S • E • M • A • N • A • R • I • O Año LXIII Nº 5895
ÓRGANO OFICIOSO DEL ARZOBISPADO DE SAN SALVADOR. 7 de febrero de 2016
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Reunión del clero arquidiocesano
Este martes 2 de febrero, en la Parroquia La Resurrección el señor Arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar, presidió la primera reunión del clero de la Arquidiócesis de este año, en la cual se dieron a conocer actualizaciones de procesos importantes para la vida pastoral de las parroquias
Miércoles de Ceniza Inicio de la Cuaresma – 10 de febrero – Es tiempo de conversión y de renovación profunda... es una progresión, no un paréntesis en la vida.
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frases del papa
IGLESIA LOCAL
Francisco “Quienes se dejan salvar por Jesús son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. La Iglesia necesita imperiosamente el pulmón de la oración.”
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“El amor del Señor no se ha acabado, no se ha agotado su ternura. Donde está Dios, hay esperanza; y donde hay esperanza, las personas encuentran su dignidad. Hagamos la revolución de la ternura.”
Palabras del Arzobispo
REUNIÓN ORDINARIA DE LA CEDES. REUNIÓN CON COMISIÓN EPISCOPAL DE EDUCACIÓN Y CULTURA. AUDIENCIAS VARIAS. ORDENACIÓN SACERDOTAL. TOMA DE POSESIÓN EN PARROQUIA SAN MARCOS EVANGELISTA – 305 –
“Fijemos la mirada en Jesús. A veces se habla más de la Iglesia que de Jesucristo, más del Papa que de la Palabra de Dios. ¡Jesús es el Señor!”
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“No puede haber auténtica evangelización sin la proclamación explícita de que Jesús es el Señor”
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“La primera forma de indiferencia en la sociedad humana es la indiferencia ante Dios, de la cual brota también la indiferencia ante el prójimo y ante lo creado. Esto es uno de los graves efectos de un falso humanismo y del materialismo práctico, combinados con un pensamiento relativista y nihilista.”
Comenzamos la semana con la Reunión Ordinaria de la Conferencia Episcopal. Los Obispos de la Provincia Eclesiástica nos reunimos dos veces al año, en los meses de enero y julio, por tres días seguidos, por lo que esta vez los días 25, 26 y 27 de enero se desarrolló nuestra primera Reunión Ordinaria. Es siempre motivo de inmensa satisfacción el reunirnos como verdaderos hermanos, todos los Obispos del país, puesto que el ambiente es de mucha fraternidad. Pero al mismo tiempo cada reunión es de inmenso beneficio para la pastoral de nuestra Provincia Eclesiástica, pues todos los puntos que tratamos tienen ese objetivo, favorecer la atención pastoral de nuestra nación. El jueves 28, en la sede de la Conferencia Episcopal, a partir de las 10:00 a.m., tuvimos la primera reunión del presente año de la Comisión Episcopal de Educación y Cultura, con la asistencia de los representantes de cada diócesis. Uno de los miembros de dicha comisión es Mons. William Iraheta, quien ha sido nombrado Obispo de Santiago de María. Pero hoy la Conferencia Episcopal lo nombró Vicepresidente de la Comisión Episcopal de Educación y Cultura. Por tanto, nos hemos sentido muy felices, porque un miembro de la Comisión sea ahora Obispo y además Vicepresidente de la misma. La Comisión Episcopal de Educación y Cultura está compuesta por dos Obispos y por un representante de cada diócesis del país. Dicha Comisión vela por la educación católica, su
trabajo es de mucha importancia para la buena educación de nuestros jóvenes y niños. El viernes 29, a partir de las 9:00 a.m. atendí el despacho arzobispal para poner al día la correspondencia y atender las personas que habían expresado su deseo de reunirse con este servidor. Siempre es un gran gusto recibirles. A las 10:00 a.m. del sábado 30, conferí la Ordenación Sacerdotal al Diácono Roberto Alexander Henríquez Alfaro. Dentro la solemne la Eucaristía que tuvo lugar en la parroquia del Buen Pastor de San Ramón, Mejicanos. Fue una celebración muy hermosa. Concelebraron la santa Misa, además del párroco, el Padre Carlos Manuel Peraza, un buen número de sacerdotes. Asistió un gran número de hermanas religiosas y gran cantidad de fieles. El ambiente era de mucha alegría y a la vez de gran fe y devoción. El domingo 31 de enero, a las 6:30 a.m. presidí la santa Misa dominical en la Parroquia San Marcos Evangelista, y di posesión de la misma al nuevo párroco, Rvdo. Padre Jhon Fredy Caro Pérez. Concelebraron conmigo el nuevo párroco y el Padre Vinicio Orizabal. Tuvimos una hermosa asistencia de gran cantidad de fieles. Se le recibió al nuevo párroco con mucha alegría. Quiero pedir a todos que oremos por las vocaciones para que Dios les asista y provea así, de nuevos y fieles trabajadores por el Reino. † Mons. José Luis Escobar Alas Arzobispo Metropolitano de San Salvador
Últimos espacios
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Toma de posesión de nuevo párroco en San Marcos Evangelista
Oración para pedir favores por la intercesión de MONSEÑOR ROMERO Oh Dios Padre Misericordioso: que por mediación de Jesucristo y la intercesión de la Virgen María, Reina de la Paz; y la acción del Espíritu Santo concediste al Beato Oscar Romero la gracia de ser un Pastor ejemplar al servicio de la Iglesia; y en ella preferencialmente a los pobres y los necesitados. Haz Señor, que yo sepa también vivir conforme al Evangelio de tu Hijo y dígnate glorificar a tu Beato Oscar Romero y concédeme, por su intercesión, el favor que te pido… Así sea.
Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo Metropolitano de San Salvador (al centro), es acompañado por los Pbros. Fredy Caro (a su derecha) y Vinicio Orizabal, durante la toma de posesión
A la Santa Misa, presidida por el Excelentísimo señor Arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas, y concelebrada por los Pbros. Vinicio Orizabal, Vicario de la parroquia de San Rafael Arnáiz, y Jhon Fredy Caro, asistió gran cantidad de fieles de la parroquia, a quienes Monseñor Escobar felicitó por tener buenos sacerdotes y gran fe. Su Excelencia Reverendísima durante su homilía hizo un llamado a los padres para que sean ejemplo para sus hijos, ya que la familia es el lugar donde se recibe la primera enseñanza. Al terminar la Santa Misa, el padre Caro se dirigió a la feligresía: “les digo lo que les dije el domingo 10 de enero cuando llegué por primera
vez a esta parroquia: que soy yo el que les da la bienvenida, la bienvenida a mi corazón de pastor, a mi corazón sacerdotal, soy yo el que abre las puertas del corazón para que toda la parroquia pueda entrar en los pensamientos, sentimientos, proyectos y sueños que tiene un párroco para con su parroquia. ¡Bienvenidos! Bienvenidos además, porque ustedes son la nueva familia que Dios me da, mi familia espiritual, y por ello me siento feliz”. Agradeció también a Monseñor Escobar por confiarle una vez más una de las parroquias de la Arquidiócesis de San Salvador y prometió, nuevamente, dedicarse por completo a la misión asignada. El padre Jhon Caro sucede como párroco al padre William Ernesto Iraheta Rivera, quien ha sido nombrado Obispo de la Diócesis de Santiago de María. Este nombramiento fue anunciado por el representante de la Santa Sede en El Salvador, Monseñor Léon Kalenga.
