Énfasis
DE NUEVO LA ÉTICA De nuevo los asuntos éticos ensombrecen el curso de la vida nacional. y de nuevo son poderes del Estado (o miembros de poderes del Estado) , en colusión con el sector privado (o miembros del sector privado), los responsables de las acciones contrarias a las normas morales que reglan la convivencia pública. Desde mediado de julio pasado y gracias a varias organizaciones de la sociedad civil y medios de prensa, la ciudadanía se entera de decisiones emanadas del Poder Ejecutivo y acogidas por el Poder Legislativo que violentan comportamientos establecidos por leyes o decisiones anteriores del Gobierno. Se trata de los contratos del préstamo para adquirir equipos para la Policía Nacional concedidos a Sun Land sin previa licitación, y de la reapertura del expediente de la construcción de la isla artificial, que había sido desestimado por el Gobierno. En estos casos - sin que le quite gravedad a lo acontecido-los hechos no han sido simplemente denunciados y condenados, para con el tiempo pasar al olvido, sino que la Presidencia de la República ha reaccionado frente a los mismos expresando su definitiva falta de interés por el proyecto de la isla y rechazando los términos y la forma en que se asignó el contrato con Sun Land. No obstante, esa desacostumbrada actitud del gobernante no fue suficiente para devolver el sosiego a una población alarmada por la facilidad con que algunos sectores se prevalen del poder que detentan para atropellar los límites éticos antepuestos a las acciones públicas. Es que el Poder Legislativo, precipitadamente y aún después de los pronunciamientos de los voceros de la Presidencia de la República, aprobó las disposiciones puestas en entredicho, agravando la debilidad moral de grupos de servidores públicos expresada en esos hechos. Además de esto, organizaciones de la sociedad civil y miembro de la prensa se quejaban de que el Palacio Nacional no ofrecía una explicación detallada de lo acontecido ni asumía una actitud en los hechos frente a las posibles "indelicadezas" de algunos de los miembros del Gobierno. Finalmente, cuando llegan a manos del doctor Leonel Fernández los proyectos aprobados por el Legislativo -que era el momento exacto en que el Ejecutivo podía actuar- son observadas las piezas del escándalo ético-político más sonado de este periodo de Gobierno. Incluso medidas tomadas con relación al quehacer de funcionarios señalan a responsables de los desaciertos de las últimas semanas. Lo más importante de estos hechos infaustos que una vez más atropellan la moral pública, es que se evidenció, como nunca antes, que la Nación cuenta con organizaciones de la sociedad civil y miembros de la prensa que -aunque a veces exageran el tono y hasta los hechosestán siempre vigilantes del comportamiento del Estado y dispuestos a denunciar sus pasos indebidos, y que cuenta con un Ejecutivo -cabeza estatal- preparado para reconocer los errores cometidos por sus miembros, y corregirlos. Esto es una suerte, porque contribuye a asegurar la gobernabilidad democrática y el manejo ético adecuado de la cosa pública. Carlos Dore Cabral
CONTENIDO 04 Deportaciones: juicios y prejuicios, problemas y desafíos Flavio Darío Espinal Este trabajo analiza el sistema legal de Estados Unidos que sirve de base a las deportaciones y su impacto sobre la comunidad dominicana y otras comunidades latinoamericanas residentes en ese país. A partir de este análisis se ofrecen algunas reflexiones sobre el perfil de los deportados a la República Dominicana, así como sobre los problemas y desafíos que tiene el país ante este complejo fenómeno.
10 Cultura dominicana y mestizaje Marcio Veloz Maggiolo La mezcla de valores, producto de la globalización, las migraciones, las transformaciones regionales y nacionales, aporta a la cultura mestiza nuevos modelos de entender y aprovechar, sin perder nuestras costumbres y tradiciones. Es la modernidad que se cierne sobre nuestras culturas.
22 Entrevista a Fernando Savater Beatriz González Filósofo, profesor, articulista y, ante todo, un lector. El español Fernando Savater estuvo en Santo Domingo para hablar sobre la humanidad del siglo XXI, defender el rescate de las semejanzas entre los ciudadanos y advertir sobre las cosas que parece que nos ofrecen algo, pero que en realidad nos lo quitan.
56 Impacto de las Grandes Ligas en la República Dominicana John Seibel, Lou Meléndez y Ronaldo Peralta La relación entre la República Dominicana y la Major League Baseball es única en el mundo. Un país pequeño, en vías de desarrollo, ha logrado una incidencia profunda en una de las organizaciones deportivas profesionales de mayor envergadura. Hoy, el impacto económico y social y las posibilidades de desarrollo de esta industria son enormes.
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66 Las TIC en la educación a distancia
Mercados globales 30
Hiddekel Morrison
La política c omercial
La teleeducación que utiliza las TIC se orienta hacia el desarrollo de metodologías alternativas para el aprendizaje de alumnos de poblaciones distantes o que están limitadas por su ubicación geográfica, la calidad de la docencia o el tiempo disponible, a la vez que aporta conocimiento, capacitación y educación al sistema educativo, al empresariado y a la sociedad en su conjunto.
y el desarrollo Julio Ortega Tous Tanto por el nivel de apertura de su economía, como por su peso en la estrategia de desarrollo, la política comercial debe estar en el centro de la política económica de la República Dominicana. Sin embargo, en la historia reciente no ha sucedido así.
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72 Temas de género: énfasis y prioridades Carmen Luisa Figueiras Prim Este ensayo presenta una breve panorámica de los debates prioritarios sobre género en la República Dominicana, tomando como marco los procesos desarrollados en América Latina y el Caribe. En un esfuerzo que no pretende ser exhaustivo, se perfilan los énfasis y prioridades actuales, al tiempo que se reseñan los contextos que han sido determinantes en la definición de los mismos.
84 Las palabras Orlando Gil. El testimonio biográfico del viento José Rafael Lantigua Orlando Gil ha construido en su última obra, Raíces del viento, Antología Personal 1977-2006, una poesía entre el amor y la memoria, y por eso su obra poética requiere atención, porque está cimentada en ese devenir fragoso en que la historia personal se contempla y se asume desde el amor y desde los recuerdos del amor.
En el contexto del
DR-CAFTA
Esther L. Aristy La suscripción y entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio entre la República Dominicana, Centroamérica y los Estados Unidos (DR-CAFTA) ha suscitado diferentes reacciones en los sectores nacionales. Se trata, en efecto, de un proceso de dimensiones históricas que marca un giro importante en la relación comercial de nuestro país con su principal socio en el mundo.
48 Nuevos tiempos con la Unión Europea Federico Alberto Cuello Camilo Negociar una nueva relación comercial con la Unión Europea es una obligación contractual para el Grupo de Estados del África, Caribe y Pacífico (ACP). La nueva relación comercial tendrá la forma de Acuerdos de Asociación Económica (AAE) negociados por cada región del Grupo. Como parte de la zona caribeña, la República Dominicana busca un acuerdo que potencie el desarrollo y no lo distorsione.
Informe Especial Global publica dos de los documentos debatidos en el último Encuentro de Biarritz, celebrado en Sao Paolo en junio pasado bajo el título Movimientos, Partidos y Gobernabilidad en América Latina: la ponencia presentada por el director de esta revista, Carlos Dore Cabral, quien fue invitado en representación de Funglode, y el documento de trabajo preparado por la Corporación Escenarios de Colombia, organización presidida por el ex presidente Ernesto Samper.
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DEPORTACIONES: JUICIOS y PREJUICIOS, PROBLEMAS y DESAFÍOS Este trabajo analiza el sistema legal de Estados Unidos que sirve de base a las deportaciones y su impacto sobre la comunidad dominicana y otras comunidades latinoamericanas residentes en ese país. A partir de este análisis se ofrecen algunas reflexiones sobre el perfil de los deportados a República Dominicana, así como sobre los problemas y desafíos que tiene el país ante este complejo fenómeno.
urante los diez años siguientes a la aprobación de la reforma migratoria de 1996 en Estados Unidos bajo la administración del Presidente Bill Clinton y con mayoría congresual republicana, 1 el gobierno norteamericano ha deportado a la República Dominicana algo más de 30,000 dominicanos, la mayoría de los cuales eran residentes legales en dicho país. Este fenómeno de las deportaciones ha desatado una polémica, tanto en importantes círculos de opinión pública de la sociedad dominicana como en la comunidad dominicana residente en Estados Unidos, en la medida en que en ambos lados se intensifican y ramifican sus efectos. En cuanto a la comunidad dominicana en suelo norteamericano, ésta sufre el impacto directo de la separación y el desarraigo de muchos de sus miembros, así como el deterioro de su imagen por los prejuicios y las estigmatizaciones indiscriminadas que se suscitan como resultado de las deportaciones. Por su parte, las comunidades de la República Dominicana que reciben a los deportados sienten temor e inseguridad, en ocasiones inducidos maliciosamente pero en otras legítimamente fundados. Como punto de partida hay que reconocer que hay más preguntas que respuestas en torno a las implicaciones de las deportaciones para la sociedad dominicana: ¿son éstas, por ejemplo, una causa efectiva del aumento (real o perceptivo) de la criminalidad de la República Dominicana? ¿La experiencia anterior en Estados Unidos de los deportados por causas criminales marca necesariamente su comportamiento social tras su retorno forzado a la República Dominicana? ¿Inciden los deportados en ciertos tipos de criminalidad y no en otros? ¿Son los deportados simples chivos expiatorios para esconder incapacidades y fracasos en el combate contra la criminalidad o un componente real de este fenómeno? Dos posturas contrapuestas dominan el debate ante la problemática de las deportaciones de Estados Unidos a la República Dominicana. Una es acusatoria (en exceso) y la otra exculpatoria (también en exceso). En los medios de comunicación resuenan constantemente ambas posturas: por un lado, los que responsabilizan con un tono
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Todas las imágenes de este artículo fueron tomados en el aeropuerto de Santo Domingo, en octubre de 2005, a la llegada de 80 dominicanos deportados desde Estados Unidos.
alarmista a los deportados por el auge de la criminalidad en el país, aunque sin contar con las pruebas que sustenten esta posición. Por otro, los que de manera automática asumen una actitud defensiva y exculpatoria en lo que concierne a la posible incidencia de las deportaciones en la criminalidad en el país. Lo más probable es que la verdad esté en algún punto intermedio entre estas dos posiciones extremas. Es necesario, pues, seguir acumulando y sistematizando datos que permitan arrojar luz sobre la relación entre deportados y criminalidad, así como sobre otros aspectos cruciales asociados al fenómeno de las deportaciones.
Base legal La ley migratoria adoptada en 1996 en Estados Unidos (Illegal Inmigration Reform and Inmigrant Responsibility Act) endureció las medidas relativas tanto a las condiciones para obtener la residencia legal (admisión de inmigrantes a través de las denominadas green cards) como a las causas de deportación de los residentes legales en dicho país (expulsión forzada). 5
En lo que concierne al primer aspecto, el punto más importante para la comunidad dominicana fue que dicha ley estableció nuevos y más difíciles requisitos para la inmigración legal bajo la categoría de "reunificación familiar". Entre dichos requisitos están: 1) la persona que "pide" a un familiar (sponsor) tiene que demostrar que cuenta con los medios para mantener un ingreso anual equivalente a 125% por encima de la línea de pobreza, y 2) dicha persona tiene que proveer una copia certificada de su declaración federal de ingresos correspondiente a los últimos tres años precedentes a la solicitud. 2 Si bien estos requisitos pueden parecer razonables en un contexto general, no menos cierto es que para muchos inmigrantes los mismos constituyeron una pesada carga que hizo mucho más difícil el proceso de inmigración basado en la reunión familiar. En efecto, mientras que en el período comprendido entre 1991 y 1995 un total de 218,548 dominicanos recibieron visas de inmigrantes (green cards), en los cinco años siguientes (1996-2000) esta cantidad bajó a 116,703. Lo mismo ocurrió durante el período siguiente (2001-2005) cuando Estados Unidos otorgó visas de inmigrantes a 114,467 dominicanos. 3 Estos números indican que en los dos lustros que siguieron a la adopción de la reforma migratoria el número de green cards otorgados por Estados Unidos a ciudadanos dominicanos se redujo a la mitad cuando se compara con el lustro precedente. La ley migratoria de 1996 representó también un endurecimiento en lo que concierne a las causas y los procedimientos para la deportación de residentes legales en Estados Unidos. La ley redefinió las reglas sobre las deportaciones tanto por razones criminales como no criminales, aunque las primeras son las que han generado más controversia no sólo en la comunidad dominicana , sino también en otras comunidades de inmigrantes en Estados Unidos, como la mexicana, salvadoreña, guatemalteca o la jamaiquina. Entre las disposiciones que incluyó dicha ley en materia de deportación por razones criminales se encuentran: 1) cualquier persona no ciudadana americana sentenciada a un año o más de prisión puede ser deportada, aún si la sentencia
es suspendida; 2) los crímenes que dan lugar a la deportación son crímenes que abarcan las más variadas áreas de infracción penal, desde un asesinato o un asalto agravado hasta un robo menor o crímenes de inmoralidad; 3) la leyes retroactiva, lo que hace que los inmigrantes estén sujetos a deportación por crímenes cometidos antes de la entrada en vigencia de la ley y que no implicaban deportación en el momento en que se cometieron; 4) la ley eliminó casi todos los niveles de apelación, lo que hace automáticas las deportaciones por delitos criminales. 4 La reforma legal de 1996 también consolidó las causas generales de deportación por causas no criminales. Estas son: 1) inadmisibilidad al momento de entrada a Estados Unidos por razones de salud pública, seguridad o por causa criminal; 2) presencia en el territorio de los Estados Unidos en violación a la Ley de Inmigración; 3) violación del estatus de no inmigrante o condición de entrada bajo las cuales entró al territorio norteamericano; 4) retiro de la residencia permanente otorgada bajo estatus condicional (por ejemplo, al empresario, esposo (a) y/o hijos (as) admitidos como residentes permanentes con la condición de cumplir con ciertos requisitos); 5) contrabando de personas; 6) matrimonio fraudulento. 5
Cifras Durante. el período 1996-2005, Estados Unidos deportó a la República Dominicana 30,879 personas, de las cuales 20,896 (67.7%) fueron deportadas por razones criminales, y 9,983 (32.3%) por razones no criminales. 6 En lo que concierne a Centroamérica, los países con mayor número de deportados son Honduras, Guatemala y El Salvador. Durante el período 2000-2005, Estados Unidos deportó 37,271 personas al primero, 35,127 al segundo y 30,489 al tercero. Durante ese mismo período, el número de deportados a la República Dominicana ascendió a 20,483. 7 Es importante notar que, a diferencia de la República Dominicana, un porcentaje mayor de deportados a esos tres países son por razones no criminales, de lo que se infiere que se trata de deportados por causas migratorias. Para el caso de El Salvador, del
1 TOTAL GENERAL DE DEPORTADOS EN LOS ÚLTIMOS 10 AÑOS Datos en porcentaje. El total general de deportaciones es de 30,879 personas. Total de deportaciones criminales
Total de deportaciones no criminales
67.7
32.3
Fuente: Oflice 01 Inmigration Statistics. Oepartment 01 Home Land Security
2 COMPARACiÓN ENTRE LAS DEPORTACIONES A LA REPÚBLICA DOMINICANA Y CENTROAMÉRICA Datos en porcentaje. Año 2000-2005. Panamá
896
Honduras
37.271
Belize
30.489
35.127
Fuente: Oflice 01 Inmigration Statistics. Department 01 Home Land Security
total de deportados entre 2000 y 2005 solo el 42.5% lo fue por causas criminales; en lo que respecta a Guatemala, en el mismo perrada, el 30.5% fue por causas criminales, y para Honduras, también del total de deportados de 2000 a 2005 solo el 29% fue por causa criminal. Esta situación es perfectamente entendible dado que el índice de regularización migratoria de los dominicanos en Estados Unidos es mucho mayor que el de dichos países.
En lo que concierne a los países del Caribe (excluyendo a Centroamérica, México y Colombia), la República Dominicana ha recibido más del 50% de los deportados a esta subregión. Durante el período 2000-2005 Estados Unidos deportó 20,483 personas a la República Domínicana, mientras que al resto de los países caribeños deportó 17,936. La información es escasa en cuanto al tipo de infracción criminal que dio lugar a la deportación. La Dirección General de Migración de la República Dominicana, que ha comenzado un programa de sistematización de datos como forma de conocer mejor el perfil de los deportados, hizo un levantamiento de información sobre los deportados de Estados Unidos a la República Dominicana, incluyendo los denominados "yoleros", durante el período enero-diciembre 2005. El total de deportados ascendió a 6,079, de los cuales 1,051 fueron "yoleros" y 1,808 indocumentados o inmigrantes ilegales. El resto fue deportado por razones criminales: drogas 2,360, asalto 150, robo 203, abuso sexual 71, violencia 80, homicidio 82, fraude 103, arma ilegal 151, fuga 4, lavado 16.8 Del total, 4,687 fueron hombres y 1,392 mUJeres. Durante el período enero-marzo de 2006 los porcentajes se mantuvieron más o menos constantes. De un total de 1,006 deportados, 166 fueron "yoleros" y 297 inmigrantes ilegales. El resto (544) fue deportado por razones criminales: droga 375, asalto 17, robo 54, abuso sexual 11, violencia 17, homicidio 20, fraude 23, arma ilegal 24, lavado 2. Del total de estos tres meses, 913 fueron hombres y 93 mujeres. 9 Estas cifras plantean, al menos, dos cuestiones de vital importancia para entender y lidiar con esta problemática: en primer lugar, es evidente que el perfil de los deportados no es homogéneo, ya que una parte considerable de los mismos ha sido devuelto a su país por violar las leyes de migración de Estados Unidos y no por cometer crímenes que los conviertan en una amenaza para la sociedad; en segundo lugar, sin embargo, un alto porcentaje de los deportados (superior al 50%) fue devuelto a la República Dominicana por haber cometido algún tipo de acto criminal, ya sea 7
tráfico o consumo de drogas, asalto, robo, abuso sexual, homicidio, fraude, u otro. Nadie puede argumentar con bases ciertas que el aumento de la criminalidad y de la inseguridad ciudadana se debe principalmente al retorno de estos deportados. El fenómeno de la criminalidad es demasiado complejo para que pueda ser explicado en función de una causa principal, en este caso el impacto de los deportados en la sociedad que los recibe. No se dispone, además, de datos confiables que arrojen luz sobre el impacto real de estas deportaciones en la criminalidad que se produce en el país. Lo mismo puede decirse, sin embargo, en sentido opuesto. Nadie puede argumentar con bases ciertas que el flujo de los deportados no tiene una incidencia en el fenómeno de la criminalidad en la República Dominicana, si bien no se dispone de estadísticas confiables que permitan cuantificar o dimensionar ese impacto. Algunas preguntas de sentido común pueden ayudar a entender esta problemática. ¿Qué puede hacer pensar, por ejemplo, que quien regresa al país luego de haber cumplido condena en Estados Unidos por tráfico de drogas, asalto, robo, homicidio, o cualquier otro acto criminal grave, se va a insertar armónicamente a la sociedad dominicana dejando atrás su pasado criminal? ¿Acaso las redes criminales internacionales no se convierten en un canal de reinserción de muchas de estas personas en los circuitos de la criminalidad? ¿No es el tráfico de drogas - en cuya categoría cae un porcentaje significativo de los deportados- uno de los factores más decisivos en el aumento de la criminalidad por su relación con otros crímenes, como el tráfico de armas, los asaltos y el lavado de dinero, entre otros? No se puede suponer que toda persona que haya cometido un acto criminal y que haya cumplido una condena por dicho acto seguirá necesariamente teniendo un comportamiento criminal. Los seres humanos tienen la capacidad de modificar su conducta y de reinsertarse de manera efectiva en la sociedad. Tampoco puede ignorarse, sin embargo, que el hecho de que una persona haya cumplido una condena lo rehabilita necesariamente para volver a la sociedad sin el lastre de la criminalidad. Como se sabe, en muchos casos los
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sistemas carcelarios más bien acentúan las tendencias criminales de los individuos debido a las deficiencias de dichos sistemas y a las condiciones de la vida carcelaria. En ese contexto, las autoridades nacionales - Migración, Policía y Ministerio Público, entre otras- enfrentan un doble desafío: por un lado, deben evitar las prácticas discriminatorias que estigmaticen para siempre a los deportados e imposibiliten su reinserción en la sociedad, mientras que, por el otro, deben ejercer su función de supervisión y hasta de control para evitar que aquellos que no están efectivamente rehabilitados cometan actos criminales. En todo caso, nadie puede ignorar la carga que representa para la sociedad dominicana la absorción de miles de personas que, continua y sistemáticamente, son deportadas a la República Dominicana por las autoridades norteamerica-
nas. Esta carga se presenta a diferentes niveles: en los organismos encargados de la seguridad ciudadana debido a los escasos recursos económicos y profesionales de que disponen; en el mundo laboral por el alto desempleo y sub empleo que hace difícil la incorporación al trabajo productivo de muchas de estas personas recién retornadas; y en las propias comunidades en las que se desarrollan tensiones inevitables como resultado del choque cultural, la desconfianza mutua o la existencia de expectativas encontradas entre quienes están y quienes retornan de manera forzada.
misa de que es de interés mutuo que la sociedad dominicana pueda absorber de la manera menos traumática posible el retorno forzado de miles de personas cada año. Y es que, dada la transnacionalización creciente entre las personas y las sociedades, y de manera particular la existencia de vínculos tan estrechos entre Estados Unidos y la República Dominicana, cualquier impacto negativo que pudiese tener el fenómeno de las deportaciones en la sociedad dominicana termina, de alguna manera u otra, afectando también a la sociedad norteamericana.
Conclusión
Ponencia presentada en el semina rio La realidad social y
El fenómeno de las deportaciones plantea serios desafíos a la sociedad dominicana en temas tales como la reinserción laboral y la asimilación social de los deportados, el control y la supervisión de éstos cuando las circunstancias lo ameriten, la relación con la comunidad en el exterior y los familiares de los deportados, entre otros. Para enfrentar dichos desafíos será necesario desarrollar capacidades institucionales, recursos humanos y fomentar una comprensión desapasionada y desprejuiciada de este fenómeno que afecta a la República Dominicana, igual que a otros países de la región. No es realista pensar que en Estados Unidos pueda producirse una reforma legal que suavice sus normas en materia de deportaciones de residentes legales que cometen infracciones criminales, aún si los mismos se han formado y han desarrollado su conducta criminal en dicho país. De hecho, ninguna de las reformas migratorias que se plantean en Estados Unidos, ni siquiera las más progresistas, contemplan un cambio de la legislación sobre deportaciones adoptada en 1996. Esta realidad política y legal de Estados Unidos hace de las deportaciones un fenómeno inevitable, creciente y permanente, por lo que la sociedad dominicana deberá prepararse cada vez mejor para lidiar de manera efectiva con esta problemática y sus múltiples efectos. Por su parte, Estados Unidos pudiera, al menos, apoyar más a la República Dominicana con recursos financieros para el desarrollo de sus capacidades institucionales y profesionales en esta materia, con la pre-
legal de los dominicanos repatriados organizado por la Fund ación Global, D em ocqcia y D esarrollo, en abril de 2006.
Flavio Darío Espinal es embajador de la República Dominicana en Estados Unidos. Es abogado y político. Ha sido director de la Escue la de Derecho de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (pucMM)-Recinto Santo Tomás de Aquino, y embajador de la República Dominicana ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Notas 1 Illegal
Inmigration R eform and Inmigration Respon-
sibility Act, 1996. 2
Immigration Resp ? nsibility Act, 1996. Título II, Sec-
ción 21 3 A (f) (i). 3
US Citizenship and Immigration Services, Departa-
ment ofRome La nd Security, Oficina de Estadísticas. 4
Inmigration Responsibility Act, 1996. Título II, Sec-
ción 238. 5
Ibíd. Título II, Sección 212 .
6
Office ofInmigration Statistics. D ep a rtment ofRome
La nd Security. 7
Ibíd.
8
D epartamento de D epor taciones . Dirección G eneral
de Migración. Cf. C onferencia presentada por Giovanni Romero, subdirector general de Migración de la R epública Dominicana en el seminario titulado " L~ realidad social y legal de los dominicanos repatriados'" celebrado en Funglode el 24 de abril de 2006. 9 Ibíd.
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Marcio Veloz Maggiolo
CULTURA DOMINICANA y MESTIZAJE La mezcla de valores, producto de la globalizaci贸n, las migraciones, las transformaciones regionales y nacionales, aporta a la cultura mestiza nuevos modelos de entender y aprovechar, sin perder nuestras costumbres y tradiciones. Es la modernidad que se cierne sobre nuestras culturas.
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1 mestizaje se considera hoy como una mezcla de expresiones culturales que, más allá de lo racial, conforma sistemas y modos de vida en los cuales la riqueza de las hibridaciones humanas y de las concepciones culturales vivas redundan en una visión nueva y funcional de los valores y prácticas sociales en ocasiones recicladas y modificadas. En el caso de América, el concepto, nacido durante el proceso colonial como evidencia clasificatoria de mezclas raciales diversas, camina hacia una concepción sustentada en la mezcla de tradiciones y en el surgimiento de nuevos valores que parten de ese proceso de hibridación no sólo biológico, sino igualmente cultural. El viejo concepto de mestizaje como simple expresión racial deja paso a la concepción de que la fusión de valores y de expresiones biológicas genera un proceso de transformación que se basa en el desarrollo histórico de la sociedad de la que se trate. La nueva valoración, opuesta a una visión que hace partir de la mezcla racial el fenómeno cultural mismo y las valoraciones biológicas, parece chocar con la concepción en la que el elemento racial constituye sólo una parte del mestizaje, por cuanto existe una secuencia de asimilaciones y mezclas culturales en las cuales el elemento histórico y el biológico tienen y tuvieron suma importancia. Hoy, el acento principal de la mezcla cultural toma en cuenta como punto de partida la importancia de las migraciones y el intercambio y adaptaciones producto de las mismas. Esta visión, en la cual cultura y biología pueden ser complementarias, tiene orígenes en la gran mezcla biológica y étnica que se produjo a partir de la llegada de los europeos a América, y se sustenta aún en el proceso creciente de las migraciones actuales. Por lo tanto, si en un momento histórico el mestizaje fue visto más desde el punto de vista racial que cultural, hoy elementos étnicos, expresiones biológicas y modos de vida se perciben como componentes de la sociedad mestiza.
Mestizo La palabra "mestizo" proviene del latín mixticius, mezcla, y fue usada fundamentalmente por los españoles durante los comienzos del período co-
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lonial para identificar a los hijos de españoles e indias. En la medida en que la conquista avanzó y la ausencia de mujeres españolas obligó a una hibridación racial, también los hijos de españoles, indios y africanos se adaptaron a la cultura conquistadora aportando, igualmente, no sólo elementos biológicos, sino de supervivencia, que se enmarcaban en tradiciones nuevas aceptadas por la sociedad colonial por su funcionalidad. Cuando el español usó el casabe y el africano el conuco indígena, aceptaron modelos culturales aj enos a su procedencia, y lo mismo aconteció cuando el africano y el indio debieron aceptar las formas españolas y la manera de organizar la nueva sociedad. El mestizaje cultural inicial puede verse como implantación, pero igualmente como transculturación. Hacia las primeras dos décadas del siglo XVI ya se había asentado el concepto de "mestizo". Richard Konetzke cita documentalmente la abundancia de hijos de india y español en la isla de Santo Domingo hacia 1519 y en 1530, cuando ya la presencia africana ha aportado sus características biológicas y culturales dando lugar a curiosos modelos de clasificaciones de mezclas "raciales" que intentaban organizar las mismas a través de las relaciones de la madre según el padre con el que concebía la criatura, dando como resultado tablas como la que reproduce el antropólogo Magnus Morner, en su obra Los Incas, el Pueblo del Sol. La sociedad conquistadora proyectó su desprecio a las mezclas raciales y a los resultados de las mismas, bajo la concepción errada de que el europeo era racial mente superior a cualquier ser humano híbrido. El mestizaje racial se considera el inicio de las formas clasificatorias coloniales, en las que la concepción partía del color de la piel y de los rasgos físicos sin tomar en cuenta los elementos de la cultura. Las clasificaciones organizaban la discriminación en cuadros de mestizaje fenotípico rebajando la condición humana a niveles inferiores a los que se consideraban modélicos en los conquistadores. Vale decir que, sin embargo y contradictoriamente, la sociedad española que imponía los prejuicios era una sociedad mestiza en el mo-
mento de la conquista de América. Las diversas etnias que durante milenios ocuparon el mapa de España o Hispania se "mestizaron" o mezclaron a tal punto que al momento del "descubrimiento" de América los españoles poseían rasgos culturales y biológicos de sociedades que ocuparon el mapa de la península como los propios celtas, los íberos, pobladores locales, los griegos, los cartagineses, los godos y visigodos, los judíos, los árabes y berberiscos, los gitanos, romanos y otros grupos.
Las clasificaciones coloniales Muchos autores consideran que el Inca Garcilaso de la Vega fue el primer mestizo que sintió orgullo de serlo y lo expresó abiertamente. Este gran escritor peruano, descendiente de indígenas y españoles, en su obra La Florida del Inca se manifestó orgulloso de sus ancestros y defendió las caracte-
rísticas del mestizaje. Fue tal vez el primer abanderado público y el primero en considerar dicha condición no sólo como un proceso racial La siguiente lista de Magnus Momer, publicada en su obra Me;:.cla de ra;:.as en la historia de América, correspondiente al Perú del siglo XVI, revela las complicaciones clasificatorias y de clase que la Corona aceptaba como objeto de valoración racial, más que cultural, entre los súbditos indígenas, africanos y españoles, según fuera la mezcla biológica: l. Español e india, mestizo. 2. Español y mestiza, cuarterón de mestizo. 3. Español y cuarterona de mestizo, quinterón. 4. Español y quinterona de mestizo, retorno a español. 5. Español y negra, mulato. 6. Español y mulata, cuarterón de mulato. 7. Español y cuarterona de mulata, quinterón.
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8. Español y quinterona de mulata, requinterón. 9. Español y requinterona, vuelta al blanco o español. 10. Mestizo e india, cholo. 11. Español y negra, mulato. 12. Mulato e india, chino. 13. Negro e india, zambo de indio. 14. Negro y mulata, zambo. Con la misma intención clasificatoria eXIStieron variantes en México, Venezuela y otros lugares de América. La conquista buscó una separación de clases usando el concepto de "castas" y otorgando importancia a algunas mezclas sólo cuando los padres o ascendientes pertenecían a la alta sociedad colonial. Ante tales concepciones, basadas muchas veces en el llamado "fenotipo",' la Iglesia Católica, en algunos casos como el de Perú, tuvo á veces que alejarse de tales modelos de clasificación debido a la complejidad de los mismos, archivando, en bautizos y matrimonios, los tipos híbridos en un solo grupo llamado "castas de mezcla", dando así uno de los primeros pasos para entender el mestizaje ya no como una hibridación entre español e india, sino como una mezcla racial que sólo dejaba fuera a los indios considerados "puros" y a los blancos. En estos casos la clasificación eclesiástica presentaba la mezcla racial no claramente definida, como un conjunto donde predominaban las hibridaciones. Usando el concepto moderno, lo que significaba el término "castas de mezclas" era hibridación biológica, mestizaje racial. Esta concepción de mezcla sin clasificaciones claras co menzó a predominar para considerar como mestizo el híbrido, cualquiera que fuera desde el punto de vista de la variedad visible. La primaria concepción de mestizo para la mezcla de español e india se resquebrajó.
extendió alcanzando el significado que hoy posee. Criado y "crioulo" dan sentido posterior al concepto de servicio que ejercían los negros encargados de las labores domésticas. Como parte de la mezcla racial y cultural que genera formas nuevas de vida, modelos de creencias nuevos y, fundamentalmente, la posibilidad de una libertad que se desarrolla a partir del siglo XIX cuando las clases sociales locales hacen definitivamente suyos los reclamos para la independencia política, la "criollidad" es, en efecto, una identidad nueva que rechaza los poderes de las metrópolis y las monarquías de las que dependen, considerándose capaces de manejar los asuntos locales sin interferencias foráneas. En las Antillas, el término criollo abarca no sólo la condición so cial que reclama autonomía, sino el conjunto de valores que determinan una forma de vida, un modelo de vida, dentro del cual predominan las adaptaciones y creaciones propias de una historia compartida. En las Antillas y en la isla de Santo Domingo la sociedad mestiza sustenta a partir de finales del siglo XVI valores o formas de vida criollos, en los que el hato ganadero es considerado la unidad económica básica. La producción de cueros y el contrabando, así como una agricultura
En el IIlarco de la historia antillana, lo criollo es considerado COIllO un aspecto IIlás cultural que político.
