Semanario Orientación - 8 de noviembre de 2020

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S • E • M • A • N • A • R • I • O Año LXVIII Nº 6097

ÓRGANO OFICIOSO DEL ARZOBISPADO DE SAN SALVADOR. 8 de noviembre de 2020

$ 0.25

Aún podemos solidarizarnos con nuestros hermanos

afectados por el deslave

Más de cien familias fueron seriamente afectadas en Nejapa por el deslave de la noche del 29 de octubre. En orden descendente: Familiares de Miguel Angel Maldonado, última persona reportada como desaparecida, descansan en medio de las extenuantes jornadas de búsqueda. Un bebé se entretiene con un juguete recuperado del lodo. Daisy Rodríguez, de la Vicaría de Promoción Humana del Arzobispado de San Salvador, colabora con la Pastoral Social de la parroquia de Nejapa en organizar las ayudas recibidas el día 3 de noviembre


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Cartas del Obispo

Nombramientos

IGLESIA LOCAL

−I−

Amadísimos hermanos y hermanas les saludo con gran afecto, deseándoles todo bien en Cristo. Es un gusto muy grande dirigirme a ustedes en el comienzo de una nueva etapa de nuestro Semanario Orientación, después de una larga etapa de cuarentena a causa del coronavirus, que nos llevó a varias ediciones en forma de un Boletín virtual. Doy la bienvenida a esta nueva etapa en edición impresa como antes; y agradezco de corazón al equipo que hace posible nuestro medio de comunicación.

San Salvador, 4 de noviembre de 2020 Damos inicio a esta columna, haciendo memoria y siguiendo la tradición de nuestro querido predecesor Monseñor Arturo Rivera y Damas, de santa memoria, quien publicaba en este mismo Semanario su columna llamada “Cartas del Arzobispo”. Expreso nuestra profunda gratitud a todas las personas que con tanta bondad y generosidad han ofrendado víveres y ropa para los damnificados en Nejapa, que han sufrido la catástrofe causada por el deslave, el recién pasado jueves 29 de octubre. La Iglesia ha sido muy solidaria con las víctimas ayudándoles en sus necesidades; a la vez que oramos a los difuntos y desaparecidos. Como Iglesia estamos sumamente preocupados por los daños que ya ha causado y que puede causar la tormenta tropical Eta. El día 3 de noviembre, ha entrado a Nicaragua el huracán Eta y luego ha pasado a Honduras. En ambos países ha causado muertes y graves desastres naturales, inundaciones y deslaves. Pedimos al Señor por todas las víctimas de dichos fenómenos naturales

y nos solidarizamos con todas ellas; el mencionado huracán ya se ha degradado, convirtiéndose en tormenta tropical. Oramos a Dios, suplicándole proteja a El Salvador y no permita que dicha tormenta cause más daño en esta nación. Pero si fuera el caso que tuviésemos que sufrir sus consecuencias, estamos pendientes de nuestros hermanos más vulnerables y prestos a ayudar a los afectados. Todo esto tiene lugar dentro del cuadro de la pandemia, que todavía estamos sufriendo. Es importante “que no bajemos la guardia”, sino que por el contrario estemos siempre atentos guardando todas las medidas de seguridad sanitaria. Es la manera como superaremos la pandemia, protegiendo la salud de nuestros hermanos y nuestra propia salud. Imploro la bendición de Dios para todos, por intercesión de María Santísima y nuestro amado santo, Monseñor Romero. † Mons. José Luis Escobar Alas Arzobispo de San Salvador

El señor Arzobispo Metropolitano de San Salvador, Mons. José Luis Escobar Alas, ha efectuado desde los últimos meses de 2019 los siguientes nombramientos:

Vicario Parroquial Nº 088/2019 • Rvdo. Pbro. David Emmanuel Santizo Pineda Parroquia Santa Lucía, Suchitoto

Asesor Espiritual de la “Comunidad de Mujeres Católicas de El Salvador” Nº 091/2019 • Rvdo. Pbro. José Antonio Guerrero Luna

Administrador Parroquial Nº 093/2019 • Rvdo. Pbro. José Mario Mejía González Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, Colonia Guatemala

Párrocos Solidarios Nº 094//2019 • Rvdo. Pbro. Ricardo Rafael Lazo Nuila y Rvdo. Pbro. José Rubén Cruz Sánchez Parroquia San Bartolomé Apóstol

Vicerrector del «Seminario Propedéutico San José de la Montaña» Nº 095/2019 • Rvdo. Pbro. Erick Arturo Linares Ramos

Director Espiritual Seminario Misionero Arquidiocesano «Redemptoris Mater» Nº 097/2019 • Rvdo. Pbro. Mario Antonio Díaz Garay

Vicerrector del Seminario Misionero Arquidiocesano «Redemptoris Mater» Nº 098/2019 • Rvdo. Pbro. Ángel Rafael Rustrian Lara

POR SU MANDATO:

Mons. Rafael Edgardo Urrutia Canciller

† Mons. José Luis Escobar Alas Arzobispo Metropolitano de San Salvador


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Eucaristía en conmemoración de los fieles Difuntos

Reunión del clero de la Arquidiócesis de San Salvador

Este 2 de noviembre se celebró en Catedral Metropolitana de San Salvador, una Santa Misa para recordar a los fieles difuntos, especialmente aquellos que fallecieron por el Covid-19. La Eucaristía fue presesidida por Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador y en su homilía destacó que: “Somos ciudadanos del cielo, eso significa que nuestra vida en este mundo es solo un paso, justo como un peregrino en este mundo y vamos hacía nuestra patria definitiva que es el cielo. Si los cristianossomos ciudadanos dle cielo debemos adoptar la forma de vida que corrresponde a los ciudadanos del cielo, la manera de ser, comportarse, hablar y actuar, la manera de vivir piniendo en práctica la ley de Dios, cumpliendo su voluntad”.

De izq. a der. Pbro. Octavio Cruz, Mons. Rafael Urrutia, Mons. José Luis Escobar Alas y Pbro. Reinaldo Sorto

El 3 de noviembre se realizó la reunión del clero de sacerdotes de la Arquidiócesis de San Salvador, en la Parroquia San José de la Monataña, respentanto las medidas de bioseguridad. En dicha reunión los sacerdotes tuvieron un espacio para realizar la evaluación del Plan Pastoral a nivel vicarial y parroquial.

