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TU LECTURA DEL MIÉRCOLES
Jesús les pidió a los discípulos algo muy importante. Puedes leerlo en Juan 14:15. Les dijo que, si de verdad lo amaban, harían caso de todos los consejos que les había dado.
Jesús no se cansaba de repetir el mismo consejo para que los discípulos nunca dejaran de recordarlo. (Lee Juan 15: 14): «Si de verdad sois mis amigos, haced lo que os digo, lo que os mando».
• ¿A qué se refería Jesús? Separa las palabras que se han juntado, escríbelas, y lo descubrirás. (Juan 15:12)
Ahora que Jesús se iba a ir sabía que lo que más necesitaban era cuidarse los unos a los otros. Y no se refería solo al grupo de los que estaban allí reunidos. ¿Cuántas veces había enseñado Jesús que debemos amar a nuestro prójimo? Y Jesús repite cómo nos debemos de querer: «Como yo os he amado».
¿Por qué debemos intentar seguir estos consejos de Jesús? Juan 15:11).
Dios desea nuestra felicidad, una felicidad completa. Pero para que nuestra felicidad sea completa debemos rodearnos de personas felices. Es imposible ser feliz viendo lo desgraciadas que son otras personas. Cuando nos amamos los unos a los otros de la misma forma que Jesús nos ama intentaremos que todos los que nos rodean tengan una vida más feliz. ¿Cómo? Siendo amables, solidarios, comprensivos, pacientes, ayudadores, simpáticos… Siendo como era Jesús.
Para los padres
La mayoría de los niños han visto el dibujo de la paloma que representa al Espíritu Santo, pero no es una paloma. Ellos entienden que hay un Padre en el cielo que es Dios, y su hijo que vino a la tierra a salvarnos que es Jesús, pero al hablarles del Espíritu Santo nos hacen preguntas difíciles de contestar. ADAPTAD LAS EXPLICACIONES A LA EDAD.
El Espíritu Santo es otra persona igual que Dios y que Jesús. Los tres trabajan juntos, por eso decimos que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo forman un solo Dios.
Al Espíritu Santo no lo ha visto nadie, pero notamos su efecto en nuestra forma de pensar, de hacer y de amar (es como el aire que no lo vemos, pero sentimos sus efectos).
Ahora Jesús está en el cielo, pero envió al Espíritu Santo para ayudarnos y darnos consuelo; para guiarnos y avisarnos de peligros; para decirnos lo que es verdad; para darnos sentimientos de paz y felicidad; para decirnos que cosas estamos haciendo mal y qué cosas hacemos bien.