Crioulo y criollo "Crioulo" fue el nombre que los portugueses dieron en Brasil a los africanos nacidos y criados en los territorios conquistados. Según el antropólogo y lingüista cubanoJoséJuan Arrom, el vocablo se
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débil con predominio de los trapiches azucareros, la siembra de añil, jengibre y frutos para la alimentación, son los puntos clave de la sociedad que a finales del siglo XVI se había hecho fuerte en el norte de la isla, presentando cierto sentido de "criollidad", de diferenciación, alentado por la oposición de España al contrabando, negocio estimulado indirectamente por el monopolio monarquista.
valores africanos conforman a la vez un nicho importante que se Primario V secundario opone al de los criollos de origen Llamamos mestizaje primario sub clasificaciones, como en el caso social. Quizás se pudiera decir al que se produjo en los primeros de los llamados "pardos", "castizos", que dos formas de la "criollidad" años de la conquista de América, "coyotes" y otros. se oponen y buscan el entente hisUn ejemplo es el caso de Veneen el que fundamentalmente indios tórico necesario, aprobadas por la y españoles procrearon parte de zuela, donde los mestizos descennecesidad de autonomía. una sociedad con sello "aindiado", dientes de indio y español habían Los valores producto de la mientras que consideramos como alcanzado en el siglo XVIII más del vida local representan un paso importante en la identidad criomestizaje secundario el que comen- 30 por ciento de la población. En las zó a producirse con la llegada del Antillas, hacia finales del siglo XVI, la lla. En nuestro caso, como se aprecia, lo criollo y lo mestizo son afric ano, dándose inicio a una nue- sociedad era mestiza y negra en su elementos en comunión, y ello es va mezcla en la que elementos de mayoría, con predominio del mulato, así porque el dominio colonial las tres poblaciones -hispana, india hijo de negra y español, debido al creó una sociedad depauperada y africana- se reprodujeron creán- crecimiento demográfico de los esen la que tanto el mestizo como el dose tipos humanos que fueron de- clavos, habidos en mayor abundancia criollo blanco y el negro sufrieron nominados con nuevos nombres y que blancos e indios en ocasiones. la miseria general. Es dentro de las características de un mestizaje no sólo racial, sino igualmente cultural, donde se Por lo tanto, a los valores monárquicos y a los manifiesta la identidad criolla en la isla de Sanintereses de la monarquía y del gobierno local se to Domingo, en un sentido mucho más amplio, oponían los valores locales, "criollos", producclaro está, que el originario sentido de la palabra to ya de una sociedad mestiza, mulata en gran referida sólo al nacido en tierra americana. parte, capaz de enarbolar sus propios intereses económicos en confrontación con la Corona y Concepción política los representantes de los reyes Felipe II y III en Algunos autores consideran la sociedad criolla la isla. Las rebeliones sociales tempranas, en el como la que reclamó su autogobierno en Américaso de la isla de Santo Domingo, como la de ca basándose en valores contrarios a la Corona. Hernando Montara que se opuso activamente En tal sentido, la sociedad criolla, para muchos analistas de la historia americana, se centraba en en 1605 y 1606 a la eliminación del contrabanlos blancos de clase alta que buscaban una libedo en Bayajá y La Yaguana, fueron una muestra ración para usufructuar por sí mismos los bienes de "criollidad", expresada en el rechazo a dictaque España regenteaba. Para algunos autores el dos foráneos, aunque la misma fuese una falta de concepto de criollo se aplica, por tanto, a la concumplimiento de las leyes monárquicas. A pesar cepción política que separa y da paso a la lucha de estas muestras aisladas de rebeldía criolla, no de independencia considerada como una confrones sino a finales del siglo XVIII cuando en Santo tación de valores entre América y las sociedades Domingo y toda América, las sociedades locales colonizadoras. Para estos autores, lo criollo tiene confrontan sus crecientes valores de identidad más que un valor mestizo, un valor de clase. Por promovidos por las nuevas visiones y modos de . lo tanto, la sociedad en general se presenta como vida locales, es decir, criollos. El poder monárquico es confrontado por pouna sociedad con una alta clase, la "criolla", que,. buscando el poder, se aprecia como la poseedo- ' bladores con suficientes recursos y deseos de hacer sus propios negocios sin la intermediación de ra de los valores nativos. La otra parte, o sea, la Corona. Dentro de la sociedad americana, los la sociedad mestiza, negra, indígena o africana,
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viejo concepto del hijo de extra~ero nacido en la la sociedad lateral, si se me permite el término, colonia, concepción diferente de la que poseemos cuenta como parte diferenciada. las sociedades caribeñas. En el marco de la historia antillana, lo criollo La mezcla de sociedades con diversos valores es considerado como un aspecto más cultural que sociales y culturales, con visiones diferentes de la político. Para nosotros lo criollo es un producto cultura y con costumbres no presentes en la sode la hibridación cultural y del mestizaje biolóciedad de origen o en la sociedad predominangico. Criollo es un modelo de vida novedoso que te, puede considerarse como mezcla interétnica se sustenta en valores propios y en tradiciones ya o mestizaje interétnico. Las migraciones son una consolidadas culturalmente. Las hibridaciones conforman una sociedad fuente constante de este tipo de mestizaje. Durante el siglo XIX este proceso se acrecienta en la con valores añadidos, valores nuevos, costumbres República Dominicana, alcanzando importantes y tradiciones que se transforman, viven y son la base de una identidad propia, resultado, precisay novedosos modelos. mente, de la mezcla y de la incorporación a la culEste tipo de mestizaje, que puede incluso encontrarse en los modelos conquistadores que tura de elementos nuevos y del mantenimiento de trasladaban, por ejemplo, indios o africanos para viejas formas pasadas que aún funcionan y tienen sentido para nuestro mundo cultural mediante conseguir una mezcla humana más explotable, se la permanente creatividad. En el caso antillano, las migraciones, invasiones, asentamientos y encuentros raciales siLas lIligraciones han contribuido guen siendo la base del mestizaje. En sociedades mestizadas como la nuestra, a un lIlestizaje que conjuga lo criollo y lo mestizo se confunden.
Humboldt y el mestizaje ignorado
valores de lIluchas etnias y representaciones culturales.
Un dato interesante sobre esta concepción de lo criollo es el que aporta Alejandro von Humboldt al clasificar durante el siglo XVIII la población de Venezuela, en su Viaje a las regiones equinocciales de América. Para él, los mestizos están clasificados como "grupos mixtos", mezclados querría decir, mientras que los españoles se clasifican como blancos europeos, los indios como tales y los negros como tales. La mezcla racial, o sea, el mestizaje, lo que llama "grupos mixtos", en ese momento alcanza, según su estadística, la cifra de 406,000 habitantes, con sólo 200,000 blancos criollos, unos 120,000 indios y 62.000 negros. La visión del criollo se da en la estadística del autor como una clase social, es decir, de la manera en que muchos investigadores consideraron la condición de criollo. No eran criollos, según estas estadísticas, los más de 400,000 habitantes llamados "mixtos", o sea, mestizos, lo que revela una concepción fenotípica del criollo atada al 16 GLOBAL
hace fuerte en el proceso del creciente capitalismo del siglo XIX, con otras características. Las migraciones han contribuido en todo el Caribe y en la República Dominicana a un mestizaje que conjuga valores de muchas etnias y representaciones culturales. Desde el inicio de la conquista de la isla de Santo Domingo, sin contar con las relaciones interétnicas que se habían dado en las poblaciones precolombinas desde el año 4000 antes de Cristo, la presencia hispánica trajo consigo las primeras mezclas raciales y culturales entre indios y europeos y luego entre africanos, indios y españoles. Se sabe que Alonso de Ojeda tuvo hijos con una india, que Francisco de Roldán, el alcalde de La Isabela en lucha contra los Colón, se aposentó en ]aragua y que sus hombres procrearon con indias del lugar. La documentación en tal sentido es extensa.
La servidumbre indígena femenina fue, además, servidumbre sexual en la mayoría de los casos. En Cuba, durante el siglo XVI,Juan Porcallo de Figueroa tenía prácticamente un harén y tuvo larga descendencia mestiza. Los datos históricos hablan de mestizos en abundancia ya en 1519. Pero, igualmente, la presencia africana produjo una mezcla importante desde la aprobación del uso de mano de obra esclava en 1511 por Fernando el Católico. En el largo trayecto de la vida de la isla, las importaciones de agricultores de las Islas Canarias en varias ocasiones, la presencia de esclavos escapados del oeste, cuando Francia se había
adueñado de lo que hoyes Haití, la presencia francesa, aunque corta, del gobierno napoleónico bajo el mando de Louis de Ferrand, la migración haitiana de 1822, y posteriormente la nueva migración española promovida por Isabel lIcuando Pedro Santana anexó el país a España, produjeron relaciones culturales, políticas, biológicas y sociales importantes.
Estructura demográfica En el año 1789, según Moreau de Saint Mery, la población de la parte española de la isla de Santo Domingo era sólo de 125.000 personas, cifra que muchos autores ponen en duda, y que disminuiría con el exilio voluntario de las familias que se alejaron de la parte llamada "española" debido al Tratado de Basilea de 1795. Durante la invasión de Boyer, en 1822, el contingente haitiano encontraría una población quizás menor, pues la emigración continuó hasta después del gobierno de José Núñez de Cáceres, en 1821. La entrada de Boyer en 1822, la liberación de los esclavos y la presencia haitiana animaron el ritmo demográfico. En 1824, Boyer trajo libertos de los Estados Unidos en número no establecido claramente. Existieron estadísticas de los mismos en 1870, según citas de Harry Hoetink, que aseguran la presencia aún de unos 600 descendientes de estas etnias. Siguiendo las líneas apuntadas por el autor en su obra El pueblo dominicano, 1850-1900, las migraciones del siglo XIX vieron la llegada de judíos sefardíes desde Curazao; canarios o isleños; los españoles del período 1863-65; los cubanos de las guerras de independencia de 1868 y 1895; puertorriqueños emigrados durante ese período; los cocolos o emigrantes de las islas caribeñas; los árabes en fecha cercana ya al siglo XX; los chinos, y los italianos cuyos primeros representantes comerciales pertenecen a los mediados del siglo XIX y cuyas familias siguieron inmigrando hasta el siglo XX. Todo ello unido a los planes de inmigración de Trujillo, a mediados del siglo XX, los cuales incluyeron nuevamente españoles, pero también judíos y japoneses. En ciudades pequeñas, casi villas, estas pre~ sencias culturales de las migraciones y del mestizaje hicieron sus efectos. Durante el siglo XIX
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los puertos del norte de la isla, principalmente Puerto Plata, abrieron el comercio hacia Europa, y grandes casas comerciales contribuyeron con su influencia a la vida social dominicana, principalmente en ciudades progresistas del momento como Santiago de los Caballeros, La Vega y Montecristi.
Reforzado El siglo XIX fue un siglo de refuerzo de nuestro mestizaje. Vale insistir en la importancia de la migración cubana tras las guerras de independencia de 1868 y la definitiva de 1895. El campesinado del Cibao central estuvo integrado en mucho por descendientes de canarios, y el tabaco fue uno de los aspectos agrícolas que alcanzó notable importancia con la presencia de la migración cubana. En la costa sur, con el traslado de los propietarios de terrenos fronterizos en San Miguel de la Atalaya tras la rebelión esclava contra Francia a finales del siglo XIX, se fundaron poblaciones canarias
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en mezcla con grupos de otras comunidades de la misma procedencia, mientras que los descendientes de africanos ocuparon la zona de La Vereda y el norte de Paya.
El mestizaje global ¿Se pude hablar de mestizaje global y mestizaje local? A la condición nacional que caracteriza nuestra identidad como qominicanos se adiciona la diversidad cultural que nos define. Pero el mestizaje, que es, como hemos visto, un proceso de hibridación que contribuye a la creación de una identidad propia, se ve compelido por el proceso de la llamada "mundialización" sostenido por esquemas de valores también mundiales, tendientes, muchos de ellos, a sustituir, cuando no a opacar, los valores locales. Las culturas locales no son ya tan definitivas de cara a sus propias producciones, y tendrían que adaptarse al nuevo proceso tratando de mantener sus identidades.
Los proceso~ de doble nacionalidad y de absorción de las culturas de adopción plantean una posible doble identidad, o bien una identidad fusionada que responde a la globalidad como tal. Los valores de los emigrados tienen resortes nacionales, pero igualmente deben reaccionar
pueda ser similar al que justifica las identidades locales. Vale decir que el racismo es ideológico. "Es interesante observar cómo hoy el concepto de mestizaje reemplaza o se opone al dilema colonizador/colonizado. Se trata de una noción utilizada para explicar los cambios que aparecen a escala mundial. Actualmente y según Renato Ortiz, el mestizaje tiene una significación positiva. El autor dice que la modernización da lugar a nuevas migraciones y engendra nuevas formas de colaboración, por tanto, el mestizaje es un punto de partida interesante para evaluar los intercambios efectuados en la nueva cartografía mundial y verificar la existencia o la ausencia de la cultura globaL" (Gloria Moreno Pérez. El mestizaje cultural como apreciador de la cultura globalj. Todavía en muchas de nuestras concepciones populares se percibe la falta de confianza en el mestiz<ye y se aprecia que la visión racial del dominicano en diversos casos apunta hacia una concepción emocional que se asienta en prejuicios raciales. La línea madre de este pensamiento se origina a finales del siglo XIX, con el reforzamiento de las ideas de que el negro, racialmente, es inferior al blanco, y de que el blanco y el negro puro son superiores al mestizo y al mulato. Algunos autores nacionales del siglo pasado plantearon, desconociendo el valor de las hibridaciones, la degeneración racial y cultural del dominicano por su calidad de mestizo, o sea, de híbrido, tomando sus argumentos de la mezcla biológica y dejando de lado el factor cultural, al que le dieron características de inferioridad si se trataba de considerar la cultura como mestiza. Se arguyó la incapacidad biológica del mestizo como razón de incultura. Las viejas corrientes coloniales que usaron del argumento para rebajar la condición humana de la mezcla racial seguían incorporadas a la vida intelectual dominicana del siglo XX en la concepción de escritores como Joaquín Balaguer, quien en su obra La isla al revés señala, siguiendo los lineamientos de F. E. Moscoso Puello, que la mezcla racial de negro y blanco produce un mestizaje generalmente decadente.
Por la presencia africana y por l a destrucción de la sociedad indígena, el predolJl.inio dellJl.ulato fue un elelJl.ento racial clave. frente a los que la supervivencia les exige en las tierras y culturas de adopción. Otro problema es el de cómo evitar que las implantaciones sustituyan los valores locales. Ello sólo es posible con el mantenimiento de la identidad, adoptando y convirtiendo en hecho funcional, de frente a nuestro modelo de vida, aquello que puede ser sustitutivo de nuestra cultura. La misma sociedad mestiza que se conformó con la migración y la transformación y creación de valores nuevos sobre valores externos y locales puede, tal vez, hacer lo mismo con el nuevo bombardeo multinacional. Haría falta una política nacional para logros de este tipo. La mezcla de valores, producto de la globalización, las migraciones, las transformaciones regionales y nacionales, aportan a la cultura mestiza nuevos modelos de entender y aprovechar, sin p erder nuestras costumbres y tradiciones. Es la modernidad que se cierne sobre nuestras culturas. En este sentido, vale recalcar que la hibridación cultural es, muchas veces, un modelo de enriquecimiento que nada tendría que ver con la concepción racial. La globalidad descarta la racialidad en casos como los señalados. Pero en la cultura local, la misma sigue teniendo predominio y justificaciones, por lo que no resulta conveniente considerar que el mestizaje globalizador
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En sus Cartas a Evelina, lo mismo que Balaguer, Moscoso apuesta a la decadencia del mestizo, aunque con excepciones. José Ramón López, en su obra La alimentación de las razas, percibe la decadencia del dominicano por sus fallas biológicas y su pobre alimentación. Todos tienen en común el concepto de la inferioridad del mestizo y aun del dominicano frente a otras culturas.
quecido, deberá ser el punto de p artida p ara la confrontación que nos depara el p orvenir. Marcio Veloz Maggiolo, d ominicano (1 936), e s doctor e n Historia de América de la Universidad Complute nse de Madrid, licenciado en Filosofía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Profesor, escritor, ganador del Prem io Nacional de Ciencias p or su obra antropológica y Pre m io Nacional de Lite ratu-
Mulato y mestizo
ra p or su labor como narrador. Pa rte de su lite ratura
Aunque en principio, por la presencia africana y por la destrucción de la sociedad indígen a, el predominio del mulato fue un elemento racial clave, vale señalar que hay diferencias entre el concepto de mulato y el de mestizo, p or cuanto se ha señalado como algo predominante la condición mulata de la sociedad dominicana, debiéndose considerarla más bien m estiza. Pedro Andrés Pérez Cabral, en su libro La comunidad mulata, presenta la población m estiza como mulata, cayendo en un error de bulto. Nuevas form as de expresión social determinan el concepto de m estizaj e y de mestizo. R efiriéndose a la importancia del concepto moderno del mestizaj e y con referencia a América, Manuel Rama señala lo siguiente: "El reconocimiento del mestizaje no hace ninguna referencia a algo que p asó, sino a lo que somos hoy. El mestizaje no es solamente un rasgo racial sino la explicación de nuestra existencia, el tejido del tiempo y del espacio, de la memoria y la imaginación que hasta hoy sólo se ha expresado con precisión en la literatura". ("La gesta del mestizo", en Transculturación narrativa. M éxico, Casa de las Américas, 1982).
creativa y antropológica ab orda los temas del m estizaje , la diversid ad c ultural y la ide ntidad dominicana. Nota l . Fenotipo es la expresión física exterior del ser hu mano. Genotipo se refiere a las características genéticas. Bibliografía Balaguer,] oaquín . La isla al revés. Editorial Librería D ominican a, 1984. D eive, C a rlos Esteban. Identidad y racismo en la Repúbli-
ca Dominicana. Comisión Nacional de la Feria del Libro. 2001 H eren , R icardo. El diálogo de las culturas. Editorial Planeta, Barcelona, 1985 . H oetink, H a rry. El pueblo dominicano 1850-1900. Ediciones Librería La Trinitaria . Santo D omingo. 1997. K onetzke, Richard. América Latina. Época Colonial. Ed itorial Siglo XXI. M éxico, 1972. Morner, Magnus. La mezcla de razas en la historia de Améri-
ca. Editorial Paidós. Argentina, 1972 . Nloscoso Puello, Francisco Eugenio. Cartas a Evelina. Editorial Cosmos. Santo D omingo, 1974. Pérez C abral, Pedro Andrés . La comunidad mulata. Gráfica America na, C a racas, 1982. Pérez de Barradas,j osé. Los mestizos de América. Editorial
Cierre Sin renunciar a nuestras tradiciones, que deberemos conservar, convertir en modelos de acción y en valores nacionales para enfrentar el proceso global devastador, los modelos m estizos que poseemos y con los que nos sentimos identificados deberían ser el punto de partida p ara entender que nu estro mestizaj e es el valor fundam ental de nuestra identidad, y que la cultura que enarbolamos, compuesta p or la aceptación plural de contenidos de diversas otras que nos h a n enri-
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Espasa Calpe, Barcelona, 1976. Sedar Senghor, Leopold. El diálogo de las culturas. Ediciones El M ensajero, Bilbao, 1986 . Tolentino Dipp, Hugo. Raza e historia en Santo Domingo
(Los orígenes del prlf;'uicio racial en América). Fundación Cultural D ominica na, 1992 . Veloz M aggiolo, M arcio. Antropología Portátil (Lengua e
identidad). Banco Central de la R epública D ominicana. 200 1. -
Mestizaje, identidad y cultura. Secretaría de Estado de Cultura. Santo Domi ngo, 2006.
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amo escritor destaca por su prolijidad en géneros y producción. Como filósofo y profesor se habla de su incitación al cambio en los modos de pensar de la sociedad española y de su interés en acercar la filosofía a los más jóvenes, lo que se hace evidente en una de sus obras más emblemáticas: Ética para Amador. Articulista. De pensamiento rebelde. Sus posiciones contra el franquismo y el nacionalismo vasco le han costado la privación de la libertad en más de una manera, ya sea con el autoexilio en Francia, la cárcel o teniendo que vivir bajo una estricta seguridad ante amenazas contra su vida. Pero Fernando Savater es ante todo un lector. Y así se confiesa en esta entrevista, dejando ver al hombre de singular carácter forjado entre las prohibiciones de la dictadura y la calidez del hogar en San Sebastián. A los 59 años, aún cuando siente que el tiempo es poco para hacer sus cosas, mantiene una . intensa actividad política. Desde la plataforma ciudadana ¡Basta ya! promueve el combate al terrorismo nacionalista y la plena vigencia de las leyes del Estado español en el País Vasco. Savater estuvo de visita en Santo Domingo para hablar sobre la humanidad del siglo XXI, defender el rescate de las semejanzas entre los ciudadanos, advertir sobre las cosas que al parecer nos ofrecen algo, pero que en realidad nos lo quitan. Hace un aparte para Global, luego de una caminata matutina. Recuerda su infancia, extraña a su amigo Ciaran y plantea su parecer frente a la situación política vasca a raíz del alto el fuego proclamado
por ETA el pasado mes de marzo. Parece ser el fin definitivo del régimen de violencia en Euskadi, pero no necesariamente el abandono de los objetivos de los etarras que, ante la imposibilidad de sacar provecho político a los atentados, buscarían otros medios para conseguir lo que no han logrado con la fuerza. Haber crecido durante una dictadura habrá Illarcado su apetito por la literatura y la reflexión filosófica. Sin duda. Bueno, creo que hay otros factores, ¿no? Esos factores misteriosos de la genética, el carácter. En fin, p ero es verdad que también el hecho de vivir en una situación política que de alguna m anera prohibía o perseguía el p ensamiento libre, aunque no sea más que por un espíritu de contradicción, contribuye a que uno se enfrente. Entonces, es cierto que mi pensamiento es un poco rebelde, por decirlo de algún modo. Nace en buena medida de la situación política en que he vivido en mi infancia, adolescencia y juventud. De ahí que el teIlla de la libertad esté tan presente en sus obras ... Eso seguro que sí. La dictadura estaba en el terreno político, pero también en otros. En lo sensual, en lo estético, era una restricción de las libertades. Al que no le duele nunca el hígado o los riñones, ni sabe que los tiene; pero basta que te duela para que te des cuenta de que están ahí. De la misma forma basta que de alguna manera prohíban el pensamiento o la expresión para que te des cuenta de que eso tiene una importancia en la vida. La reflexión
sobre la libertad - que es quizá el centro de todo lo que he hecho a lo largo de estos años- nace de haber crecido evidentemente sin libertad. La libertad es la condición previa de la ética. Si no somos libres, no podemos orientar nuestra conducta de ningún modo. ¿Qué IllOIllentos especiales recuerda de su infancia en San Sebastián? En El gran laberinto evoca algo de aquella época. Pasé una infancia muy feliz , demasiado feliz casi. Supongo que las infancias felices también marcan de alguna manera la vida y hacen que uno tenga el paraíso detrás y no delante (risas). Más bien si ya has tenido una infancia muy feliz notas que te vas alejando de la felicidad y no acercándote. Pero, bueno, tengo recuerdos muy buenos, éramos cuatro hermanos, tres chicos y una chica. Vivimos una vida de imaginación, de juegos, de afectos... fue realmente muy gratificante. ¿CÓIllO se ve Fernando Savater a sí IllisIllO? ¿Puede separarse el profesor, del filósofo, del escritor? Bueno, si tuviera que definirme de algún modo lo haría como lector. Para mí lo más importante es leer. Si por leer pagasen, pues no me hubiera dedicado a otra cosa en la vida y además sería mucho más rico. Pero como hay que ganarse la vida, he hecho las cosas digamos más cercanas a la lectura. Pero mi verdadera p asión ha sido siempre la lectura y defiendo el tiempo para leer. Con los años vas teniendo menos tiempo; bueno, vas teniendo menos tiempo por delante,
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por supuesto, pero también menos tiempo para hacer tus cosas.
característica, desvaída, en un tono azul pálido ...
¿De qué tnanera itnpactó su vida su relación con Étnile Cioran? Ciaran empezó interesándome primero como escritor, como pensador. Me g ustaba esa mezcla de desesperación y sentido del humor que tienen sus obras. Luego le conocí, bastantes años después de haberle leído, y entablamos una amistad que duró más de 20 años y, claro, para mí es ya muy difícil verlo con dista nciamiento, como a un autor más, pues es una persona por la que tengo un cariño y una relación personal. Fue una compa ñía intelectual, humana, muy especial y singular. Para mí la idea de París está siempre ligada a Ciaran y a hora , cuando voy, me cuesta mucho acostumbrarme a que no le puedo ver, a que no puedo cenar con él.
¿Qué necesita reflexionar la hutnanidad de este siglo? Lo que propondría es una reflexión sobre la misma idea de humanidad. Los derechos humanos se apoyan en la idea de que existe la humanidad compartida. Pero poco a poco por este énfasis en la diversidad casi irreductible de los seres humanos, el concepto se va p erdiendo. Lo importante es lo que diferencia a las personas y no lo que les hace semejantes. M e gustaría insistir en que lo importa nte de los seres humanos no son sus diferencias, que son un hecho, sino sus semejanzas básicas. y si tenemos que orientar la vida de un planeta cada vez más habitado, debemos pensar en hacerlo de acuerdo con el concepto de humanidad compartida, no desde la concepción de que cada uno tiene una forma de ser irreductible, diferente e incompatible con los demás.
¿Qué es lo que tnás extraña de esa atnistad? Ciaran escribía unas cartas muy bonitas, no es que fueran retóricas. Él no era nada retórico, eran unas cartas muy cortitas, pero siempre lo que escribía era algo fundamental. Nunca escribía por cumplir. Nunca escribía "estoy bien, espero que estés bien, y que no tengas gripe" (ríe). Siempre las cartas que, a lo m ejor eran de cinco o seis líneas, decían algo esencial que se le h abía ocurrido a raíz de una conversación que habíamos tenido. Eran una especie de aforismos muy iluminadores. Guardo muchísimas cartas de Ciaran. Cuando abría el correo - entonces no h abía e-mails ni nada de esto- , me hacía una ilusión enorme encontrar su letra ta n
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La tnigración, el terroristno, la violencia, son tetnas tnuy presentes en el día a día y que
de alguna tnanera provocan incertidutnbre en la sociedad. ¿CÓtnO inciden estos tópicos en la confortnación del itnaginario del ser hutnano de hoy? Pienso que vivimos una época en que estamos mucho m ás informados. Normalmente los seres humanos han vivido recibiendo noticias de su entorno m ás inmediato. A veces del viajero que venía de una zona. En cambio hoy vivimos prácticamente on lineo Entonces, claro, nuestra cantidad de información sobre alarmas, preocupaciones, desastres naturales, guerras, es mucho mayor de la capacidad que tenemos de reaccionar. Ese contraste entre la gran información que tenemos de todo lo que ocurre en el mundo y nuestra capacidad limitada de reacción - porque sólo podemos actuar en nuestro pequeño ámbitoproduce una sensación de a nsiedad, de desazón ante el mundo. Por eso, de alguna manera, tendríamos que intentar buscar vías nacionales o supranacionales p ara poder incidir sobre problemas mayores: luchar contra la miseria, la ignorancia, la destrucción del medio ambiente .. . ¿Desde dónde habría que COtnbatir la violencia? La única arma que tiene la humanidad es crear algún tipo de institución que disuada a los seres humanos de utilizar la violencia. ¿Por qué los que vivimos en un estado no nos matamos constantemente unos a otros? Bueno, porque existen fuerzas de la seguridad, jueces, que no nos van a dejar hacerlo. Los seres humanos generalmente no renunciamos a una posibilidad de violencia, salvo cuando hay una institución que nos disuade de ello.
De la mIsma forma tendría que ocurrir a escala internacional, porque hoy los países viven entre sí en un estado mucho m ás salvaje que los ciudadanos. Los ciudadanos de cualquier país vivimos de una forma más civilizada que los grandes países que viven como seres prehistóricos; enfrentados por la pura lógica de que el más fuerte es el que se Impone y ya.
España ha sufrido IllUy de cerc a la violencia terrorista, en priIller lugar con ETA y luego con el atentado del II de Illarzo. ¿Es España la IllisIlla después de esa fecha? Creo que han cambiado muchas cosas en nuestra forma de pensar. Fue el atentado europeo m ás grande desde la II Guerra Mundial. Estábamos acostumbrados relativamente al terrorismo de ETA, que creíamos m ás o menos conocer. D e pronto sufrimos este tipo de terrorismo, indiscriminado, masivo, de tan difícil combate, pues es muy difícil luchar contra alguien dispuesto a matarse. Afortunadamente los etarras no quieren morir, ellos quieren imponer unas ideas, pero quieren llegar al final de la película vivos. Cambió muchas cosas, no todas para m al por paradójico que sea, porque imposibilitó a ETA continuar atentando. A partir de ese momento ETA perdió la posibilidad de vender políticamente sus atentados. Actuaba queriendo conservar una especie de discurso político, de guerrilla, "cheguevarismo", pero, claro, en el momento en que ocurrió ese atentado quedó a bsolutamente imposible vender violencia terrorista en España y Europa, ni siquiera a sus propios partidarios.
Por lo tanto, ha entrado en esta situación de cese de la violencia más o menos tramposo, pero al final es cese de la violencia.
¿Más o Illenos traIllposo? No es usted IllUy optiIllista ... No, yo soy optimista en el sentido de que creo que ETA no va a continuar con la violencia, p ero, claro, lo que pasa es que los etarras quieren sacar unas ventajas. Quieren obtener ahora pacíficamente, como premio, lo que no consiguieron utilizando la violencia. Y, claro, hemos luchado contra ellos no sólo porque no nos gustan sus m edios , sino porque tampoco nos gustan sus fines y no sería cosa ahora de que simplemente como recompensa a que hayan dejado los medios pues obtuvieran sus fines gratis. Ese es un poco el problema. Están luch ando con bastante habilidad por sacar adelante su proyecto como recompensa. Naturalmente queremos que los abandonen, nos parece muy bien, pero que no esperen obtener como recompensa
aquello por lo que han estado matando gente.
¿Diría que este alto el fuego es la antesala de la paz para Euskadi? Sobre todo es la antesala de la recuperación de la libertad, porque el problema del País Vasco no es que no hubiera paz, eso se dice cuando hay una guerra en la que se enfrentan dos. Es que una serie de ciudadanos que no podemos pasear tranquilamente, ni expresarnos, ni defender nuestras ideas podamos hacerlo. Eso es lo que hace falta y se recuperará no solamente el día en que ETA deje de m atar, sino en que la constitución y las leyes del Estado español estén plena mente vigentes en el País Vasco como debieron haber estado desde el principio. Después de este alto el fuego, ¿qué se espera? Una vez que ETA se desmantek, supongo que dentro de unos años p odrán pedirse medidas quizás de gracia, o de alivio, de la situación
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de los presos. De lo que no se puede hablar es del país, porque ETA no es un actor político, es una banda criminal... Lo mismo que si entras a asaltar un banco, la policía dialogará contigo respecto a si vas a soltar los rehenes, si vas a salir por una puerta o por otra, pero lo que no va a hacer es cambiar el sistema bancario o las tasas de interés para dar gusto al asaltante. Esto es lo mismo. ETA es un problema de violencia, de delincuencia, pero no es un problema político ni que se pueda resolver por vía política. ¿Qué ha sido peor para España, ETA o la dictadura? Las dos cosas han estado ligadas. Probablemente el comienzo de ETA, e incluso la buena aceptación que tuvo en un principio entre cierta gente, fue debido a la situación de la dictadura. Si en España hubiera habido una democracia, como había por ejemplo en Francia ... pues ETA no funciona en Francia a pesar de que el País Vasco francés no tiene autonomía, no tiene Parlamento; sin embargo, allí no hay violencia. Claro, allí no hubiera podido crecer un grupo violento, mientras que en España, como creció con la dictadura, contó con unas simpatías al menos iniciales. El plan presentado por el lehendakari Juan José Ibarretxe ha seU1brado la poléU1ica en torno al trataU1iento de los presos, pues algunos sectores entienden que la propuesta equipara sus derechos con los de las vÍctiU1as ... Creo que el problema es que los nacionalistas vascos siempre h a n compartido los fines de ETA, que
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ha sido, digamos, el brazo violento de unas ideas que los nacionalistas también apoyaban. Los nacionalistas vascos no querían directamente la violencia, pero querían aquellas cosas que los violentos estaban pretendiendo. En una palabra: a los nacionalistas vascos les venía bien que existiera ETA. Gracias a eso podían ganar las elecciones, no tenían rivales en el campo político porque no se podían presentar libremente frente a ellos. Entonces decían: " Bueno, yo no mato a nadie, no tengo la culpa de que haya por ahí un señor que mate gente. Yo me presento a las elecciones. Gano porque los demás no se presentan". Iban haciendo surlen una ola. Decían: "Yo no levanto la ola, pero ya que la ola va hacia la orilla, yo voy haciendo suif encima de ella". Claro, ahora cuando ven que la ola puede dejar de ir hacia la orilla, quieren apresuradamente conseguir eso que han estado buscando todo este tiempo. Por lo tanto, en el fondo, esa idea de víctimas y presos ... eso no tiene nada que ver. Los presos están presos por haber causado las víctimas. E ntonces, esto es lo que está ocurriendo. Además, sobre todo, Ibarretxe olvida que lo que hay qu e hacer en el País Vasco es recuperar la libertad de los demás, de los que no son víctimas ni presos. Hay muchos que compadecemos y apoyamos a las víctimas, que los presos nos parece muy bien que estén donde están, pero en cualquier caso queremos llevar una vida política normal , que, además, nos permitirá saber cuántos nacionalistas hay en el País Vasco. Hoy sabemos a cuánta gente bajo el régimen de violencia le conviene fingir que es
nacionalista. Pero, claro, el día que no haya violencia, el día que todo el mundo sea libre para expresar sus ideas, ya veremos si Ibarretxe ganará las elecciones o no. ¿Cuáles serían los teU1as de una posible U1esa de negociación? Es que no puede haber una mesa de negociación. En una m esa de negociación cualquier tema sería una sanción a favor de la violencia. Es decir, cualquier tema que se planteara sería decir "es bueno hacer actividades violentas porque gracias a eso te dan más o menos lo que pides". Entonces dentro de tres años podría surgir un grupo violento, con ideas diferentes. Y, bueno, como habría que hablar con todos los violentos, eso sería darles un estado de derecho. Entonces no hay nada que hablar ni hay que hacer ningún tipo de mesa. El Parlamento y las instituciones están ahí. El que quiera presentarse que vaya a las elecciones, que gane sus votos, que vaya al Parlamento. La mesa en sí ya es una traición. ¿Y hacia donde encaU1inará ¡Basta ya! sus esfuerzos? A decir esto mIsmo que estoy diciendo yo a ti (ríe). Todo lo que podamos. Lo que procuraremos es ir frente a uno y frente a otros. Es muy probable que haya muchos que no quieran escuchar. Beatriz
González
es periodista,
analista de acciones comunicacionales de la Dirección de Información, Análisis y Programación Estratégica de la Presidencia de la República Dominicana (DIAPE).
