La vocación al sacerdocio
En la séptima convivencia vocacional, titulada “La Vocación en el nuevo testamento”, que se llevó a cabo el día domingo 28 de agosto en el Seminario San José de la Montaña, la cual inicio a las 8:00 AM con la Santa Eucaristía con los Seminaristas del Propedéutico, luego se realizaron dinámicas y cánticos, concluidas las animaciones los Seminaristas Elías y Antonio que forman parte de la Pastoral Vocacional impartierón el tema “La Vocación en el Nuevo Testamento”, enfocado en las llamadas que Jesús hace a los discípulos con una visión pastoral y vocacional.
a una visión amplia de ¿Qué es la vocación?, ¿Qué es la vida del hombre? Y ¿Cómo se puede responder a esa llamada que señor hace?, así es el proceso del discernimiento”.
Nombramientos
El señor Arzobispo Metropolitano de San Salvador, Mons. José Luis Escobar Alas, ha efectuado durante los meses de marzo, abril, mayo de 2022 los siguientes nombramientos:
Nombramiento Administrador Parroquial
Nº 033/2022
• Pbro. Cruz Alberto Martínez López
Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, Col. Guatemala
Luego del tema se tuvo un momento de reflexión donde se compartió un pequeño refrigerio, después en grupos pequeños acompañados con los sacerdotes, Óscar Oviedo y Marbin Fuentes; y seminaristas, se impartieron algunas preguntas de reflexión acorde al tema.
Antes finalizar la convivencia, se pasó a recoger las fichas de asistencia de los participantes y a recoger las cartillas que desarrollan en sus hogares, que se les entrega en cada convivencia, que van orientadas a la reflexión, oración y lectura, para que puedan llevar su discernimiento incluso a su hogar, donde se les invita, orienta, anima, se les da palabras de ánimo y se les brinda los preparativos para la siguiente convivencia vocacional que será el próximo domingo 25 de septiembre de 2022
El Pbro. Marbin Fuentes expreso que “en las Convivencias Vocacionales desarrolladas, se han tenido diferentes temáticas y han pasado por una dimensión a partir de la primera, llamados a la vida y al horizonte de la vocación, es decir se va ampliando poco a poco para jovenes que vienen, hasta llegar a la vocación en la Sagrada Escritura en estas dos últimas convivencias, para así culminar con la vocación al sacerdocio. Se va orientando
Al finalizar la convivencia se tuvo la visita del Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador, para animar a los jóvenes a que sigan buscando la voluntad de Dios en sus vidas y le respondan con generosidad. Después de las palabras del Señor Arzobispo, los jóvenes recibieron un almuerzo donde disfrutando de un ambiente fraterno y de comunión, luego cada quien se retiró hacia sus hogares.
Nº 035/2022
• Pbro. Douglas Ernesto Deleón Crespin
Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Fátima, Col. La Rábida Nombramiento de Vicario Parroquial
Nº 026/2022
• Pbro. Fabio Antonio Hérnandez Saravia
Parroquia San Antonio de Pauda, Planes de Renderos Nº 027/2022
• Pbro. Carlos Omar Durán Vásquez, OFM
Parroquia San Antonio de Pauda, Planes de Renderos Nº 034/2022
• Pbro. Jorge Gómez Rodríguez Parroquia San Luis Gonzaga, San Luis Mariona Nº 043/2022
• Pbro. Vinicio Alejandro Orizabal Vásquez
Parroquia San Esteban, Tepecoyo
POR SU MANDATO:
Mons. Rafael Edgardo Urrutia Canciller
† Mons. José Luis Escobar Alas Arzobispo Metropolitano de San Salvador
Cartas del Obispo
SACRAMENTO DEL MATRIMONIO (IV)
San Salvador, 4 de septiembre de 2022
En esta última Catequesis sobre el Sacramento del Matrimonio nos ocuparemos de los efectos que provoca el recibirlo. En primer lugar, está el vínculo matrimonial. Es este un aspecto tan serio que la pareja debe saber que la celebración del matrimonio es una alianza integrada en la alianza de Dios (cf. CIC 1639), naciendo de esta forma un compromiso indisoluble en el que ni siquiera la Iglesia tiene poder para pronunciarse contra esta disposición de la sabiduría divina (CIC 1640). Mons. Romero, nuestro Obispo y Mártir, mencionaba cuatro notas que caracterizan a la pareja que ha celebrado el Sacramento:
1. Fundada por el Creador: Si existe, por tanto, traición, esa traición no es solo contra la pareja si no contra Dios1
2. Célula del pueblo de Dios2
3. Iglesia doméstica: Allí está el embrión de la gran Iglesia Universal porque en Cristo son todos bautizados y pertenecen al pueblo de Dios3
4. Educadora en la fe: Los esposos cristianos… son para sus hijos sus primeros predicadores de la fe y los primeros educadores4
Notas que Monseñor Romero condensaba estableciendo que la misión espiritual: En esa familia unida y constituida en el amor, tienen que ser una estampa de Dios, epifanía de Dios5. Es una alegría encontrar hogares que luchan por vivir de esta forma, dando testimonio de su amor, no solo como pareja sino con sus hijos, siendo una verdadera comunidad de amor a imagen de la Comunidad Trinitaria. En otra de sus homilías, Mons. Romero explicaba que una pareja que vive danto testimonio de su fe manifiesta su dimensión profética y reprocha al mundo lo que es pecaminoso, así como lo que de injusto tiene en su seno: No hay reproche más grande para una sociedad pecadora que una familia santa…6 Ojalá todas las familias pudieran ser así, invitando o llamando con su testimonio de vida a otras parejas a unirse bajo el signo del Sacramento del Matrimonio.