(Si recibe el favor solicitado, repórtelo por escrito a la Oficina de Canonización de Monseñor Romero en el Arzobispado de San Salvador)
STER
ORACIÓN DE
El último día del primer mes del año, día de San Juan Bosco, en la parroquia de San Marcos Evangelista, se realizó la ceremonia de toma de posesión del nuevo párroco: padre Jhon Fredy Caro.
E
para tiempos de violencia
Oh Dios, que dominas todo, oye el clamor de los desesperados: Líbranos del poder de los malvados y líbrame a mí del miedo. Amén. (Ester 14,19)
Texto de Oscar Alexander Flores Vásquez
El padre Caro participa de su primera Eucaristía como párroco en San Marcos Evangelista, junto al señor Arzobispo
DIRECTORIO
Roger Herrera EDITOR EN JEFE
Efraín Caravantes DISEÑO GRÁFICO
Dios Padre nuestro, que, con admirable providencia gobiernas el mundo, atiende nuestros ruegos por la Patria, para que la sabiduría de sus autoridades y la honestidad de sus ciudadanos robustezcan la concordia y la justicia, y podamos vivir en paz y progreso constante. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Roger Herrera DISEÑO DE PORTADA
VOZ DEL PAPA
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“¡Ninguna condición humana puede constituir un motivo de exclusión!”
El principal mensaje del papa Francisco durante el Ángelus del 31 de enero fue que ninguna condición humana debe ser excluida. “(...) desde el corazón de Padre. El único privilegio a los ojos de Dios es el de no tener privilegios, de no tener padrinos, de estar en sus manos”, dijo el Papa. El Papa reflexionó sobre un episodio del Evangelio en el que Jesús se presenta en una sinagoga de Nazaret como el Mesías. Sin embargo, como no hace inmediatamente un milagro, sus vecinos lo quieren linchar. “Es la tentación de considerar la religión como una inversión humana y, por ello, ‘contratar’ con Dios buscando el propio interés. Sin embargo, la religión verdadera consiste en acoger la revelación de un Dios padre que cuida de todas sus criaturas”. (Cf. Romereports.com 1 feb. 2016)
El signo concreto de haber encontrado a Jesús es la alegría de comunicarlo
La misericordia que recibimos del Padre no es un consuelo privado, sino que nos hace instrumentos para que también otros puedan recibir el mismo don, dijo el papa Francisco en la primera Audiencia jubilar del Año de la Misericordia. “La Iglesia vive una vida auténtica, cuando profesa y proclama la misericordia y cuando acerca a los hombres a las fuentes de la misericordia”, dijo. Recordando las palabras de San Juan Pablo II en la Encíclica Dives in misericordia, el Papa Francisco indicó: “Queridos hermanos y hermanas, estamos entrando día tras día en lo principal del Año Santo de la Misericordia. Quisiera indicarles hoy la estrecha relación que existe entre la misericordia y la misión. Los cristianos tenemos la responsabilidad de ser misioneros del Evangelio. La alegría que suscita el encuentro con Jesús nos anima a anunciarlo”. Es así que “cuando recibimos una bella noticia o vivimos una experiencia bella, es natural”, dijo el Papa hablando en italiano, sentir “la exigencia de compartirla con los demás”, porque “no podemos contener la alegría que nos fue donada y queremos extenderla”, manifestó Su Santidad. (Cf. News.va 30 feb. 2016)
Papa Francisco en Casa Santa Marta
No es posible ser humilde sin humillaciones
El papa Francisco señaló, el 1 de febrero, en su homilía en Casa Santa Marta que para ser Santo es necesario ser humilde y que para ser humilde es necesario reconocer los errores y las humillaciones. Recordó el ejemplo del rey David que reconoció su pecado ante el profeta Natán. Aunque el ejemplo de humillación mayor, explicó el Papa, es la de Cristo, quien dejó que lo crucificaran y lo humillaran por amor. “Pidamos al Señor la gracia, para cada uno de nosotros, para toda la Iglesia, la gracia de la humildad, pero también la gracia de entender que no es posible ser humildes sin humillaciones”, manifestó el Santo Padre. El Papa subrayó que un corazón corrupto es difícil de convertir porque no acepta la equivocación y el error. (Cf. Romereports.com 1 feb. 2016)
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EN EL MUNDO
Así es el “camarín” de la Virgen de Guadalupe donde rezará el Papa MÉXICO D.F. El sábado 13 de febrero el Papa Francisco rezará a los pies de la Virgen de Guadalupe en la Basílica dedicada a la Madre de Dios en la Ciudad de México. El Santo Padre ingresará al “camarín” o bóveda donde se conserva la tilma original de San Juan Diego. El camarín es un lugar en la Basílica de Guadalupe al que solo algunas personas pueden acceder. Fue construido como una
bóveda para custodiar allí la imagen de la Madre de Dios, incluso en casos de siniestros.
Desde la Fe explica que el camarín o bóveda está entre el altar y la escalera que asciende entre los ocho pisos de la Basílica de Guadalupe, su planta mide 4.15 por 2.55 metros y tiene una altura de unos 5 metros. El camarín está protegido por una puerta de seguridad de doble combinación a la cual le sigue
¿Está siendo más breve el Mons. Ulloa visita a los Papa en sus audiencias? prisioneros políticos
Una de las premisas del papa Francisco a la hora de hablar en homilías o discursos ha sido siempre la brevedad, pero en los últimos días las intervenciones que ha efectuado lo han sido todavía más que de costumbre. Es el caso de las últimas dos audiencias generales de los miércoles: apenas cinco minutos de catequesis.
PANAMÁ. El Arzobispo de Panamá, Su Exc. Mons. José Domingo Ulloa, ha visitado este fin de semana, en la sede de la policía nacional de Ancon, a los llamados prisioneros políticos detenidos bajo la actual administración del Presidente Juan Carlos Varela. La visita ha estado motivada por las reiteradas peticiones formuladas por los miembros del movimiento independiente llamado “ SOS Panamá”. La reunión de Mons. Ulloa con algunos detenidos, en particular el ex ministro de Seguridad, José Raúl Mulino, ha sido visto por la opinión pública como algo positivo.
una reja. Cuando la imagen de la Virgen cambia de posición de su sitio habitual del altar mayor de la Basílica de Guadalupe, el mecanismo la mueve de su posición habitual hacia el oriente y la coloca mirando hacia el sur. Al concluir una visita se hace funcionar nuevamente el mecanismo y la imagen regresa a su sitio habitual sobre el altar. (Cf. Larazon.es 31 ene. 2016
Iglesia de Haití se niega a conversar con misión de OEA
Nadie puede predecir qué pasará en Haití. En Haití todos los sectores quieren una solución netamente haitiana, que respete su soberanía y sin injerencias para llegar a una solución política y evitar el vacío de poder en el país. Los haitianos han rechazado la presencia de la misión especial de la Organización de Estados Americanos (OEA). Incluso la Iglesia haitiana se ha negado a conversar con la misión diplomática. Mons Patrick Aris, Canciller de la Arquidiócesis de Puerto Príncipe piensa que “no fue buena idea invitar a la OEA”, porque la considera una intromisión en el diálogo.
