Orientación Domingo 31 de julio 2022

Page 1

S • E • M • A • N • A • R • I • O ÓRGANO OFICIOSO DEL ARZOBISPADO DE SAN SALVADOR. 31 de julio de 2022Año LXIX Nº 6174 $ 0.30

• Rvdo. Pbro. Simeón Leonidas Reyes Bautista Parroquia San Juan Bautista, Cojutepeque Nº 040/2022

• Rvdo. Pbro. José Francisco Ramos Cárcamo, cm Parroquia San Jacinto, Barrio San Jacinto Nº 014/2022

• Rvdo Pbro. Jerónimo Francisco Cucufate Portillo Parroquia Nuestra Señora Reina de los Mártires, QuezaltepequeNº022/2022

ombramientos

Por: Pbro. Octavio Crúz

• Pbro. Jhon Fredy Caro Pérez Parroquia Santa María Reina de los Mártires, SoyapangoNº 021/2022

El Señor Arzobispo, Monseñor José Luis Escobar Alas, visitó el sábado 23 de julio la Asamblea de Formación Permanente de la Vicaría San Juan Bautista, en el Centro Escolar Católico “Luis Pastor Argueta”, de la Parroquia San Juan Bautista, en Cojutepeque. Entre sacerdotes y laicos la asistencia fue de 215 hermanos.

Damos gracias a Dios por estos gestos, que muestran la sinodalidad en acción.

• Rvdo. Pbro. Roque Marcelino Regalado Hernández Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, SoyapangoNº 045/2022

La visita es fruto del proceso que ha suscitado el llamado del Papa Francisco a participar en el Sínodo de la Sinodalidad. La Vicaría participó en el proceso de consulta y escucha. Una de las peticiones de los asambleísta fue la de recibir la visita del Señor Arzobispo, Cabeza Pastoral de la Arquidiócesis de San Salvador, ya que la situación de pandemia nos había privado de su presencia. Se le comunicó al Señor Arzobispo y con gusto aceptó la invitación. El cuarto sábado de cada mes, representantes de los Consejos Pastorales Parroquiales se reúnen en talleres de formación permanente. Este año se recibe formación sobre la sinodalidad. La visita del Arzobispo sirvió para animar y fortalecer este proceso.

A las 10.30am se recibió al Señor Arzobispo. Dos laicos dieron las palabras de bienvenida y agradecieron la visita que viene a fortalecer el trabajo misionero de la Vicaría San Juan Bautista. El P. Víctor Antonio García Díaz, miembro del Equipo Vicarial de Formación, también agradeció la respuesta positiva a la invitación, a pesar de tantos compromisos del Señor Arzobispo. El P. Octavio Cruz, miembro del Equipo Vicarial de Formación, le explicó el proceso que se está siguiendo este año, guiados por el Plan Pastoral Arquidiocesano y el llamado, del Papa Francisco, a participar en el Sínodo de la MonseñorSinodalidad.José Luis Escobar agradeció la invitación, motivó a los asambleístas a continuar con responsabilidad en la misión permanente en todas las parroquias. A asumir la sinodalidad para caminar juntos en comunión, participación y misión. Les felicitó y agradeció todo el compromiso misionero y les solicitó compartir la experiencia de misión, para poder incorporarla en la próxima carta pastoral que con este tema está Elescribiendo.eventoterminó con una sesión de fotografías en la que se pudo experimentar la cercanía del obispo y la alegría de las ovejas con la presencia de su pastor.

2 31 de julio de 2022 N

El señor Arzobispo Metropolitano de San Salvador, Mons. José Luis Escobar Alas, ha efectuado durante los meses de enero, febreroW, julio de 2022 los siguientes nombramientos: Nombramiento Párroco Nº 012/2022

• Rvdo. Pbro. Pablo Alonso Carvajal Parroquia Jesús de las Misericordias, Colonia Universitaria Norte,NºMejicanos013/2022

• Rvdo. Pbro. Fabio Isaías Márquez Parroquia Santa Lucia, Suchitoto POR SU MANDATO: Mons. Rafael Edgardo Urrutia Canciller † Mons. José Luis Escobar Alas Arzobispo Metropolitano de San Salvador Señor ArzobiSpo viSitA vicAríA SAn JuAn bAutiStA

331 de julio de 2022 Cartas del Obispo − LXXIV − SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS (IV) San Salvador, 31 de julio de 2022

Terminamos la Catequesis anterior con la promesa de continuar en la presente, los efectos que este Sacramento provoca en quienes lo reciben; y así lo haremos, agregando al final unas breves palabras sobre el cuidado que la Iglesia ha tenido por los enfermos. Sobre los efectos tenemos en primer lugar que, produce una gracia de consuelo, paz y ánimo (cf. CIC 1520), todo por acción del Espíritu Santo quien tiene un papel primario en la celebración de este Sacramento. Mons. Romero, nuestro Obispo Santo y Mártir decía en 1978: Unción significa participación de los poderes divinos, de la dignidad divina y por eso solo el Espíritu de Dios puede ungir1. La enfermedad es un momento que produce angustia, tristeza y desaliento, tentaciones que la Unción ayuda a combatir con fortaleza, confianza y fe en Dios (cf. CIC 1520). Es, pues, necesario del todo que, procuremos su administración a nuestros familiares o amistades que, sufren los efectos de la enfermedad. De lo contrario podrían caer en la tentación de renegar del amor de Dios y morir sintiéndose abandonados de todo auxilio humano y divino. Un segundo efecto es la unión a la Pasión de Cristo (cf. CIC 1521). El enfermo se configura con Cristo en su Pasión redentora, dando de esta forma un sentido trascendental al dolor que, antes no era más que un duro padecimiento físico. Mons. Romero explicaba en 1978 el sentido de este dolor: Sepan, queridos enfermos… que ustedes no son seres inútiles, son la parte más valiosa de la humanidad; los que saben que, con su dolor, con su lecho de enfermos, con su incapacidad física, están dándole a los miembros al Cristo Crucificado que salvó al mundo precisamente cuando moría en una cruz2 .

Lo cual como advierte Mons. Romero no es masoquismo ni conformismo ni opio adormecedor: Esa filosofía del sufrir por sufrir… Resucitar es el destino del hombre, pero como pertenecientes a una raza pecadora, que ha ofendido a Dios; necesita para llegar a la resurrección, pasar por el crisol de la cruz y del sufrimiento3 Si Cristo siendo el Hijo de Dios pasó por la Cruz, no debemos evadirla.

1Mons. Oscar A. Romero. Misa Crismal “El Espíritu Santo unge al presbítero y al pueblo de Dios”. Jueves Santo, 23 de marzo de 1978. Su Pensamiento IV, p. 72.

