Año 1 Número 3 Noviembre de 2019 Barrio Las Flores |
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EN ESTE NÚMERO: ENTREVISTAMOS A LA FUTBOLISTA ÉRICA LONIGO LA ASISTENTE SOCIAL ISABEL MORBIDONI | LA EMPRENDEDORA ORGULLOSA MARÍA LAURA ESCOBAR | LA CANTANTE DE RAP EVELYN RAMOS | LA CHICA TRANS JESICA MOYANO | JUEGOS
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LA OTRA CARA
Staff
Edición Jerónimo Principiano y Laura Hintze Producción Ángel Cuello, Aimé Borda , Jorgelina Audo Gianotti y Agustín Ríos Diseño gráfico Alejandro Bargetto y Javier García Alfaro Fotografía Jonatan Bustos, Candela Basualdo y Ayelén Machado
Agradecimientos
A Mario González, CCB Las Flores y Cooperativa La Masa .
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JONATAN BUSTOS
Editorial
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Hola vecina y vecino! En este número de La Otra Cara tenemos el placer y el orgullo de contarles historias de vidas, pero no de cualquier vida. Esta vez, la revista va dedicada a las mujeres del barrio. En Las Flores también nos empoderamos, es por esto que conversamos con Jesica Moyano, que superó el promedio de edad de vida de las chicas trans. Por estas páginas, tam-
bién, se encontrará con la palabra de Érica Lonigro, la goleadora de Rosario Central que es producto de nuestras inferiores. Isabel Morbidoni sueña, al igual que nosotras, con un barrio Con flores y sin balas. Arte, arte grita Marta Minujin y nosotras no nos queremos quedar atrás y ofrecemos La concha nos iguala , nota sobre una muestra en el Centro de convivencia Barrial.
Las mujeres de Sur Productora los y las invitamos a que se
sienten en algún lugar cómodo y con la compañía de un mate tereré, le entre a nuestro contenido, y después, nos cuentan. Por último, queremos dejarles claro que nunca dejamos de agradecer a los negocios que nos apoyan con las publicidades y al barrio, que es nuestro motor.
Las chicas de Sur Productora
Acercate al estudio
CCB Las Flores
5 de Agosto 1763
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ENTREVISTA CON JESICA MOYANO, UNA CHICA TRANS DE LAS FLORES
“Soy una sobreviviente” Por Candela Basualdo
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a Otra Cara recibió a Jesica Yoselin Moyano, una
chica trans de 41 años que vive en Barrio Las Flores. En un ambiente hogareño, gracias a los mates que le convidamos y la predisposición a la conversación de las partes, nos contó que ser una chica trans es ser diferente, nacida en un cuerpo de hombre, pero sintiéndose mujer. “Yo no soy y nunca voy a ser una mujer por más que tenga el cambio de identidad porque mujer se nace biológicamente”, recalcó Jesica, sintiéndose firmemente una chica trans. Jesica nos cuenta que fue en la escuela primaria, a los 6, cuando se dio cuenta que no quería ir a gimnasia o que no le gustaba jugar con los chicos, sino que era una criatura que le gustaba jugar con las chicas, que amaba estar con las primitas y que se sentía una nena. En ese momento, sus padres la llevaron al psicólogo, creyendo que tenía algún problema, pero lo cierto es que no había ninguno. “Fue un momento muy difícil, porque imagínense para un padre y una madre darse cuenta que su hijo nacido varón quiere ser nena o viceversa”, reflexiona ahora. Jesica resalta que las familias terminan entendiéndote, porque son familia, pero
que lo más triste para ella fue la discriminación que sufrió por parte de la sociedad porque no la dejaban ser. De todas formas, celebra y agradece a Dios que hoy en día esté cambiando todo. Jesica padeció discriminación en los entornos laborales, en el colegio (tanta que le impidió seguir estudiando), y pasó muchos años de su juventud presa por el simple hecho de ser trans. Sin embargo, destaca no haber bajado los brazos nunca y que eso dio sus frutos: ahora tiene 41 años y pudo volver al colegio. “Yo sé que soy una sobreviviente. El promedio de vida de las chicas trans es de 35 años y yo pude pelearla. Me rescataron de la calle a los 15
años pero lamentablemente la sociedad me empujó a la prostitución, la única salida que había para nosotras. Ahora, gracias a Dios, cambió todo. Existe el Cupo Laboral Trans, la Ley de Cambio de Identidad, el Matrimonio Igualitario. Hay muchas cosas y aún faltan muchas más”, cuenta. A lo largo de la entrevista con La Otra Cara , Jesica agradeció una y otra vez. Habló de la militancia de muchas mujeres y de trans y también de su familia. Sabe que si no tuviera ese apoyo no hubiera podido seguir. “Puede discriminarte todo un país, toda una sociedad, pero si te discrimina tu familia, eso no es vida”, nos dice.
