Orientación - Domingo 20 de Noviembre 2022

VI Jornada Mundial de los Pobres

El pasado lunes 14 de noviembre se llevó a cabo la solemne Eucaristía en ocasión de la VI Jornada Mundial de los Pobres, celebrada en la Parroquia El Calvario en San Salvador fue presidida por Monseñor José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador y los presbiterios Erick Ramos y Elder Armando Romero CRS.

Mons. José Luis Escobar Alas en su Homilía dijo: “La humanidad continúa en una situación de pobreza, de sufrimiento, de miseria. Y, sin embargo Dios quiere, que todos seamos personas con dignidad, porque somos hijos suyos. Dios no quiere que hayan las injusticias. Y Dios nos ha enriquecido, con su Divino Hijo, el Señor Jesús, se ha hecho pobre, ha vivido en medio de los pobres, para enriquecernos con su pobreza. ¿Cuál es la riqueza que nos da el Señor? Ser hijo de Dios precisamente, es la riqueza de su palabra, de su gracia, de su Santo Espíritu, de su Eucaristía”.

Fiestas Patronales de la Parroquia "Nuestra Señora de la Paz", Mercedarios de El Salvador

El Sábado 12 de noviembre La Parroquia "Nuestra Señora de la Paz", Mercedarios de El Salvador celebro el gran día de sus Fiestas Patronales y también se celebraron 25 años de vida parroquial y 25 años del retorno de los Padres Mercedarios a El Salvador, teniendo una mañana llena de bendición. Iniciando con las mañanitas a la Reina, posterior a ella el compartir de Pan y Chocolate preparado por los hermanos Proclamadores.

A media mañana se presento un video como homenaje a los hermanos difuntos Terminando con un pequeño responso. Posteriormente El Hermano Rafael Gallardo, dirigió la Oración con María, terminando con el rezo del Ángelus.

Día Mariano totalmente

En el marco de las fiestas estuvieron invitados sacerdotes de la vicaria Monseñor Pineda y Saldaña a la que pertenece la parroquia, y estuvieron como invitados especiales sacerdotes amigos de la Orden de la Merced.

A las 6:30 p.m. se inicio la Santa Eucaristía Patronal en honor a Nuestra Señora la Reina de la Paz, presidida por su eminencia reverendísima Cardenal Gregorio Rosa Chávez, concelebrada por religiosos mercedarios de nuestra comunidad.

Al termino se le agradeció al Cardenal por su cercanía y por compartir con la comunidad y parroquianos.

De izquierda a Derecha: Padre fray Juan Carlos Fortón O de M, Capellán General de Cárceles y Vicario Parroquial, Fray Celso Jiménez O de M, Cardenal Rosa Chávez, Padre Fray Edy Arriola O de M, Vicario Parroquial y Padre Fray Dionisio Báez O de M, Párroco

− III −

PRIMER MANDAMIENTO (I)

ADORARÁS AL SEÑOR TU DIOS, Y LE SERVIRÁS

(Dt 6, 13)

San Salvador, 20 de noviembre de 2022

A partir de esta catequesis iremos reflexionando cada uno de los Mandamientos, los cuales encierran una riqueza increíble que, debe ser conocida por cada bautizado y bautizada.

Al inicio del Decálogo encontramos “3 palabras” que se refieren a Dios. La primera de estas tres, cuya reflexión iniciamos ahora, se refiere al amor de Dios. Un amor sobre el cual es necesario hacer dos acotaciones: Uno, fue Dios quien amó primero; y no el ser humano; por ello, San Juan escribe a su comunidad: nosotros amamos porque Él nos amó antes (1Jn 4, 19). Dos, Dios espera una respuesta de amor por parte del ser humano. Respuesta que está conformada por un binomio de amor que Jesús plantea a los fariseos cuando preguntan cuál era el precepto más importante de la ley. Jesús tomando tanto del libro del Deuteronomio como del Levítico responde: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente (Dt 6, 5); y, amarás al prójimo como a ti mismo (Lv 19, 18)1. Entonces, el ser humano no puede dejar de responder al amor de Dios. Santo Tomás de Aquino explayando un poco más en qué consiste este responder al amor a Dios, enumeraba cuatro cosas: Uno, recordación de los divinos beneficios2; dos, considerar la divina excelencia3; tres, renunciación de lo mundano y lo terreno4; y cuatro, evitar totalmente el pecado5. Detenerse en el segundo de estos cuatro elementos al inicio de estas catequesis es importante porque al considerar la divina excelencia de Dios se comprende por qué Él es un Dios celoso (cf. Ex 20, 5), a quien disgusta la idolatría: No seguirán a dioses extranjeros… porque el Señor, tu Dios, es un Dios celoso en medio de ti (Dt 6, 14). Valiéndonos del breve tratado de San Alfonso María de Ligorio sobre los diez mandamientos podemos afirmar que Dios es un Ser: Independiente, Omnipotente, Señor de todo cuanto existe pure todo lo ha hecho Él, Sapientísimo, Eterno, Santo, Justo, y En suma, es el Bien Infinito6.

