Testamento espiritual del Papa Emérito Benedicto XVI
Mi testamento espiritual
Escrito por: Benedicto, PP XVI
Si en esta última hora de mi vida miro hacia atrás a las décadas que he viajado, primero que nada veo cuántas razones tengo para estar agradecido. Agradezco primeramente a Dios mismo, al dispensador de cada buen regalo, que me ha dado la vida y me ha guiado en varios momentos de confusión; siempre levantándome cada vez que empezaba a resbalar y siempre dándome la oportunidad nuevamente y de su rostro. Retrospectivamente veo y entiendo que hasta las partes oscuras y agotadoras de este camino fueron para mi salvación y que en ellas Él me guió bien.
Agradezco a mis padres, que me dieron la vida en un momento difícil y que, a costa de grandes sacrificios, con su amor, me prepararon una magnífica residencia que, como una luz clara, ilumina todos mis días hasta el día de hoy. La clara fe de mi padre nos enseñó a los niños a creer, y como signavia ella
siempre ha sido firme en medio de todos mis logros científicos; la profunda devoción y gran bondad de mi madre representan un legado por el cual no puedo nunca podré agradecerles lo suficiente. Mi hermana me ha asistido durante décadas desinteresadamente y con amoroso cuidado; mi hermano, con la claridad de sus juicios, firme determinación y serenidad de corazón, siempre ha allanado mi camino; sin esto su constante preceder y acompañarme no podría He encontrado el camino correcto. Agradezco de corazón a Dios por los muchos amigos, hombres y mujeres, que siempre ha puesto a mi lado; por los colaboradores en todas las etapas de mi camino; por los maestros y alumnos que me ha dado. Confío con toda bondad. Y quiero dar gracias al Señor por mi hermosa patria en los Prealpes Bávaros, en los que siempre he visto brillar el esplendor del Creador mismo. Agradezco a la gente de mi tierra natal porque en ellos he podido experimentar nuevamente la belleza de la fe. Rezo para que nuestra tierra siga siendo una tierra de fe y por favor
compatriotas: no se dejen alejar de la fe. Y finalmente doy gracias a Dios por todo lo bueno que he podido experimentar en todas las etapas de mi viaje, especialmente en Roma e Italia que se ha convertido en mi segunda patria.
A todos los que he hecho daño de alguna manera les pido perdón desde el fondo de mi corazón.
Lo que dije antes a mis compatriotas, lo digo ahora a todos aquellos en la Iglesia a los que se les ha confiado mi servicio: ¡manténganse firmes en la fe! ¡No se dejen confundir! A menudo parece que la ciencia - las ciencias naturales por un lado y la investigación histórica (particularmente la ejecución de las Sagradas Escrituras) por el otro - son capaces de ofrecer resultados irrefutables en contraste con la fe católica. He experimentado las transformaciones de las ciencias naturales desde tiempos antiguos y he visto cómo, por el contrario, las certezas aparentes contra la fe han desaparecido, demostrando no ser ciencia, sino interpretaciones filosóficas sólo aparentemente espectaculares torres de la ciencia; así como, por otro lado, está en diálogo con ciencias naturales que también la fe ha aprendido a comprender mejor el límite del alcance de sus declaraciones y por lo tanto su especificidad. Han pasado sesenta años que he estado siguiendo el camino de la Teología, en particular las ciencias bíblicas, y con el éxito de diferentes generaciones he visto el colapso de tesis que parecían irrompibles, demostrando ser sencillas suposiciones: la gen La lógica liberal (Harnack, Jülicher, etc. ) ), la generación existencialista (Bultmann, etc. ), la generación marxista. He visto y estoy viendo cómo fuera de la maraña de las suposiciones la razonableidad de la fe surgió y emerge de nuevo. Jesucristo es verdaderamente el camino, la verdad y la vida, y la Iglesia, con todos sus defectos, es verdaderamente su cuerpo.
Finalmente pido humildemente: oren por mí, para que el Señor, a pesar de todos mis pecados y deficiencias, me acoja en mansiones eternas. A todos los que confiaron en mí, día a día mi oración va desde el corazón.
SEGUNDO MANDAMIENTO (1)
No tomarás en falso el nombre de Yahveh, tu Dios
San Salvador, 08 de Enero de 2023
La literatura sapiencial es rica en conocimientos nacidos de la sabiduría popular formada a partir de la experiencia del diario vivir del pueblo. Sus pequeños versículos o aforismos si así queremos llamarlos desde el leguaje literario contienen una enseñanza única.
