Selecciones Diciembre

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S E L E C C I O N E S . C O M . A R

DICIEMBRE 2021 Chile $3.250 (Regiones XV, I, II, III XI y XII $3.350)

| E S T A M O S

-NAVIDAD-

S I E M P R E

MILAGROS FAMILIARES Las comidas navideñas en el mundo

| D I C I E M B R E

Vivir la alegría de la época, pese a todo El emotivo reencuentro con los rescatistas

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¿Cómo elevar su autoestima?

MASCOTAS Y CHICOS: EL MEJOR EQUIPO SRD-Tapa-DIC2021 CHI Ventas5.indd 2

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ESTE MES...

Artículos nota de portada

28 Historias familiares de Navidad Tres relatos reales que le llegarán al corazón.

psicología

74 ¿Cómo aumentar su autoestima? Todos nos sentimos menos de vez en cuando. Estos consejos pueden ayudarlo a animarse.

comida

38 Sabrosas delicias navideñas Comidas y bebidas tradicionales que se disfrutan cada diciembre en el mundo. drama de la vida real

50 Mil aguijonazos

La única forma de salvar a su amigo de las abejas asesinas era volver a meterse en el enjambre. salud

58 ¿Te conozco? A pesar de mi ceguera facial, he aprendido a manejarme en el mundo.

salud

80 Un diagnóstico desolador Cuando era joven superé el cáncer. Dos décadas mas tarde, me enfrenté un nuevo desafío. entretenimiento

88 El cubo más popular Ernö Rubik desarrolló uno de los juegos de ingenio más populares del mundo y aún aprende de él. viajes

94 Resurge Ciudad del Cabo La nueva generación posterior al apartheid está haciendo que la ciudad vibre con una nueva energía más creativa.

emoción

66 Reencuentro con los rescatistas Treinta y cinco años después de que dos pescadores rescataran a una niña, un podcast permitió el reencuentro.

sección de libros

102 Una época improbable para la Navidad ¿Cómo compartir, mis hijos y yo, la alegría de la fecha estando sumidos en una terrible tristeza? 12.2021 selecciones

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Departamentos 4 Mensaje editorial 14 Soy lo que como

Brócoli: no solo tengo olor. 18 Salud

Claves para evitar el gluten. 22 Noticias del mundo de la medicina 26 Mascotas

Con los chicos, sí.

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Favoritas de los lectores 7 Citas 10 La risa, remedio infalible 48 Gajes del oficio 78 Así es la vida 118 Cosas de chicos 120 Complete la frase 121 El remate de la foto 122 Juegos mentales 124 Trivia 125 Vocabulario 127 Sudoku 128 La última risa

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MENSAJE

EDITORIAL

Alegres aires navideños

L

legamos al final de un año diferente (el año pasado también lo fue). Pero lo que nunca cambia son algunas tradiciones. Cuando se acerca el final de diciembre, se siente en el aire la llegada de las fiestas. Cada familia tiene sus maneras de festejar, las charlas sobre con quién y dónde se van a celebrar la Navidad y el fin de año son un clásico. Y en estas ideas y vueltas, surgen historias entrañables, de esas que vale la pena recordar. Es teniendo eso en mente que, por segundo año consecutivo, compartimos nuevos relatos navideños que hablan de situaciones familiares, y que van a llegarle al corazón. Además, para continuar con el clima navideño le contamos qué se come y qué se bebe en las mesas del mundo. Una manera de viajar por lugares como Francia, Australia o

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Finlandia, y echar un vistazo a las preparaciones para estos momentos tan especiales. En la Sección de libros publicamos un artículo histórico que lleva a reflexionar: ¿es posible compartir la alegría de estas fechas cuando se está transitando una terrible tristeza? Volviendo a los relatos de cada mes, no se pierda la historia emotiva de la niña que se reencuentra con los rescatistas que la salvaron de morir ahogada en el medio del mar, 35 años después. ¿Tiene baja su autoestima? Especialistas le brindan consejos para elevarla. Por último, resolver un cubo mágico no es algo tan sencillo, pero cada vez hay más fanáticos que lo arman en tiempos sorprendentes. Entrevistamos al creador de esta genialidad, quien nos cuenta qué lo motivó y cómo le cambió la vida. Por último, estamos cerrando la celebración de nuestros 80 años de vida y no queríamos dejar de agradecer su compañía durante todos estas décadas. Gracias y por muchos años más. Los editores



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fotos:, de izquierda a derecha: Bonnie Biess/Getty Images; Cindy Ord/Getty Images; Amanda Edwards/Getty Images

CITAS CITABLES Ubícate en el centro de las cosas, porque ahí es donde sucede la sanación. Ahí es donde se da el diálogo. Ahí es donde se gestan los cambios. —Tyler Perry, cineasta

Me encanta viajar, ir al teatro, salir a restaurantes y abrazar a mis amistades, pero después del último año sé que a veces está bien, realmente bien, estar en calma. —Angela Bassett, actriz

Un amigo mío acaba de ponerle mi nombre a su gallina. Ya no necesito una beca MacArthur o el Pulitzer, ¿verdad? —Susan Orlean, periodista y escritora

No necesitas tener mucho dinero para llevar una vida de riqueza. Para mí, tomarte el tiempo de preparar la comida y disfrutarla en la mesa con tus seres queridos es la mejor forma de lograrlo. —Rachael Ray, presentadora de televisión

Un regalo —ya sea un paquete, una palabra amable o una tarea hecha con gran cuidado y cariño— no necesita explicación. —Alice Childress, dramaturga

ray

perry

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LA RISA ’

“He visto muchos cursos de entrenamiento para la supervivencia, pero este es uno de los más difíciles”. Mi esposo es tan bueno para las reparaciones domésticas que tienen una zona especialmente reservada para él en la sala de urgencias. —@ThisOneSayz

Es como ser un globo lleno de helio después de un día: ya no estás en el cielo, pero tampoco estás en el suelo”. —Noel Fielding, comediante

“¿Sabes qué se siente tener más de 40 años?

Un vendedor decide ir a visitar a uno de sus

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clientes. Sin embargo, al llegar a la oficina solo encuentra a un sabueso vaciando los cestos de basura. —Terminaré en unos minutos —anuncia el can. —¡Esto es increíble! —exclama el

ILUSTRACIÓN: RALph hAgeN/CARTooNSToCk.Com

REMEDIO infalible


ILUSTRACIÓN: Ralph Hagen/Cartoonstock.com

vendedor— ¿Acaso sabe tu dueño el gran tesoro que tiene en ti? ¡Eres un animal que habla! Alarmado, el sabueso deja caer el cubo de basura. —¡Por favor, no le diga! —suplica— Si mi dueño se entera de que puedo hablar, ¡también me obligará a contestar el teléfono! —benefitspro.com No hay nada como abrir obsequios navideños que dicen: “De mamá y papá” y saber que papá se sorprenderá tanto como tú al ver lo que hay dentro. —@kelllicopter Cierta noche, durante una cena familiar, el hijo inquiere: —Oye, papá, ¿es

bueno comer insectos? —¡Qué desagradable! —exclama el padre—. Ya conoces las reglas: no hablamos de esas cosas mientras comemos.Un rato después, el papá le pregunta: —Ahora sí, dime, ¿qué querías saber? —No importa, papá —contesta el pequeño—. Había un insecto en tu sopa, pero ya te lo comiste. El invierno soy solo yo, preguntándole a mi cuerpo: “¿Estás enfermo?”, y mi cuerpo respondiendo: “¡Tal vez!”. —@JPBRAMMER Hemos preparado una reunión de 10 personas en mi piso y calculando la distancia de seguridad: 2 tienen que

caerse por el balcón, uno cenará en el ascensor y otro tendrá que irse a casa de la vecina. —@businessinsider.es Todos los libros sobre bebés explican que ellos necesitan comer cada cuatro horas, pero lo que no dicen es que este comportamiento continúa hasta que son adultos y, finalmente, se van de casa. —@momTruthBomb El profesor le dice al estudiante después de corregirle la tarea: —Tu trabajo me ha conmovido. El estudiante, sorprendido, le pregunta: —¿Y eso por qué? El profesor le dice: —Porque me dio mucha pena.

Los funcionarios del ayuntamiento entrevistaban a un aspirante al puesto de administrador de la ciudad. . Uno de los concejales le preguntó al candidato cuánto era dos más dos. El aspirante se puso de pie de un salto, abrió la puerta y se asomó al pasillo. Luego cerró las persianas de todas las ventanas, regresó al escritorio y susurró: —¿Cuánto quiere que sea? Lo contrataron en el acto. —George Wacker, agosto de 1996

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Soy el brócoli…

No solo tengo olor Kate Lowenstein y Daniel Gritzer

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foto: vasiliki/getty images

SOY LO QUE COMO

n marzo de 1990, el presidente de los Estados Unidos, George H. W. Bush, reveló a un periodista que me detestaba tanto que incluso prohibió mi entrada en el Air Force One. Algunas semanas después, la United Fresh Fruit and Vegetable Association envió a la Casa Blanca tres cajas de mí junto con un ramo de mis floretes como respuesta. Los paquetes, que contenían cerca de nueve kilos de brócoli, más tarde fueron donados a bancos de alimentos locales. Este envío especial incluía además “unas cuantas recetas nuevas” con la esperanza de que el presidente cambiara de opinión sobre mí. No lo hizo. Desde entonces he sido “una verdura política”, como me definió un periodista, representando el papel metafórico de “lo que el pueblo no quiere” en discursos del Partido Republicano sobre la atención médica asequible y otros temas. Barack Obama selló mi destino del lado izquierdo del plato al llamarme su verdura favorita en 2013. Pero lo cierto es que, a pesar de las diversas quejas, al parecer me comen bastante. Soy la décima verdura más consumida en los Estados Unidos; en 2020, el consumo promedio fue de casi dos kilos por persona. La verdad es que “yo” soy más bien un “nosotras”. Pertenezco a la misma especie que la coliflor, los repollitos de Bruselas, el repollo, el brócoli


foto: dan roberts/tmb studios

chino y el colinabo. Imagine que somos perros: un gran danés y un chihuahua son el mismo animal, pero cada uno tiene características únicas. Lo mismo ocurre con nosotras, las Brassica oleraceas. Nuestras variantes son fruto de la cría selectiva en la que se cultivan ejemplares que acentúan las diferentes cualidades de la planta, del mismo modo que un bulldog fue criado para tener más piel arrugada y un galgo para ser más delgado y ágil. El brócoli se selecciona por su tallo y botones florales. Todas esas bolitas verdes son diminutos capullos listos para convertirse en flores. La gruesa base es el tallo de la planta, el cual es suave y pulposo por dentro, firme y resistente por fuera. Si se cultiva la misma planta, pero solo se toma el brote de hojas grandes de la parte superior, se obtiene la col. Al cultivar los ejemplares con hojas más delgadas se consigue el kale o berza. En cambio, si se eligen solo aquellos con pronunciados brotes laterales se obtienen las coles de Bruselas, que se extienden como pequeños repollos a lo largo del tallo. Si se escogen las plantas de tallos más carnosos y jugosos, nace el colinabo. El olor a azufre (que, aunque todas lo tenemos, es más intenso en el repollo y los repollitos de Bruselas) se debe a una serie de compuestos químicos llamados glucosinolatos.

BRÓCOLI ASADO A LA PARMESANA Precaliente el horno a 220 grados C. Pele los tallos de dos brócolis de 250 gramos c/u. Corte las verduras completas en cuatro partes. Vierta 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y espolvoree con sal, pimienta negra y pimiento rojo a gusto. Coloque en una bandeja para hornear cubierta con papel encerado y ase hasta que quede crujiente (de 10 a 12 minutos). Aparte, corte en rodajas finas 4 dientes de ajo medianos y mézclelos con 1 cucharadita de aceite de oliva. Recubra el brócoli con la mezcla y ase hasta que los bordes de los ajos comiencen a dorarse (alrededor de 5 minutos). Esparza encima 2 cucharadas de queso parmesano rallado y ase hasta que se derrita y los tallos estén tiernos (de 2 a 4 minutos). Revuelva todo con una cucharadita de cáscara de limón rallada y sirva. 12.2021 selecciones

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Se cree que protegen contra el cáncer y enfermedades inflamatorias, pero como contienen azufre también producen ese clásico olor a gases que me ha convertido en objeto de tantas bromas políticas. Los glucosinolatos

CUANTO MÁS DAÑO CELULAR SE PRODUCE, MAYOR ES LA INTENSIDAD DEL HEDOR. son parte de mi mecanismo de defensa natural. No desprenden ningún olor desagradable si no me molestan, pero cuando se dañan mis células, se rompen y liberan el característico olor que tantos rechazan. Cuanto más daño celular se produce, mayor es la intensidad del hedor. Así que entre más me corten, más olores desprenderé. Lo mismo sucede si me cocinan a fuego bajo durante mucho tiempo. La clave para

evitarlo es la cocción rápida: sumérjame en agua hirviendo, áseme a fuego alto (a más de 230 grados C) o tuésteme directamente sobre las brasas. Las altas temperaturas frenan el proceso de conversión de los glucosinolatos en aromas penetrantes, con lo que se reducen las apestosas consecuencias. Un último consejo a la hora de cocinarme: ¡no deseche mi tallo! Puede que su corteza sea dura, pero con unos cortes o al pelar la capa externa, es delicioso. Crujiente, fresco y de sabor suave, puede agregarlo crudo a cualquier ensalada. Córtelo en trozos del tamaño de mis floretes para no desperdiciar ni una sola parte de mí. Porque, aunque puede ser cierto que soy una verdura política, tanto el lado izquierdo como el derecho pueden concordar en que debemos aprovechar al máximo lo que tenemos. Kate Lowenstein es periodista de salud y editora en jefe de Vice. Daniel Gritzer es director culinario de Serious Eats.

¿De veras? Mi esposo aguardaba con ansia el momento en que presenciaría el nacimiento de nuestro primer heredero, sobre todo para anunciar si era niño o niña. Cuando por fin se encontró conmigo en la sala de partos, se mostró nervioso, intrigado, orgulloso y emocionado. Supongo que fueron demasiados los sentimientos que lo embargaron, porque cuando finalmente nació el bebé, anunció con entusiasmo: "¡Es un bebé, es un bebé!". Tuvimos una hermosa hija. j.s, julio de 1992

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CUERPO & MENTE Alimentos a evitar si no puede ingerir gluten.

Fuentes inesperadas de gluten Alison Wilkinson

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personas con sensibilidad al gluten no celíaca o con alergia al trigo también pueden beneficiarse de una dieta libre de gluten. Si va a dejar de consumirlo, ya sabrá que debe evitar el trigo, pero hay más alimentos que es mejor no comer.

Centeno Aunque solemos asociar al gluten con el trigo, es solo uno de los muchos granos que lo contienen. Que un envase diga “libre de trigo” no necesariamente significa que no contenga gluten. Lo mejor es evitar el pan y las galletas de centeno y optar por pan sin gluten o galletas a base de arroz.

foto: ©getty images

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n la última década, todos hemos oído sobre un villano alimenticio llamado gluten. Esta familia de proteínas presente en varios tipos de granos es generalmente inofensiva. Para algunos, sin embargo, los alimentos con gluten pueden resultar difíciles de digerir, lo que ocasiona problemas que van desde diarrea e inflamación estomacal hasta ansiedad y fatiga. Las personas con enfermedad celíaca deben evitar el gluten por completo, ya que su consumo prolongado daña las células del intestino delgado a consecuencia de la respuesta inmunitaria que provoca. Las


Cebada

Avena

Al igual que el centeno y el trigo, la cebada es uno de los granos más comunes que contienen gluten. Por lo tanto, la cebada perlada —ingrediente muy popular en las sopas— está prohibida en las dietas sin gluten, de modo que es mejor optar por arroz. Los productos a base de malta, entre los que probablemente figura su cerveza favorita, también quedan prohibidos.

Técnicamente, la avena es un cereal sin gluten, pero suele contenerlo a causa de la contaminación cruzada. Según Coeliac UK, muchos tipos de avena se producen en las mismas fábricas donde se procesa trigo, cebada y centeno. Le sugerimos optar por una variedad certificada sin gluten.

Cerveza Al estar elaboradas con malta de cebada o trigo, la mayoría contiene gluten. Por suerte para los amantes de la cerveza, cada vez hay más alternativas sin gluten hechas a base de maíz o arroz. Sin embargo, hay que ser cuidadosos con las cervezas “sin gluten”: el Centro Médico de Enfermedades Celíacas de la Universidad de Chicago recomienda no tomar esta bebida si se está intentado evitar el gluten ya que aún no es posible valorar la eficacia del proceso que se usa para extraerlo.

Extracto de malta Como el maíz y el arroz están permitidos en las dietas sin gluten, es lógico pensar que los cereales a base de maíz y arroz son alimentos seguros, pero no es necesariamente cierto. Muchos cereales contienen extracto de malta, fuente de gluten. A pesar de que algunas marcas de copos de cereales de maíz no son seguras, hay opciones saludables sin gluten a las que recurrir.

Salsa de soja Hecho de pescado y arroz, el sushi suena como una opción segura. Y la es, siempre y cuando no le añada ningún condimento. La salsa de soja contiene trigo y, por ende, gluten. Dicha salsa no solo se utiliza para condimentar el sushi, también está presente en alimentos congelados, aliños para ensaladas y adobos. Por suerte, existe una alternativa libre de gluten llamada tamari: su sabor es casi idéntico y no contiene trigo.

Seitán Esta alternativa a la carne conocida como “carne de trigo” también contiene gluten. Si busca una fuente de proteínas sin carne, el tofu es una excelente opción, sin gluten.

Salsas No todas las salsas contienen gluten, pero muchas a base de crema sí, ya que se espesan con harina. Si quiere hacer salsas sin gluten en casa, puedes sustituir la harina de trigo por la mitad de la cantidad de almidón de maíz o harina de maíz. 12.2021 selecciones

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Proteínas todoterreno

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as proteínas son moléculas que sirven para que el organismo funcione de manera correcta. Desempeñan diversas funciones y son esenciales para la estructura, función y regulación de los tejidos y órganos del cuerpo. Cada proteína está formada por unidades más pequeñas llamadas aminoácidos, que se unen entre sí en largas cadenas. Existen unos 20 tipos diferentes de aminoácidos que se pueden combinar para formar una proteína. La secuencia de aminoácidos determina la estructura de cada proteína y su función específica. Se estima que el cuerpo necesita alrededor de un gramo de proteína por cada kilo de peso corporal, por día. Es decir que una persona que pesa 75

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De origen animal Las proteínas de origen animal pueden encontrarse en el pollo, pavo, atún, salmón, cerdo, huevo, leche, yogur tipo griego y algunos quesos.

De origen vegetal Las de origen vegetal se hallan en el brócoli, palta, tofu, avena, quinoa, crema de maní, garbanzos, arroz integral, lentejas y almendras. Lo ideal es tener una dieta equilibrada y saludable, sin excesos. Los médicos recomiendan ingerir al menos 5 raciones de frutas y verduras al día, cereales enteros, hacer ejercicio, y no fumar, ni beber alcohol en exceso.

foto: shutterstock

SALUD

kilogramos debe consumir 60 gramos de proteína diarios. Cuando se llega a los 40 años, el cuerpo empieza a perder masa muscular y es por ello que la proteína cumple un papel importante. La proteína puede ser vegetal o animal y se obtiene de los alimentos. La proteína animal tiene una calidad nutricional más alta, ya que posee aminoácidos esenciales para ser considerada una proteína de alto valor biológico. Por su parte, las vegetales contienen otros nutrientes como fibra, antioxidantes, grasas buenas, vitaminas y minerales, por eso se recomienda incluir las dos clases de proteína en la dieta diaria.



Noticias del

MUNDO DE LA MEDICINA

trabajar las piernas, los brazos y los músculos abdominales de forma simultánea. Según un estudio publicado en la revista estadounidense Medicine & Science in Sports & Exercise, también refuerza la salud cardiovascular y protege el corazón. Otros de los beneficios asociados a esta práctica son las mejoras en coordinación y equilibrio, lo que se traduce en menos caídas, y el aumento de la densidad ósea, que previene la osteoporosis. No obstante, después del salto las piernas absorben un gran impacto; por eso, le recomendamos aumentar la duración de las sesiones gradualmente y utilizar calzado con plantillas amortiguadoras para evitar lesiones.

Saltar por su forma física Saltar la cuerda es una forma de ejercicio que puede hacerse en casa y que ha adquirido popularidad en la población adulta desde el inicio del confinamiento por la pandemia. Distintas investigaciones han demostrado que fortalece todo el cuerpo al

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Para mucha gente con trastornos mentales graves, tener un perro o un gato puede calmar la depresión, la ansiedad y la sensación de soledad de forma significativa, según un estudio sobre las ventajas de los animales para el apoyo emocional. Aunque estos animales no están entrenados para realizar actividades distintas a las de cualquier otra mascota, adquieren una importancia terapéutica entre aquellas personas con problemas de salud psicológica. Durante una investigación llevada a cabo en Ohio, Estados Unidos, varios pacientes adoptaron un perro o un gato de un refugio y, de media,

foto: tHe VooRHes

Animales y apoyo emocional


Cuide la forma en la que deja de fumar

presentaron mejoras al cabo de doce meses. Dependiendo de donde viva, tal vez pueda lograr un certificado de soporte emocional para su mascota, lo que puede traducirse en permisos para acceder a las cabinas de los aviones y a lugares en los que no se aceptan mascotas.

foto: ©getty images X2

Consumo excesivo de cafeína y riesgo de glaucoma Si tiene antecedentes familiares de glaucoma, una de las principales causas de pérdida de la visión, tal vez le convenga moderar su consumo de cafeína, según un estudio publicado en la revista Ophthalmology. En un grupo de personas con riesgo genético elevado de padecer glaucoma, beber más de tres tazas de café al día (o el aporte equivalente de cafeína de otras fuentes, como infusiones o bebidas energizantes) elevó en un 200 por ciento la probabilidad de desarrollar la enfermedad en comparación con la práctica de evitar la cafeína.

Aunque los expertos médicos prefieren el uso de parches de nicotina o medicamentos, los cigarrillos electrónicos han ayudado a algunas personas a dejar de fumar. Si opta por esta estrategia, tenga presente que el uso simultáneo de tabaco tradicional y cigarrillos electrónicos eleva el riesgo de problemas respiratorios. Durante un año, participantes de un estudio en distintas zonas de los Estados Unidos que solían fumar tabaco y cigarrillos electrónicos, presentaron mayor riesgo de desarrollar problemas respiratorios en comparación con las personas que solo usaban una de esas dos opciones. Los investigadores recomendaron abandonar por completo el tabaco convencional y fumar solo cigarrillos electrónicos, con la idea de dejarlo también. Aunque los cigarrillos electrónicos son menos dañinos que los tradicionales, elevan también el riesgo de sufrir problemas graves, como infartos de miocardio y lesiones pulmonares.

Estrés y canas No es un mito: el estrés puede realmente sacarle


Cura contra el hipo HiccAway, una pajita rígida en forma de “L” con una válvula de presión en el extremo inferior está

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diseñada para que el usuario succione con más fuerza que al utilizar una pajita convencional. Esto desactiva dos de los nervios asociados al hipo y activa el diafragma y la epiglotis, lo que suele ayudar a frenar los espasmos. Un grupo de científicos del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio desarrolló esta pajita y la probó en 249 voluntarios. Detuvo el hipo en casi el 92 por ciento.

Prevenir diabetes con fruta Consumir dos porciones de fruta al día bastó para disminuir en un 36 por ciento el riesgo de desarrollar diabetes durante un estudio australiano de cinco años, comparado con consumir media porción. El jugo no surtió el mismo efecto en los 7.675 participantes, tal vez porque contiene más azúcares y menos fibra.

Ruido nocturno y sueño Según una revisión de expertos alemanes y publicada en la revista Nature Reviews Cardiology, el ruido nocturno de aviones, trenes y coches afecta la calidad del sueño, las concentraciones de hormonas del estrés y el estrés oxidativo, lo que produce daño celular y promueve la disfunción vascular, la inflamación y la hipertensión. Es importante tratar de reducir el ruido con doble ventana.

foto: CoRtesÍa De HiCCaWay

canas. La relajación en ocasiones puede ejercer el efecto contrario, al menos de forma temporal. Mediante un análisis de imágenes detalladas del cabello de catorce voluntarios, un grupo internacional de investigadores logró cuantificar sutiles cambios de color a lo largo del tiempo. Los participantes llevaron un diario de estrés, lo que permitió comprobar el nexo entre los segmentos más grises y los períodos de estrés elevado. Para sorpresa de muchos, los científicos también notaron que algunos cabellos volvían a crecer en su color original cuando disminuía la tensión, durante unas vacaciones, por ejemplo. Sin embargo, la edad sigue jugando un papel predominante en las canas. En la década de los cuarenta, cuando el pelo se encuentra en el umbral del cambio de color, llevar un estilo de vida estresante puede propiciar la aparición de canas de forma prematura. El equipo de investigación no cree que el estrés excesivo afecte el pelo de los veinteañeros ni que reducirlo pueda producir cambios en personas mayores que tienen ya canas.



MASCOTAS

Mascotas y niños: un buen equipo Cuidar a un animal enseña a los niños a desarrollar responsabilidad y empatía. Katrina Warren veterinaria


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uando se trata de niños, las mascotas pueden desempeñar un rol significativo en la tarea de enseñar a nuestros hijos y nietos responsabilidad y contribuir al desarrollo de habilidades afectivas. Las investigaciones señalan que los niños que tienen mascotas muestran una actitud más positiva, mayor autoestima y más empatía. Aunque cualquier mascota ofrece beneficios, los perros, en particular, cuentan con la ventaja adicional de animar a los niños a hacer ejercicio.

Vínculos de amistad Los niños llaman a sus mascotas “sus mejores amigos” y suelen confiarles sus secretos porque las mascotas no se enfadan ni juzgan. Las mascotas son leales, cariñosas y pueden convertirse en un hombro sobre el que aliviar penas, tranquilizador y reconfortante.

foto: ©getty images

Seguridad Los animales ayudan a los niños a aprender empatía y respeto, además de favorecer la adquisición de habilidades afectivas y sociales. Los sentimientos respecto a las mascotas pueden elevar su autoestima y ayudarles a desarrollar formas no verbales de comunicación. Los niños disfrutan al leer en voz alta para sus mascotas, lo que les ayuda a ganar confianza y mejorar sus habilidades.

Responsabilidad Cuidar a una mascota enseña a los más pequeños la responsabilidad de amar a otro ser vivo, además de la importancia de adquirir rutinas. Según la edad del niño y el tipo de animal, pueden encargarse de tareas como alimentarlos y asearlos y, cuando se trata de perros, pasearlos.

Alentar la actividad Jugar de forma segura con las mascotas o sacar a pasear al perro anima a los niños a alejarse de la tecnología y a estar en movimiento al aire libre.

Posibilidad de reducir alergias En los últimos años diferentes investigaciones señalan que tal vez la presencia de gatos y perros en el hogar durante los primeros años de vida podría “aclimatar” el sistema inmune en desarrollo de los niños y lograr que sean menos sensibles a los alérgenos al crecer.

Lecciones de vida Los niños suelen vivir sus primeras experiencias relacionadas con nacimientos, muertes y procesos de duelo a través de sus mascotas, que pueden ayudar a reforzar la importancia de cuidar la salud de los seres vivos. 12.2021 selecciones

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Historias

familiares de

Navidad

Por segundo año, compartimos estas anécdotas inolvidables. Una lista de deseos que llegó a Papá Noel. La inquietante premonición de una madre. Una improbable Navidad lejos de su propio país. Tres historias reales que le llegarán al corazón.

fotografía: ©getty images

Juguetes sin fronteras El hombre que encontró la lista de deseos para Papá Noel de una niña que había cruzado fronteras. Amy Wang de the Washington Post

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n punto rojo llamó la atención de Randy Heiss el 16 de diciembre de 2018. Estaba caminando por la remota extensión de tierra detrás de su rancho en Patagonia, Arizona, Estados Unidos, un pueblo cerca de la frontera con México, cuando vio sobre la hierba un globo o lo que parecían restos de uno. Heiss se acercó con su perro, Feliz, pensando en tirar los restos a la basura. Fue entonces cuando notó que pegado a la cuerda del globo había 12.2021 selecciones

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30 selecciones 12.2021

DURANTE AÑOS, LA NIÑA HABÍA ENVIADO UNA CARTA A PAPÁ NOEL EN UN GLOBO. acabara el tiempo antes de que llegara la Navidad. Entonces, el 19 de diciembre de 2018, decidió enviar un mensaje privado por Facebook a Radio XENY, una emisora con sede en Nogales. Para su sorpresa alguien de la emisora lo llamó enseguida. La mujer de Heiss le explicó la situación al

foto: Yasu+Junko

un trozo de papel. En un lado ponía “Dayami” con letra infantil, junto al dibujo de un lazo. Heiss le dio la vuelta al papel. Era una lista numerada, todo en español. “Mi español no es muy bueno, pero me di cuenta de que era una lista de Navidad”, dijo. Sospechaba que un niño había tratado de enviar a Papá Noel su lista de deseos navideños en globo, algo que solía hacer él mismo cuando era niño. A él nunca le habían devuelto las cartas que había enviado por el aire pero se preguntó si podría encontrar a la niña que había escrito la carta. Sabía que sería difícil, pero tenía algunas pistas. Cerca de 32 kilómetros al suroeste, justo al otro lado de la frontera, estaba la ciudad de Nogales, en México, con una población cercana al cuarto de millón de habitantes. “Basándome en la dirección del viento, estaba bastante seguro de que era de allí de dónde venía”, dijo. Llevó la nota a casa, a su mujer, que habla español con fluidez y le ayudó a traducir la lista. Los dos determinaron que Dayami, probablemente una niña, había pedido una muñeca y una casa de muñecas Enchantimals así como ropa y manualidades, entre otras cosas. Heiss publicó una reseña en Facebook, adjuntando fotos y esperando que algún conocido en Nogales pudiera conocer a la familia de la niña. Pasaron unos días y no obtuvo ninguna pista. Le preocupaba que se


presentador de Radio XENY Cesar Barron, que habló sobre la búsqueda de Dayami en el programa y lo publicó en el perfil de Facebook de la emisora. A la mañana siguiente, Heiss se despertó con otro mensaje de Radio XENY: habían localizado a Dayami, una niña de ocho años, y a su familia, en Nogales. ¿Estarían dispuestos a reunirse en la emisora de radio? “Mi agenda cambió ese día”, afirmó Heiss. En vez de irse a la oficina, se fue de compras con su mujer. Compraron casi todo lo que Dayami había pedido en la lista, excepto la casa de muñecas (estaba agotada). Compraron más juguetes, ya que se habían enterado de que Dayami tenía una hermana pequeña, Ximena, de cuatro años. Después, manejaron durante 45 minutos y cruzaron la frontera hacia Nogales. Llegaron a las oficinas de Radio XENY con un montón de regalos hasta que conocieron a las dos emocionadas niñas. Sus padres les contaron que Dayami llevaba años escribiendo cartas a Papá Noel y enviándoselas en globo, pero que era la primera vez que alguien la había encontrado. “Abrieron los ojos de par en par asombradas”, dijo Heiss al describir la reacción de las dos hermanas. “Pero cómo…, ‘¡Oh, Dios mío la ha recibido!’” Como según sus padres, las niñas aún creían en Papá Noel, Heiss y su mujer se hicieron pasar por sus “ayudantes” y mantener la magia. “Fue una experiencia preciosa”, dijo

Heiss. Hizo una pausa. “Bastante sanadora para nosotros”, añadió. Hacía diez años, Heiss, de 61 años, y su mujer habían perdido a su único hijo. No tienen nietos. “Nunca hemos podido celebrar la Navidad rodeados de niños”, dijo. “Ha sido una ausencia en nuestras navidades”. Desde entonces, ha reflexionado sobre lo que fue encontrar el globo y localizar a Dayami y su familia. “Ahora tenemos amigos de por vida”, dijo Heiss. “Y, por un día, la valla fronteriza con su alambre de concertina se esfumó”. Luis Velarde contribuyó a este reportaje. DEl WASHINGTON POST (21 DE DICIEMBRE DE 2018), COPYRIGHT © 2018 POR WASHINGTON POST, WASHINGTONPOST.COM.

La mujer del abrigo rojo Cuando mi madre murió, pensé que nunca volvería a disfrutar de la Navidad, hasta que mi padre empezó a salir con una mujer con un vínculo sorprendente. Jessica Pearce Rotondi a Navidad en mi casa significaba ramas frescas de pino alrededor de la baranda de las escaleras con lazos de terciopelo, velas en las ventanas, y cenas

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para 20 comensales cocinadas por mi madre. Ella creció como la única chica de cuatro hermanos, así que cuando tuvo su propia casa para decorarla a su gusto y dos hijas para vestirlas, no se contuvo. La Navidad era un ritual que duraba un mes y que esperábamos todo el año, haciendo recados con nuestros abrigos rojos a juego. El día de Navidad abríamos la puerta principal cubierta de guirnaldas para dar la bienvenida a primos, tías y tíos. A lo largo de los años, la mesa del comedor heredada de casa de mi

“BLANCA NAVIDAD” ERA EL SONIDO MÁS CERCANO A LA VOZ DE MI MADRE. padre donde vivían trece hermanos se fue ajustando conforme la familia iba incorporando nuevos miembros como novios/novias, maridos, mujeres y niños, todos alrededor de la mesa cuando mi madre nos reunía para celebrar la Navidad. Siempre di por sentado que algún día mis propios hijos se reunirían en esa misma mesa y disfrutarían de las tradiciones. Pero la vida tenía otros planes para mí. Mi madre descubrió que tenía un tumor el día de mi vigesimoprimer cumpleaños. Tenía solo 53 años.

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Murió tres años más tarde, el 29 de octubre de 2009. Yo aún no había cumplido los 24. Tres años después de su muerte, hice mi peregrinación anual al norte desde la ciudad de Nueva York a mi casa de la infancia a las afueras de Boston para pasar la Navidad con mi padre y hermana. Todos intentamos poner cara de valientes, pero no podía soportar ver las ventanas desnudas o sin velas. Visualicé a mi madre en mi interior y subí hasta la buhardilla para buscar adornos de Navidad. Desde la ventana, la luz de la luna sobre la nieve en el exterior hacía que los árboles tuvieran un aspecto precioso. Mis padres habían construido la casa en un antiguo vivero de árboles de Navidad. “¿No es maravilloso estar rodeado de Navidad todo el año?”, bromeaba mi madre. Ahora sus palabras parecían más un recordatorio de lo que una vez tuvimos. Mi padre quería poner la casa en venta en verano. Arriba en la buhardilla, me dirigí hacia una caja con un cartel prometedor que decía “Navidad”. Cuando aparté a un lado las hebras de arándanos de madera, me llamó la atención un sobre amarillento. La dirección del remitente era una famosa editorial de Boston. Mi madre había sido redactora antes de que yo naciera, pero había dejado su sueño de ser escritora cuando tuvo a sus hijos, o al menos eso creía yo. En el interior había un manuscrito nunca publicado de un libro infantil,


foto: Mackenzie Williams

Leí el libro de mi madre bajo la bombilla desnuda de la buhardilla, rodeada de sus cosas, y me pregunté qué le había llevado a escribirlo. Estaba a años de su propio diagnóstico en ese momento. ¿Podría ser que en su fuero interno ya lo supiera? ¿Lo inspiraría la pérdida de su hermano, cuya identificación llegó desde Vietnam en Navidad el año anterior a mi nacimiento? Ella ya no estaba allí para poder preguntarle. En nuestras vidas no había madrastra, nadie malvado ni nada parecido. Guardé el manuscrito y lo dejé a un lado, localicé los adornos que había subido a buscar, y me olvidé del libro de mamá en la locura fechado el 10 de febrero de 1993. Hice de la mudanza de ese verano. Sin la casa, que había sido el pilar las cuentas rápidamente: yo tenía donde se sustentaban todos los resiete años, mi hermana cuatro. El manuscrito se titulaba La ma- cuerdos, me aparté de todas las tradrastra malvada (Quién no lo era). Es diciones navideñas. Incluso empecé a la historia de una niña que pierde a evitar el color rojo. Sobre todo, evité su madre a causa del cáncer. Su padre la música navideña. Compraba por Inse vuelve a casar pronto, y en Navidad, ternet para asegurarme de que ningún la niña vuelve a casa y encuentra a su villancico me tomara desprevenida. Eso cambió en diciembre de 2017. madrastra llorando con un adorno en las manos: una estrella con la fotogra- Mi padre me dijo que estaba saliendo fía de una mujer. La madrastra revela con alguien. ¿Podría presentárnosla que ella también perdió a su madre, en Navidad? “Por supuesto”, dije, aturdida pero y siempre la echaba de menos, espefeliz. cialmente en Navidad. 12.2021 selecciones

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madrastra con sus abrigos rojos.

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coPyright © 2020 Por Jessica Pearce rotondi. autora de What We inherit: a secret War and a family’s search for ansWers .

foto: cortesía de Jessica Pearce rotondi

Llegamos a casa, y fui a mi habitaNos abrazamos con timidez cuando nos conocimos por primera vez. En- ción para calmarme. Alguien llamó a seguida nos hizo reír a mi padre y a la puerta: la novia de mi padre. “¿Puedo entrar?” mí. La cosa iba tan bien que fuimos “Claro.” de compras. Fue entonces cuando Me dijo que la Navidad también comenzó a sonar la canción “White Christmas” en los altavoces de la era difícil para ella. Que había sido cuidadora de su madre, cada vez más tienda. Me quedé helada. Era lo que mi madre me cantaba apartada de la realidad por padecer cuando era niña para que me dur- Alzheimer. “¿Ves este abrigo?”, me preguntó, remiera; escuchar la canción era el sonido más cercano a su voz en la firiéndose al abrigo rojo que le había tierra. Los pendientes que tenía en celebrado antes. “Era de mi madre. Tu las manos se difuminaron ante mis padre dice que tu madre también teojos cuando las lágrimas cayeron por nía un abrigo rojo. ¿Tal vez podemos mi cara. Escuchar aquello me morti- llevarlos juntas en algún momento?” Me dio un pequeño paquete. Desficaba, y a mi padre también. Dejé los pendientes y corrí hasta el auto, espe- envolví el papel de seda y descubrí rando que la novia de mi padre no se los pendientes que había visto en la tienda. Recordé la escena de hacía percatara. mucho tiempo del libro de mi madre, y abracé a esa mujer que hacía feliz a mi padre, que nos estaba ofreciendo una segunda oportunidad en Navidad. Un año más tarde, mi hermana y yo fuimos damas de honor en la boda de mi padre. Luego celebré mi primera Navidad en Nueva York y lo decoré todo con antiguos y nuevos adornos antes de contemplar las luces navideñas de la ciudad. Mi madrastra y yo caminamos del brazo por Broadway Avenue con los abrigos rojos de nuesLa autora (segunda tras madres, recuerdos preciosos de por la derecha) y su las mujeres con estilo que nos criaron.


SU NUEVA AMIGA LE CONTÓ SOBRE LAS TRADICIONES DE ESTAS FIESTAS.

Su primera Navidad fotografía: ©getty images

Lejos de casa, un recién llegado encuentra calidez y alegría entre extraños. Paul Robert

F

ue un día a mediados de diciembre de 2015 cuando Froghuddin Sayedy, de 18 años, al dar la vuelta a la esquina en dirección a Roncalliplatz, la plaza frente a la catedral de Colonia se detuvo asombrado, no por la vista

abrumadora de la catedral más grande de Alemania; la había visto antes, sino porque había un enorme árbol, quizás de 25 metros de altura. ¿Cómo podía haber crecido allí tan rápidamente? ¿Y por qué tenía luces y adornos? Este refugiado afgano no tenía ni idea de lo que era la Navidad, los árboles de Navidad o prácticamente cualquier cosa en este frío país. Cuando cruzó la frontera en agosto, solo hablaba darí y pastún (los idiomas oficiales de Afganistán), además de un poco de inglés. “Pensé que podría estar en algún lugar de Rusia”, dice. Pero en el camino a un centro de refugiados, reconoció la bandera 12.2021 selecciones

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alemana; la había visto en tropas en Bulgaria, a través de Serbia, Hungría y Afganistán. Ahora era la bandera de Austria, y finalmente a Alemania. Resu nuevo hogar. corrieron el trayecto a pie, haciendo Sayedy creció como hijo de un cul- autostop y durante horas, viajaron de tivador de frutas en el oeste de Afga- Hungría a la frontera alemana con donistán. “Fui a la escuela del pueblo cenas de refugiados en la parte trasera hasta los 12 años”, dice. Su educación de un camión que no tenía luz ni aire se detuvo abruptamente cuando los fresco. “Cerca de la frontera el contalibanes volaron la escuela (los niños ductor abrió la puerta y nos dejó salir.” no estaban en ella en ese momento); Los siete adolescentes fueron enviaSayedy dice que no les gustaba que dos a varias ciudades alemanas para educaran a los niños y las niñas juntos. su registro. “Todos lloramos cuando “Después de eso, trabajé en una tienda.” nos separaron”, dice Sayedy. Fue trasUn día, los combatientes talibanes ladado de un centro de refugiados a llegaron buscando reclutas. “Tengo otro y finalmente subido a un autobús hasta Colonia, una ciudad de la que había oído hablar. Allí buscó gente CADA AÑO, SAYEDY que le ayudara a aprender alemán. COCINA PARA SUS También rellenó un formulario para AMIGOS AFGANOS Y SU la Aktion Neue Nachbarn (Campaña de Nuevos Vecinos), que pone a los “FAMILIA ALEMANA”. refugiados en contacto con los alemanes. “Una joven profesora, Julia, me invitó a cenar en casa de sus padres”, cinco hermanas y un hermano ma- recuerda. “No tenía ni idea de lo que yor que es médico”, dice. “Dijeron a era la Navidad”. mi madre que necesitaban médicos y El 26 de diciembre, Sayedy llegó a la que me necesitaban para que apren- casa en la cercana Mönchengladbach. diera a fabricar bombas”. La familia “Toda la familia estaba allí”, recuerda. decidió que los hermanos tenían que “Julia se quedó a mi lado, porque era la huir. El mayor se dirigió al norte, a única que hablaba inglés. Todos eran Kazajstán, pero Sayedy, un primo, y muy agradables. Pero me preguntaba, otros cinco adolescentes de entre 14 ¿por qué han plantado un árbol en el y 18 años huyeron del alistamiento ta- salón? Entonces vi que no tenía raíces. libán poniendo rumbo hacia el oeste, Julia explicó la tradición de llevar un hacia Europa. “Oímos que podíamos árbol cortado al interior de las casas recibir educación allí”, dice. en Navidad y decorarlo. Me dijo que El grupo de Sayedy viajó a través la Navidad es similar a nuestra Fiesta de Irán y Turquía, luego al norte de del Azúcar”. El festival marca el final

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del Ramadán, el mes santo del ayuno. Los musulmanes se reúnen con amigos y familiares para comer, hacerse regalos y donativos de caridad. “Todo era extraño para mí”, dice Sayedy. “Por primera vez probé la raclette. Todo el mundo tenía una pequeña sartén y me explicaron qué hacer con la comida y el queso. Y luego teníamos ganso relleno y repollo, que nunca había probado antes. Me encantó todo”. A partir de entonces Sayedy aprendió gradualmente alemán y las costumbres alemanas. A veces se ha visto sorprendido, como en el momento en que le presentaron a la directora de una organización de refugiados y ella le agarró del brazo. “Me puse súper tenso”, dice. “En Afganistán, ni siquiera se mira a una mujer desconocida a los ojos”. Llamó a su hermano en Kazajistán para decirle lo que había pasado. “Mi hermano explicó que eso no significaba nada, que era normal en Alemania”. Hoy Sayedy es un residente legal en Alemania y trabaja como ayudante de cocina en un restaurante de Colonia especializado en platos del sur de Alemania como la salchicha blanca y el schnitzel. “Soy el chef cuando él no está”, dice con orgullo. Aprendió a cocinar gracias a Über den Tellerrand, una organización que reúne

a inmigrantes y nativos alemanes en comidas comunitarias. “El año que viene quiero ir a Suiza a aprender más, y un día espero ser lo suficientemente bueno para trabajar en un restaurante con una estrella Michelin.” Sayedy también es voluntario como intérprete. “Cuando llegué, voluntarios alemanes me ayudaron a aprender el idioma. Ahora puedo devolver yo ese favor. Hablo darí y pastún, y entiendo farsi y urdu, así que ayudo a nuevos refugiados de Afganistán, Pakistán e Irán”. Y le encanta la Navidad. Cada año invita a sus amigos afganos, incluidos los que llegaron con él, y a su “familia alemana”, amigos que ha hecho durante los últimos seis años. Pone un árbol de Navidad en su piso y cocina ganso relleno con repollo morado para hasta 30 personas. “El año pasado solo podía recibir seis huéspedes de una vez, debido a las restricciones del coronavirus, así que preparé varias comidas.” Este año, espera poder acoger de nuevo a un grupo más grande. Sayedy entiende el significado cristiano de la Navidad. “En mi pueblo natal, mi tío siempre me dijo que hay cientos de religiones en el mundo, y como nadie sabe cuál es la correcta, solo hay que asegurarse de ser buena persona”.

