Domingo 11 de septiembre 2022

Alas, Arzobispo de San Salvador

22 de agosto al 4 de septiembre de 2022

La semana comprendida del 22 al 26, en la Casa de Retiros Brisas del Carmelo de Santa Tecla, se realizó la primera tanda de Ejercicios Espirituales del Clero arquidiocesano, fue predicado por Su Excelencia Reverendisima Mons. Walter Guillén Soto, sdb, Obispo de la Diócesis de Gracias, Honduras. El tema fundamental de los santos ejercicios fue “El Sacerdocio Hoy”. Fue una experiencia maravillosa de encuentro con Dios, en un ambiente muy propicio de reflexión profunda. Agradecemos al Señor Obispo de Gracias, por su bondad de visitarnos desde Honduras para predicar los santos ejercicios a nuestro clero y felicitamos también a los sacerdotes que participaron en esta tanda por el excelente trabajo realizado. Agradecemos a todos los que han estado orando por el fruto de esos santos ejercicios.

El sábado 27, a las 10:00 a.m., visité la Parroquia de Aguilares, dedicada al Señor de las Misericordias, para presidir la solemne Eucaristía de Ordenación

Presbiteral del Diacono Nelson Francisco Menjívar Cano, fue una celebración muy linda con gran participación de fieles, verdaderamente una gran fiesta eclesial. Concelebraron conmigo. El Padre Héctor Figueroa, párroco de esa Iglesia, el Padre Oscar Álvarez, rector del Seminario San José de la Montaña y un buen número de sacerdotes, participó la familia del Padre Nelson Francisco Menjívar y una gran cantidad de fieles. Hubo una excelente participación litúrgica y el ambiente era de inmensa alegría. Felicitamos de corazón al nuevo sacerdote, el Padre Nelson Menjívar, a su Familia, a la Comunidad de Aguilares de la que él es originario y nos congratulamos todos con ese inmenso Don que Dios nos hace, al darnos un nuevo sacerdote.

El domingo 28, por la mañana visité el Seminario San José de la Montaña, para asistir a la Convivencia Vocacional que se realiza mensualmente y animar a los jóvenes aspirantes a ingresar el próximo año al seminario. Nos llena de esperanza el ver un buen número de buenos jóvenes que con generosidad aspiran dedicar su vida al Señor sirviendo a la iglesia en el sacerdocio. Agradezco la oración por las vocaciones que continuamente se elevan a Dios, pidiendo envíe obreros a su mis. El miércoles 31, recibí como es costumbre, la visita de los sacerdotes, quienes en buen número nos visitaron para tratar diversos temas pastorales y personales

Durante la noche del miércoles tuvimos una reunión virtual de los Obispos Presidentes de las Conferencias Episcopales de Centro América, para preparar la reunión del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC). Que tendrá lugar en Panamá, del 21 al 25 de noviembre del corriente año.

El domingo 04 de septiembre, visité la Parroquia del Divino Niño, en la Colonia de Sitio del Niño, San Juan Opico, para celebrar las Fiestas patronales de esa comunidad parroquial concelebraron conmigo, el Padre Juan José Pineda Ramírez, párroco de esa comunidad, el Padre Marco Tulio Henríquez, párroco de San José Villanueva y el Padre Erck Ramos Linares, nos asistieron el Diácono René Hernández y el Diácono Eduardo Turcios. Fue una celebración muy hermosa con la participación de muchos fieles, el majestuosa templo parroquial estaba completamente lleno de feligreses y algunos tuvieron que participar desde el atrio. La celebración se desarrolló en un ambiente de mucha fe, devoción y alegría. Felicitamos al Párroco y a esa querida parroquia por su fe y devoción al Divino Niño Jesús.

Palabras del Arzobispo Principales Compromisos de Monseñor José Luis Escobar

EJERCICIOS ESPIRITUALES DEL CLERO ORDENACIÓN PRESBITERAL CONVIVENCIA VOCACIONAL REUNIÓN DEL CONSEJO DE PRESIDENCIA DEL SEDAC

FIESTA PATRONAL, PARROQUIA EL DIVINO NIÑO, SITIO DEL NIÑO

Cartas del Obispo

SACRAMENTO EL ORDEN SACERDDOTAL (I)

San Salvador, 11 de septiembre de 2022

Los Padres Conciliares anotaron algunas ideas importantes sobre la divina elección que Jesús hizo de algunos hombres con el santo objetivo de dedicarse al Sacerdocio: El mismo Señor, para que los fieles se fundieran en un solo cuerpo, en que "no todos los miembros tienen la misma función" (Rom 12, 4), entre ellos constituyó a algunos ministros que, ostentando la potestad sagrada en la sociedad de los fieles, tuvieran el poder sagrado del Orden, para ofrecer el sacrificio y perdonar los pecados, y desempeñar públicamente, en nombre de Cristo, la función sacerdotal en favor de los hombres.

Después de su elección (cf. Mc 3, 13-19) caminaron tres años al lado del Maestro hasta que, la noche en que iba a ser entregado mientras celebraba el Memorial de su Sacrificio (es decir, la Eucaristía) instituyó el Sacerdocio: Jesús incluye a los Apóstoles en su propia ofrenda y les manda perpetuarla (cf. Lc 22, 19). Así Jesús instituye a sus apóstoles sacerdotes de la Nueva Alianza: "Por ellos me consagro a mí mismo para que ellos sean también consagrados en la verdad" (CIC 611).

Este es el sacerdocio de la Nueva Alianza. En la Antigua Alianza, si recordamos rápidamente la historia del pueblo de Israel, Dios escogió una tribu completa para encargarse de la tienda de la alianza, sus objetos y enseres (cf. Nm 1, 50). Por esta razón, manda a Moisés: Encarga a Aaron y a sus hijos que ejerzan el sacerdocio… (Nm 3, 10) y, en consecuencia, mandó: Aparta a los levitas de los demás israelitas y dáselos a Aarón y a sus hijos (Nm 3, 9). Sin embargo, el antiguo sacerdocio levita, pese al anuncio de la palabra de Dios y a los sacrificios que realizaba para restablecer la comunión entre Yahvé y el pueblo (cf. CIC 1540): Era incapaz de realizar la salvación (CIC 1540).

Cristo; en cambio, instituyó el único sacerdocio (cf. CIC 1544): "mediante una sola oblación ha llevado a la perfección para siempre a los santificados" (Hb 10,14), es decir, mediante su muerte que, consiste en el único sacrificio de su vida en Cruz (cf. CIC 1544). El sacrificio redentor de Cristo es único, realizado una vez por todas. Y por esto se hace presente en el sacrificio eucarístico de la Iglesia. Lo mismo acontece con el único sacerdocio de Cristo: se hace presente por el sacerdocio ministerial sin que, con ello se quebrante la unicidad del sacerdocio de Cristo… Esto hace de Cristo el verdadero sacerdote; y a los escogidos ministros suyos (cf. CIC 1545).

En la actualidad, después del Concilio Vaticano II de manera especial, la Iglesia hace la diferencia entre el Sacerdocio Ministerial y el sacerdocio bautismal. Este último hace alusión a una de las tres investiduras que todo bautizado y confirmado recibe al celebrar ambos Sacramentos de iniciación: Reyes, sacerdotes y profetas (cf. CIC 1547). Ahora bien, el Sacerdocio Ministerial está al servicio del sacerdocio común ayudándole al desarrollo de su gracia bautismal (cf. CIC 1547).

Hasta aquí podemos resumir que hemos descrito brevemente los tres tipos de sacerdocio conocidos: El levítico (Antigua Alianza); el común de todo católico bautizado y confirmado; y el Sacerdocio de la Nueva Alianza instituido por Jesús en la Última Cena, llamado también, Sacerdocio Ministerial.

A lo anterior, hay que agregar que, el Sacerdocio Ministerial tiene tres grados:

1. Ordo episcoporum; es decir, el episcopado

2. Ordo presbyterorum; o sea, el presbiterado; y,

3. Ordo diaconorum; que hace referencia al diaconado.

Tres grados que, de ningún modo son sinónimo de competencia por alcanzar los primeros puestos. Lo dijo el Papa Francisco durante la visita pastoral a las diócesis de Piazza Armerina y de Palermo con ocasión del 25 aniversario de la muerte del Beato Pino Puglisi, cuando tuvo su encuentro con el clero, los religiosos y los seminaristas en la Catedral de Palermo, el 15 de septiembre de 2018: La nuestra, queridos sacerdotes, no es una profesión sino una donación, no un trabajo, que puede servir incluso para hacer carrera, sino una misión. Al ser, el sacerdocio un don, las personas deberán evitar, en palabras del Papa Francisco: la competición, los celos, los arribistas... porque eso, no es cristiano.

Los tres órdenes aquí enumerados son únicamente para el SERVICIO de la comunidad a la cual somos llamados a servir. Sobre todo, si recordamos que el sacerdocio ha sido instituido por Jesús, es mayor el deber de imitarlo en su entrega; incluso hasta la muerte. Tres órdenes de los cuales estaremos profundizando más en la próxima catequesis sobre este Sacramento.

José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador

La parroquia Divino Niño Jesús, Sitio del Niño en San Juan Opico, celebró su fiesta patronal este 4 de septiembre donde se realizó la Santa Eucaristía que fue presidida por Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador junto a él estuvieron, los Padres Juan José Pineda, Erick Ramos, Marco Tulio García y los diáconos Rene Hernández Rosa y Eduardo Turcios.

Fiesta Patronal en Honor a Santa Rosa de Lima

Con el lema, “Como dice Santa Rosa: Ir a la Misión es una gran cosa.” La Parroquia Santa Rosa de Lima, ubicada en Cuscatancingo

Patrona

agosto

presente año.

Este año las fiestas en torno a Santa Rosa de Lima dieron inicio el pasado 21 de agosto con la Santa Eucaristía, donde se inició la novena en honor a nuestra Patrona.

En el ámbito cultural se realizó el desfile del correo el cual contó con la presencia de las doce princesas que representaron a las cinco zonas y siete pastorales. Por la tarde se realizó un torneo de futbol el cual estuvo a cargo del Consejo Juvenil de la parroquia.

nuestra parroquia Santa Rosa de Lima, mostrando así los lazos fraternos que se viven entre parroquias.

El Domingo 28 se realizó el turno parroquial el cual se llevó a cabo desde las 6:00 am hasta las 8:00 pm, se tuvo ventas de comida, concursos de poesía, canto y dibujo, juegos de mesa y diferentes puntos artísticos.

El martes 30 culminaron las fiestas patronales con la Misa Patronal en honor a Santa Rosa de Lima a las 7:00 pm, precedida por Monseñor Oswaldo Escobar, obispo de Chalatenango, donde la feligresía con fe y devoción se hizo presente, luego de la Santa eucarística se llevó a cabo la quema de pólvora y toritos para dar por finalizada la fiesta a Santa Rosa de Lima.

Isabel Flores de Oliva, mejor conocida con el nombre Rosa, fue la primera mujer americana declarada Santa por la Iglesia Católica.

Santa Rosa fue laica con una vida consagrada a Dios, pero en su propia casa. Fue debido a su santidad que se convirtió en la primera santa que antes de ser canonizada es proclamada Patrona de Perú, América y Filipinas.

Año con Año la Parroquia Santa Rosa de Lima de Cuscatancingo realiza actividades litúrgicas y culturales para celebrar a su Patrona.

El lunes 22 se realizó una Misa Solemne a las 7:00 pm por los 18 años de la consagración del templo parroquial, la cual fue precedida por el Padre Julio Eduardo Escobar. Del 23 al 29 de agosto se inició con el Santo Rosario para luego salir en procesión y terminar con la Santa Eucarística, las cuales eran precedidas por Sacerdotes invitados.

El 27 de agosto, se celebró la misa en la Parroquia Inmaculada Concepción de María para luego salir en procesión hacía

Por: Fátima Saraí Escobar Comité de Comunicaciones Santa Rosa de Lima

“Dios se ha hecho un niño, para que nos acerquemos a él y encontremos en él la salvación”.

Fragmento de la homilía de Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador

Poner las finanzas al servicio del bien común

Este año se realizará el primer encuentro presencial de la Economía de Francisco, comunidad que convocó el Papa Francisco y en la cual hemos trabajado desde 2019. La economía de Francisco busca nuevas visiones de la economía, una más humana, de cuido y de justicia. El encuentro serán los días 22, 23 y 24 de septiembre.