El segundo efecto, es la gracia propia del Sacramento por medio de la cual se ayudan mutuamente a santificarse con la vida matrimonial conyugal y en la acogida y educación de los hijos (CIC 1641). Esa gracia procede de Cristo y es Él quien sale al encuentro de la pareja: Permanece con ellos, les da la fuerza de seguirle tomando su cruz; de levantase después de caer; de perdonarse, de llevar sus cargas y de estar sometidos mutuamente en el temor de Cristo y de amarse con amor sobrenatural, delicado y fecundo (cf. CIC 1642). Es la manera como Cristo ama a su Iglesia.
El matrimonio no es la meta si no el inicio de una vida en común. Eso significa que la pareja debe aprender a convivir día tras día, comprendiéndose mutuamente y personándose ya que transitan un camino de perfeccionamiento. No son perfectos sino perfectibles. Muchas veces el fracaso de los matrimonios es la idealización del otro o la otra, creyendo que no tienen defectos. Es, al contrario, el matrimonio es la unión de dos personas que deberán aprender día tras día a quererse tal cual son, luchando por cambiar mutuamente en un clima de respeto, paciencia, tolerancia y amor.
Lo anterior no implica que los novios teman o rehúyan a la seriedad del Sacramento, evitando tomarlo por miedo al fracaso en su relación de pareja. De no hacerlo vivirán “amancebados” como usualmente se califica a las personas que unen sus vidas de hecho. Recuerden que el Sacramento es signo de la pertenencia a la Iglesia de Cristo7. No hay nada que temer. Cristo estará ahí para llenar con vino nuevo los odres cuando éstos se acaben. Lo hará como lo hizo en Cana de Galilea (cf. Jn 2, 7-8). Llenará los odres de amor cuando queden vacíos; y no duden que ese vino será mucho mejor que el anterior. Cuentan, también, con la intercesión de la Virgen. Fue ella quien rogó por la pareja de Cana cuando el vino se acabó. ¿Acaso no podrá hacerlo de nuevo? Estamos seguros que lo ha hecho muchas veces más, ayudando a un sin número de parejas a salvar su matrimonio.
La otra cara del matrimonio es la virginidad por el Reino de Dios. Ninguna de estas realidades puede ser denigrada. Ambas al servicio de Dios ponen de manifiesto la gracia bautismal. Por esta razón, el siguiente ciclo de Catequesis estará dedicado al Sacramento del Orden Sacerdotal.
1Cf. Mons. Oscar A. Romero, Homilía del Domingo Infraoctava de Navidad. “La familia: epifanía del amor de Dios”. 31 de diciembre de 1978. En: Su Pensamiento VI, 79-81.
2Ibidem, p. 79-81.
3Ibidem, p. 79-81.
4Ibidem, p. 79-81.
5Ibidem, p. 74.
6Mons. Oscar A. Romero. Homilía del Vigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario. “La Iglesia. Comunidad Profética, Sacramental y de Amor”. 10 de septiembre de 1978. En: Su Pensamiento V., p. 175.
7Mons. Oscar A. Romero, Homilía del Segundo Domingo de Pascua. “El resucitado vive en su Iglesia”. 2 de abril de 1978. En: Su Pensamiento IV, p. 120.
José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador
Danos Señor vocaciones sacerdotales y religiosas
Omnipotente y eterno Dios, mira el rostro de tu Divino Hijo y por amor a Él, ten piedad de tus sacerdotes. Recuerda que no son sino débiles y frágiles criaturas, mantén vivo en ellos el fuego de tu amor y guárdalos para que el enemigo no prevalezca contra ellos y en ningún momento se hagan indignos de su santa vocación.
Te ruego por tus sacerdotes fieles y fervorosos, por los que trabajan cerca o en lejanas misiones y por los que te han abandonado.
¡Oh Jesús! te ruego por tus sacerdotes jóvenes y ancianos, por los que están enfermos o agonizantes y por las almas de los que estén en el purgatorio. ¡Oh Jesús! te ruego por el sacerdote que me bautizó, por los sacerdotes que perdonan mis pecados, por aquellos a cuyas misas he asistido y asisto, por los que me instruyeron y aconsejaron, por todos para los que tengo algún motivo de gratitud.
¡Oh Jesús! guárdalos a todos en tu Corazón, concédeles abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad Amen.
