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Inocuidad, la clave de la competitividad
Por: Ruth Alexandra Dallos Professional Service Food Safety Department - 3M Colombia S.A
Cuando hablamos de inocuidad, además de las implicaciones en salud pública es inevitable contemplar también, el sector económico ya que las incapacidades médicas por Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETAs), repercuten en la rentabilidad de las comunidades y el sector industrial. Por eso a medida que cada uno de los países mejora los sistemas de salud pública, aumenta la atención sobre los alimentos que llegan al consumidor final.
Colombia no ha sido ajena a ese fenómeno que desde hace algún tiempo se está presentando a nivel mundial y en dónde cada día los diferentes gobiernos establecen normas más estrictas en cuanto a medidas sanitarias y fitosanitarias; no solo de los alimentos que son procesados y consumidos internamente, sino también los que se importan o exportan, lo que exige que las normas en cuanto a inocuidad sean armonizadas con estándares internacionales.
Colombia a la vanguardia
Al ritmo que crece el comercio internacional de alimentos también aumenta la introducción de nuevas tecnologías a la producción, elaboración y distribución de los alimentos, presentándose más y diversas oportunidades al igual que cada vez mayores riesgos y desafíos para la industria. Los gobiernos deben garantizar la inocuidad de los alimentos a los consumidores, tal como se consagra en los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio.
La calidad, la inocuidad y la competitividad de los alimentos en los diferentes mercados no son temas que se deban tratar de forma aislada o independiente, por el contrario, siempre se debe estar en la búsqueda de integrar todos los eslabones, no solo los de la cadena productiva, sino también los de la sanitaria. Con todos estos cambios que se están presentando a nivel mundial, los consumidores cada día están más informados y consientes de los peligros asociados al consumo de alimentos, lo que ha hecho que se generen cambios en los hábitos de compra de los consumidores
La industria de los alimentos a lo largo de la cadena de producción, debe tener como base de todos sus esfuerzos la prevención y el control de riesgos, asumiendo el autocontrol y la trazabilidad como fundamento de los procesos. Hoy en día la industria cuenta con herramientas mundialmente aceptadas que responden a las exigencias, ayudan a prevenir las ETAs y garantizan la inocuidad de los alimentos. Dentro de estas poderosas herramientas se encuentran la implementación de los códigos de prácticas higiénicas del Codex o las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y HACCP.
Las BPM son los procedimientos mínimos exigidos en los mercados tanto nacionales como internacionales para garantizar la higiene y una adecuada manipulación de los alimentos, además es uno de los principales pilares para la implementación del Análisis de Peligros y
Puntos Críticos de Control (HACCP) que hoy en día, a nivel mundial, es sinónimo de seguridad de alimentos y que en la mayoría de los casos es de implementación obligatoria, en especial cuando se quiere acceder a mercados internacionales como es el caso de Estados Unidos.
Recientemente también se está hablando de ISO 22000 como nueva herramienta para obtener alimentos inócuos. La norma involucra aspectos como la gestión de calidad, optimización de los recursos y el tiempo, evitando pérdidas innecesarias y asegurando que todos los peligros estén identificados y controlados adecuadamente. Al ser un estándar ISO, tiene aceptación a nivel internacional aumentando las posibilidades de crecimiento de las exportaciones y el acceso a nuevos mercados. El gran objetivo de la ISO 22000, es demostrar la capacidad de controlar y lograr alimentos inocuos, así como establecer claramente las responsabilidades de cada uno de los eslabones de la cadena alimentaria.
En Colombia, gracias a los cambios de las políticas del gobierno en cuanto a medidas sanitarias y fitosanitarias y a los esfuerzos e inversión de la industria para mejorar sus tecnologías y procesos, se están dando grandes pasos para lograr posicionar la industria de alimentos y bebidas en los mejores mercados internacionales. Los productos colombianos son cada vez más competitivos y atractivos para los consumidores tanto nacionales como internacionales.
Por: Juliana Sánchez Gómez Jefe de Importaciones y Mercadeo IPF S.A. Mauricio Restrepo Gallego Director Técnico IPF S.A. importaciones@ipf.com.co