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Jesica cambió su nombre apenas salió la Ley de Identidad de Género. Llamarse en todos lados como ella eligió, como ella quiere y como ella siente, cambió mucho su autoestima. A pesar de las dificultades que tiene para conseguir trabajo (“Yo la peleo como todos, la situación está muy difícil”, remarca), enumera con orgullo que está terminando la primaria, que hizo muchas capacitaciones, que tiene una pensión. También cuenta su rutina con alegría: levantarse a pasear a sus cinco perros caniches, lavar, cocinar, planchar, estar con sus sobrinos, con su familia y sus amigas, pasear. “Yo soy una chica trans que lleva una vida normal. Ya no me importa que me miren o lo que llegue a decirse de mí”, dice, sonriendo. La lucha de toda su vida –que es una lucha por sobrevivir– llevó a que también tenga vocación de ayudar en todo su barrio. Le gusta prevenir a la gente sobre enfermedades sexuales, concientizar y hablar con la juventud. Sabe que se lleva muy bien
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FOTOS: CANDELA BASUALDO
con la gente y le gusta enseñar todo lo que ella no pudo aprender, o aprendió mal. “Lo que yo no quiero es que nadie pase lo que pasé yo. No hace falta ser trans para pasar malos momentos. La vida golpea duro a todo el mundo”, cuenta. En ese sentido, cabe contar que hace dos años que Jesica forma parte del grupo de mujeres que se encuentra en el CCB de Las Flores. Fueron reuniones que la ayudaron mucho a salir de
la calle, a quedarse en el barrio, a compartir cosas con sus compañeras que hace años que no las veía. El Centro de Convivencia Barrial, nos dice, es su segunda casa, porque fue el único lugar que le dio una mano y la hizo sentir cómoda. En Jesica, todo es deseo y proyección. Y lo que le encantaría ahora es poder tener un espacio de ayuda y capacitación para chicos y chicas trans que necesitan algún consejo y sobre todo, compañía.
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ENTREVISTA CON LA JUGADORA ÉRICA LONIGRO
Con la camiseta de Sur Productora
—¿Desde cuándo jugás? —¿Qué sentiste en tu primer ¿Te imaginabas llegar a ser partido como profesional? n el año 1967, el perio- profesional? —Fue un poco de nervios y
Por Ángel Cuello y Agustín Ríos
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dista Dante Panzeri escribió La dinámica de lo impensado. Con las palabras del título no sólo definió al fútbol, esa misma frase calza a nuestra situación desde hace un par de meses. Érica Lonigro, nuestra compañera en Sur Productora , la goleadora de nuestra imprenta, es ahora, gracias a la dinámica de los vientos de cambio que gestan montones de compañeras, una jugadora profesional de fútbol sin que nosotros ni nosotras lo pudiéramos pensar.
