S • E • M • A • N • A • R • I • O Año LXVIII Nº 6104
ÓRGANO OFICIOSO DEL ARZOBISPADO DE SAN SALVADOR. 10 de enero de 2021
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Fiesta del Bautismo del Señor
Jesús fue investido como Mesías en las aguas del Jordán
— Reflexión preparada por Pbro. y Dr. Luis Coto • Pág. 11 — Jesús fue investido como Mesías en las aguas del Jordán cuando se oyó la Palabra del Padre (Mc 1, 11). Dios mismo se manifiesta en la persona de Jesús de Nazaret. Y se manifiesta para todo el mundo
La parroquia Cristo Salvador, de colonia Zacamil, celebra esta fiesta del año litúrgico como su fiesta propia. Por lo que felicitamos a esta querida comunidad parroquial e invitamos a acompañarles hoy domingo 10, a las 10:30 a.m. en su Misa patronal
Tiempo de deberes — Por Pbro. José María Tojeira, S.J • Pág. 9 —
Tiempo Ordinario no es un tiempo sin significado… nos remite a nuestra realidad de peregrinos, viandantes en el camino de la vida, que tratan de seguir al Señor Jesús como discípulos y misioneros
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Comunicado
IGLESIA LOCAL
Palabras del Arzobispo
Algunas
actividades
realizadas al final de
2020
– 487 – El día miércoles 9 de diciembre de 2020 recibí a los seminaristas del Año Propedéutico (primer año del Seminario Mayor). Son trece jóvenes que han terminado satisfactoriamente su Año Propedéutico. Me reuní con ellos, como es costumbre, para leer el respectivo informe a cada uno de ellos y animales a seguir adelante. Es muy gratificante ver la gran calidad humana y la gran generosidad de cada uno de ellos para entregarse al Señor. El jueves 10 de diciembre recibí a los Candidatos a entrar al Seminario. Se trata de un grupo de jóvenes que han hecho su año de Preseminario, completando todas las actividades que se les propusieron para ayudarles a discernir sobre su vocación. Eran veinticinco jóvenes los que hicieron esa práctica durante los fines de semana, pero, después del discernimiento, fueron admitidos diez de ellos. Nos agrada que aún en un año de pandemia se pudo realizar el Preseminario y admitir a diez nuevos seminaristas, gracias a Dios. El viernes 11 de diciembre me reuní con los distintos Vicarios Episcopales para hacer una evaluación del trabajo realizado y tomar ciertas providencias para el próximo año, procurando un avance en la Pastoral de nuestra Arquidiócesis. El sábado 12 de diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, visité la parroquia de la Sagrada Familia, en la colonia América, para conferir el Sacramento del Orden Sacerdotal en primer grado (Diaconado) a los religiosos Josefinos: Cristian Josué Alfaro de León y José Roberto Saldaña Rivas. Fue una celebración muy hermosa, a pesar de restricciones debido a la pandemia. Concelebraron conmigo el Rvdo. Padre Superior Provincial de los padres Josefinos y un buen número de sacerdotes de esa querida Congregación; participaron también los seminaristas, hermanos y hermanas religiosas, la familia de los nuevos diáconos y algunas personas invitadas. Todos vivieron con gran fe en la celebración. Felicito de corazón a los nuevos diáconos josefinos y les encomendamos al Señor. El martes 15 de diciembre, tuvo lugar la convivencia navideña de los obispos de El Salvador. Contamos con la grata presencia del señor Nuncio Apostólico y el señor Secretario de la Nunciatura. Fue una reunión muy hermosa y fraterna. El miércoles 16 y jueves 17 los dediqué a dialogar con cada uno de los seminaristas mayores, para comentar su respectivo
informe, para escucharles y a la vez animarles en su proceso vocacional. La mañana del 18 de diciembre tuvimos la Santa Misa con el personal del Arzobispado como preparación para la Navidad y tuvo lugar un ágape. Al mediodía de ese mismo viernes tuvimos la convivencia navideña con el clero de nuestra Arquidiócesis en el Seminario San José de la Montaña. Fue un tiempo muy hermoso de compartir con mucha alegría y celebrar juntos el gozo de la Navidad, un momento muy importante en el que todos nos auguramos unas felices fiestas. El domingo 20 de diciembre, a las 8:00 a.m. celebré la Santa Misa dominical en nuestra Catedral y enseguida tuvimos la acostumbrada Conferencia de prensa en la que expresé nuestros augurios de Navidad a todos. El 24 de diciembre, a las 7:00 p.m. presidí en Catedral Metropolitana la Santa Misa de vísperas de Navidad. Concelebraron conmigo los sacerdotes de la Catedral, padre Francisco Cartagena y padre Douglas Hernández Crespín. Nos asistió el diácono Alberto Chávez. Aunque es tiempo de pandemia, hubo un buen número de personas. Todos viviendo la celebración con mucha fe. El 25 de diciembre a las 10:00 a.m. celebré la Santa Misa de Navidad en la Capilla San Oscar Romero. Concelebró conmigo el padre Juan Carlos Cuéllar. Tuvimos una buena asistencia de fieles y muchos siguieron la celebración a través de los medios de comunicación social. El ambiente fue de mucha fe y a la vez de gran alegría. El 31 de diciembre a las 7:00 p.m. celebré en la Capilla San Oscar Romero en el Arzobispado la Santa Misa de fin de año. Concelebró conmigo el padre Juan Carlos Cuéllar. Fue una linda celebración litúrgica muy participada por todos, que aproveché para desearles feliz Año Nuevo a todos. El 1 de enero de 2021, a las 12:00 m. en nuestra Catedral celebré la solemnidad de Santa María Madre de Dios. Concelebraron conmigo, el padre Francisco Cartagena y el padre Douglas Hernández, asistió la celebración el diácono, Alberto Chávez. A pesar de la pandemia, el Templo estaba lleno y todos cumpliendo con todas las medidas de seguridad sanitaria. Fue una celebración muy linda, en un ambiente de fe y de gran alegría. Les deseamos a todos un 2021, colmado de las bendiciones de Dios. † Mons. José Luis Escobar Alas Arzobispo Metropolitano de San Salvador
– De la conferencia de prensa de Mons. José Luis Escobar, Arzobispo de San Salvador. Catedral Metropolitana. Domingo 20 de diciembre de 2020 –
1. En primer lugar, les expreso de la manera más cordial, nuestro saludo navideño, deseándoles a todos una Feliz Navidad y un 2021 colmado de bendiciones de Dios. Como nos aconseja el Papa Francisco, nuestras actitudes para recibir a Jesús deben ser de: alegría, oración y gratitud, Salgamos al encuentro del Dios hecho Niño con esas mismas actitudes y que Él transforme nuestras vidas, nos haga cada vez mejores para que seamos merecedores de su bendición. 2. Recientemente hemos iniciado el Año de San José, pues lo convocó el Papa Francisco el pasado 8 de diciembre. Ese día inició el Año Santo de San José y concluirá el 8 de diciembre del 2021, con ocasión del 150 aniversario de ser nombrado San José, Patrono universal de la Iglesia. Con esa misma ocasión el Papa Francisco ha publicado una Carta Apostólica en honor a San José intitulada Patris Corde (Con Corazón de Padre), en la que nos presenta a San José como: Padre amable, Padre de ternura, Padre de la obediencia, Padre en la acogida, Padre de la valentía creativa, Padre trabajador y Padre en la sombra, Invitándonos a acercarnos a San José e invocar su paternal intercesión. 3. Lamentamos mucho que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales haya otorgado el permiso de urbanizar el Valle El Ángel, permiso que conlleva el destruir ese reservorio hídrico natural, tan necesario para la subsistencia de tantas personas. Totalmente unidos a las comunidades afectadas y a todas las organizaciones medioambientalistas, pedimos hoy al Gobierno de la República que reconsidere el caso y revoque, cuánto antes, dicho permiso para evitar tan grave daño al medioambiente y a las personas mismas. 4. Es muy preocupante el aumento de los casos de Covid-19 que ya estamos viviendo y la amenaza de que la situación nos golpee gravemente, con una cantidad incontrolada de enfermos, que no podamos atender. Es muy lamentable que no haya ninguna disposición jurídica de parte del Estado para hacer frente a esta situación, pues por la falta de diálogo y el ataque mutuo de los tres Poderes del Estado, siéndole muy difícil legislar para resguardar la salud de los ciudadanos. Queda que las personas sean sumamente responsables y cuiden su salud y la Salud de sus seres queridos, evitando las aglomeraciones y observando todas las medidas de seguridad sanitarias; el distanciamiento social, el uso de la mascarilla, el uso del alcohol gel continuamente el frecuente lavado de las manos. 5. Unámonos en oración, suplicando a Dios nos libre de una catástrofe nacional a causa de la pandemia. Oramos por todos nuestros hermanos enfermos y por los que ya han muerto. Que Dios nos proteja y bendiga a todos.