En una palabra, siendo el Bien Infinito no puede equiparse Dios a otros dioses porque nada hay más grande que Él, nada más poderoso, nada más perfecto; y esta es la razón porque Dios pide; por una parte, adorarlo y servirlo exclusivamente a Él; y por otra, no caer en la idolatría: La primera llamada y la justa exigencia de Dios consiste en que el hombre lo acoja y lo adore (CIC 2084). San Alfonso de Ligorio agrega que el amor y la reverencia que el ser humano debe dar a Dios consiste en poner en práctica las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad7

La fe, entendida como el deber que todo bautizado y bautizada tiene para con Dios de creer en Él y dar testimonio de Él (cf. CIC 2087). Los Padres Conciliares, en esta misma dirección, explicaron que la fe es algo operante unido al creer: La fe todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la entera vocación del hombre. Por ello orienta la mente hacia soluciones plenamente humanas (GS 11). Es decir, Dios quiere que el ser humano crea en Él; pero, que también actúe desde su fe transformando esta historia de pecado en una historia de gracia.

La esperanza, entendida como el dar testimonio con esfuerzo común de la fe en Dios Uno y Trino trabajando y laborando en el campo social… ya en el justo aprecio de la dignidad de la persona humana, ya procurando el bien de la paz, ya en la aplicación social del Evangelio, ya en el progreso de las ciencias y de las artes, con espíritu cristiano, ya en la aplicación de cualquier género de remedio contra los infortunios de nuestros tiempos, como son el hambre y las calamidades, el analfabetismo y la miseria, la escasez de viviendas y la distribución injusta de las riquezas (UR 12). Y, mediante estas buenas obras, el cristiano da testimonio de vivir en esperanza escatológica por la cual espera de la divina misericordia con confianza absoluta la felicidad eterna por los méritos de Jesucristo8

Y, la caridad, entendida como caminar por la fe viva, que engendra la esperanza y produce obras, según los dones y funciones que le son propios (cf. LG 41), pues quien ejerce la caridad alcanza la santidad como explica el Concilio Vaticano II: La caridad, como vínculo de perfección y plenitud de la ley, rige todos los medios de santificación, los informa y los conduce a su fin. De ahí que la caridad para con Dios y para con el prójimo sea el signo distintivo del verdadero discípulo de Cristo (LG 42); es decir, que cumplir este binomio de amor es convertirse en testigo del discipulado de Cristo, y fiel cumplidor no solo del primer mandamiento sino de todos porque en este primero se reducen los demás.

Sin embargo, el ser humano puede pecar contra cada una de estas tres virtudes, sobre lo cual estaremos tratando en la próxima catequesis.

1Dos mandamientos sobre los cuales el Papa Juan Pablo II comenta en el numeral 14 de la Encíclica Veritatis Esplendor que de ellos: «penden toda la Ley y los profetas» (Mt 22, 40), están profundamente unidos entre sí y se compenetran recíprocamente. De su unidad inseparable da testimonio Jesús con sus palabras y su vida: su misión culmina en la cruz que redime (cf. Jn 3, 14-15), signo de su amor indivisible al Padre y a la humanidad (cf. Jn 13, 1).

2Santo Tomás de Aquino, Los Mandamientos, n, 34.

3Ibidem, n. 35.

4Ibidem, n. 36.

5Ibidem, n. 37.

6Tomado de: San Al fondo María de Ligorio, Los Diez Mandamientos, numerales 1 y 2.

7Ibidem, n. 2.

8Tomado de: San Al fondo María de Ligorio, Los Diez Mandamientos, numeral 20.

José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador

Convivio espiritual con servidores de la Campaña Arquidiocesana

Campaña Pro-Obras Arquidiocesanas: “Cristiano, la Iglesia es Comunión” Campaña 2022, No. 39

El día domingo 13 de noviembre de 2022, en la Casa de Retiro de las Hermanas Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús, Ciudad Delgado, la Campaña Pro-Obras Arquidiocesanas llevó a cabo un Retiro/Convivio Espiritual, con todos los Servidores y Voluntarios de la Campaña, en la cual se desarrolló un programa de convivencia y formación espiritual.

