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De palabras
CURIOSITY DE PALABRAS
ELSONORO MUNDO DE LAS 0NOMATOPEYAS
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lonk, crash, bonk… Son ono-
Pmatopeyas, es decir, palabras que imitan o recrean sonidos; en estos tres casos, de golpes o choques. Constituyen aquellas un recurso expresivo imprescindible para los autores de cómics o tebeos; hay cientos, y unas cuantas han encontrado su sitio en el diccionario de la RAE: así sucede con algunas para el ruido de ciertos animales –el guau de los perros, el miau de los gatos y el hin que representa el relincho de caballos y mulos, por ejemplo–; con zas, que alude al sonido de un golpe; o con rataplán, el redoble de un tambor. Existen muchas más, recogidas o no en los diccionarios, con protagonismo de los ruidos o sonidos comunes de la vida cotidiana: toc, toc para la llamada a la puerta; muac para un beso, el ¡tilín! de una campanilla…
José Martínez de Sousa (Pontevedra, 1933) es bibliólogo, tipógrafo, ortógrafo, lexicógrafo y autor de numerosos diccionarios y manuales. En su día publicó un compendio de casi cien onomatopeyas, como ratatá –las ráfagas de disparos de una ametralladora–, plas plas –los aplausos– y puaj, que se corresponde con una expresión de asco. Ñam ñam indica el murmullo de placer ante una comida suculenta o el masticar; bla, bla, bla una conversación ininteligible; catapum o cataplam un golpe o caída fuerte; y buah es la trascripción de la sorpresa o el desdén. Hay alguna más sorprendente, como el sonido del entrechocar de espadas –¡chis, chas!–, el de alguien que se ahoga –gluglú– o el de los rechinantes muelles de un colchón –ñeec, ñeec–.
Es curiosa la forma en que las onomatopeyas cambian según los idiomas: lo que en español es la voz de un ave, el clásico pío, pío, es en inglés tweet, tweet, de donde viene el nombre de Twitter, por cierto, y el de los tuits, que serían como gorjeos en la red social. En nuestra lengua, el sonido del claxon de un coche se representa con piiii, mientras que en inglés es ¡honk! Nuestro soporífero zzzz es el gu gu del japonés. En lo que todo el mundo está de acuerdo es en el sonido de las explosiones: ¡boooom!, con más o menos oes en función de la potencia.
TRATANTES DE AMORES
Alcahueta, casamentera, trotaconventos… Palabras que denominan a la persona –por lo general mujer– que facilita por interés y muchas veces encubre una relación amorosa a menudo ilícita. Es un oficio muy literario: recordemos a la anciana Celestina de la Tragicomedia de Calisto y Melibea, atribuida a Francisco de Rojas y publicada en 1499. El nombre de esta vieja que posibilita el trato de los amantes que dan nombre a la obra se ha convertido en una de las formas de llamar a estas mediadoras. Por cierto: del verbo mediar surgió el adjetivo medianera, con igual uso que estos términos que vemos. Y hay otro sinónimo: tercera.
Por último, cabe decir que el vocablo alcahueta procede del árabe hispánico alqawwád, que significa literalmente ‘la mensajera’. Lógico, dado que con frecuencia, el trabajo de estas mujeres consistía en transmitir los mensajes de los amantes.
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ALTIRO
Si no eres de Chile, difícilmente sabrás que esta es la palabra que se usa en ese país para decir inmediatamente,al momento o al instante.
DE PROFESIÓN, TAQUIMECA
Durante décadas fue un empleo ocupado mayoritariamente por mujeres, que tenían en él una de las pocas vías de acceso a los trabajos de oficina. Los taquimecanógrafos son las personas entrenadas para la taquimecanografía, es decir, el uso combinado de las técnicas de la taquigrafía y la mecanografía. La primera consiste en escribir tan rápido como se habla, gracias al uso de ciertos signos y abreviaturas. La segunda alude a la capacidad de escribir a máquina con velocidad y sin errores. La palabra taquimecanógrafo es tan enrevesada y difícil de pronunciar que los hablantes acabaron dejándola en taquimeca, un vocablo recogido en el diccionario de la RAE.
TAN BIEN JUNTO COMO SEPARADO
El adverbio entretanto, así escrito, en una sola palabra, o entre tanto, en dos, significa lo mismo: durante el tiempo que pasa hasta la realización de lo que se expresa. Ambas posibilidades son correctas. El vocablo también puede utilizarse como sustantivo, y entonces siempre se escribe junto. Por ejemplo: “Estuvo esperando, y en el entretanto se bebió una cerveza”.