S • E • M • A • N • A • R • I • O ÓRGANO
13 de
de 2022 Año LXX Nº 6188 $ 0.30
OFICIOSO DEL ARZOBISPADO DE SAN SALVADOR.
noviembre
Palabras del Arzobispo Principales Compromisos de Monseñor José Luis Escobar
Alas, Arzobispo de San Salvador del 24 de octubre al 6 de noviembre de 2022
EJERCICIOS ESPIRITUALES DEL CLERO CONDECORACIÓN A MONS. SANTO ROCCO GANGEMI
MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS POR MINISTERIO SACERDOTAL DEL CARDENAL GREGORIO ROSA CHÁVEZ ASAMBLEA DE LÍDERES DE MOVIMIENTOS Y ASOCIACIONES ORDENACIÓN DE TRES DIÁCONOS
CONFIRMACIONES EN PARROQUIA SANTA CATARINA DE APOPA
En la semana del 24 al 28, en la Casa de Oración Brisas del Carmelo de Santa Tecla, se realizó la segunda tanda de Ejercicios Espirituales del Clero arquidiocesano, fueron predicados por Su Excelencia
Reverendisima Mons. Walter Guillén Soto, sdb, Obispo de la Diócesis de Gracias, Honduras. El ambiente fue de mucha espiritualidad y fraternidad. Sin duda serán unos Ejercicios espirituales de muchos frutos, para beneficio de todos. Agradecemos de corazón al Mons. Guillén su gran bondad de predicarnos las dos tandas de Ejercicios espirituales, y de manera tan excelente; y, felicitamos la participación de todos los sacerdotes.
El miércoles 26, visité Casa Presidencial, para acompañar a Su Excelencia Reverendísima Mons. Santo Rocco Gangemi, quien recibió la Condecoración Orden Nacional José Matías Delgado en el grado Gran Cruz de Plata, en un acto de reconocimiento por su extraordinaria labor diplomática en nuestro país. Estaba invitado el Cuerpo diplomático, algunas personalidades y de parte de la Iglesia, el Señor Cardenal Gregorio Rosa Chávez y este servidor, ambos estuvimos presentes, el evento se desarrolló en un ambiente de mucho respeto y atención para con todos los presentes.
El viernes 28, a las 11:00 a.m., en la Parroquia San José de la Montaña celebramos una Solemne Eucaristía de acción a Dios por el gran trabajo pastoral de Su Eminencia Reverendísima Cardenal Gregorio Rosa Chávez, con ocasión de haberle aceptado la renuncia al cargo de Obispo auxiliar Su Santidad, el Papa Francisco; y a la vez, para
agradecerle a nuestro querido Cardenal su gran obra en esta arquidiócesis. La eucaristía presidida por Su Eminencia y concelebrada por Mons. Santo Rocco Gangemi, Mons. Walter Guillen, Obispo de Gracias, este servidor y el clero de nuestra Arquidiócesis. En seguida tuvimos un almuerzo fraterno en el Seminario San José de la Montaña, en honor al Señor Cardenal, Rosa Chávez.
El Señor Cardenal se manifestó muy agradecido por el evento y nosotros con Él. Pedimos al Señor recompense con creces a nuestro querido Cardenal el inmenso bien que nos ha hecho y sigue haciéndonos.
El sábado 29, en la parroquia Corazón de María, a las 10:00 a.m., asistí a la Asamblea de Líderes de Movimientos y Asociaciones de nuestra Arquidiócesis. Presidió la Asamblea el Padre Edgardo Reyes, Delegado diocesano para los Movimientos y Asociaciones, le acompañaba el Padre Gonzalo Ortega. Eran 40 líderes y representantes de los Movimientos apostólicos de nuestra arquidiócesis. En mi mensaje les invité a seguir adelante, cultivando la Comunión eclesial, la dimensión martirial y misionero de nuestra pastoral diocesana. El Encuentro se realizó en un clima de mucha alegría y de gran comunión eclesial.
En diferentes días de la semana recibí la visita de sacerdotes y algunos laicos que deseaban compartir inquietudes, experiencias y pedir alguna orientación. Es siempre un gusto muy grande recibirles y escucharles, en ese ambiente de comunión eclesial que nos une.
El sábado 5, a las 10:00 a.m., en nuestra Catedral presidí la santa Misa y conferí el
Orden del Diaconado a tres seminaristas del Seminario Misionero Arquidiocesano Redemptoris Mater: Diego José Márquez Rodenas, Walter Alfonso Sigüenza Retana y Oscar Josécarlos López González. Concelebraron conmigo, el Equipo formador del Seminario Redemptoris Mater, un buen número de sacerdotes de distintas partes del país incluso algunos venidos de Guatemala. Estaban presentes, el Equipo de Catequistas Internacional, los seminaristas, las familias de los ordenandos, las comunidades neocatecumenales a las pertenecen los nuevos diáconos, y un gran número de fieles. Fue una celebración muy linda, en un ambiente de mucha espiritualidad y gran alegría.
El domingo 6, a las 3:00 p.m., visité la Parroquia Santa Catarina de Apopa, para presidir la santa Misa y conferir el Sacramento de la Confirmación, a un grupo de 190 jóvenes que durante el año habían recibido su catequesis de preparación para la recepción de dicho sacramento. Concelebraron conmigo el Padre Luis German Molina, párroco de esa Iglesia parroquial y el Padre Manuel Ángel Escobar, vicario parroquial. Hubo una gran participación litúrgica por parte de todos. La celebración fue muy solemne y a la vez de mucha alegría por la recepción del sacramento de la Confirmación en ese gran número de jóvenes acompañados de sus padrinos y familiares. Felicitamos de corazón a todos y a cada uno de los jóvenes confirmados y a toda esa querida parroquia. Les deseamos a todos abundantes bendiciones del Señor.
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2
LOS MANDAMIENTOS INTRODUCCIÓN
( II )
Santo Tomás de Aquino al predicar sobre los mandamientos explicaba que estos a la venida de Jesús fueron perfeccionados por la ley del amor, superando con ello, la antigua ley de la Escritura que, pese a impulsar a obrar la virtud y apartarse de los vicios, lo hacía por la vía del temor. Superior era, pues la ley del amor como se reflexiona a continuación.
La ley del amor o ley evangélica mueve al ser humano a hacer el bien motivado por el amor y nunca por el temor. El temor tiene sobre el ser humano un efecto opresor; y, en consecuencia, esclavizante. El pueblo de Israel, precisamente, a la llegada de Jesús, padecía bajo la opresión de un gravoso aparato legal, compuesto al menos por 613 preceptos. La ruptura de algunos de ellos preceptos conllevaba un castigo severo que podía consistir; por ejemplo, en: flagelación, multas, destierro, esclavitud, la ley del talión; y en su forma más cruel, la lapidación. Castigos suficientes para intimidar a cualquier persona, haciéndole olvidar el amor.
