NOTA IMPORTANTE: Las opiniones vertidas en los textos son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el punto de vista del Proyecto ArKeopatĂas (o tal vez sĂ).
8 K A R BOTICA VERANO
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2014
Portada: foto: La Botica autora: Gracia Sara Vargas Carbajal
#bienvenido [ ESPACIO LIBRE ]
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textos arkeopáticos Año 2 Número 08 verano 2014
Es una publicación cuatrimestral dedicada a la investigación y difusión de artículos sobre antropología, arqueología, restauración, arquitectura y el patrimonio cultural en México y el mundo. Editada y distribuida a través de medios electrónicos por el Proyecto ArKeopatías. México 2014.
Contacto: web: arkeopatias.wordpress.com mail: arkeopatias@gmail.com facebook: Arkeopatias twitter: @ArKeopatias instagram: arkeopatias/
Derechos: ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Legal: Número de reserva de derechos al uso exclusivo del nombre: en trámite. Registro de licitud de título y contenido otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones Ilustradas de la Secretaría de Gobernación: en trámite. ISSN: en trámite. // Los créditos de las fotografías son para ArKeopatías, a menos que se indique lo contrario.
CRÉDITOS
EDITORIAL Con el NO. 8 de los TEXTOS ARKEOPÁTICOS que tienen en sus manos queridos y fieles lectores, inauguramos la temporada de ediciones temáticas de este proyecto. A partir de ahora y hasta que se nos ocurra otra cosa, estaremos presentándoles un juego editorial en el que los pretextos conceptuales y estéticos darán forma a nuestra publicación. Iniciamos con LA BOTICA, lugar crisol por excelencia, arreglo de males, sede de esperanzas, pero sobre todo punto de encuentro de bienes, males y personas. Los interminables anaqueles de las boticas tradicionales custodian aún muchos secretos heredados de las más lejanas tradiciones y respuestas a las preguntas más profundas guardadas en contenedores de cristal con extraños nombres dignos de un lenguaje críptico que queremos descifrar. Es así que este número pretende ser esa habitación llena de frascos, balanzas, dosis y recetas en las que nuestro cotidiano malestar por el patrimonio encuentre la infusión perfecta para mitigar la curiosidad y el deseo. Esperamos como siempre, que este bebedizo les pase bastante bien, el sabor es fuerte muchas veces, no lo podemos negar, pero todos los ArKeópatas, ahora aprendices de alquimistas, han hecho un extraordinario trabajo de medición y pesaje de sus elementos para presentar a ustedes una serie de textos dignos de cualquier piedra filosofal. Si persisten las molestias, ¡no duden en regresar por más!
Contacto: mail: arkeopatias@gmail.com facebook: ArKeopata
Síntesis curricular: México D.F. (1978) | Arquitecto por la Universidad Nacional Autónoma de México con estudios de arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Sus principales intereses son la investigación y conservación del patrimonio cultural, los procesos de identidad comunitarias y la relación que guardan con los nuevos medios de comunicación.
Editorial Juan Reynol Bibiano Tonchez
Música Jesús Pérez
Yo Reconozco Lectores de ArKeopatías
ÍNDICE
Características urbanas de la ciudad de Cholula, Puebla, durante el periodo posclásico . p.22
Antonio Hermosillo Worley
La honda o matehuitatz , instrumento de caza y guerra entre los habitantes de la Sierra de Puebla: Un registro etnográfico . p.30
Los estados anacreónticos y el lidar. El caso de Tajín . p.38
Israel Hinojosa Baliño
Héctor Adolfo Cuintanar Pérez
Entre el lago y la montaña: el Sumidero de Pantitlan . p.50 Los indígenas y su patrimonio cultural. Derechos y obligaciones . p.62
Chrystian Reyes Castillo
Julio Manzanares Gómez Recuerdos de Coatlicue . p.69
Juan Carlos Campos-Varela
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CON TENE DOR
Laboratorio textual Mezclas para atenuar el olvido, la desidia y el descuido: música, fotos, cine, video, noticias, reseñas, humor, sangrías y lavativas para llevar.
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MÚSICA
Remedio infalible para combatir el mal de campo, se puede aplicar vía cutánea y oral. No exceder la dosis recomendada. #enmiaipod by Jesús Pérez. 1. Sly & The Family Stone - Dance to the music https://youtu.be/1kzyRM0Sjl8 2. Peter, Paul & Mary - I Dig Rock & Roll Music https://youtu.be/iqY35SYsyfQ 3. The Association - Six Man Band https://youtu.be/5DZ7WhKAgmk 4. Wallace collection - Daydream https://youtu.be/Y9I_p8K6ZPg 5. The Zombies - Time of the Season https://youtu.be/KDYonGiCKZ0 6. People - I Love You https://youtu.be/xO5rKF2w_ro 7. Sonny & Cher - The Beat Goes On https://youtu.be/umrp1tIBY8Q 8. Blood Sweat & Tears - Blues Part 2 https://youtu.be/O1ZRcI3g9vs 9. Azteca - Mazatlan https://youtu.be/gc60mRRO-v8 10. Malo - Suavecito https://youtu.be/qmTNKNcGOQU
GalerĂa completa: https:// www.facebook.com/ media/set/?set=a. 10153407735675970.107 3741866.287917865969&t ype=1&l=88a0a3cf69
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ARKEO PÁTICOS / ENCRyM
El pasado jueves 4 de junio del 2015 se presentó el más reciente número de los Textos ArKeopáticos en la Escuela Nacional de Conservación y Museografía [ENCRyM]. // Gracias a todas ustedes... a Ingrid Jiménez nuestra editora y a Guillermo Pereyra que comentó este número, a las autoras, Gabriela, Ilse, Yannen, Yúmari, Nora y José, Martha; a todos los chicos que contribuyeron con las secciones... y por supuesto a Ana San Vicente, por el mejor catering en la historia de ArKeopatías!
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#YO RECONOZCO TU TRABAJO
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CIRO REYES MENDOZA Chan Chan Complejo Arqueológico En el trabajo arqueológico hay otrxs profesionales que tienen un título bien ganado, gracias a su esfuerzo dedicación y experiencia, es por ello que en ArKeopatías creemos que ellxs son parte fundamental en la conservación y conocimiento del patrimonio cultural, sin embargo, pocas veces son visibilizados como tales. Por lo que en esta ocasión les presentamos algunas imágenes que llegaron a
nuestro sitio, a partir de la convocatoria lanzada por las redes sociales, para que nos enviaran fotos de quienes colaboran con ustedes dentro de sus trincheras de excavación, recorrido en campo, gabinete o laboratorio, con la intención de conocer y reconocer la labor incansable de nuestrxs otrxs colegas.../////
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SALOMÓN FIQUE Municipio de Bojacá, Cundinamarca, Colombia “51 años, gestor local del municipio de Bojacá (Cundinamarca, Colombia). “Tras años de recorrer su territorio y reconocer decenas de sitios con arte rupestre, emprendió la búsqueda de apoyo para documentarlos y protegerlos. Una feliz coincidencia nos cruzó en el camino y gracias
a él y a otros miembros de su comunidad estamos llevando a cabo el primer inventario participativo de arte rupestre, porque estamos convencidos que investigación sin comunidad es pura tautología”
#reconoce: Diego Martínez Celis
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MARIANO, CECILIO Y JUAN Valle Calchaquí, Provincia de Salta, Argentina. “Es una lástima que no se vea bien, pero esta es la que mejor resume la idea de la propuesta: Mariano acompaña a Cecilio Condorí y su hijo, Juan. Les contamos por qué estábamos allí, qué hacíamos y la importancia de
ello. Y fueron los mejores ayudantes de campo. Hicieron grandes descubrimientos, siempre con sumo cuidado. Juan era el nuevo puestero en ese momento y su padre se sumó a ayudar. (2007)”
#reconoce: María Teresa Iglesias
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LA GENTE DEL PODEROSO LURIHUASI
“Un reconocimiento a los auxiliares de campo, que día a día ponen el hombro para sacar adelante los trabajos arqueológicos y de conservación, la gente del Poderoso Lurihuasi (como les gusta que los llamen) siempre servicial, trabajadora, recios al trabajo, gracias muchachos por acompañarme en las labores realizadas en Caral (2014)”
Caral - Lurihuasi, Perú.
#reconoce: Erick Aguilar Cáceres
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DON CARLOS
Municipio de Funza, Cundinamarca, Colombia “Don Carlos es un señor que me colaboró muchísimo en la apertura de pozos de sondeo en mi trabajo de tesis en una hacienda Colonial llamada Catama que queda en el municipio de Funza en Cundinamarca, Colombia… Era demasiado rápido, que si yo le decía que bajara hasta diez centímetros, él se pasaba
hasta 20 y me decía “uy señorita otra vez me pasé”… Siempre preguntaba que si ya casi encontrábamos el tesoro de los indios… encontré un tesoro no precisamente material en el cariño de la gente de la Hacienda”
#reconoce: Lorena María Cruz Coral
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DON ROGELIO ALVA Tetitla, Teotihuacan, México. “…fue auxiliar durante el proyecto de restauración de pintura mural en Tetitla [Teotihuacan] de 2007 a 2009, súper trabajador, comprometido, noble, amable y siempre con una enorme sonrisa, disfrutaba su trabajo, cuidaba cada detalle y siempre estuvo muy dispuesto a aprender más. Hace mucho que no lo veo pero seguramente no ha cambiado. Nos ayudaba
preparando materiales, quitando resanes de cemento y haciendo los resanes más grandes, todo le quedaba perfecto. En la mañana (o madrugada) trabajaba en una panadería, hasta que lo despidieron para no darle su jubilación, un tema bastante lamentable, espero sinceramente que esté bien.”
#reconoce: Ingrid Jiménez Cosme
#exprésate/reconoce a tu colega [ ESPACIO DISPONIBLE ]
la botica
LA BOTICA Benzoato de Textos
Infusiones, bebedizos, ventosas, sustancias, remedios, jarabes, compresas, tomas, aguas de tiempo y todo lo que necesitas para esa dolencia patrimonial. DĂŠjese al alcance de los niĂąos y adultos mayores.
la botica
1ER. DOSIS
“Características urbanas de la ciudad de Cholula, Puebla, durante el periodo posclásico” Antonio Hermosillo Worley
Palabras clave: Cholula, ciudad, traza urbana, arquitectura, fuentes. © Textos ArKeopáticos opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Hermosillo Worley, Antonio. “Características urbanas de la ciudad de Cholula, Puebla, durante el periodo posclásico”, en: ArKeopáticos. Textos sobre arqueología y patrimonio. Año II Número 8, verano 2014. Proyecto ArKeopatías. México 2015, Pág. 22. http://arkeopatias.wordpress.com/arkeopaticosnumero8 en línea (fecha de consulta).
la botica
CARACTERÍSTICAS URBANAS DE LA CIUDAD DE CHOLULA, PUEBLA, DURANTE EL PERIODO POSCLÁSICO Antonio Hermosillo Worley* RESUMEN: Para desarrollar la reconstrucción hipotética urbana de la ciudad de Cholula se analizaron datos procedentes de investigaciones arqueológicas y la información aportada por las fuentes etnohistóricas. Con ello se pretende exponer sus características arquitectónicas y urbanas durante el periodo Posclásico. Para ello utilizaremos información procedente de códices y manuscritos históricos como la Historia Tolteca Chichimeca (Kirchhoff, et al. 1989), los Mapas de Cuauhtinchan (Yoneda 1991), el Códice de Cholula (Lind 1988a), la Descripción de Cholula (de Rojas 1979), la Historia de la Conquista de Nueva España (Díaz del Castillo 1985) y los Memoriales de Fray Toribio de Benavente (1971).
documentos, como La Historia Tolteca Chichimeca y los Mapas de Cuauhtinchan nos muestran la apariencia del centro ceremonial. En base a todos los anteriores, a relatos de distintos cronistas españoles y a trabajos de otros investigadores se conforma el esquema siguiente.
Cholula fue un centro urbano de gran valor, multiétnico y cosmopolita, producto de una constante ocupación, representa una secuencia urbana de más de un milenio de duración. Investigadores como Bonfil (1988:74-76), Carrasco (1971:63), Lind (1988a:1) y Müller (1973a), han determinado que en época prehispánica fue una ciudad de prestigio ante los ojos de poblaciones vecinas. La consideraban como centro religioso, artesanal y comercial importante. A la llegada de los españoles era una ciudad estado que disfrutaba de independencia política y se encontraba aliada con el imperio mexica.
Cholula era una de las ciudades prehispánicas más grandes al momento de la conquista, continuamente habitada desde el periodo Preclásico Medio (alrededor del año 500 a.C.) hasta época de la conquista española en el año de 1519. La razón primordial de esta particularidad residiendo en la perdurable fertilidad del llano donde se localizó, bañado de forma persistente por el río Atoyac y sus afluentes. Una zona hídrica con recursos naturales ilimitados. Con respecto a su apariencia Cortés y sus conquistadores dicen que el sitio poseía veinte mil casas dentro del cuerpo de la ciudad " ...é de arrabales otras tantas" (Cortés 1946:21; Solís 1968:272). Era una ciudad muy "torreada", refiriéndose a que tenía gran cantidad de templos "...en cantidad como días tiene el año ... y algunas más; y así, cerca de cuatrocientos" (López de Gomara 1946:22). Cholula era una ciudad con gran cantidad de templos. Se dice que era una especie de Meca prehispánica.
En nuestros días existe poca evidencia física de las características urbanas de la ciudad de Cholula Posclásica ya que los españoles borraron el asentamiento prehispánico para conformar el propio, el cual siguió un esquema ortogonal exacto. Los primeros documentos que muestran características urbanas de la población precortesiana aparecen durante la época colonial. El Códice de Cholula es nuestra principal fuente de información. En él se muestra un esbozo de la conformación que observó la ciudad durante momentos posteriores a la conquista (Lind 1988a). La mayor parte de las fuentes coloniales mencionan seis parcialidades en la ciudad de Cholula (Carrasco 1971:35). Otros
La urbe se organizó políticamente como una ciudadestado y desde tiempos anteriores a los mexica fue separada en parcialidades (Brumfiel 1987:102), mismas que pudieron estar relacionadas con la división del trabajo o con la ocupación del sitio por varios linajes (Carrasco 1971:63). Las fuentes etnohistóricas mencionan que durante la ocupación olmeca-xicallanca, grupo que se considera procedente de la Mixteca Baja (Jiménez Moreno 1966:63), aproximadamente 800 a 1200 d.C., la ciudad se repartió en dos sectores determinados por un gobierno teocrático dual. Los nombres de sus dirigentes
Antecedentes
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IMG 1.
Ubicaciรณn de la ciudad prehispรกnica de Cholula sobre la traza urbana contemporรกnea. Dibujo: Antonio Hermosillo.
