Allora & Calzadilla: The Great Silence (2014) - Transcripción

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The Great Silence (2014)

Los humanos utilizan Arecibo para buscar inteligencia extraterrestre.

Su deseo de establecer una conexión es tan fuerte que crearon un oído capaz de oír a través del universo

Pero yo y mis compañeros loros estamos aquí. ¿Por qué no les interesa escuchar nuestras voces?

Somos una especie no humana capaz de comunicarse con ellos. ¿No somos exactamente lo que buscan los humanos?

El universo es tan vasto que seguramente habrá surgido vida inteligente muchas veces

El universo también es tan antiguo que una sola especie tecnológica habría tenido tiempo de expandirse y llenar la galaxia.

Sin embargo, no hay señales de vida en ninguna parte, excepto en la Tierra. Los humanos llaman a esto la paradoja de Fermi.

Una solución propuesta para la paradoja de Fermi es que las especies inteligentes tratan intencionadamente de ocultar su presencia, para evitar ser blanco de invasores hostiles.

Como miembro de una especie casi extinta por la humanidad, puedo dar fe de que se trata de una sabia estrategia.

Tiene sentido permanecer en silencio y evitar llamar la atención

La paradoja de Fermi se conoce a veces como El Gran Silencio. El universo debería ser una cacofonía de voces, pero en su lugar es desconcertantemente silencioso.

Algunos humanos tienen la teoría de que las especies inteligentes se extinguen antes de poder expandirse por el espacio exterior

Si están en lo cierto, entonces el silencio del cielo nocturno es el silencio de un cementerio.

Hace cientos de años, mi especie era tan abundante que el bosque de Río Abajo resonaba con nuestras voces. Ahora casi hemos desaparecido.

Pronto esta selva será tan silenciosa como el resto del universo.

Había un loro gris africano llamado Alex. Era famoso por sus habilidades cognitivas. Famoso entre los humanos. Quiero decir

Una investigadora humana llamada Irene Pepperberg pasó treinta años estudiando a Alex.

Descubrió que Alex no sólo conocía las palabras relativas a formas y colores, sino que entendía los conceptos de forma y color.

Muchos científicos se mostraban escépticos ante la posibilidad de que un pájaro pudiera comprender conceptos abstractos. A los humanos les gusta pensar que son únicos

Pero al final Pepperberg les convenció de que Alex no se limitaba a repetir palabras, sino que entendía lo que decía.

De todos mis primos, Alex fue el que más cerca estuvo de ser tomado en serio como interlocutor por los humanos.

Alex murió repentinamente, cuando aún era relativamente joven. La noche antes de morir, Alex le dijo a Pepperberg: "Pórtate bien. Te quiero".

Si los humanos buscan una conexión con una inteligencia no humana, ¿qué más pueden pedir?

Cada loro tiene una llamada única que utiliza para identificarse; los biólogos la llaman "llamada de contacto".

En 1974, los astrónomos utilizaron Arecibo para emitir un mensaje al espacio exterior destinado a demostrar la inteligencia humana. Esa fue la “llamada de contacto” de la humanidad.

En estado salvaje, los loros se dirigen unos a otros por su nombre. Un pájaro imita la llamada de contacto de otro para llamar su atención

Si alguna vez los humanos detectan que el mensaje que se envió desde Arecibo vuelve a la Tierra, sabrán que alguien está intentando llamar su atención

Los loros aprendemos a hablar: podemos aprender a emitir sonidos nuevos después de haberlos oído. Es una capacidad que pocos animales poseen.

Un perro puede entender docenas de órdenes, pero nunca hará otra cosa que ladrar.

Los humanos también aprenden a hablar. Tenemos eso en común

Así que los humanos y los loros compartimos una relación especial con el sonido. No nos limitamos a gritar. Pronunciamos. Enunciamos.

Quizás por eso los humanos construyeron Arecibo de la forma en que lo hicieron

Un receptor no tiene por qué ser un transmisor, pero Arecibo es ambas cosas.

Es un oído para escuchar y una boca para hablar.

Los humanos han convivido con los loros durante miles de años, y sólo recientemente han empezado a considerar la posibilidad de que seamos inteligentes.

Supongo que no puedo culparles. Los loros solíamos pensar que los humanos no eran muy inteligentes. Es difícil dar sentido a un comportamiento tan diferente del propio.

Pero los loros son más parecidos a los humanos de lo que lo será cualquier especie extraterrestre, y los humanos tienen la opción de observarnos de cerca, de mirarnos a los ojos.

¿Cómo esperan reconocer una inteligencia ajena si solo están buscando a cien años luz de distancia?

No es casualidad que "aspiración" signifique tanto esperanza como el acto de respirar.

Cuando hablamos, utilizamos el aliento de nuestros pulmones para dar forma física a nuestros pensamientos.

Los sonidos que emitimos son simultanean nuestras intenciones y nuestra fuerza vital. Hablo, luego existo

Los seres vivos que aprenden a hablar, como los loros y los humanos, son quizá los únicos que comprenden plenamente la verdad de esto.

Hay un cierto placer en dar forma a los sonidos con la boca.

Es tan primario y visceral que, a lo largo de su historia, los humanos han considerado esta actividad una vía hacia lo divino.

Los pitagóricos creían que las vocales representaban la música de las esferas y las cantaban para obtener su poder.

Los cristianos pentecostales creen que, la vocalización fluida de silabas sin un significado concreto, representa el lenguaje de los ángeles en el Cielo.

Los brahmanes hindúes creen que, al recitar mantras, están reforzando los componentes básicos de la realidad.

Sólo una especie capaz de aprender a hablar concedería tanta importancia al sonido en sus mitologías. Los loros podemos apreciarlo

Según la mitología hindú, el universo se creó con un sonido: "Om"

Es una sílaba que contiene en su interior todo lo que ha existido y todo lo que existirá.

Cuando el telescopio de Arecibo apunta al espacio entre las estrellas, escucha un débil zumbido. Los astrónomos lo llaman "fondo cósmico de microondas".

Es la radiación residual del Big Bang, la explosión que creó el universo hace catorce mil millones de años.

Pero también se puede considerar como una reverberación apenas audible del "Om" original.

Esa sílaba era tan resonante que el cielo nocturno seguirá vibrando mientras exista el universo.

Cuando Arecibo no escucha nada más, oye la voz de la creación

Los loros puertorriqueños tenemos nuestros propios mitos. Son más simples que la mitología humana, pero creo que los humanos los disfrutarían.

Por desgracia, nuestros mitos se están perdiendo a medida que mi especie se extingue. Dudo que los humanos hayan descifrado nuestro lenguaje antes de que desaparezcamos.

Así que la extinción de mi especie no sólo significa la pérdida de un grupo de nacimientos. Es también la desaparición de nuestra lengua, nuestros rituales, nuestras tradiciones.

Es el silenciamiento de nuestra voz.

La actividad humana ha llevado a mi especie al borde de la extinción, pero no les culpo por ello. No lo hicieron con mala intención. Simplemente no estaban prestando atención

Y los humanos crean mitos tan hermosos; ¡qué imaginación tienen! Quizá por eso sus aspiraciones son tan inmensas.

Mira Arecibo. Cualquier especie que pueda construir tal cosa debe tener grandeza en su interior

Mi especie probablemente no estará aquí por mucho más tiempo; es probable que muramos antes de tiempo y que nos unamos a El Gran Silencio

Pero antes de irnos, enviamos un mensaje a la humanidad. Sólo esperamos que el telescopio de Arecibo les permita escucharlo. El mensaje es este: "Sed buenos. Os queremos"

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