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EL EJEMPLO DEL PRESIDENTE La postura adoptada por el presidente de la República, doctor Leonel Fernández, ante el injusto e injustificable repudio de que fue víctima en su más reciente viaje a Haití, ahorró a este país y a la República Dominicana grandes dificultades en sus ámbitos internos, insular e internacional. Cuando frente a esos acontecimientos funestos decide abandonar la vecina nación y no asistir a la concurrida recepción que lo esperaba en la embajada dominicana, frustra los aviesos designios de una minoría haitiana de continuar promoviendo el odio entre ambos pueblos, en un escenario tan propicio para tal fin como hubiese sido la sede de nuestra representación diplomática. Cuando le pide al Partido de la Liberación Dominicana que suspenda la manifestación masiva con que lo recibiría para desagraviarlo ante los sucesos de Puerto Príncipe, desestimula las posibilidades de represalias contra los haitianos que están trabajando o estudiando de este lado de la frontera. Antes que buscar apoyo y gloria en una embajada repleta de políticos haitianos -sólo de candidatos presidenciales a las elecciones de enero había 14- y de todo el cuerpo diplomático radicado en Haití, y antes que recibir los merecidos vivas de sus correligionarios y compatriotas, prefirió practicar maneras de pacificar los ánimos exaltados de las partes oeste y este de la isla de La Hispaniola. El comportamiento de demócrata educado en la cultura de la paz que mostró antes esos hechos fue confirmado cuando, llegando al país, el doctor Fernández descargó a las autoridades haitianas de toda responsabilidad en los acontecimientos del 12 de diciembre, reiteró sus deseos de que el proceso electoral en ese país resultara para bien de los intereses más genuinos de Haití y de la República Dominicana, y volvió a decir que el tratamiento del Gobierno dominicano a la inmigración haitiana, en todas sus facetas, estarán siempre dentro del más estricto respeto a los derechos humanos. Las posiciones de hecho y de palabra del presidente Fernández son los mejores antídotos contra los venenosos discursos que de uno y otro lado de la frontera alientan resentimientos, odios y enfrentamientos violentos, y que no dejan lugar a las posibilidades reales de que haya curación, reconciliación y avenencia pacíficas entre ambas naciones y sus pueblos. Los grupos neo-nacionalistas anti-dominicanos que existen en Haití y los grupos neo-nacionalistas anti-haitianos que existen en la República Dominicana, grupos que sólo piensan y actúan apoyados en ese pasado trágico y complejo que las relaciones entre sus dos naciones forjaron (o que sus ideólogos construyeron) y que no advierten que el presente -dados los avances progresivos de toda la humanidad-les permite actuar y razonar de otra manera, deben ser reconvertidos o aislados por el tipo de pensamiento y de acciones que puso en práctica el presidente Leonel Fernández en la mini "crisis" que se produjo en su viaje a Haití. Hay que entender que sólo en el presente, con las ideas y hechos propios del presente, es posible rectificar y reconciliarse con el pasado.

Carlos Dore Cabral


CONTENIDO 4- Después de Hatillo Palma. Lo nuevo y lo viejo en la inmigración haitiana

22- Estados Unidos y América Latina: una nueva era

Carlos Dore Cabral Los trágicos sucesos de Hatillo Palma produjeron una reactivación del tema de la inmigración de ciudadanos haitianos al país, planteando nuevos (y replanteando viejos) elementos de la cuestión. Dos factores unifican esos aspectos puestos sobre el tapete por el asesinato de una dominicana a manos de varios haitianos en mayo pasado: a) su naturaleza ideológica -que oculta intereses económicos, sociales, políticos y culturales- y b) su condición de obstáculos casi infranqueables en la búsqueda de soluciones adecuadas y modernas a la presencia haitiana en la República Dominicana.

Abraham Lowenthal Las relaciones entre Estados Unidos y América Latina tienen hoy poco que ver con la seguridad y la geopolítica y menos aún con la ideología, al menos en un obvio sentido político. Las preocupaciones norteamericanas con respecto a América Latina se refieren, por un lado, al comercio, las finanzas, la energía y otros recursos, y, por el otro, al manejo de problemas comunes como el terrorismo, el tráfico de drogas y de armas, la protección de la salud pública y el medio ambiente, y la inmigración.

12- Los Guloyas, patrimonio de la humanidad Carlos Hernández Soto En noviembre pasado el Teatro Cocolo Danzante de San Pedro de Macorís, conocido como 'los Guloyas", fue proclamado por la UNESCO Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. En 2001 ya había sido proclamada como talla Cofradía del Espíritu Santo de los Congas de Villa Mella. Somos, pues, uno de los pocos países que cuentan con dos expresiones culturales declaradas patrimonio cultural inmaterial, hecho que supone un gran reconocimiento a nuestra diversidad y riqueza cultural.

Informe Especial Nuevo TLC: apertura de negociaciones con Canadá Eduardo J. Tejera La República Dominicana solicitó formalmente en noviembre la apertura de negociaciones con Canadá para la puesta en marcha de un Tratado de Libre Comercio, dentro de la estrategia comercial y económica que está desarrollando el Gobierno con la reg ión de América del Norte. Canadá celebrará en enero elecciones para escoger un nuevo Gobierno Federal con el que nuestro país debe preparse para negoc iar.

34- Cervantes: teatro y narrativa 16- ¿Incendios premonitorios? Sully Saneaux Los jóvenes de los suburbios de las grandes ciudades de Francia tomaron en noviembre pasado la portada de los periódicos del mundo por la cantidad de automóviles que incendiaban cada noche. Este fenómeno, que comenzó en los años ochenta y responde a la insatisfacción de sectores marginados, no debe confundirse con la violencia que generan grupos terroristas. Para algunos sociólogos franceses, existe un problema estructural en la sociedad francesa ligado a la discriminación y la dificultad de insertarse en el mundo laboral. 2 GLOBAL

José Luis Alonso de Santos Este texto abre el debate sobre el valor y la oportunidad del teatro de Cervantes hoy y las grandes diferencias existentes entre su narrativa y su obra teatral. Sin decir que no deba ser representado o que carezca de valores éticos, estéticos o de lenguaje, su trabajo para las tablas tiene unas limitaciones que no le permiten situarse a la altura de su gran obra narrativa ni a la de los grandes autores dramáticos de la época como Lope de Vega, Calderón de la Barca o Tirso de Malina.


42- Dylan y Caitlin: crónica de una historia de amor Frank Bá ez Rosario La re lación entre el poeta , escritor de cuentos y dramaturgo galés Dylan Thomas y su esposa, Ca itlin Macnamara, se circunscribe a la tradición de las grandes relaciones amorosas de todos los tiempos. Pudiera decirse que son deudores sentimentales de El izabeth Barrett y Robert Browning o, más bien, de la idea romántica de intens idad absoluta.

50- Una visión integral de la descentralización María Inés Hernández de Padrón Uno de los componentes esenciales de la reforma del Estado es la descentralización, la cua l va a permitir reorganizar el poder político e institucional. pero, sob re todo, procurar un fortalecimiento de la democrac ia para generar un Estado más eficiente y fortalecer la go bernabilidad democrática . La descentralización debe ser vista de una manera integral, en tres dimensiones que se relaciona n en un proceso complejo : autonomía local, participa ción y desarrollo local.

58- Sociedad civil: cinco usos de un concepto Esther Hernández Medina Una pano rámica de los principa les usos del concepto "sociedad civil" en América Latina. Cinco grandes interpretaciones y una selección de autores de cada corriente: la posición gramsciana de entender la soci edad civil en oposición al Estado; la posible influencia de Po lanyi en enfatizar la acción de la soc iedad civil para protegerse del mercado; la versión ecléctica de autores como Philip Oxhorn que ven la sociedad civil en oposición tanto al Estad o como al mercado; la interpretación de sociedad civil como es pacio de las "redes de asociac ión"; y la visión de Habermas como espacio para acoger la "esfera pública" .



Después de Hatillo Palma LO NUEVO Y LO VIEJO EN LA INMIGRACiÓN HAITIANA Carlos Dore Cabral Los trágicos sucesos de Hatillo Palma produjeron una reactivación del tema de la inmigración de ciuda danos haitianos al país, planteando nuevos -y replanteando viejos- elementos de la cuestión. Dos factores unifican esos aspectos puestos sobre el tapete por el asesinato de una dominicana a manos de varios haitianos en mayo pasado: al su naturaleza ideológica -que oculta intereses económicos, sociales, políticos y culturalesy bl su condición de obstáculos casi infranqueables en la búsqueda de soluciones adecuadas y modernas a la presencia haitiana en la República Dominicana. Ilustraciones: Adela Dore

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na de las novedades surgidas directamente de los sucesos que se produjeron en Hatillo Palma en mayo pasado! es la acción de los grupos neo-nacionalistas anti-haitianos 2 que se proponían -quizás por primera vez- organizar y movilizar con un discurso público a la población dominicana en contra de la presencia haitiana. Algunos de sus líderes, haciendo provecho de la justa indignación que habían provocado en los pobladores nativos de Hatillo Palma los hechos mencionados, comenzaron a trasladarse a esa localidad fronteriza para realizar mítines en los que analizaban y denunciaban a la inmigración haitiana como totalmente dañina para el país y para su población, concluyendo, como es habitual, con que ella pone en peligro la existencia misma de la nación; míti nes que la prensa escrita, radial y televisiva se encargaba, tal vez precisamente por su novedad, de difundir a todo el país. No basta con decir lo anterior acerca de la naturaleza de ese discurso; hay que ir más allá y entrar en las líneas

que defmen sus claves argumentativas, para darse cuenta de que la ideología anti-haitiana después de Hatillo Palma comienza a renovarse. Para decirlo brevemente, ya el flujo poblacional de oeste a este de la isla de Santo Domingo no solamente es, como antes se postulaba, el mayor peligro que acecha a la nación y a sus pobladores. No. En este momento, para los nuevos doctrinarios del combate contra Haití y a los haitianos, es una realidad destructiva que somete al país; y no sólo porque poco a poco corroe -como ellos dicen- el medio ambiente, la salud, la cultura, los sistemas de trabajo agrícola, el uso de la mano de obra y el presupuesto nacional dominicanos, sino porque, además, ha logrado imponerse y someter a las poblaciones nativas de diferentes localidades. He aquí una muestra de cómo se expresa ese nuevo discurso ideológico: " ... que una niña de nueve meses fue violada por unos haitianos, que las mujeres dominicanas tienen que permanecer encerradas después de las seis, en arresto domiciliario, y vivir como si los haitianos hubieran implantado un 5


toque de queda. Los haitianos mantienen su predominio en las grandes fmcas y plantaciones. Los viernes se distribuyen más de dos millones de pesos; mientras los dominicanos permanecen serenos viviendo su miseria y su desempleo en silencio; lo haitianos se pasean arrogantes: bulliciosos por el pueblo".3

situaciones deleznables no tiene que ver con el antiguo dictamen bíblico de "ojo por ojo y diente por diente", superado hace ya siglos por los mismos creyentes, sino con la Constitución y las leyes de cada país que contemplan las formas específIcas en que deben castigarse y corregirse esos comportamientos, tanto en los casos de nacionales como de extranjeros.

¿Proceso de inversión? Los que hemos realizado estudios sobre las condiciones de vida y de trabajo de los haitianos en el país y los que están familiarizados con esos estudios o con esas condiciones, podemos pensar, leyendo ese texto, que, en ese plano, se ha producido un proceso de inversión de la realidad; que la posición de sometidos y explotados que antes ocupaban los miembros de la migración haitiana frente a los nativos de la República Dominicana, ahora la ocupan los dominicanos frente a los inmigrantes haitianos. y los extranjeros que lean el precitado texto sin tener ninguna otra información sobre la presencia haitiana en la República Dominicana pueden pensar que se trata de una situación en la cual Haití (o sus inmigrantes) tienen el control del Estado dominicano, de sus estructuras administrativas y represivas. La verdad es que en la construcción de la nueva ideología aludida se generalizan y se presentan como de carácter permanente hechos criminales de los inmigrantes que realmente han tenido lugar, pero no en el ámbito de todas las zonas en que hay presencia haitiana, ni sistemáticamente, sino de manera esporádica y en lugares determinados. La experiencia migratoria acumulada por la humanidad prueba que hechos semejantes han sucedido en todos los procesos de desplazamientos humanos de unos países a otros (dominicanos emigrantes se han visto envueltos en casos de ese tipo) y, además, sucesos similares son también llevados a cabo por dominicanos contra dominicanos; basta con leer las páginas rojas (y a veces las primeras páginas) de los periódicos del país para comprobar esta afirmación. Es decir, que los hechos trágicos en que han participado haitianos en los últimos tiempos no son exclusivos de este proceso migratorio ni son exclusivos de los ciudadanos de Haití, como podría entenderse por la manera en que los neo-nacionalistas los enfocan y por las propuestas que hacen para combatirlos. La historia de las migraciones enseña también que el tratamiento moderno y civilizado que hay que darle a esas 6 GLOBAL

Arengas Los doctrinarios del neo-nacionalismo anti-haitiano, sin embargo, plantean el tratamiento de estas difIcultades -que exageran al máximo- mediante el enfrentamiento directo de los inmigrantes haitianos por la población nacional. Con sus puntos de vista, expuestos en términos de arengas, instigan a la violencia y fomentan el odio entre los ciudadanos de Haití y de la República Dominicana. Un ejemplo de cómo se expone este otro elemento del nuevo discurso ideológico contrario a la inmigración haitiana es el siguiente: "Hatillo Palma dio plazo a los haitianos para que abandonaran el pueblo ... i Sin derramar una sola gota de sangre haitiana! i Sin quemar una sola casa! ... Se le pegó fuego, eso sí, a una montaña de colchonetas mugrientas, ahítas de chinches, que eran una amenaza sanitaria, para evitar que las carroñas volvieran al nido. Porque el pueblo está cansado del terror, del abuso, del abandono de las autoridades, de la desesperación. Porque en el país la ley no la pueden decidir los i1egales".4 La lógica de quienes así hablan no propugna una regularización de la inmigración haitiana al país, ni siquiera un control de ésta, sino que propone que se le ponga fm. Esta es otra novedad posterior a Hatillo Palma. Hasta ahora, los neo-nacionalistas habían defendido -en todos los escenarios donde esto se discute- preceptos constitucionales y leyes dirigidas al control de la presencia haitiana, pero aceptando ésta como una realidad con la que hay que convivir. Actualmente, como ya se ha dicho y validado, sus consideraciones y sus llamados van dirigidos a irradiar a los inmigrantes haitianos del perímetro nacional. Lo peor es que esa nueva postura no se limita a una simple cuestión teórica y conceptual acerca de un aspecto de la problemática dominico-haitiana. No. Ella conlleva -eso ha sido dicho e incluso puesto en práctica- acciones directas, algunas violentas y hasta defmitivas, para que los inmigrantes del país vecino salgan de aquí.


En el párrafo citado anteriormente se dice: "Hatillo Palma dio plazo para que los haitianos abandonaran el pueblo ". Es imposible que Hatillo Palma, como entidad, diera ese plazo. Ese plazo -si es verdad que se dio y no es el resultado de la imaginación de quien escribió la frase-, lo dio sólo una parte de su población, como se demostrará más adelante. y dar plazos, más cuando se exige abandonar un lugar, significa que si al cumplirse no ha sido satisfecha la petición, se procede por vía de hechos. En este caso específico, frente a las acciones criminales llevadas a cabo por inmigrantes haitianos en Hatillo Palma y en otras localidades (y, en consonancia, con los llamados neo-nacionalistas), se han producido, de parte de dominicanos, acciones también criminales contra ciudadanos haitianos, como son las del Distrito Nacional y, más recientemente, las de Villa Trina en Moca y Pontón en La Vega. No sé si los promotores intelectuales de esos hechos y quienes los ll evan a cabo se percatan de que con sus ideas y sus actos están reivindicando los pogroms 5 -condenados por toda la humanidad progresista-, utilizados sobre todo contra la población judía en las partes Este y Central de Europa, y tampoco sé si se dan cuenta de que es basándose en esos criterios y en esas acciones que algunas publicaciones extranjeras han dicho, en referencia al conflicto

migratorio dominico -haitiano, que en los pronunciamientos y actos de los dominicanos se advierte cierta intención de "limpieza étnica".6 Asimismo, ignoro si no recuerdan que ya en el país se cometió un genocidi0 7 precisamente contra inmigrantes haitianos en 1937, y que los argumentos utilizados entonces por la dictadura de Rafael L. Trujillo son semejantes, algunos iguales, a los que se usan hoy para justificar los pl anteamientos y las prácticas contra la misma población.

Gran peligro Así las cosas, los nuevos elementos de la ideología neonacionalista anti-haitiana encierran un gran peligro para la nación dominicana. Su difusión y puesta en práctica coloca a la Patria de Duarte, Sánchez y Mella en el reducido número de países pre-modernos que no obedece a los grandes avances alcanzados por la humanidad en sus relaciones, recogidos en múltiples documentos de las Naciones Unidas, sino que prefiere resolver sus desavenencias internas y con el exterior apelando a la violencia. Eso sólo sería suficiente para que el Estado, las organizaciones de la sociedad civil y cada uno de los ciudadanos dominicanos, se ocuparan de buscar y encontrar soluciones a los conflictos alrededor de la presencia haitiana en el país por vías adecuadas y modernas. Pero esa ocupa7


ció n en solucionar esas dificultades debe ser urgente, porque no se trata sólo de eso, es que, además, esas nuevas ideas (y su práctica) pueden meter al país en grandes problemas en el ámbito nacional, en el ámbito insular y en el ámbito internacional. Parece que se entiende perfectamente que un enfoque que plantee la liquidación de la inmigración haitiana y sus posibles consecuencias provoque difiCultades insulares, o sea, con Haití, e internacionales, es decir, con los estados, con las organizaciones estatales multinacionales y con grupos civiles que han apoyado a los haitianos que, legal o ilegalmente, residen en el país, en sus enfrentamientos con las autoridades o con segmentos de la población dominicana. Lo que no se entiende con sólo enunciarse es que por esas mismas razones surjan conflictos nacionales, o sea, entre diferentes grupos locales. En este caso no es que se puedan producir tales conflictos, sino que ya se han producido, a propósito mismo de los acontecimientos que se inician con el caso de Hatillo Palma. Vaya explicar este caso aparte. Lo que sucede es que en todos los países receptores de inmigrantes -y estas son las constantes generales de este fenómeno en todo el planeta- hay grupos nacionales que propician su presencia. Estos sectores pro inmigración suelen ser normalmente los grupos de empresarios que utilizan su mano de obra y los grupos eclesial es y de la sociedad civil que se ocupan de luchar en defensa de los derechos humanos y, en general, en contra de las diferentes manifestaciones de la pobreza y de la exclusión social. Aunque ambos sectores defienden y hasta facilitan -a veces en contra de las leyes mismas de sus países- las in8 GLOBAL

migraciones laborales, están movidos por propósitos muy diferentes, casi contrarios. Mientas los patronos lo hacen porque la fuerza de trabajo inmigrante, por sus características especiales, contribuye a aumentar la rentabilidad de sus negocios, los grupos civiles y religiosos buscan que los extranjeros que trabajan y residen en otros países disfruten de las mismas condiciones de vida y de trabajo que los nacionales. Esos son los grupos sociales que juegan ese papel en el país y esos son sus objetivos diferenciales. Aparentemente no es necesario argumentar ni documentar los conflictos habidos entre, por un lado, sectores de la Iglesia Católica y grupos de la sociedad civil, y, por el otro, los partidarios de las ideas neo-nacionalistas explicadas. La prensa diaria de los últimos meses da cuenta de esa profunda desavenencia entre sectores nacionales. Igual sucede con los empleadores de haitianos y los neo-nacionalistas, sólo que en la expresión de las diferencias entre ellos, las dos partes son menos estruendosas. Pero la actitud de los empresarios frente a la situación creada en Hatillo Palma quedó muy clara cuando se presentaron en la última de las famosas reuniones organizadas y dirigidas por los neo-nacionalistas y plantearon la necesidad de que se terminara con el acoso contra los haitianos, pues la carencia de esa fuerza de trabajo les estaba provocando grandes pérdidas; ahí se terminaron esos encuentros. (Es por esa actitud de los empresarios de esa zona y de algunas de sus ONG que dije antes, por lo que no puede asegurarse que toda la población de Hatillo Palma dio un plazo a los haitianos para que abandonaran su suelo.


Hubo un sector que, por el contrario, se opuso a esa petición y reclamó su presencia en esa zona.)

Modificar la realidad Mi oposición al nuevo discurso anti-haitiano y a la puesta en práctica de las soluciones violentas que estimula no signifIca que sea partidario del status qua existente en el plano de la inmigración haitiana. Todo lo contrario. Coincido con los neo-nacionalistas en que hay que modificar la realidad actual de esa inmigración. Pero tengo diferencias radicales con ellos en la forma y en el sentido en que hay que producir esos cambios; aquí entramos en el ementos viejos de la cuestión migratoria, reactualizados después de Hatillo Palma. La fórmula para dar inicio al proceso que solucione la larga lista de querellas alrededor de la presencia haitiana es bien conocida, porque es la que se ha utilizado y se utiliza en aquellos países donde las difIcultades migratorias se han reducido al mínimo y porque ha sido propuesta antes e incluso en determinados momentos se ha n dado pequeños pasos con buen pie en ese camino. Pero nunca se ha planteado ni siquiera la elaboración de un plan general del Estado destinado a la reparación sistemática y continua de cada una de los problemas que el país y su población confrontan por ese lado, como se ha hecho, por ejemplo, con el caso de la violencia y el crime n que azota a las poblaciones urbanas, sobre todo en sus localidades más deprimidas. Esa fórmula es la regularización de la inmigración. Pero regularización de la inmigración no signifIca simplemente la elaboración de una ley adecuada y mode rna y de un reglamento de aplicación de esa ley. Se precisa que, consecuentemente, con esas disposiciones se provoquen cambios institucionales que las hagan posible y se emprenda una labor de reforma (o eliminación) de las prácticas consuetudinarias en ese terreno, que todo sugiere que no será ni fácil ni rápida. Es que no se puede pensar en regularización si no se sincera o transparenta el uso de la mano de obra haitiana y se somete a las normas internacionales y nacionales que rigen el trabajo humano en el país. Esto implica, por ejemplo, que cada patrón que necesite de esa fuerza de trabajo especial tiene que requerirla con cantidad y con tiempo y si se le concede tiene que cumplir con todos los requisitos de contratación, en cuanto a salarios, seguridad médica y social y demás benefIcios laborales que otorga el Códi go de Trabajo Dominicano.