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nos los proporciona la Historia Tolteca - Chichimeca y fueron Aquiach y Tlalchiach. Se sabe muy poco sobre ellos. Los dos eran líderes que ejercían tanto funciones religiosas como gubernamentales. Carrasco nos habla de que el Aquiach tenía por escudo de armas al águila y el Tlalchiach al tigre (u océlotl). Durante tiempos olmecas el Aquiach residía en el Tlachihualteptl, que era la sede del numen del agua. Resulta probable que el Aquiach haya estado relacionado con el culto a la lluvia y el Tlalchiach al de Quetzalcoatl (Carrasco 1971:21). Nos dicen las fuentes que estos dos títulos subsistieron hasta momentos después de la Conquista, pero con una aplicación diferente. En épocas posteriores, "...Aquiach gobernaba los que eran las manos y el Tlalchiac los que eran los pies" (Ibídem:71). Esto de las manos y de los pies Carrasco piensa que tiene que ver con el aspecto territoral de la ciudad, "...distinción entre centro ceremonial y periferia (Ibídem:52). Límites de la ciudad Con el fin de establecer los límites de la ciudad se ha tomado como referencia la investigación de Müller (1973b), la de Bonfil (1988) y el estudio que efectúe sobre la especialización artesanal de Cholula precolombina (Hermosillo W. 1992). Según se determinó la ciudad se extendería por el norte hasta la calle 26 Oriente y hacia el sur hasta la 29 Poniente. Hacia el noreste delimitaría con un pantano que se localizaba en el área de la intersección de la Ruta Ehecatl y La Recta, incluyendo las inmediaciones de Villa Lolita y la colonia Lázaro Cárdenas. Hacia el sureste la ciudad ocupaba gran parte de los terrenos de la Universidad de las Américas y San Andrés, Cholula. Hacia el oeste se extendía hasta las faldas del Cerro Zapotecas. Distribución por Parcialidades y Barrios Después de la caída de Tula llegan a Cholula los Tolteca-Chichimeca (1200 d.C. aproximadamente), "...quienes acaban por conquistar la ciudad derrotando a los olmecas" (Carrasco 1971:11; Hermosillo 1985:20). Es durante esta etapa que la ciudad adquiere su división por parcialidades, cabeceras o distritos, nombre de los cuales se relacionan con los diferentes grupos en los que se dividían los tolteca-chichimeca. Existen dos versiones sobre el desalojo de los olmeca de Cholula: Primero, según Paddock los olmecaxicallanca fueron expulsados antes de la llegada de los tolteca-chichimeca, por un grupo llamado poyauhtecachichimeca procedentes del lago de Texcoco (Paddock 1987:38). La segunda nos la da Davies (1980:160-167),
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el cual propone que primero llegaron grupos humanos provenientes de una decadente Tula. Estos ocuparon Cholula pero sin deshabitarla de sus antiguos pobladores, convivieron con ellos por algún tiempo. Al no recibir buen trato de los olmeca los toltecas decidieron tomar la ciudad. Esto no significa que eliminaron totalmente a los olmeca-xicallanca. Este grupo fue desplazado a la parte sur del Tlachihualtepetl. De esta forma se fundó el grupo que en tiempos coloniales conformarían la cabecera de San Andrés. Se efectuó una simbiosis entre la cultura de los viejos y de los nuevos formándose Tullan Chollolan Tlachihualtepetl. Los grupos del área olmeca mantuvieron al cerro artificial como centro religioso. La modalidad político-religiosa del gobierno teocrático dual (Aquiach y Tlalchiach) fue adoptada por los tolteca (Hermosillo 1985:21). Fue durante este periodo que se introdujo el culto a Quetzalcóatl, el cual haría de la ciudad un centro religioso importante ante los ojos de sus vecinos. Pero no sólo el culto a Quetzalcóatl era practicado, fue el más importante pero no el único. Cholula llegó a tener fama de ciudad sagrada, razón por la que muchos pueblos vecinos deseaban tener lugar dentro de terreno tan importante para los dioses. De esta forma se establecieron embajadas religiosas en la ciudad por medio de las cuales se hacían representar varios pueblos extranjeros y sus dioses patronos. Se dice que inclusive los tlaxcaltecas desearon hacerlo, a pesar de estar siempre en gran enemistad con los cholultecas. Debido a esto la ciudad de Cholula, a la llegada de los españoles, fue calificada como una ciudad de templos (Peterson 1987:74-76). Según la Historia Tolteca-Chichimeca los nuevos ocupantes de Cholula llegaron en dos oleadas diferentes. La primera constituida por los llamados tolteca, "...los conquistadores que llegaron a Tlachihualtepec Cholula (Kirchhoff, et al. 1989:146-152), la segunda por los calpoleque, "...la gente de los barrios, sus manos y sus pies", claramente los segundos se encuentran subordinados a los primeros. Los calpoleque son los individuos que trabajan para los tolteca, los pobladores de la ciudad, los habitantes de los barrios; agricultores, artesanos y comerciantes. Calpoleque se puede considerar como sinónimo de calpulli, de calli (casa) y pulli, aumentativo; "en la casa grande". Esto es un clan o grupo social integrado por parientes, aliados o amigos, con un posible antepasado común, no comprobable, y que ocupa un sector determinado dentro de la ciudad. De los calpoleque llegaron varios grupos cada uno de los cuales constituyó una parcialidad dentro de Cholula, la Historia Tolteca-Chichimeca nos habla de un número variable de ellos. Sus nombres son los siguientes; tecameca, quauhteca, texpolca, mixquiteca, xiuhcalca, vitzilvaque, chimalcolca, tianquiznavaca, calmecavaque y xalteca (Carrasco 1971:22). Existe un problema con los últimos dos pues no se sabe si eran grupos o subgrupos, se tiende a pensar que eran lo segundo. Es interesante hacer notar que los nombres de algunas de las parcialidades coloniales de Cholula se encuentran totalmente relacionados con los nombres de los calpoleque:
cabecera San Pablo Tecama, cabecera Santiago Mizquitlán, cabecera San Juan Texpolco, cabecera Santa María Quahtla, barrio Xalla (Xalotle) en San Andrés, barrio Tianquiznauac en San Miguel y barrio Calmecahuacan en Santiago (Ibídem:27). Lind (1988a y 1988b) propone una posible localización de las parcialidades o distritos y de los varios calpoloque o barrios en un mapa de la ciudad de Cholula. El nombre de las 6 parcialidades y sus respectivos calpoleque (24 en total) de Cholula son los siguientes (entre paréntesis se dan los nombres actuales): 1. Tianguiznahuac (San Miguel y Jesus Tlatempa): Tlacpac, Ostumba, Tenanquiahuac, Tianguiznahuac y Tollan. 2. Mizquitla o Mizquitlan (Santiago y San Matías): Cuitlizco, Izquentla y Mizquitla. 3. Texpolco (San Juan Calvario): Tzaqualco, Papalutla, Cuac y Papalotla. 4. Xixitla o Quauhtlan (Santa María y La Magdalena): Xitla, Ocotlan y Acahuichco. 5. Tecama o Tecaman (San Pablo y San Pedro): Escoloco, Tecama, Mexicalzingo y Tzautlan. 6. Colomochco (San Andrés): Aquiahuac, Yohual Tianquizco, Xicotenco, Matlalcingo y Colomochco.
Después de los tolteca-chichimeca llegan a Cholula otros grupos menos importantes (quauhtinchantlaca y totomihuaque). Dicen las fuentes que los últimos en llegar fueron los colomochcas. Se establecieron en la cabecera que lleva su nombre, San Andrés (Carrasco 1971:37). Este grupo posiblemente fue mixtecapopoloca, tal vez procedente de la zona sur del estado de Puebla (Hermosillo 1985:26). Existen algunos barrios que se relacionan con otros lugares vecinos a Cholula, principalmente Huejotzingo y Tlaxcala, "En San Andrés existen barrios con nombres de fuerte asociación tlaxcalteca que sugiere la existencia de tales gentes en la cabecera de los colomochcas (Xicotenco y Aquiauac)" (Ibídem: 62). Con lo que hasta aquí se ha dicho podemos afirmar que la ciudad de Cholula era una agrupación pluriétnica. Cada cabecera conformaría una entidad aparte con grupo noble particular; centro ceremonial con templos, edificios públicos, plazas y palacios característicos.
Calles de primer grado La ciudad se acomodaba cuasiortogonalmente sobre un eje de coordenadas conformado por calles de primer grado, que formaba cuadrantes irregulares determinados por trazos con orientación noreste-suroeste y noroeste-sureste. Estas vías tenían su punto de convergencia en el centro ceremonial y desde ahí partían a los distintos puntos de importancia para el contacto y comercio con el exterior. Los siguientes se basan en Lind (1988a) y en observaciones propias: Vía Tepeaca: Esta era la ruta hacia puntos como Tehuacán, Golfo de México, Oaxaca y el área maya. Vía Tlaxcala: Las relaciones entre Cholula y Tlaxcala no siempre fueron de enemistad. Los investigadores señalan que durante periodos anteriores a la cultura mexica las dos ciudades junto con Huejotzingo formaban un tipo de vínculo similar a la Triple Alianza. Este fue desintegrado durante el Posclásico a favor de los intereses mexicas (Hermosillo W. 1992). La presencia de esta avenida puede corroborar una abandonada intención favorable hacia los tlaxcaltecas. Por ella arribaron los conquistadores españoles en octubre de 1519 (Díaz del Castillo 1985:285). Vía Huejotzingo: Ruta importante hacia la Cuenca de México. Vía Atlixco: Ruta hacia el sur de Puebla y la zona de Guerrero Parcialidades Las parcialidades de la ciudad se localizarían de la forma siguiente: 1) Dentro del cuadrante delimitado por la Vía Tepeaca y la Vía Atlixco las cabeceras de Colomochco al este y Tecama al oeste; 2) Dentro del cuadrante delimitado por la Vía Atlixco y la Vía Huejotzingo las cabeceras de Xixitla al sureste y la sección sur de Texpolco al noroeste; 3) Dentro del cuadrante delimitado por la Vía Huejotzingo y la Vía Tlaxcala la sección norte de Texpolco y la cabecera de Mizquitla; 4) Dentro del cuadrante delimitado por la Vía Tlaxcala y la Vía Tepeaca la sección este de Mizquitla, la cabecera de Tianguiznahuac y la sección norte de Colomochco. Calles de segundo grado La ciudad de Cholula estuvo subdividida por calles menores que, al parecer, no siguieron un orden reticular perfecto. Se propone que tuvieron forma irregular y que conectaban las zonas habitacionales con las calles de primer grado. Remanentes de este acomodo se evidencia en el barrio actual de San Cristóbal Tepontla, localizado en las faldas del Cerro Zapotecas (Bonfil 1988: 34-35). Se debe tener presente que las características de la ciudad pudieron reflejar una ocupación continua de más de mil años, tiempo durante el cual la ciudad sufrió un gran número de reordenamientos. Durante el Posclásico, los toltecas pudieron
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aprovechar secciones de la antigua traza para conformar su congregación de 6 ciudades menores. Circunstancias que crearon al final un esquema urbano irregular dentro de la cuasiortogonalidad establecida por los caminos de primer grado. Centro Ceremonial El Centro Ceremonial, corazón del asentamiento urbano, se localizaba en el área que ocupa el actual zócalo de la ciudad de Cholula. Abarcaba, de este a oeste, desde el Convento de San Francisco hasta la cuadra donde se localiza el mercado. De norte a sur tres o cuatro cuadras en ambos lados del actual zócalo. En esta zona se encontraban templos, casas oficiales y el gran "Tianquiz" o mercado (Bandelier 1976:163). Después de analizar los documentos pictográficos que poseen representaciones de la ciudad de Cholula se llegó a la conclusión que el que mejor lo representa a la ciudad es el de el Mapa de la ruta ChicomoztocCuauhtinchan o Mapa de Cuauhtincha No. 2 (MC2) (Yoneda 1991:128, 132). Según el códice los edificios que lo conformaban eran los siguientes: Templo de Quetzalcóatl: La famosa estructura se localizaba en el espacio donde los españoles construyeron el Convento de San Gabriel, en la esquina noreste del zócalo actual. Lo constituía una gran plataforma basal sobre la que desplantaba el dicho recinto sagrado. De acuerdo al MC2 el basamento era de 2 cuerpos grandes hechos en talud ligero y coronados por una cornisa ancha. Su escalinata se orientaba hacia el oeste y la delimitaban alfardas anchas en talud rematadas en la parte superior por un descanso en forma de cubo. Fray Diego Duran registra que el basamento "...tenia sesenta gradas para subir a el nomas y su edificio era que despues de aquellas gradas se hacia un patio muy encalado de mediana anchura" (Duran 1867:121). De a cuerdo a esto, si se considera que la escalinata del templo tuvo 60 peldaños y que cada uno de ellos tuvo 28 o 30 cm promedio de peralte, podemos calcular una altura aproximada de 16 a 18 m para la plataforma. Según el MC2 el templo tenía muros basales en ligero talud al que le seguía un segundo cuerpo de muros planos rematado por una cornisa con almenas de forma cuadrada. El acceso principal tiene un ancho dintel rojo sostenido por dos columnas pintadas también de rojo y con una banda negra en la base (Yoneda 1991:128). Duran narra que la estructura aparentaba "...una pieza toda redonda que aunque era grande era a echura de horno y la entrada era como boca de horno ancha y
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La ciudad se acomodaba cuasi ortogonalmente sobre un eje de coordenadas conformado por calles de primer grado, que formaba cuadrantes irregulares... Estas vías partían del centro Ceremonial a los distintos puntos de importancia para el contacto y comercio con el exterior.
baja que para entrar era menester ynclinarse mucho tenia por techo una copa redonda pajiza quellos llaman xacalli" (Duran 1867:121-122). Esto hace suponer que la construcción tuvo planta redonda y la coronaba un techo cónico de zacatón, similar a la versión del templo de Quetzalcóatl que se muestra en la Historia Toleteca-Chichimeca (Kirchhoff, et al. 1989:F 26v). Adyacente al Templo existió una plaza cuadrada con edificios en las esquinas. Los de las esquinas interiores (más próximos al templo) tenían su fachada frontal con vista hacia el oeste; los de las esquinas exteriores mostraban su fachada principal en lados contrarios, una frente a la otra. Estos edificios eran de un solo nivel y desplantaban sobre una plataforma baja. Los cuatro tenían muros basales en ligero talud, con un segundo cuerpo cuadrado, techo plano rematado por una cornisa almenada. El acceso principal con un ancho dintel rojo sostenido por cuatro columnas pintadas también de rojo y con una banda negra en la base. Todas las estructuras recubiertos de estuco. En el espacio interior se extendía una plaza de aplanado de tierra (Yoneda 1991:128). Edificio Sagrado de Piedra: Sugiere Lind (1988b:12) que este pudo ser un templo donde el Aquiach y el Tlalchiach realizaban ritos de iniciación para sacerdotes. Según el MC2 era un edificio rodeado por un muro bajo con cuatro accesos. Era de un solo nivel y desplantaba de una plataforma muy baja. Sus muros tenían una parte basal en talud pronunciado a la que le seguía un cuerpo recto coronado por una cornisa. El acceso -orientado al sur- tenía un ancho y largo dintel rojo soportado por cuatro columnas rojas con banda negra en la base. El edificio no poseía recubrimiento de estuco. Sus paredes mostraban la textura de la piedra El muro que lo rodeaba era estucado y tenía forma rectangular. Los 4 accesos se localizaban en el centro de cada uno de sus lados. El espacio interior del patio estaba hecho de aplanado de tierra (Yoneda 1991:128). Calmecac: Esta construcción se identifica con este nombre en la Historia Tolteca-Chichimeca (Kirchhoff, et al. 1989:183). Al igual que en la sociedad mexica pudo ser utilizada como centro de
enseñanza para nobles y sacerdotes. De acuerdo con el MC2 el edificio estuvo conformado por una plataforma basal coronada por un recinto. La plataforma fue de 2 cuerpos grandes hechos en talud ligero y coronados por una cornisa ancha. Su escalinata orientada hacia el norte y delimitada por alfardas anchas en talud rematadas en la parte superior por un descanso en forma de cubo. El recinto poseía una segunda plataforma basal y muros basales en ligero talud seguidos por un segundo cuerpo de muros planos rematado por una cornisa almenada (almenas cuadradas). El techo estuvo dividido en tres secciones, cada una de ellas determinas por estructuras cónicas hechas de zacatón coronadas por un capuchón. La central fue de mayores dimensiones y su capuchón era en forma de carrete. Las laterales de tamaño menor y las coronaba un capuchón en punta. Esto tal vez indica que el interior se encontraba dividido en tres cuartos. El acceso principal tiene un ancho y largo dintel rojo sostenido por cuatro columnas pintadas también de rojo y con una banda negra en la base (Yoneda 1991:132). Mercado: No existe en los códices un registro pictórico detallado de la forma que pudo tener este edificio. En el Códice de Cholula se le esboza burdamente mediante líneas al oeste de la Plaza Principal, en la misma zona donde se localiza el mercado actual. El acceso principal se orientaba hacia el norte y su interior se dividía en secciones este y oeste. Esta segmentación quizás estuvo determinada por la estratificación social (Lind 1988a). Áreas Habitacionales El cuerpo vital de la ciudad de Cholula Posclásica lo conformaban construcciones habitacionales, similares a las que se sabe existieron en la región de la Cuenca de México. Las residencias para el común del pueblo eran chicas y de un solo piso. Estas poseían un patio central alrededor del cual se encontraban los cuartos. Las casas de los nobles eran de dimensiones mayores. Parte de la estructura de estas casas nobles se hacía con madera. La parte exterior de todos los edificios se cubría con estuco. Aunque algunos edificios y casas se construían con barro y piedras, el material predilecto para construcción era el adobe. Se dice que Cholula era un pueblo de adobe. Sólo en ocasiones utilizaba la piedra para hacer edificios cívicos o religiosos y para esculturas. Dinteles y marcos de puerta se hacían con madera. Esta es la razón por lo que existen tan pocas muestras de la arquitectura prehispánica del sitio y por lo que les fue tan fácil a los españoles borrar las
antiguas construcciones nativas y edificar las propias, dejando poca evidencia de la desaparecida Cholollan (Bandelier 1976:226-228). Se ha podido ver que la arquitectura de Cholula Posclásica Tardía reflejaba una fusión de estilos olmeca-xicallanca (o anteriores) y mexicas. Los primeros determinados por basamentos en talud sencillo y los segundos por el estilo arquitectónico tenochca (Kirchhoff, et al. 1989:F 26v y F 27r; Yoneda 1991:111, 128). BIBLIOGRAFIA Bandelier, A. F. 1976 Report of An Archaeological Tour In Mexico 1881. Papers of the Archaeological Institute of America. American Series II. Cupples, Upham, and Company, Boston, USA. Benavente, T. (Motolinía) 1971 Memoriales o Libro de las Cosas de la Nueva España y de los Naturales de Ella, editado por Edmundo O'Gorman. Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, México. Bonfil, G. 1988 Cholula: La Ciudad Sagrada en la Era Industrial. Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, México. Brumfiel, E. 1987 Elite and Utilitarian Crafts in the Aztec State. En Specialization, Exchange, and Complex Societies, editado por E. Brumfiel y T. Earle, pp. 101-109. Cambridge University Press, London, UK. Carrasco, P. 1971 Los barrios antiguos de Cholula. Estudios y Documentos de la Región Puebla-Tlaxcala. III:9-88. Instituto Poblano de Antropología e Historia, Puebla, México. Cortés, H. 1946 Cartas de Relación. En Biblioteca de Autores Españoles desde la Fundación del Lenguaje hasta Nuestros Días. Tomo I, pp. 19-24. Tomo XXII. Historiadores Primitivos de Indias, editado por la Real Academia Española, Madrid, España. Davies, N. 1980 The Toltec Heritage: From the Fall of Tula to the Rise of Tenochtitlan. The Civilization of the American Indian No. 3. University of Oklahoma Press, Norman, USA. Díaz del Castillo, B. 1985 Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España. Editorial del Valle de México, México. Duran, D. (Fray)
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1867 Historia de la Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme. Imprenta de J.M. Andrade y F. Escalante, México. Hermosillo, F. G. 1985 Cholula o el Desplome de un Asentamiento Étnico Ancestral. Historias 10: 17-49, México. Hermosillo W., A. 1992 Malacates e Industria Textil Prehispánica de Cholula, Puebla. Tesis de Licenciatura inédita, Departamento de Antropología, Universidad de las Américas, Puebla, México. Jiménez Moreno, W. 1966 Mesoamerica before the Toltecs. En Ancient Oaxaca: Discoveries in Mexican Archeology and History, editado por J. Paddock, pp. 1-77. Stanford University Press, Stanford, USA. Kirchhoff, P., L. Odena Güemes y L. Reyes García 1989 Historia Tolteca-Chichimeca. Fondo de Cultura Económica, México. Lind, M. 1988a The Obverse of the Codex of Cholula. Mecanuscrito inédito en posesión del autor. 1988b The Great City Square-Government in Ancient Cholula. Mecanuscrito inédito en posesión del autor. López de Gomara, F. 1946 La Conquista de Méjico. En Biblioteca de Autores Españoles desde la Formación del Lenguaje hasta Nuestros Días. Tomo I, pp. 333-339. Tomo XXII. Historiadores Primitivos de Indias, editado por la Real Academia Española, Madrid, España. Müller, F. 1973a El Origen de los Barrios de Cholula. Boletín INAH 5: 35-42, México. 1973b La Extensión Arqueológica de Cholula a través del Tiempo. En Comunicaciones 8: 19-22, INAH, México. Paddock, J. 1987 Cholula en Mesoamérica. Notas Mesoamericanas 10: 21-70, UDLA, Puebla, México. Peterson, D. 1987 The Real Cholula. En Notas Mesoamericanas No. 10: 71-117, UDLA, Puebla, México.