En dicho retiro pudimos participar en la SANTA MISA DOMINICAL, celebrada por el Revendo Padre Mariano Miranda, de la Congregación Salesiana.

El Retiro estuvo a cargo de las Hermanas Religiosas Agustinas de San Nicolás, de Cojutepeque, Cuscatlán; Hna. Rosario de Fátima Juárez y Hna. Teresita Cruz García; quienes con mucho cariño nos brindaron su acompañamiento e impartieron el Tema relacionado con la Misión Evangelizadora, denominada: “EL PODER DEL SERVICIO”, donde se vivió una experiencia de reflexión y formación espiritual entre todos servidores participantes. Asimismo se desarrollaron otras actividades, siempre relacionadas al trabajo evangelizador.

El Retiro/Convivencia concluyó con una oración especial animando al compromiso de continuar sirviendo con mucha alegría al Señor.

Escrito por: Licda. Vilma Ramos de Sánchez Coordinadora de la Campaña Arquidiocesana Arzobispado de San Salvador

Proclamación del Patronato Nacional de la reina de la paz

La Mediadora de la paz, Bienaventurada Virgen María sábese que tiene doble sede en el “templo máximo” de San Miguel en jurisdicción de la República de El Salvador. Desde muy antiguo —según tradición— Su Venerada Imagen, después de un naufragio llegó a la ciudad de nombre también de aquel Santo Arcángel en un tiempo en que entre los ciudadanos hervían-grandes discordias; las cuales se extinguieron inmediatamente al presentarse la imagen de María. Por dicha causa comenzó a llamarse de la Paz la Augusta Madre de Dios representada en aquella imagen.

Desde aquella época la devoción hacia Aquella con tan suave nombre decorada, fue aumentando en gran medida y actualmente enseñorea los ánimos de los fieles.

La protección de la Virgen de la Paz ha experimentado más de una vez al correr de los siglos, especialmente en las Públicas calamidades que los han azotado. Teniendo como motivo tan fervorosa piedad, Benedicto XV nuestro predecesor de santa memoria en el año 1920, por medio de la Sagrada Congregación de Ritos concedió que la Madre de Dios, conocida con el nombre de “Reina de la Paz” fuese celestial Patrona de la ciudad y Diócesis de San Miguel y el mismo año concedió que la Imagen fuera coronada con corona de oro.

Ahora bien, los Venerables hermanos al frente de las sedes de la Provincia Ecleslástica Salvadoreña, accediendo a su vez a los anhelos de las autoridades públicas del clero y del pueblo fiel, Nos

han rogado que nombremos Patrona Suprema de toda la Nación Salvadoreña a la bienaventurada Virgen María de la Paz.

Lo cual nos apresuramos a hacer, deseando que por intercesión de la Madre de Cristo y de su Iglesia, nuestra carísima Nación Salvadoreña sea plenamente enriquecida con los bienes de la verdadera paz y de la vida cristiana.

Por consiguiente, consultada la Sagrada Congregación de Ritos, con ciencia cierta y por la plenitud de nuestra Apostólica potestad por el vigor de las presentes letras, de manera perpetua, constituimos y declaramos a la Bienaventurada Virgen María, invocada como Nuestra Señora de la Paz, Patrona principal cerca de Dios de toda la República Salvadoreña, incluyendo todo los honores y privilegios litúrgicos que pertenecen por derecho a los Patronos Principales de las regiones, y añadiendo la facultad para toda la Provincia Eclesiástica de El Salvador de celebrar este patrocinio

el día 21 de Noviembre con Oficio y Misas propias y aprobadas. No obstando nada en contrario. Esto declaramos y establecemos, decretando que las presentes letras han de ser y permanecer firmes, validas y eficaces: han de surtir y obtener plenos e íntegros, y han de ser plenamente obedecidas por aquellos a quienes atañen o podrán atener ahora y en adelante, tal habrá que juzgar y definir en derecho; y será nulo e ineficaz, sabiéndolo o ignorándolo sucediera atentarse.