Tomando como base las enseñanzas de San Francisco de Asís, así como de todos nuestros santos, con la guía del Papa y con mucho esfuerzo de muchos jóvenes por dar un cambio de rumbo la Economía de Francisco es un espacio de diálogo, pero más importante, de acción. Desde El Salvador participo en la Economía de Francisco desde 2019, desde el primer llamado, fuimos 500 jóvenes economistas, empresarios y generadores de cambio quienes atendimos al llamado desde el Vaticano, acompañados de colegas y maestros, como Amartya Sen y Muhammed Yunus, así como muchos otros. Hemos propiciado espacios de crecimiento académico con nuevos enfoques, nuevas dimensiones de análisis y nuevos proyectos centrados en el Ser Humano y el cuido del medio ambiente. Hoy mi rol es el de coordinador de la Villa de Negocios y Paz, Paz que tanto hace falta y que tanto buscamos y llevamos buscando.

El diálogo es el único proceso hacia la paz, la cohesión, el reconocimiento como hermanos y prójimos, y el sabernos parte de la estructura social a la que abonamos para

la generación de los procesos de paz. San Francisco de Asís nos enseña que la buena administración de los bienes, los cuales son compartidos con nosotros por parte de El Creador, tiene como objetivo el desarrollo del ser humano, de todos, sin distinción. Que la paz no se convierta en un bien de cambio, que la paz sea el único motivo, razón y objetivo. Ya San Oscar Romero lo establecía en su homilía en 1977 donde dijo “Estas injustas desigualdades, estas masas de miseria que claman al cielo son un anti-signo de nuestro cristianismo. Están diciendo ante Dios que creemos más en las cosas de la tierra que en la alianza de amor que hemos firmado con Él, y por esa alianza con Dios todos los hombres deben sentir que somos hermanos...”

Este 22, 23 y 24 de septiembre tendremos espacios de diálogo con participantes de todo el mundo de esta ya tan grande comunidad, firmaremos, también, un pacto de trabajo con el Santo Padre. La economía ya no puede verse como algo separado de las personas, como algo ajeno y lejano, es

la cotidianeidad, la administración de los bienes, de los recursos, el trabajo que tanto da, y la vida que debe ser digna gracias a esto. Hay que replantear lo que es la economía, el abordaje de la misma, lo necesitamos como hermanos, lo necesita el planeta tierra que tanto llora el abuso desmedido del sistema productivo explotador, lamentos que ahora vemos en nuestro país con un cambio climático cada vez más presente. Que Dios nos guíe, nos de paciencia y sabiduría, que la Economía de Francisco tenga su eco en El Salvador por una mejor realidad.

“Señor, si tuviéramos algunas posesiones, necesitaríamos armas para defendernos. Y de ahí nacen las disputas y pleitos, que tienden a impedir de múltiples formas el amor a Dios y al prójimo; Es por eso que no queremos tener nada temporal en este mundo”.

(San Francisco de Asís)

Por: Ricardo Flores

Los 7 Dolores de la Virgen María

Fuente: AciPrensa

Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

Primer Dolor: La profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús

Por el dolor que sentiste cuando Simeón te anunció que una espada de dolor atravesaría tu alma, por los sufrimientos de Jesús, y ya en cierto modo te manifestó que tu participación en nuestra redención sería a base de dolor; te acompañamos en este dolor... Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes.

Dios te salve María...

Segundo Dolor:

La huida a Egipto con Jesús y José Virgen María: por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir precipitadamente tan lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al ser tu Hijo tan pequeño; al poco de nacer, ya era perseguido de muerte el que precisamente había venido a traernos vida eterna; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las tentaciones del demonio.

Dios te salve María...

Tercer Dolor: La pérdida de Jesús

Por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al perder a tu Hijo; tres días buscándolo angustiada; pensarías qué le habría podido ocurrir en una edad en que todavía dependía de tu cuidado y de San José; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por malos caminos.

Dios te salve María...

Cuarto Dolor: El encuentro de Jesús con la cruz a cuestas camino del calvario

Por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte; Él, que era creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún mayor sería el dolor espiritual por ser una burla y una humillación tan grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue.

Dios te salve María...

Quinto Dolor:

La crucifixión y la agonía de Jesús

Por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.

Dios te salve María...

Sexto Dolor:

La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto

Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sentirías como si la hubieran dado en tu propio corazón; el Corazón Divino, símbolo del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino también a nosotros por quienes dio la vida; y Tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvían muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados; te acompañamos en este dolor... Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como El nos amo.

Dios te salve María...

Septimo Dolor:

La crucifixión y la agonía de Jesús

Por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.

Dios te salve María...

El Papa de la sonrisa

mientras en realidad lo que quiere es que su aceptación, su poder aumenten, su figura, su capacidad de tener las cosas en un puño.

El Evangelio nos dice que Jesús no actúa de ese modo. El estilo de Dios es distinto. Es importante entender cómo actúa Dios. El estilo de Dios es distinto porque Él no instrumentaliza nuestras necesidades, no usa nunca nuestras debilidades para engrandecerse a sí mismo. Él no quiere seducirnos con el engaño, no quiere distribuir alegrías baratas ni le interesan las mareas humanas. No profesa el culto a los números, no busca la aceptación, no es un idólatra del éxito personal. Al contrario, parece que le preocupa que la gente lo siga con euforia y entusiasmos fáciles.

privilegios, y la aspiración de recibir reconocimientos, entre otras cosas. Esto sucede hoy entre los cristianos. Pero este no es el estilo de Jesús. Y no puede ser el estilo del discípulo y de la Iglesia. Si alguno sigue a Jesús por intereses personales, se ha equivocado de camino.

Jesús estaba en camino hacia Jerusalén y el Evangelio de hoy dice que junto con Él «iba un gran gentío» (Lc 14,25). Ir con Jesús significa seguirlo, es decir, ser sus discípulos. Sin embargo, a estas personas el Señor les hace un discurso poco atractivo y muy exigente: el que no lo ama más que a sus seres queridos, el que no carga con su cruz, el que no renuncia a todo lo que posee no puede ser su discípulo (cf. vv. 2627.33). ¿Por qué Jesús dirige esas palabras a la multitud? ¿Cuál es el significado de sus advertencias? Intentemos responder a estas preguntas.

En primer lugar, vemos una muchedumbre numerosa, mucha gente que sigue a Jesús. Podemos imaginar que muchos habían quedado fascinados por sus palabras y asombrados por los gestos que realizó; y, por tanto, habían visto en Él una esperanza para su futuro.

¿Qué habría hecho cualquier maestro de aquella época, o -podemos preguntarnosqué habría hecho un líder astuto al ver que sus palabras y su carisma atraían a las multitudes y aumentaban su popularidad? Sucede también hoy, especialmente en los momentos de crisis personal y social, cuando estamos más expuestos a sentimientos de rabia o tenemos miedo por algo que amenaza nuestro futuro, nos volvemos más vulnerables; y, así, dejándonos llevar por las emociones, nos ponemos en las manos de quien con destreza y astucia sabe manejar esa situación, aprovechando los miedos de la sociedad y prometiéndonos ser el “salvador” que resolverá los problemas,

De esta manera, en vez de dejarse atraer por el encanto de la popularidad, porque la popularidad encanta, en vez de dejarse atraer por el encanto de la popularidad, pide que cada uno discierna con atención las motivaciones que le llevan a seguirlo y las consecuencias que eso implica.

El Señor pide otra actitud. Seguirlo no significa entrar en una corte o participar en un desfile triunfal, y tampoco recibir un seguro de vida. Al contrario, significa cargar la cruz (cf. Lc 14,27). Es decir, tomar como Él las propias cargas y las de los demás, hacer de la vida un don, gastarla imitando el amor generoso y misericordioso que Él tiene por nosotros. Se trata de decisiones que comprometen la totalidad de la existencia; por eso Jesús desea que el discípulo no anteponga nada a este amor, ni siquiera los afectos más entrañables y los bienes más grandes.

Quizá muchos de esa multitud, en efecto, seguían a Jesús porque esperaban que fuera un jefe que los liberara de sus enemigos, alguien que conquistara el poder y lo repartiera con ellos; o bien, uno que, haciendo milagros, resolviera los problemas del hambre y las enfermedades. De hecho, se puede ir en pos del Señor por varias razones, y algunas, debemos reconocerlo, son mundanas.

Detrás de una perfecta apariencia religiosa se puede esconder la mera satisfacción de las propias necesidades, la búsqueda del prestigio personal, el deseo de tener una posición, de tener las cosas bajo control, el ansia de ocupar espacios y obtener

Pero para hacer esto es necesario mirarlo más a Él que a nosotros mismos, aprender a amar, obtener ese amor del Crucificado. Allí vemos el amor que se da hasta el extremo, sin medidas y sin límites. La medida del amor es amar sin medida.