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1979 Descripción de Cholula. En Las Relaciones de Cholula, Culhuacan, Teotzacualco y Amaltapeque. Reimpresos No. 15, pp. 158-170. Instituto de Investigaciones Antropológicas. UNAM, México. Solís, A. 1968 La Conquista de Méjico. En Biblioteca de Autores Españoles desde la formación del Lenguaje hasta Nuestros Días. Tomo II, pp. 263-276. Tomo Vigesimoctavo. Historiadores de Sucesos Particulares, editado por la Real Academia Española, Madrid, España. Yoneda, K. 1991 Los Mapas de Cuauhtinchan y la Historia Cartográfica Prehispánica. Fondo de Cultura Económica, México.
____ SOBRE EL AUTOR: D.F., México (1963) Licenciado en antropología con especialidad en arqueología por la Universidad de las Américas-Puebla, donde se tituló con la tesis “Malacates e industria textil prehispánica de Cholula”, cursó la maestría en Restauración de Bienes Inmuebles en la ENCRyM, desarrollando proyectos de restauración en el Ex convento de La Enseñanza de la Ciudad de México y en la zona arqueológica de Xochicalco, Morelos. Realizó trabajos de investigación en sitios arqueológicos de Puebla, Tlaxcala y Oaxaca, desde el año 2011 trabaja en el Centro INAH Guerrero en el Proyecto Protección Técnica y Legal del Patrimonio Arqueológico.
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2DA. DOSIS
“La honda o ‘matehuitatz’, instrumento de caza y guerra entre los habitantes de la Sierra de Puebla: Un registro etnográfico” Héctor Adolfo Quintanar Pérez Palabras clave: Honda, matehuitatz, sierra de Puebla, caza, guerra. © Textos ArKeopáticos opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Quintanar Pérez, Héctor Adolfo. “La honda o “matehuitatz”, instrumento de caza y guerra entre los habitantes de la Sierra de Puebla: Un registro etnográfico”, en: ArKeopáticos. Textos sobre arqueología y patrimonio. Año II Número 8, verano 2014. Proyecto ArKeopatías. México 2015, P. 30. http://arkeopatias.wordpress.com/arkeopaticosnumero8 en línea (fecha de consulta).
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LA HONDA O “MATEHUITATZ”, INSTRUMENTO DE CAZA Y GUERRA ENTRE LOS HABITANTES DE LA SIERRA DE PUEBLA: UN REGISTRO ETNOGRÁFICO. Héctor Adolfo Quintanar Pérez* RESUMEN: El siguiente trabajo es el resultado de una somera aproximación a una de las costumbres que caracterizan al ser humano y que incluso el día de hoy perviven en algunos pueblos que la practicaron: La construcción de artefactos que tienen como función principal el defender u ofender al hombre de un enemigo, Las armas. Hoy en día no existen grandes estudios exhaustivos acerca de este tópico en particular, es tan grande y complejo el corpus epistemológico sobre la cultura en nuestro país que no se ha abordado el tema del armamento antiguo con mucha claridad. INTRODUCCIÓN Las armas han acompañado al ser humano durante toda su historia y representa uno de los inventos indispensables para la supervivencia en el entorno en el que se ha desarrollado la humanidad. Para tratar de dar una definición al concepto “arma”, es necesario remitirnos a los criterios que Julian Steward [1] definió para la identificación de objetos arqueológicos, los cuales son: • Morfológico: Determina la función de un objeto según su forma. • Índice histórico: se refiere a aspectos meramente cronológicos. • Funcional: determina al objeto por la función para la que fue elaborado. • Cultural: interpretación de los artefactos según el contexto donde se encuentre. Este trabajo tiene como objetivo, presentar un pequeño resumen acerca de uno de Los instrumentos armamentistas más antiguos que existen, y que su uso está vigente en algunas comunidades de nuestro país a pesar de los avances tecnológicos que sobre el campo de las armas se han desarrollado: La honda. Tomaremos como referencia el uso de este instrumente en la comunidad de
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Yohualichan Puebla, comunidad indígena donde sus actividades económicas han permitido que sobrevivan algunos oficios y tradiciones antiguas referentes a las armas antiguas y que incluso tienen un pasado militar muy influyente en la historia de nuestra nación a la cual no se le ha dado la debida importancia. A través de un pequeño estudio, se pretende reflejar un poco de aquellas costumbres que han forjado al ser humano en su paso por este mundo, entre ellas, como se ha comentado, el uso y fabricación de algunas armas o instrumentos de cacería que hoy en día parecen obsoletos por el gran número de nuevos inventos que facilitan la cacería o el arte bélico. En este trabajo se realizaron entrevistas a pobladores de la región de Yohualichan Puebla, para tratar de recabar información sobre el uso de la honda, a la que ellos, en su lengua llaman Matehuitatz, del náhuatl, que significa algo así como giro con la mano. Debido a que en esta comunidad se encuentra parcialmente aislada de centros urbanos mayores, la población aún tiene inmiscuidas tradiciones ancestrales que nos remiten al pasado indígena no sólo de la región, sino al ámbito mesoamericano. Los hombres y mujeres que lo habitan hacen uso de su medio ambiente para adaptarse y poder subsistir en equilibrio con su ecología, y dentro de éste proceso realizan labores en las que utilizan antiguas técnicas para fabricar herramientas cotidianas tales como hachas de piedra, palas de madera, ganchos de hueso y hondas tejidas con ixtle o rafia. Debido a que este trabajo fue realizado durante la temporada de trabajos arqueológicos en la Zona Arqueológica de Yohualichan, la cual tuvo lugar en los meses de Agosto y Septiembre del año 2012, sólo se
y cartagineses. Los historiadores relatan las grandes hazañas de éstos guerreros, quienes tenían una maestría inigualable al momento de ir a la batalla y luchar con el enemigo usando diferentes tipos de hondas. Según la leyenda, éstos guerreros llegaron a las islas Baleares después de la caída de Troya como fugitivos buscando un lugar donde pudieran vivir sin ser perseguidos, entre sus pertenencias se encontraban 3 hondas con las que hicieron frente a distintos enemigos y creando una tradición guerrera que los hizo tan famosos. Estos soldados funcionaron como excelentes mercenarios al servicio de los Romanos, quienes pagaban por tenerlos en el frente de batalla por su alto grado de efectividad y soltura. Se les utilizaba principalmente al principio de la batalla para tratar de disolver las primeras líneas enemigas, con sus proyectiles podían perforar escudos, cascos y cráneos enemigos son mucha dificultad. los objetos que lanzaban podían pesar hasta 500 grs. Y eran fabricados de terracota, piedra y plomo, y sus efectos eran similares a los de una catapulta. Por éstas habilidades, estos ejércitos eran protegidos como soldados irremplazables.[3] La honda en Mesoamérica
IMG. 1 Honderos Baleares Fuente: http:// revistadehistoria.es IMG. 2 Habitante de Zacapoaxtla Fuente:http:// municipiospuebla. com. pudo contar con dos informantes que nos ilustraron el proceder y fabricación de este artefacto así como sus diferentes usos. De ante mano, este trabajo se les debe principalmente a don José Romero y Don Andrés Romero, quienes nos abrieron las puertas de s casa con el fIn de conocer un poco más a esta comunidad.
La historia y desarrollo de las herramientas de guerra y cacería coincide paralelamente con la de los seres humanos. Es posible que éste sea uno de los rasgos que nos defina como especie, la capacidad de transformar materiales de la naturaleza en instrumentos capaces de proferir un daño al próximo o defenderse del mismo ha permitido a la especie humana sobrevivir y crecer hasta llegar al punto en que nos encontramos en el día de hoy. Casi a la par con la invención y/o descubrimiento de la agricultura, se conformaron los grupos de cazadores guerreros que fungían como proveedores de recursos a la vez que protegían los mismos. Sin embargo existen armas, en particular las arrojadizas, que existen desde etapas anteriores a la vida aldeana sedentaria con las que se
La Honda en la Antigüedad Es posible que las primeras noticias que se tienen acerca de esta arma se encuentren en la Biblia, muchos conocemos el famoso pasaje donde un pequeño y justo hombre llamado David, vence al gigante malhechor Goliath propinándole una pedrada con el uso de una honda[2], sin embargo es probable que su uso provenga de temporalidades más antiguas. Quienes han dado una fama histórica a éste artefacto son los indígenas de las islas Baleares, presentes en los ejércitos de la antigüedad luchando en las filas romanas
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podía dar muerte a la fauna de la que se adquirían los recursos alimenticios. En lo referente a Mesoamérica, el registro que se tiene sobre el uso de armas arrojadizas o particularmente de la honda, proviene de la práctica bélica. En muchas estelas o pinturas, así como en material cerámico, fueron plasmados distintos tipos de armas, sin embargo en el artefacto que nos interesa, sólo hallamos registro en las fuentes históricas, es decir, aquellos documentos escritos principalmente por algunos cronistas europeos o indígenas que narraron algunos acontecimientos del proceso de conquista y posteriores a ella. En estos casos tenemos a el propio Hernán Cortés o Bernal Diaz del Castillo, quienes pusieron énfasis en relatar el proceder de la guerra indígena en el México antiguo. Posteriormente los frailes o religiosos que arribaron a estas tierras también realizaron detallados trabajos que ilustran algunas costumbres y hechos sobre el armamento mesoamericano. Ya que los materiales con los que se fabrican las hondas son perecederos, no se cuenta con hallazgos en contexto arqueológico que nos permitan recrear u observar a la perfección el uso de esta arma mesoamericana con claridad. Es por eso que la información de su uso y consecuencias las encontramos en los documentos escritos posteriores a la conquista Española sobre suelo Mesoamericano en el Siglo XVI. El mismo Bernal Diaz del Castillo señala la existencia de un variado arsenal mesoamericano cuando lograron entrar a los almacenes de Moctezuma, en los inicios del sitio a Tenochtitlan, en ella presenta las armas de tipo defensivo y ofensivo, entre ellas a la honda: “Tenía Moctezuma dos casas, llenas de todo género de armas y, muchas de ellas ricas en oro y pedrería, donde eran rodelas grandes y chicas, y unas como macanas, y unas a manera de espadas de a dos manos, engastadas a ellas unas navajas de pedernal, que cortan mejor que nuestras espadas, y otras mas grandesque no las nuestras, con una braza de cuchilla, engastadas en ellas muchas navajas, que aunque den con ella en un broquel o rodela no saltan, y cortan en fin, como navajas que se cortan con ellas las cabezas; y tenían muy buenos arcos y flechas y varas de a dos gajos y de a uno, con sus tiraderas, y muchas hondas, y piedras rollizas..” No solo en esa ocasión se hace referencia a la presencia de esta arma arrojadiza, en distintos combates se hace referencia al daño que les propinaban los primeros ataques con armas arrojadizas por parte de los ejércitos
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Debido su efectividad, este instrumento fue utilizado no sólo con fines guerreros, en realidad su uso era con fines económicos, principalmente en la cacería, y como representaba una fácil fabricación y uso su uso pervivió a lo largo de los siglos consecuentes a la conquista. mesoamericanos, en los que se incluían los dardos, lanzas, cerbatanas y proyectiles impulsados por hondas. Debido su efectividad, este instrumento fue utilizado no sólo con fines guerreros, en realidad su uso era con fines económicos, principalmente en la cacería, y como representaba una fácil fabricación y uso su uso pervivió a lo largo de los siglos consecuentes a la conquista. Tres siglos después de la conquista de México, el uso de la honda estaba vigente y con la misma finalidad, los campesinos portaban este artefacto en sus labores cotidianas para aprovechar el momento en el que se toparan con algún animal que pudieran cazar. Como arma de cacería, el matehuitatz, es efectivo en un alto porcentaje no sólo por la habilidad del tirador, sino porque el gran número de disparos acrecienta la posibilidad de dañar a la víctima. Durante la época de la Independencia, la Reforma y la intervención francesa en México, los ejércitos de México padecieron en múltiples ocasiones la falta de armas y municiones con los cuáles pudieran hacer frente al enemigo. El mismo Gral. Zaragoza antes de la batalla de puebla rogó al gobierno de Juárez por lo menos ofrecerles alimentos a sus hombres, a quienes no se les había pagado desde hace mucho tiempo y se encontraban mal comidos y sin armas suficientes. Durante esa invasión, el Ejército Mexicano reclutó a indígenas de la Sierra Poblana para abastecer de hombres sus filas militares, se les dio el nombre de batallón de Zacapoaxtla, aunque era un simple mote, pues en su mayoría eran pobladores indígenas de Cuetzalan y los alrededores. Estos soldados no llevaban consigo armas de fuego, fueron a la batalla portando sus instrumentos de trabajo como el machete, cuchillos y sus hondas de cacería. Algunos historiadores dicen que a este batallón poblano se le debe el triunfo de la batalla del 5 de Mayo hoy en día conmemorada.[5] Yohualichan: Aspectos Generales. El sitio arqueológico de Yohualichan se encuentra localizado en la cima de una de las ramificaciones que presenta la topografía de
IMG.3 Zona Arqueológica de Yohualichan. Fuente: http:// sibaris.com.mx
esta Zona, La Sierra Norte de Puebla, caracterizada por sus lomeríos y cerros escarpados, con acantilados profundos y gargantas. La comunidad de Yohualichan tiene como límite natural en su parte Este por la barranca de Xuctecuapan, donde se encuentra un pequeño caserío que pertenece a esta comunidad, al norte limita con la barranca de Malacayota, que tiene aproximadamente 470 m.s.n.m. como altura. Hacia el Oeste limita con la Barranca de Pinahuista y el barrio de Capola, también perteneciente a Yohualichan.