Entre las razones estarían su inminente visita a México. Para hacer frente a una visita de tales características y a sus 79 años, el Santo Padre debe descansar lo máximo posible. Además el papa Francisco podría estar concentrando todas sus energías en la próxima Exhortación postsinodal sobre la familia, uno de los documentos más esperados de este año que recogerá las conclusiones del Pontífice sobre el Sínodo de la Familia que tuvo lugar el pasado mes de noviembre. La fecha prevista para su publicación sería el próximo mes de marzo.
Según la nota enviada a la Agencia Fides, los familiares de los presos políticos han expresado el arzobispo que este gesto es un mensaje claro, para decir que la Iglesia Católica está dando atención a todos los abusos cometidos por el sistema de justicia contra los ex funcionarios.
(Cf. Larazon.es 31 ene. 2016)
Monseñor Aris integra la Comisión de la Sociedad Civil que tiene el encargo urgente de verificar los resultados de las elecciones junto al presidente de la Federación Protestante, Armand Louis y otras tres personalidades.
(Cf. Fides.org 1 feb. 2016)
(Cf. Telesurtv.net 31 ene. 2016)
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ditorial ¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! La Cuaresma está a las puertas. Comienza con el Miércoles de Ceniza. Es un tiempo en el cual resuena para todos la llamada a la conversión, pero la Cuaresma es sobre todo un “tiempo de gracia” (2 Co 6, 2).Y dado que estamos en el Año de la Misericordia, el Papa Francisco desea que este tiempo sea vivido con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios. El primer día de la Cuaresma se hace el rito de la imposición de la ceniza. Un rito que no es mágico sino simbólico y cuyo hondo significado algunas veces hemos olvidado. El Papa Emérito Benedicto XVI enseñaba que no se trata de un mero ritualismo, sino de algo que toca nuestro corazón: “a los gestos exteriores debe corresponder siempre la sinceridad del alma y la coherencia de las obras”; y se preguntaba: “¿de qué sirve rasgarse las vestiduras, si el corazón sigue lejos del Señor, es decir, del bien y de la justicia? Lo que cuenta, en realidad, es volver a Dios, con un corazón sinceramente arrepentido, para obtener su misericordia.” El Mensaje de Cuaresma de este año lleva por título “Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13). Las obras de misericordia en el camino jubilar. El Sucesor de Pedro invita a comprender la alianza de Dios con los hombres como una historia de misericordia: “Dios se muestra siempre rico en misericordia, dispuesto a derramar en su pueblo, en cada circunstancia, una ternura y una compasión visceral, especialmente en los momentos más dramáticos, cuando la infidelidad rompe el vínculo del Pacto y es preciso ratificar la alianza de modo más estable en la justicia y la verdad”. Las obras de misericordia nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el
cuerpo y en el espíritu, y por los cuales seremos juzgados. La conversión en este Año Jubilar puede enfocarse en la misericordia de Dios que transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia. Para ser capaces de misericordia debemos en primer lugar colocarnos a la escucha de la Palabra de Dios. Esto significa recuperar el valor del silencio para meditar la Palabra que se nos dirige. Contemplar la misericordia de Dios y asumirla como propio estilo de vida. Para que el cristiano irradie la luz de la misericordia –en obras– es necesario que esté dispuesto a purificarse del egoísmo, de las idolatrías, de la corrupción y de la seducción del mal. Oigamos de nuevo las palabras del Papa Francisco: “Mi invitación a la conversión se dirige con mayor insistencia a aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios debido a su conducta de vida... Los hombres y mujeres que pertenecen a algún grupo criminal, cualquiera que éste sea. Por su bien, les pido cambiar de vida. Se los pido en el nombre del Hijo de Dios que si bien combate el pecado nunca rechaza a ningún pecador. No caigan en la terrible trampa de pensar que la vida depende del dinero y que ante él todo el resto se vuelve carente de valor y dignidad”… ¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. Ante el mal cometido, incluso crímenes graves, es el momento de escuchar el llanto de todas las personas inocentes depredadas de los bienes, la dignidad, los afectos, la vida misma. Permanecer en el camino del mal es sólo fuente de ilusión y de tristeza”.
Por Pbro. Simeón Reyes, Director de TVCa
Seria amenaza a la salud pública El zancudo es el vector de enfermedades como el Zika, la Chikungunya, el Dengue y el Paludismo. Combatir sus criaderos es tan fácil como obligatorio. No Sigfrido Munés es un problema de los tioziggi@hotmail.com demás o exclusivamente del gobierno: nos concierne a todos cuidar la salud de nuestras familias. Todas las dolencias mencionadas son muy preocupantes, pero posiblemente lo sea más esa novedad que es el virus del Zika, porque puede producir secuencias muy lamentables. Pero, ¿qué podemos hacer y cómo hacerlo para evitar el contagio? Hay que revisar los patios, traspatios,
tendederos y solares vecinos, para cerciorarse de que no hay agua empozada en pilas, huacales, llantas abandonadas u otros probables depósitos. En el agua abandonada proliferan las larvas del zancudo, que luego se convierten en serio peligro para la salud. Donde haya inevitables depósitos de agua hay que usar el abate y/o pequeñas dosis de lejía (cloro). El abate se pide a las alcaldías o a las Unidades de Salud del Ministerio correspondiente, a quienes también se les debe solicitar la fumigación de las viviendas. Si tienen dificultad para recibir ayuda, los vecinos deben unirse para solicitarla en grupo para tener mayor peso. La situación es verdaderamente delicada y preocupante, a punto que las autoridades de los Estados Unidos están tomando medidas preventivas
con las personas que llegan a su territorio provenientes de países que sufren el embate del Zika. Debemos ser cuidadosos y motivar a las autoridades sanitarias para que extremen sus precauciones. Para proteger la salud de pequeños y adultos es recomendable el uso de mosquiteros y tratar de dormir bien envueltos para evitar las picaduras de los zancudos que de esa manera se alimentan con la sangre humana y llevan muchos dolores y penas a los hogares. Debemos solicitar la protección del Señor desde lo alto, con nuestras oraciones, pero simultáneamente hay que estar alertas y hacer lo que nos corresponde para salvaguardar la salud de nuestros seres queridos y la propia. En Dios confiamos.