El legalismo imperaba por doquier, convirtiendo a todo ese aparataje legal en una carga insoportable no solo para el pueblo. Los fariseos y doctores de la Ley oprimidos por su peso se conformaban con aparentar su fiel cumplimiento; de otra forma no podrían exigir al pueblo hacer su parte. No pasando desapercibido – para Jesús – este fenómeno de los pastores de Israel, lanza las famosas invectivas recogidas por San Lucas: ¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de verduras y descuidan la justicia y el amor de Dios! Eso es lo que hay que observar sin descuidar lo otro (Lc 11, 42); o ¡Ay de ustedes también, doctores de la ley, que imponen a los hombres cargas insoportables, pero ustedes ni siquiera mueven un dedo para llevarlas! (Lc 11, 46). O en San Mateo cuando citando al profeta Isaías, Jesús declara: ¡Hipócritas! … Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí; el culto que me dan es inútil (Mt 15, 7-9). Sus palabras y su actitud de ningún modo eran sinónimo de rechazo o deseo de abolir la Ley; en su lugar, Jesús declaró: No piensen que he venido a abolir la ley o los profetas. No vine para abolir, sino para cumplir… Por tanto, quien quebrante el más mínimo de estos mandamientos y enseñe a otros a hacerlo será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero quien lo cumpla y lo enseñe será considerado grande en el reino de los cielos (Mt 5, 17-19). Y pedía vivirlos en perfección. Perfección que únicamente podría darla el amor.
Al joven rico que pregunta qué hacer para alcanzar la vida eterna, contesta: Guarda los mandamientos (Mt 19, 16). Como el joven respondió que cumplía con los mandamientos, Jesús le responde: Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme (Mt 19, 21). Al doctor de la Ley que, para ponerlo a prueba pregunta lo mismo que el joven rico, Jesús responde con otra pregunta: ¿Qué está escrito en la Ley? (Lc 10, 26), contestando de inmediato: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo (Lc 10, 27); concluyendo Jesús con la indicación a hacer lo mismo (cf. Lc 10, 28).
En ambos pasajes resalta el amor, siempre el amor, dando a la Ley su verdadero sentido y utilidad: cuidar la justicia y el amor de Dios (cf. Lc 11, 42). La ley vista desde esta perspectiva libera de todo temor: En el amor no cabe el temor, antes bien, el amor desaloja el temor. Porque el temor se refiere al castigo, y quien teme no ha alcanzado un amor perfecto (1Jn 4, 18). San Pablo, además de explicar que la ley del amor supera el temor. Declara que, por el amor queda abolida la esclavitud pasando de ser esclavos a ser hijos adoptivos de Dios; y Dios; por su parte, se revela como el Abba Padre: ustedes no han recibido un espíritu de esclavos, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos que nos permite llamar a Dios Abba, Padre (Rm 8, 15).
Sin embargo, en lo espiritual, estos dos estilos de vida tan contradictorios están sujetos a elección de cada individuo: ¿Somos súbditos o hijos? – pregunta el Papa Francisco, respondiendo – Mil veces tenemos que elegir entre una mentalidad de esclavo y una mentalidad de hijos. El mandamiento es del señor, la palabra es del Padre1. Entonces, como bautizado, nadie puede escoger el camino de la esclavitud que no es más que el camino de la antigua ley. Cada bautizado deberá escoger o la esclavitud o la filiación con el Abba Padre que es fruto de la ley del amor el cual permite cumplir los mandamientos como camino de amor2, y como camino hacia la libertad3. Con estas ideas en mente, comenzaremos a partir de la siguiente catequesis a reflexionar sobre cada uno de los mandamientos con el objetivo de ir descubriendo que estas diez palabras son un consejo de amor del Padre no para limitar sino para ensanchar el camino de sus hijos e hijas hasta las máximas alturas de la caridad y el amor al prójimo, camino que conduce al cielo.
1
Cf. Audiencia General, 13 de junio de 2018.
3
Cf. Audiencia General, 20 de junio de 2018.
3 13 de noviembre de 2022
San Salvador, 13 de noviembre de 2022
José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador
Papa Francisco en Audiencia General. Plaza de San Pedro, 20 de junio de 2018.
¿Qué temas trata el Libro-Entrevista con el Cardenal Rosa Chávez?
Muchas personas están deseosas de leer esta obra en la que nuestro cardenal nos abre “el baúl de sus recuerdos”. El libro ya está en la fase de impresión y, Dios mediante, saldrá a la calle a fines del presente mes. Les adelantamos el índice de la obra y el bello testimonio de Monseñor Ricardo Urioste sobre el martirio de nuestro Santo Monseñor Romero.
Testimonio de Monseñor Ricardo Urioste sobre el martirio de Monseñor Romero
Así cuenta el Padre Gregorio Rosa su experiencia ante el cuerpo sin vida de nuestro amado pastor y mártir. El texto lo encontramos en el libro “Conversaciones con el cardenal Gregorio Rosa Chávez”:
Vi a monseñor en una camilla de lámina, con sus ornamentos sacerdotales morados, sin vida, con el rostro sereno, sin rasgos de sangre, pues ya le habían limpiado. Algunas religiosas rezaban a su alrededor. Creo que fui uno de los primeros sacerdotes que rezaron un responso por él. Había un grupo de gente pensando qué hacer, o qué decir porque se temía lo peor. Todos estábamos desconcertados. Me uní a ellos junto al Vicario General, monseñor Ricardo Urioste, quien formuló las primeras declaraciones oficiales, que fueron las siguientes:
Todo el pueblo salvadoreño está de luto. Gracias al Señor por habernos dado un Arzobispo tan valioso, por habérnoslo concedido durante tres años, tan profundamente cristiano y sacerdote, amante de la justicia y la paz. Esa es la razón de su asesinato: haber querido la justicia y la paz Todo el pueblo de El Salvador está de luto, hay algunos que están de gozo, es una gracia negra, el pecado mayor.
Con él pensamos en tantos salvadoreños que han sido y están siendo asesinados. Y pensamos que nuestro arzobispo tan querido y admirado, tan hombre de fe y oración.
Nadie como él oraba en este país. Con qué sencillez rezaba su rosario y su breviario, con qué fervor se hincaba delante del Santísimo. Era un hombre que todos queríamos y que no vamos a poder sustituir.
Pero la Iglesia no depende de un hombre, sabe cuál es su misión, dirigida por sus pontífices, sobre todo por el Evangelio. Seguirá pensando en Dios, en el hombre, y en la Iglesia.
