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Un reglado de agradecimiento
Comprende y memoriza:
Tu Lectura Del Domingo
Después de la visita a Jerusalén que estudiamos la semana pasada, Jesús regresó a Betania. Allí, además de Lázaro y sus hermanas, vivía un hombre importante que se llamaba Simón.
Simón había tenido la lepra y por eso lo llamaban Simón «el leproso». Pero ya no tenía esa terrible enfermedad. Seguramente Jesús lo había curado en una de sus visitas a Betania.
Simón estaba muy agradecido a Jesús por curarle. Estaba tan contento de que Jesús estuviera allí que lo invitó a cenar con sus discípulos. Era la forma de decirle «Gracias». Pero en aquella cena en honor a Jesús había también un invitado muy especial. ¿Quién era? (Lo sabrás si lees Juan 12:2).
Lázaro también tenía mucho que agradecer a Jesús: lo había resucitado. Ahora aprovechaba todas las ocasiones para poder contarle a todo el mundo el poder de Jesús. Seguro que en aquella cena todo el mundo hablaba de los milagros de Jesús.
• ¿De qué te hubiera gustado hablar si te hubieran invitado a la cena?