Otro ejemplo: la regularización sería una ilusión sin un proceso de reingeniería de la frontera, y no solo físico, sino también humano. Igual, la brega por regularizar el presente de la presencia haitiana precisaría de remediar el pasado. No hay que olvidar que los desplazamientos humanos del oeste al este de la isla de Santo Domingo, la migración laboral, se iniciaron aparentemente en la segunda década del siglo pasado -la documentación al respecto data de 1919- y sólo ese tiempo ha creado muchas situaciones complejas a normalizar en áreas sociales y emocionales tan importantes y delicadas como la residencia permanente y la nacionalidad. El proceso de regularización pensado no como normas, sino como una gran reforma de una estructura socioeconómica y político-cultural tan signifICativa como es la migración es el camino más seguro hasta para la reducción sistemática de la presencia haitiana en el país: 1) Mientras más organizado y sometido a las normas sea el proceso de ingreso de extranjeros al país, más difícil será la entrada y permanencia de ilegales; uno de los factores que facilita la presencia incontrolada de indocumentados haitianos es el desorden en la situación actual, la falta de normas claras al respecto y el incumplimiento de las existentes. 2) El hecho de que los empresarios tengan que cumplir, en el caso de los haitianos, con las normas establecidas en el país para el trabajo humano puede ser un desestimulante para su uso, ya que al fmal sería lo mismo que emplearan dominicanos, e incluso, esa situación puede conducir a una tecnifica ció n que reduzca la necesidad de fuerza de trabajo; y es que los patronos dominicanos prefIeren al trabajador haitiano no porque les guste más, sino porque es una mano de obra especial que pueden pagar más barata, que carece de los beneficios socio-económicos que las leyes conceden a los trabajadores, que es sumisa e imposibilitada, por razones de soberanía, de organizarse y luchar por sus intereses. Estas son sólo líneas generales de una propuesta de solución hecha para animar el debate y ayudar a la toma de decisiones al respecto. Toma de decisiones que no puede esperar mucho. Mientras más tiempo pase sin que el Estado trabaje decididamente y de acuerdo a un plan a mediano y a largo plazo, más se complicará la situación migratoria y más difíciles y complejos serán los problemas nacionales, insulares e internacionales producidos por ella. 9


y, por el contrario, sólo conducirían a la nación y a sus habitantes a mayores problemas de los que ahora tienen. Aún la pertenencia - en este caso la condición de dominicano- no es una cuestión de palabras, sino de praxis. Así que es la cotidianidad la que dice y la historia la que dirá. Santo Domingo, 9 de diciembre de 2005

Carlos Dore Cabral es secreta rio de Estado, director de la Dirección de Información, Análisis y Programación de la Presidencia (DIAPE). Licenciado en sociolog ía, es especial ista en estudios políticos, sociolog ía de las migrac iones y procesos de urba nización. Ha sido durante 15 años profesor unive rsita rio, ha hecho aportes de interés sobre la cuestión rural en la Repúb lica Dominicana y ha escrito va ri os libros, entre los que destacan The Urban Caribbean: Transition to the New Global Economyy Problemas sociológicos de fin de siglo. Notas 1

Otro vieJo elemento de la cuestión dominico-haitiana que se ha revitalizado después de Hatillo Palma es la descalificación como dominicanos, por parte de los neonacionalistas, de todo aquel que plantee propuestas diferentes a ellos. Es lo mismo que se ha dicho siempre, pero esta vez se hace tal énfasis que se puede decir que ese componente de su ideología es una especie de "terror patriótico", así como Mattelart calificó de "terror económico" la ideología que en América Latina se oponía a la reforma agraria de la década de los setenta. Esta es una muestra: "Sépanlo todos aquellos que, ahora, quieren anular nuestra independencia de Haití obtenida en 1844. Por más dialécticas que empleen para despojar al dominicano de su territorio, por más esfuerzos que hagan para echarnos encima como un perverso maleficio todas las desgracias del pueblo haitiano, por más maniobras que realicen para poner al Gobierno y al país al servicio de extranjeros indocumentados con los que tenemos ninguna obligación, para arrancarnos los mecanismos de supervivencia en nuestro propio país, i entiéndalo bien! que el grito de Hatillo Palma, la llamada del 9 de mayo, es la señal defmitiva del despertar de los dominicanos"." Pese a esas falsas acusaciones insistiré en la crítica a la postura ideológica y a las propuestas de los neo-nacionalistas. Ell as no garantizan una solución adecuada y moderna a la presencia haitiana en la República Dominicana 10 GLOBAL

Este fue un crimen repudiable y aparatoso en el cual se intentó

segar la vida no sólo de la madre de familia, sino tamb ién la de sus hijos, -que se salvaron gracias a la interve nción de los vecinos-, y la de su esposo, al que llegaron a cortarle la lengua y quien salvó la vida de manera milagrosa. 2

Los neo-nacionalistas no son estrictamente una asociació n po-

lítica o cívica, sino un grupo de individuos, entre ellos intelectuales, juristas, políticos, comunicadores sociales y miembros de organ izaciones cívicas, unificados alrededor de la idea de que el peligro principal que tiene el país frente a sí es la cercanía de Haití y el proceso migratorio de los ciudadanos de ese país hacia el nuestro. 3

Núñez, Manuel, "Por all á, por Hatill o Palma", Listín Diario,

de junio de 2005. 4

s

Ibídem. Este término se usa en estudios de invo luciones históricas

para hacer referencias a los procesos en los cuales ciudadanos de otros países, usualmente judíos, que residían en otros países, normalmente de Europa del Este y Central, eran linchados, quemados, asesinados y despojados de sus derechos sin cometer ningún delito y sin que mediara ningún juicio o condena. 6

Es un término utili zado en las guerras de exterminio que se

han producido en los últimos tiempos entre nacionalidades o Estados de países de Europa del Este. 7

Se defme ese término como exterminio o eliminación sistemá -

tica de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos. a

Núñez, Manuel, Ibídem.


Gb0BAL


Los G uloya s PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD Carlos Hernández Soto En noviembre pasado el Teatro Cocolo Danzante de San Pedro de Macorís, conocido como "Los Guloyas", fue proclamado por la UNESCO Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. En 2001 ya había sido proclamada como tal la Cofradía del Espíritu Santo de los Congas de Villa Mella . Somos, pues, uno de los pocos países que cuentan con dos expresiones culturales declaradas patrimonio cultural inmaterial, hecho que supone un gran reconocimiento a nuestra diversidad y riqueza cultural.


e las 43 obras proclamadas en 2005 como obras maestras del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, tres pertenecen a América Latina y el Caribe: la Samba de Roda del Reconcavo de Bahía (Brasil), el Espacio Cultural de Palenque de San Basilio (Colombia)' y el Teatro Cocolo Danzante de San Pedro de Macorís (República Dominicana). Con las de este año, ya son 17 las manifestaciones proclamadas en esta región. Además de las mencionadas, fIguran: la lengua, danzas y música de los Garífun a en Belice y Honduras; el patrimonio oral, las expresiones orales y gráfICas de los Wajapi en Brasil; las manifestaciones culturales del Pueblo Zápara en Perú y Ecuador; la tumba francesa de la Caridad de Oriente en Cuba ; la cosmovisión andina de los Kallawaya en Bolivia; el carnaval de Barranquilla en Colombia; el carnaval de Oruro en Bolivia; las tradiciones de los Marrons de Moore Town en Jamaica; las fIestas indígenas dedicadas a los muertos en México; la tradición del Boyeo y las carretas en Costa Rica ; el Ballet Rabinal Achí en Guatemala; el Arte Textil de Taquile en Perú y el Güegüense en Nicaragua. El Teatro Cocolo Danzante de San Pedro de Macorís fue propuesto a la UNESCO en diciembre de 2004 para fmes de proclamación. La propuesta fue elaborada por el Museo del Hombre Dominicano en representación de la Secretaría de Estado de Cultura y remitida a la UNESCO a través de la embqjadora ante ese organismo, Laura Fax as. En el transcurso del año 2005 recibimos retroalimentación de la Sección de Patrimonio Inmaterial de la UNESCO y, co mo consecuencia de ello, el proyecto inicial recibió algun as modificaciones incluyendo las del video documental elaborado como parte del expediente. Hecho esto, aguardamos pacientemente el veredicto del jurado, que se produjo el 25 de noviembre pasado. Los Guloyas son un grupo de actores danzantes y músicos que representan obras de teatro asociadas al folklore inglés medieval y a elementos culturales de origen africano. Sus ancestros procedían de las pequeñas islas angloparlantes : St. Kitts-Nevis, Anegada, Antigua, Dominica, Monserrate, Tortola, St. Vincent y otras. Estos inmigrantes llegaron a la República Dominicana a trabajar como obreros y técnicos en la industria azucarera a fmales del siglo XIX y principios del XX, en momentos en que esta industria sufría un fuerte colapso en las islas británicas del Caribe y, en cambio, experimentaba un gran auge en la región Este del país. Al llegar a la República Dominicana, a estos inmigrantes se les endilgó, despectivamente, el mote de cocolos.

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Este nombre, sin embargo, es hoy motivo de orgullo. y es que los cocolos han hecho grandes aportes a la cultura dominicana. Se les reconocen contribuciones importantes en los aspectos religioso, educativo, de asociacionismo, gremial y sindical, culinario, deportivo y, de forma relevante, teatral y musical.

Religión y educación En lo religioso, fundaron iglesias reformadas bien arraigadas en la región Este: la episcopal, la moraviana, la metodista africana y otras. En el renglón educativo establecieron sus propias escuelas en tres modalidades : parroquiales o escuelas de misión, escuelas privadas y de hogar, donde las clases se impartían en inglés con libros propios. Sus dramas de combate son reminiscencias de las tradiciones medievales de Inglaterra, cultivadas en las islas británicas del Caribe y traídas a la República Dominicana. Foto: Pedro Jaime Fernández.

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Las tradic iones coco las incluyen también Christmas carolings, string or scratch band, niega business y masquerades en el período navideño y de año nuevo. Foto: Pedro Jaime Fernández.

Era una escuela con educación de corte religioso, un tanto rígida y de estricta disciplina, que utilizaba el teatro como recurso pedagógico. Seguía las tradiciones académicas del Caribe inglés. Se hicieron famosos algunos educadores de los primeros tiempos, tales como George Hodge, Edward Jones, Selvin Lucas, Caines Thomas y Falkner. Desde fmales del siglo XIX los coco los desarrollaron el asociacionismo con la fundación de sociedades benévolas que se caracterizaban por la ayuda mutua y el cumplimiento de funciones culturales. Entre éstas se destacaban la Young Man and Women Trial, la Excelsis Benevolent, la Energetic Benevolent, la Eton Benevolent, la Melodrama Benevolent y la All-Seen Benevolent. Asimismo, los cocolos fundaron logias, como la Experience Lodge, con ceremonias en inglés; establecieron los primeros gremios y sindicatos del país; organizaron las primeras huelgas y paros; y estuvieron conectados con el movimiento político de Marcus Garvey denominado Back to Africa Movement, conocido como la United Negro Improvement Association (UNIA). 14 GLOBAL

En el aspecto gastronómico, la comida cocola es bien conocida, con platos como yaniqueque, domplin, fungi y calalú. En lo deportivo, las energetic asssociations tenían entre sus propósitos desarrollar el deporte. Hoy son bien conocidas flguras deportivas del béisbol como Milton Semper, Rico Carthy, Alfredo Grifm, Chico Conton, Ricardo Joseph y Jorge Bell que salieron de esa cantera. Los cocolos sobresalen, sobre todo, por sus contribuciones culturales en el teatro, la danza y la música. Sus dramas de combate son reminiscencias de las tradiciones medievales de Inglaterra, cultivadas en las islas británicas del Caribe y traídas a la República Dominicana, adonde llegaron mezcladas con elementos africanos aportados por los esclavos y sus descendientes, que trabajaban en las plantaciones azucareras de la colonia. Los orígenes británicos de estas representaciones pueden observarse, por ejemplo, en la obra de Richard Johnson, Seven Champions of Christendom, publicada en 1596. Los temas medievales fueron adaptados a las exigencias políticas del siglo XVIII y XIX, tal como la pieza


band, niega business y masquerades en el período navideño y de año nuevo, tal como ocurría y ocurre, en parte, en las islas inglesas caribeñas. De estas tradiciones es muy singular el niega business, que algunos interpretan como "cosas de negros" o "cosas de nagos". Mediante esta tradición se ejercía un control social sobre el comportamiento de los individuos. Se hacía una junta para analizar el comportamiento de la gente durante el año. Se iba a la casa de un fulano y, desde fuera, se le cantaban las cosas mal hechas por él; por ejemplo, el que había sido infIel a su pareja. El individuo, para librarse del grupo, ofrecía rápidamente de beber para que siguiera hacia otra casa.

Un plan

La propue sta presentada a la UN ESCO contiene un plan de acción pa ra la salvagua rdia, preservación y pro moc ión de la tradición de l Teatro Cocolo Danzante . Foto: Pedro Jaime Fernández.

teatral denominada The Bull, sobre los vanos esfuerzos de resurrección de un doctor campestre, y otras conocidas como David and Goilath, Moko-Jombies, Giant Despair y Mommies o Momises.

El nombre de Guloyas Actualmente la pieza más representada es, sin duda, Wild Indians, que es posiblemente una transformación de la pieza Cowboys and Indians, todavía representrada en St. Kitts-Nevis, que contiene ahora una especie de síntesis de las demás piezas. David and Goliath, la pieza más afamada, es la que da nombre a los Guloyas. En efecto, este nombre proviene precisamente de Goliath, pronunciado en inglés "Golaiat" y transformado por el pueblo en "Guloya". En esta pieza es característico el grito: "Goliath (Guloya) is dead", Guloya está muerto o Guloya se murió. Pero las tradiciones cocolas no se limitan a las representaciones teatrales danzadas. Incluyen también Christmas carolings (canciones de Navidad), string or scratch

La propuesta presentada a la UNESCO contiene un plan de acción para la salvaguardia, preservación y promoción de la tradición del Teatro Cocolo Danzante. Incluye talleres para la conservación de la memoria social del grupo; la recuperación de las piezas teatrales; la enseñanza a niños, jóvenes y adultos de la música y la danza; elaboración de los instrumentos musicales y de los trajes del Teatro Danzante; fomento de la artesanía ligada a esta expresión cultural; producción de materiales educativos sobre esta expresión cultural; documentación sobre ella; elaboración de vídeos documentales y discos compactos musicales y celebración de un festival anual con participación de Los Guloyas y de artistas que se inspiran en su música y danza. El plan de acción supone el establecimiento de una escuela más formal del Teatro Cocolo Danzante. La proclamación de la Cofradía del Espíritu Santo de los Congos de Villa Mella y del Teatro Cocolo Danzante de San Pedro de Macorís como Obras Maestras del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, además de un honor para la República Dominicana, es un reto que compele a la realización de esfuerzos para la preservación, conservación y desarrollo de estas y otras expresiones culturales, que revelan la gran diversidad de la cultura dominicana. Carlos Hernández Soto es director de l Museo del Hombre Do-

min icano. Licenciado en Antropología en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y diplomado en Filosofía y en Pedagogía por la Pontificia Universidad Sa lesiana de Ro ma, tiene un postgrado en educación en el Instituto Lumen Vitae de Bruselas, Bélgica, afiliado a la Universidad de Lovaina y es autor de varios libros y miembro fundador de l Centro para la Investigación y Acció n Social en el Ca ribe (CIASCA). 15


¿INCENDIOS PREMONITORIOS? Sully Saneaux - - - - - - - - - - - : - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Los jóvenes de los suburbios de las grandes ciudades de Francia tomaron en noviembre pasado la portada de los periódicos del mundo por la cantidad de automóviles que incendiaban cada noche. Este fenómeno, que comenzó en los años ochenta y responde a la insatisfacción de sectores marginados, no debe confundirse con la violencia que generan grupos terroristas. Para algunos sociólogos franceses, existe un problema estructural en la sociedad francesa, ligado a la discriminación y la dificultad de insertarse en el mundo laboral.

Fotos: Efe


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n octubre pasado, los jóvenes de los suburbios l de las grandes ciudades de Francia incendiaron más automóviles de los que usualmente incendian como medio de protesta. El fenómeno no es realmente nuevo y su origen se sitúa en los años ochenta, determinado por las mismas causas que "en los primeros siete meses de 2005, habían provocado el incendio de 21,900 vehículos"2 en distintos centros urbanos franceses. Es precisamente en esa década de los ochenta cuando surge en esos suburbios la "generación de los beurs"3, no mbre con el son conocidos esos jóvenes franceses de ambos sexos, con su propia identidad cultural, muy difere nte a la de sus progenitores llegados de África magrebina (el Magreb incluye a Argelia, Marruecos, Túnez, Libia y Mauritania; la emigración hacia Francia proviene fu ndamentalmente de los tres primeros), pero también a la de los jóvenes franceses de souche (pura cepa). Como el 70% de los inmigrantes (identiflCados en general con África del Norte) vive en esos suburbios, la tentación de prácticamente anunciar que la jihad había ll egado fmalmente al corazón de Europa era muy grande y muchos no pudieron resistirla. De hecho, el componente étnico de muchos de esos suburbios no dejaba mucho espacio para otras suputaciones, condicionada como está la opinión pública después del 11 de septiembre de 2001 a relacionar violencia con el Islam, sin querer considerar que "el Islam está en la modernidad y no enteramente encerrado en un pasado premoderno".4

Sacrosanto republicano Un argumento políticamente muy atractivo es el de atribuir toda esa tensión interétnica, que según la mayoría de los indicadores no está tan extendida como los incendios de automóviles podrían indicar, al "racismo de los franceses" o, visto desde la otra acera, a la amenaza que representaría una supuesta "quinta columna" musulmana establecida en Europa. De ambas cosas debe haber algo, porque lo del racismo no es sólo leyenda, si se sabe que de los cinco millones de personas de origen árabe, ni siquiera una es parte del parlamento, sin hablar ya de ningún alcalde. Todo bajo el sacrosanto valor republicano, heredado de la Revolución, de que "todos son iguales ante la ley" y, en consecuencia, no se debe diferenciar a nadie por su color o religión. En cuanto a lo de una "quinta columna", tampoco es pura fantasía: Europa ha sido víctima de ata ques terroristas y de numerosos intentos fallidos de factu ra musulmana.

No obstante, debe hacerse una clara diferencia entre esa violencia de los barrios populares europeos, que responde a la insatisfacción de sectores marginados que conviven con una tan cercana pero lejana opulencia, y la que generan grupos terroristas que consideran que nadie debe ser ajeno a los dramas que sacuden al Oriente Medio, porque son de responsabilidad común. En el primer caso, como en Francia, se trata de un fenómeno encuadrado en la violencia juvenil -aunque por razones de otro tipo- que concierne en buena medida a jóvenes de origen árabe, pero que no es más que uno de los "síntomas de un orden social que encuentra dificultades para mantener su cohesión".5 En otros países de Europa, esos jóvenes violentos expresan su inconformidad de otra manera, a menudo peor pues incluye agresiones físicas, como en el caso de los skinhead.

Otros ingredientes Según varias estimaciones, en toda Europa viven unos 20 millones de musulmanes (entre los cuales hay 3.5 millones de turcos, o sea, musulmanes pero no árabes). La mayor parte está concentrada en Francia, son sobre todo de origen norteafricano y representan el 10% de su población; en Holanda algo más del 6%; entre el 3 y el 4% en Alemania, Suecia y Bélgica; cerca del 3% en Gran Bretaña y apenas entre el 1 y el 2% de la población de Italia y España. Sin menoscabo de la importancia que tiene el elemento étnico-racial en esta crisis, hay que ponderar otros ingredientes que le quitan su carácter único a lo ocurrido en Francia. Así, Angelina Peralva llama la atención acerca del "discurso antijuvenil que se escucha, que puede ir muy lejos, llegando a caer en los prejuicios raciales".6 Eso obliga, naturalmente, a considerar algunas variables que sí son propias de Francia. En primer lugar, debe recordarse que hasta 1962 una franja magrebina era parte del imperio colonial francés de África. En los estamentos dirigentes de todos los países involucrados, tanto de Francia como de los norteafricanos, persisten elementos de la tensión generada por las luchas independentistas por un lado y la oposición tenaz a ceder esas posesiones por el otro. La primera ola migratoria proveniente de África del Norte hacia Francia comienza en el período inmediatamente anterior a la proclamación de las independencias, cuando huyen de allí tanto los denominados pied noirs, descendientes de colonos franceses, como los harkis, también franceses, pero de origen árabe. Como luego en cierta 17


Unos jóvenes gritan consignas a favor de la paz en el Monumento a la Paz frente a la torre Eiffel en París, durante un acto de protesta contra los disturbios. Pag ina anterior: Bomberos franceses exti nguiendo las llamas de un coche incend iado en Lille, al norte de Francia, en noviembre pasado.

forma ocurriría en Estados Unidos con los veteranos de la guerra de Vietnam, la sociedad francesa culpabilizó a esos recién llegados por no haber evitado la situación que les llevó a emigrar, es decir, las luchas por la independencia, sin tomar en consideración que ellos habían sido meros instrumentos de una política trazada y mantenida desde la metrópoli. Un posterior y más importante flujo migratorio, de otras caracteristicas, se produjo a principios de los años sesenta, cuando en Francia (y otros países ricos de Europa) había escasez de mano de obra y una baja tasa de desempleo. Los naturales reagrupamientos familiares, que no fueron concedidos fácilmente en ninguno de los países europeos, dieron una masiva consistencia a la presencia inmigrante. Ya la segunda y tercera generaciones son parte integral de esas sociedades, incluida la francesa. Y aunque, como dice Jaime Riera, "el 900J0 de los descendientes de aquellos norteafricanos llegados en los '50 a Europa, ha abandonado la religión de sus padres persiguiendo el sueño de la sociedad de consumo occidental y laica",1 todavía hay quien conserva los vi~os reflejos de considerar a los norteafricanos como "súbditos". 18 GLOBAL

En segundo lugar, y estrechamente asociado con lo anterior, está la cuestión de considerar - a la luz de la inestabilidad política en el Medio Oriente y sus expresiones de violencia, traumáticas para las nuevas generaciones de europeos que no vivieron las dos terribles guerras mundiales del siglo XX- que la misma es una expresión cultural, que puede manifestarse en cualquier contexto, como por ejemplo, Europa. Pese a que en ese continente se han producido efectivamente acciones terroristas, algunos estudios sugieren que las inclinaciones extremistas, como en el caso de otros grupos, afectan solamente a una muy reducida minoria de la población musulmana. Por razones obvias. En general, los jóvenes de origen magrebí de menos de 35 años nacieron en el país donde viven ahora, que puede ser Francia, Alemania o Suecia. Fueron educados en escuelas locales junto con sus pares de otro origen. En el caso que nos ocupa, hablan el francés como los "otros" franceses y comparten los mismos gustos. Valga un ejemplo: los programas de la famosa cadena televisiva árabe Al Jazira llegan a los hogares franceses -yen general europeos-, pero muy poco a los jóvenes musulmanes locales, por la sencilla razón de que muy pocos de ellos hablan


Vehículos quemados en el suburbio de Paris de Clichy-Sous-Bois, en octubre.

árabe. Si bien se sienten lógicamente solidarios de los palestinos, Europa, que en sentido general simpatiza con esa causa, no es el terreno ideal para expresar protestas más allá de las que comúnmente tienen lugar y que gozan de gran aceptación entre los europeos no musulmanes.

Problemática social Por esta vía llegamos a un tercer punto, el de la problemática social en general, sin relación directa con la cuestión étnico-racial. Para algunos sociólogos franceses existe un problema estructural del que sufre la sociedad francesa desde principios de los años ochenta, que es cuando se desencadena de manera sistemática la violencia suburbana. Según Sauvadet, este problema consiste en "la instalación del desempleo estructural, el reforzamiento de la segregación urbana, la despolitización y la desindicalización".8

Los HLM de los suburbios o "banlieu", que son complejos habitacionales para personas de modestos recursos, no fueron construidos para los inmigrantes, sino para las familias trabajadoras y de clase media francesas y se desarrollaron masivamente después de la Segunda Guerra Mundial, ya que el grueso de la infraestructura francesa

había sido destruido durante la gran conflagración. Los inmigrantes empobrecidos fueron también los herederos naturales de esas viviendas que ya en los años ochenta eran desertadas por los franceses. Así se desarrolló ese movimiento de segregación, que comprende a los inmigrantes y trabqjadores pobres concentrados en los HLM. En efecto, el desempleo "puede llegar hasta el 40% en ciertos suburbios, lo que crea todos los ingredientes para una situación explosiva".9 Este fenómeno se ve agravado por una señalada discriminación que afecta, sobre todo, a los varones jóvenes. De acuerdo con un informe del Instituto Montaigne, "las jóvenes tienen más posibilidades de conseguir empleo, pero muchas de las solicitudes que hacen los jóvenes terminan en la basura sin ser leídas". 10 Para los medios de prensa muy ligados al mundo del capital, como es el caso del Dow iones (de la Bolsa de Nueva York), "el mayor problema [... ] es que la clase marginada de Francia es consecuencia de la estructura de la economía francesa, en la cual el estado aporta casi la mitad del producto interno bruto y una cuarta parte de la contratación", 11 con la consecuente tendencia a la inamovilidad del empleo. The Economist suscribe tal visión, cuando afirma que "los empleos a tiempo completo están 19


El primer ministro de Francia, Dominique de Villepin, saluda a un habitante del suburbio parisino de Au lnay-sous-Bois, en noviembre pasado.

tan protegidos por la ley, que los empleadores prefIeren no crear muchos y, en su lugar, optan por trabajadores temporales". 12 El modelo que "favorece" a quien es tienen un empleo lógicamente no estimula a quienes no lo tienen (10% en Francia, pero, como dijimos antes, hasta 40% en los suburbios) a adherirse a las organizaciones sindicales, cuya función, tal como la perciben muchos jóvenes, es la de preservar "privilegios", por lo demás, cada vez más amenazados por las presiones del patronato y la acelerada desindustrialización en curso. Por eso, el peso específlco que tradicionalmente tenían las organizaciones sindicales sobre la vida política en Francia se ha ido reduciendo a una mínima expresión. Y, en consecuencia, se ha debilitado el papel que históricamente jugaban en el seno de las comunidades inmigrantes. "Mientras que las segundas generaciones anteriores encontraron a los partidos de izquierda, los descendientes de inmigrantes de hoy no están en las fábricas, ni en los sindicatos, ni en los partidos obreros [... ]".13

A regañadientes A partir de ese tipo de premisas, esa gran cantidad de jóvenes de los suburbios, y ya en ese caso no necesariamente musulmanes, se ven confrontados a un mundo 20 GLOBAL

que les ofrece muy poco y a regañadientes. Ese mundo es controlado por los adultos, que tienen los empleos, los relativos privilegios y poca disposición para compartirlos con la generación emergente. Así, cuando esos jóvenes recurren a medidas extremas, como pueden ser en el contexto francés la quema de vehículos, están expresando su protesta contra todo lo que representa ese mundo que no les abre las puertas, "el adversario es el mundo de las instituciones y del poder -se puede incluso decir, como lo hacen muchos jóvenes- de los adultos o del dinero, que viene siendo lo mismo". 14 La generación del 68 tenía intensas motivaciones políticas, sostenidas sobre la base de un poderoso movimiento socialista, con una vasta representación estatal y con inspiradoras epopeyas (Cuba, Vietnam, China). Esos modelos extinguieron sus llamas en las postrimerías del siglo XX. Con todas sus debilidades, esas referencias dieron marco a una activa y positiva participación política. Hoy no es el caso y, como sabemos, el protagonismo corresponde al Medio Oriente y sus problemas, incluyendo en ciertos casos la entronización del terrorismo como forma suprema de confrontación. En cualquier caso, lo que ha ocurrido en Francia y ocurre, pero de manera diferente, en distintos puntos del planeta, es una prueba de que la violencia ha dejado de


a través de la inmersión en sus raíces originales, que no nacieron en Europa y mal se acomodan a ella. Sully Saneaux es ministro consejero de la Delegación Dominica-

na ante la ONU. Es co lumn ista del semanario La Voz Hispana, de Connecticut. y ocasionalmente escribe para el periódico Hoy Ha trabajado como profesora de ciencias sociales en Santo Domingo y Nueva Yo rk . Estudió Re laciones Internacionales en la Universidad de Nueva Yo rk. Notas 1

Es interesante destacar la diferencia de concepto cuando se ha-

bla de suburbio. En Estados Unidos, vivir en un suburbio implica generalmente ascenso social. En Francia, el término se aplica a los proyectos de viviendas diseñados para trabajadore, que a menudo bordean la marginalidad . 2

The Economist Global Agenda, "An underclass rebellion ", 11 de

noviembre de 2005. J

El término beur proviene de la palabra árabe, modificada de

acuerdo a las reglas del argot popular francés ver/an, que cam El proble ma de la vivienda de tipo social se rec rudeció en agosto, con dos ince ndios sucesivos en edificios vetustos e insalubres de París, que causaro n la muerte de 24 inmigra ntes africanos, en su mayor parte niños. En la imagen, una mujer asiste a una manifestación en frente de uno de los apa rtamentos que ardieron.

bia el orden de las letras de atrás hacia adelante, introduciendo, además, algunos cambios eufónicos.