GRUPO PUNTACANA cree en el turismo, en el desarrollo humano y el respeto por la naturaleza. Compartimos las aspiraciones de tener un paテュs mejor, apoyando proyectos desarrollo social.
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Trabajamos por el paテュs y confiamos en su futuro .
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MERCADOS GLOBALES La República Dominicana ha dejado atrás el viejo paradigma de economía cerrada para perfilar un nuevo modelo signado por la internacionalización de las relaciones económicas y comerciales y por una agenda que no termina en el CAFTA.
Julio Ortega Tous
La política comercial y el desarrollo Tanto por el nivel de apertura de su economía, como por su peso en la estrategia de desarrollo, la política comercial debe estar en el centro de la política económica de la República Dominicana. Sin embargo, en la historia reciente no ha sucedido así.
a tradición nacional considera que la política económica está determinada por tres elementos estáticos: la política fiscal, la política monetaria y la política cambiaria, esta última muy influida por las dos primeras. Lo que todavía muchos de nuestros hacedores de política económica no asimilan es que este esquema correspondió a un viejo paradigma, típico de los años ochenta y anteriores, p ero que progresivamente
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ha sido sustituido de facto por otro paradigma determinado por la internacionalización de las relaciones económicas y comerciales, es decir, la llamada globalización o mundialización. A una economía cerrad a, centrada en tres o cuatro productos primarios de exportación a través de la relación con su principal socio comercial, correspondió una política económica basada en los equilibrios fiscales, monetarios y
cambiarios. No había lugar para una política comercial pro-activa . Lo m ás importante era esperar de cuánto sería la cuota preferencial y cómo hacer lobby para su incremento. En una economía internacionalizada, más diversificada, influida por todos los vaivenes de las relaciones comerciales internacionales, el centro de su política económica debe incluir los elementos señalados, pero, además, como centro de todo ello, la política comercial. D e
hecho, la República Dominicana es un laboratorio de todo lo anteriormente afirmado. La prueba más clara y contundente la tenemos en el efecto que la adhesión de la República Dominicana al Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y los Estados Unidos (CAFTA por sus siglas en inglés) ha tenido para el conjunto de la política económica y, por tanto, de la política de desarrollo en los últimos tiempos . El CAFTA ha obligado a la República Dominicana a realizar una reforma fiscal o un ajuste fi scal de las fuentes de financiamiento del presupuesto público, a poco de haberse producido otra reform a al inicio de la nueva administración del presidente Fernández - octubre de 2004- con fines de lograr un ajuste fiscal que permitiera quebrar el círculo vicioso de estancamiento e inflación que caracterizó al gobierno de Hipólito Mejía, y así recuperar la confianza de los agentes económicos y retomar la senda de la estabilidad y el crecimiento, como de hecho ha sucedido. El CAFTA o DR-CA FTA - como le llamamos un tanto pretenciosamente los dominicanos- también está acarreando un rediseño del esquema de crecimiento y del esquema de gestión económica dominicana. Será necesario hacer un cambio profundo en la administración fis cal y en el arreglo institucional de la política monetaria del Estado, traído de la mano por el program a de ajustes y estabilización del FMI acordado en enero de 2005 . El TLC con Centroamérica y Estados Unidos nos obliga ya a cambiar leyes que son parte de la "idiosincrasia" institucional, comercial y económi-
ca de la Nación, como es el caso del sistema de compras gubernamentales, los marcos jurídicos de regulación de la propiedad industrial y de la propiedad intelectual, así como la ley de representantes y concesionarios de m arcas extranj eras - Ley 173- , que de paso es una copia de
mercial desde inicios de la década de los noventa. En ese año, el presidente Balaguer decidió dar un vuelco a su política económica luego de haberse impuesto en las elecciones de mayo de ese año sobre el profesor Juan Bosch. Con la llamada entonces "Nueva Política Económica"
El CAFTA tatnhién está acarreando un rediseño del esquetna de crecitniento y del de gestión econótnica dotninicana.
la existente en Puerto Rico, donde sigue vigente y no ha sido derogada a pesar de la dependencia j urídica y política de ese país con los Estados Unidos. Todo lo anterior sea dicho para mostrar cómo la política comercial es fundamental para el desarrollo y la estrategia de crecimiento del país, pero que no ha pasado de ser una mera declaración de intenciones de los gobiernos que han tenido la responsabilidad de la administración pública desde principios de los años noventa a la fecha . El mejor ejemplo es la manera en que la política comercial del Gobierno ha estado huérfana de una institución central y ha sido zarandeada de un lado para otro, y en muchos casos "olvidada", hasta que la Nación , el sector privado y los sectores productivos tienen el problema sobre sus cabezas y nos vemos obligados a improvisar soluciones de último momento. Para ejemplo, tomemos los hitos más llamativos de la política co-
iniciada en agosto de 1990, el presidente Balaguer ajustó la economía a través de un fuerte incremento de los precios de los combustibles que representaron casi un 3% del PIE - con la gran ayuda que le proporcionó para su justificación la invasión de Kuwait por parte del Iraq de Sadam Hussein el 2 de agosto de ese año, y el consiguiente disparo de los precios del p etróleo en el mercado mundial-o El Gobierno también hizo un gran cambio del sistema arancelario nacional, primero por m edio de un decreto "puente", luego ratificado por ley del Congreso Nacional, que inició una apertura unilateral del país al comercio exterior, reduciendo la protección efectiva que entonces gozaba el sector industrial nacional y el sector agrícola. A pesar de que nunca fue analizada como tal, esa decisión del presidente Balaguer y sus asesores de entonces -fundamentalmente Constantino Vaitzos del PNUD y Richard Ground del Banco
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Mundial- ha sido uno de los pasos más importantes de cambio en la política comercial del país.
Otro elemento El otro elemento que afectó la política comercial fue el peso creciente de las zonas francas industriales de exportación en el total de las exportaciones, al amparo de la extensión de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe y el abaratamiento de la m a no de obra nacional por medio
Dominicana parecía que era parte de otro planeta, que no le concernían esas negociaciones, a pesar de haber sido firmante de la Carta de La Habana a m ediados la década de 1940 una vez finali zada la II Guerra Mundial, cuando se creó el Acuerdo G eneral de Aranceles y Comercio (CATT) y se intentó fundar la Organización Mundial del Comercio - junto a sus gemelos de la post guerra: las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional,
Fue solall1.ente después de Marrakech cuando el sector privado dOll1.inicano se dio cuenta de lo que estaba pasando.
de la devaluación del peso, de una parte, y el continuo crecimiento del turismo, que se transformó en el principal sector del PIE, de la generación de divisas y de la economía dominicana. En el ínterin se discutía ya en el ámbito internacional la finalización de la Ronda Uruguay del CATT, que se había extendido excesivamente y, por tanto, se temía por un probable fracaso de la misma. La elección del presidente Bill Clinton en los Estados Unidos en 1992 facilitó desbloquear el impasse y llegar a un acuerdo en 19931994, fundamentalmente entre la Unión Europea y los Estados Unidos, que arrastró a todo el resto de los países de la OCDE y a los países en desarrollo, que jugaron un papel m ás bien defensivo y de segundo rango. Sin embargo, la República
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y Banco Mundial- instituciones centrales de un orden mundial nuevo, fundado según el principio de la colaboración, la regulación de los mercados y la paz permanente, donde la guerra quedara enterrada para siempre, previo al inicio de la Guerra Fría. En nuestro país, a principios de los noventa y cuando la Ronda Uruguay parecía tener resultados, seguimos ensimismados en nuestro auto-aislamiento y en la más absoluta ignorancia respecto al peso y la importancia de lo que acontecía en el mundo del comercio internacional. Ninguna entidad gubernamental se interesó - por largo tiempo- por el tem a de la Ronda Uruguay, en particular las secretarías de Relaciones Exteriores y de Industria y Comercio, que por ley tenían la obligación compartida de
fijar la política comercial exterior o recomendarla al jefe del Estado. Tan grande fue el desinterés de esas entidades, que fue el Secretariado T écnico de la Presidencia quien asumió la preparación y formulación de la postura dominicana a ser presentada en la Conferencia Ministeri al de Marrakech en a bril de 1994. La delegación dominicana en Ginebra ante el GATT Y los dem ás organismos internacionales no tenía ni capacidad ni interés en ocuparse de ello. Por tanto, la delegación dominicana a Marrakech estuvo encabezada por el secretario técnico de la Presidencia, entre cuyas amplias funciones no está la de formular, negociar o fijar la política comercial exterior de la República. Por ello, la falta de un órgano central que hiciera un estudio de impacto, una evaluación sectorial, el seguimiento permanente y que coordinara las posturas de los distintos sectores que serían afectados fue determinante para que el arancel consolidado del país que se presentó y se adoptó en Marrakech, se hiciera como una decisión fiscal y no como una decisión de política comercial. Efectivamente, en 1990 y 1992 se había adoptado un nuevo Código Arancelario y un nuevo Código Tributario, que representaron un gran avance en cuanto a modernizar el sistema arancelario y el sistema de tributación interno - con consecuencias en la política comercial, pero como fundamento único en la política fiscal- o Fue solamente después de Marrakech cuando el sector privado dominicano se dio cuenta de lo que estaba pasando. Percibió que un arancel consolidado de tan solo un 40%, sin reservas de cuotas o aranceles
especiales para productos sensIbles, arrasaría con una parte de los sectores productivos, en particular de los sectores agrícola, pecuario y azucarero. Se creó a la carrera una Comisión Especial para negociar con la OMC la enmienda del arancel consolidado sometido, firmado y ratificado por el país de un arancel único y máximo de 40% -por cierto muy a tono con el arancel máximo adoptado en el Código Arancelario de 1991 de 35%- por nuevos aranceles para los produc-
en peligro de desaparecer en caso de no obtenerse una protección efectiva mayor a la formulada, un tanto superficialmente y sin evaluaciones de peso, cuando se asistió a la Conferencia de Marrakech. Recuerden los lectores que el Secretariado Técnico de la Presidencia, y no la Secretaría de Finanzas, fue el coordinador junto al PNUD de las reformas arancelarias de 1990-91 y tributaria de 1992. Los secretarios de Finanzas, de Industria y Comercio y de Agricultura nunca estuvieron involucrados y probablemente
tos más sensibles, que según la propuesta original llegaron casi a la veintena, bajo la figura de una "rectificación técnica" del consolidado en abril de 1994. En realidad, no era rectificación técnica, sino toda una nueva formulación para más de una decena de productos que se consideraron sensibles y estaban
nunca fueron informados de estas gestiones. Por ello, lo "lógico" era seguir dentro del contexto de la reforma fiscal y presentar la decisión del país ante la OMC como parte de ella. ¡Craso error! La Comisión Especial fue formada por el presidente Balaguer bajo la coordinación del canciller
de la República de aquel momento, el ingeniero Carlos Morales Troncoso, y la participación de técnicos tanto del Gobierno como del sector privado. Luego de formulada la propuesta dominicana a la Dirección General de la OMC y hacerla circular entre los miembros que podían invocar el "derecho de primer negociador", el país logró consolidar tan solo ocho productos básicos con aranceles y cuotas que les protegerían de la competencia de productos importados y subsidiados. Esta negociación concluyó para siete de los ocho productos en diciembre de 1994 (maíz, azúcar, arroz, habichuelas, ajo, pollo y cerdo), para abarcar un plazo de 10 años hasta diciembre de 2004, incluso antes de la entrada en vigencia de la OMC en enero de 1995, y la ratificación por el país del Convenio Constitutivo en marzo de ese año. Sin embargo, la Comisión Europea, que es el ente que representajurídicamente la Unión Europea en las negociaciones internacionales, dilató el cierre de la rectificación técnica al bloquear el acuerdo relativo a uno de los productos, los lácteos, donde exigió un tratamiento distinto al otorgado a los demás países que negociaron la Rectificación Técnica, una cuota casi monopólica y la administración directa de la misma. Por esto el acuerdo sobre este producto se extendió hasta 1998, cuando el país cedió a las exigencias de la CE y se firmó un Memorando de Entendimiento entre la Comisión Europea y la República Dominicana relativo a los productos lácteos, cubriendo el mismo plazo que los otros siete (1994-2004), concluyendo, por tanto, en diciembre de 2004, y en
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Podría decirse que aquel choque, aquel encontronazo, aquel trauma, fue el despertar violento del país al peso y la importancia que las decisiones de política comercial tenían y siguen teniendo para todo
cano que gobernaron entre 1978 y 1986. Por ello, en 1996, cuando definitivamente el presidente Balaguer abandonó el control directo del Gobierno, nuestro país no participaba en ningún esquema regional de integración, sea la Comunidad del Caribe (CARICOiVI), sea el Mercado Común Centroamericano o fuere el Grupo Andino. Ostentamos todavía hoy la marca de ser el único país de América
el aparato productivo y la estrategia de desarrollo nacional. Hasta ese momento, la tradición trujillista de aislamiento del país de todas las corrientes de integración mundial o regional seguía reinante. La vigencia en el Estado de las concepciones y políticas del presidente Joaquín Balaguer (1966 -1 978/1986-1996) creó un cordón umbilical en las prácticas del Gobierno con esa tradición heredada del régimen anterior, de no considerar los asuntos internacionales de relevancia para el país, incluso prevaleciendo esa misma idea sobre las relaciones internacionales y las políticas de integración en el interregno que representaron los dos gobiernos del Partido R evolucionario Domini-
Latina y el Caribe que no pertenece a ningún grupo de integración, junto con Cuba, que se mantiene en esa situación por razones obvias. Lo único importante para los dominicanos, o m ás bien para sus hacedores de políticas públicas, era - y pareciera que todavía es- qué pasaba en \l\Tashington. Como una excepción, más bien lograda por el sector privado y el apoyo del Gobierno socialista de España, el país se convirtió en el único miembro hispanoam ericano del Convenio de Lomé IV en 1989, sobre todo debido a que la caída de la dictadura de los Duvalier en Haití activó el apoyo de Francia a que dicho país entrara a Lomé, como ex colonia francesa y una forma de apoyar la transición
particular las partidas arancelarias que afectaban las importaciones y la cuota de la leche en polvo y otros derivados.
Choque
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de la dictadura a una form a dc go bierno más democrática. Pa ra Balaguer y sus diplomáticos fue casi un milagro, un maná caído del cielo y en ningún caso el resultado de una política pro-activa dc la administración. Esa entrada en Lomé IV a inicios de los años noventa nos reveló que existía una Comunidad del Caribe básicamente anglohablante que era parte del veci ndario en que vivíamos, producto de que entramos a formar parte del Grupo África, Pacifico y Caribe (ACP) de unas 79 naciones signatarias de los convenios de Yaundé, de Lomé y de Cotonou. Aun así, todavía en 2006, a más de 16 años de haber entrado en Lomé IV y su continuador, el Acuerdo de Cotonou, nuestro país no tiene una sola embajada o representación en ningún país subsahariano de África, en ninguno del grupo Pacífico y tan sólo en dos Uamaica y Trinidad) de los 13 originales del Grupo Caribe, sin contar Haití que todavía se debate entre su aislamiento del CARICOM y su pertenencia al mismo. Parece que todavía es más importante conservar las tradiciones de la Guerra Fría de tener embajadas muy lejanas en Asia y no vernos como parte de ese gran mundo en desarrollo y parte de los países del Sur y, por tanto, estrechar nuestras relaciones con ese grupo, aún con los magros recursos con que contamos. El auto-aislamiento se hizo trágicamente patente con los potenciales resultados del arancel consolidado presentado por el país en la fu ndación de la OMC y los resultados mínimos obtenidos a posteriori con la R ectificación Técnica. En 1996 se inicia una nueva etapa. Llega al Gobierno un presidente con una visión distinta de las
relaciones internacionales, el doctor Leonel Fernández, que además de abogado y activista político de larga data, era desde hacía tiempo un apasionado de las relaciones internacionales y un estudioso de la política internacional. En pocas palabras, el nuevo jefe del Estado dominicano, que se instaló en agosto de 1996, era un internacionalista consumado. A pesar de la pesadez del aparato del Estado en las relaciones internacionales, de la ausencia total de un órgano para formular y ejecutar una política comercial pro-activa y la herencia de un servicio exterior propio de la Guerra Fría, el nuevo gobierno introdujo cambios importantes. Se designó en la Cancillería a un experto en temas comerciales y académico reconocido, el fenecido doctor Eduardo Latorre, y se formó un equipo joven de expertos en comercio internacional y relaciones internacionales que asumió la dirección de la política exterior. Se creó por decreto un órgano para la formulación y la puesta en marcha de los lineamientos de la política
y juntar a los ministros y directores más importantes que intervenían en la política comercial en un mismo espacio. Se puso al frente del mismo a un economista y diplomático de primer orden, el doctor Frederic Emman-Zade Geraldino, que ya había sido subsecretario de Estado de Relaciones Exteriores bajo el gobierno de Balaguer (1986-1990). Se fijaron como metas de corto plazo, la negociación y puesta en vigencia de dos tratados de libre comercio, uno con el CARICOM y otro con Centroamérica. Ambos fueron negociados con una participación democrática de la sociedad civil y del empresariado. Se abrieron por primera vez en la historia embajadas dominicanas en Jamaica yen Trinidad y Tobago, dos países claves del CARICOM, sin mencionar el restablecimiento de las relaciones plenas en el ámbito consular y diplomático con Cuba. A pesar de todos estos puntos brillantes del período 1996-2000, comenzaron a manifestarse las debilidades institucionales que todavía hoy minan la eficiencia de la
Ostentatnos la tnarca de ser el único país de Atnérica Latina y el Caribe que no pertenece a ningún grupo de integración.
comercial y el inicio de la apertura organizada de nuestras relaciones comerciales. Ese órgano, la Comisión Nacional de Negociaciones Comerciales (CNNC), jugó un papel fundamental en definir los objetivos
política comercial. El papel de la Cancillería y de la CNNC fue disminuido en el caso del acuerdo con Centroamérica, al trasladarse el centro neurálgico de las negociaciones a la Secretaría de Estado de In-
dustria y Comercio. Esta debilidad se hizo aún más manifiesta en el gobierno que siguió al del presidente Fernández, en el período 20002004. Por una parte, la Cancillería, en los dos primeros años y bajo la gestión del doctor Rugo Tolentino Dipp, se convirtió en una entidad que más que profundizar la política comercial y la puesta en vigencia de los dos TLC con el CARICOM y con Centroamérica, representó una retranca, un freno, un cuestionador de los acuerdos suscritos, sobre todo en el caso del último, aflorando conflictQs que retrotraían la política comercial y el acuerdo ratificado a períodos incluso previos a la negociación del mismo. El liderazgo y el respeto ganado por el país en el período 1996-2000 se fue erosionando progresivamente hasta convertirse en alejamiento, hostilidad y desconfianza hacia la República Dominicana en el proceso de integración con Centroamérica; y lo mismo sucedió con el Caribe. A tal punto fue el alejamiento señalado, que el presidente dominicano fue excluido del lanzamiento en el ámbito presidencial del proceso de negociaciones que se inició en Monterrey en 2002 entre los Estados Unidos y el Grupo Centroamericano, en la búsqueda de un tratado de libre comercio entre el bloque del istmo y la Unión Norteamericana. Igualmente sucedió con CARICOMo Un ejemplo a mencionar es que, ese caso, el papel que juega el ordenador nacional de los Fondos Europeos de Desarrollo (ONFED) en las relaciones con el Caribe ha sido tradicionalmente de mucha importancia. Durante el período 2000-2004 el ordenador nacional
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jamás asistió a una reunión con sus homólogos del CARTCOM. Nunca visitó un país del CARICOM. El país nunca pagó una cuota por nuestra pertenencia a la agencia de promoción de las exportaciones de CARTCOM y la R epública Dominicana, Caribbean Export, y tampoco lo hizo con la Maquinaria Regional de Negociaciones del Caribe (CRNM), de la cual somos miembros de pleno derecho. Las listas de desgravación y liberalización acordadas con el CARlCOM y en particular con los países de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS) no fueron aplicadas en 2003 cuando debieron ser puestas en vigencia, en parte por negligencia dominicana y en parte por negligencia de la Secretaría de CARICOM. Al igual que en el caso de Centroamérica, el prestigio ganado en el período anterior no solo se erosionó, sino que prácticamente desapareció y se hizo añicos. Pareciera que los mismos dislates cometidos en la política económica interna y el derrumbe económico y social que se sufrió fueron reproducidos en el plano internacional. Otro ejemplo de cómo la política comercial se hizo añicos fue la forma y el contenido de la expulsión sin precedentes del embajador representante permanente de la República Dominicana ante la OMC y los Organismos Internacionales con sede en Ginebra, el doctor Federico Cuello Camilo. El país alcanzó con el doctor Cuello un sitial nunca imaginado en el seno de la OMC. Fue uno de los patrocinadores del llamado Grupo de Mentalidad Afín (Like Minded Group) que planteó un cuestionamiento a fondo de los métodos y las formas
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de organizar las negociaciones comerciales multilaterales en el seno de la OMC, junto con países como Egipto, Pakistán, Indonesia, India, Kenia, Tanzania, Jamaica y Honduras. Debido a que el mayor socio comercial del país lo solicitó, el presidente de entonces, Hipólito Mejía, d~jo sin tapujos antes las cámaras de CNN que era "un lacayo del imperialismo yanqui" y que "no se perdía en eso". En cuestión de horas, el trabajo de años en la OMC fue destruido por un plumazo de un decreto presidencial destituyendo al digno representante dominicano.
Salto El desenlace de todo este retroceso y falta de coherencia en la política comercial fue el "salto" que hizo la República Dominicana al Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y los Estados Unidos (CAFTA), con la invención del concepto del docking o asimilación a lo negociado por Centroamérica - que tiene características e intereses dis-
Unidos, se tomó 10 rondas de negociación y aproximadamente dos años de tiempo. En el caso de Chile, se tardó once años y un número mayor de rondas de negociación para concluir con el acuerdo para el TLC bilateral Chile-EUA. La realidad es que en el caso dominicano no hubo negociación digna de ese nombre. Lo que se verificó fue el pago de un agradecimiento político por parte de la administración del presidente Bush a la administración del presidente M ejía, por haber cedido a todo lo que los norteamericanos le solicitaban en política exterior, fuera un voto en el Comité de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, que rompió nuestra tradicional neutralidad; fuera el envío de tropas dominicanas - más de 300 soldados- para integrar la llamada Brigada Plus Ultra comandada por España (que terminó tras los trágicos acontecimientos de los horrendos atentados terroristas en los trenes de Madrid del 11 de marzo de 2004); o su de-
La realidad es que en el caso dominicano no hubo negociación digna de ese nombre. tintos a los de la República Dominicana- tan sólo "aceptándose" que el país negociara algunos anexos del CAFTA en un periodo de tres meses. Fue la manifestación más dolorosa de ceguera y falta de criterio en la política exterior y la política comercial. Tan sólo para tenerlo como referencia, para que Cenlroamérica concluyera su acuerdo con Estados
claración pública de ser "un lacayo del imperialismo yanqui", según sus propias palabras. Por ello, la adhesión de la República Dominicana al CAFTA fue una decisión tomada de forma errada, que implicó ceder en los tres meses de "negociación" que se nos concedió aspectos que nunca debieron ser cedidos. El sector azu-
carero dominicano queda en una situación de extremo peligro, incluso de desaparición. El sector farmacéutico puede quedar muy dañado o casi destruido. El comercio afronta grandes peligros. Los plazos de desgravación para productos importantes como los automóviles, las cervezas o el propio sector agrícola, son extremadamente peligrosos. Pero lo más llamativo es que es un tratado en que sólo una parte tiene la capacidad de decidir si se "cumple o no" con las condiciones para entrar en el mismo. La igualdad jurídica de los Estados queda seriamente dañada con este tratado y se pueden augurar muchos enfrentamientos y conflictos que, dada la forma de pensar de los hacedores de política dominicanos, lo único que se puede vislumbrar son más concesiones y declinaciones ante los Estados Unidos. Sin embargo, el CAFTA es una realidad insoslayable. D e un tratado mal negociado y mal concebido, debemos tratar de sacar lo más positivo y las mayores oportunidades que se puedan obtener para el país. En realidad, la relación entre la República Dominicana y los Estados Unidos está determinada por una larga historia de dependencia, por una presencia masiva, incluso cultural, de esta gran nación, y por una maraña de lazos que aconsejan un acercamiento entre ambos Estados, en el respeto de la soberanía del m ás pequeño y en la toma en consideración de las enormes asimetrías que existen entre ambos países y ambas economías. Sin embargo, hemos repetido en varias ocasiones que la agenda comercial de la República Dominicana no termina en el CAFTA. Muy
por el contrario, ahora es que se hace más necesario diversificar más nuestro comercio exterior y aprovechar y potenciar las oportunidades que nos ofrecen las negociaciones comerciales multilaterales en el marco de la OMC, o las negociaciones comerciales regionales o bilaterales que podemos identificar como prioritarias para el país. Entre ellas se encuentra, en primer lugar, el éxito de la Ronda Doha para el Desarrollo (RDD) de la OMC. En gran parte, las salvaguardias y el trato especial y diferenciado que no logramos en el
CAFTA lo podemos balancear con una RDD positiva para las economías pequeñas y vulnerables como la dominicana en el contexto de la agenda de los Países en D esarrollo (PED) en la OMC. Una negociación favorable en el tema agrícola y en el tema de acceso a mercados no agrícolas (NAMA) podría ser el mejor contra-balance a los elementos desbalanceados que tenemos en el CAFTA. Otro elemento que forma parte central de la agenda negociadora post-CAFTA es la terminación de sendos TLC con México y con Canadá, tanto para aprovechar en toda su capacidad las provisiones de acumulación cruzada de reglas de origen para los exportadores dominicanos hacia el mercado de los Estados Unidos con materia prima de M éxico y Canadá que contiene el CAFTA, como para aprovechar un mercado de alto ingreso de más de 30 millones de consumidores (Canadá) como de un mercado como el mexicano (mas de 100 millones de h abitantes) con complementariedades determinadas para la R epública Dominicana. También tenemos que poner la mayor atención en las negociaciones que desarrollamos con la Unión Europea y los otros 14 países del CARICOM para sustituir las preferencias comerciales existentes en la actualidad en el Acuerdo de Cotonou y que expiran el último día del año 2008. Esas negociaciones para constituir un Acuerdo de Asociación Económica (AAE) entre los países del Caribe (CARIFORO) y la Comunidad Europea (CE) pueden ser un acuerdo distinto, que asimile la dimensión de desarrollo, el trato especial y diferenciado para las economías pequeñas y vulnerables
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que todos los miembros de CARIFORO propugnamos. El AAE también puede ofrecer grandes oportunidades a nuestro país en el plano agrícola, al poder finalmente acceder a los acuerdos sobre azúcar, banano y ron que se determinen en el AAE, a los que tuvimos que renunciar en 1989 como condición de acceso a Lomé IV. También el cambio de reglas de
relaciones de la República Dominicana con el MERCOSUR, sobretodo ahora con la plena integración de la República Bolivariana de Venezuela a dicho esquema, país con el cual nos unen variados aspectos de comunidad de intereses comerciales. Igualmente debemos definir una agenda de mediano y largo plazo para las relaciones con el Grupo Andino y en particular con Co-
origen para las exportaciones In dustriales - como las de zona franca- puede estimular una mayor participación de las exportaciones hacia Europa en el total de las exportaciones nacionales, contribuyendo así a la diversificación de las exportaciones totales. Unido al proceso del AAE con Europa tenemos que profundizar el TLC con CARICOM, ampliar su alcance, incluir otros sectores, como el caso de los servicios, y diseñar un esquema viable para profundizar la integración con CARICOM, con los territorios dependientes de Francia, Reino Unido y Holanda, en un proyecto de Gran Caribe que está todavía pendiente de construir. Quedan también en la agenda las
lombia, que puede ser un mercado importante y un socio comercial de primer orden para el país. Sin embargo, dentro de todo este universo cambiante y complejo, lo más importante ahora es que los dominicanos definamos un nuevo arreglo institucional para la formulación, puesta en marcha, negociación e implementación de la política comercial exterior. Un único puesto ministerial que dé coherencia y profundidad a la política comercial, como se está haciendo en las instituciones fiscales, de planificación y en el Banco Central. Hoy en día no se ha definido ese nuevo paradigma, que se requiere con urgencia ante el panorama dinámico y cambiante que
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nos rodea. En la actualidad hay varios actores que definen y hacen "su" propia política comercial, en ocasiones distinta y contradictoria. Pareciera por momentos como si la Presidencia tuviera una agenda; la Cancillería otra, con varios niveles de intervención contradictorios entre sí; Industria y Comercio otra; el C EI-RD otra; la DGA otra, y así sucesivamente. El servicio exterior nacional debe estar en estrecha sintonía con esta nueva agenda y esta política comercial externa. No tenemos ni los recursos ni los medios para que nuestros diplomáticos sean "cobra cheques" y parte del pastel del clientelismo político creciente de los partidos dominicanos. Con el gasto actual efectuado en pago al servicio exterior, el país podría ahorrar una parte substancial de ese gasto, duplicar al menos la presencia y la calidad de nuestros diplomáticos e impulsar la agenda común nacional al servicio del crecimiento económico y la prosperidad del país. Para ello sabemos que existe la voluntad política. Sólo necesitamos ponerla en ejecución y sacar los provechos que de ello se derivarán. Julio Ortega Tous estudió socio-
logía, economía y antropología en la Universidad de París entre 1974 y 1985. Se ha especializado en temas económicos y particularmente monetarios . Fue designado presidente del Consejo de Asesores Económicos del Poder Ejecutivo (CAPE) en agosto de 2004 y asesor económico del Poder Ejecutivo. Actualmente es secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Negociaciones Comerciales (CNNC) y coordinador en jefe de Negociaciones Comerciales del país.
Verizon te mantiene comunicado cuando más lo necesitas. Por eso, más de dos millones de dominicanos nos prefieren.
~ ver.zon Trabajando para ti día a día
Esther L. Aristy
En el contexto del DR-CAFTA La suscripci贸n y entrada en vigencia del DR-CAFTA ha suscitado diferentes reacciones en los sectores nacionales. Se trata, en efecto, de un proceso de dimensiones hist贸ricas que marca un giro importante en la relaci贸n comercial de nuestro pa铆s con su principal socio en el mundo.
odemos ver la realidad que emerge de la suscripción y entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio entre la República Dominicana, C entroamérica y los Estados Unidos (DR-CAFTA) de distintas formas. Sin embargo, no se trata de hacer juicios de valor sobre un hecho que le ha tocado vivir a nuestra generación. Se trata de que tomemos conciencia: 1) de las circunstancias que anteceden este tratado, 2) de las oportunidades que representa para el país y 3) de los retos que los dominicanos debemos asumir para crecer como nación, en el contexto y aún más allá del DR-CAFTA.
