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El poder de los bacteriófagos
La naturaleza de las enfermedades alimentarias o transmitidas por los alimentos cambió dramáticamente en los Estados Unidos durante el último siglo. Aunque varios avances tecnológicos como la pasteurización y el enlatado correcto prácticamente eliminaron algunas enfermedades, nuevas causas de enfermedades transmitidas por los alimentos están siendo identificadas constantemente.
Los Centros de Control de Enfermedades (CDC) estiman que aproximadamente uno de cada seis Norteamericanos, o 48 millones de personas, adquieren una enfermedad transmitida por los alimentos cada año. Otros 128 mil son hospitalizados, y aproximadamente 3 mil mueren de enfermedades transmitidas por los alimentos cada año.
Además, se estima que reducir las enfermedades transmitidas por los alimentos apenas un 10% evitaría que alrededor de 5 millones de Norteamericanos se enfermen cada año, mientras que previniendo incluso un simple caso fatal por infección de E. coli O157, podría resultar en un ahorro significativo.
Como es sabido los patógenos continúan generando resistencias a los tratamientos disponibles además de los nuevos patógenos que emergen alrededor del mundo, los continuos cambios en la demografía, la globalización, la producción y el procesamiento de los alimentos, y los patrones de consumo de alimentos requieren un enfoque basado en la ciencia para dar garantía de la seguridad alimentaria y la detección. Los laboratorios de diagnóstico necesitan enfoques que detecten patógenos rápida y confiablemente con un mínimo riesgo de error. Es por esta necesidad que hay un mayor interés en la aplicación de la tecnología con bacteriófagos en las pruebas de diagnóstico para la seguridad alimentaria.
Identificar patógenos comunes
Las epidemias de enfermedades causadas por patógenos transmitidos por los alimentos como Salmonella, E. coli, Listeria, y otros tienen claramente un enorme impacto sobre la salud pública. Desafortunadamente, eliminar efectivamente a estas bacterias, en constante evolución, de las plantas procesadoras de alimentos puede ser difícil y costoso.
A pesar de los rigurosos controles puestos en funcionamiento por expertos en el Departamento de Agricultura (USDA) y la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) de los Estados Unidos, continuamos viendo un crecimiento en la cantidad de casos de enfermedades relacionadas con los alimentos en los Estados Unidos y alrededor del mundo. Consideren lo siguiente:
Salmonella, una bacteria que causa una de las infecciones intestinales más comunes en los Estados Unidos (salmonelosis), está implicada en más de un millón de casos al año de enfermedades transmitidas por los alimentos en los Estados Unidos, según un reporte de 2011. De estos casos, aproximadamente 20 mil resultan en hospitalizaciones y 378 resultan en muertes.
En algún momento considerada como un serotipo inusual, la Escherichia coli O157:H7 (E. coli O157:H7) es hoy una de las mayores contribuyentes a las enfermedades transmitidas por los alimentos en los países industriales. Se estimó que cada año la E. coli O157:H7 causa aproximadamente 62 mil casos de enfermedades transmitidas por los alimentos y aproximadamente 1800 hospitalizaciones en los Estados Unidos.
La enfermedad causada por la Listeria monocytogenes (listeriosis) afecta principalmente a mujeres embarazadas, recién nacidos y adultos con sistemas inmunológicos debilitados y tiene una de las tasas de fatalidad más altas entre las enfermedades bacterianas transmitidas por los alimentos.
Muchos de los enfoques disponibles para la identificación de patógenos transmitidos por los alimentos son suficientes y precisos cuando se usan correctamente. Sin embargo, las demoras y/o el potencial de error humano asociados al facilitar pruebas pueden comprometer los resultados de las pruebas, como puede hacerlo la habilidad de una compañía para responder de forma suficientemente oportuna para prevenir epidemias. Por ejemplo, los resultados obtenidos de técnicas de cultivo microbiológico tradicionales sólo pueden ser obtenidos en un plazo de entre 3 y cinco días. Adicionalmente, la precisión y el desempeño de la prueba pueden verse negativamente afectados por el número de técnicos de laboratorio y otros especialistas que manejan físicamente las muestras.
Otras tecnologías, incluyendo método PCR, inmuno ensayo, y la aglutinación inmuno látex, fueron desarrollados para abordar algunos de estos problemas y, en la mayoría de los casos, pueden obtener resultados dentro de las 48 horas. Sin embargo, una detección más rápida es necesaria para manejar y prevenir de mejor manera las epidemias deteniendo la distribución y el consumo de alimentos infectados más rápidamente.
Los fagos son virus altamente específicos que usan las células bacterianas de sus huéspedes como fábricas para sus propias replicaciones y tienen la habilidad de desplegar péptidos o proteínas sobre sus superficies – una tecnología conocida como exposición de fagos.
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