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Celebraciones varias por el 25 Aniversario de la Congregación Siervas de la Divina Misericordia de Dios Este 27 de diciembre de 2020, S.E. Cardenal Gregorio Rosa Chávez, director espiritual de las Siervas de la Divina Misericordia de Dios, presidió la Santa Eucaristía en el lugar donde se erige el Templo “Jesús de la Misericordia”, en Osicala, departamento de Morazán. La acción de gracias se ofreció por los médicos, enfermeros, enfermeras, personal de servicio, sacerdotes, religiosas y todas las personas fallecidas a causa de la Covid-19 en nuestro país. Concelebraron junto a él, el Pbro. Luis Enrique Valle, Vicario Parroquial en parroquia San Francisco, de San Salvador; y Pbro. Armando Cruz Ventura, párroco de San Juan Bautista, en Osicala, Morazán. Votos Perpetuos y Aniversario de la Congregación. El 30 de diciembre, las Siervas de la Misericordia de Dios ofrecieron una Acción de Gracias por el 25º aniversario de fundación de la Congregación. Su Eminencia Card. Gregorio Rosa Chávez, párroco, tuvo a bien invitar al señor Arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar, para presidir la Eucaristía en la parroquia San Francisco, durante la cual, la Hna. María del Carmen Mejía presentó sus Votos Perpetuos.
Card. Gregorio Rosa, Obispo de San Salvador y director espiritual de las Siervas de la Divina Misericordia de Dios, se encamina a presidir la Eucaristía que se ofreció por las personas fallecidas a causa de la Covid-19
Mons. José Luis Escobar (3º desde la der.) fue invitado a presidir la Eucaristía por el 25 aniversario de la Congregación, durante la cual la Hna. María del Carmen Mejía (al centro) hizo sus Votos Perpetuos
Siervas de la Divina Misericordia de Dios participan de la animación durante la Misa celebrada en el lugar donde se erigirá el Templo “Jesús de la Misericordia”
Celebramos la Pascua del Padre José Wilfredo Aníbal Vásquez El señor Arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar, acudió a la parroquia Santa María, de colonia Santa María, en el municipio de San Martín, para presidir una Eucaristía exequial por el eterno descanso del alma del Pbro. José Wilfredo Aníbal Vásquez Hernández, quien fue llamado a la presencia del Padre este 4 de enero. “Hay muchas circunstancias que nos cuesta discernirlas, y nos preguntamos ¿Por qué suceden? –reflexionó Monseñor durante su homilía– pero si lo vemos con fe, todo tiene un fin… es parte del Plan de Salvación de Dios”, señaló. Dirigiéndose a la familia del Padre Wilfredo, al final recordó que el Señor es bueno y quiere lo mejor para nosotros.
El señor Arzobispo Metropolitano, el señor Obispo Auxiliar, los señores Vicarios Episcopales y demás sacerdotes de la Arquidiócesis se unen a las oraciones en sufragio del alma del
Pbro. José Wilfredo Vásquez Mons. José Luis Escobar presidió la Eucaristía en sufragio del alma del Pbro. José Wilfredo Aníbal Vásquez Hernández, en la parroquia Santa María. Decenas de sacerdotes de la Arquidiócesis acompañaron concelebrando
Abnegado sacerdote, párroco de Santa María Niña, en San Martín, quien llamado a la Casa del Padre este 4 de enero. San Salvador, 4 de enero de 2021
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ditorial El año nuevo 2021 ¡Ya estamos en el año 2021! Gracias a Dios que hemos llegado hasta hoy. El año recién concluido desplegó una oscura nube de incertidumbre a causa de la pandemia y se pensaba que llegar a final de año era ya una buena noticia. Hoy nos encontramos en los primeros días del nuevo año y nos gustaría pensar que, después de la tormenta, llega un tiempo de calma. Una vez terminadas las fiestas de Navidad y Año Nuevo, por la mente de muchas personas aparecen nuevas –y siempre perennes– interrogantes y perspectivas: ¿Cómo será este año?, ¿a qué nos vamos a enfrentar?, ¿seguiremos con vida para contar la historia? No tenemos las respuestas, sin embargo, permanece un sentimiento humano que nos hace tener optimismo cada vez que comenzamos un nuevo año. En nuestro caminar de fe nos sentimos apoyado en la certeza que Dios es el Señor de la historia y que su Providencia nos acompaña. La escena del Evangelio, donde los discípulos avanzan con mucha dificultad a causa de la tempestad que se ha levantado, nos parece muy sugerente para comprender estos tiempos. En muchos corazones hay temores y tristezas. Sabemos que de los acontecimientos más negativos, Dios puede suscitar algo bueno. Es necesario ser dóciles a la acción del Espíritu en nuestro interior. Quizá sea el momento para preguntarnos sobre la manera más adecuada de responder ante la realidad que nos circunda. En el reciente Mensaje para la Jornada Mundial por la Paz se propone a todos los hombres de buena voluntad la cultura del cuidado para erradicar la cultura de la indiferencia, del rechazo y
de la confrontación, que suele prevalecer hoy en día. Aquí hay una luz que nos puede inspirar nuestro camino durante el presente año: aprender a cuidar de los demás. Es un llamado a testimoniar una comunidad que acoge y cuida de los demás. ¿A qué nos vamos a enfrentar este año? A nivel eclesial tenemos varias propuestas que nos deben ayudar a fortalecer un testimonio de vida cristiana: continuamos en el Año Laudato Si, una verdadera preocupación por nuestra casa común. El Año de San José, una invitación a fijar la mirada en el hombre que Dios quiso como esposo de la Virgen María y padre de Jesús. Un hombre que se podría distinguir entre aquellos que cada día pasan inadvertidos ante la sociedad pero que cumplen con fidelidad sus compromisos familiares y religiosos. En marzo comenzará el Año de la Familia Amoris Laetitia, uno de sus propósitos es experimentar que el Evangelio de la familia es alegría que llena el corazón y la vida entera. Y una familia que descubre y experimenta la alegría de tener un don y ser a su vez un don para la Iglesia y la sociedad puede llegar a ser una luz en la oscuridad del mundo. Un segundo objetivo es proclamar el precioso valor del Sacramento del Matrimonio que tiene en sí mismo una fuerza transformadora del amor humano. En nuestro país estamos en la espera de las próximas beatificaciones: padre Rutilio Grande, S.J. y sus compañeros, Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus, así como del padre Cosme Spessotto. Será, sin duda, un gran acontecimiento para nuestra Iglesia local. Después del Año Jubilar Martirial tendremos el reconocimiento oficial de estos testigos de la fe.
