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øEs el paleolÌtico la degeneraciÛn de alguna cultura m·s avanzada conocida
El descubrimiento de las cuevas de Altamira y de muchos otros lugares similares supuso para la humanidad un cambio en muchos aspectos. Unos pocos saludaron este y parecidos descubrimientos como el nacimiento de una nueva era en el conocimiento de la historia humana. Muchos otros, en cambio, sugirieron con desdÈn que las pinturas de Altamira eran falsificaciones de mal gusto hechas con fines turÌsticos. Con los descubrimientos posteriores, pictÛricos o no, realizados en el campo de la prehistoria, la teorÌa de que las pinturas de Altamira sean fraudes ha quedado totalmente rechazada. Sin embargo, no son pocos los enigmas ante los que nos encontraremos si aceptamos la interpretaciÛn que tradicionalmente se les da a manifestaciones culturales como Èsta del ìhombre primitivoî. Es claro que los sabios evolucionistas no topan en este terreno con ninguna dificultad por haber sido ellos mismos quienes han ideado la interpretaciÛn vigente. Pero cuando el cristianismo se enfrenta con estos hallazgos de la prehistoria, øquÈ postura adoptar· ante ellos? Aunque rechace las interpretaciones puramente evolucionistas del campo de la biologÌa, øen quÈ momento de la historia bÌblica colocar· aquella Època ignota en que los hombres europeos y de otros lugares del mundo habitaban las cuevas de la tierra, ignoraban la agricultura, vivÌan de la caza y tenÌan un aspecto brutal? øTendr· que rechazar el testimonio bÌblico en cuanto a los pasos generales por los que ha pasado la cultura humana? O, aunque conserve el concepto de que el hombre no ha progresado de la barbarie a la cultura, øtendr· que rechazar la cronologÌa del texto masorÈtico 1 con el fin de encontrar lugar para intercalar los 600.000 aÒos de barbarie presuntamente representados por el PaleolÌtico y tendr· que dar explicaciones confusas acerca de la prehistoria y encogerse de hombros?
Hoy en dÌa que tantas cosas son impugnadas, quiz·s algunos podrÌan pensar que el camino m·s sencillo para salvar nuestra posiciÛn serÌa continuar afirmando que los restos prehistÛricos son falsos y que han sido fabricados por los prehistoriadores, antropÛlogos y arqueÛlogos para obtener fama y dinero. De hecho, ha habido hermanos en la fe que se han atrevido a afirmar tales extremos. Estas personas estaban lamentablemente mal informadas. Los restos lÌticos prehistÛricos se cuentan por miles; y tal cantidad de utensilios no puede ser fabricada de la nada en el tiempo que dura una excavaciÛn, adem·s del hecho de que tales utensilios presentan muestras de desgaste propio de su uso. Es claro que tales restos fueron hechos por el hombre hace mucho tiempo. El problema es saber cu·ndo y para quÈ.
En este artÌculo trataremos de dar un nuevo enfoque a esta cuestiÛn. Analizaremos el contenido de los conocimientos que hasta ahora tenemos en cuanto a la prehistoria y el testimonio de los escritos inspirados y trataremos finalmente de dar una hipÛtesis en cuanto a la forma de interpretar en armonÌa con nuestras creencias los restos hallados en el seno de la tierra.
2. Breve resumen de los datos usualmente divulgados en cuanto a la prehistoria
El avance de los descubrimientos permitiÛ a los estudiosos dividir la asÌ llamada prehistoria (parte de la existencia humana sÛlo conocida por restos arqueolÛgicos por no existir en su transcurso la escritura) en Edad de Piedra y en Edad de los Metales. Durante esta ˙ltima se habrÌa producido el tr·nsito a la historia propiamente dicha con la invenciÛn de la escritura. A su vez, la Edad de Piedra se habrÌa dividido en PaleolÌtico, MesolÌtico y NeolÌtico. El NeolÌtico es la primera etapa por la que pasaron todos los moradores del PrÛximo Oriente inmediatamente despuÈs de los perÌodos din·stico y predin·stico, tan cercanos a la Època de los patriarcas. El MesolÌtico, etapa discutida por algunos, serÌa la Època inmediatamente anterior, caracterizada por una disminuciÛn notable respecto al PaleolÌtico que lo precediÛ en cuanto al tamaÒo de los instrumentos de piedra realizados por el hombre y por un cambio tipolÛgico