Esta es la muerte más triste que ha habido en el país. Todas las muertes son tristes y dolorosas, muchos han sufrido el martirio en sus seres queridos, ellos saben ahora lo que la Iglesia está sufriendo, pero las fuerzas del infierno no prevalecerán contra ella.
Una oración por él, por el país.
(Monseñor Ricardo Urioste, Vicario General, 24 de marzo de 1980).
4 13 de noviembre de 2022
Jornada de Evaluación del Plan Pastoral de la Arquidiócesis de San Salvador
El martes 8 y miércoles 9 de octubre se llevó a cabo la jornada de evaluación del Plan Pastoral en el Salón Rossi de la Iglesia Don Rúa en San Salvador, donde se evaluó el tema “Promover el compromiso martirial, para la vivencia de un evangelio encarnado que transforme la humanidad y suscite testigos de la fe” que es el Objetivo Específico 5 del Plan Pastoral Arquidiocesano.
En la Evaluación de la Jornada estuvo presente el Cardenal Gregorio Rosa Chávez y Monseñor José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador, el cual opino sobre si ha cumplido el tema de este año del Plan Pastoral en nuestra Arquidiócesis dijo: “Personalmente, yo creo que sí, que se ha cumplido, eso si nunca las cosas son perfectas, siempre tenemos que trabajar
y motivarnos para ir adelante, pero se ha cultivado bastante esta dimensión, se ha tenido muy en cuenta, en el plan pastoral la dimensión martirial entendido sobre todo como un testimonio. De hecho, todo el plan pastoral va en esta dinámica, de cualidades, de virtudes, de autenticidad de vida y el aspecto material ha estado muy presente. Además, hemos tenido la dicha, que este año ha sido la beatificación de nuestros mártires en enero 22, hoy el 14 de octubre estuvimos con su Santidad el Papa, para darle gracias. Todo esto es providencial y que viene a confirmar desde el cielo, lo que estamos trabajando, no todo está hecho y tenemos que seguir, son dimensiones que vamos a seguir cultivando, pero bastante hemos logrado gracias a Dios.”
5 13 de noviembre de 2022
Campaña Pro-Obras Arquidiocesanas Arzobispado de San Salvador
COMUNICADO DE PRENSA "Cristiano la Iglesia es Comunión"
Inicio Campaña No. 39, Noviembre 06 de 2022 Campaña Pro-Obras Arquiciocesanas Catedral Metropolitana
El Señor Jesús nos dice: “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos” (Mt 28,19). Este llamado a evangelizar no es una discreta invitación sino Un auténtico mandato a realizar nuestra Vocación cristiana. La Iglesia, fiel a este llamado, renueva constantemente su compromiso a evangelizar a través de innumerables obras de promoción humana, de asistencia social, de formación, de atención espiritual y sacramental. Cada comunidad trabaja por fortalecer sus lazos y vivir la comunión, brindar los sacramentos, hacer crecer sus instituciones, mantener sus parroquias, misionar en el barrio y asistir a los más necesitados. Pero, para llevar adelante esta obra evangelizadora, es necesario buscar caminos, también “evangelizadores”, para sostenerla y hacerla crecer.
En la Arquidiócesis de San Salvador, desde 1984, la Campaña Pro-Obras Arquidiocesanas o Campaña de las Alcancías: “CRISTIANO LA IGLESIA ES COMUNIÓN”, surge como un medio para canalizar el fruto de la corresponsabilidad de los miembros de la comunidad eclesial, que una vez evangelizados y conscientes de ser Iglesia ponen el ser y el tener en función del crecimiento del Reino de Dios, ofreciendo a todos los bautizados la oportunidad de colaborar al sostenimiento de las obras pastorales. Este día, la Campaña Arquidiocesana, hace el Lanzamiento Oficial la Campaña: “CRISTIANO LA IGLESIA ES COMUNIÓN”, COLECTA 2022, EN SU TRIGÉSIMA NOVENA CAMPAÑA.
Gracias a las Miles de Familias que en la Colecta del año pasado recibieron en su casa la Alcancía que su parroquia les entregó y con el esfuerzo de todas ellas se recaudó una suma bastante considerable, la cual como en años anteriores se ha utilizado para beneficiar diferentes proyectos parroquiales y pastorales, tales como: “Proyectos de Infraestructura, construcción de Templos y Ermitas, Ampliaciones, Remodelaciones, cambio de techo, cambios de piso, compra de bancas, Sonido, entre otros proyectos”.
Durante los 39 años de Historia de la Campaña se han realizado miles de proyectos en las parroquias más pobres y necesitadas de nuestra arquidiócesis.
Así mismo, se continúa brindado apoyo a nuestros Seminaristas, a la Formación Espiritual del Clero, a la Pastoral Juvenil, a la Jornada de la Paz, a los Medios Católicos, y contamos, además; con los recursos necesarios para continuar impulsando esta gran obra de solidaridad. Agradecemos la generosidad de todas las familias que con tanto amor ayudan a las obras.
Hoy damos por inaugurada la Campaña de las Alcancías (COLECTA 2022) en todas las Parroquias de la Arquidiócesis y con ello, la oportunidad de colaborar al sostenimiento de las obras pastorales está nuevamente al alcance de todos; porque “DANDO ES COMO RECIBIMOS”
Los Voluntarios Parroquiales, encargados de esta gran obra estarán visitando los hogares para entregar las Alcancías que durante seis semanas permanecerán en los hogares (Del 1° de Noviembre al 15 de Diciembre 2022), con el fin de que los miembros de todas las familias depositen en ella el fruto de su sacrificio voluntario, que tanto beneficio lleva a las Parroquias que más lo necesitan. De igual forma, los Voluntarios Parroquiales pasaran a recogerlas entre el 16 al 23 de diciembre.
"Dios Ama al que da con Corazón Alegre" 2 Corintios 9,7
Mayor información:
Vilma R. de Sánchez
Correo: campanapro_obras@arzobispadodesansalvador.org
Facebook: arzobispadocampana1984@gmail.com
Tel: (503) 2234-5306, 2225-1956, cel. 7600-9002
6 13 de noviembre de 2022
Madre y Patrona de la Republica de El Salvador Novena
de Nuestra Señora de la Paz
1.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración Preparatoria
Soberana Virgen María, que por poner paz en la guerra que hay entre Dios y el hombre hicisteis bajar aquella luz divina del Cielo a la Tierra, siendo Vos, Señora, la escogida para Madre suya, por lo que en el Cielo os adoran por Reina los Espíritus Angélicos y demás cortesanos de la Gloria, y en la tierra os veneramos todas las criaturas por Reina y Madre de Paz. Humildemente os rogamos que nos pongáis en paz con vuestro unigénito Hijo Jesús, para que acertemos a serviros, y logremos lo que en esta novena pedimos, y deseamos, si es del agrado de vuestro Hijo Jesús, que vive y reina con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
7 13 de noviembre de 2022
5.Padre
nuestro, Ave maría y Gloria
2. 3.
4.Oración
10
Se meditan los textos de cada día Pág. 8 - 9 - 10
Final Pág.
Primer Día
Oración
¡Oh Dios y Señor Omnipotente, que para librar a vuestro pueblo israelítico de la tiranía del Faraón tomasteis por medio aquella zarza que entre incendio se conservó en el Monte Horeb! Así pues, para redimirnos a nosotros pecadores, que somos los verdaderos israelitas, escogisteis a María Santísima para haceros hombre en su vientre virginal, quien jamás tocó la llama de la culpa, ni perdió la hermosura de la gracia. Os rogamos, Señor, que por aquel fuego de amor que os hizo bajar del Cielo a la Tierra, no ardamos en el fuego de la lascivia, para que a imitación de esta celestial Señora, guardemos en todas nuestras acciones pureza y castidad. Amén.
Se rezan nueve Ave Marías en memoria de los nueve meses que tuvo María a su Santísimo Hijo.
Oración de la Novena
¡Oh Virgen Madre! Por aquel acto de humildad y redimiento con que disteis vuestro consentimiento al Arcángel San Gabriel para que el Verbo Divino se hiciese hombre en vuestro vientre Virginal, y este mismo consentimiento fue medio para que se hiciesen las paces entre Dios y el hombre, os pedimos y suplicamos Señora nos alcancéis de vuestro Hijo, verdadera obediencia para estar pronto a vuestros divinos mandamientos, como lo estuvo Moisés llegando descalzo a las zarzas desapropiado de todos los bienes terrenales, nos entreguemos de veras a Dios, y consigamos la gracia, para ver y adorar a vuestra admirable hermosura por toda la eternidad de la gloria. Amén.
Segundo Día Oración
¡Oh Dios Padre de todo consuelo! Por qué virtud de la vara de Moisés, disteis a conocer a todos los egipcios de la eficacia de vuestro divino poder, y principalmente distribuyendo la dureza del Faraón; os pedimos y suplicamos Señor, que por esta Vata, María Santísima de la Paz, doméis nuestros apetitos, refrenéis nuestras pasiones y ablandéis la dureza de nuestros corazones; para que logrando
con vuestros auxilios, al quedar libres de nuestras culpas, logremos salir en paz en esta vida para gozarnos por eternidades en la gloria. Amén Se rezan nueve Ave Marías en memoria de los nueve meses que tuvo María a su Santísimo Hijo.
Oración de la Novena
¡Santísima Virgen María! Vara mística de Moisés, con la que obró Dios tantos prodigios y milagros, pues con ella abrió Moisés el Mar Bermejo en calle, para que pasara seguro el pueblo israelítico y quedara libre del cautiverio del Faraón; os pedimos y suplicamos, Señora, que siendo la escogida por Madre de Paz logremos ésta, triunfando mediante vuestros socorros, mundo y carne para ir a gozaros por eternidades en la gloria. Amén.
Oración de la Novena
¡Oh Santísima Virgen María! Que fuisteis escogida como Columna fuerte para trono de aquel Dios y Señor que habitó y habitará siempre en las alturas con el Espíritu Santo, pues por virtud de vuestra firmeza, descendió del cielo a la tierra y encarnó en vuestro vientre virginal siéndole éste, nueve meses agradable tabernáculo; os pedimos y suplicamos, Señora, con todo rendimiento, el que guiéis a nosotros los israelitas de la ley de gracia, para no errar el camino de la bienaventuranza, enciéndenos en fuego de divino amor para que liberes de la oscuridad de la culpa, no padezcamos del fuego del infierno. Amén.
Cuarto Día
Oración
Tercer Día Oración
¡Oh Dios y Señor de toda piedad! Que para socorrer las necesidades de vuestro pueblo israelítico, después de haberlos liberado de las tiranías de los egipcios y de su cautiverio les disteis aquella fuerte columna, para que de día en forma de nube lo defendiera de los rayos y ardores del sol, y de noche tomando la de fuego, lo alumbrara para librarlo de todos los riesgos y tropiezos. Os pedimos y suplicamos, Señor, que por medio de esa misteriosa Columna, María Santísima de Paz, nos veamos libres de los riesgos de vuestra justicia, y consigamos la gracia para veros y gozaros en la gloria. Amén.
Se rezan nueve Ave Marías en memoria de los nueve meses que tuvo María a su Santísimo Hijo.
¡Oh Dios y Señor de infinita providencia! Que con especialidad la disteis a conocer a los de Betulia, tomando por instrumento aquella famosa y valiente mujer llamada Judith, que introduciéndose con maña en el ejército triunfador de Holofernes, sin que se manchase su honestidad con culpa alguna, le cortó la cabeza, llevándola a Betulia; por lo que todos sus moradores celebraron la victoria, cantándole muchas alabanzas. Os pedimos y suplicamos, Señor nosotros que somos los verdaderos betulines; cantemos con todo amor y reverencia, a vuestra Madre María Santísima de la Paz, la victoria, pues quedó triunfante del cerco que el Dragón intentó ponerle con la culpa de la mancha original, quedando pura, limpia y preservada para todo el resto de su vida para que alabándola y bendiciéndola, salgamos en paz de esta vida, para gozaros por eternidades en la Gloria. Amén.
Se rezan nueve Ave Marías en memoria de los nueve meses que tuvo María a su Santísimo Hijo.
Oración de la Novena
¡Oh Virgen Santísima, llena de Gracia! Pues con ella fuisteis prevenida en todo tiempo, para ser digna Madre de Dios, excediendo en Santidad y gracia desde el primer instante de vuestro purísimo ser, a los montes más altos en santidad; por lo que no tuvo residencia el Dragón con toda su batería, para manchar vuestra gracia y santidad, pues triunfasteis mejor que la valiente Judith, de los ejércitos infernales; por lo
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que os pedimos y suplicamos, Señora, que intercedaís con vuestro Santísimo Hijo, que nos dé auxilio para triunfar de nuestros enemigos e ir a gozarlos por la eternidad en la gloria. Amén.
Quinto Día
Oración
¡Oh Dios Señor Omnipotente! Como lo manifestaste todo el tiempo a vuestras criaturas, pues por haber cumplido Noé con el precepto de fabricar el Arca a medida de vuestra Providencia, libró la vida él y su familia, y no experimentaron los riesgos de vuestro justo enojo; manifestando en esto a todos los descendientes del segundo Adán, Noé, que para librarnos del diluvio de castigos que tenemos merecidos por nuestros pecados, nos ampararemos de la mejor Arca de Noé, nuestra Santísima Madre; por lo que hoy pedimos y suplicamos, Señor, nos des auxilio para cumplir con vuestros divinos preceptos y conseguir la gracia, para ir a gozarnos por eternidades en la gloria. Amén.