José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador

Un tercer efecto y muy en consonancia con el anterior está la gracia eclesial que los enfermos reciben a través del Sacramento, ya que al unirse libremente a la Pasión del Señor contribuye a la santificación de la Iglesia y al bien de la humanidad que sufre y se ofrece por Cristo, a Dios Padre (cf. CIC 1522). Desafortunadamente, el pensamiento mundano huye del dolor y no es extraño oír, incluso “cristianos”, aprobando la eutanasia o el suicidio asistido como formas de huir de la cruz; o peor, como formas de rechazar la Cruz del Señor. Los otros dos efectos son: Uno el perdón de los pecados si es que el enfermo no pudo recibir el sacramento de la Penitencia; y dos, la sanación corporal si es voluntad de Dios (cf. CIC 1532). Efectos explicados en las anteriores catequesis. Por ahora, quiero hacer mención de la constante preocupación de la Iglesia por el enfermo desde sus orígenes. Fue la Iglesia quien fundó orfanatos, asilos para enfermos y migrantes, hospitales y clínicas; atendidas en un inicio por mujeres y hombres piadosos; más tarde, estuvieron a cargo de diversas Órdenes Religiosas e Institutos de vida Consagrada fundados para tal fin. Cuidado que nuestra Iglesia nunca ha olvidado. Hace 30 años, ese amor por los enfermos, llevó al Papa San Juan Pablo II a instituir la Jornada Mundial del Enfermo con fecha 13 de mayo de 19924. Y durante el mensaje de la Primera Jornada recordó al Pueblo de Dios que la enfermedad debe ser vista como una visita de Dios: A la luz de la muerte y resurrección de Cristo la enfermedad no aparece ya como hecho exclusivamente negativo: más bien, se contempla como una “visita de Dios”, como una ocasión “para provocar amor, para hacer nacer obras de amor al prójimo, para transformar toda la civilización humana en la civilización del amor5 Cada año, su celebración ha tenido lugar en nuestro país precisamente en nuestra hermosa Catedral Metropolitana. Personas enfermas junto a familiares y personal sanitario se apersonan para asistir a la celebración de la Santa Misa. Ahí además de la Eucaristía reciben el Sacramento de la Unción de los enfermos con lo cual son confortados y animados a identificar sus dolores con los de Cristo. El Sacramento de la Unción debe ser aprovechado por el Pueblo de Dios por lo cual los catequistas están obligados a enseñar su significado, valor y forma de celebrarlo animando a los fieles a recibirlo cuando sea necesario.

5Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la I Jornada Mundial del Enfermo, n. 3.

2Mons. Oscar A. Romero. “La Iglesia cuya debilidad se apoya en Cristo”. Décimo Quinto Domingo del Tiempo Ordinario. 5 de febrero de 1978. Su Pensamiento III, p. 187-188. 3Mons. Oscar A. Romero. “La Cruz de la vida”. Vigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario. 3 de septiembre de 1978. Su Pensamiento V, p. 162. 4Y expuso que el objetivo de su institución era: sensibilizar al pueblo de Dios y, por consiguiente, a las varias instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos; ayudar al enfermo a valorar, en el plano humano y sobre todo en el sobrenatural, el sufrimiento; hacer que se comprometan en la pastoral sanitaria de manera especial las diócesis, las comunidades cristianas y las familias religiosas; favorecer el compromiso cada vez más valioso del voluntariado; recordar la importancia de la formación espiritual y moral de los agentes sanitarios; y, por último, hacer que los sacerdotes diocesanos y regulares, así como cuantos viven y trabajan junto a los que sufren, comprendan mejor la importancia de la asistencia religiosa a los enfermos.

Compromisos de Monseñor José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador 18 al 24 de julio de 2022

Pbro. José Manuel Montoña, Parroquia el Calvario De Izquierda a derecha Pbro. José Manuel Montoña, Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador y Pbro. Simeón Reyes Palabras del Arzobispo Principales

ASAMBLEA ORDENACIÓNPRESINODALPRESBITERAL ADMISIÓN A LAS ÓRDENES SAGRADAS Y MINISTERIO DE ACOLITADO REUNIÓN DE CONSEJO PERMANENTE REUNIÓN DE CLERO JOVEN ORDENACIÓN DIACONAL CLAUSURA DE CAMPAÑA PRO OBRAS ARQUIDIOCESANAS El martes 19, a las 9:00 a.m. en el auditorio del Arzobispado tuvimos la reunión del Consejo de Vicarios Foráneos, coordinada por el Padre Octavio Cruz, Vicario Episcopal de Pastoral, el tema principal fue nuestra participación como diócesis en el Sínodo para la sinodalidad. Los días miércoles 20, jueves 21 y viernes 22, en la sede de la Conferencia Episcopal, tuvimos la Asamblea Ordinaria de la Conferencia Episcopal de El Salvador. Al comienzo del año y a mitad del año, nuestra Conferencia Episcopal celebra sus asambleas ordinarias dentro del año. Cada vez desarrollamos una Agenda intensa de actividades, siempre con la finalidad de dar la mejor atención pastoral posible. El sábado 23, por la mañana, me reuní con los sacerdotes de la Vicaría Foránea de San Juan Bautista en Cojutepeque y con los Consejos Parroquiales de la Vicaría Foránea San Juan Bautista. Fue un encuentro muy hermoso; además, de saludarles les invité a que trabajáramos por los jóvenes, animándoles y dándoles el buen ejemplo. Por la tarde de ese mismo día, presidí la Eucaristía y di posesión de la Parroquia San Juan Bautista al nuevo párroco, Padre Simeón Leónidas Reyes García, concelebraron la santa Misa, además del nuevo párroco, Su Excelencia Reverendisima Mons. Luis Morao, Obispo Emérito de Chalatenango, Pbro. Alberto Chávez, Vicario Parroquia de la Iglesia San Juan Bautista, Pbro. Erick Arturo Linares, Pbro. Lucio Reyes, Pbro. Mario Díaz, Pbro. Víctor Leiva, Pbro.

nuevoS párrocoS

4 31 de julio de 2022

Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador presidio las misas de toma deposición de cada uno de los nuevos párrocos, Pbro. Simeón Reyes en la Parroquia San Juan Bautista, el sábado 23 de julio y el Pbro. José Manuel Montoña, Parroquia el Calvario, el día 24 de julio ambas parroquias de Cojutepeque, departamento de Cuscatlán Pbro. Simeón Reyes, Parroquia San Juan Bautista

Enmanuel Ramírez Montoya y el diacono Josué Cruz. Con una gran presencia de feligreses, el templo parroquial se volvió incapaz de recibir tantas personas, muchos participaban en la santa misa desde el atrio del templo. La comunidad parroquial estaba muy feliz de recibir su nuevo párroco. Le felicitamos y le encomendamos a Dios. El domingo 24, presidí en la solemne Eucaristía dominical de las 11:00 a.m. en la Parroquia El Calvario, Cojutepeque, dentro de la que di posesión al nuevo párroco, el Padre José Enmanuel Ramírez Montoya.

Concelebraron conmigo, el nuevo párroco, el Padre Enmanuel Ramírez, el Padre Simeón Leónidas Reyes García, y el Padre Octavio Cruz y el P, Erick Linares. El templo parroquial estaba completamente lleno; y en todas las personas había una expresión de alegría y devoción. Encomendamos al Señor el nuevo párroco.

1. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. R./ Amén 2. PREPARATORIAORACIÓN

4. ORACIÓN FINAL EN PAGINA 12 Dios todopoderoso y lleno de bondad, que nos has dado en san Juan María Vianney un modelo de pastor apasionadamente consagrado a su ministerio, concédenos, por su intercesión, dedicar como él nuestras vidas a ganar para Cristo a nuestros hermanos por medio de la caridad y alcanzar, juntamente con ellos, la gloria eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

531 de julio de 2022

3. SE MEDITAN LOS TEXTOS DE CADA DÍA EN PAGINAS 6 - 11 -12 Novena al Santo Cura de Ars patrono de los Sacerdotes

Día 2: M edit A ción c o M plet A con F i A nz A en d io S o r A ción Largos momentos delante del tabernáculo, una verdadera intimidad con Dios, un abandono total a su voluntad, un rostro transfigurado… son otros tantos elementos que tocaban a aquéllos que lo encontraba y dejaban percibir la profundidad de su vida de oración y de su unión con Dios. Fueron su gran alegría y el ambiente de una verdadera amistad con Dios: “Os amo, Dios mio, y mi solo deseo es de amaros hasta el último suspiro de mi vida”. Una amistad que supone una reciprocidad, como dos pedazos de cera, precisaba el P. Vianney, que una vez fundidos no pueden ya separarse; así es nuestra alma con Dios cuando rezamos…

San Juan María Bautista Vianney, ¡cuanta confianza tenía la gente en tus oraciones! No podías abandonar tu vieja rectoría o tu humilde iglesia sin verte rodeado por almas implorantes, que recurrían a ti al igual que hicieron al mismo Jesús durante su vida terrenal. Y tu, oh buen santo, les dabas esperanza con tus palabras que estaban llenas de amor para Dios. Tu, que siempre confiabas enteramente en el corazón de Dios, obtén para mi una confianza filial y profunda en su Providencia. Así como la esperanza de bienes divinos llena mi corazón, dame valor y ayúdame a obedecer siempre los mandamientos de Dios. Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi durante esta novena y especialmente por todos los sacerdotes que pasan por un momento de dificultad, para que, puesta su confianza en el Señor, den testimonio de la gracia que viene de lo alto. Amen. (Congregación para el Clero, recursos para el Año Sacerdotal) Padre Nuestro, Ave María, Gloria “«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí.” (Jn 14, 1) Día 3: M edit A ción A M or A l pró J i M o o r A ción “No se sabe cuánto ha hecho el santo Cura como obra social” dice uno de sus biógrafos. Viendo en cada uno de sus hermanos presente al Señor, no se dará tregua para socorrerlos, ayudarlos, aliviar los sufrimientos o las heridas, permitir que cada fuera libre y feliz. Orfanato, escuelas, atención a los más pobre y a los enfermos, infatigable constructor,… nada le escapa. Acompaña a las familias y trata de protegerlas de todo lo que puede destruirlas (alcohol, violencia, egoísmo…). En el corazón de su pueblo, tiene en cuenta al hombre en todas sus dimensiones (humana, espiritual, social). San Juan María Bautista Vianney, por causa de tu amor a Dios mostraste una gran caridad hacia tu prójimo. No podías predicar el amor de Dios sin derramar lágrimas de amor. Durante tus últimos años parecía como si no pudieras hablar acerca de otra cosa o vivir para cualquier otra cosa. Así te sacrificaste a ti mismo por tu prójimo mediante el consuelo, la absolución y santificándoles hasta el límite de tus fuerzas. Tu caridad me inspira a un mayor amor a Dios, un amor que se muestra más por los hechos que por las palabras. Ayúdame a amar a mi prójimo con igual generosidad a como Cristo los ama. Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi durante esta novena y especialmente para que los sacerdotes sean inflamados por un amor a Dios y al prójimo que se traduzca cercanía y obras en favor de sus hermanos, sobre todo lo más desfavoricos. Amen. (Congregación para el Clero, recursos para el Año Sacerdotal) Padre Nuestro, Ave María, Gloria “«Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?» El le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas.»” Mt 22, 36-40 intercesión. Ruega por mi durante esta novena y especialmente por todos los sacerdotes, para que su fe ardiente los mantenga en las tribulaciones e ilumine a los que han sido encargados a su cuidado. Amen. Padre Nuestro, Ave María, Gloria Día 4: r ech A zo A l pec A do “Hermanos, aun cuando alguno incurra en alguna falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado” (Ga 6,1).

6 31 de julio de 2022 Día 1: M edit A ción F e A rdiente o r A ción Nacido el 8 de mayo de 1786 en Dardilly, cerca de Lyon, en una familia de agricultores, Juan María Vianney conoce una infancia marcada por el fervor y el amor de sus padres. El contexto de la Revolución francesa ejercerá una fuerte influencia en su juventud: hará su primera confesión a los pies del gran reloj, en el salón de la casa natal, y no en la iglesia del pueblo, y recibirá la absolución por un sacerdote clandestino. Dos años más tarde, hace su primera comunión en un henil, durante una Misa clandestina celebrada por un sacerdote rebelde. A 17 años, decide responder a la llamada de Dios: “Quisiera ganar almas al Buen Dios”, le dirá a su madre, Marie ABéluze.20años empieza a prepararse para el sacerdocio con el abad Balley, Párroco de Ecully. Las dificultades lo harán crecer: pasa rápidamente del desaliento a la esperanza, va en peregrinación a Louvesc, al sepulcro de San Francisco Regis. Ordenado sacerdote en 1815, en un primer tiempo es vicario en Ecully.En el 1818, es enviado a Ars. Allí, despierta la fe de sus parroquianos con sus sermones, pero sobre todo con su oración y su estilo de vida. San Juan María Bautista Vianney tu naciste de una madre profundamente religiosa; de ella recibiste la santa Fe, aprendiendo a amar a Dios y a rezar. Ya a temprana edad se te pudo ver arrodillado delante de una estatua de María. Tu alma fue arrebatada de forma sobrenatural hacia las cosas más Aelevadas.pesar del alto coste, respondiste a tu vocación. Contra muchos obstáculos y contradicciones tuviste que luchar y sufrir para llegar a ser el perfecto cura que fuiste. Pero tu espíritu de profunda fe te sostuvo en todas estas batallas. Oh gran santo, tu conoces el deseo de mi alma. Quisiera servir a Dios mejor. De Él he recibido muchas buenas cosas. Por esto, obtén para mi más valor y especialmente una profunda fe. Muchos de mis pensamientos, palabras y acciones son inútiles para mi santificación y mi salvación porque ese espíritu sobrenatural no impulsa mi vida. Ayúdame a ser mejor en el futuro. Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu (Congregación para el Clero, recursos para el Año Sacerdotal) “Dijeron los apóstoles al Señor; «Auméntanos la fe.» El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: “Arráncate y plántate en el mar”, y os habría obedecido.»” (Lc 17, 5-6)

Llegará el día sin final, en el que diremos “¡qué bien se está aquí!” y permaneceremos en presencia del Transfigurado para siempre, en toda su gloria y esplendor.

