39 1ra. Época. Septiembre - Diciembre 2019. Núm. 39.
EDITORIAL
Índice • Editorial • Artículo
- La historia en una nuez. Un comentario personal. Por Andrés Medina Hernández
• Efemérides
- Luis Pericot García, Ariodante Fabretti, José Matos Mar, Blas Taracena Aguirre.
• Noticias Inauguración del edificio del iia por Octavio Rivero Serrano, Jaime Litvak, Rodolfo Coeto Mota y Jorge Parra Reynoso. 12 de septiembre de 1984.
- Linda Rosa Manzanilla Naim. - XX Coloquio Internacional de Antropología Física Juan Comas.
Nuestra nueva casa Luis Alberto Vargas Guadarrama
En verdad la situación ha cambiado. Hubo un momento cuando había dinero en nuestra Universidad y así fue hacia el final de la gestión del Dr. Guillermo Soberón como Rector. Asistió a una junta del Consejo Técnico de Humanidades y ahí solicitó a los Directores de sus institutos y centros que le hicieran saber las necesidades de obras para satisfacerlas. Otorgó un plazo razonable para elaborar un documento y anunció que atendería las solicitudes en orden de recepción. Como lo señaló Jaime Litvak en el texto anexo, nuestro Instituto ocupaba entonces el edificio que había sido del Instituto de Geología y que luego fue la sede del Centro de Enseñanza de Lenguas http://biblio.unam.mx/iia
Extranjeras, hoy Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción. En esa época estábamos relativamente holgados en ese espacio, pero teníamos carencias, por ejemplo la de un auditorio, mayor espacio para la biblioteca y sobre todo cubículos y laboratorios para el creciente número de investigadores, ayudantes de investigador, técnicos académicos, técnicos administrativos, becarios y personal administrativo que crecía de manera explosiva como puede constatarse en los directorios que se publican en las primeras páginas de nuestra revista Anales de Antropología. Al volver de la junta mencionada, Jaime Litvak me pidió –muy a su estilo– que avisara que ese día
Correo: fondocaso@correo.iia.unam.mx
Teléfono: 5622-9653
no comería en casa, ya que teníamos trabajo urgente. Me pidió que visualizáramos a nuestro Instituto dentro de 10 y 20 años y cuáles serían nuestras necesidades de espacio. Trabajamos intensamente, consultando a otros colegas del Instituto y en el plazo señalado por el Rector nuestro documento estuvo listo. Grande fue la sorpresa para todos nosotros, cuando nos dimos cuenta de que de todas las dependencias de la Coordinación de Humanidades, fuimos la única que había cumplido con la solicitud del Rector. Afortunadamente su palabra se cumplió y pronto iniciamos un largo diálogo con la Dirección General de Obras para definir detalles y llegar a la elaboración de planos y finalmente la lenta construcción. Las otras dependencias tardaron años en ponerse de acuerdo y finalmente fueron agrupadas en el espacio que hoy ocupan y que debido a los colores de sus fachadas se denominó como Los Pitufos, título que hoy debe ser extraño para quienes, por su edad, no están familiarizados con la tira cómica, las películas y serie de televisión que resultaron de dichos personajes. La situación fue benéfica para Antropológicas, ya que se nos dotó de un gran terreno con jardines y la construcción en espiral del edificio aseguró la posibilidad de su crecimiento durante largo tiempo. La visión de Litvak está presente en el edificio actual. Tenemos un estacionamiento que para sus primeros tiempos parecía enorme, nuestro auditorio es suficiente para nuestras necesidades, la biblioteca y el número de cubículos han podido crecer y contamos con algo que en el momento de su construcción parecía una locura: ductos por separado para teléfonos y para unir las computadoras y su equipo periférico en una red, lo que ahora se ha completado con fibra óptica. Solamente podemos señalar dos carencias: espacio suficiente para el análisis y almacenamiento de los productos del trabajo de campo y el que los pasillos son muy fríos y los afectan las lluvias intensas. También hubo que instalar un elevador para el traslado de personas y objetos y que en su momento se inició en apoyo de Johanna Faulhaber a quien se le dificultaba subir las escaleras. II