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Conferencia Episcopal de ElSalvador “El Señor fortalece a su pueblo y lo bendice con la paz” (Sal 28,11) – Mensaje de la Conferencia Episcopal de El Salvador ante la violencia en nuestro país – Queridos hermanos y hermanas en el Señor: Les saludamos fraternalmente en el Señor, al concluir la Asamblea Ordinaria de la Conferencia Episcopal de El Salvador, realizada los días 25, 26 y 27 de enero del presente año. En el marco del Jubileo de la Misericordia, que hemos iniciado solemnemente en comunión con el Papa Francisco en todas las Diócesis de El Salvador, deseamos vivamente que en este año de gracia, la paz de nuestro Señor Jesucristo reine en nuestro amado país y en cada uno de sus hogares. Hemos conocido con profunda consternación cómo, apenas iniciado este nuevo año, la cantidad de hermanos salvadoreños y salvadoreñas, a quienes se ha arrebatado violentamente la vida, ha sido alarmante. Como pastores, aunque nos sentimos impotentes ante esta situación, no podemos callar, pues el valor sagrado de la vida humana está siendo cada vez más vulnerado. La vida de la persona es sagrada, y nadie puede privarle a otro de tal derecho, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida, desde su comienzo hasta su término (Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica 2258). El fenómeno de la delincuencia, los asesinatos,
robos, extorsiones, violaciones y otros delitos, siguen llevando más luto y sufrimiento a las familias salvadoreñas, situación que empeora y pone en crisis a las instituciones del Estado encargadas de proteger a la población. Muchas veces el armamento de los delincuentes supera al de las fuerzas encargadas de la seguridad pública y con frecuencia, estos grupos operan con impunidad, condenamos el perverso comercio de armas y municiones que alimenta el crimen y sigue desangrando al noble pueblo salvadoreño. Es totalmente inaceptable que los criminales sigan enriqueciéndose a costa del sacrificio y sufrimiento de la gente honrada y trabajadora, por medio del robo y las extorsiones. Y nos duele en el alma que cada año miles de salvadoreños huyen de la violencia para salvaguardar su vida, emigrando hacia otros lugares o países. Entre las consecuencias más graves están el abandono de sus bienes, la desintegración familiar y el deterioro de su propia identidad. En El Salvador, la delincuencia y las demás formas de violencia tienen diversas causas. El Estado tiene la suprema responsabilidad de la seguridad nacional: La Constitución de la República le obliga a garantizar y proteger los derechos fundamentales de los salvadoreños: la
Mons. José Luis Escobar Alas Arzobispo de San Salvador Presidente de la CEDES
Mons. Fabio Reynaldo Colindres A. Obispo del Ordinariato Militar Vicepresidente de la CEDES
Mons. Elías Samuel Bolaños Avelar Obispo de Zacatecoluca
Mons. Miguel Ángel Morán Aquino Obispo de San Miguel
Mons. Constantino Barrera Morales Obispo del Sonsonate
Mons. Gregorio Rosa Chávez Obispo Auxiliar de San Salvador
vida, la libertad, la integridad física y moral, la seguridad, y la propiedad, entre otros (Cfr. Art 2 de la Constitución de la República). Exhortamos a las autoridades correspondientes a no ceder en el esfuerzo, que muchas veces exige sacrificios heroicos, y les apoyamos con nuestra oración. No podemos olvidar el clamor de las víctimas de la delincuencia y de sus familiares, ante la escasa y a veces nula, atención que reciben. Nos solidarizamos con ellas en la oración y les apoyamos en su deseo de justicia. La impunidad no debe ser la regla, y corresponde al Estado debe generar las condiciones, a través de mecanismos de investigación transparentes y efectivos y de la administración de una pronta y cumplida justicia, para que las salvadoreñas y los salvadoreños podamos vivir en paz. Ante esta difícil situación que vivimos queremos animar a todos a poner nuestra total esperanza en Dios y a trabajar todos por la paz, haciendo efectiva la exhortación del Papa Francisco en la Jornada Mundial de la paz de este año: “Vence la indiferencia y conquista la paz”. Que Dios Padre misericordioso, por intercesión de nuestra Madre Santísima la Virgen de la Paz, nos dé la fortaleza para construir el camino que conduce a la paz.
Mons. Romeo Tovar Astorga Obispo de Santa Ana Secretario General de la CEDES
Mons. Luis Morao Obispo de Chalatenango
Mons. Fernando Sáenz Lacalle Arzobispo Emérito de San Salvador
Mons. Rodrigo Orlando Cabrera Cuellar Obispo de Santiago de María
Mons. José Elías Rauda Gutiérrez Obispo de San Vicente
Mons. Eduardo Alas Alfaro Obispo Emérito de Chalatenango
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Conferencia Episcopal de ElSalvador Breve instrucción de la Conferencia Episcopal de El Salvador al Clero de la Provincia Eclesiástica acerca de la celebración exclusiva de los Sacramentos en los templos parroquiales Queridos Sacerdotes de la Provincia Eclesiástica: Todos nosotros, Obispos y Presbíteros, hemos sido llamados al servicio del Pueblo de Dios en la Iglesia; y puestos a su servicio, debemos cumplir la función de santificar a los fieles de modo peculiar a través de la sagrada liturgia, que con razón se considera como el ejercicio de la función sacerdotal de Jesucristo, en la cual se significa la santificación de los hombres por signos sensibles y se realiza según la manera propia de cada uno de ellos, al par que se ejerce el culto público a Dios por parte del Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir Cabeza y miembros. (cfr. can 834 §1). A los Obispos nos corresponde, en primer término, ejercer esta función de santificar, como principales dispensadores de los misterios de Dios y moderadores, promotores y custodios de toda la vida litúrgica (cfr. can 835 §1); por lo que debemos velar porque “los sacramentos del Nuevo Testamento, instituidos por Cristo Nuestro Señor y encomendados a la Iglesia, en cuanto son acciones de Cristo y de la Iglesia, signos y medios con los que se expresa y fortalece la fe, se rinde culto a Dios y se realiza la santificación de los hombre, y por tanto contribuyen en gran medida a crear, corroborar y manifestar la comunión eclesiástica, sean celebrados con grandísima veneración y con la debida diligencia (cfr. can. 840). La santa Madre Iglesia desea ardientemente que se lleve a todos los fieles a una participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas (cfr. SC 14), no obstante, cada día se va haciendo más frecuente la práctica de celebrar los sacramentos fuera de la Iglesia Parroquial, especialmente el Sacramento del Bautismo, la Eucaristía -en la Primera Comunión-, y sobre todo el Sacramento del Matrimonio, en favor de hoteles, clubes, espacios amplios acondicionados para fiestas y reuniones sociales, capillas privadas en restaurantes, a los que interesa únicamente el beneficio económico; y en el mejor de los casos, la comodidad. Todas estas razones nada tienen que ver con la fe cristiana y con el sentir
de la Iglesia. Por ello nos sentimos movidos a ofrecer esta “Breve Instrucción”, a fin de que los Sacramentos sean celebrados con grandísima veneración y con la debida diligencia: Acerca del Sacramento del Bautismo: Teniendo presente que la Iglesia establece en el canon 857 §2 que, “como norma general, el adulto ha de bautizarse en la Iglesia parroquial propia, y el niño en la Iglesia parroquial de sus padres, a no ser que una causa justa aconseje otra cosa”; y que “fuera del caso de necesidad, no debe administrarse el bautismo en casas particulares (canon 860 §), a no ser que el Ordinario del lugar lo hubiera permitido por causa grave” (cfr. can 851). Atendiendo a esta normativa eclesiástica debemos cuidar que la celebración del Sacramento del Bautismo se realice en el Templo Parroquial y con la conveniente preparación pastoral para la celebración del bautismo (cfr. can 851). Aunque en orden al Sacramento de la Eucaristía en la Primera Comunión, la Iglesia expresamente no establece que debe celebrarse en la Iglesia Parroquial; debemos tener en cuenta que la acentuación de la Parroquia pone de relieve la vivencia de nuestra fe mediante una comunidad concreta, que debe sentirse responsable del crecimiento de sus fieles y ayudarlos a conseguir la madurez y plenitud de la vida cristiana. No es suficiente hacer una fiesta familiar y de amistades, bonita y cómoda, sino celebrar con los hijos un auténtico encuentro con Jesucristo vivo, camino de conversión, camino de comunión y camino de solidaridad fraterna (EA n. 8). La Iglesia Católica establece que, de ordinario, el Sacramento del Matrimonio se celebre en la iglesia parroquial. Es posible, sin embargo, celebrar el matrimonio en otro lugar conveniente. Así lo indica el canon 1118: Canon 1118 § 1 El matrimonio entre católicos o entre una parte católica y otra parte bautizada no católica se debe celebrar en una iglesia parroquial; con licencia del Ordinario del lugar o del párroco puede celebrarse en otra iglesia u oratorio. § 2 El Ordinario del lugar puede permitir la celebración del matrimonio en otro lugar conveniente. § 3 El matrimonio entre una parte católica y otra no
Mons. José Luis Escobar Alas Arzobispo de San Salvador Presidente de la CEDES
Mons. Fabio Reynaldo Colindres A. Obispo del Ordinariato Militar Vicepresidente de la CEDES
Mons. Elías Samuel Bolaños Avelar Obispo de Zacatecoluca
Mons. Miguel Ángel Morán Aquino Obispo de San Miguel
Mons. Constantino Barrera Morales Obispo del Sonsonate
Mons. Gregorio Rosa Chávez Obispo Auxiliar de San Salvador
bautizada podrá celebrarse en una iglesia o en otro lugar conveniente. Léase, además, los cánones 1108-1133. Así, pues, nuestro celo pastoral nos impulsa a pedirles encarecidamente que en cada Vicaría Foránea de cada una de las Diócesis, se dedique un tiempo oportuno para el estudio de los cánones 1055-1165 del Código de Derecho Canónico que se refieren al Sacramento del Matrimonio; y teniendo en cuenta que la salvación de las almas debe ser siempre la ley suprema en la Iglesia (cfr. c. 1752). Asimismo “establecemos” en favor de la fe y de la plenitud de la vida cristiana que, a partir de esta fecha en cada una de las Diócesis de la Provincia Eclesiástica, se reciba y se cumpla como derecho particular las disposiciones dadas en esta breve instrucción y muy particularmente, éstas que se refieren al Sacramento del Matrimonio: 1. El lugar propio para celebrar el Sacramento del Matrimonio será el templo parroquial u otra capilla del territorio parroquial propio que el Obispo de la diócesis autorice. 2. Las excepciones en todos los casos, planteadas con suficiente antelación, no serán en principio favorecidas, en favor de la madurez y plenitud de la vida cristiana, y de la salvaguarda de la comunidad de vida y amor. Las excepciones en todos los casos serán decididas por el Obispo diocesano. 3. Rogamos a los Presbíteros comunicar a los fieles esta norma general, así como sus motivos. 4. Queda sin efecto el ¨permiso” del que gozaba alguna capilla particular en algunas Diócesis de la Provincia Eclesiástica. 5. Además, téngase presente que el lugar propio para la celebración el Sacramento del Bautismo y de la Eucaristía en la Primera Comunión será el templo parroquial u otra capilla propia del territorio parroquial que el Obispo diocesano autorice. Dado en la Sede de la Conferencia Episcopal en San Salvador, el día veintisiete del mes de enero del año dos mil dieciséis.
Mons. Romeo Tovar Astorga Obispo de Santa Ana Secretario General de la CEDES
Mons. Luis Morao Obispo de Chalatenango
Mons. Fernando Sáenz Lacalle Arzobispo Emérito de San Salvador
Mons. Rodrigo Orlando Cabrera Cuellar Obispo de Santiago de María
Mons. José Elías Rauda Gutiérrez Obispo de San Vicente
Mons. Eduardo Alas Alfaro Obispo Emérito de Chalatenango
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Conferencia Episcopal de ElSalvador Carta circular de la Conferencia Episcopal de El Salvador a los sacerdotes de la Provincia Eclesiástica Queridos Hermanos Sacerdotes: Vaya para todos Ustedes nuestro saludo fraterno y los mejores deseos por su bienestar personal y el éxito de toda su labor pastoral. C o n e s t a c a r t a c i r c u l a r, d e s e a m o s ardientemente llegar a su corazón y motivarlos a vivir con plenitud y gozo la vocación a la que Jesús nos ha llamado; y a realizar el ministerio sacerdotal con la misma generosidad y entrega con que Jesús vivió la voluntad del Padre, ejercitando con alegría y en sincera caridad la obra sacerdotal de Cristo, a fin de agradar a Dios Padre.
los misterios sagrados” (cfr. can. 232); y todos, durante el tiempo de formación, hemos recibido en el seminario mayor “tanto la conveniente formación espiritual como la que es adecuada para el cumplimiento de los deberes propios del sacerdocio” (cfr. can. 235 §1). Para ello la Iglesia puso a nuestra disposición un Rector, un Equipo de Formadores y de Profesores, un Director Espiritual y otros confesores que nos ayudaron a dirigirnos con conciencia recta por el justo sendero hacia el sacerdocio (cfr. can. 239 §§1 y 2); poniendo a nuestra disposición un Plan de Formación, de acuerdo a las normas eclesiástica (cfr. can. 242).
Jesucristo es el único y Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento. Él ha hecho de todos nosotros un pueblo sacerdotal, pero de entre todos sus discípulos, el Señor quiso elegirnos en particular, para que ejerzamos públicamente en la Iglesia y en su nombre el “oficium amoris” en favor de todos los hombres, a fin de que continuáramos su misión personal de maestro, sacerdote y pastor. Como Él había sido enviado por el Padre, Él envió a su vez en el mundo, primero a los Apóstoles, luego a los Obispos, a los cuales finalmente les dio como colaboradores a los Presbíteros, quienes unidos al ministerio sacerdotal del Obispo son llamados al servicio del Pueblo de Dios en la predicación del Evangelio, en el pastoreo del mismo y en la presidencia de las acciones de culto, especialmente en las celebraciones del Sacrificio del Señor” (cfr. Homilía del Santo Padre el 26 de abril de 2015 en la Ordenación de 19 nuevos Sacerdotes en la Basílica de San Pedro).