, Liberation, "Les Fran"ais piégés par leUT moi national", Alain Touraine, 8 de noviembre de 2005 . 5

ser patrimonio de alguna instancia, "las sociedades y los individuos toman su revancha sobre el estado en el área de la vi olencia ... ". 15 Y, por supuesto, el surgimiento de crisis no esperadas (según parece) en las metrópolis, derivadas del movimiento migrato~o del Sur hacia el Norte, contribuyó a crear bolsones de tensión a los cuales se respondió con mayor o menor éxito. Se han señalado como exitosas las experiencias de Estados Unidos, Alemania o Suecia en el proceso de integración, que algunos sociólogos prefIeren denominar incorporación, "que suena más neutral que integración o asimilación, ya que ambas sugieren la desaparición de las diferencias ". 16 Hasta ahora, ninguno de los modelos existentes en Europa ha sido totalmente exitoso. Ni el británico con su reconocimiento de las identidades culturales, ni el francés Con su obligada asimilación. Los extremistas tipo Bin Laden no interesan necesariamente ajóvenes que, en resumidas cuentas, son europeos. Únicamente la poca aceptación que reciben de sus compatriotas les lanza a la rebeldía. Si las sociedades europeas, llámense francesa u otra, no les otorgan el espacio que corresponde a los europeos musulmanes, entonces sí podrá tener sentido para ellos buscarlo

Peralva, Angelina, "Violence de banlieu et politisation juvé-

nile", Cultures el conflicls, France, 2005. G

Peralva, Angelina, ¡bid.

7

La Nación, "No son inmigrantes", por Riera, Jaime, Chile, 15 de

nov iembre de 2005. 8

Sauvadet, Thomas, "Processus de ghettoisation et mode de so-

cialisation", Magazine Paris 8, mayo de 2005, No. 8, pág. 10-1 1. 9

Hélene Jaccomard, "French Against French: The Uneasy Incor-

poration of Beurs into French Society", Mots Pluriels, Vol. 1, No. 2, 1997. 10

The Economist Global Agenda, "An underclass rebellion", 11

de noviembre de 2005. 11 12

Review Et Outlook, Dow Jon es Reprint, noviembre de 2005.

The Economist Global Agenda, "An underclass rebell ion ", 11

de noviembre de 2005. 13

Olivier MascIet, "Une generation de militants sacriflée", Le

Monde Diplomatique, enero de 2004. l' Peralva, Angelina, "Violence de banlieu et politisation juvé-

nile", Cultures et conflicts, Franc ia, 2005. 15

Badíe, Bertrand y Smouts, Marie-Claude, Le retournement du

monde, París, Dalloz, 1995. 1&

Hargreaves, Alee, lmmigra tion, race and ethnicity in Contem-

porary France, London, Rutdlege, 1995. 21


I

I I I

Estados Unidos y América Latina UNA NUEVA ERA Abraham lowenthal Las relaciones entre Estados Unidos VAmérica Latina tienen hoy poco que ver con la seguridad V la geopolítica V menos aún con la ideología, al menos en un obvio sentido político. Las preocupaciones norteamericanas con respecto a América Latina se refieren, por un lado, al comercio, las finanzas, la energía V otros recursos, V, por el otro, al manejo de problemas comunes como el terrorismo, el tráfico de drogas Vde armas, la protección de la salud pública V el medio ambiente Vla inmigración. Es importante que reconozcamos estas nuevas realidades V reflexionemos sobre cuestiones de orden práctico.


e me ha pedido hacer algunas reflexiones acerca del estado de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina. Dados mis antecedentes aquí, voy a comenzar por destacar algunos de los cambios y continuidades importantes en esas relaciones durante los últimos cuarenta años. A mediados de los años sesenta, las relaciones interamericanas se caracterizaron por la "pretensión hegemónica", o sea, la idea de que Estados Unidos era, y tenía el derecho de ser, el poder incuestionable en el hemisferio occidental, insistiendo en la solidaridad -para no decir la sumisión- política, ideológica, diplomática y económica en to da la región. Durante esos años, Estados Unidos utilizó el poderío militar de los marines y de la 82 División Aerotransportada; la participación clandestina de la CIA; la consejería y tutela de los agregados militares; la ayuda para el desarrollo -y, a veces, la imposición de la AID-; las cuotas azucareras y otras formas de influencia económica; el activismo diplomático del Departamento de Estado; fondos y asesoramiento a partidos políticos; patrocinio público e información proveniente de la Agencia de Información de Estados Unidos (USIA); muchos instrumentos, cualquier que fuese necesario y sin importar su alcance, con tal de garantizar que partidos y líderes pro norteamericanos fuesen dominantes en América Latina y el Caribe. En los años cincuenta, la CIA orquestó el derrocamiento de Jacobo Arbenz en Guatemala. En los sesenta se produj o la invasión de Bahía de Cochinos y otros intentos para derrocar a Fidel Castro. Igualmente, el respaldo norteamericano a quienes complotaban contra Trujillo, dem ostraciones de fuerzas navales, promesas de ayuda económica, amenazas de retirarla y esfuerzos diplomáticos a favor del Consejo de Estado y la realización de las primeras elecciones libres en este país. También, fmanciamiento clandestino masivo para garantizar en Chile la elecció n de Eduardo Frei y la derrota de Salvador Allende, sin dejar de lado el activismo intervencionista en numerosos países. En los años setenta se realizaron esfuerzos organizados para evitar que tomara posesión de su cargo el eventualmente electo presidente Allende y, una vez que esto se produjo, se hizo lo posible para que fracasara. Fueron muchos los ejemplos de la conducta intervencionista norteamericana, que cubrió tanto a Argentina, Brasil y Uruguay, como a Bolivia, Guyana y Venezuela.

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En ese período, lo prevaleciente era la rivalidad de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, y esto motivaba a Washington a realizar extraordinarios esfuerzos para mantener a América Latina en su línea. Lo que ocurrió aquí en abril de 1965 y las semanas y meses siguientes era parte de una política global latinoamericana de Estados Unidos, aplicada en Brasil, Bolivia, Argentina, Chile, Perú, Venezuela, Ecuador, Colombia, América Central y el Caribe (la República Dominicana y Haití), siendo la excepción parcial México, donde se aplicaba una variante distinta, dada la cooperación con el PRI que garantizaba estabilidad.

Clímax Esa tendencia marcadamente intervencionista de los Estados Unidos en América Latina y el Caribe tuvo su clímax hace cuarenta años, pero no terminó ni rápida ni fácilmente. La misma sirvió de contexto al papel jugado en Chile en los años setenta y luego al enfoque hacia América Central y el Caribe de la administración Reagan en los ochenta, en Nicaragua, El Salvador, Granada y otros lugares. Esta actitud persistió incluso cuando comenzó a debilitarse la Guerra Fría y cuando los cambios en la geopolítica y las tecnologías militares debilitaron la importancia del Canal de Panamá y las vías marítimas de comunicación. En los años ochenta no era fácil determinar por qué el liderazgo norteamericano consideraba todavía importante mantener un fuerte control sobre Granada, El Salvador y Nicaragua, pero el caso es que Washington seguía implementando políticas altamente intervencionistas. En mi opinión, estas actitudes no estaban condicionadas, como ellos decian, tanto por consideraciones de "seguridad nacional" como por razones de "inseguridad nacional", es decir, un impulso psico-político: el temor de perder el control de lo que antes Estados Unidos controlaba y consideraba lógico controlar. Esto reflejaba la inercia de la transferencia de actitudes y políticas formadas en otra era, ya no apropiadas -si es que alguna vez lo fueron-o Un punto neurálgico para sucesivas administraciones norteamericanas era Fidel Castro en Cuba, a apenas 90 millas de la Florida, que desaflaba a Estados Unidos y se mantenía fuera de su órbita en términos económicos, políticos, culturales y en lo que se refIere a seguridad y relaciones internacionales. Cuba era una preocupación por varias razones, pero sobre todo porque desafIaba la su-

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premacía norteamericana en las Américas. El simbolismo de Cuba, mucho más que una amenaza real, convertía a ese país en problema permanente. La determinación de Washington de no permitir "una segunda Cuba" fue uno de los puntos cardinales de la política de Estados Unidos y sirvió de marco al enfoque norteamericano de Santo Domingo en los años sesenta. En contraste con lo que eran las relaciones entre Estados Unidos y América Latina al momento de la invasión norteamericana a la República Dominicana en 1965, demos un rápido vistazo a la situación contemporánea.

10 observaciones

mayor atención" a América Latina caen en el vacío y la única esperanza es mejorar la calidad del ligero interés por el continente, no esperar que aumente mucho. 2. En su trato con América Latina, Estados Unidos nunca fue ese actor coherente, unitario y racional que a menudo se describe en los países del Sur, pero su pluralismo se ha acentuado en los últimos años. Los intereses de los variados componentes de la sociedad norteamericana son dispersos y a menudo contradictorios. Las políticas norteamericanas que afectan a América Latina están determinadas por la interacción de influencias provenientes de regiones, grupos y sectores diferentes: los negocios y los sindicatos; cultivadores, trabajadores agrícolas y consumidores; organizaciones de inmigrantes y cabilderos anti-inmigrantes; organizaciones étnicas y diásporas; gente de iglesias de variadas convicciones, fundaciones, centros de pensamiento (think tanks) y prensa; organizaciones criminales y policía, así como grupos formados para la promoción de los derechos humanos, de la mujer, la protección del ambiente y la preservación de la salud pública. En el difuso y permeable proceso político norteamericano hay muchos actores importantes que tienen acceso a quienes elaboran políticas. Esa característica hace que la política norteamericana sea relativamente influenciable, pero difícil de coordinar o controlar, incluso cuando se hacen esfuerzos concertados en un sentido determinado, lo que no es muy frecuente, ni lo será, dado que Estados Unidos está involucrado en demasiadas cuestiones. 3. Ha crecido la relativa importancia de los actores privados en lo que se refIere a las relaciones interamericanas -corporaciones, sindicatos, centros de pensamientos, la prensa y las ONG, incluyendo las étnicas, comunitarias y religiosas-, mientras que se ha reducido el alcance e influencia de los gobiernos nacionales, incluyendo el norteamericano. En la práctica, en América Latina hoy son mucho más importantes Microsoft y Walmart que los marines norteamericanos. Tienen mucha mayor preponderancia American Airlines y United Airlines que la 82 División Aerotransportada. Asimismo, es mayor la influencia de la

y para ello, propongo 10 observaciones acerca de las relaciones contemporáneas en el hemisferio occidental. 1. El elemento central en las relaciones interamericanas sigue siendo la enorme desigualdad de poder entre Estados Unidos y cada uno de los países de las Américas. Persiste un notable desequilibrio en cuanto al poder militar, económico, tecnológico e institucional. Estados Unidos es mucho más importante para cada país latinoamericano que ninguno de éstos lo es para Estados Unidos. Muchas cuestiones que son de vital importancia para América Latina -ya sean reglas comerciales, fmancieras o de gerencia- son determinadas por protagonistas su trato con América Latina, Estados o consideraciones externas, Unidos nunca fue ese actor coherente, provenientes frecuentemente de Estados Unidos, pero unitario racional que a menudo se destambién de Europa y Asia. cribe en los países del Sur, pero su plura Políticas que son decisivas para el futuro latinoamericalismo se ha acentuado en los últimos años. no son generalmente forjadas en otros lugares y su impacto en América Latina es más residual que intencional. En numerosas cuestiones, los latinoamericanos siguen siendo muy vulnerables frente a acontecimientos, tendencias y decisiones de carácter exógeno. Esto queda ilustrado incluso en el caso de los países más grandes del continente, por el impacto que sobre Brasil tuvo la crisis fmanciera rusa de mediados de los noventa. Vistas así las cosas, es difícil exagerar en torno a la cantidad de cuestiones y relaciones que compiten con América Latina para llamar la atención de quienes formulan políticas en Estados Unidos. Lo cierto es que América Latina apenas les preocupa yeso no cambiará. Los frecuentes llamados a esos especialistas para que "presten

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CNN y la Bloomberg Wire que la Voz de Estados Unidos de América. La compañía de seguros AlG es más signifIcativa que la AlD y, en numerosas circunstancias, la organización Human Rights Watch es más poderosa que el Pentágono, aunque este último haya recuperado últimamente gran parte de su peso. Moody's a menudo tiene mayor influencia que la CIA; y el Foro Económico de Davos, que es una organización privada, es más trascendente que la OEA. Esta es la realidad, de la que rara vez se habla, pero no por ello menos cierta. Contribuye a ha cer más importante el impacto de Estados Unidos sobre muchos de los países de América Latina y el Caribe, pero es más difícil de controlar o dirigir. 4. A su vez, en lo que se refIere a la indudable y permanente influencia de los gobiernos, ha cambiado signifIcativamente en las últimas décadas el poder relativo de los diferentes componentes que, dentro del aparato gubernamental norteamericano, se ocupa de las relaciones interamericanas. Así, para América Latina -o por lo menos para ciertos países-, hoy, el secretario del Tesoro y el presidente del Banco Federal de Reservas son mucho más importantes que el secretario de Estado o el jefe de la CIA. También es muy importante el representante del presidente para cuestiones comerciales. Tienen mucho mayor peso los gobernadores de California, Texas o La Florida que muchos funcionarios de Washington. A menudo es mayor la relevancia de los jefes de las agencias de Seguridad Nacional, de combate contra las drogas o representantes federales de la Justicia, que la del subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos. Para la mayoría de los países latinoamericanos, el Congreso norteamericano, en numerosos casos, es al menos tan importante como la Casa Blanca -a veces más-, ya que esta institución es más permeable a la diversidad de impulsos colectivos que el Poder Ejecutivo. Para un país latin oamericano como la República Dominicana, obtener resultados más favorables del proceso político norteamericano es obviamente un gran reto. Se dice que en los años cincuenta, el embajador boliviano en Estados Unidos pudo influi r la política norteamericana hacia su país mientras jugaba golf con el presidente Eisenhower. La función del embaj ador de Bolivia o de la República Dominicana hoy es muchísimo más complicada. 5, La región también necesita cierta desagregación. Los países de América Latina y el Caribe, es obvio, difle-

ren enormemente unos de otros. Así, las diferencias son tan marcadas entre Argentina y Haití, Perú y Panamá o la República Dominicana y Chile, como lo son entre Suecia y Turquía o Australia e Indonesia. Pero esas duraderas diferencias siguen creciendo, particularmente en cuatro dimensiones: por la naturaleza y

América Latina apenas les preocupa yeso no cambiará. La única esperanza es mejorar la calidad del ligero interés por el continente, no esperar que aumente mucho. el grado de interdependencia económica y demográfIca con Estados Unidos; el nivel en el cual algunos países han integrado sus economías a la competencia internacional y la forma en que se relacionan con la economía mundial; la capacidad relativa de sus instituciones políticas estatales, y la solidez de sus normas y prácticas democráticas. En este momento, la creciente diferenciación a lo largo de esas cuatro dimensiones hace que el término "América Latina" sea de dudosa utilidad. Probablemente es tan esclarecedor como confuso. En realidad, ya Estados Unidos no adopta ni aplica una "política latinoamericana" común para toda la región. 6. Para comprender las relaciones interamericanas en la actualidad se deben, por lo menos, distinguir cinco grandes regiones: México, América Central, las islas del Caribe, las naciones del Mercosur y los países andinos. México, América Central y el Caribe juntos -en gran medida estas son tres regiones separadas- constituyen sólo un tercio de la población total de América Latina y el Caribe (LAC), pero allí se concentran casi la mitad de las inversiones norteamericanas en la región, más de un 70% de los negocios interamericanos, cerca de un 60% de la presencia de la banca norteamericana en la región y casi un 85% de la inmigración latinoamericana a Estados Unidos. Las naciones del Mercosur constituyen el 45% de la población de LAC, cerca del 60% del PIE de LAC, más del 40% (y la tendencia es a aumentar) de las inversiones norteamericanas y considerablemente menos del 10% de la inmigración latinoamericana a Estados Unidos, Las perturbadas naciones de la región Andina representan casi el 22% de la población latinoamericana, exactamente el 13% del PIE, cerca del 10% de las inversiones norteamericanas, menos del 15% de los negocios entre Estados Unidos y América Latina, pero casi toda la cocaína y heroína 25


Cifras de América Latina en su re lación con Estados Unidos 00J0

10%

20%

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40%

50%

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100%

Negocios enire EEUU y AL Inm igrac ión de AL en EEUU Inversiones de EEUU en AL Población PlB

México, América Central y el Ca ribe Mercosur

Región Andina

importada en Estados Unidos, aunque, por cierto, mucho de este tráfIco pasa por México o los países del Caribe, Las diferencias entre los países de la región en su relación con Estados Unidos tienden a ser mayores con el tiempo, Por ejemplo, aquellos países de América Latina y el Caribe, en la región de la cuenca del Caribe y la costa norte de Suramérica, que en 1980 enviaban a Estados Unidos el 40% de sus exportaciones, hoy exportan más hacia ese mismo destino. Los países de América Latina que enviaron menos del 30% de sus exportaciones a Estados Unidos en 1980, hoy generalmente exportan menos hacia ese destino. Por supuesto, la explicación principal es la geográfICa, es decir, la proximidad. Pero la geografía es una constante y la proximidad ya no debería ser tan signifIcativa, dados los avances de la tecnología. Las políticas -la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, el Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica, y ahora el Área de Libre Comercio de América Central y República Dominicana- han venido reforzando un modelo marcadamente diverso de relaciones con los Estados Unidos. Los países de la Cuenca del Caribe por un lado y el Cono Sur por otro se están desplazando de manera muy distinta en cuanto a Estados Unidos se refIere, y el arco andino de crisis sigue por otro sendero, también diferente. 7. La naturaleza y la dinámica de las relaciones de Estados Unidos con México, América Central y el Caribe deviene aún más excepcional. Estados Unidos tiene una más aplastante influencia económica, cultural y política en toda su frontera, debido por un lado a la inmigración y, por el otro, a una mejora impresionante de las redes de comunicación y transporte. De la misma manera, las crecientes diásporas mexicana, centroamericana y caribeña están cambiando de manera irreversible el perfIl de las 26 GLOBAL

relaciones entre Estados Unidos y sus vecinos más cercanos. Políticos, estrategas de negocios, los que hacen anuncios comerciales, banqueros, industriales, sindicalistas, educadores, policías y personal médico, todos saben que son porosas y hasta ilusorias las fronteras entre Estados Unidos y sus vecinos más cercanos. Es difícil defInir la frontera funcional entre la América Latina y la América anglo, pero con toda seguridad está situada al norte de San Diego en el oeste y en Miami al este. Las remesas enviadas por las diásporas son vitales para las economías de México y muchas naciones de América Central y el Caribe. En México, las remesas alcanzaron la suma de 16,000 millones de dólares en 2004 y dentro de poco llegarán a los 20,000 millones anuales, casi tanto como las inversiones directas. En América Central y la República Dominicana, las remesas sobrepasan como fuente de capital el monto de inversiones extranjeras y la ayuda económica. Las contribuciones a las campañas políticas y los votos de las diásporas son esenciales para la política local en esos países, al mismo tiempo que se constituye en factor creciente en la política norteamericana la participación electoral de los inmigrantes naturalizados. Pandillas juveniles y líderes criminales que se criaron en Estados Unidos causan estragos en sus países de origen, en numerosos casos, luego de ser deportados. Las pandillas hispanas son un elemento central en Los Ángeles y otras ciudades norteamericanas. En los próximos 25 años, las naciones del Caribe y América Central, incluyendo la República Dominicana, quedarán aún más absorbidas dentro de la órbita norteamericana, tanto por las tendencias subyacentes como por políticas como el acuerdo DR-CAFTA. Utilizarán el dólar


como su moneda informal, y en muchos casos como la ofIcial; enviarán el grueso de sus exportaciones a Estados Unidos, dependiendo en gran medida del turismo, inversiones, importaciones y tecnologías norteamericanas; abso rbiendo la cultura popular y la moda norteamericanas, pero también influyendo sobre la cultura popular de la metrópoli; formando jugadores de béisbol y de básquet pa ra las ligas mayores norteamericanas y, quizás, creando sus propios equipos en estas ligas. Seguirán enviando emigrantes hacia el norte y muchos aceptarán como residentes a un creciente número de jubilados norteamericanos. Ciudadanos y redes transnacionales crecerán en im portancia en toda la región. Todas esas tendencias sin duda que incluirán a Cuba, más temprano que tarde. 8. Las cuestiones que se derivan directamente de la excepcional y creciente interpenetración mutua entre Estados Unidos y sus vecinos más cercanos -inmigración, narcóticos, tráflco de armas, lavado de dinero, respuesta a los huracanes y otros desastres naturales, protección del medio ambiente y la salud pública, aplicación de las leyes y administración de la frontera- plantean desafíos complej os. Estas cuestiones "intermésticas" -mezcla de internacional y doméstica- son de dificil manejo. El proceso político democrático, tanto en Estados Unidos como en los países vecinos, impulsa la elaboración de políticas en ambos lados en direcciones que a menudo son diametralmente opuestas a lo necesario para garantizar la cooperación intern acional exigida para resolver, o al menos lidiar, con prob lemas que trascienden las fronteras. Un ejemplo es el proceso de "certificación" con relación a las drogas. Este dilema -que las políticas más atractivas para el público local a menudo tienden a interferir con la necesaria co operación internacional- no puede ser superado fácil mente y no está limitado a Estados Unidos. La tendencia a endosar la responsabilidad sobre el otro lado de la frontera cuando hay diflcultades y a revindicar la "soberanía", incluso cuando esto obviamente está ausente en términos prácticos, es recíproca e interactiva. Esta din ámica probablemente se intensificará en los próximos años, precisamente en el marco de las más intimas relaci ones interamericanas, es decir, entre Estados Unidos y sus vecinos más cercanos. 9. Sin embargo, resulta irónico que la celebración de cumbres en las relaciones interamericanas florece en una ép oca en que las políticas de alcance regional tienen menos sentido. Debido a las crecientes diferencias entre

Intereses de Estados Unidos con América latina

HOY HACE 40 AÑOS • Seguridad • Geopolítica

• Ideología

• Recursos (comercio, finanzas, energía)

• Seguridad (terrorismo, tráfico de drogas y de armas)

• Salud pública y medio ambiente • Inmigración

los países de América Latina y el Caribe -y especialmente por la acelerada y funcional integración económica y demográfica de México, América Central y el Caribe con Estados Unidos- las cumbres de todos los países de las Américas están condenadas a quedarse en el insignificante nivel de las exhortaciones y a limitarse a cuestiones de segundo y tercer orden. Estos encuentros periódicos obligan a dirigentes importantes del Gobierno norteamericano a prestar atención, aunque sea por corto tiempo, a las relaciones interamericanas. Pueden también ser útiles para el establecimiento de relaciones y formas de comunicación que podrían servir en el futuro, además de brindar un buen escenario para las fotos de todos los participantes. Pero fuera de eso, lo más probable es que no produzcan gran cosa. Esto no debe confundirse con los esfuerzos serios para resolver cuestiones importantes. 10. Comparado con lo que era hace 40 años, o de he-:; cho, con el siglo pasado, los puntos principales de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina tienen poco que ver con la seguridad y la geopolítica y menos aún con la ideología, al menos en un obvio sentido político. Las cuestiones de seguridad, geopolítica e ideología, inscritas en un contexto de competencia mundial, tendían a involucrar a Estados Unidos generalmente en un sentido regional, pero hoy las agendas son mucho más específicas y locales. Las preocupaciones norteamericanas con América Latina hoy tienen sobre todo que ver, por un lado, con co27


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mercio, fmanzas, energía y otros recursos, y, por el otro, con el manejo de problemas comunes que no pueden ser resueltos por un país actuando solo, como medidas antiterroristas, contra el tráfICo de drogas y de armas, protección de la salud pública y el medio ambiente y el manejo de la inmigración. Con relación a todas estas cuestiones transnacionales o "intermésticas", los elementos de cooperación y conflicto se combinan en las Américas de forma compleja y no necesariamente se corresponden con los marcos nacionales. En nuestros días, para lidiar con las cuestiones de mayor importancia en las relaciones entre América Latina y Estados Unidos se requieren coaliciones nacionales, transnacionales y multilaterales.