Nosotros mismos -dijo el Papa Luciani«somos objeto, por parte de Dios, de un amor que nunca decae» (Ángelus, 10 septiembre 1978). Que nunca decae, es decir, que no se eclipsa nunca en nuestra vida, que resplandece siempre sobre nosotros y que ilumina también las noches más oscuras.

Y entonces, mirando al Crucificado, estamos llamados a la altura de ese amor: a purificarnos de nuestras ideas distorsionadas

sobre Dios y de nuestras cerrazones, a amarlo a Él y a los demás, en la Iglesia y en la sociedad, también a aquellos que no piensan como nosotros, e incluso a los enemigos.

Amar; aunque cueste la cruz del sacrificio, del silencio, de la incomprensión y de la soledad, aunque nos pongan obstáculos y seamos perseguidos. Porque -como dijo también Juan Pablo I- si quieres besar a Jesús crucificado «no puedes por menos de inclinarte hacia la cruz y dejar que te puncen algunas espinas de la corona, que tiene la cabeza del Señor» (Audiencia General, 27 septiembre 1978).

El amor hasta el extremo, con todas sus espinas; no las cosas hechas a medias, las componendas o la vida tranquila. Si no apuntamos hacia lo alto, si no arriesgamos, si nos contentamos con una fe al agua de rosas, somos —dice Jesús— como el que quiere construir una torre, pero no calcula bien los medios para hacerlo; éste “pone los cimientos” y después “no puede terminar el trabajo” (cf. v. 29). Si, por miedo a perdernos, renunciamos a darnos, dejamos las cosas incompletas: las relaciones, el trabajo, las responsabilidades que se nos encomiendan, los sueños, y también la fe.

Y entonces acabamos por vivir a medias; y cuánta gente vive a medias, también nosotros, muchas veces tenemos la tentación de vivir a medias. Vivir sin dar

nunca el paso decisivo, esto significa vivir a medias, sin despegar, sin apostar todo por el bien, sin comprometernos verdaderamente por los demás. Jesús nos pide esto: vive el Evangelio y vivirás la vida, no a medias sino hasta el extremo. Vive el Evangelio, vive la vida sin concesiones.

bienes materiales, sino sobre todo vencer la tentación de poner el propio “yo” en el centro y buscar la propia gloria. Por el contrario, siguiendo el ejemplo de Jesús, fue un pastor apacible y humilde. Se consideraba a sí mismo como el polvo sobre el cual Dios se había dignado escribir (cf. A. Luciani/Juan Pablo I, Opera omnia, Padua 1988, vol. II, 11). Por eso, decía: «¡El Señor nos ha recomendado tanto que seamos humildes! Aun si han hecho cosas grandes, digan: siervos inútiles somos» (Audiencia General, 6 septiembre 1978).

Con su sonrisa, el Papa Luciani logró transmitir la bondad del Señor. Es hermosa una Iglesia con el rostro alegre, un rostro sereno y un rostro sonriente, que nunca cierra las puertas, que no endurece los corazones, que no se queja ni alberga resentimientos, que no está enfadada, una Iglesia no enfadada, ni es impaciente, que no se presenta de modo áspero ni sufre por la nostalgia del pasado, cayendo en el ‘indietrismo’.

Hermanos, hermanas, el nuevo beato vivió de este modo: con la alegría del Evangelio, sin concesiones, amando hasta el extremo. Él encarnó la pobreza del discípulo, que no implica solo desprenderse de los

Roguemos a este padre y hermano nuestro, pidámosle que nos obtenga “la sonrisa del alma”, aquella transparente, que no engaña, “la sonrisa del alma”; supliquemos, con sus palabras, aquello que él mismo solía pedir: «Señor, tómame como soy, con mis defectos, con mis faltas, pero hazme como tú me deseas» (Audiencia General, 13 septiembre 1978). Amén.

Jornada Pastoral del Clero

HISTORIA DE LA FIESTA DE LA NATIVIDAD DE MARÍA

V, donde estaba la tradición viva de la casa del nacimiento. Se observa como la piedad cristiana y la liturgia ya influían en Jerusalén. Se cree que la fiesta surgió como resultado de una dedicación de una iglesia a María, a la par de las piscinas probáticas relacionando al Santuario de Santa Ana (Jn 5, 1-18).

Por: Pbro. Héctor Pinto

himnógrafo griego que vivió ente los años 536-566. El himno narra la natividad de María según el protoevangelio de Santiago, y habla como se celebraba con gran alegría la fiesta.