Consejo financiero El dinero es como el excremento. Hay que esparcirlo o huele mal. J. PA U L G E T T Y

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Acompáñenos en el recorrido por las comidas y bebidas tradicionales que se disfrutan cada diciembre en todo el mundo.

SABROSAS DELICIAS NAVIDEÑAS Los Editores

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¿Puede un país entero ponerse de acuerdo en algo? En Navidad, todo es posible. Les pedimos a los editores de nuestras publicaciones alrededor del mundo que compartieran los platos especiales y las bebidas clásicas que disfrutan las familias de su país en las fiestas de fin de año. BRASIL

ARGENTINA

En diciembre, los brasileros apenas encuentran un espacio libre en sus apretadas agendas, comenta Raquel Zampil, editora de Reader’s Digest radicada en Río de Janeiro. “Todo el mes está dedicado a celebrar”, añade. En las cenas no puede faltar el pavo asado con una guarnición de farofa, mezcla de harina tostada muy parecida al pan molido. Está hecha de raíz de yuca y suele prepararse con manteca, cebolla y sal.

Es un plato que está presente en casi todas las mesas navideñas. El vitel toné, filete de ternera frío servido con una salsa cremosa de atún, fue traído por los tres millones de inmigrantes italianos que llegaron a Argentina a principios del siglo XX. “Se trata de una comida perfecta: fácil y rápida de preparar, y excelente para alimentar a una multitud”, señala el editor Leonardo Schiano, de Buenos Aires.

Plato salado: Farofa

Plato salado: Vitel toné

Bebida clásica: Limoncello

En cuanto termina el banquete naviServido en un vaso corto con hielo, deño, aparece la botella de limoncello. este cóctel de azúcar y limón verde es Muchos argentinos creen que el licor la bebida nacional (y un clásico navi- de limón favorece la buena digestión, aunque no existen pruebas cientídeño) por una buena razón. Es reficas sólidas al respecto. Eso no frescante sin ser excesivamente importa: esta bebida es indulce, e incluye la famosa discutiblemente deliciosa cachaça. (Similar al ron CAIPIRIÑA servida bien fría, así blanco, pero destilada a como otro de los lazos partir de jugo de caña de este país con sus de azúcar fresco ferancestros mediterrámentado en lugar de neos (el limoncello se melaza, la cachaça produce típicamente debe fabricarse por en el sur de Italia). ley en Brasil).

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fotos (apertura y página actual): getty images

Bebida clásica: Caipiriña


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MÉXICO

FAROFA

LIMONCEL

Postre: Buñuelos

LO

Cuando un postre es tan delicioso, se extiende por el mundo. Elaboradas con trigo, las variaciones de estos buñuelos de masa existieron durante mucho tiempo en Turquía, Marruecos, Egipto y España antes de emigrar a México, donde ahora se disfrutan de diversas maneras. Por ejemplo, en Baja California Sur se preparan con jarabe de guayaba y piloncillo (similar a la melaza); en Chihuahua se acompañan con queso, y en Oaxaca se espolvorean con azúcar roja.

Bebida clásica: Rompope

BUÑUELOS

LO PAV

VA

Como gran parte de la cocina mexicana, esta bebida tipo ponche de huevo tiene sus raíces en la vida religiosa. Se cree que nació en el siglo XVII en un convento, donde a unas ingeniosas monjas se les ocurrió mezclar leche, canela, huevos y azúcar con ron. Las versiones actuales también pueden incluir piñones o nueces, pero en todo México y Centroamérica, la leche y los huevos siguen siendo la base. “El rompope siempre calienta los corazones en la estación más fría”, dice la editora Areli García, radicada en la Ciudad de México.

AUSTRALIA Y NUEVA ZELANDA Postre: Pavlova

Hay algo en lo que los australianos y 12.2021 selecciones

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los neozelandeses están de acuerdo: esta creación a base de merengue lleva el nombre de la primera bailarina rusa Anna Pavlova, que hizo una gira por la región en la década de 1920. Pero ¿quién inventó realmente este postre? Ambas naciones lo reclaman como propio, y no hay manera de convencerlas de lo contrario. Por eso, lo mejor es simplemente añadirle crema batida y su combinación favorita de frutas frescas y declararlo un empate.

Bebida clásica: Cualquier cosa bien fría Dada la evidente falta de nieve en Australia y Nueva Zelanda en esta época del año, estos países prefieren las bebidas apropiadas para el verano. Ya sea una mimosa en la mañana de Navidad, preparada con jugo de naranja y un vino espumoso local, o una refrescante cerveza clara para acompañar un asado festivo en la playa, “refrescante” es la palabra clave. “¡Cualquier cosa fría y líquida!”, exclama Zoe Meunier, editora en jefe de las publicaciones de la región Asia-Pacífico de Reader’s Digest.

FRANCIA

Plato salado: Foie gras Aunque el gavage —engordar el hígado de un pato o ganso mediante la alimentación forzada— es cada vez más discutido, sigue siendo común en Francia. Y el manjar resultante, el foie gras, es uno de los platos

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navideños más populares de esta nación. Los verdaderos amantes del hígado pueden comprarlo enlatado o cortado en medallones, pero generalmente optan por escalfar, dorar u hornear el foie gras en casa y luego cubrirlo con higos, trufas, confitura de cebolla o incluso migas de pan de jengibre.

Bebida clásica: Ponche de huevo

El champán podrá ser el rey en las celebraciones de fin de año en Francia, pero el ponche de huevo ocupa un lugar especial en la cultura de este país. El editor parisino Stéphane Calmeyn lo explica así: “Hay referencias a él en las obras de algunos de nuestros grandes escritores, desde Madame Bovary de Gustave Flaubert, hasta Antígona de Jean Anouilh”. Servido caliente o frío, como aperitivo o para rematar una comida navideña, esta mezcla de leche, azúcar, yemas de huevo y canela o nuez moscada combina perfectamente con un trago de ron y un fuego crepitante en la chimenea.

BÉLGICA

Plato salado: Boudin El pavo, el foie gras, la langosta y las ostras ocupan un lugar destacado en las comidas de fin de año en Bélgica, pero ningún plato es más tradicional que el boudin. Con un origen que se remonta a la antigüedad griega, estos pequeños embutidos normalmente incluyen sangre de cerdo, cerdo (grasa y carne), cebolla cruda, sal y pimienta.


En Navidad, a los cocineros caseros les gusta “mostrar audacia e imaginación”, indica Calmeyn, y pueden añadir a sus recetas chocolate o uvas remojadas en coñac.

Bebida clásica: Cerveza navideña

Nadie hace cerveza como los belgas, y en Navidad es aún más especial. No se sabe a ciencia cierta cuánto tiempo lleva esta tradición, pero según la leyenda nació en la Edad Media, cuando los señores locales donaban cerveza a los aldeanos para celebrar las fiestas. Hoy en día, los amantes de la cerveza esperan ansiosos la aparición en diciembre de cervezas de producción limitada, por lo general de la variedad oscura y potente, adornadas con etiquetas de diseño único.

C E RV

EZA N

AVID EÑ

KINNKU

FINLANDIA

fotos: getty images

Plato salado: Kinkku Según el editor Ilkka Virtanen, de Helsinki, la mayoría de los finlandeses no podrían imaginar las fiestas navideñas sin este jamón horneado. “Es el campeón indiscutible de la cena de Navidad”, añade, “y cocerlo lentamente en el horno es un ritual muy apreciado”. Existe un consenso general de que la mostaza casera es el mejor acompañamiento, y que las sobras deben utilizarse para preparar sopa de arvejas casera.

Bebida clásica: Glögi Conocido como glögg en otros países

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GLÖGI


escandinavos, este vino caliente es similar al bisschopswijn holandés y al glühwein alemán, pero es aún más dulce y especiado. Los pasos son simples: calentar vino tinto endulzado y añadirle cáscara de naranja o limón, así como especias como canela, clavo, pimienta inglesa, nuez moscada, macis, cardamomo y jengibre. Quienes deseen más potencia pueden agregarle vodka, brandy o calvados; y quienes deseen algo más suave pueden omitir el alcohol y usar jugo de grosella negra en lugar de vino.

TURRÓN

ALEMANIA

Postre: Lebkuchen Hechas con almendras, avellanas y nueces, estas emblemáticas galletas obtienen su sabor característico a partir de una mezcla de especias que incluye clavo, jengibre y cardamomo. La ciudad bávara de Núremberg se ha consolidado durante mucho tiempo como centro de producción de las lebkuchen, ya que alguna vez fue el principal destino del país para las especias que llegaban desde Asia. Estas deliciosas galletas navideñas también son populares en algunos países vecinos. Los austriacos prefieren las Linzer Augen (“ojos de Linz”, en referencia a la ciudad del mismo nombre), elegantes sándwiches de mermelada que muestran conservas de damascos o frambuesa asomándose por un orificio cortado sobre una galleta de manteca. En

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BACALHAU

DE CONSO

LEBKUCHEN

A DA


BeBida clásica: glÜhWein

fotos: (consoaDa) cortesÍa De portugal premium tours / (las Demás) getty images

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Suiza, las chräbeli en forma de cresta de gallo, crujientes por fuera y húmedas por dentro, son conocidas tanto por su original forma como por su distintivo sabor a anís. Si visita cualquier mercado navideño tradicional de Alemania, Austria o Suiza, podrá ver a un montón de personas bebiendo vino caliente, afirma el editor de Reader´s Digest, Michael Kallinger, radicado en Stuttgart. “La mayoría de los habitantes locales tienen un puesto de vino caliente favorito. Nada hace entrar más en calor que un vaso de glühwein, pero tenga cuidado con la cantidad que bebe: ¡el azúcar y las especias pueden hacerlo olvidar que es alcohol!”.

ESPAÑA

Postre: turrÓn El turrón, un dulce típico de las fiestas de fin de año, se introdujo en la península ibérica en el año 711, cuando la invadieron las fuerzas musulmanas. La creencia popular sostiene que el turrón fue el resultado de un intento por crear un alimento nutritivo que se conservara sabroso durante mucho tiempo. Cremoso o crujiente, la receta básica incluye azúcar o miel, claras de huevo y almendras; el chocolate y la cubierta crocante de almendras son complementos populares.

BeBida clásica: caVa Una copa de cava espumoso es la bebida preferida por muchos españoles

durante las festividades, señala la editora madrileña de Selecciones, Natalia Alonso: “Es con lo que solemos brindar en la víspera de Año Nuevo después de comer las tradicionales doce uvas pasas a medianoche, una por cada campanada del reloj”. Se dice que las burbujas de la versión española del champán traen bendiciones y prosperidad.

PORTUGAL

Plato salado: Bacalhau de consoada Esta receta se modifica de casa en casa, pero “es el único plato que se disfruta en todo el país en Nochebuena”, explica el editor de Reader´s Digest, Mário Costa, de Lisboa. La base de esta comida festiva consta de rebanadas de bacalao salado acompañadas de papas cocidas, huevos duros cortados a la mitad y aceite de oliva. Los ingredientes adicionales pueden ser cebolla, zanahorias, repollo y aceitunas negras.

BeBida clásica: oPorto Aunque Portugal no posee una bebida navideña típica, sí tiene una para todo el año: el oporto. Este vino generoso, que llena las copas durante los brindis festivos o se disfruta con el postre o un poco de queso después de la cena de Navidad, se elabora con uvas del Duero una afamada región vitivinícola del país. El oporto, comúnmente un tinto dulce, también se ofrece en variedades más secas o blancas. 12.2021 selecciones

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LA Ú

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E OND

COLEC A C I N

ENTOS PERSONALI CIÓN DE CU ZADOS

LOS PROTAGONISTAS DE LAS HIST O

RIAS

S N I Ñ O S D E L A FA M I LIA Y N LO LOS RA OS SGOS ÚNIC S DE SU SIGNO DE L ZOD ETIBLE P E ÍACO IRR . SO

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GAJES DEL oficio

Cuando uno trabaja desde casa, para poder concentrarse y conservar su salud mental es muy importante no solo usar piyama. Consejo: póngase la ropa

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de ayer que dejó tirada en el piso. —JESS ZIMMERMAN, editor Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre un

buen abogado y un gran abogado? Respuesta: Un buen abogado conoce la ley. Un gran abogado conoce al juez. —@GISSCONTRERAS

ilUsTRAciÓn: cRoWDen sATZ

“Voy a dejar de lado la jerigonza y pasaré directamente a la palabrería”.


Se me ocurrió ir de compras al supermercado con el estómago vacío y ahora soy el orgulloso dueño de todo el pasillo siete. —@DOMESTICGODDSS Era la Segunda Guerra Mundial y estábamos en el frente, en alerta máxima. Cerca de la medianoche noté mo-vimiento detrás de un arbusto. En lugar de disparar, grité la primera parte de la contraseña que habíamos acordado en el pelotón: —¡George! Esperé a que alguien demostrara que era estadounidense y respondiera con la otra parte de la contraseña: “Marshall”, pero solo hubo silencio. —¡George! —volví a exclamar. No obtuve respuesta. Levanté mi

rifle y lo intenté por última vez—: ¡George! Por fin, una voz enfadada respondió: —¡No me llamo George! —James Livesay, Estados Unidos El representante de un proveedor se reunió con el departamento ejecutivo de la empresa donde trabajo. Luego de una interminable tarde en la que el único que expresó sus opiniones fue el dueño de la compañía, el representante ejecutivo exclamó: —¿Acaso todos

ustedes dicen que sí a todo lo que se les ordena? —¡Por supuesto que no! —repuso furioso uno de los ejecutivos— Si el dueño nos pide que digamos que no, ¡lo hacemos! —cbsnEws.com Yo: “Bienvenido a McDonald’s. ¿Puedo tomar su McOrden?”. Mi jefe: “Te recuerdo que no es necesario usar ‘Mc’ antes de cada palabra”. Yo: “Ah, está bien — volviéndome hacia el cliente—: ¡Bienvenido a Donald’s!”. —@ARFMEASURES

Parte de mis responsabilidades como secretaria en el consultorio médico donde trabajo es avisarle a cada uno de los pacientes de sus futuras citas. Así pues, le envié un recordatorio a uno de ellos diciéndole que era hora de visitar al oftalmólogo. El sujeto me llamó otra vez para informar que no acudiría al consultorio porque (en sus propias palabras): —Tenía un nuevo obstetra. —Sarah Parchert, septiembre de 2017

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DRAMA DE LA VIDA REAL

La única forma de salvar a su amigo de las abejas asesinas era subir a la montaña y volver a meterse en el enjambre.

MIL

AG U IJ O NAZO S Nicholas Hune-Brown ilustraciones de steven P. hughes

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Las lomas rocosas de Hueco Tanks se elevan abruptas sobre el árido desierto de Chihuahua, en el oeste de Texas (EE. UU.): cuatro masas de sienita erosionada que son desde hace tiempo un paraíso para la escalada. En mayo de 2015, Doug April terminaba un período de seis meses como anfitrión de campamento en el Parque Estatal Hueco Tanks, viviendo solo en una caravana. Alto y delgado, de 46 años, estaba divorciado y tenía tres hijos, el más pequeño ya en secundaria. Había hecho dos rondas de servicio en Irak, donde vio muchas cosas difíciles de olvidar. Durante ese tiempo, escalar fue un refugio donde podía desconectar su mente y concentrarse en lo que estaba delante de él. Este respiro llegaba a su fin. April se había retirado oficialmente del ejército tres semanas antes, pero aún no había terminado en zonas de conflicto. En pocas semanas iría a Afganistán como contratista militar privado para misiones de reconocimiento durante tres

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meses. Quería aprovechar al máximo sus últimos días de escalada. Sobre las 8 de la mañana, Ian Cappelle, su compañero de escalada, llegó al campamento. Cinco años antes, este geólogo de 38 años se había mudado a El Paso con su mujer. Poco después, en una escalada, conoció a April. Eran amigos desde entonces. Cappelle, corpulento y barbudo, no tenía aspecto de escalador. Pero, en cuanto probó el deporte, quedó enganchado. Consideraba a April como un hermano mayor, un escalador experimentado y un maestro generoso. “¿Qué hacemos hoy?”, preguntó April cuando preparaban las cuerdas esa mañana. “Bueno, ya has subido a Indecent Exposure dos veces”, dijo Cappelle. “Me gustaría hacer esa ruta”.


April vaciló. Indecent. Esa ruta siempre le había generado ansiedad. No era la más difícil de Hueco Tanks, pero quizá sí la más intimidante. Tenía dos “desplomes” (secciones), ambos con pasajes que te dejaban colgando sobre caídas de 75 metros, sin protección. A media ruta había una placa en memoria de un estudiante de la Universidad de Texas en El Paso que murió cuando intentaba escalarla. Pero cuando es una de tus últimas escaladas en mucho tiempo, quieres que sea inolvidable. El día era bonito. El sol estaba en su punto, la brisa perfecta. Si Cappelle guiaba la primera parte de la escalada, April dijo que guiaría la segunda.

sujetó a un ancla. April lo alcanzó y se detuvieron un momento a descansar, a 40 metros de altura. April guiaba el segundo desplome. Lo más difícil llegó casi al principio: un gran paso a la derecha y luego algunos metros de bordes angostos hasta para las puntas de los dedos. Se le había complicado en intentos previos, pero ese día lo logró y llegó a un trozo de roca del tamaño de una heladera. “¡Amigo, ha estado genial!”, gritó a través del abismo, unos metros por encima de su compañero y ocho metros a la derecha. Luego: “Qué raro. ¿De dónde vienen todos estos bichos?” April se dio una palmada en la nuca.

EL ENJAMBRE RODEÓ AL ESCALADOR, PICÁNDOLO UNA Y OTRA VEZ. EL DOLOR SE EXTENDIÓ POR CUELLO, CARA Y CUERPO. cappelle trepó a su derecha, sus dedos llenos de tiza encontraron el camino hacia los asideros del acantilado. Él y April estaban atados juntos por seguridad, con dos cuerdas que los conectaban mediante dispositivos de amarre en cada arnés que servirían de freno, sujetando la cuerda con fuerza si alguno caía. Cappelle introdujo la cuerda en los anclajes metálicos taladrados en la pared de la roca para apuntalarse. A los veinte minutos de la escalada vio la placa conmemorativa y, en silencio, rindió un homenaje. Llegó a la cornisa que marcaba el final del desplome y se

Miró hacia abajo y, al momento siguiente, vio con terror que una nube de abejas salía de la roca, más de las que había visto nunca, como en una escena de película de terror. Las abejas comunes pueden ser territoriales; las abejas africanizadas son muy agresivas. Llegaron al Hemisferio Occidental en 1956, cuando abejas africanas importadas hacia Brasil para aumentar la producción de miel escaparon, se cruzaron con abejas europeas y se extendieron con rapidez por América. Cuando las abejas africanizadas perciben una amenaza, no envían un par 12.2021 selecciones

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a repelerla, sino hordas que pueden perseguirla unos 400 metros hasta eliminarla. Según cálculos científicos, una persona con entre 1.000 y 1.500 picaduras tiene un 50 por ciento de probabilidades de morir. Desde la década de 1950, estos enjambres de abejas africanizadas han causado más de 1.000 muertes: no en balde se las conoce como “abejas asesinas”. Un momento después de que las abejas surgieran, Cappelle vio con horror que April saltaba de la cornisa; sintió el tirón en su arnés cuando el peso de su compañero tensó la cordada. “¡Bájame, bájame, bájame, ya, ya!”, gritó April. Desde su posición, una saliente estrecha de alrededor de un metro de largo y apenas medio de ancho, Cappelle soltó los 60 metros de cuerda a través del dispositivo de amarre lo más rápido que pudo. Debajo, la pared se metía en la repisa sobre la que estaba, ocultando a April. Fue entonces cuando Cappelle vio a la primera abeja volar hacia él. Se quedó tan quieto como pudo; pensó que, si la ignoraba, desaparecería. Pero voló directo hacia él y le picó en el cuello. Las picaduras se sucedieron con rapidez: una, dos, tres, cuatro, y luego un crescendo de dolor cuando el grueso de la colmena lo atacó. Cappelle trató de cubrirse la cara. El agudo zumbido lo ahogaba todo mientras las abejas atacaban sus oídos, ojos, nariz y boca. Pensaba rápido mientras las abejas

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le picaban. ¿Por qué no se había desabrochado Doug al llegar al suelo? Una vez suelto, Cappelle podría tirar de la cuerda, anclarse a la pared y bajar en rappel hasta un lugar seguro. Pero April seguía colgado: un peso muerto al final de la cuerda. Cappelle se paró en la estrecha saliente y sorbió agua de su termo, desesperado por mantenerse hidratado para evitar los efectos del veneno. ¿Qué hago? ¿Qué hago? Alzó la mano para quitarse las abejas de la cabeza y sintió un halo de insectos de dos centímetros de grosor que le picaban una y otra vez. Llama a tu mujer, pensó. Pero, ¿y si se me cae el teléfono? Las toxinas corrían por su torrente sanguíneo. En cierto momento, los pensamientos de pánico disminuyeron, sustituidos por una extraña sensación de calma. Sería una manera horrible de morir. Sentía mucho que su mujer fuera a perderlo así, pero no podía hacer nada. El mundo se redujo al tamaño de un aguijonazo. Cappelle, desmayado, cayó sobre la saliente rocosa. debajo de él, april estaba suspendido en el aire a dos metros de la pared y unos 20 metros del suelo. Llevaba cerca de 10 minutos atrapado de esa manera y las abejas no habían dejado de picarlo. “¡Desata la cuerda azul!”, le gritó a Cappelle. Quería que Cappelle usara una de las cuerdas para bajar en rappel hasta el suelo. Pero no podían oírse. Lo


Cappelle (izquierda) y April, en Hueco Tanks.