Dado en Roma, cerca de San pedro, bajo el anillo del Pescador, el día 10 de octubre del año 1966, 4o. De Nuestro Pontificado

H. J. Cicognani Secretario de Estado de su Santidad

Tiempos martiriales

El 16 de Noviembre recordamos el 33 aniversario de la muerte martirial de los jesuitas de la UCA y sus dos colaboradoras. Pero no hay mes del año en El Salvador que no hagamos memoria de varios mártires salvadoreños, obispos, sacerdotes, religiosas y laicos. En buena parte por esta herencia y este recuerdo permanente, en el Plan Pastoral Arquidiocesano (2019-2024) se insiste en la necesidad de impulsar una espiritualidad martirial, que lleve siempre al testimonio de la fe con todas sus dimensiones prácticas de vivir el amor al prójimo, especialmente a los más marginados o golpeados de nuestra sociedad. Un testimonio que, como el de los mártires, debe estar imbuido de una confianza plena y orante en el Señor, de una capacidad grande de resistencia ante las dificultades que el mundo pone con frecuencia a quienes siempre buscan el bien, y de una profunda valentía (“parresía”) a la hora de dar el testimonio de palabra y de obra. Entre los objetivos del plan está el de “promover el compromiso martirial para la vivencia de un Evangelio encarnado que transforme la humanidad y suscite testigos de la fe”. Entre las líneas de acción derivadas de este objetivo es importante destacar la centralidad de Monseñor Romero como ejemplo y estímulo para todos los que somos parte de la arquidiócesis, y la educación de la fe “para que asuma los riesgos de promover la vida, la justicia y la paz sin temores”.

El Plan tiene además otros aspectos que lo ligan a la realidad que vive el país, incluido un análisis de la realidad realizado por todos los que están en la pastoral y, por supuesto, referido

al tiempo en el que se inició el Plan. Esa referencia a la realidad, además de ser parte de la realidad apostólica de la Iglesia que nos quiere “discípulos y misioneros”, está íntimamente ligada a la espiritualidad martirial. No podemos dar seguimiento a la tradición de nuestros mártires sin análisis de la realidad, sin conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia y sin contraste permanente entre el Evangelio y nuestra propia realidad personal y social. La realidad de nuestro país nos habla de la necesidad de laicos bien formados en la fe martirial y en la Doctrina Social de la Iglesia que incidan en la cultura, en la construcción de relaciones sociales justas y en la política. Personas que creen estructuras de participación universal en los bienes sociales a los que todos tenemos derecho, como son la salud, la educación, el salario digno, las pensiones o el medio ambiente saludable para todos. En el análisis de la realidad que aparece en las últimas páginas del Plan, se destacan realidades positivas y negativas. Pero ante las negativas, se echa de ver la necesidad del compromiso laical. Como Iglesia docente, nos ha costado formar seria y sistemáticamente a nuestro laicado en temas de Bien Común, Justicia Social o Derechos Humanos. Tener criterios claros ante la realidad, conocimiento de la misma y capacidad de incidir en su transformación es un verdadero desafío para todos.

Frente a estos desafíos tengamos ánimo. Los mártires están presentes permanentemente en nuestra realidad. Porque son muchos, porque su generosidad ha impactado nuestra fe y porque hemos optado por incorporar su espiritualidad a nuestro modo de vivir la fe cristiana. Nuestros obispos preparan nuevas beatificaciones, animándonos una vez más a contemplar como vidas ejemplares las de todos aquellos que supieron enfrentar

el riesgo de una muerte injusta antes que renunciar al Evangelio y a sus exigencias. La dimensión social y pública de nuestra fe debe incidir, como la fe y el sacrificio de los mártires, en la construcción de la paz con justicia que la Iglesia desea para todos los pueblos y que nosotros necesitamos en El Salvador. En fechas próximas se publicará un libro sobre la vida del Cardenal Gregorio Rosa Chávez. La dimensión martirial recorre toda su vida. Que la lectura de este libro nos anime también a todos a celebrar el recuerdo de nuestros mártires comprometiendo nuestras vidas con la espiritualidad que heredamos de ellos.

Pbro. José M. Tojeira

Mis queridos hermanos, sacerdotes, queridas hermanas religiosas. Amadísimos, hermanos y hermanas en Cristo Jesús, todos los que están aquí en el templo. Como también todos los que en distintos lugares, se unen a nosotros con tanta devoción y fe, participando de la Eucaristía a través de los medios de comunicación.

Ante todo, quiero agradecer a esta Iglesia del Calvario por su acogida a los pobres. Y por todo lo que hacen en favor de los pobres. Agradecer a los sacerdotes y a todos los fieles que les colaboran. También quiero igualmente agradecer a las hermanas del Camino todo su afán, su trabajo, su empeño, en favor de los pobres, de los más necesitados. Es verdaderamente encomiable y un ejemplo hermoso para todos, la actividad de ellas. Les agradecemos mucho. Asimismo, agradecer a todos los que trabajan por los pobres. A los que de una u otra forma, colaboran, Para que se lleven adelante estas actividades y todas las atenciones para con nuestros hermanos que viven la pobreza.

