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TU LECTURA DEL LUNES

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Para saber más

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Ya quedaba poco para llegar a Jerusalén, como dos o tres kilómetros. Habían pasado por Betania, el pueblo donde vivían Marta, María y Lázaro. Allí todo el mundo conocía a Jesús porque hacía poco tiempo que Jesús había resucitado a Lázaro.

Mucha gente se enteró de que Jesús se dirigía a Jerusalén y quiso acompañarlo. Pronto se vio rodeado de una multitud que caminaba con él.

Cuando llegaron cerca del Monte de los Olivos, Jesús se detuvo. Cerca del camino había unas casas. Entonces Jesús llamó a dos de sus discípulos y les pidió un favor. ¿Qué debían hacer? (Lee Marcos 11:2,3) . Los discípulos obedecieron. Se acercaron a las casas y vieron un burrito joven atado junto a una puerta, exactamente igual que les había dicho Jesús.

Los discípulos comenzaron a desatar al burro como les había pedido Jesús. Pero enseguida llegaron los dueños. Y no estaban nada contentos de que unos desconocidos se llevaran al burro. Los discípulos se disculparon y les dijeron lo que Jesús les había dicho: Jesús de Nazaret necesitaba el burro y que se lo devolverían enseguida.

Es posible que los aldeanos hubieran oído hablar de Jesús. Vivían muy cerca de Betania y seguro que habían escuchado la historia de cómo Jesús había resucitado a Lázaro. Así que cuando se enteraron de que Jesús necesitaba a su burrito se lo prestaron encantados.

Para los padres

Es posible que encontréis relatos de la entrada a Jerusalén que hablen de un pollino y su madre asna. Mateo hace mención de que el pollino estaba atado con el asna y que ambos fueron llevados ante Jesús. El resto de los evangelistas cuentan el relato con otros detalles. Enséñales a tus hijos la importancia de compartir lo que tenemos, pues es un regalo de Dios.

• Los discípulos necesitarán algo de comida para el burrito. Encuentra en el dibujo tres lechugas y cinco manzanas: ¡ñam, ñam!

Para los padres

En realidad, la palabra hosanna parece ser que tiene un profundo significado mesiánico, pero que escaparía a la capacidad de comprensión de vuestros hijos. Hemos querido darle un significado aproximado para que ellos comprendan un poco el ambiente en el que se produjo la entrada a Jerusalén.

Tu Lectura Del Martes

Los discípulos llegaron con el burro hasta donde estaba Jesús. Lo cubrieron con mantas y Jesús lo cabalgó. La gente se lo quedó mirando. Parece ser que en Israel los reyes no montaban en preciosos caballos o en camellos adornados. Los reyes en Israel montaban en burros. Así que cuando vieron a Jesús montado en un burro, enseguida lo relacionaron con un rey que se dirige a la ciudad real, a Jerusalén.

Por eso, en cuanto la multitud vio a Jesús montado en un burro, comenzaron a hacer cosas raras. La gente echaba sus mantos al suelo para que Jesús pasara por encima como si fuera una alfombra. Otros cortaban ramas de árboles y palmeras y también las tiraban al suelo para hacer una alfombra vegetal. Otros agitaban las ramas de árboles y las hojas de palmera como si fueran banderas. Y mientras, todos cantaban y gritaban.

• ¿Qué gritaban? Escribe la primera letra del dibujo y lo descubrirás (Marcos 11:9,10).

Seguro que tú no has usado nunca esta palabra por la calle. Era un grito de alegría. Hoy en día diríamos algo así como: «¡Viva!». Todo este cortejo acompañó a Jesús por el camino hacia la ciudad. Tanto era el jaleo y el alboroto que se produjo en el camino que mucha gente que ya estaba en la ciudad quiso salir a recibirlo.

• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

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