único que se escuchaba era el zumbido ensordecedor. Con tantas picaduras, April ya era insensible al dolor. Podía sentir cómo trepaban las abejas por todo su cuerpo, pero apenas sentía los aguijonazos. Una se le metió a la boca (vibrante y afelpada, con un ligero sabor a flores) y la escupió de inmediato. Con más de 12 picaduras, las personas pueden experimentar vértigo, náuseas e incluso convulsiones y desmayos. April tenía cientos. Se cubrió la cara con la gorra de béisbol y trató de pensar. Siempre había podido serenarse ante el peligro. En el entrenamiento había estrellado un helicóptero y vio a hombres morir en combate. Sin importar la amenaza, siempre había podido activar un interruptor en su cerebro. Apaga el miedo. Concéntrate en lo que hay que hacer. Lo que había que hacer en ese momento estaba claro: tendría que

La ruta Indecent El lugar del Exposure. ataque de las abejas.

bajar. La montaña estaba atravesada por varias rutas de escalada, solo necesitaba encontrar una. A unos cinco metros vio un ancla que formaba parte de otra ruta. Se columpió hacia ella, la atrapó en el tercer intento y se enganchó. Luego soltó las cuerdas que estaban amarradas a Cappelle, que quedaron colgando en el aire. En un buen día, esa ruta no habría sido complicada, pero no era un buen día. April estaba lleno de veneno de abeja; tenía el cuerpo inflamado y la mente confusa. Escogió con cuidado una ruta hacia abajo. El descenso le llevó cerca de cinco minutos, pero le pareció eterno. Al llegar al suelo, April tenía náuseas y casi deliraba. Dio tumbos hacia la ruta justo cuando uno de los guardabosques se detenía en su vehículo. “Ian”, boqueó April, señalando hacia arriba del acantilado. Él y el guardaparques llamaron a Cappelle. Podían verlo 12.2021 selecciones

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en la saliente. Estaba en posición fetal y una enorme nube de abejas lo rodeaba. “¡Ian!”, gritó de nuevo. Su amigo no se movió. April hizo cuentas. Alguien ya había llamado a búsqueda y rescate, pero tardarían como una hora en conseguir un equipo de El Paso. ¿Y un equipo que pudiera bajar con seguridad hasta Cappelle y sacarlo? Esto podría llevar varias horas a escaladores que no conocieran la zona. Probablemente

El de abajo era su compañero, sería él quien iría a buscarlo. April puso un ancla en el borde del acantilado y se enganchó. Uno de los escaladores comenzó a bajarlo. Los primeros 15 metros no podían ver a Cappelle. Por fin, la inclinación del acantilado permitió a April ver a su compañero, aún inmóvil, cubierto por una manta de abejas. “¡Ian!”, gritó. Esta vez Cappelle se giró hacia arriba. “Tenía la misma mirada que he visto

DOS TRANSEÚNTES USARON TARJETAS DE CRÉDITO PARA RASPAR CIENTOS DE AGUIJONES. Cappelle no tendría tanto tiempo. April sabía lo que tenía que hacer. “Llévame a mi auto”, le pidió al guardabosques. “Allí tengo otra cuerda. Iré por él”. april trepó por las rocas lo más rápido que pudo. Había decidido seguir otra ruta por detrás de la montaña y bajar en rappel hasta Ian. Llevaba la radio del guardabosques y una malla con la que cubrió la gorra de béisbol. A mitad del camino se encontró con dos amigos escaladores y los reclutó para el plan de rescate. Para cuando llegaron a la cima, habían pasado alrededor de 45 minutos desde el inicio del ataque y April no tenía idea de si su amigo estaba vivo o muerto. A pesar de las náuseas, no se le pasó por la cabeza pedirle a alguno de sus colegas escaladores que lo sustituyera en el descenso.

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muchas veces en combate, la de alguien reventado por una bomba o un tiro”, recuerda April. No es precisamente miedo, es más una mirada de incredulidad pura. ¿Cómo es posible que me haya pasado esto? “Me miró con esa cara. Luego volvió a bajar la cabeza”. April bajó hasta la saliente. Las abejas se arremolinaron encima, pero ya estaba insensible del todo. Conectó a Ian a su dispositivo de amarre. “Voy a sacarte de aquí”, le dijo. Cappelle estaba lo suficientemente consciente para seguir las sencillas instrucciones de April, mientras lo bajaba con cuidado 40 metros hasta el suelo. Abajo, acababa de llegar la primera ambulancia. April observó a los guardabosques y los socorristas que recogían a Cappelle.


Luego bajó lo más rápido que pudo. Cuando llegó al suelo, Cappelle ya estaba en un helicóptero con destino al hospital de El Paso. En ese momento llegó el equipo de búsqueda y rescate. April rechazó el consejo de los socorristas de ir al hospital. Aunque se sentía mareado, no creía que fuera a morir de un momento a otro. En el estacionamiento se topó con dos escaladores entrenados en primeros auxilios en la naturaleza. April se quitó la ropa interior. Le dijeron que la mejor forma de quitar los aguijones no era con pinzas, que exprimen el veneno en el cuerpo. En su lugar usaron tarjetas de crédito para rasparlos y tiraron cientos de aguijones a la arena del desierto. En el hospital, los médicos calcularon que a Cappelle le habían picado más de mil veces, una dosis suficiente para ser letal. Tuvo suerte. Con un par de días para eliminar el veneno de su cuerpo, estaría bien. meses después de la vuelta de April de Afganistán, los amigos planearon otra escalada… a Hueco Tanks. Esa vez tomaron una ruta distinta, y

cualquier temor que pudieran sentir al estar allí se disipó al aire fresco de otro día perfecto. Llegaron a un hueco pequeño en lo alto del desierto y se sentaron a descansar. En los meses después del ataque, Cappelle tuvo mucho tiempo para pensar en lo que podría haber pasado si April no hubiera vuelto a por él. Su único recuerdo tras el desmayo es una gruesa capa de abejas muertas sobre el borde del acantilado y luego, entrando en la escena, las zapatillas rojas de April. En el saliente, intentó decirle a April lo mucho que agradecía lo que había hecho, pero su amigo lo calló. No había sido siquiera una elección. “No había forma de que no tratara de ayudarme”, dice Cappelle. Los amigos contemplaron el paisaje. Las montañas Franklin se alzaban brumosas al oeste. Hacia el norte, a 140 kilómetros, podían ver la silueta tenue de las montañas de Sacramento, recortada contra un cielo que parecía infinito. El sol estaba en su punto, la brisa suave. Se pusieron de pie y, con la cuerda fuerte y segura entre ellos, volvieron a escalar la roca.

Intenciones y realidad Deberían reescribir así los votos matrimoniales: “En la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, en las historias dramáticas sobre el lugar de trabajo, hasta que la muerte nos separe”. @COPYMAMA

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ilustración: mydeadpony

CONOZCO?

? ? ???? ? ? ??? ? ? ??? A pesar de mi ceguera facial, he aprendido a manejarme en el mundo. Sadie Dingfelder

del Washington Post

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En 2013, llevaba cuatro meses trabajando en el Washington Post, le hicimos una fiesta de despedida a Sara, que se mudaría a Filadelfia. Todos estuvieron presentes, mientras nuestro jefe rememoraba sus contribuciones al diario. Cuando llegué a trabajar al día siguiente, me sorprendí al ver a Sara junto a la fotocopiadora. “¿No deberías estar en Filadelfia?”, bromeé. Sara me miró a través de sus anteojos con armazón plástico y dijo: “Yo soy Holley”. “¡Ah, claro!”, respondí, esperando que Holley creyera que solo había confundido sus nombres. La verdad es que creí que eran la misma persona. Unos años después estaba detrás de mi esposo, Steve, en el supermercado, cuando lo vi tomar un frasco de crema de maní de segunda marca. La saqué de nuestro carrito de compras y examiné la etiqueta. “¿Desde cuándo compras segundas marcas?”, quise saber. Steve retrocedió de un salto con los ojos muy abiertos llenos de miedo y sorpresa. Nunca había visto esa expresión en el rostro de mi marido, porque, como me di cuenta, ese hombre no era mi marido.

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Hace dos años descubrí que tengo un desorden neurológico poco común llamado prosopagnosia, o ceguera facial. Con este descubrimiento inicié un viaje que parecía sencillo. Después de todo, soy una adulta feliz y exitosa, ¿qué importa si mi cerebro es algo distinto al de los demás? Pero lo que no sabía era que este diagnóstico haría que me cuestionara el sentido mismo de mi identidad. Estoy en el hospital de la Administración de Veteranos de Boston con el neurólogo Joseph DeGutis, quien está al frente de un estudio sobre ceguera facial. He pasado el último día y medio haciendo pruebas para determinar


si formaré parte de un programa de entrenamiento para personas con este padecimiento. Las pruebas han sido imposibles. Una empezó con una cuadrícula con seis rostros que debía memorizar para luego elegirlos de otro grupo de rostros casi idénticos. “¿Tengo ceguera facial?”, le pregunto a DeGutis. Trato de memorizar su aspecto, apuesto, aunque algo lobuno. “Creemos que tienes prosopagnosia de leve a moderada”, me responde. Las personas normales tienen una memoria casi fotográfica para los rostros, explica DeGutis. Esto es posible gracias a un bulto del cerebro del tamaño de una aceituna que se encuentra arriba y detrás de cada uno de los oídos, el área fusiforme facial (FFA, por sus siglas en inglés). Según se sabe, la FFA viene programada con la información sobre configuraciones de caras que necesitamos: dos ojos sobre una nariz sobre una boca. “Incluso antes de nacer ya hay una propensión por los rostros”, dice DeGutis. Por eso vemos caras en los contactos de la corriente, los frentes de los autos... básicamente siempre que vemos dos puntos sobre una línea. Vamos afinando este software de reconocimiento facial al examinar a la gente que nos rodea, añade el especialista. Al parecer, las personas con ceguera facial —que afecta cerca del 2 por ciento de la población— nacen con una FFA defectuosa. Según el neurólogo, quienes la padecen tienden a ser más inteligentes que el promedio,

quizá porque suelen tener una niñez solitaria, con pocos amigos y tiempo para leer y desarrollar intereses. En cuanto a los tratamientos, que incluyen estimular la FFA con una leve corriente eléctrica, nada ha sido muy prometedor hasta ahora. Sin embargo, una técnica sí ha mostrado algo de esperanza: un programa computarizado de entrenamiento diseñado por DeGutis, que enseña a aquellos

“HAS SIDO UN POCO MALEDUCADA”, DIJO MI PADRE. NO HABÍA SALUDADO A UNA AMIGA. con ceguera facial a juzgar con rapidez los espacios entre los rasgos faciales. Probó este método con el amigo de un amigo y se sorprendió cuando vio que funcionaba. “Me dije, ‘¡Dios mío!’”, recuerda DeGutis. “Parece que por fin pudimos ayudar a alguien”. Cuando uno tiene ceguera facial vive en un mundo de extraños. El hecho de que algunos sean conocidos, o incluso sus amigos, es una fuente de constante ansiedad. Leí sobre un hombre con esta condición que siempre miraba hacia abajo para evitar encontrarse a algún conocido que no podía reconocer. Se ganó una reputación de distante, lo que le dificultó aún más las cosas. 12.2021 selecciones

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Hay una sola manera a prueba de errores para que quienes sufren esta condición eviten bochornos sociales, y esa es quedarse en casa. Ese era el camino que yo seguía, hasta que mi padre me dio un consejo invaluable. Tenía 19 años, estaba en casa después de mi primer semestre en la universidad, terminábamos de hacer las compras en el supermercado. —Fuiste bastante grosera —dijo cuando subimos a su auto. —¿Qué? —le pregunté. —Con tu amiga Susan Zartman — respondió—. Pasaste frente a ella y no la saludaste. Una chica de cabello corto y café me había saludado con la mano en la tienda. “Ah, ¿era Susan?”, cuestioné. Habíamos sido amigas en la secundaria, pero cuando dejé de verla, terminó por desaparecer de mi memoria. Hay evidencia de que, en el cerebro, los rostros actúan como carpetas que contienen la información que uno reúne de cada persona, cuándo y cómo la conociste, su banda musical favorita, el nombre de su último novio. Como mi cerebro no puede crear una carpeta de archivos eficaz, esos detalles suelen perderse. Pero claro, a los 19 años no sabía nada de esto. Ante este dilema, le pregunté a mi papá: ¿Cómo tienes una conversación con alguien que no reconoces? “A la gente le gusta hablar de sí

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misma”, me aconsejó. “Hazles muchas preguntas”. Este consejo me cambió la vida en la universidad. Solo debía fingir que conocía a las personas que parecían conocerme. Si creía que alguien estaba mirando en mi dirección al entrar a alguna clase, yo le sonreía. Si sonreían de vuelta, me detenía a charlar con ellos. Con este sistema, no pasó mucho tiempo antes de que tuviera amigos por todo el campus. Podía distinguir a algunos entre la multitud. Mi mejor amiga, Melissa, tenía el cabello largo y azul, Thalia y Anette eran inusualmente altas. Confundía a los demás, pero eso no evitó que mi vida social floreciera. Cuando me eligieron presidenta de mi dormitorio, tomé fotos de los rostros de las 80 mujeres con las que vivía y las puse en un mural de anuncios junto con sus nombres, con la excusa de que era un beneficio para todas. Hoy, como en aquel tiempo, tengo muchos conocidos, pero solo un puñado de amigos cercanos, todos con rasgos muy característicos. Mi amiga Miriam es un hada con cabello largo y púrpura, Sieren es alta y delgada, Steve es un hombre gigantesco que pesa 160 kilos. Muchos de mis amigos no me creen cuando se enteran que tengo ceguera facial. “Pero me reconoces a mí, ¿no?”, preguntan. La respuesta es: a veces. Si está en el contexto correcto, bien iluminado y con sus anteojos de siempre, es posible que mi cerebro recuerde


ilustración: mydeadpony

un nombre. Si se aparece en un lugar inesperado o se cortó el cabello, es muy posible que no tenga idea quién es. En su lugar, veré a una persona que parece conocerme, lo saludaré con afecto y esperaré a que diga algo que me sugiera una pista de su identidad. unas semanas de mi regreso a Washington, la asistente de DeGutis, Alice Lee, me invita a participar en un programa de entrenamiento de 30 sesiones en computadora para ayudar a personas con ceguera facial a mejorar su habilidad para reconocer los rostros. Cada sesión empieza con una cuadrícula con 10 variaciones del mismo rostro, con algunos rasgos alterados

por pequeños incrementos. Los separa una línea en zigzag: en el grupo uno, los ojos y la boca de cada rostro están más separados; en el grupo dos, sus rasgos son más compactos. Los estudio por unos minutos y luego presiono el botón de inicio. La cuadrícula desaparece y es reemplazada por una serie de caras individuales de las cuales debo recordar si pertenecen al grupo uno o dos, presionando estos números en el teclado. Sé, tras leer el trabajo previo de DeGutis, que en teoría esto me debe enseñar a enfocarme en las áreas del rostro más ricas en información y así poder hacer distinciones detalladas al momento. 12.2021 selecciones

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vuelvo a Boston para para más estudios y tomografías, y DeGutis me

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llama al trabajo con los resultados. “Tu habilidad para aprender rostros nuevos es de las peores entre nuestros pacientes de prosopagnosia”, me dice. La tomografía que me realizaron reveló que mi FFA es más gruesa de lo normal. En los niños, la FFA es densa, pero conforme el cerebro determina qué neuronas son útiles y cuáles solo estorban, la vuelve más delgada. Esta poda neuronal parece haberse interrumpido antes de tiempo en mi FFA. “Tienes el área fusiforme facial de una persona de 12 años”, me explica el especialista y añade que mi habilidad para reconocer caras es la de “un macaco debajo del promedio”. Me quedo sin palabras. Pero hay buenas noticias: después de 30 horas del entrenamiento, mi habilidad para identificar rostros aumentó de manera significativa. “Si hubieras sido tan hábil cuando nos conocimos, no hubieras entrado al estudio”, me dice DeGutis. Pero las pruebas de seguimiento mostraron que mi percepción facial aún era terrible, no era capaz de agrupar dos rostros idénticos en ángulos distintos. Tras despedirme del neurólogo, huyo de la oficina incapaz de contener el llanto. “¿Qué te pasa?”, pregunta Steve esa noche y se lo cuento. No es mi cerebro de mono lo que me deprime, le digo. El mayor problema es que siempre creí tener el control de mi propia vida, que me había vuelto escritora y periodista

foto: anna stumps

La primera ronda es un desastre. Separo los rostros con la precisión de un ciego. En la segunda ronda intento usar mis uñas para medir las distancias entre los rasgos. No funciona, se me termina el tiempo y la pantalla se pone de color rojo. Para la tercera ronda comienzo a distinguir las caras, pero varían sus tamaños. Debo memorizar la distancia relativa entre rasgos, algo que la gente normal hace sin darse cuenta. Cuando la hora termina, estoy al borde de las lágrimas por la frustración. Mis fracasos con estos ejercicios continúan durante las semanas siguientes y por poco renuncio. Entonces, más o menos en la décima semana, descubro una estrategia ganadora. En lugar de intentar juzgar cada rostro en su totalidad, lo divido en mitades, superior e inferior. Entonces decido qué posición, de tres (alta, media o baja), describe las cejas, y qué posición, de cuatro (alta, media alta, media baja o baja), describe la boca. También logro memorizar qué pares de rasgos pertenecen a cada uno de los grupos. Mi puntaje se eleva, pero mi habilidad para reconocer caras en mi vida sigue siendo fatal. Resulta que un día me siento junto a mi amiga Dani en una cafetería y no la reconozco. “Me miraste directo a los ojos”, me confiesa más tarde.


foto: anna stumPs

La alumna de postdoctorado Maruti Mishra coloca electrodos en la cabeza de Sadie para medir la actividad en su área facial fusiforme.

porque era el camino que yo decidí tomar. Pero quizá mi cerebro defectuoso me empujó en esa dirección, al darme una niñez solitaria la cual solo pude soportar leyendo mucho. Luego, al ser una joven adulta, mi prosopagnosia me convirtió en una experta en iniciar conversaciones con extraños. Durante varias semanas soy un desastre. La investigación reabrió un misterio de mi pasado: ¿por qué no tenía amigos de niña? De pronto, mi supuesta explicación —porque era rara y los niños son más bien bobos— fue puesta en duda. Escribo una nota en Facebook a mis antiguos compañeros de clase, en la que les cuento que fui diagnosticada

con ceguera facial y les pregunto si eso tuvo algo que ver con mi impopularidad. “¡Sí tenías amigos! ¡Yo era tu amiga!”, responde una compañera de aquellos años. Comparte el recuerdo de haber preparado caramelo en mi casa. Otras personas recuerdan que yo era distante. “Parecías satisfecha haciendo tus cosas en solitario”, me escribe una mujer. Otra cuenta que intentó establecer una amistad conmigo, pero que yo nunca fui amigable con ella. ¿Cuántas amistades me ha costado mi ceguera facial? Nunca lo sabré. Por suerte, podríamos decir que el no saber cosas es casi mi especialidad.

En julio de 2019 celebré mi cumpleaños número 40 con un grupo más o menos de 60 amigos, muchos de los cuales no podía nombrar. A mí no me importó y a ellos, creo, tampoco. Mis avances en reconocer rostros, por los que me esforcé tanto, terminaron por disiparse. Puedo realizar sesiones intensivas para mantener mis habilidades en forma, pero prefiero usar ese tiempo para hacer algo que disfruto, como observar a las aves. Me fascina sentarme en el parque junto a mi apartamento a ver la vida cotidiana de esas bellas criaturas. Sí, me emociono cuando puedo identificarlas. del Washington Post (21 de agosto de 2019), derechos de autor © 2019 del Washington Post

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Reencuentro con sus rescatistas Treinta y cinco años después de que dos pescadores rescataran a una niña en el Océano Pacífico, un podcast permitió el reencuentro. Faith E. Pinho de the los anGeles times

2021 Un reencuentro más feliz.


1986 Desireé Rodríguez, de nueve años, flotó en su chaleco salvavidas hasta que la rescataron.

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el DC Too. Al padre de Desireé, trabajador de la construcción de 30 años llamado Thomas Rodríguez, le fascinaba pescar; lubina, sobre todo. Era un hombre delgado y fuerte que había transmitido a su hija mayor la afición por el aire libre, le había enseñado a poner cebo al anzuelo y a lanzar el sedal. Como lo hacían por lo menos una vez al mes, esa mañana la familia subió al barco para pasar un día tranquilo. Por primera vez, la hermana de Thomas, Corinne Wheeler, de 33 años, y su marido, Allen Wheeler, de 34, decidieron acompañarlos, dejando a sus tres hijos en su casa en Riverside, California, donde vivían ambas familias. Pasaron el día pescando en el Océano Pacífico y dejaron la isla a primera hora de la tarde. Pronto, una espesa niebla los envolvió. Desireé dormitaba en la mesa de la cubierta inferior del barco junto a Trisha, su hermana de cinco años, cuando las urgentes órdenes de su padre la despertaron de golpe: “¡Abandonen el barco, se está hundiendo!” Desireé empujó a su hermana hasta el agua fría y oscura; ambas llevaban chalecos salvavidas. Los adultos, no. A las niñas las siguió su madre, de 29 años, Petra Rodríguez, una mujer callada y pequeña que estaba embarazada. En un momento, el barco volcó y solo sobresalía del agua la punta de

Su chaleco salvavidas naranja mantuvo a Desireé Rodríguez, de nueve años, a flote mientras veía morir a sus familiares, uno tras otro, sin que pudiera hacer nada. Cuando ella misma empezaba a rendirse, el capitán de un barco de pesca la vio flotando en la superficie. En cuestión de minutos, el primer oficial saltó al agua, la agarró y la arrastró hasta el barco... y de vuelta a la vida. Eso ocurrió hace 35 años y la niña no volvió a ver a sus rescatadores. Hasta este año. El 8 de mayo de 1986 fue uno de esos bonitos días soleados en los que la familia Rodríguez iba a pescar a la isla de Catalina, en California, en su barco recreativo de 8 metros de largo,

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foto de apertura: cortesía de mark pisano. Carolyn Cole/​Shutterstock (inset)

Llevaba flotando en las frías aguas del Pacífico toda la noche y gran parte del día.


Después de ese día, los dos pescadores perdieron el rastro de la niña a la que salvaron.

foto: STILLFX/Getty Images, l.a. times

“Creo que no podíamos creer lo que estaba pasando y solo nos quedaba esperar”.

proa: los seis familiares quedaron en el agua. Al recorrer las caras de su padre, madre, tía, tío y hermana, Desireé no sentía miedo. “Era como en las películas”, recuerda. “No veíamos nada a nuestro alrededor. Solo oscuridad. Había mucha paz y silencio”. Después de un rato, su padre decidió ir nadando a buscar ayuda. “Volveré”, dijo, antes de desaparecer en la oscuridad. “Para mí, mi padre era como un superhéroe. Realmente creía que volvería con ayuda”, cuenta Desireé. Tiempo después, su madre comenzó a echar espuma por la boca y luego se quedó inmóvil. Desireé le rodeó el pecho con una cuerda que ató al barco para que no se alejara flotando. Más tarde, su hermana murió también. “Me acuerdo que después hubo mucho silencio”, recuerda Desireé.

Paul Strasser y Mark Pisano, dos hombres fuertes de 23 años, todavía estaban aprendiendo a conducir barcos cuando dejaron el puerto de San Pedro el 19 de mayo a las seis de la mañana. Llevaban 35 pasajeros a bordo del First String, un barco que habían ayudado a construir, que llevarían a pescar. Habían sido los mejores amigos desde que se conocieron, a los 14 años. Poco después, Strasser renunció a su trabajo como repartidor de diarios y fue a trabajar a los barcos de pesca con Pisano: limpiaban cubiertas y la pesca, y se ganaron el título de “bobos”: aprendices jóvenes y entusiastas. Ascendieron a marineros de cubierta y, más adelante, a pescadores hechos y derechos. Pasaban su tiempo libre aprendiendo los gajes del oficio y no tardaron mucho en convertirse en dos de los capitanes más jóvenes del puerto 22nd Street Landing, en San Pedro. Su pesca comenzó sin incidentes. Pisano recuerda que la neblina era 12.2021 selecciones

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“como una sopa de arvejas”: tan densa que no podía ver la popa del barco, y que los peces no picaron en toda la mañana. “Íbamos a intentarlo en otra zona y luego volveríamos”, cuenta Pisano. Pero entonces, los jureles, una pesca muy apreciada, comenzaron a morder. Se quedaron un par de horas más, sacando un pez tras otro. Mientras trabajaban, la neblina se disipó y el sol comenzó a brillar. La tía y el tío de Desireé perdían y recobraban la conciencia mientras la noche se transformaba en el día siguiente. Para tratar de permanecer despiertas, Desireé y su tía imaginaban lo que harían cuando las rescataran. Se quedarían en un hotel, pedirían servicio de habitaciones y se meterían bajo las mantas, cómodas y abrigadas. “Todavía teníamos esperanza”, cuenta Desireé. “Creíamos que íbamos a salir de aquella”. Su tío no compartía su optimismo. Recuerda que, cuando el sol de la tarde se elevó sobre sus cabezas, él se alejó nadando. “Simplemente se rindió”, recuerda. Ella fue nadando tras él, impulsada por las súplicas de su tía: “¡No dejes que se ahogue!”. Desireé lo alcanzó sin problema, pero fue difícil sujetar a su tío, alto y rollizo, por encima del agua. Finalmente tuvo que soltarlo y dejar que se deslizara bajo la superficie.

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No recuerda cuándo ni cómo murió su tía, pero, pronto, la niña de nueve años se encontró sola en el océano. “Entonces tomé la decisión de alejarme del barco”, dice Desireé. “Necesito irme nadando a otro lado… ¿adónde? No lo sabía”. Esa misma tarde, Strasser y Pisano comenzaron el viaje de vuelta a San Pedro con su botín de jureles recién pescados. Casi a 11 kilómetros de la isla Catalina, Strasser percibió algo blanco brillando en el agua. Viró el First Tring hacia allí y miró por los prismáticos, creyendo que podría ser la defensa de un barco.

SI EL BARCO NO HUBIERA LLEGADO CUANDO LO HIZO, SEGÚN DESIREÉ, “CREO QUE NO HUBIERA SOBREVIVIDO”. “Algo pasa ahí; qué raro”, Strasser recuerda que dijo. “Cuando me acerqué, vi que era un cadáver boca abajo”, cuenta. “Estaba enredado en una cuerda”. Strasser se comunicó por radio con la guardia costera. Oía gritar a los pasajeros en la cubierta inferior. En la conmoción, vio a dos personas más en el agua: una flotaba boca abajo. La otra, con un chaleco salvavidas naranja,


fotografías (desde la izquierda): cortesía de paul strasser. Carolyn Cole/​Los Angeles Times

Strasser con Pisano (izquierda y derecha, respectivamente, en ambas fotos) y, en la segunda foto, con Desireé adulta.

subía y bajaba con la marea, su cabeza y su pelo castaño apenas sobresalían del agua. “Sabía que, si tenía un chaleco salvavidas, era posible que estuviera viva”, cuenta Strasser. Acercó el bote y Pisano saltó al agua. Impulsado por la adrenalina, nadó hasta la figura y la agarró del chaleco salvavidas. Aunque estaba casi inconsciente, Desireé se estremeció. Pisano nadó de vuelta al barco, donde los médicos de la guardia costera la cubrieron con botellas de agua caliente, que sintió como agujas. Si el barco no hubiera llegado cuando lo hizo, confiesa Desireé, hoy de 45 años, “honestamente, no creo que hubiera sobrevivido. Creo que ya me había rendido cuando me encontraron”. Una portavoz de la guardia costera dijo poco después que Desireé era “fuerte y resistente”. Un día más tarde,

la niña salió del hospital por sus propios medios tras ser tratada por agotamiento e hipotermia. Cuando los oficiales sacaron el barco de la familia del agua, no encontraron ninguna señal de colisión, y concluyeron que el oleaje, quizá de la estela de otro barco, pudo haber volcado al DC Too. Los dos cuerpos que encontraron eran de la madre y de la tía de Desireé. La búsqueda para encontrar a su padre, hermana y tío fue abandonada dos días después del rescate. “Incluso tenía la esperanza de que mi padre hubiera alcanzado la orilla”, dice Desireé. “Quizá tenía amnesia y estaba viviendo en una isla sin saber que tenía una familia. Nunca hay que perder la esperanza. Pero cuando creces y te enfrentas a la realidad, te das cuenta de que, al final, no lo consiguió”. Desireé Rodríguez, ahora Desireé Campuzano, fue adoptada por otros tíos. Nadie le preguntaba sobre su experiencia en el mar. Dice que no 12.2021 selecciones

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querían que creciera con el trauma. Por un tiempo, trató de ir a terapia, pero luchó con aquel episodio ella sola, intentando ser una buena persona, preguntándose constantemente: ¿qué esperarían mis padres de mí? Estudió el bachillerato mientras preparaba una carrera en justicia penal. En 2013 se casó y, hace seis años fue madre. Cuando iba a cumplir 30 años, Desireé comenzó a pensar en sus rescatistas. Envió un mensaje a Oprah Winfrey para que la ayudara a encontrarlos, pero no recibió respuesta. En ocasiones, Strasser y Piasno también pensaban en ella. Especialmente cuando les pedían que contaran esa increíble historia del barco. Pero, ni Desireé, ni los hombres que la salvaron, sabían dónde empezar a buscar. “Desireé era un fantasma”, dice Strasser. “La salvamos. Está por ahí, en el mundo. Y eso era todo lo que sabíamos”.

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Cuando la pandemia del Covid desbarató los planes de Philip Friedman de volver a su trabajo como profesor cerca de Shanghai, en China, este aficionado a la pesca de 63 años decidió quedarse con su familia en el sur de California y crear un podcast sobre su pasatiempo favorito. En diciembre de 2020, lanzó “Aventuras Friedman”, donde presentaba historias de los pescadores del embarcadero y hablaba sobre barcos, pescas y excursiones. En un episodio, Pisano narró el rescate de 1986. Ese mismo día, Pablo Peña, de 41 años, escuchó el programa en su viaje de 20 minutos hasta su trabajo como ingeniero ferroviario. Al escuchar la increíble historia, recordó una conversación que tuvo años antes con una ex compañera de trabajo. Le contó que había perdido a sus padres en un accidente en el océano y que ella había sido la única superviviente. “Pensé que, tal vez, podía ser ella”, cuenta Peña. “Pero tendrían que decir que su nombre era Desireé Rodríguez para estar seguro”. Entonces, en el podcast, Pisano dijo, “el nombre de la niña que rescatamos era Desireé Rodríguez”, añadiendo que había muchas Desireé Rodríguez en Los Ángeles.

foto: ©Carolyn Cole/​Shutterstock

El creador del podcast, Friedman (abrazando a Desireé) ayudó a darle un nuevo final a esta increíble historia.


Peña recuerda “pensé, ‘vaya, esto no puede ser cierto’”. Había conocido al creador del podcast una década antes en un viaje de pesca, así que le envió un mensaje. “Le dije, ‘no puedes estar hablando en serio”, cuenta Friedman. Sabía que debía localizarla. “¡Hay que darle un final a esta historia!” Friedman ideó un plan para sorprender a los pescadores con la mujer a la que habían rescatado años antes. Antes que nada, se puso en contacto con Desireé para asegurarse de que ella quería reunirse con sus rescatadores. “Era inquietante. No lo digo en el mal sentido, sino como sobrecogedor”, admite Desireé, que ahora es sargento en la oficina de policía del condado de Los Ángeles. “¿Qué probabilidades hay de que ocurra algo así, después de tantos años? Muy pocas”. Desireé accedió a ir al estudio unos días después. La idea era que fingiera el papel de Raquel, una traductora que contaría el rescate de los capitanes para la televisión en español. “Al principio”, admite Desireé, “me ponía nerviosa verlos y pensar en poner punto final al asunto”. Sonreía mientras escuchaba a sus rescatistas contar su parte de la historia. No sospechaban de ella en absoluto. Después de casi diez minutos, Friedman puso fin al engaño. “Escuchen, quiero confesarles una cosa”,

dijo. “Ella no es traductora. Voy a dejar que se presente”. “Soy Desireé”, dijo ella, con la voz entrecortada. Pisano dio un golpe en la mesa al reconocerla. Entre abrazos, lágrimas y exclamaciones, los tres desconocidos contaron la historia que los reunió décadas antes. “Siento que, en cierta forma, es como nuestra hija, porque la trajimos de vuelta al mundo”, dice Strasser. A lo largo de años, Desireé se preguntó qué había ocurrido con los hombres que la rescataron. Ahora, al reencontrarlos, dice que espera permanecer en contacto con ellos para siempre. El 18 de mayo de 2021, en el trigésimo quinto aniversario del accidente, Strasser y Pisano llevaron a Desireé y a su familia a la isla Catalina en su barco de pesca, recorriendo la misma ruta de años antes. “Nada parecía haber cambiado desde el día que la encontramos”, dice Strasser. Detuvieron el barco y la familia rezó. Entonces los hombres les dieron ramos de claveles, rosas y azucenas para que las pudieran lanzar al agua como recuerdo. El detalle fue perfecto. No podían saberlo, así que Desireé les explicó, con lágrimas en los ojos, que las azucenas eran las flores favoritas de su madre. los anGeles times (10 de marzo de 2021), derechos de autor © 2021 de los anGeles times , latimes.com

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Cómo elevar nuestra autoestima Todos nos sentimos menos de vez en cuando. Estos consejos pueden ayudarlo a animarse. Courtenay Smith y Samantha Rideout

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fotografías de Joleen Zubek


U

na noche helada de enero, Ashley Austrew se quedó sentada en su auto en un estacionamiento, mientras intentaba reunir el valor necesario para entrar en una clase de improvisación de comedia. Durante 20 minutos, esta periodista de 33 años y madre de dos niños permaneció inmóvil viendo pasar un torbellino de pensamientos que golpeaban su autoestima: “No puedo hacerlo. Seré la que peor lo haga”. Luego respiró hondo varias veces y finalmente entró. Para Austrew, la clase fue el primer pequeño paso en su lucha por elevar su autoestima. “Toda mi vida me he sentido insegura”, dice. “No tenía el valor para probar nada nuevo”. Entonces hizo una lista de todas las cosas que temía intentar y se preguntó: ¿Y si esta vez no permito que las excusas ganen? El miedo se evaporó en cuanto entró en clase. Sus compañeros también eran principiantes y descubrió que era perfectamente capaz de generar algunas risas y hacer nuevos amigos. Durante los siguientes dos años, Austrew continúo derribando obstáculos y hasta se animó a escribir un libro. “La autoestima es como un músculo que uno debe ejercitar constantemente”, afirma. Algunas personas tienen la suerte de contar con una firme actitud positiva que parece no quebrarse ante nada, pero la mayoría debe aprender maneras de elevar su propio ánimo.

Los psicólogos afirman que las personas tienden a experimentar sus puntos más bajos de autoestima durante la adolescencia y luego pasan gran parte de la vida adulta reconstruyendo lentamente esa confianza. Mantenerse positivo ha sido algo difícil los últimos dos años. Investigaciones realizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en países del grupo muestran que, en comparación con 2019, se ha registrado a nivel mundial un marcado aumento de la prevalencia de depresión y ansiedad (primos malvados de la baja autoestima). Los casos se han duplicado en muchos países. Por suerte, como sucedió con Austrew, es posible aprender a sentirse mejor y fortalecer los sentimientos de esperanza. (Cualquiera con síntomas graves o persistentes debe buscar ayuda profesional). Le ofrecemos ocho estrategias respaldadas por la ciencia para mejorar la relación con esa persona que aparece en su espejo.

Lo positivo de sentirse mal Primero debe comprender que las emociones negativas no son inherentemente malas y pueden resultar útiles. “Ese brote de ansiedad busca llamar mi atención y me dice: ‘¡Oye! Tienes que enfocarte en esto’”, comenta el psicólogo estadounidense Ethan Kross, autor del libro Chatter: The Voice in Our Head, Why It Matters, and How to Harness It. Si debe tratar un problema inmediato, como limitar 12.2021 selecciones

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sus gastos, esa llamada a enfocarse puede ser de gran ayuda. Pero cuando no logra desactivar un determinado circuito de pensamiento, la negatividad puede escalar y convertirse en un proceso dañino. Si no lo deja dormir, se siente físicamente estresado o no deja de reproducir en su cabeza la misma situación, es necesario emplear herramientas para romper el círculo, sostiene Kross.

Aprender a hablar con uno En su laboratorio de la Universidad de Michigan, Kross pide a los participantes de sus estudios que hablen consigo mismos en segunda persona y usen sus nombres propios. Uno puede decir: “[Su nombre], está bastante nervioso por esta reunión”. Esta sencilla modificación en el discurso permite pasar más rápido al modo resolución de problemas. “Se convierten en sus propios orientadores y comienzan a darse consejos a sí mismos, analizan la situación e intentan ver si cuentan con los recursos necesarios para resolver el problema”, afirma Kross.

Cambiar la perspectiva Si se encuentra mirando por la ventana, perdido en un círculo de pensamientos, camine hacia otra ventana. Diferentes perspectivas pueden ayudar a digerir sus experiencias; cambiar aquello que ve físicamente también puede favorecer un cambio en lo que ve emocionalmente. “Cuando me quedo atascada en determinada

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sensación y opto por alejarme y buscar algo mejor, elijo algo bueno para mí. Eso es un tratamiento en sí mismo”, comenta Sasha Storaasli, especialista en pacientes terminales que han recibido trasplantes.

Tareas en las que se destaque El psicólogo canadiense Patrick Keelan toca el piano todos los días para poner en práctica lo que predica. Cuando trabaja con personas con baja autoestima, les sugiere que realicen de forma cotidiana actividades en las que empleen sus propias habilidades o las perfeccionen. “Cuando se hace algo en lo que se es bueno o uno está mejorando, resulta más difícil pensar en negativo sobre uno mismo”, explica. No espere hasta sentirse seguro para practicar ajedrez, aprender a construir muebles o probar una receta nueva. Según los resultados de un estudio realizado durante 14 años en el que participaron 7.000 voluntarios,


aumentar la autopercepción de estar dominando una actividad que nos interesa puede elevar nuestra autoestima a cualquier edad.

Tiempo para recordar Mientras que algunas investigaciones sugieren que la felicidad aumenta con la edad, otras señalan que la autoestima alcanza su pico máximo a los 60 años y luego decae. A medida que se envejece, la pérdida de seres queridos, identidad profesional o independencia puede atentar contra la percepción de quién se es. Contar historias del pasado puede ayudar a reafirmar la autoestima. En un estudio iraní de 2015, un grupo de hombres viudos mayores de 60 años compartieron recuerdos y lecciones de vida. Esto “promovió su sentido de identidad, fue un aporte positivo para las siguientes generaciones y reafirmó el significado de sus vidas”. Permítase recorrer el camino de los recuerdos y disfrute de un álbum de fotos o escuche música de momentos significativos.

Lo valioso que uno es Los resultados de un estudio de 2020 revelan que creer que somos importantes y merecemos ser tenidos en cuenta son pilares fundamentales. Mantener relaciones personales sólidas es la mejor herramienta para creer en el propio valor, según se señala en un artículo del Journal of Mental Health and Addiction. Pase tiempo con sus seres queridos y recuérdeles que

pueden encontrar en usted un hombro para sus penas. “Es bonito saber que alguien se preocupa por mí y, a la vez, que los demás sepan que pueden contar conmigo", comentó uno de los entrevistados. Mantener la sensación de control respecto a cuestiones de salud también alimenta ese sentimiento. Tomar la iniciativa en la búsqueda de profesionales médicos, o pedir a sus familiares que no lo ignoren a la hora de tomar decisiones médicas, ayuda.

Compartir sentimientos Con las emociones negativas fuertes, solemos sentir necesidad de hablarlas. Distintas investigaciones muestran que esto no siempre calma el estado de confusión interna, al igual que las sesiones en donde ambas partes se quejan. Dichas interacciones pueden reactivar emociones negativas. Lo importante es lograr una devolución que permita avanzar más allá de los sentimientos negativos, afirma Kross. “Hable sobre lo que lo incomoda, pero sea prudente”, apunta. “Busque a alguien empático, que dé consejos y lo ayude a ver el escenario completo”.

En movimiento La actividad física también produce sensación de competencia y realización. Decenas de estudios han indicado que el ejercicio posee un impacto significativo en la autoestima y en otros niveles de percepción de uno mismo. Corra, nade o camine. Y, algo tanto o más importante, disfrútelo 12.2021 selecciones

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ASÍ es

Una amiga mía daría a

luz casi al mismo tiempo que su hija mayor, que era primeriza. El día en que estaba programado el parto de mi amiga, casualmente pasé frente a su casa y me pregunté qué habría tenido. Un letrero

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colocado en la puerta principal me dio la respuesta: “¡Es un tío!”. —Pam Lester, Estados Unidos Aunque llevaba varios meses saliendo en plan romántico con una mujer, me di cuenta de

que no la conocía tan bien como creía. Un día llamé por teléfono a su casa y contestó su hijo de 10 años. —Hola —le dije—, soy Tom. ¿Puedo hablar con tu mamá? —¿Eres Tom Uno o Tom Dos? —inquirió el

ILUSTRACIÓN: DAN ReyNoLDS/CARTooNSToCk.Com

LA VIDA


ILUSTRACIÓN: Dan Reynolds/Cartoonstock.com

Es un problema que la computadora que uso para trabajar también tenga una función en la que puedo pasar 3 horas viendo catálogos de edredones. —@ CAITIEDELANEY niño. Sobra decir que su madre se quedó con un solo Tom. —Thomas Falldorf, Estados Unidos ¿Por qué las tostadoras

no tienen una ventana para poder ver qué tan dorado está el pan? —@JONATHANHIMPLE A mi tía le obsequiaron

un altavoz inteligente Google Home en Navidad. Ella ya tenía un Alexa, de Amazon. Hace poco, nos encontrábamos jugando con el nuevo aparato y preguntamos: —Oye, Google, ¿qué piensas de Alexa?

El dispositivo respondió: —Me gusta su luz azul. Del otro lado del cuarto, Alexa se encendió y dijo: —Gracias. Tengo miedo. —@ALLISONCAHOUN1 Cierto fin de año mi es-

posa ordenó un pavo de corral, orgánico, sin organismos transgénicos y sin antibióticos. Cada uno de esos adjetivos aumentó 20 dólares al costo. —@KentWGraham Si alguna vez hay un apagón general en Norteamérica, no entren en pánico. Mi esposa tiene

suficientes velas guardadas para todos. —@squirrel4wkgn Me encanta ver a las

personas entrar en pánico en el karaoke cuando se dan cuenta de lo larga y repetitiva que es la canción que eligieron. Es como si sus ojos preguntaran: “¿Cantaré esto para siempre?”. —@ISABELZAWTUN Me gusta mucho ese

momento en el que vas por la calle sin mascarilla y te la tienes que poner para entrar en un bar y quitártela en cuanto te sientas. . —@MAGuisado

Durante muchos años mi hermano trabajó como sastre con un hombre que se cansó de ese oficio y decidió poner una cantina. Una vez, mi hermano se hallaba recostado en una de las mesas de dicho negocio cuando llegó un cliente que, tras verlo así, le reclamó al dueño del bar: —Diego, ¡mira lo que has hecho con este buen hombre! Antes era un sastre. ¡Ahora es un desastre! —Aurora Delgado, México, septiembre de 2019

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foto: JaMes BricKWood/sYdneY MorninG Herald

Gary Maddox: "Está bien que no haya futuro… Lo que realmente importa es que estoy aquí ahora.