A nuestros lectores

Esperamos sus sugerencias, comentarios o avisos de actividades parroquiales a los números:

2298-6268 o 7737-3760, y su correspondencia a: 1 Calle Poniente Nº 3412, Col. Escalón, S.S. a.

o bien al correo electrónico:

orientacion.semanario@gmail.com


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VOZ DEL PAPA

Como Jesús, abandonarse en las manos del Padre en la oración Jesús no descuidaba nunca su diálogo íntimo con el Padre. Cuanto más inmerso estaba en las necesidades de la gente, más sentía la necesidad de reposar en la Comunión trinitaria: el Papa durante la Audiencia General de este 4 de noviembre reflexionó sobre la oración de Jesús, una “realidad misteriosa, de la que sólo intuimos algo, pero que permite leer en la justa perspectiva toda su misión”. Jesús ‒comenzó diciendo el Papa‒ durante su vida pública recurre constantemente a la fuerza de la oración. Los Evangelios nos lo muestran cuando se retira a lugares apartados a rezar. Se trata de observaciones sobrias y discretas, que dejan solo “imaginar” esos diálogos orantes. Aun en los momentos de mayor entrega a los pobres y enfermos, el Señor siempre dedicó tiempos para la oración, para retirarse y estar a solas con el Padre, para escucharlo y acoger su voluntad. Se ve esta actitud del Maestro en Cafarnaún, episodio del cual el Papa tomó el ejemplo, cuando todos le llevaban a los enfermos para sanar: Él les sana, pero antes del alba, se retira a un lugar solitario y reza. “¡Todos te buscan!”, le dicen los discípulos. Pero Él responde: “Vayamos a otra parte, a los pueblos

vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido” (cfr Mc 1, 35-38). La oración es el timón que guía la ruta de Jesús. Las etapas de su misión no son dictadas por los éxitos, ni el consenso, ni esa frase seductora “todos te buscan”. La vía menos cómoda es la que traza el camino de Jesús, pero que obedece a la inspiración del Padre, que Jesús escucha y acoge en su oración solitaria. Hablando en español, Francisco señaló que el ejemplo de Jesús nos lleva a deducir algunas características de la oración cristiana. Sobre todo, ‒explicó‒ es un medio para ofrecer a Dios toda la jornada, nos dispone a la escucha y al encuentro, nos abre un horizonte grande y nos ensancha el corazón. Un día vivido sin oración corre el riesgo de transformarse en una experiencia molesta, o aburrida: todo lo que nos sucede podría convertirse para nosotros en un destino mal soportado y ciego. Jesús sin embargo educa en la obediencia a la realidad y por tanto a la escucha. […] La oración tiene el poder de transformar en bien lo que en la vida de otro modo sería una condena; tiene el poder de abrir un horizonte grande a la mente y de agrandar el corazón. La oración también “es un arte” que se debe practicar con insistencia, con perseverancia y que requiere disciplina: Una oración perseverante produce una

transformación progresiva, hace fuertes en los períodos de tribulación, dona la gracia de ser sostenidos por Aquel que nos ama y nos protege siempre. Otra característica de la oración de Jesús – continuó diciendo el Papa‒ es la soledad. Esto no significa evadir del mundo, sino encontrar el espacio de silencio para cultivar la propia vida interior y encontrar el sentido a lo que hacemos. Abandonarse en las manos del Padre. Es bello, cuando estamos agitados, un poco preocupados y el Espíritu Santo nos transforma desde dentro y nos lleva a este abandono en las manos del Padre: “Padre, hágase tu voluntad”. Por todo lo dicho, concluyendo la catequesis sobre la oración de Jesús, el Papa Francisco animó a pedirle a Él que “nos ayude a redescubrirlo ‒a través de la lectura orante y cotidiana del Evangelio‒ como maestro de oración”, a disponernos a aprender en su escuela. (Cf. Vaticannews.va 4 nov. 2020)

No a la violencia, Papa en la Conmemoración de los fieles solo el amor difuntos: ¡Señor, dame esperanza! extingue el odio La esperanza no defrauda, sino que nos atrae, la muerte no habrá nada”. En esos momentos “El Santo Padre Francisco ha recibido con gran tristeza la noticia de los terribles actos de violencia en Viena que han causado muerte y dolor a personas inocentes. Su Santidad expresa su más profundo pésame a los familiares de los fallecidos y a todo el pueblo austriaco. También está cerca de los heridos y reza por su rápida recuperación. Su Santidad encomienda a las víctimas a la misericordia de Dios y pide al Señor que cesen la violencia y el odio y se promueva la coexistencia pacífica en la sociedad. Su Santidad acompaña de todo corazón a todos los afectados por esta tragedia con su bendición”. Con estas profundas palabras, el Papa Francisco expresa su pésame, el martes 3 de noviembre, tras el ataque terrorista que golpeó la capital austríaca, el lunes 2 de noviembre por la tarde. El telegrama del Santo Padre va dirigido al Arzobispo de Viena, el Cardenal Christoph Schonborn, y está firmado, por el Cardenal Secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin. El ataque terrorista contra seis lugares diferentes en Viena comenzó el lunes por la noche con disparos en la sinagoga Stadttempel. Cuatro personas perdieron la vida. Otros quince están hospitalizados, siete de ellos en estado grave. (Cf. Vaticannews.va 3 nov. 2020)

y da un sentido a nuestra vida: ella es el don de Dios que nos atrae hacia la vida y la alegría eterna. En la Conmemoración de los fieles difuntos el Santo Padre Francisco celebró la Santa Misa en la Iglesia del Camposanto Teutónico del Vaticano. La homilía improvisada del Sumo Pontífice fue un himno a la esperanza, “regalo de Dios y ancla” de la que debemos sujetarnos en los momentos más oscuros de nuestra vida. El Papa realizó su reflexión partiendo del pasaje de la Primera Lectura de la liturgia de ese día, tomado del Libro de Job, que narra el término de su existencia a causa de la enfermedad. En el momento en que el profeta está “más abatido”, comenta aún Francisco, está presente “ese abrazo de luz y calor” que lo reconforta: “Veré al Redentor, con estos ojos lo veré”. Francisco reflexionó también sobre las tantas cosas feas que nos llevan a la desesperación hasta creer que “todo será una derrota final, que después de

“vuelve la voz de Job: “sé que mi Redentor está vivo y que, en el final, se levantará sobre el polvo y lo veré, yo mismo, con estos ojos”.