—Juego desde muy chica. No recuerdo bien la edad, pero fue mas o menos a los 10 años y jugaba con los varones. Nunca imaginé que podría llegar a ser profesional y ser la delantera de Rosario Central como lo soy hoy.
ansias, pero a medida que se fue desarrollando el partido me fui tranquilizando.
—¿Y cómo fue ese primer partido?
—Jugamos contra Villa San Carlos. Al segundo minuto del —¿Cómo llegaste a Central? comienzo dí una asistencia de —Fue de boca en boca. Me di- gol para Selena Chamorro, y jeron que había pruebas para luego pude convertir dos goles. formar parte del equipo femen—¿Qué pensó tu familia ino de Central, entonces mandé cuando supo que llegaste a un mensaje a la página, me res- ser profesional? pondieron convocándome para —Fue algo sorprendente para que vaya a la prueba y quedé se- todos porque jamás imaginaban leccionada. Ya hace dos años que podría llegar a ser profeque estoy ahí. sional, mucho menos al tratarse
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del fútbol femenino. Pero a medida que se iban dando los partidos se fueron acostumbrando a esa idea.
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—¿Tienen relación con los jugadores de primera? —Aún no tuvimos cruce con los jugadores de primera, pero estamos esperando que suceda eso para ver cómo nos reciben.
—Llevás ocho goles en cuatro partidos, ¿contra quiénes y cuántos marcaste? —En uno de los partidos, de local contra Platense, pude marcar un triplete y me traje la pelota. También estuvo ese doblete contra Villa San Carlos que mencioné antes.
—¿Qué sentiste cuando hiciste los tres goles?
—Me sentí muy feliz y no solo por eso, sino también porque le había prometido a mi mamá que cuando lo lograra le llevaría la trar a la cancha sabiendo que pelota de regalo. jugamos contra equipos que —¿Qué diferencia hay entre compiten desde hace varios el fútbol profesional y la Liga años ahí. Antes jugábamos en la Rosarina? Liga Rosarina y era muy dife—De por sí en AFA nada es rente, pero poco a poco nos vafácil. Nosotras tenemos que en- mos acomodando a la cancha.
—¿Pensás que podés llegar más lejos? —No lo sé. Uno de mis sueños es vestir la celeste y blanca. Y si se me da la posibilidad, también me gustaría jugar en otro equipo que yo prefiera.
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ISABEL MORBIDONI, UNA PROFESIONAL CON LOS PIES EN EL BARRO
Con Flores y sin balas Por Aimé Borda
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n principio Isabel nos aclaró que para ella es muy importante que cuando hablemos de su hacer profesional nos refiramos como trabajadora social de campo, porque es de las que se embarran los pies. Isabel es una de las profesionales que se desempeñan en el Centro Madre Antonia desde hace 25 años y su apellido es Morbidoni . Las Flores, para la trabajadora social de campo, es como el patio de su casa, el lugar donde se siente cómoda. Incluso, recordó con nostalgia cuando en el barrio sólo había flores y no balas. “Caminaba de noche y no tenía miedo, trabaja con menores en situación de calle y había veces que iba buscar a los familiares de alguno que había sido demorado por la policía”, nos explicó y continuó, “tengo recuerdos muy lindos del barrio y de las familias que me hicieron el aguante cuando tenía que ir al fondo a buscar a esos familiares. Ellos, si yo no llegaba, me buscaban y nunca tuve miedo”. Con respecto al Centro Madre Antonia, Isabel nos contó que no comenzó a funcionar como una institución formal, sino que surgió cuando un grupo, que se reunía a rezar el rosario con al-