P
miso de reciprocidad, en virtud del cual si un país concedía a otro una ventaja especial, tenía la obligación de extenderla a los demás miembros del GATT (Principio de la Nación Más Favorecida). Sin embargo, este principio de NMF admite excepciones. Es así como se incorporaron en el GATT, primero, la Cláusula de Habilitación o de Trato Preferencial Norecíproco a los Países en Desarrollo (Ronda de Tokio de 1979), fundamento legal de los Sistemas Generalizados de Preferencias (SGP), y, segundo, las Exenciones o Preferencias No Generalizadas (Ronda de Uruguay de 1994) que sirvieron de
los subsidios que dieran a sus exportadores. Si algún país no satisfacía estas dos condiciones, los Estados Unidos imponían restricciones especiales y/o aranceles a las exportaciones procedentes de esos países. 4 Esta reciprocidad terminó penetrando las políticas de comercio exterior de los p aíses desarrollados hacia los países en vías de desarrollo. En este contexto y en respuesta a la gestión que durante años venían realizando los países centroamericanos, el presidente Bush expresó en su discurso del estado de la nación de enero de 2002 que la negociación de un acuerdo de libre comercio con Centroamérica
Antecedentes Para entender las implicaciones · de este tratado es necesario remontarnos a la Gran Depresión Mundial de los años treinta. En efecto, entre 1929 y 1933 hubo una contracción que redujo el comercio internacional en 25%.1 Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, los países occidentales sentaron las bases de un nuevo sistema monetario internacional y abrieron sus economías al comercio. Con la conferencia de Bretton Woods, en 1944, fueron creados el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. En 1945 nació la Organización de las Naciones Unidas bajo el liderazgo de los Estados Unidos, país que emergía como la potencia democrática de Occidente ante el fin del dominio de Europa. 2 En 1947 se firmó el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), con el objetivo de promover el comercio internacional mediante su liberalización gradual. Los países asumieron un compro-
El priJ:ner beneficio para las exportaciones es el carácter perltlanente del trato preferencial obtenido en el DR-CAFTA.
soporte a programas como el Caribbean Basin Initiative (CBI) y el Caribbean Basin Trade Partneship Act (CBTPA).3 Durante años, estas excepciones fueron la base de políticas de comercio internacional de las naciones desarrolladas hacia los países en vías de desarrollo. En cuanto a las relaciones comerciales entre países desarrollados, la administración Reagan defendió el libre comercio pero exigiendo Reciprocidad Preferencial, otra excepción admitida en el principio de NMF. La idea era obligar a otras naciones desarrolladas a reducir, primero, sus barreras a las exportaciones de Estados Unidos y, segundo,
constituía una prioridad de su política exterior. Para entonces, en la República Dominicana las zonas francas se habían desarrollado con la aplicación combinada de nuestra Ley No. 8-90 y los programas preferenciales de los Estados Unidos. Al enterarse de las negociaciones con Centroamérica, este sector las percibió como una amenaza para el acceso de sus productos al mercado estadounidense, destino de más del 90% de sus exportaciones. 5 La preocupación llegó al Estado dominicano, consciente de la magnitud de nuestra dependencia para con Estados Unidos en cuanto a
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intercambio comercial y de inversión extranj era (en 2003 Estados Unidos consumía e! 87% de las exportaciones totales dominican as ,6 nos proveía e! 34% de los bienes importados7 y representaba cerca de! 32% de nuestras inversiones extranjeras 8) . El gobierno, decidido, gestionó la firma de un tratado de libre comercio. En principio, Centroamérica y los Estados Unidos no cedían a nuestras peticiones, hasta que en agosto de 2003, e! representante de Com ercio de los Estados Unidos, Robert Zoellick, comunicó al C ongreso estadounidense la inten ción de adherir a la R epública Dominicana al CAPTA Se estableció una
comercial sobre todo con los Estados Unidos (a), mientras otras son de carácter institucional y habrán de tener un impacto que trasciende las relaciones de negocios que son e! objeto de! tratado (b). a) Oportunidades de beneficios económicos. En cuanto a los posibles b eneficio s, el DR-CAFTA incluye oportunidades que pueden ser aprovechadas por la estructura productiva para la exportación, así como oportunidades para e! consumo que podrán ser aprovech adas por el sector importador. El primer beneficio importa nte para las exportaciones es el carácter permanente del trato preferencial obtenido en el DR-CAFTA. A dife-
El DR-CAFTA representa itnportaciones libres de aranceles para tnás de 4,000 productos.
agend a de tres meses de trabaj 0 9 que concluyó con la suscripción del DR-CAFTA el 5 de agosto de 2004 y su ratificación por el Congreso N acion al mediante R esolución No. 357-05 promulgada el 9 de sep tiembre de 2005.
Oportunidades Aunque el DR-CAFTA no se negoció en circunstancias favorables para la República D ominicana, sus resultados pa ra el país fueron similares a los de los países centroamericanos. En cuanto a las oportunidades que representa, algunas son de naturaleza económica strictu sensu y habrán de impacta r el intercambio
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rencia de los programas preferen ciales estadounidenses que han permitido el crecimiento de las exportaciones dom inican as en las últimas décadas , el DR-CAFTA no está suj eto a revisión a nua l. El acuerdo garantiza así el acceso a largo plazo al mercado m ás grande del mundo, con un a población actual esti mada de m ás de 299 millones de habita ntes. 10 Otra ventaja económica del DR-CAn"'A es que cubre un a variedad más a mplia de productos que los que comprendían los programas preferenciales a los q ue sustituye. La apertura comercial del mercado estadounidense bajo el DR-CAFTA es
de 99.6%, considerando que Estados Unidos sólo protegió 17 líneas de calzados y 5 líneas agrícolas de vegetales, productos lácteos y similares. Se abrieron incluso las compras del Gobierno federal y de 24 estados después de eliminar las restricciones del Buy American ACt. 11 A esto debemos añadir que las reglas de origen aplicadas a los productos que incluyen componentes originarios de países distintos a los signatarios del acuerdo son bastante más flexibles en e! DR-CAFTA que en los programas preferenciales precedentes. Esto facilitará e! uso de insumas y materias primas procedentes de otros países para la elaboración eficiente de productos destinados al mercado estadounidense. El DR-CAFTA abre, además, la oportunidad de comercio transfronterizo de servicios. La República Dominicana parece tener condiciones para comp etir en el creciente mercado de servicios de procesos administrativos, mejor conocidos como EPO (Business Process Outsourcing). D e m a nera especial, se ha indicado que podríamos vender a Estados Unidos servicios de procesamiento de préstamos, de contabilidad y finanzas,12 y para Centroamérica, estudios de mercado y centros de llamadas. 13 En lo que respecta a las importaciones, el DR-CAFTA presenta, en primer lugar, la oportunidad de libre importación de materias primas, insumo s y tecnologías procedentes de los países signatarios del acuerdo. Esta facilidad puede tener un impacto positivo no sólo para el sector importador, sino también para el exportador y productor en general, que disfrutará así de una reducción de costos .
Más
importante aún, el DR-CAITA representa importaciones libres de aranceles para más de 4,000 productos.l 4 La eliminación de estos aranceles, del 13% del recargo cambiario y la desaparición de la factura consular representan una reducción significativa en los costos de los productos importados que habrá de beneficiar, con la venia de los comerciantes y/o el mercado, a los consumidores finales. Podría añadirse que con la sustitución del régimen legal de la Ley N o. 173 de 1966 por los principios de libertad contractual hacia futuro, los distribuidores exclusivos de líneas norteamericanas tenderán a desaparecer para posiblemente dar paso a una estructura amplia de intermediarios. Sin embargo, hay productos agrícolas e industriales que sólo experimentarán reducción de aranceles o liberalización a mediano o largo plazo, ya que el país decidió protegerlos de las importaciones utilizando contingentes arancelarios y/o salvaguardias especiales por considerarlos bienes social y económicamente sensibles. Los efectos de estas disposiciones han sido estimados en una investigación reciente que indica
que el DR-CAITA podría aumentar nuestras exportaciones industriales en 249 millones de dólares al año, incluyendo 189 millones por nuevo comercio y 59 millones por desvío de comercio - productos antes exportados por otros países- , siendo los principales beneficiarios los textiles. En cua nto a las importaciones, el estudio indica que el aumento potencial es de 349 millones de dólares el primer año, hasta llegar a unos 418 millones al año, esperándose el mayor impacto en vehículos, muebles, aparatos eléctricos o mecánicos y bienes insumos.l 5 Para el sector agropecuario las expectativas son distintas. En el corto plazo, se entiende que las exportaciones agrícolas dominicanas no aumentarían significativamente porque en la actualidad el 84% disfruta tratamiento preferencial bajo el CEl y el 14% tiene libre acceso a los Estados Unidos. En cuanto a las importaciones, tampoco se visualiza un impacto en el corto plazo por la protección que se dio a los productos agrícolas de mayor consumo en la República D ominicana. En el medio y largo plazos el DR-CAITA podría aumentar la exportación de productos agrícolas no tradicionales (tomate, mango, aguacate, ba-
nana) en los cuales se entiende que tenemos sólidas ventajas comparativas. l6 b) Oportunidades de Fortalecillliento Institucional. Además de los beneficios económicos, el DR-CAITA presenta oportunidades para aumentar los niveles de legalidad e institucionalidad del país, que de aprovecharse trascenderían al tratado en el espacio y en el tiempo. El DR-CAITA busca consolidar reformas legales, estructurales y sectoriales ya realizadas en el país. Consagra la apert~ ra a la competencia en los sectores de energía, telecomunicaciones y servicios financieros. Consagra los derechos de los inversionistas extranjeros incluyendo el trato nacional, el principio de NMF, la protección de la intención de invertir y el uso de arbitraje vinculante pa ra la solución de controversias Estado-inversionista extranjero. En m ateria de propiedad intelectual, el DR-CAITA mejora la protección de los derechos y fortalece los procedimientos para su respeto. Au nque estas disposiciones han suscitado controversia, entendemos que el respeto a la propiedad intelectual es una práctica sana para promover la innovación, la transferencia de tecnología y la inversión extranjera. No podemos permitir la violación de estos derechos , aunque naturalmente tampoco su ejercicio abusivo. El DR-CAITA también promueve la modernización y las rifórmas administrativas, al crear organismos y establecer procedimientos p ara la justa implementación del tratado, prever el uso de tecnologías mode r~ nas y exigir una modernización de las aduanas basada en simplicidad,
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agilización, automatización, comunicación con otras aduanas y un sistema de control fundamentado en análisis de riesgos. El DR-CAITA incluye acuerdos de cooperación para elevar los estándares y el cumplimiento de normas aduanales,
ambientales y laborales. Crea también mecanismos para ayudarnos a superar las barreras sanitarias y fitosanitarias que regulan la entrada de productos a Estados Unidos, y en general prevé ayuda para desarrollar la capacidad comercial del país, tanto en cuanto a recursos humanos como a instituciones. Por último, el tratado establece mecanismos que buscan aumentar los niveles de transparencia en el gobierno y en los negocios. Se asumió
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el compromiso de hacer licitaciones abiertas para las contrataciones del Estado. Se prevé la debida publicidad de las normas en materia comercial y el establecimiento de tasas por servicios sólo cuando éstas no excedan los costos de los mismos. Además, la eliminación de los aranceles para las importaciones, la simplificación de los procesos administrativos, la automatización de los servicios y el establecimiento de sanciones facilitarán la transparencia y el control de la corrupción. Buscando mejorar los niveles de cumplimiento de la ley, el DR-CAFTA crea tribunales que revisarán las acciones administrativas relativas al tratado y comités supranacionales que supervisarán el cumplimiento del mismo. El DR-CAFTA prevé que cada país podrá accionar contra cualquier otro Estado parte, ya sea ante la OMC o ante un grupo arbitral designado después de solicitud sometida a la Comisión de Libre Comercio creada en el tratado (artículo 19.1). Ya no se trata, pues, de responder de las acciones ante la comunidad nacional, sino también ante los países de la región y la comunidad internacional. El DR-CAFTA constituye sin dudas un instrumento legal que desde ahora nos presiona para aumentar la transparencia. Este proceso, aunque sacrificado para todos, puede ayudarnos a dar un salto importante en el camino hacia el progreso. Tiene, además, la virtud de que al ser un tratado basado en la reciprocidad nos coloca en la posición digna de poder exigir igual cumplimiento a los demás Estados. Esta posición, debemos observar, no es la que hemos tenido bajo los esque-
mas preferenciales unilaterales hasta ahora vigentes. Las oportunidades que trae el DR-CAFl'A son muchas. Es sólo que los retos no son menos.
Retos El DR-CAFTA no es una panacea. Es un conjunto de oportunidades. Oportunidades que debemos aprovechar con diligencia porque el valor del acceso preferencial al mercado estadounidense se reducirá en la misma medida en que más países vayan suscribiendo tratados de libre comercio con los Estados Unidos. Para aprovechar las oportunidades en el ámbito de las importaciones o del consumo, el trabajo no es arduo. En el corto plazo el mercado terminará traspasando a los consumidores la reducción de costos de los productos importados de países del acuerdo. Quizá los retos en este sentido son los de fortalecer, primero, nuestro sistema de protección a los consumidores o usuarios y, segundo, los mecanismos de defensa comercial con que cuenta n nuestros productores de cara a las prácticas desleales y los subsidios de importaciones recibidas que puedan estar distorsionando el mercado y perjudicando la producción nacional en violación a las normas de la OMC. Se hace prioritario el avocamos a implementar la Ley 358-05 o Ley General de Protección de los Derechos del Consumidor o Usuario, así como la Ley 1-02 sobre Prácticas Desleales de Comercio y Medid as de Salvaguardas. Los mayores beneficios, sin embargo, vendrán dados en la medida en que aumentemos nuestra capacidad para exportar. La teoría están-
dar de los beneficios del comerClO exterior indica que las ventajas de éste dependen fundamentalmente de la capacidad de una economía para cambiar su estructura de producción y aumentar sus exportaciones Y
titividad".18 Más aún, varios dirigentes empresariales aseguran que "los problemas de la educación están más relacionados con la calidad de la cobertura que con la gama de conocimientos impartidos". Las
D ebernos definir y ejecutar una a genda o plan nacional que nos p ermita no sólo la integración regional sino incluso la global.
¿Y cómo competir y aumentar nuestras exportaciones al mercado estadounidense y eventualmente a otros mercados? La respuesta no es sencilla y los retos son infinitos. El primer paso importante es el de informarnos. Necesitamos investigar y conocer profundamente el DR-CAFTA y sus implicaciones, el contexto nacional y global actual, los mercados participantes en el acuerdo y las fortalezas y debilidades del país. Segundo, debemos avocarnos a definir y ejecutar una agenda o plan nacional que nos permita no sólo la integración regional sino incluso global. Aspectos insoslayables en esta agenda incluyen: a) Educación para el COIllercio exterior. Para que el país se desempeñe exitosamente bajo el DR-CAFTA necesitamos desarrollar recursos humanos aptos para el comercio exterior. Un estudio realizado con empresas dominicanas señala que "la educación [el sistema educativo] es el mayor obstáculo para la compe-
compamas expresan su insatisfacción de que la educación superior está "cargada de teoría" mientras carece de conocimientos útiles. 19 Estos resultados nos llevan a Dietrich Schwanitz, quien sostiene que los sistemas de educación están en crisis y la principal razón es la oscuridad sobre lo que son los objetivos de la enseñanza, lo que dificulta distinguir entre "lo esencial y lo intercambiable, lo central y lo marginal, lo obligatorio y lo libre [.. .J".20 En pocas palabras, nuestros jóvenes dejan sus mejores años y los escasos recursos de sus familias en un proceso educativo que no los prepara para el mundo laboral nacional, mucho menos para la
competencia en el mercado internacional. Esto nos plantea un gran reto, uno que hasta resulta difícil para países con mucha tradición cultural y recursos. Superar este desafío supone una reforma educativa profunda, nuevos paradigmas de educación, mucho trabajo, creatividad e mgemo. El sistema debería dedicar significativamente menos tiempo a la acumulación de información y más al desarrollo de habilidades, valores y conocimientos adaptados a los tiempos y a los mercados. De manera enunciativa pudiéramos incluir: o Idiomas. o Laboratorios para prácticas de conocimientos y tecnologías. o Concienciación de protección del medio ambiente. o Educación emocional y moral, importante siempre e indispensable para trabajar con personas de otras culturas y en otros países. o Promoción y desarrollo del perfil "intrapreneur", además del "entrepreneur", vale deClr, persona emprendedora dentro de su organización, investigadora, con imaginación creativa, innovadora, con visión global, metas, capacidad de adaptación, de solución de problemas y trabajo en equipo, con liderazgo pro-activo. o Formación de una nueva generación de gerentes del sector público y privado, ingenieros, técnicos, profesionales y especialistas de las áreas de conocimiento que el mercado internacional requiere. o Promoción del uso educativo de medios y foros distintos a
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las aulas, tales como empresas, radio, televisión, vallas, grupos musicales, prensa escrita, cine, Intern et, asociaciones sin fines de lucro. b) Institucionalidad. Si bien es cierto que los Estados necesitan al sector empresarial para funcionar,
cas que fomentan o desalientan la inversión, la productividad y el crecimiento, obtuvimos el lugar 103 de 155 países .22 La desregulación busca reducir las normas empresariales, elimin a ndo las di sposiciones que no son necesarias para proteger a los con-
En el inforrn.e Doing Business 2006 del Banco Mundial obtuvirn.os el lugar 103 de 155 países. no menos cierto es que las empresas sólo pueden operar eficientemente en países con gobiernos eficaces , legítimos y cumplidores de la ley. La R epública Dominicana necesita promover leyes justas y claras , así como garantizar acceso a las disposiciones legales locales e internacion ales que regul an el comercio. Además, es necesa rio que toda la estructura de los tres poderes del Estado cumpla sus funciones, respete las leyes y la ética, para así exigir cumplimiento a la ciudada nía. El trabajo es nuestro . Aunque el DR-CAFTA prevé m ecanismos para mejorar los niveles de institucionalidad, los estudios indican que el comercio internacional podría no tener efecto directo sobre las instituciones públicas. 21 c) Desregulación. Se requiere la revisión de las normas que regulan los negocios en el país. Heredamos un sistema sobreregulado que afecta nega tivamente las operacion es empresariales. En el "Doing Business 2006" del Ba nco Mundial sobre ambiente de n egocios, que incorpora las normativas y políti-
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sumidores o usuarios y modificando aquellas que se requiere sean más flexibles. Este proceso p ermite optimizar el clima de negocios y nos pone en condiciones de atraer más inversión local y extranjera. De esta manera, mientras aumentamos la cultura exportadora del empresario nacional también podemos increm entar la inversión extranjera procedente de países con acumulación de capitales y tradición de exportación. d) Infraestructura. La infraestructura es lo que permite a los negocios operar ágilmente. El país debe continua r esforzándose por mejorar los sistemas de financiamiento, aduanas, transporte, agua potable y salud. Es importante ampliar la universalidad de usuarios de servicios de telecomunicaciones y fortalecer significativamente los sistemas de protección del medio ambiente y de seguridad ciudadana. Debemos crear las comisiones y organismos previstos en el DR-CAFTA y utilizar todas las posibilidades de cooperación que existen dentro del tratado y fu era de él.
Pero el m ayor de los retos en cua nto a infraestructura es, sin duda, el suministro de energía eléctrica . L a actu al insuficiencia de energía se atribuye a los altos costos de generación y a una capacidad de recuperación de deudas estimada en 50% . Esta estadística nos ha colocado en el cu a rto lugar entre los p aíses de m ayor robo de energía en el mundo, sólo superados p or Congo, Haití y Moldavia.23 Al momento no hay una solución clara .
Conclusiones La República Dominican a, conforme a los procesos previstos en la Constitución y las leyes, suscribió y ratificó el DR-CAFTA. Sin ser una panacea p er se, el DR-CAFTA es un instrumento de legislación comercial internacional que ofrece muchas oportunidades en el ámbito
del consumo, potenciales exportaciones , crecimiento de la inversión extranjera e incluso de aumento de los niveles de institucionalidad. Aprovechar estas oportunidades conlleva superar grandes desafíos. Este proceso implica manejar altos niveles de información, un proceso dinámico de planificación e intenso trabajo. La educación demanda una refor ma profunda en cuanto a formas y contenidos. Otros problem as, como las debilidades institucionales, la sobreregulación en materia de legislación empresarial y las carencias de infraestructura, requieren también especial atención. La energía continuará siendo uno de los grandes retos. Evidentemente, no son nuestras contrapartes en el DR-CAFTA las que pueden vencernos. Tampoco nuestros competidores alrededor del mundo. Sólo nosotros podemos vencernos a nosotros mismos. 24 El DR-CAFTA es una gran oportunidad que la historia presenta a esta generación de dominicanos, para pensar en grande y para mirar bien lej os .
e Inversión en el A1arco del C4 FTA -DII, p. IIl,
Notas 1 Canto, Victor A ..
Us.
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serv_inv_ cafta. pdf>.
2 Schwanitz, Dietrich . La Cultura, Todo
14 Rivera Fernández, Hugo. v'atado
lo que Hay qlle Saber. Traducción Vicente
de Libre Comercio, R epública Dominicana,
Gómez Ibáñez; Taurus , España; 2002;
Centroamérica y Estados Unidos (DR- CAF-
p.254.
TA), <www.amcham .org.do/reportes.
3
Díaz Frar~ul , Manuel. El rol de los TLC
en los intercambios de comercio, <www.
amcham.org.do/reportes.asp >. .¡
Canto, Víctor A. Op. Cit. p. 688.
as p>. 15
Grupo Pareto, Op. Cit., p. 4.
16
Implicaciones del v 'alado de Libre Comer-
cio con Estados Unidos de América respecto al
Guzmán, Rolando M.. Evaluación
Sector Agropecuario, Iriforme Final, marzo
del impacto potencial del DR.-CAPTA sobre el
de 2005, World Bank Caribbean Coun -
sector indllstrial dominicano, Tabla No. 8
try Management Unit, Environmentally
Composición Porcentual Exportaciones
And Socially Sustainable Deve!opment ,
Zonas Francas según Destinos (2000-
Latin America and Caribbean Region,
2003).
p.4.
5
Ií
Grupo Pareto, "Impacto potencial del
17
CAPTA,
ChaLLenges and Opportunities Jor
Ci\FTA-RD sobre la industria dominica-
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na", Sumario, Vol. 2 no. 1, marzo 2006,
nomist, Central America Department ,
p.3.
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7
Fuente: "Datos Estadísticos Intercam-
J8
Jensen , Robert; Pearson, Mereelith ;
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la Educación con la Competitividad en la R e-
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9
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mera Wagner. DR-CAPTA Resultados para
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la agricultllra de la República Dominicana,
19ldem p. 164.
Esther Aristy es graduada en Dere -
Centro de Investigación Económica
20 Schwanitz, Dietrich. Op. Cit. p. 33
cho summa cum laude de la
para el Caribe CIECA , Santo Domingo,
y 34.
octubre de 2004, p. 5.
21 Office of the Chief Economist, Cen-
PUCMM ,
con maestría en Administración Pública cursada en la Syracuse University.
10 U. S. Census Bureau, <www.census.
tral America Department, World Bank,
Es autora del libro Manual de Derecho
gov>.
Opt. Cit. p.7.
para empresarios. Recibió el premio Joven Sobresaliente 1998 de Jaycees'72, fue la primera latina electa del Comi-
11 Díaz Franjul , Manuel. Op. Cit. ,
22
<www.amcham.org.do/reportes.asp>.
Mundial, p. l.
12 Frangeti, Sinziana; M,illa, Nora;
23
té Ejecutivo de OWIT (Organization of
González, Michae!; Ofori-Adj ei, Akua;
dent Perspective
Women in International Trade) 2002
Korovesi, Iris; Petion, Tessie. Dominican
can RepubLic Electricity Sector, Presentation
y fue designada Oficial Honoraria de
RepubLic Finding the Patlz to Success in the
Aclams Smith International, Cámara
Corte en Tennesse en 2005. Es abo-
EPO Market, R esearch for Consejo Na-
Británica de Comercio, Santo Domin-;-
gada en comercio internacional y
cional de Competitividad (C NC).
go,junio ele 2006.
coordinadora del Centro de Estudios
13Valerio De Ford, Federico. Identificación
24
DR-CAFTA Funglode.
de Oportunidades para los Sectores de SeTvicio
Flat, 1SI eel., New York, 2005 , p. 45 1.
Informe Doing Business 2006, Banco Heath,John; Aelams, Ivan. An Indepen011
the Crisis in the Domini-
Frieelman, Thomas L.. The WorLd is
47
Federico Alberto Cuello Camilo
Nuevos tiempos con la Unión Europea Negociar una nueva relación comercial con la Unión Europea es una obligación contractual para el Grupo de Estados del África, Caribe y Pacífico (Aep). La nueva relación comercial tendrá la forma de Acuerdos de Asociación Económica (AAE) negociados por cada región del Grupo. Como parte de la zona caribeña, la República Dominicana busca un acuerdo que potencie el desarrollo y no lo distorsione.
1 Grupo de Estados del África, Caribe y Pacífico (ACP) , del cual forma parte la República Dominicana, debe negociar una nueva relación comercial con la Unión Europea (UE) que será discutida por regiones. Nuestro país debe buscar un compromiso que potencie el desarrollo: 1) asegurando mejores condiciones de acceso para nuestras exportaciones de bienes y servicios, así como para nuestras inversiones; 2) protegiendo y promoviendo la competencia entre las partes; 3) garantizando la coherencia entre las peticiones que se nos formulen y las concesiones que se nos otorguen; 4) fomentando la mayor cohesión entre los miembros de la región; y 5) elevando nuestra competitividad empresarial, sectorial, nacional y regional. Pese a los desafíos innegables que conlleva negociar en bloque sin haber consolidado la integración regional, los precedentes sentados por nuestras negociaciones anteriores sólo podrán soslayarse, aún sea temporalmente, en un marco negociador como el presente.
Preámbulo Las exportaciones del África, el Caribe y el Pacífico (ACP) tienen una participación decreciente en el mercado europeo. El desarrollo de los países ACP se encuentra, en general, estancado, con pocas excepciones de crecimiento y de elevación de los niveles de vida. La gobernabilidad económica y política presenta toda la gama de posibilidades, desde democracias robustas con alternabilidad en el poder entre los distintos partidos políticos hasta regímenes de facto que, en algunos casos, tra-
tan de sofocar cruentas y prolongadas guerras civiles. El panorama social no es más alentador, con pandemias como el VIH/SIDA que van en crecimiento sin que se incremente de manera generalizada la cobertura de servicios básicos en salud o educación para mitigarlas. Ante ese cuadro, no es de sorprender que la gran mayoría de los países del grupo ACP sean exportadores netos de capitales hacia los países desarrollados. ¿Qué país puede desarrollarse sin que sus propios capitales se reinviertan en el proceso productivo? ¿Qué país puede incrementar su participación en el comercio sin diversificar sus rubros exportados en lo cuantitativo y en lo cualitativo? ¿Qué país puede generar confianza para la comunidad internacional sin la adecuada gobernabilidad y sin las políticas sociales que aseguren el desarrollo armónico de todos sus conciudadanos?
Cotonú El Convenio de Cotonú es el instrumento que vincula a los Estados ACP y a la Unión Europea. Suscrito en el año 2000 y ratificado en la República Dominicana en 2002, cuenta con tres pilares básicos: el diálogo político, la cooperación económica y comercial y la cooperación financiera. A partir de estos tres pilares se busca responder a esa realidad diversa, repleta de desafíos, que caracteriza al Grupo ACP. Es en este contexto en el que negociar con la Unión Europea no es una opción para el país. Al suscribir el Convenio en 2000 y ratificarlo en 2002, adquirimos esta importante obligación contractual. Nuestra re-
lación comercial en el Convenio de Cotonú busca facilitar nuestra integración gradual y suave en la economía mundial (Cotonú, 3.II.34.l) (Convenio de Cotonú, Parte 3, Título II, Artículo 34, párrafo 1.) Dicha integración conlleva sustituir el actual régimen de comercio preferencial, incompatible con las reglas de la OMC, hacia uno recíproco, coherente con las disposiciones de la OMC en materia de acuerdos comerciales regionales. En el presente régimen preferencial, los Estados ACP, de los cuales f9rma parte nuestro país desde 1990, gozamos de una total exención arancelaria para nuestras exportaciones hacia la Unión Europea sin tener que dar el mismo trato a los productos originarios de esa región. Cuando impere el requisito de reciprocidad, cuya entrada en vigor está prevista para el 1 de enero de 2008 (Cotonú, 3.II.37.1), los Estados ACP tendrán que otorgar el mismo trato, sea inmediatamente o luego de un período de transición. En el tránsito hacia la reciprocidad, los 79 Estados ACP quisieron en una primera fase negociar junto con la Unión Europea para preservar la solidaridad que existe desde siempre entre este conjunto de países tan diversos, entre los cuales tenemos estados insulares, estados sin litoral, grandes países en desarrollo ricos en recursos naturales, países en proceso de delimitación fronteriza y, particularmente, 39 de los 49 de Países Menos Adelantados (PMA) que existen en el mundo. Sin embargo, de manera natural, el proceso negociador evolucionó en una segunda fase -que culminó en diciembre del año 2005- hacia una organización en
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regiones: cuatro del África, una del Caribe y una del Pacífico. Si bien algunos consideran que esta fragmentación atenta contra la solidaridad entre los miembros del grupo, es obvio que esta organización permite responder con agilidad y precisión a las necesidades particulares de cada región. Es posible así que aquellos que estén listos para la fecha prevista podrán gozar de las ventajas de una nueva relación comercial con el principal bloque económico del planeta. ¿Cuáles serían las ventajas que cabría esperar en estas negociaciones? ¿Qué desafíos habrá que enfrentar en el proceso?
l. Cotonú y desarrollo Al introducir la reciprocidad en la relación económica y comercial con la UE, los AAE colocarán a las partes en igualdad de condiciones sin que, en efecto, sean ellas mismas iguales entre sí. Compensar esta desigualdad es un requisito ético del proceso, en aras de la equidad que debe predominar en las relaciones internacionales. Lograr tal equidad es posible si se cumple estrictamente el mandato negociador contenido en Cotonú. El resultado deberá ser un conjunto de AAE que potencie el desarrollo y no lo distorsione. Cotonú recoge explícitamente el compromiso con el desarrollo como fin último de nuestra relación: "2. [...] Dado el nivel actual de desarrollo de los países ACP, la cooperación económica y comercial estará dirigida a permitir a los Estados ACP gestionar los desafíos de la globalización y a adaptarse progresivamente a las nuevas condiciones del comercio internacional, facilitando así su transición a la
50 GLOBAL
economía global liberalizada. (Cotonú, 3.II.35.2) "3. Con este fin la cooperación económica y comercial buscará mejorar la capacidad de la producción, de la oferta y del comercio de los países ACP, así como su capacidad para atraer las inversiones. Estará, además, dirigida a crear una nueva dinámica comercial entre las partes, a fortalecer la política comercial y de inversiones de los países ACP, así como a mejorar la capacidad de los países ACP para manejar todos los asuntos relacionados con el comercio." (Cotonú, 3.II.35.3). El instrumento primordial de dicha cooperación serán los "nuevos arreglos comerciales". De las varias opciones posibles de cooperación económica y comercial, ha predominado entre las partes la negociación de Acuerdos de Asociación Económica, s~jeta en el Convenio de Cotonú a principios claramente orientados al logro de la competitividad de nuestros países, atendiendo a: "[...] los constreñimiento s a la oferta y a la demanda. En este con-
texto, particular atención será dada a las medidas para el desarrollo comercial como medio para mejorar la competitividad de los Estados ACP [. . .]." (Cotonú, 3.II.35.l). A partir del ejemplo exitoso de la Unión Europea, la integración regional se considera en este proceso como un instrumento clave para la inserción de los Estados ACP en la economía mundial, permitiéndoles atender los desafíos globales a partir de un escenar io más amplio que el nacional, esto es, el regional (Cotonú, 3.II.35.2). Así, décadas, siglos de indiferencia hacia las relaciones comerciales con los respectivos vecinos de cada país ACP deben ahora ser superados con celeridad para acudir, integrados regionalmente, hacia una relación interregional y recíproca con la Unión Europea que les permita suavizar su transición hacia la economía mundial, superar sus carencias institucionales y productivas y, eventualmente, ser competitivos. El trato especial y dijérenciado para los países ACP será tomado en cuenta (Cotonú, 3.II.35 .3), así como la necesidad de preservar los beneficios derivados de los protocolos de productos básicos una vez sean reformulados en el marco de los AAE para hacerlos compatibles con las reglas de la OMC (Cotonú, 3.II.36.4). Este único principio justifica sobradamente la negociación ya que, a la entrada en vigor de los acuerdos, nuestros países no tendrán ya más que acudir a la OMC para solicitar costosas "dispensas" a favor del mantenimiento de nuestras preferencias. La fórmula potenciadora del desarrollo contenida en Cotonú es clara: mantener e incrementar el acceso de nuestras exportaciones
al mercado europeo de manera compatible con la OMC. Acudir al llamado de la globalización, integrándonos a la VE luego de profundizar nuestra propia integración regional. Superar las deficiencias institucionales y productivas de nuestros países, elevando nuestra competitividad. Suavizar el costo del ajuste para nuestros sectores sensibles, asegurando el trato especial y diferenciado. ¿Cómo hacer realidad esta fórmula en los AAE? ¿Es éste un desafío que compete sólo a los países ACP? ¿O, por el contrario, deben los ACP trabajar con la VE en este novedoso enfoque, en el marco de esa "asociación verdadera, fortalecida y estratégica" de la que habla Cotonú (3.II.35.l)?