Este día estamos inaugurando la Jornada Mundial de los pobres, hace 6 años, el Papa Francisco inauguró esta jornada anual . De modo que hoy es el número VI. Y el tema de

esta jornada es: “Por Ustedes Cristo se Hizo Pobre”, está tomado de un versículo de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios en el capítulo 8, versículo 9. Hace ver el apóstol que por nosotros Cristo, siendo rico, se despojó de su condición y se hizo pobre, para de su pobreza enriquecernos. Este es el misterio a decir verdad. La gran tentación de la humanidad es la riqueza, es una verdadera idolatría.

El dinero es un dios, un dios falso, pero un dios que somete a las personas, que las esclaviza, que la destruye y les engaña. Las personas, qué no hacen por el dinero? Incluso dan muerte a sus semejantes y les cometen toda clase de injusticias y atropellos, para despojarles de su dinero. Sí, porque el que tiene dinero tiene poder. No solo poder adquisitivo, sino también poder de dominio. Es grande, es importante, se le da honores, el mundo le tributa honores. Entonces, el que tiene dinero en abundancia lo tiene todo. Está es una vida asegurada. Y, sin embargo, eso es falso. Es un espejismo, es un engaño de Satanás. Que le hace pensar, que teniendo dinero lo va a tener todo y que su vida estará al seguro. No es cierto, el dinero no da todo. Con el dinero no se puede comprar lo que de veras vale. Sí se compran las cosas materiales que son finitas, son caducas, y que no satisfacen a la persona, como el niño que quiere un juguete y le pide al papá que se lo compre, y qué nos hace una criatura por tener un juguete nuevo y bonito, un juguete que no conoce,

que nunca ha tenido. Cuando se lo dan está feliz ese momento. Pero después de un breve tiempo ya le enfadó, ya no lo quiere, ya jugó con él. Busca abrirlo a ver qué tiene dentro. Si lo abre, lo destruye. Si no logra abrirlo, le enfada y lo tira. Ahora quiero otro. Y así sucesivamente. Pues esto que vive el niño, también lo vive de adulto. Quiere un carro para ser importantes, etcétera. Sí, pero cuando lo tiene, quiero otro más nuevo, y cuando lo adquiere, quiere un último modelo. Luego quiere dos. Y sí tiene una casa, quiere dos casas, quiere más, quiere más y en esas ansias de tener y tener nunca se satisface. Llega momento en el que vive para las cosas esta esclavizado. Tiene una vida al servicio de las cosas, en vez de que las cosas le sirvan a él o a ella. Pero eso no es lo más grave. Lo más grave es, que tener esas cosas muchas veces ha sido tan difícil, tuvo que pagar un precio muy caro, y para tener ese dinero, hubo que obrar mal, que hacer cosas indebidas, que dañar a personas, posiblemente hasta que quitarles la vida. Y entonces esa persona que ahora acumula riqueza tiene un vacío profundo en su ser. Es de verdad, pobre. Porque las cosas que ha acumulado con tanto esfuerzo y pagando un precio tan alto hasta la vida de sus semejantes, posiblemente sucede que no le satisface. Está vacía esa persona, con un profundo remordimiento de conciencia, sabe que lo que ha hecho es injusto. Si hereda esa fortuna a sus hijos. Heredan también la

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Dios nos ha enriquecido, con su Divino Hijo, el Señor Jesús que se ha hecho pobre, ha vivido en medio de los pobres, para enriquecernos con su pobreza

Homilía de Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador

• Santa Misa en la Celebración de la VI Jornada Mundial de los Pobres en la Arquidiócesis de San Salvador • parroquia El Calvario – 14 de noviembre de 2022

injusticia y el pecado. Son responsables, es un ardid de Satanás, es un anzuelo, es muy triste en verdad. Esta es la sombra de la historia. Que siempre la encontramos por desdicha. El hombre como dijo el filósofo, que se vuelve el lobo, del hombre mismo. Que devora a su hermano por cuestiones económicas, sometiéndole. Nosotros, que tenemos una historia relativamente corta, de 500 años. Con el descubrimiento. ¿Qué pasó con el descubrimiento? Y con la conquista así llamada que más bien es invasión. Lo que sucedió fue una grave injusticia. Quitarle la Tierra a los habitantes, de estos lugares, despojarlos de todo. Pero no por las buenas, sino matándolos, sometiéndolos, causándoles graves daños. Eso es injusto, gravemente injusto.

