Jaén-Campo de Oro Enero 2021
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NuestroPatrimonio
Iglesia de San Pedro Apóstol de Sabiote
Antonio Salas Sola Historiador del Arte y Gestor Cultural
SEMINARIO ARQUITECTÓNICO VANDELVIRIANO EN EL TRIÁNGULO RENACENTISTA DE LA LOMA a universalidad del arte y su extensión como patri monio de la humanidad ha cen que existan ejemplos que, aun que separados a miles de kilómetros, representan para el viajero una similitud pasmosa, no tanto su fisonomía sino por lo que representa en su conjunto. Así en contramos que Sabiote es a Úbeda y Baeza, lo que Pienza a Florencia, pequeños municipios, satélites de grandes urbes patrimoniales, que nos ayudan a comprender aún más la grandeza del renacer artístico moderno. El enfoque de alguien que se acerque a Sabiote debe girar en la más absoluta certeza de que va a encontrar una ciudad donde su conjunto histórico es espejo del “Renacimiento del Sur”, conser vando como un tesoro la huella vandelviriana que completa el triángulo renacentista de la Loma. Así, salpicadas de arte renacen tista y con rancio aroma medieval, las calles sabioteñas dejan a su paso un reguero de muestras artís ticas en forma de casas solariegas, palacetes, baluartes defensivos y edificaciones religiosas que no de jarán indiferente al que las visita y que desde 1972 son catalogadas como conjunto históricoartístico nacional. De ese extenso catálogo históricoartís tico conservado, la iglesia de San Pedro Apóstol emerge poderosa sobre la loma principal de la villa con su prominente to rrecampanario. Templo emplazado sobre
L
el lugar donde existió una modesta edifi cación gótica transformada en favor de una majestuosa edificación acorde al estilo renacentista desarrollado en el contexto ge ográfico más inmediato. Los orígenes del actual templo se remon tan al siglo XVI, en un momento en el que la población sabioteña alcanzaba la
modesta cifra de 2.000 habitantes; esto unido a que su ejecución fuese administrada por el obispado jien nense y no estuviese exenta de liti gios con los señores de la Villa, Fran cisco de los Cobos y esposa, motivó en gran medida que su construcción se dilatase en el tiempo hasta el úl timo cuarto del siglo XVII. Hechos que se traducen en la participación de distintas generaciones de maestros canteros y arquitectos que, a pesar del tiempo, supieron mantener vivo el ideario arquitectónico vandelvi riano en el diseño y fábrica del tem plo, entre ellos el mejor de sus discí pulos, Alonso Barba, además de Juan de Madrid, Alonso de Vandelvira, Diego de Alcázar o Juan de Aranda Salazar artífice, este último, de la es belta torrecampanario finalizada ya en tiempos del Cardenal Moscoso Sandoval. Los trabajos realizados en el templo le confieren un aspecto ex terno sobrio, acentuado en sus im ponentes contrafuertes en los que se puede observar el ingenio empleado en el “Arco en Rincón Desigual” para integrar el templo en la trama urbana. Esa mesura arquitectónica externa discrepa con el artificio de las portadas la terales que evidencian las primeras fases constructivas del templo, la norte o “Puerta del Pelotero” de un marcado estilo gótico isabelino realizada durante el obispado de Alonso Suárez de la Fuente del Sauce (15001520) y la otra, conocida como “Puerta del Sol”, atribuida a Diego de Al