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Más allá de las fronteras.
Centroamérica, Chile, Canadá, Europa y Asia
Las restricciones al comercio impuestas por el presidente Hugo Chávez siembran una gran incertidumbre para el futuro del intercambio, y sobre todo, para el sector de alimentos.
“No es fácil encontrar rápidamente mercados sustitutos”, señala Javier Díaz Molina, Presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), quien insiste en que el país sigue siendo muy vulnerable, toda vez que sus exportaciones siguen muy concentradas en países como Estados Unidos, Venezuela y Ecuador. Para Díaz, el camino es diversificar los mercados, tal como lo indica un reciente estudio del Banco Mundial contratado por Analdex, en el que se advierte los riesgos de Colombia de tener su comercio exterior limitado en tan pocos clientes. Grandes, pequeñas y medianas empresas tienen como destino de sus alimentos, básicamente procesados, a Venezuela. Según cifras que maneja el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, son alrededor de 1.000 millones de dólares lo que valen las ventas al gobierno de Caracas, de los 6.300 millones que implicó el intercambio en año pasado. Muchas empresas de Norte de Santander, Santander, el Eje Cafetero y Cundinamarca, principalmente, basaron su producción en el mercado vecino. Lo hicieron aprovechando el boom del proceso de integración que se dio hacia la segunda mitad de la década de los 90, cuando se transformó el Pacto Andino y se creó la Comunidad Andina de Naciones (CAN), que hoy ya no cuenta con Venezuela como país miembro.
Jorge Alberto Velásquez, quien fue Director de Proexport en Venezuela, recuerda que las inversiones de los colombianos al otro lado de la frontera llegaron a unos 3.000 millones de dólares y que los supermercados estaban abarrotados de productos colombianos. Los empresarios colombianos se esmeraron no solo por suministrar productos de alta calidad sino porque llevaron propuestas novedosas y a precios competitivos. Las conservas, confites, chocolate, pulpas de frutas, bebidas aromáticas y cereales procesados hacen parte del universo arancelario que exporta Colombia a Venezuela. “La variedad es amplia y muchos de los bienes son sofisticados” según la hoy embajadora en Caracas, María Luisa Chiappe.
Lo que está en juego Magdalena Pardo, Directora Ejecutiva de la Cámara de Integración ColomboVenezolana, estima que es difícil encontrar de un momento a otro mercados sustitutos. Si bien es cierto que se necesita trabajar en otras opciones, sobre todo a largo plazo, el impacto de una ruptura de las relaciones comerciales, tendrá efectos impredecibles. El comercio con Venezuela genera alrededor de 500.000 empleos, entre directos e indirectos, pero lo más importantes es que compra productos manufacturados que son los que generan valor agregado. “Estados Unidos nos adquiere comodities, es decir productos básicos, entre ellos petróleo, café y carbón, que no son intensivos en la generación de mano de obra ni en la absorción de materias primas”, según un estudio de la Cámara de Alimentos de la ANDI. El camino es diversificar, advierte, el Presidente del gremio empresarial, Luis Carlos Villegas, quien señala que si bien existe preocupación entre los industriales por el deterioro de las relaciones comerciales con Venezuela y Ecuador, los hombres de negocios están, desde hace algún tiempo, buscando nuevas alternativas.
“Lo más relevante de la última encuesta de Opinión Industrial Conjunta (EOIC), es que, ante la difícil situación con los vecinos, cerca de las dos terceras partes de las empresas ya tienen dentro de sus planes la búsqueda de nuevos mercados para sus productos. Esta estrategia requiere tiempo, pero garantiza que, para los próximos años, la actividad comercial del país dependerá más de la
La ruta a seguir según Analdex
competitividad de nuestros productos y menos de los vaivenes políticos”, subrayó el presidente de la ANDI.
Un sector golpeado
Según las cifras de la ANDI, al finalizar junio del presente año la producción de alimentos cayó en 1,3%, en tanto que las ventas totales del sector se redujeron en 1,5%. En parte, influyeron las talanqueras impuestas por la administración de Hugo Chávez y de Rafael Correa, a las compras colombianas. El sector de bebidas fue el más golpeado en el semestre. La producción disminuyó en 4,3% y las ventas en 5,5%. Como se sabe los dos mercados vecinos importan de Colombia desde vinos hasta aguardientes y rones.