Si antes fueron objeto de injusticia, posiblemente la independencia, todavía peor, porque la corona española les daba un pedazo de tierra para que trabajaran las tierras ejidales que se llamaban. Ahora el Gobierno se los quitó a los criollos y por eso el levantamiento de los indígenas. Encabezados por Anastasio Aquino, apenas unos 10 años después de la independencia que firmó en 1821, y se levantan, Anastasio Aquino con los suyos en el 1830, por ahí, y una cadena de injusticias. Los pobres indígenas esclavizados de una forma nueva porque se abolió la esclavitud, pero sometidos totalmente y despojados de sus bienes. Después de 100 años en 1932 hay otro levantamiento de los indígenas en Izalco, con Feliciano Ama. Ya la primera vez los sometieron a fuerza de violencia, cuando mataron a Anastasio Aquino, exhibieron su cabeza en una jaula, para que todo el mundo tuviera miedo. Pero el segundo levantamiento en 1932 fue mucho peor, porque decretaron la muerte para todos los indígenas de esa zona de Izalco y sus alrededores, fueron miles, decenas de miles que morían, pero la injusticia no para ahí, sino que sigue su camino con el maltrato al pobre. A tal punto que, en el 1980 se desata la guerra. El conflicto armado del pueblo que se levanta, exigiendo sus derechos. 12 años de violencia y al final, se termina con los acuerdos de paz. Pero se organiza lo de las pandillas. Y Sigue la matanza. Y sigue el sufrimiento, el llanto, el dolor, la sangre derramándose.

que todos seamos personas con dignidad, porque somos hijos suyos. Dios no quiere que hayan las injusticias. Y Dios nos ha enriquecido, con su Divino Hijo, el Señor Jesús, se ha hecho pobre, ha vivido en medio de los pobres, para enriquecernos con su pobreza. ¿Cuál es la riqueza que nos da el Señor? Ser hijo de Dios precisamente, es la riqueza de su palabra, de su gracia, de su Santo Espíritu, de su Eucaristía. Es la riqueza de la salvación. Es la riqueza de su amistad. Y esa es la verdadera riqueza. La riqueza material es aparente, es fugaz, es un engaño, como hemos dicho. Si se obtiene con injusticias y con maldad. Es la destrucción de la persona a la que se le ha despojado de sus bienes y de sus derechos, pero a la misma vez es su destrucción para la propia persona que ha cometido esas injusticias. Es la obra del maligno. Que todo se convierte en mal, mal para uno y mal para el otro. ¿Quién sale ganando? Nadie. Es Satanás, que se burla. Entonces la invitación, es para que lleguemos a Cristo todos. Y que desde nuestra pobreza nos compadezcamos de nuestros hermanos que más sufren. Y que les ayudemos. Que haya compasión, que haya misericordia. Bienaventurados los misericordiosos, nos ha dicho el Señor porque ellos van a obtener la misericordia divina. La salvación. Esa es la invitación.

En algunos lugares, en algunos países, reduciéndolos a un espacio tan pequeño que le llaman las reservas. Los que son dueños de esos países ahora despojados y limitados. Y en el caso nuestro sometidos a la esclavitud. Así pasamos 300 años. Cuando vino la independencia. Sí nos independizamos de la corona. Sí se abolió la esclavitud. Pero como dice el Papa, surgió una nueva forma de esclavitud. El Papa lo refiere al tiempo actual que hay esclavitudes modernas, entonces, las personas fueron sometidas, reducidas a la miseria.

¿Podemos preguntarnos y qué es lo que está en el fondo de todo esto? La ambición al dinero. Es siempre la misma dinámica. El poder. Es la riqueza. Es el despojo de lo más elemental para los pobres. Es muy triste. Pues de eso nos habla del Papa hoy en la Jornada VI de los Pobres, haciéndonos ver cuánto sufrimiento. Ya hemos pasado por el COVID, dice el Papa, por la pandemia y apenas vamos saliendo de ella, viene la guerra de Ucrania, tantas muertes. Tanto sufrimiento por la ambición de poder, y después, el Papa señala tantas formas de injusticia de esclavitud.

