LA REVISTA DE LA FUNDACIÓN GLOBAL DEMOCRACIA y DESARROLLO - VOLUMEN 2 - N° 6 - JULIO /SEPTIEMBRE 2005
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Dominicanidad: la mirada del afuera Miguel D. Mena
énfasis
EL NEOLIBERALISMO CUESTIONADO Es un hecho sin discusión entre científicos sociales y entre dirigentes y activistas políticos el fracaso del programa neoliberal para el desarrollo económico, social, político y cultural ofrecido (e impuesto) al mundo por el "Consenso de Washington" . Los principales gestores y defensores del contenido de ese "consenso", incluyendo a John Williamson, quien así lo bautizó, aceptan hoy día que éste no previó la significación de las instituciones en el desenvolvimiento de la economía y que no dio el más mínimo valor a la política social. ' "Era una agenda incompleta" es la fórmula que ellos, sus autores y promotores, utilizan para autocriticarse por los pésimos resultados de las reformas empaquetadas en la capital de los Estados Unidos de América . Con esa expresión tratan de velar, de reducir a lo menos, las consecuencias de su "error", error que no es sólo de imprevisión intelectual, académica o técnica, y que ha afectado tremendamente las vidas de miles y miles de personas. Así tratan de embozar que las reformas de mercado han producido serias dificultades socioeconómicas y políticas y que bajo ellas se han destapado las así llamadas "patologías globales", con las cuales la humanidad tiene que bregar si quiere que su futuro sea mejor que su presente. Es muy difícil negar que esas reformas han producido el pobre desempeño económico y el deterioro distributivo exhibidos en las últimas décadas por la mayoría de los países periféricos, pues esas realidades están validadas por datos provenientes de organizaciones internacionales, como la CEPAL y el PNUD, y por instituciones financieras mundiales y regionales, como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el mismo Fondo Monetario Internacional. Es bajo la puesta en marcha de las reformas recomendadas por el "Consenso de Washington" cuando surgen importantes movimientos sociales que en más de un país de América Latina y del resto de la periferia mundial han puesto a tambalear la así llamada gobernabilidad democrática. Y ese mismo manto fue el que cubrió la conversión en globales de aberraciones como el narcotráfico, el armamentismo, la corrupción y la violencia y la delincuencia ciudadanas. El cuestionamiento al neoliberalismo se organiza y emite estudios, declaraciones, en fin, propuestas que en muchos casos coliden con las que levanta esa ideología , Así hay que pensar de las diferentes cumbres organizadas por las Naciones Unidas, de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, del "Consenso de Barcelona" y de los esfuerzos de cinco años de estudios y debates de los ex presidentes latinoamericanos y caribeños que concluyeron recientemente en Cartagena de Indias, Este fracaso del liberalismo en su versión postmoderna, no sólo afecta a las propuestas concretas que se concertaron en la capital estadounidense, sino también a todo el edificio ideológico que lo constituye y cuyo versión actual más conocida (y ahora más errática) son las obras de Francis Fukuyama , y esta situación, como era de esperar, ha dado de nuevo fuerza a propuestas o a parte de ellas que tuvieron vigencia en el pasado. Se vuelve a hablar del Estado y de la conveniencia de su intervención en la economía para evitar situaciones de desigualdades sociales tan anti-éticas como las que se viven. En realidad, una mirada profunda a las últimas décadas permite afirmar que el tema entre Estado y economía no es si aquel debe o no intervenir en ésta, sino en qué sentido debe intervenir, entendiéndose esto como a qué sectores (y cómo) debe favorecer su intervención , y, finalmente, de todo esta costosa historia para la humanidad iniciada en Washington, se desprenden dos viejas (y muy sabias) verdades de la filosofía política universal: que no existe una sola vía para el desarrollo de las naciones y que son los ciudadanos los que ostentan el derecho a escoger los sistemas económicos y sociales que prefieren. Ojalá en el futuro estas dos sentencias no vuelvan a olvidarse.
Carlos Dore Cabral
CONTENIDO 4- Representaciones modernas de la dominicanidad: la mirada del afuera
Informe especial Agenda Global para América Latina
Por Miguel D. Mena ¿Identidad o identificación? Comienza el siglo XXI y advertimos que la realidad desborda las conceptua liza ciones sobre lo dominicano. Entre la interpretación y la realidad no hay fluidez. El tema de la dominicanidad es incesante. ¿Es también un trabajo de Sísifo? ¿Es posible, necesario, establecer los límites de nuestra nacionalidad?
Globa l publica la declaración final de los ex presidentes latinoamericanos y caribeños, que después de cinco años de una intensa labor de estudios y de debates lograron concertar en un so lo documento, titulado "Agenda global para América Latina", un programa común de esfuerzos a realizar en pro del mejoramiento socioeconómico y político de esta sub-región. Introducción de Carlos Dore Cabral
14- Nuevas ideas sobre desarrollo económico: el Estado al acecho
34- Ganar-ganar en la alianza turismo-cultura
Por José Luis De Ramón Hoy en día está surgiendo una nueva corriente de "pensamiento dominante" como reacción al pensam iento liberal encarnado en el "Consenso de Washington", sobre lo que se debe hacer (y evitar) para encauzar al mundo pobre hacia el desarrollo. Del /aissez faire que hasta ahora propugnaba un intromisión mínima de los gob iern os, las ideas domina ntes parecen apostar ahora por la intervenc ión estatal y por hacer política económica "a la med ida".
Por Melvin Peña La creación y desarrollo de ind ustrias culturales, jalonada s por el turismo, apuntan hacia una diferenciación y posicionamiento del destino y la marca República Dominicana frente a la común oferta caribeña de arena, sol yagua. En una relación ganar-ganar de ambos sectores, la cultura agrega valor y diversificación al producto turístico nacional, mientras que el turismo constituye un escaparate invaluable para promocionar la exportación de nuestros rubros culturales.
40- Arte del Caribe: centro y periferia 22- La carta de la dolarización Por Víctor A. Canto Un breve repaso a la hi storia econ ómica domi nica na, desde el inicio de la República en 1844, ind ica qu e el pa ís ha experimentado con todas la s opc iones moneta rias hoy vigentes en los círculos económicos naci on ales e internaci on ales y demuestra que una dola rización gradual, a un ritmo determinado por la propia economía, es la opc ión más válida para controlar la inflación e imponer una d i ~cip lin a fi scal
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Por Marianne de Tolentino Los últimos 50 años de expresión plástica en el Caribe muestran un arte mestizo, una alianza entre tradición y modernidad, entre las artes visuales del centro y de la periferia. Alcanzar la paradoja de un arte a la vez ancestral y actual, reinventando, está en el temperamento, las convicciones y el oficio del artista caribeño.
50- La edición y el mundo en desarrollo Por Rafael Martínez Alés El mundo de la edición atraviesa un momento de profundas transformaciones. En los países en desarrollo, los editores, amenazados con sucumbir a los dictados de la hegemonía de unos pocos, deben encontrar modelos propios que sean compatibles con la presión globalizadora de hoy. La edición independiente, cuyo crec imiento debería ser especia lmente estimulado por políticas públicas, es la gran apuesta de los países pequeños para hacerse un hueco y neutral izar las tendencia s avasalladoras de los grandes operadores multinacionales.
58- Dos puertas y tres trivium Por Juan Mubarak El urbanismo y la arquitectura, su representación, su lectura, han cambiado de escala, y su lógica obedece má s a un estructuración de fuerzas dentro de una sensib ilidad táctil relacionada con el sentido de la materialidad y la capacidad de articularse a su medio. El artículo nos introduce dentro del pensamiento contemporáneo a pa rtir de una visión escalar del espacio y tres ideas que se construyen a través de un hilo conductor: la relación existente entre la tecnología y la comunicación.
66- Chicago: ciudad y poesía Por Frank Báez Chicago es la ciudad donde nacieron figuras com o Ernest Hemingway, Philip K. Dick o Frank Lloyd Wright; es la ciudad del jazz, del edificio más alto del mundo y del viento. Pero también es una metrópoli que por décadas ha influi do en generaciones de lectores a través de sus revistas y sus poetas. En Chicago, edificios, gente y versos se entretejen en un mosa ico en movimiento que se hace poema.
Representaciones modernas de la dominicanidad LA MIRADA DEL AFUERA Por Miguel D. Mena ~~
¿Identidad o identificación? Comienza el siglo XXI y advertimos que la realidad desborda las conceptualizaciones sobre lo dominicano. Entre la interpretación y la realidad no hay fluidez. El tema de la dominicanidad es incesante. ¿Es también un trabajo de Sísifo? ¿Es posible, necesario, establecer los límites de nuestra nacionalidad? /
tuarse correctamente tendría que considerar los procesos stamos frente a lo "dominicano", lo corporizamos de globalización. cuando se menciona gente ganando premios vía La dominicanidad no existe como esencia, forma, essatélite, pero no sabemos ir más allá del asomtructura, objeto dado. Es un concepto que suscribe a un bro, de los toques de gozo nacionalistas, de los reconoterritorio, a un tiempo. Es un acuerdo por el cual nos ubicimientos que ~ siempre harán nuestras muy honorables camos en una cartografía cultural, histórica. cámaras de diputados y senadores por tanta bandera en Lo moderno de la dominicanidad fue asumir lo haitiaalto. Pero también hay otros rostros en un país esencialno. Nuestra postmodernidad descansa en el dominicano mente urbano, con una capital desbordada, una economía extra-insular, aquel que se apega a un paisaje hace tiemdependiente de los ausentes, con corrientes migratorias po dejado, pero el que todavía constituye un escenario yuxtaponiendo un deseo espectacular sobre una realidad esencial del imaginario. maravillosa. Tenemos un merengue y una bachata aceleNuestra vida republicada se ha movido entre dos piarando y unificando los oídos de todo un continente, trasnos esenciales: el de la defensa y el de la proyección de lo cendiendo fronteras e instalándose en un gusto universal. nacional. Lo moderno y lo postmoderno no son procesos Las dos grandes escuelas de interpretación que campearon consecutivos ni excluyentes, sino paradigmas que servidurante el siglo XX dieron sus frutos, pero ahora hay que rán para precisar renovar la coseLa dominicanidad no existe como esencia, forma, es- momentos de excha. El positivismo y el marxismo tructura, objeto dado. Es un concepto que suscribe a presividad, pero no objetos ya nos propusieron un territorio, a un tiempo. Es un acuerdo por el cual La garantizados. nociones racionales, acompanos ubicamos en una cartografía cultural, histórica. dominicanidad siempre será porsadas dentro de un orden, una dirección, una razón última, a la manera tátil, transferible, elegible, si es que se la conceptúa en su cotidianidad. hegeliana. Desde los personajes de El montero (I856), de Desde la Era de Trujillo hasta los gobiernos de JoaPedro Francisco Bonó (1828-1906), hasta Yo soy la salquín Balaguer, el concepto de patria se reducía a nuessa, en el happening del artista multimediático Raúl Recio (1965), las figuras que nos han representado han contenitros 44,000 kilómetros cuadrados. Desde los años 80 hasta ahora, el peso progresivo y apabullante de la comunidad do elementos de ruralidad, violencia, miseria, esperanza, dominicana en el extranjero ha variado el espectro de insularidad y "desinsularidad". Vemos y no vemos la isla. nuestras fuentes de identidad. Lo moderno del trujillato Somos y seremos los primeros y los primados del Nuevo fue precisar el concepto de frontera dentro de una práctiMundo. Lo dominicano parece siempre estar en carrera y ca de poder estatal. Lo postmoderno que nos timbra desde a la carrera. El tema de la dominicanidad es incesante. ¿Es también los 80 es la ampliación de la noción de límite, de frontera un trabajo de Sísifo? ¿Es posible, necesario, establecer los nacional, de diálogo con los procesos de globalización, de "palabros" con un orden que necesita respuestas locales. l)mites de nuestra nacionalidad? Somos síntesis, productos de una fuerza que no siemLa pregunta sobre la dominicanidad se hace cada vez pre ha tenido su gravedad aquí, dentro de la isla. Nuestra más acuciante. ¿No es síntoma de una duda, de una anbandera, ¿no es de por sí una respuesta a la haitiana, que, gustia por cierta indefInición, el deseo de un punto de rea su vez, fue una traducción de los valores emancipadores poso? Toda identidad nacional se cristaliza en el contraste con el otro. de la Revolución Francesa de 1789? La dominicanidad es el último estrato dentro de las Nuestras figuras más emblemáticas en este primer decenia del siglo XXI, ¿no están braceando entre un domiidentidades múltiples que nos arropan. Antes de ser dominican-spanglish y el reconocimiento del solar que una vez nicano, se es caribeño, caribeño hispano-hablante, latino, hispano. El reflejo de los espejos podría elevarse hasta la fue el de sus padres? enésima potencia, dependiendo de quién y qué aparezca La imagen de Félix Sánchez recibiendo los laureles del o se establezca como interlocutor. Es una tarjeta que sirve oro en las Olimpíadas de Atenas en el año 2004 fue la coronación de una nueva dominicanidad, que para conceppara diferenciarse. Esto se reafirma si en el imaginario po-
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pular lo local comienza a estar vinculado con las figuras de fuerza, poder, sensualidad, creatividad, consistencia, como si lo "dominicano" sólo fuese consistente en la medida en que se adscribe a cierto heroísmo. El dominicano se ha quedado en la superficie de una de estas identidades múltiples. Recién ahora nos estamos pensando en un contexto caribeño, a pesar de los intentos de Juan Bosch con su monumental obra De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe,jrontera imperial (1970). La dominicanidad pierde uno de sus puntales por excelencia. Ya el castellano no es nuestra única lengua. ¿Cómo es posible que la avanzada del imaginario dominicano se esté expresando desde los años 90 en inglés? ¿Hay una "verdadera dominicanidad"? Si seguimos el modelo spinoziano, entonces tendría que haber, para que haya una "verdadera" dominicanidad, una "falsa". Este imaginario popular, estas construcciones de la identidad en el sentido común, están bastante alejadas de lo que la intelligentsia local a veces concibe como la dominicanidad. ¿Qué une al campesino liniero, al animador turístico de Cabarete o Punta Cana, y a la joven que detrás
de la barra de un bar madrileño se reconoce como dominicana? ¿Qué noción de patria tendrán los campesinos de Manabao y los venduteros de Jimaní? Nada fácil es armar este cuadro de lo que nos unifICa si antes de la búsqueda ya tenemos una respuesta, una "esencia" por localizar. Hay que superar esa imagen de la identidad nacional como postre o pasatiempo. En los hechos ese es el legado del trujillismo, una herencia a pensar y a asumir con la vocación de volcarlo en uno más abierto. Hay que situar la plurivalencia de la dominicanidad, pero también hay que subrayar la pertinencia del ser, de ese sujeto que a veces sólo tendrá la sangre y una parte del rostro para desenvolverse por ahí, en este mundo donde hay un país, muchos países, infmidad de patrias por constituir.
La nación muticultura La dominicanidad necesita nuevas defmiciones en el siglo XXI, a partir de los procesos de globalización y la necesidad de desarrollo, democracia y justicia social. Paradójicamente, gracias a la publicidad, el espectáculo y la
Las figuras que han representado la dominicanidad han contenido elementos de ruralidad, violencia, miseria, esperanza, insularidad y "desinsularidad".
Lo dom inica no es síntesis, producto de una fuerza que no siempre ha tenido su gravedad aquí, dentro de la isla.
compactación de las migraciones dominicanas, entre otros factores , caímos en la cuenta de la multiculturalidad del dominicano. Para darnos cuenta de eso hemos tenido que sufrir nuevamente los males de la insularidad: todo viene de fuera. La dominicanidad que instaló el trujillato, hasta ahora la dominante, nos creó bajo supuestos inamovibles. Éramos blancos, católicos, con una misión cuasi-divina por cumplir frente al resto del mundo. Cruzar la frontera y pensarse fuera de la isla era -y es, en muchísimos casos- síntoma de desafección nacional, cuando no de traición. Hay temas -como el de la doble nacionalidad- que reciben contradictorias lecturas. Mientras los más de 700,000 dominicanos que viven legalmente en los Estados Unidos disfrutan de las ventajas de tener el apreciado pasaporte "azul", la prensa creó tremendo escándalo hace unos dos años cuando se corrió la voz de que el pelotero Sammy Sosa quería nacionalizarse como .estadounidense. Los caminos para desentrañar esa maleza "trujilloneana" de la dominica ni dad no han sido fáciles. A la voluntad de estudios de antropólogos, sociólogos, politólogos, le siguió el azar 'de la historia. Triunfan nuestros beisbolistas en la meca norteamericana, vienen los acuciosos de sus universidades a determinar por qué desde el Ingenio Consuelo en San Pedro de Macorís surgen más estrellas para el Big Show que de 8 GLOBAL
toda la Florida. El merengue y la bachata trascienden los CÍrculos migratorios y ya está puesta la atención sobre la presencia africana en nosotros. Desde fuera se va destacando el aporte de los cocolos en la zona de San Pedro de Macorís. Se observa también a los descendientes de esclavos que no pudieron ir a colaborar en la fundación de Liberia, como era la utopía norteamericana de principios del siglo XIX, y que contribuyeron a levantar Samamá. Vienen investigadores del Smithsonian a fmales de los años 70 a estudiar la relación entre el ga-gá dominicano y el ra-rá haitiano, mostrando sus confluencias. La negritud es la otra piel, el otro piso, el lado del rostro que no vemos. A principio de los 70 los haitianos eran todavía masa trabajadora para los campos azucareros. Treinta años después, cuando los ingenios apagaron sus moliendas, parte de estos trabajadores se reubicaron en la recolección del café y del cacao. y mientras tanto, como es natural en toda migración humana, fue surgiendo una segunda generación que, sin gozar de ninguna prerrogativa jurídica, es parte todavía de ese limbo al que la condena la indefmición de nuestra propia Constitución. Mientras tanto, ¿no son ellos parte de la dominicanidad, como lo fueron en su tiempo y en la actualidad, los descendientes de esclavos norteamericanos que recalaron en Samaná y los coco10s de San Pedro de Macorís? ¿No
es el relativo bienestar del que goza actualmente la República Dominicana fruto del sudor y el esfuerzo de estos negros provenientes de todos los puntos cardinales del Caribe? Hay una dominicanidad que está saliendo a flote. En verdad no es nueva. Desde la primera mirada conquistadora ha estado ahí, lanzando sus llamaradas lacerantes, estableciendo gracias a la intolerancia. A pesar de todas las proclamas patrioteras que se arropan con auras tricolores y brindis de champaña, hay una dominicanidad que se nos revela en la ligereza del decir. Al dominicano no hay que aguarle su dominicanidad, pero amor no quita conocimiento. También hay otra, la fa mosa cara de la moneda, que no se puede dejar de percibir cuando echamos una mirada a nuestra historia. Si nos acercamos a los que transcribieron, pensaron o imaginaron la misma, los hallazgos conducirán a grandes sorpresas. Nos habremos dado cuenta que la gran literatura dominicana, la que va de Galván a Cestero, de ~osch a Del Cabral, que vira por los poetas sorprendidos, estalla con los cristales de Del Risco y se queda en alguna foto sepia de las que le gustarían a Veloz Maggiolo, está constituida por un saber que nos sitúa desde un principio de fue rza, de voluntad, de querer ser otra cosa que lo heredado históricamente. Algunos -pienso en Henríquez Gratereaux, quien a su vez lo tomó de J. R. López-, hablarían del "pesimismo dominicano". Otros -y recuerdo al querido Jiménes Grullón-, hablarían de "arritmias históricas", o de simple "atraso", si pienso en el Bosch de Crisis de la Democracia. Esta es la dominicanidad que desde la ínsula han estado viendo, con pasiones de monjes budistas, nuestros pensadores modernos, aquellos que han sacado a flote la imp ortancia de los sectores marginales (Isis Duarte), la ubicación de nuestra historia bajo los influjos del capitalismo norteamericano (Wilfredo Lozano), la importancia de la industria azucarera (Frank Báez Evertz), la cuestión del mestizaje y del racismo (Rubén Silié), el papel de las migraciones y los desarrollos urbanos (Carlos Do re Cabral), la formación del Estado (Ramonina Brea), los alcances de la Segunda República (Walter Cordero), el auto ritatismo en Trujillo y Balaguer (José Israel Cuello), los alcances de la modernidad (José Oviedo), o el papel de la sociedad civil (Pedro Catrain)' para sólo mencionar a algunos de mis viejos profesores, colegas y amigos de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. En Europa el diálogo continúa. Los dominicanistas ya se están convirtiendo en parte de la vida académica.
La alemana Frauke Gewecke, quizás la gran especialista y promotora de nuestra literatura en la lengua de Goethe -ha dirigido la edición del primer libro de cuentos dominicanos así como cuentos de Bosch-, ha dado a conocer su Der Wille zur Nation. Nationsbildung und Entwürfe nationaler Identitiit in der Dominikanischen Republik, que traducimos como La voluntad de ser nación. La formación nacional y las propuestas de identidad nacional en la República Dominicana. A través de cinco capítulos se va realizando una concisa y original interpretación de lo dominicano a partir de una exposición paralela de la historia y sus producciones discursivas.
Factor de juego En el primero se consideran los años que van del Descubrimiento hasta la Restauración de 1865. Destaca la manera en que la colonia española de Santo Domingo fue prácticamente olvidada por la metrópoli en los siglos de miseria colonial -los XVII y XVIII-, para luego ser utilizada como factor de juego en las contradicciones franco-hispánicas. Aunque la idea no es nueva, ya que sólo hay que repasar los textos de Frank Moya Pons al respecto, su aporte consiste en revelar la manera en que sobre esta historia se construye un discurso literario que se piensa en otra historia, una donde lo importante es resaltar lo hispánico frente a la "cuestión haitiana". En el segundo capítulo, que llega hasta la muerte de Ulises Heureaux en 1899, se pregunta por la manera en que la idea de lo nacional se debatió desde una visión que se cuestionaba alrededor de los derechos territoriales que defmían al Estado, hasta una en el sentido de una comunidad vital y solidaria. Pedro Francisco Bonó y Gregario Luperón aparecen como las figuras fundamentales. Del segundo subraya la manera en que lo nacional se asienta como conciencia en la manera en que se tiene conciencia de un pasado, por necesidad, heroico. Para Bonó, hay un hecho fundable de lo dominicano, lo multirracial. A ello se le agrega su precepto del país dentro de un destino, iniciándose así las pasiones faraónicas que con Trujillo alcanzaron su cenit y que todavía encienden pasiones. En una carta de Bonó a Luperón, fechada el dia 30 de diciembre de 1887, la idea está claramente expresada: "... y la Isla de Santo Domingo creo está llamada a ser el núcleo, el modelo del engrandecimiento y personalidad de ella en este Hemisferio" (p. 73). 9
Los dos capítulos fmales de este libro siguen por la misma dirección: lo dominicano se asienta sobre un desconocimiento de los elementos de su realidad, lo que equivaldría a la formación de una segunda realidad o una 'subrealidad'. A partir del concepto de "pesimismo dominicano", que la ambigua fIgura de José Ramón López puso de moda con su La alimentación y las razas, se establece lo que Gewecke denomina una "patogénesis de la nación y nacionalidad dominicanas". Luego, a través de las novelas históricas de Federico Garcia Godoy, se conceptúa la manera en que la imaginación literaria estuvo permeada por una obsesión por fIjar los elementos hispanizantes en la constitución de nuestra identidad. Esto culminaría durante la Era de Trujillo, en la obra de Peña Batlle y su discipulo, el doctor Joaquín Balaguer. El último capítulo de La voluntad de ser nación, que va de 1961 a 1995, se plantea la manera en que las fracturas alrededor de la vieja identidad del dominicano se enfrentan a las nociones de progreso. Escalera para Electra, de Aída Cartagena Portalatín, De abril en adelante, de M. Veloz Maggiolo, y Curriculum (el síndrome de la visa), de Efraim Castillo, le sirven como punto de apoyo para establecer la disolución de las identidades familiares y nacionales, el fracaso de milenarismos políticos y las actitudes reactivas frente a la realidad. En función del desengaño y las frustraciones, estos literatos considerarían la constitución de lo nacional en negativo. La nación no sería una comunidad comunicacional ni la "identidad nacional", como diría Gewecke al fmal de su estudio, "no sería presentada como un fundamentado principio de desarrollo histórico-cultural". El país dominicano se queda así, en el aire. Motivo más que valedero para seguirlo pensando.