Por Pbro. Simeón Reyes, Director de Semanario Orientación
Pésimo ejemplo para el mundo Este día de los santos reyes de 2021 pasará tristemente a la historia. Confieso que estoy asustado ante lo que no podían vaticinar Sigfrido Munés Los Simpson, ni nadie: tioziggi@hotmail.com ¡las turbas partidarias de Trump azuzadas por él mismo, se tomaron el capitolio de Washington –violentamente– tratando de impedir por la fuerza la proclamación de Joe Biden como presidente electo de los Estados Unidos! Si bien el resultado de tal acción se revierte contra el mismo Trump, sus efectos son potencialmente desastrosos en los mismos Estados Unidos y en todo el mundo, particularmente en los países subdesarrollados, donde converge este lamentable ejemplo con la crisis económica, la pérdida de empleos, la angustia de la pandemia y una preocupante inmadurez política.
DIRECTORIO
Pbro. Simeón Reyes DIRECTOR
En la Unión Americana, como en el resto del mundo, la ley debiera exigir una certificación de salud mental para los aspirantes a cargo de alta responsabilidad pública. Si las condiciones negativas de tal naturaleza se detectaran antes que el aspirante asumiera el poder se evitaría daños enormes al presente y al futuro de la humanidad. La toma del capitolio, como los intentos para anular unas elecciones ganadas limpiamente por Biden con más de siete millones de votos populares y una aplastante mayoría de votos electorales, nos muestra los agudos riesgos del caudillismo, que si ha hecho mella en la gran nación del norte dividiéndola y debilitándola peligrosamente, qué no podrá hacer en otros países. La insurrección trumpista también podrá servir para que muchos de los seguidores del caudillo mediten sobre la peligrosidad de su militancia. Como resultado inmediato de la agresión de las turbas al poder legislativo y a la estabilidad de
Pbro. Carlos Chavarría SUBDIRECTOR
Roger Herrera EDITOR EN JEFE
la nación, el presidente ya perdió la amistad y el apoyo de su propio vicepresidente y de gran parte de los representantes, senadores y dirigentes de su partido republicano. Le quedan, sí, los apoyos de los sectores más radicales localizados en las áreas de menor educación. Después de esto, confiamos en que habrá quien pueda parar con la ley en la mano, las futuras acciones del señor Trump en su obcecado propósito de impedir la llegada del ganador de las elecciones a la Casa Blanca. Este no es un drama exclusivo de un país, es una amenaza a la paz del mundo, razón por la que traigo el tema a estas páginas que tanto respeto merecen. Hoy más que nunca debemos orar fervientemente para que la locura de la violencia no enturbie el paso de la dignidad humana a los estratos que merece. En Dios confiamos.
Jacqueline Arriaza CORRECCIÓN Y DISEÑO
Roger Herrera DISEÑO DE PORTADA
MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CELEBRACIÓN DE LA 54 JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
LA CULTURA DEL CUIDADO COMO CAMINO DE PAZ – 1 de enero de 2021 –
1. En el umbral del Año Nuevo, deseo presentar mi más respetuoso saludo a los Jefes de Estado y de Gobierno, a los responsables de las organizaciones internacionales, a los líderes espirituales y a los fieles de diversas religiones, y a los hombres y mujeres de buena voluntad. A todos les hago llegar mis mejores deseos para que la humanidad pueda progresar en este año por el camino de la fraternidad, la justicia y la paz entre las personas, las comunidades, los pueblos y los Estados.
El año 2020 se caracterizó por la gran crisis sanitaria de COVID-19, que se ha convertido en un fenómeno multisectorial y mundial, que agrava las crisis fuertemente interrelacionadas, como la climática, alimentaria, económica y migratoria, y causa grandes sufrimientos y penurias. Pienso en primer lugar en los que han perdido a un familiar o un ser querido, pero también en los que se han quedado sin trabajo. Recuerdo especialmente a los médicos, enfermeros, farmacéuticos, investigadores, voluntarios, capellanes y personal de los hospitales y centros de salud, que se han esforzado y siguen haciéndolo, con gran dedicación y sacrificio, hasta el punto de que algunos de ellos han fallecido procurando estar cerca de los enfermos, aliviar su sufrimiento o salvar sus vidas. Al rendir homenaje a estas personas, renuevo mi llamamiento a los responsables políticos y al sector privado para que adopten las medidas adecuadas a fin de garantizar el acceso a las vacunas contra el COVID-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para prestar asistencia a los enfermos y a los más pobres y frágiles [1].
Es doloroso constatar que, lamentablemente, junto a numerosos testimonios de caridad y solidaridad, están cobrando un nuevo impulso diversas formas de nacionalismo, racismo, xenofobia e incluso guerras y conflictos que siembran muerte y destrucción.
Estos y otros eventos, que han marcado el camino de la humanidad en el último año, nos enseñan la importancia de hacernos cargo los unos de los otros y también de la creación, para construir una sociedad basada en relaciones de fraternidad. Por eso he elegido como tema de este mensaje: La cultura del cuidado como camino de paz. Cultura del cuidado para erradicar la cultura de la indiferencia, del rechazo y de la confrontación, que suele prevalecer hoy en día.
2. Dios Creador, origen de la vocación humana al cuidado. En muchas tradiciones religiosas, hay narraciones que se refieren al origen del hombre, a su relación con el Creador, con la naturaleza y con sus semejantes. En la Biblia, el Libro del Génesis revela, desde el principio, la importancia del cuidado o de la custodia en el proyecto de Dios por la humanidad, poniendo en evidencia la relación entre el hombre (’adam) y la tierra (’adamah), y entre los hermanos. En el relato bíblico de la creación, Dios confía el jardín “plantado en el Edén” (cf. Gn 2,8) a las manos de Adán con la tarea de “cultivarlo y cuidarlo” (cf. Gn 2,15). Esto significa, por un lado, hacer que la tierra sea productiva y, por otro, protegerla y hacer que mantenga su capacidad para sostener la vida [2]. Los verbos “cultivar” y “cuidar” describen la relación de Adán con su casa-jardín e indican también la confianza que Dios deposita en él al constituirlo señor y guardián de toda la creación.
Cf. Videomensaje con motivo de la 75.ª Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, 25
El nacimiento de Caín y Abel dio origen a una historia de hermanos, cuya relación sería interpretada –negativamente– por Caín en términos de protección o custodia. Caín, después de matar a su hermano Abel, respondió así a la pregunta de Dios: «¿Acaso yo soy guardián de mi hermano?» (Gn 4,9) [3]. Sí, ciertamente. Caín era [1]
[2]
Cf. “La fraternidad, fundamento y camino para la paz”. Mensaje para la celebración de la 47.a
Cf. Carta enc. Laudato si’ (24 mayo 2015), 67.
septiembre 2020. [3]
Jornada Mundial de la Paz, 1 enero 2014 (8 diciembre 2013), 2.