Es el caso de Ben Sira, autor del Eclesiástico aproximadamente en el año 197 a. C. quien sobre la ligereza de la lengua escribió: ¡Quién pusiera un centinela en mi boca y una cerradura de prudencia en mis labios para no caer por su causa, para que no me pierda la lengua! (Eclo 22, 27). ¡Cuánta imprudencia e irreflexión en el hablar! Y, es precisamente esa precipitación y atolondramiento al hablar lo que generalmente provoca que el nombre de Dios sea irrespetado. Olvida el ser humano que hasta en el hablar debe tener dominio propio; dominio nacido de la sabiduría divina.
El Segundo Mandamiento de la Ley de Dios que pertenece – como el anterior – a la virtud de la religión prescribe o manda respetar el nombre del Señor con lo cual regula más particularmente el uso de la palabra en las cosas santas (cf. CIC 2142). ¡No se invoca el nombre de Dios precipitadamente! Las consecuencias pueden ser – y de hecho la historia lo ha demostrado – garrafales. Queremos comenzar con un pasaje de la Biblia que ilustra muy bien el uso irreflexivo del nombre de Dios. Nos referimos al caso de Jefté quien vivió entre los años 1160 y 1080 a. C. quien a pesar de tener a Dios de su lado presagiando la victoria total sobre el pueblo amonita, hizo un voto precipitado: Si entregas a los amonitas en mi poder, el primero que salga a recibir a la puerta de mi casa, cuando vuelva victorioso de la campaña contra los amonitas, será para el Señor y lo ofreceré en holocausto (Jc 11, 31). El pueblo amonita fue derrotado – al menos veinte de sus ciudades – desde Aroer hasta la entrada de Minit y hasta Abel Querarim, quedando todas sometidas al pueblo de Israel (cf. Jc 11, 33).
Al regresar a casa, experimentó las consecuencias de la ligereza de lengua en lo precipitado de hacer un voto a Dios sin reflexionar antes en quién es Dios y qué espera del ser humano. No salió siervo alguno a recibirlo tras su victoria, sino su propia hija, su única hija: salió a recibirlo con panderetas y danzas (Jc 11, 34). El dolor desgarró su corazón porque no teniendo más hijas y ningún hijo, quedaría solo con el pesar de la muerte de la joven. Y, una vez más, olvidando quién era Dios exclamó sollozando: ¡Ay, hija mía, que desdichado soy! Tú eres mi desdicha, porque hice una promesa al Señor y no puedo volverme atrás (Jc 11, 35). La joven – aceptando lo hecho por su progenitor – con suma nobleza pidió al padre dos meses para llorar su virginidad (cf. Jc 11, 37), después de lo cual su padre cumplió el voto hecho a Dios (cf. Jc 11, 39).
El biblista Schökel hace varias observaciones acertadas sobre la actuación de Jefté. En primer lugar, hace el voto sin el consentimiento de Dios1; es decir, Dios no negoció ese sacrificio, no hubo compromisos ni acuerdos. Jefté confundió a Dios con las deidades paganas. El Dios de Israel prohíbe categóricamente esos sacrificios2. Dios es un Dios de vida, no de muerte. No es un Dios sanguinario que pide sangre a cambio de una ayuda. Las palabras de Schökel reflejan el craso error de Jefté cometió al hacer promesas a Dios precipitadamente: La estupidez de Jefté no tiene limites al ofrecer en sacrificio al primero que salga a recibirle a la puerta de su casa3. Es un hecho: Jefté nunca imaginó que sería su hija la primera en salir. De lo anterior se concluye que nadie debe hacer promesas vanas a Dios porque nadie, más que Él, conoce el futuro. Es más, el silencio de Dios en todo el relato confirma su desacuerdo.
Pero, el pecado de Jefté no llega hasta ahí. Añadido a la promesa de sacrificar en honor a Dios al primero que saliera de su casa; usó el nombre de Dios en vano pues con su uso justificó la muerte de una víctima inocente. Ese pecado de usar el nombre de Dios para invadir países, conquistarlos, arrasarlos y someterlos bajo el yugo de la esclavitud fue visto con suma claridad en la Edad Media cuando al grito de ¡Deus vult! (¡Dios lo quiere!), pudo verse a distintas Órdenes Ecuestres y ejércitos de diferentes naciones pelear, incluso bajo un estandarte marcado por la cruz de Nuestro Señor. Lo mismo sucedió a inicios del siglo XX cuando se arengó a la gente con el lema: Es una lucha por Dios y por la Patria… Será nuestro grito el grito de los cruzados: ¡Dios lo quiere!