Lectura desde Estados Unidos Página en blanco o pantalla, país, historia o identidad: para comenzar a, ver siempre hay que escoger un prisma. Si hay un símbolo moderno que puede ser el contrapunto de las embarcaciones, ese puede ser el del gallo. Desde el último decenio del siglo XIX, desde los bolos y coludos ha~ta el gallo colorado del Partido Reformista -o colorao-, ahí está ese símbolo, signo, objeto, cuerpo, moviéndose, moviéndonos. Un texto del antropólogo Clifford Geertz sobre la pelea de gallos en las islas de Bali ha servido de motivación para el título de una obra básica sobre las relaciones do10 GlOBAL
mínico-haitianas. Su autora es la periodista norteamericana Michele Wucker (1969), conocida por su colaboración en Listín USA. Su título es Why the Cocks Figth. Dominican, Haitians, an the Struggle for Hispaniola (Hill and Wang, New York, 1999), que traduciríamos como ¿Por qué pelea el gallo? La lucha de dominicanos y haitianos por la Isla la Española.
Es curioso observar cómo esta obra prácticamente ha pasado desapercibida para la intelligentsia dominicana. Tal vez se deba a que está escrita en inglés ; o al alcance de sus verdades. Escrita en una prosa bastante suelta, gráfIca y compacta en sus aseveraciones, a veces se tiene la impresión de estar frente a un libro de viajes, no muy lejos de los litorales de Bruce Chatwin. El mundo de la isla comienza en el Coliseo Gallístico Alberto Bonetti Burgos, en Manoguayabo. Todo lo insular coincide frente a esos gallos que se matan unos entre otros, como la mafIa. De repente aparecen en esas líneas el doctor Ángel Contreras, presidente del Coliseo, famoso cardiólogo. Más adelante aparece el político Federico Quique Antún Batlle, gallero de primera línea, recordando cómo su primer gallo fue un regalo de Modesto Díaz, uno de los que atentaron contra la vida de Trujillo.
Comparando Del trazo pintoresco, de la anécdota familiar o histórica, Wucker se lanza a la historia propiamente dicha, explicando los orígenes de la isla y las dos naciones dentro del póquer colonial. Más que la historia en sí, se está buscando lo comparativo. De ahí ese ir y venir entre los grandes actores - Trujillo, Balaguer, la Iglesia Católica- y el resto, que no por ser más menudo es más pequeño en importancia: desde la happening de Silvano Lora en el río Ozama tratando de detener la celebración del V Centenario, hasta el ritmo envolvente de Juan Luis Guerra. ¿Por qué el gallo pelea? se va estructurando dentro de un ritornello expresado en un letrero del Pequeño Haití, en los predios del Mercado Modelo: "Abajo Haití! Fuera los haitianos''', que continúa en la cotidianidad de la calle Del Monte y Tejada. Los latidos son los mismos aunque los escenarios vayan cambiando. La pobreza haitiana se despereza en Santo Domingo; las miserias dominicanas se trasladan a Nueva York. Todo es un ir y venir. Los dominicanos nos enorgullecemos de que haya un concejal dominicano -Guillermo Linares-, mientras en nuestro país no hay ningún alcalde pedáneo con apellido del otro lado de la isla.
Antes de ser dom inicano, se es ca ri beño, ca ri beño hispano-ha blante, latino, hi spano
El cap ítulo titulado "Accross the water" comienza con un poema de Chiqui Vicioso, "Nueva York 1987", donde aquel cosmos es el lado oscuro, agreste del solar nativo. Todos los espacios están signados por esa búsqueda de otros espacios, como si los lugares nunca pudieran ser co nsistentes, como si las islas fuesen zonas de despegue y todo fuese una isla. Hasta ahora no he encontrado un texto donde se describa de manera tan puntual el devenir dominicano de los años 90 como se hace en la obra Why The Cocks Figth. Tal vez el subtítulo le quede grande a este libro, porque al fmal la relación entre los haitianos y los dominicanos resulta desequilibrada. Si bien destaca bien documentada y vivencialmente la realidad dominicana y su doble moral, del lado haitiano no hace el mismo énfasis. Más que un puente para comprender ambas realidades, el pasajero parece quedarse varado en esta parte nuestra de la isla. La manera en que se nos ignora del otro lado , el hecho de que no haya una voluntad de co mprensión más efectiva en Haití para asumir nuestras historias -como la tenemos de este lado, al menos en parte signifIcativa de nuestra intelligentsia- , no es destacada de manera sufIcie nte. Al fmal de la obra hay un valioso glosario de dominicanismos y haitianismos, aparte de una documentada
bibliografía. ¿Por qué pelea el gallo? concluye con los mismo personajes del principio. Antún Batlle ganará la pelea de gallos pero perderá las elecciones, las luces se apagarán en Palavé, en Haití y en Nueva York. Tal vez por su situación colonial, por el peso del bilingüismo y por la capacidad de diálogo con los estudios culturales realizados en los Estados Unidos y en Europa, han sido los puertorriqueños los más dados a sacarle fIlo a esta agua de la multiculturalidad. Tengo enfrente a Juan Otero Garabís (1962) y su obra Nación y ritmo: "descargas" desde el Caribe (Ediciones Callejón, San Juan de Puerto Rico, 2000). La obra comienza analizando "la construcción discursiva de los imaginarios nacionales caribeños en textos literarios y musicales" (p. 40).
Una batería conceptual lo acompaña: desde Mijail Bajtín hasta Ángel Rama, pasando por algunos clásicos del pensamiento caribeño : Fernando Ortiz y su concepción de "transculturación", Antonio Pedrarias y su visión de la "insularidad", y Pedro Henríquez Ureña y su distinción en torno al arte popular y el vulgar. Garabís explica que su trabajo es una combinación de sociología, musicología, etnomusicología y nuevo historicismo. "La Guaracha ... " de Sánchez y la música de El Gran Combo y de Willie Colón le sirven para determinar 11
señala: "A pesar de que la canción afirma que los dominicanos son 'una raza encendida / negra, blanca y taína', el título del disco destaca la identidad taína sobre las demás". y agrega: "En una sociedad en la que la identiflCación con la cultura taína representa el racismo que elude la presencia africana y haitiana, titular un disco -y grabar dos canciones en lengua taína- Areíto puede ser interpretado como un intento de revivir el mito de Enriquillo que por largo tiempo fue la principal seña de identidad dominicana en negación de la africanía" (pp. 271-272). Sobre el video clip de Viene a pedir mi mano, se pregunta: "¿Quién viene a pedir la mano de quién? ¿Quiénes son los protagonistas del video? ¿Los bailarines de gagá? ¿Los que representan la pareja de jóvenes? ¿Juan Luis Guerra y 4:40? ¿Por qué se sitúa la escena folklórica simultáneamente en un museo de la capital y en San Pedro de Macorís? ¿Se quiere decir que la cultura de Macorís es pieza de museo, cultura muerta? ¿Se quiere resaltar esa contradicción que sitúa la herencia africana como elemento del pasado y no como algo vivo? Además, la pareja de protagonistas es marcadamente 'india clara', por lo que el video se mantiene dentro de una estética tradicional a pesar de resaltar la cultura africana" (pp. 269-270). Los iconos también tienen su reverso. y para fmalizar, una última cita, tal vez la manera de acabar englobándonos, entrando y saliendo por este laberinto de nuestra piel: "A pesar de que (Willie) Colón, (Juan Luis) Guerra y (Silvia) Rodríguez desarrollan estrategias similares a los literatos Luis Rafael Sánchez y Pedro Vergés, la distinción permite observar que unos se sitúan en la cultura que reproducirá y difundirá "mecánicamente" la "industria cultural", y los otros, a pesar de que sus producciones literarias también son reproducidas mecánicamente, se sitúan en el antiguo pedestal de la literatura, en la ciudad letrada" (p. 25). La ciudad letrada caribeña está encontrando su tinta. Ya estamos esperando las descargas que continuarán.
La dominicanidad es el último estrato dentro de las identidades múltiples que nos arropan. Antes de ser dominicano, se es caribeño, caribeño hispano-hablante, latino, hispano. lo que es "escribir en puertorriqueño". En una mesa reúne la obra de José Lezama Lima, aquella consigna de "hacer lo imposible" del Che y las canciones de Silvia Rodríguez: ahí está Cuba, su Revolución, y el tratamiento de "lo posible" y lo infmito. Para el caso dominicano, Garabís opera con su escalpelo sobre Sólo ceniza hallarás. Bolero (1981), de Pedro Vergés, y la trayectoria musical de Juan Luis Guerra. En la obra de Garabís se ha producido una buena síntesis de los estudios respecto a la cultura popular. Este autor reconstruye la manera en que bajo el trujillato se conforma una identidad nacional mediante la implantación del merengue. Tras la caída de Trujillo en 1961 , la concepción de "lucha sonora"-planteada por otra parte por el músico Luis Días- le permite situar la importancia de los años 60 y el futuro ascenso de la bachata. Merengue y bolero son sonoridades, por lo tanto, particulares formas de asunci(m del espacio, de la territorialización de los cuerpos, de exposición del deseo. Frente al concepto casi épico del merengue, el bolero opera como conciencia trágica, pero también como vuelta a la intimidad. La lectura de la sociedad dominicana en este momento fundacional que le sigue a la muerte de Trujillo puede hacerse en "bolero", como lo hace Pedro Vergés en su Sólo cenizas. Después del año 1965, el país comenzará a leerse en bachata. Aquí viene la gran novedad de este libro para el público dominicano. Aunque hay una serie de datos que se le escapan -como el hecho de que el primero en integrar la bachata a lo cult haya sido Luis Terror Días, sin cuya obra tal vez no sea posible el fenómeno Juan Luís Guerra-, es ejemplar la manera en que se decodifIca el edificio -por no decir institución y todo lo monumental que ello contiene- que ya es Guerra. Frente a la "bachata rosa" del primero se presenta la "bachata roja", en palabras de la cantabte Sonia Silvestre: tras la "denuncia tierna" de Guerra se esconde un conjunto de contradicciones en torno a lo popular y lo racial dominicano. Para Garabís, el intento de Guerra tiene los mismos alcances qu e el "Enriquillo" de Manuel de Jesús Galván. Al referirse a la canción "El costo de la vida", 12 GLOBA.L
Miguel D. Mena rea lizó estudios de Sociología en la Universidad Autóno ma de Santo Domingo y doctorad o en la Unive rsid ad Libre de Berlín. Ha estud iado la problemática urbana domi nican a, así com o sus alte rn ativas modernas y postmodernas. Actu al mente es consejero, enca rgado de As untos Culturales en la Embajada de Re pública Dominicana en Alema nia.
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Primavera 2005 REVISTA IBEROAMERICANA - UNIVERSIDAD DE ALCALÁ PRIMAVERA 2005 14 €
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nuetJllS relaciones España-América Latina
JOSÉ LUIS RODRfGUEZ ZAPATERO Pre ¡dente del Gobierno de España
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'Olanos arquitectónicos OSÉ ANTONIO HERNÁNDEZ LATAS
tualidad JOA UIN ESTEFANfA La Agenda del Desarrollo de Barcelona ARTU RO VALENZUELA cados Unido y el h mi ferio occidentaJ: h ia un compromiso efectivo
,logo de la lengua no a mano mre BLANCA BERASATEGUI y JORGE EOWAROS
'Os temas JORGE EDUARDO BENAVIDES Violencia política y narrativa n I Perú de lo año ochenta
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( Ilustraciones: Kilia Llano
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e está cuajando en el mundo -con muy tímida oposición- una nueva corriente de "pensamiento dominante" que surge, interesantemente, como respuesta desde distintos sectores del espectro intelectual ante el pensamiento liberal encarnado en el "Consenso de Washington" formulado y bautizado por John Williamson y transformado en eslogan y sinónimo hasta nuestros días (según Pedro Pablo Kuczynsky, injustamente), por laissez Jaire: gobierno mínimo y desprecio por todas las variables económicas y sociales, excepto el crecimiento del PIB. La nueva corriente de "pensamiento dominante" parece recuperar muchos de los elementos centrales de las ideas vigentes en las décadas de los años 60 y 70, actualizando la agenda, por supuesto, con los problemas añadidos en el transcurso de estos 40 años. Para empezar, y, aunque sea quitarle algo de la aureola de misterio a la ciencia económica, particularmente al área del desarrollo, es interesante analizar cómo se crean, destruyen y recuperan las ideas dominantes. En economía, como en tantas otras ciencias sociales, cada momento tiene ideas dominantes que, sin llegar a ser un paradigma, son por lo menos la "ortodoxia" o cuerpo de conocimientos generalmente aceptado por (casi) toda la comunidad científIca. De repente, algo inesperado pasa. Una política recomendada contiene un efecto secundario particularmente dañino. O la evaluación ex post de la aplicación de políticas ortodoxas deriva en la falta de resultados tangibles. Se concluye que la ortodoxia es inexacta, incompleta, incluso incorrecta, por más elegante que la teoría pueda parecer. Es el momento en el que, humildemente, se tiene que recordar que la ciencia está basada en procesos de prueba y error, algo olvidado con soberbia mientras la ortodoxia parecia funcionar. Entonces se inicia un febril proceso de búsqueda de un nuevo "pensamiento dominante': La característica principal de estos procesos es el desorden, la cacofonía de ideas, una torre de babel ideológica donde compiten la defensa a ultranza de la vieja ortodoxia (que propone que sólo necesitaría ser "afmada"). hasta ideas radicales y. por qué no, incluso excéntricas. Esta etapa de furor intelectual se agota en la medida en que una núeva información e investigaciones arrojan luz sobre la realidad. Paulatinamente. se produce un proceso. casi siempre liderado por unos pocos intelectuales carismáticos, en el que la cacofonía cede, un nuevo "pensamiento dominante" se recompone y la ciencia queda en 16 GlOB.A.L
estado de paz; hasta el próximo evento inesperado o hasta cuando se concluya que la nueva ortodoxia tampoco produce los resultados esperados.
la etapa estructuralista Tardíamente, a partir de los años 50, los economistas empezaron a interesarse por el retraso económico del mundo pobre, entendiéndolo como un mal solucionable. En algún momento. el término "desarrollo" entró en el idioma de la economía. Estos economistas que se enfrentaban a la realidad del mundo pobre habían aprendido de la visión clásica que el ajuste económico. teóricamente. es suave: el mecanismo de información de los precios logra nuevos equilibrios vía sustitución de productos e insumo s y vía la movilidad de factores. El crecimiento era función de la acumulación de capital y las ventajas comparativas. En el mundo "rico". la gran crisis de 1929, la publicación de "La teoría General" de J. M. Keynes, el New Deal de Rooselvelt, el "Plan Marshall" para la reconstrucción de Europa tras la II Guerra Mundial, más la existencia. con aceptables tasas de crecimiento, de la economía centralizada en la URSS, iban a transformar para siempre la manera en cómo se apreciaría el mecanismo automático de ajuste y el rol del Estado. tanto en la teoría económica como en la praxis. En el mundo pobre, los economistas del desarrollo encontraron, además, que los ajustes económicos están limitados por rigideces, bajas elasticidades de oferta y demanda y otras características provenientes de la "estructura" de estos países. Persuadidos de que era posible obtener algo más que "un crecimiento espontáneo" y con el objetivo de eliminar estas restricciones estructurales. los proponentes del desarrollo plantearon y diseñaron políticas intervencionistas, conscientemente dirigidas a circunvalar las leyes del mercado. La nueva visión incluía: • La importancia de la intervención del estado en la economía como necesidad para catalizar la inversión y expandir la demanda interna. desde la adopción de modelos pro-keynesianos, hasta modelos de planifIcación central. • La desconfIanza en el comercio internacional (otro puntal del crecimiento en la visión clásica), por la baja elasticidad observada de los precios de los productos de exportación y una preocupación creciente por el deterioro de los términos de intercambio; y, consecuen-
temente, la necesidad de concentrar las economías en la sustitución de importaciones, principalmente vía la protección arancelaria de la industria y la agricultura. • La necesidad de contar con ahorro externo (mejor en forma de ayuda que en inversión foránea), para provocar "masa crítica" y lanzar a las economías a crecer a mayor velocidad . • y lo que es más relevante y subyacente en los otros aspectos señalados, la gran desconfIanza en el mercado para determinar precios "correctos". Los resultados reforzaban las ideas: América Latina, de 1950 a 1980 tuvo un récord impresionante. En este periodo, la tasa de crecimiento per cápita fue de un 2.7% anual.
La "venganza" de Smith Hacia el fmal de los años 70, las políticas inspiradas en estos preceptos empezaron a mostrar consecuencias muy negativas. Se acabó el crecimiento y en la década de los 80, acertadamente llamada "la década perdida", el ingreso per cápita decreció en un 8.3% anual. La propuesta de un gobierno fuerte para catalizar el desarrollo y eliminar rigideces se materializó, tristemente, en un gobierno grande, institucionalmente débil y tan corrupto como siempre. La intención de estimular la demanda provocó enormes défIcit fIscales, cuya expresión más triste fue la hiperinflación y una deuda pública sin precedentes. Este fracaso, asociado al éxito de las economías asiáticas (que en los años 80 mostraron un crecimiento del ingreso per cápita superior a un 5% anua!), apostando por la promoción de exportaciones como su principal estrategia de desarrollo, y con ello, en apariencia, validando el presupuesto de las ventajas comparativas, llevaron a un resurgir del pensamiento clásico al fmal de los 70 y durante la década de los 80. Las críticas a los controles gubernamentales fueron en aumento; las distorsiones de los precios debían ser eliminadas. El mercado, la asignación libre de los precios y el énfasis en los incentivos de los agentes económicos debían ser centrales en el funcionamiento de la economía. Había que d~jar paso a la liberalización del comercio y abandonar las estrategias "hacia adentro". La inflación debía ceder ante procesos de estabilización. Ser pobre, para estos pensadores que se auto denominaron "neo-clásicos", era consecuencia de malas políticas económicas.Adam Smith fue desempolvado y empezó a ser ampliamente ci18 GLOBAL
tado en artículos y conferencias; la obra de Milton Friedman se convirtió en un éxito editorial y Anne Krueger llegó a señalar: "Una vez se reconoce que los individuos responden a incentivos y que los fallos del mercado son el resultado de incentivos inapropiados y no de la falta de respuesta (del mercado), (el desarrollo) desaparece en gran medida como campo de estudio". Las nuevas políticas propuestas para América Latina eran, sin embargo, poco más que referencias a la teoría clásica. Hacía falta, por tanto, un prontuario de recetas de aplicación general que condensara esta fIlosofía y la convirtiera en política. En 1989, John Williamson resumió en un artículo lo que, en su opinión, para las instituciones que tienen ingerencia en la maquinaria económica planetaria, eran las principales reformas necesarias para retornar al crecimiento de América Latina. El "consenso" se convirtió en una marca de reconocimiento universal, un "eslogan" usado a diestra y siniestra independientemente de su intención original e incluso de su contenido.
El artículo de Williamson planteaba, para su aplicación en Latinoamérica, el siguiente decálogo, como hoja de ruta al crecimiento económico y la estabilidad: 1. Disciplina presupuestaria. 2. Cambios en las prioridades del gasto público (de áreas menos productivas a sanidad, educación e infraestructuras). 3. Reforma fIscal encaminada a buscar bases imponibles amplias y tipos marginales moderados. 4. Liberalización fmanciera, especialmente de los tipos de interés. 5. Búsqueda y mantenimiento de tipos de cambio competitivos. 6. Liberalización comercial. 7. Apertura a la entrada de inversiones extranjeras directas. 8. Privatizaciones. 9. Desregulación. 10. Garantía de los derechos de propiedad. Mirándolo con una mente abierta, difícilmente se puede argumentar en contra de un menú tan simple y tan falto de apellidos. Pero este recetario no funcionó en la práctica.
Evaluación Así como la "década perdida" de los años 80 enterró a los estructuralistas, el nuevo modelo se hunde ante los resultados eco nómicos de la década del 90. Tras 10 años de "reformas", es cierto que la hiperinflación ha sido erradicada. Pero la de los noventa fue para América Latina otra década decepcionante, de bajo crecimiento tanto del producto como del empleo y con crisis fmancieras cada vez más frecuentes. Además, la inversión sigue estando por debajo de la de los años 70 y, aunque la pobreza disminuyó en el primer lustro, desde 1997 ha venido aumentado de nuevo. y los resultados en los primeros años del nuevo milenio no están siendo mejores. Las críticas al Consenso de Washington pueden ser clasiflcadas en tres. En primer lugar, en su concepción por Suponer un a economía internacional neutra al proceso de desarrollo: increíblemente, el Consenso de Washington ignoró la globalización y no incluyó políticas para enfrentar las consecuencias de la misma. En segundo, como recetario, menos por lo que contiene que por lo que deja afuera. El mismo Williamson ha señalado que "el Consenso de Washington peca más de omisión que de obra". Por último, en su aplicación prácti-
ca, menos por su racionalidad que por lo radical o incompleto de la ejecución. En el año 2003, Williamson y otros 14 economistas, evaluando la realidad de América Latina una década después de su famoso artículo, señala que el camino correcto es "completar, corregir y complementar las reformas"; en otras palabras, reformar las reformas. Pero para el nuevo pensamiento dominante, el que una economía planiflcada como la de China sea la que pueda, dentro del mundo en desarrollo, mostrar el récord de crecimiento más espectacular y perdurable; o el que las causas de las crisis fmancieras mundiales puedan tan obviamente ser atribuidas a las recetas del Fondo Monetario Internacional, hace que el pensamiento convencional deba ser cuestionado de raíz.
Barcelona 2004 En septiembre de 2004 se reunieron en Barcelona, España, los principales economistas del desarrollo. Sus conclusiones, cómo no, fueron presunción de futura ortodoxia. Si bien este no es todavía el pensamiento dominante, la falta de oposición intelectual, la actitud de apoyo recibida de la mayoría de la comunidad profesional y del Banco Mundial y la retirada ideológica en la que aparenta encontrarse el FMI, permite declarar este pensamiento como próxima ortodoxia. No obstante, apreciaron el rol de estabilidad macroeconómica, criticaron seriamente la recurrencia y la severidad de las crisis fmancieras, el poco éxito de las reformas, y la persistencia de desigualdades de bienes y de renta en los países en desarrollo. Hubo consenso, resumido en siete "lecciones" o prioridades, que describimos en forma muy resumida: 1. La calidad institucional, más una orientación del mercado con un equilibrio apropiado entre el mercado y el Estado, y una atención a la distribución de la renta, están en la raíz de estrategias exitosas del desarrollo. 2. Se necesitan políticas fmancieras, monetarias y flscales prudentes. Las grandes deudas (públicas y privadas) y los bancos mal regulados son serios obstáculos para el desarrollo. 3. No hay un solo sistema de políticas que se pueda garantizar para instigar a un crecimiento sostenido. Los países deberían tener libertad para experimentar, lo que no es lo mismo que un acercamiento al desarrollo del tipo "cualquier cosa marcha". Tampoco 19
esta libertad se debería utilízar para disfrazar políticas proteccionistas que simplemente transfIeren las rentas a poderosos grupos políticos. 4. Las negociaciones comerciales multilaterales deberían proceder de una manera que promueva el desarrollo. El proteccionismo agrícola y del sector textil en países desarrollados representa un obstáculo importante a la participación de países en vías de desarrollo en la economía global. Pero muchos de éstos también limitan su crecimiento potencial con políticas comerciales inadecuadas (proteccionismo). 5. Los arreglos fmancieros internacionales no están funcionando bien. Las reformas del sistema fmanciero internacional deben ser una prioridad para los países ricos y pobres. 6. Los actuales arreglos internacionales se ocupan de movimientos del capital y del trabajo asimétricamente. Generalmente, se trata a la movilidad del capital como algo a ser alentado. Esto mismo no es verdad si nos vamos a la movilidad de trabajo internacional. Pero las razones de la equidad y de la efICacia obligan a tener en cuenta una mayor migración internacional. Hay que mejorar los derechos de los migrantes. 7. El empeoramiento del ambiente y sus exteríorídades negativas necesitan abordarse con políticas de desarrollo sostenibles tanto a escala nacional como global. Las conclusiones de Barcelona en buena parte recogen las recomendaciones del Consenso de Washington, especialmente en la versión autocrítica: el manejo prudente de la deuda, de la política fIscal o la monetaria, son idénticas; otras muy parecidas. Otros puntos son, sin embargo, muy dispares y novedosos. Hay tres elementos que es importante destacar. En primer lugar, se abandona el "recetario" por un abanico "amplio (y potencialmente válido) de posibilidades. Tras analizar el éxito económico de países como China e India, por ejemplo, no puede menos que expresarse que hay más de una vía hacia el desarrollo, pero nos deja huérfanos de modelo de desarrollo a los "otros países". La inexistencia de un recetario causa desazón. Aún con un prontuario de reformas universalmente aceptadas, unas en ejecución y otras en espera, nuestros países son incapaces de romper inercias. Todos hablan de regular bien, pero el status quo se permite hasta las crisis más dañinas y costosas; se habla de invertir en capital humano, pero nadie actúa. Imaginemos por un segundo qué pasará 20 GlOBAl
una vez que estas proposiciones pierdan el cariz de dogma de fe: ¿cómo leerán en la práctica nuestros gobiernos estas recomendaciones de que "los países deberían tener libertad para experimentar"? En segundo lugar, se le da mayor preponderancia al rol del Estado. El énfasis en corregir con urgencia las desigualdades justifIca la intervención selectiva del Estado. También lo justifIca la propuesta de adoptar modelos sui generis, especialmente tras el éxito de China, economía ni planifIcada ni de mercado. Preocupa esta proposición. Siempre ha estado en el centro de la discusión dónde y cuándo es teórica y prácticamente justifIcable la intervención estatal. Generalmente, entre gente sensata, la diferencia está, más que en las áreas de intervención, en las magnitudes de la misma. Lo que para uno es intervención selectiva para otro puede ser intervencionismo irracional. y en nuestros países, en este tema, la tendencia es a pecar por exceso más que por defecto. Si cuando el paradigma era que el Estado sacara las manos de la economía, a éste se le hacia muy difícil dejar de intervenir, pese a carecer de la autoridad moral que brinda el pensamiento dominante, ahora que las ideas dominantes parecen acompañar la intervención estatal, el peligro de un desborde es mucho mayor. IguaJmente, si al mundo subdesarrollado, con niveles tan reducidos de institucionalidad, se le impregna de la idea de que es correcto hacer política económica "a la medida", experimentar, con intervención selectiva del Estado, ¿qué experimento no será tratado desde los gobiernos? En tercer lugar, la nueva perspectiva parece quitarle la responsabilidad y la capacidad de actuar a los países pobres, transfIriendo esta responsabilidad a los países ricos. Asusta la tentación implícita al conformismo que esconde esta proposición. La asignación de una cuota importante de culpa por el subdesarrollo al proteccionismo, fmanciamiento y control de la migración, saca de sus manos el destino de los países pobres, poniéndolo en las del G7 y los organismos multilaterales de fmanciamiento. El consuelo es que, por lo menos, estamos protestando. Parecería que la agenda de los países pobres se "limita" a encontrar una identidad económica, lograr institucionalidad, vivir en el mercado con intervención selectiva del Estado, distribuir la renta (que en el sentido amplio se entiende implica educación y salud para todos), mantener políticas macroeconómicas prudentes, proteger el ambiente ... y esperar que se apiaden de nosotros los países ricos.
Estos retos en sí serían sufIcientes. Añadamos que un reto tremendo va a ser defender con buena ciencia económica las iniciativas que se permiten y validan dentro del nuevo pensamiento dominante. Soluciones a la pobreza vía intervención del Estado y con las proposiciones económicas de los años 60 y 70 (basadas en desconflar de los mecanismos de formación de los precios y en tratar de elegir los resultados del ajuste macroeconómico) acechan de nuevo a nuestros países, en movimientos intelectuales y bajo teorías que aún no se han manifestado, pero que pronto, anticipamos, se auto denominarán "neo-estructuralistas". Aquí puede haber espacio para mucho bien, pero también el peligro para mucho mal. Podemos terminar con optimismo porque entendemos que, manejadas con cuidado, estas son proposiciones sobre el desarrollo que pueden ayudar si hacemos buena ciencia y buena política económica y desnudamos tem-
prano las proposiciones absurdas y los fuegos artiflciales intelectuales. En palabras de los autores de la declaración de Barcelona: "Los ciudadanos de países en vías de desarrollo saben concienzudamente que el desarrollo es una trayectoria larga y ardua. Si sus líderes se embarcan hacia ese punto, y si los países ricos ayudan a reformar los arreglos internacionales que obstaculizan más que facilitan esta trayectoria, todavía hay motivo para la esperanza". José Luis De Ramón es economista, egresado de INTEC (1979), con un postgrado en Negocios de la misma universidad y cursos de especialización en Cornell University y la Universidad de Chicago. Es el socio principal de Grant Thornton República Dominicana, donde además dirige la práctica de finanzas corporativas Tambi én es miembro del Consejo de Asesores Económicos del Poder Ejecutivo (CAPE) y autor del libro Volver a crecer 21
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a historia dominicana contiene la clave respecto a la política monetaria apropiada para el país. Analizando nuestro pasado podemos identifIcar qué tipo de política funcionó, y, si tenemos suerte, lograremos entender las razones que obligaron al país a abandonar dicha práctica en perjuicio de su bienestar económico a largo plazo. Para saber adónde vamos es importante saber de dónde venimos. Nuestro pasado monetario contiene la solución a la actual situación del país. La historia monetaria dominicana empieza en 1844. A raíz de la Independencia, el Gobierno emitió el peso dominicano, que, originalmente, circulaba a la par con las monedas española y mexicana. Lamentablemente, las leyes de entonces no especifIcaron ningún mecanismo de convertibilidad que impusiera una disciplina monetaria para controlar de forma automática la emisión de dinero inorgánico. La falta de regulaciones institucionales y el deseo miope de los gobiernos de turno de aumentar el gasto público, a falta de recaudaciones fIscales, tuvo que ser fmanciado con excesivas emisiones monetarias inorgánicas o mediante el endeudamiento externo. Los abusos de emisiones ocasionaron una depreciación sistemática del peso dominicano que lo llevaron de su paridad ofIcial de uno a uno, a mediados del siglo XIX, a 50 pesos por dólar. En 1863 el Gobierno eliminó toda posibilidad de respaldar la moneda dominicana con reservas internacionales (oro o moneda extranjera) y autorizó al Banco de la Nación para imprimir papel moneda sin respaldo alguno. Así nació la época del fiat standard y se eliminó toda disposición que limitara los excesos de emisiones inorgánicas. El resultado del nuevo sistema monetario era predecible: las emisiones inorgánicas aumentaron, se aceleró la inflación y, fmalmente, su espiral desembocó en una hiperinflación. Estos acontecimientos quedaron grabados en la memoria de nuestros antepasados. Recuerdo en mi juventud que mis abuelos usaban la expresión: "Eso vale menos que las papeletas de Lilís". Además de las emisiones inorgánicas, los excesos del gasto público también produjeron el endeudamiento externo.
Trauma El trauma de la liiperinflación fue tan fuerte que en 1903 el Congreso abolió el peso dominicano y adoptó el dólar norteamericano como moneda de curso legal. Esta dolarización eliminó uno de los mecanismos de fmanciamiento del gasto público, pero dejó intacto el del endeudamien-
to externo. Repito que estos gobiernos eran miopes y no tomaban en consideración el impacto que tendría su política de gastos en las generaciones futuras, pues sólo se interesaban en su bienestar momentáneo. No es dificil suponer que el proceso de endeudamiento continuó y podemos precisar que se aceleró. Tampoco sorprende que a los pocos años de la dolarización, el país enfrentara una crisis de deuda externa, situación que pudo evitarse si el gasto público hubiese sido conmensurado con las recaudaciones fIscales. Después, Estados Unidos ocupó el país y tomó el control de las aduanas. Para quienes no lo recuerden, hacemos notar que en esa época la República Dominicana ni siquiera tenía un impuesto sobre el ingreso personal. La política fIscal estadounidense fue maximizar la recaudación de fondos, en su mayoría a través de impuestos indirectos. Los norteamericanos permitieron el libre comercio sin ningún impedimento. Recuerdo que mis abuelos mencionaban que encargaban artículos de los Estados Unidos a través de los catálogos de tiendas como Montgomery Ward y Sears. La dolarización de la economía dominicana trajo épocas de bonanza. El derroche y la opulencia de la llamada Danza de los Millones es un claro ejemplo. El famoso reinado de Amanda Forteza, que tanto se mencionaba en mi infancia en mi pueblo natal, San Pedro de Macorís, marcó la época de oró de la abundancia durante la dolarización. Pero no siempre fueron momentos de bienestar económico. También se dieron malos tiempos, como ocurrió con la depresión económica de los años 30. Con la ocupación, la República vivió real y efectivamente una economía pequeña y abierta, sujeta a las vicisitudes de la economía mundial. Con la dolarización nosotros importamos la política monetaria norteamericana y, por ende, en este periodo la inflación fue moderada, al igual que en Estados Unidos. La economía dominicana era como un bote en el océano, que subía y bajaba con la marea de la economía norteamericana. Tanto la Danza de los Millones de los años 20, como la depresión de los años 30, fueron fenómenos exógenos al país; ambos se originaron en Estados Unidos. Otra consecuencia de la ocupación norteamericana, quizás no intencionada, fue el ascenso al poder de Rafael Leonidas Trujillo. Aunque tal vez al principio el Departamento de Estado norteamericano lo considerara un aliado, su llegada produjo cambios en la nación. El dictador tuvo todas las facilidades para desplazar a los norteamericanos
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y apropiarse de una gran parte de los benefIcios que éstos recibían. Su ascenso marcó el principio del fm de más de 40 años de dolarización dominicana.
Banco Central En el año 1947 se funda el Banco Central de la República Dominicana. Durante un periodo de transición se anuncia que los dólares en circulación han de ser cambiados por pesos dominicanos a la tasa ofIcial de uno por uno. A pesar de que no se le llamó así, inicialmente el Banco Central funcionó como un currency board, es decir, que por cada peso que imprimió y que circuló en la economía, tenía un dólar de reserva. Para Trujillo, el currency board fue el negocio del siglo: hizo que el pueblo le entregara sus dólares a cambio de la nueva moneda que no le costó casi nada imprimir. Los gobiernos, a través de legislaciones o regulaciones ban26 GlOBAl
carias, tienen la habilidad de aumentar el costo de transacción con moneda extranjera. La pueden hacer ilegal o pueden requerir que las operaciones legales sean con moneda nacional, entre otras cosas. A través de legislaciones y regulaciones el gobierno induce a que los intercambios internos se hagan con la moneda ofIcial y confIere una ventaja a la moneda nacional en el mercado local. En la medida que aumente las regulaciones, el Banco Central puede reducir la proporción de reservas internacionales que respaldan su moneda. Es decir, el gobierno puede fmanciar parte del gasto público con parte de las reservas internacionales. En la medida que las reservas internacionales se reducen, el sistema monetario dominicano evoluciona a un simple fiat standard con tipo de cambio fIjo. La experiencia de otros países y la teoría económica nos han enseñado que estos sistemas son susceptibles,
fmalmente, de sufrir ataques especulativos, los cuales son inevitables. La excepción la ofrece algo que ya mencionamos anteriormente: el uso de controles de capitales, las restricciones de cambios y de importaciones, entre otros, reducen artiflCialmente la demanda de reservas internacionales y aumentan también en forma artiflcial la dema nda de circulante interno. Además, en la medida que las reservas internacionales no son suficientes para cubrir las necesidades de la economía, parte de la demanda no satisfecha a través del mercado oflCial es enviada al mercado extraoflcial, el mercado paralelo. y así empezó un nuevo experimento monetario en el país: la tasa flotante del mercado paralelo, cuyo valor se determina a través de la oferta y la demanda. Las restricciones monetarias influyeron notablemente en el mercado. En la medida en que escaseaban las divisas, el Gobierno aumentaba las restricciones cambiarias y enviaba más renglones económicos al mercado paralelo, que recibía, gradualmente, una mayor cantidad de divisas. Este pro ceso culminó con una moneda completamente flotante. Con esta experiencia, los dominicanos aprendimos que a largo plazo nuestra moneda sólo estaba fluctuando en una dirección y cada vez valía menos. Esto signiflca que en la medida en que la demanda del peso sea artiflcial, como resultado de imposiciones legales, cualquier liberalización de estas restricciones la reduce y aumenta la demanda del dólar. El resultado de la liberalización es la depreciación del peso y un aumento de la inflación dominicana. Esto produce un circulo vicioso de regulaciones al cambio de moneda, a las importaciones y exportaciones, cuyo origen sigue siendo la causa de la mayoría de los males económicos: un gasto público que está por encima de las recaudaciones fiscales. Por suerte, la práctica del mercado paralelo impuso algún aso mo de disciplina flscal, restringió en parte el gasto público y, en consecuencia, redujo la emisión monetaria y el endeudamiento público de nuestros gobiernos. Por esta razón la República no sufrió las hiperinflaciones de los países del Cono Sur durante la famosa década perdida. Ningún sistema monetario ha sido permanente. Aún cuando hayan durado varias décadas, a la corta o a la
Puesto que no hay forma de monetizar el déficit, se reducen las imposiciones y controles de capitales para manejar las divisas del Banco Centra l o el tipo de cambio, lo que permite util iza r en fo rma eficiente los recursps económicos del país. larga, todos han fracasado por alguna u otra razón. Como dice el refrán: "No hay mal que dure cien años ni cuerpo " que lo resista". En otras palabras, cada sistema monetario conlleva un mecanismo de autodestrucción y, si éste no se controla, fmalmente culmina en una crisis económica. Las experiencias de los distintos episodios revelan algo interesante. Primero, ninguno de los sistemas elimina la existencia de errores en la implementación de la política económica. En la mayoría de los casos el exceso del gasto público que supera a las recaudaciones es la causa del endeudamiento público y de los aumentos de emisiones monetarias. Esto indica que el gasto público es la clave para solucionar la recurrencia de las crisis monetarias y cambiarias. Nuestra recorrido por la historia monetaria de la República Dominicana termina donde empezó, con un fiat standard. Lamentablemente, este arreglo monetario no impone ninguna disciplina al gasto público, el cual es fmanciado parcialmente con excesos de emisiones monetarias o bien a través de la deuda externa. El impacto cumulativo del fmanciamiento del gasto público produce una depreciación de la moneda y un aumento de la inflación, para fmalmente desembocar en una crisis monetaria y una intervención foránea en nuestra economía. Nuestro primer experimento causó la abolición del peso y la ocupación norteamericana. La segunda experiencia se está escribiendo hoy en la historia, pero es innegable que luego de las negociaciones con el FMI este organismo es el que condiciona la política fiscal y monetaria dominicana. En ambas experiencias uno se pregunta si las crisis y la intervención foránea son coincidencias o consecuencias de la organización del sistema monetario. Nosotros nos inclinamos por la segunda interpretación. La falta de disciplina flscal forzó a los gobiernos dominicanos a imprimir una mayor cantidad de dinero de lo que requería la economía para su funcionamiento normal y no inflacionario. La gran diferencia entre los distintos sistemas monetarios es el resultado inflacionario. La historia muestra que los periodos con un tipo de cambio fijo producen mayor estabilidad económica en cuanto a la inflación se reflere. Puesto 27
que no hay forma de monetizar el défIcit, se reducen las imposiciones y controles de capitales para manejar las divisas del Banco Central o el tipo de cambio, lo que permite utilizar en forma efIciente los recursos económicos del país. Otro benefIcio de la dolarización es que crea un sistema de mayor transparencia y tal vez una mejor disciplina fIscal. El argumento en favor de la dolarización es simple y es sólido. Sin embargo, la adopción del dólar como moneda ofIcial no es una panacea para todos los problemas económicos del país. Sólo hay que observar el ejemplo de naciones como Panamá, que aun cuando no tienen banco central han padecido periodos de adversidad política y económica. Lo que nadie puede negar es que durante tales episodios, a pesar de sus problemas políticos y económicos, Panamá ha registrado la inflación más baja de toda América Latina. El gran error de los proponentes de la dolarización es prometer más de lo que ésta puede producir en términos de beneficios a la economía dominicana. Al igual que la experiencia panameña, la dolarización sólo producirá una inflación moderada. En la medida en que se elimine la emisión de inorgánicos y no haya controles de capitales ni de cambios, la dolarización añadirá algo de disciplina fIscal y dará dinamismo a nuestra economía. Entre los principales argumentos en contra de la dolarización, se afIrma que no tenemos recursos sufIcientes 28 GLOBA.l
para implementarla, que no disponemos de las reservas sufIcientes para comprar y recoger todos los pesos en circulación. Si bien es cierto, no es la única opción para dolarizar. Yo creo en una dolarización gradual, a un ritmo determinado por la propia economía. Mi propuesta es la siguiente: autorizar que los bancos dominicanos operen cuentas corrientes en dólares. Yo no soy abogado, pero mi interpretación del artículo 40 de la Ley monetaria es que existe una legislación que permite estos depósitos. Lo único que se requiere es una disposición de la Junta Monetaria que autorice a los bancos para aceptar depósitos de cuentas corrientes en dólares. Si el gobierno quiere ayudar, veríamos con agrado que se comprometa a no imprimir inorgánicos. Esto último no es necesario para el proceso de dolarización que prevemos. Lo que si requerimos es transparencia y flexibilidad. En la medida en que el gobierno realice estas acciones, veremos el reverso de la famosa ley de Gresham: la "mon-eda buena" desplazará a la mala. Es algo así como un juego de sillas musicales y quien siempre se quedará sin silla será el gobierno. Tarde o temprano, todo el mundo tratará de pagar sus obligaciones al gobierno en pesos, y si éste no hace emisiones inorgánicas, fmalmente el circulante en pesos dejará de existir. Otro argumento en contra de nuestra propuesta de dolarizar es que la escasez del circulante en pesos podría causar problemas, pero no creo que sea así. Supongamos que no hay circulante; uno se pregunta si los hoteles y las zonas francas del país, que generan sus ventas mayormente en dólares, dejarían de trabajar porque no hay pesos. Pienso que no, lo que harían estos negocios sería abrir cuentas de cheques en dólares y entonces pagarían a sus empleados en esa moneda. Los empleados harían lo mismo, abrirían cuentas en dólares y pagarían en dólares sus gastos en los negocios dominicanos, colmados, supermercados, servicios y demás. El proceso es sencillo: la dolarización ocurrirá de manera natural al ritmo que lo requiera la economía. Víctor A. Canto es presidente de La Jolla Economics, firma de con-
sultoría económica de La Jolla, California. Fue presidente de A.B. Laffer-V. A. Canto and Associates y profesor permanente de la Unive rsity of Southern California (USC) Es egresado del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) y de la Universidad de Chicago, donde obtuvo su grado Ph. D. en Economía.
Las palabras
Del hundimiento del Tercer Reich a la biografía del apóstol cubano Por J. R. Lantigua
La oferta bibliográfIca se mantiene en constante movi miento en el mundo, pese a los vaticinios de que el libro, en su concepción tradicional, iniciará un proceso de desaparición paulatina para dar paso al formato electrónico. Este pronóstico, en el que algunos "profetas informáticos" insisten desde hace unos pocos años, no parece estar cumpliéndose. Por el contrario: en vez de decrecer, la producción de libros sigue en aumento, y el lector tradicional, incluso el potencial, continúa acudiendo al "método" conocido: la lectura sobre el papel que permite, entre otras muchas "virtudes", las imprescindibles anotaciones al margen y la posesión de ese bien incalculable que es el libro en los anaqueles de las bibliotecas personales. Hasta ahora, sólo unos pocos utilizan el libro electrónico y, aunque no se tienen cifras a mano, es de suponer que, si se trata de lectores permanentes, no ocasionales, regresen con rapidez, y avidez, al método tradicional de lectura. De cualquier modo, es muy pobre aún la oferta de lectura en este sistema. Todavía más. Se sabe de las experiencias nada agradables, en términos económicos, de reconocidos escritores y de reputadas editoriales con el libro electrónico, proyecto que debieron abandonar ante la falta de interés mostrada por los lectores en esta modalidad que seguirá siendo una posibilidad remota de disfrutar de los benefIcios de la lectura. Mientras esto ocurre, pues, la oferta bibliográfIca sigue en constante crecimiento. Sólo en España el pasado año, según nos comunicara el Director General del Libro, Archivos y Bibliotecas, salieron al mercado 70,000 nuevos títulos. En proporciones diferentes, pero igualmente signifIcativas, lo mismo viene ocurriendo en Alemania, Estados Unidos o México. Global presenta en esta edición una propuesta de lectura diversa, con cinco interesantes obras que permiten a nuestros lectores conocer los valores y la trascendencia del libro co mo mecanismo de cultura invaluable, siempre activo, rico y provechoso.
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Fest El hundimiento Hitler y el final del Tercer Reich
El hundimiento: Hitler y el final del Tercer Reich, de Joachim Fest. Antes de que llegue por estos lares la película que se ha producido sobre este libro, haga el lector uso del mismo para que conozca cómo su autor hace un tránsito vigoroso y tenso sobre los días fmales de Adolf Hitler y su camarilla en el bunker donde vio llegar la conclusión de su aventura política y militar. "Hitler sabía desde hacía tiempo que la guerra estaba perdida", advierte el autor al iniciar su descripción novelada de aquella historia trágica que llevó a un país a su hundimiento moral, polí-
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tico y humano. A casi diez metros bajo tierra, siguió dirigiendo estrategias imposibles, intentando ganar guerras ya perdidas, conducir ejércitos diezmados y trabar batalles que nunca tendrían lugar. Este libro narra la historia de los 15 días fmales del terrible dictador que había asegurado que antes de su hundimiento se llevaría por delante a todo el mundo. Una historia estremecedora y a la vez fascinante, contada con esplendente vivacidad narrativa y con magistral objetividad. En el ocaso del Tercer Reich, y casi del mundo, el lector tendrá la seguridad, como afIrma Fest, de que ningún detentador del poder llegó nunca tan lejos en el camino de retroceso de todo pensamiento civilizatorio. Galaxia Gutenberg, Círculo de Lectores, Barcelona, 2003, tercera edición. 217 pp. Ilustrado. (Existen otras ediciones en el mercado).
El poder político en los dramas de Shakespeare, de Federico Trillo-Figueroa. Las relaciones de poder exigen un conocimiento exhaustivo y preciso para poder determinar sus variables y apreciar su importancia permanente. Este fue uno de los grandes logros de William Shakespeare, el genial dramaturgo inglés que supo captar los diversos matices del poder político reflejando en sus dramas las dimensiones del fenómeno.
En este soberbio ensayo, Federico Trillo-Figueroa desmenuza esos matices, examinando paso a paso los vericuetos del poder según la norma evaluadora de Shakespeare. El tejido de la trama de relaciones dramáticas del poder que conducen al conflicto trágico. El poder como recurso dramático, histórico y antropológico. El poder y el derecho en los dramas históricos. El origen y la legitimidad del poder. El deber de obediencia y el derecho de resistencia. La ignorancia y la ambición como causas de las rebeliones. Concluyendo con un estudio sobre la antropología del poder en las tragedias que abarca temas tan especializados como el poder y lo mistérico, crimen y poder, poder y locura, la mujer y el poder, la ética del poder en los dramas shakespereanos y la psicopatología del tirano. Una obra densa, de intensa evaluación fenomeno lógica del poder y sus caminos múltiples, que constituye una lectura imprescindible para lectores disciplinados, sobre todo si son asiduos al estudio de las ciencias sociales. Una investigación portentosa que se dirige por diferentes vertientes metodológicas: la crítica literaria, la antropología política, la sociología jurídica y la crítica estructural. Espasa, España, 1999. 434 pp.
Último inventario antes de liquidación, de Frédéric Beigbeder. El lector que gusta conocer las impresiones críticas sobre libros fundamentales de nuestro tiempo encontrará en esta obra un manjar insuperable. Las reseñas ágiles de los 50 mejores libros del siglo XX, escogidos por los 6,000 lectores que contestaron una encuesta realizada con los auspicios de Le Monde y la famosa tienda francesa FNAC. Beigbeder leyó estos 50 libros y se decidió a "enfrentarlos" con armónica destreza de lector y crítico. Se enamora de ellos y les enrostra falsías y poses. Los trata con amor, pero igualmente les echa en cara sus defectos. Humoriza sus pasajes memorables y sacude al lector con sus conclusiones personales. El libro es inteligente, conciso, divertido, novedoso. El espectro es amplio, como debe suponerse. De la Nadja, de Breton, a La confusión de los sentimientos, de Stefan Zweig; de El gran Ga ts by, de Fitzgerald, a La montaña mágica, de Thomas Mann; de la tal vez hoy el insufrible Buenos días, tristeza, de Francoise Sagan, a La cantante calva, de Ionesco; de Cien años de soledad, de García Márquez, a El extranjero, de Camus. Un trabajo crítico singular que nos permite conocer en un libro la lectura de 50. No debe perderse. Anagrama, Barcelona, 2002. 2 13 pp. 30 GlOBAL
Entre las líneas, entre las vidas, de Juan Garcia Ponce. Este escritor yucateco ha sido tal vez poco abordado por los lectores dominicanos y latinoamericanos, a pesar de la importancia de su obra, que le permitió obtener el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, en 2001. En esta obra, Garcia Ponce acomete la tarea de desbrozar los caminos de las influencias fundamentales en la labor literaria de muchos escritores que, como él mismo, bebieron en esas fuentes. Su trabajo lo asume a modo biográfIco, con pinceladas muy propias que abren canales a una lectura agradable y sugerente. De cada autor seleccionado, el ensayista recoge aspectos distintivos con los que construye su entramado narrativo. Un paseo sensible y, a su vez, cálido por las obras de Proust, Mann, Joyce, Faulkner, Nabokov, Beckett, Camus y Capote. Los retratos de sus vidas literarias desde una mirada crítica donde se aunan la calidad y capacidad de enfoque con la empatía entrañable. Oceano, México, 2001. 190 pp. Martí, El Apostol, de Jorge Mañach. Los historiadores dominicanos recuerdan con frecuencia un célebre cruce de cartas entre este gran intelectual cubano y uno de los más prominentes intelectuales dominicanos de todos los tiempos, Manuel Arturo Peña Batlle. Empero, tal vez pocos lectores nuestros conozcan a fondo, aparte de esas
históricas misivas, la obra importante de Mañach, poco difundida entre nosotros. Mañach fue un polemista famoso, con una obra periodística y crítica de mucha resonancia en su tiempo. Murió en 1961 y, desde entonces, sus libros dejaron de publicarse en Cuba. Gabriela Mistral lo califica de pertenecer "a la mejor orden de caballería literaria" del Caribe. Y afirma en algún lugar lo siguiente: "En las nobles personas que llamamos Alfonso Reyes, Sanín Cano, Vaz Ferreira, Henríquez Ureña, Jorge Mañach, van subiendo para bien nuestro los jalones de un nuevo clasicismo latinoamericano ". Esta obra suya forja un perfil novedoso e inteligente sobre el apóstol cubano y es considerada su obra mayor. Todo buen cubano, también lo ha recordado la Mistral, tiene que ser un escudero de Martí. Mañach lo es de la mejor marca. Su obra es una vibrante andadura por toda la vida del apóstol, desde sus orígenes hasta La Guerra Chiquita, desde La República hasta Dos Ríos. Este libro, que se conociera poco tiempo después de la muerte de Mañach, se publica por primera vez en Cuba y llegó a Santo Domingo en los días de la recién pasada Feria Internacional del Libro. Es una oportunidad para conocer a Martí desde otra dimensión y desde otra visión, y desde luego, de conocer mejor a Mañach, el historiador, el ensayista, el martiano. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2001. 257 pp. 31
Informe especial
AGENDA GLOBAL , PARA AMERICA LATINA Introducci贸n por Carlos Dore Cabral
Introducción
LA ACCiÓN DE LOS EX PRESIDENTES El documento que se publica a continuación es la declaración final de los ex presidentes latinoamericanos y caribeños, que después de cinco años de una intensa labor de estudios y de debates lograron concertar en un solo documento titulado "Agenda global para América Latina" un programa común de esfuerzos a realizar en pro del mejoramiento socioeconómico y político de esta sub-región_ La razón principal que llevó a estos antiguos mandatarios a iniciar ese quinquenio de intensa y extensa labor político-intelectual fue que las primeras evaluaciones de las reformas aconsejadas por los espacios políticos desde donde se promueve e impulsa (y también se impone) la globalización -a partir del tristemente famoso Consenso de Washington-, más que darle solución a sus dificultades, las agravaron. y fueron cuatro los temas seleccionados por ellos de manera consensuada para emprender ese trabajo: en lo político, la gobernabilidad; en lo social, la equidad ; en lo económico, la competitividad; yen lo cultural , la identidad. Pudieron ser otros los escogidos, pero en este cuarteto se muestra que el paraíso prometido por los epígonos de la globalización a aquellos que obedecieran a sus dictámenes devino en una especie de infierno, al menos en el sub-continente latinoamericano y caribeño. La democracia , cuya universalización y fortalecimiento se daban por descontados en un sistema neoliberal (esa es la marca registrada de la receta globalizadora), en realidad ha exhibido dificultades y debilidades. Este sistema , antes que asegurar la gobernabilidad política, la ha puesto en peligro en una amplia franja de esta zona. En los países de este lado del mundo -que no fue en todos- que hubo crecimiento, con la sola excepción de Chile, este fenómeno macroeconómico estuvo acompañado de una expansión absoluta de las desigualdades sociales y -si no absoluta en todos ellos, por lo menos relativa- de la pobreza. Si algo se ha comprobado es que las reformas aconsejadas por el polo que gobierna la marcha de la globalización es que se realizan en un mundo desigual, lo cual provoca asimetrías en las relaciones de los naciones que participan en ese proceso. Lo más destacado es que los países periféricos (Wallestein , 1974), llamados también en "vías de desarrollo", quedan completamente a merced de los países centrales (Ibidem) , conocidos asimismo como "desarrollados". Esto sin hablar de las diferencias atinentes a lo sociocultural y de la negación del principio de igualdad de condiciones en la competitividad de que habla el neoliberalismo global izador. Otro de los problemas de los países de América Latina de cara a la globalización es que.su extraordinaria diversidad socio-cultural dificulta una identidad común que les permita actuar de manera conjunta en los procesos de negociación y acción que implica la globalización . La recomendación de la Agenda Global para América Latina es actuar de manera comú n, respetando la diversidad y apelando al concepto (y realidad~ del multiculturalismo. El esfuerzo de los ex
presidentes -plasmado no sólo en la declaración final transcripta más adelante y en la agenda global aprobada por ellos, sino en múltiples documentos sobre estos cuat ro temas elaborados por expertos y que sirvieron de base a las reuniones celebradas en cada uno de estos cinco años- no es una negación de la globalización . Por el contrario, se reconqce que su surgimiento es parte de un proceso de desarrollo técnico-científico y económico imposible de negar o de obviar. lo que esta iniciativa persigue simplemente es que las reformas que se aplican para adecuar el mundo socioeconómico y político de hoya la nueva realidad sea menos desfavorable y más conveniente a las necesidades de progreso económico, igualdad social y libertad política del sub -continente. Esfuerzo éste que t iene méritos que es preciso establecer aquí. Primero, estos cinco años de estudios, reuniones , debates ent re los ex presidentes hablan de un tipo de antiguo mandatario latinoamericano y caribeño diferente de los que se gastaba la sub- región hace algunas décadas. la mayoría de estos últimos, una vez t erminados sus períodos de gobierno , se limitaban a disfrutar de los beneficios que implicaba haber pasado por la primera magistratura del Estado y sólo aparecían , las más de las veces subrepticiamente, en momentos de crisis y no siempre en defensa de las mejores causas de los países y de los poblaciones. Mientras, los participantes de los procesos actuales están expresando al menos una preocupación por el destino de los países que antes presidieron y de toda la región (aunque no siempre se coincida con ellos) y, además, lo hacen de forma transparente. Segundo, como se puede entender fácilmente, esta discusión no se da entre personas que coinciden absolutamente en lo referente a la forma de enfrentar las dificult ades del sub-continente , y no sólo porque tienen o pueden tener concepciones diferentes, sino también porque se desenvuelven en realidades también distintas, lo cual sugiere que los estudios y debates estuvieron precedidos de un proceso de búsqueda de consenso que implicaba poner de lado y no tocar las diferencias y centrarse exclusivamente en las cosas que los unen. lo que, \ como es sabido, no es fácil de lograr hoy en día ni siquiera entre representantes de un mismo país; qué no decir de quienes representan a toda la sub-región . Estas reun iones de ex presidentes que en pri ncipio terminan con la declaración final reproducida más adelante y con la elaboración de la agenda mencionada , se iniciaron en 2001 en la ciudad de Cartagena y concluyeron en esta misma ciudad los días 20 y 21 de junio de este año. En este proceso se realizaron reuniones en Ciudad de México y en Santiago de Chile en 2002 , en Lima y en Ciudad de México en 2003, yen Buenos Aires y Alcalá de Henares en 2004. Estos encuentros fueron convocados por la Corporación Andina de Fomento (CAF), la Comisión Económica para América latina (CEPAl), la Fundación Ortega y Gasset de España y la Corporación Escenarios de Colombia. los ex-presidentes que participaron en ese proyecto son los siguientes (por orden alfabético): Álvaro Arzú , de Guatemala; Armando Calderón Sol , de El Salvador ; Carlos lemas Simonds, de Colombia ; Carlos Roberto Reyna Idiaquez, de
Honduras; Eduardo Frei Ruiz-Tagle, de Chile; Ernesto Pérez Balladares, de Panamá; Ernesto Samper Pizano, de Colombia; Felipe González, de España; Gonzalo Sánchez de Lozada, de Bolivia; Gustavo Noboa Bejarano, de Ecuador; Jaime Paz Zamora, de Bolivia; Juan Carlos Wasmosy, de Paraguay; Julio María Sanguinetti Coirolo, de Uruguay; Leonel Fernández Reyna, de la República Dominicana; Luis Alberto Lacalle de Herrera, de Uruguay; Marco Vinicio Cerezo, de Guatemala; Mario Soares, de Portugal; Miguel Ángel Rodríguez, de Costa Rica; Miguel de la Madrid, de México; Osvaldo Hurtado Larrea, de Ecuador; Patricio Aylwin Azócar, de Chile; Rafael Ángel Calderón, de Costa Rica; Raúl Alfonsín, de la República Argentina; Rodrigo Borja Ceballos, de Ecuador; y Valentín Paniagua, de Perú.
Informe especial
Declaración de los ex presidentes latinoamericanos sobre las necesidades de una agenda global para América Latina La globalización es un proceso social e histórico impulsado por diversos factores tecnológicos, económicos y políticos. El problema no es la globalización en sí misma, sino la globalización sin reglas o con reglas asimétricas que favorecen a unos pocos países y a pequeñas minorías en el resto. Desde hace algunos años, América Latina ha venido siendo "globalizada" de manera pasiva y desordenada, como sucedió en los años 90 con la aplicación de las reformas del denominado Consenso de Washington, que abrió sus economías de manera brusca y con altos costos sociales. A pesar de los positivos avances en materia de democratización y ordenamiento macroeconómico, las reformas del Consenso, como se ha demostrado recientemente, profundizaron las tensiones y contradicciones regionales y ampliaron las secuelares brechas de equidad institucional latinoamericanas. Esta degradación social, sumada a la fragilidad institucional para evitarla, ha servido de caldo de cultivo para la acción y presencia de movimientos sociales que pretenden desconocer, por vías de hecho, la legitimidad institucional resultante de procesos democráticos y constitucionales. En la raíz de esta situación de desestabilización se encuentran también las injusticias resultantes de la aplicación de un modelo de mercado que privilegió la estabilidad sobre el crecimiento y la equidad, generando todo tipo de conflictos que, sumados a la presencia en la región de patologías globales como el narcotráfico, el terrorismo, el armamentismo y la corrupción y enfrentados a la propia incapacidad de los sistemas políticos -gobiernos, partidos, elites dirigentes- para manejar dichas coyunturas, han producido un clima de perturbación social que hoy atenta contra los logros conseguidos, al finalizar el siglo XX, en materia de gobernabilidad democrática. Frente a esta crisis multidimensional la región debe desarrollar una agenda global concentrada en la satisfacción de cuatro retos: asegurarse su gobernabilidad en lo político; mejorar sus condiciones de competitividad en lo económico; avanzar en la reducción de la exclusión social y recuperar su propia identidad. No es una tarea fácil. Somos conscientes de que el debilitamiento de los partidos políticos, la actitud rentística de muchos empresarios, la rigidez de los organismos multilaterales de crédito convertidos en parte del problema y no de la solución de las dificultades económicas que enfrentan algunas economías del área, y la falta, en general, de un proyecto de región por parte de las clases dirigentes regionales, dificultan la tarea de poner en marcha una política de inserción activa como la que demanda la nueva visión global contenida en la agenda que presentamos.
Multilaterismo y regionalismo abierto El multilaterismo constituye el mejor camino para alcanzar los grandes objetivos de la igualdad, la paz, el desarrollo, la democracia, los derechos humanos y el desarrollo sostenible, que deben convertirse en el referente ético de la nueva agenda. Para conseguirlo, la región debe lograr que se escuche su voz en el proceso que actualmente se surte para reformar el sistema de Naciones Unidas.
La reforma debería reactivar el decaído subsistema social de Naciones Unidas, democratizar el capital y los procesos de decisión de los organismos económicos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio, asegurar una mayor participación de la sociedad civil en todas sus instancias, ampliar el Consejo de Seguridad con la presencia de nuevos países de ingreso medio que hoy actúan como líderes regionales, y eliminar o reglamentar el derecho de veto en el Consejo para reducir su radio de acción a casos excepcionales donde realmente se encuentre comprometida la paz mundial. Así mismo, se debe revalorizar el papel de la Asamblea General como máximo órgano decisorio del sistema, entregando al ECOSOC la responsabilidad de fijar políticas conducentes a la provisión de bienes públicos globales como salud, educación, vivienda y formas de participación comunitaria tal y como, en buena hora, lo establecen las Metas Sociales del Milenio, ya fijadas. Forma parte de esta nueva estrategia global la necesidad de que la región asuma el regionalismo abierto como la estrategia bandera de su relacionamiento comercial. Que los procesos actuales de integración, como el de la Comunidad Andina, el MERCOSUR, la Comunidad Centroamericana y el denominado Tratado de Libre Comercio de la Américas, estén avanzando simultáneamente no solamente no es incompatible, sino que es deseable a la luz de estas nuevas exigencias multilaterales. En contravía de los deseos expresados con ocasión de su lanzamiento en Miami, la forma como se está negociando el tratado de Libre Comercio de las Américas y los propios contenidos de la negociación, se han convertido en fuente de contradicción y distanciamiento de los países de la región entre sí y de los Estados Unidos. El problema radica en que el Tratado de Libre Comercio es un acuerdo que va más allá del comercio de bienes y servicios, y afecta a cuestiones tales como la propiedad intelectual, la prestación de servicios públicos y le resta soberanía a los países, reduciendo los grados de libertad de los gobiernos para formular sus políticas publicas. En cambio, no incluye temas fundamentales como la eliminación de subsidios agrícolas, que hoy constituyen la tercera parte de la renta de los agricultores norteamericanos; la posibilidad de regular los flujos de capitales especulativos cuya presencia intempestiva proveniente de Asia generó en México y Brasil las primeras crisis financieras globales en la región. Tampoco se ha trabajado en acuerdos que faciliten una mayor circulación de trabajadores o aquellos que, en el polémico campo de propiedad intelectual, podrían asegurarnos el aprovechamiento de la biodiversidad y del conocimiento tradicional latinoamericano. De otra parte, la negociación prácticamente bilateral del Tratado -en muchos casos como consecuencia de la actitud egoísta de algunos países- ha impedido la consolidación de aspiraciones sub-regionales , como la sudamericana, cuya negociación en bloque hubiera arrojado resultados mucho más positivos que la "negociación al detal" en que estamos. Complemento indispensable de esta apertura global es el desarrollo de una agenda interna que prepare la región para asumir el reto global del cambio, la cual debe contener, entre otras, reformas relacionadas con nuevos sistemas
de innovación para el desarrollo y aprovechamiento de nuevas tecnologías; una nueva arquitectura financiera apoyada en organismos regionales de crédito, sistemas comerciales de multibanca y el diseño de nuevos canales y campañas para recoger el esquivo ahorro interno; reformas educativas para capacitar 100 millones de jóvenes en ocupaciones y profesiones necesarias para hacer competitivos a los países de la región, así como nuevas condiciones para construir, en condiciones de sustentabilidad ambiental, carreteras, puertos, redes de telecomunicaciones y servicios. Por último, también son necesarias inversiones en materia de equipamiento tecnológico e informático y, en fin, en todos aquellos campos que se necesitan para que la región pueda competir internacionalmente a partir de la apertura de sus mercados.
Seguridad hemisférica El replanteamiento del concepto de seguridad hemisférica constituye otro de los pilares de la Agenda Global. Lejos de los tiempos de la Guerra Fría, cuando las amenazas de seguridad provenían del exterior de la región, la cual se ve hoy confrontada por unas patologías resultantes de una globalización por cuyos canales abiertos no solamente circulan bienes y servicios legítimos sino también drogas, armas y precursores químicos. Precisamente, fenómenos como el del narcotráfico, el terrorismo, el armamentismo y la corrupción sólo pueden ser abordados a través de una política hemisférica de seguridad basada en la cooperación que permita una acción coordinada, oportuna y eficaz de los organismos de seguridad de los diferentes países. Principios e iniciativas como el de la corresponsabilidad en la lucha contra el narcotráfico, la eliminación de los denominados paraísos fiscales, la elaboración de "listas negras" para empresas multinacionales que participen en actos de corrupción como los acontecimientos en Costa Rica y la modernización de las fuerzas armadas, de inteligencia y política de seguridad hemisférica, que lleve a una zona de paz en la cual se apliquen los principios americanos de resolución de conflictos, se reitere la condición de espacio libre de armas nucleares y de destrucción masiva, y se conforme un sistema de defensa mediante la cooperación. Está claro, además, que la política externa Latinoamérica no puede quedar reducida a las prioridades derivadas del mantenimiento del orden público regional. Otros temas -en cuya priorización puede tener un papel crucial la reactivación del diálogo político con Europa- como la preservación de los derechos humanos, la sostenibilidad ambiental, la equidad de género, la solución política de los conflictos o la preservación de la democracia, forman parte de este nuevo catálogo de propósitos globales que hoy apoyamos. La OEA puede cumpli r un papel fundamental en el inaplazable propósito de enriquecer y democratizar nuestra agenda de prioridades externas.
Nuevo paradigma La legitimidad de las acciones anteriores está en estrecha concordancia con la posibilidad de definir una nuevo paradigma de desarrollo que reemplace el que imperó en la región al terminar el siglo. Está claro que el modelo de finales
de siglo XX f racasó en la medida en que no pudo generar mayores niveles de crecimiento, superiores a los del viejo modelo de sustitución de importaciones y que tampoco contribuyó a superar la secular brecha de inequidad regional. El supuesto círculo virtuoso pregonado por los organismos multilaterales de crédito durante los años 80 y 90, según el cual la liberación de la economía llevaría a unos mayores niveles de crecimiento y éstos a unas mejores condiciones de equidad que redundarían, a su turno, en un fortalecimiento de la democracia, no funcionó. y así como debe descartarse el regreso al viejo modelo proteccionista, tampoco es posible pensar que los nuevos desafíos puedan enfrentarse con una sola e inmodificable receta, aplicada a rajatabla para todos los países, pasando por encima de sus dimensiones económicas, sus características sociales, sus particularidades hist óricas y su densidad institucional. El nuevo paradigma debe estar centrado en el crecimiento del mercado interno, un aumento significativo de la inversión y el ahorro, la recuperación de los componentes nacionales de la competitividad propios de cada economía, así como una más activa y coordinada participación del sector privado. Las políticas macroeconómicas deben ser reorientadas de forma que no profundicen los ciclos recesivos o de bonanza propios de la inestabilidad económica regional y se minimicen sus respectivos costos sociales. Los bancos centrales, por su parte, no pueden reducir su campo de acción a contener la inflación con prescindencia de otras variables; el crecimiento, el empleo y la exclusión social deben de formar parte de sus preocupaciones fundamentales. La reducción de los niveles de exclusión que hoy caracterizan a la región como la más injusta del planeta debe ser un propósito central de políticas públicas. La construcción de una agenda social ha quedado pendiente en las últimas décadas en materias como la cobertura de la salud, la calidad de la educación, así como una justicia pronta y oportuna para todos. Es igualmente importante preservar el papel del Estado como productor de bienes públicos tales como la seguridad , la justicia, el medio ambiente, la ciencia, la innovación y la capacitación y, en la misma medida, es imprescindible que el Estado actúe como animador del desarrollo impulsando el despliegue y la consolidación de la iniciativa privada. Las fronteras rígidas que en el pasado diferenciaban e inclusive enfrentaban al sector público con el sector privado están siendo superadas; hoy día, la empresa global es una tarea conjunta de estados y empresarios nacionales.
Gobernabilidad democrática La crisis de gobernabilidad por la que actualmente atraviesa América Latina tiene una directa relación con la de sus sistemas políticos y, más concretamente, con la de sus partidos. Concentrados en la apropiación patrimonial del esta do a través de prácticas clientelistas, debilitados por el poder presidencialista, sustituidos en sus funciones de representación de los intereses ciudadanos por medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales, los partidos latinoamericanos han venido perdiendo espacio como interlocutores democráticos. La reconstitución de una red institucional de gobernabilidad interesa por ellb y seriamente a las posibilidades de preservar los logros en materia democrática conseguidos en las dos últimas décadas. Esta t area comienza por la recupera -
ción de los partidos y su fortalecimiento como actores políticos claves y debería incluir la posibilidad de recrear algunas formas de gobernabilidad propias de sistemas parlamentarios, como la convocatoria anticipada de elecciones, el voto de censura calificado o el funcionamiento legislativo a partir del concepto de bancadas. Se trata, en síntesis, de encontrar salidas institucionales a las crisis que hoy se están gestando en varios países latinoamericanos de manera tumultuaria y desafiante. Para hacer realidad estos puntos cruciales de la agenda global se requiere la construcción de una nueva visión que nos permita empezar a elaborar, entre otros, un nuevo proyecto de región . Acostumbrados a "pensar en nosotros mismos desde fuera" no hemos tenido tiempo para evaluar el profundo impacto cultural producido en la región por el avance mediático e informático de la globalización hasta el punto tal que podríamos decir que América Latina se encuentra hoy integrada mediáticamente y f ragmentada socialmente. Apoyada en una lengua común favorecida por su condición de fragua étnica que le permite conciliar, a través del mestizaje, las diferencias de razas y apoyada en el valor del concepto de solidaridad que la caracteriza desde épocas prehispánicas, América Latina tiene que avanzar en la defensa del multiculturalismo como escudo de la protección de su diversidad cultural frente al avance avasallante del cosmopolitismo mediático. Este reto lo debe asumir a través de la construcción de una sociedad del conocimiento que la conecte a la red que hoy sirve de columna vertebral a todos los procesos globales, dividiendo el mundo entre "conectados y desconectados". La bioquímica, la ingeniería genética y el desarrollo informático no deben ni pueden ser áreas reservadas para los países de alto desarrollo. Como titulares de las dos terceras partes de la biodiversidad del mundo, tenemos mucho que apo ~tar en estos campos, razón por la cual se hace necesario un esfuerzo importante de los países de la región para impulsarlos. La Agenda Global que presentamos es una puerta de entrada a la globalización para que la crucen, con audacia , las nuevas generaciones latinoamericanas que son, en última instancia, las únicas depositarias de ese valioso tesoro del futuro que es el cambio. V Encuentro de Ex Presidentes Iberoamericanos Cartagena de Indias , Colombia , 22 de junio de 2005 .
FUNGLODE FUNDACIÓN GLOBAL DEMOCRACIA y DESARROLLO
GANAR-GANAR EN LA ALIANZA
- -t-u-ri slllO - cult-- :-u-- r- a- -
Por Melvin Peña La creación y desarrollo de industrias culturales, jalonadas por el turismo, apuntan hacia una diferenciación y posicionamiento del destino y la marca República Dominicana frente a la común oferta caribeña de arena, sol yagua. En una relación ganar-ganar de ambos sectores, la cultura agrega valor y diversificación al producto turístico nacional, mientras que el turismo constituye un escaparate invaluable para promocionar la exportación de nuestros rubros culturales.
L
a industria turística dominicana ha empezado a dar y consolidar pasos que avistan una diversifICación del producto turístico, desarrollando segmentos como el turismo de golf, el turismo residencial y pequeños hoteles pensados para atraer parejas y a los amantes del ecoturismo, el windsurj, el rafting y el kiteboating. Incluso ya se está hablando de incursionar en el turismo de buceo, específicamente en Bayahíbe, zona que el año pasado consiguió la primera certificación internacional Bandera Azul para una playa dominicana. Seríamos muy optimistas, sin embargo, si interpretáramos estos proyectos puntuales del sector privado como parte de una estrategia nacional dirigida a diversifICar nuestro producto turístico; lo mismo que seríamos muy mezquinos si no reconociéramos otras inicíativas puntuales de las nuevas autoridades, tendentes a configurar una oferta complementaria que, a partir de nuestros valores culturales, enriquezca y diferencie el destino República Dominicana frente a otros caribeños con los cuales compartimos atractivos comunes. Son iniciativas relevantes, dentro de este contexto, la creación reciente de la Oficina de Cultura y Turismo en la Secretaría de Estado de Cultura; los planes para desarrollar una Estrategia marca-país a través del Consejo Nacional de Competitividad, y los proyecto "Mares Unidos" y "Expomundo Cultural Puerto Plata 2005" impulsados por la Cancillería de la República junto a los hoteleros de Puerto Plata, con miras a convertir a esta provincia en un destino histórico y cultural del Caribe. De igual manera merecen ser citados la puesta en marcha de la Ruta Ecoturística y Cultural de Monte Plata, por parte del ministerio de Cultura; el programa de animación cultural "Santo Domingo de Fiesta", de Turismo, Cultura y la Asociación de Hoteles de la capital, y el anuncio de la Secretaría de Turismo de que próximamente construirá un museo de artesanía en Santiago y emprenderá el rescate de su área monumental para convertirla en una plaza turística, histórica y cultural. Quisiéramos pensar que se trata de una estrategia oficial concertada entre las distintas dependencias que conforman el denominado Gabinete Turístico, con el propósito de concretar la anhelada oferta complementaria que permitirá atraer segmentos más sofisticados, con mayor poder de consumo que las masas seducidas por los bajos precios de los paraísos "todo incluido". Una encuesta reciente realizada entre los exclusivos lectores de la revista norteamericana Smithsonian Ma36 GlOBAl.
gazine -un segmento conformado por dos millones de suscriptores de ingresos altos y con educación superiorconcluyó que, después de las playas, la principal razón para visitar el Caribe es la disponibilidad de experiencias culturales. Un 89% de los 1,500 lectores encuestados señaló que tomaría excursiones en los destinos elegidos; un 71 % visitaría pueblos fuera de los enclaves turísticos principales; un 65% visitaría museos y galerías de arte, y un 54% participaría en ferias y festivales locales. Además, el estudio señala que un 93% de los encuestados visita sitios históricos cuando vuela hasta el Caribe; un 84% investiga todo lo que puede sobre su destino antes de viajar; un 83% averigua sobre la cultura e historia mediante el encuentro con personas del lugar, visitando los principales sitios de atracción y participando de experiencias que son particulares del destino; un 76% toma en cuenta el legado cultural y las oportunidades culturales cuando planifica el viaje; y, fmalmente, un 53% está dispuesto a pagar más por las nuevas experiencias. Es decir, existe un potencial muy atractivo y prácticamente virgen en el aprovechamiento del capital cultural de la República Dominicana, que puede ser de tanto beneficio para la industria turística como para la industria cultural, pues al tiempo que la cultura nacional agregaría valor a nuestra oferta turística, el turismo ofrecería a la cultura dominicana una vitrina para su exhibición y exportación. El valor que la cultura está en capacidad de agregar al turismo no sólo facilita una diferenciación y mejor posicionamiento, sino que haría a este sector menos vulnerable a la competencia de precios y menos dependiente de la estacionalidad y de las piruetas de la moneda nacional, como lo demuestra la encuesta de Smithsonian Magazine. La conversión de los recursos patrimoniales en productos turístico-culturales, como parte de la estrategia oficial de la gestión turística y cultural, incorporaría a la comunidad como otro gran beneficiario del turismo, y, en consecuencia, otro más de sus promotores y defensores. A la vez, el reconocimiento de la cultura como ente generador de beneficios económicos contribuiría a revalorizar y reafirmar la identidad cultural nacional y el sentido de pertenencia de los dominicanos. Concretamente, de la misma manera en que el auge del turismo ha servido para jalonar otras industrias nacionales, como la agropecuaria, igualmente puede convertirse en el generoso aliado que contribuya a hacer de la cultura
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dominicana un rubro rentable, conforme al propósito expresado por las actuales autoridades de la Secretaría de Estado de Cultura desde el principio de su gestión. El portafolio cultural dominicano incluye una amplia variedad de rubros exportables con vocación turística, pero que, a diferencia del merengue, la bachata, el béisbol y la proverbial alegría y hospitalidad de los dominicanos, permanecen escondidos ante los ojos del mundo. El contenido de este portafolio cultural se empieza a fraguar con los primeros habitantes de esta isla, cuyo legado cultural logró sobrevivir al rápido exterminio de los taínos por parte de los colonizadores. Sólo en las cuevas milenarias distribuidas por distintos puntos del país se encuentran cientos de pictografías y petroglifos que son un tesoro invaluable de arte rupestre, por no hablar del encanto aventurero que tienen las citadas cuevas per se para los amantes del ecoturismo o el geoturismo. Incluyamos también en la herencia indígena los aportes a la lengua, a la cotidianidad y a la gastronomía, entre otros aspectos, con suficientes elementos para conformar conceptos creativos en torno al legado aborigen. La herencia hispánica, por supuesto, es otro gran atractivo histórico y cultural, que tiene su expresión más tangible, en términos de promoción turística, en la Ciudad Colonial y otras múltiples primacías americanas, además de toda la historia "mercadeable" que se puede tejer en torno al encuentro de culturas que supuso la colonización. (Cuenta el argentino Roberto Occhipinti, especialista en temas de marca-país, que cada 12 de octubre el mundo pone sus ojos en la República Dominicana, en ocasión de la celebración del Descubrimiento de América o Día de la 38 GLOBAL
Raza. Sin embargo, nuestro país no hace nada por capitalizar esta oportunidad promocional, a pesar de que lograr minuto y medio en el canal de televisión CNN es una exposición que "no tiene precio"). Finalmente, la herencia africana, expresada a través de la gastronomía, la música y las creencias mágico-religiosas, completa un tapiz de gran potencial para la atracción turística, especialmente expresiones musicales como el baile de palos, los congos, el gagá, los guloyas, los atabales, etcétera.
Potencial invaluable Lamentablemente, la República Dominicana se resiste a pensar en este "activo" desde el punto de vista del aprovechamiento turístico. Mientras tanto, sus competidores, estimulados por el éxito de la Ruta Maya, están actualmente conformando una "Ruta de la diáspora africana en el Caribe", con miras a atraer al consumidor afro-americano. Bermuda ha tomado la iniciativa, Cura<;ao tiene ya su museo, Belice investiga sus raíces africanas, y ni hablar de las ex colonias inglesas y francesas, cuya negritud ha sido siempre motivo de gran orgullo. Las artes plásticas y las artesanías constituyen otro de nuestros rubros culturales con un potencial invaluable, como lo demuestra la excelente aceptación que ha tenido el Centro León -que ha llegado a impresionar hasta a los directivos del Louvre- y el hecho de que varios de los maestros nacionales gocen de reconocimiento y aprecio en el extranjero, incluso, a veces más que en su propio país. Datos del Banco Central correspondientes al año 2002, registran que el gasto de los turistas en compra de regalos (artesanías importadas, ropas, souvenirs, ciga-
rros, ron y otros productos) ascendió a 8.5% del total de los ingresos por turismo, según refiere Sulamita Puig de González en su trabajo Industrias culturales: retos para el desarrollo cultural (Varios autores, Colección Biblioteca Cultural, Funglode, República Dominicana, 2004). "Es decir, US$197 millones, monto mayor al generado por café y cacao. La artesanía tiene un amplio campo para desarrollarse, sobre todo si se toma en consideración que un 80% de la artesanía vendida en el mercado local es extranj era. Además de la distorsión cultural que representa, esto significa también que estamos fmanciando el mercado de otros países". Los cuadros haitianos que se venden en el Malecón de Santo Domingo y en las cercanías de los resorts constituyen el mejor ejemplo de estos señalamientos de la subsecretaria de Cultura. Por otro lado, el inusual dinamismo que ha tenido en los últimos meses la pro ducción cinematográfIca y audiovisual en República Dominicana ha generado expectativas fI rmes de que nuestro país cuenta con una gran oportunidad para desarrollar una industria cinematográfIca que, además de producir resultados "contantes y sonantes", sería un excelente escaparate para promocionar el destino República Dominicana. En este sentido, fig ura en la agenda de la Secretaría de Estado de Cultura la presentación de un proyecto de Ley de Incentivo a la In dustria CinematográfIca y las Artes Visuales, así co mo la creación del Instituto del Cine y la Televisión. Ya los primeros pasos han s·ido dados para la concreción de esta empresa, con la designación de los críticos de cine Arturo Rodríguez y Félix Manuel Lora como director y subdirecto r, respectivamente, de la Dirección Nacio nal de Cine.
Las industrias culturales Tanto Rodríguez y Lo ra, como el secreta rio de Cu ltura, José Rafael Lantigua, han demostrado sobrada capacidad para hacer de la cultura un rubro económicamente rentable y para mercadear acertadamente el trabajo creativo e intelectual, como lo demu estran las exitosas experienci as de la Mu estra de Cine de Santo Domingo, organizada por los primeros, y la Feria Internaciona l del Libro de la Re pública Domin icana, rescatada, revitalizada y reposicionada bajo la dirección del actual ministro de Cultura. Esta capa cidad organizativa y de ej ecución para generar autosufi ciencia y rentabilidad económica a partir de la gestión cultural es lo que hace creíb le el cumplimiento de la agenda cultura l pa ra el cuatrieni o 2004-2008, diri-
gida fundamentalmente a fomentar las llamadas "industrias culturales". De lograrse la ejecución de esta agenda cultural, el destino turístico y la marca-pais "República Dominicana" serían grandemente enriquecidos con la creación de nuevos espacios como el Museo d el Béisbol, el Museo del Carnaval, el Museo María Montés y el Museo de la Dictadura. Otros proyectos de esta agenda que están llamados a impactar positivamente al sector son la celebración de las Semanas de la Cultura Dominicana en distintas ciudades del mundo ; un programa de apoyo a la artesanía, y un proyecto de murales urb anos pintados po r los principales artistas dominicanos. Pero al margen de lo que está por hacerse, existe ya un conjunto de actividades que sólo habría que promocionar internacionalmente de mejor forma, el Festival de Jazz de la Costa Norte y el Festival Musical de Santo Domingo, los cuales podrían ser mercadeados a través de concesiones co merciales o mediante alianzas estratégicas con entidades internacionales de promoción, como ha ocurrido exitosamente con el Sto Lucia Jazz Festival y el Black Entertainment Television. En fm, que ideas no faltan y desde ya hay una cantidad de actividades casi infmita en las cuales turismo y cultura pueden crea r una alianza altamente provechosa para ambas industrias y para los dos ministerios implicados, con la participación del sector privado, ya sea en calidad de patrocinador, o de suj eto activo o creativo de acciones concertad as que tiendan a hacer de la República Domini ca na un destino caribeño mucho más interesante, diferencia do, diversifIcado y atractivo. Melvin Peña es mercadól og o, pe ri odi sta y docente universita rio. Profesor de Comunicaciones Integradas de Marketing y Re laciones Públicas en la Maestría de Mercadeo de la PUCMM, actualmente es vicepresidente de Relac iones Públ icas de l Grupo BHD . Ha eJercido como consulto r de com unicaciones de ma rketi ng, gerente de Comunicaciones Corporativas del Banco Popul ar, editor de La Revista Económica del Listín Diario, editor económico del diario El Caribe y sub-editor del Departamento de Revistas del Listín Diario. 39
Arte del Caribe CENTRO y PERIFERIA
A la derecha, Escudo de Familia, Melquíades Rosario, Puerto Rico, 2002.
Por Marianne de Tolentino
Los últimos 50 años de expresión plástica en el Caribe muestran un arte mestizo, una alianza entre tradición y modernidad, entre las artes visuales del centro y de la periferia. Alcanzar la paradoja de un arte a la vez ancestral y actual, reinventando, está en el temperamento, las convicciones y el oficio del artista caribeño.
Congo, Ramón Oviedo, República Oominicana, 1995.
H
ace solo unos cuantos años, si alguien preguntaba acerca de las artes visuales en el Caribe -a excepción de muy escasos datos sobre Cuba y Puerto Rico-, el silencio era la respuesta. Los únicos poseedores de datos culturales sobre la región eran historiadores, antropólogos y arqueólogos, pero las inforinaciones se circunscribían al periodo precolombino, a la arquitectura, a la música, la danza, la cultura popular y la herencia africana, sin abordar la creación plástica. Razones sobraban para ese desconocimiento. Respecto al arte dominicano moderno y contemporáneo, en acelerado crecimiento, existía una vaga y equivocada noción de parentesco con los patrones formales haitianos. Esa mutua y recíproca ignorancia empezó a reducirse en los años 60 ante el incremento de las comunicaciones regionales; en el caso dominicano, específIcamente después de la muerte de Trujillo; luego, en forma más decidida en los años 70 y 80, Y como un compromiso necesario a partir de los 90. Siguiendo por la cuenca de las Antillas Mayores, hemos de mencionar los contactos con Puerto Rico y con Cuba. La Bienal del Grabado Latinoamericano y el Caribe de San Juan ha jugado al respecto un importante papel 42 GICl8Al
institucional. Así mismo, Casa de las Américas y el Centro Wifredo Lam, en La Habana, con su Bienal Latinoamericana, demostraron un interés cálido y correspondido por la región. Estos tres factores de carácter institucional iniciaron un acercamiento multilateral, con un criterio de selectivídad en la escena artística intra-caribeña. Indudablemente, la Bienal de Pintura del Caribe y Centroamérica, con cinco ediciones celebradas a partir de 1992 en Santo Domingo -y la próxima a celebrarse en 2006- ha sido el gran encuentro que revela a la República Dominicana el florecimiento del arte caribeño en su más de 20 territorios isleños, y, a la vez, la pujanza artística dominicana -obras, artistas, museos, galerias, crítica- a sus vecinos de la cuenca. Finalmente, se descubre una riqueza plástica compartida entre países de la región sin importar las diferencias creadas a partir de sus antecedentes coloniales disímiles. Exposiciones como Carib Art, en Curazao, Indigo, en Guadalupe, Caribbean Visions, en los Estados Unidos, Caribe insular: exclusión, fragmentación, paraíso, en España, y otros eventos, aparte de las colectivas e individuales privadas en aumento, han fortalecido un movimiento artístico ínter-caribeño. Debemos mencionar que, fuera del
continente americano, se celebró en París, a principios del 1992, la primera muestra que pretendió abarcar todo el Caribe, sentando un precedente, y que, en 1994, una selección de Carib Art viajó a la UNESCO, aunque sin obtener los resultados promocionales esperados; Se debe puntualizar que, a pesar de poseer rasgos igualmente comunes, este discurso no abarca los países de "tierra firme" bañados por el mar Caribe -como México, Venezuela o Colombia-, demasiado extensos y complejos para esta comunicación. Aunque enfaticemos el Caribe de habla hispana, este artÍCulo abarca el archipiélago en general -aumentado por Belice, las Guyanas y Suriname- y, por supuesto, a la vecina República de Haití.
Ciertamente, a todas las islas del Caribe viajaron artistas europeos, profesionales y aficionados, unos de paso, otros estableciéndose y modificando a menudo su visión occidental, pero fue -en defmitiva- en el Caribe hispano donde se inauguró un arte local, tanto por sus autores como
por sus temas, emparentado con la academia y los estilos de Europa, fundamentalmente a partir del siglo XIX y decisivamente desde los inicios del XX. A pesar de que puede observarse una evolución similar entre los países del Caribe de habla hispana, a diferencia de Cuba y Puerto Rico, que desde fmales del siglo XVIII y durante el siglo XIX tuvieron maestros e iniciaron movimientos artísticos, en Santo Domingo los primeros pintores importantes surgieron posteriormente. La situación empezó a cambiar hacia los años 20 -época significativa para un despunte del arte latinoamericano en general- y después de 1940, cuando la impronta de la modernidad se precisó. A partir de ese momento, Puerto Rico evolucionó más lentamente hasta mediados de siglo; Cuba, por su lado, desde los años 30 demuestra una tendencia hacia lo universal y luego hacia la abstracción, mientras que la llegada a la República Dominicana de inmigrantes europeos dio un fuerte impulso a la modernidad. A pesar de sus diferencias, en los tres países existe la consciencia de que la identidad vernácula ha de trasmu-
Uncertain Future, Kenneth Lawrence, Santa Lucía, 1999.
Ciudad, Jane Girigori, Curazao, 1997.
Arte local
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Gros Mame, Raymond Medelice, Martinico, 1999.
tarse y transitar por nuevos caminos estilísticos. Si no un arte contemporáneo, fue la mentalidad contemporánea de un arte en constante renovación la que empezó a surgir entonces, a mediados de la década de los 40.
Historia, geografía y cambios Sobrecoge comprobar que, en ámbitos políticos, administrativos, sociales y lingüísticos tan distintos -a las cuatro lenguas oficiales hay que agregar 15 idiomas y dialectos créoles- existen fechas y décadas claves en común. De la misma forma se observan coincidencias en la aceleración de los cambios. Los acontecimientos políticos precipitan el compromiso creciente con un arte en mutación: la Revolución y el socialismo en Cuba, la muerte de Trujillo y la lucha por la democracia en la República Dominicana, el estatus de Estado Libre Asociado en Puerto Rico. Los años 60 son un período clave donde los artistas del Caribe hispanohablante investigan más y buscan lenguajes fIgurativos ajenos a la complacencia y la superficialidad. Si se traslada la mirada a los principales países angloparlantes, más lentos en la ruptura de la tradición y defmiciones plásticas y renuentes a la pintura más que a la escultura, vemos que las inquietudes de las décadas de los años 30 y 40 van a solidifIcarse después de los 60 en torno a la independencia política del Reino Unido, en dos direcciones: primero, la preocupación sincera por llevar el arte al pueblo, y, segundo, una politización de la imagen que incluye la exaltación de las raíces africanas y el proclamado rechazo de las influencias de las potencias coloniales. En ese orden, Jamaica, Barbados y Trinidad han tenido un liderazgo que sigue adelante, aunque sería injusto desconocer el aporte de los países más pequeños. En pocas palabras, el fenómeno evolutivo de la plástica es bastante 44 GLOIW.
similar en toda la cuenca caribeña, en aquella década de los años 60, pero con sus particularidades etnoantropológicas, sociales y políticas, según las islas. Si nos desplazamos hacia el Caribe francófono, en la República de Haití, Guadalupe y Martinica se observa que los años 40, así como los 60, fueron decisivos para fortalecer la identidad cultural y fertilizar la producción artística. Particularmente respecto a las vivencias plásticas guadalupeñas y martiniqueñas, la Segunda Guerra Mundial funge de período catalizador. En ese momento, se establecen centros locales de formación artística, y en la década de los 60, nacen movimientos por una pintura "criolla" fundamentada en el orgullo de la negritud, y una actitud de resistencia política ante la presencia y la escuela francesas. En Haití, el Centro de Arte de Puerto Príncipe, creado en el año 1944, el Foyer (traducción aproximada: hogar) de las Artes Plásticas y galerías que, por los 60, buscan complementar el reputado art naif como una expresión profundamente haitiana, pero moderna. Igual observación se impone en el Caribe holandés, Cura¡;ao y Aruba, donde el arte moderno empieza a tener adeptos en los años 30 y comienza la creación de escuelas de arte y museos, logrando así afIanzamiento técnico y su expresión propia antes del medio siglo. En la aspiración por encontrar un sello nativo, dos corrientes se marcan: una más vernácula, otra más internacional y moderna. En el continente sur, pero asimilada al Caribe, Suriname, nación desde 1955, rica en herencias, etnias y culturas, también marca un desarrollo decidido. De la misma manera ha sucedido en la República Dominicana, donde la pintura de la segunda ciudad en importancia, Santiago, está más aferrada al lar natal, mientras que la de Santo Domingo se encuentra más permeada por las tendencias foráneas, las europeas en un principio y, ya a partir de los años 70, las norteamerícanas y latinoamericanas, que llegaron a través del muralismo y sus grandes personalidades, esencialmente Tamayo, Lam, Torres-García y Matta. Los últimos 20 años del siglo XX y el tercer milenio incipiente se han caracterizado por la complejidad anterior, que fomenta una diversidad bienvenida en los discursos gráficos (¡los más postergados!), pictóricos y escultóricos del área, al mismo tiempo que una firme toma de consciencia aproxima el momento para la defmición de una estética antillana. El tiempo del mutuo conocimiento, de una verdadera fraternidad caribeña en el arte, ha lle-
Landscape of an aftermath, John Cox, Bahamas, 1999.
gado y siempre esperamos que ese florecimiento creativo alcance el reconocimiento fuera del continente americano. En las 30 islas aledañas -si nos referimos a las principales en superfIcie-, el apego a la identidad se manifIesta en el sincretismo de distintos credos religiosos, la importancia del elemento racial -predominando el negro y el mulato-, fruto de las distintas migraciones. En la época contemporánea, las mitologías personales y colectivas -nuevas y viejas- van tornándose una constante, dotada de infmitas variaciones temáticas y estilísticas, con la fantasía más desbocada o controlada. Se puede afIrmar que cuatro generaciones en plena actividad interpretan las tradiciones rurales y urbanas, desmitifIcan las instituciones o los personajes, tanto como se rebelan en contra de la tecnología, el consumo, las imposiciones culturales inconsultas. Un compromiso nuevo denuncia, en un enfoque más regional e internacional, los males de la globalización, la depredación de la naturaleza, las desventuras de los inmigrantes y la tragedia del SIDA -que ha hecho estragos entre los artistas del Caribe-o La pintura sigue siendo la categoría mayoritaria, pero, en lo tridimensional, la instalació n ha emprendido un desarrollo particular, no sólo en la República Dominicana, Cuba y Puerto Rico, sino también en Trinidad -proyectos ecológicos entre islas vecinas como el proyecto Big River-, Barbados y Martinica. En las Antillas holandesas -incluyendo las más pequeñitas- esta evolución se puede comprobar también : lo
demostró la exposición Identidad, ayer, hoy y mañana, en 1999. A partir de esas múltiples fuentes de inspiración, que se trasladan del mundo exterior al mundo interior, las composiciones vibrantes de ritmos, de sustancia, de colores, ejercen efectos verdaderamente encantadores, integrando lo sagrado y lo profano, la vida y la muerte, las fIguras antropomórfIcas y zoomór[¡cas, mediante signos y símbolos que conservan su misterio. La simbiosis entre arte, espíritu y tierra, que llega a lo concreto en texturas y mezclas arenosas, puede considerarse un fenómeno colectivo en todo el Caribe.
Una fiesta En la plástica de las Pequeñas y Grandes Antillas, iguales formas, temas y trascendencias han florecido. En todas las islas, lo que acentuamos como mestizaje racial y legado afro-antillano no desprovisto de connotaciones políticas, se ha metaforizado en formulaciones puramente plásticas que combinan, alternan y fusion an la organicidad y la construcción, estallan en una fIesta sensorial y privilegian el sincretismo de las creencias. Sin problemas, la cultura popular se alía con lenguaj es contemporáneos internacionales. Alcanzar la paradoj a de un arte a la vez ancestral y actual, apropiándose y reinventando, está en el temperamento, las convicciones y el OfIcio del artista caribeño provenga él de Aruba, Bahamas, Barbados, Belice, Cuba, Curazao, Dominica, Grenada, . Guadalupe, Guyana, Haití, Islas Vírgenes, Jamaica, Mar45
tinica, Puerto Rico, Santa Lucía, Suriname, Trinidad o la República Dominicana. El eclecticismo y una gran libertad ante las "modas" y las "bogas", que no se rechazan pero se adaptan, se observan críticamente, se "criollizan". Esa mezcla de absorción y reconversión parte de un intento, es más, de un propósito de defmición regional. El postmodernismo se practica desde hace décadas en el Caribe, sin alardes críticos, desde la arquitectura hasta la pintura. La época actual es particularmente propicia para una integración de la plástica insular dentro de un contexto continental y universal. Los cánones fIjOS, las normas precisas, las "recetas" imperativas de antaño han desaparecido, cediendo ante la fantasía (casi) suelta del creador. y esa evolución/revolución permanente conviene a la personalidad de los artistas caribeños, estimulados y receptivos, siempre que respeten sus fuentes y antecedentes culturales. No deja de existir, entre los menos informados, el prejuicio de que un arte puramente intuitivo domina el arte caribeño, aún en la actualidad. Esa corriente, vigente, respetable y encantadora cuando es auténtica, es reputada por su fuerza en Haití, pero no sobrepasa, aun en el arte haitiano, la importancia de una de las expresiones visuales practicadas y creadores conceptuosos como Edouard Duval-Carrié y Mario Benjamín, de importancia en el arte contemporáneo internacional. Cuando se estudia históricamente el arte de la región, se ve que, dentro de la tolerancia ideológica que caracteriza el Caribe en muchos aspectos, no hay exclusiones estilísticas, y que la crítica -¡no nos inhibamos en mencionarla!- suele contribuir a esa amplitud expresiva. Sin embargo, un movimiento específico no ha cesado en continuidad y expansión, desde los años 50, y por tanto en el arte contemporáneo, es el expresionismo.
Expresionismo caribeño El expresionismo caribeño, a partir de su perfll original europeo, signifIca exuberancia, efusión, rebeldía, impulsos liberados, o sea, una formulación acorde con el temperamento y el sentir del artista antillano. En nuestros expresionistas de ayer, la "nueva imagen" de hoy y probablemente la de mañana, reina nuevamente el "mestizaje", combinándos'e con realismo y surrealismo, alternando y sumando la abstracción y la figuración, según las opciones individuales. Ahora bien, como precursor de un "expresionismo antillano", dramático, visionario, sumergido en las entrañas 46 GlOBAL
de la tierra, hay que señalar a un dominicano, ejemplo típico de mestizaje e inmigrante por su origen, el pintor Paul Giudicelli. Durante su adultez, Giudicelli jamás pudo salir al exterior por razones políticas. Lo guiaron la pasión encerrada y un trabajo insaciable. De no morir a destiempo, hubiera incidido aún más en el desarrollo de la plástica nacional y probablemente de la caribeña. El expresionismo fue verdaderamente un modo de "afirmación" de la identidad, principalmente en el aspecto formal y la factura, que ha sabido evitar la estereotipia y la repetición, defectos frecuentes en muchos neoexpresionistas europeos y latinoamericanos. En ese expresionismo tipifIcante, las generaciones del 80 y del 90 continuaron y demostraron una fuerza pujante, que sigue la tradición del mestizaje estilístico y temático, que exterioriza sus ansias en la pintura y las instalaciones, sin que olvidemos la gráfica. Algunos son exitosamente polivalentes en su trabajo. Más aún, es cada vez más raro que un artista antillano se limite a un solo Sin título, Ramón Oviedo, República Dominicana, 2001.
lenguaje visual. Concursos, bienales y exposiciones, fo calizadas en las Antillas, organizadas dentro o fuera de ellas, que hemos enumerado parcialmente, han permitido comprobarlo. Su estética se convierte en una lengua referencial que absorbe tanto las tradiciones orales como la continuidad de los valores antropológicos, sociales y geográflCos. En síntesis, el expresionismo, desprovisto de tabúes e imposiciones impregna las Antillas holandesas -hecho ciertamente vinculado a la impronta de Holanda en los estudios y la práctica del arte-, permea un sector importante del arte anglófono - en particular Jamaica y Barbados-, llega a los francófonos - a pesar de que Francia no es un país donde predomina el expresionismo-, Guadalupe, Martinica, Haití aún, y, por supuesto, florece en el Caribe hispanohablante: en Santo Domingo, en 1950; en Puerto Rico, en 1960; en Cuba, una década después, como una manifestación a la vez ideológica y estética de estremecimiento. Sin título, Frank Loussa int, Haití, 1999.
Los primeros ecos que nos llegaron del tercer milenio, como las obras sobre papel de la exposición Entre líneas y las propuestas en multimedia para la IV y V Bienal del Caribe -a fmales de 2001 y 2003, respectivamente- confirman la simbiosis isla/caribe/mundo y pueden considerarse como "contemporáneos", según la calificación de la crítica de arte occidental. Ahora bien, el artista caribeño, presionado por ciertos curadores y la información internacional, debe cuidarse de no perder su identidad y no adoptar fórmulas internacionales, cuando no tenga dominio suficiente de su tecnología y nuevos medios. Si ellos pintan o dibujan, el graffIti, la mancha, la línea convulsionada, el trazo versátil, el color suelto instrumentan sus signos, generalmente organizados en una buena composición. Si ellos montan instalaciones, la imagen e imaginación se pasea, entre desechos y reciclajes, objetos perecederos o durables, aportes gráfiCOS, fotográflCos y pictóricos, construcciones blandas o duras, tecnoarte -si está a su alcance- y tradición. El video ha aumentando su frecuencia y su calidad, particularmente en la República Dominicana. Estos nuevos rebeldes que asumen compromisos renovados de forma y de fondo, que van encontrando una causa, sobrepasan las fronteras isleñas y sus respectivos sistemas político-administrativos para declararse "hijos del Caribe". El acabado fmal conforma estructuras sólidas en lo físico y lo ideológico, casi siempre refiriéndonos a la historia, al entorno, a la condición humana del caribeño y sus avatares, sin olvidar la magia, un ingrediente de todos los días. Lo pudimos observar en La fortaleza del arte contemporáneo, estupenda colectiva de instalaciones celebrada en Puerto Plata que, para nuestra sorpresa, interesó a un público masivo.
Conclusión Este breve estudio ha intentado sobrevolar analíticamente la región del Caribe, insistiendo en los últimos 50 años de expresión plástica, mostrando en nuestro "arte mestizo" la alianza entre tradición y modernidad, entre las artes visuales del centro y de la periferia. La V Bienal del Caribe, celebrada el año antepasado en Santo Domingo, confirma una simbiosis de la cual los caribeños se enorgullecen. Esperamos que su creación visual, tan rica y diferente, un día dejará de ser mal conocida, cuando no marginada en el exterior. Haremos nuestra, a manera de conclusión, la propuesta de un destacado
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Middle Passage, Earl Etienne, Dominica, 2000.
Sin título, Ryan Oduber, Araba, 2002.
crítico de Guadalupe, Jocelyn Valton, que nos parece proponer una visión adecuada del arte antillano: "Expresar su visión del punto de vista de su cultura sin quedar preso del regionalismo, desarrollar una visión singular, encontrar una escritura que puede ser descifrada por una mayoría sin caer en la difusión y el olvido de las luchas a emprender todavía, hallar un lugar en el mercado internacional sin someterse a sus dictámenes, querer el reconocimiento de su trabajo sin esperarlo de modo servil, asumir la posición de mediador entre las culturas, como un aprendiz de brujo que introduce en su campo cultural ideas y formas nuevas, nuevos conceptos, nuevas técnicas. ¡Fermentos de revolución, tal vez! En fm, mantener la fe en sus valores, preservando al mismo tiempo un espíritu de apertura propio de la región caribeña". Marianne de Tolentino es directora del Centro Cultural Cariforo de la República Dominicana y editora de Cariforum, además de
miembro ejecutivo de la Asoc iación Internacional de Críticos de Arte. Ha formado parte del equipo de planificación y curaduría de las Bi enales del Caribe y Centromérica en el Museo de Arte Modern o y ha organizado vari as exposiciones relacionada s con arte caribeño. Es miembro del Comité Organizador de la Bienal Nacional de Arte s Visuales y del Con sejo Directivo del Jardín Botánico Nacional. Ha publicado el libro infantil Mi primer museo. 48 GLOBAL
CLAVESDELMUNDO • Las propuestas más innovadoras • Los análisis más profundos • Los temas de hoy En la página que Funglode publica en el periódico Hoy Lostrabajos de un extenso y cualificado grupo de colaboradores queproceden de las más diversas áreas del conocimiento Yen laweb: www.funglode.orglclavesdelmundo
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y EL MUNDO EN DESARROLLO Por Rafael Martínez Alés
El mundo de la edición atraviesa un momento de profundas transformaciones. En los países en desarrollo, los editores, amenazados con sucumbir frente los dictados de la hegemonía de unos pocos, deben encontrar modelos propios que sean compatibles con la presión globalizadora de hoy. La edición independiente, cuyo crecimiento debería ser especialmente estimulado por políticas públicas, es la gran apuesta de los países pequeños para hacerse un hueco y neutralizar las tendencias avasalladoras de los grandes operadores multinacionales.
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Los grandes grupos cons iguen compensar la debilidad estructura l del sector con la diversidad financiera y de actividades. Foto: Pedro Jaime Fernández.
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ay un primer punto de partida: a partir de los años 70 es cuando el largo ciclo de la edición tradicional empieza a mostrar señales de cambio profundo, cuando empieza la aceleración de los movimientos de concentración. Entonces, la tecnología apenas formaba parte de las creencias de una industria demasiado acostumbrada a mirarse el ombligo. Sus primeras manifestaciones habían sido profetizadas al introducirse el concepto del "fm de la galaxia Gutenberg" y durante el Congreso Internacional de Editores de México, en 1984, cuando el presidente de Sony presentó el CD Rom. Hasta 1993, en el gigantesco centro de la edición que representa Frankfurt, no aparece un espacio dedicado al mundo de la edición electrónica, digital o numérica. Hicieron falta nada menos que 30 largos años para que esta realidad hoy tan familiar fuera invitada a la mesa de la cultura escrita. Mientras tanto, un término iba ganando terreno hasta adquirir un protagonismo decisivo: "las industrias de la comunicación", para las que la escritura fue ocupando un segundo lugar detrás de la imagen y del sonido. Inquietaba oír hablar cada vez más de "productos editoriales", en lugar de libros, ' y de "industrias de contenidos" en lugar de editores. y todos pudimos seguir un proceso imparable sembrado de errores estratégicos y de adquisiciones, fusiones y reventas. Europa del Sur, África y gran parte de Asia, así como Latinoamérica, eran entonces una especie 52 GloeAL
de reserva con un crecimiento escasamente signifIcativo. Al mismo tiempo, se observaban con escepticismo no exento de desprecio o incredulidad las primeras operaciones importantes protagonizadas por Maxwell en el Reino Unido, Wolters-Samson (después Wolters-Kluver) en los Países Bajos, de Hachette y Presses de la Cité en Francia, al compás de movimientos de semejante signo en Estados Unidos. Los grandes grupos consiguen, en el conjunto, compensar la debilidad estructural del sector con la diversa y más favorable estructura fmanciera de ciertas actividades diferentes, lo que permite contemplar el porvenir con más serenidad y reforzar su capacidad editorial mediante el crecimiento externo, o sea, mediante la absorción de sellos y empresas editoriales, principalmente en el campo de los libros de referencia, científIcos y técnicos. Lo que estaba ocurriendo era trascendental, pero no estamos seguro de que, como tantas veces ocurre, fuera sufICientemente estimado en su valor y en su profundidad hasta que mucho más adelante, cuando comienza a sacrifIcarse el llamado capital simbólico de las editoriales y se dramatiza la dialéctica entre fmancieros y creadores, se empieza a analizar el problema, pero con más carga emocional que rigor. Los componentes del consumo del ocio y de los frutos o servicios culturales son los que se estaban modifIcando. La edición de aquellos años empieza a enfrentarse con
perplejidad manifiesta a un público nuevo que es menos respetuoso con la escritura y más exigente de informaciones actualizadas: la multiplicación de "últimos títulos aparecidos" es la única respuesta y esconde la disminución de las tiradas. El libro pierde su misterio. ¿Qué habrán visto estos extraños seres que cultivan las fmanzas, se pensaba entonces, en unos tipos tan raros como los editores, tan neuróticos e ilógicos como imprevisibles, para desear asimilarlos, ocupar su reducido hábitat y sustituirlos? Ésta era entonces la gran pregunta que se respondía con más ironía que rigor. En el Frankfurt de aquellos años, la tipología editorial se enriqueció con una nueva clasifIcación: los editores compradores y los que están en venta.
Segunda fase Pero el mundo de la edición se había hecho particularmente grande y la segunda fase de las concentraciones, caracterizadas por afectar a todas las tipologías y por estar protagonizadas por fuerzas que eran externas a la edición tradicional, empezó a transformar profundamente las prácticas, subordinándolas a las exigencias comerciales. La naturaleza de estos cambios, desde entonces, sólo ha variado en intensidad y el mercado se hizo cada vez más presente, con tal fuerza que ha venido generando consecuencias irreversibles, perturbando o difIcultando la edición en los países menos desarrollados. Esta segunda fase de la concentración representa para esta actividad una suerte de combate desesperado en el que, visible y rápidamente, parece que se está perdiendo la batalla del pluralismo y de la calidad. ¿Qué papel podían jugar unas industrias editoriales localizadas en países no alineados con los grandes conglomerados empresariales con vocación de constituirse en poderes sin control democrático ni estatal? En el marco general, en el plano económico la respuesta más frecuente ha sido la integración regional. Los bloques regionales se complementan en el plano internacional por los nuevos tratados de comercio basados en la doctrina de la libre circulación de mercancías y capitales que, si bien fueron inspirados por los grandes países industrializados, encuentran ahora la horma de su zapato en la toma de conciencia de los países en desarrollo. En el ámbito de las industrias culturales, la hegemonía ejercida y reforzada en las décadas precedentes por los majors o los holdings ha generado un fenómeno nuevo caracterizado por un creciente movimiento de productores
Hoy, la internalización basada en la lengua común es bastante débi l.
independientes que cada vez reclaman su espacio en la industria cinematográfIca, discográfica y editorial y ven en la futura convención sobre diversidad cultural que negocia la UNESCO, un importante apoyo a sus tesis y a su propia supervivencia. Agrupaciones independientes, entre las que destacan cada vez más los editores, están consolidándose en muchos países y comienzan a despuntar a nivel internacional como una fuerza con la que se habrá que contar de ahora en adelante. El fenómeno es contagioso y los poderes públicos deben cuidarse mucho para no quedarse al margen, incluso aquellos que no contaban con sólidas infraestructuras propias o que se habían debilitado. En este análisis "macro", en el ámbito de la edición el horizonte es incierto pero la esperanza es un parámetro válido y recomendable. Imputar todo cambio y toda evolución regresiva al fatalismo de la existencia de unas fuerzas económicas irresistibles -la globalización o los oligopolios nacionales- es sólo relativamente válido, porque el campo editorial es sufIcientemente autónomo (es decir, capaz de adaptar, según su lógica, cualquier circunstancia externa económica o política) como para que las estrategias editoriales encuentren su acomodo. Gran parte de los países latinoamericanos pertenecen al mundo en desarrollo. Nuestra internacionalización basada en la lengua común es bastante débil frente a la firmeza arrogante de las naciones o de los grandes con53
Más de 100,000 editores principales componen el sector internacional.
glomerados empresariales que se sienten garantes de la denominación comercial y de la supervivencia de una tradición imperialista de carácter universal. En el mundo de la edición internacional, compuesto por más de 10,000 editores principales, el Sur es débil. Para algunos grandes operadores, ni siquiera existe. En los 180,000 m2 del gran escaparate representado por Frankfurt, parecemos representar una cultura periférica. Compramos 10 veces más derechos de lo que vendemos. El problema central de nuestra reflexión es, pues, ajeno al área de nuestra lengua, puesto que nuestro papel todavía, en el plano industrial y económico, no es determinante. El análisis de las relaciones de poder y de concentración dentro de este microcosmos, califIcado así en términos relativos, tiene la importancia que cada uno le quiera dar según estemos delimitándolo en un determinado encuadre temporal o histórico; los problemas de fondo de la edición, independiente de los conglomerados que están surgiendo, son parecidos a ambos lados del océano. Sus variantes tienen mucho que ver con algo que podríamos llamar coyuntura económica y estabilidad democrática. Los ciclos han cambiado su centro de gravedad muchas veces. Como editor he aprendido a co nsiderar el ámbito de la lengua española como el terreno de juego neutral donde 54 GLOBAL
se ha venido descubriendo, lentamente, una industria editorial llena de contradicciones y complicidades. La actividad editorial en lengua española se ha venido sustentando en polos que han cambiado constantemente de emplazamiento por razones más de índole cultural o política que por circunstancias económicas. La historia reciente de la edición durante una gran parte del siglo se ha movido a impulsos de acciones voluntaristas, de militancia cultural y no ha convocado capitales, ni ha despertado el interés de los inversionistas. México, Buenos Aires, Santiago de Chile, Caracas, Bogotá, Madrid, Barcelona ... han gozado cíclicamente de momentos de esplendor editorial y de decadencia según la coincidencia de vientos favorables y del desarrollo de movimientos intelectuales de alta cualifIcación. A partir de los años 70, se introduce un lenguaje diferente de cierto contenido económico. Digamos que se empiezan a manejar incipientes estadísticas. Y lo que éstas nos cuentan es que se produce un desarrollo exponencial en términos, pues, relativos, con tasas de crecimiento irregulares que generan desequilibrios. La edición española crece del orden de un 20% acumulativo anual, en gran parte en perjuicio de la edición en la región de Latinoamericana. Luego se suceden las crisis locales : Argentina en 1973, Perú en 1974, México también en 1974, Venezuela en 1975 y poco a poco, con recuperaciones puntuales y desastres localizados, llegamos al fondo del problema en 1983, que afectó a la casi totalidad de los países latinoamericanos y es cuando se pusieron en marcha nuevas estrategias que confIguraron nuestro presente. Desde España, la incipiente industria del libro surgida a mediados de los años 60 fue acompañada de la idea de la competitividad y la de considerar Latinoamérica solamente como un mercado comprador mal abastecido y de difícil acceso por su distancia. En los momentos más altos de este proceso, América llegó a representar un 33% del mercado de los libros que se producían en España, tras forzar un panorama que era bien diferente. El signo de los intercambios y su estructura cuantitativa y cualitativa ha cambiado y continúa cambiando. La fIlosofía indiscriminadamente exportadora y en cierto modo avasalladora que preside la década de los años 70 hace crisis en los 80 y se enfrentó cargada de probl emas, pero construida sobre la implantación local; un proceso que empieza por ser un maquillaje y termina por co brar carta de natural eza.
Se desarrollan filiales -algunas existentes desde principios de siglo- y se perfecciona el modelo con el apoyo al desarrollo de industrias locales. La competencia se racionaliza y se progresa en la recíproca eliminación de barreras arancelarias, fiscales o de cualquier otro tipo. El marco general también ha ido cambiando simultáneamente. Primero está la idea de que ningún país del área idiomática es capaz de producir toda la edición que pide su creciente demanda de conocimientos; luego el proceso se auto estimula y ya la edición española toma la iniciativa de convertirse en plataforma de lanzamiento de la propia creación latinoamericana. Se beneficia indudablemente del boom literario en un momento en que la creación en España no atraviesa un periodo especialmente brillante y la industria editorial detenta derechos de autor estratégicos para la demanda de la sociedad latinoamericana. Esta circunstancia favorece la nueva implantación ya iniciada en un área en la que hay un exceso de demografía y una carencia de tecnología. Pero el crecimiento de estos intercambios, en los que la actividad exportadora reduce su peso en términos relativos, no se produjo también en términos cualitativos. Como ocurre y ha ocurrido en tantos otros modelos, el mercado que ya empieza a condicionar el propio crecimiento de la industria editorial en España, juega su papel de censor en el ámbito de su propia-actividad exportadora o productora de ediciones en los diversos países latinoamericanos. Nuestra función de agentes culturales, como viene ocurriendo en todas partes, no supo defenderse de la tendencia banalizadora dominante en todas las estructuras editoriales que se hacen grandes.
Argentina, por ejemplo, ve el peligro en su actividad literaria y al tiempo que su universidad pierde su autonomía histórica y se orienta hacia la venta de servicios demandados por el mercado, los editores agitan la bandera de la profesionalización y de la internacionalización.
La industria editorial dominicana se ha dejado arrebata r o ha descu idado elementos que cualquier desarrollo posible debería empezar por recupera r.
En España En España se importa el fenómeno de la concentración empresarial y también exportamos esta nueva tendencia creando pequeños o medianos grupos que en algunos países pueden desequilibrar el ecosistema local. Paralelamente, se exportan las dificultades que nuestras propias empresas independientes sufren en España. Ambas cosas parece que lamentablemente coinciden. Pero el proceso también coincide con otros que no deberíamos ignorar: durante esta última década, muchas editoriales latinoamericanas propiamente dichas parecen creer que su existencia depende en gran medida de su vinculación al mundo de la edición internacional. En
De forma general, la tarea de los editores se aleja cada vez más de proyectos intelectuales locales y se alinea con las tensiones del mercado internacional del libro. Abandonan en cierto modo sus responsabilidades editoriales y la industria española toma la delantera y se presenta como broker internacional de los editores latinoamericanos. Grupos españoles como Santillana, S.M., Océano, Ediciones B y Planeta, junto con otros cuyo capital ya no es español (Plaza y Janés, Grijalbo, Anaya) refuerzan su presencia en México, Argentina, Chile y Colombia y podrían estar fagocitando las industrias editoriales locales. Desde 1997, además, España se ha lanzado sobre el mercado potencialmente gigantesco de Brasil, adelantándose a otras iniciativas de países vecinos, de forma que hoy puede hablarse de una nueva estructura del mundo de la edición latinoamericana con una plural pero poderosa presencia de los grupos editoriales españoles.
La lengua común En general, para hacer justicia, la inversión española en el ámbito de la edición en América es bastante estable: los editores españoles invierten para quedarse y se quedan a pesar de las dificultades locales que asumen como propias. Las procedentes de otros países -inversión norteamericana o alemana, como Groliers o Círculo de Lectores-, constantemente desinvierten y fluctúan, están y no están. y ahora quieren volver de otra manera, al olor de la bonanza. La representación todavía no ha concluido. El proceso es reciente y tendrá todavía muchas derivaciones, porque la propia evolución de la industria española es incierta. Más grupos españoles pueden pasar a manos de otros conglomerados internacionales y de esta forma, propiamente, ya no podría hablarse, más que de forma excepcional o residual, de una determinada nacionalidad de las inversiones que controlan los nuevos conglomerados editoriales. Paradójicamente, cualquier buena o gran editorial latinoamericana podrá ser alemana o anglosajona a través 55
de este perverso mecanismo que utiliza a España como institución interpuesta.
Ejemplos Ejemplos no faltan. y para encontrarlos no tenemos que irnos muy lejos. La industria editorial dominicana se ha dejado arrebatar o ha descuidado elementos que cualquier desarrollo posible debería empezar por recuperar, sin caer en manos de las modas que otras industrias imponen y sin contribuir a la banalización. Ensayos, relatos y poesía de alta calidad no reciben el adecuado respaldo de la industria propia ni el apoyo de los medios de comunicación. Poetas como Pedro Mir, Manuel Cabral y narradores como Marcia Veloz Maggiolo, por ejemplo, son dificil es de encontrar en las librerías dominicanas y su proyección no está - ni en la enseñanza, ni en la actividad exportadora- a la altura que les corresponde y, como consecuencia, salvo que otra industria ajena los descubra y los promueva, debilita la credibilidad creadora de un país y limita las posibilidades de salir de su bajo perftl internacional. Los países en desarrollo deben combinar la auto crítica con el esfuerzo por defender su diversidad. Mención aparte merece el entorno tecnológico y sus particulares implicaciones para el mundo del libro. Gracias al impresionante desarrollo de las tecnologías, que hoy concitan todos los esfuerzos de creatividad e innovación, todos nosotros somos ciudadanos interconectados. Las terminales móviles constituyen un terreno predilecto para una gran variedad de motores de búsqueda y no es posible pensar en la edición sin dedicarles un pequeño recuadro. No podemos imaginar la edición del futuro y el papel que en ella podrán jugar los países en desarrollo sin tomar en cuenta las espectaculares iniciativas que nos ofrecen: Google está preparando su biblioteca virtual, universal y enciclopédica (15 millones de libros) y esta operación parece que estará disponible en el relativamente corto plazo de diez años; la International Children Digital Library (ICDL) promueve, desde hace ya dos años, una colección digital de libros infantiles en todo el mundo, accesible gratuitamente en línea; Google Scholar propone a estudiantes e investigadores la consulta gratuita en línea de publicaciones universitarias, articulas científiCOS, tesis, informes de investigación, etcétera. y estos no son más que unos pocos ejemplos. La historia de la edición tradicional no va a repetirse y el futuro permanece abierto, inquietante, accesible, para socieda56 GlOBAL
des desarrolladas o en desarrollo. Pero conviene tener en cuenta lo que ha cambiado el mundo de la comunicación y no perder de vista la realidad. En la mayor parte de los países en desarrollo, los puestos de acceso a Internet, además, crecen más deprisa que los hábitos de compra o el número de usuarios de bibliotecas.
La edición independiente ¿Dónde está, pues, la edición independiente en este momento y en este ámbito latinoamericano? No podemos responder que donde siempre estuvo, porque esto sería radicalmente falso , pero tampoco es posible ir más allá de aventurarnos a reflexionar donde creemos que está, qué significa y cuáles son sus retos. La información disponible sobre la edición independiente es muy escasa. Desde mi punto de vista lo es tanto en España como en todos y cada uno de los países latinoamericanos. Cuando comenzó este largo ciclo de la edición que ahora está en plena transformación, ningún editor tenía que adjetivar su actividad editora. Prácticamente, toda empresa editorial era independiente. Es nuevo, verdaderamente nuevo y constituye una originalidad hoy ser independiente. y en muchos casos es tan heroico como necesario. Cuando los editores se reunían en seminarios, ferias o congresos, normalmente se hablaba de libros; ahora se hacen pronósticos, se comentan las fusiones o adquisiciones más recientes y ya apenas se habla de libros. La creatividad se ha refugiado en los ámbitos periféricos de la industria en casa de editores medianos o pequeños independientes a los que la calidad no les da miedo. La edición independiente tiene, en general, un enorme interés y la regeneración de esta actividad -a la vez cultural y económica- constituye la salida de toda sociedad en desarrollo, pues podría afirmarse que es la depositaria de la calidad. La amenaza al desarrollo editorial propio no procede de la formación de grupos españoles, sino genéricamente de la formación de grupos y no son precisamente los españoles los peores. La única estrategia posible es la de defender, como editores, solidarios con otros editores independientes de otros países, las propias señas de identidad. Es necesario situarse en el campo de la oferta de libros y seguir de cerca la evolución de la demanda. Bajo la perspectiva en la que seriamente creo, de que la oferta crea la demanda, hay que posicionarse activamente contra los valores de la
El editor llamado independiente debe contribuir a luchar contra la censura del mercado y neutralizar a los grandes operaradores .
llamada nueva economía, cuyo poder puede pero no debe ahogar las convicciones que constituyen la fuerza renovadora del tejido editorial; hay que pedir la colaboración pública local o internacional para intervenir y modificar algunas de sus modernas perversion.es. El editor llamado independiente -que no es el que solamente acaba de nacer y sólo es capaz de un corto vuelo- debe contribuir a luchar contra la censura del mercado y defender sus propios valores ante los de los lectores, pues el público no es la única instancia cuyos gustos hay que atender, cuando a menudo son vulgares o lamentables. Abandonar el campo de la oferta es contribuir a la banalización de la cultura; es aceptar pasivamente la ideología del mercado. Esta figura es la gran apuesta de los países pequeños para hacerse un hueco y neutralizar las tendencias avasalladoras de los grandes operadores multinacionales. La edición independiente debe ser tenida en cuenta cada vez más y su crecimiento debe ser especialmente estimulado por las políticas públicas. Además, constituye la mejor herramienta para apoyar el desarrollo de las industrias editoriales locales. En el caso de la República Dominicana, además, como país en desarrollo que goza de una lengua de amplia y creciente difusión, siempre se podrá aprovechar esta
ventaja adicional con la que luchar contra las barreras de cualquier tipo. Al mismo tiempo conviene no perder de vista que la diversidad cultural es hoy el campo de batalla de la cultura y constituye, en el ámbito editorial, un terreno neutro a los efectos de diferenciar economías desarrolladas y no desarrolladas. El horizonte está abierto de nuevo. No hay razones objetivas para dejarse llevar por el miedo al futuro, ni olvidar que si la incertidumbre resulta incómoda, es también el terreno mejor abonado para la innovación. Y la capacidad de innovación no es una cualidad inherente a los países desarrollados. ·'Este artículo es un resumen de una conferencia pronunciada en el Paraninfo de la Facultad de Humanidades (Escuela de Letras) de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en abril de 2005.
Rafael Martínez Alés es editor desde 1967 y en la actualidad ejerce como consultor editorial. Fue director-gerente de "Cuadernos para el Diálogo", secretario general del Grem io de Editores de Madrid, director del Instituto Nacional del Libro Español (INLEl, director de Planificación del área de Ediciones Generales del Grupo Anaya y director General de Alianza Editorial. Ha dirigido varios cursos de formación y fue representante de España en el Consejo del CERLALC. 57
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s un asunto de territorio". Es la frase con que el arquitecto Didier Dominique iniciara a modo de afIrmación su conferencia magistral "El futuro de la cátedra", dentro del marco del IV seminario Erwin Walter Palm de Arquitectura y Urbanismo de América Latina y el Caribe del año 2001. El desarrollo de la economía siempre se ha fundamentado sobre la base de la "comunicación", la cual propicia el intercambio; las condiciones gracias a las cuales se construye la plataforma para su funcionamiento están ligadas al desarrollo tecnológico del mundo. El soporte tecnológico ha tenido un profundo impacto en la lectura de las ciudades de hoy y su visión de futuro. Actualmente, la movilidad constituye una de las cadenas de expansión económica más importantes -nos referimos a las fuerzas que se desarrollan a partir de la economía- y es uno de los argumentos principales de la contemporaneidad -la diáspora dominicana y su presencia en términos de su soporte-o Todo esto lo entendemos como el transporte de un tiempo al mismo otro tiempo, en donde, en mucha.s ocasiones, lo anónimo y la ausencia se apoderan del espacio: nos referimos a la noción espacial que posee la singularidad cultural de cada individuo. Los nuevos paradigmas (lo electrónico: la web, la fIbra óptica, la tecnología láser, la realidad virtuaL) han tenido un fuerte impacto sobre el sujeto actual. Esto puede vi-
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sualizarse comparando la relación entre la fotografía y el fax (nuevas formas de impresión; lo digital). Lo electrónico se defme con relación a la "media" y la "simulación";l la "media" produce ambigüedad, llevándonos a plantear e interpretar lo que es o lo que podría ser. La tecnología ha traído consigo nuevas formas de representación, nuevos parámetros de desarrollo del entendimiento en la manera de representar el pensamiento. "La economía contemporánea es una economía de la desterritorialización o de la virtualización. El principal sector de la actividad mundial en volumen de negocios, recordémoslo, es el turismo: viajes, hoteles, restaurantes ... La humanidad nunca antes había destinado tantos recursos a no estar ahí, a comer, dormir, vivir fuera de la casa y alejarse de su domicilio. Si al volumen de negocios del turismo propiamente dicho se le añade el de las industrias que fabrican vehículos (coches, camiones, trenes, barcos, aviones), los carburantes para los vehículos y las infraestructuras (rutas, aeropuertos), se concluye que casi la mitad de la actividad económica mundial está al servicio del transporte. El comercio y la distribución, por su parte, hacen viajar los signos y las cosas. Los medios de comunicación electrónica y digital no sustituyen el transporte físico, muy por el contrario; comunicación y transporte, como ya lo hemos destacado anteriormente, forman parte
de la misma ola de virtualización general. En cuanto al poderoso sector de la salud -medicina y farmacia- , tal como hemos dicho, virtualizan los cuerpos".2 La imagen, gran protagonista de la contemporaneidad, es el principal mecanismo de promoción, de venta: el edificio es una imagen publicitaria, es el evento mismo, el acontecimiento. La imagen es contenedora del germen de la manipulación: la imagen perversa de la publicidad. Esto entremezcla los valores hoy en crisis, que también se convierten en simulacros: "Prohibí que hubiera imágenes en los templos porque la divinidad que anima la naturaleza no puede ser representada. Precisamente sí puede serlo, pero, ¿qué va a ser de ella si se la divulga en iconos? Su desesperación metafísica nacía de la sospecha de que las imágenes no ocultan absolutamente nada, en suma, que no eran en modo alguno imágenes, sino simulacros perfectos ... desaparición virtual de Dios ... y la manipulación mundana y espectacular de las conciencias ... Disneylandia es un modelo perfecto de todos los órdenes de simulacros entremezclados. En principio es un juego de ilusiones y de fantasmas: los piratas, la frontera, el mundo futuro . Suele creerse que este mundo imaginario es la causa del éxito de Disneylandia, pero lo que atrae a las multitudes es, sin duda y sobre todo, el microcosmos social, el goce religioso, en miniatura, de la América real, la perfecta escenificación de los propios placeres y contrariedades. Disneylandia se presenta como imaginaria con la fInalidad de hacer creer que el resto es real, mientras que cuanto la rodea, Los Ángeles, América entera, no es ya real, sino perteneciente al orden de lo hiperreal y de la simulación".3 El Caribe y América Latina poseen condiciones tales de adaptabilidad y una fuerte lectura de lo colectivo que nos inserta dentro de esta otra lectura de lo ambiguo y de lo contemporáneo: la superficie (goce del color; lo verde) Imagen 3
que se genera a partir del campo de la cosecha del arroz posee el mismo impacto en término del trabajo que la imagen de un triciclo cargando algo muy pesado en plena vía pública. Aquí la diferencia viene a estar expresada, por un lado, en una imagen que contiene la proyección del colectivo, de lo comunitario, de la región (como fuerzas latentes) y, por otro, en otra que proyecta la existencia de la individualidad.
Primer trivium Territorio - Visión de lo incorpóreo Domi[nación] sobre f ronteras y la perversidad de la línea: nuevos territorios-las Antillas. "Desde que me cansé de buscar, encuentro. Desde que un viento
se m e opuso, navego con todos los vientos ':
F. Nietzsche, La Gaya Ciencia.
Entendemos esta cita como la esencia que impulsa a la humanidad a dar respuestas, a dirigir y a concretizar sus pasiones, pensamientos y determinaciones dentro del espacio y el tiempo que nos toca vivir. Vivimos en la era de la ausencia, del vacío como elemento simbólico en la composición. La velocidad hace al mundo visible cada día más borroso. Desaparece la diferencia entre paisaje y mapa; desaparece lo real mediante la simulación. No hay referencias claras, desaparece el territorio, se hace todo . La fragmentación, condición inicial de las Antillas, en constituye en unos de los argumentos fundamentales del paisaje antillano; evidencia, contradictoriamente, la articulación y desarticulación de la región, potenciando el sincretismo cultural y revelando su propia fragilidad. De ahí su fuerza y sus precariedades. Esto lo vinculamos a la idea de nación. Primero, a través del sentido de pertenencia desarrollado por un conjunto de habitantes dentro y fuera de un territorio dado; segundo, asociándola a la idea de igualdad étnica de pueblo. Nuestra frontera, la de Haití, se concretiza a través de dos mecanismos importantes que adquieren su sustancialidad por medio de la pérdida de las raíces del sujeto como cuerpo social. El primer mecanismo es el Gobierno y su alegoría ideológica, el nacionalismo, que funciona como un punto de "sutura" de la totalidad social ; el punto que sutura natural eza/cultura y naturaleza/ símbolo. El segundo funciona como un mecanismo que se construye como un nuevo sujeto aterrador al cual se le atribuyen todas las condiciones y ci rcunstancias, 61
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estructurando una interconexión que oculta la inversión formal de la realidad, cuyo objetivo principal es crear una ilusión óptica (por su concreción) que explica y aclara un relato coherente, convirtiéndose en una trama que justifIca los acontecimientos. Es el punto referente estable detrás del flujo de las apariencias ocultas. La representación del territorio se inclina más hacia la interpretación del "mapa", entendiéndolo como un instrumento en sí mismo, imagen y reflejo del territorio, en donde éste pasa, en su calidad de interpretado, a un segundo plano . Entender el concepto de territorio actual - de frontera, borde, límite- es un asunto de dominio, poder y control, principalmente, en donde cada lado es más el otro en la medida que se aproxima, que se acerca -se hace más borroso- se desterritorializa la línea hasta llegar a la unicidad.
Segundo trivium Las ciudades-El espacio estriado ... nuevos espacios [Múltiples pulsiones que concentran la tensión]
Actualmente, la arquitectura pasa por un momento que podríamos calificar de "dulce". Está de moda. Cada país y cada ciudad cuenta, a escala internacional, con su arquitecto "estrella", que tras un gran evento - exposiciones universales, juegos olímpicos o simplemente a partir de proyectos urbanos específIcos- imprime una imagen singular dentro del concepto de "marca ciudad" o city brand. Por la vía de este concepto, los actores locales pueden crear una estrategia coherente, diferenciada, capaz de convertirse en ventajas competitivas que permitan la diferenciación con otras ciudades. Esto obliga a defmir los atributos racionales y emocionales de forma clara, de 62 GlOBAL
manera que resulten únicos, que puedan ser percibidos y sostenidos en el tiemp0 4 como un producto importante del mercado actual, como parte de la ciudad. La ciudad y la arquitectura no han perdido su rol tradicional, pero han asumido otros roles: ya no son el telón de fondo del evento, sino que constituyen el evento mismo. Los grandes protagonistas dentro de esta visión son los centros históricos: a través y a partir de ellos se gesticula y estructuran las ciudades, y se han constituido en punto de apoyo del nuevo mercado. Los centros históricos poseen la condición de acumular presión, desde su formación (tiempo) hasta su madurez (espacios de encuentro que se superponen por capas con un funcionamiento multidireccional: turismo, cotidianidad, rutas nocturnas). Su proceso es una catarsis de tensiones que marcan y constituyen su textura, sensible y profunda (por su capacidad de conectarse en todos los sentidos), de manera que poseen una gran capacidad de reacción, aunque de una gran fragilidad capilar (por la cultura ambiental que producen). Aquí, el cuidado y el asombro son aspectos determinantes de sus habitantes. Esta realidad se hace más evidente en su múltiple cotidianidad (mapas-rutas-caminos-bardes-periferias: entendiendo el tiempo como un elemento articulador entre ellos) y en la concentración de puntos o referentes (simbólicos) a partir de los cuales se formula y se estructuran sus espacios (lo que subyace: deseo-poder-cultura-contracultura). Es la conjunción de todos estos factores lo que hace a los centros históricos (ciudad consolidada-múltiples emplazamientos con memoria) lugares apetecibles. En el caso de Santo Domingo, la Ciudad Colonial ha experimentado los ajustes y cambios en el tiempo, su capacidad de adaptabilidad (capacidad de cambio-rol-códigos) la han hecho
El constructor de caminos
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permanente y cada vez más contemporánea (sus potencialidades, sus oportunidades). Entendemos su espacialidad contenida a partir de la combinatoria de las sutilezas de su conformación morfológica combinada: un plateau aterrazado, recorridos que se pliegan, caminos fuera de ejes, sus rupturas y encuentros con el mar... Aquí los bordes (periferia) adquieren una connotació n especial, en donde la tensión es más fuerte, se agudiza, se comprime y so lapa a la ciudad. Éstos, a modo de conectores urbanos, no sólo expanden la ciudad, sino que concentran la presión hacia la "zona", muchas veces polarizando esta concentración, provocando una especie de implosión en cadena que vincula y le da actual mente su sentido espacial. Los centros históricos, desde su formación -a partir de su condición inicial y de la espesura del tiempo acumulado-, se han constituido como centros permanentes y de tránsito al mismo tiempo que sorprenden y se construyen con la cotidianidad.
Tercer trivium [H]ab ita r-interior / exterio r-adaptab ilidad ... Una exploración hacia lo cotidiano
En su momento, el fuego se constituyó, dentro de la evolución de la humanidad, no sólo en un lugar protegido y el primer referente profundamente simbólico y comunitario, sino en el centro del universo. Habitar es tema ineludible de la arquitectura, no sólo por una cuestión de supervivencia, en donde lo físico interviene de manera determinante, sino en lo referente a los aspectos exis-
Debe existir un camino por donde se cruce de un día hacia otros días sin necesitar del tiempo: estas fueron las últimas palabras de mi abuelo antes de desaparecer en el calor de un día de mayo. A diferencia de los otros lugareños en las lomas de Puerto Plata, a mi abuelo no le obsesionaba la lluvia o la sequía, la abundancia o la escasez en las plantaciones. Su verdadera obsesión eran los caminos. Y no tomarlos por asalto para descubrir su fin o su principio, ni siquiera seguir sus trayectorias en un mapa con una pluma de pavo. Era más bien construirlos, hacer caminos donde a ningún ser humano se le hubiese ocurrido que pudiera construirse un camino. Para esto reducía sus herramientas a un pico, un machete gastado por la vejez, y un pedazo de piedra de amolar. Salía todas las mañanas bajo la protesta de los nietos y de los hijos solteros que aún permanecían en la casa: "que papá ya usted está muy viejo para eso", "que abuelo ya la finca está lleno de caminos ': Hasta que lograba amarrar dos trozos de batata y unas lonjas de queso en un pañuelo antiguo, y salir, perdiéndose en la lejanía. "Debe existir un camino por donde se cruce de un día hacia otros días sin necesitar el tiempo ", dijo esa mañana mientras desaparecía tras los racimos de lloviznas blanca. El abuelo no volvió más. Aún mamá dice que murió un día de mayo. Yo creo que él vive. Que él está allá, en la mañana, quizás abriendo, con sus rústicas herramientas, otro camino hacia el futuro. José Acosta De este lado del cielo 9
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tenciales del ser humano. Habitar, sus implicaciones, está vinculado a un "asunto de territorio", a otra escala, aunque con las mismas implicaciones de dominio y proyección de la existencia humana; a un "asunto de resistencia" (la cueva como la matriz del alma) allí el hombre atesora sus últimas fuerzas, las que la intimidad genera y resguarda, convirtiéndolas en algo ancestral, continuidad de su existencia. Desde allí nuestro espacio-tiempo (la cultura) se convierte en algo universal, atribuyéndonos la capacidad de desterritorilizarnos. La sociedad, hoy, se caracteriza principalmente por su condición de cambio, su celeridad, su capacidad de virtualización, en donde la red de vínculos simbólicos se constituyen a través de la "media ". La tecnología se ha encargado de construir una sociedad en "proceso": la virtualización puede defmirse como el movimiento inverso a la actualización, la transformación de una realidad en un ' conjunto de posibles ... s Actualmente, el sentido del espacio-tiempo viene a ser expresado fundamentalmente por la tecnología - era de la ausencia-o Le sigue al arte de la supervivencia, el arte irónico de la desaparición. 6 El celular, Internet, la realidad virtual, los nuevos espacios, las nuevas velocidades, los hipertextos, los 'h.ipercuerpos' (los implantes y las prótesis enturbian las fronteras entre lo minera l y lo vivo), son nociones que nos revelan las nuevas sociedades, nos llevan a otras dimensiones: límites, bordes, estar de un lado y del otro. Como intermedio, como "espacios intermedios" (pagar un libro con una tarjeta de crédito). "Pero, ¿cómo 64 GLOBAL
es ese espacio de tensión entre nuestros propios límites, entre un límite y el otro, entre una escala del límite y otro, entre mi cuerpo y el otro cuerpo ... qué fluye y qué se condensa ?". 7 El monitor es la virtualización de la inteligencia, es hoy centro del mundo (poteau-mitan en términos simbólicos)8, es el objeto que estructura en gran medida la cotidianidad, el vínculo comunitario y la constitución del sujeto.El hecho de [h]abitar implica una noción que se relaciona tanto con el transcurso del tiempo como con su duración. Entendemos lo virtual o la virtualización como un aspecto desarrollado a partir de la proyección y fun cionamiento de este tiempo-espacio. Aquí, el tiempo se asume a partir de su constitución más pequeña: el instante (impulso electrónico). La estructuración y construcción de la experiencia espacial de lo cotidiano se acentúa a partir de la experiencia de ciertos momentos, impulsos, puntos de inflexión en donde el espacio se desdobl a (pliegue) y asume una noción dinámica, diversa y múltiple. La fotografía (el cine) evidencia estos cambio. Primero el retrato estático (la pose como representante del tiempo), la cámara instamatic, el "auto-foco", la cámara automática, y la era digital. La noción de espacio es completa y continua, lo frontal y lateral se unifican al todo. Interior o exterior, interior y exterior, interior-exterior, interior/exterior. .. aquí el entendimiento del espacio viene dado por la fractura del texto mismo (virtualización del texto y del inter-mediol, arrugamos el texto; las permu-
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taciones son inagotables, de ahí que surja el límite como volumen, materia y energía al mismo tiempo (intermedio), límites que sabemos que no son de la misma naturaleza, los producidos por los mecanismos del control y la economía mundial, y los producidos por el deseo, por la necesidad ... Mapas, cartografía, el espacio, dependen del espaciotiempo, de momentos, instantes que bajo las condiciones actuales, de velocidad -celeridad- se hacen borrosos. Habitar es secuencia: "La mente contemporánea tiende a querer cambiar lo preestablecido en un período más corto", "adaptación", es el nuevo término para habitar estos espacios de hoy. Habitar, hoy, es opacidad, pliegue, refugio y resistencia. Como la cultura actual, es una noción en proceso.
3
Baudrillard, Jean, Cultura y Simulacro. Barcelona, Kairós,
1987; p. 30. 4
Cabrera, Jonathan, "Marca Ciudad: ser local, regional y glo-
bal", Aquí Santo Domingo. Abril-junio 2005. 5
Levy, Pierre, Ibídem.
6
Baudrillard, Jean, Les stratégies fatales, París, 1983.
7
Shaney Peña, "Des-lim itación", tesis UNPHU; asesor, Juan
Mubarak. 8
Poste que sostiene el techo del peristilo (cobertizo abierto o ce-
rrado para ceremonias y reuniones vudú), que tiene carácter sagrado, eje de las ceremonias, centro místico y ritual considerado como el pÚnto medio del cielo en su cúspide y como centro del infierno en su base. Citado por Deive, Carlos Esteban en Vodú y magia en Santo Domingo, Santo Domingo, Taller, 1988. 9
Acosta, José, Poesía Junta, del poemario "De este lado del cie-
lo", Sistema Nacional de Talleres Literarios y José Acosta. Dirigi-
Juan Mubarak es arquitecto, graduado en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, con un master en Arquitectura Tropical Caribeña de la misma universidad. Ha compartido su labor profesional con la docencia desde el año 1988. Premio Bienal de Artes Visua les de Santo Domingo en 1993 y Premio Bienal de Arquitectura de Santo Domingo en 1994, ha participado en exposiciones internacionales y nacionales.
da por José Bobadilla, Santo Domingo, 2000.
Imágenes 1. Esquizofrenia, Amelia Cabral Diaz.
2 y 3. Una propuesta para habitar, Yuri Leonardo Cabrera . 4. Anteproyecto residencia familia Dalbin/Acosta, Ciudad Modelo. Arq. Juan Mubarak; colaboración Arq. Yuri Leonardo. 5. Propuesta de Desarrollo Urbano: Ciudad Intermedia,Costa
Notas I
Entendiendo por "media" tanto los medios de comunicación
masivos como la "media" tecnológica que los soporta. 2
Levy, Pierre, ¿Qué es virtualización? Buenos Aires, Paidós,
1998.
Blanca, Boca Chica. Juan Mubarak, Alexis Cordones y Amin Abel, Mauricio Dominguez (en la etapa inicial). Asesores: Mario Corea, Omar Rancier y Cristóbal Valdez. 6 y 7. Ideas Urbanas para Santo Domingo, Juan Mubarak, Rubén Hernandez, Ramón Peguero y Alexis Cordones.
65
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CIUDAD y POESIA Por Frank Báez Chicago es la ciudad donde nacieron figuras como Ernest Hemingway, Philip K. Dick o Frank Lloyd Wright; es la ciudad del jazz, del edificio más alto del mundo y del viento. Pero también es una metrópoli que por décadas ha influido en generaciones de lectores a través de sus revistas y sus poetas. En Chicago, edificios, gente y versos se entretejen en un mosaico en movimiento que se hace poema.
Ezra Pound. fotografiado por Bil l Brandt en 1928.
uede decirse que la Poesía en Chicago nace en 1912 ~on la publicación del primer número de la revista Poetry: A Magazine of Verse. ¿Qué ocurría en la literatura norteamericana de entonces? No mucho. Por no decir que no ocurría nada. y no peco cuando digo esto, ya que incluso los mejores poetas y escritores norteamericanos se encontraban en Europa en una especie de exilio sentimental. La editora de la revista, la poeta Harriet Monroe, sabía eso y estaba religiosamente interesada en transformar el panorama literario y artístico del país, así como en difundir los trabajos de poetas vanguardistas europeos y de otras localidades del planeta. Entre las primeras cosas que ñizo Monroe fue escribirle incansablemente a Ezra Pound, que era uno de esos poetas que se hallaban fuera. Se dice que las mejores cartas de Pound se encuentran entre la correspondencia que mantuvo con la editora y que la mayoría de éstas guardan una relación directa o indirecta con la revista Poetry. Además de colaborar en sus poemas y ofrecerle sabios consejos, Pound se convirtió en el enlace o el re'Iacionador público de los demás poetas que se agruparían durante el periodo de la Primer Guerra Mundial bajo el nombre de The Imagists y que publicaron con regularidad en la revista; entre ellos T. S. Eliot, que publicó por primera vez en la revista su memorable Lave
P
song of Alfred J. Prufrock. The Imagists fue un nombre acuñado por el crítico T. E. Hulme y por una serie de poetas, basado en uno de los postulados del movimiento que explicaba que la imagen debe prevalecer sobre las ideas y la retórica. Con el paso de los años, la revista se convertiría en el órgano de difusión de este importante movimiento literario: publicó sus manifIestos y los poemas de William Carlos Williams, Amy Lowell, Edgar Lee Master, Vachel Lindsday, Hilda Doolittle, Wallace Stevens, Marianne Moore y Robert Frost, además de trabajos de poetas de otras latitudes como el irlandés William Butler Yeats y el hindú Rabindranath Tagore. También poemas de Rupert Brooke (considerado por la crítica como el poeta más apuesto de todos los tiempos). Varios de los poemas de Carl Sandburg que posteriormente aparecerían en el volumen titulado Chicago, de 1916, también fueron publicados en la revista. Sandburg nació en un pueblito de IIIinois llamado Galesburg y desde joven mantuvo una estrecha relación con Chicago, escribiendo continuamente sobre ella, principalmente textos acerca de la problemática social y poemas que pueden verse como profecías de lo que es la ciudad hoy y de lo que seguramente será mañana. La traducción que he hecho y que aparece abajo es del texto introductorio del libro Chicago. En este poema se describe la ciudad de una manera tan vasta y perfecta que pareciera que el poeta escribió desde un helicóptero.
Chicago' Carnicero para el mundo, Fabricante de herramientas, Acumulador de trigo, Niño que juegas con rieles y repartes la mercancía de la nación, Tormentoso, erizado, problemático, Ciudad de los Enormes hombros, Me dicen que eres malvado y yo les creo, porque yo he visto tus mujeres maquilladas bajo las lámparas de gas seducir a los jóvenes granjeros. y me dicen que eres terrible y yo respondo: sí, es cierto, yo he visto el hombre armado matar y salir libre a matar de nuevo. y me dicen que eres brutal y mi repuesta es: en los rostros de mujeres y niños yo he visto las marcas del hambre cruel. y después de responderles, entonces vuelvo nuevamente hacia esos quienes se burlan de ésta, mi ciudad, y les
devuelvo su burla y les digo: Vengan y muéstrenme otra ciudad con la cabeza en alto cantando tan orgullosa de estar viva y ajada y de ser fuerte y hábil. Lanzando magnéticas maldiciones desde los empleos que se amontonan uno a uno, he ahí un alto y osado luchador viviendo sobre las ciudades pequeñas y blandas, Furioso como un perro salivando en espera de acción, hábil como un salvaje arrinconado contra la naturaleza, Sin cabeza, Palada tras palada, Destruyendo, Diseñando, Construyendo, destrozando, reconstruyendo, Bajo la humareda, polvo sobre su boca, riéndose con dientes blancos, Bajo la terrible carga del destino riéndose, como un muchacho se rie, Riéndose hasta como se rie un ignorante luchador que nunca ha perdido una batalla, y alardeando y riéndose porque bajo su muñeca está el pulso, y bajo sus costillas el corazón de la gente, ¡Riéndose! Riéndose con la tormentosa, erizada, problemática risa de la juventud, medio desnudo, sudando, orgulloso de ser Carnicero para el mundo, Fabricante de herramientas, Acumulador de trigo, Niño que juega con rieles y reparte la' mercancía de la nación.
En uno de los primeros editoriales de Poetry: A Magazine of Verse Qunio, 1912) Harriet Monroe, quien murió en 1936 de un ataque cardíaco mientras subía las ruinas de Machu Picchu, escribió: "La política de puertas abiertas será llevada a cabo por esta revista. i Ojalá que los grandes poetas que estamos buscando nunca las encuentren cerradas, o con cerrojos, ante su vasto genio! Con este fm los editores esperan mantenerse alejados de cualquier alianza con clases o escuelas. Sus deseos son imprimir los mejores versos en inglés que se están escribiendo hoy día, no importa de dónde vengan, quién lo escriba, o bajo qué teoría artística están escritos. La revista promete que nunca limitará sus comentarios editoriales a un tipo de opinión".2 En los · años 50 la revista fue dirigida por el poeta Karl Shapiro. Julio Cortázar se quejaba de que Shapiro era apenas conocido en los países de habla hispana y clamaba por alguien que se dignara traducir sus poemas. Hace
Abbie Hoffman a su regreso a Chicago Fotografia de Jack Lenahan@Chicago Sun-Times.
unas semanas estaba leyendo Scratchings, a study of the making, que el poeta escribió como una especie de autobiografía y en el que recuerda, entre millares de cosas, su estadía en Chicago durante el periodo en que era editor de la revista y todas las vicisitudes que ese trabajo implicaba y que iban desde buscar nuevas oficinas a entablar alianzas estratégicas con millonarios capaces de subsidiar la revista. Shapiro consideraba Poetry: A Magazine of Verse (Poesía: Revista de Versos), como su favorito oxímoron, aunque después se hartaría y lo cambiaría por Poetry a pocos meses de instalarse como editor. La revista Poetry continúa publicándose hoy en día y, aunque no mantiene su estatus vanguardista, se sigue considerando de suma importancia en los medios académicos y literarios internacionales. Meses atrás se realizó un encuentro de editoriales y revistas al que asistí y donde pude observar este clásico justo al lado de una revista casera de temática punk y de otras más editadas por entusiastas poetas. Como contraparte de la revista, a principios de los años 70 un grupo de poetas de la ciudad de Chicago fundó el Poetry Center. Allen Ginsberg y William Burroughs hicieron la primera lectura, que llenó completamente el auditorio del Museum of Contemporary Art y que dio a conocer la nueva organización que se encargaría en adelante de difundir las lecturas y promover eventos y concursos relacionados con la poesía y el arte en general. Durante los siguientes años, poetas de primera, segunda y tercera categoria visitarían el centro. Pero Ginsberg y Burroughs no son exclusivamente conocidos en Chicago por esto, sino también por hallarse involucrados en el movimiento Yippie, movimiento que 69
sería acusado de esparcir el caos durante la convención demócrata celebrada en esa ciudad a mediados de 1968. El movimiento Yippie, cuyas siglas se refIeren a una expresión de alegría y al mismo tiempo signiflcan algo así como Partido Internacion al de la Juventud, era liderado por Abbie Hoffman y Jerri Rubin. Hace unos dí as me topé con un libro de Abbie Hoffman en una librería. Su título era Roba este libro. La idea de los Yippies era presentar un festival de música, de poesía, de teatro y de protesta pacíflCa. Pero al alcalde de la ciudad, Richard Daley, el evento le parecía peligroso para la convención e impuso un veto y alertó a la policía para que inspeccionara todo el proceso. Sin embargo, a fmales de agosto de 1968, estudiantes y activistas opuestos a la guerra de Vietnam empezaron a llegar a la ciudad.
Yippies El 24 de agosto de 1968 empezaron las confrontaciones entre la policía y los yippies. En Lincoln Park, el poeta Allen Ginsberg había propuesto una forma diferente de protesta que consistía en entonar largos o-m. Caminaba entre la multitud, se acercaba hasta donde estaban los policías con escudos antimotines o se sentaba con las piernas cruzadas rodeado de los demás yippies sin dejar de repetir los o-m infmitos. Días previos a la manifestación había circulado un boletín que contenía lo siguiente: "Boletín de la contraseña mágica. Jujitsu físico . .En caso de histeria, la mágica contraseña es o-m, al igual que o-h-m, que corta de un tajo las emergentes ilusiones. Pronunciar o-m desde la mitad del cuerpo, diafragma o plexo solar. Diez personas murmurando o-m pueden calmar a uno. Cientos de personas murmurando o-m pueden regular el metabolismo de miles. Mil cuerpos uniformados o desnudos vibrando en o-m pueden inmovilizar el centro de la ciudad de Chicago llena de temerosos humanos. Firmado Allen Ginsberg, Ed Sanders. El o-m será practicado en la playa durante las ceremonias del alba con Allen y Ed. ,,3 Sin embargo, en algún momento de la noche, se interrumpieron los o-m y empezaron los ataques. Motines. Bombas Lacrimógenas. Pedradas. Cristales de carros ajenos despedazados. El 25 de agosto se suponía que el festival debía empezar, pero solamente la banda MC5 tocó y no durante mucho tiempo,
Norman A. Porter, el poeta asesino.
ya que la policía rodeaba el parque y lo observaba todo de una manera amenazante. En la noche, hubo un nuevo enfrentamiento entre la policía y los yippies. Se arrojaron bombas lacrimógenas. Se rompieron cristales de carros y ventanas. Golpearon a los yippies con macanas mientras, en alguna parte, uno de los organizadores gritaba con un megáfono: "Peleen contra los cerdos". Al día siguiente ocurrió lo mismo, y el 27 de agosto una multitud de 4,000 personas se reunió en el Chicago Coliseum a escuchar a Allen Ginsberg, William Burroughs, Jean Genet, Timothy Leary, Arlo Guthrie, Norman Mailer y Phils Olch, entre otros. El 28 de agosto Abbie Hoffman fue arrestado. Los disturbios continuaron por semanas, entre vandalismo y bombas lacrimógenas, pero a medida que los días pasaban los militantes yippies empezaron a retornar a casa. Durante el juicio realizado a Hoffman, Ginsberg asistió como testigo. Éstas fueron algunas de sus respuestas :4 "Yo fui con un montón de escritores al no cumpleaños del presidente Jhonson en el Coliseum," "El escritor Francés, Jean Genet, poeta y novelista. El novelista americano, William Sedward Burroughs. El novelista Terry Souther, que escribió Doctor Strangelove. y yo. Todos escritores." "Había una gran multitud alineada en los alrededores del parque y otra más ligera afuera del parque, casi en la carretera, y había una enorme multitud moviéndose hacia
"Diez personas murmurando o-m pueden calmar a uno. Cientos de personas pueden regular el metabolismo de miles. Mil cuerpos uniformados o desnudos vibrando en o-m pueden inmovilizar el centro de la ciudad de Chicago llena de temerosos humanos".
70 GLOBAL
el centro. Todos nosotros nos movíamos hacia el centro, y en el centro del parque había un grupo de ministros y rabinos que habían elevado una gran cruz de casi 10 pies de alto en el medio del círculo de gente que estaba sentada alrededor, quieta, escuchando a los ministros conducir la ceremonia." "Todo el mundo estaba sentado alrededor de la cruz, que estaba en el centro de cientos de personas, personas alrededor del gran centro que se aproximaban a la cruz. Todo el mundo estaba cantando We shall Overcome y Onward Christian Soldiers, creo. Eran himnos ya viejos. Yo estaba sentado con mis amigos en un pequeño montículo entre la multitud que tenía la cruz en el centro. Y en el otro lado, había un montón de luces deslumbrantes elevándose cientos de pies más allá del terreno. El ministro levantó la cruz y la tomó hacia el borde de la multitud y la puso abajo y de cara a las luces deslumbrantes donde los policías estaban conglomerados. En otras palabras, ellos confrontaron a la policía con la cruz de Cristo". "Después, no sé, pasó un corto periodo de tiempo, y hubo una explosión de humo y de bombas lacrimógenas alrededor de la cruz, y la cruz estaba envuelta con bombas lacrimógenas, y la gente que estaba cargando la cruz estaba cubierta por el humo de las bombas lacrimógenas que empezó lentamente a cubrir la multitud." "Yo me volví y Burroughs dijo: 'han bombardeado la cruz de Cristo'." "Tomé la mano de Burroughs y tomé la mano de Terry Southern, y nos pusimos de espalda a la cruz que estaba cubierta con gas entre las luces deslumbrantes, las luces de la policía que estaban brillando a través de las bombas lacrimógenas en la cruz, y caminamos lentamenfe fuera del parque." Por esa época comenzaria una tendencia que en los años 80 alcanzaria su clímax y que se pudo mantener hasta entrados los 90, aunque con el inicio del milenio empezaría a descender vertiginosamente y a convertirse en un vulgar negocio. Se trata de recitales de poesía en los bares de la parte oeste de Chicago que se denominaron luego, a medida que el evento empezaba a causar controversia, Slam Poetry. Mucha de esta poesía era escrita y leída por poetas que manejaban los autobuses de las es-
cuelas, poetas con las uñas sucias, poetas plomeros, poetas de ascendencia africana y latinoamericana que trabajaban en las fábricas de Chicago y que de noche escribían con las botas puestas y sin quitarse los uniformes. En los Slam Poetry una persona se subía a un escenario improvisado y empezaba a leer un poema gesticulando mientras las meseras pasaban con bandejas de cerveza, el humo de cigarrillo se alzaba de los ceniceros y el público que abarrotaba el bar dejaba de beber o seguía bebiendo, pero asentía, siempre asentía y seguía el ritmo de los versos taconeando con los zapatos como si se hallaran en estado de hipnosis. Entonces esta persona se iba a sentar y subía otra y luego otra y así hasta que daban las cinco de la mañana, en que había que declarar el ganador a través de aplausos y silbidos. La máxima representante de los Slams Poetry es Patricia Smith, que se ha mantenido invicta y que, si no me equivoco, decidió retirarse y ahora se encuentra viviendo en Bastan. En un poema llamado Palabras escribió: "Era divertido la forma en que las palabras volaban desde mis labios sin detenerse".5 Ahora hablemos del poeta asesino. Hace pocos meses apareció en las primeras planas de los periódicos la noticia de un asesino al que desde hacía años el FBI venía rastreándole la pista y que se hallaba viviendo en Chicago con otra identidad y como poeta. Se trata de Norman A. Porter, quien había adoptado el pseudónimo de J. J. Jameson. La historia de Norman A. Porter, alias J. J. Jameson, alias eI'poeta asesino, recuerda un thriller de los años 50 o 70. A los 21 años Norman A. Porter decide asaltar una tienda. Antes de marcharse con todo el dinero, aniquila al joven dependiente disparándole a sangre fría en la cabeza. Al poco tiempo, la policía lo arresta. Mientras espera juicio, logra escapar junto a otro convicto y en el intermedio asesinan a un ofIcial de la policía. Nuevamente es atrapado y condenado por doble asesinato a cadena perpetua, pero en 1975 el entonces gobernador de Massachussets, Michael Dukakis, promulga una ley donde se le descarga de uno de los asesinatos. Durante los 26 años que dura en prisión, Porter lee a poetas como William Butler Yeats, escribe poesía, edita un periódico, estudia una carrera universitaria por correspondencia y colabora con una estación de radio. En 1985, al ser trasladado a una cárcel de mínima seguridad, Nor-
Los famosos y polémicos recitales de poesía en los bares de la parte oeste de Chicago se denominaron luego, a medida que el evento empezaba a causar controversia, S/am Poetry
71
La poesía siempre está en movimiento. La poesía se transforma, se autodestruye y renace constantemente. Pudiéramos comparar los pésimos poemas a las edifIcacio nes que se derriban para construir nuevos edifIcios y los buenos poemas a los edifIcios llamados a perdurar. Chicago es las Sears Towers, consideradas las más empinadas del planeta; y de los edifIcios diseñados por Louis Sullivan y Frank Lloyd Wright; del lago Michigan (que durante el invierno se congela y sus olas se quedan petrifIcadas dan do la sensación de que contemplas una postal); de Oprah Winfrey y del Millenium Park a las seis de la tarde. Chicago es jazz, Al Capone, John Dillinger y Baby face Nelson. Pero también es el poeta asesino esposado y escoltado por dos policías. Chicago trata sobre las preocupaciones de la editora Harriet Momoe por cambiar el panorama literario de los Estados Unidos, del poeta plomero de rodillas que lee sus poemas entre sollozos en un bar mal iluminado. Trata de las descripciones industriales de los poemas de Carl Sandburg, de los Hare Krishna que cantó Allen Ginsberg cuando asistió de testigo a la corte de Chicago y de ahí a los versos que debe estar escribiendo una muchacha de 14 años, en este mismo instante, encerrada en su habitación. Esto último te ll eva más alto que cualquier ascensor de cualquier edifIcio. Esto trasciende el Apocalipsis. Esto es lo que queda cuando cae el último edifIcio y Chicago se convierte en un recuerdo, en una parte de la mente, en un poema. Abbie Hoffman.
man A. Porter huye, aunque esta vez sin asesinar a nadie. Lleva una vida de fugitivo. Se muda a Chicago donde empieza a relacionarse con los poetas de la ciudad y a formar parte de eventos en contra de la guerra, la violencia y la injusticia. Incluso se hace voluntario de una iglesia. Publica poemas en revistas y un volumen titulado . Lady Rutherfurd's Cauliflower. Se le conoce en el ambiente literario por su reputación de poeta maldito, de grosero, por golpear las mesas de los bares con un puño, desparramando las cervezas y voceando indiscriminadamente durante los recitales de poesía: "Lee de una vez por todas el maldito poema". Cuenta historias en la que era soldado durante la guerra de Vietnam, de las vidas que salvó y los bombardeos que detuvo . Vive en apartamentos que no paga. Siempre anda sin dinero. Cuando la policía fmalmente lo atrapa, no pone ningún tipo de resistencia y tranquilamente dice : "Fueron unos 20 años muy buenos ". 72 GLOBAL
Frank Báez Rosario es poeta, narrador y psicólogo. Ha publicado dos libros: Jarrón y otros poemas y Lola, además de una serie de cuentos, poemas, ensayos ytraducciones tanto en revi stas nacionales como internacionales. Trabaja en el área de la investigación social y actualmente reside en Chi cago, donde realiza un postgrado en Diseño de Encuestas en la Universidad de IIlinois. Notas 1
Carl Sandburg, Chicago poems. New York, H. Holt and Com-
pany, 1916, p. 6-7. 2
Poetry magazine, "A gallery of voices : an exhibition from the
Harriet Monroe Modern", Poetry Collection, the Joseph Regenstein Library, the University of Chicago, May-October 1980. P, 24. University of Chicago Library, 1980. 3
Chicago trial testimony, Allen Ginsberg. P 20. San Francisco.
City Lights, [1 975]. 4
Ibídem, P, 42 -43.
5
Patricia Smith, Big towns, Big la/k. Cambridge, Mass.: Zoland
Books, 1992, p. 52.
Publicaciones FUNGlODE La Fundación Global Democracia y Desarrollo apoyando su rol de investigación, análisis, producción y difusión del conocimiento, presenta a la sociedad nacional e internacional su acervo editorial, resultados de investigaciones, proyectos, actividades y trabajos realizados por grupos profesionales de la institución e instituciones aliadas.
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FP
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MALAS IDEAS
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Diálogo Exterior (FRIDE) . Foreign Policy es la revista más reconocida sobre políticas, economías, e ideas globales. Su misión es difundir la dinámica del mundo internacional, en particular, cómo el
proceso de integración global está reformando las naciones, instituciones,
culturas, y, fundamentalmente, nuestro diario vivir.
Foreign Aftairs en español. 2004. México: Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Cada número consiste de
trabajos originales escritos especialmente para esta revista,
y con artículos publicados en números recientes de Foreign
Aftairs traducidos al español.
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FUNGLODE FUNDACiÓN GLOBAL DEMOCRACIA y DESARROLLO