Asimismo, según las prescripciones del derecho particular, los sacerdotes, después de la ordenación, han de continuar los estudios sagrados, profesar la doctrina sólida fundada en la Sagrada Escritura; han de asistir frecuentemente a las lecciones de pastoral que deben establecerse, así como también a otras lecciones teológicas o conferencias, en los momentos igualmente determinados por el mismo derecho particular, mediante los cuales se les ofrezca la oportunidad de profundizar en el conocimiento de las ciencias sagradas y de los métodos pastorales; procurando también conocer otras ciencias que estén en conexión con lo sagrado, principalmente cuyo conocimiento ayude al ejercicio del ministerio pastoral (cfr. can, 279). Por eso en cada diócesis hay diversos programas y actividades encaminadas a la formación permanente del Clero y también a nivel nacional se realizan actividades propias de la pastoral sacerdotal para favorecer la formación permanente de los sacerdotes en nuestra Provincia eclesiástica.
Somos pues, con toda certeza, ministros sagrados de la Iglesia a la que el Señor ha confiado continuar la misión que el Padre le encomendó a Él, por tanto, estamos llamados a ser una Iglesia en estado de misión permanente. Por ello “la Iglesia tiene el deber, y el derecho propio y exclusivo, de formarnos desde los primeros años, como destinados a
Asimismo, queremos manifestarles que es nuestro deseo formar en Universidades Eclesiásticas o en los Cursos de Formación Permanente del CIBITEPAL, a cuantos más sacerdotes quieran hacerlo. Para este fin dependemos, en gran medida, de las becas que podamos conseguir, pero no cesamos en el intento de conseguirlas. Esto es lo conveniente, estudiar en Universidades
Mons. José Luis Escobar Alas Arzobispo de San Salvador Presidente de la CEDES
Mons. Fabio Reynaldo Colindres A. Obispo del Ordinariato Militar Vicepresidente de la CEDES
Mons. Elías Samuel Bolaños Avelar Obispo de Zacatecoluca
Mons. Miguel Ángel Morán Aquino Obispo de San Miguel
Mons. Constantino Barrera Morales Obispo del Sonsonate
Mons. Gregorio Rosa Chávez Obispo Auxiliar de San Salvador
Eclesiásticas y con el beneplácito del Obispo Diocesano, responsable de la Formación Permanente del Clero. Que los sacerdotes estudien carreras universitarias por iniciativa propia y en Universidades laicas no es lo propio ni lo conveniente para nosotros; pues corremos muchos riesgos frente al mundo, además de dejar en cierto abandono la Parroquia y la vida pastoral, que es nuestro primer compromiso sacerdotal. Tampoco se trata de estudiar cualquier carrera universitaria por si acaso un día se abandona el sacerdocio, esto no va con nuestra vocación y misión, lejos de nosotros esta tentación. Por tanto, por las presentes letras, hacemos del conocimiento de todos los sacerdotes de la Provincia Eclesiástica de El Salvador, especialmente de los Párrocos, de los Administradores Parroquiales y de los Vicarios Parroquiales, que no está permitido realizar estudios universitarios y en Universidades laicas sin el permiso escrito del respectivo Obispo Diocesano, pedimos a quienes desean realizar estudios universitarios hacerlo saber al propio Obispo Diocesano, a fin de que podamos, como Conferencia Episcopal, ir paulatinamente buscando becas y la mejor manera de que puedan hacerlo en alguna Universidad Eclesiástica o en el CELAM , en un ambiente que favorezca mejor la vida sacerdotal. Esto les rogamos tomarlo muy en serio, como una norma de derecho particular. Agradecemos a Dios nuestro Padre y a todos Ustedes, nuestros colaboradores en el ministerio pastoral de la Provincia Eclesiástica, todo el trabajo pastoral que realizan con empeño. Dios les pague con abundantes bendiciones. Pedimos al Señor Jesús que siempre nos inspire para vivir nuestra vocación y ministerio con la fidelidad y el gozo que el Espíritu Santo nos conceda. Que María Santísima los acompañe siempre. Paternalmente,
Mons. Romeo Tovar Astorga Obispo de Santa Ana Secretario General de la CEDES
Mons. Luis Morao Obispo de Chalatenango
Mons. Fernando Sáenz Lacalle Arzobispo Emérito de San Salvador
Mons. Rodrigo Orlando Cabrera Cuellar Obispo de Santiago de María
Mons. José Elías Rauda Gutiérrez Obispo de San Vicente
Mons. Eduardo Alas Alfaro Obispo Emérito de Chalatenango
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Comunidad San Egidio
Jubileo de adultos mayores en el Año de la Misericordia Terminando el mes dedicado a las personas adultas mayores, el 31 de enero la Comunidad San Egidio realizó el primero de los jubileos dedicados a diversos grupos sociales, celebrando con ellos el Año de la Misericordia. “Queremos hacer jubileos con diferentes grupos: niños, adolescentes, colegiales (…) y comenzamos con los ancianos por todo lo que han dado”, comentó Beatriz Vásquez, de dicha Comunidad. Esta actividad comenzó con una pequeña peregrinación en las calles aledañas al Hospital Divina Providencia, realizada en su mayoría por los adultos mayores de diversos asilos y localidades del país: Asilo Sara Zaldívar, Asilo San Vicente de Paul, Asilo de Ancianos de Cojutepeque, Agua Escondida, Villa Tzu-Chi, entre otros.
En varios momentos de la Santa Misa, el señor Nuncio Apostólico, Mons. Léon Kalenga, trajo a cuenta la figura del Beato Mons. Romero, por su dedicación a los pobres y necesitados
en el lugar donde fue martirizado Mons. Romero.
Con gran esfuerzo pero con mucha alegría, los adultos mayores participaron de la peregrinación
Al llegar a la capilla del hospital, las y los “abuelitos” cruzaron la Puerta Santa con expresiones de mucha alegría y humildad, para dar comienzo a la Santa Eucaristía presidida por el Nuncio Apostólico de Su Santidad en nuestro país, Mons. Léon Kalenga.
El Año de la Misericordia fue el tema predominante de la homilía de Su Excelencia, quien habló de las Indulgencias Plenarias, la Puerta Santa y, con especial cariño dijo a los queridos adultos mayores presentes que “nunca estamos solos. Con trabajo o sin trabajo, con salud o enfermedad, llenos de pecados o limpios de pecado, pobres o ricos, Jesús está con nosotros y por ello, en el Año de la Misericordia pedimos al Señor que salga al encuentro de nosotros y nos acompañe y nos convierta en testigos de su misericordia”. Todos los presentes manifestaron su alegría hacia el final de la Santa Misa, luego de que el señor Nuncio expresara: “¡Qué viva el papa Francisco, qué viva Monseñor Romero, qué viva El Salvador!”.