El Papa recordó también que la esperanza, como dijo Pablo “no defrauda”: ella “nos atrae y da un sentido a nuestra vida”. Yo no veo el más allá. Pero la esperanza es el don de Dios que nos atrae hacia la vida, hacia la alegría eterna. (...) El Señor nos recibe allí, donde está el ancla. La vida en la esperanza es vivir así: aferrándose, con la cuerda en la mano, fuerte, sabiendo que el ancla está ahí. Y esta ancla no decepciona: no defrauda. H o y, ‒ d i j o finalmente‒ en el pensamiento de tantos hermanos y hermanas que se han ido, nos hará bien mirar los cementerios y mirar hacia arriba y repetir, como hizo Job: “Sé que mi Redentor vive y lo veré, yo mismo; mis ojos lo contemplarán, y no otro”. Esta es la fuerza que nos da la esperanza, este don gratuito que es la virtud de la esperanza. “Que el Señor nos lo dé a todos”. (Cf. Vaticannews.va 2 nov. 2020)


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ditorial

Ambiente deteriorado

La presente época lluviosa deja en evidencia la facilidad con que nuestro territorio se vuelve vulnerable y termina afectando la vida de muchas personas. Primero fue en Santo Tomás y ahora fue Nejapa. Y si miramos con más detalle nos damos cuenta de que en muchas partes nuestro país se sufre un deterioro acelerado. Recientemente fuimos advertidos de los efectos de la tormenta Eta. Se declaró la alerta nacional y se mantuvo la expectativa. Cuando cerramos la presente edición se percibe un debilitamiento de la amenaza de lluvia. Con frecuencia, se nos olvida y hasta que llega la siguiente época lluviosa nos vemos obligados a considerar que nuestra casa común es cada vez más frágil. Es necesario que aprendamos a respetar un poco más la creación y cuidemos de ella con más responsabilidad. Son muchas personas las que viven en lugares de alto riesgo y cada año experimentan el temor de ser víctimas de una crecida de los ríos, de los derrumbes, deslaves y perderlo sus bienes, incluso sus vidas. Nos encontramos en el Año Laudato Si’. El Papa Francisco ha querido hacer resonar una vez más el mensaje de su encíclica social Laudato Si‘ y el compromiso que espera de los católicos en el cuidado de la casa común. Si el medio ambiente se deteriora, también las personas se ven afectadas porque el hombre no se comprende separado de su entorno. El cuidado del medio ambiente redunda en una sincera preocupación por los demás. Se debe llegar a una “conversión ecológica”. Tenemos que recordar que somos creación de Dios, a su imagen y semejanza. Llamados a vivir como hermanos unos de otros y cuidar de la obra de Dios. Pero cuando la fe se desconecta de las realidades temporales, se llega a descuidar la responsabilidad que brota de

nuestra fe en la creación de Dios y no vemos la obra de Dios sino una realidad que explotar. Por eso dice el Papa: “Trágicamente, la respuesta humana a ese regalo ha sido marcada por el pecado, por la barrera en su propia autonomía, por la codicia de poseer y explotar. Egoísmos e intereses han hecho de la creación −lugar de encuentro e intercambio−, un teatro de rivalidad y enfrentamientos. La degradación ha aumentado en las últimas décadas: la contaminación constante, el uso incesante de combustibles fósiles, la intensiva explotación agrícola, la práctica de arrasar los bosques están elevando las temperaturas globales a niveles alarmantes. El aumento en la intensidad y frecuencia de fenómenos climáticos extremos y la desertificación del suelo están poniendo a dura prueba a los más vulnerables entre nosotros”. Nosotros también debemos aprender a cuidar nuestro entorno. Depende de cada uno de nosotros. De los nuevos hábitos que podamos adquirir y enseñar a las nuevas generaciones. Todos tenemos responsabilidad en el cuidado de nuestro deteriorado medio ambiente. Pero todavía no es demasiado tarde. Algo podemos hacer. La solución no vendrá de fuera. Cada uno de los miembros de nuestra sociedad debe hacer lo que está a su alcance. También las instituciones gubernamentales. Los gobernantes deben mostrar una nueva conciencia social mediante el cuidado del medio ambiente. Hace poco se consiguió la reforma de la Constitución para que se reconozca el agua como un derecho humano. Pero si no cuidamos lo poco que nos queda, corremos el riesgo de perderlo todo. Es tiempo de actuar con más conciencia de creatruas.

Por Pbro. Simeón Reyes, Director de Semanario Orientación

La tragedia de Eta Las regiones rurales de Centro América como la periferia de sus ciudades, son vitrinas de la realidad social de la región y de la Sigfrido Munés vulnerabilidad de sus tioziggi@hotmail.com pobladores ante los embates de la naturaleza. La gente más pobre, que carece de un techo mínimamente seguro, tiene que levantar champas donde puede y lo hace a la vera de los ríos, en las laderas de lomas y montañas, a la orilla del mar y en los sitios más inhóspitos y peligrosos, pero de donde no pueden echarlos. Generalmente

DIRECTORIO

Pbro. Simeón Reyes DIRECTOR

carecen de servicios elementales y sobreviven en la desnutrición, expuestos a abusos de personas insensibles al dolor humano y a los desastres naturales, como deslaves, inundaciones, huracanes y temblores. Estos son los sectores donde un meteoro como Eta hace de las suyas, sumiendo en el dolor a sus habitantes y volviéndolos más pobres si ello fuera posible. Sabemos que hay personas buenas y generosas que siguiendo las enseñanzas del Divino Maestro se preocupan por las comunidades de los menos favorecidos, que hay movimientos de Iglesia y existen esas maravillas llamadas Cáritas, la Teletón y otras que logran sacar lo mejor y más generoso de quienes tienen la vocación de ayudar. Pero, honestamente, no debe ser simplemente tarea de terceros. Debemos hacer un examen de conciencia

Pbro. Carlos Chavarría SUBDIRECTOR

Roger Herrera EDITOR EN JEFE

previo a involucrarnos en tareas de solidaridad con nuestros hermanos en Cristo, quienes por la pandemia y otros agravantes, han perdido empleos y fuentes de subsistencia. Si a ello agregamos la reciente tragedia de Nejapa y la huella de Eta, podemos medir la profundidad del dolor de familias muy necesitadas. Quizás algunos de los hermanos a quienes ayudes no te darán las gracias, pero sí te las dará en abundancia el Rey de reyes. Si no puedes ayudar con mucho, recuerda que la suma de numerosos pocos hacen un mucho. Da lo que puedas sin sacrificar a los tuyos. Oremos por las víctimas de Eta y su secuela de damnificados en Centro América.

Jacqueline Arriaza CORRECCIÓN Y DISEÑO

Roger Herrera DISEÑO DE PORTADA


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Aún podemos solidarizarnos con nuestros hermanos por el deslave en Nejapa Tras el debastador deslave ocurrido en Nejapa el pasado 30 de octubre se vieron afectadas alrededor de 110 familias. Actualmente la Vicaría de Promoción Humana del Arzobispado de San Salavdor, junto a la Pastoral Social de la Parroquia de San Jerónimo, Tutelá de Derechos Humanos, COAR, entre otras instancias de la Arquidiócesis, continúan gestionando apoyo y poniendo en marcha la logística para colaborar con los hermanos afectados en los caseríos Los Angelitos I y II de Nejapa.