Para llegar a donde estamos pasaron muchos años y se llevó a cabo gran cantidad de trabajo con la Dirección General de Obras. El período de Rector del Dr. Soberón terminó el 2 de enero de 1981 y fue seguido por el Dr. Octavio Rivero, quien terminó su gestión el 31 de diciembre de 1984 y poco antes, el 12 de septiembre de ese mismo año inauguró el edificio. La espera fue larga, pero valió la pena. Probablemente el nuestro sea el edificio más amplio de todas las dependencias de la Coordinación de Humanidades y tiene la ventaja de poder seguir creciendo y estar aislado por sus amplios jardines. Su moderna estela maya ubicada a la entrada señala la fecha de nuestro origen y el busto de Don Pedro Bosch-Gimpera ve pasar nuevas oleadas de jóvenes antropólogos y nos hace un guiño a los pocos viejos que aún estamos por aquí. El nuevo edificio tuvo también sus sorpresas. El espacio central donde se conservó la lava y la flora local también tenía su inesperada fauna. Fue interesante cómo nos dimos cuenta de ella. Resulta que la Dirección del Instituto procuraba que tuviéramos actividades sociales en grupo y nos entusiasmó para organizar ofrendas de Día de Muertos, pastorelas y la indispensable misa el 12 de diciembre. Para ello contó con la muy ingeniosa picardía de Patricia Martel quien escribió los guiones de las pastorelas plenas de referencias a nuestra vida institucional. La ofrenda de muertos se acompañó con muy simpáticas calaveras de todo el personal, hechas por la misma Patricia y no pudo faltar la comida y las fotografías de los compañeros fallecidos, como se hace hasta ahora. Pero en una de las primeras ofrendas encontramos que durante la noche se consumían los alimentos y quedaban las huellas de pequeñas patitas. Pronto se descubrió que eran los tlacuaches que vivían entre la lava. Habíamos ocupado espacio con dueños.
Artículo
“Nuevas instalaciones del Instituto de Investigaciones Antropológicas
“El iia, un puente entre las ciencias y las humanidades “[El doctor Rivero Serrano] también dijo que en la Universidad la antropología se practica en un instituto que constituye un puente entre las ciencias y las humanidades, y que por lo tanto, ese instituto es conocido y respetado en ambas áreas. Auditorio del iia
Hace 35 años fue inaugurada la actual sede del Instituto de Investigaciones Antropológicas, el 12 de septiembre de 1984, por los doctores Octavio Rivero Serrano, rector de la unam, Jaime Litvak y Luis Alberto Vargas, primer director y secretario académico del iia, respectivamente, y Miguel León-Portilla, miembro de la Junta de Gobierno y quien auspició el que se formara nuestro Instituto a partir de la Sección de Antropología del Instituto de Investigaciones Históricas, entre otras autoridades de nuestra casa de estudios.
Octavio Rivero Serrano, Luis F. Aguilar Villanueva y Jaime Litvak.
Tan trascendental hecho fue reseñado en la Gaceta unam, número 65, publicada el 13 de septiembre de 1984. Quisimos recordar este emotivo suceso a través de las palabras de los doctores Rivero Serrano y Litvak King, así que a continuación reproducimos algunos de los párrafos:
“De ahí un edificio grande y complicado, agregó el doctor Rivero Serrano; con una gran biblioteca, laboratorios para proporcionar el apoyo de la metodología de las ciencias, computadoras para procesar su información, y los talleres y bodegas necesarios para la actividad de campo que se lleva a cabo, además de las aulas que requiere su función docente y los cubículos para sus investigadores. “Tras recordar que la antropología en la Universidad es nueva sólo formalmente, a pesar de que el IIA fue creado en 1973, comentó que ya existía 10 años antes una sección de Antropología en el Instituto de Historia; aún antes había antropólogos como Juan Comas, Pedro Bosch Gimpera, Paul Kirchhoff, Morris Swadesh y Eduardo Noguera. “Finalmente, el Rector de la unam mencionó que el iia está constituido por varias generaciones, unas maduras y de gran tradición, y otras jóvenes; ambas son muestra de lo que puede llegar a ser una disciplina. Los más jóvenes aprenden de ellos todos los días y con ello, en un futuro, en este edificio y en muchas otras partes contribuirán a una mejor Universidad y a un mejor país. “Quinto domicilio de la Antropología en México “Por su parte, el doctor Jaime Litvak King expresó que en cada cambio el Instituto ha mejorado. Con cada uno de ellos nos hemos vuelto ingenieros, plomeros, electricistas y decoradores, y en cada uno de ellos hemos tenido que aprender a convivir con nuestros vecinos, a prestar nuestros servicios III
y, sobre todo, a ser mejores antropólogos y mejores universitarios.
de esperanzas de lo que fuimos y esperanzas de lo que seremos, recalcó.
“Dijo que este edificio es el quinto domicilio que ocupa la antropología en la Universidad. Desde que el doctor Juan Comas fundó la Sección de Antropología del Instituto de Historia, en 1963, hemos estado en la planta baja de la Facultad de Ciencias, el primer piso de la Torre I de Humanidades, el antiguo edificio del Instituto de Geología, y hoy aquí.