Cada 6 de agosto la Iglesia celebra la Transfiguración del Señor, ocurrida en presencia de los apóstoles Juan, Pedro y Santiago. Dos cosas definen el momento: la conversación de Jesús con Moisés y Elías, y la voz de Dios que irrumpe desde una nube diciendo “Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.” (Lc. 9, Mc. 9, Mt. 17). De acuerdo al relato evangélico, la Transfiguración ocurrió en un monte alto y apartado llamado Tabor, que en hebreo quiere decir “el abrazo de Dios”. En referencia al episodio, el Catecismo de la Iglesia Católica (555) señala: “por un instante, Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que para ‘entrar en su gloria’ (Lc 24, 26), es necesario pasar por la Cruz en Jerusalén”. “Moisés y Elías habían visto la gloria de Dios en la Montaña; la Ley y los profetas habían anunciado los sufrimientos del Mesías (cf. Lc 24, 27). La Pasión de Jesús es la voluntad por excelencia del Padre”, añade el Catecismo. San Jerónimo comenta el pasaje con expresiones que subrayan la predilección de Dios Padre por Jesús: “Este es mi Hijo, no Moisés ni Elías. Éstos son mis siervos; aquél, mi Hijo. Éste es mi Hijo: de mi misma naturaleza, de mi misma sustancia, que en Mí permanece y es todo lo que Yo soy. También aquellos otros me son ciertamente amados, pero Éste es mi amadísimo. Por eso escuchadlo”. “Él es el Señor, estos otros, los consiervos. Moisés y Elías hablan de Cristo. Son consiervos vuestros. No honréis a los siervos del mismo modo que al Señor: prestad oídos sólo al Hijo de Dios”, añade el santo. Por su parte, Santo Tomás de Aquino subraya el aspecto trinitario de esta teofanía: “Apareció toda la Trinidad: el Padre en la voz, el Hijo en el hombre, el Espíritu en la nube luminosa”. Finalmente, es importante ponderar la reacción de los testigos directos del milagro. Cuando la Transfiguración acabó, Pedro, quien había dicho “Señor, ¡qué bien se está aquí!”, desciende del monte sin comprender lo que ha pasado. San Agustín, en un sermón, alude al apóstol con unas hermosas palabras que nos recuerdan, como Jesús le recordó a Pedro, que la vida no puede detenerse, que estamos de paso y que la contemplación definitiva de Dios solo es posible en el cielo: “Desciende (tú, Pedro) para penar en la tierra, para servir en la tierra, para ser despreciado y crucificado en la tierra. La Vida desciende para hacerse matar; el Pan desciende para tener hambre; el Camino desciende para fatigarse andando; la Fuente desciende para sentir la sed; y tú, ¿vas a negarte a sufrir?”

Fuente: AciPrensa lA trAnSFigurAción del Señor

731 de julio de 2022

43. La Liturgia da gloria a Dios no porque podamos añadir algo a la belleza de la luz inaccesible en la que Él habita (cfr. 1 Tim 6,16) o a la perfección del canto angélico, que resuena eternamente en las moradas celestiales. La Liturgia da gloria a Dios porque nos permite, aquí en la tierra, ver a Dios en la celebración de los misterios y, al verlo, revivir por su Pascua: nosotros, que estábamos muertos por los pecados, hemos revivido por la gracia con Cristo (cfr. Ef 2,5), somos la gloria de Dios. Ireneo, doctor unitatis, nos lo recuerda: «La gloria de Dios es el hombre vivo, y la vida del hombre consiste en la visión de Dios: si ya la revelación de Dios a través de la creación da vida a todos los seres que viven en la tierra, ¡cuánto más la manifestación del Padre a través del Verbo es causa de vida para los que ven a Dios!».

10 31 de julio de 2022 Carta DesiderioApostólicaDesideravi

42. Esta implicación existencial tiene lugar – en continuidad y coherencia con el método de la Encarnación – por vía sacramental. La Liturgia está hecha de cosas que son exactamente lo contrario de abstracciones espirituales: pan, vino, aceite, agua, perfume, fuego, ceniza, piedra, tela, colores, cuerpo, palabras, sonidos, silencios, gestos, espacio, movimiento, acción, orden, tiempo, luz.

44. Guardini escribe: «Con esto se delinea la primera tarea del trabajo de la formación litúrgica: el hombre ha de volver a ser capaz de símbolos». Esta tarea concierne a todos, ministros ordenados y fieles. La tarea no es fácil, porque el hombre moderno es analfabeto, ya no sabe leer los símbolos, apenas conoce de su existencia. Esto también ocurre con el símbolo de nuestro cuerpo. Es un símbolo porque es la unión íntima del alma y el cuerpo, visibilidad del alma espiritual en el orden de lo corpóreo, y en ello consiste la unicidad humana, la especificidad de la persona irreductible a cualquier otra forma de ser vivo. Nuestra apertura a lo trascendente, a Dios, es constitutiva: no reconocerla nos lleva inevitablemente a un no conocimiento, no sólo de Dios, sino también de nosotros mismos. No hay más que ver la forma paradójica en que se trata al cuerpo, o bien tratado casi obsesivamente en pos del mito de la eterna juventud, o bien reducido a una materialidad a la cual se le niega toda dignidad. El hecho es que no se puede dar valor al cuerpo sólo desde el cuerpo. Todo símbolo es a la vez poderoso y frágil: si no se respeta, si no se trata como lo que es, se rompe, pierde su fuerza, se vuelve insignificante. Ya no tenemos la mirada de San Francisco, que miraba al sol –al que llamaba hermano porque así lo sentía –, lo veía bellu e radiante cum grande splendore y, lleno de asombro, cantaba: de te Altissimu, porta significatione. Haber perdido la capacidad de comprender el valor simbólico del cuerpo y de toda criatura hace que el lenguaje simbólico de la Liturgia sea casi inaccesible para el hombre moderno. No se trata, sin embargo, de renunciar a ese lenguaje: no se puede renunciar a él porque es el que la Santísima Trinidad ha elegido para llegar a nosotros en la carne del Verbo. Se trata más bien de recuperar la capacidad de plantear y comprender los símbolos de la Liturgia. No hay que desesperar, porque en el hombre esta dimensión, como acabo de decir, es constitutiva y, a pesar de los males del materialismo y del espiritualismo – ambos negación de la unidad cuerpo y alma –, está siempre dispuesta a reaparecer, como toda verdad.

45. Entonces, la pregunta que nos hacemos es ¿cómo volver a ser capaces de símbolos? ¿Cómo volver a saber leerlos para vivirlos? Sabemos muy bien que la celebración de los sacramentos es – por la gracia de Dios –eficaz en sí misma (ex opere operato), pero esto no garantiza una plena implicación en pág.