2. El modelo de las 5
con potencial de exportación desde nuestros países. No basta con mantener el acceso logrado preferencialmente, pues dicho acceso no ha impedido el declive de nuestra participación de mercado en Europa. Revertir esta tendencia requiere aumentar el número de productos que podemos exportar sin mayores limitaciones. Ello requiere también simplificar las reglas de origen y profundizar la cooperación para el cumplimiento recíproco de las normas sanitarias y fitosanitarias, así como los obstáculos técnicos al comercio.
que exista libre circulación para sus productos en nuestras regiones. Esto significaría la posibilidad de que cualquier producto europeo que llegara a uno de nuestros países podría continuar sin mayor trámite hacia los demás países de la región. Sin embargo, no está claro si tal reclamo será aplicable a los productos ACP exportados a la VE. La coherencia del proceso requiere que lo que nos es demandado también nos sea otorgado. No sólo para nuestros bienes, sino también para nuestras inversiones y servicios, aún sean estos sumipistrados por personas na-
Ello requiere, por último, una cobertura geográfica integral para los derechos y obligaciones dimanantes de los AAE, en los cuales no sólo la VE y sus estados miembros se encuentren comprometidos como naciones, sino las unidades políticas subnacionales, las regiones ultraperiféricas y los países y territorios de ultramar, que en muchos casos son los primeros puertos de entrada para nuestras exportaciones hacia la VE. b) Coherencia. La parte europea reclama a las regiones ACP
turales presentes temporalmente en el mercado europeo. c) COIllpetencia. Eliminar las barreras al comercio sin proteger la libre competencia sería un grave error que dejaría al desnudo las múltiples prácticas anticompetitivas observadas en el comercio internacional. Prácticas que se traducen en abusos de posición dominante por la integración vertical de las cadenas de distribución de productos básicos y de turistas; en concertaciones de precios en el suministro de servicios de transporte
e
La mejor respuesta a esta pregunta la aporta la propia experiencia europea. En aras de la equidad entre sus viejos y nuevos miembros, la dimensión comercial de sus relaciones se compensa con una altamente efectiva dimensión del desarrollo. Trasladando esta experiencia a la realidad ACP, desde el punto de vista caribeño, permite proponer que las negociaciones de los AAE se guíen por el llamado modelo de las 5 C. a) COIllproIllisos cOIllercialIllente relevantes. Los países ACP necesitan oportunidades concretas para incrementar sus exportaciones. Así, las concesiones de liberalización que nos presente la parte europea en agricultura, productos industriales, servicios, inversiones y compras gubernamentales deberán eliminar todo arancel, cuota, licencia o barrera regulatoria aplicable a los bienes y servicios exportados o
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internacional; o en la elevación monopolística de precios en los contratos de suministro de energía de las empresas privatizadas o capitalizadas por inversionistas internacionales. Siendo la UE tanto el principal inversionista extranjero como el principal exportador de bienes y servicios del mundo, no es de extrañar el liderazgo que ha tenido al promover la negociación del tema de com ercio y competencia en todos los foros en los que participa. Desde el punto de vista ACP, sin embargo, el tema de comercio y competencia no puede verse sólo como uno que busque eliminar las barreras competitivas que puedan existir en nuestros mercados para facilitar la penetración de proveedores extranjeros. Este tema debe verse también como un medio principalísima para preservar la posibilidad de competir que tendrán nuestros proveedores, todos ellos más pequeños que el más pequeño de los europeos, una vez entren en vigor los AAE. d) Cohesión. Profundizar la integración regional que existe entre los países ACP podría acelerarse si los AAE contuvieran compromisos vinculantes con la cohesión. En
52 GLOBAL
la UE, la cohesión busca agilizar la convergencia económica hacia el nivel promedio de ingreso per cápita de la región. Son elegibles aquellos países que tengan un ingreso per cápita menor al 90% de este promedio. Sujetos al cumplimiento de un programa de convergencia, dichos países reciben financiamiento para proyectos de infraestructura panregional y para la preservación del medio ambiente. Este novedoso mecanismo ha probado ser altamente exitoso en acelerar el crecimiento de los nuevos países elegibles que han ingresado a la UE desde 1986. y al estar sujeto al cumplimiento de planes en función de los niveles relativos de ingreso per cápita, su vigencia no será eterna. Profundizar la integración entre los países ACP sin un mecanismo de cohesión dejará a nuestras regiones sin la articulación de infraestructuras o sin los mecanismos de conservación del medio ambiente que requerirán para atender el mercado europeo o, de m anera más inmediata, para elevar su atractivo para inversionistas extranjeros que deseen aprovechar las oportunidades creadas en nuestras regiones como un todo. e) COITlpetitividad. La eliminación de barreras al comerCIO internacional debiera provocar una convergencia de los niveles de productividad entre los productos competitivos que sobrevivan al proceso de liberalización. Alcanzar la competitividad, así, se convierte en una prioridad urgente ya reflejada en el Convenio de Cotonú, en todas sus dimensiones. En lo empresarial, la convergencia de niveles de productividad no es posible sin nu evas tecnolo-
gías, capacitación administrativa o recapacitación laboral, si es que se van a aprovechar las economías de escala presentadas por el increm ento del tamaño del m ercado que representa la apertura de los m ercados regionales o del m ercado europeo. En lo sectorial, se requieren encadenamientos intra e intersectoriales que redunden en conjuntos productivos (conocidos en inglés como clusLers) que permitan repartir mejor al resto de la economía el impacto de cada incremento porcentual del comercio internacional. En lo nacional, se requiere reducir el "costo país" de hacer negocios, atacando las dificultades existentes en sectores clave como los servicios financieros, la energía, las telecomunicaciones o los transportes. En lo regional, la competitividad sólo podrá incrementarse asegurando una mayor cohesión entre los p aíses miembros, incrementando la frecuencia de vuelos y embarques, reduciendo el costo del transporte intrarregional o de las telecomunicaciones y atendiendo las vastas necesidades de infraestructura para el apoyo a estos sectores. Así, los demás elementos del modelo aportan algunos de los principales requerimientos de la competitividad. Sin embargo, estos no son suficientes sin complementar el proceso con una dimensión del desarrollo m ás completa.
3.La dimensión del desarrollo Además de fondos de cohesión, los países ACP requerirán financiamiento para el ajuste estructural. La integración de los protocolos sobre productos básicos cuando la
OMC concluya la presente ronda de
negociaciones tendrá como resultado una erosión de preferencias que redundará en una disminución inmediata de la participación en el mercado europeo de nuestros principales productos de exportación. La eliminación de aranceles requerirá reformas fiscales profundas que cambiarán el perfil recaudatorio de nuestros países. Aplicar las reglas contenidas en el AAE conllevará reformas legales e institucionales altamente costosas. Y, por si fuera poco, es previsible que la apertura comercial conllevará transformaciones en aquellas de nuestras empresas que quieran sobrevivir frente a la mayor competencia internacional en nuestros propios mercados o, mejor aún, incrementar sus exportaciones a la UE . Todos estos son elementos del costo de transición hacia el libre comercio que tendrán que asumir nuestros países. Los AAE deberían incluir, desde nuestra perspectiva, compromisos vinculantes para atender estos costos de transición , de la misma forma en que son atendidos en la UE: mediante los fondos de ajuste estructural. El otro componente de la dimensión del desarrollo que desearíamos ver es la adaptación a la realidad de los países ACP de la llamada Estrategia de Lisboa. Su formulación y aplicación por parte de la UE demuestra que existe un importante rol para el estado en la promoción de la competitividad. Si un grupo de países desarrollados como los de la UE ha debido utilizarla para enfrentar el desafío que representa competir con China, Estados Unidos, India o J apón, es claro que los países ACP debemos
2
NEGOCIACIONES COMERCIALES QUE POTENCIEN EL DESARROLLO: LAS 5 C
Dimensión del desarrollo
Cohesión
Coherencia
Fondo de ajuste estructural
Competencia
3
Estrategia de Lisboa
ELEMENTOS DE LA ESTRATEGIA DE LISBOA
"i -..¡
" Mercado interno efectivo
Potenciación de la innovación
Comercio libre y justo
Base productiva reforzada
Mejor regulación
Más Vmejores empleos
Pl~fraestructura mejorada
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., • Ch.
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InverSIón en I + D
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estudiar con cuidado este caso y, en la medida de lo posible, buscar los medios para que los AAE la incorporen de una manera viable en lo económico y en lo político.
4. Desafíos inmediatos
del proceso Si el prerrequisito para avanzar en este proceso es profundizar la integración regional entre los países ACP, está claro que cada región tiene pendiente culminar el desmonte de las barreras existentes al comercio de bienes y servicios, así como a las inversiones y las compras gu-
""'i
Mejoreducación Vhabilidades %,
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berna mentales en su interior. En el caso de nuestra región caribeña es obvio que, como ha dicho nuestro canciller en su discurso ante el Consejo de Ministros de Cariforo el 15 de julio de 2005, "No tenemos las reglas comunes que consoliden nuestro bloque. El Acuerdo de Libre Comercio entre la Comunidad del Caribe y la República Dominicana fue suscrito en 1998 gracias al liderazgo de nuestros jefes de Estado y de nuestro presidente, el doctor Leonel Fernández, quien entonces nos presidía por vez primera. Ese acuerdo fue un gran paso en su
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momento. Dista mucho, sin embargo, de representar el conjunto de derechos y obligaciones que aseguren la libre circulación de nuestros bienes, servicios y capitales en la región. Enmendarlo para lograrlo no es una opción viable a corto plazo, a pesar de los grandes avances alcanzados a la fecha y del positivo impulso con que se han acometido estos trabajos. Urge, pues, que seamos ambiciosos. Porque es obvio que existe otra alternativa cuyos resultados serían inmediatos. ¿Qué tal si consideráramos el ingreso dominicano a la Economía y Mercado Común del Caribe (CSME)? ¿No sería ésta la más lógica opción para consolidar nuestra integración y crear ese ambiente propIcIO para la negociación con Europa como un verdadero bloque? ¿Por qué no debatir esta opción durante nuestras sesiones? ¿Por qué no acordar un cronograma detallado al respecto?" (Morales Troncoso, 2005: 4). Esta tarea pendiente cobra mayor urgencia en la medida que nuestra alianza caribeña nos permitirá resistir, aún sea temporalmente, las peticiones insistentes de la VE de recibir de nuestra parte el mismo trato otorgado a los Estados Unidos en el DR-CAFTA. Aliados con el Caribe es imposible otorgárselo, porque al hacerlo nosotros, ellos tendrán también que hacerlo, sin haber siquiera negociado con los Estados Unidos. Los justos requerimientos de los miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM) para preservar el trato especial y diferenciado que se otorgan entre sí es la única defensa que tendremos frente a la VE. Cualquier otro escenario, sea de negociación bilateral, o sea, a través del recientemente iniciado proceso con
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Centroamérica, nos dejará expuestos sin mayor posibilidad de protección. Si es que vamos a trabajar en el fortalecimiento de esta alianza verdadera y estratégica entre los países ACP y la VE, urge que durante la revisión del proceso negociador prevista para los próximos meses se amplíe el mandato negociador de la Comisión, a fin de acomodarlo mejor al contenido potenciador del desarrollo ya previsto en Cotonú según hemos analizado aquí, así como a las necesidades concretas que han sido identificadas a la fecha, entre las cuales está dotar a la Comisión del mandato pleno que requiere para negociar el capítulo de inversiones en los AAE que podrá sustituir los acuerdos bilaterales de inversiones existentes y que haga innecesaria la negociación de nuevos acuerdos de este tipo, así como para representar a los países y territorios de ultramar en la negociación, lo cual no es una realidad en el presente. Una vez se cuente con estos nuevos mandatos, estaremos en posición de trabajar en textos comunes para los AAE así como en el intercambio de compromisos específicos que satisfagan nuestras mutuas expectativas. Por último, teniendo presente la reciente discusión en el Consejo Conjunto de Ministros ACP-VE en Port Moresby sobre el Décimo Fondo Europeo de Desarrollo, hacer realidad un conjunto de AAE que verdaderamente potencien el desarrollo conllevaría ciertamente requisitos fin ancieros distintos que los contemplados en la actualidad. Trabajemos, pues, en hacer realidad esta asociación estratégica y fortalecida. Cumplamos con el mandato
potenciador del desarrollo de Cotonú. Dotemos a los AAE de la dimensión del desarrollo que necesitamos para dejar de ser, de una vez y por todas, países en vías de desarrollo. Presentación real izada en la reunión sobre la dimensión del desarrollo de los Acuerdos de Asociación Económica (AAE), organizada por el Gobierno a lemán en mayo de 2006 en Berlín. E l presente texto sirvió de base para la testificación del autor ante el Comité de Comercio 1nternacional del Parlamento Europeo durante la audiencia pública celebrada en julio en Bruselas.
Federico Alberto Cuello Camilo
es profesor investigador de Econo mía (en licencia) de la PUCMM . Fue reintegrado al servicio exterior en diciembre de 2004 para servir como embajador extraordinario y plenipotenciario de la República Dominicana ante el Reino de Bélgica y las Comunidades Europeas. El Consejo de Ministros de Comercio y Desarrollo del Caribe (COTED) lo designó en 2005 como miembro del Colegio de Negociadores del Caribe. Al momento de escribir este artículo, el autor terminaba su período de seis meses como presidente del Comité de Embajadores del Grupo ACP en Bruselas. Referencias -
Cotonú (2 000): Acuerdo de CoLonú.
Bruselas: Comisión Europea. Disponible en form a electrónica a través del enlace
<hup:!/ec.europa .eulcomm/
d eve lopment/ body / cotonou / agree ment_es. htm>. - Morales Troncoso, Carlos (2005): " Palabras de apertura", XIV Reunión de Ministros del Cariforo. Santo Domingo, Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores .
John Seibel, Lou Meléndez y Ronaldo Peralta
IMPACTO DE LAS GRANDES LIGAS , EN LA REPUBLICA DOMINICANA
ste artículo analiza el impacto social y económico de la "industria" de la M ajor League Baseball en la R epública Dominicana, discute el papel cada día más creciente de la presencia latina en la globalización del béisbol, enumera los desafíos particulares que la MLB confronta aquí y presenta oportunidades con las que el país puede obtener un mayor beneficio de esta relación. Sin duda, la República Dominicana es conocida por sus estelares peloteros, los embajadores más populares de las últimas tres décadas. Pero lo que mucha gente desconoce es que detrás de cada una de estas estrellas hay toda una industria que no solamente descubre e impulsa jugadores, sino que realiza año tras año un gran aporte económico y social al país. Su impacto económico en la R epública Dominicana es enorme - cifras conservadoras hablan de 84 millones de dólares al año- , con un ritmo impresionante de inversiones y más de 2,000 empleos directos e indirectos, adem ás de un sector informal de mucho movimiento económico y una proyección del nombre del país hacia los mercados exteriores que no tiene precio. Su impacto social es muy significativo: programas de donaciones, construcción de plqys, ligas juveniles, programas de educación e inversiones en zonas tradicionalmente pobres y marginadas.
E
La tradición La tradición de la pelota en la R epública Dominicana se inicia entre 1880 y 1890, cuando inmigrantes cubanos y empresarios norteamericanos, junto a dominicanos, comenzaron a practicar este deporte en el país. Equipos profesionales como Liceo, de 1907, Estrellas Orientales, de 1911, Escogido, de 1921 , y las Águilas Cibaeñas, de 1937, son más viej os que muchas de los equipos de las gra ndes ligas. De hecho, muchos historiadores coinciden en que la mejor pelota del mundo se jugó en el torneo Campeonato Ciudad Trujillo en el país en 1937. A pesar de la infame ba rrera de color - rota p or Jackie R obinson en 1947- , se desarrollaban actividades entre el país y la MLB. D esde el día 26 de septiembre de 1956, cuando O svaldo Virgil debuta con la franela de los Gigan-
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tes después de haber firmado en 1953 por la suma de 300 dólares, 420 dominicanos han desfilado por las grandes ligas y miles por las ligas menores. Después de la primera oleada de bigleaguerers dominicanos de la década de los sesenta, encabezada por Juan M arichal, los hermanos Alou,JuliánJavier y M anuel M ota, y la de la década de los setenta, liderada por César Cedeño, Cesarín Gerónimo y Pedro Borbón, es en la década de los ochenta cuando los equipos de la MLB comienzan a invertir directamente en escuelas de béisbol en el país. Gracias a los esfuerzos pioneros de hombres visionarios como Rafael Ávila, Peter O'Malley, Eppy Guerrero, Freddy J a na y Sal Arteaga, surgen las primeras instalaciones y la Liga D ominicana de Verano. Debido al éxito extraordinario de los Dodgers y los Blue Jays, rápidamente los demás equipos comienzan a imitar los esfuerzos de estos equipos. H oy en día, 28 de los 30 equipos tienen instalada en el país una escuela, bien sea propia o a través de una especie de arrendamiento. La oficina del Comisionado de la Major League Baseball montó en el país en el año 2000 la primera oficina de la MLB fuera de New York. Pa ra mantener el crecimiento sostenido de la industria de las Grandes Ligas y así aumentar los beneficios para el p aís, es importante resolver temas que a lo largo pudieran ser barreras para un desarrollo saludable: por ejemplo, las falsificaciones, la necesidad de que la protección legal de nuestras contrataciones de peloteros se rij a por el denominado contrato uniforme de las ligas menores, la posibilidad de la autoregulación responsable sin la intromisión excesiva del estado, y el poder castigar laboralmente el consumo de sustancias prohibidas.
Impacto latino El Clásico Mundial del Béisbol es un evento que no solamente lanza la industria hacia nuevos horizontes, sino que es el resultado de la globalización del juego en los últimos tiempos. H ace apenas cuatro décadas, se podía contar con los dedos el número de jugadores latinos en los equipos. Esta situación ha cambiado radicalmente. Veamos los datos de 2005:
El 42.6% de todos los jugadores bajo contrato, de ligas mayores o menores, había nacido fuera de los Estados Unidos. o De este total, el 38.2% (es decir, 2,919 jugadores) provenía de América Latina. o Del total de América Latina, el 53.3% (1,556 jugadores) era de la República Dominicana, seguida por Venezuela y Puerto Rico. El impacto latino en la industria no es solamente de jugadores. En el aspecto ejecutivo tenemos el mejor ejemplo en Omar Minaya, director general de los New York Mets. Por su parte, Ramón Peña ya tiene la posición de asistente especial del gerente general con Detroit. Los dominicanos, liderados por Felipe Alou, Luis Pujols y Tony Pena, han conquistado puestos de managers y el venezolano Ozzie Guillén llevó los Medias Blancas de Chicago a la victoria en la serie mundial del año pasado. En cuanto a premios, el impacto es sobresaliente. Pensemos en los siguientes ejemplos: o
En los últimos ocho años del Premio Cy Young de la Liga Americana, los lanzadores dominicanos han ganado tres veces y un venezolano una vez. o En los últimos ocho años, el premio para el Jugador Más Valioso de la Liga Americana ha sido otorgado cuatro veces a dominicanos, dos veces a puertorriqueños y una vez a un japonés. o El año pasado, el dominicano Albert Pujols rompió cuatro años consecutivos de dominio absoluto de Barry Bonds y gano el MVP de la Liga Nacional. o Felipe Alou, Tony Peña y Ozzie Guillén han ganado premios como Manager del Año. Pero lo que acabo de mencionar es lo que más se ve. Sin embargo, lo más importante es lo que no se ve tan obviamente. Gracias a los esfuerzos originales de Epifanio Guerrero, Rafael Ávila, Freddy Jana y Sal Arteaga, y la confianza para invertir en el país de un grupo encabezado por Peter O'Malley de los Dodgers, hoy 28 de los 30 equipos tienen escuelas diseminadas por el territorio nacional. Y estimamos que entre 2005 y 2007, un total de cinco organizaciones habrán invertido en nuevas instalaciones. La Liga Dominicana de Verano es una de las ligas menores de mayor número de jugadores en el mundo, ha producido más de 300 jugadores de las grandes ligas y atrae aspirantes de todas partes del mundo. La presencia latina ha creado un nuevo enfoque multicultural en la industria que obliga a crear canales y vínculos de entendimiento y comunicación. Como industria, se ha aprendido a trabajar en otros países fuera de Estados Unidos y a tratar de ser ciudadanos corporativos con responsabilidad social. En la República Dominicana, la meta siempre ha sido proporcionar una alianza productiva con el Estado dominicano que beneficie al país.
Impacto económico Fotografia sin fecha del beisbolista dominicano Juan Marichal, único jugador de este país que ha ingresado al salón de la fama en Estados Unidos . Efe/periódico Hoy.
Desde que la MLB estableció su oficina en el país, se han realizado dos estudios sobre el impacto económico de la industria en la República Dominicana. Cuando se utiliza el término "impacto",
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no solamente se refiere a la cantidad de dólares que entran anualmente al país como consecuencia de las actividades corrientes de la industria, sino también al valor de las inversiones fijas en tierra y edificios que realizan los equipos (que sí producen una repercusión extraordinaria en su momento de ejecución). En 2003, el impacto económico se calculó en 76 millones de dólares y para 2005 el monto había aumentado a 84 millones. Estas cifras se calculan de la siguiente manera. l. Pagos de bonificación a nuevos aspirantes: US$ 17,384,000. 2. Operación de las escuelas: US$ 14,000,000. Esto sólo incluye La tradición de la pelota en la República Dominicana se inició en el siglo XIX. las operaciones de estas escuelas y no el efecto multiplicador y la inAhora bien, es importante poner estos númeversión durante su fase de construcción. ros en perspectiva y agregar algunos datos adi3. Liga Dominicana de Verano: US$ 2,749,000. cionales. Primero, son cifras bien conservadoras, Incluye sólo los salarios de tres meses de los para no pecar en exceso. Segundo, este impacto jugadores y los costos de administración. se siente directamente en algunas de las comuni4. Viajes de observación al país. Se calcula un dades más pobres del país donde se encuentran total de US$ 360,000 anuales (con 30 equilas escuelas: Guerra, Nigua, La Victoria, Villa pos por 12 visitas por US$ 200 diarios). 5. Salarios de jugadores de las grandes ligas reMella, Boca Chica, etcétera. Por lo tanto, el impacto económico es más profundo. Tercero, no se invertidos en el país. Se calcula que un 20% se reinvierte directamente. Durante el inicio incluye el valor agregado que se extiende al sector informal, donde se desarrollan múltiples activide la temporada en 2005, había 91 jugadores dades. Cuarto, se generan 1,175 empleos directos dominicanos de las grandes ligas con un salario combinado de US$ 235,079,110. El 20% y otros 881 empleos indirectos. Y, finalmente, se de esta suma asciende a US$ 52,563,006. No crea un name recognition para la República Domise incluyen aquí jugadores nacidos fuera de nicana cuyo valor es difícil de cuantificar. la República Dominicana. Impacto social 6. Salarios de jugadores de las ligas menores directamente reinvertidos en el país: La meta como industria no es solamente producir US$ 2,667,610 -cálculos basados en un 50% buenos peloteros, sino también excelentes ciudadanos. El béisbol es quizá el deporte profesional de un pool salarial de US$ 5,335,220- de un que más une a las diferentes generaciones. Todos total de 582 jugadores dominicanos en las ligas menores durante 2005. podemos recordar la primera vez que vimos un 7. Donaciones y apoyo a instituciones estatales: juego acompañados por nuestro padre o abuelo. US$ 250,000. Son muchos los equipos y juY ningún otro deporte resalta históricamente los valores como la pelota. Quién no recuerda el acto gadores que realizan donaciones al país. Las Grandes Ligas también suministran anualheroico de Roberto Clemente, el discurso de Lou mente al Comisionado Nacional del Béisbol Gehrig frente a la muerte, la perseverancia de en el país la suma de US$ 120,000. Carl Ripken o la capacidad de Jackie Robinson
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arrendadas por equipos. Y algunos como Vladimir Guerrero promueven pequeñas empresas familiares en sus pueblos (esta actividad de Guerrero fue resaltada por el Wall Street ]ournal en su primera página). También casi todos los equipos han realizado aportes sustanciales. Por ejemplo, el apoyo continuo de los Dodgers, de Peter O'Malley y de Rafael Ávila a la escuela Futuro Vivo en la comunidad de Guerra; la donación de los Atléticos de Oakland de 4,200 sillas de ruedas al país, y el apoyo de las Medias Rojas de Bastan a la comunidad de El Mamón. Pocas personas saben que una de las donaciones más grandes que recibió el país del sector privado después del huracán Georges de 1998 la realizó. la MLB, con medio millón de dólares.
Educación La meta como industria no es solamente producir buenos peloteros, sino también excelentes ciudadanos.
para superar las dificultades en la sociedad americana en medio de insultos raciales. Si se quieren cultivar buenos valores en nuestros peloteros, primero es necesario testimoniar buenos valores como industria y ser socialmente responsables. Y esta es la misión que se ha propuesto la industria en la República Dominicana a través de donaciones, educación e iniciativas especiales. Es imposible cuantificar el monto combinado de donaciones que han generado jugadores, equipos y la MLB al país. Son muchos los jugadores que realizan aportes: algunos a través de sus propias fundaciones (Manny Mota, Sammy Sosa, Albert Pujols y José Mesa, por ejemplo); otros directamente en instalaciones en sus propias comunidades (Miguel Tejada en Baní, Pedro Martínez en Manoguayabo, Bartola Colón en Altamira); y otros, como Juan Marichal, apoyando eventos especiales, como el torneo de golf para beneficiar varias instituciones, y David Ortiz, quien promovió desde Bastan ayuda para los damnificados de Jimaní. Otros, como es el caso de Salomón Torres, en Santa Fe, George Bell, en Hato Mayor, y Mélido Pérez invierten en instalaciones para ser
La educación también es un tema crucial para esta industria en la República Dominicana. No es ningún secreto que muchos de nuestros jugadores provienen de algunas de las zonas de mayor pobreza y dejan la escuela años atrás. Todos sabemos que el béisbol requiere no sólo destreza, sino también capacidad mental. En la medida que el joven aspirante dominicano desarrolla una disciplina mental, capacidad para adaptarse y fortaleza emotiva y psicológica, mejora notablemente sus posibilidades de llegar a las grandes ligas y sobresalir. Como industria, este desafío se enfrenta desde tres vertientes: l. Las escuelas desarrollan diversos programas de inglés, adaptación cultural, formación personal y apoyo psicológico. Algunas, como Cleveland, van mucho más lejos y utilizan los servicios de colegios locales para ayudar a que sus jóvenes jugadores avancen y terminen su bachillerato. 2. D esde 2003, la oficina de la MLB en Santo Domingo ha montado la versión latina del Rookie Career Development Program (Programa Especial para Novatos Sobresalientes) donde se concentran durante dos días los mejores aspirantes de cada equipo en un taller que ofrece orientación sobre temas cruciales tales como adaptación cultural, manejo
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El béisbol es, quizás, el deporte que más une a las diferentes generaciones.
financiero, consumo de sustancias prohibidas, protección legal, presiones familiares y normas de relación con el sexo opuesto. Este taller permite que los jóvenes peloteros puedan arrancar con buen pie en Estados Unidos. 3. Como sabemos, son muchos los jóvenes firmados (contratados) que no llegan a cumplir sus sueños. Esta industria pretende desarrollar un sistema de becas con instituciones nacionales para que los jóvenes puedan recibir capacitación especializada en inglés e informática, y una carrera técnica para que cuando dejen la pelota, tengan mejores posibilidades en el mercado laboral. Finalmente, esta industria promueve dos iniciativas especiales que benefician directamente al pueblo dominicano. La primera es la construcción de campos modelo de pelota en comunidades pobres. A través de la Baseball Tomorrow Founda-
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tion, una entidad directamente financiada por los dueños de los equipos y el sindicato de jugadores, y bajo la excelente coordinación de la Fundación Esperanza en el país, se han construido tres plays ejemplares en Quisqueya, los Hatillos de Hato Mayor y Consuelo. Estas obras, que benefician a miles de jóvenes y familias, están integradas con los programas de educación comunitaria y la micro-empresa que desarrolla esta fundación. La segunda es el programa de ligas juveniles, llamado RBI (Reviving Baseball in Inner Cities). Basado en los valores de J ackie Robinson, el REI lleva cuatro años funcionando en el país y actualmente cuenta con 28 equipos, compuestos de 504 jóvenes de ambos sexos, de entre 12 y 18 años . Lo bonito del REI es que combina la educación, el servicio comunitario y la formación personal con la pelota, convirtiéndose en un ejemplo excelente a imitar. También es un programa ampliamen-
te respaldado por más de 20 empresas del sector privado dominicano.
Desafíos La República Dominicana cuenta con la primera oficina de Grandes Ligas establecida fuera de los Estados Unidos. Su instalación se debió a la necesidad de monitorear y regular el gran aumento de actividades que los equipos dominicanos habían desarrollado durante los últimos 15 años. Hoy se puede destacar que los equipos cumplen cabalmente con los requisitos legales y fiscales del país. Sin embargo, para poder mantener un crecimiento sostenido de la industria y seguir produciendo beneficios, es importante enfrentar varios retos. Se necesita un marco laboral que permita utilizar lo que se denomina el "contrato uniforme de las ligas menores", sin que esto entre en conflicto con el código de trabajo vigente. El contrato uniforme es el instrumento que la MLB utiliza en todo el mundo para la contratación de jugado-
El conocido jugador Sammy Sosa hablando con la prensa.
res. Con la finalidad de cerrar cualquier brecha y ofrecer mayor protección legal a los equipos, se ha preparado un anteproyecto de ley laboral que actualmente se encuentra en la consultoría jurídica del Senado. Este anteproyecto ha sido preparado por especialistas legales reconocidos en el país y ampliamente consultado con diferentes sectores nacionales de todas las tendencias políticas. Por otro lado, aunque se ha logrado una gran mejoría, el tema de las falsificaciones sigue siendo un reto importante. Después del ll-S, ningún equipo puede darse el lujo de contratar jóvenes aspirantes con edades e identidades falsas. Se ha trabajado muy de cerca con la Junta Central Electoral y con el Consulado Norteamericano para disminuir su inc~dencia. De hecho, se han realizado un promedio de 350 investigaciones anualmente durante los últimos dos años, que han generado ahorros sustanciales para los equipos y han salvado las carreras de muchos jóvenes. En este sentido, es imprescindible que las autoridades competentes persigan judicialmente a las personas que engañan a nuestros jóvenes diciéndoles que tienen que falsificar sus identidades o edades para poder ser contratados. Por otro lado, es sabido que el consumo de sustancias prohibidas y esteroides ha sido un lado oscura de esta industria en los últimos tiempos. Y la República Dominicana no ha resultado una excepción. En los últimos dos años se han creado programas de pruebas anti-doping, educación, y servicios de consej ería especializada para nuestros jugadores. La colaboración de las autoridades nacionales, mayor educación y un marco legal que permite castigar el consumo contribuirán a detener esta práctica y crear una juventud saludable. Finalmente, hay que destacar que el crecimiento extraordinario de esta industria en la República Domini~ cana se debe en una parte a la capa..' cidad de la MLB de trabajar junto a las autoridades correspondientes del
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Estado dominicano. Esta industria ha demostrado capacidad de autorregulación de una manera responsable y cumplidora. La regulación excesiva de parte de cualquier instancia estatal no es saludable y la aplicación de la Ley Nacional del Deporte en lo que se refiere al deporte profesional no debería constituir un obstáculo. La República Dominicana puede obtener mayores beneficios de la industria de la MLB, sobre todo creando nichos especializados a través de un resource linkage (unión de recursos) con otros sectores. Por ejemplo, quienes presenciaron el Clásico Mundial del Béisbol testimoniaron una emoción indescriptible al ver cómo los jugadores se entregaban en un 100% jugando para sus respectivas patrias. La cobertura internacional que recibió el país no tiene precio. Para que la República Dominicana pueda ser anfitrión del clásico o de juegos regulares de las Grandes Ligas en el futuro, faltan dos aspectos vitales: un estadio que reúna los requisitos de la MLB y un promotor capaz de montar con éxito el evento. Esto sería una inversión para el futuro. Las cifras económicas para Puerto Rico en el Clásico demuestran un impacto económico de 18 millones de dólares en 10 días. Por otro lado, una buena parte del turismo puede incentivarse a través de nuestros peloteros. Los que han pagado entradas para visitar los estadios y museos de organizaciones deportivas como el Fútbol Club Barcelona en España o el BocaJunior en Argentina saben lo que un minisalón de la fama dentro del estadio Quisqueya o en el ingenio Consuelo podría producir. De hecho, ya hay grupos que promueven el turismo norteamericano para ver los juegos de la Liga Dominicana en los meses de diciembre y enero, y su experiencia ha sido resaltada en periódicos como el USA Today y el Christain Science Monitor. También la Liga Dominicana de Verano puede despertar el interés de operadores turísticos, así como las escuelas para excursiones de tierra de los cruceros y de los llamadosfonta.ry baseball camps. La Fundación Esperanza ha demostrado que es posible dirigir los recursos de la pelota para promover el desarrollo en las comunidades marginadas. En este sentido, desde que se creó
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la oficina de la MLB en Santo Domingo, se han acercado instituciones de renombre internacional como Plan Internacional, Visión Mundial, el Natu re Conservancy, el Cuerpo de Paz y Save the Children. Alrededor de nuestros peloteros se pueden aglutinar comunidades dominicanas y norteamericanas para que juntas apoyen iniciativas educativas y de desarrollo. En el mundo de hoy, muchas instituciones buscan incentivar iniciativas que integren recursos de las comunidades, del sector privado y del Estado como una manera de garantizar la sostenibilidad. De hecho, hay una financiadora internacional interesada en la posibilidad de que jugadores dominicanos de renombre apoyen la exportación del café orgánico dominicano a los mercados norteamericanos y japoneses, donde nuestros peloteros son bien conocidos. Dicha iniciativa no solamente estimularía la exportación, sino que también ayudaría a la protección de nuestras cuencas frágiles y a consolidar la familia rural y sus pequeñas empresas. Finalmente, el crecimiento rápido del mercado latino de Estados Unidos y específicamente de la diáspora dominicana constituye una oportunidad excelente en la que el país puede desarrollar mercados a través de su industria del béisbol. De hecho, fue la fanaticada latina la que impulsó el Clásico y los Mets de Nueva York están desarrollando iniciativas creativas para este mercado. Tiene que haber una manera en la que el país • pueda beneficiarse de esta enorme posibilidad. John Seibel es consultor de la oficina de la MLB en
el país, Especialista en programas de desarrollo y capacitación, es fundador y director de la empresa Entrena, LotÍ' Meléndez es vicepresidente de Operaciones Internacionales de la Majar League Basebali. Abogado de profesión, con estudios en la Universidad de Rutgers, Ronaldo Peralta ocupa la posición de Senior Ma-
nager de la oficina de la MLB en la República Dominicana, Es ingeniero industrial con una maestría en Administración de Empresas,
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Las TIC en la educación a distancia La teleeducación que utiliza las TIC se orienta hacia el desarrollo de metodologías alternativas para el aprendizaje de alumnos de poblaciones distantes o que están limitadas por su ubicación geográfica, la calidad de la docencia o el tiempo disponible, a la vez que aporta conocimiento, capacitación y educación al sistema educativo, al empresariado y a la sociedad en su conjunto.
pesar de que por muchos años la teleeducación o educación a distancia se dictaba exclusivamente por correspondencia a través del correo tradicional, el avance de las TIC junto a la popularización de Internet ha revolucionado el mundo de la información en los últimos años, y el campo de la educación no ha permanecido al margen de la explosión de la "sociedad de la información". El impacto de Internet en la sociedad actual está cambiando todos los ámbitos de nuestra vida afectando a la forma en que trabajamos, nos divertimos, nos relacionamos,
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aprendemos, y un largo etcétera. Por ello, la enseñanza también avanza hacia un modelo que se aleja de la "clase magistral" como base de la enseñanza, en la que la figura del profesor era el centro del sistema, y se dirige hacia un modelo que fomenta la participación del alumno como medio fundamental del aprendizaje, en el que el profesor ejerce de guía de conocimientos. La teleeducación es una fórmula excelente para poner en práctica este modelo de formación en un futuro no muy lejano, pues la educación del siglo XXI puede no tener nada que ver con la del siglo XX, por lo menos
en cuanto a la forma de impartirse utilizando las muevas tecnologías.