Modelo diferente Estos diez telegráfICos puntos, simplificados en aras de la concisión, se agregan a un modelo de las relaciones interamericanas muy diferente al vivido aquí en los años sesenta, setenta u ochenta. A veces, para estar seguros, el modelo se asemeja superficialmente o tiene reminiscencias, como cuando Estados Unidos sustituye "terrorismo" por "comunismo" como un prisma distorsionador a través del cual percibir y tratar otras cuestiones, tales como las drogas o la inmigración. Igualmente cuando miembros del Congreso norteamericano hablan amenazadoramente de un eje "CastroChávez-Lula" o de una supuesta amenaza china sobre las Américas. Pero esas similitudes superfIciales son solo eso, porque vivimos una época nueva y diferente. Ya la preocupación principal de Estados Unidos no es mantener a la izquierda latinoamericana fuera del poder y estar dispuestos incluso a intervenir militarmente para 28 GLOBAL

evitar que tomen el poder o lo mantengan. Es duro imaginarse al Washington de los años sesenta acomodándose a líderes políticos como Lula en Brasil, Ricardo Lagos en Chile, Tabaré Vázquez en Uruguayo Leonel Fernández en este país, aunque todos ellos son los herederos directos de los partidos y líderes contra los cuales Estados Unidos intervino en esos años. Y si bien Estados Unidos no es que acepte a Hugo Chávez en Venezuela, lo más extraordinario son los aparentes límites para poder intervenir en contra de él. En segundo lugar, a diferencia de los años sesenta, Estados Unidos ya no puede contar con la solidaridad panamericana bajo su liderazgo, cuando se trata de buena parte de las cuestiones del área internacional. Esto queda perfectamente ilustrado con el papel jugado por Chile y México durante los debates de las Naciones Unidas antes de la invasión norteamericana a Irak. Y no es el único caso. En otras cuestiones de gran importancia -subsidios agricolas, propiedad intelectual y otros asuntos comerciales, que van desde el algodón, las flores y el jugo de naranja hasta los aviones de pasajeros y los productos en acero- los tratos de Estados Unidos con las grandes naciones latinoamericanas, especialmente Brasil, han sido hasta de rivalidad, no de aliados automáticos o de clientes fieles.

Esporádico compromiso Tampoco puede Estados Unidos tratar a las naciones de la Cuenca del Caribe con su histórica actitud de esporádico compromiso, ignorándolas la mayor parte del tiempo pero interviniéndolas cuando piensa que sus intereses estaban amenazados. Años atrás yo llamaba a esta histórica política norteamericana la "doctrina Hallmark", lo que signifIca que Estados Unidos ocasionalmente se preocupaba de manera tal del Caribe y América Central que entonces les enviaban "lo mejor de todo" (en este caso los marines), de la misma manera que uno piensa poco en alguna persona a la que un buen día envía una tarjeta Hallmark. Robert Pastor, un astuto analista de las relaciones entre Estados Unidos y el Caribe, describe ese ciclo como un "remolino", explicando que Estados Unidos a veces se veía metido en el remolino caribeño, pero generalmente se mantenía del lado de afuera. Hoy, sin embargo, este país está necesariamente vinculado a sus vecinos de la cuenca del Caribe, unas veces más que otras, en numerosas cuestiones que se despren-


den de la creciente interdependencia alimentada por las migraciones. Es importante que reconozcamos estas nuevas realidades y que los sabios de la República Dominicana y de otros lugares de la cuenca del Caribe, así como de México, pi ensen creativa mente qué significa la creciente integració n funcional de México, América Central y el Caribe con Estados Unidos.

Cuestiones de orden práctico No hablo de complejas teorías sobre la defmición de lo que es nación e identidad, o del significado de soberanía y ciudadanía, aunque sean fascinantes cuestiones que preocupan a muchos de mis colegas académicos. Más bien me refIero a cuestiones de orden práctico co mo las que siguen: • ¿Cómo podemos garantizar que los hijos de los inmigrantes indocumentados se beneficiarán de la adecuada inversión en su educación, que va desde el jardín de infancia a la universidad y el postgrado, lo que no les beneficia sólo a ellos sino a la nueva comunidad, que necesita una fuerza de trabajo y una ciudadanía educada y capaz? • ¿Cómo pueden las autoridades profesionales de Estados Unidos, estados de la unión americana y las comunidades locales trabajar efectivamente con sus contrapartes de México, América Central y el Caribe para que mejore la seguridad humana de los ciudadanos y sean protegidos los derechos de todos, en lugar de complicarle el trabajo a los demás, exacerbar la inseguridad personal y pisotear los derechos individuales, tal como ta n a menudo ocurre actualmente? • ¿Qué tipo especial de arreglos, infraestructura y servicios deben ser considerados para facilitar el retiro de jubilados norteamericanos en países vecinos, lo que redundaría en beneficio tanto para ellos como para los países receptores? • ¿Qué se puede hacer para mejorar la representación de las personas transnacionales que viajan de un lado a otro, entre sus países de origen y Estados Unidos y actúan en sus centros de trabajo, vecindarios y la sociedad civil de ambos países, sin poder participar muy activa y eficazmente en la política de ninguno de los dos países? • De manera más general, ¿qué tipo de integración funcio nal se requiere en términos de visión, de política, instituciones, recursos y modos de gobernar?

• ¿Cómo serán afectados estos procesos integracionistas por nuevos cambios en la economía global y en las formas y modelos de producción? • ¿Cómo afectarán a instituciones que fueron diseñadas para una era y unas preocupaciones diferentes? • ¿Cómo pueden los vecinos cercanos de Estados Unidos proteger las ventajas competitivas que se desprenden de esa cercanía y de la interpenetración de un mundo globalizado, sin perder mayor control de sus destinos? • ¿Cómo esa creciente integración funcional con Estados Unidos afectará sus relaciones con Europa y Asia, dado el papel que juegan estas regiones en la economía mundial? • ¿Qué papel pueden y deben jugar las diásporas? ¿Cómo pueden ser movilizadas en su condición de recurso y puente, tal como trata de hacerlo este país bajo la iniciativa del presidente Fernández, sin dejar de considerar el nuevo compromiso que asumen por vivir en Estados Unidos? En este contexto también es importante incorporar nuevas formas de pensar sobre el futuro de la mayor de las islas caribeñas, Cuba. ¿Cómo nos afectará a todos la reintegración de Cuba a relaciones normales con los otros países de la región, y cuál será y deberá ser el papel de la diáspora cubana en ese proceso? La gente ha estado hablando durante décadas acerca de la "normalización" de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y otros países de la región, pero "normalización" con seguridad no puede significar volver al modelo anterior a la revolución cubana. ¿Cuál será el papel de Cuba después de Castro? Igualmente quizás sea también el momento de reflexionar sobre el tema de Puerto Rico y su estatus en un contexto regional cambiante. *Este texto fue leído durante la conferencia "Estados Unidos y América Latina: una nueva era" pronunciada en Funglode en noviembre pasado.

Abraham F. Lowenthal es profesor de Relaciones Internacionales en la University of Southern California y presidente emérito del Pacific Council on Internationa! Policy Estableció y condujo el Diálogo Interamericano y el Programa Latinoamericano en el Woodrow Wilson Center. Ha publicado numerosos libros y ensayos Su primer libro, La intervención dominicana, analiza los acontecimientos de 1965. Lowenthal vivió en Santiago de los Caballeros entre 1964 y 1966, enviado por la Fundación Ford para ayudar a la Asociación para el Desarrollo. 29


Las palabras

Historia y perfiles del bolero dominicano J. R. Lantigua - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - La presentación, en diciembre pasado, del libro El bolero de la Colección Cultural Verizon constituye, sin duda, uno de los acontecimientos editoriales más esperados por los lectores especializados de la República Dominicana. Desde 1998, la fIrma de telecomunicaciones edita anualmente un libro de colección donde se unen tres factores distintivos: la trascendencia del tema seleccionado, los escritores escogidos para esa tarea -todos de la elite intelectual dominicana-, y el singular diseño, que otorga una categoría muy especial a la obra. Hasta el momento, la Colección Cultural Verizon ha producido ocho volúmenes que circulan como regalo de fm de año entre los clientes de esa empresa y sus relacionados, el sector intelectual, bibliotecas y entidades del país y del exterior. Para permitir que los lectores interesados puedan adquirir estos libros se publica la Colección Popular Verizon, cuyos ejemplares se entregan en su totalidad a instituciones de benefIcencia o entidades de labor cultural, a fm de que los recursos que se obtengan con la venta benefIcien sus programas de servicio. Los libros publicados en esta colección han sido los siguientes: • Santo Domingo, elogio y memoria de la ciudad, de Marcia Veloz Maggiolo, Andrés 1. Mateo y José Chez Checo {1998}. • El siglo XX dominicano. Economía. Política. Pensamiento y literatura, de Frank Moya Pons, Mu-Kien A. Sang, Juan Daniel Balcácer y Soledad Álvarez {1999}. • La telefonía. Presencia y desarrollo en la República Dominicana, de José Chez Checo (2000). • 1844-2000. Arte Dominicano. Pintura. Dibujo. Gráfica y mural, de Jeannette Miller y María Ugarte (200!). • 1844-2000. Arte Dominicano. Escultura. Instalaciones. Medios no tradicionales y arte vitral, de Jeannette Miller y María Ugarte (2002). • El merengue, música y baile de la República Dominicana, de Catana Pérez de Cuello y Rafael Solano (2003). • El béisbol en República Dominicana. Crónica de una pasión, de Orlando Inoa y Héctor J. Cruz (2004). 30 GLoBAL

En diciembre pasado se presentó el octavo volumen de esta colección: El bolero. Visiones y perfiles de una pasión dominicana, de la autoría de Marcia Veloz Maggiolo, Pedro Delgado Malagón y José del Castillo. La obra completa la labor de investigación y proyección de la música dominicana iniciada con la publicación en 2003 del libro sobre el merengue ya mencionado. Ahora se suma a este propósito este formidable compendio de apreciaciones históricas, cronológicas y, ¿por qué no?, sentimentales y emotivas sobre el bolero, un género desarrollado en la República Dominicana con la misma pasión y la misma intensidad que en Cuba, México o Puerto Rico. La República Dominicana ha seguido el mismo "trajinar de deseo y pasión" de Roberto Cantoral, Álvaro Carrillo, César Portillo de la Luz o Armando Manzanero, por mencionar sólo cuatro grandes nombres del bolero continental. El bolero dominicano ha hecho un recorrido vigoroso que, como se señala en el prólogo de esta obra, "ha herido las épocas con su queja de amor y ha traspasado las décadas con su discurso votivo de ilusión y abandono". "El paraíso soñado de Manuel Sánchez Acosta -y citamos de nuevo al prologuista-, la mágica urdimbre del amor que la letra de Bullumba Landestoy describe, el trajín de un juglar incesante que a media voz designa la vocación sempiterna del amor como Juan Lockward, la saga romántica de Luis Kalaff, el peregrinaje de amor de Bienvenido Brens, las vocales que inspiran la genialidad de Mario de Jesús, el delirante embeleso de Manuel Troncoso, la maestría clásica del bolero de Rafael Solano, son momentos históricos de la trayectoria de la canción dominicana y el aporte vitalizante a la historia toda del bolero continental". Esto permite asegurar que los boleristas dominicanos -algunos de los cuales han logrado que sus piezas hayan sido interpretadas por grandes vocalistas del mundo- deben figurar al lado de los mejores compositores del género de Cuba, Puerto Rico o México.


Este libro busca dejar sentada esta premisa, abarcando la historia y los perfIles del bolero dominicano, su inserción en la producción bol erística del continente, su fIrme presencia en el alma dominicana, su trajinar de pasión incontenible, la misma pasión con la que lo han disfrutado, bailado y sentido los dominicanos durante décadas. El libro patentiza estos haberes, pero al mismo tiempo se concentra en los intérpretes, aquellos que dan vida al texto. Se afIrma que el bolero es letra y música, escritura y voz. Y po r eso, junto a los grandes compositores, hay que instalar en la historia a los grandes intérpretes: Marcelino Plácido, Rafael Co ló n, Elenita Santos, Armando Recio, Julito Deschamps, Lucía Félix, Camboy Estévez, Lope Balaguer, Frank Cruz, Alberto Beltrán y otros muchos. El bolero, que es un ritmo fundamentalmente urbano, hizo su entrada en el alma caribeña como vivencia citadina, porque "la vida capitalina, metropolitana -diversifIcada, independiente, de mayor desenvoltura en las costumbres; a veces nocturna y bohemia, por lo tanto- le fu e confIriendo intensidad afectiva, madurez artística, libertad moral" (Néstor Leal, Boleros, la canción romántica del Caribe, 1930-1960, Grijalbo, Venezuela, 1992). Es por esa razón que, a partir de los años cuarenta, el bolero se co nstituyó en un suceso de primer orden en La Habana, Ciudad Méx ico, Buenos Aires, Caracas, San Juan de Puerto Rico, Bogotá y Santo Domingo. La obra que comentamos cuenta la historia del bolero que se construyó y se proyectó desde Santo Domingo. Lo escriben, a tres voces, el reconocido escritor Marcia Veloz Maggiolo, seguramente el principal novelista dominicano de nuestro tiempo y un experto conocedor del tema; Pedro Delgado Malagón, un reputado profesional de la inge-

niería que, al mismo tiempo, es músico y cultiva el bolero como gustador y seguidor apasionado de este género; y el sociólogo José del Castillo, conocido en los corrillos de la bohemia intelectual capítalina como una verdadera enciclopedia ambulante sobre el discurrir del bolero en todos los países del área y, obviamente, del bolero dominicano. Entre los tres construyen una obra única en su género en la bibliografía dominicana. Si el libro sobre el merengue, de Catana Pérez de Cuello y Rafael Solano, estableció sin duda alguna un antes y un después en torno al tratamiento del tema -derrumbando viejos mitos y precisando detalles obviados por investigadores anteriores-, éste sobre el bolero es un aporte fundamental, pues se han escrito otros muchos libros sobre el merengue, pero sobre el bolero dominicano, salvo ensayos y artículos sueltos, es el primero que se conoce. Todo esto, a pesar de que el bolero dominicano es de mucha calidad en texto y melodía. Por eso, la trascendencia de este libro y su valor para la bibliografía dominicana y para la bibliografía del continente americano, pues de esta manera ya la República Dominicana tiene su historia del bolero, uniéndose de esta forma a la gran cantidad de libros publicados sobre el género en Cuba, México, Puerto Rico, Venezuela y otros países. La obra se divide en tres partes: "Ecosistema del bolero dominicano", de Marcia Veloz Maggiolo; "Hitos del bolero dominicano: una visión apasionada", de Pedro Delgado Malagón, y "Perflles del bolero dominicano", de José del Castillo. El bolero. Visiones y perfiles de una pasión dominicana. Marcio

Veloz Maggiolo et al. Colecc ión Cultural Verizon. Volumen

vnr,

2005, 511 páginas.

31


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N°. 11

Primavera 2005

QUóRUM REVISTA IBEROAMERICANA - UNIVERSIDAD DE ALCALÁ PRIMAVERA 2005 14 (

Las nuevas relaciones España-América Latina JOSÉ LUIS RODRfGUEZ ZAPATERO

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Presidente del Gobierno de España

FRANCISCO CARRIÓN MENA, MANUEL GUEDÁN, RAFAEL ESTRELLA, ALFREDO ARAHUETES, AURORA GARCfA DOMONTE, GUSTAVO DE ARrSTEGUI, CELESTINO DEL ARENAL, JOAN PRATS

Corolarios arquitectónicos Jost ANTONIO HERNANDEZ LATAS

Actualidad JOAQU(N ESTEFAN(A La Agenda del esarrollo de Bar clona ARTURO VALENZUELA Estado Unido yel hemj ferio occidental: hacia un compromi o efectivo

Diálogo de la lengua Mano a mano entre BLANCA BERASATEGUI y JORGE EDWARDS

Otros temas JORGE EDUARDO BENAVIDES Violencia política y narrafiva n el Perú de lo año ochenta FERNANDO VICARIO ulcura y economía n el iglo XXI


Informe especia l

NUEVO TLC APERTURA DE NEGOCIACIONES, CON CANADA Eduardo J. Tejera


Informe especial

En noviembre pasado, la República Dominicana solicitó formalmente la apertura de negociaciones con Canadá para la puesta en marcha de un Tratado de Libre Comercio, dentro de la estrategia comercial y económica que está desarrollando el Gobierno con la región de América del Norte. El próximo 23 de enero, Canadá celebrará elecciones para escoger un nuevo Gobierno Federal con el que nuestro país deberá negociar de forma ventajosa, para lo cual nuestros representantes y el sector privado deberán prepararse, estudiar y definir una buena estrategia.

La política comercial exterior del gobierno del presidente Leonel Fernández ha sido la de impulsar la apertura y de insertar al país en la corriente de movimientos de integración comercial con las regiones vecinas y los socios de mayor intercambio de bienes y servicios. En el período 1996-2000, en su primer gobierno, impulsó la integración con Centroamérica y Caricom y dio los primeros pasos para comenzar conversaciones con Estados Unidos en busca de un Tratado de Libre Comercio, bilateral o a través de la unión con los centroamericanos . El Gobierno pasado realizó y concluyó estas negociaciones y firmó el DR-CAFTA, el cual ha sido ratificado recientemente por el Congreso Nacional dominicano. Este proceso ha demostrado la colaboración entre los distintos partidos políticos con representación en el Congreso, en algunos temas y reformas de alto interés nacional. Ha sido un proceso democrático de todos los partidos y la comunidad empresarial y civil. El DR-CAFTA entrará en vigencia el 1 de enero de 2006 . Recientemente, el presidente de la República en conversación con el primer ministro de Canadá, señor Paul Martín, en el marco de la Cumbre de Presidentes en Mar de Plata , planteó el deseo de comenzar a negociar un TLC bilateral. En cumplimiento de esta política, pocos días después, el 18 de noviembre, en un oficio firmado por el canciller de la República, Carlos Morales Troncoso, el Gobierno dominicano solicitó ante el ministro de Relaciones Exteriores de Canadá la apertura de negociaciones de un Tratado de Libre Comercio bilateral. El suscrito, en su calidad de embajador dominicano ante Canadá depositó oficialmente la solicitud , tanto al ministro de Relaciones Exteriores, como al ministro de Comercio Internacional. En Canadá, el Gobierno minori tario del partido Liberal sufrió a fina les de noviembre una derrota parlamentaria con un voto de no-confianza, lo que ha forzado a crear un nuevo Gobierno Federal. Canadá está en medio de una campaña electoral para escoger a todos los miembros del Parlamento federal y al nuevo primer ministro el 23 de enero. Debido a la


alta institucionalidad del Gobierno canadiense, estos cambios de gobierno afectan muy poco la política comercial de esta nación. Sin embargo, habrá que esperar hasta que surja un nuevo gabinete que retome las riendas de la administración pública y continúe con la agenda nacional canadiense. El equipo negociador dominicano y el sector privado deben aprovechar este interregno para prepararse, estudiar y definir su estrategia negociadora. Puede que el próximo gobierno tome la decisión de seguir con un TLC bilateral con nuestro país o desee que se negocie en bloque con los centroamericanos, aunque, claro está, en igualdad de condiciones, no en forma adherida como sucedió con Estados Unidos. La solicitud de negociación presentada por el gobierno en noviembre va encaminada precisamente a asegurarse una posición negociadora ventajosa o igual que las demás naciones centroamericanas que ya estaban en ese proceso.

Relaciones entre Canadá y la República Dominicana Comercio. En términos comerciales, hacia finales del año 2004 la República Dominicana representó para Canadá uno de los principales mercados en la región del Caribe y Centroamérica. En 2003, las exportaciones canadienses hacia el país ascendieron a la suma aproximada de 71.6 millones de dólares, las cuales son principalmente productos de papel, pescado, cereales, vegetales, autopartes y equipos eléctricos. Por otra parte, hay transacciones comerciales no registradas por Canadá, ya que provienen de empresas comerciales de capital canadiense establecidas en Estados Unidos, con equipos de telecomunicaciones y helicópteros, entre otros. De la misma manera, nuestras exportaciones hacia Canadá ascendieron a una suma aproximada de 94.8 millones de dólares, comercializando principalmente equipos eléctricos, cacao, equipos científicos, prendas de vestir, textiles, productos farmacéuticos, frutas y productos de tabaco, entre otros. No obstante, esta cifra pudiera aumentar sensiblemente con un Tratado de Libre Comercio entre los dos países y con una política comercial y de promoción más definida de parte de la República Dominicana. En el futuro prevemos que las exportaciones dominicanas aumentarán tanto a las zonas urbanas como rurales, ya que se podrán aprovechar mucho más las oportunidades que brindan los largos inviernos canadienses, época en la cual no se pueden producir productos agrícolas. Inversión extranjera. En la actualidad, Canadá es el segundo país con la mayor inversión extranjera histórica en la Republica Dominicana, con un total de 2.6 billones de dólares. Está compuesta por variados sectores, tales como bancario, telecomunicaciones, turismo, minería y textiles. Existen ya acuerdos que incentivan la inversión extranjera canadiense en la Republica Dominicana, entre ellos el Acuerdo de Doble Tributación. Además, ya se han iniciado las negociaciones para un Tratado de Protec-


ción a la Inversión Extranjera, lo cual mejorará aun más el clima para los actuales y potenciales inversionistas canad ienses. En adición a DR-CAFTA, la incursión de la Republica Dominicana en un Tratado de Libre Comercio con Canadá marcaríá por primera vez una visión global enfocada hacia la región entera de Norteamérica, ya que indi rectamente incluye también a México. Esta nueva visión determinará un cambio positivo en la política exterior de la Republica Dominicana y servirá para diversificar nuestro comercio exterior. Sector financiero. La inversión canadiense en el sector financiero dominicano data del año 1920, cuando el Banco de Nueva Escocia, hoy Scotiabank, abrió sus puertas en el país. Igualmente, durante más de 50 años estuvo presente el Royal Bank of Canada, de sólida reputación en nuestro territorio. Actua lmente, el Scot iabank se mantiene en proceso de expansión y cuenta con más de 1,000 empleados y 54 sucursales. La posibilidad de un TLC, unido a nuestra Ley Monetaria y Fi nanciera y la Ley de Inversión Extranjera -ambas modernas piezas legislativas- , abre las oportunidades para atraer nuevas inversiones en este sector en diferentes ramas, ya sean bancos, empresas aseguradoras y reaseguradoras o bolsa de valo res, sólo por mencionar algunas, ya sean instalando nuevas empresas en el país o realizando joint ventures con empresas locales e internacionales ya establecidas. Al país le conviene una mayor presencia de la banca internacional para aumentar la competencia y las posibilidades financieras del cliente. Minería. Sin lugar a dudas, Canadá ha jugado un importante papel en la explotación de los vastos recursos mineros del país, con la participación de la empresa Falconbridge que exporta ferroníquel. La tendencia parece continuar, lo cua l se hace evidente con la reciente inserción de la empresa Placer Dome, que realizará una inversión de 1.3 billones de dólares, que incluye una planta eléctrica de 300 megavatios. Placer Dome exportará oro y plata de la antigua minera Rosario Dominicana con una nueva tecnología. Mientras ésta se convertirá en la mayor inversión extranjera en la República Dominicana hasta el momento, otras importantes compañías rea lizan actualmente exploraciones de diferentes minerales. El futuro del sector minero de la Repúb lica Dominicana dependerá en gran parte de los intereses de las empresas, tanto locales como extranjeras, en obtener concesiones para la explotación de los yacimientos, de que se mantenga la seguridad jurídica de nuestras leyes y del buen clima que existe para atraer nuevas inversiones extranjeras. Como líder en este sector, Canadá posee las cualidades apropiadas para contribuir a impulsar el desarrollo de este importante sector productivo. Telecomunicaciones. Tradicionalmente, las empresas canadienses han sido líderes en el área de telecomunicaciones, tanto en Norteamérica como el plano internacional. La inversión canadiense estuvo presente en el sector de telecomunicaciones dominicano en la telefónica Codetel a


través de las acciones de GTE, empresa pionera que colocó al país a la vanguardia de los servicios telefónicos en el continente. Codetel-GTE fue vendida a Verizon , de Estados Unidos. Hoy, la participación está concen trada en la venta de equipos de telefonía , principalmente de la empresa Nortel. No obstante , existe todavía un gran futuro en la instalación de nuevas empresas telefónicas de cables, celulares y centros de llamadas internacionales. Turismo. Siendo el turismo una de las principales fuentes de ingresos de la República Dominicana , el número de visitantes provenientes de Canadá ha ido aumentando en los últimos tiempos . El pasado año este número llegó a aproximadamente 500,000 visitantes -lo cual marcó un record- y sigue en aumento. Además de visitantes, Canadá representa un potencial importante en cuanto a inversión en el sector turístico, ya que cuenta con grandes ope radoras de turismo , líneas aéreas de chárter, así como con varias de las cadenas hoteleras más reconocidas del sector. El turismo de invierno de Canadá crece cada año . Sin embargo, hay que mejorar el entorno de los polos turísticos, la sanidad y la infraestructura. Infraestructura. En la actualidad, un gran número de empresas canadienses de ingeniería t ienen una participación activa en medianos y grandes proyectos de hidroeléctricas, líneas de transmisión y subestaciones, acueductos, puertos , carreteras, viviendas y aeropuertos internacionales. En su mayoría , promueven el desarrollo social y económico de las regiones rurales y tienen una gran incidencia en el empleo . Nuevas áreas. Además de las áreas productivas tradicionales, Canadá ha obtenido en los últimos años un liderazgo en diferentes áreas que indudablemente resu ltarían innovadoras en la República Dominicana. Entre ellas cabe destacar los sectores de energía y tecnología. La industria de energía, tanto de petróleo como de gas natural, ha tenido gran auge en Canadá, especialmente en la provincia de Alberta . Hoy en día, dicha provincia alberga grandes depósitos de petróleo y gas natural, que están entre los mayores del mundo. Estos recursos naturales le dan a este país más oportunidades para seguir creciendo entre las grandes potencias económicas mundiales. Canadá es indiscutiblemente líder en el sector de tecnología, en el cual se destaca en varios sub-sectores tales como alta tecnología , tec nología de la información y comunicación, biotecnología y otras aplicaciones. Ante el rico panorama que la República Dominicana presenta en este sector, la participación de Canadá podrá ser de mucho beneficio. De hecho, ya se ha empezado una labor para atraer inversionistas del área de tecnología a diferentes lugares del país , entre los cuales se encuentra el Parque Cibernético de Santo Domingo. Cooperación internacional. En los últimos años, la Agencia Canadiense de Cooperación Internacional (CIDA) ha estado directamente involucra-


da en diversos programas de ayuda al país, bien a través de donaciones o de ayuda reembolsable. Además, a través de su programa de Cooperación Industri al, asiste a empresas canad ienses preparando y financiando estudios de factibilidad para proyect os de inversión. Iguálmente est án disponibles con recursos la Export Development Canada (EDC) y la Canadian Comercial Corporation (CCC), ambas una gran oportunidad de servicios y créditos para el empresariado nacional.

Perspectivas Las perspectivas económicas, comerciales y educacionales son muy favorables en el caso de que se negocie un TLC equilibrado con Canadá, que proteja el interés nacional y a la vez ayude a continuar el proceso de integración hemisférica. Por primera vez se tendría una política económica hacia América del Norte en su conjunto, que abarcaría Estados Unidos, Canadá, y, por la vía del NAFTA, México, una situación que le abre grandes posibilidades al país. Canadá es una de las más pujantes economías del mundo, la de mayor solidez y crecimiento dentro del G-7. Tiene baja inflación, siete años de superávit de las finanzas públicas, un moderno sistema de seguridad social y un fuerte y sostenido crecimiento económico. Sería un excelente mercado para la República Dominicana y un aliado en el esfuerzo por nuestro desarrollo económico con equidad social. Un TLC bien negociado será un complemento del TLC con Estados Unidos. Canadá podrá aumentar sus inversiones en la República Dominicana en varios nuevos campos: el financiero, el petrolero, gas natural, pesquero, construcción de infraestructura de agua, electricidad y foresta, y en el desarrollo de industrias de alta tecnología e informática. En la educación podría contribuir a fortalecer la enseñanza primaria y secundaria y fomentar los community college que tanto éxito han tenido. Por su lado, el empresariado dominicano tendría grandes posibilidades de ampliar sus ventas en el mercado canadiense, lograr asociaciones conjuntas de inversiones y fomentar aún más el turismo y la hotelería. La Comisión Nacional Negociadora, la Cancillería y el equipo econó mico, en alianza con el sector privado, tienen que comenzar a crear las comisiones de trabajo sectoriales y estudiar las listas de productos, las opciones y las categorías arancelarias. En este caso, no existiría un conflicto en el área azucarera, tampoco en productos agrícolas y en las zonas francas . Sin embargo, es probable que Canadá insista en temas como la mano de obra, el medio ambiente, la justicia y la transparencia y la buena gobernabilidad pública y privada . Estas áreas son de gran interés en la agenda nacional canadiense. Desde hace varios años, Canadá negocia un TLC con Centroamérica, pero el proceso avanza lento, por diferentes causas. Este país tiene un TLC bilateral con Costa Rica y Chile, y ha anunciado que el modelo del


Convenio con Costa Rica sería el conveniente a utilizar tanto con Centroamérica como con la República Dominicana (está en Internet al alcance del interesado). Finalmente, creemos que el gobierno del doctor Fernández ha dado un gran paso al solicitar la apertura de negociaciones. Ahora habrá que esperar a que se realicen las elecciones generales del 23 de enero y surja un nuevo primer ministro, gabinete y parlamento, que trace y ratifique la nueva política de comercio exterior a seguir. Para la República Dominicana significa otro paso más en la consolidación de una política de integración con sus vecinos y sus socios comerciales y políticos más cercanos. Es un paso hacia un hemisferio más integrado e interdependiente. Los Convenios de TLC también ayudan a fortalecer las instituciones nacionales y la democracia, ya que se establecen reglas generales regionales e internacionales uniformes para todos, compatibles con los lineamientos de la Organización Mundial del Comercio (OMC). 13 de diciembre de 2005 Ottawa, Canadá Eduardo J. Tejera es economista, embajador de la República Dominicana en Canadá.


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El Teatro de Cervantes José Luis Alonso de Santos

Este texto abre el debate sobre el valor y la oportunidad del teatro de Cervantes a los ojos del espectador de hoy y sobre las grandes diferencias existentes entre su narrativa y su obra teatral. Sin decir que no deba ser representado o que carezca de valores éticos, estéticos o de lenguaje, su trabajo para las tablas tiene unas limitaciones que no le permiten situarse a la altura de su gran obra narrativa ni a la de los grandes autores dramáticos de la época como Lope de Vega, Calderón de la Barca o Tirso de Malina. Ilustraciones: Yoel Bordas

ara hablar de Cervantes y hacer un juicio sobre la validez de su obra hoy, vaya tratar de ser a la vez su fIscal y su abogado defensor. Tomaré sucesivamente cada una de las dos partes en el debate y analizaré alguno de los elementos que permiten situarse en una u otra posición. Me gusta el debate y el enfrentamiento como forma de estudio, heredado sin duda de mi formación teatral, donde si no hay conflicto y problema a resolver el público se aburre y no avanza la acción. Si hablamos de Cervantes en un sentido general, me gusta, claro está. Soy un apasionado defensor del genial escritor, tanto de su persona como de su obra, y me es fácil unirme al coro ofIcial de nuestra cultura que valora y apoya a nuestro más inmortal escritor de todos los tiempos. Tengo, desde joven, su Quijote como libro de cabecera que he leído docenas de veces y me sé de memoria muchas de sus citas y partes enteras de sus capítulos. Soy, además, un admirador de la fIlosofía que impregna la mayor parte de su obra, ese canto que Cervantes hace, sin ningún tipo de resignación, a la fIgura del perdedor, con esa sensación que emana de sus palabras de "victoria en la derrota": "Bien podrán los encantadores quitarme la ventura - nos dice una y otra vez en su Quijote-, pero el esfuerzo y el ánimo será imposible. "

El caballero jamás cede en su búsqueda de justicia ni de su ideal amoroso, le ocurra lo que le ocurra y fracase las veces que fracase. Aunque la realidad se empeñe en marcarle los límites del entorno que le ha tocado vivir a su rica fantasía. Toda una joya psicológica en la formación de una personalidad humanística que ojalá todos tuviéramos como horizonte vital, así como otros valores suyos como son la búsqueda de la verdad, la sencillez, la llaneza y la discreción. Seguidor de los autores latinos nos deja Cervantes en su Quijote, además de la mayor obra literaria de todos los tiempos en letras castellanas, un manual sobre la existencia personal tan importante o más que los de Marco Aurelio, Séneca, San Agustín, Montaigne, Emerson ... y demás maestros de la toma de conciencia sobre el vivir personal.

La escritura como jardín del espíritu Otra de las cosas que más admiro en Cervantes es su idea del jardín del espíritu como relación entre escritores y lectores, que me parece apasionante y certera. Yo la uso y cito en mis clases y en mis intervenciones públicas cuando me preguntan sobre el sentido y fmalidad de mi trabajo de escritor: "Mi intento ha sido -dice Cervantes en el prólogo de sus Novelas ejemplares (1613)- poner en la plaza de nues35


tra república una mesa de trucos donde cada uno pueda llegar a entretenerse sin daño del alma ni del cuerpo [... ) Horas hay de recreación en que el afligido espíritu descanse. Para ese efecto se plantan las alamedas, se buscan las fuentes, se allanan las cuestas y se cultivan con curiosidad los jardines." Esta defmición me ha guiado en mi horizonte de escritor muchas veces a lo largo de mi vida. Cuando era joven quería, como es lógico, cambiar el mundo, y lo más rápidamente posible, y a ese destino tan ambicioso iban dirigidas mis obras. Las años -y las canas- hicieron que mi intento se fuera reduciendo de tamaño, y hace tiempo que escribo intentando ser sólo, a la manera cervantina, un jardinero del espíritu. Cervantes establece muchas veces en su obra un paralelismo entre el trabajo de los escritores y el de los jardineros (y también el de las gentes del teatro), ya que unos cultivan los jardines de la tierra para que se recreen los paseantes, y otros cultivan los jardines del espíritu con su escritura (o sus representaciones), con el mismo fm. Veamos otro de sus textos al respecto, en El licenciado Vidriera, hablando esta vez de los cómicos: "Los cómicos [... ) son necesarios en la república como lo son las flores, las alamedas [... ) y las cosas que honestamente recrean." 36 GlOBA.L

Añadamos a este planteamiento su irónica y agridulce mirada sobre el mundo, la caridad constante que muestra por sus criaturas de flCción, la gracia y soltura del diálogo de sus personajes y sus intentos de ruptura con los gustos establecidos. Y, por encima de todo lo anterior, que nuestro escritor intenta defender siempre el derecho h\lmano al fracaso, el más alto derecho humano que tal vez pueda existir, sub texto general de El Quijote de la primera a la última línea, a la vez que defIende una ética de la bondad en un mundo malvado. Altas palabras, alta fllosofía, altos principios. Como vemos, tenemos muchas razones para ser defensores de Cervantes y su obra.

los problemas de su teatro Y, sin embargo -llega el momento de ejercer de acusador en este juicio-, he de reconocer que no me acaba de convencer su teatro, si puedo decirlo sin despertar una respuesta agresiva de quien me escuche. Mi opinión no la hago como profesor o crítico de literatura, sino como hombre de teatro que conoce, en su práctica diaria, las reglas y límites de la escena. Seguramente no tendré demasiada razón en estos juicios negativos y será sólo cuestión de gustos, tan subjetivos siempre, pero aún así me atrevo a entrar aquí en este debate sobre el valor y la oportunidad del teatro de Cervantes a los ojos del espectador de


hoy y sobre las diferencias existentes entre la narrativa y el teatro, que tanto afectaron a nuestro autor. No estoy tratando de decir que no se deba representar su teatro, ni que carezca de valores éticos, estéticos o de lenguaje. Estoy diciendo que tanto en su conjunto, como obra por obra tiene, para mí, unas limitaciones que no le permiten situarse a parecido nivel que su gran obra narrativa, ni a la de los grandes autores dramáticos de su época como Lope, Calderón o Tirso. Cervantes era un amante apasionado del teatro y le dedicó ímprobos y denodados esfuerzos sin buen resultado de público y crítica. No obstante, hubo dos etapas muy diferenciadas en su obra en cuanto a resultados escénicos, como él mismo nos dice en su prólogo al lector en Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados (1615):

"Se vieron en los teatros de Madrid -dice refIriéndose a su primera época como dramaturgo- representar Los tratos de Argel, La destrucción de Numancia y La batalla naval -esta última es una obra perdida-; donde me atreví a reducir las comedias a tres jornadas, de cinco que tenían; mostré, o, por mejor decir, fui el primero que representase las imaginaciones y los pensamientos escondidos del alma, sacando fIguras morales al teatro, con general y gustoso aplauso de los oyentes; compuse en ese tiempo hasta veinte comedias o treinta, que todas ellas se recitaron sin que se les ofreciese ofrenda de pepinos ni de otra cosa arrojadiza; corrieron su carrera sin silbos, gritas ni barahúndas. Tuve otras cosas en que ocuparme; dejé la pluma y las comedias, y entró luego el monstruo de naturaleza, el gran Lope de Vega, y alzase con la monarquía cómica. Avasalló y puso debajo de su jurisdicción a todos los farsantes [... ]" y aquí nos empieza a hablar de la segunda parte de su vida de dramaturgo, tan llena de sufrimiento y desengaños: "Algunos años ha que volví yo a mi antigua ociosidad, y pensando que aún duraban los siglos donde corrían mis alabanzas, volví a componer algunas comedias; pero no hallé pájaros en los nidos de antaño; quiero decir que no hallé autor [empresario] que me las pidiese, puesto que sabían que las tenía, y así las arrinconé en un cofre y las

consagré y condené al perpetuo silencio. En esta sazón me dijo un librero que él me las comprara si un autor de título no le hubiera dicho que de mi prosa se podía esperar mucho, pero que del verso nada; y si va a decir verdad, cierto que me dio pesadumbre el oírlo y dije entre mí: 'O yo me he mudado en otro, o los tiempos se han mejorado mucho; sucediendo siempre al revés, pues siempre se alaban los pasados tiempos'. Torné a pasar los ojos por mis comedias y por algunos entremeses míos que con ellas estaba arrinconados, y vi no ser tan malas ni tan malos que no mereciesen salir de las tinieblas [...]" Hasta aquí esta larga cita que nos habla de las dificiles relaciones de Cervantes con el teatro. Esta baja estimación duró mucho tiempo, pues hasta bien entrado este siglo no hay una valoración crítica positiva, en parte, de su teatro, a pesar del amor que siempre le profesó, y sus repetidos intentos por alcanzar honor y fama en ese arte que, recordemos, era arte principal social en aquella época. Veamos lo que nos dice por boca de don Quijote, al encontrase éste con la compañía de Angula el Malo, que van representando por los pueblos el auto sacramental Las Cortes de la Muerte: "Andad con Dios, buena gente, y haced vuestra fIesta, y mirad si mandáis algo en que pueda seros de provecho que lo haré con buen ánimo y buen talante, porque desde muchacho fui aficionado a la carátula y en mi mocedad se me iban los ojos tras la farándula " (Quijote, n, 11). Hay otras muchas referencias en el Quijote hacia el teatro, atacando a Lope y defendiendo sus gustos clásicos, o hablándonos de su amor y pasión hacia este arte: "Los cómicos son gente alegre y de placer [... ] todos los amparan, ayudan y estiman [... ]" "Ninguna comparación hay que más al vivo nos represente lo que somos y lo que habemos de ser como la comedia y los comediantes [... ]"

El juego de perspectivas diferentes y la ambigüedad que enriquece sus narraciones entorpece su acción dramática, que precisa de un pulso más firme y directo en la acción.

Dificu ltades de sus obras Aunque es evidente que sus obras merecen salir de esas tinieblas a que su autor hace alusión en el prólogo citado anteriormente, creo que no acertó a incorporar en ellas los principales valores de su prosa, y que, además, el juego de perspectivas diferentes y la ambigüedad que enriquece sus

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narraciones entorpece su acción dramática, que precisa de un pulso más fIrme y directo en la acción. "Eso que a ti te parece bacía de barbero, me parece a mí el yelmo de Mambrino, y a otro le parecerá otra cosa -dice el Quijote a Sancho-." Ese juego de perspectivas es uno de los elementos característicos de su Quijote. Otro, el cúmulo de digresiones presentes en su genial obra. Los dos son elementos de la narrativa que perjudican claramente la teatralidad. Esa tendencia cervantina a romper la acción principal con líneas paralelas enriquece su narrativa y empobrece su obra dramática, ya que la dispersa y rompe su unidad. Lo mismo sucede con su verso, que no tiene la energía, la fuerza ni la belleza de su prosa. Y lo más discutible, tal vez, de su teatro sea esa búsqueda de "la verdad" citada por el autor como meta suprema del arte escénico. Veamos su famosa defmición del teatro rechazando los convencionalismos y las fórmulas de Lope de Vega y sus seguidores, y defendiendo las teorías de Marco Tulio Cicerón, del teatro como espejo de costumbres y búsqueda de verdad: "Según le parece a Tulio, [el teatro ha de ser] espejo de la vida humana, ejemplo de costumbres e imagen de la verdad" (Quijote, 1, XLVIII). 38 GLOBAL

¿Por qué llamar "verdad" a los valores de la tradición estética de un momento histórico determinado? En su Quijote toma de todas las fuentes que ama y en las que está formado y no le preocupa romper moldes anteriores. Utiliza, podríamos decir, materiales antiguos para escribir una obra moderna. Toma de los autores latinos, ya que conoce bien la cultura greco-latina, de la Biblia, de Garcilaso, del romancero, de lo culto y lo popular. En teatro se empeña en seguir las normas clásicas de los autores latinos y considera que Lope y sus seguidores, al alejarse de ellas, rompen la "verdad". Para él, siguiendo a Cicerón, el teatro ha de ser un espejo de la vida y no un arte convencional e histórico (como es para Lope de Vega). Por ello las obras cervantinas no tienen un desenlace teatral apropiado, no terminan ni bien ni mal, porque al pretender ser un espejo de la vida (tal como Cervantes entendía este concepto) y no ajustarse a las convenciones sobre los fmales que marcan las costumbres y la justicia poética de cada época, estos fmales se diluyen de una forma tan casual como sucede en la vida misma, donde no suele haber una síntesis de acontecimientos sino una cadena de hechos más o menos casuales. Él se defIende de lo que le parece una injusticia. Son famosas a este respecto sus palabras en El Quijote (1, 48) en las que realiza una fuerte crítica del teatro de Lope aplaudido por el público del momento, que va en contra de la tradición aristotélica y de las normas clásicas heredadas del teatro grecolatino. Una y otra vez arremete contra el teatro lopesco, ya que lo considera repleto de inverosimilitudes, disparates y necedades. En una de sus obras, Pedro de Urdemalas, se burla por ello abiertamente de "la nueva comedia" de Lope. El protagonista invita al público a asistir a una representación (de una obra de Cervantes, por supuesto) en la que no se encontrarán todos estos disparates: "Mañana, en el teatro, se hará una, donde por poco precio verán todos desde principio al fm toda la traza, y verán que no acaba en casamiento, cosa común y vista cien mil veces, ni que parió la dama esta jornada, y en otra tiene el niño ya sus barbas, y es valiente y feroz, y mata y hiende, y venga de sus padres cierta injuria, y al fm viene a ser rey de un cierto reino que no hay cosmografía que le muestre ... "


Cervantes carga, como vemos, contra las convenciones y modas escénicas de la nueva comedia, pero al fmal no le queda más remedio que someterse a los dictados de la fórmula imperante y, no sin diflCultad, intenta adaptarse a ella en la medida que se lo permiten su formación y sus prejuicios clasicistas. De esta forma no consigue asumir lo esencial del teatro de Lope, sino sólo la parte más superfIcial con algunos cambios estructurales menores. En su comedia religiosa el Rufián dichoso da el autor el testimonio y la justifIcación de su cambio y la nueva formulación del teatro cervantino, que es una incorporación de algunas de las convenciones reinantes. Sus personajes simbólicos Comedia y Curiosidad hablan acerca de esa nueva línea estética. y lo hacen atendiendo a un intento de "perfeccionamiento de las artes", como él lo llama. Dice la Comedia en esta obra: "Los tiempos mudan las cosas y perfeccionan las artes, y añadir a lo inventado no es difIcultad notable. Buena fui pasados tiempos, y en estos, si los mirares, no soy mala, aunque desdigo de aquellos preceptos graves que me dieron y dejaron en sus obras admirables Séneca, Terencio y Plauto, y otros griegos que tú sabes. He dejado parte dellos y he también guardado parte porque lo quiere así el uso, que no se sujeta al arte ... "

escritura dramática, con ese complejo mundo de relaciones con el público. La difIcultad era mayor que un simple cambio de cinco a tres actos, o romper en parte la unidad de tiempo. Estaba situada dentro de la propia personalidad de escritor de Cervantes, de su formación y sus convicciones, y también en sus obsesiones. Veamos las palabras del mismo Cervantes en su Quijote, hablando del lugar de donde salen las palabras de los escritores: "La pluma es la lengua del alma; cuales fueran los conceptos que en ella se engendraron, tales serán sus escritos"

Cervantes era un amante apasionado del teatro, arte al que dedicó ímprobos y denodados esfuerzos sin conseguir buen resultado de público y crítica .

¿"El uso que no se sujeta al arte"? ¿El uso escénico de la práctica teatral está enfrentado con el arte para Cervantes? ¿El arte son las reglas clásicas del pasado y trasgredirlas para crear un lenguaje comunicativo con el público es deteriorarlas? Como vemos, detrás de las dolorosas renuncias de Cervantes laten cuestiones importantes del enfrentamiento entre la tradición y la modernidad que hay siempre en un creador. Contradicción que va a marcar en los autores una mayor o menor capacidad para la

(2).16).

