Capítulo 2 acceso directo

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Capítulo 2: Acceso directo. Habían transcurrido ya dos días desde que Emilie comenzó a asistir regularmente a Royal Sun HS. Aquel jueves de finales de marzo iniciaba con una entusiasta clase de historia. ― ¡Vaya! ¡Qué manera tan ordenada de tomar apuntes! ―exclamó sorprendido Artemis. ― ¡Argh! se quejó Emilie― ¿Te molestaría no estar tan "súper-alegre" desde la mañana? ― Ah... cierto...―bajó la mirada Artemis― lo siento... ―el tono notoriamente triste que usó Artemis hizo a Emilie sentirse automáticamente mal. ― Emmm...―suspiró― si quieres saber cómo lo hago... intento escuchar lo que dice la profesora y lo que entiendo de ello, es lo que anoto ― ¡Oh! que buena técnica ―sonrió alegre. De los pocos días que Emilie llevaba asistiendo a la escuela, había comprendido ya un par de cosas respecto a Artemis: era un chico lleno de energía pero con una confianza igual a cero, por lo que ella intentaba no contradecirlo ni bajarlo de su nube rosa. A su vez, había descubierto que después de todo, y a pesar de su constante perfección, Artemis no era nada más que un chico ingenuo. Al término de la clase, Emilie se dirigió al sector del jardín en el que había encontrado al muchacho rubio hace algunos días, con la intención de agradecerle y preguntarle su nombre. Por su parte, Artemis se dirigió al casino de la escuela para buscar algo de comer. Emilie caminó un largo rato intentando encontrar el lugar del día pasado. ― Esta escuela es tan extensa.... es como buscar una aguja en un pajar.... ― Suenas cansada ―señaló alguien tras de ella, quien resultó ser el chico que ella buscaba. ― ¡Hey! hola de nuevo ―le saludó alegre Emilie. ― Hola ―le respondió sonriendo― me alegre verte mejor que el otro día. ― Te dije que no era nada ―rió― Soy Emilie Evans, del tercero A, mucho gusto. ― Soy Leonard Hale, del segundo B. Puedes llamarme sólo Leo. ― Esta bien, Leo ―sonrió― sabía que debías ser menor que yo ― ¿Eh? ¿Por qué? ― Ah... pues.... ―comenzó incómoda Emilie―... es porque eres bajito.... ¡Pero no te lo tomes a mal! los chicos bajitos son encantadores


― ¿Ah....sí? ―respondió Leo sonrojado por lo que le acababa de decir Emilie ― Eres graciosa.... ¿Quieres sentarte un rato? ―preguntó señalando una pequeña banca de parque. ― Por supuesto ―Así Emilie y Leo se dirigieron a la banca y se sentaron a conversar. ― ¿Vas en el mismo curso que Eleanor, no? ―preguntó con un tono entusiasta Leo. ― Sí... ¿Cómo lo supiste...? ― Eleanor es muy popular... ¡Todos en mi curso la admiran! hasta es probable que tenga un fans club jajaja ―rió un poco Leo, ante esto Emilie respondió casi sin sorpresa haciendo una mueca con la boca― Pero dime... ya sabes que...―en ese momento Leo se detuvo abruptamente al ver que Artemis se acercaba a ellos. ― ¡Emilie! ―le llamó Artemis― ¿Tienes hambre? ― Artemis...no… ―Emilie fue interrumpida por Artemis. ― Oh... veo que estabas con alguien ―mencionó cabizbajo Artemis― no... Quiero molestarlos... ―No nos molestas... ¿verdad Leo?


― Claro que no ―sonrió Leo algo colorado― Soy Leonard Hale del segundo B, puedes llamarme sólo Leo, Artemis Bynes ― ¿Eh? ―rezongó confundido Artemis― ¿Me conoces? ― Todos te conocen ―sonrió― eres el ex-novio de Eleanor, además de tener un color de cabello muy llamativo. ― Con que ex-novio ―le miró algo suspicaz Emilie― eso no lo sabía ―dijo aunque en el fondo, ella había sacado conclusiones muy similares. Leo y Emilie miraron fijamente a Artemis, quién desvió su rostro hacia otro lado, incómodo. ― Supongo que no estás saliendo con Artemis, ¿o sí, Emilie? ―preguntó curioso Leo. ― ¿Qué, yo? ¡Imposible! ―rió entonces la muchacha ― Ya veo.... me preguntaba qué diría de eso Eleanor... ― Pues.... probablemente muchas cosas.... ―respondió Emilie mientras pensaba "porque ella está loquísima..." ― ¿Quieres decir qué...? ―antes de que Leo terminara de preguntar a la chica, Artemis la tomó por el brazo y la sacó de ahí. ― ¡Lo siento! ―agregó sonriente Artemis antes de llevarse a Emilie. ― Ouch... ―se quejó Leo― creo que hice que Artemis se molestara.... Mientras tanto, Artemis quien había secuestrado a Emilie de las manos de Leo, se dirigía hacia el salón de ambos. Inesperadamente, la muchacha estuvo muy callada durante el trayecto, hasta que llegaron a su destino, y Artemis soltó el brazo de la chica. ― Oye... ―inició la joven― no soy una especie de juguete que puedes tomar prestado de otro ―exclamó molesta Emilie. ― ¡Lo siento! ¡Lo siento! ―se disculpó el chico sonriente, a pesar de que no demostraba que lo sintiera en lo absoluto― ¡Tú sabes cuánto te necesito, Emilie! ― Déjame aclararte algo....que tu no puedas socializar con nadie, no implica que yo tampoco pueda hacerlo ―lo miró severa― soy nueva, quiero hacer amigos ¿me explico? ― S-sí ―respondió como un niño reprimido Artemis, dirigiendo la mirada hacia otro lado―...es solo que.... no quiero que escuches los rumores que hay sobre mí... ― Aunque los escuche, no los creería ―respondió sobre el acto Emilie. ― Quiero que me juzgues solo por lo que soy ahora... ― ¿Es por eso que....Es por eso que siempre evitas a las personas? ¿Por qué conocen los rumores que hay sobre ti? ― Pues... puede que sea así ―volvió a mirar a la chica de manera sonriente.


― Es difícil saber cómo te sientes cuando siempre tienes puesta esa estúpida sonrisa en tu cara ―Reclamó molesta Emilie, para luego dar media vuelta y entrar al salón. Emilie se sentó en su puesto en silencio hasta que inició la clase. Artemis intentó hablarle un par de veces, pero Emilie decidió simplemente no contestarle. Así la clase continuó con ambos en silencio, sin siquiera cruzar miradas. En el transcurso de esta, Emilie dirigió su mirada un par de veces hacia dónde se encontraba Eleanor, pretendiendo hacerse una idea de lo que ella pensabay de sus motivos, pero solo logró captar su perfecta interpretación de una estudiante modelo. Realmente quería ayudar a Artemis, pero le costaba entender su forma de actuar, ya que sabía que tanto él como Eleanor actuaban tras una fachada que escondía su verdadera forma de sentir. Creía que jamás lograría avanzar en esto, y que quizá sería mejor rendirse de una vez y vivir la vida escolar que ella añoraba. Artemis y Eleanor eran personas complicadas que estaban más allá de su entendimiento social, y que por lo demás, demandaban mucho tiempo y esfuerzo que ella no podía asegurar que tuviese. ― Artemis... ―rompió el silencio Emilie― si no quieres que oiga los rumores... ¿por qué no me lo cuentas tú? ¿Saliste con Eleanor? ― .... ―Artemis no supo qué decir, la pregunta de Emilie le había tomado totalmente por sorpresa. ― Me lo imaginaba.... siempre vas a evitar las respuestas difíciles. ― No ―respondió serio Artemis― Salí con ella, en efecto. ― ¿No quieres volver a salir con ella? –cuestionó casi sin sobresaltarse Emilie ― No…. Yo… ―La voz de Artemis se extinguió al tiempo que bajaba la mirada. ― ¿No? ¿Es que ya no te parece guapa? ― No es eso…. –Miró a Emilie―… no puedo decirlo ― Entiendo –respondió serenamente Emilie, a pesar de que en el fondo no lograba entender cómo él se sentía. Eleanor dejaría en paz a los demás si el chico estuviese con ella, y a su vez, era una chica tan hermosa, que le gustaría a cualquier chico ¿Qué pudo salir tan mal que Artemis no querría estar con ella? Al término de la clase, se daba inicio al periodo de almuerzo, por lo que Emilie se dirigió solitariamente hasta el comedor. Una vez estuvo ahí, dio una vuelta alrededor para lograr divisar a su nuevo amigo, al que encontró sentado en una de las mesas de la terraza mirando el paisaje. ― ¡Leo! –Le llamó― ¿Puedo sentarme? ― Emilie… por supuesto que puedes –dijo Leo acomodándose a un lado― ¿Se enojó mucho contigo Artemis? ― ¿Por qué debería enojarse conmigo? Creo que yo debería enojarme con él ―Preguntó con cara de no saber nada Emilie. ―Pues… como le hablamos de Eleanor… creí que se habría molestado por eso…


