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nuestro pueblo
Balcei 198 noviembre 2021
#alcorisasaleunida
En Alcorisa ha estado la Universidad
Responsables del curso de la UVT en Alcorisa.
Les aseguro que no tengo el síndrome de titulitis universitaria, porque hace mucho tiempo que aprendí el refrán ese de que “lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta”. Asimismo, porque también he tenido la experiencia de conocer universitarios que habían pasado por la Universidad, pero que la Universidad no había entrado en ellos. El poseer una titulación, una carrera universitaria, no es garantía de buen hacer si, después de una graduación provechosa, no se revalida ésta con una proyección del conocimiento adquirido sobre la realidad, ya sea en el ámbito de la titulación o en el de cualquier otra profesión que se escoja. Y si este proceso se acompaña con el planteamiento de necesitar una formación permanente, a lo largo de su carrera profesional, mejor para la consideración positiva de un universitario titulado. El paso por la Universidad es una apertura de ventanas para el estudiante, desde la que se le indica por donde puede ir su vida profesional, a través de los innumerables caminos que tiene a la vista. Pero es necesario que, una vez recibidas las enseñanzas superiores básicas, empiece a andar fuera, hacia el horizonte que se contempla, para poder hacer, adquirir experiencia y analizar la naturaleza de sus pasos, sus errores y los buenos logros que le permitan crecer e ir adelante. Muchas veces, he comentado con mis alumnos este tema y les he recordado la frase del filósofo Husserl, esa de “la experiencia se convierte en tal cuando se reflexione sobre ella”, porque uno puede estar veinte años haciendo las mismas cosas y no progresar ni comprender por qué y para qué las hace. Una buena educación universitaria hará que el estudiante egresado empiece a caminar seleccionando y poniendo en práctica los elementos teóricos que necesita y que la universidad le ha proporcionado y ya los ha experimentado en las prácticas correspondientes. También, programándose una formación permanente, imprescindible para su práctica profesional. Por otra parte, la condición de universitario no se agota en
la visión profesional escogida, sino que debe pivotar también en ese talante de amor por el conocimiento y por un sistema de valores, tanto intelectuales como éticos, en el ámbito de reflexión humanística que en todo ser humano que se considera educado tiene que estar presente. Dicho todo lo anterior, la formación también puede venir de un ejercicio de voluntad y empeño autodidacta, alimentado por unas permanentes ganas de buscar el saber. No es fácil aprender así, pues cuando te tutela una institución sigues las pautas de un currículo escolar jerarquizado y ordenado temporalmente por criterios científicos, mientras que en la autoformación, si no se ordena adecuadamente el acceso a la información, se crean muchos agujeros vacíos y flancos sin cubrir. De ahí que el deseo es aspirar a una formación reglada, convenientemente dosificada. Toda esta larga reflexión, me conduce a la afirmación de que la formación permanente recibida tras la titulación, o en cualquier proceso de autoformación es muy necesaria para progresar profesionalmente. Esta idea, y
el contacto con especialistas en las diferentes materias, es la razón que justifican unos cursos que, amparados en una institución de formación superior, adquieren el rango de universitarios. Y Alcorisa ha tenido uno de ellos, una manera de comenzar, que puede seguir, en sucesivas ediciones con diferentes materias de estudio. La Comisión Académica de la Fundación Antonio Gargallo, de la Universidad de Zaragoza y el Departamento Central de Manos Unidas, todo ello con el patrocinio del Ministerio de Educación y Formación Profesional, dieron el visto bueno a la propuesta y han sancionado positivamente las actividades realizadas. La asistencia se ha nutrido, principalmente, de los docentes de los centros educativos alcorisanos, poseedores todos ellos de una alta conciencia y competencia profesional. La formación se ha recibido por las tardes, compatible con el trabajo docente, y ha tenido un carácter eminentemente práctico e informativo sobre los materiales didácticos que se pueden utilizar en las aulas. Y se ha trabajado la didáctica de los Valores, con el análisis de materiales literarios, cuentos y realizaciones audiovisuales, que permiten alimentar actividades para llevar a las aulas. No se ha entrado en la discusión del concepto de valores, sino en el desarrollo educativo y didáctico para una aplicación en las aulas. Desde estas líneas, agradecemos el interés manifestado por esta actividad, especialmente por el equipo directivo del Colegio Público El Justicia de Aragón y el profesorado implicado, así como al Ayuntamiento, por la colaboración en el uso de los locales y equipamiento del Centro Cultural Valero Lecha. Y, tras esta experiencia, podremos plantear una segunda próxima, aplicando las conclusiones de la evaluación realizada. Montserrat Martínez, profesora jubilada, Universidad de Zaragoza
Participantes en el curso.
