ATARAXIA
A (ausencia) + taraxia (perturbación).
Estado de ánimo caracterizado por la tranquilidad del alma y la ausencia de temores.
Capacidad de mantener la calma frente a la adversidad de la vida.
El síndrome de la niña buena
Cuando se mira en el espejo sonríe. Una sonrisa que no es suya, reflejada en un puñado de cristales rotos.
Su corazón es como un jardín en primavera, repleto de flores que no cuida ella, sino otros, regándolas gota a gota, corriendo el riesgo de que se marchiten para siempre.
Está tan acostumbra a dar que se olvidó de ella, se olvidó de que ella también necesita recibir. Como una canción que resuena en su cabeza sin melodía propia, donde el estribillo siempre es un tú, y nunca un yo.
Desde algún recóndito lugar de su corazón se oye un grito de socorro; leve, casi imperceptible, pero ininterrumpido. Una llamada de auxilio, silenciosa, que anhela ser escuchada, para terminar de una vez con la complacencia que la mantiene encadenada a las necesidades de quienes la rodean.
Cayó en una trampa al querer ser amada, por personas que no son capaces de ver más allá de su silueta, de su sombra, sin poder entender que ella esconde una
paleta de colores capaz de pintar su propio universo.
Una luz resplandeciente que anhela volver a brillar por sí misma.
A mí, a mi yo pequeña.
Siento mucho todo por lo que tendrás que pasar hasta llegar hasta aquí, pequeñaja.
«La belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora».
JOSÉ ORTEGA Y GASSET
Sueños I
Siempre pensé que yo era mi lugar seguro. Que nadie podría entrar nunca en mi cabeza y amañarla de aquella manera. Hasta que apareciste tú. Te colaste en la estación de tren de mi memoria, llegaste a romA, ahí permaneciste. Cuando te vi bajar, ya era demasiado tarde; estabas ahí, todo tú, mirándome con esos ojos candentes a la espera de mi recibimiento. Los romanos debieron revolcarse en sus tumbas, sabiendo que hacías sombra a cualquiera de sus esculturas.
Qué bárbaro.
Luego, un beso: ese beso. Sentí tus labios, suaves como el algodón, fríos como la brisa de la noche. Me besaste en medio de mi estación, tú y yo en medio de la muchedumbre. Siempre tuve agorafobia, pero mis sentidos no me permitían distinguir nada más que no fueras tú.
Después, llegó la parte que menos me gusta: me desperté. Aún sigo pensando cómo fue posible sentir el roce tus labios en medio de un simple sueño.
Fue solo un sueño.
Fue solo el deseo de dar un beso que nunca di.
Condena
Una sensación de vacío gobierna, se expande, como una gota de tinta el agua oscurece.
Enciérrame entre cuatro paredes, cúbreme la piel, arrópame; píntame de colores hasta ver el amanecer. En mi mente solo habitas, pensamientos de anhelo, anhelo de ti, frío como el hielo, lléname.
Hasta que no sepa distinguir el brillo de tus ojos del de una estrella en el cielo, bésame.
Un idioma, dos lenguas.
Sin mediar palabra, nos entendemos.
¿Cómo hablamos?
Solo existe el silencio.
También sudor, besos, pero no palabras.
¿Cómo hablamos?
Sabe lo que quiero, sé lo que ansía, pero no ejecuto palabra.
¿Cómo hablamos?
Dime, ¿cómo lo hacemos?
¿Solo con la mirada? Lo intuyo. ¿Lo sabe?
Recorre hasta el último centímetro de mi espalda, de mi boca. Lo deseo, pero jamás lo he dicho, ¿cómo lo sabe?
No necesito hablar, él tampoco; situaciones en las que hay dos lenguas, pero un solo idioma.
Un lenguaje silencioso; compuesto de un abecedario en forma de roces, formando palabras a modo de gemidos.
Xantinas en piel
XANTINA:
«Compuesto derivado de la purina, que tiene efectos estimulantes sobre el sistema nervioso y el corazón».
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (RAE)
De los cinco sentidos que el cuerpo humano posee y tiene la capacidad de experimentar, el tacto siempre fue mi favorito.
En el contacto piel con piel se siente la seguridad, la calidez, el amor, la conexión…
Es extremadamente caótico todo lo que pueden desencadenar los dedos que se deslizan cuidadosamente sobre su mejilla, recorriendo los labios, bajando por el cuello, acariciando los hombros.
Mamá siempre dijo que no probase drogas. No sabía que estas emociones tan profundas lo eran.
Ahora soy incapaz de no sentir. Ahora soy incapaz de olvidarme de ese momento.
La piel es el mapa a través del cual, con la ayuda adecuada, serás capaz de viajar a lugares imposibles de olvidar.
La memoria táctil que posee es la guardiana de cada beso y de cada caricia, recordándonos los vínculos, mandando una carta directa al corazón.