Se rezan nueve Ave Marías en memoria de los nueve meses que tuvo María a su Santísimo Hijo.
Oración de la Novena
¡Oh Santísima Virgen María Reina de la Paz! Fuente inexpugnable para defensa y resguardo de nosotros pecadores, pues Dios os tenía escogidos para Arca y sagrario tuyo; os pedimos y suplicamos, Señora que intercedáis con vuestro Santísimo Hijo, que así como a Noé le libró de los divinos preceptos, nos dé a nosotros su auxilio para que cumplamos con la ley evangélica y podamos pasar de esta a la otra vida, con los olivos de paz, a gozar en la gloria. Amén.
Sexto Día
Oración
¡Oh Dios y Señor de misericordia! Que habiendo el Rey Asuero mandado promulgar en su Corte y demás providencias de su Corona, un edicto condenando a muerte a todos los israelitas de su reino, tomasteis por instrumento a la piadosa Ester, para que con sus ruegos los librase de la muerte; os suplicamos Señor por la Divina Virgen, Vuestra Santísima Madre de
Paz, nos libréis de la muerte, de la culpa, para ir a gozaros por la eternidad en la gloria. Amén.
Se rezan nueve Ave Marías en memoria de los nueve meses que tuvo María a su Santísimo Hijo.
Oración de la Novena
¡Oh Santísima Virgen María Reina de la Paz! Si Mardoqueo y los demás israelitas, luego que supieron la sentencia de muerte y que estaban condenados por el Rey, se vistieron de saco y silicio, y encubrieron su cabezas de cenizas y postrados en la tierra suplicaron a la Reina Ester intercediese por ellos para que se derogase el decreto en que estaban condenados; os pedimos y suplicamos Señor, rendidos a vuestros pies soberanos, alcanceís de vuestro piadosísimo Hijo, auxilios para desnudarnos de todas las galas y adornos mundanos, y que nos vistamos del traje de penitencia, no solo en lo exterior, sino también en lo interior, para ir a alabaros y gozaros por toda la eternidad. Amén.
Se rezan nueve Ave Marías en memoria de los nueve meses que tuvo María a su Santísimo Hijo.
Oración de la Novena
¡Oh Santísima Virgen María Reina de la Paz! reina y madre de todos los salvadoreños, vos que sois el signo grande de predestinados, pues os dejasteis ver revestida del Sol Divino, coronada de estrellas y pisando la luna, ven en socorro nuestro, quebrando la cabeza al soberbio dragón, para nuestro alivio. Os pedimos y suplicamos, Señora que socorráis nuestras necesidades, confortéis nuestras flaquezas, y encendáis con el calor de aquel Sol Divino que os sirve de manto, nuestros helados corazones, en amor de vuestro Santísimo Hijo para que logremos la dicha de gozaros en el Cielo. Amén.
Octavo Día
Oración
¡Oh Dios y Señor Amantísimo! para librar a Nabal de la muerte el enojo a David intentaba darle tomasteis por medio que saliese la prudente y hermosa Abigail a encontrarle, quien saludándolo con todo rendimiento y ofreciéndole el presente que le llevaba, concluyó su Súplica llenándolo de Bendiciones; OS pedimos y Suplicamos Señor, que por los ruegos de la prudentísima, hermosísima y celestial Abigail, nuestra Santísima Madre María de la Paz, nos libre de todos los riegos de esta vida y en gracia, nos llevaréis a la otra a gozaros para siempre. Amén.
Se rezan nueve Ave Marías en memoria de los nueve meses que tuvo María a su Santísimo Hijo.
Oración de la Novena
Séptimo Día
Oración
¡Oh Dios Señor Omnipotente! Que coronasteis a María Santísima de lúcidas y hermosas estrellas y adornasteis de indecible gloria; Cuyo poder y soberanía sujetó al infernal Dragón; postrándole a sus purísimas plantas; con todo rendimiento os pedimos y suplicamos Señor, por esta bellísima Señora de Paz, vuestra Purísima Madre, nos concedáis auxilio para hacer verdadera penitencia de nuestros enemigos, para poder ir a gozaros por eternidades en la gloria. Amén.
¡Oh Piadosísima Virgen María Reina de la Paz! Que para suspender el justo enojo de vuestros Santísimo Hijo, y que no descargue sobre nosotros justicia, por inobedientes a sus divinos llamamientos y avisos, como Madre de pecadores que fuiste constituida en el Solio de la Cruz, de continuo estás prevenida, para hacerle reverentes súplicas y librarnos de los castigos que merecemos por nuestros pecados; os pedimos y suplicamos, Señora nos alcancéis de vuestro Santísimo Hijo, el que estamos pronto a abrazar sus llamamientos y avisos, para ser felices en la otra vida. Amén.
9 13 de noviembre de 2022
Noveno Día
Oración de la Novena Oración
¡0h Dios y Señor Omnipotente! Que por la escala de tanto olor y Fragancia que formó María Santísima con sus poderosos ruegos, hicisteis descender sin dilación alguna a vuestro Unigénito Hijo, a hacerse hombre en su vientre virginal; así Señor, os dignasteis por la súplica de los moradores de la ciudad de San Miguel, el que hallaron en las riberas del mar Sur, una bellísima imagen de vuestra Santísima Madre, sin que las adversidades del naufragio le hubieran desfigurado los tamaños de su hermosura; antes bien los golpes que padeció de los herejes, «que niegan el uso y veneración de las imágenes de los Santos», le aumentaron más su belleza; entrando a tomar posesión de dicha ciudad, el día en que celebra nuestra Madre iglesia, la presentación al templo de vuestra Santísima Madre, jurándola con el título de Paz, la misma ciudad, tanto porque en aquel tiempo surcaban en estos mares del Sur los piratas enemigos de nuestra Religión Católica, cuanto porque en todas las tempestades de fuego del volcán, y movimientos de la tierra, imploran y experimentan los moradores de dicha ciudad su patrocinio. Por tanto; os pedimos y suplicamos Señor, poniendo de intercesora a nuestra Santísima Madre de Paz, el aumento de nuestra Santa fe católica, la destrucción de las herejías, la paz entre los Reyes y Príncipes Cristianos, descanso de las almas del Purgatorio, reducción de pecadores, salud a los enfermos, consuelo a los afligidos, socorro a los desvalidos, y mediante vuestros favores consigamos ir a gozaros eternamente en la gloria. Amén. Se rezan nueve Ave Marías en memoria de los nueve meses que tuvo María a su Santísimo Hijo.