Actualmente su población sigue manteniendo como principal actividad económica la agricultura, con la cual se proveen a ellos mismos de alimentos y productos como el maíz, frijol, café, pimienta, vainilla, canela y otras especies frutales. Su segunda actividad económica es el comercio de la pimienta, la cual se vende a comerciantes en Cuetzalan y de ahí se lleva a diversos puntos del estado de Veracruz y Puebla principalmente, el mismo proceso sucede con la canela y vainilla.
Por su posición estratégica, situada en la cima de un “macizo” montañoso delimitado por escarpadas laderas y barrancos, de difícil acceso se ha considerado que este sitio mantiene una posición privilegiada para su defensa en caso de los embistes de algún grupo enemigo y agresor. Ya que cuenta con diversos recursos naturales, se puede decir que en la época prehispánica, distintos grupos étnicos quisieron establecerse despojando violentamente a sus habitantes.
El caso del “Matehuitatz” en Yohualichan
La ocupación y auge prehispánico de este sitio corresponde al Período denominado como: Clásico. En el sitio se integra un sistema constructivo de terrazas fortificadas hacia la parte Norte, donde se han reportado complejos conformados por 8 niveles escalonados de paramentos dispuestos en talud. Se piensa que más que contener una función de defensa estratégica, más bien cumple con requisitos dispuestos para la agricultura intensiva.[6]
Como hemos mencionado antes, la honda es quizá una de las armas más antiguas con las que el ser humano se ha provisto de recursos y defendido sus territorios. En Yohualiuchan, el uso que se le ha dado a la honda mantiene la función de la producción a los recursos agrícolas y en pocas ocasiones la de arma de ataque a presas de cacería, los cuales son atacados con armas de fuego o con perros. Nuestro informante, el Sr. José Romero, de 45 años de edad, nacido en la comunidad de Yohualican nos informó que a él le enseñaron a usar la honda cuando era niño, pero para asustar a las aves que querían comerse el maíz o frutos de la huerta. Esta práctica estaba ampliamente propagada hace alrededor de 20 años, según nos comenta es señor José, quien dice que con la llegada de químicos y fertilizantes ya no hay tanta necesidad de asustar a las aves, pues existe ya un repelente para ello.
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IMG. 4 Don Andrés Romero tejiendo una honda. Foto: Autor
La realización del artefacto es complicada, pues requiere conocimientos básicos de tejido. Se trata de realizar un acolchonamiento en la parte central de un lazo de 2 m aproximadamente. En el centro se anuda y se realiza un tejido de manera elíptica hasta darle la forma ovalada que se desea para poder colocar un proyectil de unos 20 o 30 gramos. Posterior a este proceso se entrecruzan hilos para que quede completamente acolchada y entretejida. Por motivos de salud, Don Andrés no pudo concluir el tejido de la honda, Sin embargo realizó algunos lanzamientos con una honda que él había realizado hace muchos años, tantos que ni siquiera recuerda cuándo fue. Con una habilidad impresionante, lanzó rocas hasta unos 50 metros, e incluso mencionó que se emocionaba al hacerlo porque ya no se acordaba de esa sensación. Aún mantiene una puntería respetable, incluso a sus 92 años.
IMG. 5 Tejido primario de la honda en forma elíptica. Foto: Autor
IMG. 6 Entrevista. Foto: Autor Don Andrés Romero, de 92 años aproximadamente, pues no recuerda su fecha de nacimiento e hizo el cálculo con la edad de su hijo, nacido en algún rancho de las cercanías nos comentó que él sí llegó a utilizar la honda como arma de cacería, sin embargo también cumplía con el propósito de asustar a las aves de la milpa, por lo que a él le pagaban con algunos elotes por hacer ese trabajo. Según el informe de don Andrés, él recuerda que sólo los hombres sabían fabricar estas armas, ya que las mujeres se dedican a otro tipo de tejidos mas refinados y prendas de vestir. Existían varios tipos de honda y se podían hacer de lazo y cuero, rafia o sólo tejidas de Ixtle- Su uso comenzó a desaparecer hace algunos años también cuando se comenzaron a hacer resorteras con elásticos de plástico, lo cual les ahorraba dinero tiempo y esfuerzo en su uso y fabricación.
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Conclusiones Como hemos visto, existe en nuestro país un gran mosaico de costumbres y tradiciones que pueden ser estudiadas gracias a los grupos étnicos que tratan de subsistir y adaptarse a su medio ambiente por medio de ancestrales tradiciones y técnicas. En este caso, el uso de la honda con fines de protección nos sirve como una clara referencia del proceder de algunos grupos indígenas para la realización de herramientas cotidianas. Hoy en día la diversidad de tecnologías hace que el trabajo sea facilitado por medio de complejos aparatos u químicos, sin embargo estos pueden llegar a generar un impacto en las comunidades donde son realizadas. Agradecemos a la comunidad de Yohualichan y a la Familia Romero, por habernos permitido llevar a cabo este pequeño resumen acerca de una de las más antiguas armas que han acompañado al ser humano durante su paso en este mundo e ilustrarnos como sobrevive su impacto hasta nuestros días.
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____ SOBRE EL AUTOR: Ciudad de México, México (1990) Arqueólogo, ha trabajando en consultora de Patrimonio Cultural e Histórico: “Amelia Sánchez” en: Guayaquil, Ecuador como: Jefe de Campo en Proyecto de Rescate Arqueológico dentro de las Instalaciones de Refinería del Pacífico. Interesado en estudiar el arte, la ciencia y los ritos vinculados a la guerra Mesoamericana en su carácter simbólico y como proceso social./
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3RA. DOSIS
“Los estados anacreónticos y el lidar. El caso de Tajín”. Israel Hinojosa Baliño Palabras clave: lidar, Tajín, anacreónticos, tecnología, INAH, arqueología. © Textos ArKeopáticos opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Hinojosa Baliño, Israel. “Los estados anacreónticos y el lidar. El caso de Tajín”, en: ArKeopáticos. Textos sobre arqueología y patrimonio. Año II Número 8, verano 2014. Proyecto ArKeopatías. México 2015, P. 38. http://arkeopatias.wordpress.com/arkeopaticosnumero8 en línea (fecha de consulta).
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LOS ESTADOS ANACREÓNTICOS Y EL LIDAR. EL CASO DE TAJÍN. Israel Hinojosa Baliño* “Las estrellas no son para los hombres” Arthur C. Clarke, El fin de la inocencia. “Cientificismo. 1. m. Doctrina según la cual los métodos científicos deben extenderse a todos los dominios de la vida intelectual y moral sin excepción; 2. m. Teoría según la cual los únicos conocimientos válidos son lo que se adquieren mediante las ciencias positivas; 3. m. Confianza plena en los principios y resultados de la investigación científica, y práctica rigurosa de sus métodos; 4. m. Tendencia a dar excesivo valor a las nociones científicas o pretendidamente científicas. ” Real Academa Española. “Scientism or the “Church of Science” is a fictional religion from Isaac Asimov's Foundation Series [...] the Foundation, a large colony of scientists on the planet Terminus, find themselves cut off from their supporters in the Galactic Empire and threatened by the newly-independent neighboring Kingdom of Anacreon, which covets their possession of scientific knowledge and nuclear power.” AsimovWiki, Scientism, http://asimov.wikia.com/wiki/Scientism.
El lidar Luego de la Segunda Guerra Mundial y el desarrollo de la Nueva Geografía, la ciencia empleada durante la carrera espacial tuvo un impulso sin precedentes. Entre otras cosas, se desarrolló el láser, un dispositivo capaz de emitir luz a través de un proceso de amplificación óptica basado en la emisión estimulada de radiaciones electromagnéticas (Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation”, LASER). El láser se diferencia de otras fuentes de luz en tanto que emite luz de manera coherente, o que tiene coherencia espacial, es decir, cuando dos puntos determinados de un haz luminoso tienen una correlación cruzada en una onda en cualquier tiempo. Esta característica permite que el láser pueda focalizarse en un punto determinado o que su luz sea colimada, es decir, que la distorsión de onda permanezca convergente a grandes distancias. Luego de su invención, y aprovechando la capacidad de los radares para calcular el tiempo de retorno de onda, la tecnología lidar se comenzó a desarrollar en los sesenta. Lidar, LiDAR, LIDaR o LIDAR, es un tecnología láser que mide la distancia lineal desde la fuente luz hacia algún objetivo que la refleje (Collis 1965). En este contexto, los arqueólogos comenzaron a usar los sensores remotos para estudiar los sitios arqueológicos. Pedro Armillas se podría
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considerar un pionero en el uso de los sensores remotos, usando fotografía satelital y aérea, para estudiar el sistema chinampero de la cuenca de Anahuac. No obstante, faltaban todavía mucho años antes de que a alguien se le ocurriera que aquel dispositivo láser que podría mapear objetivos tan pequeño como una molécula o tan grandes como una montaña o inclusive una nube (Collis 1965) tuviera un potencial arqueológico. Es precisamente su capacidad para obtener las coordenadas x, y y z de cualquier punto de cualquier objetivo, con precisión y masivamente, lo que ha permitido que el uso del lidar sea variado y muy sofisticado. El problema hace más de 40 años, era la capacidad de procesamiento de una computadora para darle sentido a la enorme cantidad de información que un dispositivo lidar generaba, problema que sólo en los últimos 20 años, se ha logrado superar gracias a las nuevas computadoras de escritorio, por un lado, y por otro, al desarrollo de programas especializados, cada vez más fáciles de usar y visualmente mucho más atractivos, más baratos y que explotan todas las capacidades de una computadora mucho más poderosa que aquellas que hace 40 años no habrían cabido en una casa Geo (ver NOAA 2012). Dato: En ScienceDirect existen 12 332 artículos que se refieren al Lidar. Las aplicaciones son tan variadas como las revistas en donde se publica sobre su aplicación y desarrollo: Remote Sensing of Environment, Advances in Space Research, International Journal of Applied Earth Observation and Geoinformation, Forest Ecology and Management, Physics and Chemistry of the Earth, Atmospheric Research, Atmospheric Environment, Agricultural and Forest Meteorology o el Journal of Archaeological Science, ésta última con nada más ni nada menos que 51 artículos. Los últimos 20 años, el uso en arqueología de tecnologías para el estudio de la tierra se ha incrementado. En general, el perfeccionamiento en la resolución de los sensores remotos, la disponibilidad de software amistoso
todo cuando éstas estaban cubiertas por vegetación. El lidar, dada su naturaleza láser, es capaz de generar diversos impulsos láser en un segundo y con ello obtener diferentes mediciones en una determinada área, por ello se dice que tiene la capacidad de penetrar entre los recovecos de la vegetación, algunos muy profundos, y ello le confiere su enorme potencial para identificar rasgos arqueológicos (ver figura 1). No obstante, esta característica también ha sido el principal problema para su uso. Si bien no es difícil procesar a información lidar, no son muchas las personas que saben cómo hacerlo. El proceso de procesamiento y filtrado de información, al menos desde el punto de vista teórico es muy simple, pues basta con eliminar el ruido en la nube de puntos, posteriormente utilizar diversos métodos de extracción y clasificación de los datos (Lasaponara & Masini 2011). Sin embargo, el proceso técnico-informático es mucho más complejo. Para darnos una idea acerca del procesamiento de la información pongamos un ejemplo. Para hacer una topografía en un sitio arqueológico pequeño, -digamos una hectárea-, hecha con teodolito o estación total, se requieren unos 1000 puntos; debido a una mala lectura, problemas con la estación, errores de cálculo o una mal estadaleada, supongamos que de esos 1000 puntos, 10 están mal. Lo más sencillo sería eliminarlos manualmente y hacer una interpolación con los 990 restantes. La información lidar, puede arrojar 8 puntos útiles en la superficie cada metro cuadrado, es decir si una hectárea tiene 10 000 metros, la nube de puntos lidar tendría más o menos 80 mil puntos útiles, empero, para obtener 8 puntos útiles, se necesita un muestreo de entre 40 y 80 puntos, o sea que para obtener nuestra topografía de 80 mil puntos con unos 30 cm de resolución de píxel, se necesitan filtrar aproximadamente 400 mil puntos.
para el usuario final, o el interés por muchos arqueólogos por entender la relación entre el hombre y su medio ambiente, son algunos factores que explican este incremento. También podría agregarse que las tecnologías de percepción remota tienen ventajas comparativas que se traducen en reducción de costos, tiempo y riesgos a la hora de la prospección y excavación arqueológica, así como facilitar las estrategias de planeación para conservar y preservar un sitio (Lasaponara & Masini 2011).
FIG. 1 Diferentes pulsos láser según la vegetación (NOAA 2012).
FIG. 2 Nube de puntos lidar en corte. Los puntos amarillos muestran las mediciones sobre la vegetación y los morados sobre el terreno (NOAA 2012).