el “guardián” de su hermano. «En estos relatos tan antiguos, cargados de profundo simbolismo, ya estaba contenida una convicción actual: que todo está relacionado, y que el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás» [4]. 3. Dios Creador, modelo del cuidado. La Sagrada Escritura presenta a Dios no sólo como Creador, sino también como Aquel que cuida de sus criaturas, especialmente de Adán, de Eva y de sus hijos. El mismo Caín, aunque cayera sobre él el peso de la maldición por el crimen que cometió, recibió como don del Creador una señal de protección para que su vida fuera salvaguardada (cf. Gn 4,15). Este hecho, si bien confirma la dignidad inviolable de la persona, creada a imagen y semejanza de Dios, también manifiesta el plan divino de preservar la armonía de la creación, porque «la paz y la violencia no pueden habitar juntas» [5]. Precisamente el cuidado de la creación está en la base de la institución del Shabbat que, además de regular el culto divino, tenía como objetivo restablecer el orden social y el cuidado de los pobres (cf. Gn 1,1-3; Lv 25,4). La celebración del Jubileo, con ocasión del séptimo año sabático, permitía una tregua a la tierra, a los esclavos y a los endeudados. En ese año de gracia, se protegía a los más débiles, ofreciéndoles una nueva perspectiva de la vida, para que no hubiera personas necesitadas en la comunidad (cf. Dt 15,4). También es digna de mención la tradición profética, donde la cumbre de la comprensión bíblica de la justicia se manifestaba en la forma en que una comunidad trataba a los más débiles que estaban en ella. Por eso Amós (2,6-8; 8) e Isaías (58), en particular, hacían oír continuamente su voz en favor de la justicia para los pobres, quienes, por su vulnerabilidad y falta de poder, eran escuchados sólo por Dios, que los cuidaba (cf. Sal 34,7; 113,7-8). 4. El cuidado en el ministerio de Jesús. La vida y el ministerio de Jesús encarnan el punto culminante de la revelación del amor del Padre por la humanidad (cf. Jn 3,16). En la sinagoga de Nazaret, Jesús se manifestó como Aquel a quien el Señor ungió «para anunciar la buena noticia a los pobres, ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dejar en libertad a los oprimidos» (Lc 4,18). Estas acciones mesiánicas, típicas de los jubileos, constituyen el testimonio más elocuente de la misión que le confió el Padre. En su compasión, Cristo se acercaba a los enfermos del cuerpo y del espíritu y los curaba; perdonaba a los pecadores y les daba una vida nueva. Jesús era el Buen Pastor que cuidaba de las ovejas (cf. Jn 10,11-18; Ez 34,1-31); era el Buen Samaritano que se inclinaba sobre el hombre herido, vendaba sus heridas y se ocupaba de él (cf. Lc 10,30-37).
[4]
Pontificio Consejo “Justicia y Paz”, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 488.
Carta enc. Laudato si’ (24 mayo 2015), 70.
En la cúspide de su misión, Jesús selló su cuidado hacia nosotros ofreciéndose a sí mismo en la cruz y liberándonos de la esclavitud del pecado y de la muerte. Así, con el don de su vida y su sacrificio, nos abrió el camino del amor y dice a cada uno: “Sígueme y haz lo mismo” (cf. Lc 10,37).
[5]
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5. La cultura del cuidado en la vida de los seguidores de Jesús.
Las obras de misericordia espirituales y corporales constituyen el núcleo del servicio de caridad de la Iglesia primitiva. Los cristianos de la primera generación compartían lo que tenían para que nadie entre ellos pasara necesidad (cf. Hch 4,34-35) y se esforzaban por hacer de la comunidad un hogar acogedor, abierto a todas las situaciones humanas, listo para hacerse cargo de los más frágiles. Así, se hizo costumbre realizar ofrendas voluntarias para dar de comer a los pobres, enterrar a los muertos y sustentar a los huérfanos, a los ancianos y a las víctimas de desastres, como los náufragos. Y cuando, en períodos posteriores, la generosidad de los cristianos perdió un poco de dinamismo, algunos Padres de la Iglesia insistieron en que la propiedad es querida por Dios para el bien común. Ambrosio sostenía que «la naturaleza ha vertido todas las cosas para el bien común. [...] Por lo tanto, la naturaleza ha producido un derecho común para todos, pero la codicia lo ha convertido en un derecho para unos pocos» [6] . Habiendo superado las persecuciones de los primeros siglos, la Iglesia aprovechó la libertad para inspirar a la sociedad y su cultura. «Las necesidades de la época exigían nuevos compromisos al servicio de la caridad cristiana. Las crónicas de la historia reportan innumerables ejemplos de obras de misericordia. De esos esfuerzos concertados han surgido numerosas instituciones para el alivio de todas las necesidades humanas: hospitales, hospicios para los pobres, orfanatos, hogares para niños, refugios para peregrinos, entre otras» [7].
6. Los principios de la doctrina social de la Iglesia como fundamento de la cultura del cuidado.
La diakonia de los orígenes, enriquecida por la reflexión de los Padres y animada, a lo largo de los siglos, por la caridad activa de tantos testigos elocuentes de la fe, se ha convertido en el corazón palpitante de la doctrina social de la Iglesia, ofreciéndose a todos los hombres de buena voluntad como un rico patrimonio de principios, criterios e indicaciones, del que extraer la “gramática” del cuidado: la promoción de la dignidad de toda persona humana, la solidaridad con los pobres y los indefensos, la preocupación por el bien común y la salvaguardia de la creación.
* El cuidado como promoción de la dignidad y de los derechos de la persona.
[6]
K. Bihlmeyer - H. Tüchle, Church History, vol.1, Westminster, The Newman Press, 1958, pp. 373-374.
De officiis, 1, 28, 132: PL 16, 67.
«El concepto de persona, nacido y madurado en el cristianismo, ayuda a perseguir un desarrollo plenamente humano. Porque persona significa siempre relación, no individualismo, afirma la inclusión y no la exclusión, la dignidad única e inviolable y no la explotación» [8]. Cada persona humana es un fin en sí misma, nunca un simple instrumento que se aprecia sólo por su utilidad, y ha sido creada para convivir en la familia, en la comunidad, en la sociedad, donde todos los miembros tienen la misma dignidad. De esta dignidad derivan los derechos humanos, así como los deberes, que recuerdan, por ejemplo, la responsabilidad de acoger y ayudar a los pobres, a los
[7]
[8] Discurso a los participantes en el Congreso organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral en el 50° aniversario de la Carta encíclica “Populorum progressio” (4 abril 2017).
4
enfermos, a los marginados, a cada uno de nuestros «prójimos, cercanos o lejanos en el tiempo o en el espacio» [9]. * El cuidado del bien común. Cada aspecto de la vida social, política y económica encuentra su realización cuando está al servicio del bien común, es decir del «conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección» [10]. Por lo tanto, nuestros planes y esfuerzos siempre deben tener en cuenta sus efectos sobre toda la familia humana, sopesando las consecuencias para el momento presente y para las generaciones futuras. La pandemia de Covid-19 nos muestra cuán cierto y actual es esto, puesto que «nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos» [11], porque «nadie se salva solo» [12] y ningún Estado nacional aislado puede asegurar el bien común de la propia población [13]. * El cuidado mediante la solidaridad. La solidaridad expresa concretamente el amor por el otro, no como un sentimiento vago, sino como «determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos» [14]. La solidaridad nos ayuda a ver al otro –entendido como persona o, en sentido más amplio, como pueblo o nación– no como una estadística, o un medio para ser explotado y luego desechado cuando ya no es útil, sino como nuestro prójimo, compañero de camino, llamado a participar, como nosotros, en el banquete de la vida al que todos están invitados igualmente por Dios. * El cuidado y la protección de la creación. La encíclica Laudato si’ constata plenamente la interconexión de toda la realidad creada y destaca la necesidad de escuchar al mismo tiempo el clamor de los necesitados y el de la creación. De esta escucha atenta y constante puede surgir un cuidado eficaz de la tierra, nuestra casa común, y de los pobres. A este respecto, deseo reafirmar que «no puede ser real un sentimiento de íntima unión con los demás seres de la naturaleza si al mismo tiempo en el corazón no hay ternura, compasión y preocupación por los seres [9] Mensaje a la 22.ª Sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP22), 10 noviembre 2016. Cf. Grupo de Trabajo interdicasterial de la Santa Sede sobre la Ecología Integral, En camino para el cuidado de la casa común. A cinco años de la Laudato si’, LEV, 31 mayo 2020. [10] Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, 26.
Ibíd.
[11] Momento extraordinario de oración en tiempos de pandemia, 27 marzo 2020. [12]
Cf. Carta enc. Fratelli tutti (3 octubre 2020), 8, 153. S. Juan Pablo II, Carta. enc. Sollicitudo rei socialis (30 diciembre 1987), 38.
[13]
[14]
5
humanos» [15]. «Paz, justicia y conservación de la creación son tres temas absolutamente ligados, que no podrán apartarse para ser tratados individualmente so pena de caer nuevamente en el reduccionismo» [16].
