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La oportunidad para las insurtech de vida y salud

MERCADO ASEGURADOR

Mercado en auge

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Las insurtech con coberturas personales brindan soluciones a la industria en el marco de la actual pandemia. El desarrollo de las startups asociadas a las nuevas necesidades que presentan los clientes.

Opinan:

Hugues Bertin - Ricardo Bueno Ingrid Briggiler

El actual escenario de la pandemia refuerza la razón de ser y el propio desarrollo de las insurtech, lo que tiene aún su particularidad en los segmentos de salud y vida. Las coberturas en aspectos vinculados a la enfermedad recobran protagonismo y la digitalización de los procesos a partir del aislamiento obligatorio impulsa el carácter remoto de su contratación y del vínculo con las compañías.

En ese marco las insurtech que aportan soluciones tecnológicas y nuevas metodologías de acercamiento y captación de un cliente más digitalizado se encuentran con un panorama propicio para el desarrollo de estas startups en la industria del seguro. De la mano de las compañías tradicionales, innovación y experiencia se presentan como el combo necesario para esta nueva etapa.

Las insurtech del mercado

Hugues Bertin, CEO y founder de Digital Insurance LatAm, explicó a NBS Bancos y Seguros la conformación del ecosistema de estas startups a nivel mundial y local en lo que refiere a los rubros de salud y vida.

“A nivel internacional, el mundo de las insurtech vinculado al rubro vida es muy pequeño, rondan un 6% las inversiones destinadas a este rubro en 2019. Debido, en parte, a que es más difícil de vender coberturas de vida de manera digital. Mientras que en salud, lo que se denomina como healthtech, el universo es mucho más grande”, detalló el especialista.

Según él, un 32% de las inversiones en 2019 que se destinan a las insurtech es en el rubro de la salud, donde existen grandes jugadores a nivel mundial como Oscar Health, Clover o Bright Health. “Se espera que estos porcentajes crezcan en 2020, particularmente a partir de las nuevas rondas financieras”, adelantó.

En tanto, Bertin señaló que, a nivel local, el mundo de las insurtech de los rubros vida y

salud es muy incipiente. En el de vida, enumeró experiencias como la de Klimber en asociación con Prudential Seguros y la de 123seguros con Zurich.

“Encontramos algunos proyectos para destacar que se fueron desarrollando a partir de la pandemia, como por ejemplo MeCubro o el lanzamiento a principio de marzo del programa de Prudential Seguros en asociación con la británica Vitality, el primer programa de bienestar que usa la tecnología para incentivar a llevar una vida más saludable y que premia por hacerlo”, describió.

Luego, el consultor menciona a las ya conocidas insurtechs de salud que están desarrollando telemedicina como las plataformas Llamando al Doctor, Doc24 con San Cristóbal Seguros, La Caja o Iúnigo.

Ricardo Bueno, CEO de MeCubro, comentó la experiencia desarrollada a partir de la pandemia, tratándose de un broker que basa su propuesta en lo digital y coberturas flexibles. “Trabajamos típicamente con seguros patrimoniales pero arrancamos ahora con lo que es vida. Adaptamos un seguro tradicional a la posibilidad de que las personas lo puedan contratar de forma trimestral o según la preferencia del usuario, y de manera 100% online, de acuerdo a la coyuntura”, dijo.

En cuanto a telemedicina, Ingrid Briggiler, médica fundadora de Llamando al Doctor comentó que la empresa tiene su origen en la incubadora Cites, desarrollada por Sancor Seguros, quien selecciona proyectos para financiar y que puedan convertirse en empresas.

“Somos una startup de tecnología que desarrolla productos especializados en salud y brindamos diferentes servicios, fundamentalmente a aseguradoras y empresas de medicina prepaga”, describió.

“Lo bueno de estos productos es que son bien valorados por el usuario final, por lo que las aseguradoras lo ofrecen de modo bonificado, y lo ven como una oportunidad para brindar servicio de valor agregado, para tangibilizar la cuota y fidelizar usuarios”, analizó Briggiler.

Digitalización y mayor protagonismo

A partir de la pandemia la digitalización de la industria se aceleró, lo que permitió que, por caso, Llamando al Doctor creciera 35 veces según Briggiler.

“Si bien la empresa tiene ya cuatro años en el mercado, por este contexto nos conocieron mucho más, por lo que las descargas de la app se duplicaron. La telemedicina es una necesidad que logra evitar esperas, traslados y otras acciones que en varias ocasiones pueden evitarse”, consideró.

Por su parte Bueno remarcó que la filosofía de la compañía se basa en el on demand, otra tendencia creciente durante la cuarentena, que contempla el pago por uso y la contratación instantánea.

“Estas nuevas tendencias adaptadas a coberturas de vida encontraron muy buena llegada a partir de la pandemia. En este contexto se está acelerando la forma de pensar, la propia experiencia de los usuarios, y tratamos de ayudar a las aseguradoras a pensar de cara al futuro en las necesidades del consumidor y las nuevas metodologías de trabajo. La pandemia logró acelerar la madurez de innovar y hacer cosas disruptivas”, explicó Bueno.

Según Bertin aparecen muchas oportunidades nuevas a partir de la pandemia para repensar el seguro en la próxima etapa. Analizó: “Se está viendo un crecimiento en la contratación de seguros de vida online a nivel mundial, y también en salud, donde el cliente busca estar más protegido y le da a estos componentes un rol más esencial. Hay muchas reflexiones a nivel mundial sobre esta temática y es por esto que las bigtechs como Amazon o Google invierten en forma masiva en healthtechs. De esta manera las insurtech aparecen brindando importantes soluciones, donde por ejemplo en salud se está trabajando en seguros paramétricos para indemnizar en caso de cuarentena”.

Las insurtech como complemento

En el vínculo de estas startups con la tradicional industria del seguro, los aportes son diversos. Bertin explicó que el mundo insurtech se divide en tres segmentos: nuevos modelos de negocios, servicios a aseguradoras e intermediarios, y las vinculadas a la distribución.

En el primer segmento se encuentran repensando las propuestas de valor iniciales de las compañías de seguros como la forma de contratar, vender y relacionarse. Es el caso de Iúnigo por ejemplo, e incluye a algunas entidades que se focalizan en el pago por uso o por comportamiento.

El segundo segmento comprende a las que aportan en la cadena de valor de las aseguradoras, por ejemplo en la digitalización “Arrancamos con coberturas de vida, adaptando un seguro tradicional a la posibilidad de que las personas lo puedan contratar de forma trimestral o según la preferencia del usuario, y de manera 100% online, de acuerdo a la coyuntura.”

de los procesos de siniestro, detección de fraudes o ciberriesgo, como sucede con Leverbox o Cyhunt.

Y por último están las que trabajan en la distribución, básicamente digital.

“En este mundo el gran tema es ver cómo estas insurtech permiten captar nuevos tipos de clientes o mejorar la experiencia en su proceso de compra con precios eventualmente más baratos. Antes el cliente digital era un millennial, pero ahora el confinamiento aceleró el proceso de onboarding digital de toda la población”, consideró Bertin.

En este sentido Bueno opinó que desde la compañía ya trabajan con varias aseguradoras desde hace tres años y las ven como aliadas: “Creo que las insurtech y las aseguradoras deberían trabajar en conjunto, no una reemplazando a la otra, sino potenciándose. Ya está sucediendo, y la coyuntura ayudó a

“Lo bueno de estos productos es que son bien valorados por el usuario final, por lo que las aseguradoras lo ofrecen de modo bonificado, y lo ven como una oportunidad para brindar servicio de valor agregado, para tangibilizar la cuota y fidelizar usuarios.”

avanzar más en este sentido”.

Esto se da porque, según él, las aseguradoras se mueven más lento, y es difícil que puedan adaptarse a los cambios actuales de forma rápida con su sistema propio. Para solucionar este problema, las insurtechs pueden entrar en contacto directo con el consumidor final y ser más ágiles. “Asimismo el seguro, al ser un intangible, necesita un respaldo de confianza que es lo que logran brindar las aseguradoras al estar bien posicionadas por su antigüedad”, destacó Bueno.

Desafíos locales

En cuanto al desempeño de estas coberturas a nivel local, Bueno remarcó que en la Argentina el seguro de vida es muy diferente a lo que ocurre en otros países: “No está aún bien instalado, hay mucho mercado para trabajar, y para ello la unión entre las insurtech y las compañías de seguro tradicionales es una combinación excelente”.

Según él, el desempeño en los seguros de ahorro se encuentra muy atado a lo que suceda con el tipo de cambio, por eso cree que no alcanza sólo con la concientización por parte de las aseguradoras: “En salud también veo que, tanto en obras sociales como en empresas de medicina prepagas, hace años que se viene aplicando la misma tecnología, no me extrañaría que empiecen a desarrollarse más a fondo soluciones disruptivas para este rubro”.

En esta misma línea Bertin opinó: “El desafío a nivel local pasa por el desarrollo de los seguros de vida que representa el 13% del total, mientras que alcanza el 44% en América Latina. En todos los países donde el mercado de vida se desarrolló, hubo fuertes incentivos fiscales y ya se empezó a trabajar en este camino en la Argentina”.

Para él, si bien se menciona siempre la falta de conciencia aseguradora, ante la dificultad de ahorrar a largo plazo por el tema inflacionario es necesario trabajar de una manera colaborativa para encontrar soluciones. “Creo que están apareciendo grandes desafíos, como también el desarrollo de un seguro de vida y salud más inclusivo, que permita asegurar a la gente que no está bancarizada y tiene recursos más bajos”.

“Hay muchas reflexiones sobre esto en la región –agregó–. En salud, por ejemplo, México lidera esta gran revolución, donde existen experiencias como Sofía, una insurtech full stack de salud o el caso de Zenda.la, que brinda un modelo freemium que permite un onboarding de clientes sin fricción basándose en un escenario donde hay falta de conciencia aseguradora. Estos modelos permiten acceder a una cobertura de forma gratuita por un período de tiempo que puede ser de tres o cuatro meses y luego se empieza a pagar si se está de acuerdo con el servicio”. Por su parte Briggiler comentó: “Nos inspiramos en lo que ocurre en otros lugares del mundo para poder adaptar e implementar soluciones a nivel local. A partir del coronavirus vimos un avance y una rápida adopción de la tecnología en pocos meses, frente a lo que hubiese ocurrido normalmente en un período de entre dos a cinco años. Muchos que no apostaban por la telemedicina hoy probaron los servicios y se dieron cuenta de que funcionaban y de que brinda importantes beneficios. Este tipo de tecnología es una ayuda en todo tipo de tareas y negocios”.

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