Dios no quiere la muerte, no desea promesas ni votos que incluyan sacrificios humanos. Dios es un Dios de vida. San Alfonso María de Ligorio comenta que un voto o una promesa pierde validez cuando no es hecho para un bien posible y mejor4. Un voto que implique matar a alguien es un voto nulo que no debería ni debe efectuarse porque no es del agrado de Dios. Que las palabras del biblista Schökel nos ayuden a cerrar esta primera catequesis del Segundo Mandamiento que nos enseña a usar el nombre de Dios con riguroso respeto [y de lo cual seguiremos tratando en la segunda catequesis: ¿Cuántas maldades no hacemos en el nombre de Dios? En el nombre de Dios invadimos países, asesinamos a gente inocente, les quitamos sus tierras; condenamos al fuego eterno. Quizás sea el momento de pedir perdón y reconocer que Dios nunca ha estado apoyando la opresión de los pobres, ni aceptando sacrificios de muerte5
José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San SalvadorEN LA PASCUA DEL PAPA BENEDICTO XVI
COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE EL SALVADOR CON OCASIÓN DE LA MUERT E DEL PAPA BENEDICTO XVI
En la vida y en la muerte somos del Señor (Rm 14,8)
1. Esta mañana la Santa Sede ha informado sobre el sensible fallecimiento del Papa Emérito, Benedicto XVI, que tuvo lugar a sus 95 años, este día 31 de diciembre de 2022, a las 9:34 a.m., hora de Roma, en el Monasterio Mater Ecclesiae en la Ciudad del Vaticano, lugar donde residía. Los funerales serán presididos por el Santo Padre, el Papa Francisco, en la plaza de la Basílica de San Pedro, el próximo jueves 5 de enero a las 9.30 a.m.
2. El Cardenal Joseph Ratzinger fue elegido Papa el 19 de abril de 2005, con 78 años de edad, después de dos días de cónclave tras la muerte de su antecesor Juan Pablo II, eligiendo el nombre de Benedicto XVI inspirado en la memoria de San Benito de Nursia y el Papa Benedicto XV, el Papa de la Paz .
3. Los Obispos de la Conferencia Episcopal de El Salvador, en unidad con el Clero, de nuestra Provincia Eclesiástica, compartimos en estos momentos el dolor de toda la Iglesia por la muerte de Su Santidad , el Papa Benedicto XVI. Junto al dolor, nos invade también un sentimiento de enorme agradecimiento por la vida y el legado de un pontífice que nos ayudó a permanecer arraigados en la fe, gozando y transmitiendo la alegría de ser cristianos en el mundo. No podemos sino dar gracias a Dios por un Papa que nos edificó siempre con su ejemplo de libertad, humildad, su amor a la verdad y su gran confianza en Dios.
4. Su vida fue para todos, el testimonio de una fe personal firme; sus enseñanzas y su sabiduría sirvieron de guía a generaciones enteras. Unidos al Santo Padre Francisco, rogamos a todos nuestros amados hermanos y hermanas que oren por el difunto Papa emérito, y pedimos también a todos orar por el Santo Padre y por toda la Iglesia.
5. Pedimos a todos los Párrocos, unidos a nuestros feligreses, encomendarlo al Señor en todas las Eucaristía que celebren, e stos días que estará en Capilla ardiente, y después de sus funerales, celebremos el novenario de misas que habitualmente hacemos por nuestros seres queridos difuntos. Rogamos, además, invitar a todos los fieles de las Comunidades parroquiales y de los Movimientos apostólicos a rezar el Santo Rosario por su eterno descanso.
Biografía del Papa Emérito Benedicto XVI
El cardenal Joseph Ratzinger, Papa Benedicto XVI, nació en Marktl am Inn, diócesis de Passau (Alemania), el 16 de abril de 1927 (Sábado santo), y fue bautizado ese mismo día. Su padre, comisario de la gendarmería, provenía de una antigua familia de agricultores de la Baja Baviera, de condiciones económicas más bien modestas. Su madre era hija de artesanos de Rimsting, en el lago Chiem, y antes de casarse trabajó de cocinera en varios hoteles.
en Cristo; para ello fue fundamental la actitud de su familia, que siempre dio un claro testimonio de bondad y esperanza, arraigada en la pertenencia consciente a la Iglesia.
En los últimos meses de la segunda guerra mundial fue enrolado en los servicios auxiliares antiaéreos.
De 1946 a 1951 estudió filosofía y teología en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising y en la universidad de Munich. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951.
Fuente: vatican.va
En este último año pasó a ser catedrático de dogmática e historia del dogma en la Universidad de Ratisbona, donde ocupó también el cargo de vicepresidente de la Universidad.