Aplicaciones de la teleeducación La teleeducación puede aplicarse a través de la utilización de diversas herramientas tecnológicas que proveen las TIC, las cuales permiten el desarrollo de campus virtuales, aulas virtuales, autoaprendizaje, bibliotecas electrónicas o videoconferencia con el profesor. Uno de los aspectos clave de la teleeducación es la elección de las herramientas utilizadas, tanto para el acceso a la información, como para el diseño y desarrollo de los cursos. La enorme proliferación de instrumentos, debido a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, hace que este problema se dificulte aún más. De forma general, las aplicaciones empleadas en teleeducación pueden estar definidas en función de: 1. Web. Internet ha experimentado un crecimiento exponencial en estos años, convirtiéndose en un gran almacén de información. Existen miles de bases de datos disponibles, periódicos, tutoriales, información técnica, empresarial, catálogos, etcétera. Toda esta información disponible -en la mayor parte de los casos gratuitaconvierte a Internet en una gigantesca biblioteca en continuo crecimiento. Todo lo anterior hace que sea necesaria la existencia de algún mecanismo de navegación y ordenación que permita evitar, en la medida de lo posible, la desorientación del usuario, que se suele ver saturado de información. La web o www (World Wide Web) es el sistema de navegación más utilizado. El lenguaje HTML (HyperText Markup Language) es el usado para la elaboración de las páginas web. Su mayor cualidad es su capacidad de definir enlaces a otros documentos, facilitando la tarea de navegación. La facilidad de creación de páginas web, la proliferación de herramientas de desarrollo y la popularización de los browsers o navegadores hacen de la web la herramienta fundamental de transmisión de conocimiento en los cursos de teleeducación. En el ámbito de la teleeducación, la web se utiliza tanto para publicar el material del curso en formato electrónico, como para la realización de ejercicios de au-
toevaluación online, publicación de información relativa al curso, etcétera. 2. Correo electrónico. El correo electrónico se ha convertido en una herramienta de tremenda utilidad a la hora de comunicarse con otros usuarios. En el ámbito de la teleeducación, el correo electrónico se utiliza básicamente como medio de comunicación entre alumnos y entre alumno-profesor. La posibilidad de adjuntar ficheros dota al e-mail de una capacidad de transferencia de documentos muy útil. 3. Listas de correo. Las listas de correo son una de las posibilidades que ofrece el correo electrónico, por lo que podrían incluirse en el apartado anterior. Las listas de distribución favorecen la resolución de dudas de los alumnos, ya que las preguntas planteadas particularmente por alguno de ellos pueden ser conocidas por todos, así como la solución dada por el profesor, por lo que son muy útiles en el ámbito de la teleeducación. 4. Chat. El chat (charla) posibilita la comunicación de texto en tiempo real entre varios usuarios. En el ámbito de la teleeducación el chat se utiliza fundamentalmente para la realización de tutorías online en tiempo real, la realización de debates y ejercicios colectivos, etcétera. 5. Foros de discusión. En Internet, un foro es un conjunto de mensajes relacionados con un cierto tema. Los usuarios pueden ver los mensajes y enviar los propios, que a su vez quedan visibles para otros usuarios del foro. Es una herramienta asíncrona porque los usuarios no tienen que coincidir en el tiempo para enviar y leer mensajes, el software del foro guarda los mensajes para que puedan ser leídos en cualquier momento por los usuarios. Al igual que las listas de correo, pueden utilizarse en teleeducación como medio de resolución de dudas. Además, se pueden tratar y discutir temas de interés introducidos por el profesorado o sugeridos por los alumnos. Existen muchas otras aplicaciones y herramientas empleadas por los alumnos de teleeducación, algunas de las cuales son específicas de la temática del curso. Una de las herramientas más utilizadas es la videoconferencia, herramienta que puede"" resultar muy útil en determinadas circunstancias pues permite la interacción e intercambio a través
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de cámaras de video y fomenta la discusión entre las partes. Partiendo del hecho de que "toda persona tiene derecho a la educación" (Declaración Universal de los Derechos Humanos, Art. 26, 1948), el uso de las TIC en la educación y, más aún, en el sistema educativo, es fundamental para hacer realidad ese propósito y potenciar la educación a distancia y hacer más eficiente el sistema educativo, permitido la incorporación de las TIC en las escuelas dentro del proceso de capacitación de los alumnos, tan necesario en la sociedad actual. La educación a distancia apoyada en las tecnologías de la información puede tener importantes ventajas para los estudiantes, fundamentalmente como complemento de los sistemas tradicionales de enseñanza. Además, para los profesores facilita el acceso a materiales educativos y el intercambio de conocimientos con otros docentes. En particular, permite acercar la educación a grupos excluidos, ya que tanto en las sociedades más desarrolladas como en aquellas en desarrollo se presentan algunos grupos que por limitaciones económicas u otras no pueden acceder a los servicios que la sociedad ofrece al resto. En esas condiciones, una adecuada utilización de las TIC en el campo de la educación mejoraría la educación en zonas rurales y llevaría el conocimiento a miles de personas de forma más eficiente, rápida y efectiva, pues el acceso a la formación y a la educación puede ayudarles a su desarrollo y es un factor determinante para que salgan de su marginalidad.
En el sector privado Las empresas están comenzando a incorporar la educación a distancia o el aprendizaje electrónico (e-learning) dentro de los recursos de capacitación de sus empleados. Esto permite que con cualquiera de las herramientas que brinda la tecnología se puedan realizar jornadas de formación de recursos humanos del sector empresarial en temas y competencia que son fundamentales para sus operaciones, haciéndolo de forma masiva, en un tiempo récord y con la posibilidad de disponer de informaciones en formato digital en una computadora, que puede ser enviada a otros empleados,
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fomentando así el flujo de conocimientos. La teleeducación es una herramienta del empresariado que permite el desarrollo de programas de capacitación adaptados a las necesidades del negocio y desarrolladas acorde con las características de la organización.
Ventajas Es importante resaltar las ventajas que presenta la teleeducación frente a otras opciones; por ejemplo, frente a la enseñanza presencial y la enseñanza a distancia "clásica", pues además de las derivadas de ser un sistema que puede realizarse a distancia (ventajas de la enseñanza a distancia tradicional), las principales ventajas de la teleeducación tiene sus raíces en la potencia, facilidades y posibilidades pedagógicas que las nuevas tecnologías ponen a nuestra disposición: • Una forma de acceder a la información más inteligente y eficaz. • Una personalización del aprendizaje, atendiendo a las distintas capacidades, conocimientos e intereses de cada alumno. • Acceso a la información para personas aisladas geográficamente o con dificultades físicas, aprovechando las ventajas de Internet y las redes de computadoras. Esto proporciona la creación de un mercado global en el que las instituciones tradicionales competirán con las nuevas iniciativas públicas y privadas. • El uso de las nuevas tecnologías no sólo permite que la enseñanza no esté anclada en una determinada localización geográfica, sino que, además, ofrece la posibilidad de acabar con la localidad temporal. Los cursos de teleeducación pueden ser realizados en cualquier periodo de tiempo. • La tecnología web permite el acceso a información dispersa en la red. Los mecanismos de hipertexto facilitan distintas formas de navegación y el desarrollo de nuevos lenguajes (XML, SMIL, MathML) extenderá las posibilidades de las aplicaciones web (como soporte de tutoriales, bibliotecas digitales, foros de debate, mecanismos de navegación, etcétera).
JAL· JIER IRTE JEL INDO
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• Los contenidos y materiales docentes se pueden actualizar constantemente, atendiendo a los cambios en la materia impartida, a las necesidades de los alumnos, etcétera. • La tecnología multimedia ofrece distintas formas de presentar el conocimiento: texto, imágenes, voz, vídeo, simulaciones, etcétera. • La realidad virtual permite la creación de interfoces atractivas para el alumno y la posibilidad de simular experiencias que de otro modo resultarían caras, peligrosas o poco accesibles para el estudiante.
Inconvenientes La teleeducación también presenta ciertos inconvenientes, algunos de ellos derivados de los pocos años de existencia de esta opción tecnológica y de la incorrecta concepción de la teleeducación. Es por ello que existen algunos inconvenientes o elementos que deben tomarse en cuenta al implementar un sistema de teleeducación, para el éxito y efectividad del mismo: • El uso de Internet como medio fundamental de transmisión de información tiene los problemas técnicos que la red presenta actualmente: escasez de ancho de banda, elevados costos de conexión, etcétera. • La teleeducación presenta la aparente falta de contacto humano entre los diferentes actores del sistema (alumnos y profesores). Sin
embargo, el contacto, utilizando las nuevas tecnologías, puede ser más productivo y humano que el presencial. Ni un curso a distancia deja toda la responsabilidad en manos del alumno, ni un curso presencial está basado únicamente en el encuentro profesoralumno. • La teleeducación tiene actualmente el problema de que existe una cierta falta de confianza por parte del colectivo de profesores en utilizar las nuevas tecnologías para impartir sus clases. • Se tiene la incorrecta tendencia a pensar que la teleeducación se limita a imitar las clases presenciales utilizando los medios de los que se dispone. Los diferentes actores involucrados (alumnos y profesores) deben afrontar la teleeducación no como un modo de imitar la enseñanza tradicional, sino como una nueva forma de aprendizaje, aprovechando las nuevas capacidades que ofrecen las redes de información y cambiando la forma de enseñar actual, con el alumno tomando una parte más activa en su proceso de formación, no sólo actuando como mero receptor de información, sino también como investigador. Es decir, la teleeducación re ~ quiere una nueva metodología en el proceso de enseñar que necesita tiempo para desarrollarse.
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Sin lugar a dudas que la teleeducación será la nueva forma en la que se desarrollará el proceso de enseñanza-aprendizaje, y gracias a las TIC será posible llevar el conocimiento a todos los niveles y zonas geográficas, teniendo bien presente que para aprovech ar todas las ventajas de este sistema, el profesorado, el sistema educativo en su conjunto y la sociedad deben estar al tanto de las nuevas tecnologías y deben ser formadas para poder aprovechar sus nuevas capacidades.
Bibliografía Association for the Development ofEducation Working Group on Distance Education and Open Learning (WGDEOL), Distance Education and Open Learning.
A Literature Survey on Policy and Practice, Febrero de 2002. Commonwealth of learning, Emerging Trends on Develop-
ment on School Networking lnitiatives-Perspective on Distance Education, 2004. Hawkins, Robert]., Ten Lessonsfor lCT and Education in
the Developing World. World Links lar Development Hiddekel Morrison es ingeniero en Electrónica y Telecomunicaciones con maestría en Administración y especialidad en Telecomunicaciones en la Univer-
sidad de Wisconsin, Estados Unidos. Es consultor en Tecnología de Información y Comunicaciones de di-
Program oThe World Bank Institute. H ernes, Gudmund, The new century: societal paradoxes and
major trends, Unesco, 2003. Intel® Educar para el Futuro, Propuesta Curricular. International Institute for Educational Planning, Educa-
versas empresas e instituciones y profesor universitario. Ha publicado varias investigaciones y artículos y
tion and equity in Latin America. Newsletter, enero-
es autor del primer y único libro sobre la historia de las telecomunicaciones en la República Dominicana: Las telecomunicaciones en la República Dominicana: ongen,
Oz, Effy, Administración de sistemas de irifOrmación. Editora
evolución e impacto en el desarrollo económico.
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marzo de 2005 . Prentice Hall, Segunda Edición. México, 200 l. Unesco, The Virtual University and e-learning. <http:// unesco.org/ iiep/virtualun iversity/ home. php>
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TEMAS DE GENERO: ÉNFASIS y PRIORIDADES Este ensayo presenta una breve panorámica de los debates prioritarios sobre género en la República Dominicana, tomando como marco los procesos desarrollados en América Latina y el Caribe. En un esfuerzo que no pretende ser exhaustivo, se perfilan los énfasis y prioridades actuales, al tiempo que se reseñan los contextos que han sido determinantes en la definición de los mismos.
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El debate sobre género en • América Latina y el Caribe
1.1 El contexto político y socio-económico inmediato
El actual contexto político-económico latinoamericano, perfilado desde la década de los noventa, presenta un panorama sustancialmente diferente al vigente durante las décadas anteriores y resulta crucial como marco de definición de las prioridades de género en América Latina. En el plano económico, esta década, cuyos rasgos generales guardan vigencia en la actualidad, estuvo marcada por el acrecentamiento de las políticas neoliberales de tendencia hegemónica y la consolidación de los procesos globalizantes acelerados por el auge de las comunicaciones, junto con realidades como el crecimiento de los índices de pobreza a escala mundial y la permanencia de las desigualdades sociales, políticas y económicas, cuya superación es imprescindible para acceder a niveles de desarrollo. La paradoja del modelo neoliberal, fundamentado en la economía de libre mercado, consistió en atentar contra los principios democráticos y ciudadanos que necesita garantizar en aras de su propia supervivencia o, al menos, en aras del disfrute de una plataforma de paz social que posibilite su propio desarrollo. En otras palabras, necesita garantizar la democracia, entendida en amplia dimensión, como el derecho a participar no sólo de libertades ciudadanas, sino también de oportunidades de acceso al bienestar material y garantías de calidad de vida. Sin embargo, la vocación del modelo parece expresarse más bien en la concentración de la riqueza en sectores hegemónicos, la ampliación de la brecha social y el aumento de la pobreza y la exclusión de los servicios sociales a las mayorías. La globalización, por su lado, trasciende el plano económico (ya en sí asimétrico) y se traduce también en los planos cultural, social, político y otros, con los beneficios y desventajas que ello implica. De esta forma, no solamente se globalizan las expresiones artísticas y culturales, el acceso a recursos de múltiple naturaleza, a educación e información, sino también enfermedades como el
Los últimos encuentros internacionales del movimiento de mujeres acogieron como prioridad el debate antineoliberal y el debate sobre democracia.
VIH/SIDA, el tráfico de drogas, la prostitución, la
trata de mujeres, la delincuencia. De manera que las políticas neoliberales han obligado al debate prioritario en torno al combate contra la pobreza. El crecimiento de los índices de pobreza a escala mundial y la permanencia de la exclusión y las desigualdades, que se deben superar en aras del desarrollo, han obligado, a su vez, a realizar debates sociales muy específicos en las áreas de equidad de género, medio ambiente, derechos humanos y otras. La globalización, por su lado, nos ha obligado a revisar las estrategias y métodos y a explorar
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De una forma muy especial, la lucha contra el feminicidio está presente en toda América Latina.
alternativas que garanticen impactos de carácter macro a través de la articulación y el impacto en la definición de políticas globales. En la medida en que también los debates prioritarios de género son cada vez más influidos por la internacionalización, el movimiento de mujeres l y, sobre todo, el movimiento feminista, ha debido institucionalizarse y acoger las nuevas estrategias. Se ha iniciado un diálogo con los centros de poder, tanto en los ámbitos nacionales como internacionales. 1.2 Las prioridades actuales en Am.érica Latina y el Caribe En este sentido, podemos identificar tres marcos generales a partir de los cuales se generan las actuales prioridades: A) El m.odelo neoliberal Los inicios del presente siglo han constituido un espacio de continuidad y consolidación de las políticas neoliberales en un marco globalizante y de las lógicas mencionadas que éstas generan. En consecuencia, las prioridades en el debate del mo-
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vimiento de mujeres en América Latina durante la década de los noventa, y en la actualidad, resultan altamente coherentes con los procesos globales que afectan a América Latina y con las repercusiones sociales de los mismos en sus poblaciones femeninas. En síntesis, se identifican los siguientes ejes prioritarios: • Análisis, m.ovilización y búsqueda de alternativas y m.ecanism.os de supervivencia frente a la globalización neoliberal. Estas prioridades han sido expresadas desde mediados de los noventa en el marco de Beijing+5 y en la "Marcha Mundial de las Mujeres", uno de los espacios de articulación contemporáneos de mayor relevancia de este movimiento, así como en eventos mundiales como las manifestaciones de Seattle y el Foro Social Mundial. Los dos últimos encuentros internacionales del movimiento de mujeres (Costa Rica, 2002 y Brasil, 2005) acogieron como prioridad el debate antineoliberal y el debate sobre democracia. • Militarism.o y guerra. Prioridad asumida fundamentalmente en algunos países centroame-
ricanos afectados por situaciones de conflicto armado de diversa índole.
Un tercer elemento a considerar en relación con los debates latinoamericanos contemporáneos es el hecho de que, a pesar de los logros alcanzados, persisten déficit importantes en cuanto a derechos B) La influencia de las prioridades de los organismos internacionales y de cooperahumanos de las mujeres, situación agravada por ción al desarrollo la ola conservadora fundamentalista recrudecida a partir de mediados de los ochenta y traducida Con frecuencia los debates prioritarios del movimiento de mujeres están influenciados o han reen presiones y limitación de recursos para trabasultado coincidentes con las prioridades definidas jar temas censurados por estos sectores, como, por ejemplo, derechos y salud sexual y reproductiva. Esta oleada identifica algunos frentes A pesar de los logros alcanzados, claros. Por un lado, los fundamentalismos (islámicos, religiosos, de género, persisten déficit im.portantes en culturales, etc.). Por otro, la actual gescuanto a derechos hum.anos de tión guberna,mental norteamericana y las posiciones del nuevo papa, ambos las m.ujeres. en temas fundamentalmente relacionados con los derechos y la salud sexual y reproductiva femenina, de manera por los organismos internacionales de cooperaespecífica, oposiciones al divorcio, al uso de méción. Y es que éstos también tienen identificados todos anticonceptivos, al uso de condones en la los efectos del modelo económico en las poblacioprevención del VIH/SIDA y otros aspectos que contrastan con los dramáticos índices mundiales nes de mujeres de Latinoamérica, reconocidas por Naciones Unidas desde la década de los ochenta de morbi-mortalidad en estos temas. como las más pobres de entre los pobres. 2 Estas corrientes se manifestaron fuertemente Más aún, ya desde finales de esta década, en en la Conferencia de Población de El Cairo (1992) el análisis de la relación entre población y poyen la IV Conferencia Mundial (Beijing, 1995). breza, las mujeres fueron muy tempranamente Ante este fenómeno, el debate sobre los deidentificadas como parte posible de la solución rechos y la salud sexual y reproductiva se ha en el m arco de una estrategia de capitalización fortalecido en el movimiento de mujeres. Las prioridades en el debate se han focalizado en los de los talentos propios de su rol social tradicio siguientes aspectos: nal como gerentes de la miseria y la precariedad • Ampliación de derechos ciudadanos, a través de su trabajo y compromiso familiarderrlOcráticos y participativos. D e manera comunitario. específica, las siguientes áreas de participación De manera que, aunque posicionados despolítica y ciudadana: de enfoques ideológicos y análisis diferentes, los organismos internacionales y el movimiento de - Acceso a las instituciones, a cargos públicos, mujeres han tenido momentos de coincidencia en a espacios de decisión. temas y prioridades impostergables, que el mismo - Posibilidad de incidir en políticas nacionales movimiento había develado y posicionado en las y en políticas de organismos internacionales. discusiones de las convenciones internacionales - Fomento de la participación política de las realizadas a lo largo de tres décadas. mUJeres. - Demanda de "cuotas" en elecciones congreC) La persistencia de inequidades en los suales, municipales e internas de los partidos. derechos de las mujeres y el recrudeci- Incorporación de mujeres del movimiento en miento del conservadurismo. espacios gubernamentales.
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• Illlpacto en las políticas Síntesis de prioridades de organizaciones de mujeres públicas. Buscando incidir en de América Latina y el Caribe los espacios de definición, elaboración, implementación y seguiÁreas de acción prioritarias Frecuencia miento de las políticas sectoriales Violencia contra las mujeres (doméstica, sexual, emocional, física) 315 con miras a garantizar la incorDerechos humanos/Derechos de las mujeres 141 poración de la equidad de género Salud sexual y reproductiva/Derechos reproductivos 124 en estos procesos. Derechos de niños/as y adolescentes 50 • Reforlllas legales. EntenDiscriminación de género/Cambio de patrones culturales y sociales 26 didas como cambio en normas, Familia 23 legislaciones y procedimientos de Ciudadanía/Democracia/Participación política-social 13 aplicación. Prostitución/Tráfico de mujeres/Turismo sexual 12 • Salud sexual y reproducDesarrollo comunitario/Organización popular/Fortalecimiento institucional 10 tiva. De manera específica: Mujeres desplazadas/Paz/Conflicto armado 9 a) Despenalización del aborto. Políticas públicas 7 En muchos países latinoamericaDesarrollo sostenible 7 nos, este constituye un tema de prioridad debido a la alta tasa de VIH SIDA 7 mortalidad por abortos realizaDiscriminación racial 6 dos en condiciones inadecuadas. Comunicación/Información 5 b) Violencia contra las muEcología y medio ambiente 4 jeres. Tema presente en las disMujer y trabajo 4 cusiones y en el trabajo de la Migración 2 mayoría de las organizaciones Drogas 2 del movimiento de mujeres en Gestión municipal 2 toda América Latina y el CaPaternidad/Paternidad adolescente 2 ribe, pero también entre las Gasto público y presupuesto género-sensitivo prioridades de los organismos Juventud internacionales, de los organisVejez mos privados de cooperación Microempresas al desarrollo, de las academias y de las instituciones gubernaDesarrollo personal mentales para el desarrollo de Total 776 la mujer. De manera especial, la lucha contra el feminicidio tiene prioridad. En este sentido, las acciones se concentran en servicios médicos , En a mbos cuadros los temas relacionados con psicológicos y legales para las víctimas de la violos derechos de las mujeres, la violencia de génelencia; prevención/concienciación e información ro, los derechos y la salud sexual y reproductiva ciudada nas; levantamiento estadístico; y legislay la democratización/ciudadanía ocupan los prición contra la violencia de género. meros lugares de prioridad, en coherencia con los En los siguientes cuadros se recoge una sínteénfasis que señalamos más arriba. sis de las principales áreas de trabajo de 347 ONG En el caso de aspectos como la incidencia en del área de la mujer de América Latina y el Capolíticas públicas, más de cien ONG confirman ribe, así como de prioridades de 11 organizacioque asumen este tema como estrategia de trabajo, nes de muj eres de carácter regional de América no como área, siendo uno de los énfasis mayores Latina y el Caribe. 3 en la actualidad. De igual forma, otras ONG asu-
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% 41 18.1 16
6.5 3.3 3 1.6
1.5
1.2 1.1
0.9 0.9 0.9 0.7
0.6
0.5 0.5
0.2 0.2 0.2 0.2 0.1 0.1 0.1 0.1 0.1 100
mIras a su modernización, de forma tal que constituyera una zapata adecuada y funcional con los nuevos requerimientos del orÁreas de acción prioritarias Frecuencia % den mundial, siendo funcional no Derechos humanos/Derechos de las mujeres 7 20 sólo en el plano económico, sino Violencia contra las mujeres 5 13.9 también intentando coincidir con 4 11.2 Sa lud sexua l y reproductiva/Derechos reproductivos los requerimientos de democraPolíticas públicas 3 8.4 tización y mayores garantías de Género 2 5.5 ciudadanía. Participación política-social 5.5 2 En este sentido, se profundizó Movilización/Advocacy 5.5 2 y fortaleció el proceso de reforFortalecimiento del movimiento de mujeres 5.5 2 ma y modernización del Estado, Globalización/Neoliberalismo 2 5.5 buscando no sólo modernizar y Discriminación racial 2.7 eficientizar al Estado mismo en Comunicación/Información 2.7 aspect.os operativos, sino tamDesarrollo sostenible 2.7 bién al resto de la institucionalidad relacionada. De esta forma, Ecología y medio ambiente 2.7 áreas como el sistema judicial, 2.7 Nuevas tecnologías el sistema electoral, la gestión 2.7 Militarización municipal y otras, fueron ob2.7 Juventud/Liderazgo jeto de significativas reformas 36 100 Total desarrolladas en un marco de descentralización, voluntad de apertura a mayor participación men los temas de neo-liberalismo y militarismo de la ciudadanía y apertura a la inclusión de como trabajo de articulación regional, por lo que nuevos aspectos, enfoques e intereses sectoriales no aparece reflejado significativamente como traen la reforma. Tanto en relación con las reformas de carácter bajo de programa. económico como con las reformas político-institucionales, los organismos internacionales de co2. El debate en la República operación al desarrollo, y de manera significativa Dominicana las Naciones Unidas, jugaron un rol importante La República Dominicana ha compartido con el como estímulo político y apoyo económico. A diresto de la región los rasgos generales de su deveferencia de la década de los ochenta, en la que nir económico, así como los perfiles generales de el Estado no constituía un depositario legítimo las prioridades en el debate sobre género. y confiable como canalizador de los procesos de Durante la década de los noventa, la República Dominicana vivió, a la par que el resto de Améridesarrollo para la cooperación internacional, en ca Latina y el mundo, un agitado proceso de reesesta década esta institución es considerada como tructuración económica e institucional con miras interlocutora necesaria para viabilizar los cama posicionarse de cara a los nuevos requerimientos bios demandados por el nuevo orden. de apertura de mercados e inserción global. De manera que la cooperación internacional, En el plano económico, este proceso demandó en sus diversas modalidades, ha constituido la iniciar el fortalecimiento y eficientización de su más significativa plataforma de sustento del tra: aparato productivo de cara a la competitividad. bajo de equidad de género en el país, definien': En los planos político e institucional significó do las formas de concreción del movimiento de mujeres en la modalidad institucionalizada de una revisión amplia de su institucionalidad con
Prioridades de organizaciones regionales de mujeres de América Latina y el Caribe
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ONG, con las ventajas que esta modalidad supone, pero también con desventajas colaterales relacionadas con la autonomía en la definición de las agendas de trabajo en virtud de la dependencia de fondos. Los debates y temas prioritarios de género, aunque con enfoques y énfasis diferenciados según su origen (cooperación, estado o movimiento de mujeres), se han ido "unificando", y se ha ido dificultando el trabajo en temas polémicos, fundamentalmente pertenecientes al marco de los derechos sexuales y reproductivos. Estos aspectos se han relegado para concentrar los esfuerzos en agendas comunes producto del consenso. El balance de los noventa sobre prioridades y logros en temas de género es, sin embargo, altamente positivo y, quizás, la década de los noventa representa el espacio de concreción de los mayores logros hasta el momento alcanzados en equidad de género. Un balance en el aspecto de normativas y leyes arroja el siguiente panorama:
• En el álDbito civil • Ley sobre Divorcio (modificación de 2003). • Ley No. 1896 sobre el Seguro Social. • Ley General de Salud de 200l. • Ley 8-95 sobre Lactancia Materna. • Código de Trabajo (1992), Ley 116/92. Sustitución y modificación del Código con leyes Nos. 4099 de 1955 y 103/99 de ese año. • La Ley 66-97 de Educación. • Ley 55/97 sobre Reforma Agraria. • Ley 14-94 que crea el Código para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes. • Código de Comercio. Modificaciones y disposiciones de Ley 3-02 de 2002. • En el álDbito penal • Ley 24-97 sobre Violencia Intrafamiliar. • Ley 605-95 de ratificación de la Convención celebrada en Belem Do Pará. .
• Ley 88-03 sobre Casas de Acogidas o Refugios. • Ley 136-03. Nuevo Código del Menor, de agosto de 2003. En el ámbito político • Ley Electoral No. 275-97 modificada por las leyes 12-00 y 2-03.
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• Ley 13-2000 que modifica la Ley 3455 de 1952 sobre Organizaciones Municipales. La Ley 12/00 de 2000 modifica su artículo 68. • En térlDinos adlDinistrativos y de políticas públicas • Ley 86-99 que crea la Secretaría de Estado de la Mujer. • Formulación del Plan Nacional de Equidad de Género (PLANEG). • Ley 61-93; declara el 25 de noviembre como Día de la No Violencia contra la Mujer. • Decretos 68-94 y 66-95 que crean el Comité de Mortalidad Materna y la Comisión de Coordinación y apoyo a la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. Para finalizar es necesario, sin embargo, señalar que aún la mayoría de estos logros resultan de carácter formal y son normativos. Desde el punto de vista de su implementación queda un largo trecho por recorrer. Los mayores obstáculos identificados para que estas reformas jurídicas y normativas conecten orgánicamente con el cotidiano operar de la justicia y de la gerencia de los procesos sectoriales se relacionan con tres elementos: a) Resistencias culturales e ideológicas de los actores involucrados en los procesos. b) Desinformación que impide la toma de conciencia sobre la problemática y el cambio de patrones culturales largamente sostenidos. c) La poca garantía de continuidad de los procesos iniciados a causa de una todavía débil institucionalidad de las estructuras del Estado. 2.1 Las prioridades actuales en ellDovilDiento de lDujeres dOlDinicano Pasando balance a los logros anteriormente reseñados en el contexto de la pasada década, podemos identificar los principales énfasis contemporáneos en temas y debates de género, teniendo presente que estos resultan insuficientes si no son acompañados por una incorporación real a las estructuras, procedimientos y procesos. En términos estratégicos, las prioridades del movimiento dominicano de mujeres han estado puestas en:
cas con miras a impactos de largo alcance. • La articulación de iniciativas con el Estado (en una estrategia que los mismos organismos de cooperación han alentado). . • Los servicios de consultoría especializada al Estado y los organismos internacionales de cooperación, supliendo la ausencia de dominio conceptual y experiencia en género del Estado e, inicialmente, de los propios organismos internacionales. Por su lado, los érifásis del debate han ,estado puestos en aspectos relacionados con la persistencia de inequidades en cuanto a derechos humanos de las mujeres y la necesidad de consolidación y reforzamiento de los derechos ciudadanos, democráticos y de participación para las mujeres. En este sentido, el movimiento de mujeres del país cerró filas con el movimiento latinoamericano en un esfuerzo por contrarrestar la ola neo-conservadora. En la actualidad, continúa focalizado en estos debates, que posiblemente ocuparán el resto de la década en la medida en que constituyen logros que recién acabamos de En muchos paises latinoamericanos, este terna es de gran prioridad debido a la alta tasa de mortalidad por los abortos realizados en condiciones inadecuadas. concretar y su consolidación resulta pertinente. • La tecnificación de las ONG como plataforma Tal como señala Paiewonski\ en países más para maximizar su impacto y capacidad de rendesarrollados la lucha se concentra en la "ampliadición de cuentas. ción" de los derechos democráticos y ciudada• La articulación regional e internacional. nos, sin embargo, en países menos desarrollados • La incorporación e incidencia en los espacios nacomo el nuestro, la lucha debió centrarse en las cionales e internaciones de decisión de políticas. pasadas décadas y aún hoy día, en la "consecu• La interlocución con organismos internacionación" de los mismos. les de desarrollo y el Estado dominicano para el De manera que los principales debates están centrados en: establecimiento de consensos en torno a agendas • Reformas legales. Cambio en normativas,', · comunes. • La transición de la ejecución de proyectos en dilegislaciones y procedimientos de aplicación de versas áreas a la incidencia en las políticas públilas mismas. De manera específica, ocupan la
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atención las reformas del Código Penal (en agenda congresual desde hace meses y amenazando con retrocesos importantes en logros consignados en el área de violencia de género) y del Código Civil. • Participación política. En este sentido, los principales intereses están concentrados en los siguientes aspectos: a) Fomento de la participación política de las mujeres. b) Formación en género y en desarrollo de destrezas para el ejercicio político. Como estrategia de empoderamiento y desarrollo de habilidades en el ejercicio político personal. e) Apoyo a las mujeres en el derecho a una participación equitativa (derechos a elegir y ser elegida). En cuanto a derecho equitativo a la participación, apenas el pasado año todos los partidos políticos mayoritarios .d ominicanos realizaron procesos internos que redundaron en modificaciones de sus estatutos. El balance, sin embargo, en relación con la apertura y equidad Antiviolencia: Miles de mujeres marchan cada año en todos los países en contra de la violencia de oportunidades para el acceso doméstica. de sus mujeres a posiciones, no necesariamente fue positivo. En así como para superar muchos otros vicios antideel caso del PLD, la discusión de las acciones favorables a la participación de la mujer fue relegada mocráticos largamente sostenidos en la práctica en la discusión. En el caso del PRD Y el PRSC fueinterna partidaria, la elaboración de una ley de ron discusiones meramente formales. partidos políticos podría constituir un mecanisd) La demanda de "cuotas" y su cumplimienmo importante. to en elecciones congresuales y municipales. Enf) Financiamiento estatal de los partidos; tendida como la necesidad de presionar por una equidad en la distribución interna. Además de elevación de la cuota existente, así como también la necesidad de transparentar el financiamiento de vigilar el cumplimiento de la misma evitando público de los partidos a través de la rendición mecanismos de vulneración a través de la colocade cuentas, es necesario reglamentario mediante ción de las candidatas en posiciones no ganables. la imposición de controles sobre montos, áreas e) La demanda de "cuotas" y su cumplimiento de gastos y, muy especialmente, equidad de géen elecciones internas de los partidos. Para esto, nero en la distribución interna de los partidos,
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de forma que ayude a salvar las brechas económicas entre los y las aspirantes a las candidaturas, sobre todo en momentos en que el costo del ej ercicio de la política, aunado a las prácticas clientelares, limita la competitividad económica de las muj eres políticas.
ha desempeñado en la gerencia de programas y proyectos sobre género, desarrollo y políticas públicas y como docente en las áreas de género, negociación y toma de decisiones, ciencias sociales y metodología de la investigación. Notas
• Tráfico de lDujeres. Tema en el que se viene desarrollando un arduo trabajo articulado entre la Secretaría de Estado de la Mujer y un conjunto de ONG del país con logros significativos pero siempre insuficientes ante la dimensión de esta problemática.