SOBREVIVIENDO A UN

DIAGNÓSTICO DESOLADOR Cuando era joven superé un linfoma no Hodgkin. Veintiséis años más tarde, enfrenté un desafío nuevo y aterrador. Garry Maddox eXtraído de tH e sYdneY MorninG Herald


Consulté al médico por un bulto que encontré debajo de mi brazo izquierdo. Cree que se trata de un quiste inofensivo. Regreso entonces al trabajo y retomo el entrenamiento. A comienzos de julio, aparece un segundo bulto del lado derecho de mi pecho. El médico clínico cree que es otro quiste pero, debido a que es más notorio y mi viaje se encuentra tan próximo, le pido que lo extirpe. Me deriva entonces a un cirujano que me indica una biopsia antes de realizar la operación. Una tarde fría de fines de julio, me someto a una serie de escaneos y a una punción en una clínica. El procedimiento se extiende por más tiempo de lo esperado. Luego de que el médico examina las radiografías y realiza

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una segunda biopsia, le pregunto si cree que se trata de cáncer. Asiente. Lo que sea que hayamos dicho después de eso es solo un recuerdo borroso. Al llegar a casa, le cuento a mi esposa Heather con la mayor calma posible lo que me dijo el médico. Casi tan pasmada como yo, ella inmediatamente se muestra práctica: sugiere que esperemos hasta saber más y que resolvamos las cosas día a día. Le cuento las novedades a mi hijo Kip, de 27 años, que está trabajando con la computadora en su habitación. Toma la noticia con calma y lo procesa lentamente. Todos sabemos que no tiene sentido desperdiciar lágrimas ahora. Tenemos una cena tranquila y resolvemos que, como familia, haremos

foto cortesía del autor

Fines de junio de 2019, no sé qué me espera por delante. La vida familiar y el trabajo como escritor en un diario de Sydney, Australia, funcionan bien y estoy comprometido con el entrenamiento para un triatlón en Lausanne, Suiza, que se realizará en septiembre. Desde que comencé a practicar este deporte seis años atrás, aprendí a disfrutar de salir al aire libre, a nadar, correr o andar en bicicleta prácticamente todas las mañanas.


foto cortesía del autor

Desde el comienzo, su esposa Heather y su hijo Kip estuvieron junto a Gary en su lucha contra el cáncer.

todo lo posible para ganar esta batalla. Dos días más tarde, el cirujano confirma que se trata de cáncer. “Si tiene suerte, es un linfoma”, dice. “Si no, es melanoma”. Aún tengo la esperanza de poder correr en cinco semanas y comenzar un tratamiento cuando regrese a casa. Pero después de más estudios y biopsias, recibo la llamada de un oncólogo. Es tarde un viernes de agosto y estoy caminando de regreso a casa después de ir a sacarme los puntos de la biopsia. El médico admite sentirse impactado: es melanoma, con metástasis. Le pregunto si la sorpresa se debe a cuánto cáncer hay o a cuánto ha avanzado. “Francamente, ambas cosas”, dice. Hay tumores alrededor de mi pecho, abdomen y piernas. Es una sombría caminata de regreso a casa. Converso sobre el diagnóstico con Heather y Kip e intento mantenerme positivo pero no puedo olvidar esas palabras: “Francamente, ambas cosas”. Vamos a nuestro restaurante de comida tailandesa favorito y conversamos sobre cualquier cosa menos del diagnóstico. Es una apuesta conjunta por mantenernos alegres. Lo raro es que me siento bien. Si no hubieran aparecido esos bultos, no me hubiera

enterado de que estaba tan enfermo. Trabajo el domingo siguiente, escribo un par de historias, luego le cuento al editor ejecutivo acerca del diagnóstico. Es una conversación difícil e incómoda para ambos, pero me siento aliviado y agradecido al escuchar que me ofrece todo el apoyo que necesite para transitar este camino. No tengo idea de cuándo ni dónde comenzará el tratamiento. Durante los días siguientes, me armo de valor para lo que creo será la quimioterapia. Intento no angustiarme. Sea lo que sea lo que suceda después, llevará tiempo, y debo tratar de disfrutar ese tiempo.

V

EINTISÉIS AÑOS ANTES, una experiencia similar me hizo madurar. Después de que me diagnosticaron linfoma no Hodgkin, me sometí a seis meses de quimioterapia brutal. El tratamiento funcionó, y salí de esa experiencia convertido en una mejor persona, un ser más agradecido. Heather y yo recién habíamos comprado 12.2021 selecciones

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pulmón) está afectando un órgano vital y, un dato crucial, los médicos no creen que el cáncer haya llegado a mi cerebro. Y el gran apoyo de mi familia, amigos y colegas de trabajo que conocen el diagnóstico es realmente conmovedor. Le cuento la situación a la menor cantidad de personas posible. Cuando un amigo se entristece al escuchar la noticia, yo también me entristezco. Cuando alguien me asegura que superaré todo esto, también me angustio. “¿Acaso no saben lo grave que es lo que me está sucediendo?”. En momentos de mayor calma, me doy cuenta de que las personas tan solo están haciendo un esfuerzo muy grande para responder a pesar de que no saben qué decir. La noche es el peor momento. Hay tanto para pensar en la oscuridad: “Esto terminará mal”. “Habrá dolor”. “¿Por qué no hice más con mi vida?”. Finalmente, pasadas las cinco, todas las mañanas nuestro perro Kody comienza a ladrar para que lo dejemos entrar. Salta, huele y resopla y me sigue mientras subo las escaleras de regreso a la habitación y entonces los pensamientos oscuros desaparecen.

E

L ONCÓLOGO ALEX Menzies trabaja desde una clínica en el norte de Sidney, sede del Melanoma Institute Australia, la organización sin fines de lucro más grande del mundo dedicada a la investigación sobre esta enfermedad.

foto cortesía del autor

una casa, Kip tenía dos años y yo estaba decidido a mantenerme con vida para ser un buen padre. Me alejé del trabajo, aprendí a vivir el momento, a apreciar lo que tenía y a aprovechar al máximo la vida. Una vez recuperado, me sentí decidido a vivir con intensidad, a divertirme. Ahora el desafío era muy diferente. Melanoma. “El cáncer de Australia”, como lo llamó mi oncólogo. Por los altos niveles UV que presenta el área y el estilo de vida al aire libre de su población, Australia y Nueva Zelanda registran los índices más elevados del mundo en incidencia de melanoma. La cascada de malas noticias continúa. Cinco patólogos no consiguen especificar qué tipo de melanoma tengo y lo describen con una aterradora e indescifrable frase: “neoplasma maligno no diferenciado con reacción linfohistiocitaria prominente”. A partir de un formulario que me entregaron para firmar en una sala de espera, descubro que tengo melanoma en “fase cuatro”, lo que significa que la metástasis se ha extendido por todo el cuerpo. Cuando busco en Google, me horrorizo al advertir que no hay fase cinco. Seis semanas después de la aparición del primer bulto y antes del comienzo del tratamiento, surge otro bulto en mi abdomen y comienzan a dolerme increíblemente los muslos. A pesar de que pueda sonar muy extraño, me doy cuenta de lo afortunado que soy. Solo un tumor (en mi


foto cortesía del autor

Gary encontró paz en la práctica de natación en un club local.

Enérgico y muy enfocado, el doctor Menzies sostiene que hasta no realizar estudios adicionales no es posible establecer con certeza qué tipo exacto de cáncer tengo. Cree que lo más probable es que se trate de melanoma y afirma que el mejor tratamiento no es la quimioterapia sino la inmunoterapia. Mediante el uso de dos medicamentos muy potentes, nivolumab e ipilimumab, intentarán activar mi propio sistema inmune para eliminar las células cancerígenas. Para comenzar, serán cuatro tratamientos, con tres semanas de separación. Solo el 50 por ciento de los pacientes completa las cuatro instancias debido a los efectos secundarios de estas terapias, pero incluso un solo tratamiento puede tener efectos positivos. El plan de subsidios del gobierno australiano cubre el impactante costo de 250.000 dólares durante dos años. Los medicamentos están disponibles en un centro que se encuentra justo

al cruzar la calle, de modo que puedo comenzar inmediatamente si lo deseo. Apenas puedo decir “por supuesto” lo suficientemente rápido. Media hora más tarde, estoy sentado en un sillón de cuero con un goteo colocado en mi brazo para dar comienzo al primer tratamiento: 30 minutos de nivolumab, 30 minutos de solución salina, 30 minutos de ipilimumab. En diferentes salones, pacientes que se ven muy enfermos están recibiendo sus tratamientos recostados en sillones. Me pregunto si así es cómo me veré pronto. Habiendo transitado dos semanas de tratamiento, justo después de la fecha de mi carrera en Suiza, está claro que la inmunoterapia no se parece a la quimioterapia. En lugar de sentirme agotado e ir recuperándome gradualmente, cada día es diferente. Algunos días me siento bien; otros cansado y con náuseas. Duermo en forma intermitente. 12.2021 selecciones

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Desarrollé mi propio enfoque para abordar mi recuperación: disfrutar cada día, vivir el momento, saborear el tiempo con familia y amigos, comer bien, mantenerme conectado con el mundo, hacer ejercicio, divertirme y estar mentalmente estimulado. Me encanta leer libros y ver películas cuando me siento suficientemente bien. Nadar también me está ayudando, aunque ahora solo consista en deslizarme a través del agua fresca

engañarme a mí mismo, de que habrá un futuro. A veces consigo completar 40 y hasta 50 largos constantes y seguidos. A medida que pasan las semanas, logro aceptar dos aspectos relacionados con tener cáncer que calman la ansiedad que me invade por las noches. En lugar de resistirme a ser paciente, acepto que soy parte de este mundo incierto de la lucha médica. Comienzo a usar la pulsera de goma que me dieron para indicar a médicos y paramédicos qué medicamentos estoy tomando. En lugar de percibirme diferente a otros paUNA DÉCADA ATRÁS, cientes, me siento familia con UN MELANOMA EN ellos. Trato de sonreír en lugar de evitar el contacto visual. FASE CUATRO ERA Y decido que está bien si no CASI UNA SENTENCIA hay futuro. He sido un buen paDE MUERTE. dre y he aprovechado el tiempo desde que comencé la lucha contra el linfoma. Lo que realen un natatorio cercano. La serenidad mente importa es que estoy aquí hoy. llega a medida que completo los traEn octubre, luego del tercer tratamos. Hacia fines de septiembre, un miento, el sueño empeora y piernas, mes después del comienzo del trata- pies y manos vuelven a dolerme por miento, los efectos secundarios se li- las noches. Al llegar la tarde, necesito mitan a sarpullidos en la piel y dolores una siesta. en manos, piernas y pies, principalNadar me ayuda a salir adelante. mente por la noche. Para comenzar el Una mañana nado cuatro kilómetros. día, paseo al perro. Y aunque no tenga La semana siguiente, cinco. Tres semuchas ganas, voy a la piscina. manas después, seis. Concentrado en Unos sencillos 20 largos se trans- mantener un estilo tranquilo y una forman en 30 algunas veces. Decido frecuencia cardíaca baja disfruto tanto comenzar un proyecto: usar el tiempo nadar que completo con facilidad los que dure el tratamiento para mejorar tramos. Llega noviembre, tiempo de mi rendimiento en la pileta. Intento realizar escaneos para ver cómo han convencerme a mí mismo, o más bien funcionado los cuatro tratamientos.

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H

EATHER Y YO recién nos estamos sentando cuando vemos que el doctor Menzies entra despreocupadamente a la clínica. Los escaneos, dice, muestran que el tratamiento está funcionando. Estoy confundido. “¿En buen sentido?”, pregunto. El médico sonríe. Entre los resultados posibles de la inmunoterapia: “Mejor imposible”. Continuaré el tratamiento ahora con otra medicación (nivolumab cada 4 semanas). Espera que los tumores continúen encogiéndose, hasta incluso dice que podrían desaparecer por completo. Cree que voy camino a una cura efectiva. Estoy pasmado. Heather y yo tomamos un café en el jardín del hospital, mientras intentamos descifrar si creer o no lo que acaba de suceder. Me siento aliviado pero desconcertado. Durante las semanas siguientes, el avance continúa y los escaneos muestran que tendré que continuar con el tratamiento una vez por mes durante buena parte de 2020. Pero ahora cuando Kody ladra para que lo dejemos entrar a las 5 de la mañana, ya no es un alivio que se haya terminado la noche. Es el comienzo de un nuevo día. Recién cuando hablo con Menzies para escribir esta historia entiendo lo afortunado que fui. Una década atrás, me dice, un melanoma en fase IV era una sentencia de muerte. Con lo poco que podría haberme ayudado la quimioterapia, me habrían dado de seis a nueve meses de vida.

Menzies afirma que el 50 por ciento de los pacientes con melanoma en fase IV ahora sobreviven lo suficiente como para llegar a curarse realmente. “Esto fue una absoluta revolución”, comenta. Los dos medicamentos que están salvando mi vida se administraron como tratamiento combinado por primera vez en 2016. Dentro de los tratamientos de inmunoterapia que están revolucionando la manera de combatir muchos tipos de cáncer, estas drogas están demostrando ser útiles para cánceres de mama, pulmón, cabeza y cuello, vejiga, intestino y estómago. Según Menzies, para los únicos tipos de cáncer que la inmunoterapia no resulta son cáncer de páncreas, próstata y cerebro. “La inmunoterapia es el avance más grande de la medicina en nuestra generación”, afirma. SON LAS 5:30 de una mañana de febrero, casi seis meses después de haber comenzado el tratamiento, y me siento fuerte al llegar a la piscina. Comienzo a nadar en la oscuridad y sigo nadando hasta ver cómo la cristalina mañana emerge ante mis ojos; completo 10 kilómetros por primera vez. No puedo evitar notar que el cielo se ve azul hoy. Garry Maddox comenta que sus médicos han dado vía libre para dejar el tratamiento. En octubre de 2020, compitió en un “triatlón de reencuentro”. eXtraído de tHe sYdneY MorninG Herald (3 de aBril de 2020), coPYriGHt © 2020 Por tHe sYdneY MorninG Herald.

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Ernő Rubik, el inventor del Cubo de Rubik, en su casa de Budapest.


fotografía: ©Akos Stiller/The New York Times

EL CUBO MÁS POPULAR

Ernö Rubik desarrolló uno de los juegos de ingenio más populares del mundo y aún aprende de él. Alexandra Alter del New York Times 12.2021 selecciones

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LA PRIMERA PERSONA que resolvió un

Cubo de Rubik luchó durante un mes hasta lograrlo. Se trataba de su mismísimo creador, un modesto profesor de arquitectura húngaro llamado Ernö Rubik. Cuando inventó el cubo en 1974, no estaba seguro de que pudiera resolverse. Tiempo después, expertos matemáticos calcularon que existen 43.252.003.274.489.856.000 maneras de organizar los cuadrados. Cuando Rubik finalmente lo logró, se sintió invadido por una “inmensa sensación de realización y alivio absoluto”. Hoy, mirando atrás, advierte que para las nuevas generaciones de “speed-cubers”, personas que resuelven estos cubos a altísima velocidad, como el chino Yusheng Du, con el récord mundial a 3,47 segundos en 2018, tal vez no sea tan emocionante. “Pero recuerden”, escribió Rubik en su libro autobiográfico Cubed, “esto nunca se había hecho antes”. En las casi cinco décadas desde entonces, el Cubo de Rubik se ha convertido en uno de los juegos de ingenio más duraderos, seductores, enloquecedores y absorbentes jamás

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creados. Se han vendido más de 350 millones de cubos a nivel mundial, y si se incluyen también las copias económicas, esa cifra se eleva bastante más. El cubo cautiva a programadores informáticos, filósofos y artistas por igual. Se han publicado cientos de libros sobre prometedoras estrategias para resolución rápida, análisis de los principios de diseño del cubo y exploración de su significado filosófico. El científico Douglas Hofstadter escribió en 1981 que el cubo “es una ingeniosa invención mecánica, un pasatiempo, una herramienta de aprendizaje, una fuente de alegorías, una inspiración”.


foto: Rubik’s Brand

Pero aunque el Cubo de Rubik conquistó el mundo, el hombre detrás de él, un ser modesto y reacio a la publicidad, continúa siendo un misterio. RUBIK, hoy de 77 años, es un hombre alegre y animado que juega con sus anteojos y se balancea en el sillón del salón de su casa mientras se pasa las manos por el pelo y deja en alto un mechón gris que le da el aspecto de un pájaro sobresaltado. Habla de manera formal y ofrece respuestas extensas, elaboradas y filosóficas. “Tengo una relación muy cercana con el cubo”, dijo Rubik durante una entrevista vía Skype desde Budapest. Sentado en la comodidad de un hogar que él mismo diseñó, jugaba distraído con un cubo mientras charlábamos. “El cubo ahora es un ser de mediana edad; conozco muchas cosas sobre él”. Ernö Rubik nació el 13 de julio de 1944 en el sótano de un hospital de Budapest que se había convertido en refugio antiaéreo. Su padre era ingeniero y diseñaba planeadores. Cuando era niño, le encantaba dibujar, pintar y esculpir. Estudió arquitectura en la Universidad Técnica de Budapest y luego arte en la Escuela Superior de Artes Aplicadas. Se obsesionó con los patrones geométricos. Como profesor, daba una clase llamada geometría descriptiva que enseñaba a los alumnos a utilizar imágenes bidimensionales para representar formas y problemas en tres dimensiones. Era un campo algo

Arriba: el diseño inicial de Rubik hecho con madera. Abajo: más tarde le añadió color para que pudiera verse el movimiento de los cuadrados.

extraño y esotérico que lo preparó para el posterior desarrollo del cubo. En la primavera de 1974, cuando tenía 29 años, Rubik estaba en su habitación en casa de su madre, jugando. Era un lugar similar al interior del bolsillo de un niño, con crayones, cuerdas, palitos, resortes y recortes de papel por todas partes. También había cubos hechos con papel y madera. 12.2021 selecciones

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Un día, “no sé exactamente por qué”, escribe en su libro, intentó unir ocho cubos de modo que pudieran mantenerse juntos pero, al mismo tiempo, moverse a través de la estructura y cambiar de lugar. Montó los cubos con madera y luego perforó un orificio en las esquinas para unirlos. Rápidamente el objeto se desarmó. Muchas pruebas y repeticiones más tarde, Rubik llegó al diseño exclusivo que le permitiría construir algo paradójico: un objeto sólido y estático que también fluía. Luego decidió pintar las caras de los cuadrados de color amarillo, azul, rojo, naranja, verde y blanco para que los movimientos adquirieran visibilidad. Rubik dio un

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giro, luego otro y otro hasta que advirtió que tal vez ya no podría devolver el cubo a su disposición original. Se había perdido en un colorido laberinto y no tenía ni idea de cómo navegar a través de él. Y no había vuelta atrás. Después de que el cubo se convirtiera en un fenómeno mundial, corrieron un sinfín de rumores sobre el proceso creativo de Rubik y se decía que su creador trabajaba en el cubo día y noche durante semanas. En realidad, iba a trabajar, visitaba a amigos e intentaba resolver el cubo en su tiempo libre, solo por diversión. Una vez que lo logró, Rubik presentó una solicitud ante la Oficina de Patentes de Hungría por un “juguete

fotografía: Rubik’s Brand

Ernő Rubik, derecha, en el Campeonato Mundial de Cubo de Rubik de 1982 en Budapest. Entre los contrincantes se encontraban, de izquierda a derecha, el húngaro Zoltan Labas, el holandés Guus Razoux Schultz y el estadounidense Minh Thai.


de lógica tridimensional”. Y un fabricante de juegos de ajedrez hizo 5.000 copias. En 1977, el “Cubo Mágico Rubik”, o Buvös Kocka, debutó en las jugueterías húngaras. Dos años más tarde, se habían vendido 300.000 cubos en Hungría. Rubik firmó un contrato con una empresa estadounidense, Ideal Toy, que quería un millón de cubos. La empresa llevó a Rubik a una feria de juguetes en Nueva York en 1980. El tímido profesor de arquitectura no era el vendedor más carismático, pero la empresa necesitaba a alguien que pudiera mostrar que era posible resolverlo. Las ventas se dispararon: en tres años, Ideal vendió 100 millones de Cubos de Rubik. Las guías y libros para resolver el cubo llenaron las listas de best-seller. “Muchos tienen la sensación de que el cubo es muy simple, con seis caras y seis colores”, dijo el filósofo Steve Patterson. “Pero en poco tiempo se vuelve increíblemente complejo”. Al principio, Rubik no recibía un sueldo de la empresa de juguetes y durante un tiempo obtuvo muy pocos beneficios. Vivía con su sueldo de profesor de 200 dólares al mes. Pero empezaron a correr rumores de que se había convertido en el hombre más rico de Hungría o que había perdido todo su dinero por un grupo sin escrúpulos. (Nada era cierto). Rubik comenzó a sentirse atrapado por su propia creación y toda aquella atención lo ponía nervioso. “No soy el tipo de persona que disfruta siendo el

centro de las miradas”, comentó. “Ese tipo de éxito es como la fiebre, y la fiebre alta puede ser muy peligrosa”. Prácticamente a la misma velocidad con la que estalló la popularidad del cubo, comenzó a desmoronarse. Copias falsas y de baja calidad inundaron el mercado y la demanda cayó. Rubik inauguró su propio estudio de diseño en Hungría y comenzó a trabajar en nuevos proyectos, entre ellos, dos juegos llamados Snake y Tangle. En la década de 1990, una nueva generación de entusiastas redescubrió el cubo. Se alcanzaron nuevos récords de resolución a gran velocidad y se marcaron otros récords menos comunes: personas que resolvían el cubo bajo el agua, mientras caían en paracaídas, con los ojos tapados o hacían malabarismo. La Asociación Mundial de Cubos Mágicos hoy organiza más de 1.000 competiciones al año. RUBIK no se suma a estos desafíos. Puede resolver el cubo en aproximadamente un minuto, pero no está interesado en la velocidad. “La solución elegante y la calidad es mucho más importante que la rapidez”, dijo. Hoy, se dedica a leer ciencia ficción, jugar al ping pong y a la jardinería. Y todavía reflexiona sobre sus posibles aplicaciones. “Veo potencial para usos que aún no se han desarrollado”, dijo. “Me encuentro en esa búsqueda”. eXtracto del new York times (16 de sePtiembre de 2020), coPYright © 2020 Por new York times .