―Con la forma de actuar que tiene Artemis, dudo mucho que logre molestarse por algo… a todo responde con una sonrisa o bajando la cabeza ¡Me molesta! –se quejó Emilie. ―Es normal… Mientras Artemis salía con Eleanor, agarró las mismas manías que ella ― ¿Tú también te has dado cuenta? Creí que era la única en esta escuela que notaba lo zafada que está Eleanor…―Comentó Emilie Suspirando― Eres una persona sensata Leo, jajaja. ― Jajaja –rió Leo― Muchas gracias… Supongo… ― ¿Y? ¿Me contarás qué fue lo que pasó entre Eleanor y Artemis? –preguntó directamente Emilie. ―… ―dudó Leo un momento―…te lo contaré, porque supongo que de todas formas te enterarás en el futuro –Hizo una pausa para retomar el habla― Cuando Artemis y Eleanor entraron a 7mo año, ella destacó inmediatamente entre los alumnos de su curso, llamando la atención de todos. Tan pronto como Eleanor alcanzó el primer lugar entre chicas, Artemis comenzó a destacar entre los chicos… se dice que él se esforzó por llegar hasta el nivel de Eleanor, pero… –hizo una pausa breve Leo― cuando ellos comenzaron a salir, muchos intentaron interponerseled, hasta el día en que Eleanor descubrió que Artemis se veía a escondidas con otra chica constantemente. ― ¿Eh? ¿Es enserio? ¿Artemis es un adultero? –preguntó sorprendida Emilie. ― No diría que es adultero… ―respondió Leo algo dudoso― Pero fue desde entonces que Eleanor empezó a actuar tan automatamente… y a su vez, Artemis se vio obligado a responder a la presión que imponía sobre él por haberle sido infiel y aprendió a actuar igual que ella. Eleanor se encargó de separarlo de todo el mundo, asegurándose que esta vez nada saliera de sus planes. ― ¿Y qué salió mal? –Preguntó alzando una ceja. ― La chica con la que salía Artemis quiso retomar la relación que tuvo con él, por lo que Eleanor se desquitó con ella…―Miró entonces fijamente a los ojos de Emilie― Eleanor la empujó por la escalera, y la chica debió ser retirada inmediatamente de esta escuela. Fue ahí cuando ellos rompieron, y nunca más volvieron a hablar como antes. ― ¿De verdad Eleanor hizo algo tan monstruoso? Ella sí está loca… ― Ignoro lo que estaba pensando… Pero eso llevo a que ellos terminaran en tan malos términos. A pesar de que, por el miedo que impone Eleanor, todo el mundo quiere que vuelva a estar con Artemis. ― Ella sigue esperándolo –mencionó entonces Emilie―…Eleanor habló conmigo, pidiéndome que no me acercase más a él ― ¿Lo hizo? –Preguntó preocupado Leo― ¡Debes tener cuidado, Emilie! ― No te preocupes… he sufrido acoso como el de Eleanor antes ― ¡Eleanor es capa de todo, Emilie! –Exclamó Leo― No quiero que te pase algo malo… ― ¡Tranquilo! jajajaja –Rió Emilie― No me pasará nada, enserio.