La primera fuente que narra la Natividad de la Virgen María es el libro apócrifo de Protoevangelio de Santiago1, donde su valor no consiste en aportar datos históricos, sino en ser testimonios de la fe y la piedad de los fieles de los primeros tiempos, por esto no tiene un fundamento bíblico. Este evangelio coloca la Natividad de María en Jerusalén, se menciona a sus dos padres Joaquín y Ana, un lugar donde existió una basílica en honor a María, según cuenta varios testimonios y las investigaciones arqueológicas, entre los años 400 y 600. El motivo de este silencio de los autores del Nuevo Testamento es debido a que han preferido hablar de Jesucristo y de su obra salvífica, por lo cual a los autores le interesaban otros personajes solo cuando estos ilustran un fin principal de salvación.

Esta fiesta nació en Oriente, con mucha probabilidad en Jerusalén, hacia el siglo

La fiesta es fijada el 8 de septiembre, La fijación de la fecha de la Natividad de María delimito la fecha de la Inmaculada Concepción. Los estudiosos afirman que esta fiesta fue colocada acá porque septiembre es el mes donde inicia el año litúrgico Bizantino: Santa María, aurora del tiempo de salvación, inaugura el tiempo del culto.

El primer documento que existe sobre la fiesta es un himno de Romano el Cantor2,

Para finalizar recordamos como en la Marialis cultus3, donde el Papa San Pablo VI ayuda a disipar dudas y a favorecer la devoción a la Virgen, redescubre el puesto que ocupa dentro el culto cristiano en la sagrada liturgia donde el misterio de Cristo desde la Encarnación hasta la espera de su venida gloriosa se puede descubrir la memoria de la Madre dentro del ciclo anual de los misterios del Hijo, invita a ver que esta fiesta de la Natividad de María es esperanza de todo el mundo y aurora de Salvación.

1Es el libro apócrifo (del griego από: fuera, lejos κρυφος: secreto, oculto) ortodoxo más antiguo, de lengua greca, de los que se conservan íntegros, se debe el título de protoevangelio de Santiago al humanista francés Guillermo Postel, SI (+1581) quien lo dio a conocer en occidente. Postel creía que la primera parte del protoevangelio (c.1-21) pertenecía al Evangelio canónico de san Marcos. El supuesto autor a quien se atribuye para dar mayor autoridad al relato es Santiago el Menor, el hermano del Señor, que era más conocido que el hijo de Zebedeo (cf. Epílogo no. 25). El texto actual fue fijado por Tischendorf. Consta de tres partes: 1. Vida de María hasta el nacimiento de Cristo (c. 1-16); 2. Nacimiento de Jesús y maravillas que le acompañan (c17-21); 3. Matanza de los Inocentes y martirio de Zacarías (c22-24) El relato se cierra con un epílogo (c.25). Los capítulos del no. 1-21 fueron escritos en el transcurso del siglo II y el resto no posterior al siglo IV. Cf. A. DE SANTOS OTERO, Los Evangelios Apócrifos, BAC, Madrid 2017, pp. 120-129; Cf. Preparado por G. GHARIB, Maria di Nazaret secondo gli apocrifi, Ed. Città Nuova, Roma 2001; L GAMBERO, Maria el pensiero dei padri della Chiesa, Ed. Apoline, Cinisello Balsamo 1991, pp. 27-35.

2«Proemio: Joaquín y Ana fueron liberados del deshonor de la esterilidad, y Adán y Eva de la ruina de la muerte por tu santa natividad, oh inmaculada. También te festeja tu pueblo, reo de los tropiezos para ser rescatado y gritándote: La estéril da a luz a la Madre de Dios y alimento de nuestra vida».

ROMANO EL CANTOR, Himnos/1, Ed. Ciudad Nueva, Madrid 2012, pp. 51-52. 3AAS 66 (1974), pp. 113-168.

DIRECTORIO

Pbro. Edwin Henríquez Director

Pbro. Carlos Chavarría Colaborador

Pbro. Simeón Reyes Editor

Daniel González Diseño y Corrección

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Santo Evangelio según San Lucas 15,1-32 del Domingo XXIV del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: «Ese acoge a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo esta parábola: «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice: “¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. O ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice: “Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».

También les dijo: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se dijo:

«Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”. Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”. Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

Este le contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”. El padre le dijo: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».