Cada escritor intenta conectar, al escribir, con el lugar donde está situado su manantial secreto. De allí surgirán sus temas, a la vez que sus motivaciones para la creación de sus obras. Cervantes tuvo la fortuna de toparse de pronto con el gran tema de su vida a los 58 años: la historia de un hidalgo que, en su locura, superpone la realidad de su flCción a la realidad objetiva. A partir de ello va creando la personalidad de su genial personaje en su intento de conseguir la victoria personal desde la derrota exterior en su enfrentamiento con el mundo. Ese gran tema le permite canalizar su sensibilidad, su formación, sus fantasmas interiores, su historia personal, su lenguaje y sus obsesiones más recónditas. La pregunta a formular es si llega a conseguir lo mismo con su teatro. Pienso que solamente en dos de sus producciones: el entremés El retablo de las maravillas y una parte de La destrucción de Numancia. Podemos pensar que las difIcultades que ha tenido siempre el teatro de Cervantes se deben a ese enfrentarse a los elementales gustos del vulgo, que premia lo fácil y castiga lo mejor, y en su intento de enaltecer y elevar la dignidad y calidad del teatro español en todos los sentidos, tanto en sus contenidos de valores como en sus perfecciones estilísticas, en lo que chocó con las convenciones y gustos elementales del público. Si tomamos la postura contraria podemos pensar que las líneas anteriores son tópicos culturales expuestos siempre que un creador no tiene éxito frente al público (pensemos, por ejemplo, muchos años antes, en el mundo latino el caso de Terencio frente a Plauto). Para los crí39


ticos y estudiosos es siempre una tentación separarse de la masa. Los gustos de la mayoría son sospechosos para el que realiza posteriormente el estudio del hecho artístico en su escondido e individual rincón intelectual. Claro que esa misma masa es la que, a veces, ha valorado y aplaudido grandes obras de la humanidad. Dejarse llevar por el resultado exitoso de algo para hacer una valoración positiva es desde luego arriesgado, pero no lo es menos presentar el fracaso como carta de categoría estética. Cervantes conoce, pues, en vida, las dos caras de la moneda: éxito y aceptación en la narrativa, fracaso y decepción en el teatro. Las mismas armas que le hacen triunfar en uno le derrotan en otro. Deja abiertos así muchos interrogantes sobre las diferencias entre narrativa y drama, entre la lengua para ser leída en la intimidad, o para ser escuchada -o, mejor, interpretada por actoresante un grupo social de espectadores.

tos y estar el poeta que la compuso a la puerta del teatro recibiendo parabienes de todos." Tal vez lo que pasó fue que Cervantes, en esos años de desconectarse del teatro se desconectó también de la evolución natural del mismo; y no sólo en cuanto a los gustos de aquel público, sino en la forma de representar de los actares, entre otros aspectos. Cuando se queja de que los autores (empresarios) no le quieren representar sus obras hay, sin duda, una queja oculta en sus líneas, mucho más amarga y contundente. Esos empresarios eran actores, los protagonistas normalmente de las compañías, y no quieren representar sus obras tal vez porque no les gustan. No se ajustan a sus formas más modernas de interpretación y de representación. La historia del teatro no es sólo la historia de los autares y sus textos, sino la de un conjunto de creadores que se interrelacionan en su comunicación con el público, entre los que está el autor. Cervantes trata en sus obras de establecer con el espectador la misma relación que con un lector individual, lo que crea difIcultades a su comunicación teatral y a su recepción con el espectador como grupo. En las obras de Lope, por ejemplo, todo se subordina a una acción continua y dinámica que establece rápidamente una comunicación con el público como entidad social. En Cervantes, al contrario, se producen zonas estáticas y partes narrativas y descriptivas. Su teatro se detiene a veces en detalles nimios de las vidas de sus personajes, fuera de la trama, con aspectos banales y laterales de la acción.

En Cervantes, al contrario, se producen zonas estáticas y partes narrativas y descriptivas. Su teatro se detiene a veces en detalles nimios de las vidas de sus personajes, fuera de la trama, con aspectos banales y laterales de la acción.

El público Al tener difIcultades para la puesta en escena de sus obras, Cervantes ataca el teatro y los gustos del público de su tiempo: "Las comedias se han hecho mercadería vendible", nos dice en su Quijote y propone a continuación establecer una especie de censura de calidad: "[ ... ] Que hubiese en la Corte una persona inteligente y discreta que examinase todas las comedias antes que se representasen". Deseo, como vemos, un tanto desesperado y frustrado, que no se llevó a cabo, afortunadamente, porque si la tiranía del público o del mercado, como se decía entonces y ahora, es un tanto injusta y caprichosa, no lo es menos la de los mandarines culturales que en cada época marcan lo que para ellos son las reglas del buen gusto y la calidad. "Puesto que es mejor ser loado por los pocos sabios que loado por muchos necios, no quiero sujetarme al confuso juicio del desvanecido vulgo -nos dice, un tanto dolorido, el autor-." Pero en otro momento de su obra (Adjunta al Parnaso, 105), leemos: "Es cosa de grandísimo gusto y de no menos importancia ver salir mucha gente de la comedia, todos conten40 GLOBAL

Este texto fue leído durante la conferencia "Cervantes: narrativa y teatralidad" pronunciada en FUNGLODE en noviembre pasado.

José Luis Alonso de Santos inició su carrera teatral en 1964 en varios grupos independientes. Ha sido director de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, catedrático de escritura dramática y director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Es autor de más de una veintena de obras estrenadas con gran éxito de crítica y público; ha realizado la versión de medio centenar de obras de autores clásicos; y ha escrito guiones de cine, series de televisión, narrativa infantil y novelas. \Ha sido galardonado con los más importantes premios teatrales de España.


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Foreign Affairs presenta trabajos originales y artículos publicados en números recientes de la versión inglesa, traducidos al español. En menos de dos años, la revista está reconocida como un nuevo e influyente foro internacional por toda Latinoamerica y España. Nacida en diciembre de 2000, Foreign Affairs es una plataforma que da espacio al debate en América Latina y que fomenta el diálogo ibero e interamericano con el mundo globalizado. Sin privilegiar un enfoque coyuntural o noticioso sino de largo alcance, esta tribuna sirve para reflexionar sobre la proyección de América Latina hacia el mundo y la vis ión que éste tiene de ella.

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ylan dijo que me amaba la primera vez que nos conocimos, y aunque yo había hecho el amor anteriormente, eso era algo que ningún hombre me había dicho".! Con esta frase empieza el formidable libro Caitlin: Life with Dylan Thomas, editado por George Tremlet a partir de unas grabaciones hechas a Caitlin Thomas en los años ochenta. A través de una serie de monólogos, Caitlin narra las virtudes y defectos de uno de los romances más tórridos y comentados de la primera mitad del siglo pasado. No hay tapujos, todo lo contrario. Caitlin cuenta todo y está dispuesta a contar más cada vez que George Tremlet se lo pide. Y la verdad es que George Tremlet es un excelente entrevistador y editor. A poco de empezar las grabaciones, Caitlin confIesa con total franqueza que nunca tuvo un orgasmo con Dylan. Sosteniendo una taza de té, rememora una y otra vez los momentos más dulces y los más tormentosos con su pareja, sin dejar en ningún momento de ironizar. La relación entre Dylan Thomas -considerado por algunos el poeta lírico más grande del siglo XX en lengua inglesa- y Caitlin Macnamara se circunscribe a la tradición de las grandes relaciones amorosas de todos los tiempos, y se pudiera decir que son deudores sentimentales de Elizabeth Barret Browing y Robert Browning. O más bien, de la idea romántica de intensidad absoluta.

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Amor eterno Se conocen en 1936 en un bar donde se juran amor eterno. Dylan tiene apoyada la cabeza en las piernas de Caitlin y la mira a los ojos. Dylan Marlais Thomas apenas ha publicado un libro de poemas titulado 18 Poems y Caitlin es bailarina y amante de un sujeto llamado August John. Dylan pelea en diversas ocasiones con John hasta que Caitlin lo abandona y se muda con Dylan. Se casan el 11 de julio de 1937. Dylan no ha cumplido los 23 años tedavía. Caitlin es un año mayor. También es del mismo tamaño, aunque Dylan, acomplejado con su estatura, siempre repetiría que era dos pulgadas mayor que ella. En 1939 nace su primer hijo, Llewelyn Edouard Thomas. Caitlin tiene un parto que dura unos dos días. Dylan no asiste. Lo más seguro estaba en un bar borracho. Caitlin asegura que se halla con una muchacha llamada Joey La

ardiente. Las infidelidades se repiten continuamente. Las deudas crecen. Caitlin se quiere comprar un vestido azul, pero no hay dinero. Dylan se emborracha en las noches y escribe en las mañanas con resaca. Se murmura, entre amigos de la pareja, que Caitlin lo encierra en un cobertizo para que escriba y no salga a los bares a emborracharse. Ella lo desmiente. Se publican sus libros en Londres y en Estados Unidos. El mapa del amor, El mundo que respiro, Retrato del artista cachorro. Viajan a Gales. Retornan a Londres. Nace Aeronwy Bryn Thomas mientras Londres es bombardeada por los nazis. Caitlin se deleita con su hija. Dylan no asiste a la boda de su mejor amigo, Vernon Watkins. Es el padrino.

Italia y el tercer hijo Se publica Muerte y entradas que, según Caitlin, es lo mejor de Dylan. El escritor recibe una beca para Italia y se quedan un tiempo en Rapallo, Florencia y Elba. Caitlin tiene un amante en Elba. Dylan se aburre porque no entiende nada de italiano. Nace el tercer hijo, Col m Caran Hart Thomas. Dylan tampoco asiste a este parto. Col m tiene los mismos rizos que tenía Dylan cuando niño. Dylan es invitado a los Estados Unidos a recitar su poesía. Caitlin tiene dos abortos. Del segundo dice: "Fui a una dirección en Londres donde había dos doctores y una enfermera que estaban a cargo de una clínica privada. Hice todos los arreglos yo misma y llevé el dinero. (No era tan complicado preparar un aborto en esos días, suponiendo que fueras discreta y pudieras pagarlo). Naturalmente, Dylan evitó todas esas dificultades. Él había viajado conmigo desde Gales y me acompañó hasta la clínica, pero no se atrevió a entrar; se fue al bar en el lado opuesto de la avenida y no sé qué pasó con él después de eso". 2 Desde Estados Unidos, Dylan escribe a Caitlin las cartas más apasionadas y amorosas que se hayan escrito jamás. Caitlin no cree en esas cartas. Las deudas crecen. Dylan gasta todo el dinero bebiendo e invitando a beber a los amigos. Caitlin le es infiel a Dylan. Dylan le es infiel a Caitlin. Caitlin golpea la cabeza de Dylan contra el piso. Viajan juntos a Estados Unidos. El padre de Dylan muere. La hermana de Dylan muere en Bombay. Dylan viaja por tercera vez a Estados Unidos.

Desde Estados Unidos, Dylan escribe a Caitlin las cartas más apasionadas y amorosas que se hayan escrito jamás. Caitlin no cree en esas cartas.

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Dylan y Caitlin, recién casados en 1937. © Jett Towns/Dylans Bookstore, genti leza de l Dylan Thomas Centre.

Dylan tiene una amante llamada Lizz Reitell. Caitlin se enfurece. Dylan vuelve a Londres, donde aparece por primera y única vez en la televisión leyendo uno de sus cuentos. Hace su último viaje a Estados Unidos.

White Horse Tavern Acabé de leer el libro de Caitlin sentado en el White Horse Tavern. Era la segunda vez que estaba en el bar. El White Horse Tavern es el bar que Dylan frecuentaba cuando estaba en Nueva York y se encuentra ubicado en el 567 de la Hudson Avenue en dirección este al Greenwich ViIlage. Ca itlin decía que su esposo lo frecuentaba porque era el bar que más se asemejaba a un pub de Londres. El White Horse Tavern tiene un salón dedicado al poeta con las paredes repletas de afIches, fotos, placas e imágenes de una señora con el pelo encanecido y los ojos azules que ni las camareras ni yo tenemos idea de quién se trata. La camarera que me atendió, al observarme fotografI ando las paredes, se acercó y sonriendo me aseguró que a ell a

también le encantaba Dylan. Habló de La Habana, donde había nacido. Habló de los turistas de todas partes del mundo que visitan el bar y que brindan con cerveza para recordar al poeta. Habló de una obra de teatro en que participó, basada en la vida del poeta galés, que le impresionó tanto que a las pocas semanas se dirigió al White Horse Tavern en busca de empleo. A la semana estaba contratada. La obra se ll ama Dylan y trata de los días previos a su muerte y de su relación en esos días con Caitlin y con su amante norteamericana, Lizz Reitel. ¿Cómo fueron esos días previos? Dylan se encontraba en su cuarta gira por Estados Unidos. Sus tres primeros viajes lo habían hecho famoso en las universidades y en los ambientes literarios de ese país, ya que dondequiera que se presentara a recitar, centenares de personas abarrotaban el lugar y quedaban hipnotizadas escuchando la potente voz del poeta. En el anterior viaje había empezado un romance con Lizz Reitel, la asistente de John Brinnin, el catedrático universitario que invitó al poeta a Estados Unidos y quien posteriormente escribiría el libro Dylan 45


Thomas in America: An Intimate Journal. Lizz Reitell era la encargada de supervisar la puesta en escena de la obra Bajo el bosque de leche, que Dylan escribía y reescribía desde mediados de 1952. No obstante, Dylan seguía jurándole amor incondicional a Caitlin a través de apasionadas cartas que ella leía con incredulidad. En el pasaje de una carta enviada a Caitlin durante su primer viaje, Dylan escribe: "Caitlin. Sólo escribir tu nombre asÍ. No tengo que decir Mi querida, Mi amor, Mi dulce, aunque sí murmuro esas palabras todo el día y la noche. Caitlin. y todas las palabras están en esa única palabra. Caitlin, Caitlin, y puedo ver tus ojos azules y tu pelo dorado y tu sonrisa lenta y tu voz lejana. Tu voz lejana que ahora dice en mi oído las palabras de tu última carta, y gracias, querida, por el amor que me enviaste. Te amo. Nunca lo olvides, ni por un solo momento del largo, lento, triste día de Laugharne, nunca lo olvides en tus entrañas, en tu matriz, en tus huesos, en nuestra cama de noche. Te amo. Sobre este continente llevo tu amor dentro de mí, tu amor va conmigo en el avión, dentro de las habitaciones de los hoteles donde momentáneamente abro mis maletas -medio llenas, como siempre, de camisas sucias- y recuesto mi cabeza y no duermo hasta el amanecer porque puedo oír tu corazón latiendo junto a mí, tu voz diciendo mi nombre y nuestro amor sobre el sonido del tráfIco nocturno, sobre el neón brillando, profundo en mi soledad, mi amor".) Dylan se pasaba los días en Nueva York bebiendo, asistiendo a fIestas y musicales y pensando en la muerte. Iba al White Horse Tavern en la tarde y salía casi de madrugada acompañado cada vez por una mujer distinta. 46 GLOBAL

En esos días estaba viviendo en el Hotel Chelsea, que se encuentra a varias cuadras del bar. El recorrido bien lo podía hacer tomando la Séptima Avenida hasta la calle 11 en que descendía unas cuadras para encontrarse de frente con el pub. Dylan estaba desgastado física y mentalmente, y sus amigos de juerga le recomendaban que fuera a ver un psicoanalista. Lizz Reitel no soportaba más sus excentricidades, que iban desde beber irresponsablemente hasta fmgir que él era un doble de Dylan Thomas cuando la gente lo reconocía en las calles o en las fIestas. Quería romper la relación. Lo mismo pensaba Caitlin, en Laugharne, durante caminatas en las que reflexionaba sobre su futuro y el de sus hijos sin Dylan. El 3 de noviembre de 1953 estos panoramas empezarían a afIanzarse. Dylan comenzó el día fIrmando un


contrato que le ofrecía mil dólares semanales por continuar con su gira de recitales. Aunque se trataba de una excelente noticia y sería el fmal de sus penurias económicas, Dylan estaba depresivo. Esa tarde, Lizz Reitel se sentó con el poeta, quien lloraba -mencionando entre sollozos a su esposa- la miserable existencia que llevaba y el intenso deseo que tenía de morir. En la habitación del hotel balbuceaba: "Yo quiero ir al jardín del Edén a morir... para estar por siempre inconsciente. Tú sabes que yo adoro a mi hijito ... yo no puedo soportar el pensamiento de que no lo voy a ver nuevamente. Pobrecito mocoso, él no se lo merece. Él no se merece mi búsqueda de la muerte. Realmente quiero morir".4 RefIriéndose a Caitlin, dijo: "No tienes idea de cuán hermosa es. Hay una iluminación en ella ... que brilla".5 Después, Dylan durmió hasta las dos de la mañana, se levantó y le dijo a Lizz Reitel que iba a salir a tomar un trago. Dos horas y medias más tarde Dylan retorna. Camina hasta el centro del cuarto y dice: "Me bebí 18 whiskies seguidos. Creo que es el record".6 Ambos se levantan al mediodía y se dirigen al White Horse Tavern donde un Dylan pálido se toma sólo dos cervezas, dado que le es inútil beber por el fuerte malestar que siente; Lizz Reitel decide retornar al hotel Chelsea, desde donde llama al doctor Feltenstein. Éste le inyecta ACTH y lo medica. Después, Dylan empieza a sufrir delirium tremens. Tiene alucinaciones. Ve abstracciones, rectángulos, cuadrados y círculos. Empieza a gritar. Lizz Reitel, después de observar cómo el rostro de Dylan se pone azul, llama una ambulancia que lo lleva al St. Vincent Hospital.

Dylan Thomas duró cuatro días en estado de coma allí dentro . El 5 de noviembre Caitlin arribó a Nueva York, después de haber recibido un telegrama de John Malcom Brinnin en que se le anunciaba que su esposo se encontraba terriblemente enfermo. "Brininn me encontró en el hospital St. Vincent; desde entonces he leído su reclamo de que yo lo saludé diciéndole, '¿está el jodido hombre vivo o muerto?', aunque yo no recuerdo haberle dicho eso. Cuando llegué al hospital, recuerdo encontrarme a mi misma rodeada de un montón de personas. Luego alguien me empujó hacia delante, diciendo, 'Señora Dylan Thomas ... por aquí, por favor'. De repente, todo parecía más urgente; estaba siendo empujada frente a todo el mundo, sin sentir emociones conscientes, solamente intentando hacer lo que yo sentía que tenía que hacer. Estaba todavía un poquito mareada, o medio borracha, probablemente. El hospital estaba completamente lleno y podía escuchar mis propios pasos mientras era conducida por las escaleras al piso donde estaba Dylan. Llegué a un corredor, repleto de gente -20 o 30 personas-o No sabía quiénes eran o de dónde habían venido, pero me di cuenta que todos estaban mirando a través de un cristal al fmal del corredor de la habitación donde Dylan yacía; se había convertido en una especie de espectáculo. Allí estaban todos, asomándose al cristal, sin decir una palabra. Estas personas habían estado ahí varios días y noches, jurando que eran sus amigos, aunque yo difícilmente llegaba a reconocerlos. Nadie me había preparado para esto; hasta ese momento no tenía idea de cuán enfermo estaba. A Rose Slivka le dije que no podía ir conmigo mientras una enfermera me llevaba al interior de la habitación donde yacía Dylan, y entonces lo vi sujeto bajo las sábanas con lo que parecía una tienda de oxígeno a un lado. Estaba respirando, pero yo no podía ver la manera en que lo hacía. De hecho, todo lo que yo podía ver eran sus manos, descansando a ambos lados. Todo parecía el triste fmal. El se veía en paz, pero bien alejado. No había un sentimiento personal entre nosotros porque él estaba bien muerto, y esa era la primera vez que me daba cuenta. Esa era la parte terrible, darme cuenta de inmediato. No sabía qué hacer. Hablé con él, pero no respondía, y me sentí tan avergonzada con todas esas personas observándome a través del cristal; me sentí como si

Acabé de leer el libro de Caitlin sentado en el White Horse Tavern. Era la segunda vez que estaba en el bar. El White Horse Tavern es el bar que Dylan frecuentaba cuando estaba en Nueva York.

Una reliquia Si uno camina por la calle 11 desde el White Horse Tavern se ha de encontrar con dicho hospital. Es un hospital antiguo que ha sido remodelado en más de una ocasión y que yace como una reliquia, entre dos avenidas bien transitadas y repletas de tiendas y cafés. Caminé y rodeé el hospital con la esperanza de encontrar una placa que dijera que Dylan estuvo interno ahí, pero por más que busqué no encontré nada y me alejé y permanecí observando el hospital largos minutos desde el otro lado de la calle.

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yo estuviera sobre un escenario. Ellos seguramente se estaban preguntando qué demonios iba a hacer. Me senté en la cama y empecé a enrollar un cigarrillo, pero mis manos temblaban, y no pude: el tabaco se desparramaba en el piso, y pensé, 'Dios mío, esto no es lo que debiera hacer'. Pensé que tenía que hacer algunos gestos de afecto a Dylan porque allí estaban todos ellos, mirando hacia a mí a través del cristal. Empecé a tratar de acercármele; quería darle un abrazo, por lo que rodé hacia él. La enfermera se acercó estrepitosamente y me haló. 'Lo vas a ahogar', dijo, y luego yo vi sus pequeñas manos nuevamente. Tomé una. No era una escena dramática en ningún sentido porque yo no sabía cómo actuar, y yo estaba bastante preocupada por cómo mi comportamiento debía ser y no ser. No sabía si ellos podrían ver cuán borracha estaba (probablemente sí podían). Me puse arriba de él porque quería que sintiera mi cuerpo y calentarlo un poquito, pero obviamente era la peor cosa que podía hacer. Al rato dejé el cuarto. Afuera en el corredor vi nuevamente a esas personas, y fue ahí donde de repente me golpeó. Empecé a chocar mi cabeza contra el cristal, tan fuerte como podía, y entonces ellos me arrastraron, creo. Después de eso yo tenía la extraña impresión de que estaba dentro de uno de esos corredores donde había un montón de barras de hierro suspendidas 48 GLOBAL

del techo rodeando las camas, y empecé a colgar de ellas, saltando de una a otra, viajando alrededor de la habitación. Cuando iba bajando las escaleras vi una figura de Cristo, enorme y de madera, de aproximadamente cuatro pies de alto, pegada en la pared, y la arranqué de dónde estaba colgada, la arrojé al suelo e intenté destruirla, pensando 'Dios mío. Lo he amado tanto (quería decir Cristo, no Dylan) , y esto es lo que Él me ha hecho a mí'. Por supuesto, después de un rato de eso, el hombrecito con el traje blanco se acercó, y me pusieron una camisa de fuerza, terriblemente apretada, de una manera tan cruel que apenas podía respirar. Luego me llevaron al manicomio de Belleveu, donde fui dejada toda la noche, con la camisa de fuerza apretada y recostada en una cama. Me estaba muriendo de sed y pedía agua, sólo agua, algún líquido frío después de todos esos tragos que había tomado. Ellos no se percataban. Pensaba que estaba siendo castigada porque me había portado tan mal con el crucifijo. Finalmente me quitaron la camisa de fuerza y Rose vino con su esposo y pidieron que se me permitiera dejar el manicomio, pero no me dejaron ir inmediatamente: me dijeron que tenía que permanecer ahí unos cuantos días. Al día siguiente yo estaba sentada en el dormitorio de mi pequeño manicomio blanco de turno cuando un hombre


apareció a la puerta y dijo que me quería ver. Dijo: 'Dylan ha muerto'. Al principio, yo no dije una palabra porque sabía que Dylan había estado bien muerto cuando lo vi, y me di cuenta entonces, sin que nadie me dijera, que no había esperanzas. y ahora, aquí estaba este horrendo hombrecito, obviamente aguardando que empezara a volverme histérica: no quería darle la satisfacción. Así que se marchó, y yo volví a golpear mi cabeza en la blancas y limpias paredes del manicomio".7

Fotografía En la portada del libro Caitlin: Life With Dylan Thomas hay una fotografía de Dylan y Caitlin sentados en el bar del hotel Brown en Laugharne. Dylan mira hacia la cámara mientras Caitlin está observando hacia un punto indiscernible para nosotros. En esa foto la pareja es joven y están recién casados, y de alguna manera se ven relucientes. A mí me parece que es la foto más representativa de su matrimonio. En el libro hay una imagen de 1957 en la que aparece Caitlin enfrente de la anterior, que está enmarcada en la pared del bar del hotel Brown. Caitlin ha envejecido, está vestida de negro, mirando hacia otro punto que es imposible discernir, pero al contrario que en la otra foto, su mirada transluce tristeza y dolor. Caitlin acaba de publicar su libro Leftover Life to Kili sobre el vacío que dejó en ella la muerte de Dylan. Durante esos días ha sobrevivido a varios intentos de suicidio y se ha transformado en una alcohólica empedernida. Con los años, pasará de un centro de alcohólicos anónimos a otro. A fmales de los setenta, se recupera y se instala en Sicilia con un nuevo esposo y con un hijo que tuvo a los 49 años de edad.