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RESURGE CIUDAD DEL CABO La nueva generación posterior al apartheid está haciendo que la ciudad vibre con una nueva energía más creativa. Nicholas DeRenzo foto: alistair berg/getty images

para HemispHeres magaZine de United airlines

El barrio Bo-Kaap, en Ciudad del Cabo, está lleno de edificios pintados en vivos colores.


Para disfrutar al máximo del dramático paisaje de la región, comienzo mi visita con una excursión de medio día con la agencia Cape Sidecar Adventures, la cual ofrece paseos en sidecars de motocicletas de las décadas de los 50 y 60. El propietario de la compañía, Tim Clarke, me viste con una chaqueta de cuero, casco, gafas protectoras y guantes, y me presenta con el “director de mercadotecnia”: un perro rescatado

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llamado Brody que usa “doggles” (gafas para perro). Brody y yo nos montamos en el sidecar compartido. No me encantan los perros, pero no puedo evitar sentir una enorme ternura cuando mi compañero apoya su cabeza en mi hombro durante el trayecto. En el pueblo pesquero de Hout Bay esperamos a que la niebla costera se disipe. Dentro del mercado de Bay Harbour me tomo un latte rojo hecho con “té” rooibos —en realidad, se trata de un matorral que crece en la provincia del Cabo Occidental— y después como biltong (carne seca y curada) y droëwors (salchichas secas) como entremés. Al salir de la ciudad, Brody entra en un duelo de ladridos con una foca en el muelle. A nuestro paso, la gente sonríe y agita los brazos como niños. Les devuelvo el saludo y Clarke grita por encima del motor, apuntando al perro: “¡No te están sonriendo a ti!” Zigzagueamos por los panorámicos senderos de la Península del Cabo: una masa de tierra que termina en el famoso Cabo de Buena Esperanza, el punto más suroccidental de África. Mantengo los ojos bien abiertos para ver si se acercan ballenas francas. Pero no tengo suerte. Nuestra siguiente parada es la colonia de pingüinos de la playa de Boulders. “Solíamos traer a nuestros hijos a que nadaran con ellos”, me comenta Clarke. Hay decenas de estas aves graznando, contoneándose y

foto: getty images. (woodstock) Hoberman Collection/Universal Images Group via getty

S

ituada en el extremo suroccidental del continente, Ciudad del Cabo puede llegar a sentirse como la punta del iceberg africano, muchos visitantes no se dan cuenta de todo lo que hay bajo la superficie. Toman el sol en sus playas, bucean en jaulas al lado de sus enormes tiburones blancos, beben su vino, pero, ¿alguna vez llegan a relacionarse con su gente? A un cuarto de siglo desde el fin del apartheid, una nueva generación de capenses creativos exige ser vista y escuchada por primera vez. Las antes ignoradas gastronomías de los xhosas de la región y de la comunidad malaya del Cabo, ahora salen a la luz. El arte contemporáneo africano por fin tiene un museo que se siente tan importante como el famoso Centro Pompidou de París. Los municipios incluso comienzan a adoptar su condición de centros de emprendimiento.


Desde arriba, en el sentido de las agujas del reloj: murales que revitalizan el barrio de Woodstock; pingüinos en la playa de Boulders; Table Mountain sobre Ciudad del Cabo. A principios de año un incendio forestal terminó con cerca de 500 hectáreas del terreno.

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Desde la izquierda, en sentido horario: el Museo Zeitz muestra el arte africano; arquitectura colonial neerlandesa de Babylonstoren; el ímpetu empresarial está mejorando el futuro de los barrios, como el de estos niños de Hout Bay.

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fotos: (museo) cortesía de Zeitz Mocaa; (babylonstoren) ©getty images; (niños) ©Devon Strong/Getty

revolcándose en las olas. Los turistas hacen “ooh” y “aah” ante los esponjosos polluelos y les toman ráfagas de fotos. Es imposible no dejarse llevar por esa escena. Después de la excursión tomo un viaje compartido a Woodstock, un barrio emergente, aunque rudimentario, donde las fábricas están convirtiéndose en galerías y restaurantes de alto nivel. En Old Biscuit Mill, una fábrica de principios del siglo XX hecha con ladrillos rojos, tomo el ascensor hacia The Pot Luck Club, el restaurante hermano de The Test Kitchen (el único del continente en la lista de los 50 mejores del mundo), que se encuentra en la planta baja. Una vez arriba, ante extravagantes vistas de la Montaña de la Mesa con su cima plana, pido un martini de curry verde tailandés, lomo de gacela saltarina con porotos negros fermentados y fideos vermicelli de arroz, además de costillas de cordero deshuesadas con tomates infusionados con jugo de granada. Para bajar el almuerzo, voy al Jardín Botánico Nacional de Kirstenbosch, en las faldas de la Montaña de la Mesa. Este sitio tiene más diversidad de plantas que todo el Reino Unido. Forma parte de la Región Floral del Cabo, un conjunto de 2,7 millones de acres de zonas protegidas. En el parque busco mangostas, regordetas gallinas de Guinea y francolines del Cabo parecidos a las perdices. Después me subo a una plataforma

de madera que serpentea sobre las copas de los árboles. De vuelta en tierra firme, me maravillo con las proteas, plantas florales que parecen alcachofas del mundo del Dr. Seuss (y que dieron nombre a la selección nacional de críquet).

A

la mañana siguiente dispongo a sumergirme en los municipios de la ciudad, barrios anteriormente segregados que son eterno recuerdo de la era del apartheid. Cerca de un 60 por ciento de los capenses viven en estos sitios o en otros asentamientos informales. A pesar de la reputación que tienen por su delincuencia, estas zonas en realidad son semilleros de creatividad. En el área de Gardens me encuentro con el guía de turismo Keith Sparks. Mientras manejamos hacia el este, recuerda las excursiones que se hacían antes a los barrios. “Los ómnibus se estacionaban en la ruta y la gente salía y tomaba fotos frente a la valla. Era casi como si fuera un zoológico”. Este recorrido, el itinerario llamado City Futures, en cambio, se basa en la idea de que el futuro emprendedor de la ciudad se encuentra aquí. En Langa, el municipio más antiguo de la región, el británico-jamaiquino Tony Elvin nos recibe en su centro artístico e incubadora de empresas, iKhaya le Langa NPC. Ahí apoya a cerca de 106 compañías, desde artistas hasta joyeros y fabricantes de salsa picante. 12.2021 selecciones

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“La gente dice que no vayas a los barrios, pero Langa es la puerta a otra Ciudad del Cabo en nacimiento”, asegura Elvin. “Decimos que Langa es el nuevo centro de la ciudad, el corazón afrocéntrico de la urbe”. Sparks y yo regresamos a la autopista en dirección a Khayelitsha, la cual él compara con Soweto, un barrio de Johannesburgo. En el auto pasamos junto a personas que asan carnes aromáticas afuera de sus coloridas casas de lámina y nos detenemos en el estacionamiento de una escuela para encontrarnos con el jardinero Athi Ndulula del Jardín Cultural iKhaya. “‘iKhaya’ significa ‘hogar’, así que quiero que se sientan como en casa”, nos dice Ndulula mientras nos guía entre jardines verticales y neumáticos llenos de tierra. “Queríamos enseñarles a los jóvenes todo lo que puede hacerse con un espacio mínimo”. Probamos las crujientes espinacas de mar, naartjie (una fruta cítrica) y spekboom (una suculenta de limón). Antes de irme, Ndulula me pide que vea su otro trabajo: también es un rapero aficionado que se hace llamar Artist-X. “La ‘x’ es por mi lengua materna, el xhosa”, me explica. El picoteo me abre el apetito, por lo que le doy las gracias a Sparks y me dirijo al local de la chef Abigail Mbalo-Mokoena en Khayelitsha: el restaurante 4Roomed. Mbalo-Mokoena viste una camiseta que dice Africa Your Time is Now (“África, tu momento es ahora”). “Amamos las especias

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picantes”, comenta la chef mientras sirve platos inspirados en la cultura xhosa: isonka samanzi (pan al vapor), carne sous-vide y samp (puré de granos de maíz) con porotos, que se dice era el plato favorito de Nelson Mandela. Su versión, hecha con maíz nixtamalizado, estragón y crema de coco, sabe tan bien que quisiera tener una abuela xhosa que me la cocine. Pido un taxi hacia la Ribera de Victoria y Alfred, la respuesta de Ciudad del Cabo al Muelle de los Pescadores de San Francisco. En el mercado Watershed compro recuerdos: joyas de cascarones de huevos de avestruz y figuritas de animales hechas con sandalias recicladas. Cerca de ahí, me detengo en el restaurante Cause Effect Cocktail Kitchen & Cape Brandy Bar, donde el gerente Justin Shaw me sirve un brandy sudafricano. Con la suavidad del coñac, esta bebida nació de la necesidad: las sanciones en la era del apartheid limitaban el alcohol proveniente del extranjero, por lo que los sudafricanos elaboraban sus propios licores. Sobre la barra cuelgan canastas de productos botánicos que los clientes pueden usar para hacer infusiones a su gusto. “El fynbos ha sido parte de la cultura alimentaria de la región desde antes de la Edad de Hielo”, asegura el gerente, refiriéndose a los resistentes matorrales que crecen en estas alturas. Pruebo un negroni caliente y especiado hecho con ginebra y vermut infusionado con fynbos.


E

l día siguiente voy temprano al Museo Zeitz de Arte Contemporáneo de África (MOCAA, por sus siglas en inglés), inaugurado en 2017 dentro de un silo de granos reconstruido del año 1921. Paredes talladas en 42 cilindros de concreto dan forma a un atrio atravesado por diversas curvas, óvalos y parábolas. El guía turístico Siseko Maweyi señala hacia arriba a un enorme decorado que cuelga de la pared, realizado por el artista ghanés El Anatsui. Lo que parece ser un lujoso tejido en realidad está hecho con restos de alambre de cobre y tapas de botella aplastadas. “Confronta las nociones del consumismo y el desperdicio”, explica el guía. Alquilo un auto y me dirijo hacia el sur para almorzar en La Colombe, un restaurante de alta cocina situado en el Silvermist Organic Wine Estate, en el suburbio de Constantia. Apenas pruebo mi platillo y sé que lo recordaré por años: un mousse de foie gras con tartar de gacela saltarina sobre una oblea tan delgada como papel. ¿Acaso habrá algún otro país que se sienta tan cómodo comiéndose a su propia mascota nacional? La última parada de este enriquecedor viaje es un tranquilo refugio llamado Babylonstoren, ubicado cerca del valle de Franschhoek. Construido en el siglo XVII como una granja estilo neerlandés del Cabo, la propiedad toma su nombre de una colina en forma de pirámide que a los colonos les recordaba a la Torre de Babel, una

alusión bastante acertada ya que este país cuenta con 11 lenguas oficiales. Manejo a través de kilómetros de viñedos, frenando de modo abrupto una o dos veces para ceder el paso a los babuinos que cruzan el camino, y llego a esta maravilla de 200 hectáreas. Dejo las valijas en mi cabaña y salgo a explorar los huertos, los olivos y un auténtico zoológico de pavos, gallinas, patos, gansos y burros que corren hacia la valla para pedirme que les rasque detrás de las orejas. La hora de cenar llega casi sin que me percate. Mientras el personal del restaurante Bakery del hotel sirve boerewors (salchichas sazonadas con cilantro) estilo casero, biltong asado al carbón y cortes añejos en seco cocidos a las brasas, un dueto toca música folclórica afrikáner con acordeón y guitarra. El vino fluye sin parar. Los mozos comienzan a tomar a los huéspedes para bailar con ellos. Siento como si me hubiera tropezado con una fiesta de la cosecha bóer del siglo XIX. En el camino de regreso a mi cabaña, me quedo deslumbrado por lo impresionantes que se ven la Vía Láctea y las constelaciones desde aquí, a kilómetros de las luces de la ciudad que opacan el cielo nocturno. Tengo que admitir que ser acogido en la familia sudafricana es algo bastante especial y satisfactorio, aunque sea solo por un tiempo. de la revista HemispHeres (1 de diciembre de 2019), copyrigHt © 2019 de HemispHeres para United airlines

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SECCIÓN DE LIBROS

UNA ÉPOCA IMPROBABLE para la

NAVIDAD ¿Cómo compartir, mis hijos y yo, la alegría de la fecha estando sumidos en una terrible tristeza? William H. Armstrong

del libro throUgh troUbled Waters

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cinco días. Hoy era sábado. La siguiente semana sería el Día de Acción de Gracias y los estudiantes regresarían a sus casas por unos días. Tenía tiempo de recostarme aquí y soñar. Sentía una tibia calma ahora que nuestro hogar estaba terminado. Cuando mi esposa, Martha, y yo vimos por primera vez esta rocosa ladera de Connecticut, los viejos manzanos estaban floreciendo. ¿Podremos comprarla?, nos preguntamos. 121 metros de elevación, en una cumbre huesuda, desde donde se vislumbraba el valle Housatonic. El sonido de los rápidos del río del valle flotaba hasta nosotros. Cuántas noches nos arrullaría su rugido gentil. Decidí construir la casa yo mismo usando los árboles de la propiedad. ¿Sería capaz de cortarlos y serrucharlos y poner su madera a secar? ¿Podría remolcar las rocas para las chimeneas y las terrazas? A veces los demás plantaban las semillas del desánimo. Sonreí al recordar aquellos primeros días en los que volvía de la escuela a nuestro departamento, tomaba un serrucho y salía apurado al bosque. Descubrí que, bajar troncos por laderas rocosas, es una de las tareas más

La luz del fondo del pasillo proyectó la silueta del rector. “Bill, tengo malas noticias”, dijo. 104 selecciones 12.2021

foto de apertUra y de esta pÁgina: ©getty images/istockphoto

E

se 21 de noviembre estaba gris y nublado. Un día así si se recuerda mejor si se vive, como yo, después de pasar la noche en vela. Da tiempo de ver cómo se va acumulando si debes pasarlo en cama. Ahí es adonde me había confinado el doctor. Las paperas a los 43 años no son un juego. Podía escuchar a las ovejas afuera de la ventana de mi habitación descendiendo la colina hacia la pastura de abajo. Cinco de las ovejas tenían campanas, cada una con un tono individual. Esa mañana en particular se escuchaban como música. Hacía solo una semana, había completado la última de mis múltiples tareas pendientes para terminar nuestra granja. Ahora todo el terreno era rodeado por un resistente alambrado. Las ovejas estaban protegidas de los perros. No me importó mucho ausentarme un tiempo del internado para niños donde enseñaba. Septiembre y octubre son meses infernales en los que hay que adaptar y organizar a los alumnos, así que el descanso era bienvenido. En realidad, solo me ausentaría


foto cortesía de la familia armstrong

La familia Armstrong en 1950, cuando se mudaron a su nueva casa: (izquierda a derecha) Martha, Kip, Mary, David y William.

difíciles para cualquiera. Pero perseveramos y desde entonces aquellos que dudaron de nosotros guardaron silencio. Habían pasado tres años y la casa ya mostraba señales de estar ocupada. Algún día pondría la cenefa en los armarios de la planta baja y delinearía con cedro el asiento de la ventana de nuestra habitación. Entonces habría terminado de verdad. Entonces podríamos hacer todo lo que le había prometido a mi esposa durante esos atareados años. A esa hora se levantaban Martha y los niños. Mi puerta se abrió de par en par y ella se asomó.

“No he pegado ojo en toda la noche”, le dije. “Creo que tengo fiebre, pero el doctor dijo que era de esperarse”. “Le diré a los niños que no hagan ruido para que puedas descansar”, susurró. Los niños se asomaron pero ella les pidió que me dejaran. Martha se encargó de sus tareas matutinas. Luego vino a sentarse conmigo con su taza de café. Mencionó nuestra visita a su padre en Maryland del Día de Acción de Gracias. Me disculpé por haber arruinado el plan. Ella respondió que no pasaba nada. Fue una jornada de rutinas. Se 12.2021 selecciones

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hicieron las compras. Nos entregaron las invitaciones de la fiesta de cumpleaños de Mary y las dejaron en el cajón de arriba de la mesa de costura. Los niños fueron a jugar con sus amigos. Mi temperatura aumentó un poco. Las ovejas pasaron frente a la casa, camino a pastar. Fue una tarde callada. Martha preparó lo que yo necesitaría durante la noche. Luego, subió a la planta alta. La escuchaba entrar y salir de una y otra habitación, ajustando las sábanas de tres mundos de sueños inocentes. Otro día de noviembre había terminado.

Hacia el regazo de Dios Antes de irse a dormir aquella noche, Martha se sentó en la orilla de su cama, tomó su diario y escribió su registro. “Kip y D.B. [David] pasaron el día en casa de los Greiners. En la tarde, Mary fue a casa de Molly a cenar. Noche tranquila. Extraño ataque de garganta”. Cerca de la medianoche, Martha bajó silenciosamente las escaleras. Dijo que tenía una extraña sensación de asfixia en la garganta. Le pedí que llamara a nuestro doctor, pero ella dudó. No quería molestarlo a esa hora. Pero yo insistí y lo llamó. Tras revisarla, la condición de Martha preocupó al doctor lo suficiente como para llamar a la enfermería de mi escuela y pedirle a la enfermera que preparara una cama. Martha no

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quería irse, pero el doctor le explicó que sería lo mejor. No quería que yo dejara la cama si a ella se le ofrecía algo durante la noche. Llamó a un asistente que le ayudó a prepararla para irse. Cuando Martha insistió en buscar un reemplazo para su clase de catecismo dominical, el doctor, en broma, le asignó la tarea a su asistente. Cuando estaba por irse, Martha me dijo a quién llamar al día siguiente para comenzar el día y dónde encontrar las camisas dominicales de los niños. “Buenas noches”, susurré. “Te veo mañana”, dijo. Y se fueron. El lado derecho del corazón bombea sangre a los pulmones; el lado izquierdo recibe la sangre de los pulmones. Cuando el lado izquierdo del corazón se daña produce “un extraño ataque de garganta”. Martha se quedó dormida en la enfermería. Y la sangre subió más y más. Poco a poco; hubo un arremolinamiento, gentil y silencioso. Ella no se movió ni se despertó. Su corazón estaba fallando. Dio un trago con un leve gorgoteo; luego ya no respiró más. Se hundió lentamente en el remolino —hacia el regazo de Dios. Apenas una hora después de que Martha se fuera, un auto subió por la colina. Olvidaron algo, pensé. Se abrió la puerta delantera. La silueta del rector, proyectada por la luz tenue


del final del pasillo, apareció bajo la puerta. Venía acompañado del doctor. “Bill, tengo malas noticias”, dijo el rector. Quise encender la luz, pero me detuvo. “Martha se fue. Sé que se escucha terriblemente trillado, pero se fue con tanta paz como es posible, mientras dormía”. Mientras mi mundo se desvanecía, la voz del rector, tranquila y fuerte, permanecía, rezando, “que tu luz

palabras de alguien que solo había hablado de bondad y amor? ¿Cuáles habían sido las últimas palabras de alguien que había amado a Dios y a todos sus hijos? “Te veo mañana”. Sentí que todos los días mañana que había preparado con Martha se esfumaban. De pronto era un anciano. Sin planes. Pasé las horas silenciosas llorando hasta que la oscuridad le cedió el paso a un alba ensombrecida por la pena. Finalmente escuché pasos en el

foto: getty images/istockphoto

¿Cómo podía borrar a alguien que no tiene reemplazo en toda la tierra de la vida de los niños? eterna la ilumine por siempre. Y la corriente de los ríos no te llevarán”. En la semioscuridad, la marea inundó la habitación en silencio. El doctor se sentó a la orilla de mi cama, sin pronunciar palabra. Un momento después, los dos se fueron. Hubieran pasado la noche ahí, pero sabían que lo correcto era dejarme. Cuando un hombre reza, reza solo; y cuando maldice a Dios, lo maldice solo. Solo podía pensar: Martha hacía del mundo un mejor lugar. ¿Dios no quiere que el mundo sea un lugar mejor? ¿Cuáles habían sido las últimas

piso de arriba. Una puerta se abrió. Sabía que era Kip —Christopher, en realidad, pero prefería que le llamáramos Kip— entrando a la habitación de su madre. La larga noche estaba llegando a su fin. Ahora Kip, David y Mary serían arrastrados a aguas turbulentas.