En el caso de la tecnología lidar, si bien se inventó desde los setenta, es hasta mediados de los noventa cuando se comienza a usar en arqueología. Sus primeras aplicaciones se utilizaron para hacer reconstrucciones tridimensionales de basamentos, cuevas, estructuras complejas. Posteriormente, se comenzó a utilizar como medio para detección de sitios arqueológicos o estructuras al interior de un sitio, sobre
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Independientemente de la carga computacional que esto requiere es un hecho que la precisión alcanzada es impresionante. La resolución vertical y horizontal es, hasta el momento, la más alta de todas las tecnologías posibles. Podemos obtener resoluciones topográficas exquisitas con los resultantes mapas estupendos como aquel famoso del proyecto El Caracol y que publicó el New York Times (figura 4) o simplemente un mapa modesto de líneas sencillas en los prados ingleses mostrando los alrededores de Stonehenge (figura 5). Desgraciadamente, no todo es miel sobre hojuelas. Parafraseando a Lewis Carrol en Alicia en el País de las Maravillas cuando Alicia se pregunta “And what is the use of a book […] without pictures or conversation?” podríamos decir para el caso de la arqueología “y para qué sirve el lidar, pensó un arqueólogo, si no se cómo se usa, sin saber sus limitantes y sin una pregunta de investigación?” El lidar no es la panacea y el simple hecho de usarlo no quiere decir que encontraremos las respuestas a todas nuestras interrogantes arqueológicas. El Woodland Heritage Services advierte que la tecnología por sí misma no es “necesariamente la respuesta a los sueños de cada arqueólogo dado que tiene limitantes”. En general, y retomando el texto de Woodland Heritage Services (http://www.forestry.gov.uk/fr/lidar), podemos enunciar las siguientes: • Existen muchas configuraciones laser y variables de vuelo que pueden alterar la resolución de la prospección. Las resoluciones más altas de lidar, se obtienen con objetos planos, de fácil identificación y con escáneres lidar (láser) de piso y a distancias cortas. La nube de puntos obtenida con aviones y distancias superiores a los 1000 metros sobre el terreno, en condiciones óptimas, son de 30 cm aproximadamente. • Aunque se hiciera la prospección en invierno, no todo el dosel arbóreo o la vegetación debajo de éste es igualmente poroso a la energía laser y donde la poca luz natural podría penetrar hasta el piso del bosque, el lidar podría no hacerlo. • Si bien se menciona que la tecnología lidar puede alcanzar resoluciones de hasta 1 centímetro en condiciones óptimas, es inevitable que no todos los rasgos se puedan discernir en las imagines resultantes. • Remover la vegetación y crear un modelo de sombreado, son partes necesarias de procesamiento independiente de proceso de obtención de datos y generación de archivos lidar. Sin embargo, uno y otro
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FIG. 3 Corte de una imagen lidar mostrando la nube de puntos sobre la vegetación. Arlen F. Chase, Diane Z. Chase, and John F. Weishampel. “Lasers in the Jungle”, en Archaeology Archive (63) 4, julio/agosto 2010, http://archive.archaeology.org/1007/etc/caracol.html proceso pueden eliminar u ocultar rasgos de interés, de ahí que un entendimiento de los procesos involucrados para obtener las imágenes es esencial. • La tecnología lidar no distingue lo arqueológico, lo moderno y la vegetación por lo que la creación de “artefactos” es común y es necesaria una revisión exhaustiva de los datos antes de su publicación. Además, los mapas de sombreado, por otro lado, muestran diferentes rasgos dependiendo de la incidencia de la luz sobre la superficie raster. y ésta revisión se debe hacer inevitablemente en campo con equipo GPS portátil y un mapa preliminar obtenido por lidar. Algunos rasgos con potencial arqueológicos pueden ser resultados de procesos modernos de modificación del paisaje. • La tecnología, a 40 años de invención, sigue siendo de las más caras en el mercado. Su uso, siempre está restringido por la disponibilidad de recursos en comparación con otras tecnologías mucho menos costosas que en términos teóricos y de investigación, redundan en resultados similares que, comparativamente hablando, termina por no ser rentable. Sobre la implementación de nuevas técnicas en arqueología. Las técnicas recientes de percepción remota perfeccionan la labor arqueológica de muchas formas, incluso a nivel teórico o metodológico, dado que nuestra visión de cómo podemos entender el paisaje ha cambiado a lo largo del tiempo gracias a las mismas; se convierten en una forma de explorar métodos innovadores para entender la forma como la gente pudo ver su espacio, construirlo socialmente, constituirse en él, apropiárselo. Entonces, dado que nuestra propia visión del espacio ha cambiado con el desarrollo de nuevas técnicas para estudiarlo, la pregunta es
IMG. 4 El Caracol visto según el lidar. En John Noble Wilford, (2010) “Mapping Ancient Civilization, in a Matter of Days” en The New York Times, 10 de mayo. http://www.nytimes.com/ 2010/05/11/science/11maya.html? pagewanted=all&_r=0
IMG. 5 Stonehenge según lidar. Explore the Stonehenge landscape LiDAR survey, Wessex Archaeology Ltd, http://www.wessexarch.co.uk/ stonehenge/explore-stonehengelandscape-lidar-survey
entonces, de qué forma éstas tecnologías impactan en la arqueología y de qué forma. El impacto se puede medir, creo yo, en diferentes fases. En principio el impacto es momentáneo, como de moda, es decir, usar el método por el simple hecho de usarlo, después aparentemente sufre un periodo de regularización y después termina por ser parte del “método normal de la arqueología” La innovación, entonces no radica tanto en la adopción de métodos nuevos, sino en la utilización crítica de los métodos, es decir, aparentemente las nuevas técnicas se utilizan en tres fases:
1) 2) 3)
reconocimiento / asimilación estudio / experimentación adopción
Parece que la primera fase es larga y solo unos cuantos se animan a participar activamente de ella de forma crítica. Aunque se pueden encontrar casos en que la utilización del método es más como de simple exploración, que en cierta forma es muy útil para las siguientes fases en tanto existe una continuidad. En esta fase también se encuentran trabajos que usan la técnica de forma no crítica y no exploratoria. El impacto es circunstancial más que de largo aliento, es decir, son como chispazos en la investigación aunque no aporten
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nada a ella. Pocos artículos y muchas veces no relacionados con la arqueología en si misma o la historia del sitio o el sitio en sí; se enfocan sobre todo a explorar la técnica. En la segunda fase, se pone a prueba la técnica de forma sistemática, analizando los pros y los contras. Los artículos sueles ser extremadamente técnicos y el principal aporte es promover o impulsar el uso de la técnica por medio de la introducción de una metodología explícita en su uso. En esta fase, se ponen a prueba los posibles usos de la herramienta o técnica y aunque suelen aplicarse a estudios muy concretos, el sitio arqueológico se convierte en un laboratorio que en cierta forma pasa a segundo término en la investigación. En la tercer fase, la técnica pasa a segundo término y el sitio vuelve adquirir prioridad aunque puede existir una continua experimentación con respecto a la técnica pues cada sitio puede representar un reto diferentes. La tecnología en México. Querer ser, no es lo mismo que ser. En México las cosas son un poco sombrías. Normalmente nos saltamos los primeras dos fases de desarrollo a pesar de explorar las técnicas en la fase primera, como para ponernos a tono con lo más innovador en arqueología. Son pocos los artículos, si no es que existen, sobre lidar y la arqueología en México. Sin pasar por esa larga fase de exploración de la técnica, la usamos y muchas veces no tenemos idea de qué se trata. El problema es que no soy el primero ni el único que lo piensa o ha pensado. Ya Litvak lo mencionaba en su obra Todas las piedras tienen 2000 años y que Luis Vázquez León retomaría en su Leviatán arqueológico recordando con ello el eclecticismo arqueológico de Manuel Gándara [la escuela mexicana de arqueología se identificaría por] (Litvak en Vázquez 2003:67): 1. Etnogénesis nacionalista 2. Ligazón de la actividad científica y la actividad política 3. Reconstrucción o conservación de zonas arqueológicas 4. Uso político de sus resultados 5. Institucionalización de la arqueología 6. Interés centrado en urbes monumentales 7. Desarrollo técnico nulo 8. Desarrollo teórico cedido a extranjeros 9. Desarrollo de tipologías y secuencias de sitios
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Lo más triste del asunto, es que el problema no es endémico de la arqueología. Pienso en los cascos de última generación con super cámaras de video que adquirió la marina (o los ¿marines?) en México con el Plan Mérida, y cuyas características de avanzada serían fundamentales para resolver el problema en Tres MaríasHuitzilac, donde agentes del FBI fueron tiroteados por marinos. Los super cascos resolverían el caso. Casi un mes después, en una declaración realmente lamentable y vergonzosa, Marisela Morales, la ex titular de la PGR diría a los medios: “Estamos pidiendo auxilio, apoyo para obtener algunas tecnologías que no tenemos en el país, a fin de que podamos ver (el material) (…) Nuestra tecnología no es capaz de poder visualizar ese tipo de videos” (Leer Más: http://www.animalpolitico.com/2012/09/hay-videos-de-tres-mariaspero-nuestra-tecnologia-no-es-capaz-de-visualizarlos-pgr). Es de notar que el equipo se presumió cuando fue adquirido como equipo con tecnología de última generación. Y regresando al problema de percepción remota, ¿qué tal el mapa que publicaron en conjunto la SEGOB, la SEDENA, la SEMAR, la PGR y la CNS, cuando “aseguraron” al Z-40? Entiendo que no tenemos la obligación de conocer ciertos programas y tecnologías, su funcionamiento o formas de uso, pero una cosa es no saberlo hacer y otra muy diferente pretender que sabes hacerlo. El mapa, hecho en Google Earth, mostraba unas chinchetas con nombres de lugares que se repetían, y eventualmente una chincheta del “lugar de aseguramiento” con un pegote en Paint o tal vez Photoshop (figura 6)
IMG. 6 “Lugar del aseguramiento”. Imagen tomada de http:// aristeguinoticias.com/1607/mexico/ detencion-del-z40-un-trabajo-deinteligencia-sin-un-solo-disparosegob/
Los estados anacreónticos. Retomando el título y para ir cerrando este texto, voy a hablar un poco sobre un libro de ciencia ficción. En la Fundación de Isaac Asimov, luego de la caída de Trántor, sede del Imperio Galáctico, existían cuatro reinos que intentaron llenar el vacío que dejó Trántor: Anacreonte, Smyrno, Konom y Daribow. Sin entrar en detalles, baste decir que la Fundación, ubicada en un planeta denominado Términus, preservó y desarrolló la tecnología que ya no pudo desarrollarse en Trántor y que corría el riesgo de perderse. A merced de los cuatro reinos, Salvor Hardin, alcalde de Términus, pone en marcha un plan de pacificación donde concede avances tecnológicos y energía atómica a los Cuatro Reinos mejorándolos militar, social y económicamente por medio de una suerte de religión en torno a la ciencia de la Fundación, que sea que las máquinas atómicas eran creadas y manejadas por «sacerdotes», que obedecían la voluntad del «Espíritu Galáctico». Si bien la solución política funcionó durante algunos años, el reino de Anacreonte, fortalecido y sintiéndose superior que sus vecinos, decide atacar a la Fundación. En Términus, al mismo tiempo, surge un poderoso grupo opositor a la política pacifista de Hardin. En este contexto, se desarrolla un diálogo entre Salvor Hardin y Sef Sermak, el líder de la oposición, que enchina la piel por su parecido a la realidad que vivimos en países como México [léase con atención y si usted está parado, siéntese que puede sufrir una crisis y no precisamente Seldon.] (Isaac Asimos, Foundation, Parte 3, The Mayors): [dice Hardin] "On the contrary. That was the time to begin all-out prevention of war. I played them one against the other. I helped each in turn. I offered them science, trade, education, scientific medicine. I made Terminus of more value to them as a flourishing world than as a military prize. It worked for thirty years." [dice Sermak] "Yes, but you were forced to surround these scientific gifts with the most outrageous mummery. You've made half religion, half balderdash out of it. You've erected a hierarchy of priests and complicated, meaningless ritual." Hardin frowned. "What of that? I don't see that it has anything to do with the argument at all. I started that way at first because the barbarians looked upon our science as a sort of magical sorcery, and it was easiest to get them to accept it on that basis. The priesthood built itself and if we help it along we are only following the line of least resistance. It is a minor matter."
"But these priests are in charge of the power plants. That is not a minor matter." "True, but we have trained them. Their knowledge of their tools is purely empirical; and they have a firm belief in the mummery that surrounds them." "And if one pierces through the mummery, and has the genius to brush aside empiricism, what is to prevent him from learning actual techniques, and selling out to the most satisfactory bidder? What price our value to the kingdoms, then?" "Little chance of that, Sermak. You are being superficial. The best men on the planets of the kingdoms are sent here to the Foundation each year and educated into the priesthood. And the best of these remain here as research students. If you think that those who are left, with practically no knowledge of the elements of science, or worse, still, with the distorted knowledge the priests receive, can penetrate at a bound to nuclear power, to electronics, to the theory of the hyperwarp you have a very romantic and very foolish idea of science. It takes lifetimes of training and an excellent brain to get that far." Por esta razón y algunas otras, decidí denominar a países como México, estados anacreónticos. El parecido con a realidad ¿es pura coincidencia? A continuación y para terminar, ejemplificaré con la reciente noticia sobre el uso de Lidar en Tajín, que no, que no es pura coincidencia. Los estados anacreónticos y el LiDAR. El miércoles primero de Septiembre de 2010, se publicó una noticia en inglés, en la página del INAH, acerca del uso de Lidar en la zona arqueológica de Tajín (http://www.inah.gob.mx/index.php? option=com_content&task=view&id=84) . Se pretendía, hace ya más de 3 años, detectar “altares, plazas, juegos de pelota, entre otras estructuras que aun siguen enterradas en Tajín”. El mismo año, meses antes, en una noticia en El Universal (http:// www.eluniversal.com.mx/notas/678580.html), se mencionaba lo mismo que en el boletín del INAH, con el agregado de que la arqueóloga encargada del proyecto, declaraba que en 3 semanas se realizarían los vuelos y en un par de meses se obtendrían los planos. Tres años después, con otra conferencia de prensa y no con un artículo, y luego de un año de trabajo aproximadamente (y no de tres meses) ya se habla de los primeros resultados. Se dice que en 2011 se hizo un trabajo de campo, en 2012 un Sistema de Información Geográfica y ya en 2013, en marzo, logran encontrar sitios arqueológicos, juegos de pelota, entre otras cosas. En 2012, el proyecto obtiene una mención honorífica en los premios INAH en la categoría de Planeación y Gestión del Patrimonio Cultural con el estudio “La tecnología de análisis espacial y de sensores
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remotos en la conservación e investigación del patrimonio arqueológico en la región de El Tajín, Veracruz” (ver http://www.inah.gob.mx/boletines/7zonas-arqueologicas/6480-detectan-nuevos-vestigiosocultos-en-el-tajin). Una muestra del mismo puede consultarse en la siguiente dirección http://sigsa.info/ s i t e s / d e f a u l t / fi l e s / M y F i l e s / InvestigacionDiacronicaBasadaEnSistemasDeInformaci on.pdf. En enero de este año, otra noticia sobre el uso del Lidar se publica en El Universal repitiendo lo que en 2010 y 2013 se había dicho, con la diferencia de que ahora se publican algunas imágenes, aunque ya en agosto de 2013 CNN México había publicado. Otra noticia se publica en El siglo de Torreón, donde por cierto contextualizan un poco más la investigación cayendo en un error muy Anacreóntico, refiriéndose a los Estados Unidos Norteamericanos (USA, los EEUU, EUA…) como América, diciendo que fue ahí antes que en Tajín, que se usó el Lidar, como si Tajín no estuviera en América o como si en Estados Unidos, no se hubiera utilizado el Lidar antes, o Belice estuviera en America. Se recalca el hecho de que el proyecto de Tajín es pionero en el uso del Lidar aun cuando en Templo Mayor se utilizó antes sólo que en forma de escáner 3D. Algunos dirán, con justa razón, que en lo que es pionero es en el método de conservación y gestión del patrimonio, no en el uso de lidar, pero es precisamente la misma razón por la que se creó el registro tridimensional en Templo Mayor, a pesar de que tampoco fui capaz de encontrar artículos científicos o especializados al respecto (ver http:// www.cronica.com.mx/notas/2012/669884.html). Y como el proyecto de Tajín, en otros lugares también se habla de reconstrucciones tridimensionales también hechas con lidar, de Xochicalco, de los baños de Moctezuma en Chapultepec o de el monolito de Tlaltecuhtli (cfr. http:// www.cimat.mx/sites/default/files/Sala_de_prensa/ Software_para_la_arqueologia.pdf o http:// www.inah.gob.mx/boletines/251-tecnologias-paradifusion/6126-digitalizan-ciudades-sagradas-delmexico-antiguo). Pero más allá del hecho de llamar a conferencia de prensa, con bombo y platillo, y aparecer frente a los periodistas como corredor de carreras y decir, yo llegué primero a la meta, regreso a la pregunta de inicio: ¿para qué? En nada sirve reportar que México es pionero si al final no se pueden observar resultados concretos. Peor aún, de qué sirve anunciar lo que se quiere hacer, o lo poco que se ha hecho, si al final la investigación científica parece estática, como si no se desarrollara. Pareciera,
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”
No conozco ningún artículo o libro en México o elaborado por mexicanos, donde se exponga la metodología en la aplicación de la nueva tecnología, donde se explique cómo funciona, (...) los problemas..., sus pros y sus contras, su desarrollo, los mecanismos que se han usado para filtrar y ordenar la información. según lo veo que Paz, Litvak, Gándara o Vázquez, describieron, cada uno a su manera y desde su trinchera, verdades sobre la arqueología mexicana. No conozco ningún artículo o libro en México o elaborado por mexicanos, donde se exponga la metodología en la aplicación de La nueva tecnología, donde se explique cómo funciona, donde se refieran los problemas en el uso de la tecnología, sus pros y sus contras, su desarrollo, los mecanismos que se han usado para filtrar y ordenar la información. Y lo más importante, ¿para qué sirve esta tecnología -cuando ni siquiera se sabe utilizar? Y las supuestas interrogantes que se podrían resolver con ella ¿ya se resolvieron? Se habla del lidar como una panacea, pero francamente los resultados que se han promocionado por todos lados acerca de Tajín, incluso más que los de Xochicalco, Chichén Itzá o las piezas de Templo Mayor y sus construcciones, la verdad dejan mucho qué desear. A ojo de buen cubero, es notable que no se hizo un buen trabajo de filtrado en la nube de puntos para “penetrar” en la vegetación (figura 8) y que la resolución obtenida, no es mucho mejor que aquella que se podría obtener con una buena topografía, incluso aquella que podría realizarse con un teodolito y no con estación total (figura 7 y 9). No conozco los avances más recientes en cuanto a procesamiento de datos, pero al menos los “resultados” publicados en las notas periodísticas dejan mucho qué desear. Como sea, la utilidad del modelo rebasa los límites de pura representación visual. Las posibilidades son infinitas con un modelo de elevación digital (MDE), independientemente de cómo haya sido obtenido y en ninguna noticia que he leído he podido encontrar indicios acerca del potencial que tendrían con los modelos lidar obtenidos más allá de catalogación, registro y visualización. Con un modelo de elevación digital, se pueden obtener productos como mapas de aspecto, sombreados, mapas de pendientes o mapas de cuencas visuales, y subproductos como mapas de redes, cuencas hidrológicas, rutas de menor costo, drenaje, etcétera.
FIG. 7 Perspectiva 3D de una sección de nube de puntos LIDAR en la parte central de la zona monumental de El Tajín . (Pemex/ INAH). Imagen tomada de http:// mexico.cnn.com/ tecnologia/ 2013/08/16/ cientificos-searman-con-rayolaser-para-explorarel-pasadoarqueologico
FIG. 8 Acercamiento de la pirámide debajo de la vegetación captada con LIDIAR. (Pemex/INAH). Imagen tomada de http://mexico.cnn.com/ tecnologia/2013/08/16/cientificos-searman-con-rayo-laser-para-explorarel-pasado-arqueologico
FIG. 9 Juego de pelota según la imagen obtenida por lidar. Imagen tomada de http://www.pasthorizonspr.com/ index.php/archives/03/2013/newtechnology-reveals-el-tajins-manyhidden-buildings
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Para terminar, y suponiendo que el desarrollo de ésta tecnología se hubiera desarrollado en fases similares a las que se proponen arriba y considerando la forma como históricamente se ha desarrollado la ciencia y la arqueología en México, si se utilizara todo el potencial de los modelos que anuncian a los 4 vientos, tal vez en un futuro podríamos “penetrate at a bound to nuclear power, to electronics, to the theory of the hyperwarp”. Mientras tanto creo que sí seguimos teniendo una idea “very romantic and very foolish […] of science”.