“Finalmente agradeció al Rector y a la Universidad por comprender sus necesidades y hacer el tremendo esfuerzo que significó construir este edificio, sobre todo en los momentos en que lo hizo. Agradeció además a todos aquellos que, de alguna u otra forma, participaron en estas nuevas instalaciones.
“En todos los casos que nos hemos cambiado de casa, señaló, cinco veces en 21 años, lo hemos hecho porque el siguiente domicilio iba a ser un lugar en el que podríamos trabajar mejor. En cada caso hemos cumplido la promesa y nuestro trabajo se ha hecho, con el tiempo y en el nuevo local, mejor y más importante. “Más adelante, el doctor Litvak expresó que durante mucho tiempo y francamente, dijo, cumplir con una promesa de mejor trabajo no fue muy difícil. La guía de Juan Comas, maestro nato además de incansable escritor e implacable editor; la sabiduría universal, acompañada de la bondad infinita de Pedro Bosch Gimpera; la penetración analítica de Paul Kirchhoff; el conocimiento enciclopédico de Eduardo Noguera, y el genio, acompañado de bohemia, de Morris Swadesh, nos ayudaron a ser mejores, puntualizó el doctor Litvak. “En este punto, dijo que esa generación desgraciadamente ya no está con nosotros y este edificio es el primero que se ocupa sin que se tenga a los fundadores. En él tuvimos, los que éramos jóvenes cuando entramos al Instituto de Historia y los que ingresaron ya al Instituto de Investigaciones Antropológicas, que demostrar que hemos crecido lo suficiente como para proseguir sin Comas, Bosch Gimpera, Swadesh, Noguera y Kirchhoff. Creo que lo haremos, porque ellos viven en nosotros y su recuerdo está en muchos lugares de este edificio nuevo, lleno IV
“Cabe mencionar que en el acto estuvieron presentes también el CP Rodolfo Coeto Mota, Secretario general administrativo; el doctor Luis F. Aguilar Villanueva, secretario de la Rectoría; el licenciado Cuauhtémoc López Sánchez, abogado general; el CP Marcos Mazari Menzer, presidente en turno de la Junta de Gobierno; el doctor Miguel León-Portilla, miembro de la Junta de Gobierno, y el CP Jorge Parra Reynoso, tesorero-contralor”. Además de recordar este importante evento por medio del discurso de inauguración del doctor Jaime Litvak, quisimos hacerlo a través de los recuerdos de dos de nuestros eminentes antropólogos, Luis Alberto Vargas y Andrés Medina, quienes han acompañado y formado parte de la historia de este Instituto. Las fotografías que lo ilustran pertenecen a la Colección del Instituto de Investigaciones Antropológicas, resguardada en este Archivo Histórico Alfonso Caso.
Roberto Moreno de los Arcos, atrás Fernando Botas y Alfonso Villa Rojas
La historia del iia en una nuez. Un comentario personal. Andrés Medina Hernández Etnólogo
La comunidad inicial de la que va a surgir el Instituto de Investigaciones Antropológicas es la Sección de Antropología, fundada el 15 de julio de 1963, bajo la iniciativa del doctor Juan Comas, su primer, y único, Jefe; en este acontecimiento originario tienen una participación decisiva don Pablo Martínez del Río, director de la Escuela Nacional de Antropología e Historia en ese entonces, el doctor Miguel León Portilla, a la sazón director del Instituto de Investigaciones Históricas, a la que quedaba adscrita la Sección, y Efrén del Pozo, funcionario de la Rectoría. El núcleo básico de investigadores lo constituyeron cuatro notables personalidades científicas con una presencia significativa en la antropología mexicana: Paul Kirchhoff, etnólogo que había ingresado al Instituto de Investigaciones Históricas en 1955, don Pedro Bosch-Gimpera, un arqueólogo con una notable experiencia en la prehistoria de Europa, quien ingresa en 1954; y Mauricio Swadesh, lingüista discípulo de Edward Sapir, quien ya había impactado a la lingüística mexicana con la organización de la Primera Asamblea de Filólogos y Lingüistas, realizada en 1939, de la que emerge el Consejo Nacional de