De 1962 a 1965 dio una notable contribución al concilio Vaticano II como "experto"; acudió como consultor teológico del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia.
Su intensa actividad científica lo llevó a desempeñar importantes cargos al servicio de la Conferencia episcopal alemana y en la Comisión teológica internacional.
En 1972, juntamente con Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y otros grandes teólogos, inició la revista de teología "Communio".
Pasó su infancia y su adolescencia en Traunstein, una pequeña localidad cerca de la frontera con Austria, a treinta kilómetros de Salzburgo. En ese marco, que él mismo ha definido "mozartiano", recibió su formación cristiana, humana y cultural.
El período de su juventud no fue fácil. La fe y la educación de su familia lo preparó para afrontar la dura experiencia de esos tiempos, en los que el régimen nazi mantenía un clima de fuerte hostilidad contra la Iglesia católica. El joven Joseph vio cómo los nazis golpeaban al párroco antes de la celebración de la santa misa. Precisamente en esa compleja situación, descubrió la belleza y la verdad de la fe
Un año después, inició su actividad de profesor en la Escuela superior de Freising. En el año 1953 se doctoró en teología con la tesis: "Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia de san Agustín".
Cuatro años más tarde, bajo la dirección del conocido profesor de teología fundamental Gottlieb Söhngen, obtuvo la habilitación para la enseñanza con una disertación sobre: "La teología de la historia de san Buenaventura".
Tras ejercer el cargo de profesor de teología dogmática y fundamental en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising, prosiguió su actividad de enseñanza en Bonn, de 1959 a 1963; en Münster, de 1963 a 1966; y en Tubinga, de 1966 a 1969.
El 25 de marzo de 1977, el Papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Munich y Freising. El 28 de mayo sucesivo recibió la consagración episcopal. Fue el primer sacerdote diocesano, después de 80 años, que asumió el gobierno pastoral de la gran archidiócesis bávara. Escogió como lema episcopal: "Colaborador de la verdad". Él mismo explicó: "Por un lado, me parecía que esa era la relación entre mi tarea previa como profesor y mi nueva misión. A pesar de los diferentes modos, lo que estaba en juego y seguía estándolo era seguir la verdad, estar a su servicio. Y, por
otro, escogí ese lema porque en el mundo de hoy el tema de la verdad se omite casi totalmente, pues parece algo demasiado grande para el hombre y, sin embargo, todo se desmorona si falta la verdad".
Pablo VI lo creó cardenal, del título presbiteral de Santa María de la Consolación en Tiburtino, en el consistorio del 27 de junio de ese mismo año.
cargo le fue asignada, además, la sede suburbicaria de Ostia.
En 1999 fue enviado especial del Papa a las celebraciones con ocasión del XII centenario de la creación de la diócesis de Paderborn, Alemania, que tuvieron lugar el 3 de enero.
Desde el 13 de noviembre de 2000 era Académico honorario de la Academia pontificia de ciencias.
por la Libre Universidad María Santísima Asunta (LUMSA) Roma, en 1999; por la Facultad de teología de la Universidad de Wroclaw (Polonia) en 2000.
En 1978 participó en el Cónclave, celebrado del 25 al 26 de agosto, que eligió a Juan Pablo I, el cual lo nombró enviado especial suyo al III Congreso mariológico internacional, celebrado en Guayaquil (Ecuador), del 16 al 24 de septiembre. En el mes de octubre de ese mismo año participó también en el Cónclave que eligió a Juan Pablo II.
Actuó de relator en la V Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, celebrada en 1980, sobre el tema: "Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo", y presidente delegado de la VI Asamblea general ordinaria, celebrada en 1983, sobre "La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia".
Juan Pablo II lo nombró prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, y presidente de la Pontificia Comisión bíblica y de la Comisión teológica internacional el 25 de noviembre de 1981. El 15 de febrero de 1982 renunció al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Munich y Freising. Lo elevó al orden de los obispos, asignándole la sede suburbicaria de Velletri-Segni, el 5 de abril de 1993.
Fue presidente de la comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia católica, que, después de seis años de trabajo (1986-1992), presentó al Santo Padre el nuevo Catecismo.