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____ SOBRE EL AUTOR: Ciudad de México, México (1983) Arqueólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia y Maestro en Ciencias por el University College London (UCL). Ha trabajado en Egipto como supervisor en arqueología de superficie en el proyecto Tell Timai de la Universidad de Hawai en Manoa y también como voluntario en Palestina, para el proyecto conjunto entre UCL y la Universidad de Birzeit, Khirbat al-Mafjar (Palacio de Hisham), Jericó. Ha colaborado para Helix, suplemento de la revista Ciencia y Desarrollo editada por Conacyt, con el tema Diversión Prehispánica y como co-autor del artículo Autopsia a un grano de arena: El Epiclásico en El Marqués, Querétaro. Actualmente labora como Técnico Académico del Laboratorio de Sistemas de Información Geográfica del CIESAS DF.
Pryce, T.O & Abrams, M.J. (2010) "Direct detection of Southeast Asian smelting sites by ASTER remote sensing imagery: technical issues and future perspectives" En: Journal of Archaeological Science, 37. Elsevier. pp. 3091-3098 Aplicación de métodos y técnicas; hacia un perfeccionamiento teórico: Neubauer, W; Eder-Hinterleitner, A; Sener, S & Melichar, P. (2002) "Georadar in the Roman Civil Town Carnuntum, Austria: An Approach for Archaeological Interpretation of GPR Data" En: Archaeological Prospection, 9. John Wiley & Sons. pp. 135–156
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4TA. DOSIS
“Entre el lago y la montaña: el Sumidero de Pantitlan ”. Chrystian Reyes Castillo Palabras clave: Remolino de Pantitlan, Cultos al agua, Sacrificio de infantes, Cuenca de México, Posclásico. © Textos ArKeopáticos opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Reyes Castillo, Chrystian. “Entre el lago y la montaña: el sumidero de Pantitlan”, en: ArKeopáticos. Textos sobre arqueología y patrimonio. Año II Número 8, verano 2014. Proyecto ArKeopatías. México 2015, P. 50. http://arkeopatias.wordpress.com/arkeopaticosnumero8 en línea (fecha de consulta).
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ENTRE EL LAGO Y LA MONTAÑA: EL SUMIDERO DE PANTITLAN. Crystian Reyes Castillo* RESUMEN: El Sumidero de Pantitlan, fue un Remolino de agua ubicado en la parte salada de la cuenca, en el que se llevaron a cabo importantes rituales mexicas. Geográficamente puede localizarse entre el Peñón de los baños y el Peñón del marqués, en la cuenca del México prehispánico. Sin embargo, existen múltiples problemáticas al momento de intentar localizar su posición exacta, la principal, es la urbanización y la alteración geográfica de la zona, así como la destrucción y saqueo de muchos indicadores y contextos que pudieran guiarnos en la búsqueda del mismo, sin embargo, con la ayuda de fuentes históricas, ofreceré un panorama sobre el mismo. INTRODUCCIÓN: La metodología empleada durante esta investigación consistió en la recopilación de datos etnohistóricos e históricos que tratan acerca del Sumidero, así como el análisis de los indicadores geográficos [1] que proporcionan los mismos. Posteriormente, con la ayuda de los sistemas de información geográfica (SIG’s) y el “Plano reconstructivo de la región de Tenochtitlán al comienzo de la conquista” realizado por el Arquitecto Luis González Aparicio en 1968, fue posible posicionar geográficamente los sitios mencionados en dichas fuentes y elaborar una poligonal que delimite la zona en la que posiblemente se encontró situado el Sumidero. El estudio del Remolino no debe de quedarse en la descripción del paisaje natural, sino que debemos profundizar sobre la manera en que actuó como lugar sagrado dentro de la cosmovisión mexica asociada a los cultos al agua y el sacrificio de infantes asociados a estos últimos, ya que sin duda se trata de un lugar de suma importancia para comprenderlos en su totalidad. ¿Qué es el Sumidero de Pantitlan? El Remolino de Pantitlan, es un Remolino de agua localizado en la parte salada de la cuenca de México, en el cual se llevaron a cabo numerosos rituales asociados a los cultos al agua y la montaña. Este Sumidero fue ampliamente documentado por los cronistas del siglo XVI, entre los cuales destacan los testimonios de Sahagun (Sahagún, 2003), Durán (Durán, 1990), Torquemada (Torquemada, 1997), e incluso, el Códice Chimalpopoca (Códice Chimalpopoca, 1992). A pesar de la importancia del Remolino, no muchos autores contemporáneos han estudiado el tema a profundidad, González
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Obregón (1902), Espinosa Pineda (1996), Broda (2001, 2001 – b, 2001 - c) y Diaz Barriga (2009), han realizado valiosas contribuciones al respecto; sin embargo, considero que una de las contribuciones más valiosas es la de Espinosa, en su libro “El embrujo del lago” (1996), explica ampliamente la formación de la Cuenca de México y “el efecto Remolino”.[2] Legitimando el pasado… El códice Chimalpopoca ofrece información sumamente interesante sobre el origen de los pueblos nahuas en la cuenca de México. La primera mención histórica con la que se cuenta sobre la importancia ritual del Sumidero de Pantitlan (y muy probablemente, del sacrificio de infantes en este sitio y entre los mexicas)[3] aparece en éste documento y es cuando la mítica ciudad de Tula, llegó a su final.[4] “Al cumplirse los cuatro años que tuvieron hambre, se aparecieron los Tlaloques en Chapultepec, donde hay agua. Debajo del agua salió un xillotl mascado. Ahí está viéndolo un señor tolteca, que luego cogió el xillotl mascado y lo mascó. Debajo del agua salió un sacerdote de Tláloc, que le dijo Villano, ¿has conocido aquí? Dijo el tolteca: si, amo nuestro, ha mucho tiempo que nosotros lo perdimos. Y dijo: está bien, siéntate, mientras yo hablo al señor y otra vez se metió en el agua, mas no tardo; volvió a salir y trajo una brazada de buenos elotes. Luego le dijo villano, toma esto y dáselo a Huémac. Piden los dioses a los mexicanos la hija de Tozcuecuex; entretanto la comen, ira el tolteca comiendo un poquito de ella, pues ya se
acabara el tolteca y ya se asentará el mexicano. Irán a entregarla en Chalchiuhcoliuhyan, en Pantitlan”. (Códice Chimalpopoca: 1992). Posteriormente, Tozcuecuex llevó a su hija al Sumidero y la sacrificó, su cuerpo fue ofrendado al Remolino, mientras que su corazón se deposito en un guaje, junto a todos los alimentos que les habían sido quitados a los toltecas. Después del sacrificio de esta niña, no dejo de llover en cuatro días; cuando la lluvia paró los alimentos, el zacate y las hierbas comestibles comenzaron a crecer y fue el inicio de la ocupación mexica en la cuenca (Códice Chimalpopoca: 1992). Un rito consiste en un conjunto de acciones que buscan emular los aspectos básicos del mito, en los que se recrea la acción central del mismo, suelen ser cíclicos, y siguen el mismo conjunto de acciones, con sus respectivas variaciones en cuanto a tiempo y forma en que se desarrollan los hechos. En este caso, considero que los rituales que son llevados a cabo durante el Huey Tozoztli, tenían como finalidad recrear el sacrificio de la hija de Tozcuecuex, mismo, que a su vez, es una justificación ideológica sobre el sacrificio de infantes y la presencia de los mexicas en la cuenca. El Huey Tozoztli quiere decir “la gran punzada” o “la gran vigilia” (Díaz Barriga, 2009) y según las correlaciones calendáricas más aceptadas, es el mes previo a la llegada de las lluvias a la cuenca de México. Durante esta festividad se pedía por la abundancia de lluvias y prosperidad en las cosechas, por lo que era necesario que se ofreciera algo a cambio del favor de los dioses (Broda, 2001b).[5] Los ritos y procesiones que se desarrollaban al inicio de esta festividad resultan sumamente interesantes para nuestro estudio, puesto que según fray Diego Durán (1990), eran llevados a cabo por dos grupos. Por un lado, los gobernantes o Tlatoanis de la triple alianza y por el otro, los macehuales de las capitales que conforman esta sociedad política (es decir, Tlacopan, Texcoco y Tenochtitlán, sin embargo, también el gobernante de Xochimilco participaba durante esta festividad). “Amaneciendo, salían todos estos reyes y señores, con toda la demás gente, y tomaban un niño de seis o siete años y metianlo en una litera, por todas partes cubierto, que nadie no le viese, y ponianlo en los hombros de los principales. Puestos todos, en ordenanza, iban como en
procesión hasta el lugar del patio, al cual lugar llamaban Tetzacualco.[6] Y llegados allí, delante de la imagen del ídolo Tláloc mataban aquel niño, dentro de la litera, que nadie no lo veía, al son de muchas bocinas y caracoles y flautillas”. (Durán, 1990: 83). Mientras los gobernantes se encontraban en el cerro Tláloc, y después de haber rociado las ofrendas con la sangre de los infantes sacrificados dejaban una guardia de guerreros que defendían los tributos, puesto que los de Tlaxcala y Huexotzinco solían subir y robar todas las ofrendas; posteriormente, los pobladores que estaban en la capital mexica iban al cerro Culhuacan y buscaban el árbol más grande que hubiera, lo cortaban y con mucho cuidado lo transportaban hasta el recinto del Templo Mayor. Una vez en el Templo Mayor, levantaban este árbol en un hoyo que habían hecho previamente y dejaban a una niña de entre 7 y 8 años en ese lugar, viendo hacia la parte del templo que correspondía a Tláloc. Posteriormente, cuando se daba la noticia del fin del ritual de los gobernantes en el cerro Tláloc, y mientras estos bajaban: Los macehuales “La llevaban al medio de la laguna con toda la prisa posible y, llegados a aquel lugar que ellos llamaban Pantitlan, donde la laguna tiene un Sumidero y donde hace un Remolino notable de cuando en cuando. Y luego tomaban la niña, así dentro en su pabellón y, con una fisga de matar patos, la degollaban y escurrían la sangre en el agua. Acabada de escurrir, la arrojaban en el agua, en derecho de aquel Sumidero, el cual dicen que se la tragaba, de suerte que nunca más aparecía”. (Durán, 1990: 88). Posteriormente… “Acabada de echar la niña, llegaban los reyes a ofrecer en sus canoas, unos en pos de otros, y todos los señores. Y ofrecían tantas riquezas de joyas y piedras y collares y ajorcas, en tanta abundancia, como en el monte habían ofrecido, echándolo todo en la laguna, en el mismo lugar que habían echado a la muchacha, donde cada año echaban tanta cantidad de de oro y piedras preciosas que era maravilla”.[7] Esta fiesta no es la única en la que se llevan a cabo sacrificios en el Remolino, durante el Atlcahualco, también se ofrecían múltiples ofrendas y sacrificios al Sumidero, sin embargo, un hecho que destaca es que durante Atlcahualco, los sacrificios de infantes se llevaban a cabo en cerros menores o montañas de “nivel intermedio”, así denominadas por Broda, esto apoya mi idea sobre la emulación del Huey Tozoztli y la importancia sobre las demás fiestas dedicadas a los dioses del agua. (Broda, 2001b). Por otro lado, Torquemada menciona algunas de las características de los niños ofrendados en el Atlcahualco: “Una diferencia en este sacrificio o en estos niños que eran sacrificados y es que los partían en dos suertes: la una era que eran blancos, que en color se avecindaban a nuestros españoles y castellanos; a los blancos los
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No hay un agujero en donde hoy descansen los tesoros ofrendados en el Pantitlan.
”
FIG. 1 Sumidero de Pantitlán representado en el Códice Florentino.
buen signo: decían que éstos eran más agradable sacrificio a estos dioses, para que diesen agua en su tiempo”. [9] A estos niños los llevaban a sacrificar al Sumidero y cerros cercanos: “A unos de ellos sacaban los corazones en aquellos montes, y a otros en ciertos lugares de la laguna de México. El un lugar llamaban Tepetzinco... y a otros en el monte que se llama Tepepulco, en la misma laguna; y a otros en el Remolino de la laguna que llaman Pantitlan”. (Sahagún, 2003: 95). Como hemos visto, el Sumidero de Pantitlan era un sitio sumamente importante en los rituales que se realizaban durante las festividades relacionadas con los dioses del agua, jugando un papel central en las procesiones que se realizaban durante estas ceremonias, las que tenían, sin duda, un papel central en la cosmovisión agrícola de la sociedad mexica. Históricamente, ¿dónde se localiza el Sumidero de Pantitlán?
llevaban en canoas o barcos y echabanlos en el Remolino o Sumidero de la laguna; y a los morenillos subían a los montes a hacer de ellos el sacrificio dicho” (Torquemada, 1997: 181). Para la fiesta de Atlcahualco, señala que en los “pueblos grandes donde había señores y principales” (Torquemada, 1997: 180), se ofrecían niños de entre 3 o 4 años para ser ofrendados en el cerro Tláloc, en su mayoría eran hijos de nobles y se sacrificaban para que continuara el crecimiento de las plantas que recién habían nacido.[8] Por otro lado, Sahagún (2003), menciona que durante la misma fiesta, se sacrificaban infantes que eran comprados a los padres y “escogían aquellos que tenían dos Remolinos en la cabeza y que hubiesen nacido en
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Como mencione anteriormente, una de las preocupaciones principales de esta investigación, consiste en esclarecer la posición actual del Sumidero de Pantitlan y ofrecer una ubicación tentativa del mismo, sin embargo, él lector debe de tener presente, que: en palabras de Espinosa... “Si nunca se encontró un sitio especial, es porque los movimientos han modificado por completo la topografía subacuática original: no hay un agujero en donde hoy descansen los tesoros ofrendados en el Pantitlan: los restos fueron mínimamente dispersados, y más probablemente, hechos trizas, aún antes del proceso de urbanización”. (Espinosa, 1996: 75). Debido a esto, cualquier intento de asignar coordenadas geográficas a un punto específico en el paisaje urbano de la ciudad de México y a su vez, asociarlo al Sumidero de Pantitlan, es el resultado de meras especulaciones; lo más factible es elaborar una poligonal que delimite el área en la considero, se encontraba el Sumidero.
Para llevar a cabo esta tarea, los testimonios históricos, ya sean de tiempos de la conquista, o siglos posteriores son bastante importantes puesto que son la única información con la que contamos al respecto, ya que en muchos casos, la mancha urbana ha sido implacable, por lo que sitios con ocupación humana que pudieran servirnos como indicadores directos, han desaparecido. Luis Gonzales Obregón, en su “Reseña Histórica del desagüe del Valle de México” (1902), dedica un apartado al Sumidero de Pantitlan, realizando una investigación histórica con documentos que aparentemente han desaparecido o en su defecto, desconozco su paradero. En la obra escrita por González, se retomaron los testimonios de indígenas que fueron recopilados durante tiempos posteriores a la conquista.
esta manera intentar encontrar el Remolino. Al igual que la primera vez, los resultados no fueron los esperados, sin embargo, el agua del rio San Juan fue “consumida en los hoyos sin encontrarse huellas de que hubiese brotado por algún lugar próximo”. (González, 1902: 182). Por último, “En 1866, se volvió a presentar nuevo proyecto para hallar y limpiar á la vez el famoso Sumidero. Por su originalidad y extravagancia lo mencionaremos aquí. Se proponía que se formase una inmensa balsa con todas las canoas del lago fuertemente ligadas entre sí, y avanzar hasta el punto señalado por la tradición, llevando embarcado todo el azogue que se pudiese conseguir en
En ellos encontramos una fuente de información sumamente valiosa: “Preguntando sobre el asunto, aseguró: que conocía el Sumidero llamado como queda dicho, situado entre los dos Peñoles,[10] que funcionaba perfectamente antes, y no ahora, tal vez por hallarse enzolvado”.(González, 1902: 162). Con respecto al problema del enzolve del Sumidero, concuerdo con el testimonio recopilado por González, ya que Durán (1990), menciona que en su paso por el lago en las canoas, vio muchos troncos pertenecientes a la fiesta del Huey Tozoztli, que estaban hendidos en el agua. Por otro lado, el cuidado y mantenimiento que recibía el lago después de la conquista no fue el mismo, por lo que el desagüe natural que formaba el Sumidero, muy posiblemente quedo tapado. González, también registro tres casos que sucedieron a lo largo de la historia del Sumidero, los cuales tuvieron como objetivo encontrar él desagüe natural del lago (1690, 1764 y 1866). Durante 1690, se consiguieron las diligencias necesarias para realizar las investigaciones sobre el paradero del Remolino, ya que se tenía la noticia de un Sumidero ubicado en Tequixquiac, el cual era el desagüe de Zumpango y Xaltocan, sin embargo, los esfuerzos realizados fueron inútiles. (González, 1902: 180).
FIG. 2 Atardecer desde el Campamento previo a la cima del Cerro Tláloc. TAB. 1 Coordenadas UTM de los sitios registrados en las fuentes.
En 1764, el alcalde de Zumpango, mando a quitar trece ahuehuetes para realizar otra búsqueda del Sumidero de Pantitlan debido a que se tuvo la noticia de algunos Remolinos de agua que se formaron en la zona. Esta vez, a diferencia de la primera búsqueda, se excavo una zanja que permitió que las aguas del rio san Juan corrieran para inundar la zona durante ocho días y de
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FIG. 3 Ubicación de los indicadores geográficos que utilicé durante la búsqueda del Sumidero de Pantitlán en un plano de la CD. De México. la plaza de México. Llegados al lugar, á una señal dada, todo el metal liquido se arrojaría al agua, el cual por su gran peso especifico, penetraría en los lodos y se abriría paso hasta llegar a las cavernas en el fondo del lago”. (González, 1902: 183). Con base en algunas de las fuentes antes mencionadas, seleccione los sitios que son mencionados con mayor frecuencia, o que bien, tienen un significado explícito en cuanto a los cultos al agua. Posteriormente, con la ayuda de Google Earth, asigne una ubicación tentativa de estos sitios (Tabla 1), para después elaborar un mapa en el que se posicionen todos los datos recopilados.[11] Considero, dos casos aparte de los ya mencionados: el volcán de La Malinche, en Tlaxcala y El pico de Orizaba, en Veracruz. Mis motivos son tres.
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1El pico de Orizaba es llamado Poyauhtlan por Fr. Bernardino de Sahagún, e incluso, es mencionado en una oración a Tláloc recopilada en la “Historia General...”,[14] misma que hace referencia directamente con el Sumidero de Pantitlan. 2Durante el mes de febrero, la primera o segunda semana, el Cerro Tláloc, La Malinche y el Pico de Orizaba, proyectan una misma sombra al amanecer, este efecto óptico es conocido como “la montaña fantasma” (estos tres sitios presentan evidencia de cultos al agua y sacrificios de infantes). 3Tomando como base la correlación calendárica de Alfonso Caso, quiero señalar que la segunda semana, en la cual, se da el fenómeno óptico de la montaña fantasma, corresponde con los nemontemi o días funestos.[15] Por otro lado, Alejandro Díaz Barriga (2009), en la correlación calendárica que elaboró, señala los días del 7 – 13 de febrero como los nemontemi, inmediatamente después comienza el año con Atlcahualco, y son sacrificados infantes.
Comentarios finales
FIG. 4 En este mapa podemos observar la distribución actual de las Asignar coordenadas especificas al Sumidero de calles y construcciones en la zona oriente de la Cd. de México, se Pantitlan, resulta prácticamente imposible, sin embargo, encuentran señaladas los dos peñones y el Albarradon cerrando una poligonal en la que debería de encontrarse el Sumidero. con ayuda de documentos históricos, etnohistóricos e incluso mapas reconstructivos, podemos ofrecer una ubicación tentativa del sitio en el cual tuvo que encontrarse él sumidero; lo cual, a mi consideración resulta útil puesto que las procesiones más importantes llevadas a cabo durante las fiestas de los dioses del agua, culminaban en el Sumidero de Pantitlan, lo que nos ayuda a comprender mejor el panorama religioso de la Cuenca.
Pongo énfasis en que el Remolino, a pesar de ser un tema de investigación, que debería de concernir a los arqueólogos, únicamente ha sido estudiado desde una perspectiva histórica, debido a que los materiales necesarios para un estudio arqueológico no han sido localizados y muy difícilmente podrán ser rescatados, sin embargo, de serlo, representaría un hallazgo muy
significativo para el estudio del sacrificio de infantes entre los mexicas. Por último, debemos de estar al pendiente sobre el resultado que arrojen los proyectos de rescate y salvamento que se llevarán a cabo en la zona de Texcoco y alrededores, para la construcción del nuevo aeropuerto de la CDMX, ya que la región no ha recibido la atención que merece y considero que el estudio integral de la zona, en conjunto con México Tenochtitlán y México Tlatelolco, puede ofrecer un corpus literario muy amplio, mismo que ayudaría considerablemente al estudio de la religión prehispánica desde la cosmovisión de los grupos texcocanos y zonas aledañas al sumidero.
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NOTAS: [1] En este ensayo, tomare como indicador geográfico cualquier rasgo geomorfológico que presente algún tipo de acción cultural, del periodo posclásico, que esté enfocado a los cultos al agua de una manera bien documentada en fuentes históricas y que pueda ser posicionado geográficamente por medio del sistema de coordenadas UTM. [2] La mejor analogía con este fenómeno sería una taza de baño, puesto que durante las lluvias, el agua de los lagos que se encontraban a los al rededores se desbordaba e inundaba la cuenca de México, puesto que no tenía un desagüe natural permanente, el volumen del agua era bastante y buscaba una salida natural, que se encuentra compuesta por una grieta en el subsuelo, cuando este fenómeno sucedía, generalmente era en época de lluvias, por otro lado, el hecho de que los mexicas limpiaran el desagüe natural contribuía a la formación de dicho fenómeno. [3] Cabe mencionar que no me refiero a la época de elaboración del documento, el cual es de procedencia colonial, sino en la secuencia cronológica que maneja su relato y el tiempo mítico de la caída Tolteca. [4] Según las notas del Códice Chimalpopoca, en algún momento se aparecieron dos Tlaloques en Tula, para jugar al juego de pelota con Huemac, el gobernante de la mítica ciudad, para ese juego se apostaron plumas preciosas y piedras verdes como recompensa al ganador. Sin embargo, cuando Huemac gano a los dioses, éstos le ofrecieron mazorcas verdes y granos tiernos en vez de las plumas y piedras, por lo que Huemac las rechazo y exigió se le pagara lo que habían apostado. Debido al desprecio cometido por el gobernante, los dioses le otorgaron las plumas y piedras, pero a cambio, se llevaron todos los “mantenimientos” de la ciudad, azotándola con una nevada que destruyo las cosechas y una sequia que duró cuatro años. (Códice Chimalpopoca, 1992) [5] Cabe destacar que no todos los sacrificios de infantes tenían como finalidad el propiciar las lluvias, sino que en algunos casos, ha sido interpretado como parte de los rituales que buscaban la regeneración cíclica del tiempo y los mantenimientos. [6] Debido a las edificaciones que se han encontrado en el cerro Tláloc, considero que es el lugar al que se refiere Durán, sin embargo, durante los proyectos de reconocimiento y excavación del sitio, no se han
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localizado entierros de infantes, ni ofrendas de gran valor. Muy posiblemente fueron destruidas durante los tiempos posteriores a la conquista por los frailes y los extirpadores de idolatrías (Broda, 2001b). [7] Cabe destacar que también, el árbol que había sido cortado en el cerro Culhuacan era depositado en el Sumidero de Pantitlan. Durán, a su vez, dejo un registro sobre esto: “Pasando esa laguna muchas veces en canoa, vi de los troncones de los arboles ya muy viejos hincados en el agua” (Durán, 1990: 88). [8] Sin embargo, no concuerdo tanto con la idea que registró Torquemada y pienso, más bien, que tiene un sentido en el tiempo cíclico, semejante al expuesto por Diaz Barriga (2009) ya que Torquemada sitúa Atlcahualco en el último mes de los mexicas. [9] Libro II, Capitulo XX, pp. 95. [10] Peñón de los Baños y Peñón del Márquez, los cuales corresponden a los Tepetzinco y Tepepulco mencionados por Sahagún en su Historia General. [11] Sin embargo, cabe destacar que estos no son todos los sitios en los que se llevaron a cabo sacrificios de infantes o que hayan sido empleados como sitios sagrados durante las procesiones. [12] A pesar de que el Albarradon de San Lázaro ha sido estudiado anteriormente, es difícil delimitar un punto especifico para el mismo, por lo cual, decidí tomar Metro San Lázaro como uno de los puntos que cierran la poligonal del Sumidero. [13] Estas coordenadas pertenecen al Metro Pantitlan, ya que se piensa que el Sumidero se encuentra debajo del mismo. [14] Esta oración se encuentra en el Apéndice II de la Historia General de Sahagun y fue llamada “Canto a Tláloc”. [15] Díaz Barriga Cuevas, Alejandro, “Niños para los dioses y el tiempo, el sacrifico de infantes en el mundo mesoamericano”, México, Libros de la Araucaria, 2009, pp. 295. [16] Fr. Sahagún de Bernardino, “Historia General de las cosas de nueva España”, Apéndice II, pp. 894 - 895 [17] Aprovecho la cita para mencionar que pantitlan significa el lugar de las banderas, esto, debido a que el Tlatoani Ahuítzotl mando a poner grandes troncos rematados con banderas para señalar el inicio del remolino, puesto que las aguas eran tan fuertes, que tenían que señalar el camino, o corría el riesgo de que las embarcaciones se hundieran. [18] Basta recordar como la ignorancia de Huemac sobre el “Lenguaje de los dioses” le cuesta los mantenimientos a su pueblo,
al ser tan arrogante y no entender el mensaje que los dioses le daban.
[19] Recordemos el primer sacrificio en el remolino, llevado a cabo por Tozcuecuex, mismo que es emulado durante el sacrificio de una niña en el sumidero, durante la fiesta del Huey Tozoztli.
BIBLIOGRAFÍA Broda Johanna, “Arqueoastronomía y paisaje ritual: el calendario de horizonte de Cuicuilco-Zacatepetl”, en: La montaña en el paisaje ritual, J. Broda, S. Iwaniszewski y A. Montero, México, ENAH / UNAM – IIH, 2001, pp. 173 – 201. - Broda Johanna, “Cosmovisión y observación de la naturaleza: el ejemplo del culto de los cerros en Mesoamérica” en: Arqueoastronomia y Etnoastronomia en Mesoamérica, J. Broda, S. Iwaniszewski y L. Maupomé, México, UNAM, 1991, pp. 45 – 49. - Broda Johanna, “Ritos mexicas en los cerros de la Cuenca: los sacrificios de niños”, en: La montaña en el paisaje ritual, J. Broda, S. Iwaniszewski y A. Montero, México, ENAH / UNAM – IIH, 2001, pp. 295 – 319. “Códice Chimalpopoca: la leyenda de los soles y los anales de Cuauhtitlán”, México, IIH – UNAM, 1992. Díaz Barriga Cuevas, Alejandro, “Niños para los dioses y el tiempo, el sacrifico de infantes en el mundo mesoamericano”, Venezuela, Libros de la Araucaria, 2009, pp. 295.
ANEXO I (PAG. SIG.) “Plano reconstructivo de la región de Tenochtitlán al comienzo de la conquista”, por: Arquitecto Luis González Aparicio – 1968.
____ SOBRE EL AUTOR: Ciudad de México, (1992), Estudiante de Arqueología en la ENAH, colaboro en un proyecto de salvamento arqueologico en Santiago Maravatío Guanajuato, ha presentado diversas ponencias en la ENAH, AGN y FES Acatlán. Fue parte del comité organizador del III Coloquio Nacional sobre Paleografía y Diplomática 2016. Interesado en los cultos al agua entre las sociedades prehispánicas del posclásico tardío, la iconografía del área maya y los procesos sociales del epiclásico y clásico terminal./
Duran Diego Fray, “Historia de las indias de nueva España e islas de tierra firme”, Tomo II, pp. 83 – 88. Espinosa Pineda Gabriel, “El embrujo del lago. El sistema lacustre de la cuenca e México en la cosmovisión mexica”, México, UNAM – IIA, 1996, pp. 33 Luis González Obregón, “Reseña Histórica del desagüe del Valle de México 1449-1855”, México, 1902. Sahagún de Bernardino Fray, “Historia general de las cosas de nueva España”, 11 ed. de Ángel María Garibay K, Libro primero, Capítulo IV, pp. 32, Libro segundo, Capítulo VI, pp. 82. Torquemada, Juan de, “Monarquía Indiana”, México, Porrúa, 1975, Tomo III pp. 180 – 181.
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Anexo II (subrayados del autor). [16]
CANTO DE TLÁLOC “Ay, en México se está pidiendo préstamo al dios en donde están las banderas de papel [17] y por los cuatro rumbos están en pie los hombres.” “Al fin es el tiempo de su lloro Ah, yo fui creado y también festivos manojos de ensangrentadas espigas conduzco al patio sagrado de mi dios Ah, tu eres mi caudillo, oh príncipe Mago, Y aunque en verdad tu produjiste tu maíz, sustento nuestro Aunque tú eres el primero, Solo te causan vergüenza Ah pero si alguno me causa vergüenza (es) por que no me conocía bien:[18] Vosotros, en cambio, sois mis padres Mi sacerdocio, Serpiente-Tigre...”
Ah, mi hermano Tozcuécuech [19] yo me iré para siempre: es tiempo de su lloro Ah, envíame al lugar del misterio: Bajo su mandato! Y yo le dije al príncipe de funestos presagios: yo me iré para siempre: es tiempo de su lloro! Ah, a los cuatro años entre nosotros es el levantamiento: sin que lo sepan ellos, gente sin número, en la mansión de los descarnados: Casa de plumas de quetzal, Se hace la transformación es cosa propia del acreedor de los hombres. Ah, ve extiéndete en Poyauhtlan. Con sonajas de niebla es llevado al Tlalocan.
Ah, de Tlalocan, en nave de turquesa, salió y no es visto Acatonal Ah, ve a todas partes ah, ve extiéndete en el Poyauhtlan. Con sonajas de nieblas es llevado al Tlalocan.
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“Los indígenas y su patrimonio cultural. Derechos y obligaciones”. Julio Manzanares Gómez Palabras clave: Acuerdos de San Andrés, EZLN, FZLN, patrimonio, INAH, indígenas. © Textos ArKeopáticos opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License. Agradecemos citar este texto así: Manzanares Gómez, Julio. “Los indígenas y su patrimonio cultural. Derechos y obligaciones”, en: ArKeopáticos. Textos sobre arqueología y patrimonio. Año II Número 8, verano 2014. Proyecto ArKeopatías. México 2015, P. 62. http://arkeopatias.wordpress.com/arkeopaticosnumero8 en línea (fecha de consulta).