1
R eferido al conjunto de instancias que dirigen su tra-
bajo hacia el desarrollo de las mujeres, tanto en cuanto a la satisfacción de sus necesidades "prácticas" (relacionadas con la subsistencia) o "estratégicas" (relacionadas con cambios político-ideológicos y culturales, además de materiales). En el presente texto se considera al "movimiento feminista" más centrado en cambios de carác-
• IlDpacto en las políticas públicas. En cuanto a posibilidad de incidir en la definición e implementación de las políticas nacionales, de las políticas de los organismos internacionales y acceso a espacios de toma de decisiones.
ter político-estratégico, como parte del movimiento de mujeres, aunque se hace referencia explícita al primero en ocasiones pertinentes. 2
Según las Naciones Unidas, las mujeres constituyen el
70% de los 1,300 millones de personas más pobres del mundo. Programa de las Naciones Unidas para el Desa-
• Salud sexual y reproductiva y derechos reproductivos de las Dlujeres. D e manera especial se prioriza el debate y trabajo en torno a la violencia contra las mujeres desde los frentes de servicios médico, psicológico y legal a víctimas de violencia, prevención, concienciación e información ciudadanas y levantamiento estadístico. Los debates relacionados con las consecuencias de la implementación del modelo neoliberal, globalización y apertura de mercados, a pesar de ser prioridades en muchos países latinoamericanos, sólo han sido explorados débilmente en el nuestro, pero no han pasado a formar parte de la agenda del movimiento en el país. Mientras, los temas sobre militarismo y conflicto armado pertenecen a realidades que nos son ajenas, por lo que no son parte de las problem áticas nacionales. Por su lado, el tema de despenalización del aborto es de gran interés para el movimiento de mujeres del país y se ha trabajado cada vez que el mismo ha estado sobre el tapete nacional.
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Las palabras José Rafael Lantigua
ORLANDO GIL: EL TESTIMONIO BIOGRÁFICO DEL VIENTO La poesía es un torrente de aguas mansas que se rebelan. A su conjuro, el hombre cambia su credo y su alma. Tras su sentencia , un remolino de ilusiones -de las ilusiones que quiebran la realidad y la sublevan- levanta el polvo de sus ruinas, de esas ruinas interiores que han sobrevivido al peso del tiempo, de su oquedad, de sus vacíos, de su soledad. Creo que fue Borges quien sentenció que la poesía nacía del dolor. Entiendo que también nace y se nutre, fundamentalmente, de la memoria. De la memoria vital y de la memoria imaginaria, de esa ilusión de vida que la existencia traslada desde el sueño hasta la poderosa vigilia de la realidad. "El amor es un poema enteramente personal", decía Balzac. El hombre ama para sentirse dueño de su cotidianidad y balancearse en los requiebros de la dicha y el aliento de la trascendencia humana. El amor conjuga la vitalidad del ser, desde su definición ontológica, con la sublimidad que la propia existencia destina para los que exaltan sus haberes y se sumergen en su plasma triunfal. El amor es triunfo, aun cuando se contraríe en la adversidad. Su rito es de victoria, aunque la miseria humana rebote sus desafíos y aleje la dicha de su entorno. Los grandes poetas se hacen en el amor, y el amor no conoce de tiempo aunque sí de
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los ruidos soberbios y gelatinosos del dolor. El poe ma es duelo y es dolor. El poema transmite la herencia del dolor y combate el duelo de la d esesperanza, del trunco desafío de los sueños que se quiebran, que se rompen, que se quedan m a rchitos. "El año que es abundante de poesía, suele serlo de hambre", dijo Cervantes, como que riéndonos explicar ese raro espacio por donde el poema surge y crece, y vence la adversidad del tiempo y sus ocasos. Por eso, la poesía debe leerse como victoria, y no como derrota. La poesía mueve el contorno de la palabra, y la define. La hace realidad viva, la devuelve a sus orígenes cuando el Verbo se hiz o palabra y visión. El poeta romántico francés Érnile Deschamps definía a la poesía como "la pintura que se mueve y la música que piensa". y e s en esa definición donde podemos encontrar la vitalidad triunfal del poema, su destino y su tra scendencia. De aquí que el poema se mueve, habla y escribe desde la generalidad de sus acentos diferenciatorios, entre el amor y la memoria. Podríamos decir, tal vez, también, entre el silencio, la soledad y la ilusión. El verdadero poema transita estos espacios. Pero la memoria y el amor, a nuestro juicio, son los que construyen su plasma y su devenir. La memoria se adentra en las sinuosas y tambié n plenas y sacudidoras esencias del ser, del ser
y sus atributos, del ser y sus carencias, del ser y sus olvidos, del ser y su construcción personal, digamos humana y espiritual. Sin esa memoria no puede construirse el poema, porque el poema es vivencialidad , retorno, vuelta a los ejes primigenios, a los orígenes de los vacíos existenciales que a todos nos conmueven y que retozan con nuestros episodios de vida. M emoria es tributo ~ las esencialidades, a todas , a las pobladas de nombres y sueños, a las construidas sobre los h aberes del tiempo, a las gastadas por los años vencidos, a las demolidas por el deseo y las transformaciones humanas. Federico García Larca decía que "la creación poética es un misterio indescifrable, como el misterio del nacimiento del hombre. Se oyen voces, no se sabe de dónde, y es inútil preocuparse de dónde vienen". Creemos que esas voces vienen de la memoria sumisa, de la memoria vicaria, de la que juega con los sueños y los olvidos, pero también de la que mantiene viva la lla ma del tiempo, el queh acer vital que se quedó prendido en la solapa de nuestra intrahistoria, de nuestra hoja de vida, enlazada - entrelaza da- con los vientos de fronda de nuestra biografía humana y espiritual. y esa memoria se puebla de amores y misterios: de misterios gozosos y de amores victoriosos.
Pero también, porque esta es la impronta de la dinámica humana de la que el poeta se nutre, de misterios vivenciales y, por tanto, colgados de la barandilla del deseo y el desamor, y de am ores de afirmada vulnerabilidad que el tiempo se encarga de ver morir, de ver desaparecer, de ver extinguirse en la gravedad del tiempo y sus miserias y olvidos.
Entre el amor y la memoria Orlando Gil ha construido una poesía entre el amor y la memoria, y por eso su obra poética requiere atención, porque está cimentada en ese devenir fragoso en que la historia personal se contempla y se asume desde el amor y desde los recuerdos del amor. Orlando, hombre que nació y creció en la provincia, tuvo siempre una especial vocación por la poesía. Se sumergió en sus cauces y, con toda seguridad, se recogió en sus sombras para guarecerse de los vientos voraces que transforman la heredad y los sueños. El poeta se hizo periodista político -su columna diaria en la prensa m atutina dominicana es, desde hace años, una de las más leídas y una obligada consulta cotidiana sobre los entresijos de la política nacional- y, desde ese escenario, hizo un nombre y una estela. Pero, en el fondo, bulle el
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poeta, que encuentra espacio en su agenda de descodificación cotidiana de claves políticas (haber, sin duda, tan contrapuesto al del poema), para regresar a su vocación primera, y dejarse llevar por los vientos -a veces voraces, casi siempre irrefrenables- del poema y sus secuelas, del poema y sus andanzas. y una andanza de memoria y de amor son los poemas de Orlando Gil. Anotemos su bibliografía poética. En 1977, hace casi 30 años, publica su primer libro, Epidermis del camino. El tránsito se inicia "hacia el corazón de la poesía". El poeta naciente esboza en su primer poemario las coordenadas de su biografía humana, solamente para dar cuenta de por qué asume la vocación: Yo que extravié los pasos tras la prosa encendida Alumbrando las tardes con la sentencia buena ... El "feliz caminante que recupera el camino/ con el humo y los fuegos de las batallas pendientes" se sabe poeta y se acoge a sus designios, en medio de las variables turbadoras del viento fuerte de una época políticamente difícil y combativa. Influido por ese trajín político, los versos están sellados por este quehacer, por sus nombres y sus héroes que la militancia consagró (lo cual, de paso, transmite "hechos" de la biografía humana del poeta, que son importantes para delinear el perfil de su obra. Siempre hemos creído que la poesía ayuda a construir la biografía humana del poeta). Pero, en ese terreno anfractuoso, surge el memorial de sueños que el poeta desea transmitir y, en ese campo anegado, la noche es un símbolo a ser apreciado por el lector: Ahora estoy como la noche, lleno de sombras, cargando sueños ajenos, desaprensivo y ciego, como un murciélago de dolor.
Orlando Gil.
y la nostalgia habla del pueblo-chico que le vio nacer, de sus días, de sus tiempos. y el camino volcado en esa epidermis biográfica transmite un sentir de vitalidad quemante que ha roto lanzas con el tiempo: ... hasta que un día tomé la vida por los cabellos y me fui contra ella por los caminos y las paredes a liberar el dolor de los corales. Hijos, amigos, pueblo-chico, amores, y en cada verso el latido de una biografía que va al poema para hacerse viento de nostalgia y de verdad. Resalta en el conjunto el poema dedicado a Orlando Martínez ("Con Orlando en el recuerdo") cuyo valor fundamental es precisamente ése: el de la biografía que construye sobre los andamios vitales del verso: Todavía la ingenuidad me lavaba los pies
Nadie sueña, nadie piensa. Todo el espanto cabe en el último desamparo. Vi al Partido hacerse con tu vida, muerta. Vi al pueblo perderse en tu recuerdo, mvo.
Segundo libro El viento - el signo poético de toda la obra de Orlando Gil- traduce en este poemario la validez de la memoria como trama y señal del tiempo vivido. Si juzgamos la nostalgia, tu sentencia será un hacha que herirá el viento en los muros.
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En 1986, hace veinte años, Orlando Gil publica su segundo libro, Desnudo como el agua. Han pasado nueve años del primer libro y el poeta, sin modificar su rumbo originario, se interna en las lumbres del amor desde las visiones de la ternura y desde los vientos tejidos de recuerdos y de sombras tutelares. El amor-recobra impulso y la
memoria sigue siendo asida por el poeta desde sus más entrañables momentos: Entonces seremos recuerdos, nostalgias, seremos hedas desprendidas de la corteza del tiempo, páginas de ceniza, cuadernos de huracán, relámpagos dormidos.
Cada quien en su ventana, con otros sueños, con nuevos amores, con el olvido final que todo lo apresura. Pasan ahora 10 años de su segundo poemario y Orlando Gil regresa con su tercer libro, Geografia de ternura, que aparece en 1996. ¿Qué ha sucedido entre el poeta del primer y el tercer libro? Simplemente, una vitalísima coherencia en los temas que aguijonearon su salida al parnaso, 30 años antes. El amor y la memoria son sus armas devocionales en la construcción del poema: .. y me encontré con la palabra amor creciéndome en los brazos. El amor es el lenguaje que el poema atesora, el tema que hace el convite de la memoria. Y por eso, hay amores designados, añoranzas, elegías por nombres que siempre evocan personajes de su memoria, y un viento incesante ungido de tiempo y de caminos y de amores crecidos "entre el caos y el desconcierto": S!!)! ese hombre simple que todavía se conmueve ante los flamb!!)!anes. y en el batir del amor incesante, la mujer es una cosecha y una brújula, un color y un horizonte, bosque y entraña, agua y ternura. Geografía de días y noches desbordadas de fuego y pasión, pero de fuegos y pasiones surcadas por los vientos de la dicha y el deseo, sin los aspavientos del poema erótico, que no es el curso de este tránsito poético confesional de Orlando Gil. El comentarista político que es también poeta; el poeta que encuentra en la poesía un refugio frente a la cotidiana urdimbre de la política criolla, publica ahora, 10 años después de su último poemario (es curiosa esta diferencia decenaria entre un libro y otro de este escritor), una anto-
logía personal que recoge poemas seleccionados de sus tres libros, más otros poemas no incluidos en libro alguno, que son con los que se abre esta nueva obra suya. El poeta reconstruye la teoría del eterno retorno de Mircea Eliade, pero desde otra realidad personal y filosófica: el poema como un viento de fronda que regresa y al que se regresa solícito, ensimismado, entregado a sus raíces: Como duele volver a ti, poesía, cuando la vida salta por la ventana ...
Surgiste desnuda y descalza agarrada de manos como nirifGs en rondas de amor. La naturaleza no era un sueño. Entonces eran hqjas y viento, la expectación del bosque, la limpia noción del muchacho rayando sus cuadernos en las amplias páginas de la ternura. Entre vientos reclinados a la memoria vicaria, vientos suaves, los bordes del viento, vientos peregrinos, las cicatrices del viento, luces del viento, memoriales de vientos, vientos de muros, vientos amargos, "palabras crecidas por el viento", vientos de la noche, "vientre amarillo de la noche", tejidos de viento, "como útero al viento", "como un corazón de palma/crecida al viento", "una bandera besada al viento", "la loca ansiedad del viento", "limpia voz del viento", confesiones al viento, así transcurre la poesía treintañera de Orlando Gil. ¿El viento como sinónimo de tiempo, como heredad del tiempo, como tiempo-signo? ¿El viento como testigo biográfico, como clave para desentrañar las transformaciones del tiempo? ¿El viento como señal de evocación, como incendio, como transfusión de líneas perdidas en la "otredad" del tiempo y sus rumores y sus "ternuras blandas"? Leamos a Orlando Gil. y no seamos sordos a la voz del poema que nos transmite como biografía humana y como biografía sentimental. Goethe lo afirmó hace tiempo: "El hombre sordo a la voz de la poesía es un bárbaro, sea quien sea". Raíces del viento, Antología Personal 1977-2006, Orlando Gil. Editora Lozano, mayo de 2006. 173 pp.
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Cineforum FUNGLODE
La Fundación Global Democracia y Desarrollo le invita al Cineforum, un espacio para la exhibición de películas de diferentes países y culturas que abre el debate sobre su contenido y estilo cinematográfico. Consulte nuestra cartelera y haga sus comentarios en la página: www.funglode.orglcineforum o escríbanos a: o.delacruz@funglode.org Para más información llame al 809.685.9966 - Ext. 2110.
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Informe Especial
Movimientos, Partidos y Gobernabilidad en América Latina Global publica en este "Informe Especial" dos de los documentos debatidos en el último Encuentro de Biarritz, celebrado en Sao Paolo en junio pasado bajo el título Movimientos, Partidos y Gobernabilidad en América Latina: la ponencia presentada por el director de esta revista, Carlos Dore Cabral, quien fue invitado en representación de Funglode, y el documento de trabajo preparado por la Corporación Escenarios de Colombia, organización presidida por el ex presidente Ernesto Samp'er.
Los movimientos sociales: un esquema en construcción Carlos Dore Cabral Ell de enero de 1994, día en el que México firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, irrumpe en el espacio público el Movimiento Zapatista de Liberación Nacional. La población indígena organizada del estado de Chiapas toma por asalto el imaginario colectivo, visibilizando reivindicaciones que fueron levantadas por décadas. Fue el paso del actor a la condición superior de sujeto. Años más tarde, en 1999, una coalición de ambientalistas y sindicatos estadounidenses se manifiesta contra el lanzamiento de una nueva ronda de la Organización Mundial del Comercio. El éxito de las movilizaciones de Seattle provocó que en 2001 más de 15,000 personas se reunieran en Porto Alegre, Brasil, reclamando la posibilidad de otro mundo distinto al propuesto por el neoliberalismo y su versión globalizadora. En 2006, Evo Morales gana las elecciones presidenciales de Bolivia apoyado por las organizaciones indígenas ; etnia y cultura se convierten en voluntad
política alternativa que, usando el mismo medio (la democracia electoral), persigue fines distintos (combate a la pobreza, equidad, soberanía económica, derechos culturales, etcétera) a los que por siglos detentan el poder. El poder simbólico de tal elección impacta la opinión pública mundial y saca del anonimato a un sujeto que representa las aspiraciones colectivas de una cultura excluida, recluida y reducida a condiciones extremas de supervivencia, sin participación real en los mecanismos institucionales de una democracia electoral que convive sin rubor con la pobreza y la desigualdad. Estos tres hitos de la historia latinoamericana reciente tienen en común la irrupción de un nuevo sujeto trascendido (movimiento social) en el escenario regional y un contexto internacional signado por la imposición del modelo económico neoliberal. Ambos remiten también a problemas contemporáneos de primer orden como el de gobernabilidad democrática, ciudadanía, procesos identitarios y, por supuesto, la permanencia o agotamiento del rol de los partidos políticos como intermediarios entre estado y sociedad. El protagonismo que particularmente en el Cono Sur y Centroamérica han tenido algunos de los denominados nuevos movimientos sociales abre más de una interrogante sobre su origen, naturaleza, contenido de sus luchas y el impacto que sobre el sistema democrático tienen de cara al futuro inmediato. Vale decir: cómo incidirán en el rediseño de la distribución del poder político en la región. En el estudio de los movimientos sociales contemporáneos,l una de las primeras dificultades surge cuando nos interrogamos si son realmente nuevos o si, por el contrario, devienen en una suerte de extensión o readecuación creativa de los movimientos sociales clásicos en su lucha contra el capital por alcanzar estadios superiores de ciudadanía social y política. De igual modo, las perspectivas teóricas que abordan la noción del sujeto, su constitución y su relación con el cambio social, forman parte del arsenal de preguntas en torno a este tema. De estas interrogantes me ocuparé en lo que sigue, reiterando su naturaleza excesivamente esquemática, que sólo tiene el propósito de provocar un diálogo más abierto y plural. La presencia en este evento del profesor Alain Touraine, situado en la cúspide de los analistas del fenómeno social que nos ocupa, justifica por partida doble que nos detengamos particularmente en sus enfoques. Las referencias a las propuestas de Alberto Melucci, Manuel Castells y Ernesto Laclau son necesarias para poder situarme respecto a los tres componentes (origen, sujetos y las identidades) referidos anteriormente. Si los nuevos movimientos sociales son una continuidad de los clásicos, resulta una inutilidad para Melucci, quien prefiere fijar su atención en la diversidad de actores intervinientes en la arena pública, así como la multiplicidad de demandas que levantan, demandas que forman parte del sujeto en constitución. Para el autor, esas circunstancias impiden explicarse a los movimientos sociales contemporáneos con las herramientas analíticas que sirvieron para dar cuenta de los surgidos en la sociedad industrial del siglo pasado. Una lectura posible de Melucci nos convoca a interpretar que la interacción actor-demandas construye un sentido que, empezando por el de pertenencia, pasa por la creación de mecanismos de solidaridad; así como de resistencia a una lógica de dominación, no ya en la fábrica, taller o cualquier espacio del J Uso el término contemporáneo en su acepción de temporalidad, de actualidad, no en el sentido q ue usa Melucci para d iferenciarlo del concepto movimientos sociales.
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trabajo productivo, sino en el grisáceo mundo cotidiano de los actores sociales que en su mayoría pertenecen al sector de los "inexplotables", es decir, ubicados fuera de la lógica de funcionamiento capital-trabajo. Sobra insistir en la recomposición del sistema capitalista de este tiempo, el proceso de trabajo y la división técnica y social del mismo. Pero es el telón de fondo que le sirve al autor para suponer a los movimientos sociales contemporáneos como redes de solidaridad que visibilizan un determinado tipo de conflicto con un significado cultural. Las demandas colectivamente levantadas no adquieren la forma política porque el referente del poder se ha transmutado en impersonal en el capitalismo post industrial. De este modo, la lucha por apropiarse o reapropiarse del significado es lo que se considera la característica más sobresaliente de los movimientos sociales, y, por tanto, el mensaje importa más que el aparato. No es el tipo de organización que se adopte, es el discurso que saca a flote los conflictos, nombra, impugna, articula y crea identidad. Pero esa identidad, a crearse, alumbra y resalta la opacidad de las relaciones sociales. Sin embargo, para otros, establecer los nexos entre los movimientos sociales de antaño y los actuales se convierte en una 'n ecesidad teórica por sus consecu encias políticas. Establecer la distinción no resulta inocente ni es totalmente inútil; todo lo contrario, forma parte de un diálogo (que no acaba de cuajar) entre las ciencias sociales y la acción política. Ese diálogo tenderá a centrarse epistemológica, social y políticamente en el sujeto. Como sabemos, por mucho tiempo predominó en el marxismo una lectura estática, esencialista, reduccionista y mesiánica del sujeto portador de la Historia: la clase obrera. Esa carga hegeliana de la que el propio Marx no se salva, implicó, entre otras, la elaboración de una teoría economicista de las clases sociales de cuyo determinismo se le asignaba al proletariado la categoría de ser el sepulturero del capitalismo. Pero la transformación del capitalismo de posguerra generó una dinámica que redujo el peso específico del proletariado, tanto en el sistema productivo como (y por vía de consecuencia) en su capacidad contestaría y de negociación . Ante esa realidad, cobra sentido la indagación de si los nuevos movimientos sociales están históricamente vinculados y son una continuidad de los movimientos precedentes del siglo XIX. Determinar el nexo implicaría resaltar el componente clasista de fondo y la tarea estratégica antisistémica, reclamados por algunos para definir la autenticidad de los movimientos sociales contemporáneos. Desde esa perspectiva, los nuevos movimientos sociales se entienden como una suerte de recomposición y readecuación organizativa de la clase trabajadora y sectores populares que emergieron en los años sesenta, que, a su vez, fueron la readecuación epocal de los movimientos surgidos en la posguerra. En consecuencia, lejos de ser periféricos en su conflicto con el capital, destacan por su centralidad y sus orientaciones culturales no les sustraen el componente impugnador, antisistémico. Sin embargo, el componente clasista es atenuado o sencillamente descartado entr e importantes estudiosos de los movimientos sociales actuales, particularmente entre los partidarios del enfoque culturalista, donde adquiere princ ipalía. Dicho de manera esquemática, para Touraine, el movimiento obrero representa ba en la sociedad industrial la asunción de la centralidad del conflicto
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social en tanto en la sociedad post industrial, esta posición la asumen los movimientos sociales. Mientras que el primero reivindicaba derechos contra el peso y la inmovilidad del orden, los segundos requieren " [oo .] el ser, la autonomía de su experiencia y su expresión, y su capacidad de administrar y controlar los cambios que le afectan" (1977; 1981). Aunque en sus primeras aproximaciones ubicó al ,agente social de clase como una condición para la existencia del movimiento social, posteriormente lo reinterpretó de manera diferente, considerando como esenciales: a) la pertenencia a una colectividad, b) la existencia de un adversario, y, c) un proyecto propio, cohesionador y vinculado a los conflictos generales y centrales de la sociedad. Para él, algunos de esos movimientos en los países capitalistas centrales desarrollaban su narrativa en ámbitos distintos a los del trabajo y el consumo. Es el caso del movimiento ecologista, al que estudió. Sus demandas son culturales, no sociales ni políticas. Explica la afirmación anterior por el fenómeno de la globalización, entendido como una fase del capitalismo donde lo económico se ha separado de lo social, desintegrando las instituciones. En consecuencia, arribamos a la desaparición de lo social, lo que implica, por demás, la necesidad de un nuevo paradigma que explique el mundo actual. En este aspecto, entiende que la tradición sociológica de las últimas décadas comete el pecado (para decirlo de alguna manera) de enfatizar los indicadores funcionalistas en su estudio de la sociedad. De ese modo, cuando lo social desaparece, se pierden las referencias y el individuo sólo puede encontrarlas mirándose a sí mismo. En la cotidianidad, la experiencia cede el paso al ser, es decir, a su existencia. Pero esa mirada del sujeto hacia sí mismo no es un acto reflexivo sino acción social, por consiguiente, colectiva, donde las experiencias individuales se convierten en apelaciones y prácticas políticas, sociales y morales. Aquí conviene hacer una parada que nos sirva para precisar la afirmación del párrafo anterior. Considero importante graficar con la linealidad que sólo tiene justificación expositiva. En las sociedades premodernas o tradicionales, el principal bien (la tierra) era escaso y limitado. El sistema de valores y las normas desalentaban la movilidad social ascendente y, en consecuencia, el cambio social. Las instituciones religiosas se erigían como la autoridad en esas sociedades de economía estacionaria. La cultura tenía como su principal función la cohesión social, cuya estabilidad pendulaba entre la satanización de la idea de acumulación individual y la inducción de conductas solidarias que permitieran y posibilitaran la supervivencia. Con el advenimiento de la modernidad, asistimos entonces a una ruptura con la autoridad religiosa y sus valores . La secularización de la sociedad permite el paso a una autoridad racional-legal y con ella a la ciencia y la técnica como motores de la industrialización. El crecimiento económico se constituyó en el fin del proyecto societal. En ese escenario aconteció la ampliación del espacio para el individuo, al tiempo que se impusieron más obligaciones con el Estado, transfiriendo la autoridad de las instituciones religiosas a las políticas. Distinto ocurre en las sociedades llamadas posmodernas: el crecimiento económico deja de ser el valor predominante y aparece una nueva subjetividad que enfatiza el bienestar individual, orientado a factores vinculados con la calidad de vida. Desde esta óptica, los derechos sociales son sustituidos por
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los culturales, El individuo tiene pan y casa; ahora necesita vivir amplificando sus grados de libertad sobre su cuerpo, su sexualidad, su entorno, etcétera, en un medioambiente tan saludable como su cuerpo, que de cárcel deviene en santuario, El hedonismo, lo efímero, el derrumbe de las certezas, le inducen a centrarse en su mismidad, Ha perdido los referentes: el Estado-Nación se desterritorializa y debilita como eje institucional; lo público cede ante lo privado al mismo tiempo que se redefinen los límites de ambos; un "gobierno invisible" amparado en el desarrollo tecnológico se hace sentir en cualquier parte del planeta, pero no tiene un centro identificable, En otras palabras, el individuo queda en soledad, sus referentes sociales se han difuminado, diluido, Ya no es el tiempo de la sociedad, ahora le toca al sujeto,
N o todo está perdido Pero ese proceso globalizador pretende una cultura única, estandarizada, que convierta a los ciudadanos en consumidores, y, por lo tanto, sus problemas son más culturales que sociales, Sin embargo, no todo está perdido; la reconstrucción de identidades opera como construcción de sentido, no como un acto voluntarista, sino como resultado de visualizar un objetivo integrador que opera en torno al conflicto, Con lo anterior se entiende que para Touraine lo destacable es que el movimiento social se erige como el actor de un conflicto cuya meta apunta a la dirección de la historicidad, entendida como la producción de orientaciones normativas, Esas normativas de la vida social se construyen a través del conflicto y no como resultado o adscripción de los valores institucionalizados, a la manera de Talcott Parson,2 De ese modo, los movimientos sociales posibilitan en su accionar que se revelen las opacidades de las relaciones sociales, así como también las instituciones y las formas de organización social. En el caso de América Latina, Touraine supuso que la subordinación de los actores sociales a la dinámica estatal y la cultura política limitaban su accionar autónomo, concluyendo que era un continente de actores sin acción, Evidentemente se equivocó, Los recientes acontecimientos en Bolivia, Perú, Ecuador o México inducen a repensar desde América Latina su propuesta, En una región del planeta donde el proyecto civilizador que anunció la modernidad está muy lejos de acercarse el mínimo conseguido en los países capitalistas centrales, donde se concentra el mayor índice de desigualdad y los sistemas políticos se subordinan a poderes que no controlan ni los Estados ni los ciudadanos, y con un modelo de democracia de baja participación, resulta evidente la vigencia de la lucha por los derechos sociales y políticos, En esa relación dinámica entre lo global y lo local, los derechos culturales perviven con los sociales y políticos, Sólo cambia el sujeto, que esta vez se redimensiona, multiplica y constituye en un "nosotros", En este sentido, lo que está pasando en el continente resulta más adecuado leerlo con los anteojos de J. Haberlas, para quien la amenaza a las identidades colectivas bien enraizadas es la fuerza impulsora de los movimientos sociales, Otro estudioso importante es Manuel Castells, Al igual que los anteriormente citados, supone que una crisis de legitimidad vacía de significado y funciones a las instituciones de la era industrial. El Estado-Nación pierde soberanía y, aunque sigue existiendo, tiende a formar parte de una red de poder '· 2 Para Parson, la cultura, a través de un sistema de valores estabilizados , era una de los fac tores más importante del cambio social.
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más amplia. En su propuesta de "sociedad red" aborda el problema del sujeto y la identidad, suponiendo que el primero es el actor social colectivo donde las individualidades logran un sentid03 holístico de su existencia. En la sociedad red, la construcción de identidad que le es consustancial induce a nuevas formas de cambio social. Esa identidad es un proceso de construcción de sentido que prioriza el o los atributos culturales sobre los demás. Comparte con los principios de identidad, adversario y visión que sirven para catalogar a los movimientos sociales y entiende que los mismos pueden ser socialmente conservadores, revolucionarios, ambas cosas, o ninguna a la vez. De hecho, a partir de ese presupuesto se despoja de toda consideración moral para analizar los movimientos y constata como tales a unos tan distanciados en su origen, fines y medios, como los zapatistas y Al Qaeda. Por otra vía (sociedad red), Castells advierte sobre la desintegración de lo social (mecanismos de control, representación política, entornos socioculturales, etcétera) que vacía de contenidos funcionales las instituciones de la sociedad industrial. Por supuesto, por ese camino, mantener presente el nodo clasista del conflicto no lo conduce a reconocer un sujeto preconstituido, sino identidades que suelen pasar de la resistencia a la constitución de proyectos societales y que " [... ] surgen desde las profundidades de las formas sociales históricamente agotadas, pero que afectan de forma decisiva, en una pauta compleja, a la sociedad que se está creando" (Castells, 2003). En el caso de Ernesto Laclau, intenta una explicación de los movimientos sociales negando que sean intrínsicamente marginales, ni tampoco sustitutos de los trabajadores política y económicamente integrados al modo de funcionamiento del capitalismo. Niega también que sean intrínsicamente progresivos. Para él, lo que importa es su significado político. Su acción contestataria tendrá trascendencia en la medida en que se articule con otras fuerzas y actores sociales en la creación de una cultura contrahegemónica. Lo social es la arena donde los sujetos se constituyen alrededor del discurso, a partir de su diferenciación y articulación. Coincide con los autores anteriores en despojar toda carga teleológica al análisis del capitalismo y de los sujetos. Como todo buen gramsciano, para él la posición del agente en las relaciones de producción no determina mecánicamente la adscripción de un proyecto societal que trascienda al sistema capitalista. Pero, al mismo tiempo, reconoce que en la actualidad son más profundas las dislocaciones inherentes a las relaciones sociales, dbligando a repensar lo social con nuevas categorías. El sujeto con vocación de convertirse en agente de cambio social prefiere reencontrarlo en la categoría pueblo. Para ello se precisan nuevos abordajes que permitan entender las demandas sociales, sus articulaciones y "[ ... ] la naturaleza de las entidades colectivas que resulten de ellas" (Laclau, 2005). Este paso excesivamente esquemático en que obviamente se corre el riesgo de cometer errores de juicios y valoraciones, lo hago con la finalidad de situar rasgos generales importantes para el debate en un espacio donde lo académico no predomina sobre lo político. Si se quiere, lo uso como licencia que permita distinguir las diferencias en las características que puntualmente esbozaré como las más relevantes para definir a los movimientos sociales contemporáneos. Esas características serán muy útiles al momento de abordar el tema de los movimientos sociales en la República Dominicana. Sentido entendido como la identificación s\mbólica que del objetivo de su acción hace el actor social.
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Algunas características relevantes de los nuevos movimientos sociales • Una forma de acción colectiva, solidaria y con alto sentido de pertenencia. • Devienen como tal cuando construyen identidades y prefiguran una situación nueva, cualitativamente superior a la que motiva su participación. • Activados alrededor de un conflicto social que puede o no convertirse en central en determinada coyuntura 'c reada por los actores mismos en su interacción con el contexto. • El conflicto suele desplazarse a la esfera de lo cultural. • Se desarrolla y mantiene latente en el entramado de redes cotidianas . No tiene sujeto único sino que construye la unidad por medio de la solidaridad y la persecución de un objetivo común. • Tienden a ser transitorios, desapareciendo de la arena pública una vez conseguido el objetivo. • La resolución del conflicto suele desbordar los cauces institucionales que lo definen. • En América Latina, surgen como respuesta a la situación de pobreza y exclusión que se acentuó con el proyecto neoliberal. • La intervención de otros actores puede reencauzarlos a la institucionalidad, vía cooptación de sus cabezas dirigentes o la satisfacción parcial de sus demandas. • Acusan altos niveles de movilización y presencia en el espacio público, pero no tienen programáticamente una vocación antisistémica. • Su origen gira alrededor de prácticas culturales de organizaciones civiles.