Lenguas Indígenas y el Proyecto Tarasco, una iniciativa radical de alfabetización que es cortada de tajo con el cambio de régimen presidencial, en 1940. Swadesh es el fundador de lo que podemos reconocer como la “escuela mexicana de lingüística”, uno de cuyos discípulos es Juan José Rendón, quien se incorpora a la Sección en 1964. La figura central en la fundación y en la orientación del la Sección de Antropología es sin duda Juan Comas, nombrado Jefe; antropólogo físico, miembro de una familia de destacados educadores en España, activo editor, pues cuando ingresa al Instituto Indigenista Americano, estando ya don Manuel Gamio como su director, activa la publicación de la revista América Indígena, que aparecía trimestralmente. Funda entonces, en 1964, la revis-
ta Anales de Antropología, y le da una orientación internacionalista, en contraste con el fuerte nacionalismo que marcaba a la antropología en México. A estos cuatro fundadores se suman dos destacados investigadores de medio tiempo: Luis Aveleyra Arroyo de Anda, prehistoriador, y Eduardo Noguera, arqueólogo; asimismo se integra un joven Santiago Genovés, recién graduado en Inglaterra. Este pequeño grupo comienza a crecer cuando ingresan otros cinco investigadores en 1963: Fernando Horcasitas y Guillermo Bonfil en el campo de la etnología; Yolanda Lastra en el de lingüística, así como Jaime Litvak y Carlos Navarrete en el de arqueología; al año siguiente ingresa Pepe Rendón, como lo anoté antes. Finalmente, para 1970 se incorpora a la Sección Luis Alberto Vargas, en el campo de la antropología física, y para 1972 ingresamos Noemí Quezada y yo, Andrés Medina, como etnólogos. Así, se constituye una pequeña comunidad de investigadores que, a final de año, se reúne, en el marco de las fiestas decembrinas, para refrendar la cordialidad y la amistad que los liga, como pudimos constatarlo los últimos que ingresamos. La reunión del Consejo Universitario por el que se funda el Instituto de Investigaciones Antropológicas, el 4 de octubre de 1973, se nombra como su director al arqueólogo Jaime Litvak. El doctor Comas fue su más decidido impulsor, sin duda, pero el no ser mexicano de nacimiento le impedía encabezar esta institución.
Miguel León Portilla, Jaime Litvak, Octavio Rivero Serrano y Rodolfo Coeto Mota V
Con Jaime Litvak el Instituto adquiere una orientación más técnica, como se expresa en la creación de diferentes laboratorios, como los de paleobotánica, de química aplicada, de osteología, de genética y de cerámica. Con un tono decididamente paternalista promueve reuniones festivas en las que convivimos los investigadores con el personal administrativo y manual, generando lazos amistosos y un sentimiento de formar una comunidad. Esto a contracorriente con el ambiente sindical, pues eran los tiempos en que crecía el movimiento sindical universitario; de hecho, trabajadores manuales e investigadores formábamos parte del mismo sindicato.
quien corría para donde se suponía podía salir; pero el campus estaba rodeado de policías. Enrique Gudiño, trabajador, Adrián Valverde, estudiante de antropología, Juan José Rendón y yo, investigadores, nos subimos en mi vocho y avanzamos sobre el circuito escolar, pero unos metros más adelante nos encontramos de frente con los reflectores de un buldozer; en cuanto nos detuvimos nos sacaron violentamente del vocho, nos apalearon mientras corríamos a un autobús donde nos condujeron, momento que fue registrado por las cámaras de Televisa. Al llegar al cuartel de granaderos nos encontramos, en un cuarto terroso del cuartel de granaderos, en Balbuena, a los dirigentes, sentados en el suelo y con un gesto de derrota. Uno de los resultados del movimiento sindical de esos años fue la formación de los claustros de investigadores, el Colegio de Personal Académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas fue uno de ellos, y uno de los pocos que sobrevive actualmente.