―… ¡Puedes contar conmigo para todo de ahora en adelante! –exclamó decidido. ― ¡Oh! muchas gracias Leo ―Sonrió Emilie. Luego de eso, Emilie y Leo continuaron su conversación en el jardín de la escuela. Leo preocupado le advirtió constantemente que evitase enredarse con Eleanor, pero Emilie se negó a prometer que no se involucraría. Gracias a lo que Leo le había contado, ya podía entender mucho mejor la situación en la que se estaba entrometiendo. Cuando se acercaba el fin del horario de almuerzo, Emilie decidió regresar a su salón, pero antes de que se fuera, Leo pidió a la chica intercambiar sus números de teléfono móvil, a lo que Emilie accedió para luego ir en busca de Artemis. Lo encontró sentado en su banco, recostado sobre este.

― Regresaste rápido al salón...―comentó Emilie sentándose a su lado. ― Sí... ¿Comiste bien? ―preguntó somnoliento Artemis. ― Sí, comí con Leo ―mencionó ella, a lo que el chico respondió con un largo silencio―... no te preocupes Artemis, no te preguntaré más acerca de Eleanor ―rió. ― ¿Y ese cambio de opinión tan abrupto? ― Pues... no me importas tanto como creí –respondió la chica desviando la mirada.


― ¡Que cruel, Emilie! ¡Y eres mi única amiga! ―exclamó con el corazón partido Artemis. ― ¡Ja ja ja ja ja! ―rió al ver la reacción de Artemis, con lo que ambos empezaron a reír. Fuera del salón, un grupo de chicas comenzaba a rumorear. ― ¡Lea! ¿Ya viste? ahí está esa chica ogro riéndose con Artemis ―cuchicheó una de las jóvenes, por su parte Eleanor hacía una mueca de desagrado, la que rápidamente fue reemplazada por una típica sonrisa. ― No se preocupen chicas ―sonrió Eleanor― ella muy pronto saldrá de la escuela. ― ¿Eh? ¿Por qué? ¿Por qué? ―curioseó una de las muchachas ― ¿Quieren que les cuente algo acerca de Emilie...? ―preguntó provocadora Eleanor― La mamá de Emilie.... Eleanor estaba tramando algo, y comenzaba a llevarlo a cabo. Pero Emilie no se enteraría de nada hasta la mañana del viernes, cuando al entrar a la escuela, todas las miradas se fijaron en ella, y todas las voces susurraron su nombre. A pesar de darse cuenta de la situación, Emilie asumió que esto ocurría solo por el hecho de ser nueva, y decidió ignorar el hecho. Al llegar al salón vio a Artemis sentado en su puesto, y se dirigió rauda a saludarle. ― ¡Buen día, Artemis! ― ¡Buen día Emilie! ¡Al fin es viernes! ― jajajaja ¡Así es! ―Respondió alegre. ― ¡Hey! Artemis, deberías tener más cuidado con esa chica ―dijo entonces una de las compañeras de clase de ambos― ¿ya sabes que la madre de Emilie es una escaladora? ¡Se casó con un hombre veinte años mayor que ella solo para quedarse con su dinero! ― ¡Qué tipo de mujer más bajo! cuídate de ella o te usarán para escalar y luego te botarán ―mencionó otra chica riéndose El rostro de Emilie se puso pálido, y las palabras no salían de su boca. Ya había vivido una situación similar en el pasado, pero no comprendía cómo se habían enterado de lo ocurrido esta vez. Mucho menos aún se imaginaba lo que estaba por vivir.


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