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LOS INDÍGENAS Y SU PATRIMONIO CULTURAL, DERECHOS Y OBLIGACIONES. Julio Manzanares Gómez* En 1492, los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron que estaban desnudos, descubrieron que existía el pecado, descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un dios de otro cielo y que ese dios había inventado la culpa y el vestido y había mandado que fuera quemado vivo quien adorara al sol y a la luna y a la tierra y a la lluvia que la moja. Eduardo Galeano, Los hijos de los días. En septiembre de 2007 se proclamó la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI). Al considerarlos vulnerables, la ONU se muestra preocupada porque los indígenas “han sufrido injusticias históricas como resultado, entre otras cosas, de la colonización y de haber sido desposeídos de sus tierras, territorios y recursos, lo que les ha impedido ejercer, en particular, su derecho al desarrollo de conformidad con sus propias necesidades e intereses”. En materia de patrimonio cultural, el artículo 31 de la Declaración establece en sus párrafos 1 y 2: Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales, sus expresiones culturales tradicionales y las manifestaciones de sus ciencias, tecnologías y culturas, comprendidos los recursos humanos y genéticos, las semillas, las medicinas, el conocimiento de las propiedades de la fauna y la flora, las tradiciones orales, las literaturas, los diseños, los deportes y juegos tradicionales, y las artes visuales e interpretativas. También tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su propiedad intelectual de dicho patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales y sus expresiones culturales tradicionales. Conjuntamente con los pueblos indígenas, los Estados adoptarán medidas eficaces para reconocer y proteger el ejercicio de estos derechos. Por su parte, la Constitución Política de México señala en el artículo 2º: La Nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual
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del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas. La conciencia de su identidad indígena deberá ser criterio fundamental para determinar a quiénes se aplican las disposiciones sobre pueblos indígenas. Son comunidades integrantes de un pueblo indígena, aquellas que formen una unidad social, económica y cultural, asentadas en un territorio y que reconocen autoridades propias de acuerdo con sus usos y costumbres. No obstante, el componente étnico fundamental de México es negado no sólo para satisfacción de un país históricamente racista, sino en beneficio de las políticas que al excluir a dicho sector acaparan o destruyen su patrimonio. En el estricto sentido de la palabra, si el patrimonio cultural encuentra vigencia, es en las comunidades indígenas porque en realidad a veces es el único patrimonio que poseen y les significa todo. Pese a los esfuerzos de la academia o la sociedad civil, a los indígenas primero se les compadece por susceptibles y sólo después se les respeta por diferentes (si se les compadece o respeta). Aún en el siglo XXI la promoción constante de la inferioridad indígena encuentra sentido, para las elites, en la inconveniencia que representa el reconocimiento propio de la identidad como una realidad histórica. El conocimiento histórico es crítico y desemboca en la acción, hecho que incomoda a los grupos dominantes
(no sólo los indígenas padecen esta promoción de inferioridad y “conformidad con su realidad”, debe examinarse también la situación campesina). Sin embargo, hay una tendencia contraria, el indigenismo que a fuerza de compasión intelectual se vuelve proteccionista y que parte de un razonamiento similar al del clasismo: la supuesta inferioridad del otro. En la historia identificamos ejemplos innumerables de cómo los grupos dominantes para legitimarse trastocan de modo estratégico toda concepción. No sólo se invaden territorios y se violenta físicamente a los habitantes, no sólo se instituyen o sustituyen mitos de legitimación. Al imponerse nuevas explicaciones del mundo, incluso lo biológico y lo espiritual es reinterpretado en contra del grupo en proceso de dominación. Al llegar los españoles a América se utilizó como argumento atroz que los indios no tenían alma y por lo tanto no tenían la capacidad humana de raciocinio y, en consecuencia, de poseer su territorio o administrar sus bienes; su propia condición biológica y espiritual los despojaba de su patrimonio. Sólo una desventaja para el catolicismo ante este discurso propició su modificación. Al no tener alma los indígenas no podían ser evangelizados (no tenía sentido, no había alma que rescatar), de esta manera su sometimiento al nuevo orden se tornaba una misión más complicada. Históricamente, la iglesia es flexible en sus preceptos cuando pierde adeptos o poder en algún orbe, las enmiendas por lo regular responden a una realidad estratégica, más en el campo terrenal que en el espiritual. El papa Pablo III, en la bula Sublimis Deus, emitida en 1537, corrige el argumento que despoja a los indios de su condición humana:
reconocer, lo mismo puede valer la religión que la ciencia para afianzar el discurso de dominio, resulta equivalente evocar a Fray Diego de Landa o a Darwin para legitimar la concepción de cualquier radical o déspota; ni el débil ni el diferente tienen cabida. La historia transcurre y las exigencias o imposiciones del sistema económico contemporáneo todo lo abarcan. Los debates irrumpen como necesidad apremiante. ¿La tradición estorba al progreso o el progreso estorba a la tradición? En este debate que enardece las respuestas son radicales y mesiánicas, y el indígena, regularmente, no participa. La presencia indígena que reclama la inclusión social es vista como moda antineolioberal o como la insurrección de un titiritero que manipula a los indios. ¿O acaso se olvidaron ya los discursos de Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox acerca del EZLN y su vocero? No obstante que las posturas oficiales desdeñan la organización y desacreditan la relevancia del diálogo y la inclusión, socialmente se registra un avance inusitado. Desde el principio, la actividad política y la acción organizativa del EZLN hicieron visibles a los indígenas en todo el país. El rostro milenario de la sumisión y la inferioridad cambió, ahora la sociedad percibe al indígena como ciudadano activo o si se quiere ver así, como personaje subversivo. Cuando menos, el estereotipo que el cine y la televisión difundieron se debilitó, la inocencia brutal de Tizoc o la estupidez disfrazada de tenacidad de la India María, fueron sustituidos de forma abrupta por ciudadanos indígenas (algunos con pasamontañas) que exigen sus derechos y están dispuestos a asumir sus responsabilidades.
Nos, que aunque indignos, ejercemos en la tierra el poder de Nuestro Señor… consideramos sin embargo que los indios son verdaderos hombres y que no solo son capaces de entender la fe católica, sino que, de acuerdo con nuestras informaciones, se hallan deseosos de recibirla.
Estos ciudadanos no sólo se hicieron visibles en México, sino en todo Latinoamérica y despertaron el interés y solidaridad de observadores europeos. Los indígenas tejieron redes de apoyo con la sociedad civil, lograron movilizar masas, incorporar a diversos sectores sociales a la causa de justicia y adherir a la organización, sin mucho esfuerzo, a un muy amplio sector de jóvenes, y consiguieron hacer consciente a un importante número de adultos acerca de que algo en el sistema político es inconsistente y en todos repercute. Se incorporó al discurso social, aunque no con el alcance deseado, la noción de derechos indígenas. Como diversos sectores, el académico dio claras muestras de apoyo al proponerse cambiar la cátedra por acciones concretas.
En la actualidad, y desde entonces, a los indígenas ya se les reconoce “tener alma”, pero pocas veces la capacidad de resolver sus problemas históricos o culturales: se les niega la conciencia. Aunque el ser humano contemporáneo cultiva el discurso del respeto por la diversidad y el derecho a las diferencias, en él permea una concepción colonialista que proviene de aquellos siglos y que las elites van modernizando o adecuando al contexto, porque de ese modo resguardan sus prerrogativas. Aunque no se quiera
En octubre de 2001 el Seminario de Estudios Sobre Patrimonio Cultural, de las direcciones de Etnología y Antropología social del INAH, organizó el encuentro académico El uso social del patrimonio cultural. La memoria del evento, publicada con el mismo nombre, resulta ineludible para aproximarse a dicha temática. Los ponentes, la mayoría académicos del INAH, la UNAM y la ENAH, dieron a conocer distintas problemáticas, sobresalieron las solucionadas por la academia y las agravadas por el gobierno. En materia de comunidades indígenas y patrimonio cultural, una ponencia resulta reveladora y crítica al proceder de los propios
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indígenas y al ser escuchada por el gremio académico: “De las cosas que uno se imagina cuando nos invitan a encuentros académicos.”
Andrés, firmados en febrero de 1996 por el gobierno federal y el EZLN. Se detiene en el documento (3.2 Acciones y medidas para Chiapas) que recomienda al INAH revisar las disposiciones para:
Un representante (indígena) del Frente Zapatista de Liberación Nacional (FZLN) del DF, lee su participación y aplaude la iniciativa de los organizadores y “dándole hilo al papalote de nuestra imaginación” supone que los asuntos que se debatan y convengan tendrán “un peso específico de carácter político, por más que se discutan desde el ámbito de la academia”. Acerca de este gremio, expresa sus expectativas de una manera aguda:
a) REGLAMENTAR EL ACCESO GRATUITO DE LOS INDÍGENAS A LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS
Así como imaginamos que la antropología tiene suficientes bases para proponer soluciones a los problemas nacionales (y eso lo pensamos porque los del INAH dicen que son profesores de investigación científica), igual imaginamos que muchos antropólogos desde su trinchera académica trabajan efectivamente para eso, o sea, para proponer esas soluciones y ejercer así su papel de científicos deshacedores de entuertos y otras galimatías sociales. Al portavoz del FZLN le entusiasma que los especialistas discutan una y otra vez los usos que puede o debiera tener del patrimonio cultural, “mucho mejor si los análisis se abordan en su perspectiva jurídico-legal, social y desde luego, antropológica que tanta falta nos hace; sobre todo, si encuentros como éste, cuentan con un eventual camino para instrumentar las posibles soluciones a los problemas que se analizan”. De la ironía a la solemnidad, la ponencia va y viene, pero, ¿por qué recurrir al sarcasmo para denunciar lo que es visiblemente inconsistente?, ¿por qué mitigar el impacto de una situación atroz por medio de la sorna? Sin duda, en una realidad social de diálogos coartados e interlocutores prepotentes (amparados en el fuero político o el título académico), el sarcasmo es la ofensiva tímida, pero certera del denunciante que ha carecido de tribuna y por eso está desencantado y escéptico ante la posible solución, pero que persiste en el estrado cuando se lo ofrecen. Casi nunca los indígenas se cierran al diálogo, si hay voluntad política hay apertura. En el discurso que lee el representante indígena, con la solemnidad se enfatiza lo que resulta impostergable y con el sarcasmo se evoca (con coraje y expectativa simultáneos) lo que se ha dejado relegado. La exposición hace énfasis en un punto medular: la necesidad de recordar y cumplir Los Diálogos de San
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b) DAR A LOS INDÍGENAS LA DEBIDA CAPACITACIÓN PARA PODER ADMINISTRAR ELLOS MISMOS LOS SITIOS c) OTORGAR A LOS PUEBLOS INDÍGENAS PARTE DE LAS UTILIDADES TURÍSTICAS QUE GENERAN DICHOS SITIOS d) DAR A LOS PUEBLOS INDÍGENAS LA POSIBILIDAD DE UTILIZAR LOS SITIOS COMO CENTROS CEREMONIALES e) PROTEGER LOS SITIOS CUANDO ESTÉN AMENAZADOS POR MEGAPROYECTOS DE DESARROLLO TURÍSTICO O SAQUEO HORMIGA
En el mismo documento está plasmado un argumento primordial de la vida indígena, es el vínculo de ésta con la tierra: Una condición fundamental del desarrollo es la relación de los pueblos indígenas con la tierra. Atendiendo a la especial significación espiritual de ese elemento y a su altísimo valor simbólico, debe garantizarse plenamente el derecho de las comunidades y de los pueblos indígenas a la integridad de sus tierras y territorios, sí como a la preservación y uso racional del hábitat. ¿Por qué recuerda el FZLN este punto a los investigadores del INAH? La explicación también es denuncia, y el comentario corrosivo se agudiza: Porque si nos damos cuenta que casi siempre ocurre que, tanto el desarrollo de proyectos de investigación arqueológica como las declaratorias de zonas de monumentos arqueológicos, se hacen al margen de los pobladores que se ven con ello fuertemente afectados en su elemental sobrevivencia, desde el momento en que la integridad de sus tierras y territorios y la preservación de su hábitat, están expuestos a drásticas alteraciones por las actividades del INAH. […] pareciera que se privilegia la protección del sitio histórico edificado como lugar de vida y acción económica, política y social, por el indio muerto, sin importar el uso social de esos territorios donde el indio vivo apenas sobrevive. Sin embargo el FZLN piensa que esto puede resolverse si primero se platica con las comunidades que serán afectadas (con dichos proyectos y declaratorias) y se les toma en cuenta para definir los lineamientos a seguir. Es decir, los indígenas afirman su apertura al diálogo, pero insisten en ser tomados en cuenta. Para terminar su participación, el representante cuestiona también si “existe toda
claridad necesaria en el gremio antropológico para comprender que todos los análisis, discusiones y conclusiones tomados” pueden ser usados en dos vertientes: una en favor de las imposiciones de los poderes Legislativo y Ejecutivo y otra en favor de una conciencia política democrática con posibilidad de establecer el diálogo. De no ser así, subraya:
Monsiváis, Carlos, “No sin nosotros”, los días del terremoto, 1985-2005, Era, 2006, pp. 54-58. ONU, “Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas”, http://daccess-dds-ny.un.org.
Imaginamos que eso sería muy contraproducente para el diálogo porque entonces, otra vez, desde el escritorio se pretendería elaborar las políticas públicas, sin considerar a los sectores que sufren los problemas que se quieren resolver. Ahí se acabaría cualquier diálogo, y entonces los científicos sociales serían algo así como instrumentos para contradecir y obstaculizar el intento de construir una nueva relación entre los diversos sectores de la sociedad y el gobierno. Cada vez más consciente del mito del nacionalismo y de la realidad atroz del capitalismo, en los últimos años la academia ha ido reconociendo la legitimidad de las comunidades (indígenas y no indígenas) sobre su patrimonio cultural y ante todo, la necesidad de que ellas mismas lo protejan. Desde los años ochenta del siglo XX se les insta (como a la sociedad en general) a hacerse responsables de él, pero en los albores del nuevo siglo falta aclarar todavía cuáles son sus derechos sobre el mismo. Tienen el Estado, la academia y las comunidades una tarea impostergable.
FUENTES Albornoz Peralta, Oswaldo, “Justificación de la conquista y dominación de los indígenas americanos”, en Blog P. Arieu Theologies Web, 20 de julio de 2008, https://lasteologias.wordpress.com
____ SOBRE EL AUTOR: Ciudad de México, México (1983) Licenciado en Comunicación y Periodismo por la UNAM, especializado en prensa escrita y en temas culturales e históricos. Colaborador de distintas publicaciones. Desde 2005 trabaja lo concerniente a la investigación, protección y difusión del patrimonio cultural y natural. Ha participado en distintos proyectos de investigación del Instituto Nacional de Antropología Historia, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma Metropolitana. En colaboración con distintos especialistas, ha realizado videos documentales referentes al patrimonio cultural y natural, los museos comunitarios y la diversidad marina./
Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos, art. 2 (vigente a 2014) Eduardo Galeano, Los hijos de los días, Siglo XXI Editores, 2011. FZLN-DF, “De las cosas que uno se imagina cuando nos invitan a encuentros académicos”, El uso social del patrimonio cultural, Sánchez Alaniz, José I. y Susana Gurrola (coords.), México, Ediciones Quinto Sol, sf., pp. 103-108. Mejía Botero, William (comp.), Antología Histórica, Editorial Norma, Bogotá, s. f., pp. 25-26.
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receta
RE CE TA
Intravenosas al corazón Inyecciones de poesía, historias, relatos, cuentos y narrativas alternas a los temas de nuestro número. Se recomienda la auto-medicación, estas dosis no caducan, tómelas con confianza y esperanza en cualquier momento.
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RECUERDOS DE CUATLICUE I
II
FUEGO DE SERPIENTES VIVAS,
VUELVO a los textos antiguos
madre pétrea divinizada,
donde tus labios escriben cada página.
llena de Sol.
Has perdido el llanto,
Y te oigo llorar en el susurro que fabricas
errante, buscas el consuelo.
bajo la tenue luz de la mirada.
Soplas en mi cuello
Descubro en el exvoto tu milagro amañado:
reanimando el juego de los vientos insurrectos.
contradicción maternal entre dos tiempos.
Eres ciudad perdida
Ha llegado el gobierno de los extintos
para los que no tienen ojos.
bajo tu pisada.
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III
IV
LA MIRADA SE HA VUELTO TRISTE,
CIUDAD ANTIGUA,
tu tiempo, elemento perpetuo:
piedra verde,
cueva del hombre.
roja vuelta de los muertos. En busca del tiempo perdido, que la tierra te sea ligera.
Prontuario femenino, Eres cerrazón de la luz cantando sobre los escombros de la luna; velas cuatrocientos astros que se vuelven lluvia en un oscuro e insondable campo de batalla.
La maciza muralla de tu vientre recibió el roce de una blanca pluma; el Coatepec es más que un monte.
me vacío en el eco azul de tu mirada, como fantasma acuático en recuerdos de tierra caliente. Dentro del círculo roto vacías las manos de lágrimas.
receta
V TE HAS VISTO con la oscuridad a los ojos,
¡Qué pesadilla te consumió las entrañas!
que devuelve en oasis de luz
¡Qué cadena te ató a su desagravio!
los deseos descarnados.
En resumidos sueños,
SON LAS OSCURAS NOCHES de Tlalpan,
te descubres,
con su pétrea cruz empotrada en la pared
mostrando tu ardor de serpientes en celo.
las que calman mis antiguas obsesiones soporíferas.
No bastará la ofrenda de sangre de tus hijos
Sus estrechas calles empedradas,
para calmar su yerro.
céntricas e intolerablemente proféticas de sueños
Somos Hijos de Malinche:
me persiguen a todas horas,
lloviendo en pedregales volcánicos de muertos.
para ti, no pertenecemos.
Has escuchado la promesa de la tierra
Es su brisa matutina la que observa
ahora calcinada por el tiempo.
entre los árboles serenos.
receta
Aguardan a sus parejas inasibles inmutables de recuerdos.
¡Qué pasión y qué ardor cabe en la huella primigenia de los hombres de Cuicuilco, ambulantes aquí y allá!
¡Qué tiempo y qué edad abarcan los cantos rodados cuesta abajo del Xitle, fuego que arde en las profundidades de lo eterno!
Ahora me descubro calcinado por todas las edades de la tierra. Ya recorreré otra vez estos senderos. Ya volveré a morir.
#exprésate [ ESPACIO DISPONIBLE ]
CO NT AC TO
#escrĂbenos [ arkeopatias@gmail.com]
ArKeopáticos / Textos sobre arqueología y patrimonio. Año 2 Número 8 [verano 2014], se desarrolló enteramente con software libre o gratuito y se publicó el día 31 de marzo del 2014 a través de la página de ArKeopatías. La distribución se realizó mediante correo electrónico, páginas web, redes sociales y archivos compartidos. Se autoriza su uso y distribución bajo los criterios de la licencia Creative Commons Reconocimiento No Comercial Compartir Igual 4.0 Internacional.
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