El Santo Padre, el 6 de noviembre de 1998, aprobó la elección del cardenal Ratzinger como vicedecano del Colegio cardenalicio, realizada por los cardenales del orden de los obispos. Y el 30 de noviembre de 2002, aprobó su elección como decano; con dicho
En la Curia romana, fue miembro del Consejo de la Secretaría de Estado para las Relaciones con los Estados; de las Congregaciones para las Iglesias orientales, para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, para los obispos, para la evangelización de los pueblos, para la educación católica, para el clero y para las causas de los santos; de los Consejos pontificios para la promoción de la unidad de los cristianos y para la cultura; del Tribunal supremo de la Signatura apostólica; y de las Comisiones pontificias para América Latina, "Ecclesia Dei", para la interpretación auténtica del Código de derecho canónico y para la revisión del Código de derecho canónico oriental. Entre sus numerosas publicaciones ocupa un lugar destacado el libro: "Introducción al Cristianismo", recopilación de lecciones universitarias publicadas en 1968 sobre la profesión de fe apostólica; "Dogma y revelación" (1973), antología de ensayos, predicaciones y reflexiones, dedicadas a la pastoral.
Obtuvo gran resonancia el discurso que pronunció ante la Academia católica bávara sobre el tema "¿Por qué sigo aún en la Iglesia?", en el que, con su habitual claridad, afirmó: "Sólo en la Iglesia es posible ser cristiano y no al lado de la Iglesia".
La serie de sus publicaciones prosiguió abundante en el decurso de los años, constituyendo un punto de referencia para muchas personas, especialmente para los que querían profundizar en el estudio de la teología. En 1985 publicó el libro-entrevista "Informe sobre la fe" y, en 1996, "La sal de la tierra". Asimismo, con ocasión de su 70° cumpleaños, se publicó el libro: "En la escuela de la verdad", en el que varios autores ilustran diversos aspectos de su personalidad y su obra.
Ha recibido numerosos doctorados "honoris causa" por el College of St. Thomas in St. Paul (Minnesota, Estados Unidos), en 1984; por la Universidad católica de Eichstätt, en 1985; por la Universidad católica de Lima, en 1986; por la Universidad católica de Lublin, en 1988; por la Universidad de Navarra (Pamplona, España), en 1998;
En sus primeras palabras, el ahora Sumo Pontífice Emérito recordó a San Juan Pablo II y se definió como un "simple y humilde trabajador en la viña del Señor".
"Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar también con instrumentos insuficientes, y sobre todo confío en vuestras oraciones… el Señor nos ayudará y María Santísima Madre está de nuestra parte", exclamó el Santo Padre ante una abarrotada Plaza de San Pedro el día de su elección.
El Papa Benedicto XVI durante ochos años como Santo Padre, continuó el camino de su predecesor y visitó 24 países de cuatro continentes en 100 días de los 2,800 de su pontificado, siendo Asia el único continente al que no llegó a ir. Publicó las encíclicas “Caritas in veritate”, “Spe Salvi”, “Deus caritas est”.
En una sorprendente e histórica decisión, el entonces Papa Benedicto XVI anunció el 11 de febrero de 2013 su renuncia al pontificado.
En aquella ocasión dijo que debido a su avanzada edad (estaba por cumplir 86 años) ya no tenía fuerzas para ejercer de forma adecuada el ministerio petrino.
Palabras del Papa Benedicto XVI en el discurso a los Obispos de El Salvador en visita "Ad Limina" - 28 de febrero de 2008
Papa Benedicto XVI: En su mayoría, el pueblo salvadoreño se caracteriza por tener una fe viva y un profundo sentimiento religioso. El Evangelio, llevado allí por los primeros misioneros y predicado también con fervor por pastores llenos de amor de Dios, como Mons. Óscar Arnulfo Romero, ha arraigado ampliamente en esa hermosa tierra, dando frutos abundantes de vida cristiana y de santidad. Una vez más, queridos Hermanos Obispos, se ha hecho realidad la capacidad transformadora del mensaje de salvación, que la Iglesia está llamada a anunciar, porque ciertamente «la Palabra de Dios no está encadenada» (2 Tm 2, 9) y es viva y eficaz (cf. Hb 4, 12).
Obispos de la Conferencia Episcopal de El Salvador en visita "Ad Limina" ante su Santidad Benedicto XVI en el año 2008. Izquierda a derecha: Mons. Fabio Colindres, Mons. Rodrigo Orlando Cabrera, Mons. José Luis Escobar Alas, Mons. José Adolfo Mojica Morales, Mons. Elías Rauda, Mons. Sáenz la Calle, Mons. Luis Morao, Mons. Romeo Tovar Astorga, Mons. Elías Samuel Bolaños, Mons. Miguel Ángel Morán Aquino, Cardenal Gregorio Rosa Chávez.