Movimientos sociales en la República Dominicana Los movimientos sociales en el país tienen sus antecedentes más importantes en el movimiento campesino que enfrentó a las fuerzas de intervención norteamericana en 1916 y el movimiento obrero de los años cuarenta, constituido alrededor de la industria azucarera para enfrentar la dictadura trujillista. De igual manera, en la etapa de transición democrática que se abre tras el ajusticiamiento del dictador Rafael L. Truj illo , emerge un movimiento estudiantil vigoroso que inicia su fase de consolidación con la lucha protagonizada por el sector en la consecución de un mayor presupuesto para la universidad estatal, a finales de los años sesenta. Más recientemente, a finales de la década siguiente, específicamente en 1979, nace el Movimiento Campesino Independiente, la expresión más acabada de la lucha campesina sin "narigoneo" gubernamental, con una clara vocación reivindicativa y de articulación con el movimiento obrero. De su interior nace años más tarde la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas, integrando novedosamente la perspectiva de género y la clasista. Esos movimientos, esencialmente reivindicativos y anclados en su naturaleza por el referente productivo, no resistieron el instrumentalismo de los de izquierda y la política eclosionista y represiva de los gobiernos. Con su agotamiento y desmovilización, el reflujo de masas caracteriza la llegada de los años ochenta. Pero en los intersticios de la cotidianidad urbana latía un sujeto en cons- ·. trucción que irrumpe en el espacio público en 1984, a un año de firmado el acuerdo stand by con el Fondo Monetario Internacional y un día después de
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una serie de medidas económicas resultado de ese acuerdo, que dificultaban aún mas la vida de las mayorías. En abril del 84, los pobladores de los barrios periféricos de la ciudad capital invaden el espacio público reeditando de manera coordinada una jornada de lucha que dejó perpleja a la "vanguardia política", incapaz de entender la acción independiente de las líneas generales trazadas desde arriba, a través de los cuadros presentes en la organización de los pobladores. Ese levantamiento popular, esencialmente espontáneo, si no en su origen, en su diseminación, fue duramente reprimido por las "fuerzas del orden". A partir de ese momento surge un nuevo sujeto social. Nuevo porque tiene al territorio (y no a la unidad productiva) como el espacio donde reproduce su práctica social y construcción de cultura. Porque su relación con los partidos políticos (particularmente de la izquierda) es de independencia, de no sub alternidad; no rechaza su presencia, pero asume la dirección de su propia lucha. Porque no encarnaba proyectos societales activados por una meta relato alternativo al capitalismo, pero sobre todo, por la diversidad de actores y organizaciones intervinientes, que crearon un espacio de legitimación del liderazgo a partir del compromiso con los fines. Sin embargo, esa revuelta popular nace sin posibilidades de permanencia: huérfana de una clara identidad y un limitado sentido de pertenencia donde lo espacial no trascendía los escasos límites de la barriada, restringiendo la posibilidad de articulación, archipielagizando su práctica y perpetuando la fragmentación de las demandas. Los movimientos que le sucedieron agudizaron esas características, incluyendo el distanciamiento de los partidos políticos y el rechazo a los dispositivos que desde lo estatal pretendían situar al movimiento en unos cauces institucionales de por sí frágiles, continuamente transgredidos por la ocurrencia de estallidos súbitos. Pero la forma en que desde la marginalidad las movilizaciones no encontraron manera de articularse, de agregarse, amplificó el grado de vulnerabilidad frente a los planes desmovilizadores del Gobierno, que de lo punitivo y el castigo pasó a la criminalización de las protestas y la aplicación de planes clientelistas y asistenciales y la infiltración de algunas de las instancias populares más emblemáticas y representativas. Más adelante, en los barrios capitalinos y de las grandes ciudades, reinventaron una nueva modalidad organizativa: los Comités de Lucha Popular (CLP) , que se convirtieron en los mecanismos más efectivos para la expansión y reactivación de la lucha reivindicativa. Los CLF, sin embargo, insistieron en la lucha espontánea y el predominio de una visión de sustitución de las masas, potenciada, lógicamente, por la presencia de una izquierda incapaz de entender al sujeto como un proceso en construcCión. El resultado fue la desmovilización y petrificación del movimiento social. También la imposibilidad de emergencia de un movimiento popular autónomo, visto como un sujeto que encarna una voluntad colectiva. En otras palabras, la encarnación de un discurso y una acción política con una dirección intelectual y moral que no se quede anclada en la coyuntura, sino que trascienda a la estructura y la niegue. El resultado de todo este período de avances, retrocesos y discontinuidades , es la existencia de un movimiento social grisáceo, brumoso, reactivo y
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que interactúa hasta confundirse con organizaciones de la sociedad civil sin ninguna o escasa p osibilidad de influir en la agenda política. La conformación del Foro Social Mundial activa su participación y transnacionaliza sus demandas y objetivos, pero su incidencia en la vida dominicana es definitivamente reducida. No debo terminar sin establecer un hecho que probablemente distingue a la República Dominicana de muchos países de la región y que repercute como el factor externo que ha condicionado y limitado la emergencia de un movimiento social vigoroso en el país. Es la cre dibilidad de los ciudadanos en el sistema y los partidos políticos. Desde el Latinobarómetro hasta los estudios nacionales sobre cultura política se evidencia que los ciudadanos y ciudadanas prefieren mayoritariamente a los partidos políticos como interlocutores. De manera similar, mantienen un alto nivel de credibilidad y confianza en los poderes del Estado. Tal vez ahí está la explicación más simple. Hoy, un sujeto tan difuso organizativamente que sólo se le reconoce en encuestas, un sujeto situado en las fórmulas de representatividad de las muestras de ese universo que llamamos población, desde su.existencia amorfa, reclama dere chos culturales como es el caso de la seguridad ciudadana. Pero también, desde las expresiones organizadas de ciudadanos, la sociedad dominicana sabe de movilizaciones tras derechos tan elementales como la seguridad social, la energía eléctrica o la mejora salarial para sectores profesionales . Un movimiento ecologista y uno feminista que construyen identidades sobre demandas que están fuera del estricto ámbito de la producción, pero que no logran ser escuchados por la sociedad a los niveles deseables. Ese es el espectro en la República Dominicana, donde los estudios de los movimientos sociales son tan escasos como los movimientos mismos. Referencias bibliográficas
Castells, Manuel. El poder de la identida d Volumen n. Alianza Editorial. 2003. Ianny, Vanna. El territorio de las masas, sir. Laclau, Ernesto. La razón populista. Fondo de Cultura Económica. 2005. Melucci, Alberto. "Las teorías de los movimientos sociales". Cuadernos de Ciencias Sociales, San José: FLACSO, Número 17. Patrick, Gun. Los márgenes al centro. Pérez, César y Leopoldo Artiles . Movimien tos sociales dominicanos: identidad y dilemas. INTEC . 1992. Rojo, Raúl. "Alain Touraine: un nuevo paradigma o el fin del discurso social sobre la realidad social". Sociologías, Porto Alegre, v. 7, n. 14, p . 510-519, 2005. Savage, Stephen. Las teorías de Talcote Parsons: Las relaciones sociales de la acción. McGraw - Hill Interamericana Editores. México, D.F.
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Documento de trabajo: Movimientos, partidos y gobernabilidad en América Latina Corporación Escenarios de Colombia América Latina ha vivido en los últimos años una crisis de gobernabilidad resultante de la multiplicación de las protestas sociales contra el modelo de desarrollo que seguía los lineamientos del denominado "Consenso de Washington", la propagación dentro de la región de unas nuevas patologías globales como el narcotráfico, el terrorismo y la corrupción, y la propia incapacidad de los sistemas políticos tradicionales -partidos, gobiernos y congresos- para manejar estas coyunturas de ruptura. Los movimientos sociales se han expresado dentro de estos escenarios de forma muy diversa. Algunos, convertidos en movimientos políticos, han conseguido llegar directamente al poder e institucionalizar sus proyectos de acción política, otros, en abierta rebeldía contra las fuerzas políticas tradicionales, han desafiado abiertamente la institucionalidad democrática; unos cuantos han pactado con estas mismas fuerzas los términos de alianzas de gobierno que han resultado efímeras e ineficaces. ¿Qué hacer frente al formidable desafío de cambio que plantea el movimientismo? ¿Criminalizar la lucha social? ¿Cooptarla políticamente? ¿Aceptarla como una nueva alternativa dentro de la globalización? Aunque está claro que los movimientos sociales, como las ONG, sólo representan una parte de la sociedad civil, tampoco se puede desconocer que ellos, particularmente los latinoamericanos, pueden ser generadores de nuevas identidades con vocación de servir de contenido a nuevas formas de representación política. La cuestión clave entonces consiste en saber si la presencia cada día mayor de los movimientos como actores políticos se debe considerar y tratar como un desafío a la vieja democracia representativa o como una verdadera oportunidad para oxigenar los avances democráticos ya conseguidos a través de una nueva ola de democratización alternativa. El propósito de este ensayo es explorar la naturaleza histórica de los movimientos de América Latina, asociar su legitimidad a la existencia de las causas que provocan el conflicto del cual nacen y viven y establecer la responsabilidad, en medio de la crisis, de los sistemas políticos representativos según su capacidad para canalizar las reclamaciones colectivas de cambio; así mismo, propone examinar las posibilidades determinantes de la identidad del llamado movimientismo y sus futuras posibilidades de formar parte de un proyecto global alternativo.
Los movimientos sociales en América Latina A lo largo de su historia, los movimientos sociales han jugado un papel fundamental en la determinación de la dinámica política latinoamericana. A través de una especie de dialéctica del disentir (Sartori, 2001), estos movimientos han terminado por convertirse en verdaderos aglutinantes de identidad y fuente de organización política al desarrollarse como grupos que buscan convertirse en grupos para sí mismos en los términos de Poulantzas. Desde el grito de independencia de Tupac Amaru, que podría considerarse su antecedente más significativo, el movimientismo latinoamericano ha desarrollado esos "vínculos que se sienten" y que son su materia prima organizativa a partir de la cual es dable pensar en una nueva forma de construir sociedad.
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El proceso de secularización vivido durante el siglo XX, que separó lo social de lo sagrado, es considerado por algunos como el más importante cambio hemisférico de la pasada centuria (Hobsbawm, 2003). La campesinización del movimiento indígena, que convirtió lo que ha debido tratarse como una causa étnica en un problema de reparto mecánico de parcelas de tierra y subsidios agrícolas (Samper, 2004) , impidió, para bien y para mal, que los factores religiosos y étnicos jugaran un papel determinante en la construcción de un modelo de sociedad alternativo después de las guerras de independencia. Hoy aún sobreviven en la región más de 400 grupos étnicos de indígenas, reconocidos formalmente en su existencia en los tratados internacionales, pero reducidos, en la práctica, a ser tratados como guetos sociales, asentados en resguardos territoriales que actúan como grandes cárceles geográficas. Sobreviviendo como naciones sin Estado, estas comunidades aborígenes todavía reclaman el respeto a sus formas comunitarias de gobierno, la vigencia de normas de convivencia que forman parte de "su" legalidad y la protección de sus cimientos culturales. El factor religioso, que fue definitivo como modelo de colonización a través de la evangelización católica, no jugó luego el mismo papel determinante en la caracterización del movimientismo latinoamericano, como sí sucedió con otros movimientos mundiales, por ejemplo, los islámicos. En los pocos momentos estelares en que la Iglesia de la región, a través de su episcopado, se comprometió con una línea antropocéntrica doctrinaria -como sucedió con su oposición al modelo de desarrollo neoliberal a finales de siglo- contribuyó positivamente a legitimar los movimientos que se oponían a temas relevantes del modelo, como la apertura indiscriminada de mercados, las privatizaciones de empresas públicas sociales o la flexibilización de los regímenes laborales. La lucha por la tierra ha sido una constante histórica en el movimientismo latinoamericano. Fue la reivindicación originaria de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que hoy sobreviven, solitariamente, como el único movimiento armado en América Latina después de las desmovilizaciones de los grupos armados centroamericanos a las cuales contribuyeron otros movimientos como la Coordinadora Revolucionaria de Masas del Salvador. El mismo elemento vuelve a aparecer en los propósitos reivindicativos del movimiento brasileño de los "Sin Tierra", que recuerda la epopeya mítica de Antonio Conselheiro al terminar el siglo XIX. La tierra reaparece también en el acta de nacimiento del movimiento zapatista mexicano y en la agenda de movimientos más actuales como los indígenas ecuatorianos y los cocaleros bolivianos. Años atrás, al comenzar el siglo XX, el programa de la izquierda boliviana conocido como "La justicia del Inca" planteaba la necesidad de "entregar las tierras al pueblo y las minas al Estado". Alrededor del tema específico de las tierras, después se consolidaría el movimiento "katarista" boliviano del cual surgieron los partidos cocaleros y campesinos que eligieron, recientemente, a Evo Morales como presidente de Bolivia. En el Ecuador el primer estallido social, detonante en buena parte de la situación de ingobernabilidad por la que atraviesa el país, se produjo por la aprobación de la Ley de Desarrollo Agrario que acabó con la propiedad comunal de la tierra, que se convirtió, precisamente, en la principal consigna de movilización del movimiento Pachakuti, cuyo nombre der:iva de "pacha" (tierra) y "kuti" (retorno) ; el retorno a la tierra, un "retorno" que ha sido tan
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esquivo en América Latina que ha causado revoluciones, estallidos, revueltas y movimientos. A finales del siglo pasado, la región conoció otro tipo de protestas asociadas a la vieja reclamación territorial: las denominadas "guerras del agua" iniciadas en Cochabamba (Bolivia) y Tucumán (Argentina) para protestar por la baja cobertura y sus altas tarifas. Estas mismas banderas resultaron coincidentes con los propósitos reivindicativos de la "coalición nacional de lucha por el agua integrada" de Nicaragua, que logró convertirse en una gran contestación social regional, reconocida más tarde por la Conferencia Mundial de La Haya al declarar el agua como un bien público global.
El conflicto como esencia del movimientismo El conflicto es la esencia del movimientismo, lo que lo caracteriza y define, hasta el punto tal de que se ha llegado a afirmar que un conflicto social sólo existe cuando hay un movimiento que lo representa (Ibarra, 2005). Por esta misma y reiterativa asociación entre movimientos y conflictos, en América Latina hemos mirado la evolución de los movimientos más en función de las víctimas cuya causa defienden que de los actores sociales que los organizan. La propia historia del movimientismo en la región está asociada, de alguna manera, a las posibilidades de conversión de proyectos de lucha social en verdaderos proyectos de identidad y acción política (Cardoso, Ruth, 2003). La posibilidad de convertir el conflicto desatado por un movimiento en razón política surge del poder legitimador de la causa que representa y de la naturaleza de la ruptura que produce. La persona que se suma a un movimiento se identifica solidariamente con algunos para luego diferenciarse, a través del conflicto, de muchos; además de la energía positiva de su solidaridad, al movimientista lo induce una energía conflictiva que lo enfrenta al otro yo, alrededor de una causa que considera legítima. El conflicto, como procedimiento para solucionar diferencias, es tan legítimo como el acuerdo que se consigue a través de la utilización de canales institucionales previstos para ello. La actitud del Estado frente al reclamo movimientista puede ser la de rechazo absoluto a través de la criminalización de la protesta social, su manejo institucional a través de acuerdos y concesiones o su confrontación política mediante apelaciones plebiscitarias o arbitrajes electorales. La represión puede producir resultados totalmente opuestos como, por ejemplo, legitimar el movimiento. La historia del movimientismo latinoamericano está llena de casos de criminalización de protestas sociales que terminaron convertidas en estallidos revolucionarios, como el caso de Batista contra Castro en Cuba; de acuerdos nacionales que desarmaron conflictos que quedaron vivos en la conciencia colectiva y renacieron cuando se revivieron sus causas originarias, como sucedió cuando se aprobó la ley de tierras en contravía de las aspiraciones del zapatismo en México; casos de movimientos que asumieron su propia vocería política al alcanzar el poder, como los cocaleros en Bolivia con el reciente triunfo de Evo Morales; y casos también de cooptaciones políticas de luchas sociales, como sucedió con el peronismo argentino frente al movimiento obrero. No hay salidas de catálogo para cada una de las coyunturas de ruptura que plantean los movimientos sociales. Cada caso es distinto en cada país y en determinado momento político. Lo importante, hacia delante, es encontrar una
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lógica de relación entre los movimientos y los partidos que asegure que los primeros puedan cumplir su objetivo dinamizador de la política a través del conflicto, sin llegar a afectar las condiciones de gobernabilidad de las que son responsables institucionalmente los partidos. Estas posibilidades serán examinadas a continuación.
Movimientismo y partidismo Si los partidos compiten y los grupos de interés presionan, los movimientos sociales luchan. El conflicto, la movilización convertida en acción y la organización desjerarquizada como elementos propios de la dinámica movimientista sobresalen hoy en medio de la crisis de representación que caracteriza las democracias latinoamericanas y el desencanto de una opinión pública decepcionada con los actores políticos y que lleva a muchos ciudadanos a simpatizar con estas expresiones desinstitucionalizadas de hacer política, muchas de las cuales terminan convertidas en verdaderas propuestas antip olític as , es decir, contra los políticos mismos. La crisis de gobernabilidad por la que atraviesa América Latina es así la crisis de sus partidos, bien sea por su proliferación (Brasil), su desaparición (Venezuela) o su decaimiento (Colombia, Costa Rica, México). El grito "que se vayan todos", que acompaña muchas de las movilizaciones sociales latinoamericanas recientes, expresa la inconformidad de los actores sociales con los actores políticos tradicionales. ¿Qué hacer entonces con los partidos? Su problema es que cada día se parecen más a la idea que la gente tiene de ellos, que los acusa de haberse convertido en auténticas empresas electorales concentradas en la representación de los intereses particulares de sus agentes políticos. Pero la debilidad de los partidos, su inexistencia o incompetencia no debe concluir en la necesidad de acabar con ellos, al contrario, de lo que se trata es de fortalecerlos, abrirlos y hacerlos más transparentes. La definición de unos nuevos términos de su relación con los movimientos sociales podría ser un excelente punto de partida para acometer de manera definitiva la tarea de asegurar la gobernabilidad futura de la región y construir, a partir del binomio sociedad-partidos, los términos de un nuevo concepto de ciudadanía, basado en "el derecho a tener derechos", como lo ha propuesto el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Con esta nueva carta de ciudadanía, los individuos, además, podrían actuar como sujetos-actores de una idea alternativa de lo que debe ser una verdadera comunidad política (Touraine, 2005) y el asociacionismo solidario propio del movimientismo podría servir de punto de partida para la ampliación de la base autogestionaria de la democracia. En la medida en que dicho esfuerzo de ampliación democrática se consiga siguiendo narrativas movilizadoras no violentas, como lo ha decidido el Foro de Porto Alegre al excluir de su lista de participantes los movimientos armados , la alianza política de los partidos con el movimientismo y las organizaciones no gubernamentales que también representan la sociedad civil puede marcar pautas positivas para la construcción de un modelo alternativo global dentro del cual se sienta representada América Latina. La historia demuestra que los gobiernos autoritarios y los que resultan de. sistemas presidencialistas entran más fácilmente en conflicto con los movimientos sociales que los gobiernos democráticos y parlamentaristas. Dicha
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evidencia se confirma en América Latina donde los partidos más identificados con la democracia y las causas sociales son aquellos que han logrado cooptar con mayor facilidad las propuestas y los actores del movimientismo, como sucedió durante el siglo pasado cuando los partidos comunistas lograron abanderar durante casi medio siglo la causa agrarista nacida de las gestas de Pancho Villa en México. Una situación totalmente inversa a la que se vivió recientemente en Europa cuando los partidos socialistas perdieron miles de votantes que hicieron causa común alrededor del nuevo ecologismo político, nacido de la militancia a favor de las banderas levantadas en las distintas Cumbres del Medio Ambiente. El peronismo también puede considerarse como un caso de alianza exitosa entre fuerzas políticas y movimientos sociales. Un caso todavía más reciente de asimilación política fue el de Bolivia y el denominado katarismo aymará, fuerza social indígena de la cual nacieron, en los años setenta, los partidos revolucionarios e indígenas, identificados con el dirigente emblemático Tupak Katari. A diferencia de Argentina, donde los movimientos sociales obreros fueron cooptados por las fuerzas políticas tradicionales, en Bolivia estos movimientos se institucionalizaron hasta convertirse en alternativas políticas, como se comprobó con la elección de Evo Morales a la Presidencia de la República. La historia, un poco tormentosa, de las relaciones entre los partidos y los movimientos obreros ayuda a entender la propia relación dialéctica entre el movimientismo y los partidos en América Latina. Desde la Internacional Obrera de 1864, muchos partidos trabajaron de la mano con el movimiento sindical incluyendo en sus propuestas programáticas el reconocimiento explícito de los derechos de los trabajadores. Con el fortalecimiento del estado-bienestar, a mediados del siglo XX, la relación comenzó a pactarse a través de acuerdos de concertación que, en la práctica, terminaron por confundir la causa obrera con la de los sindicatos y redujeron el protagonismo sindical a la negociación de pactos tripartitos entre el Gobierno, los empresarios y los trabajadores sindicalizados. A partir de dicho momento, los movimientos obreros comenzaron un proceso de despolitización y burocratización que aún no termina. Más tarde, en pleno auge del modelo neoliberal, al finalizar el siglo, estas reivindicaciones laborales como los sindicatos que las proponían fueron satanizadas, responsabilizándoselas de los altos niveles de desempleo que existían. Así se legitimaron políticas mercadistas de dudosa eficacia, como la de la "flexibilización laboral"; se atribuyó así a las normas que garantizaban la permanencia laboral de los trabajadores el desánimo de los empresarios para crear nuevas oportunidades de trabajo. Las últimas pruebas muestran que las nuevas leyes que favorecían la movilidad y la temporalidad en el empleo se convirtieron en un incentivo para muchos inversionistas privados para acumular más utilidades en lugar de crear más frentes de trabajo. Las grandes centrales latinoamericanas de trabajadores, frente a este desafío, no mostraron ninguna capacidad para ampliar el radio de su interlocución y situar el debate en un espacio más propicio a la defensa de los intereses de sus representados frente a la opinión pública. Atrincherados en la defensa de sus viejas reivindicaciones, aceleraron la decadencia del movimiento obrero como lo prueba la disminución de la tasa de sindicalización al terminar el siglo pasado, que coincide con las de otras partes del mundo. Como caricatura imborrable de esta tragedia tenemos aun viva la imagen de Fidel Vásquez, líder emblemático del movimiento obrero mexicano, pidien-
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do públicamente al gobierno de su país una represión ejemplarizante contra los alzados de Chiapas cuya acción apenas comenzaba. ¿Cómo resucitar los términos de esta alianza entre los partidos y movimientos sociales? ¿Cómo recuperar la capacidad de interlocución y representación de los partidos políticos para mejorar las propias condiciones de gobernabilidad regional? Una posibilidad cierta de conseguirlo estaría en el avance de los sistemas políticos latinoamericanos hacia formas más parlamentaristas de gobierno que fortalezcan el protagonismo de los partidos como actores políticos, y que de la misma manera, permita la utilización de mecanismos de salida de esas "crisis sin derrumbe" propias de las democracias parlamentarias como la anticipación de elecciones, la disolución anticipada de las cámaras y el voto de censura al ejecutivo. Así se podrían ayudar a resolver coyunturas violentas que hoy se están superando, con altos costos de gobernabilidad política, a través de la represión, los choques de trenes institucionales o costosas apelaciones plebiscitarias. Entre 1979 y 1989, 34 de los 39 países que llegaron a la democracia lo hicieron adoptando el régimen parlamentario como alternativa de gobierno. El presidencialismo latinoamericano es una mala copia del presidencialismo norteamericano diseñado por la "Asamblea de semidioses" de Filadelfia de 1787 para contrarrestar, desde Washington, un poder federal que contrastaba fuertemente con el centralismo latinoamericano. Quienes argumentaron después que el presidencialismo era necesario para corregir las condiciones estructurales de inequidad regional no podrían explicar por qué hoy, después de un siglo de aplicar el sistema, la región sigue siendo considerada como la peor repartida del planeta. Sin llegar a la adopción de un sistema de parlamentarismo puro, América Latina podría pensar en la adopción de un esquema semipresidencialista que combinara la figura de un presidente como jefe de Estado elegido por mayorías simples, un Congreso que representaría proporcionalmente las regiones y una cabeza del ejecutivo como resultado de coaliciones parlamentarias. La reforma incluiría, como y? se dijo, la constitucionalización de figuras para la solución institucional de crisis políticas .
Los movimientos como generadores de identidad política y nacionalismo En su más reciente libro, El paradigma del siglo XXl, el Profesor Alain Touraine, después de vaticinar el fin de lo social, afirma que el nuevo siglo girará alrededor del sujeto lo cual lo llevaría, en estricta lógica, a "aceptar como punto de partida la destrucción de todas las categorías sociales como las clases y los movimientos sociales" (Touraine, 2005). Esta sorprendente afirmación parecería confirmarse en el hecho evidente de que los grandes problemas sociales de hoy no han suscitado, como en el pasado, fuerzas sociales equivalentes de contestación. La tesis de Touraine remitiría el debate sobre el futuro de los movimientos sociales al terreno de la identidad y la cultura en la forma y medida en que el individuo, según él, no se afirma como actor social sino como sujeto personal a través de su identificación consigo mismo. La propuesta coincide por lo demás con las tesis del profesor Amartya Sen, quien plantea la salida de la exclusión social en términos de "necesidad y libertad", para concluir que lG! importante no es solamente el bienestar en sí mismo, sino la libertad del hombre para actuar en función de la satisfacción de su necesidad (Sen, 2000) .
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Touraine y Sen se cuidan de marcar muy bien las diferencias entre sus tesis del individualismo liberador, basado en el reconocimiento de los derechos culturales del sujeto como tal, y el individualismo consumista y alienante resultante de la aplicación de las leyes del mercado. El sujeto "buscador de sentido", que actúa como sujeto, se parece más a la figura del Quijote como "combatiente por la libertad" que a la del necesitado Sancho Panza como víctima de las lógicas consumistas del mercado. Los planteamientos anteriores no invalidan la tesis general de este ensayo que plantea el carácter generador de identidad de los movimientos sociales. Esta nueva identidad podría así resultar de la capacidad representativa del movimientismo de causas colectivas que lo legitiman o de la acción de los sujetos para reconocerse a sí mismos a través de otros sujetos que comparten la misma causa colectiva. La búsqueda de identidad a través de los movimientos sociales -que puede servir de base posterior para una acción política- resulta así de su actuación como grupos contraculturales de resistencia que buscan, a través de su acción contestataria, convertirse en auténticos proyectos de identidad y, eventualmente, en proyectos políticos alternativos. Como señala acertadamente Manuel Castells: "La identidad es el proceso por el cual los actores sociales construyen sentido de su acción atendiendo un conjunto de atributos culturales a los cuales se les da prioridad sobre otras fuentes de sentido de la acción" (Castells en PNUD, 2005). El nacionalismo ha sido desde la época de la independencia, a través de las luchas antiimperialistas y contra la dependencia económica durante el siglo XX, el gran mito articulador de identidad en América Latina. Este nacionalismo, sin embargo, como sentimiento de identidad colectiva en un hemisferio caracterizado secularmente por tener más territorio que nación, más gobierno que Estado y más poder que autoridad, se distingue de las causas nacionalistas europeas que se oponen a la intervención avasallante del Estado sobre un territorio en el cual habitan naciones enteras que viven como auténticas comunidades culturales definidas. Las causas nacionalistas latinoamericanas se parecen más a las causas anticolonialistas africanas que a las luchas nacionalistas europeas por razones étnicas, pero las dos se aproximan, dentro del escenario global, a la lucha incesante por una identidad no reconocida.
Movimientismo y globalización Aunque la mayoría de los movimientos latinoamericanos nacieron del conflicto dialéctico entre identidad y sistema, en los últimos años han surgido en América Latina movimientos nacidos de la globalización para protestar contra las privatizaciones temerarias, los tratados de libre comercio, el modelo neoliberal de desarrollo y la imposición de patrones de consumo alienantes. Se trata de la llegada de una nueva "ola global" de movimientos como las que vivió la región después de las revoluciones soviética (1917), china (1949) y cubana (1968). Por estas mismas razones, el movimiento zapatista de México ha sido considerado como el precursor de la globalización latinoamericana, y la Declaración de Lacandona que le dio origen como un grito de protesta al estilo de los gritos mexicanos de emancipación del siglo XIX, pero con motivaciones del siglo XX como su denuncia del Tratado de Libre Comercio entre Canadá, MéxicO y los Estados Unidos (NAFTA) o su exigencia de restablecer la Organización Internacional del Café para defender los precios internacionales del
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grano para los pequeños productores campesinos. Banderas zapatistas como la defensa de la soberanía alimentaria contra la competencia desleal de importaciones agrícolas subsidiadas fueron retomadas por otros movimientos regionales contra los tratados de libre comercio de la misma manera que como, en su época, se extendieron como pólvora todas las banderas agraristas de Pancho Villa. La presencia sistémica de estos nuevos movimientos sintonizados globalmente como su interrelación a través de las redes internacionales puede interpretarse como el principio de construcción de una nueva ciudadanía global nacida de una identidad multidiversa que busca superar la paradoja de un mundo cada día más integrado simbólicamente y más desintegrado socialmente (Hopenhayn, 2005). De alguna manera, estos movimientos sociales globales han representado la posibilidad de oxigenar, lejos del "reduccionismo socioeconómico de la política" planteado por el debate neoliberal (Ibarra, 2005), la agenda política contemporánea. Esta última se ha visto en efecto renovada con la introducción de temas "frescos" como la defensa ecológica, la equidad de género o la propia preservación de la democracia a partir del respeto a los derechos humanos. Se trata, en suma, de defender unos derechos culturales -dentro del referente amplio de la defensa misma de los derechos humanos- como el derecho a la apropiación colectiva de ciertos bienes globales como la salud, la educación, el medio ambiente y el trabajo. El aporte de los movimientos globales no termina allí; se extiende a la modernización de la gestión contestataria a través del empleo de medios de comunicación masiva como Internet que ha servido, por ejemplo, a los indígenas latinoamericanos para crear un sitio web de encuentro. Las redes internáuticas de estos movimientos se parecen al tejido "jaroto", propio de la región andina latinoamericana: un tejido totalmente asimétrico que sin tener una lógica en su conformación tiene una admirable coherencia en su conjunto. La mayor inquietud que resulta del papel que cumplen los movimientos, y de manera más puntual las organizaciones no gubernamentales (ONG) , tiene que ver con el grado de responsabilidad política que enmarca sus acciones. El hecho de que sectores importantes de la opinión pública legitimen las causas por las que lucha el movimientismo no significa que ellas estén animadas del mismo interés general que debería animar la acción de los partidos y movimientos políticos ; inclusive, muchas de estas motivaciones específicas puedan entrar en contradicción con otros intereses públicos de mayor jerarquía como resultaría, por ejemplo, del caso frecuente en América Latina de ONG ecológicas europeas que defienden reservas naturales de las cuales depende en alguna medida la supervivencia social de comunidades deprimidas. El establecimiento de algunas exigencias de responsabilidad pública para estas fuerzas, sin menoscabo de su autonomía, interesa vitalmente las posibilidades de gobernabilidad democrática del continente, y no resultan, por supuesto, incompatibles con la posibilidad de que, con el tiempo, todos estos movimientos globales conformen una gran familia mundial de movimientos antisistémicos (Epstein y otros, 2005) que se encuentren nacionalmente a través de "frentes amplios" de partidos y movimientos que a escala global puedan coincidir en un planteamiento alternativo global lejos del folclorismo que hoy caracteriza los famosos encuentros antiglobales. La lucha del movimientismo latinoamericano por reivindicaciones específicas como tierra, paz yagua, ha nacido de una auténtica conciencia local que
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coincide con la idea de lo local para lo global que anima el nuevo pensamiento alternativo del mundo. Demuestra también que las luchas por la igualdad social no son incompatibles con las que defienden la diversidad cultural y que, de alguna manera, son inseparables. Hay quienes piensan inclusive que de una adecuada combinación de subjetividades determinadas como las que benefician a los sujetos económicos y subjetividades indeterminadas de impacto más colectivo podría salir una nueva propuesta alternativa global (Dos Santos, 2003). En el diccionario de lo global, la sumatoria de los esfuerzos de todos estos movimientos constituye un "capital social" para la región. Es claro, además, que de alguna manera se está formando una contrahegemonía latinoamericana alternativa, sin un discurso ideológico preciso, pero apoyada referencialmente en autores como Stiglitz, Touraine, Amartya Sen, Rodrik, Castells y Tobin. De este planteamiento alternativo podría surgir un nuevo modelo que reemplace el que gobernó la región a finales del siglo. También deberán surgir nuevos líderes emblemáticos como la bella Flora Tristán que, a pesar de no haber pisado jamás tierra americana, pertenecía, según el historiador colombiano Germán Arciniegas, al tipo perfecto de las gentes americanas "medio locas, libertadoras y geniales". La enterraron una mañana de lluvia, en cualquier pueblecito francés al pie del mar que llegaba hasta Lima, un sastre, un abogado y un ebanista. Bibliografía
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