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Y Lázaro despertó

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Para saber más

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Comprende y memoriza:

«Yo soy el que da la vida y el que hace que los muertos vuelvan a vivir. Quien pone su confianza en mí, aunque muera, vivirá».

(Juan 11:25, Traducción en Lenguaje Actual)

Para los padres

Preguntadles a vuestros hijos qué harían ellos si su hermano se pusiera enfermo. Es bueno explicarles que los tiempos han cambiado y que hoy en día tenemos hospitales, médicos y medicinas que pueden curar muchas enfermedades. Pero siempre debemos pedirle a Jesús que ayude en la curación: guiando al médico para que lo haga todo bien, dando ánimo al enfermo, tranquilizando a los familiares…

Tu Lectura Del Domingo

e acuerdas de Marta, María y Lázaro, los amigos de Jesús que vivían en Betania? A Jesús le gustaba ir a visitarlos y quedarse en su casa. Eran muy, muy amigos.

Un día, Lázaro comenzó a encontrarse mal. La Biblia no nos dice cuál era su enfermedad, pero cada vez estaba más y más enfermo. Seguramente llamaron a los médicos, pero, aunque le dieron las medicinas que ellos conocían, Lázaro no se recuperaba. Marta y María cuidaron de su hermano, pero cada día que pasaba se encontraba más y más débil. Estaba tan débil que pensaron que se iba a morir. Entonces se acordaron de que eran amigos del mejor médico del mundo. Ellas habían visto a Jesús sanar a enfermos de todas clases, a ciegos, a sordos, a paralíticos a personas que tenían fiebre… Estaban seguras de que Jesús podía sanar a su hermano. El único problema era que Jesús estaba lejos de allí, como a dos días de camino. Así que había que darse mucha prisa. Marta y María enviaron a un mensajero a avisar a Jesús. Ahora solo tenían que esperar a que Jesús llegara y su hermano se pondría bien.

Tu Lectura Del Lunes

El mensajero llegó a donde estaba Jesús con la noticia de que su amigo estaba enfermo. Los discípulos, que también eran muy amigos de Lázaro, se quedaron preocupados.

¿Cómo los tranquilizó Jesús? Completa la frase de la viñeta, colocando las palabras que faltan en el lugar correcto (Juan 11:4 DHH).

Para los padres

Cuando una persona que queremos se pone enferma o tiene un accidente, lo normal es que dejemos todo lo que estamos haciendo y vayamos rápidamente a ver qué le ocurre, para ver en qué podemos ayudar. Vuestros hijos pueden sorprenderse de la actitud de Jesús, porque no saben el final de la historia. A nosotros también pueden sorprendernos algunas actuaciones de Dios en nuestras vidas. Enseñad a vuestros hijos a confiar en Dios siempre. Algún día en la Tierra Nueva comprenderemos los silencios de Dios.

Los discípulos se quedaron más tranquilos y continuaron su trabajo. Pero mientras tanto, en Betania, Lázaro continuaba empeorando. Marta y María todavía confiaban en que Jesús haría algo. Sabían que el poder de Jesús era tan grande que podría sanarlo incluso estando a muchos kilómetros de distancia.

A los dos días de haber recibido la noticia de la enfermedad de su amigo, Jesús reunió a sus discípulos y les dijo que prepararan sus cosas porque iban otra vez a Betania. ¿Qué es lo que tenían que hacer allí? (Lee lo que Jesús les contó en Juan 11:11). Los discípulos se alegraron de la noticia. No sabían cómo Jesús se había enterado, pero si Lázaro estaba durmiendo es porque se encontraba mejor y se iba a curar solo. Ya no necesitaba a Jesús. Entonces, ¿para qué volver a Judea? Allí, al otro lado del Jordán tenían mucho trabajo qué hacer.

Pero los discípulos habían entendido mal a Jesús. Jesús no estaba hablando de un sueño como el que tú tienes todas las noches. ¿Qué había querido decir Jesús, entonces? (Léelo en Juan 11:14).

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