


¿Sabéis que las personas mágicas existen? Mi abuela es una de ellas.
Tiene poderes con los que consigue hacer cosas que yo no comprendo.
Ella llora cuando está contenta y me dice que es de alegría, como cuando el abuelo cuenta sus chistes. Yo no lo entiendo porque, cuando estoy contenta, no lloro; sonrío, salto, corro y bailo.



También consigue que sus manos tiemblen sin tener miedo a nada, así que yo me duermo tranquila porque hace tanto ruido al moverlas que seguro asusta a todos los fantasmas.


A veces cocina comidas sin recordar las recetas, y yo no consigo entender cómo le quedan tan ricas.

Una niña descubre con ternura los mágicos poderes de su abuela, quien un día se esconde en un lugar especial que la niña finalmente comprende.