¡Oh Santísima Virgen María! Reina de la Paz, Madre y Patrona de nuestro país, El Salvador, qur por más que aclamaron los antiguos Padres del Cielo por que viniera el Divino Salvador del Mundo, no lo consiguieron hasta que vos Señora, orasteis al Padre Eterno, para que enviara a su Unigénito Hijo, quien obligado de vuestras súplicas envió un Ángel con la embajada: y al consentir Vos, Señora, con ella, por aquellas palabras: "He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra" al punto que el Verbo Divino se hizo hombre en vuestras virginales entrañas, y habitó con los hombres. Os pedimos y suplicamos, Señora, que así como nos concedió Vuestro Santísimo Hijo, el hallar vuestra bellísima imagen en las riberas del Mar del Sur, como escudo fuerte para nuestra defensa; así nos conceda el que aceptemos a pedir socorros para apartarnos de todas las ocasiones de pecar, y conseguir la gracia para gozarnos por eternidades en la Gloria. Amén.
Oración Final
Madre dignísima del Divino Verbo; amable Princesa del Reino celestial y de toda la creación; amparo, socorro, defensa y consuelo de los que en Vos confían y vuestro patrocinio imploran; yo la más indigna de cuantas criaturas existen en la tierra, vengo a suplicaros humildemente, me alcancéis la infinita misericordia del altísimo, el perdón de mis pecados, el remedio de mis males y el don de la perseverancia final. También os suplico, amorosísima Madre nuestra, os dignéis favorecer espiritual y temporalmente a mi familia, a todo mi pueblo y en general a todos mis prójimos; dignáos, Sacratísima Señora, combatir la impiedad, destruir la herejía, establecer la paz y fomentar la Religión de Vuestro Divino Hijo para que florezca por todas partes, principalmente entre nosotros, donde hay tanto descuido en el cumplimiento de los santos mandamientos y de las prácticas piadosas. Infundid en nuestros corazones el santo amor de Dios y la tierna devoción para que, sirviendo a nuestro creador y redentor con buenas obras, y alabando vuestras grandezas y bondad, logremos vivir y morir en paz, y poseer la eterna felicidad del Cielo. Amen
10 13 de noviembre de 2022
Inicio de Campaña Pro-Obras Arquidiocesanas No. 39
El pasado 6 de noviembre en la Santa Eucarística Dominical en Catedral Metropolitana de San Salvador, dio inicio la campaña ProObras Arquidiocesana No.39 con el lema “Dios ama al que da con corazón alegre”, donde los voluntarios Parroquiales, encargados de esta gran obra estarán visitando los hogares para entregar las alcancías que durante 6 semanas permanecerán en sus hogares. Francisco de León, asistente de la campaña Pro-Obras Arquidiocesanas mando un mensaje para la feligresía para que puedan realizar su aporte a beneficio de nuestras iglesias más necesitadas “El lema de este año es DIOS AMA AL QUE DA CON CORAZÓN ALEGRE, vivamos y hagamos vida este lema, atreves del sacrificio voluntario que vamos a depositar en la alcancía, porque vamos a continuar en la labor de evangelización, ya que esta ayuda que usted va a depositar, se va a traducir en obras en beneficio de cada parroquia de las más necesitadas”.
Ordenación
Diaconal
El pasado sábado 5 de noviembre, en Catedral Metropolitana de San Salvador, se llevó a cabo una solemne Eucarística Diaconal, donde se ordenaron diáconos, 3 seminaristas del Seminario Misionero Arquidiocesano Redemptoris Mater. La Santa misa fue presidida por Monseñor José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador.
11 13 de noviembre de 2022
De Izquierda a Derecha: Diacono Diego José Márquez Rodenas, Monseñor José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador; Diacono Walter Alfonso Siguenza Retana y Diacono Oscar Josécarlos López González
Imágenes de la primera procesión de todos los santos en la Iglesia San Cristóbal, Jayaque
Cada 1 de noviembre la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de Todos los Santos, de todos sin excepción, tanto los reconocidos como los anónimos. Es la gran celebración de aquellos que comparten el triunfo y la gloria de Cristo eternamente, en virtud del esfuerzo en seguir de cerca al Maestro, cooperando con su gracia.
Y para conmemorar la solemnidad de todos los Santos, el pasado domingo 6 de noviembre en la Iglesia San Cristóbal en Jayaque, realizaron la primera procesión en honor a ellos, donde se manifestó la fe de todos los fieles que participaron en dicha actividad.
Iglesia en el Mundo
Papa Francisco visita Santa María la Mayor para agradecer frutos del viaje a Bahrein
Tras arribar de su viaje a Bahrein, el Papa Francisco acudió este domingo 6 a la Basílica de Santa María la Mayor para rezar ante el icono de la Salus Populi Romani y agradecer a la Virgen por los frutos de su visita al emirato árabe.
La Sala de Prensa de la Santa Sede informó que “esta tarde, de retorno de Bahrein, como sucede al término de cada viaje apostólico, el Papa Francisco ha ido a la Basílica de Santa María la Mayor para detenerse en oración delante del icono de la Virgen Salus Populi Romani”.
“Al término de la visita a Santa María la Mayor, el Papa Francisco volvió al Vaticano”.
12 13 de noviembre de 2022
La Voz del Papa
Encuentro con los Obispos, Sacerdotes, Consagrados, Seminaristas y Agentes Pastorales
Discurso del Santo Padre Iglesia del Sagrado Corazón de Manama en Baréin Domingo, 6 de noviembre de 2022
Queridos obispos, sacerdotes, consagrados, seminaristas y agentes de pastoral, ¡buenos días!
Estoy contento de encontrarme entre ustedes, en esta comunidad cristiana que manifiesta bien su rostro “católico”, es decir, universal; una Iglesia formada por personas provenientes de muchas partes del mundo, que se reúnen para confesar la única fe en Cristo. Mons. Hinder, a quien agradezco su servicio y sus palabras, habló ayer de «un pequeño rebaño constituido por migrantes». Así que, saludando a cada uno de ustedes, pienso también en sus pueblos de pertenencia, en sus familias, que llevan en el corazón con un poco de nostalgia, en sus países de origen. En particular, viendo aquí presentes a fieles del Líbano, aseguro mi oración y cercanía a ese amado país, tan cansado y tan probado, y a todos los pueblos que sufren en Oriente Medio. Es hermoso pertenecer a una Iglesia formada de historias y rostros diversos que encuentran armonía en el único rostro de Jesús. Y dicha variedad —que he visto en estos días— es el espejo de este país, de la gente que habita en él, así como del paisaje que lo caracteriza y que, aun dominado por el desierto, posee una rica y variada presencia de plantas y de seres vivos. Las palabras de Jesús que hemos escuchado hablan del agua viva que brota de Cristo y de los creyentes (cf. Jn 7,37-39). Me hicieron pensar precisamente en esta tierra. Es verdad, hay mucho desierto, pero también hay manantiales de agua dulce que corren silenciosamente en el subsuelo, irrigándolo. Es una hermosa imagen de lo que son ustedes y sobre todo de lo que la fe realiza en la vida; emerge a la superficie nuestra humanidad, demacrada por muchas fragilidades, miedos, desafíos que debe afrontar, males personales y sociales de distinto tipo; pero en el fondo del alma, bien adentro, en lo íntimo del corazón, corre serena y silenciosa el agua dulce del Espíritu, que riega nuestros desiertos, vuelve a dar vigor a lo que amenaza con secarse, lava lo que nos degrada, sacia nuestra sed de felicidad. Y siempre renueva la vida. Esta es el agua viva de la que habla Jesús, esta es la fuente de vida nueva que nos promete: el
don del Espíritu Santo, la presencia tierna, amorosa y revitalizadora de Dios en nosotros. Nos hace bien, pues, detenernos en la escena que describe el Evangelio. Jesús se encontraba en el templo de Jerusalén, donde se estaba celebrando una de las fiestas más importantes, durante la cual el pueblo bendecía al Señor por el don de la tierra y de las cosechas, haciendo memoria de la Alianza. En ese día de fiesta se realizaba un rito importante: el sumo sacerdote se dirigía a la piscina de Siloé, sacaba agua y luego, mientras el pueblo cantaba y exultaba, la derramaba fuera de los muros de la ciudad para indicar que de Jerusalén iba a fluir una gran bendición para todos. En efecto, sobre Jerusalén el salmista había dicho: «Todas mis fuentes están en ti» (Sal 87,7); y el profeta Ezequiel había hablado de un manantial de agua que, brotando del templo, iba a irrigar y fecundar como un río toda la tierra (cf. Ez 47,1-12).
En vista de lo anterior, comprendemos bien qué quiere decirnos el Evangelio de Juan con esta escena: estamos en el último día de la fiesta, Jesús, «poniéndose de pie», exclamó: «El que tenga sed, venga a mí» (Jn 7,37), porque «de su seno brotarán manantiales de agua viva» (v. 38). ¡Qué invitación más hermosa! Y el evangelista explica: «Él se refería al Espíritu que debían recibir los que creyeran en él. Porque el Espíritu no había sido dado todavía, ya que Jesús aún no había sido glorificado» (v. 39). Se hace referencia a la hora en que Jesús muere en la cruz. En ese momento, ya no es del templo de piedras, sino del costado abierto de Cristo que saldrá el agua de la vida nueva, el agua vivificante del Espíritu Santo, destinada a regenerar a toda la humanidad liberándola del pecado y de la muerte.
Hermanos y hermanas, recordemos siempre esto: la Iglesia nace allí, nace del costado abierto de Cristo, de un baño de regeneración en el Espíritu Santo (cf. Tt 3,5). No somos cristianos por nuestros méritos o sólo porque nos adherimos a un credo, sino porque en el Bautismo nos fue donada el agua viva del Espíritu, que nos hace hijos amados de Dios y hermanos entre nosotros, convirtiéndonos en criaturas nuevas. Todo brota de la gracia,
—todo es gracia—, todo viene del Espíritu Santo. Permítanme, entonces, detenerme brevemente con ustedes sobre tres grandes dones que el Espíritu Santo nos da y nos pide que acojamos y vivamos: la alegría, la unidad y la profecía.La alegría, la unidad y la profecía.
En primer lugar, el Espíritu es fuente de alegría. El agua dulce que el Señor quiere hacer correr en los desiertos de nuestra humanidad, amasada de tierra y de fragilidad, es la certeza de no estar nunca solos en el camino de la vida. En efecto, el Espíritu es Aquel que no nos deja solos, es el Consolador; nos alienta con su presencia discreta y benéfica, nos acompaña con amor, nos sostiene en las luchas y en las dificultades, anima nuestros sueños más hermosos y nuestros deseos más grandes, abriéndonos al asombro y a la belleza de la vida. Por eso, la alegría del Espíritu no es un estado ocasional o una emoción del momento; tampoco es esa especie de «alegría consumista e individualista tan presente en algunas experiencias culturales de hoy» (Exhort. ap. Gaudete et exsultate, 128). En cambio, la alegría en el Espíritu es aquella que nace de la relación con Dios, de saber que, aun en las dificultades y en las noches oscuras que a veces atravesamos, no estamos solos, perdidos o derrotados, porque Él está con nosotros. Y con Él podemos afrontar y
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superar todo, incluso los abismos del dolor y de la muerte.
A ustedes, que han descubierto esta alegría y la viven en comunidad, quisiera decirles: consérvenla, más aún, multiplíquenla. ¿Y saben cuál es la mejor manera para hacer esto? Dándola. Sí, es así, la alegría cristiana es contagiosa, porque el Evangelio hace salir de sí mismo para comunicar la belleza del amor de Dios. Por lo tanto, es esencial que en las comunidades cristianas la alegría no decaiga y se comparta; que no nos limitemos a repetir gestos por rutina, sin entusiasmo, sin creatividad. De lo contrario, perderemos la fe y nos convertiremos en una comunidad aburrida, ¡y eso es malo! Es importante que, además de la liturgia, particularmente en la celebración de la Misa, fuente y cumbre de la vida cristiana (cf. Sacrosanctum Concilium, 10), hagamos circular la alegría del Evangelio también a través de una acción pastoral dinámica, especialmente para los jóvenes, las familias y las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa. La alegría cristiana no se puede retener para uno mismo; sólo cuando la hacemos circular, se multiplica.
En segundo lugar, el Espíritu Santo es fuente de unidad. Los que lo acogen reciben el amor del Padre y se convierten en sus hijos (cf. Rm 8,15-16); y, si son hijos de Dios, son también hermanos y hermanas. No puede haber lugar para las obras de la carne, es decir, del egoísmo; como las divisiones, las peleas, las calumnias, las murmuraciones. Por favor estén atentos al chismorreo, las habladurías destruyen una comunidad. Las divisiones del mundo, y también las diferencias étnicas, culturales y rituales, no pueden dañar o comprometer la unidad del Espíritu. Por el contrario, su fuego destruye los deseos mundanos y enciende nuestras vidas con ese amor acogedor y compasivo con el que Jesús nos ama, para que también nosotros podamos amarnos así entre nosotros. Por eso, cuando el Espíritu del Resucitado desciende sobre los discípulos, se convierte en fuente de unidad y de fraternidad contra todo egoísmo; inaugura el único lenguaje del amor, para que los diversos lenguajes humanos no permanezcan lejanos e incomprensibles; rompe las barreras de la desconfianza y del odio, para crear espacios de acogida y de diálogo; libera del miedo e infunde la valentía de salir al encuentro de los demás con la fuerza desarmada y desarmante de la misericordia.