7. La brújula para un rumbo común. En una época dominada por la cultura del descarte, frente al agravamiento de las desigualdades dentro de las naciones y entre ellas [17], quisiera por tanto invitar a los responsables de las organizaciones internacionales y de los gobiernos, del sector económico y del científico, de la comunicación social y de las instituciones educativas a tomar en mano la “brújula” de los principios anteriormente mencionados, para dar un rumbo común al proceso de globalización, «un rumbo realmente humano» [18]. Esta permitiría apreciar el valor y la dignidad de cada persona, actuar juntos y en solidaridad por el bien común, aliviando a los que sufren a causa de la pobreza, la enfermedad, la esclavitud, la discriminación y los conflictos. A través de esta brújula, animo a todos a convertirse en profetas y testigos de la cultura del cuidado, para superar tantas desigualdades sociales. Y esto será posible sólo con un fuerte y amplio protagonismo de las mujeres, en la familia y en todos los ámbitos sociales, políticos e institucionales.
La brújula de los principios sociales, necesaria para promover la cultura del cuidado, es también indicativa para las relaciones entre las naciones, que deberían inspirarse en la fraternidad, el respeto mutuo, la solidaridad y el cumplimiento del derecho internacional. A este respecto, debe reafirmarse la protección y la promoción de los derechos humanos fundamentales, que son inalienables, universales e indivisibles [19].
También cabe mencionar el respeto del derecho humanitario, especialmente en este tiempo en que los conflictos y las guerras se suceden sin interrupción. Lamentablemente, muchas regiones y comunidades ya no recuerdan una época en la que vivían en paz y seguridad. Muchas ciudades se han convertido en epicentros de inseguridad: sus habitantes luchan por mantener sus ritmos normales porque son atacados y bombardeados indiscriminadamente por explosivos, artillería y armas ligeras. Los niños no pueden estudiar. Los hombres y las mujeres no pueden trabajar para mantener a sus familias. La hambruna echa raíces donde antes era desconocida. Las personas se ven obligadas a huir, dejando atrás no sólo sus hogares, sino también la historia familiar y las raíces culturales.
Conferencia del Episcopado Dominicano, Carta pastoral Sobre la relación del hombre con la
Carta enc. Laudato si’ (24 mayo 2015), 91.
Las causas del conflicto son muchas, pero el resultado es siempre el mismo: destrucción y crisis humanitaria. Debemos detenernos y preguntarnos: ¿qué ha llevado a la normalización de los conflictos en el mundo? Y, sobre todo, ¿cómo podemos convertir nuestro corazón y cambiar nuestra mentalidad para buscar verdaderamente la paz en solidaridad y fraternidad? [15] [16]
Cf. Mensaje a los participantes en la Conferencia internacional “Los derechos humanos en el mundo
Ibíd., 29.
Cf. Carta enc. Laudato si’ (3 octubre 2020), 125.
naturaleza (21 enero 1987); cf. Carta enc. Laudato si’ (24 mayo 2015), 92. [17] [18] [19]
contemporáneo: conquistas, omisiones, negaciones”, Roma, 10-11 diciembre 2018.
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Cuánto derroche de recursos hay para las armas, en particular para las nucleares [20], recursos que podrían utilizarse para prioridades más importantes a fin de garantizar la seguridad de las personas, como la promoción de la paz y del desarrollo humano integral, la lucha contra la pobreza y la satisfacción de las necesidades de salud. Además, esto se manifiesta a causa de los problemas mundiales como la actual pandemia de Covid-19 y el cambio climático. Qué valiente decisión sería «constituir con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares “un Fondo mundial” para poder derrotar definitivamente el hambre y ayudar al desarrollo de los países más pobres» [21]. 8. Para educar a la cultura del cuidado. La promoción de la cultura del cuidado requiere un proceso educativo y la brújula de los principios sociales se plantea con esta finalidad, como un instrumento fiable para diferentes contextos relacionados entre sí. Me gustaría ofrecer algunos ejemplos al respecto. — La educación para el cuidado nace en la familia, núcleo natural y fundamental de la sociedad, donde se aprende a vivir en relación y en respeto mutuo. Sin embargo, es necesario poner a la familia en condiciones de cumplir esta tarea vital e indispensable. — Siempre en colaboración con la familia, otros sujetos encargados de la educación son la escuela y la universidad y, de igual manera, en ciertos aspectos, los agentes de la comunicación social [22]. Dichos sujetos están llamados a transmitir un sistema de valores basado en el reconocimiento de la dignidad de cada persona, de cada comunidad lingüística, étnica y religiosa, de cada pueblo y de los derechos fundamentales que derivan de estos. La educación constituye uno de los pilares más justos y solidarios de la sociedad. — Las religiones en general, y los líderes religiosos en particular, pueden desempeñar un papel insustituible en la transmisión a los fieles y a la sociedad de los valores de la solidaridad, el respeto a las diferencias, la acogida y el cuidado de los hermanos y hermanas más frágiles. A este respecto, recuerdo las palabras del Papa Pablo VI dirigidas al Parlamento ugandés en 1969: «No temáis a la Iglesia. Ella os honra, os forma ciudadanos honrados y leales, no fomenta rivalidades ni divisiones, trata de promover la sana libertad, la justicia social, la paz; si tiene alguna preferencia es para los pobres, para la educación de los pequeños y del pueblo, para la asistencia a los abandonados y a cuantos sufren» [23].
— A todos los que están comprometidos al servicio de las poblaciones, en las organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales, que desempeñan una misión educativa, y a todos los que, de diversas maneras, trabajan en el campo de la educación y la investigación, los animo nuevamente, para que se logre el objetivo de una educación «más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión» [24]. Espero que esta invitación, hecha en el contexto del Pacto educativo global, reciba un amplio y renovado apoyo.
9. No hay paz sin la cultura del cuidado.
La cultura del cuidado, como compromiso común, solidario y participativo para proteger y promover la dignidad y el bien de todos, como una disposición al cuidado, a la atención, a la compasión, a la reconciliación y a la recuperación, al respeto y a la aceptación mutuos, es un camino privilegiado para construir la paz. «En muchos lugares del mundo hacen falta caminos de paz que lleven a cicatrizar las heridas, se necesitan artesanos de paz dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia» [25].
En este tiempo, en el que la barca de la humanidad, sacudida por la tempestad de la crisis, avanza con dificultad en busca de un horizonte más tranquilo y sereno, el timón de la dignidad de la persona humana y la “brújula” de los principios sociales fundamentales pueden permitirnos navegar con un rumbo seguro y común. Como cristianos, fijemos nuestra mirada en la Virgen María, Estrella del Mar y Madre de la Esperanza. Trabajemos todos juntos para avanzar hacia un nuevo horizonte de amor y paz, de fraternidad y solidaridad, de apoyo mutuo y acogida. No cedamos a la tentación de desinteresarnos de los demás, especialmente de los más débiles; no nos acostumbremos a desviar la mirada [26], sino comprometámonos cada día concretamente para «formar una comunidad compuesta de hermanos que se acogen recíprocamente y se preocupan los unos de los otros» [27].
Francisco
Mensaje para el lanzamiento del Pacto Educativo, 12 septiembre 2019.
Vaticano, 8 de diciembre de 2020
[24]
Carta. enc. Fratelli tutti (3 octubre 2020), 225. Cf. Ibíd., 64..
Ibíd., 96; cf. “La fraternidad, fundamento y camino para la paz”. Mensaje para la 47.ª Jornada
Mundial de la Paz, 1 enero 2014 (8 diciembre 2013), 1.
[27]
[26]
Cf. Mensaje a la Conferencia de la ONU para la negociación de un instrumento jurídicamente
[20]
Videomensaje para la Jornada Mundial de la Alimentación, 16 octubre 2020.