Participantes de la Santa Misa tuvieron oportunidad de saludar y agradecer a Mons. Kalenga y a los organizadores, por tomarles en cuenta para este Jubileo
Adultos mayores participan de la Eucaristía en la Capilla de la Divina Providencia
El Nuncio Apostólico imparte la Comunión a los y las fieles
Representantes de los asilos y localidades se dirigieron Su Excelencia para agradecele su participación en la actividad. Una de ellas, del Asilo San Vicente de Paul, expresó: “Estamos felices de haber sido parte de esta peregrinación en este gran año que el Papa nombró el Año de la Misericordia”. Mons. Kalenga, por su parte y en respuesta, manifestó: “Queremos con este Jubileo de la Misericordia decir a nuestros abuelitos y abuelitas nuestro cariño, nuestro afecto, y queremos que estén con nosotros todo el tiempo”. Asimismo destacó la importancia de realizar esta actividad
A nuestros lectores P
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7 de febrero de 2016
“Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13). Las obras de misericordia en el camino jubilar – Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2016 – 1. María, icono de una Iglesia que evangeliza porque es evangelizada En la Bula de convocación del Jubileo invité a que «la Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios» (Misericordiae vultus, 17). Con la invitación a escuchar la Palabra de Dios y a participar en la iniciativa «24 horas para el Señor» quise hacer hincapié en la primacía de la escucha orante de la Palabra, especialmente de la palabra profética. La misericordia de Dios, en efecto, es un anuncio al mundo: pero cada cristiano está llamado a experimentar en primera persona ese anuncio. Por eso, en el tiempo de la Cuaresma enviaré a los Misioneros de la Misericordia, a fin de que sean para todos un signo concreto de la cercanía y del perdón de Dios. María, después de haber acogido la Buena Noticia que le dirige el arcángel Gabriel, canta proféticamente en el Magnificat la misericordia con la que Dios la ha elegido. La Virgen de Nazaret, prometida con José, se convierte así en el icono perfecto de la Iglesia que evangeliza, porque fue y sigue siendo evangelizada por obra del Espíritu Santo, que hizo fecundo su vientre virginal. En la tradición profética, en su etimología, la misericordia está estrechamente vinculada, precisamente con las entrañas maternas (rahamim) y con una bondad generosa, fiel y compasiva (hesed) que se tiene en el seno de las relaciones conyugales y parentales. 2. La alianza de Dios con los hombres: una historia de misericordia El misterio de la misericordia divina se revela a lo largo de la historia de la alianza entre Dios y su pueblo Israel. Dios, en efecto, se muestra siempre rico en misericordia, dispuesto a derramar en su pueblo, en cada circunstancia, una ternura y una compasión visceral, especialmente en los momentos más dramáticos, cuando la infidelidad rompe el vínculo del Pacto y es preciso ratificar la alianza de modo más estable en la justicia y la verdad. Aquí estamos frente a un auténtico drama de amor, en el cual Dios desempeña el papel de padre y de marido traicionado, mientras que Israel el de hijo/hija y el de esposa infiel. Son justamente las imágenes familiares —como en el caso de Oseas (cf. Os 1-2)— las que expresan hasta qué punto Dios desea unirse a su pueblo. Este drama de amor alcanza su culmen en el Hijo hecho hombre. En él Dios derrama su ilimitada misericordia hasta tal punto que hace de él la «Misericordia encarnada» (Misericordiae vultus, 8). En efecto, como hombre, Jesús de Nazaret es hijo de Israel a todos los efectos. Y lo es hasta tal punto que encarna la escucha perfecta de Dios que el Shemà requiere a todo judío, y que todavía hoy es el corazón de la alianza de Dios con Israel: «Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas» (Dt 6,4-5). El Hijo de Dios es el Esposo que hace cualquier cosa por ganarse el amor de su Esposa, con quien está unido con un amor incondicional, que se hace visible en las nupcias eternas con ella.
Es éste el corazón del kerygma apostólico, en el cual la misericordia divina ocupa un lugar central y fundamental. Es «la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado» (Exh. ap. Evangelii gaudium, 36), el primer anuncio que «siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis» (ibíd., 164). La Misericordia entonces «expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer» (Misericordiae vultus, 21), restableciendo de ese modo la relación con él. Y, en Jesús crucificado, Dios quiere alcanzar al pecador incluso en su lejanía más extrema, justamente allí donde se perdió y se alejó de Él. Y esto lo hace con la esperanza de poder así, finalmente, enternecer el corazón endurecido de su Esposa. 3. Las obras de misericordia La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales. Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo. Por eso, expresé mi deseo de que «el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina» (ibíd., 15). En el pobre, en efecto, la carne de Cristo «se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga... para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado» (ibíd.). Misterio inaudito y escandaloso la continuación en la historia del sufrimiento del Cordero Inocente, zarza ardiente de amor gratuito ante el cual, como Moisés, sólo podemos quitarnos las sandalias (cf. Ex 3,5); más aún cuando el pobre es el hermano o la hermana en Cristo que sufren a causa de su fe. Ante este amor fuerte como la muerte (cf. Ct 8,6), el pobre más miserable es quien no acepta reconocerse como tal. Cree que es rico, pero en realidad es el más pobre de los pobres. Esto es así porque es esclavo del pecado, que lo empuja a utilizar la riqueza y el poder no para servir a Dios y a los demás, sino parar sofocar dentro de sí la íntima convicción de que tampoco él es más que un pobre mendigo. Y cuanto mayor es el poder y la riqueza a su disposición, tanto mayor puede llegar a ser este engañoso ofuscamiento. Llega hasta tal punto que ni siquiera ve al pobre Lázaro, que mendiga a la puerta de su casa (cf. Lc 16,20-21), y que es figura de Cristo que en los pobres mendiga nuestra conversión. Lázaro es la posibilidad de conversión