Toda la creación es manifestación del amor de Dios: desde que ese mismo amor se ha manifestado en plenitud en la cruz de Jesús, toda la creación es atraída por Él.

A los Obispos, a los presbíteros y a los diáconos a las personas Consagradas y a todos los Fieles Laicos Sobre la formación Litúrgica del Pueblo de Dios - Cuarta Entrega

Continúa

41. De cuanto hemos dicho sobre la naturaleza de la Liturgia, resulta evidente que el conocimiento del misterio de Cristo, cuestión decisiva para nuestra vida, no consiste en una asimilación mental de una idea, sino en una real implicación existencial con su persona. En este sentido, la Liturgia no tiene que ver con el “conocimiento”, y su finalidad no es primordialmente pedagógica (aunque tiene un gran valor pedagógico: cfr. Sacrosanctum Concilium, n. 33) sino que es la alabanza, la acción de gracias por la Pascua del Hijo, cuya fuerza salvadora llega a nuestra vida. La celebración tiene que ver con la realidad de nuestro ser dóciles a la acción del Espíritu, que actúa en ella, hasta que Cristo se forme en nosotros (cfr. Gál 4,19). La plenitud de nuestra formación es la conformación con Cristo. Repito: no se trata de un proceso mental y abstracto, sino de llegar a ser Él. Esta es la finalidad para la cual se ha dado el Espíritu, cuya acción es siempre y únicamente confeccionar el Cuerpo de Cristo. Es así con el pan eucarístico, es así para todo bautizado llamado a ser, cada vez más, lo que recibió como don en el bautismo, es decir, ser miembro del Cuerpo de Cristo. León Magno escribe: «Nuestra participación en el Cuerpo y la Sangre de Cristo no tiende a otra cosa sino a convertirnos en lo que comemos».

13

Es toda la creación la que es asumida para ser puesta al servicio del encuentro con el Verbo encarnado, crucificado, muerto, resucitado, ascendido al Padre. Así como canta la plegaria sobre el agua para la fuente bautismal, al igual que la del aceite para el sagrado crisma y las palabras de la presentación del pan y el vino, frutos de la tierra y del trabajo del hombre.

Oh Santo Cura de Ars, cuyo único consuelo en este mundo era la presencia real de Jesús en el tabernáculo, ¿acaso no era tu gran felicidad distribuir la comunión a los peregrinos que te visitaban?. Tu negabas la comunión a las almas que se negaban a reformarse, pero a las almas de buena voluntad les abrías de par en par las puertas de la fiesta de la eucaristía. Tu, que cada día en la Santa Misa recibías la Santa Comunión con gran amor, dame algo de tu fervor. Libre de pecado mortal, obtén para mi un sincero deseo de beneficiarme al recibir la Santa Comunión.

2013Padre

Oh Santo Cura de Ars, los infames ataques del demonio que tuviste que sufrir y las pruebas que te desalentaban hasta la fatiga no te hicieron abandonar la sublime tarea de convertir las almas. Durante muchos años el demonio vino a interrumpir tu corto descanso pero tu ganaste gracias a la mortificación y las oraciones.

Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi y por todos los sacerdotes, para que misericordiados por el Padre, también sean celosos ministros de la misericordia. Amen.

(Congregación para el Clero, recursos para el Año Sacerdotal) Cardenal Mauro Piacenza, Prefecto de la Congregación para el clero Carta en ocasión de la Jornada mundial de oración por la santificación de los sacerdotes del Nuestro, Ave María, Gloria Padre Nuestro, Ave María, Gloria “Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»” (Jn 20, 21-23).

Oh Santo Cura de Ars, tu sabías cuan importante era una buena confesión para la vida cristiana. Para procurar felices frutos a millones de almas era por lo que tu aceptabas estar en un incómodo confesionario, que era como una prisión, hasta 15 y 16 horas en ciertos días. Ayúdame a desarrollar el hábito de la confesión frecuente, a prepararme adecuadamente cada vez y a tener siempre arrepentimiento de mis pecados, para que así la gracia de la final perseverancia y también la santificación de mi alma sean aseguradas. Pide por mi este gracia.

“Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. 19.Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad. 20.No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, 21.para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.” Jn 17, 18-21 “Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, y le dice: «Todo esto te daré si postrándote me adoras.» Dícele entonces Jesús: «Apártate, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto.» Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían.” (Jn 4, 9-11) o r A ción De los Sermones del Santo Cura de Ars

Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi y por todos los sacerdotes, para que celebrando santamente el misterio pascual, repartan el pan de vida a sus hermanos, fuente de toda santidad Amen.

1131 de julio de 2022 M edit A ción o r A ción Su preocupación por la salvación de los hombres. Es quizás lo que mejor resume lo que fue la presencia del Santo Cura durante sus 41 años de permanencia en Ars. Preocupado por su propia salvación y la de los demás, y muy especialmente la de aquéllos que venían a él o que tenía a su cargo. En cuanto párroco, “Dios me pedirá cuentas”, decía. Que cada uno pueda gustar la alegría de conocer a Dios y de amarlo, y de saber que Él lo ama… en eso trabaja sin descanso el P. Vianney. San Juan María Bautista Vianney, tu fuiste tan inflexible contra el pecado, y sin embargo, tan amable y dispuesto a acoger al pecador. Sacerdote del Señor, infatigable confesor, obtén para mi el rechazo al pecado. Tu quisiste sobre todo que evitáramos la ocasión de pecar. Ayúdame hoy a examinar mi conciencia. Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi y por todos los sacerdotes para día a día, con la ayuda de Dios, evitemos toda ocasión de pecado y abandonémos todos los hábitos y vicios que nos apartan de Él y de nuestros hermanos. Amen. (Congregación para el Clero, recursos para el Año Sacerdotal) Padre Nuestro, Ave María, Gloria Día 5: Día 6: Día 7: M edit A ción M edit A ción M edit A ción c on F e S or de A l MAS p re S enci A r e A l A huyent A dor del d e M onio o r A ción o r A ción Mártir del confesionario. A partir de 1830 miles de personas vendrán a Ars para confesarse con él, más de 100 000 el último año de su vida… hasta 17 horas por día permanecía clavado a su confesionario para reconciliar a los hombres con Dios y entre ellos, el Cura de Ars es un verdadero mártir del confesionario, subrayaba Juan Pablo II. Subyugado por el amor de Dios, maravillado ante de la vocación del hombre, consideraba una locura el querer ser separado de Dios. Quería que cada uno fue libre para poder gustar el amor de Dios. «Está ahí», exclamaba el Santo Cura mirando al tabernáculo. Hombre de la Eucaristía, celebrada y adorada; “no hay nada de más grande que el Eucaristía” decía. Lo que quizás más lo tocaba era constatar que su Dios estaba presente en el tabernáculo, para nosostros: “¡Nos espera! .” La conciencia de la presencia real de Dios en el Santísimo Sacramento fue quizás una de sus más grandes gracias y una de sus más grandes alegrías. Ofrecer Dios a los hombres y los hombres a Dios, el sacrificio eucarístico se convirtió muy pronto para él en el corazón de su jornada y de su pastoral. “No hemos de forjarnos la ilusión de que vamos a quedar libres de tentaciones que, de una u otra manera, nos atormentan mientras vivamos; por consiguiente es preciso combatir hasta la muerte. Apenas nos sintamos tentados, hemos de recurrir pronto a Dios, y no cesar de pedir su auxilio mientras dure la tentación, puesto que, si el mientras persevera en tentarnos, es siempre con la esperanza de hacernos sucumbir. En tercer lugar, hemos de huir de todo cuanto sea capaz de movernos a tentación, a lo menos en cuanto nos sea posible, y además no perder nunca de vista el hecho de que los ángeles malos fueron tentados una sola vez v de aquella tentación vino su caída en el infierno. Es necesario tener mucha humildad, sin confiar Jamás en que, con solas nuestras fuerzas, podamos escaparnos de sucumbir, sino que únicamente ayudados por la gracia divina estaremos exentos de caer. Dichoso el que a la hora de la muerte podrá decir como San Pablo: «He combatido mucho, pero, con la gracia de Dios, he vencido; por esto espero alcanzar la corona de gloria que el Señor otorga al que le ha sido fiel hasta la muerte» (2. Tim., 4.).”