Esta unidad comenzó a ser fracturada con la huelga de 1977, en la que la posición de rectoría era la de separar a trabajadores de académicos en dos sindicatos. En la asamblea sindical de la noche del 6 de julio la mesa directiva del Sindicato de Trabajadores de la unam fue apresada violentamente y conducida al cuartel de granaderos. En la madrugada del día 7 del mismo mes, un contingente de policías judiciales ingresó al campus para apresar a los sindicalistas que permanecían en las instalaciones universitarias. Esa noche estábamos de guardia varios trabajadores e investigadores; para entonces el Instituto se instalaba en un edificio que antes había sido el Instituto de Geología, frente a la alberca universitaria. En la madrugada nos llegó la información del apresamiento de la directiva sindical, poco después ingresaron los golpeadores de la judicial, lo que advertimos cuando varios de los huelguistas pasaban corriendo y avisándonos de su cercanía; se estaba produciendo el efecto cucaracha, sin duda, y cada VI
La construcción del edificio en el que actualmente trabajamos debe mucho a la buena relación que había entre Jaime Litvak y el entonces rector Guillermo Soberón; además, Litvak había establecido buenas relaciones con Televisa apoyando la realización de programas de difusión con investigadores del Instituto, incluso la persona encargada de coordinar estas actividades estaba instalada en uno de los cubículos. Esto propició la idea de que el edificio había sido costeado por Televisa, a lo que Litvak respondió con la placa que está a la entrada de las actuales instalaciones, en la que se subraya que la unam lo había construido. De hecho, Litvak estuvo muy atento en el diseño del edificio y de los cubículos, espaciosos y con las conexiones adecuadas para internet, lo cual le causó varios conflictos con los arquitectos encargados de la construcción. La comunidad de investigadores creció en 1979 cuando llegó un primer contingente procedente del Centro de Estudios Mayas, donde las historiadoras del arte establecieron líneas de investigación acordes con su formación profesional; llegaron entonces Julieta Aréchiga, María Montoliú y Carlos Serrano. Posteriormente, en 1985, otro contingente
de mayistas de incorporó al instituto, integrado por Lorenzo Ochoa, Ernesto Vargas, Gloria Jiménez y Ramón Arzápalo. Con esto se constituyó el grupo más grande de mayistas en México, aun cuando en ningún momento se intentó organizarse colectivamente como cuerpo académico, cada uno prosiguió con sus proyectos de investigación. Ese mismo año llegó un grupo de genetistas, quienes a causa de los estragos provocados por el sismo de septiembre, cuando se derrumbaron edificios del Centro Médico, encontraron refugio en nuestro instituto. Se incorporaron a la comunidad Leonor Buentello, Fabio Salamanca, Salvador Armendares y Carlos Zavala. El 10 de diciembre de 1984, el mismo año en que estrenamos el edificio, Maricarmen Serra impulsó y coordinó una pastorela en la que participamos la mayor parte de los investigadores como actores. Con un texto en rima preparado por Patricia Martel, cada uno memorizó su parte y eligió su indumentaria, adecuada al papel que le tocaba. Memorables fueron los atuendos de Salvador Armendares como diablo mayor y de Stanislav Iwaniszewski como rey mago; participaron también muchos niños, hijos del personal académico y administrativo. Humberto Arrieta tomó fotos e hizo un video de la representación.
Es posible reconocer que el sentido de comunidad se ha reducido paulatinamente en lo que va de este siglo xxi; por una parte está la política de investigación de Conacyt que acentúa los logros individuales de los investigadores, por la otra el poco interés que han tenido las diferentes autoridades del instituto que se han sucedido. El Colegio de Personal Académico mantiene su esfuerzo de reunir a la comunidad de investigadores y técnicos para conocer y analizar los problemas del instituto, y la organización de los congresos internos ha mostrado sus fortalezas y sus debilidades; los trabajos que se presentan permiten un primer diagnóstico del campo de conocimiento que cubrimos, así como también del interés por compartir nuestros logros con la comunidad. Así, no es circunstancial que en cada periodo de auscultación para proponer candidatos a la dirección se reactive el Colegio; sin embargo, esto no ha detenido el proceso de fragmentación que llega hasta nuestros días. No estaría mal un ejercicio de reflexión sobre nuestra situación colectiva como la realizada alguna vez, bajo la iniciativa de Maricarmen Serra durante su gestión como directora, cuando hicimos un balance crítico de nuestra situación con ánimo de fortalecernos como colectivo.
EFEMÉRIDES - El historiador y arqueólogo Luis Pericot García, nació en Gerona, España, el 2 de septiembre de 1899. - Ariodante Fabretti, arqueólogo y político italiano, nació en Perugia el 1° de octubre de 1816. - El antropólogo José Matos Mar nació en Coracora, Ayacucho, Perú, el 1° de noviembre de 1921. - Blas Taracena Aguirre, arqueólogo, nació en Soria, España, el 1° de diciembre de 1895. NOTICIAS - Linda Rosa Manzanilla Naim, investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas, recibió el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, Perú, el 1° de julio de 2019. - El xx Coloquio Internacional de Antropología Física Juan Comas, organizado por el iia, la amab y el inah, entre otras instituciones, se realizará en la ciudad de Aguascalientes del 20 al 25 de octubre de 2019.
DIRECTORIO
Rafael Pérez-Taylor Aldrete Director
Mario Alberto Castillo Hernández Secretario Académico
Alicia Cervantes Cruz Coordinadora de la Biblioteca Alicia A. Reyes Sánchez Recopilación de información, elaboración de artículos y composición Diseño • César Augusto Fernández Amaro Corrección de estilo • Adriana Incháustegui
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