Villegas, que le mide el pulso al sector exportador, indica lo siguiente frente a la crisis política, diplomática y comercial con los vecinos: “por la importancia de encontrar mercados más seguros, consideramos que el gobierno debe mantener el apoyo a esta actividad y coordinar, hasta donde sea posible, con el sector privado estrategias en esta dirección”. Y agrega que “el futuro de la actividad industrial y económica del país empieza, entonces, a despejarse, aunque para los próximos meses será necesario multiplicar los esfuerzos para enfrentar los retos que surgen desde diferentes ámbitos”.
• No existe una “fórmula mágica” que permita establecer cuál debe ser el rumbo de las ventas colombianas al exterior. Es necesario analizar cada uno de los mercados potenciales y evidenciar las condiciones de acceso a los mercados, con especial cuidado en los aspectos culturales de cada región.
• Ya se adelantaron negociaciones con los Estados unidos, con los países miembros del denominado Triangulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador), Canadá, la Asociación Europea de Libre Comercio (Suiza, Islandia, Liechtenstein y Noruega) y esta próxima a concluir la negociación para la suscripción de un Acuerdo de Asociación que incluye un Acuerdo en materia comercial con la unión Europea. Iniciativa que la Asociación Nacional de Comercio Exterior acoge gratamente y propende por una mayor celeridad, en la medida de lo posible, para la aprobación y entrada en vigencia de estos importantes pactos comerciales.
• No es fácil el camino que tiene Colombia por delante, ni existen mecanismos prediseñados para adelantar la conquista de nuevos mercados. El gobierno nacional hace su aporte, crea las condiciones para facilitar el intercambio comercial y le otorga ventajas competitivas a las exportaciones en otros mercados frente a los competidores directos, sin embargo, es fundamental contar con la participación del sector privado para adelantar esta iniciativa.
• Cada día los exportadores son más consientes de los riesgos de la concentración de destinos, y generan iniciativas que vale resaltar para buscar nuevos mercados, claro está, asumiendo la mayor parte del riesgo y buscando mecanismos innovadores para llegar a lugares que hasta hace algún tiempo eran considerados imposibles.
Más allá de las fronteras
El Gobierno, a su turno, se ha vuelto cada día más realista. “Estamos trabajando en consolidar nuevos mercados para nuestros productos, entre ellos los alimentos, para reducir la dependencia de los socios tradicionales”, afirmó recientemente el Ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Guillermo Plata. La firma de acuerdos comerciales va en este sentido, señala el funcionario, y advierte que por ello se viene insistiendo en la firma de acuerdos comerciales como el Tratado de Libre Comercio, cuya ratificación está congelada en el Congreso de Estados Unidos. El TLC abre las puertas para muchos productos, entre ellos frutas, legumbres, hortalizas, cereales y alimentos procesados.
Otros acuerdos como los TLC firmados con el “Triangulo del Norte de Centroamérica”, conformado por Guatemala, Honduras y El Salvador, y los que están en diferentes etapas de negociación como los de la Unión Europea y Canadá, son fundamentales para reducir la dependencia exportadora, según el Gobierno. Con Chile se firmó recientemente un acuerdo bilateral de tercera generación que va mucho más allá del simple intercambio y según el ministro Plata el reto está en poder concretar negocios con Asia, donde existe un mercado ampliado y un poder de compra elevado. Aunque parezcan clientes potenciales extremadamente lejanos, el funcionario considera que en un mundo altamente tecnificado y con una logística muy desarrollada, la distancia no es una limitante, así se trate de productos perecederos como los alimentos.
“Una organización con un gran presente y un gran futuro”, así define Carlos Arcesio Paz, Presidente de Harinera del Valle, a una de las compañías mas tradicionales y exitosas del país. La empresa registró un desempeño optimista durante el 2008 cuando el mundo atravesaba por una de las peores crisis económicas de todos los tiempos, sin embargo, el directivo afirma que los retos de la organización son cada vez mayores y que la mejor forma de alcanzarlos es invertir en la gente.