ORACIÓN POR LOS SACERDOTES DE SAN JUAN MARÍA VIANNEY Omnipotente y eterno Dios, mira el rostro de tu Divino Hijo y por amor a Él, ten piedad de tus sacerdotes. Recuerda que no son sino débiles y frágiles criaturas, mantén vivo en ellos el fuego de tu amor y guárdalos para que el enemigo no prevalezca contra ellos y en ningún momento se hagan indignos de su santa vocación. Te ruego por tus sacerdotes fieles y fervorosos, por los que trabajan cerca o en lejanas misiones y por los que te han abandonado. ¡Oh Jesús! te ruego por tus sacerdotes jóvenes y ancianos, por los que están enfermos o agonizantes y por las almas de los que estén en el purgatorio.

Haz que, como El, podamos aprender delante de tu Eucaristía cuánto sea simple y cuotidiana tu Palabra que nos instruye; cuánto sea tierno el amor con el que acoges a los pecadores arrepentidos y cuánto sea consolador abandonarse confidencialmente a tu Madre Inmaculada.

¡Oh Jesús! te ruego por el sacerdote que me bautizó, por los sacerdotes que perdonan mis pecados, por aquellos a cuyas misas he asistido y asisto, por los que me instruyeron y aconsejaron, por todos para los que tengo algún motivo de gratitud. ¡Oh Jesús! guárdalos a todos en tu Corazón, concédeles abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad Amen. Sagrado Corazón de Jesús, bendice a tus sacerdotes Sagrado Corazón de Jesús, santifica a tus sacerdotes Sagrado Corazón de Jesús, reina por tus sacerdotes. María, madre de los sacerdotes, ruega por ellos. Danos Señor vocaciones sacerdotales y religiosas. Jesús, desde la cruz, dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre.” Y desde aquel momento el discípulo recibió a María en su casa (Jn 19,27)

Día 9: M edit A ción d e S eo del c ielo “Sí hijos, la felicidad del Cielo es incomprensible, es aquello con lo que Dios desea premiarnos. Dios, que es admirable en todas sus obras, lo será también cuando recompense al buen cristiano, cuya mayor felicidad consiste en obtener el Cielo. Tal posesión contiene toda bondad y excluye todo mal, el pecado está completamente lejos del Cielo, y todo dolor, toda miseria que son realidad su consecuencia, quedán allí desterrados. ¡No más muerte! La felicidad celestial, hijos míos, es fácil de adquirir. ¡El Buen Dios nos ha provisto de tantos medios para hacerlo!...Estas cosas están en las manos de Dios, y hay asistencia para alcanzar el Cielo, podemos recurrir a los Sacramentos, una fuente de toda bindad que nunca falla, una fuente de gracia provista por Dios mismo.” (De los Sermones del Santo Cura de Ars) “Te enseñaré el camino del Cielo” había contestado al pastorcillo que le mostró el camino de Ars, es decir, te ayudaré a convertirte en un santo. “Allí donde los santos pasan, Dios pasa con ellos”, precisará él más tarde. Por último, invita cada uno a dejarse santificar en este mundo por Dios, a tomar los medios para esta unión con Dios aquí en la tierra, y por la eternidad.

ORACIÓN PARA PEDIR POR EL MINISTERIO SACERDOTAL (PARA LOS SACERDOTES, A PARTIR DE LA ORACIÓN DEL AÑO SACERDOTAL CONVOCADO POR EL PAPA EMERITO BENEDICTO XVI)

Pero esta gloria terrena es sólo una pálida imagen de la gloria indescriptible que estas disfrutando con Dios. Durante el tiempo que permaneciste en la tierra solías repetir en tus horas de abatimiento: “ya descansaré en la otra vida”. Ahora ya esta hecho: ya estás en la paz y felicidad eternas. Deseo seguirte algún día. Pero hasta entonces te oigo diciéndome: “debes trabajar y luchar mientras estés en el mundo”. Enséñame entonces a trabajar por la salvación de mi alma, a difundir la buena nueva, el buen ejemplo y a hacer el bien a los que me rodean y así poder recibir la felicidad de los elegidos contigo. Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi y por todos los sacerdotes, para que deseando gozar del Cielo, vivan llevando la Buena Nueva de justicia y paz a sus hermanos. Amén.

De los Sermones del Santo Cura de Ars (Congregación para el Clero, recursos para el Año Sacerdotal) Padre Nuestro, Ave María, Gloria Padre Nuestro, Ave María, Gloria Padre Nuestro, Ave María, Gloria Día 8: M edit A ción p urez A e xqui S it A “La pureza viene del Cielo; hay que pedírsela a Dios. Si la pedimos, la obtendremos. ¡No hay nada más bello que un alma pura! Si lo entendiésemos, no podríamos perder la pureza. El alma pura está desprendida de la materia, de las cosas de la tierra y de ella misma. Hijos, no podemos comprender el poder que un alma limpia tiene sobre el Buen Dios: ella obtiene de Él todo lo que quiere. Un alma pura está junto a Dios como un niño junto a su madre: la acaricia, la abraza, y su madre le devuelve sus caricias y sus abrazos. Para conservar la pureza hay tres cosas: la presencia de Dios, la oración y los sacramentos.”

12 31 de julio de 2022 o r A ción o r A ción Poderoso protector, tu conoces bien el deseo del tentador por dañar mi alma bautizada y creyente. Él quisiera verme pecar rechazando los Santos Sacramentos y la vida de virtud. Buen santo de Ars ahuyenta de mi toda traza del enemigo. Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi y por todos los sacerdotes, para que frente a las tentaciones y trampas del enemigo, sea su amor a Dios su fortaleza. Amen.

“Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.” (Mt 5, 8)

Señor Jesús: Tu has querido dar a la Iglesia, en San Juan María Vianney, una imagen viviente y una personificación de tu caridad pastoral, haz que en su compañía y ayudados por su ejemplo vivamos plenamente nuestro ministerio sacerdotal.

Haz, Señor, que, por intercesión del Santo Cura de Ars, las familias cristianas lleguen a ser “pequeñas Iglesias” en las que todas las vocaciones y los carismas, infundidos por el Espíritu Santo, puedan ser acogidos y valorizados. Concédenos, Señor, poder repetir, con el mismo ardor del Santo Cura, las palabras que el mismo solía dirigirte: “Te amo, mi Dios, y mi solo deseo es amarte hasta el último respiro de mi vida. Te amo, oh Dios infinitamente amable, y prefiero morir amándote antes que vivir un solo instante si amarte. Te amo, Señor, y la única gracia que te pido es aquella de amarte eternamente. Dios mío, si mi lengua no pudiera decir que te amo en cada instante, quiero que mi corazón te lo repita tantas veces cuanto respiro. Te amo, oh mi Dios Salvador, porque has sido crucificado por mi, y me tienes acá crucificado por Ti. Dios mío, dame la gracia de morir amándote y sabiendo que te amo”. Amen.

Oh Santo Cura de Ars, de ti un testigo de tu vida dijo esta frase: “Le hubiéramos tomado por un ángel en un cuerpo mortal”. Tu edificaste a tantos otros: la modestia y la exquisita pureza radiaban de tu cuerpo. Con ese encanto y con ese entusiasmo predicaste a otros acerca de esas bellas virtudes que tu decías se asemejaban al perfume de un viñedo en flor. Por favor yo te imploro que unas tus súplicas a las de María Inmaculada y los santos para que siempre guarde, tal y como Dios me pide, la pureza de mi corazón. Tu, que has dirigido a tantas almas hacia las alturas de la virtud, defiéndeme en las tentaciones y obtén para mí la fortaleza para conquistarlas. Santo Cura de Ars, tengo confianza en tu intercesión. Ruega por mi y por todos los sacerdotes del mundo para que guardado su corazón de las placeres temporales, dirigan toda su vida a los bienes eternos. Amén. Oh Santo Cura de Ars, tus restos preciosos están guardados en un magnífico relicario, donación de los sacerdotes de Francia.

Pbro. Simeón Reyes Editor Pbro. Carlos Chavarría Colaborador Pbro. Edwin Henríquez Director de las personas sin un modo adecuado de situarse frente al lenguaje de la celebración. La lectura simbólica no es una cuestión de conocimiento mental, de adquisición de conceptos, sino una experiencia vital.

48. Un modo para custodiar y para crecer en la comprensión vital de los símbolos de la Liturgia es, ciertamente, cuidar el arte de celebrar. Esta expresión también es objeto de diferentes interpretaciones. Se entiende más claramente teniendo en cuenta el sentido teológico de la Liturgia descrito en el número 7 de Sacrosanctum Concilium, al cual nos hemos referido varias veces. El ars celebrandi no puede reducirse a la mera observancia de un aparato de rúbricas, ni tampoco puede pensarse en una fantasiosa – a veces salvaje – creatividad sin reglas. El rito es en sí mismo una norma, y la norma nunca es un fin en sí misma, sino que siempre está al servicio de la realidad superior que quiere custodiar. 49. Como cualquier arte, requiere diferentes conocimientos. En primer lugar, la comprensión del dinamismo que describe la Liturgia. El momento de la acción celebrativa es el lugar donde, a través del memorial, se hace presente el misterio pascual para que los bautizados, en virtud de su participación, puedan experimentarlo en su vida: sin esta comprensión, se cae fácilmente en el “exteriorismo” (más o menos refinado) y en el rubricismo (más o menos rígido). Es necesario, pues, conocer cómo actúa el Espíritu Santo en cada celebración: el arte de celebrar debe estar en sintonía con la acción del Espíritu. Sólo así se librará de los subjetivismos, que son el resultado de la prevalencia de las sensibilidades individuales, y de los culturalismos, que son incorporaciones sin criterio de elementos culturales, que nada tienen que ver con un correcto proceso de inculturación. Por último, es necesario conocer la dinámica del lenguaje simbólico, su peculiaridad, su eficacia.

Continuación de Pag. 10

46. Ante todo, debemos recuperar la confianza en la creación. Con esto quiero decir que las cosas – con las cuales “se hacen” los sacramentos – vienen de Dios, están orientadas a Él y han sido asumidas por Él, especialmente con la encarnación, para que pudieran convertirse en instrumentos de salvación, vehículos del Espíritu, canales de gracia. Aquí se advierte la distancia, tanto de la visión materialista, como espiritualista. Si las cosas creadas son parte irrenunciable de la acción sacramental que lleva a cabo nuestra salvación, debemos situarnos ante ellas con una mirada nueva, no superficial, respetuosa, agradecida. Desde el principio, contienen la semilla de la gracia santificante de los sacramentos. 47. Otra cuestión decisiva – reflexionando de nuevo sobre cómo nos forma la Liturgia – es la educación necesaria para adquirir la actitud interior, que nos permita situar y comprender los símbolos litúrgicos. Lo expreso de forma sencilla. Pienso en los padres y, más aún, en los abuelos, pero también en nuestros párrocos y catequistas. Muchos de nosotros aprendimos de ellos el poder de los gestos litúrgicos, como la señal de la cruz, el arrodillarse o las fórmulas de nuestra fe. Quizás puede que no tengamos un vivo recuerdo de ello, pero podemos imaginar fácilmente el gesto de una mano más grande que toma la pequeña mano de un niño y acompañándola lentamente mientras traza, por primera vez, la señal de nuestra salvación. El movimiento va acompañado de las palabras, también lentas, como para apropiarse de cada instante de ese gesto, de todo el cuerpo: «En el nombre del Padre... y del Hijo... y del Espíritu Santo... Amén». Para después soltar la mano del niño y, dispuesto a acudir en su ayuda, ver cómo repite él solo ese gesto ya entregado, como si fuera un hábito que crecerá con él, vistiéndolo de la manera que sólo el Espíritu conoce. A partir de ese momento, ese gesto, su fuerza simbólica, nos pertenece o, mejor dicho, pertenecemos a ese gesto, nos da forma, somos formados por él. No es necesario hablar demasiado, no es necesario haber entendido todo sobre ese gesto: es necesario ser pequeño, tanto al entregarlo, como al recibirlo. El resto es obra del Espíritu. Así hemos sido iniciados en el lenguaje simbólico. No podemos permitir que nos roben esta riqueza. A medida que crecemos, podemos tener más medios para comprender, pero siempre con la condición de seguir siendo pequeños. Ars celebrandi

Daniel González Diseño y Corrección

1331 de julio de 2022 DIRECTORIO

50. De estas breves observaciones se desprende que el arte de celebrar no se puede improvisar. Como cualquier arte, requiere una aplicación asidua. Un artesano sólo necesita la técnica; un artista, además de los conocimientos técnicos, no puede carecer de inspiración, que es una forma positiva de posesión: el verdadero artista no posee un arte, ni es poseído por él. Uno no aprende el arte de celebrar porque asista a un curso de oratoria o de técnicas de comunicación persuasiva (no juzgo las intenciones, veo los efectos). Toda herramienta puede ser útil, pero siempre debe estar sujeta a la naturaleza de la Liturgia y a la acción del Espíritu. Es necesaria una dedicación diligente a la celebración, dejando que la propia celebración nos transmita su arte. Guardini escribe: «Debemos darnos cuenta de lo profundamente arraigados que estamos todavía en el individualismo y el subjetivismo, de lo poco acostumbrados que estamos a la llamada de las cosas grandes y de lo pequeña que es la medida de nuestra vida religiosa. Hay que despertar el sentido de la grandeza de la oración, la voluntad de implicar también nuestra existencia en ella. Pero el camino hacia estas metas es la disciplina, la renuncia a un sentimentalismo blando; un trabajo serio, realizado en obediencia a la Iglesia, en relación con nuestro ser y nuestro comportamiento religioso». Así es como se aprende el arte de la celebración.

14 31 de julio de 2022

Francisco compartió su esperanza de que “se encuentren caminos concretos para conocerlos y valorarlos, aprendiendo a caminar todos juntos”. Por su parte, reconoció que seguirá animando el compromiso de todos los católicos respecto de los pueblos indígenas, como lo ha hecho en varias ocasiones, en varios lugares, a través de encuentros, llamamientos y también por medio de una exhortación apostólica (ndr: Querida Amazonía).

El Papa reveló que esta peregrinación se extiende durante algunos días y lo llevará a lugares distintos entre sí: “Sin embargo, no me permitirá responder a muchas invitaciones y visitar centros como Kamloops, Winnipeg, varios lugares en Saskatchewan, en Yukón y en los Territorios del Noroeste. Aunque eso no sea posible, sepan que están todos en mi recuerdo y en mi “Sepanoración”.que conozco el sufrimiento, los traumas y los desafíos de los pueblos indígenas en todas las regiones de este país. Las palabras que pronunciaré a lo largo de este camino penitencial están dirigidas a todas las comunidades y a los indígenas, que abrazo de corazón”, les dijo. La memoria y el silencio Hacia el final de su alocución, el Obispo de Roma retomó el elemento principal de la primera etapa de su viaje, “un espacio a la memoria”: “Hoy estoy aquí para recordar el pasado, para llorar con ustedes, para mirar la tierra en silencio, para rezar junto a las “Dejemostumbas”. que el silencio nos ayude a todos a interiorizar el dolor. Silencio y oración”, Esagregó.necesaria la gracia de Dios para sanar y reconciliar “No bastan nuestros esfuerzos para sanar y reconciliar, es necesaria su gracia, es necesaria la sabiduría afable y fuerte del Espíritu, la ternura del Consolador. Que Él colme las esperanzas de los corazones. Que Él nos tome de la mano. Que Él nos haga caminar juntos”, concluyó Francisco.

“Sé que todo esto requiere tiempo y paciencia, se trata de procesos que tienen que entrar en los corazones, y mi presencia aquí y el compromiso de los obispos canadienses son testimonio de la voluntad de avanzar en este camino.”

“También soy consciente de que «mirando hacia el pasado nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado» y «mirando hacia el futuro nunca será poco todo lo que se haga para generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones no sólo no se repitan, sino que no encuentren espacios» (Carta al Pueblo de Dios, 20 agosto 2018)”

Políticas de asimilación y desvinculación fueron nefastas “Es necesario recordar cómo las políticas de asimilación y desvinculación, que también incluían el sistema de las escuelas residenciales, fueron nefastas para la gente de estas tierras”, declaró el Papa.

“Hoy estoy aquí, en esta tierra que, junto a una memoria antigua, custodia las cicatrices de heridas todavía abiertas. Me encuentro entre ustedes porque el primer paso de esta peregrinación penitencial es el de renovar mi pedido de perdón y decirles, de todo corazón, que estoy profundamente dolido: pido perdón por la manera en la que, lamentablemente, muchos cristianos adoptaron la mentalidad colonialista de las potencias que oprimieron a los pueblos indígenas”, manifestó. “Estoy dolido”, reiteró, y pidió perdón, “en particular, por el modo en el que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada de los gobiernos de la época, que finalizaron en el sistema de las escuelas residenciales”.

Las disculpas, un punto de partida Ante lo que muchos de los indígenas afirmaron (“que las disculpas no son un punto de llegada”), Francisco admitió que concuerda plenamente: “Constituyen sólo el primer paso, el punto de partida”.

Francisco renueva el pedido de perdón El Santo Padre agradeció a los indígenas “por haber expresado el peso que llevaban dentro, por haber compartido conmigo esta memoria sangrante”.

Francisco reafirmó que “una parte importante de este proceso es hacer una seria búsqueda de la verdad acerca del pasado y ayudar a los supervivientes de las escuelas residenciales a realizar procesos de sanación de los traumas sufridos”.

“Cuando los colonos europeos llegaron aquí por primera vez, hubo una gran oportunidad de desarrollar un encuentro fecundo entre las culturas, las tradiciones y la espiritualidad. Pero en gran parte esto no sucedió”, añadió. “Y me vuelve a la mente lo que ustedes me contaron, de cómo las políticas de asimilación terminaron por marginar sistemáticamente a los pueblos indígenas; de cómo, también por medio del sistema de escuelasresidenciales, sus lenguas y culturas físicossufrieroncómosuprimidas;denigradasfueronydelosniñosabusosyverbales, ypsicológicosespirituales; de cómo se los llevaron de sus casas cuando eran chiquitos y de cómo esto marcó de manera indeleble la relación entre padres e hijos, entre abuelos y nietos”, subrayó.

1531 de julio de 2022

“Rezo y espero que los cristianos y la sociedad de esta tierra crezcan en la capacidad de acoger y respetar la identidad y la experiencia de los pueblos indígenas”, expresó el Pontífice.

16 31 de julio de 2022 S op A de l etr AS Encuentra estas palabras • Tiempo • Jesús • Multitud • Maestro • Hermano • Herencia • Avaricia • Parábola • Almacén • Insensato • Riqueza • Francisco • Apostólico Santo Evangelio según San Lucas 12, 13-21 del Domingo XVIII del Tiempo Ordinario En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”. Pero Jesús le contestó: “Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de Yherencias?”dirigiéndose a la multitud, dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”. Después les propuso esta parábola: “Un hombre rico obtuvo una gran cosecha y se puso a pensar: ‘¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida’. Pero Dios le dijo: ‘¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?’ Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios”.

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.