Presentación Trabajaremos de presos

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PRESENTACIÓN

Pocas veces he acometido un trabajo de esta índole con tanto afecto, placer y responsabilidad. Es que tanto el autor como el protagonista de este libro son amigos del alma y compañeros de ideales de muchos años. Y aunque, por consiguiente, me comprenden las generales de la ley, quisiera trasmitirle al lector el interés por el libro, pues es el testimonio sincero de un militar patriota, perseguido por los militares gorilas de “la seguridad nacional” (norteamericana), por su doble condición de demócrata y frenteamplista, que busca esclarecer el relevante papel de una corriente militar surgida en 1964, “la 1815”, cuyo numen inspirador, fundador y primer conductor fuera su camarada y temprano amigo, el Coronel Pedro Montañez, “cruzado de la libertad”, como lo caracterizó, certeramente, el entonces senador Carlos Cigliutti, en ocasión del homenaje que el Senado de la República le tributara el día de su muerte, cuya versión completa y la de los demás senadores intervinientes se transcriben, textualmente, en el primer Anexo de este trabajo. El título del libro: “El Coronel Pedro Montañez y la Corriente 1815”, tiene una diáfana relación con el propósito central del autor, protagonista también de los hechos relatados, cuyo testimonio o memorias, sin las pretensiones de otros, rescata importantes hechos de nuestra historia reciente y, al mismo tiempo, enaltece la enorme personalidad política, militar y moral del Coronel Montañez. A diferencia de los “memorialistas” al uso, que son el centro mismo de su propio relato, el autor de este libro pone el acento en la figura del creador y conductor de una corriente militar que, en épocas de grandes turbulencias políticas y en plena crisis económico-social del país, supo mantener los principios de la institucionalidad democrática, desde una perspectiva nacional y popular, contra viento y marea. El hilo conductor de este trabajo de tono testimonial, de escritura sencilla, clara y muy amena, es la trayectoria de la Corriente (que no

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General Pedro Aguerre Albano logia, como subraya el autor) 1815, cuya importancia y accionar no aparecen registrados en los profusos relatos de nuestra historia reciente. Nacida, como está dicho, en la tormentosa década de los 60, tiene como motivos de su gestación, dos procesos muy relacionados, casi de causa a efecto: el de la creciente “desnacionalización” de nuestras Fuerzas Armadas, ganadas por la doctrina de la seguridad nacional impartida en las escuelas militares norteamericanas, y el reiterado rumor de golpes de Estado en nuestro país, y las correspondientes logias militares en acecho. Por eso el “programa” sustancial de la Corriente 1815 apuntaba a rescatar la naturaleza nacional de nuestras Fuerzas Armadas y a defender, sin fáciles atajos, las instituciones democráticas del país, procurando ganar la opinión de otros oficiales y minimizar el papel de los militares gorilas. Lamentablemente en esta pugna entre militares demócratas y golpistas, estos finalmente fueron ganando posiciones al punto que, en la década siguiente, con la complicidad de nuestra derecha política y mediática, estuvieron en condiciones de dar dos sucesivos golpes: el inicial del 9 de febrero de 1973 y el definitivo del 27 de junio del mismo año, con la disolución del Parlamento y demás medidas liberticidas. Esta caracterización sobre la naturaleza golpista de ambos episodios, surge con claridad en el libro, a diferencia de otros textos. Pero esta pugna entre militares defensores de la institucionalidad y logias golpistas se desarrolló durante un largo período, desde la primera intentona colorada de 1958 hasta la blanca de 1964, ambas frustradas, hasta que se imponen, coaligadas por lo menos parcialmente, a partir de los años 70. Sobre esta interna militar el libro de Aguerre arroja mucha luz. También esclarece el proceso de “desnacionalización” de nuestras Fuerzas Armadas, aportando informaciones de una política entreguista e indigna, no solo de los militares actuantes sino, especialmente, de aquellos gobiernos, blanqui-colorados que la toleraron, pues la cuestión militar, hasta el gobierno de Tabaré Vázquez, no la definían las autoridades legítimas, elegidas democráticamente, sino las Fuerzas Armadas. Es interesante y muy aleccionador destacar la muy enjundiosa razón del nombre conciso que adoptó la Corriente, por unanimidad de “los cinco presentes, que ya venían funcionando como dirección co-

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Hermano, trabajaremos de presos lectiva”: “1815”, fecha-denominación que reaparecerá por dos veces, en sucesivos emprendimientos institucionales de corta duración, en el período posdictatorial, que dieron lugar a equívocos y confusiones, a la vera de esta presentación. Dice el autor: “El año 1815 señaló el único momento en que la Banda Oriental fue verdaderamente autónoma… Estaba en marcha la ejecución del reparto de tierras dispuesto en el Reglamento dictado por Artigas sobre el arreglo de la campaña y seguridad de los hacendados… [y] el decreto firmado el día antes que el de tierras (Reglamentación sobre Puertos)…”. Estas razones de un nombre, son indicativas del ideario artiguista que los convocaba, en su máxima dimensión republicana, democrática y nacional-popular. Desde los inicios de esta Corriente (y sus avatares) hasta la reciente ley reparatoria de los militares demócratas, los vinculados a la 1815, entre ellos el autor da su testimonio y su interpretación sobre hechos ocurridos, poniendo en conocimiento muchos elementos de análisis, algunos desconocidos o poco conocidos, que les dan renovado interés a sus sucesivos ítems. Entre ellos, destacamos los siguientes: los primeros enfrentamientos de los conductores de la Corriente 1815 con los militares gorilas en el Instituto Militar de Estudios Superiores (imes), el inventario de armas y municiones efectuado por el autor durante la corta Presidencia del General Oscar D. Gestido, de insólito balance, el Plan Brasil de 30 horas (para invadirnos, en caso de victoria popular en 1971) y las constataciones in situ del autor, en el sur de dicho país, la militarización de los bancarios, las acciones de los militares demócratas en el entierro de Liber Arce, los allanamientos a las Facultades de nuestra Universidad, la huelga en el Frigorífico Victoria, la Marcha de Fray Bentos, las violencias gorilas contra el naciente Frente Amplio en las elecciones de 1971, el primer procesamiento político contra Montañez y Aguerre de 1972, la segunda detención de ambos en 1976 y los rigores y torturas sufridos por el autor en el establecimiento clandestino de Punta Gorda, con detalles asombrosos sobre métodos y personajes despreciables, las estancias en la Cárcel Central de la Jefatura de Policía de Montevideo de una veintena de militares, con el poco conocido intento de atentado desbaratado por el Jefe, y en Punta Carreta, con actitudes y formas de vida en la prisión enaltecedoras del espíritu y del

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General Pedro Aguerre Albano coraje de los privados de libertad, los fallos de los Tribunales de Honor, poco honorables, y de la Justicia Militar, “que es a la justicia lo que la música militar es a la música”. En suma: un libro breve, sencillo, de fácil lectura, revelador de hechos y actitudes poco o totalmente desconocidos, demostrativo de que más allá del adoctrinamiento norteamericano de nuestras Fuerzas Armadas, que parece aún no cesar, hubo verdaderos soldados-ciudadanos artiguistas que resistieron y lucharon, en las peores condiciones, trabajando incluso “de presos”, como con humor incólume, refirió el protagonista al autor, en la difícil instancia de optar ambos por un “inxilio”, de sombría perspectiva. Montevideo, setiembre de 2012 Dr. José E. Díaz

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