Papa Benedicto XVI entre los años 2005 y 2013 en
Nuncios Apostólicos Nombramientos Episcopales
Mons. Luigi Pezzuto
Mons. José Luis Escobar Alas
Arzobispo de San Salvador
Nuestro país
Mons. Fabio Reynaldo Colindres
Obispo de la Diócesis de San Miguel
Mons. Luigi Pezzuto fue nombrado Nuncio Apostólico de El Salvador el 2 de abril del 2005 por el Papa Juan Pablo II hasta el 17 de noviembre de 2012.
Mons. Léon Kalenga
Mons. José Luis Escobar Alas - Fue nombrado arzobispo de San Salvador el 27 de diciembre de 2006 y tomó posesión el día 14 de febrero de 2009 por el Papa Benedicto XVI.
Mons. Constantino Barrera Morales
Obispo de la Diócesis de Sonsonate
Mons. Fabio Colindres - El 2 de febrero de 2008 fue nombrado Ordinario Militar de El Salvador y recibió la consagración el 29 de febrero de 2008 conferida por su excelencia Monseñor Luigi Pezzuto, Nuncio Apostólico de su Santidad en El Salvador
Mons. José Elias Rauda Gutiérrez
Obispo de la Diócesis de San Vicente
Mons. Léon Kalenga Badikebele fue nombrado Nuncio Apostólico de El Salvador el 22 de febrero del 2013 por el Papa Benedicto XVI, hasta el 17 de marzo de 2018
Mons. Constantino Barrera Morales es nombrado Obispo de Sonsonate por el Papa Benedicto XVI el 11 de junio de 2012
Mons. Elías Rauda es nombrado obispo de la Diócesis de San Vicente por el Papa Benedicto XVI, el 12 de diciembre de 2009
Los restos mortales de Benedicto XVI reciben el homenaje de miles de fieles
Fuente: Vatican News
Tras un rito privado, los restos del Papa emérito fueron trasladados en mañana del 02 de enero desde el Monasterio Mater Ecclesiae, en la Basílica Vaticana, hasta el Altar de la Confesión. Permanecerán allí tres días, hasta el funeral, donde se espera una afluencia de 50-60 mil personas. Mientras tanto, miles de fieles hacen fila para presentar sus últimos respetos a Joseph Ratzinger.
El primero en entrar, a las 8:50 horas, en una basílica vaticana aún cerrada al público y con las luces tenues, fue el Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella. Con él estaba su hija Laura. Se detuvieron unos instantes en el lado derecho, con las manos juntas, para rezar y rendir homenaje al Papa emérito Benedicto XVI, cuyo cuerpo está expuesto desde ese día, hasta el 4 de enero a la veneración de los fieles en el Altar de la Confesión, exactamente igual que ocurrió con ocasión de los funerales de Juan Pablo II. Y es precisamente en la tumba de las Grutas Vaticanas donde antes estaba enterrado Wojtyla donde será enterrado Ratzinger, según ha confirmado hoy el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni.
Ministros y cardenales
Inmediatamente después de Mattarella llegaron la Primera Ministra, Giorgia Meloni, el Presidente del Consejo, Alfredo Mantovano, y el Ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida. La señal de la cruz, un breve arrodillamiento, y luego ellos también ocuparon sus lugares en uno de los cuatro bancos laterales. Al otro lado estaban el cardenal Michael Harvey, arcipreste de San Pablo Extramuros, y algunas religiosas recitan el rosario en voz baja. El cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la basílica de San Pedro, se encontraba en el centro saludando a los presentes. El cardenal, esta mañana, ha presidido el rito, que ha durado de 7:15 a 7:40 horas, tras el traslado del cuerpo del Papa emérito desde Mater Ecclesiae, el monasterio envuelto en vegetación en los Jardines Vaticanos que Joseph Ratzinger había elegido como residencia tras renunciar al papado en 2013.
El rito presidido por Gambetti
Desde la pequeña capilla donde el cuerpo de Benedicto descansó todo el día de ayer, expuesto junto a un gran crucifijo, un belén y un árbol de Navidad. Gänswein, los Memores Domini de confianza que han asistido diariamente a Ratzinger a lo largo de los años, los antiguos ayudantes de cámara y un pequeño grupo de la Mater Ecclesiae recitaron una breve oración, antes de que los restos del Papa emérito fueran trasladados en carroza desde la Sede Papal hasta la Basílica. Fue un corto recorrido por
una avenida de curvas y árboles que, durante todo el día de ayer, a partir de las primeras visitas privadas de obispos y cardenales, estuvo ocupada por cientos de personas que no quisieron esperar a la apertura de hoy de la Basílica y fueron a despedirse brevemente del Papa emérito. Un flujo que duró hasta última hora de la tarde.