De tal manera que la humanidad continúa en una situación de pobreza, de sufrimiento, de miseria. Y, sin embargo Dios quiere,

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Cristo es el gran ejemplo a seguir. Sea despojado de su condición divina, como dice el Apóstol San Pablo en la carta a los Filipenses capitulo dos: tomo nuestra condición humana. En todo semejante a nosotros, menos en el pecado. Lo que significa ese abajamiento, anonadamiento, es inmenso. Con qué finalidad? para que nosotros seamos hijos de Dios. Entonces, nosotros debemos estar con Cristo. Agradecidos a Él, e imitarlo.

ti. Y él no duda. Inmediatamente le suplica: Señor, que vea. Jesús le dice. Recobra la vista. Tu fe te ha curado. Y apunta el evangelista San Lucas. Que cuando el ciego recobró la vista, los siguió. Bendiciendo a Dios. Y todo el pueblo al ver esto alababa a Dios. Lo siguió. Bartimeo, así llamado. Era un ciego de nacimiento. Lo primero que ve es a Cristo. Que lo tiene en frente. Y se queda con él, lo sigue, no lo pierde de vista. Es hermoso el ejemplo de este pobre. Que ha obtenido la más grande riqueza. El Señor le ha concedido verlo a él y seguirlo, y alabar a Dios, esta debe ser nuestra actitud, la actitud de todos. Seguir a Cristo. Y seguir a Cristo significa vivir con honestidad con rectitud. Significa trabajar por la justicia, por el bien, por la verdad, por el Reino de Dios. Entonces, necesariamente nestra vida tiene que ser un servicio a los pobres, porque en ellos está Cristo.

separar buenos y malos. Luego nos ha dicho que este será el examen. ¿Qué les dirá? A los buenos, a los justos, vengan y tomen posesión del cielo preparado para ustedes desde la creación del mundo, fíjense nomás, Dios ha preparado el cielo para los justos desde la creación del mundo. Y les dice el Señor, porque yo tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber. Estuve desnudo y me vestisteis. Fui forastero y me hospedaste, Estuve en la cárcel y en el hospital y vinisteis a verme. Y los justos, que son personas buenas, muy honestos, le van a decir: pero Señor, si nunca te habíamos visto, primera vez que te vemos. Cuándo hicimos eso contigo?. Y él les dirá: siempre que lo hiciste con uno de mis hermanos más pequeños, los más necesitados, Conmigo lo hiciste, este es el misterio.

Hoy el Santo Evangelio que se nos acaba de proclamar. Nos ha presentado al Señor Jesús. Camino a Jerusalén. Y un pobre. Un hombre ciego. Que pide limosna a la orilla del camino. Se ha dado cuenta qué, el que pasa es Jesús de Nazaret. Y es interesante que no le pide limosna, como les pide a todos. A Jesús le pide a gritos, le dice: Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí. Lo quieren callar los que acompañan al Señor. La comitiva, pero él grita más fuerte todavía. Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí. Es una verdadera oración. Ha reconocido a Cristo. Posiblemente muchos de los que le veían no le reconocían como el Mesías, el sí. En sí ,eso significa Hijo de David. Y por eso la súplica, ten compasión de mí. El Señor se detiene. Y manda que lo llamen, él da un salto. Y ya está al frente de Jesús. El Señor le dice, qué quieres que haga por

Si somos cristianos, si somos auténticos seguidores suyos, lo descubrimos presente en el pobre. Y los servimos. Lejos de atacarlo, de servirnos de él, de despojarlo de sus bienes, lejos de eso. Estamos llamados a servirle, a compartir lo que tenemos, aunque sea poco. Y a darle cariño, afecto viendo a Cristo mismo en el pobre, no quiero cansarles, no quiero ser demasiado largo. Pero quiero insistir en que debemos vivir nuestra fe de forma auténtica. Y que un punto importante es este, ser capaces de descubrir en el pobre a Cristo. Y entonces estar a su favor con un amor preferencial, nos dijeron los obispos reunidos en Puebla en el 1979, precisamente porque en los pobres está Cristo. Los pobres son los más queridos del Señor. Los ama con un amor preferencial y nosotros también debemos hacer lo mismo. Y esto es evangélico. El Señor Jesús nos ha dicho que en el último día, cuando sea el juicio universal, lo vamos a ver a él, que todos nos vamos a levantar del sepulcro, no importa la muerte que hayamos tenido. Es un milagro, es el milagro de la resurrección de los muertos. Y todos vamos a comparecer en su presencia y él va a celebrar como justo juez que es, un juicio Universal. Dirá a los buenos: apártense, vénganse conmigo, a mi derecha y a los malos, apártense a mi izquierda. Va a

Y no quiero. Detenerme mucho en los otros, en los rechazados. Que la sentencia será de condenación precisamente porque no le atendieron. Porque no se compadecieron de su sufrimiento, y estos también van a decir, pero cuándo Señor no hicimos eso contigo, si nunca te vimos?. Cuando no lo hicieron con uno de mis hermanos los que sufren, tampoco lo hicieron Conmigo. Entonces, ahora ya sabemos ¿Cómo va a ser el juicio? San Juan de la Cruz dice que al final del día por la tarde, dice él, Quiere decir el final de la vida, seremos examinados sobre el amor. El amor entendido como misericordia, como caridad, àgape del griego, que es el amor desinteresado, es el amor del Evangelio, es el amor de Cristo mismo, es el amor a los pobres y necesitados.

