3 minute read

La Zona , un ejemplo de organización y unión empresarial

¿Sabía usted que, aparte de las grandes agremiaciones que representan los intereses de la industria restauradora en temas generales, existen alianzas un poco más modestas entre empresarios con el fin de trabajar de manera unida y coordinada en aquellos frentes y retos que impone el diario vivir en su círculo de influencia más cercano? Es el caso de la Zona T, reconocido destino gastronómico de la capital del país.

Siempre se ha dicho que

una de las mejores estrategias para impulsar el desarrollo sectorial y generar beneficios colectivos es a través de la asociación de un grupo de personas con intereses similares, en este caso comerciales. Para la muestra un botón: el reconocimiento y el posicionamiento de la Zona T en Bogotá no es resultado del azar, sino de la unión y el trabajo mancomunado de todos los establecimientos que ofrecen sus servicios en el cruce peatonal ubicado entre la "Calle del Sol" y la calle 82 y las carreras 12 y 13.

Desde la creación de la Zona T, hace más o menos 10 años, los diferentes actores que hacen presencia allí decidieron seguir dichas recomendaciones y crear la Corporación Cultural de la Zona T, cuyo objetivo principal es proteger y mantener el espacio público organizado. El encargado de liderar esta tarea es Felipe Salazar, Presidente del organismo: “Varias líneas de acción son importantes hoy en día, buscamos que las autoridades distritales reconozcan y promuevan la Zona T como un destino turístico de Bogotá, pues estamos inmersos en un importante sector de la cuidad donde confluyen centros comerciales, hoteles, calles de moda y rumba. Otro aspecto fundamental para nosotros es el cuidado del espacio público”.

Es tal la magnitud del compromiso que tienen los dueños de los distintos locales de la T, que el 99 por ciento de ellos aporta voluntariamente una cuota mensual para cubrir los gastos en los que incurre la corporación en el desarrollo de sus actividades. “Siempre ha habido un interés y una participación muy grande tratándose de un pago voluntario, lo que representa un esfuerzo de todos por mantener limpia, organizada y segura la zona”.

Una corporación con gran impacto local Las luchas que lidera la Corporación Cultural de la Zona T, que se enfocan básicamente en aspectos como el aseo, la seguridad (con apoyo de la Policía), el manejo de las basuras y las ventas ambulantes tienen una fuerte limitante: el carácter de espacio público del sector, el cual es administrado por el Instituto de Desarrollo Urbano, IDU.

En el afán por ofrecerles a los visitantes un lugar agradable, seguro y bien conservado, se han implementado una serie de acciones como, por ejemplo, contratar los servicios de aseo diario para los espacios públicos y crear un sistema de recolección de basuras puesto que al ser un corredor peatonal los carros recogedores no pueden entrar.

“Hemos tenido algunos inconvenientes con las entidades que nos advierten que gran parte de esas actividades deben ser realizadas por el distrito, que a su vez manifiesta en algunos casos no contar con los recursos suficientes. Hay un hundimiento importante en la zona, pero el IDU dice no tener plata, nosotros no podemos hacerlo a pesar de tener algunos medios económicos. Entonces estamos en una situación en la que hacemos unos aportes importantes, tenemos una zona que queremos conservar, mejorar y llevar a otro nivel, pero nos falta el apoyo institucional para poder hacer cambios”, afirma Salazar.

Igualmente, la corporación busca que el IDU les autorice la utilización del espacio público para la organización de eventos que permitan atraer más visitantes.

A pesar de estos contratiempos, son más los beneficios que ha traído la asociatividad a la Zona T, pues los empresarios cuentan con un organismo que representa y equilibra los intereses del grupo, además gestiona y organiza proyectos de alto impacto local en pro de una sana convivencia.

“La Zona T ha logrado posicionarse como un punto de referencia para los bogotanos gracias a la organización, el aseo, y la oferta que se encuentra. Estar unidos crea un valor agregado para los clientes que la visitan”, asegura David Molina, Gerente de Recursos Humanos de Inverleoka (organización que incluye los restaurantes Luna, Pravda y Balzac, presentes en la Zona T).

Desde la creación de la Zona T, hace más o menos 10 años, los diferentes empresarios restauradores decidieron crear la Corporación Cultural de la Zona T, un organismo que representa y equilibra los intereses del grupo, además gestiona y organiza proyectos de alto impacto local en pro de una sana convivencia.

¿Una zona exclusivamente gastronómica?

La T es reconocida principalmente por su amplia oferta gastronómica, pues la mayoría de los 40 establecimientos que la componen son restaurantes; además se encuentran algunos bares, un banco, una agencia de viajes y contados almacenes de comercio. Sin embargo, y para sorpresa de muchos, Totto, una marca de maletines, ropa y accesorios pronto hará parte de este selecto grupo en el local que antes era ocupado por el restaurante de Harry Sasson.

“No creo que la zona deje de ser gastronómica nunca. Totto va a ser un proyecto muy interesante que le va a traer mayor dinamismo a la zona, especialmente en el día. En este momento podemos encontrar oficinas, un banco, una agencia de viajes, heladerías, bares, restaurantes… es importante que la T no se consolide únicamente como un sitio de rumba”, David Molina, Gerente de Recursos Humanos de Inverleoka.

This article is from: