPRIMA al darse cuenta que después de diez años dedicados a la institución, le dieron la plaza a la chava frondosona que compitió con usted el día del examen. 10. ¡AGUANTESE! (Como Jesucristo ponga la otra mejilla, que es su obligación) y no se queje, recuerde que no tiene vida personal, usted le pertenece a la institución de lunes a domingo y días festivos (no pida que le paguen doble estos últimos, no sea encajoso). 11. BARBEROS vs Preparados, entiéndase como: no importa su grado de preparación siempre y cuando

É T I C A Y PAT R I M O N I O |

95


usted este dispuesto a discutirse las chelas, téngalo muy presente porque de esto depende su futuro profesional. 12. Recuerde que la idea del ÉXITO depende de qué tan exitoso crean los demás que eres, no de que en verdad lo seas. 13. Y finalmente… tenga ¡¡MIEDO!! Porque nosotros sabemos lo que usted está pensando…. y lo vamos a vetar. La reflexión se las dejo de tarea… por lo pronto comencemos a armar esa encuesta, ¿no?, y recuerden que el cambio depende de nosotros, de aceptar o no las viejas normas y de comenzar a vislumbrar otras opciones, de volvernos más competitivos adquiriendo mejores herramientas y actitudes, principalmente actitudes. // ND

Sobre la autora: ____ Nancy G. Domínguez Rosas. Arqueóloga por Escuela Nacional de Antropología e Historia. Contacto: nan_b14@hotmail.com

Para citar: ____ (CC) ARK MAGAZINE opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Domínguez Rosas, Nancy. Jóvenes promesas de la arqueología mexicana, en: ARK Magazine / Textos sobre patrimonio. Año 6 Número 24, otoño 2018. Proyecto ArKeopatías. México 2018, Página. 94. https:// issuu.com/arkeopatias/docs/ark24 en línea (fecha de consulta).

96

| ARK_MAGAZINE // #24


#exprésate [ ESPACIO LIBRE ]


CO NT AC TO

#escríbenos [ arkeopatias@gmail.com]


ARK_MAGAZINE Año 6 Número 24 [otoño 2018], edición digital, se desarrolló enteramente con software libre o gratuito y se publicó el día 30 de septiembre de 2018. La distribución se realizó mediante correo electrónico, páginas web, redes sociales y archivos compartidos por parte del Proyecto ArKeopatías. Se autoriza su uso y distribución bajo los criterios de la licencia Creative Commons Reconocimiento No Comercial Compar tir Igual 4.0 Internacional.


#exprésate [ ESPACIO LIBRE ]


[ TERCERA DE FORROS ]



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.