[25]
[21]
Cf. Benedicto XVI, “Educar a los jóvenes en la justicia y la paz”. Mensaje para la celebración de
vinculante sobre la prohibición de las armas nucleares que conduzca a su total eliminación, 23 mar. 2017. [22]
la 45.a Jornada Mundial de la Paz, 1 enero 2012 (8 diciembre 2011), 2; “Vence la indiferencia y conquista la paz”. Mensaje para la celebración de la 49 ° Jornada Mundial de la Paz, 1 enero 2016 (8 Discurso a los Diputados y Senadores de Uganda, Kampala, 1 agosto 1969.
diciembre 2015), 6. [23]
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Tiempo de deberes
Invitación
Pbro. José María Tojeira S.J.
San Salvador, 11 de diciembre 2020 Señores párrocos Arquidiócesis de San Salvador Presentes. Estimados Hermanos Sacerdotes: Reciban un cordial saludo, junto con mis más sinceros deseos de paz y bien. Por este medio tengo el agrado de invitarles a formar parte de nuestra celebración arquidiocesana de la 54 Jornada Mundial de la Paz 2021, iniciando con una Santa Misa el día jueves 14 de enero 2021, a las 6:00 p.m. en Catedral Metropolitana. Contaremos con la presencia del señor Nuncio Apostólico, la Conferencia Episcopal, Cuerpo Diplomático y funcionarios de gobierno. Continuaremos con Jornada de reflexión el sábado 23 de enero de 8:30 a.m. a 11:30 a.m. en el colegio Cristóbal Colon, invitados: Párroco (Vicario parroquial) y 2 laicos por parroquia. En espera de poder contar con su participación, aprovecho la ocasión para desearle bendiciones abundantes y éxitos en sus labores cotidianas. Afectísimo en Cristo,
Doña Angelina Díaz Vda. de Zelaya Mamá de nuestra querida Madre Reina Angélica Zelaya Díaz, fundadora de la Congregación Siervas de la Misericordia de Dios. San Salvador, 6 de enero
lectores
El Tiempo Ordinario no es un tiempo sin significado. Podríamos llamarlo un tiempo de deberes. Si los tiempos de Navidad y Pascua, con sus tiempos previos de preparación, Adviento y Cuaresma, son momentos de contemplación, conversión y agradecimiento, el Tiempo Ordinario nos remite a nuestra realidad de peregrinos, viandantes en el camino de la vida, que tratan de seguir al Señor Jesús como discípulos y misioneros, y cumplir con los deberes que el Evangelio nos presenta. El amor al prójimo, la confianza en Dios, el agradecimiento, la solidaridad con el necesitado, la búsqueda de justicia, verdad, reconciliación y perdón, se van desgranando a lo largo de las lecturas del tiempo ordinario, mostrándonos cómo caminar en un mundo en el que con cierta frecuencia tienen demasiado peso costumbres o sistemas de valores opuestos al Evangelio. En la Constitución sobre la Iglesia del Concilio Vaticano II se nos dice que el “pueblo mesiánico” tiene como finalidad “dilatar más y más el Reino de Dios, incoado por el mismo Dios en la tierra, hasta que al final de los tiempos Él mismo también lo consume” (LG 9). Y sabemos que ese Reino que debemos impulsar y dilatar, nos lleva siempre a comprometernos con la dignidad de la vida humana, con la verdad, la justicia y la paz. El tiempo ordinario es precisamente ese tiempo en el que debemos dilatar el Reino de Dios desde los valores del Evangelio. En ese sentido no es un tiempo vacío, sino lleno de responsabilidades y deberes. Cuando en El Salvador cumplimos este año 2021 doscientos años de independencia, los cristianos debemos reflexionar seriamente sobre el tiempo transcurrido desde aquel lejano 1821. Nuestra responsabilidad cristiana nos exige saber a dónde hemos llegado a lo largo de esta historia, qué realidades positivas nos han dejado en herencia estos dos siglos, qué carencias y errores permanecen en nuestras sociedades, y qué tareas nos hace falta impulsar para cumplir con esa síntesis de los mandamientos, que es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como Cristo nos ha amado.
Nos unimos a las oraciones por el descanso eterno de
A nuestros
Aun en medio de una situación de crisis, tanto de salud como económica, hemos celebrado con alegría y esperanza las fiestas de nuestra salvación. Todo lo que rodea nuestro recuerdo y celebración del nacimiento del Niño Jesús es memoria, agradecimiento y compromiso con la manifestación definitiva del amor de Dios hacia nosotros y hacia toda su creación. La Iglesia, en su ciclo litúrgico, después de este tiempo de Navidad nos invita a continuar con el que llama “tiempo ordinario”, que sólo será interrumpido por la preparación para la Pascua (tiempo de Cuaresma) y por el propio tiempo de Pascua. Prepararnos para este Tiempo Ordinario requiere también reflexión, pues no es un tiempo secundario, sino el tiempo real de nuestras vidas respondiendo a la gracia del Señor, manifestada en la Encarnación de Dios y en la muerte y resurrección de su Hijo Jesús, el Cristo.
La repetición de los tiempos litúrgicos no puede nunca llevarnos a la rutina. El tiempo ordinario es tiempo de inconformismo con el pecado personal y con el pecado social. La pobreza, la violencia, la corrupción, el desprecio y el insulto al prójimo, la indiferencia ante el dolor del hermano, son muestras evidentes del pecado del mundo y de la ley del más fuerte. Una ley claramente opuesta a la ley del amor que nos transmite el Evangelio y que nos lleva siempre a comprometernos en la defensa del débil y del pobre. Si en todo momento el tiempo ordinario nos llama a la solidaridad y la conversión al prójimo, en estos días de pandemia y crisis económica, el tiempo ordinario nos debe llevar a multiplicar la solidaridad y el compromiso con la justicia y la paz.
Esperamos sus sugerencias, comentarios o avisos de actividades parroquiales a los números:
2298-6268 o 7737-3760, y su correspondencia a: 1a. Calle Poniente Nº 3412, Col. Escalón, S.S.
