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TU LECTURA DEL LUNES
Después de cenar, Jesús y los discípulos cantaron una canción y se fueron paseando al Monte de los Olivos. Mientras caminaban Jesús les recordó que, aunque iba a morir, también iba a resucitar. Así que no debían preocuparse demasiado. ¿Qué ocurriría después de la resurrección? (Lee Mateo 26:32).
Jesús ya los estaba citando para encontrarse con ellos de nuevo en Galilea. Pero Pedro no le escuchaba. Se había quedado con la idea de que uno de los discípulos lo iba a entregar a los sacerdotes y que los demás dejarían de confiar en Jesús, se apartarían y lo abandonarían. Pero eso no entraba dentro de su cabeza. Todos amaban a Jesús y él, Pedro, el que más. Tan seguro estaba de su amor que ¿qué le respondió? (Lee la orgullosa respuesta de Pedro en Mateo 26:33).
Jesús conocía el corazón de Pedro. Sabía que su amor era sincero, pero también sabía que, en situaciones difíciles, muchas veces hasta el más fuerte puede hacer cosas que no quiere hacer. Por eso Jesús con mucho cariño le anunció lo que sucedería esa misma noche. (Léelo en Mateo 26:34)
• Para descubrir lo que Jesús le dijo coloca las palabras del dibujo en los espacios que le correspondan.
Pero Pedro, muy seguro de sí mismo, le aseguró a Jesús que eso nunca ocurriría (ver Mateo 26: 35)