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TU LECTURA DEL MIÉRCOLES
Se acercaba la fiesta de la Pascua y Jesús quería celebrarla en Jerusalén con sus discípulos. Por el camino debían pasar por la ciudad de Jericó. Conforme se acercaba a la ciudad, mucha gente se unió al grupo de Jesús y pronto era toda una multitud la que lo seguía. De todas formas, Jesús quiso entrar en la ciudad.
Las ciudades de Israel no tenían grandes avenidas. Solo unas pocas calles tenían el ancho para que pudiera pasar un carro y apenas había espacios abiertos como plazas. El resto de las calles eran bastante estrechas. Te puedes imaginar el lío que se organizó en Jericó cuando de repente una multitud entró en la ciudad siguiendo a Jesús. Todo Jericó se enteró de que Jesús estaba en la ciudad.
Entre los habitantes de Jericó había alguien muy especial. (Podrás saber quién era si lees Lucas 19:2). Zaqueo también tenía muchas ganas de ver y escuchar a Jesús. Cuando intentó acercarse a él se encontró con tres problemas:
El primero, la multitud. ¿Has intentado moverte en medio de una calle abarrotada de gente? Es muy difícil.
El segundo problema era la estatura de Zaqueo. Era un hombre bajito (ver Lucas 19:3). Ser bajito es un problema cuando se junta mucha gente, ¿verdad? Lo que hacen tus padres es auparte para que puedas ver. Te suben a algún sitio más alto o te aúpan en brazos. Pero Zaqueo no tenía a nadie que le aupara. El tercer problema era su profesión. Zaqueo era publicano. Los publicanos cobraban los impuestos para los romanos. Todo el mundo odiaba a los publicanos porque los consideraban unos traidores por trabajar para los invasores. Además, siempre estaban bajo sospecha de que eran unos ladrones. Todo el mundo sospechaba que cobraban más de lo que los romanos les pedían y se quedaban con parte del dinero que recogían. Pero es que Zaqueo no era un publicano cualquiera. ¡Era el jefe de los publicanos! Era el que mandaba. Era al que más odiaban. Y nadie le dejaba un hueco para acercarse a Jesús.
Para los padres
Reflexiona con tus hijos sobre cuáles son sus problemas para acercarse a Jesús: no quieren hacer la escuela sabática porque tienen muchos deberes y prefieren jugar, no recuerdan que Jesús está a su lado siempre y se olvidan de hablar con él… Muéstrale las ventajas de ser amigo de Jesús.