Largas filas en San Pedro
Muchos volvieron a la plaza de San Pedro esta mañana, esperando en doble fila desde primeras horas de la mañana, envueltos en bufandas y abrigos. Las primeras estimaciones hablan de 15.000 personas. Se esperan entre 30 y 35 mil personas al día durante los tres días de exposición del féretro, del 2 por la mañana al 4 de enero por la tarde (horario hoy de 9.00 a 19.00 horas, mañana y pasado mañana de 7.00 a 19.00 horas). Ya lo había anticipado el sábado el prefecto de Roma, Bruno Frattasi, añadiendo que para el 5 de enero, día del funeral presidido por el Papa Francisco, se espera una afluencia de unas 50-60 mil personas.
Saludos y oraciones
Mientras tanto, el primer grupo, al abrir la puerta, recorrió rápidamente casi corriendo la nave de la basílica vaticana hasta el centro de San Pedro, donde sobre el catafalco cubierto de terciopelo ocre está colocado el cuerpo de Ratzinger. Viste ornamentos
litúrgicos rojos, mitra blanca, zapatos negros, sin palio ni cruz pastoral. Entre sus dedos entrelazados, un Rosario. Hay quien se persigna de rodillas, quien intenta robar una instantánea con su smartphone o simplemente se detiene a mirar. Muchas personas se detienen en las capillas laterales para rezar el Rosario o esperar la apertura del cordón para la Misa matutina en el Altar de la Cátedra.
Condolencias al "Padre Georg"
Es el momento de pasar junto al secretario personal, monseñor George Gänswein, y darle el pésame. Desde ayer, "Don Georg", como es conocido por el gran público, ha estado ocupado estrechando la mano de personas: ministros, senadores, obispos y antiguos alumnos de Ratzinger. Incluso grupos de señoras, como unas mexicanas que esta mañana dijeron que habían rezado todo el tiempo por la salud del Papa emérito y le pidieron una bendición. En la basílica también está Carmela, calabresa de 76 años: camina con dificultad a causa de una mala caída hace dos años y una operación en el fémur. Ayer estuvo en Mater Ecclesiae, hoy de nuevo en San Pedro. Las dos veces se arrodilló, con no poco esfuerzo: "Es la primera vez que doblo la pierna. Se lo debo a Benedicto. Le he seguido a todas partes a lo largo de los años, de Calabria a Roma. Ahora es un poco sacrificado, pero no podía faltar".
Fiesta Patronal de los Santos Niños Inocentes
El 28 de diciembre de 2022 se llevó a cabo la celebración de la Santa Misa Patronal en honor a los Santos Niños Inocentes, en la parroquia que lleva el mismo nombre en Antiguo Cuscatlán, la celebración fue presidida por Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador y concelebrada por sacerdotes de la diócesis. Durante la celebración se otorgó el sacramento de la confirmación a 4 jóvenes de la localidad.
La Iglesia venera a estos Inocentes como mártires de los primeros siglos después de la venida al mundo de Cristo, los conmemora cerca de la Navidad.
Santa Misa en honor a Santa María Madre de Dios
En la Solemnidad de la Virgen María madre de Dios, Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador, celebro la Santa Eucaristía en Catedral Metropolitana de San Salvador junto a él concelebraron los sacerdotes Francisco Cartagena, Guillermo Palacios y Carlos Campos.
Al inicio de su homilía el Señor Arzobispo brindo un mensaje de año nuevo a los feligreses: “Quiero expresar unas palabras de felicitación, muy sincera, muy de corazón. Les felicitamos con ocasión del nuevo año. Deseándoles que sea un año pleno de bendiciones del señor. Un año de salud, de éxitos, de libertad, un año de progreso y, sobre todo, colmado de los bienes espirituales. Que el Señor este siempre con ustedes, les de su santo espíritu, su gracia, su favor, su auxilio y su bendición perene”
El primer día del año celebramos la solemne fiesta de María, Madre de Dios. Este título se le atribuyó oficialmente a María en el concilio de Éfeso, del año 431;
pero ya se había consolidado en la devoción del pueblo cristiano desde el siglo III. En 1931, conmemorando el XV centenario del Concilio de Éfeso, el Papa Pío XI insertó la fiesta litúrgica en el calendario romano general. Con la reforma litúrgica
de 1969, pasó a celebrarse el 1 de enero como solemnidad. Este día está así lleno de celebraciones: la Octava de Navidad, la solemnidad de María, Madre de Dios y la Jornada Mundial de la Paz (desde 1968, con Pablo VI)
Parroquia San Cristóbal desarrolla caravana del Niño Jesús
El pasado 26 de diciembre la feligresía de la parroquia San Cristóbal en Jayaque realizó la primera caravana del Niño Jesús, la cual partió del Cantón San José los Sitios y finalizo en la Parroquia.
El párroco Javier Antonio expreso que durante la caravana se iba anunciando “El Niño Jesús había nacido y Feliz Navidad para todos”, así mismo durante la caravana se escucharon diferentes villancicos navideños. La actividad finalizo con la presentación de la pastorela donde participaron todos los cantones de la Parroquia.
Homilía para el domingo de la Fiesta de la Solemnidad de la Epifanía
Para este domingo, fiesta de la solemnidad de la Epifanía, se proclama el Evangelio de San Mateo, Ciclo A, el cuál nos narra como Jesús nace en Belén de Judá, donde llegan los Magos de Oriente a adorarlo.
Es importante recordar como el domingo pasado, la iglesia que es Madre, nos regalaba la solemnidad de Santa María Madre de Dios, que nos acompañará también a cada uno de nosotros en este año 2023.
La antífona de entrada para este domingo, nos anuncia que vendrá el Señor todo poderoso y que en su mano está el reino, la potestad y el imperio. Nos corresponde a cada uno de nosotros recibir al Señor y entregarle la llave, el código de barra o el código QR, para que entre en lo más profundo de nuestro corazón, lo salve y lo sane.
Hoy que celebramos la Epifanía del Señor, que es la revelación de Jesús al mundo, donde llegan los tres reyes magos como elegidos del mundo pagano, para reconocer y adorar a Jesús niño, como el Salvador de toda la humanidad; es también para nosotros, sobre todo al inicio de este año, la ocasión de reconocer y adorar al niño que nos ha nacido, como cantábamos la noche de Navidad con el salmista.
La liturgia de hoy nos presenta desde el profeta Isaías, la inmensa alegría que traerá a toda la humanidad el nacimiento del Salvador, que es la luz que ilumina a todo el universo, como dice el profeta: levántate y resplandece, Jerusalén porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti. Hermanos hoy es el día, el momento, la hora de levantarnos y mirar la estrella que nos llevará donde Jesús, nuestro Salvador. Explícitamente dice el salmista: Que te adoren, Señor, todos los pueblos (Salmo 71). Una invitación a adorar, a postrarse, ante aquel que nos defenderá, que nos librará, que nos ayudará y que se apiadará
del pobre y salvará la vida del desdichado.
Al escuchar a San Pablo a los Efesios, podemos afirmar la misericordia de Dios Padre todo poderoso al enviar a su único Hijo para la salvación de toda la humanidad, porque todos podemos participar de la herencia que Dios quiere darnos por medio de su Hijo Jesucristo.
Dios no hace excepción de personas, recordemos a Dimas, el llamado buen ladrón, que Cristo mismo ha canonizado al decirle “hoy estarás conmigo en el paraíso”. Este es el niño que nos ha nacido, viene a restaurar nuestras vidas, las cuales hemos perdido por causa del pecado.
Mateo nos narra el nacimiento de Jesús en Belén de Judá, donde llegaron los magos de oriente; ellos dentro de su corazón deseaban adorar al niño Jesús y se pusieron en camino guiados por una estrella.
Hoy 2023, al inicio de este año civil, pongámonos en camino, miremos al cielo, para que la estrella nos guíe, nos podamos encontrar con nuestro Salvador y entregarle todo lo que somos, hombres frágiles, pecadores necesitados de Él, para adorarlo
con todo nuestro corazón alma, cuerpo y mente.
No podemos terminar sin pedir la ayuda de nuestro Santo Oscar Romero. Monseñor en su homilía del 8 de enero de 1978 dice:
“Como los Magos de Oriente siguieron su estrella y se encontraron con Jesús llenándose de inmensa alegría su corazón, nosotros también, aun en las horas de la incertidumbre, de las sombras, de la oscuridad como las tuvieron también los Magos, no dejemos de seguir esa estrella, la de nuestra fe. La de la fidelidad de la idiosincrasia salvadoreña a esa fe que ilumina todos los pueblos”.
Queridos hermanos, todos estamos llamados a adorar a Jesús, nuestro profeta y nuestro Salvador; pues pidámosle a Dios, como nos invitaba la oración colecta para esta solemnidad de la Epifanía, nos conceda por la fe, contemplar la hermosura de tu excelsa gloria.
Buen domingo.
Santo Evangelio según San Mateo 2, 1-12 Solemnidad de la Epifanía del Señor
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.
Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
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