o bien al correo electrónico: orientacion.semanario@gmail.com
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VOZ DEL PAPA
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“Como los magos, dejemos que la luz de Cristo nos guíe” El miércoles 6 de enero, Solemnidad de la Epifanía del Señor el Santo Padre señaló que la salvación realizada por Cristo no conoce confines: “La Epifanía no es un misterio más, es siempre el mismo acontecimiento de la Natividad, pero visto en su dimensión de luz: luz que ilumina a cada hombre, luz que hay que acoger en la fe y luz que hay que llevar a los demás en la caridad, en el testimonio, en el anuncio del Evangelio”. En este contexto, el Pontífice subrayó que la visión de Isaías, que presenta la liturgia de hoy (cf. 60,1-6), resuena en nuestro tiempo más actual que nunca: «La oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos» (v. 2). En este horizonte -dijo el Papa- el profeta anuncia la luz: la luz dada por Dios a Jerusalén y destinada a iluminar el camino de todos los pueblos. «¿Cómo tiene lugar esta “irradiación”? ¿Cómo se difunde la luz de Cristo en todo lugar y en todo momento?». Sin duda, no a través de los poderosos medios de los imperios de este mundo, que siempre están buscando dominarlo –aseguró el Santo Padre– sino a través del anuncio del Evangelio y con el mismo “método” elegido por Dios para venir entre nosotros: “la encarnación, es decir, hacerse prójimo del otro, encontrarlo, asumir su realidad”. (Cf. Vaticannews.va 6 ene. 2021)
Ángelus con el Papa Francisco El 3 de enero, el Papa Francisco rezó la oración mariana del Ángelus desde la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, sin presencia de fieles a causa de la pandemia. El Santo Padre reflexionó sobre el Evangelio del día según San Juan (1,1-18) que no narra un episodio de la vida de Jesús, sino que nos habla de Él antes de que naciera: “Nos retrotrae para revelar algo sobre Jesús antes de que viniera entre nosotros”, dijo el Papa recordando que el Evangelio hodierno dice que Aquel que hemos contemplado en su Natividad, Jesús, existía antes: «Antes del comienzo de las cosas, antes del universo. Él está antes del espacio y el tiempo. “En Él estaba la vida” (Jn 1:4) antes de que apareciera la vida». Asimismo, Francisco señaló que este es el mensaje maravilloso de hoy: “Jesús es la Palabra eterna de Dios, que desde siempre piensa en nosotros y desea comunicar con nosotros” y para hacerlo “fue más allá de las palabras” ya que “se hizo carne y habitó entre nosotros” (v. 14). La expresión “se hizo carne” hace referencia al hecho de que “Dios se hizo fragilidad para tocar de cerca nuestras fragilidades” -continuó explicando el Papa- por lo tanto, desde el momento en que el Señor se hizo carne, nada en nuestra vida le es ajeno: “Fue una decisión audaz la de Dios, la de hacerse carne”, argumentó Francisco profundizando sobre el deseo de nuestro Creador de unirse eternamente con la humanidad. (Cf. Vaticannews.va 3 ene. 2021)
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EN EL MUNDO
Sembremos la paz en el 2021 El arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal Dominicana, monseñor Freddy Bretón Martínez, espera que para el 2021 el país cuente con un sistema judicial a la altura de su nombre, dispuesto a cumplir bien con su importante misión. También le pidió a Dios que iluminara al pueblo dominicano para disminuir la violencia en todas las dimensiones. Luego expresó la esperanza de que en el nuevo año disminuya la arrogancia en todos los niveles y que a los jóvenes se les ofrezcan más oportunidades de trabajo y educación. En la nota enviada a la Agencia Fides, Mons. Bretón Martínez también espera que crezca una mayor conciencia en la
ciudadanía y que prevalezca el respeto, para que no haya más agresiones, violaciones y feminicidios. El arzobispo de Santiago también se refirió a las palabras de monseñor Jesús Castro Marte, obispo de la diócesis de Nuestra Señora de La Altagracia, quien el 3 de enero lamentó públicamente lo ocurrido en el país caribeño: la muerte violenta de dos mujeres. Mons. Castro Marte agregó: “Los temas de violencia contra las mujeres y las familias siguen agravando la herida y causando angustia a cientos de familias en República Dominicana, debemos intentar sembrar la paz en 2021”. (Cf. Fides.org 5 ene. 2021)
Nicaragua
Obispos acompañan al pueblo en el camino a las elecciones
El mensaje común de los obispos de la Iglesia para el pueblo de Nicaragua, expresado durante la celebración de la octava de Navidad, fue: “vivir juntos el gran desafío de acompañar a la sociedad nicaragüense en el proceso de las elecciones generales para el 2021”. El cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, en un video enviado a la agencia misionera Fides y difundido en las redes
sociales, anunció: “Hemos elaborado un programa de trabajo basado en la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco, para aplicarlo a las diferentes situaciones del país, para vivir este 2021 como un año sin violencia”. A continuación, reiteró que la Iglesia Católica cree que “la solución a la crisis sociopolítica en la que ha caído el país vendrá sólo a través del diálogo”. (Cf. Zenit.org 29 dic. 2020)
Año Santo Compostelano
El Papa Francisco envió un mensaje al arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio con ocasión de la Apertura de la Puerta Santa que da inicio al Año Jubilar Compostelano en el que expresó, recordando a Antonio Machado, que “se hace camino al andar”. Al indicar que hay que caminar “haciéndonos prójimos”, el pontífice señala que ello “supone el esfuerzo de ir ligeros de equipaje, sin apegos y vivir en continua tensión hacia ese anhelado encuentro con el Señor”. Para el obispo de Roma, caminar al lado de otros “nos ayuda a reconocer en el prójimo un don que Dios nos entrega para acompañarnos en este viaje”. Y añade que “unirse a otros hace bien y esta experiencia se fragua en el camino, la hacen los peregrinos todos los días, esperándose, apoyándose, compartiendo fatigas y logros”. (Cf. Vaticannews.va 31 dic. 2020)
Chile
Obispos rechazan el nuevo proyecto de ley de eutanasia Los obispos del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile hicieron una declaración el 23 de diciembre sobre la última aprobación en la Cámara de los Diputados de un proyecto de ley de la eutanasia para ciertos casos. Los obispos consideran esta acción un “acto siempre ilícito desde el punto de vista moral”, en todo caso un “crimen contra la vida humana”, y citan la Carta del Buen Samaritano, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, para señalar que la vida es un don. Como respuesta a esta realidad, se ven animados a “poner a disposición la mirada antropológica que brota del Evangelio, pero cuya raíz compartimos con muchas cosmovisiones y credos, y a la que adhieren numerosos habitantes de nuestro país”. Por último, los pastores muestran como buena la posibilidad de que la sociedad chilena se exprese libre y democráticamente, “con respeto, de cara a la gente, con la recta intención de cuidar el bien común”. (Cf. Zenit.org 29 dic. 2020)
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10 de enero de 2021
La Palabra de Dios para cada semana Domingo 10 de enero de 2021 • Fiesta del Bautismo del Señor. Ciclo “B” • Año I (impar) Liturgia de la Palabra: Is 42, 1-4. 6-7; Sal 28, 1-4.9-10; Hch 10, 34-38; † Mc 1, 7-10
Preparado por:
Pbro. y Dr. Luis Alonso Coto
Jesús fue investido como Mesías en las aguas del Jordán La fiesta del Bautismo del Señor hace de puente entre el tiempo de Navidad (que termina hoy) y el llamado “Tiempo Ordinario”. Es como una prolongación de la última fiesta de la Epifanía, en el sentido de que el Bautismo es también una manifestación que aclara la verdadera identidad de Jesús; por otra parte, nos abre a la vida pública de Jesús. Jesús fue investido como Mesías en las aguas del Jordán cuando se oyó la Palabra del Padre (Mc 1, 11). Dios mismo se manifiesta en la persona de Jesús de Nazaret. Y se manifiesta para todo el mundo. Por eso los evangelistas tienen interés en dejar claro, desde el principio de sus escritos, quién es Jesús. Pretenden que quienes lean o escuchen el Evangelio sepan, desde el comienzo, que Jesús no es un discípulo de Juan Bautista, sino que es “el Hijo” de Dios, “el predilecto” de Dios. De ahí que es importante ponernos ante Jesús, para que conociéndole y acogiéndole nos dispongamos a seguirlo en la vida cotidiana y demos testimonio de Él ante el mundo de hoy.
