El último caso
El último caso
Para Pablo De Santis, porque siempre hay un misterio mรกs por resolver...
Un viernes por la tarde sonó el teléfono. –Hola Último Espía, tengo un caso nuevo para resolver… ¿Ya llegó Miguelito? –dijo el Millonario Misterioso. Inmediatamente sonó el timbre de mi casa. Me levanté para abrir la puerta y vi a Miguelito con su yoyó rojo en una mano y en la otra un sobre. Amablemente le ofrecí un alfajor,
pero el repelente
niño no aceptó. -Odio los alfajores –dijo mientras rompía un jarrón de cristal intentado hacer un truco con su yoyó. En cuanto Miguelito se fue abrí el sobre. El recorte del periódico anunciaba:
El caso de los teléfonos rotos Tres locales de teléfonos habían sido atacados, los aparatos que estaban a la venta aparecían destruidos por las mañanas. Las entradas a los locales permanecían sanas, pero los teléfonos aparecían rotos como si los hubieran martillado. Me presenté en una de las compañías con una identidad falsa por supuesto, era el “Supervisor de telefonía”. Me atendió el encargado del local Marcos Acuña y me dijo que no sabía nada, que todo era un misterio. Volví a casa para preparar mi plan: entrar al negocio antes del cierre y descubrir al delincuente. A la tarde y con una peluca para que no me reconocieran, entré al negocio como si fuera un cliente. Me escondí detrás de un cartel de la promo 2x1 y esperé a que se hiciera de noche, cierre el local y aparezca el rompeteléfonos. Mientras tanto tomé prestado un iphone para sacar fotos de la escena del crimen.
Se hizo la hora del cierre, todos los clientes y empleados se fueron y el negocio quedó cerrado. Luego de unos minutos, por una ventana apareció Marcos y con un martillo empezó a romper todos los teléfonos. Yo no lo podía creer entonces me acerqué y lo iluminé con el iphone. -Ahhhhh… Sí, soy yo Marcos… me descubriste… Desde que apareció la oferta 2x1 nadie me necesita… Soy servicio técnico de teléfonos y nadie más me llama para repararlos cuando se rompen, prefieren comprar nuevos antes que repararlos. Aproveché para hacer una selfie con Marcos y de paso lo hice razonar. Al final de la noche nos llevamos dos teléfonos aprovechando la promo, por supuesto dejamos el dinero arriba del mostrador.
Relizado por los alumnos de 5to. A y B Escuela Nro. 4 DE 7mo. 2017