Oración por los Sacerdotes de San Juan María Vianney
Pbro. Alberto Josué Cruz García Ordenado Sacerdote en Parroquia San Sebastián, CojutepequePbro. Nelson Francisco Menjívar Cano Ordenado Sacerdote en Parroquia el Señor de las Misericordias, Aguilares
Cuando se persigue a la Iglesia
La persecución ha sido históricamente una de las constantes en la vida de la Iglesia. A veces de un modo generalizado, como en los primeros trescientos años de su existencia, y en otras ocasiones dependiendo de lugares, poderes terrenales y situaciones concretas, con persecuciones parciales o limitadas a determinados territorios.
El concilio Vaticano II decía con toda razón que, a lo largo de la historia y caminando hacia el Reino de Dios, la Iglesia «va peregrinando entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios» (LG 9). Lo hemos vivido en El Salvador, cuando nos tocó sufrir que tantos laicos, sacerdotes y dos obispos fueran asesinados a causa de su fe, y cuando hemos recibido la consolación de ver reconocido como santo y como figura universal a Monseñor Romero, así como beatificados a Cosme, Rutilio, Nelson y Manuel. Situación parecida le tocó vivir a nuestra hermana Guatemala y hoy vemos con alegría los perseguidos y masacrados por poderes injustos, que han recibido también el reconocimiento de su ejemplariedad martirial y, como dirían los Santos Padres, sus “coronas”.
En la actualidad vemos con preocupación la persecución, el hostigamiento injusto y el acoso
que está sufriendo nuestra Iglesia hermana nicaragüense. El obispo Silvio Báez tuvo que salir de su patria, perseguido por su mensaje profético en defensa de los derechos de la gente sencilla y expresar críticas a la represión ejercida por el régimen de Ortega-Murillo contra quienes reclamaban justicia y libertad. El obispo Rolando Álvarez, después de ser severamente insultado y atacado por el actual régimen sandinista, fue puesto por el gobierno en arresto domiciliario fuera de su diócesis, mientras la curia diocesana fue cateada abruptamente y varios sacerdotes y laicos colaboradores quedaron detenidos. Otros laicos y sacerdotes sufren el exilio forzado, son mal vistos y agredidos por un estilo de gobierno que no tolera la crítica. Y que a pesar de autodenominarse cristiano es incapaz de comprender que los seguidores de Jesús no están llamados ni a la obediencia ciega de poderes abusivos ni a la esclavitud ideológica.
La Iglesia, como nos recuerda el Papa Francisco, trabaja desde la fe en el tiempo de los valores y de la esperanza. No se busca a sí misma, sino que se entrega al servicio de los pobres y marginados. Los poderes autoritarios, en cambio, trabajan en el espacio, en la coyuntura y en lo que algunos han llamado la racionalidad instrumental. Buscan el éxito inmediato desde la fuerza bruta y el abuso, justificando
cualquier medio para lograr sus fines de permanecer en el poder y en los beneficios del mismo. Esa contradicción explica el porqué la Iglesia permanece viva en la historia mientras los sistemas de poder, que se pensaban a sí mismos como absolutos y permanentes, terminan diluyéndose como escoria de los tiempos. De nuevo el concilio Vaticano II nos recordaba que “el porvenir está en manos de quienes sepan dar a las generaciones venideras razones para vivir y razones para esperar” (G.S., n. 31). La Iglesia nicaragüense, aún desde el exilio y desde la cárcel, continúa dando razones y fuerza para vivir al pueblo nicaragüense, así como para mantenerse en la esperanza y la construcción de una sociedad fraterna y democrática. A los cristianos centroamericanos, como ya lo han hecho los obispos de nuestra tierras, nos corresponde la solidaridad y la oración en favor de quienes sufren persecución. Es tarea cristiana la denuncia permanente de los abusos del poder y la búsqueda de caminos pacíficos y dialogantes, capaces de desterrar de nuestra América Central todo tipo de autoritarismo que se niegue a buscar soluciones comunes y solidarias frente a los problemas sociales, y que persiga a quienes buscan justicia, paz y desarrollo digno para todos y todas.
Biografía de Santa Teresa de Calcuta
Esta mensajera luminosa del amor de Dios nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, una ciudad situada en el cruce de la historia de los Balcanes. Era la menor de los hijos de Nikola y Drane Bojaxhiu, recibió en el bautismo el nombre de Gonxha Agnes, hizo su Primera Comunión a la edad de cinco años y medio y recibió la Confirmación en noviembre de 1916. Desde el día de su Primera Comunión, llevaba en su interior el amor por las almas. La repentina muerte de su padre, cuando Gonxha tenía unos ocho años de edad, dejó a la familia en una gran estrechez financiera. Drane crió a sus hijos con firmeza y amor, influyendo grandemente en el carácter y la vocación de si hija. En su formación religiosa, Gonxha fue asistida además por la vibrante Parroquia Jesuita del Sagrado Corazón, en la que ella estaba muy integrada.
Cuando tenía dieciocho años, animada por el deseo de hacerse misionera, Gonxha dejó su casa en septiembre de 1928 para ingresar en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí recibió el nombre de Hermana María Teresa (por Santa Teresa de Lisieux). En el mes de diciembre inició su viaje hacia India, llegando a Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de profesar sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana Teresa fue destinada a la comunidad de Loreto Entally en Calcuta, donde enseñó en la Escuela para chicas St. Mary. El 24 de
mayo de 1937, la Hermana Teresa hizo su profesión perpétua convirtiéndose entonces, como ella misma dijo, en “esposa de Jesús” para “toda la eternidad”. Desde ese momento se la llamó Madre Teresa. Continuó a enseñar en St. Mary convirtiéndose en directora del centro en 1944. Al ser una persona de profunda oración y de arraigado amor por sus hermanas religiosas y por sus estudiantes, los veinte años que Madre Teresa transcurrió en Loreto estuvieron impregnados de profunda alegría. Caracterizada por su caridad, altruismo y coraje, por su capacidad para el trabajo duro y por un talento natural de organizadora, vivió su consagración a Jesús entre sus compañeras con fidelidad y alegría.
El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió su “inspiración,” su “llamada dentro de la llamada”. Ese día, de una manera que nunca explicaría, la sed de amor y de almas se apoderó de su corazón y el deseo de saciar la sed de Jesús se convirtió en la fuerza motriz de toda su vida. Durante las sucesivas semanas y meses, mediante locuciones interiores y visiones, Jesús le reveló el deseo de su corazón de encontrar “víctimas de amor” que “irradiasen a las almas su amor”.“Ven y sé mi luz”, Jesús le suplicó. “No puedo ir solo”. Le reveló su dolor por el olvido de los pobres, su pena por la ignorancia que tenían de Él y el deseo de ser amado por ellos. Le pidió a Madre Teresa que fundase una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres entre los pobres. Pasaron casi dos años de pruebas y
discernimiento antes de que Madre Teresa recibiese el permiso para comenzar. El 17 de agosto de 1948 se vistió por primera vez con el sari blanco orlado de azul y atravesó las puertas de su amado convento de Loreto para entrar en el mundo de los pobres.
Después de un breve curso con las Hermanas Médicas Misioneras en Patna, Madre Teresa volvió a Calcuta donde encontró alojamiento temporal con las Hermanitas de los Pobres. El 21 de diciembre va por vez primera a los barrios pobres. Visitó a las familias, lavó las heridas de algunos niños, se ocupó de un anciano enfermo que estaba extendido en la calle y cuidó a una mujer que se estaba muriendo de hambre y de tuberculosis. Comenzaba cada día entrando en comunión con Jesús en la Eucaristía y salía de casa, con el rosario en la mano, para encontrar y servir a Jesús en “los no deseados, los no amados, aquellos de los que nadie se ocupaba”. Después de algunos meses comenzaron a unirse a ella, una a una, sus antiguas alumnas.
El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la Archidiócesis de Calcuta la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad. Al inicio de los años sesenta, Madre Teresa comenzó a enviar a sus Hermanas a otras partes de India. El Decreto de Alabanza, concedido por el Papa Pablo VI a la Congregación en febrero de 1965, animó a Madre Teresa a abrir una casa en Venezuela. Ésta fue seguida rápidamente por las fundaciones de Roma, Tanzania y, sucesivamente, en todos los continentes. Comenzando en 1980 y continuando durante la década de los años noventa, Madre Teresa abrió casas en casi todos los países comunistas, incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba.
Para mejor responder a las necesidades físicas y espirituales de los pobres, Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad en 1963, en 1976 la rama contemplativa de las Hermanas, en 1979 los Hermanos Contemplativos y en 1984 los Padres Misioneros de la Caridad. Sin embargo, su inspiración no se limitò solamente a aquellos que sentían la vocación a la vida religiosa. Creó los Colaboradores de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, personas de distintas creencias y nacionalidades con los cuales compartió
en pág. siguiente)
su espíritu de oración, sencillez, sacrificio y su apostolado basado en humildes obras de amor. Este espíritu inspiró posteriormente a los Misioneros de la Caridad Laicos. En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, Madre Teresa inició también en 1981 elMovimiento Sacerdotal Corpus Christi como un“pequeño camino de santidad” para aquellos sacerdotes que deseasen compartir su carisma y espíritu.
sus actividades con un interés cada vez mayor. Ella recibió, tanto los premios como la creciente atención “para gloria de Dios y en nombre de los pobres”.
de extracción social diversa (ricos y pobres indistintamente). Madre Teresa nos dejó el ejemplo de una fe sólida, de una esperanza invencible y de una caridad extraordinaria. Su respuesta a la llamada de Jesús, “Ven y sé mi luz”, hizo de ella una Misionera de la Caridad, una “madre para los pobres”, un símbolo de compasión para el mundo y un testigo viviente de la sed de amor de Dios.
Menos de dos años después de su muerte, a causa de lo extendido de la fama de santidad de Madre Teresa y de los favores que se le atribuían, el Papa Juan Pablo II permitió la apertura de su Causa de Canonización. El 20 de diciembre del 2002 el mismo Papa aprobó los decretos sobre la heroicidad de las virtudes y sobre el milagro obtenido por intercesión de Madre Teresa.
Durante estos años de rápido desarrollo, el mundo comenzó a fijarse en Madre Teresa y en la obra que ella había iniciado. Numerosos premios, comenzando por el Premio Indio Padmashri en 1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nobel de la Paz en 1979, hicieron honra a su obra. Al mismo tiempo, los medios de comunicación comenzaron a seguir
Durante los últimos años de su vida, a pesar de los cada vez más graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto y respondiendo a las necesidades de los pobres y de la Iglesia. En 1997 las Hermanas de Madre Teresa contaban casi con 4.000 miembros y se habían establecido en 610 fundaciones en 123 países del mundo. En marzo de 1997, Madre Teresa bendijo a su recién elegida sucesora como Superiora General de las Misioneras de la Caridad, llevando a cabo sucesivamente un nuevo viaje al extranjero. Después de encontrarse por última vez con el Papa Juan Pablo II, volvió a Calcuta donde transcurrió las últimas semanas de su vida recibiendo a las personas que acudían a visitarla e instruyendo a sus Hermanas. El 5 de septiembre, la vida terrena de Madre Teresa llegó a su fin. El Gobierno de India le concedió el honor de celebrar un funeral de estado y su cuerpo fue enterrado en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad. Su tumba se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinación y oración para gente de fe y
Fue beatificada por San Juan Pablo II el 19 de octubre del 2003. Y canonizada 13 años después por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro el 04 de septiembre del 2016 dentro de la celebración del Jubileo de los voluntarios y operarios de la misericordia.
Fuente: AciPrensaPJ Arquidiocesana celebra la Asamblea de Planificación del Plan Arquidiocesano de Jóvenes
Según el Asesor Arquidiocesano de la PJ, el presbítero Bilson Martínez, el objetivo del plan es conocer los desafíos de la juventud en la actualidad y a la vez responder de modo organizado a las necesidades de los adolescentes desde la PJ arquidiocesana.
De igual manera, se contó con la participación de diferentes sacerdotes que fueron exponentes en la asamblea, entre ellos el padre Octavio Cruz, Vicario Episcopal de la PJ, Monseñor José Luis Escobar Alas, Arzobispo metropolitano de San Salvador, padre Pedro Madrid quien es el Asesor Nacional y Regional, Centroamérica y México de la Pastoral Juvenil y el Asesor Arquidiocesano de la PJ, padre Bilson Martínez.
El pasado sábado 13 de agosto la Pastoral Juvenil Arquidiocesana efectuó la Asamblea de Planificación del Plan Arquidiocesano de Jóvenes en el Colegio Guadalupano, donde asistieron diferentes jóvenes de todas las vicarias que conforman la Arquidiócesis de San Salvador.
“El objetivo de la asamblea es conocer y analizar los datos obtenidos en las encuestas y marcar el rumbo pastoral de la diócesis” afirmó el sacerdote.
El Plan Arquidiocesano de jóvenes comenzó en febrero de 2022 y se espera su culminación de edición en la Jornada Diocesana de la Juventud que será realizada el 19 de noviembre de este mismo año.
Por: Michelle Rivera
Estas palabras de Jesús, que se encuentran justo en el centro del Evangelio de Lucas, son como una flecha que nos alcanza: «Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!» (12,49).
Mientras el Señor iba con los discípulos hacia Jerusalén, hizo un anuncio con un estilo típicamente profético, usando dos imágenes: el fuego y el bautismo (cf. 12,4950). El fuego ha de llevarlo al mundo; el bautismo habrá de recibirlo Él mismo.
Tomo sólo la imagen del fuego, que en este caso es la llama poderosa del Espíritu de Dios, es Dios mismo como «fuego devorador» (Dt 4,24; Hb 12,29), Amor apasionado que todo lo purifica, lo regenera y lo transforma. Este fuego –igual que el “bautismo”– se revela plenamente en el misterio pascual de Cristo, cuando Él, como columna ardiente, abre el camino de la vida a través del mar tenebroso del pecado y de la muerte.
Sin embargo, también hay otro fuego, el de las brasas. Lo encontramos en Juan, en el pasaje de la tercera y última aparición de Jesús resucitado a los discípulos, en el lago de Galilea (cf. 21,9- 14). Jesús mismo encendió esta pequeña fogata, cerca de la orilla, mientras los discípulos estaban en las barcas y sacaban las redes repletas de pescados.
Y Simón Pedro llegó primero, nadando,
lleno de alegría (cf. v. 7). El fuego de las brasas es manso, escondido, pero permanece encendido por un largo rato y sirve para cocinar. Y ahí, en la orilla del lago, crea un ambiente familiar en donde los discípulos disfrutan de la intimidad con su Señor, sorprendidos y conmovidos.
Nos hará bien, queridos hermanos y hermanas, meditar juntos el día de hoy, a partir de la imagen del fuego, considerando estas dos formas que asume; y, a la luz de la misma, orar por los Cardenales, de modo particular por ustedes, que precisamente en esta celebración reciben dicha dignidad y responsabilidad.
horizonte del mundo, a las periferias aún desconocidas.
Este fuego potente es el que animó al apóstol Pablo en su servicio incansable al Evangelio, en su “carrera” misionera, que fue siempre conducida, impulsada hacia adelante por el Espíritu y por la Palabra. También es el fuego de tantos misioneros y misioneras que han sentido la alegría dulce y extenuante de evangelizar, y cuyas vidas se han convertido en evangelio, porque ante todo han sido testigos.
Hermanos y hermanas, este es el fuego que Jesús ha venido a “traer sobre la tierra”, y que el Espíritu enciende también en los corazones, en las manos y en los pies de quienes lo siguen.
Después tenemos el otro fuego, el de las brasas. También esto quiere transmitirnos el Señor para que, como Él, con mansedumbre, con fidelidad, con cercanía y ternura, podamos hacer que muchos disfruten de la presencia de Jesús vivo en medio de nosotros.
Con las palabras que nos llegan por medio del Evangelio de Lucas, el Señor nos llama nuevamente a ponernos detrás de Él, a seguirlo por el camino de su misión. Una misión de fuego – como aquella de Elías–, ya sea por lo que ha venido a hacer, ya sea por cómo lo ha hecho. Y a nosotros, que en la Iglesia hemos sido tomados de entre el pueblo para un ministerio de servicio especial, es como si Jesús nos entregara la antorcha encendida, diciendo: Tomen, «como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes» (Jn 20,21).
Así el Señor quiere comunicarnos su valentía apostólica, su celo por la salvación de cada ser humano, sin excluir a nadie. Quiere comunicarnos su magnanimidad, su amor sin límites, sin reservas, sin condiciones, porque en su corazón arde la misericordia del Padre.
Y dentro de este fuego se encuentra también la tensión misteriosa, propia de la misión de Cristo, entre la fidelidad a su pueblo, a la tierra de las promesas, a aquellos que el Padre le ha dado y, al mismo tiempo, a la apertura a todos los pueblos, al
Una presencia tan evidente, incluso en el misterio, que ni siquiera es necesario preguntar: “¿Quién eres?”, porque el mismo corazón nos dice que es Él, el Señor. Este fuego arde, de modo particular, en la oración de adoración, cuando estamos en silencio cerca de la Eucaristía y saboreamos la presencia humilde, discreta, escondida del Señor, como un fuego en ascuas, de manera que esta misma presencia se convierte en alimento para nuestra vida diaria.
El fuego en las brasas nos hace pensar, por ejemplo, en san Charles de Foucald, quien, al haberse encontrado por mucho tiempo en un ambiente no cristiano, en la soledad del desierto, centró toda su atención en la
“Un Cardenal ama a la Iglesia, siempre con el mismo fuego espiritual, ya sea tratando las grandes cuestiones, como ocupándose de las más pequeñas”
presencia, tanto la presencia de Jesús vivo en la Palabra y en la Eucaristía, como la propia presencia del santo, que era fraterna, amigable y caritativa.
Pero también hace pensar en aquellos hermanos y hermanas que viven su consagración secular, en el mundo, avivando el fuego bajo y duradero en los lugares de trabajo, en las relaciones interpersonales, en las pequeñas reuniones de fraternidad; o, como sacerdotes, en un ministerio perseverante y generoso, sin clamores, en medio de la gente de la parroquia. Me dijo un párroco de tres parroquias, aquí en Italia, que tenía mucho trabajo. “Pero, ¿podéis visitar a toda la gente?”, dije. “¡Sí, conozco a todos!” - “¿Pero sabes el nombre de todos?” - “Sí, incluso el nombre de los perros de las familias”. Este es el fuego suave que lleva el apostolado a la luz de Jesús.
me dice a mí y a ustedes, en particular, este doble fuego de Jesús? A mí me parece que nos recuerda que el fuego del Espíritu mueve al hombre lleno de celo apostólico a cuidar con valentía tanto las cosas grandes como las pequeñas, porque “non coerceri a maximo, contineri tamen a minimo, divinum est”. No lo olvidéis: esto trae a Santo Tomás en la Primae Primae. Non coerceri a maximo: tener grandes horizontes y gran deseo de grandes cosas; contineri tamen a minimo, es divino, divinum est.
Un Cardenal ama a la Iglesia, siempre con el mismo fuego espiritual, ya sea tratando las grandes cuestiones, como ocupándose de las más pequeñas; ya sea encontrándose con los grandes de este mundo, como con los pequeños, que son grandes delante de Dios.
Se me ocurre el Cardenal Van Thuân, llamado a pastorear el Pueblo de Dios en otro escenario crucial del siglo XX, y al mismo tiempo estaba animado por el fuego del amor de Cristo para cuidar el alma del carcelero que vigilaba la puerta de su celda.
Estas personas no tenían miedo de lo “grande”, de lo “máximo”; pero también se quedaban con lo “pequeño” de cada día. Después de una reunión en la que el cardenal Casaroli había informado a San Juan XXIII de su última misión -no sé si a Eslovaquia o a la República Checa, uno de esos países, se hablaba de alta políticay cuando se marchaba, el Papa le llamó y le dijo: “Ah, Eminencia, una cosa: ¿sigue yendo a esos jóvenes presos?” - “S픓¡Nunca los dejes!”. La gran diplomacia y la pequeña cosa pastoral. Ese es el corazón de un sacerdote, el corazón de un cardenal.
Queridos hermanos y hermanas, volvamos nuestra mirada a Jesús: sólo Él conoce el secreto de esta humilde magnanimidad, de este manso poder, de esta universalidad orientada al detalle.
Y, además, ¿no es acaso un fuego en ascuas aquel que diariamente caldea la vida de tantos esposos cristianos? Este se reaviva con una oración sencilla, “hecha en casa”, con gestos y miradas de ternura, y con el amor que acompaña pacientemente a los hijos en su crecimiento.
Y no nos olvidemos del fuego en ascuas custodiado por los ancianos, que son el hogar de la memoria en el ambiente familiar, social y civil. ¡Qué importante es este brasero de los mayores! En torno a él se reúnen las familias, permitiendo leer el presente a la luz de las experiencias del pasado y tomar decisiones sabias.
Queridos hermanos Cardenales, a la luz y con la fuerza de este fuego camina el Pueblo santo y fiel, del cual hemos sido convocados y al que hemos sido enviados como ministros de Cristo, el Señor. ¿Qué
Pienso, por ejemplo, en el Cardenal Casaroli, quien destacó por su perspectiva abierta para apoyar, con un diálogo sabio, los nuevos horizontes de Europa después de la guerra fría. ¡Y Dios no quiera que la miopía del ser humano cierre de nuevo aquellos horizontes que Él abrió! Pero a los ojos de Dios, igualmente tuvieron gran valor las visitas que regularmente hacía a los jóvenes detenidos en una cárcel para menores de Roma, donde lo llamaban “Don Agostino”. ¡Y cuántos ejemplos de este tipo se podrían mencionar!
El secreto del fuego de Dios, que desciende del cielo, iluminándolo de punta a punta, y que cocina lentamente la comida de las familias pobres, de los emigrantes o de los sin techo. Jesús quiere arrojar este fuego en la tierra también hoy; quiere encenderlo de nuevo en las orillas de nuestras historias cotidianas.
Nos llama por nuestro nombre, a cada uno de nosotros, nos llama por nuestro nombre: no somos un número; nos mira a los ojos, a cada uno de nosotros, mirémonos a los ojos, y nos pregunta: tú, nuevo cardenal -y todos vosotros, hermanos cardenales¿puedo contar con vosotros? Esa pregunta del Señor.
Y no quiero terminar sin un recuerdo al cardenal Richard Kuuia Baawobr, obispo de Wa, que se sintió mal ayer al llegar a Roma y fue hospitalizado por un problema de corazón y fue operado, creo, algo así. Recemos por este hermano que debía estar aquí y está hospitalizado. Gracias.
El Papa Francisco nombra a 20 nuevos cardenales
En la tarde de este sábado 27 de agosto, el Papa Francisco nombró 20 nuevos cardenales en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Durante su homilía, el Papa Francisco comunicó que Mons. Richard Kuuia Baawobr, Arzobispo de Wa (Ghana), no pudo asistir a la ceremonia debido a que a su llegada a roma “se sintió mal”.
El Santo Padre aseguró que el Arzobispo se estaba recuperando de un problema de corazón y ha tenido que ser intervenido. También pidió a los presentes rezar por su recuperación.
Más tarde, los cardenales juraron fidelidad y obediencia al Papa y a sus sucesores. A continuación, el Papa Francisco llevó a cabo la imposición del birrete, la entrega del anillo y la asignación del Título o Diaconía a cada nuevo cardenal.
Entre estos nuevos Purpurados se encuentran 3 jefes de Dicasterios de la Curia Romana: el inglés Arthur Roche, prefecto de la Congregación para el Culto Divino; el coreano Lazarus You Heung-sik, prefecto de la
Congregación para el Clero; y el español Fernando Vérgez Alzaga, presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano y el Governatorato.
4 por encima de los 80 años, por lo tanto pasan a formar parte del grupo de los no electores.
Estos son Jorge Enrique Jiménez Carvajal, Arzobispo emérito de Cartagena (Colombia); Arrigo Miglio, Arzobispo emérito de Cagliari; el padre Gianfranco Ghirlanda, profesor de teología y Mons. Fortunato Frezza, canónigo de San Pedro.
También nombró a Jean Marc Avelin, Arzobispo de Marsella; Peter Okpaleke, Obispo de Ekwulobia, Nigeria; Leonardo Steiner, Arzobispo de Manhaus; Filipe Neri António Sebastião do Rosário Ferrão, Arzobispo de Goa y Damao, India; Robert W. McElroy, Obispo de San Diego, Estados Unidos; Virgílio do Carmo da Silva; Arzobispo de Timor Oriental.
Asimismo, nombró al obispo de Como, Oscar Cantoni; Anthomy Poola, Arzobispo de Hyderabad, India; Paulo César Costa, Arzobispo de Brasilia; Richard Kuuia Baawobr, Arzobispo de Wa, Ghana; William Goh Seng Chye, Arzobispo de Singapur; Adalberto Martínez Flores, arzobispo de Asunción, Paraguay; Giorgio Marengo, prefecto apostólico de Ulán Bator, capital de Mongolia.
Entre los nuevos cardenales hay además
Tras este consistorio, el Colegio de Cardenales -el grupo más cercano de asistentes del Papa-, pasa a estar formado por un total de 229 cardenales.
Entre ellos, 132 son cardenales electores, es decir, quienes elegirán al siguiente Papa en un futuro cónclave. Y 97 de ellos forman parte del grupo de los no electores.
Cabe destacar que 6 de los cardenales electores cumplirán 80 años a fines de 2022; dos de los cuales los cumplirán a finales de septiembre.
Fuente: AciPrensaEl Papa Francisco y los nuevos cardenales visitan a el Papa Emérito Benedicto XVI
Al término del Consistorio, el Papa Francisco y los nuevos cardenales -informa la Oficina de Prensa del Vaticano- visitaron el Monasterio Mater Ecclesiae para encontrarse con el Papa emérito Benedicto XVI para un breve saludo.
Tras recibir su bendición, junto con la del Papa, y rezar juntos la Salve Regina, los nuevos cardenales se dirigieron al Palacio Apostólico o al Aula Pablo VI para las visitas de cortesía.
La visita al monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano se ha convertido ya en una costumbre, siempre renovada desde el Consistorio de 2016. En las dos primeras ocasiones, en 2014 y 2015, Benedicto XVI había participado en la celebración en la Basílica de San Pedro.
El perdón celestiniano se extiende por un año
Collemaggio, se ha prolongado durante un año. Un decreto especial de la Penitenciaría Apostólica, fechado el 15 de julio, prevé la posibilidad de experimentar la misericordia divina a un mayor número de personas, para que aumente la devoción de los fieles y la salvación de las almas.
Con motivo de la apertura de la Puerta Santa de la basílica de Collemaggio el domingo 28 de agosto por parte del Papa Francisco, primer Pontífice de la historia que lanza el Perdón de Celestino V, la Penitenciaría Apostólica concedió a los fieles la posibilidad de obtener una indulgencia plenaria hasta el 28 de agosto de 2023.
La visita del Papa Francisco a L’Aquila ha traído un nuevo regalo a los habitantes de L’Aquila: el Jubileo Celestino, que comenzó ayer con la apertura de la Puerta Santa de la basílica de Santa Maria di
Hasta el 28 de agosto de 2023, de hecho, los fieles y peregrinos que acudan al lugar de culto deseado por Pietro da Morrone, podrán obtener la indulgencia plenaria concedida con la bula Inter sanctorum solemnia en 1294. Con esta bula, conocida como Bula del Perdón, Celestino V reconoció la remisión de los pecados a todos aquellos que, arrepentidos y confesados, acudan al Collemaggio, desde las Vísperas del 28 de agosto hasta las del día siguiente. La Santa Sede ha decidido ampliar esta posibilidad a 365 días. La Penitenciaría también establece una indulgencia parcial para los fieles que, con un corazón al menos contrito, hayan visitado con devoción la basílica de L’Aquila.
Las condiciones para obtener la indulgencia anual de Celestino V
Esta tarde, el obispo auxiliar de L’Aquila, monseñor Antonio D’Angelo, cierra la Puerta Santa de la basílica de Collemaggio, pero queda abierta la posibilidad de obtener la indulgencia plenaria, para uno mismo o para los difuntos, con las condiciones de rezar el Credo, el Padre Nuestro y una oración según las intenciones del Papa, confesarse y comulgar dentro de los ocho días anteriores o posteriores a la participación en un rito en honor de Celestino V, o después de rezar ante sus restos, que se conservan en el mausoleo a la derecha del altar central de la basílica de Collemaggio.
Los ancianos, los enfermos y los que no pueden salir de casa por razones graves podrán obtener la indulgencia plenaria si, arrepentidos de cada pecado y con la intención de cumplir las tres condiciones habituales lo antes posible, participan espiritualmente en las celebraciones ante una pequeña imagen de San Pedro Celestino, después de haber ofrecido sus oraciones y sus penas, o los sufrimientos de su vida, al Dios misericordioso.
Fuente: VaticanNews
Crucigrama
Santo Evangelio según San Lucas 14,25-33 del Domingo XXIII del Tiempo Ordinario
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:
“Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”.
¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil?
Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».
Que el señor le colme de fuerzas para que siga siendo su instrumento para bendecir a muchos. Feliz cumpleaños Cardenal Gregorio Rosa Chávez