Pbro. Julio César Martínez, párroco en la parroquia San Jerónimo en Nejapa “Como parroquia estamos tratando de llevar ayuda humanitaria por medio de víveres y de asistencia humanitaria, ayudando con lo que necesitan las personas, sobre todo con víveres y agua, porque no hay agua en esta zona por la misma situación. También la Pastoral Social, que está encargada, ha traído alimentos preparados para que la gente acá pueda comer, porque están prácticamente sin nada. Agradecemos la ayuda que ha estado llegando de parte de las demás P b ro . J u l i o C é s a r parroquias y pedimos siempre de la solidaridad Martínez, responsable de para estás personas. Una de las cosas que más la parroquia San Jerónimo, necesitamos son los kits de prevención, como u b i c a d a e n N e j a p a mascarillas, alcohol gel, que se necesitan para protegerlos, ya que recordemos que estamos en medio de una pandemia y que a parte del dolor de las situaciones, siempre tienen que estar todos protegidos”.

El Arzobispado de San Salvador, a través de la Vicaría de Promoción Humana, y la parroquia San Jerónimo, de Nejapa, se han convertido en Centro de acopio.Demuestra tu solidaridad donando artículos de primera necesidad armados en paquetes de: • Agua embotellada • Alimentos no perecederos • Cereales (arroz, frijol, pastas) • Aceite • Azúcar / Sal • Leche en polvo También se necesita:

Testimonio de familiares de Miguel Ángel Maldonado, persona desaparecida “Para nosotros todas las personas que se han perdido duelen, pero mi familia era de la esperanza... A mi hermano es al que no hemos encontrado y por eso nosotros aquí venimos todos los días a ver si lo encontramos”. “Lo que pedimos a los que andan buscando es que nos ayuden a encontrarlo porque nosotros queremos tener un alivio de saber que lo hemos encontrado, por ejemplo ahora nos dice una señora de las que sobrevivió que vivía a la par de donde él estaba que ella escucho que se supone se había ido en una fosa que es la que ahora vamos a ver si está ahí, porque la maquina ya comenzó a remover escombros, pero a nosotros como familia nos dijeron que si queríamos meter maquina porque no se sabe como pueda estar el cuerpo. No nos importa lo que queremos es encontrarlo este como este, eso pedimos que nos ayuden a encontrar a mi hermano. Una de las primeras dos casas eran la de mi hermano, la de otras dos vecinas, mi hermano vivía con su esposa y con su hijo que esta un poco golpeado pero esta vivo. Quiero darles las gracias a todos los que nos han estado colaborando, gracias por todo lo que están haciendo, primeramente Dios a todos se les ayude, porque lo necesitan mucho.

• Ropa nueva • Colchonetas • Sábanas • Toallas • Jabón • Papel higiénico • Crema y cepillos dentales • Pañales desechables • Toallas sanitarias

Puedes llevar tus donativos a Av. Dr. Emilio Álvarez y Av. Dr. Max Bloch, Col. Médica. Edificio Arzobispado, de 9:00 a.m a 4:00 p.m. o llamar al 2234-5309. Las obras posteriores a la emergencia requerirán de financiamiento; por lo que los hermanos que lo deseen pueden ofrecer su colaboración en la cuenta del Banco Agrícola Nº 5000237871 a nombre de Arquidiócesis de San Salvador


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Del servicio directo al aporte estructural Por Pbro. José M. Tojeira

Los desastres naturales nos impulsan siempre a la solidaridad con los damnificados. Es la reacción natural de la fe cristiana. “Quien no ama a su prójimo a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve”, nos decía el apóstol Juan en su primera carta. El Papa Francisco lo ha repetido insistentemente en su nueva Encíclica, recordándonos que “el servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la “padece” y busca la promoción del hermano”. Pero en países como el nuestro, que tienen graves carencias estructurales, del servicio directo al prójimo en necesidad, que siempre hay que mantener, debemos pasar al trabajo por resolver las causas de la pobreza, de la baja calidad de la vivienda o de la insuficiencia de los sistemas de salud o educación, entre otros. Las deficiencias en esas estructuras causan dolor y en ocasiones tragedias para muchos de nuestros hermanos. Por eso debemos poner nuestro empeño en cambiar también las estructuras.

de damnificados. Pocos días antes del huracán Eta, que acabamos de sufrir, una fuerte lluvia provocó un deslave en el municipio de Nejapa destruyendo más 100 casas y dejando más de 40 personas entre muertos y desaparecidos. Todo ello en medio de una pandemia especialmente dañina tanto para la vida como para la salud. Somos un país vulnerable que todos los años nos vemos abocados a sufrir alguna tragedia que hubiera podido prevenirse si trabajáramos con más ahínco la problemática estructural. Inundaciones, deslaves, epidemias, terremotos, accidentes de tráfico masivos, sequías, provocan año tras año frenos al desarrollo o retornos a la pobreza de quienes estaban logrando, con mucho esfuerzo, salir de ella. El cuidado del medio ambiente, la prevención del desastre, la promoción de los derechos económicos y sociales de la población son hoy formas indispensables del amor cristiano. De nuevo el Papa Francisco, viendo la debilidad mundial para enfrentar solidariamente problemas tan graves como la pandemia actual, nos dice que es indispensable “rehabilitar una sana política que no esté sometida al dictado de las finanzas; «tenemos que volver a llevar la dignidad humana al centro y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales alternativas que necesitamos»” (Carta Encíclica Fratelli Tutti. nº 168). A los cristianos nos corresponde poner las estructuras y organizaciones sociales al servicio de bienes universales básicos. Sean las estructuras políticas, a veces tan alejadas de las necesidades de los pobres, o las estructuras económicas y sociales, la solidaridad debe habitar en ellas igual que habita en muchos corazones. Las tragedias a veces nos asustan y nos llevan a huir del peligro y buscar la seguridad individual. En otras ocasiones producen empatía y compasión que, al contrario de la huida egoísta, son sentimientos positivos. Pero el cristiano debe unir a la compasión y la empatía el amor activo y, diríamos también,

La Iglesia salvadoreña ha tenido una gran experiencia en este saber dar el salto desde la ayuda directa al aporte estructural. A veces con formas muy sencillas de mejorar el nivel de vida alimentario de las personas. Cuando en tiempo de la guerra civil el campesino que vivía en zonas de conflicto no podía vender su producción ni almacenarla adecuadamente, la Iglesia no solo repartió comida, sino que estableció un programa de dotación de silos que garantizara al menos la autosubsistencia alimentaria del campesino. En tiempos de paz, ya más recientes, los esfuerzos eclesiales por frenar la minería metálica o por asegurar el agua potable en los hogares, son muestras claras del esfuerzo de pasar del servicio concreto a la solución de problemas más amplios o estructurales. El Papa Francisco, de nuevo, nos recuerda que siendo este esfuerzo de cambio estructural una forma de solidaridad, nos debe llevar siempre a “pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos... (a) luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales” (Discurso del Santo Padre Francisco a los participantes en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares. 28 oct. de 2014). En mayo pasado la tormenta Amanda dejó al menos 14 muertos y multitud

combativo. Activo porque debemos responder a la necesidad del prójimo con la acción inmediata de socorrerle. Y combativo, porque debemos poner también nuestro esfuerzo positivo en la construcción de una sociedad y de unas estructuras sociales que permitan a todos los salvadoreños desarrollar sus capacidades y ponerlas al servicio del bien común, que ese es el nombre del bienestar general y de la justicia social universalizada. Y hacer eso recordando siempre esa frase hermosa y lapidaria del Papa Francisco: “Si hay que volver a empezar, siempre será desde los últimos” (C.E. Fratelli Tutti. nº 235).

ARZOBISPADO DE DE SAN SALVADOR

Horarios de atención: 8:00 a.m - 12:00 m. y de 1:00 - 5:00 p.m.


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EN EL MUNDO

‘Motu Proprio’ del Papa sobre la fundación de Institutos de Vida Consagrada La Carta Apostólica del Papa Francisco en forma de Motu Proprio, Authenticum charismatis, sobre la fundación de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica por parte de los obispos diocesanos, ha sido publicada este 4 de noviembre por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El hombre con lancha que rescata damnificados… ¡Es sacerdote! Como varios estados de México, Villahermosa, Tabasco, sufre severas inundaciones y hay cientos de damnificados. En las últimas semanas, los medios de comunicación han dado cuenta de cómo las familias buscan salvar sus pertenencias ocupando las azoteas de las casas o huyendo a lugares más seguros en lanchas rentadas.

Este documento ‒dado en el Laterano, el 1 de noviembre de 2020, Solemnidad de Todos los Santos‒ estipula que el reconocimiento de cualquier nuevo Instituto de Vida Consagrada o Sociedad Apostólica a nivel diocesano tendrá que ser sometido en adelante a la aprobación de la Santa Sede: anteriormente, la opinión del Vaticano era solo consultiva.

El Motu Proprio indica que “los fieles tienen derecho a ser advertidos por los pastores sobre la autenticidad de los carismas y la fiabilidad de los que se presentan como fundadores”.

Canon 579. Con esta nueva resolución, que entra en vigor el próximo 10 de noviembre, el Santo Padre modifica el canon 579 del Código de Derecho Canónico, que anteriormente estipulaba que “los obispos diocesanos, cada uno en su propio territorio, pueden erigir institutos de vida consagrada por decreto formal, siempre que se haya consultado a la Sede Apostólica”. En la actualidad, los obispos diocesanos solo podrán hacerlo “previa licencia escrita” de la Santa Sede.

Es responsabilidad de la Sede Apostólica “acompañar a los pastores en el proceso de discernimiento que conduce al reconocimiento eclesial de un nuevo Instituto o de una nueva Sociedad de derecho diocesano”.

De este modo, “el discernimiento sobre la eclesialidad y la fiabilidad de los carismas es una responsabilidad eclesial de los Pastores de las Iglesias particulares”, los obispos.

“El acto de la erección canónica por el obispo trasciende el ámbito diocesano y lo hace relevante para el más vasto horizonte de la Iglesia universal”, se lee en el documento.

Pero también, en varios videos subidos por los propios vecinos a Redes Sociales, aparece un hombre joven, descalzo, con short y gorra amarilla, auxiliando a las familias damnificadas con una simple lancha de remos. Se trata del párroco de la comunidad, el padre José del Carmen Aquino García, de 31 años de edad, quien desde que amanece hasta que el sol se pone, auxilia a los vecinos espiritual y materialmente. “Estoy brindando un apoyo espiritual y asistencial. Ayer tuve la oportunidad de asistir a un enfermo en su casa y celebrar la Misa de un difunto, y para hacerlo tuve que utilizar la lancha. Pero por lo general apoyo a los damnificados trasladándolos de un lugar a otro”, explica el padre José del Carmen.

(Cf. Es.zenit.org 4 nov. 2020)

Nicaragua implora unida la protección a Dios Mientras el mundo seguía a la espera del desenlace de las elecciones en Estados Unidos, en varios países de Centroamérica como Nicaragua, Honduras, Guatemala o El Salvador toda la atención estaba puesta en el avance del huracán Eta, que podría afectar a más de un millón de personas. Apelando al servicio a los más vulnerables y a la oración, se expresó Cáritas Nicaragua en sus redes sociales. Lo hizo de la siguiente manera:

Por su parte, el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, también se expresó en sus redes:

Unidos en oración, estos policías en Zelaya Central imploraron de rodillas a Dios su protección y también por las víctimas y sus familias:

El párroco de Casa Blanca –1ª y 2ª sección– cuenta que el terreno donde vivía con sus padres solía inundarse, y de vez en cuando era necesario hacer uso de una lancha para poder salir a trabajar al campo; también ayudaba a su padre en la pesca. El padre explica también que, debido al tiempo que lleva ya esta situación, hay personas que ofrecen este servicio de traslado a los damnificados pero cobran. “Nosotros no lucramos con este servicio; al contrario, por la situación que estamos viviendo, no tenemos otras cosas que darles, más que esta ayuda”, dice. La Capilla de la Divina Providencia, donde se encuentra la casa parroquial, también se ha inundado. Era de noche y estaba solo, por lo que al sacerdote únicamente le dio tiempo de sacar y resguardar al Santísimo Sacramento y algunos objetos litúrgicos. “Prácticamente han quedado dañadas las bancas del templo, los muebles de la sacristía, herramientas de trabajo, e incluso el vehículo parroquial. Gran parte se va a perder”, señala con tristeza.

(Cf. Es.aleteia.org 4 nov. 2020)

(Cf. Desdelafe.mx 4 nov. 2020)


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8 noviembre de 2020 Año Jubilar de los mártires

Padre Nicolás Antonio Rodríguez Aguilar, Sacerdote diocesano - I Entrega Amadísimos hermanos y hermanas, poco se sabe de este mártir. Creo que por este desconocimiento y silenciamiento sobre su muerte – que sólo un reducido grupo de personas conoce y recuerda – es conveniente llamarle: El mártir invisibilizado. Estoy seguro que, el Venerable Siervo de Dios, Padre Rutilio Grande García S.J., ve complacido que, a cuarenta años de su martirio, se recuerde la figura de este humilde sacerdote que fue asesinado cuando apenas el Concilio Vaticano II y su latino americanización en Medellín acababa de ser impulsado con fuerza en nuestra Diócesis. Indudablemente, el Padre Rutilio, se sentirá muy feliz si proclamamos que este fue el protomártir del protomártir salvadoreño. El primero de los mártires del siglo XX, tanto en El Salvador como en la Región centroamericana. El Padre Nicolás Antonio Rodríguez Aguilar nació un 15 de mayo de 1921. Fue el mayor de doce hermanos: Juan Manuel, José María, Lidia, Graciela,

Zoila, Clara, Margarita, Fidelina, y Jesús; vivos en el momento de su martirio; Raúl, Luis Alonso y Carmen, fallecidos37. Su padre se llamaba Nicolás Rodríguez Cipagua y, su madre, María Aguilar de Rodríguez. La semilla de la vocación sacerdotal fue puesta por esta pareja desde muy temprana edad, con la ayuda del Padre Luis Pastor Argueta, amigo de la familia.

De acuerdo, al testimonio del Prof. Luis Molina38, el Padre Luis Pastor Argueta no sólo descubrió la vocación del joven Nicolás. Lo envió a la Escuela Apostólica de los Padres Paulinos, ubicada, por aquellos días, en el Barrio San Jacinto, en San Salvador, donde cursó la filosofía. Más adelante, estudió Teología en el Seminario San José de la Montaña, bajo la dirección de los Padres Jesuitas. Fue ordenado sacerdote por Mons. Pedro Arnoldo Aparicio y Quintanilla, el 16 de enero de 1949 cuando contaba veintiocho años. Desde ese día, se dedicó a ser un buen Pastor: Vicario Cooperador de la Iglesia de la Merced en San Salvador… pasa a Mejicanos como Vicario Sustituto, y el siguiente mes, es… enviado a Nejapa y Apopa para colaborar en la Comunidad como Párroco, con el nombramiento de Vicario Ecónomo… de Párroco el mes de enero de 1951: Para Panchimalco… ese mismo mes pasó de Párroco a San Rafael Cedros… Párroco de Tenancingo… Capellán de la Casa San Vicente en Santa Tecla… Párroco de Teotepeque, hasta el mes de Febrero del 69 que el Sr. Arzobispo (Mons. Luis Chávez) lo nombró Párroco de San Antonio los Ranchos39. Las personas le recuerdan como un sacerdote muy bueno: El Padre Nicolás era amable, respetuoso y muy espiritual. Muerte Martirial Su muerte; acaecida aproximadamente a las tres de la tarde del 28 de noviembre de 1970 en el caserío El Cóbano, jurisdicción de Cancasque Chalatenango; parece tener relación con las líneas pastorales y acciones que la Iglesia católica salvadoreña realizó ese año. No inició 1970, como cualquier año. En enero, se celebró la semana de la Reforma Agraria. Semana que no agradó a reducidos grupos de la oligarquía porque atentaban contra sus derechos, “no derechos”, alcanzados muchas veces por cohecho y actos contra hechos avalados por el aparato legal del país. A la Iglesia le costó caro su participación dejándose escuchar voces contra su actuación. En el mes de junio, la Iglesia celebró la Primera Semana de Pastoral de Conjunto en El Salvador, ampliamente criticada, incluso por miembros de la Iglesia, entre ellos jerarcas. Los cambios realizados a los documentos finales de esa Semana no atenuaron las criticas ni la animadversión que provocaba; sobre todo, en aquellas y aquellos que no veían con buenos ojos el Concilio Vaticano II, ni Medellín. El Padre Nicolás; sin embargo, comprendió que los Documentos emanaban directamente del Espíritu Santo y

se acercó al pueblo. Palmariamente, su actitud fue vista como sospechosa. Su único delito – si es que al apoyo moral y espiritual se le debe llamar así, según sus asesinos – como atestigua Don Ángel Monge es que: Ayudó a un cantón a romper una calle para que entrara carro… por ese delito, porque rompieron los terrenos de un rico de Cancasque… por eso lo asesinaron, para que no anduviera metiéndose en esos líos42. Hacer suyo el clamor de un pueblo; cuyo único reclamo era tener una calle que mejorara las vías de comunicación terrestre, fue un delito que, mereció una muerte macabra; nefanda, inhumana. No existe nombre para nombrarla porque solo seres inhumanos pudieron cometer una muerte de ese género: Le cortaron la mano derecha (lo único que no se encontró del cadáver), una herida transversal en el abdomen que cortó los intestinos, otra herida igualmente transversal a la altura de la nuca y como la marca de autoría: le pelaron la cara en tres cortes de arriba abajo; no tenía orejas, no tenía labios, nariz y de los ojos solo la cavidad. Esto último como para que no se le reconociera43 Incluso, la forma como fue secuestrado denota que el crimen había sido fríamente planeado con lujo de barbarie, con antelación por sus asesinos. La Sra. Valentina Díaz de Serrano declara que después de celebrar misa el Padre en el pueblo de San José Cancasque: Fuera de la capilla se encontraban dos señores, montados en caballo, que llevaban una bestia sin montar, (una de las bestias era para transportarlo) y solicitaban del sacerdote, que fuera con ellos a un caserío que fuera a confesar a un enfermo grave. Según manifestaron que él les dijo que debía ser acompañado por uno de sus sacristanes, a lo que contestaron que no era necesario y que solamente llevaban una bestia para transportarlo solamente a él. El Padre Nicolás accedió a ir solo, confiando en la buena fe de las personas que lo llevarían, y sucedió que quienes lo acompañaban desde San Antonio los Ranchos que eran los sacristanes, se quedaron esperando que el sacerdote regresara de asistir al enfermo grave44. El Padre Nicolás nunca regresó. Fue encontrado muerto días después. Su muerte, nos sigue relatando la Sra. Valentina, pudo evitarse; pero el Padre prefirió no abandonar su Grey: En 1971… el sacerdote que llegó a sustituir al Padre Nicolás… en una de sus celebraciones de la Santa Misa, escuché que el denunció que había sido amenazado, por medio de un escrito anónimo, y una de las frases que dijo y que tengo bien presente en mi memoria según el anónimo es: una muerte macabra45. Y, así fue. ¿Qué significó su asesinato? ¿Una advertencia muy fuerte con el propósito de detener a la Iglesia en el cumplimiento de su misión? Tristemente, hermanas y hermanos míos, los autores intelectuales y asesinos tenían ojos; pero no veían; oídos y no oían. Fueron incapaces de comprender que, para la Iglesia, es preciso obedecer a Dios antes que a los dueños de este mundo. La Iglesia no puede callar lo que ha visto ni lo que ha oído (cfr. Hch 4, 19). El Padre Nicolás Rodríguez fue seguidor del Mártir en Plenitud. Tomó su cruz, la cargó y abrazándose a ella murió dándonos un testimonio muy bello.

Notas al pie AA.VV. Testigos de la fe en El Salvador. Nuestros sacerdotes y seminarista diocesanos mártires 1977-1993, Impresos Quijano, San Salvador, El Salvador, 2008, p. 267. 38. Testimonio logrado con la ayuda del Padre Carlos Mejía, a quien agradezco su gesto fraterno y lleno de caridad, justicia y verdad, de ayudarme a conseguir datos de un mártir en quien pocos han reparado. No olvido mencionar que, el Padre Carlos Mejía fue a recoger el cuerpo del Padre Nicolás. 39. Arquidiócesis de San Salvador, “Diligentes han estado las Autoridades Eclesiásticas en la muerte de Sacerdote”, Semanario Orientación, Año XIII, N° 1199, 19 de diciembre de 1970, p. 6. 42. Testimonio de Don José Ángel Monge, p. 277. 43. AA.VV. Testigos de la fe en El Salvador. op. cit., p. 269. 44. Testimonio proporcionado por María Valentina Díaz de Serrano, una feligresa de la Parroquia San Martín de Porres, Soyapango. 45. Continuación del testimonio proporcionado por María Valentina Díaz de Serrano, una feligresa de la Parroquia San Martín de Porres, Soyapango. 37.


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Romereando por Chalate (XVIII)

Romero y las Visitas Pastorales a San Rafael † Fray Oswaldo Escobar Aguilar, OCD Obispo de Chalatenango

San Rafael es un municipio pintoresco de Chalatenango. Fue constituido como Pueblo por Decreto Legislativo del 31 de enero de 1881. Antiguamente se llamaba “Grande o Llano Grande” y era debido a una extensa hacienda de ese nombre. San Rafael fue escenario de varias invitaciones que se hizo al Arzobispo, sin embargo, su apretada agenda o problemas de salud imposibilitaron que el Arzobispo pudiera hacerse presente. Así sucedió el día de San Rafael del año 1978, Romero se había comprometido a presidir la Eucaristía patronal en el municipio, pero su salud se lo impidió, sin embargo, siendo el día del patrono de los hospitales, celebró la Misa en un nosocomio capitalino. En su Diario, cuenta así lo acaecido en ese día: “Día de San Rafael, patrono de los hospitales. No pude ir a San Rafael, Chalatenango, donde tenía el compromiso de celebrar esta fiesta patronal, ni tampoco al Paraíso, donde iba a haber una reunión de catequistas, pero pude celebrar la misa en el hospital de Diagnóstico y así pude agradecer las atenciones que, en forma gratuita y muy generosa, me brindaron el doctor Saca y los médicos que trabajan y que estaban a esa hora, lo mismo que enfermeras y empleados, manifestaron mucha complacencia por esta misa, que no esperaban en su hospital” (Diario 24-10-1978). El siguiente domingo, dio a conocer su ausencia a varios pueblos, entre ellos San Rafael de Chalatenango, así mismo comparte las intimidades de su salud deteriorada: “En cambio, hermanos, no pude asistir, por razones de enfermedad, a varias comunidades que tenía programadas en esta semana. Pero vaya desde aquí un saludo muy cariñoso a la parroquia de San Juan Opico, donde sus agentes de pastoral están estudiando nuestra carta pastoral; a San Rafael de Chalatenango, donde teníamos que celebrar la fiesta del arcángel San Rafael, pero el día de San Rafael lo celebré, como día de los hospitales, también dando testimonio de una salud que se quebranta, pero que, desde el hospital, puede servir también para orar por la comunidad” (Hom. 29-10-1978). El Padre Benito Alfaro, primer párroco de San Rafael y originario del mismo lugar, fue difamado en el año 1978 de ser un cura comunista. El Arzobispo se pronunció en su defensa con firmeza: “Benito Alfaro es un sacerdote humilde, firme también en defender a las religiosas del Sagrado Corazón cuando la política quiso manipularlas allá en Dulce Nombre de María. Por allí andará, tal vez, el origen de esa calumnia. Pero yo quisiera decir que el padre Benito Alfaro no tiene nada que ver con esa publicación calumniosa” (Hom. 08-10-1978).

La muerte de sacerdotes, por cualquier causa, originaba en nuestro Santo profundas resonancias, pues valoraba a cada uno en su originalidad. Mucho más cuando el sacerdote que moría era joven. Aconteció que el año siguiente, es decir, 1979, fallecía trágicamente en un accidente de tránsito el joven sacerdote Padre Benito Alfaro. Romero, se lamenta de aquella muerte y de no haber podido estar para las honras fúnebres por haber estado fuera del país: “Murió, como ustedes saben, trágicamente el padre Benito Alfaro ‒en los días que yo estuve Iglesia San Rafael, Chalatenango ausente‒, párroco de San Rafael, Chalatenango; hoy lo encomendaremos mucho en nuestra misa y me uno íntimamente al sufrimiento, a la orfandad de su familia. Iban cuatro niños con él en el vehículo que chocó, pero los niños, gracias a Dios, quedaron salvos” (Hom.13-05-1979). La última referencia al pueblo de San Rafael que tenemos del mártir fue para denunciar la captura injustificada de una mujer de aquella localidad: “Quiero denunciar también, porque esta voz es, al menos, un desahogo de las familias que sufren la captura arbitraria y el desaparecimiento cruel de muchos de estos hombres y mujeres capturados…, y el caso de María Amada Galán de Rivera, que fue capturada en su propia casa, en el cantón San José Los Sitios, de Chalatenango; deja desamparados a dos hijos: uno de seis años y otro de cuatro años” (Hom. 08-07-1979). San Rafael estuvo en el corazón del pastor, pero las circunstancias no le permitieron visitarlo pastoralmente como él hubiese querido, sin embargo, en su corazón siempre estaban presentes todos los que el Señor le había confiado. Se sostiene que en las visitas que realizó a Dulce Nombre de María, aprovechaba para saludar fraternalmente a la localidad de San Rafael, pero no tenemos los datos oficiales que lo testifiquen (homilías o Diario), pero claro que se dieron, pues es un lugar de tránsito.

Unámonos en oración por la pronta recuperación de Mons. Marcos Tulio León León, Vicario General de la Diócesis de Chalatenango, quien el 4 de noviembre fue internado en el hospital Médico Quirúrgico de ISSS

La Oficina de Canonización pone a disposición los nuevos kits de materiales alusivos a san Oscar Arnulfo Romero


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8 noviembre de 2020

La Palabra de Dios para cada semana Sab 6,12-16; Sal 62, 2-8; 1Tes 4,13-18; Mateo 25, 1-13 Domingo 8 de noviembre de 2020 • XXXII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo “A” • Año II (par)

Preparado por:

Pbro. y Dr. Luis Alonso Coto

“Saber esperar la venida del Señor” Al final del "tiempo" la vida cristiana se ve necesitada constantemente de saber y esperar hoy. Mediante la "parábola de las diez jóvenes en espera del Esposo" Cristo revela cómo actuar en un mundo donde el pecado propone constantemente "caminos de falsa felicidad, de adormecimiento espiritual". El discípulo y testigo de Cristo ha de ser suficientemente sabio como para no desesperar ante una venida del Señor que no puede encontrarlo con los brazos cruzados: Algunas ideas clave del texto Evangelico † El retorno del Señor es un momento desconocido para todos nosotros, lo fue incluso para los discípulos, y como Jesús está interesado en nosotros, nos invita a estar atentos, nos hace una advertencia a no dejarnos llevar por los días, por los quehaceres, por la flojera o la comodidad. Nos estamos acercando al final del año litúrgico y la Iglesia nos invita a reflexionar sobre los últimos tiempos, a contemplar el Reino de Dios desde la perspectiva de la venida definitiva de Cristo. † Jesús cuenta la parábola ante un auditorio que precisamente no sabe ver ni abrir su corazón ante el "paso de Dios" en este profeta Nazareno: Sus enemigos buscan matarlo y con ello "se equivocan", pues pierden la última oportunidad de hallar la vida verdadera. Y la imagen que Jesús nos ofrece en la parábola es preciosa y aunque no es tan simple de asimilar a lo que fácilmente nos imaginamos por el “Reino”, nos acerca a la relación de amor entre personas. La espera del Reino es la cumbre de una vivencia de amor con Dios, trabajada cada minuto, estando atentos a ese momento preciso. † Sin embargo la jornada de espera no es simple y está llena de ambigüedades, tal como en otras parábolas, no todos los personajes representan lo mismo; en este caso encontramos a las diez jóvenes. Se produce una diferencia entre aquellas jóvenes sensatas y sabias, pues se preparan,

tienen cuidado de tener las lámparas encendidas cuando corresponde y están atentas a la llegada del esposo, especialmente en el momento más difícil de la espera. En un principio las diez jóvenes eran iguales, en el sentido que todas empezaron con sus lámparas encendidas. La distinción, sin embargo, viene de su habilidad para mantener la luz encendida hasta el momento del encuentro con el esposo. La insensatez está en no tener aceite para mantener la llama encendida. • Las jóvenes imprudentes son las que "no saben esperar": el aceite de su lámpara se acaba, pero en el fondo ellas mismas ya se han adormecido (v. 5). Las otras, no tenían más aceite que las primeras, pero han sabido renovarlo y prever a tiempo. El aceite viene a simbolizar por ello “la actitud de fe que se traduce en obras concretas” que el mismo Señor ha temido un día no "encontrar cuando vuelva a la tierra" (Lc 18, 8) (vv. 3 y 5). • Las jóvenes prudentes son aquellas que poseen la sabiduría y la actitud de esperanza que ya proclamó la 1ª lectura: ellas se mantienen en tensión pues el novio tarda, y el ambiente del alrededor "invita al sueño", al acomodamiento a dejar de lado "la actitud de lucha y esperanza" por Aquel que viene: sin embargo, mantienen encendida una “esperanza activa” mediante las obras que manifiestan su fe profunda (v 4). • Las doncellas prudentes no dejan a las necias sin ayuda; les indican dónde pueden ir a buscar lo necesario para poder encontrarse con el Señor, pero su misión acaba ahí: la fe se propone, no se impone. La aparente insolidaridad de las doncellas prudentes es el recurso utilizado por Jesús para hacernos ver que nadie puede cuidar mi fe por mí, que nadie puede prepararse por mí para encontrarme con el Señor; que cada uno de nosotros ha de responsabilizarse en proveerse de los medios necesarios para que el “aceite” de la fe mantenga

encendida la lámpara de nuestra esperanza hasta que nos encontremos con el Señor. † Como otras parábolas del discurso sobre el fin de los tiempos (discurso escatológico) del evangelio de Mateo, nos subraya el aviso de mantenernos preparados para la venida inminente del Señor, no esperar el último momento porque ya puede ser tarde.

Algunas preguntas para meditar personal y comunitariamente ¿Nos hemos mantenido como cristianos vigilantes y con esperanza viviendo en sabiduría? ¿Hacemos vigilia esperando al Señor como Él quiere, conservando el aceite de la caridad (obras de amor y justicia, promoción de los valores del Reino)? Algunas pistas para actuar ¿Procuro educarme en la responsabilidad? Si tengo personas a mi cargo, ¿trato de que también sea así? ¿Me contento con “lo mínimo exigible” en mi vida cristiana (sólo “oír” misa y confesarme una vez al año…) o soy responsable y me proveo de “alcuzas” (formación cristiana, oraciones y retiros, encuentros, compromisos evangelizadores y solidarios…) que ayuden a crecer mi fe? Como el esposo de la parábola, Jesús también vendrá a nosotros, pero como no sabemos ni el día ni la hora, hemos de ser responsables para estar preparados para recibirle. Cuando tantos ejemplos de irresponsabilidad estamos sufriendo estos días, prestemos atención a la llamada del Señor a educarnos en la responsabilidad, porque eso redundará en beneficio nuestro y de todos.

Lecturas de la Semana

• Del 9 al 14 de noviembre de 2020 • Lunes 9: Ez 47,1-2.8-9.12 o bien 1 Cor 3,9-11.16-17; Sal 45,2-3.5-6.8-9; †Jn 2,13-22 Martes 10: Tt 2,1-8.11-14; Sal 36,3-4.18-23.27.29; † Lc 17,7-10 (Feria) Eclo 39, 8-14; Sal 36; † Mt 16, 13-19 (Memoria) Miércoles 11: Tt 3,1-7; Sal 22, 1-6; † Lc 17, 11-19 (Feria) Is 61,1-3; Sal 88, † Mt 25, 31-40 (Memoria)

Jueves 12: Flm 7-20; Sal 145, 7-10; † Lc 17, 20-25 (Feria) Ef 4, 1-7.11-13; Sal 1; † Jn 17, 20-26 (Memoria)

Viernes 13: 2 Jn 4-9; Sal 118,1-2.10-11.17-18; † Lc 17, 26-37

Sábado 14: 3 Jn 5-8; Sal 111; † Lc 18,1-8


8 noviembre de 2020

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XXXI Aniversario de los mártires de la UCA

6:00 p.m. Inauguración de la exposición Martirio. Recorrido por la guerra civil salvadoreña mediante cartas, fotografías, noticias de periódicos, audios y videos. Transmisión en vivo en la página de la uca en Facebook 12 de nov.

Parroquia San Martín Obispo

Miércoles 11 de noviembre Santa Misa Patronal 10:00 a.m.

Parroquia San Cristobal, Ilopango

5:00 p.m. Cátedra de Realidad Nacional. Transmisión en vivo en la página de la uca en Facebook 15 de nov. 9:00 a.m. Misa en honor a Monseñor Romero. Lugar: Cripta de Catedral Metropolitana 16 de nov. 6:00 p.m. Eucaristía de la comunidad universitaria en memoria de los mártires de la uca. Transmisión en vivo en la página de la uca en Facebook

Lunes 16 de noviembre Santa Misa Patronal 6:00 p.m.

IGLESIA LOCAL

11 de nov.

Parroquias en fiesta


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