gunas religiosas, decidió comenzar a visitar enfermos. Más tarde, ese grupo, compró una pequeña casa que se encuentra en Flor de Nácar al 7200. Allí, hoy, reciben mujeres que se encuentran en situación de prostitución, de trata de personas o que estén en extrema vulnerabilidad. Siempre de acuerdo al ideario de la congregación. Morbidoni nos contó que en el centro trabajan en la promoción humana, en el aprendizaje de saberes, que acompañan desde la psicología, desde lo físico, y también colaboran con la salud de los vecinos y con la familia. Detalló, además, que la organización trabaja muchísimo en la autoestima de la mujer, debido a que no todas las mujeres, pero sí la mayoría de las que concurren
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al centro, en algún momento se han trabado en su existencia y no han podido avanzar. El centro brinda talleres de capacitación en tejido, corte, técnicas ornamentales, dibujos, pintura, panificación y porcelana en frio, nos informó la entrevistada y sostuvo que “es bastante amplio lo que tienen”. El trabajo de Isabel en el centro es en red, destacó Morbidoni y agregó que “no son un grupo cerrado, que no hablan de religión, aunque sean católicos, que no reciben ningún tipo de subsidio del Estado, y sí reciben muchas donaciones”. Además, sostuvo que a fin de año cada mujer se lleva un dinero por las ventas que hicieron durante ese año. Morbidoni sostiene que existe un hecho paradigmático en la
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institución, a partir del cual ella comenzó a sentir miedo en el barrio. Frenó el ritmo de la charla y las palabras de Isabel salen con dificultad de la boca. No obstante, comenzó a contar de Fabiana, una de las chicas del barrio asesinada por su pareja. “Cuando uno lo ve en la tele puede mirar o cambiar de canal, pero cuando
estas en esa situación no sabes que hacer”, dijo y agregó que todas sintieron un miedo particular por vivir una situación tan cercana sin tener herramientas para seguir. El femisidio de Fabiana para todo el Centro Madre Antonia fue un golpe muy duro. Sin embargo, la trabajadora social de campo, sabe que la
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violencia no es la idiosincrasia del barrio, porque hay gente buena y muy trabajadora, ella los y las conoce. Finalmente nos llegaron las flores a nuestra publicación, a Isabel le encanta la idea que tiene La Otra Cara . Además, le encanta que el barrio Las Flores sea Las Flores y que se pueda transitar libremente como se hizo toda la vida. “Hay que desactivar algunos puntos que tiene el barrio que, tal vez, por una cuestión política no se quiere hacer”, sostiene. La trabajadora social de campo es optimista, cree que todo se puede, que no toda la juventud está perdida. Eso lo tiene clarísimo, porque esa es una construcción que se hace en el día a día. “Es imposible que un chico esté perdido, que de chiquito sea delincuente, porque no se nace con esa condición”, explicó y continúo: “Entonces hay que apostar a este tipo de cosas que son positivas para el barrio, y para la sociedad”. Y sus palabras se hicieron nuestras.
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MARÍA LAURA ESCOBAR, DE LA BLOQUERA
Una mujer emprendedora y orgullosa Por Jorgelina Audo Gianotti
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a Otra Cara salió a buscar
mujeres emprendedoras y se encontró con María Laura Escobar, una rubia de 21 años a la que le dicen Polaca por su pelo y su color de piel, mamá de una nena de de 4 años que comparte sus rasgos. Polaca trabaja en el Centro Municipal de Capacitación y Producción (La Bloquera) haciendo trabajos de herrería y adoquines. “Pensaba que no era para mí, que era para otra persona. Pero cuando me llamaron me sorprendí un montón y estaba muy emocionada. También pensaba que iba a trabajar en un lugar donde había hombres, vestida también de hombre”, nos cuenta. María Laura empezó haciendo un curso de Nueva Oportunidad arreglando celulares y le avisaron que se podía anotar para
trabajar en La Bloquera . Ella se anotó, sin pensar que la iban a llamar. “Lo tomé con confianza. El primer día que entré ya me imaginaba con toda la mezcla, hasta trabajamos ese mismo día
haciendo ladrillos y bloques, y me re gustó. Desde ese momento hasta el día de hoy nos va bien”. Al principio eran 10 chicos y chicas trabajando, pero ahora quedan 7 de los cuales son 4
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mujeres y 3 varones, las mujeres cortan los fierros y ellos sueldan. “Nos ayudamos entre todos y nos va bien”. “Los primeros días los varones se sorprendían, no les gustaba que estemos porque éramos mujeres. Nos decían «qué van a trabajar estas mujeres», pensaban que no íbamos a poder ocupar ese rol, pero gracias a Dios las mujeres aprendemos más rápido que los hombres”, cuenta, entre risas. María Laura lleva un año trabajando en La Bloquera, apenas se anotó, se aseguró que su cuñada pueda cuidar a su hija. “Ella aceptó y hasta ahora me va re bien. Mi familia está bien con que yo sea parte de la Bloquera, mi marido está contento y mis suegros también, porque tengo un trabajo”. El trabajo de La Polaca consiste en hacer ladrillos, bloques, adoquines, baldosas, y también trabajo de herrería haciendo mesas, sillas, maseteros, etcétera. Trabaja de lunes a viernes de 7 a 10, en un horario más cómodo para llevar a la nena a la escuela
y lo que resta del día le queda libre. En La Bloquera trabajan varios grupos. Ella forma parte del Nexo Empleo, pero también hay cursos de Nueva Oportunidad y trabajadores fijos. A La Polaca le encanta su trabajo. Llegó a decirle a su papá que la lleve a trabajar con él, pero no quiso porque dice que se sentiría muy incómodo trabajando con una mujer y su marido tampoco quiso que lo acompañe porque le dice que no le hace falta trabajar a ella. “Yo les explico que esa plata es para mí y
que además aprendo. Una quiere aprender, no quiere estar aburrida sin hacer nada. Aparte de cumplir el rol de madre, que es un trabajo, está bueno trabajar para tus hijos, para vos misma y no estar dependiendo siempre de un hombre. Acá me despejo mucho, me ayuda a despejarme de los problemas. Este es mi primer trabajo y me re gustó”. Poli, muy orgullosa, nos dice que le encanta andar con su ropa de trabajo, que lejos está de sentir vergüenza por usar ropa de hombre.
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ENTREVISTA A MARIELA VILA
La concha nos iguala Por Jorgelina Audo Gianotti
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a Otra Cara conversó con Mariela Vila una de las
creadoras de la exhibición de vaginas que se realizó el 1° de octubre, en el CCB de Las Flores. Ese día, mientras los vecinos y vecinas apreciaban la muestra, Vila nos contó que pertenece a un grupo de mujeres que se reúnen para realizar diferentes actividades. Este grupo surgió para sentirse acompañadas, para expresar y compartir sus problemas, sus inquietudes, tanto del hogar como de la vida cotidiana. Mariela, también, nos cuenta que en ese espacio nació la idea de crear cada una su propia vagina, debido a una charla de sexualidad que tuvieron. “Cada integrante tenía que identificar su personalidad y demostrar que la vagina no es un objeto sexual, es una parte de nuestro cuerpo
que da luz a nuestros hijos”, contó la entrevistada y opinó que “fue una experiencia muy linda”. La artista nos señaló con un movimiento casi imperceptible de su cabeza la hilera de órganos y sostuvo sin volver la vista a esta cronista: “No nos dio vergüenza exhibirla, nos dio risa, cada una la creo como la
veía y fue fantástico ver como de un pedazo de tela salio algo tan genial”. Las artistas quisieron demostrar que todas somos iguales, por mas transgénero que haya. “La que se siente mujer es mujer, y fue un orgulloso haber expuesto nuestras vaginas, afirmó Vila.