Muere en 1994 a la edad de 83 años. Caitlin nunca olvidaría a Dylan. Al fmal de Caitlin : Life With Dylan Thomas dice: "Yo estoy pendiente de Dylan constantemente. Pienso en su cabeza y en sus manos; esa es la imagen que tengo día tras día. Cada vez que me siento deprimida la tengo más viva. Sus pequeñas y estrechas manos eran blancas y con dedos largos, como las manos de los artistas deben ser, mientras las mías, en contraste, son cuadradas, rojas y toscas, heredadas de mi padre. Las suyas eran blancas, cosas inútiles que nunca hicieron un trabajo que no fuera sostener un lápiz. Eso fue lo que más me golpeó cuando murió. Cuando lo vi en el hospital en Nueva York, esos dos pequeños peces se salieron de las sábanas de su cama. Su cara estaba cubierta con los tubos de la máquina de oxígeno, y todo lo que podía ver eran esas dos pequeñas manos. Cuando lo traje de vuelta a Laugharne y lo vi por última vez en su ataúd en el Pelican, allí estaban ellas nuevamente. Esas dos manitas. Eso es lo que más siento dentro de mi piel. Ellas parecen completamente inútiles, y aún así ellas dicen tanto."8 Frank Báez Rosario es poeta, narrador y psicólogo. Ha pub li cado dos libros Jarrón y otros poemas y Lo/a, además de una serie de cue ntos, poemas, ensayos y traducciones tanto, en revistas nacionales como internacionales. Cuenta con un postgrado en diseño de encuestas en la Universidad de Chicago, IIl inois, y actualmente trabaja en el área de la investigación social. Referencias I

Caitlin Thomas with George Tremlett, Caitlin: Life with Dylan

Thomas , New York: Henry Holt, 1987, pág. 5. 2

[bid., pág. 189.

3

[bid., pág. 10 1.

4

John Ma lco lm Brinnin, Dylan Thomas in America, London ,

Dent, 1956, pág. 232 . s

[bid., pág. 233.

6

[bid., pág. 238 .

7

Caitlin Thomas with George Tremlett, Caitlin: Life with Dylan

Thomas, New York, Henry Holt, 1987, pág. 240. 8

[bid., pág. 280.

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UNA VISION INTEGRAL , DE LA DESCENTRALIZACION María Inés Hernández de Padrón Uno de los componentes esenciales de la reforma del Estado es la descentralización, la cual va a permitir reorganizar el poder político e institucional, pero, sobre todo, procurar un fortalecimiento de la democracia para generar un Estado más eficiente y fortalecer la gobernabilidad democrática. La descentralización debe ser vista de una manera integral, en tres dimensiones que se relacionan en un proceso complejo: autonomía local, participación y desarrollo local. Ilustraciones: Carlos Reyes

esde hace más de dos décadas los países latinoamericanos atraviesan una crisis generalizada, identiflCada como una crisis del estado nación, la cual se nutre del proceso de globalización de la economía y de la cultura. Una de las soluciones planteadas son los de cambios en el Estado y sus instituciones. Es desde esta perspectiva que en la década de los noventa se va a promover en América Latina la reforma del Estado. Por su parte, la globalización y las reestructuraciones, que se vienen dando en el escenario internacional están implicando cambios en los paradigmas de gestión del Estado en sus distintos niveles, que exigen eficiencia y pro-

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ductividad, particularmente de aquellas políticas públicas dirigidas al ámbito de lo social. Estos cambios generados tanto por las tendencias mundiales como por la crisis de las economías nacionales latinoamericanas y caribeñas se corresponden hoy día con los procesos de modernización de los aparatos productivos y de los sistemas políticos. En América Latina, los países han avanzado con ritmos y estrategias distintas generando respuestas -aunque insuflcientes- a la crisis planteada. Sin embargo, muchos países de la región tienen en común el haber perfilado e interiorizado un proceso de reforma del Estado. En este sentido, los lineamientos fundamenta51


les de la reforma han consistido en promover la democratización del Estado y de la sociedad, así como la eficiencia y eficacia del el sector público y la reorganización de las relaciones entre el sector público y el privado. 1 Actualmente existe en América Latina un cierto con-· senso en torno a la idea de que la reforma del Estado es un factor de cambio. Se trata, como señala Blanco (1999), no sólo de un cambio administrativo y técnico sino de un cambio político e institucional, el cual debe generar nuevas relaciones sociales que permitan ir superando las viejas formas prevalecientes, caracterizadas por el clientelismo, el paternalismo, el centralismo, la burocracia partidista en el Estado y las instituciones. La reforma debe ser vista realmente como un factor de cambio para que pueda convertirse en una acción eficaz frente a la crisis económica, política y social que vive la mayoría de los países de la región. En este marco, uno de los componentes esenciales es la descentralización, la cual va a permitir reorganizar el poder político e institucional, pero, sobre todo, procurar un fortalecimiento de la democracia para generar un Estado más eficiente y para crear una mejor situación en cuanto a gobernabilidad democrática se refiere. Hoyes aceptada la idea de que el estado central debe redistribuir poder, funciones y recursos que han sido históricamente controlados por el gobierno central y entregarlos a los distintos gobiernos y comunidades locales. Este proceso, además de su carácter democratizador, debe generar una mayor eficacia y eficiencia, particularmente en la prestación de los servicios públicos y sociales dirigidos a mejorar la calidad de vida de la población.

Un proceso complejo La descentralización debe ser vista de una manera integral, en la cual sus distintas dimensiones se integran, complementan y relacionan en un proceso complejo. Esto significa que el proceso de descentralización no es automático, ni mucho menos de evolución lineal, ya que estará marcado por las condiciones particulares de cada país. Con esta premisa analizamos metodológicamente tres de las grandes dimensiones que hoy dan cuenta de esta macro-tendencia de la descentralización: descentralización-autonomía local; descentralización-participación; descentralización-desarrollo local. Dieter Nohlen señala que a partir de los años ochenta aparece y se produce en América Latina una conexión entre la problemática de naturaleza institucional y la so52 GLOBAL

cioeconómica y el desarrollo regional y 10caJ.2 Por primera vez son tratados de manera más articulada los temas relativos a la reforma político-administrativa del territorio y las posibilidades del desarrollo local. Simultáneamente, la descentralización aparece ligada a la participación democrática, orientada a la profundización de la relación Estado y sociedad civil. La articulación de estos temas va a permitir superar los análisis segmentados en los que cada disciplina aborda una dimensión del problema. Esta visión integral permite avanzar en tan compleja problemática. Sin embargo, el tema puede crear confusión si no se mantiene la especificidad de cada una de las dimensiones, por lo que debe ir acompañado de un rigor conceptual para evitar que el debate se sitúe simultáneamente y en forma confusa en varios niveles. De allí que algunos estudios plantean en sus reflexiones una cierta metodología que permite mirar las distintas dimensiones, y la diferenciación de algunos conceptos.3

Primera dimensión: descentralización y autonomía local La historia de los países de América Latina ha estado signada por las pugnas entre centralistas y descentralizadores. Esta confrontación sufrió una fuerte influencia de los postulados del pensamiento liberal del siglo XIX; ambas tendencias se apoyaron en el pensamiento liberal de la época. Para M. Ternavasio (citado por Arocena), el liberalismo se expresa a través de dos registros diferentes: uno, el que plantea el centralismo basado en un orden de funciones racionalmente restringidas y monopolizadas por el estado nación, para convertirse en garante de las libertades y derechos individuales. Y otro, el llamado liberalismo contractualista, inspirado en una concepción descentralizadora que parte del supuesto de que la democracia sólo es posible en unidades territoriales de pequeña escala. El conflicto se resolverá a favor del primero. "El estado moderno que se construye a partir de la independencia adopta casi podríamos decir inevitablemente un modelo fuertemente centralizado".4 El Estado se identifica con la ciudad-capital, desde la cual se intenta unificar el territorio. Desde la visión centralista o unitaria, "lo local" es percibido como una amenaza a la construcción del Estado. A lo largo de la historia contemporánea de los países latinoamericanos, el centralismo se fue imponiendo en la práctica, a pesar de que algunas constituciones se proclamen como república federal, como el caso venezolano. 5


En la década de los ochenta, con la llamada crisis de la deuda y de los procesos de democratización, en algunos países de la región el centralismo de Estado es sometido de nuevo a severas críticas. y hacia fmales del siglo XX ya se evidencia un amplio consenso para poner en marcha el proceso de descentralización, proceso que se promueve desde los distintos sectores sociales, desde quienes se apoyan en los postulados neoliberales y que plantean la conformación de un Estado mínimo, hasta las organizaciones populares que ven en la descentralización la posibilidad de ampliar su representación política y social en las nuevas instancias de poder. Esto nos coloca frente a la primera dimensión del problema: lo concerniente a las autonomías locales; al ordenamiento del territorio y a lo político-administrativo de la descentralización. Esta dimensión plantea e impulsa una reestructuración del estado central, tanto en su estructura como en sus funciones, así como en sus expresiones espaciales y territoriales, que implica otorgar a los poderes locales, estatales, provinciales y municipales cierta autonomía política orientada a la generación de instituciones públicas propias y específIcas en los respectivos niveles. Cuando se evalúa esta primera dimensión, nos damos cuenta de que ella responde a las condiciones sociopolíticas y socioculturales de determinado país o nación. La autonomía local se va a interrogar sobre qué niveles territoriales descentralízar, cómo organizar y vincular los mismos con el gobierno central, cuál será el grado de autonomía política y administrativa que debe corresponder a cada uno de los niveles, y, en consecuencia, qué tipo de

competencias y atribuciones deberán asumir los gobiernos locales. Esto último constituye uno de los aspectos decisivos de la descentralización: es el esquema de competencias y atribuciones que tienen los niveles subnacionales y los que conserva el nivel nacional. Los nuevos arreglos institucionales implican el surgimiento de organizaciones, de nuevas relaciones de poder, de nuevos valores y de nuevas prácticas administrativas. 6

Segunda dimensión: descentralización y participación Los procesos de democratización que tienen lugar a partir de los años ochenta en muchos países de América Latina pusieron en relieve la problemática de la participación ciudadana en los sistemas de decisión que se van construyendo. Estos procesos de reconstrucción democrática suponen una mayor proximidad entre las instancias de decisión y el ciudadano. Hoy podemos ver en América Latina la existencia de una sociedad civil que demanda una mayor participación en los asuntos públicos, no sólo en aquellos que conciernen a la vida cotidiana de la gente común, sino también a los que tienen que ver con la política misma. Se trata de ampliar y profundizar la democracia, aspiración ésta que se propone impulsar la participación ciudadana: una creciente autenticidad de la representación popular; la difusión de los métodos democráticos en las instituciones y organizaciones; transparencia, responsabilidad y capacidad de respuesta de los dirigentes; efIcacia en la conducción; y honradez en el 53


manejo de los recursos públicos, son algunos de los objetivos más destacados por la sociedad. 7 En este sentido, la descentralización debe orientarse hacia el fortalecimiento de la democracia a través de la creación de nuevos espacios de representación, así como la construcción de mecanismos de participación que permitan revalorizar la vida local. La descentralización aparece como instrumento idóneo para recoger esas demandas e impulsar métodos y acciones en consonancia con tales requerimientos. La descentralización-participación permite que las instituciones estén en una situación de mayor proximidad con el ciudadano, crea las bases para que se ejerza mayor fiscaliz ación y control de los representantes, genera una presión para la elección popular de éstos en todos los niveles, y obliga a las instituciones del Estado a readaptarse a las nuevas condiciones: mayor y más intensa exposición frente a los ciudadanos y sus organizaciones y los medios de comunicación social. "La descentralización potencia este proceso y abre canales de interlocución entre el Estado y la sociedad que no existían: el Estado se hace "poroso" y crea condiciones de circulación más permanentes con el resto de la sociedad".8 54 GLOBAL

La descentralización abre una oportunidad para promover una amplia participación de la sociedad civil en el control y fiscalización de la gestión pública, en particular de los servicios ligados a las condiciones de vida de las comunidades. El Estado se coloca al "alcance de la mano" en la medida en la que unidades político-administrativas menores enmarcan la actividad ciudadana. La participación no es un proceso automático: requiere valores, entrenamientos y oportunidades, de cuya presencia se deriva una transformación del sector público más orientada hacia las demandas que realizan los ciudadanos. La participación ciudadana también induce una transformación del funcionario público en general y del gerente público de alto nivel, en particular. "La participación no es sólo de los ciudadanos que acuden al mostrador, sino la de los funcionarios que están detrás de éste. También los funcionarios se ven obligados a participar en una gestión de la cual depende la evaluación que sobre ellos se haga".9 En América Latina la participación ciudadana ha tenido un mayor desarrollo en el terreno político. Está asociada tanto a la necesidad de ampliar la democraci a como a justifIcar su inexistencia, es decir, hay una clara asocia-


ció n entre participación ciudadana y las necesidades de la democracia. lO Sin embargo, existe la tendencia a desplazar la participación ciudadana al terreno económico, tendencia promovida por el movimiento neoliberal en casi todos los países de la región. La participación en este caso está vinculada con la estrategia de "achicamiento del Estado" por la vía del desplazamiento de funciones desde aquél hacia la esfera privada. Esta es otra dimensión que, en función del análisis, es necesario deslindar a fm de evitar ambigüedades y confusiones. Destacamos la existencia de difIcultades inherentes al concepto de participación, no sólo porque no hay una relación unívoca con el poder político, sino porque el vocablo participación puede estar referido tanto a las relaciones con el poder en general, como a ámbitos del poder sectorial, espacial o funcional. Estos ámbitos específIcos señalan que existen diferentes modalidades de participación: ciudadana, política, social o comunitaria. Como señala Cunill, "esto hace pensar en una concepción amplia de la participación ciudadana como un medio de socialización de la política y por esta vía devolver funciones a los sujetos sociales, así la perspectiva para clasifICar las modalidades de participación pueden enriquecerse".ll La dimensión descentralización-participación se ubica fundamentalmente en el ámbito de lo político; toca problemas cruciales vinculados con la creación de nuevos espacios de representación en las instancias del gobierno local y la construcción de una sociedad civil organizada con capacidad de acción en la toma de decisiones. Esta segunda dimensión alude a uno de los problemas centrales de la descentralización y la democracia, que tiene que ver con la articulación entre el Estado y la sociedad civil. Dicha dimensión debe responder a los problemas de la representación, la apertura de nuevos espacios políticos y a los medios y modalidades de la participación.

factor que favorece el desarrollo. La fortaleza de la administración local se considera hoy esencial para el desarrollo económico-regional, puesto que demanda autonomía y capacidad para tomar decisiones en el mismo medio al que va a afectar. 12 Por otra parte, la descentralización político-administrativa es considerada como una condición necesaria para el desarrollo de iniciativas locales: "Las reformas del sistema político-administrativo territorial se orientan generalmente a lograr una estructura descentralizada. Se tiende a conceder grados de autonomía sufIciente, en los distintos niveles territoriales, como para que puedan transformarse en administradores efIcientes de sus propios recursos. Esas propuestas descentralizado-

Este proceso, además de su carácter democratizador, debe generar una mayor eficacia y eficiencia, particularmente en la prestación de los servicios públicos y sociales dirigidos a mejorar la calidad de vida de la población.

Descentralización y desarrollo local Uno de los elementos que está presente en la nueva visión sobre la descentralización es su vinculación con el desarrollo. Esto implica darle énfasis tanto a las iniciativas como a las condiciones locales para conseguir un desarrollo económico sostenido. Hoy se reconoce también que el buen funcionamiento de un gobierno local es un

ras buscan crear sistemas alternativos a las burocracias centralizadas, partiendo del principio de la necesidad de liberar la capacidad creadora de las sociedades 10cales." 13 Esta afIrmación nos lleva a plantear el debate sobre la viabilidad de los procesos de desarrollo local y regional. ¿Pueden existir iniciativas locales capaces de tener impacto sobre los procesos de desarrollo, superando lo que sería una simple reproducción de las condicionantes macroestructurales a las que está sometida la sociedad local? En la hipótesis de la viabilidad de estas iniciativas, los procesos de desarrollo estarían mostrando una dimensión especifIca, que no puede reducirse a un simple efecto de reproducción de los determinantes globales. Realmente habría, en este caso, un aporte al desarrollo de naturaleza local o regional o, dicho de otra manera: habría acciones locales con un impacto real sobre los procesos de desarrollo. En América Latina el debate sobre el desarrollo local a partir de la segunda mitad de los ochenta plantea nuevos enfoques califIcados como "endógenos" y considerados como una vía alternativa a los efectos de la política de ajuste de los noventa. Estos enfoques -señala Horacio Capel- hacen énfasis en el carácter casi inmóvil de los factores esenciales del desarrollo regional, tales como la infraestructura física, la habilidad de la fuerza de trabajo, la estructura sectorial de la economía local, el conocimiento técnico y organizativo local, las economías de 55


urbanización, y las estructuras sociales y organizativas locales, entre otros. Al mismo tiempo que insisten en la importancia de las condiciones locales, estos enfoques también llaman la atención sobre la necesidad, vía estrategias de desarrollo, de atacar los obstáculos, como son la baja capacidad emprendedora e innovadora, la escasez de conocimientos específiCOS y la baja internacionalización de las economías locales menos desarrolladas. Como en las dimensiones anteriores, la relación que se establece entre el proceso de descentralización y el desarrollo local muestra una particular complejidad, interrogándose sobre la nueva naturaleza del desarrollo y sus vinculaciones entre desarrollo global, nacional y local. En una nueva estrategia de desarrollo, la descentralización es decisiva para replantear el estado nación, así como para mejorar la competitividad de los sistemas productivos, ya que el crecimiento sub nacional es una condición básica para la sostenibilidad del desarrollo (BID).

lugar a la reconstrucción y construcción de nuevos espacios políticos identifICados con el gobierno local. María Inés Hernández de Padrón es socióloga; realizó estudios de doctorado en el Instituto de Alto Estudios Latinoamericanos de la Universidad de la Sorbona, París, una maestría en la Universidad de los Andes, Venezuela, en administración pública reg ional y urbana y un curso de especialización del BID en diseño de políticas sociales. Ha realizado proyectos de investigación en el área de sociología urbana. Es profesora titular e investigadora de la Universidad de los Andes, Venezuela. Notas I

CLAD, Experiencias innovadoras en materia de Reforma del Es -

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Véase los trabajos de José Arocena, "Algunas dimensiones del

concepto de descentralización", en Nueva Sociedad, Caracas,

Liderazgo

1991; Sergio Boiser, "La descentralización un tema difuso y con-

Mas allá de la controversia que atañe a las anteriores dimensiones, las reformas del Estado están implicando cambios en el sistema político administrativo orientados a lograr una estructura descentralizada. Dicho proceso debe conceder grados de autonomía suficiente en los distintos niveles territoriales como para que puedan transformarse en administradores eficientes de sus propios recursos. Sin embargo, la descentralización política y administrativa es necesaria pero no suficiente para el logro de la descentralización del sistema. También es necesaria la existencia de gobiernos locales con liderazgo dispuestos a recibir las transferencias y las nuevas competencias asignadas, pero, sobre todo, la presencia de una sociedad civil rica en iniciativas y capaz de emprender e innovar en cuanto al desarrollo local y regional se refiere. Como bien lo señala Arocena: "Será necesario articular las reformas político-administrativas generadas en el 'centro', con las acciones originadas en la periferia. En este sentido, la existencia de actores locales capaces de iniciativa es condición para el éxito de las políticas descentralizadoras".14

fuso", ¡bid.; Nohlen, "La descentralización, Política y Consolida-

Por último, lo que debemos destacar admitiendo las particularidades de los procesos de descentralización en cada uno de los países de América Latina son los cambios en el rol del Estado con los consecuentes traspasos de funciones y tareas a unidades territoriales que han dado 56 GLOBAL

ción democrática: Europa y América del sur", [bid .. 4

Jordi Borja, Descentralización y Participación Ciudadana, Insti-

tuto de Estudios de Administración Local, Madrid, 1987. 5

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Blanco Carlos, "La descentralización. Un proceso de transfor-

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Blanco Carlos, Ibid., pág. 152.

9

Blanco Carlos, lbid., pág. 156.

10

Cunill, Nuria, "Participación Ciudadana. Dilema y Perspecti-

va para la Democratización de los Estados Latinoamericanos", CLAD, Caracas, 1991. 11

Cunill, Nuria, Ibid., pág. 61.

12

Capel Horacio, Las Cosmópolis y la Cuidad, Colección La estre-

lla polar-41, Ediciones del Serbal, Barcelona, España, 2003 . 1.1

Arocena, José, El desarrollo Local. Un desafió contemporáneo.

Nueva Sociedad, Caracas, 1995.

14 Arocena, José, "Algunas dimensiones del concepto de descentralización" en Descentralización política JI consolidación democrática. Nueva sociedad, Caracas, 1991, pág. 21.


CLAVESDELMUNDO • Las propuestas más innovadoras • Los análisis más profundos • Los temas de hoy Enla página que Funglode publica en el periódico Hoy Los trabajos de un extenso y cualificado grupo de colaboradores que proceden de las más diversas áreas del conocimiento Yen la web: www.funglode.org/clavesdelmundo

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Sociedad civil

CINCO USOS DE UN CONCEPTO

Esther Hernández Medina Este trabajo presenta una panorámica de los principales usos del concepto "sociedad civil" en América Latina. Se presentan cinco grandes interpretaciones y una selección de autores de cada corriente: la posición gramsciana de entender la sociedad civil en oposición al Estado; la posible influencia de Polanyi en enfatizar la acción de la sociedad civil para protegerse del mercado; la versión ecléctica de autores como Philip Oxhorn que ven la sociedad civil en oposición tanto al Estado como al mercado; la interpretación de sociedad civil como espacio de las "redes de asociación"; y la visión de Habermas como espacio para acoger la "esfera pública" . Ilustraciones: Kilia Llano

58 GLOBAL


E

ste artículo tiene por objetivo presentar un acercamiento esquemático a la documentaCÍon actual sobre el concepto de sociedad civil en el contexto de las ciencias sociales sobre y desde América Latina. La idea es identifIcar algunas de las grandes propuestas teóricas presentadas en los últimos 15 años, con particular énfasis en los trabajos publicados en Estados Unidos. 1 Cabe destacar que este texto no abarca los orígenes del concepto de sociedad civil como tal (lo cual implicaría rastrear más de dos siglos de contribuciones en el ámbito de la fIlosofía política y las ciencias sociales) sino, más bien, una clasifIcación inicial de las modalidades principales en que el concepto ha sido utilizado después de su llamado "rescate" y uso como buque insignia; particularmente en el contexto de los procesos de democratización vividos en Latinoamérica y Europa del Este a partir de los años setenta y ochenta (Gellner, 1996). El resurgimiento del concepto constituye en sí mismo un indicador crucial. La expresión "sociedad civil" no sólo se ha convertido en referencia obligada para académicos, hacedores de política, organizaciones sociales y ciudadanos y ciudadanas comunes sino que, además, ha sido reapropiada de maneras muy diversas e incluso con objetivos contrapuestos. Es por ello que un ejercicio inicial de clasificación de las grandes propuestas teóricas que han influido en el debate sobre este concepto puede ser de utilidad para mejorar nuestra comprensión del rol de lo que hoy llamamos "sociedad civil" en el contexto del fortalecimiento de las frágiles democracias en las que vivimos. La selección se basa en tres criterios: a) la inclusión de conceptos desarrollados únicamente por sociólogos; por tanto, este trabajo no incluye nociones propuestas por otros actores influyentes en la región; b) la meta de seleccionar autores y autoras cuyas ideas son, hasta cierto punto, representativas de la perspectiva teórica en cuestión y el la decisión de restringir esta selección a conceptos de sociedad civil a escala nacional (por tanto, dejando fuera las nociones de sociedad civil global y regional).

1. Sociedad civil versus el Estado Osorio (1994/1999) plantea que la aparición de la idea de sociedad civil como un concepto popular en América Latina tuvo lugar sobre la base del "descubrimiento" de Gramsci en la región. Dicha influencia se materializó en función de dos factores: a) la necesidad sentida en la izquierda latinoamericana de encontrar una nueva base teórica para evaluar la derrota representada por el surgi-

miento de los regímenes militares de fmales de los sesenta y principios de los setenta y (b) la influencia indirecta de procesos similares de reconceptualización en Europa, incluyendo el cuestionamiento creciente del socialismo y la aparición del "eurocomunismo" como nueva plataforma política. En este contexto es en el que hay que entender la relativamente rápida popularización del concepto gramsciano de sociedad civil en oposición al Estado. De hecho, Osorio plantea que el rol de la sociedad civil fue concebido, fundamentalmente, como la función de establecer una "línea de demarcación" para separar el resto de la sociedad de la estructura estatal (Osorio, 1994/1997: 803). Evelina Dagnino, por ejemplo, sigue los pasos de Gramsci al defmir la sociedad civil como un espacio de lucha por la hegemonía. Tomando como punto de partida la inclusión de factores culturales por parte de Gramsci en el seno de la tradición marxista, Dagnino analiza la lucha de diversos movimientos sociales en Brasil y destaca que éstos no compiten sólo por recursos materiales sino también por el derecho a defmir quiénes serán parte del proceso democratizador y quiénes no. Los movimientos sociales brasileños no sólo desafiaron el régimen militar sino que también lograron expandir los términos de su inclusión (material y simbólica) reapropiando la idea de derechos ciudadanos y ampliando el concepto de ciudadanía en general. Este énfasis en "el derecho a tener derechos" permite a Dagnino ir más allá de las interpretaciones anteriores de Gramsci y empezar a construir una perspectiva más abierta en la que la sociedad civil se convierte en un actor crucial por derecho propio (Dagnino, 1998: 50). Esta perspectiva ha sido criticada debido a que enfatiza demasiado la dimensión política de lo social sin tomar en cuenta estructuras políticas más tradicionales como los partidos políticos. Houtzager (2003) es uno de los autores que más ha criticado esta vertiente que él denomina "policentrismo radical". A su juicio, este tipo de análisis incurre en los errores siguientes: 1) minimizar el rol jugado por las organizaciones políticas en la creación de la sociedad civil; 2) ignorar la importancia de los partidos políticos en articular y representar las diferencias entre los actores comprometidos con el proceso de democratización; y 3) ocultar el hecho de que la sociedad política es el espacio donde los actores colectivos y los individuos "compiten por el derecho de ejercer control sobre el poder público y el aparato estatal" (Stepan, citado por Houtzager, 2003: 9). 59


En otras palabras, gran parte de la literatura sobre sociedad civil (especialmente la perteneciente a esta vertiente) supone que la relación entre el Estado y la sociedad civil es un juego de suma cero. Para Houtzager, esta visión es errónea y constituye un "callejón sin salida teórico".

2. Sociedad civil versus el mercado Diversas interpretaciones del concepto de sociedad civil dan por sentado que ésta constituye un "espacio" defmido por su autonomía frente al poder coercitivo del Estado y también del mercado. Aún cuando este artículo se limita a versiones recientes de este concepto, es preciso destacar que interpretaciones más antiguas sí incluían la esfera económica de la sociedad. Este es el caso de pensadores como Adams Ferguson y Adam Smith al igual que Hegel y Marx (Dore Cabral, 1999, Spencer, 2003). 2 Sin embargo, la obra del historiador económico Karl Polanyi representa una evaluación más sistemática de la relación entre la sociedad civil y el mercado. En su obra La gran transformación, Polanyi estudia la revolución industrial y argumenta que el surgimiento del modelo capitalista constituye un momento de ruptura con sistemas socio-económicos anteriores porque, por primera vez en la historia, el mercado no funciona supeditado al resto de la sociedad. Por el contrario, el mercado precisa de una "sociedad activa" para su funcionamiento pero también amenaza con colonizarla y, por tanto, la primera reacciona protegiéndose vía la creación de sistemas diversos de protección social en los países más desarrollados, particularmente a principios del siglo XX. El antropólogo mexicano Néstor García Canclini ofrece una perspectiva provocadora en este sentido al analizar cómo los cambios en los patrones de consumo impactan las posibilidades y formas de Ejercer la ciudadanía (Canclini, 1995). De acuerdo con Canclini, la expansión global de los mercados ha convertido a los "consumidores del siglo XXI" en "ciudadanos del siglo XVIII" (Canclini, 1995: 13). Ciertamente, Canclini no ve este proceso como un callejón de salida y, de hecho, propone opciones para articular el consumo con un modelo más crítico de ciudadanía. Sin embargo, el aspecto más relevante de su propuesta para nuestros fmes

es su llamado a reconocer que el mercado ha dejado de ser un espacio para el mero intercambio de bienes y se ha transformado en parte de un conjunto más complejo de interacciones socio-culturales. Aunque la contribución de Canclini no parece estar tan íntimamente vinculada a la idea de sociedad civil como las otras perspectivas incluidas en este artículo, puede ser útil para generar nuevas ideas sobre la relación entre ésta y el mercado. Por otro lado, su evaluación también sugiere importantes preguntas tales como: ¿es posible pensar en otros tipos de ciudadanía y formas de fortalecer la sociedad civil que no estén necesariamente permeadas por las relaciones de mercado?, ¿qué ocurriría si las estrategias para reubicar el mercado en el seno de la sociedad no funcionan?, ¿tendríamos una sociedad civil conformada únicamente por consumidoras y consumidores?

3. Sociedad civil versus el mercado y el Estado Philip Oxhorn en cierta forma combina las dos perspectivas anteriores al defmir la sociedad civil a partir de su oposición en relación tanto con el mercado como con el Estado. El primero condiciona el potencial de la sociedad civil al crear intereses comunes que pueden fomentar el surgimiento de actores colectivos importantes y al afectar el acceso a recursos al igual que la capacidad de generar acciones colectivas; por ejemplo, las difIcultades que enfrentan los trabajadores del sector informal en comparación con los del sector formal de la economía (Oxhorn, 2003). De manera similar, el autor considera que la exclusión generada por los modelos económicos impuestos por los regímenes autoritarios constituyó uno de los factores fundamentales en la rearticulación de la sociedad civil en varios países de la región (Oxhorn, 1995a). A diferencia de Dagnin -quien enfatiza cómo los grupos populares transformaron el discurso dominante en la sociedad brasileña usando un discurso basado en derechos-, Oxhorn presta más atención al rol jugado por las "relaciones de poder" entre la sociedad civil y otros actores presentes tanto en el Estado como en la esfera productiva. A su juicio, dichas relaciones generaron una sociedad civil débil en el contexto latinoameri-

Un elemento a destacar es la existencia de un creciente nivel de insatisfacción con las "posiciones idealistas" sobre el concepto y rol de la sociedad civil entre los académicos que trabajan en Latinoamérica.

60 GLOBAL


cano. Más aún, lo que él denomina como la "resurrección de la sociedad civil" toma lugar como un requisito de los procesos de democratización en la región. Sin embargo, una vez iniciada dicha reactivación, los procesos de democratización no necesariamente contribuyen a fortalecer o a hacer la sociedad civil más democrática. De hecho, se ha verifIcado una creciente desmovilización de actores clave de la sociedad civil en América Latina, incluyendo a los sectores populares. La conclusión de Oxhorn podría lucir más pesimista que la mayoría de las perspectivas sobre la noción y potencialidades de la sociedad civil en la región. A pesar de ello, su perspectiva ofrece una dosis de realismo necesaria en este debate. Su análisis también es similar a la visión de Houtzager y ambos enfatizan la necesidad de entender la sociedad civil en el marco de su relación con los partidos políticos; particularmente en el caso de los sectores populares. Una de las preguntas pendientes sería: ¿cuáles son entonces los incentivos que pueden inducir a los partidos políticos a tener una relación permanente y productiva con la sociedad civil cuando los actores sociales que pueden desafIar a dichos partidos se encuentran tan desmovilizados?

4. Sociedad civil como "redes de asociación" Otra vertiente importante de la literatura sobre sociedad civil en América Latina parece estar inspirada en la obra de Durkheim y su interés en lo que él denominaba la "solidaridad mecánica" (basada en la similitud entre las y los integrantes de una sociedad poco diferenciada) versus

la "solidaridad orgánica" (basada en la creación de consensos en una sociedad con componentes especializados como los órganos del cuerpo humano). El concepto de solidaridad orgánica parece permear la obra de Doug Chalmers y sus colegas vía el tipo ideal de "redes asociativas" o "redes de asociación". Éstas constituyen "estructuras no jerárquicas formadas a través de las decisiones de múltiples actores reunidos para dar forma a la política pública" (Chalmers et al, 1997: 567).3 Los autores plantean que las "redes asociativas" parecen estar desplazando a las estructuras tradicionales en la región: el clientelismo, el populismo, el corporativismo y la movilización de masas. De manera similar a Houtzager y Oxhorn, Chalmers y otros autores centran su interés en conceptualizar los mecanismos de vinculación entre la sociedad civil y la sociedad política más que en defmir la primera de manera aislada de la segunda. Sin embargo, esta perspectiva teórica se distingue por destacar el potencial de conexión dentro de la sociedad. Chalmers y sus colegas exploran los factores que mantienen los vínculos entre la sociedad civil y el estado en una manera que nos recuerda el análisis de Durkheim sobre los factores que mantienen al individuo vinculado al resto de la sociedad. Los autores concluyen que el proceso de recomposición de dichos vínculos responde al potencial de asociación liberado por los cambios recientes en la región. Dichos cambios incluyen: a) la creciente dispersión de las actividades de toma de decisiones; b) el impacto de los sistemas modernos de comunicación al abaratar los costos 61


para la interacción entre los actores políticos; el un cambio positivo en la percepción de las élites sobre el "peligro" de la movilización de las masas; d) los efectos de la internacionalización de muchas áreas de política pública en la región y e) el proceso de aprendizaje basado en lós fracasos anteriores de las instituciones políticas (Chalmers et al, 1997). Es interesante destacar que los autores dejan el modelo lo sufIcientemente flexible como para ser aplicado a diferentes contextos en América Latina. Sin embargo, dicha flexibilidad puede socavar la utilidad del concepto. Por ejemplo, dado que estas redes conectan diferentes actores a través de "vínculos interpersonales, de prensa y/o organizacionales" y de una manera "no jerárquica", ya no es posible observar a organizaciones específIcas y sus activi-

brasileño Valmor Schiochet y el segundo por el académico mexicano Alberto Olvera junto con el politólogo brasileño Leonardo Avritzer. Mella concluye que el primero incurre en el error común de aplicar acríticamente el concepto de "esfera pública" al contexto latinoamericano. Por el contrario, Olvera y Avritzer critican el hecho de que la teoría de Habermas no toma en cuenta la especifIcidad de la trayectoria histórica latinoamericana. Sin embargo, a juicio de Mella, los autores continúan usando la capacidad de razonamiento (y deliberación) como un parámetro causal en su propuesta, sin explicar cómo dicha capacidad se desarrolla y difunde en la sociedad dados los precedentes autoritarios enfatizados por ellos mismos en su crítica. Leonardo Avritzer ha continuado desarrollando esta línea de trabajo a través de su concepto de "públicos participativos",4 precisamente con el fm de adaptar la "esfera pública" de Habermas a la realidad latinoamericana. La propuesta de Avritzer (2002) es interesante porque toma como punto de partida la teoría de Haberlas, pero también intenta responder a algunas de las críticas más importantes hechas a dicha teoría. Por ejemplo, Avritzer parecería responder a parte de las críticas externadas por la fIlósofa estadounidense Nancy Fraser. En primer lugar, Fraser (1992) recalca la necesidad de prestar atención a las desigualdades sociales más allá del ideal de la "esfera pública burguesa" de Habermas. Avritzer, en efecto, estudia el accionar de grupos generalmente considerados marginados especialmente en el caso del presupuesto participativo de Porto Alegre. Fraser también plantea la existencia de públicos "múltiples" pasando por aquellos desarrollados por grupos subordinados en cada sociedad y enfatiza que muchos de estos públicos sí incluyen (o pueden incluir) procesos de toma de decisiones (a diferencia del carácter exclusivamente deliberativo del público habermasiano). Los casos analizados por Avritzer también son congruentes con las características planteadas por Fraser. Habría que ver cómo el marco analítico desarrollado por el autor puede ser utilizado para analizar espacios de deliberación donde participan grupos que enfrentan formas más profundas de discriminación, por ejemplo, discriminación racial, de género o por orientación sexual. 5 También es necesario evitar el riesgo de caer en un razonamiento de tipo circular6 vía la exploración más sistemática de lo que ocurre en ambos lados de este vínculo.

Es preciso estudiar y comparar estas interpretaciones al igual que las asimetrías de poder que ellas reflejan entre actores involucrados en los procesos de democratización que nos interesan. dades como parámetros de una sociedad civil consolidada y democrática. ¿Cómo entonces podríamos operativizar este concepto de sociedad civil para poder aprovechar su potencial analítico? A mi juicio, parte de este potencial consiste en que esta teoría ofrece una manera novedosa de estudiar la relación entre la sociedad civil y la sociedad política de la región al igual que entre la primera y otros actores.

5. Sociedad civil como "esfera pública" Pablo Mella sostiene que la corriente seguidora de Habermas se desarrolló, por lo menos en sus inicios, bajo la influencia del trabajo de Cohen y Arato en Estados Unidos. Ambos autores conciben la sociedad civil como una red de actores fuera del ámbito estatal que participan activamente debatiendo temas de carácter público. Al mismo tiempo, Cohen y Arato proponen una visión "tripartita" de sociedad. Desde su punto de vista, el Estado, el mercado y la sociedad civil son los pilares fundamentales de las sociedades contemporáneas. Por tanto, analizar las interacciones entre estos tres sectores puede contribuir a mejorar nuestra comprensión de la naturaleza de diversos procesos sociales (Mella, 1998). Mella toma como ejemplo dos artículos representativos de esta vertiente en los años noventa: el primero por el 62 GLOBAL


o sea, volviendo a Houtzager, prestando más atención a las condiciones en las cuales los partidos políticos (tales como el PI en Brasil y parcialmente el PAN y el PRD en México) pueden sacrifIcar ganancias concretas en el corto plazo para involucrarse en procesos democratizadores de largo plazo. A modo de conclusión Nuestra exploración sugiere que ya contamos con varias perspectivas teóricas interesantes para utilizar el concepto de sociedad civil en el contexto de América Latina. Aquí me permito ofrecer algunas ideas para continuar esta exploración. Primero, la documentación sobre el concepto de sociedad civil en América Latina enfrenta el mismo problema que tiene en otros lugares. O sea, el hecho de que la popularidad creciente del concepto ha disminuido su utilidad analítica. Casi todos los trabajos incluidos en la presente selección se refIeren a este desafío. De hecho, algunos autores como Houtzager simplemente han decidido dejar de usar el concepto. Otros autores, como Pablo Mella (1998), advierten sobre el riesgo de que el uso extendido del concepto sea confundido con un "falso consenso político". De acuerdo con esta perspectiva, el hecho de que la mayor parte de la documentación sobre cambio social y movimientos populares en la región ha sido replanteada como documentación sobre "sociedad civil" después de 1990 puede llevarnos a pensar que estamos hablando de los mismos fenómenos. Por el contrario, Mella plantea que hay un serio problema en no sacar a la luz el sesgo implícito existente en las teorías sobre democratización en la región, ya que suponen el surgimiento de la llamada sociedad civil en Latinoamérica como uno de los indicadores de la evolución de nuestros países hacia el modelo de la sociedad "moderna". Otro hecho destacado en las críticas del uso indiscriminado del concepto de sociedad civil se refiere al riesgo de pasar de un rompecabezas teórico al siguiente sin abordar las serias diflCultades conceptuales presentes en ambos. De acuerdo con Cancilini (1995), el primer rompecabezas sería el de conceptualizar el rol de "lo popular" en la región. En otras palabras, hemos pasado a utilizar un nuevo concepto totalizante (el de sociedad civil) sin realmente resolver los problemas implícitos en ambos conceptos. Más aún, dado que diferentes actores utilizan el

nuevo concepto sobre la base de diferentes interpretaciones, sociedad civil realmente se convierte en una "comunidad imaginada" a la Anderson 7 en vez de una categoria analítica. Desde mi perspectiva, críticas como éstas son importantes y legítimas pero también es necesario reconocer que la diversidad de interpretaciones del concepto de sociedad civil constituye un indicador en sí mismo. O sea, es preciso estudiar y comparar dichas interpretaciones al igual que las asimetrías de poder que ellas reflejan entre actores involucrados en los procesos de democratización que nos interesan (por ejemplo, la asimetría entre organismos internacionales y actores nacionales). En las palabras de Dagnino, existe la necesidad de abordar "la lucha por el poder de interpretar" el concepto como tal.

63


Un segundo elemento a destacar es la existencia de un creciente nivel de insatisfacción con las "posiciones idealistas " sobre el concepto y rol de la sociedad civil entre los académicos que trabajan en Latinoamérica. Por ejemplo, un grupo importante de estudiosos ha destacado la necesidad de evitar la tentación de visualizar la sociedad civil como el ámbito de todo lo bueno en el contexto de los procesos de democratización en la región (Álvarez, Dagnino y Escobar, 1998). Por el contrario, se precisa analizar también las relaciones de poder dentro de la sociedad civil. Igualmente, se precisa problematizar las propuestas teóricas importadas de otros lugares para evitar la reproducción acrítica de modelos foráneos. La idea es, por el contrario, tomar dichas propuestas como puntos de partida para "fomentar modernidades alternativas" en la región (Calderón citado en Álvarez, Dagnino y Escobar, 1998: 9). De acuerdo con Fernando Calderón, este es precisamente el desafío planteado por algunos movimientos sociales en América Latina: cómo entrar y transformar el proyecto modernizador sin abandonar nuestras diversas identidades. Finalmente, es importante enfatizar el "carácter relacional" de las propuestas incluidas en esta selección. Incluso las perspectivas que van más allá de defmir la sociedad civil en oposición a otros ámbitos subrayan la interacción entre la sociedad civil y otros sectores. A mi juicio, lo que podría hacer falta entonces es: a) repensar estas relaciones de una manera más dinámica y b) encontrar nuevos modos de conectar los aprendizajes derivados de la recuperación de lo cultural como un eje analítico central con la necesidad de recuperar el análisis de los actores más tradicionales (por ejemplo, los partidos políticos). Como planteara Houtzager, los últimos juegan un rol mucho más importante en relación con la sociedad civil de lo que generalmente estamos dispuestos a asumir. Lo anterior significa que incluso las propuestas teóricas más ambiciosas sobre la llamada sociedad civil en América Latina pueden enriquecerse signiflCativamente al incluir el rol de la sociedad política en el análisis, al igual que las condiciones bajo las cuales la misma tiende a abrirse más a conexiones con la sociedad civil. También necesitamos investigar en mayor profundidad las contradicciones internas y las asimetrías de poder dentro de ambos sectores, y la forma en que las restricciones impuestas por las culturas políticas predominantes interactúan con 64 GLOBAL

diferentes niveles de autonomía y movilización de los actores sociales de la región. Esther Hernández Medina es egresada de la ma estría de Sociología de la Universidad de Brown (2005), Política Pública de la Universidad de Harvard (2003) y Género y Desarrollo en INTEC (1995). Ha desempeñado cargos gerenciales y de consu ltoría en diversas instituc iones del sector público. Obtuvo el premio a la Mejor Tesis del año 2005 del Departamento de Sociología de Brown, donde actua lmente cursa estudios de doctorado por su tesis Tensioning Democracv Participatory Budgeting in the Global City of Sao Paulo. Notas 1

Aunque este cuerpo teórico incluye tanto académicos estado-

unidenses como latinoamericanos, este énfasis en la documentació n en inglés necesariamente constituye un a limitación que planteo desde el inicio, dado que este articulo es parte de un proyecto a más largo plazo. Mi objetivo es continuar afmando la selección aquí presentada prestando más atenció n a las contribuciones más recientes presentadas en Latinoamérica y España. Comentarios y sugerencias en este .sentido pueden ser enviados a esther@brown.edu. 2

También resulta de interés que Gramsci fue precisamente uno

de los primeros en defmir el concepto de sociedad civil superando esa visión tradicional. Dore Cabral plantea que Gramsci am plía y modifica la noción de sociedad civil de Hegel combinándola con elementos de la tradición marxista. Gramsci ubicó la sociedad civil deliberadamente en la "superestructura", y de esa manera influyó nuevas generaciones de pensadores al analizar la sociedad civil alejada de la esfera productiva (Dore Cabral, 1999). 3

A pesar de que, a primera vista, este concepto luce similar al de

la sociedad civil como "esfera pública" (sección siguiente) existen, por lo menos, dos diferencias importantes: a) la fo rmulación original del concepto de Habermas no incluye la di mensión de toma de decisiones que es crucial para Chalmers et al y b) las redes asocia tivas implican altos niveles de flexibilidad y cambio en períodos de tiempo relativamente cortos, condiciones que no son indispensables o siquiera necesari as en la esfera pública de Habermas. 4

Los "públicos participativos" son fundamentalmente canales

regu lares de comunicación y trabaj o conjunto entre la sociedad civil y la sociedad política. Los casos analizados por Avritzer son el presupuesto participativo de Sao Paulo, Brasil, y el caso de la observación electoral para las elecciones del año 2000 en México. Ambos casos cuentan con las cuatro condiciones de los "pú_ blicos participativos" defmidos por Avritzer: 1) la formación de


mecanismos públicos de deliberación presencial; 2) el hecho de que los movimientos sociales introducen temas problemáticos en

re-visioning Latin American social movements, Westview Press, 1998.

la agenda pública y/o proponen prácticas alternativas para re-

Dore Cabral, Carlos. "Notas sobre movimientos sociales y parti-

mediarlos; 3) el criterio de que el espacio tiene la prerrogativa de

dos políticos", en Problemas Sociológicos de Fin de Siglo,

monitorear la implementación de sus decisiones y 4) el criterio

FLACSO, agosto de 1999.

de que se desarrollan formatos institucionales para abordar los temas problemáticos propuestos por los movimientos sociales.

Fraser, Nancy. "Rethinking the Public Sphere: A Contribution to the Critique of Actually Existing Democracy", en Habermas

s Este fue el objetivo de mi tesis de maestría sobre el presupuesto

and the Public Sphere, edited by Craig Calhoun, Cambrid-

participativo de Sao Paulo. Estudiar los mecanismos desarrolla-

ge: MIT Press, 1992.

dos en ese proceso para enfrentar los altos niveles de desigualdad existentes en dicha ciudad evidenció para mí la necesidad

Gellner, Ernest. Conditions of Liberty Civil Society and its Rivals, Penguin Books, 1996.

de ampliar el modelo Habermas/Avritzer en este sentido. Ver

Houtzager, Peter. "Introduction: From Polycentrism to the Polity"

Hernández-Medina, Esther, Tensioning Democracy': Participa-

en Houtzager, Peter y Mick Moore (eds.), Changing Paths:

tory Budgeting in the Global City of Siío Pauto. MA Thesis De-

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partment of Sociology, Brown University, mayo de 2005.

sion, Ann Arbor: University of Michigan Press, 2003.

O sea, la idea de que los públicos participativos constituyen

Mella, Pablo. "¿Sociedad civil como espacio público? Un aspecto

un mecanismo de conexión entre la sociedad civil y la sociedad

reciente de la recepción de Habermas en América Latina",

6

política, pero que una de las condiciones para su surgimiento ya implica la existencia de dicho vínculo. 7

Benedict Anderson defme la nación como una "comunidad

política imaginada". La nación existe como tal porque sus inte-

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Publicaciones FUNGlODE La Fundación Global Democraci a y Desarrollo apoyan do su rol de investigación, análisis, produ cción y difusión del conocimiento, presenta a la sociedad nacional e internacional su acervo editorial, resultados de investigaciones, proyectos, actividades y trabajos realizados por grupos profesionales de la institución e instituciones aliadas.

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MALAS IDEAS

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Foreign Pollcy, en español, 2004. Madrid : Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE) . Foreign Policy es la revista más reconocida sobre políticas, economías, e ideas globales. Su misión es difundir la dinámica del mundo internacional, en particular, cómo el proceso de integración global está reformando las naciones, instituciones, culturas, y, fundamentalmente, nuestro diario vivir.

Foreign Affairs en español. 2004. Mé xico: Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) . Cada núme ro consiste de trabajos o riginales escritos especialmente para esta revista, y con artículos publicados en números recientes de Foreign Affairs traducidos al español.

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