Algunas ideas clave del Evangelio. † «Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias» La hermosa y clara preparación del rostro del siervo del Señor en la primera lectura tiene una referencia, con términos casi idénticos, en el Evangelio: el Siervo de Dios no es otro que Jesús de Nazaret, reconocido y manifestado por el Padre a las gentes a orillas del Jordán. Este relato en San Marcos contiene dos momentos notables: 1) La humildad del Mesías, hombre verdadero. Jesús no tenía necesidad alguna del bautismo. Sin embargo, era consciente de que, para llevar a cabo su misión, debía ir a que Juan le bautizara, debía introducirse entre los pecadores, hacer, en cierto sentido, causa común y mostrarse solidario con ellos. Todo esto nos hace comprender la misión de Jesús: Él había venido no sólo a estar entre nosotros, a consolarnos con su presencia, sino, antes que nada, a estar entre nosotros en cuanto pecadores, a fin de compartir nuestra suerte y
transformarla, gracias a su solidaridad, en camino de salvación. Su gesto es de solidaridad y de ocultamiento entre todos los hombres. Es su “ser hombre verdadero”, nada alejado de la suerte de los que ha venido a salvar. 2) La exaltación del Mesías, Dios verdadero. En un segundo momento ocurre todo lo contrario. Dios Padre se manifiesta, entre toda aquella muchedumbre. En ese momento tres símbolos de vocación acompañan al Cristo: • El cielo que se abre, pues ahora mismo Dios responde a las súplicas de la humanidad necesitada de su salvación; • La presencia del Espíritu como paloma, es la señal de un nuevo comienzo, de una nueva creación como la de los días en que voló la paloma enviada por Noé fuera del arca; • Se escucha la voz del Padre desde el cielo, con un mensaje que recoge aquel del Salmo 2,7. Una identificación clara de Cristo: “Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy”. Juan Bautista es consciente del aspecto únicamente provisional e imperfecto de su bautismo; de hecho, anuncia la venida del Señor, que bautizará con el Espíritu. Es Jesús quien comunica el Espíritu Santo mediante su bautismo. En consecuencia, tras ser bautizado, se manifiesta el Espíritu Santo. El bautismo de Jesús es la prefiguración de su misterio de muerte y resurrección. Jesús se sumergió en el agua de la pasión, en el agua que provoca la muerte, y después salió de ella, porque este acto suyo de amor generosísimo ha sido el camino de la
salvación para todos los hombres y mujeres. El agua de nuestro bautismo está estrechamente relacionada con la sangre de Jesús. Nuestro bautismo expresa, en efecto, la purificación por medio del agua: purificación que no nos ha obtenido el agua, sino la sangre que Jesús derramó por nosotros. Gracias al bautismo que hemos recibido y que manifiesta nuestra fe en Jesús, hemos llegado a ser hijos de Dios. Jesús fue proclamado Hijo predilecto de Dios en el episodio del bautismo, como nos refiere el evangelio. Nosotros, a su vez, recibimos la adopción filial: Nos hacemos hijos de Dios y hermanos de Jesús en el prójimo.
Para pensar y actuar “Las técnicas de evangelización son buenas pero ni las más perfeccionadas podrían reemplazar la acción discreta del Espíritu. La preparación más refinada del evangelizador no consigue absolutamente nada sin Él. Sin Él, la dialéctica más convincente es impotente sobre el espíritu de los hombres. Sin Él, los esquemas más elaborados sobre bases sociológicas o sicológicas se revelan pronto desprovistos de todo valor” (Pablo VI, EN 75). El Bautismo del Señor que hoy celebramos es una llamada a que nosotros activemos nuestro Bautismo, continuemos la misión de Jesús y nos pongamos a “limpiar a conciencia”, como lo ha dicho el Papa Francisco, siendo “evangelizadores con Espíritu, evangelizadores que se abren sin temor a la acción del Espíritu Santo. El Espíritu Santo infunde la fuerza para anunciar la novedad del Evangelio con audacia, en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente. Jesús quiere evangelizadores que anuncien la Buena Noticia no sólo con palabras sino sobre todo con una vida que se ha transfigurado en la presencia de Dios”. (EG 259).
Lecturas de la Semana
• Del 11 al 16 de enero de 2021 •
Lunes 11: Heb 1, 1-6; Sal 96, 1 y 2b. 6 y 7c. 9; † Mc 1, 14-20
Martes 12: Heb 2,5-12; Sal 8,2a.5.6-7.8-9; † Mc 1, 21-28 (Feria)
1Jn 2, 18-25; Sal 109; † Mt 5, 13-19 (Memoria) Miércoles 13: Heb 2, 14-18; Sal 104, 1-4.6-9; † Mc 1, 29-39
Jueves 14: Heb 3, 7-14; Sal 94, 6-11; † Mc 1, 40-45 (Feria)
Viernes 15: Heb 4, 1-5.11; Sal 77, 3-4.6-8; † Mc 2, 1-12
Sábado 16: Heb 4, 12-16; Sal 18, 8-10.15; † Mc 2, 13-17 (Feria)
Ef 6, 10-13.18; Sal 15; † Mt 19, 16-26 (Memoria)
Meditemos personal y comunitariamente. • ¿Realizamos nuestra identidad de hijos e hijas de Dios como bautizados/ as? O ¿hemos hecho perder su fuerza al Sacramento, reduciéndolo a una costumbre de familia? • ¿Nos sentimos verdaderos hijos e hijas amados/as del Padre? ¿Qué significa que seamos como Cristo consagrados/as al plan de Dios?
10 de enero de 2021
12 Parroquia San Bartolomé Apóstol, Perulapía
Celebraciones en honor al Señor de las Misericordias (Cristo Negro)
Miércoles 13 de enero Comunidades: Salinas I, II y Colonia Romero 5:00 p.m. Procesión 6:000 p.m. Santa Misa Jueves 14 de enero Comunidades: El centro 5:00 p.m. Santa Misa 6:000 p.m. Procesión. Saldrá del templo parroquial y recorrerá las calles de la ciudad
Parroquia El Calvario, Cojutepeque Lunes 11 de enero 5:30 a.m. Santo Rosario (en el templo) 6:00 a.m. Santa Misa (en el templo) 5:00 p.m. Santa Misa (en sector Asunción) Martes 12 de enero 5:30 a.m. Santo Rosario (en el templo) 6:00 a.m. Santa Misa (en el templo) 5:00 p.m. Santa Misa (en sector Fátima) Miércoles 13 de enero 5:30 a.m. Santo Rosario (en el templo) 6:00 a.m. Santa Misa (en el templo) 6:00 p.m. Santa Misa (en sector San Francisco) Jueves 14 de enero (en el templo) 5:30 a.m. Santo Rosario 6:00 a.m. y 5:00 p.m. Santa Misa 6:00 p.m. Procesión del Señor de las Misericordias (Sin acompañamiento de fieles)
Viernes 15 de enero (en el templo)
5:30 a.m. Santo Rosario 5:00 p.m. Santa Misa Patronal
Viernes 15 de enero (Día principal)
10:00 a.m. Santa Misa patronal
Acompañamiento pastoral de pacientes del Hospital El Salvador Este 6 de enero, seis sacerdotes de la Arquidiócesis ingresaron a diferentes áreas del Hospital El Salvador para orar junto a los pacientes enfermos de Covid-19 y ofrecerles el Sacramento de la Unción de los Enfermos. El jueves 7 visitaron la Unidad de Cuidados Intensivos del mismo centro asistencial. Esta fue la cuarta visita que realizan los Padres Carlos Mauricio Chavarría y Dennis Doren, LC; durante la cual también se atiende pastoralmente al equipo de médicos, enfermeros y enfermeras. De izq. a der.: Pbro. Néstor Fonseca, LC; Pbro. Carlos Chavarría; Pbro. Neftalí Rogel; Pbro. Nelson Díaz; Pbro. Dennis Doren, LC; y Pbro. Roberto José Villatoro, LC
IGLESIA LOCAL
Domingo 10 de enero • Turno parroquial 6:00, 9:00 a.m. y 5:00 p.m. Santa Misa en elTemplo 3:00 p.m. Coronilla a la Div. Misericordia 4:00 p.m. Rezo del Santo Rosario Del 11 al 13 de enero 3:00 p.m. Coronilla a la Div. Misericordia Parroquia El Señor de las 4:00 p.m. Rezo Santo Rosario Misericordias, Aguilares 5:00 p.m. Santa Misa Domingo 10 de enero Jueves 14 de enero Comunidades: Los Mangos y San Antonio 7:00 a.m. y 6:00 p.m. Santa Misa 5:00 p.m. Procesión 3:00 p.m. Coronilla a la Div. Misericordia 6:000 p.m. Santa Misa 4:00 p.m. Santo Rosario 5:00 p.m. Hora Santa Lunes 11 de enero Viernes 15 de enero (Día principal) Comunidades: El Calvario 10:00 a.m. Santa Misa 5:00 p.m. Procesión 3:00 p.m. Coronilla a la Div. Misericordia 6:000 p.m. Santa Misa 7:00 p.m. Serenata y Santa Misa patronal Martes 12 de enero Comunidades: Barrio Guadalupe 5:00 p.m. Procesión 6:000 p.m. Santa Misa