Pidamos que el Señor nos cambie el corazón que tantas veces posiblemente experimentamos ese jalón al egoísmo, al orgullo, y el deseo de tener cada vez más. Y que nos dé un corazón como el suyo, como el de Cristo mismo manso, humilde y generoso, misericordioso. Que hizo siempre el bien. A todos. Que también nosotros podamos seguir las huellas del Señor haciendo siempre el bien. Para merecer al final de nuestra vida la salvación junto con nuestros hermanos, los pobres, que nos llevan delantera. Que así sea, amén.

¿Cómo surge la idea de escribir este libro-entrevista? el Padre Ariel Beramendi nos responde

A fin de mes se publica en El Salvador mi último libro sobre la experiencia de vida de Gregorio Rosa Chávez, sacerdote y luego obispo auxiliar de San Salvador. Trabajó al lado de monseñor Oscar Romero.

Después de vivir el drama de los escuadrones de la muerte monseñor Gregorio trabajó en los diálogos de paz que deseaban sembrar reconciliación después de tanta muerte.

Al final de su vida pastoral, cuando ya parecía que iba a cerrar su ciclo como obispo auxiliar "vitalicio" (porque los obispos deben presentar su renuncia a los 75 años), el papa Francisco lo nombró cardenal, y lo transformó en el único obispo auxiliar creado cardenal en la historia de la Iglesia. "Monseñor, ¿cuál es el primer recuerdo que tiene usted de su niñez?", es la primera pregunta de una extensa entrevista en la que he raspado memorias de su juventud, he tocado nervios descubiertos y he abierto cajones de sastre para confeccionar, gracias a "monseñor Gregorio", el semblante de un hombre de fe con esperanzas, sueños, dificultades, alegrías y tristezas. Un hombre auténtico diría yo.

La franqueza del coloquio nació de una antigua amistad porque nos conocíamos por el trabajo en el ámbito de la comunicación;

cuando nos volvimos a encontrar en marzo del 2017 nació la idea: ¿por qué no hacemos un libro?

Años después, el libro se está imprimiendo en El Salvador. No sé aún cómo se distribuirá, pero habrá una versión digital

que atravesará fronteras.

Estoy contento por este testimonio escrito porque necesitamos peregrinos que han dejado signos en el camino, y padre Gregorio, que no siempre ha sido tratado con rosas, ha dejado muchos signos luminosos.

Jesucristo, Rey del Universo

AciPrensa

La celebración de la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, cierra el Año Litúrgico en el que se ha meditado sobre todo el misterio de su vida, su predicación y el anuncio del Reino de Dios.

La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de diciembre de 1925. El Papa quiso motivar a los católicos a reconocer en público que el mandatario de la Iglesia es Cristo Rey. Durante el anuncio del Reino, Jesús nos muestra lo que éste significa para nosotros como Salvación, Revelación y Reconciliación ante la mentira mortal del pecado que existe en el mundo. Jesús responde a Pilatos cuando le pregunta si en verdad Él es el Rey de los judíos: "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos; pero mi Reino no es de aquí" (Jn 18, 36). Jesús no es el Rey de un mundo de miedo, mentira y pecado, Él es el Rey del Reino de Dios que trae y al que nos conduce.

DIRECTORIO

Daniel González Diseño y Corrección

Pbro. Simeón Reyes Editor

Pbro. Carlos Chavarría Colaborador

Pbro. Edwin Henríquez Director

El Cardenal Gregorio Rosa Chávez junto al Pbro. Ariel Beramendi autor del libro «Conversaciones con el Cardenal Gregorio Rosa Chávez Candidato al “Premio Nobel de fidelidad”»

Fuente:

Sopa de Letras

Encuentra estas palabras

• Crucificado

• Autoridades

• Mesías

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• Reino

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• Jornada

Santo Evangelio según San Lucas 23,35-43 del Domingo XXXIIII del Tiempo Ordinario Cuando Jesús estaba ya crucificado, las autoridades le hacían muecas, diciendo: "A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el elegido".

También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre y le decían: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo". Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: "Éste es el rey de los judíos".

Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: "Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros". Pero el otro le reclamaba, indignado: "¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho". Y le decía a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso".