Entrevista a Juan Bontempo, Superintendente de Seguros de la Nación

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SISTEMA FINANCIERO

Entrevista a Juan Bontempo, Superintendente de Seguros de la Nación

Todos los ramos de seguros en la Argentina están por debajo de su potencial

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En diálogo con NBS Bancos y Seguros, el funcionario detalló los objetivos del Plan Nacional Estratégico del Seguro 2012– 2020, que busca establecer una política pública de largo plazo para el sector. El desarrollo de la conciencia aseguradora, la protección de los asegurados y la jerarquización del organismo de control son algunos de los principales ejes sobre los que se pretende avanzar.


Opina: Juan Bontempo

L

a Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) está desarrollando un proyecto para orientar estratégicamente el trabajo de todos los actores del sector en pos de aumentar la participación del seguro en el PBI, en un marco de conjunción con los intereses de la Nación y de los asegurados. El armado de este plan se efectuando a través del intercambio de ideas en distintas reuniones llevadas a cabo con personal de la SSN, con las principales cámaras del sector, con el Sindicato del Seguro, con productores y con especialistas en el tema. En diálogo con NBS Bancos y Seguros, el titular del organismo analizó los principales objetivos del proyecto, el contexto en el cual se originó y las expectativas en torno al mismo. ¿En qué consiste el Plan Estratégico? El 21 de octubre del año pasado estuvimos con el actual Ministro de Economía, Hernán Lorenzino, celebrando el Día del Seguro y ahí se hizo la presentación formal de esta idea, con la que se pretende formular una política pública para el sector, orientada por el Gobierno Nacional, pero que en su formulación participen todos los actores de la industria. Partimos de la base de que una industria que aporta el 3 % del PBI, 11.000 millones de dólares al año, es una industria importante para la economía nacional. En este contexto de un Estado presente, con una política de desarrollo con inclusión social, con defensa de los intereses nacionales, con una política de desendeudamiento que lleva 9 años y que ha tenido éxito en función de los datos macroeconómicos, nos parece que el seguro tiene algo que decir. Lo que buscamos es aumentar la producción nacional del seguro y que ese porcentaje de participación en el PBI crezca. Y hacerlo en un marco que esté relacionado con los intereses de la Nación y de los usua-

rios del seguro, que no sea solo una mirada desde las compañías. Con este objetivo, hemos convocado al sindicato, a las asociaciones de productores, hemos tenido reuniones con los medios, mesas académicas y mesas universitarias y estamos por conformar un consejo consultivo jurídico para avanzar en lo que podría llegar a ser la reforma de la Ley del Seguro. Esto se encuentra alineado con la política que viene desarrollando el Gobierno en otras áreas. Hay un plan estratégico agropecuario, otro industrial… Nosotros, por concepción, creemos que a una política pública no la ordena el mercado, sino que surge de la legitimidad que tiene un gobierno elegido democráticamente y de la participación de los actores en una actividad determinada, y que es necesario planificar el futuro e identificar los objetivos que una sociedad busca para su actividad durante los próximos 8 o 10 años. ¿Buscan también el consenso del resto de los partidos políticos de modo de garantizar la permanencia de estas políticas en el tiempo? En el caso puntual de lo que estamos llevando adelante, convocamos a todos los actores, sin exigirles ninguna concepción previa, para elaborar un proyecto que llegue al Congreso Nacional, que es un espacio constitucional donde aparecen todas las miradas de la sociedad a través de sus representantes. El consenso es un instrumento, no un fin en sí mismo. Existen ámbitos institucionales, como el Congreso, donde uno busca llegar a consensos, y que, más allá de lo que se diga, es un espacio de trabajo, discusión y donde la oposición participa. La democracia, para decidir, tiene una regla, la de la mayoría. Algunos la pueden discutir, sobre todo las minorías más cerradas. Cuando un gobierno tiene mayoría en la cámara, con un poder elegido hace poco más de siete meses, tiene la responsabilidad de gobernar. El consenso es un mecanismo, pero la decisión la tiene que tomar quien ha sido

elegido para eso. De todos modos, también tiene que haber una responsabilidad de la oposición que quiera conversar. Si cada cosa que hace el gobierno está mal, recibe una crítica feroz, y cada decisión política siempre se considera desacertada, es muy difícil llegar a un consenso porque es muy difícil definir una política en conjunto. Uno de los objetivos del plan es aumentar la participación del seguro en el PBI. ¿Hay alguna cifra a la que se quiera llegar? Nosotros planteamos el objetivo de ampliar el tamaño del mercado, pero eso se tiene que traducir en términos econométricos para ver a dónde llegamos y, sobre eso, estamos trabajando ahora en el proceso de elaboración del plan. Tenemos claros los objetivos, pero el diseño institucional, el diseño normativo, todavía, no. Habrá medidas que podrán resolverse con una resolución del superintendente, otras requerirán un decreto, y otras estarán relacionadas con una nueva ley. Una vez que esté terminado el primer paso de recepción de opiniones, se conformará esta política pública que transformará esos objetivos en medidas cuantificables. Porque también tenemos que ser serios cuando nos propongamos un objetivo en términos cuantitativos y saber que lo que estamos diciendo es posible. ¿Hay algún área en particular que se esté viendo como subdesarrollada y en la que hay que poner más esfuerzo? Se va a generar una expectativa importante con el nuevo seguro multirriesgo agrícola. Eso va a marcar una bisagra en cuanto al potencial de la industria en la Argentina. En el resto, salvo en lo que se refiere a automotores y riesgos del trabajo, todos los ramos de seguros en la Argentina están por debajo de su potencial. Por eso somos optimistas en la mirada de esta industria, porque si generamos condiciones que tienen que ver con la conciencia aseguradora, si generamos mecanismos legales, institucionales y económicos, la perspectiva es más que buena para el sector.

«Lo que buscamos es aumentar la producción nacional del seguro y que ese porcentaje de participación en el PBI crezca, y hacerlo en un marco que esté relacionado con los intereses de la Nación y de los usuarios del seguro, que no sea solo una mirada desde las compañías».


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¿Hay algún diagnóstico acerca del motivo por el cual el mercado está por debajo de su potencial? Lo principal es que no hemos desarrollado una política pública para el sector. Todos los sectores de la economía nacional necesitan una política pública para desarrollarse. La industria automotriz no se desarrolló en la Argentina por obra de una mano invisible del mercado. Nosotros creemos que el Estado debe asumir esa responsabilidad. ¿Cuáles serían los ejes centrales para trabajar en una mayor conciencia aseguradora? Hay una tarea muy importante en la generación de nuevos productos, como el seguro agrícola, en la posibilidad de mecanismos que permitan un beneficio impositivo para el ahorro a mediano y largo plazo. Por otra parte, hay que definir una política pública que comprometa al Estado y al sector privado para desarrollarla, y esto se hace en torno a campañas que no sean un esfuerzo aislado, sino que respondan a una planificación y que tengan fuentes de financiamiento; de lo contrario, no hay ninguna posibilidad de generar conciencia en el corto, mediano o largo plazo. Otro capítulo importante es el que corresponde a la Superintendencia de Seguros: estamos jerarquizando el organismo para que esté a la altura de las circunstancias. No podemos seguir trabajando como lo hacíamos 10 años atrás. El tema de los beneficios fiscales para seguros de vida y retiro es un tema que se viene reclamando hace muchos años, ¿cuentan con el apoyo del Poder Ejecutivo para avanzar en este sentido? Estamos tratando de definir el mejor mecanismo para que esto sea una realidad, lo que implica analizar cuál es el costo fiscal de un beneficio de esta magnitud y cuál es el

impacto global. Como Superintendente estoy de acuerdo con esta idea, y Hernán Lorenzino, cuando era Secretario de Hacienda, también la compartía. Hay que desarrollarla como una propuesta concreta para que no pase como con otros temas en los que estamos de acuerdo, pero cuando hay que desarrollarlos empezamos a hacer agua. Hay que trabajarla seriamente para que al Gobierno le llegue una propuesta seria sobre cuánto y cuál es el costo, y cuál el beneficio. Se habla hace muchos años, pero nunca termina de cuantificarse seriamente. ¿Cuál es la importancia de avanzar en una nueva Ley del Seguro? Al diseñar una nueva política pública es importante tener un instrumento legislativo que le dé un nuevo marco. Hay que tener en cuenta la irrupción del derecho de los consumidores. También debe ser una ley que contemple el reaseguro con sus especificidades; que defina un nuevo rol para los productores y los agentes institorios; que pueda darle mayores instrumentos de control a la Superintendencia; que plantee la promoción de la actividad, a través de la definición de fondos que garanticen la permanencia de una campaña de conciencia aseguradora. Algunas cosas se pueden resolver por resolución, otras por decreto, y en otras es necesario avanzar en una ley. No nos parece mal que una sociedad discuta una ley que tiene más de 40 años: una nueva ley en un escenario internacional distinto y donde podamos incorporar estos nuevos elementos. ¿Cuáles son los aspectos en los que se debe mejorar el desempeño y la capacidad de la Superintendencia de Seguros? Hay que generar la discusión de hasta dónde debe llegar el control del organismo, ya que su tarea es muy importante y, detrás de una compañía, está la expectativa de miles de personas que han depositado su confianza. Tenemos que avanzar en un esquema donde cada vez se cualifique más la actividad en la Argentina. Esto es responsabilidad de las empresas, pero, sobre todo,

del Estado. Por ejemplo, durante 20 años se consideró que si el organismo de control no intervenía en el mercado de reaseguros y quedaba librado a la oferta y la demanda era mejor. Lo cierto es que era un espacio donde se habían relajado en los controles, en la capacidad de redireccionar una política, y los resultados no eran buenos para la economía nacional. Tiene que haber un Estado dispuesto a controlar y privados que no hagan trampa y acepten las reglas de juego. ¿Ven al Banco Central (BCRA) como un modelo para seguir en materia de supervisión? El del BCRA es un muy buen ejemplo, pero hay que atender a las especificidades que tiene el seguro. Tiene que estar la decisión política de tener un organismo de control y tiene que estar acompañada de recursos materiales y humanos, y de un marco legal que garantice ese funcionamiento. Avanzar hacia normas de solvencia más exigentes y más alineadas con la normativa internacional, ¿se encuentra dentro de los objetivos del Plan Estratégico ? La Argentina tiene que buscar su propio camino, sobre todo en este tema en el que no hay ningún país que haya aplicado la totalidad de las normas de solvencia y donde Europa posterga de manera constante su entrada en vigencia. Creo que hay conceptualmente una identificación con que es necesario un sistema basado en el respaldo y la solvencia que tienen que tener las compañías, basado en la existencia de alertas tempranas, con mucho eje en el gobierno corporativo. Hay puntos de acuerdo en el marco hacia dónde avanza el mundo, pero tenemos que buscar un modelo propio de incorporación de estos elementos. Es muy importante la incorporación de elementos tanto legales como tecnológicos para tener una información permanente de cómo está comportándose una compañía. Indirectamente, esto está relacionado con la póliza digital que pusimos en marcha en abril, con mucha resistencia del sector en un primer momento. Estábamos seguros de que era una herramienta que contribuía al control y, sobre todo, a defender los intereses de las compañías y de los usuarios. Las compañías que trabajan bien logran mejores resultados y una mejor imagen hacia fuera, y los usuarios se ven resguardados en sus derechos. Hay un salto cuantitativo y cualitativo que hay que dar permanentemente.


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