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ENTREVISTA A EVELYN RAMOS
Poder expresarse más explícitamente Por Ángel Cuello
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a Otra Cara salió de su te-
rruño y llegó al centro de la ciudad para conversar con la rapera Evelyn Ramos. En el living de su casa, con musculosa y jeans nos recibió Evelyn. Los mates dieron lugar a la charla y a la captura de sus apreciaciones. “Mi interés por la música empezó desde temprana edad y comenzó a desarrollarse mientras cursaba la escuela secundaria”, sostuvo y continúo “ahí empecé con un taller de orquesta donde tocaba el violonchelo”. Hoy agradece al taller porque le abrió un gran panorama sobre el lenguaje musical. Más tarde aprendió guitarra y tomó clases de canto. Sobre sus inicios Ramos contó: “Conocí el rap por medio de mis compañeros, pero no me enfoque en eso, sino que seguí instruyéndome en la orquesta, al tiempo de haber terminado la secundaria volví a retomar el rap”. Sobre su elección musical dijo que no eligió un solo estilo de música, pero se dedicó un poco más el rap porque este género tiene algo particular que es poder expresarse más explícitamente. “Con eso me sentí muy cómoda”, acotó la interprete. “Hubo mucha gente que me apoyo, así como también, que
me crítico, pero creo que eso es bastante subjetivo y no tiene que ser un freno para un artista, consideró Ramos y después aclaró que lo importante es expresar lo que uno es y siente. “Actualmente estoy tratando de ordenarme con todo el material que tengo disperso, y a la vez estoy componiendo un tema llamado “A veces” con un bajista amigo, Carlos Cubero, y proyectando un EP de cinco temas”, contó Evelyn. Ya con el termo vacío afirmó, “siento que lo mejor que obtuve de hacer música fue conocer y
poder compartir distintas cosas con muchas personas y experimentar lo que transmiten los músicos”. Y detalló, “hay muchas canciones que básicamente te abren la mente, también, como muchas que te dan un empujón para arriba. “Lo peor es el auto boicot”, dijo y se explayó, “me pasa mucho pero es algo que lo trabajo diariamente, así como también la confianza en uno mismo, hay que tener la mente clara y saber para donde uno quiere ir”, afirmó Evelyn con conceptos explícitos, como el rap.
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MUJERES Por Ángel Cuello
Hoy quiero contarles quiénes son ellas Desde mi lugar dar una humilde opinión Hacer con este poema una rima bella Diciendo lo que siente mi mente y mi corazón Quiero describirlas y elogiarlas Porque la verdad se lo merecen Pedir que no traten de cambiarlas Porque tales como son nos estremecen Suelen tener varias inquietudes Que generalmente no podemos descifrar Y a la vez grandes virtudes Que a veces no sabemos apreciar Cuentan con un gran criterio De vez en cuando un poco errado Pero de que son más conscientes que nosotros Ya lo han demostrado Hacen las cosas de una manera distinta Sobre eso no hay ninguna duda Lo que a nosotros nos desconcierta Es que lo hacen aunque no estén seguras Dicen lo que sienten con bastante sinceridad Aunque a veces nos lastimen Eso no está mal solo dicen la verdad Y con eso simplemente nos corrigen
Demuestran lo que son capaces de hacer Aunque en ocasiones nos las estemos probando Lo hacen por orgullo o por placer El problema es que cuando lo hacen No las estemos valorando Son dueñas de sentimientos infinitos Un ejemplo es su alegría Aunque a veces se les pierda un poquito La sostienen día a día Conservan una belleza exuberante Con la cual quedamos fascinados También portan una mente brillante Que nos deja atolondrados Frente a nosotros algunas se sienten inferiores Yo a esa idea la desestimo Hasta diría que son superiores Porque después de todo es de ellas de dónde venimos Seguro algo de ellas se me está escapando Porque todo nunca vamos a saber Será un misterio en el que me quedare pensando Y quizás sea eso lo que nos atrae de la mujer Quiero hacer la última acotación Mencionando que hay algo que sobresale y es lo mejor Digo con toda certeza y toda razón Que ese algo es su sentimiento inmenso al que le llamamos amor.