que Dios nos ofrece y que quizá no vemos. Y este ofuscamiento va acompañado de un soberbio delirio de omnipotencia, en el cual resuena siniestramente el demoníaco «seréis como Dios» (Gn 3,5) que es la raíz de todo pecado. Ese delirio también puede asumir formas sociales y políticas, como han mostrado los totalitarismos del siglo XX, y como muestran hoy las ideologías del pensamiento único y de la tecnociencia, que pretenden hacer que Dios sea irrelevante y que el hombre se reduzca a una masa para utilizar. Y actualmente también pueden mostrarlo las estructuras de pecado vinculadas a un modelo falso de desarrollo, basado en la idolatría del dinero, como consecuencia del cual las personas y las sociedades más ricas se vuelven indiferentes al destino de los pobres, a quienes cierran sus puertas, negándose incluso a mirarlos. La Cuaresma de este Año Jubilar, pues, es para todos un tiempo favorable para salir por fin de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la Palabra y a las obras de misericordia. Mediante las corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar. Por tanto, nunca hay que separar las obras corporales de las espirituales. Precisamente tocando en el mísero la carne de Jesús crucificado el pecador podrá recibir como don la conciencia de que él mismo es un pobre mendigo. A través de este camino también los «soberbios», los «poderosos» y los «ricos», de los que habla el Magnificat, tienen la posibilidad de darse cuenta de que son inmerecidamente amados por Cristo crucificado, muerto y resucitado por ellos. Sólo en este amor está la respuesta a la sed de felicidad y de amor infinitos que el hombre —engañándose— cree poder colmar con los ídolos del saber, del poder y del poseer. Sin embargo, siempre queda el peligro de que, a causa de un cerrarse cada vez más herméticamente a Cristo, que en el pobre sigue llamando a la puerta de su corazón, los soberbios, los ricos y los poderosos acaben por condenarse a sí mismos a caer en el eterno abismo de soledad que es el infierno. He aquí, pues, que resuenan de nuevo para ellos, al igual que para todos nosotros, las lacerantes palabras de Abrahán: «Tienen a Moisés y los Profetas; que los escuchen» (Lc 16,29). Esta escucha activa nos preparará del mejor modo posible para celebrar la victoria definitiva sobre el pecado y sobre la muerte del Esposo ya resucitado, que desea purificar a su Esposa prometida, a la espera de su venida. No perdamos este tiempo de Cuaresma favorable para la conversión. Lo pedimos por la intercesión materna de la Virgen María, que fue la primera que, frente a la grandeza de la misericordia divina que recibió gratuitamente, confesó su propia pequeñez (cf. Lc1,48), reconociéndose como la humilde esclava del Señor (cf. Lc 1,38). Vaticano, 4 de octubre de 2015 Fiesta de San Francisco de Assis
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La Palabra de Dios para cada semana Is 6, 1-8; Sal 137, 1-8; 1 Cor 15, 1-11 o bien 1 Cor 15, 3-8. 11; † Lc 5, 1-11 Preparado por:
Domingo 7 de febrero de 2016 • Quinto domingo del Tiempo Ordinario • Ciclo “C” • Año II (par)
Pbro. Patxi Loidi cirsol6@integra.com.sv
Desde ahora serás pescador de hombres Amigas y amigos. Este domingo leemos el Evangelio de la pesca milagrosa. Es un pasaje digno de profunda meditación. Expone alguna de las andanzas de Jesús por el lago con sus discípulas y discípulos. Pero alude al mismo tiempo a la prodigiosa pesca espiritual de la Iglesia primitiva, que se extendió rápidamente por todo el imperio. La fe de Pedro, su humildad y desprendimiento nos gritan sobre nuestra acción misionera. Ojalá imitemos a aquella gente en este mundo nuestro, tan necesitado de fe. Feliz domingo. Amigas y amigos: A este pasaje lo llamamos La pesca milagrosa. Pero nos habla de dos pescas. Aunque el texto habla de hombres, podemos pensar que había también discípulas, algunas tan importantes como María Magdalena, que tuvo un papel de primer orden en la Iglesia naciente. El masculino y femenino que usamos en estos comentarios son, ambos, inclusivos. Jesús necesita la barca de Pedro para separarse de la multitud y poder predicar. Pedro se la deja. Después Jesús le pide que reme mar adentro y eche las redes para pescar. Pedro lo hace, aunque sabe que no hay pesca. Y dice una frase que merece atención: Porque tú lo dices, o sea, fiándome de tu palabra. La pesca es tan grande, que tienen que pedir ayuda de otros compañeros. Entonces Pedro se desmorona. ¿Qué ha pasado? ¿Acaso el Nazareno, que ni siquiera es pescador, conoce mejor que él aquel mar? Y se echa a sus pies confundido. Señor, no soy digno. Soy un pecador. Mejor que busques a otro. ¿Quiere acaso abandonar a Jesús? ¡Cómo va a quererlo, si siente hacia Él una atracción irresistible! La conclusión es clara. Lo dejan todo y se van con Él. ¿Qué hay detrás de este relato? Hay muchas horas que los discípulos pasan en el mar con Jesús. Hay un Jesús que aprende con ellos el arte de la pesca y les habla de otras pescas. Hay una amistad que crece día a día, hasta dar el salto a la fe. Hay una comprensión creciente del misterio,
que los deja deslumbrados, hasta darse cuenta de que son indignos. Hay, finalmente, el hecho prodigioso de la rápida expansión de la Iglesia, la gran pesca espiritual que discípulas y discípulos realizaron después de la resurrección de Jesús por todo el Imperio Romano. Este pasaje es la historia de dos pescas prodigiosas: la del lago de Genesaret y la gran pesca espiritual de la Iglesia primitiva. Discípulas y discípulos ganaron a innumerables personas para Jesús, el Reino de Dios, la justicia y la fe. Esa es la gran pesca espiritual, que realizaron, sin armas ni guerras ni dinero, aquellas gentes provincianas que no habían salido de su pequeño mundo. Es cierto que se les sumó un Pablo arrollador; pero grandes comunidades cristianas –en Roma, Antioquía, Alejandría– fueron fundadas por otras personas. ¿Qué hizo Jesús con aquellos hombres y mujeres que no parecían extraordinarias? ¿Qué puede hacer con nosotras, cuando Europa se paganiza, América tiene pendiente la gran misión continental, Asia y África se llenan de gente cristiana? Necesitamos la fe de Pedro y de María Magdalena. Y también, su desprendimiento, para proseguir la obra de Jesús y de sus primeros discípulos. ¿Quieres tú ser misionera de Jesús? ¿Quieres serlo desde hoy mismo, sin esperar a mañana, en tu propio mundo? Y ¿si Él te llama a salir de tu mundo?
Lecturas de la Semana
• Del 8 al 13 de febrero de 2016 • Lunes 8: 1 Re 8, 1-7. 9-13; Sal 131, 6-10; † Mc 6, 53-56 Martes 9: 1 Re 8, 22-23.27-30; Sal 83, 3-5.10-11; † Mc 7, 1-13 Miércoles 10: 1 Re 10, 1-10; Sal 36, 5-6.30-31.39-40; † Mc 7, 14-23 Jueves 11: 1 Re 11, 4-13; Sal 105, 3-4.35-37.40; † Mc 7, 24-30 Viernes 12: 1 Re 11, 29-32; 12, 19; Sal 80, 10-15; † Mc 7, 31-37 Sábado 13: 1 Re 12, 26-32; 13, 33-34; Sal 105, 6-7. 19-22; † Mc 8, 1-10
Plegaria
Gracias, Pedro Querido Pedro: ¿Qué pensamientos te encendían cuando pisabas los caminos del Imperio y volvías la vista atrás al lago de Genesaret? ¡Habían ocurrido tantas cosas, desde que abandonaste tus mares naturales y tu oficio, arrebatado por el Nazareno…! Tú, que le suplicaste que fuera más prudente, te veías ahora envuelto en otras redes… ¿Qué pensabas y qué sentías, al recordar que te sacaron de Jerusalén cristianos judaizantes y nacionalistas, Santiago a la cabeza, y huiste a Cesarea y luego hasta Antioquía? Allí volviste a ser el lazo de unidad. ¿Qué pensabas, querido Pedro? ¡Cuántos dolores de cabeza, con algunos, porque eras muy judío, con otros, por no serlo suficientemente! Se te hizo dura la misión… Pero tú siempre recordabas una madrugada, en que abrazaste fuerte los pies del Nazareno, dejando atrás tus redes y tu barca. Y Él siempre te decía al corazón: No temas, ánimo, confía, que eres mi pescador en otros mares y estoy contigo cada día hasta la noche… Tú levantabas la mirada, pisabas los problemas, igual que los caminos del Imperio, y le decías: ¿A dónde iré, maestro, si tú tienes palabras que dan la vida eterna? Y seguías luchando con ardor por Él y por nosotros. Déjame hoy darte gracias, sencillamente gracias, por donarnos la Iglesia misionera de Jesús, que es también nuestra.
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7 de febrero de 2016
IGLESIA LOCAL