Esto es lo que hace el Espíritu Santo, modela de este modo a la Iglesia desde sus orígenes. Desde Pentecostés las procedencias, las sensibilidades y las diferentes visiones se armonizan en la comunión, se forjan en una unidad que no es uniformidad, es armonía, porque el Espíritu Santo es armonía. Si hemos
recibido el Espíritu, nuestra vocación eclesial es principalmente la de cuidar la unidad y cultivar el conjunto, es decir —como dice san Pablo— «conservar la unidad del Espíritu, mediante el vínculo de la paz. Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que hemos sido llamados» (Ef 4,3-4).
En su testimonio, Chris ha dicho que, cuando era muy joven, lo que le había fascinado de la Iglesia católica era «la devoción común de todos los fieles»; todos reunidos en una sola familia, todos para cantar las alabanzas del Señor, sin importar el color de la piel, la procedencia geográfica o el idioma. Esta es la fuerza de la comunidad cristiana, el primer testimonio que podemos dar al mundo. ¡Tratemos de ser custodios y constructores de unidad! Para ser creíbles en el diálogo con los demás, vivamos la fraternidad entre nosotros. Hagámoslo en las comunidades, valorando los carismas de todos sin mortificar a nadie; hagámoslo en las casas religiosas, como signos vivos de concordia y de paz; hagámoslo en las familias, de modo que el vínculo de amor del sacramento se traduzca en actitudes cotidianas de servicio y de perdón; hagámoslo también en la sociedad multirreligiosa y multicultural en la que vivimos. Estemos siempre en favor del diálogo, —siempre—, seamos tejedores de comunión con los hermanos de otros credos y confesiones. Sé que en este camino ustedes ya dan un hermoso ejemplo, pero la fraternidad y la comunión son dones que no debemos cansarnos de pedir al Espíritu, para rechazar las tentaciones del enemigo, que siempre siembra cizaña. Por último, el Espíritu es fuente de profecía. La historia de la salvación, como sabemos, está repleta de numerosos profetas que Dios llama, consagra y envía en medio del pueblo para que hablen en su nombre. Los profetas reciben del Espíritu Santo la luz interior que los hace intérpretes atentos de la realidad, capaces de captar dentro de las tramas, a menudo oscuras, de la historia, la presencia de Dios, e indicarla al pueblo. Con frecuencia las palabras de los profetas son penetrantes; llaman por su nombre a los proyectos de mal que se anidan en el corazón de la gente, ponen en crisis las falsas seguridades humanas y religiosas, e invitan a la conversión. También nosotros tenemos esta vocación profética; todos los bautizados han recibido el Espíritu y todos son profetas. Y como tales no podemos fingir que no vemos las obras del mal, quedarnos en una “vida tranquila” para no ensuciarnos las manos.Un cristiano tarde o temprano debe ensuciarse las manos para vivir bien su vida cristiana y dar buen testimonio. Por el contrario, hemos recibido un Espíritu de profecía para manifestar el
Evangelio con nuestro testimonio de vida. Por eso san Pablo exhorta: «Aspiren a los dones espirituales, sobre todo al de profecía» (1 Co 14,1). La profecía nos hace capaces de practicar las bienaventuranzas evangélicas en las situaciones de cada día, es decir, de edificar con firme mansedumbre ese Reino de Dios en el que el amor, la justicia y la paz se oponen a toda forma de egoísmo, de violencia y de degradación. He apreciado que Sor Rose haya hablado del ministerio con las mujeres que se encuentran detenidas en las cárceles. ¡Esto es hermoso! Una posibilidad que debemos agradecer. La profecía que edifica y conforta a estas personas consiste en compartir con ellas el tiempo, anunciarles la Palabra del Señor, rezar con ellas. Es prestarles atención, porque allí donde hay hermanos necesitados, como los presos, está Jesús, Jesús herido en cada persona que sufre (cf. Mt 25,40). ¿Sabes lo que pienso cuando entro en una cárcel? "¿Por qué ellos y no yo?". Es la misericordia de Dios. Pero hacerse cargo de los detenidos nos ayuda a todos, como comunidad humana, porque según cómo se trate a los últimos es como se mide la dignidad y la esperanza de una sociedad.
Queridos hermanos y hermanas, en estos meses estamos rezando mucho por la paz. En este contexto, el acuerdo firmado sobre la situación de Etiopía constituye una esperanza. Animo a todos a sostener este compromiso por una paz duradera, para que, con la ayuda de Dios, se sigan recorriendo los caminos del diálogo y el pueblo vuelva pronto a encontrar una vida serena y digna. Y además no quiero dejar de rezar y pedirles que recen por la martirizada Ucrania, para que esa guerra termine.
Y ahora, queridos hermanos y hermanas, hemos llegado al final. Quisiera decirles “gracias” por estos días vividos juntos. ¡No olviden la alegría, la unidad y la profecía! —No las olviden—. Con el corazón lleno de gratitud los bendigo a todos, especialmente a cuantos han trabajado por este viaje. Y, viendo que estas son las últimas palabras públicas que pronuncio, permítanme agradecer a Su Majestad el Rey y a las autoridades de este país —también el Ministro de Justicia, aquí presente— por la exquisita hospitalidad. Los animo a seguir con constancia y alegría su camino espiritual y eclesial. Y ahora invoquemos la intercesión maternal de la Virgen María, que me alegra venerar como Nuestra Señora de Arabia. Que Ella nos ayude a dejarnos guiar siempre por el Espíritu Santo y nos mantenga alegres, unidos en el afecto y en la oración. No se olviden de rezar por mí, cuento con ello.
14 13 de noviembre de 2022
DIRECTORIO
Daniel González Diseño y Corrección
Pbro. Simeón Reyes Editor
Pbro. Carlos Chavarría Colaborador
Pbro. Edwin Henríquez Director
Santo Evangelio según San Lucas 21, 5-19 del Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: "Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido".
Entonces le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?" Él les respondió: "Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: 'Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado'. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin".
Luego les dijo: "Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles.
Pero antes de todo esto los perseguirán a ustedes y los apresarán; los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto darán testimonio de mí.
Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.
Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, no caerá ningún cabello de la cabeza de ustedes. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida".
15 13 de noviembre de 2022
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de Letras
Sopa
16 13 de noviembre de 2022