Pequeños corazones rotos Si esta fuera una mañana cotidiana, Kip iría de habitación en habitación revisando que todos estuvieran donde deberían estar. Si encontrara un libro abierto, bocabajo sobre un buró, apartaría la página con la solapa del forro y lo acomodaría en el vértice de 12.2021 selecciones

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la esquina. En la habitación de Mary, levantaría su colcha azul del piso y la pondría sobre su almohada. En la habitación de David, organizaría sus indios de plástico—caballos blancos e indios negros de un lado, caballos azules e indios cafés del otro. Entonces bajaría las escaleras y anunciaría orgullosamente durante el desayuno, “ya limpié la casa”. David era un año y medio menor que Kip; pronto cumpliría siete años. Se despertaba más tarde. Y Mary, a quien los niños llamaban Sis por ca-

mañanas. Si íbamos a hacer un viaje o teníamos una invitación a algún lado, esperábamos a decírselos el mismo día de partida porque, en las mentes pequeñas, el entusiasmo suele alejar al sueño. Así que comprendí sus risas. Empujaron la puerta y entraron. El silencio fue tan largo que llegó a los extremos de la tierra y de regreso. No quería decírselos. ¿Cómo podía borrar de sus vidas así nada más a alguien que nadie sobre la tierra puede reemplazar? Mary preguntó: “¿Vamos a ir a Pittsfield a ver al tío Andy y a la

riño, sería la última en levantarse. Pronto cumpliría los cinco. Kip bajaba las escaleras. Lo llamé. Había venido una mujer que trabajaba en mi escuela para preparar el desayuno. No podía dejar que los niños la vieran antes de que yo hablara con ellos. “¿Por qué mamá está despierta tan temprano?”, preguntó Kip. “Kip, sube y ve por David y Sis”, le dije. “Debo decirles algo”. Momentos después, todos bajaban las escaleras corriendo y riendo con inocencia. Siempre guardábamos las sorpresas agradables para las

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tía Margaret?” “No”, respondí. “Anoche mamá se enfermó y el doctor la llevó a la enfermería. Se fue a dormir y murió entre sueños. Se fue al cielo y no la veremos por largo tiempo. Pero la veremos otra vez en el cielo”. Kip lloró y luego habló por todos. “Queremos a mamá”. El corazón de David pareció desintegrarse tan rápido que no derramó ni una sola lágrima. La palidez de su rostro era lo que me mostraba sus mil añicos. Mary, aún muy joven, no terminaba de comprender lo que yo decía. Pero cuando preguntó “¿cuándo volverá

foto: getty images/istockphoto

Los niños tenían que ir a la iglesia, donde escucharían que Dios nos ama. ¿Lo creerían?


mamá?” vi cómo la tierra se sumía también bajo sus pies. No podían creerlo. Los escuché abrir y cerrar puertas por toda la casa, buscando terreno familiar en el paisaje de sus vidas que súbitamente se había vuelto extraño y desconocido. Regresaron. “Mamá no está”, dijo David. Pero yo aún escuchaba la duda en su voz. “El espíritu de mamá sigue aquí”, le expliqué, “y aquí seguirá mientras estemos nosotros. Nunca nos dejará”. Sabía que él no terminaba de comprenderlo. “Ahora deben ir a desayunar y a prepararse para la escuela dominical”. Debían ir a la iglesia, donde escucharían, otra vez, que Dios nos ama. ¿Lo creerían? ¿Creería yo que Dios nos ama? Había destruido lo que él mismo me dio. “Pero mamá no está para llevarnos”. “Irán con los Smith”. Para entonces ya había llegado gente a la casa, gente maravillosa, que trataba de devolvernos algo del amor y la bondad que Martha les había dado a ellos. Tocaron silenciosamente a la puerta. “Por favor dinos si podemos hacer algo por ti”. Qué feliz parecía mi esposa cuando se fue aquella noche. Con qué cotidianeidad le había deseado las buenas noches. ¿Por qué Dios no permitió que la tomara en mis brazos y decirle cuánto la amaba al final? La noche siguiente fue una marea de silencio y tiempo. Las olas de la duda me revolcaban. ¿Qué haría ahora?

“No le temo al mal” El lunes en la mañana, Kip y David se fueron a la escuela y Mary a la guardería. Noté que empezaban su día aletargados y llenos de dudas. Antes de que descendieran la colina, Martha escuchaba sus rezos matutinos. Yo lo hacía solo cuando ella estaba de viaje. Aquel día le pidieron a Dios que “Mami se la pase bien, regrese a casa a salvo y nos traiga algo lindo”. La pena es oscura y densa, difícil de penetrar. David lo intentó. El lunes, tras volver de la escuela, entró y se quedó junto a mi cama. “Mami le pedirá a Dios que te cure”, dijo, “Es que queremos nosotros también. ¿Cuándo te vas a afeitar?” En cuanto a Kip, él se ocupó en prepararse para la obra escolar del Día de Acción de Gracias. Me contó que les pidió a sus amigos que no hablaran de la muerte de su mamá. Mary entró a mi habitación con un pañuelo del cuello y me lo mostró. “Este es el de Mami. Ella todavía está en la casa”. En repetidas ocasiones durante los próximos días me diría que Mami seguía presente porque su pañoleta estaba en su tocador, o su pluma en su escritorio. Mientras el gris día de noviembre se desenvolvía, se condensaba y se disolvía en noche, toda una procesión de devotos y curiosos visitaron nuestra casa. Daban su pesar por Martha por última vez, pero yo continuaría viéndola por siempre. Cuando los niños se fueron a 12.2021 selecciones

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acostar, las visitas comenzaron a moverse calladamente por la casa. Le pedí a una que me trajera un libro de rezos del buró de arriba. Más tarde le dije a mis estudiantes que siempre hay un momento en el que encontramos consuelo en cosas a las que nunca le habíamos brindado mucha importancia. El martes, después de volver de la escuela, los niños se vistieron para el funeral. Yo no podía ir con ellos; el doctor aún no me permitía dejar la cama. Se pusieron sus camisas do-

estático. Mary reconoció a su maestra de la guardería al otro lado del pasillo y fue capaz de regalarle una pequeña sonrisa. “Así que enséñanos a contar nuestros días para traer sabiduría a nuestros corazones”, continuó el rector. Yo pensé que Martha solo había vivido una porción de sus días; apenas el jueves pasado habíamos celebrado su cumpleaños número 43. Le regalé unas tazas para el té. Mismas que ahora acumularían polvo en la despensa. Se las daría a Mary algún día.

minicales. Unas manos desconocidas peinaron a Mary. Dos vecinos bondadosos se quedaron conmigo para darme compañía. Después me contaron que los amigos de Martha y los míos se congregaron en la iglesia en silencio. La voz del rector se escuchó clara y honda: “Yo soy la resurrección y la vida, dijo el Señor: aquellos que creen en mi, vivirán aun en la muerte: y aquellos que crean en mi en vida, nunca morirán”. Christopher fijó la mirada frente a él. No quería que lo vieran limpiarse las lágrimas. David se volvió hacia el pasillo, pero miraba al suelo. Estaba

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La voz del rector ahogó los débiles sollozos de David: “Dios es nuestra esperanza y nuestra fortaleza, una constante ayuda en nuestras dificultades. Por ello no temeremos, aunque la tierra se agite y aunque las colinas se desplacen al medio del mar; aunque su marea encolerice y crezca, y aunque las montañas tiemblen ante la misma tempestad”. Los amigos de Martha cantaron uno de sus himnos favoritos: “En el oscuro velo de la muerte no temo al mal/Contigo, señor, junto a mi;/Tu cruz ante mi para guiarme”. Y el día después del día de gracias,

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Mary anunció que había terminado. Revisé la mesa. Había puesto lugares para cinco personas.


entregamos a Martha a la colina sobre Rock Creek en Rockville, Maryland, “con la esperanza, sin dudas, de una resurrección a la vida eterna”.

El asiento vacío Catorce días después de que me confinaran a la cama, el doctor finalmente me permitió levantarme. Quería pasar tiempo solo con los niños, recorrer la casa en soledad, así que le pedí a la última visita que nos dejara. Una extraña fascinación me llevó a visitar cada habitación, buscando algo que llenara el vacío. Los niños estaban en silencio. ¿Por qué Mary no hablaba con sus muñecas cuando jugaba con ellas? ¿Por qué los niños no iniciaban una pelea en el sótano? Ahora solo se escuchaba el monótono zumbido y traqueteo del tren de juguete que daba una y otra vuelta sin cesar. Finalmente, ya no pude soportar el oscuro silencio. Caminé hasta la orilla del pastizal de las ovejas y admiré la pradera de abajo. Era un húmedo día de diciembre y una neblina blanca colgaba de las montañas. El tenue sonido de las campanas de las ovejas flotaba por la colina. La humedad de la tierra y del aire parecía empaparlo. Ahí, en la colina, quise invocar una sola imagen que incluyera la totalidad de los 12 años felices que Martha y yo pasamos juntos. No encontré una imagen que lo cubriera todo —más bien fueron pequeños fragmentos de tiempo y espacio.

Vino a mí el recuerdo de una trilladora café, entonando su canción al amanecer afuera de una ventana de hospital. ¿Por qué recordaba eso con tanta claridad y ni siquiera podía recordar las palabras del doctor cuando me dijo que habíamos tenido un hijo? Me vi sentado en la parte trasera de la capilla, llorando silenciosamente viendo a Martha interpretar a María en la pastorela. Hubo gente que le envió cartas felicitándola por lo bello que había interpretado el papel. Recordé cuando, una vez, Martha vino a mi salón de clases porque necesitaba algo y luego me dijo que mi sonrisa al dar clase era la más brillante que me había visto. Ella sabía que yo amaba mi trabajo. También recordé un brillante día de octubre. Le llamé desde la escuela para preguntarle si quería acompañarme. Tenía que ir a ver unas ovejas hembras que estaban en venta. Solo se trataba de un trayecto de diez minutos. Ni siquiera sé por qué pensé que le hubiera gustado ir conmigo, pero ella estaba muy entusiasmada. Ese día disfrutamos del otoño como nunca, fuimos por el valle y regresamos por la montaña. Ni siquiera recuerdo de qué hablamos. ¿Era una mañana fuera de lo ordinario? No lo pareció entonces, pero recordándola ahora se distinguía de muchos otros viajes que habíamos hecho juntos. Recargado en una verja, esos minutos aparentemente insignificantes salieron a la luz desde un oscuro vacío. 12.2021 selecciones

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Regresé a casa con pies de plomo. Sabía que debía empezar mi primera comida con los niños. ¿Cómo sería? ¿En qué me equivocaría? Planeé un menú de papas al horno y costillas de cerdo con las chauchas verdes de la heladera que Martha y yo habíamos preparado juntos. Cuando iba de un lado para el otro, Mary entró a la cocina. Echó una mirada a su alrededor y me preguntó: “¿En qué te ayudo?” Cuando finalmente pude hablar sin estremecerme, le dije que, de ahora en adelante, ella se encargaría de poner la mesa. Lo hizo con gracia y eficiencia, y pronto anunció que había terminado. Había puesto cinco lugares. El asiento de Martha aún estaba en su lugar de siempre. Verlo en ese instante fue espantoso, y, al mismo tiempo, me era muy difícil retirarlo de la mesa. La comida transcurrió en un silencio casi insoportable. Es terrible cuando los niños callan, ya que significa que están muy enfermos o muy dolidos. Durante las próximas semanas vigilé dolorosamente cada bocado y me aseguré con cuidado que se bebieran su leche. Constantemente le pedía a Mary que se terminara su comida. “Dos pedazos de esto. Debes comerte aquello”. Al final decidí guardar silencio total. Se quedó ahí sentada sin tocar su comida. Después de un rato ya no pudo

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soportar que no le prestara atención. “Papi”, preguntó, “¿no me vas a pedir que coma?” Después de eso, sus hábitos alimenticios dejaron de ser un problema. La conversación fue regresando poco a poco y, a veces, un dardo de luz perforaba la neblina gris de la tristeza. Algo que preparaba era tan bueno como mamá solía hacerlo. Algunos de mis platos incluso se veían apetitosos. Poco a poco, los niños aprendieron nuevamente a correr a la mesa en vez de caminando en silencio y sin rumbo como en aquellos primeros y oscuros días. Las señas de felicidad en los niños se tardaron en aparecer. Aprecié la verdad en ese comentario de Abraham Lincoln: “En este triste mundo nuestro, la pena nos visita a todos, pero cuando visita a los más jóvenes viene acompañada por la más amarga agonía, ya que los toma desprevenidos”. Por mucho tiempo, Kip, David y Mary siguieron esperando que mami regresara. Kip la buscaba en silencio. Fueron muchas las mañanas en las que escuché sus pasos. Al volver de la escuela, David subía la colina, abría la puerta y la llamaba por reflejo, “¡mamá!” Luego recorría las habitaciones de abajo, iba al piso de arriba y, lentamente, sin pronunciar palabra, bajaba de nuevo a la cocina por su leche y galletas. Mary también estaba segura: “¿Cuándo regresa mami?”, preguntó muchos días. Su expectativa era contagiosa.


Muchas noches largas me encontré a mi mismo pensando, es jueves, ya casi vuelve de su grupo de bridge. Es martes en la noche y volverá a casa de su club de lectura. Es domingo en la tarde y pronto bajará de su siesta para llevar a los niños a caminar. Pero solo quedaba un profundo silencio.

foto: Getty Images/iStockphoto

Mary y los elfos Ahora sé por qué las madres se cansan tanto. La energía necesaria para cuidar niños es mayor a la de cortar los árboles, remolcar las piedras y construir casas, juntas. Aprendí que, para que los días transcurrieran tranquilos, debían empezar temprano. Además de vigilar que se lavaran los dientes, antes de la escuela debía inspeccionar caras, uñas, manos y oídos. Todo debía hacerse ordenadamente ahora que ya no teníamos el toque de mamá. La responsabilidad comenzó a formar parte de sus cortas vidas. Organizamos las tareas que podían hacer después de la escuela. Escribimos el número del doctor para que pudieran llamarlo si alguien se enfermaba. Hasta las cosas más cotidianas fueron un problema al principio. Hubo un largo interrogatorio antes de organizar nuestra primera carga de la lavadora. ¿De quién son estos calcetines? ¿Esta pijama roja es tuya? ¿De quién es la camiseta azul? ¿De quién es la blanca? Ideamos una solución. Cuando hubo que comprar más ropa, David

compró solo medias verdes y azules. Kip compró rojos y amarillos. David compró camisetas azules; Kip, blancas. También aprendió a preparar la ropa para lavarla y los tres aprendieron a doblarla y guardarla. Había un plan para todo. Mientras se cepillaba los dientes en la noche, Mary aprendió a alistar el vestido que se pondría al día siguiente. En las mañanas no había tiempo para ese tipo de decisiones. Los niños aprendieron a tender sus camas y compitieron por el premio semanal a la cama y habitación más limpias. Mary no podía con su cama, pero aprendió muy rápido a poner su ropa sucia en el cesto y a colgar su vestido al volver de la escuela. Los sábados en la mañana, vaciaba todos los botes de basura y Kip y David desempolvaban la casa entera. Aprendimos el valor del tiempo. A veces, los problemas que parecían más difíciles tenían una solución tan sencilla que me sorprendía haberme preocupado por ellos. La primera noche que nos quedamos solos después de la muerte de Martha, estudié cuidadosamente las trenzas de Mary mientras ella dormía. Estaban bien hechas y apretadas. Me pregunté por qué Martha se molestaba en volverlas a trenzar cada mañana. Seguramente resistirían varios días hasta que yo aprendiera a hacerlas. A la mañana siguiente subí a ayudarle a Mary a vestirse, y no pude 12.2021 selecciones

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creer lo que vi. Sus trenzas parecían una cuerda deshilachada. Tenía mechones de pelo colgándole frente a los ojos. En los Scouts había aprendido a tejer cuerdas. Quizá el principio sea el mismo, pensé. Empecé después del desayuno. Parecía que alguien había usado el suave y sedoso cabello de Mary para tejer telarañas. Deshicimos los nudos y empezamos las trenzas, primero con dos mechones. Cuando terminamos y aseguramos los extremos con ligas de

hogar que un viejo y deforme nogal, carcomido por los gusanos. Así que, así iba nuestra historia, dos elfos vivían bajo el viejo nogal. Eran elfos buenos porque eran tejedores. Pasaban su tiempo ayudando a las arañas a tejer sus telas para atrapar a los insectos malos. A veces, como les gustaba tanto su trabajo, pegaban algunas pequeñas gotas de rocío en sus telas. En las mañanas veíamos las telas plateadas por toda la cerca que subía la colina.

goma, se desenrollaron como resortes. Entonces lo intenté con tres mechones. Éxito. Mary guardó silencio un momento y luego comenzó a llorar. Solucioné ese trauma con un ritual a diario. Juntos inventamos una historia que contábamos cada mañana mientras le hacía sus trenzas. A través de la ventana del baño veíamos un viejo nogal blanco. Tenía algunas ramas secas entre las que habían aflorado. Había creció sobre una saliente de roca caliza y que tenía una abertura bajo el árbol. Decidimos que no había mejor lugar para que unos elfos tuvieran su

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Durante el invierno, los elfos no tejían porque los insectos malos, así como las arañas, se arrastraban bajo la corteza de los árboles a dormir. Para mantener a sus dedos ágiles, los pequeños elfos salían cada noche mientras Mary dormía y tejían pequeñas telarañas en su cabello, a las que les decimos nudos. No era una maldad. Sabían que, si no lo hacían, no le cepillaríamos su cabello como se debe, y no lo tendría tan suave y bello. Los días se volvieron semanas y meses. A Mary ya no le molestaba que yo le hiciera sus trenzas. La hora de peinarse ahora transcurría sin lágrimas.

foto: Roberto Moiola/getty images

Afuera de la tienda de abarrotes, un hombre comenzó a hablarme de Martha. “Siempre estaba contenta”.


Y, lo mejor de todo, con sus trenzas se parecía a su mamá.

Bajo aguas tranquilas Un duraznero que Martha y yo habíamos plantado en el jardín creció tanto que una de las ramas se extendía por encima del estanque. Una tarde lluviosa de diciembre, unas semanas después de su muerte, después de la lluvia, yo estaba afuera viendo como caían las gotas de la rama al agua. La luz de la luna se abría camino entre las nubes y se extendía sobre las olas circulares. En ese momento recordé un verso de la Biblia: “La luz brilla en la oscuridad, y la oscuridad no la ha vencido”. El mundo de Martha realmente había sido un mundo de luz. Recordé un día en el que un hombre, casi un extraño, me estaba esperando afuera de la tienda de abarrotes. Comenzó a hablarme de Martha. “Ella siempre estaba contenta. Siempre que la veía, su auto parecía estar lleno de niños sonrientes. Extraño encontrármela en el pueblo”. Poco tiempo después de la muerte de Martha, apareció una carta en el periódico del pueblo. “Querida Martha Armstrong”, comenzaba. “Que tragedia tan triste es haber perdido tu vida de entre las nuestras aún siendo tan joven y con tanto que ofrecer, especialmente la bondad que le hubieras mostrado a tus pequeños hijos y a todos tus seres queridos”. Esperé hasta que hubo caído la

última gota al estanque. Entonces volví a la casa a envolver regalos, escribir las dedicatorias de las tarjetas y a recordar las otras 101 cosas que debía hacer los cuatro días siguientes antes de nuestra primera navidad sin Martha. Cuántas cosas habían ocurrido. Una vecina bondadosa le organizó una fiesta a Mary por su quinto cumpleaños. Kip y David estaban practicando para el desfile navideño de la iglesia. Más de la mitad de los 300 estudiantes de mi escuela se presentaron a la misa de luto de Martha de la Santa Eucaristía la mañana de su funeral. Habían ahorrado US$ 500 de sus mesadas para comprar una ventana para la capilla en su honor. Escribieron sobre ella en el periódico de su escuela: “Su alma estaba poseída por un amor sin límite a Dios y a todas las personas a las que él creó”. Cuando llegó el día en el que debí regresar a dar clases, tuve que voltear a la ventana al saludar a los niños, ahogándome con cada palabra. Sus miradas eran penosas. De vez en cuando, uno de ellos, al no poder soportarlo, salía del salón. Pero la navidad se acercaba y me di cuenta de que debía tratar de que fuera una época alegre para Kip, David y Mary. Hicimos lo que hace la gente en navidad. Enviamos tarjetas cuyas dedicatorias Martha ya había empezado a escribir. Las firmamos Papá, Kip, David y Mary. 12.2021 selecciones

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Cuando estábamos decidiendo qué regalarle a esta o aquella persona, David se detuvo y preguntó, “¿qué podemos regalarle a mamá de navidad?” Como regalo de navidad para ella, construimos un riel de plegaria en uno de los muros del estudio. Usamos algunos de los tablones de pino que sobraron cuando construimos la casa. Colgamos su foto encima del reclinatorio y una luz sobre ella. Rezábamos ahí en las mañanas, y en las noches cuando le pedíamos “cuidar de mi alma”. Decorar el árbol la víspera de

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navidad—que antes era una alegría para Martha y para mí—se convirtió en una carrera contra el amanecer. Fue difícil creer que ella no estaba. Yo seguía sintiendo que en cualquier momento llegaría de la misa de media noche para ayudarme a poner los regalos bajo el árbol. Y en la mañana bajaría las escaleras para ver las miradas inquietas de los niños y escuchar sus exclamaciones agradecidas. Esa víspera de navidad, mientras visitaba cada habitación, viendo a mis hijos, me pregunté a mi mismo a silenciosamente, “¿por qué no pueden

foto: cortesía de la familia armstrong

David, Mary y Kip, la primavera de 1956, junto a la piscina abajo de la colina donde está la casa que construyó su padre.


tener a su madre esta mañana, entre todas las mañanas, cuando sus corazones se desbordan de felicidad y alegría?” Viéndolos dormir me pregunté si sentían el oscuro silencio o si soñaban sueños infantiles. Pedí que de alguna forma la alegría del día iluminara la pena que pesaba sobre sus jóvenes corazones. Esa noche fue muy fría. Cuando el sol se elevó por encima de nuestra montaña, descubrimos que todas las gotas de lluvia se habían convertido en plata y todos los árboles se habían vuelto árboles de navidad. Escuché como Kip iba a despertar a David y a Mary. Bajaron juntos las escaleras. Vi como la alegría danzaba en sus ojos. Por un momento titiló como la flama de una vela, pero no se apagó. Y en ese momento de gratitud, supe que su alegría se reflejaba en mis propios ojos. Finalmente, el invierno llegó a su fin. Los cuervos reunieron ramas en los campos que luego cargaban a la montaña para construir sus nidos. Los carboneros comenzaron a silbar su melodía de dos notas. Las ovejas empezaron buscaban las briznas de pasto en los lugares que se deshielaban temprano. Los niños invitaron a sus amigos a la casa para enseñarles sus ovejas nuevas. La corteza de la tierra se abrió para dar paso a las flores. A Martha le encantaba la primavera. Las flores germinaron intactas y murieron sobre el tallo. No había

quien las trajera a la casa. Pero Kip y David y Mary sabían que ella las veía y las disfrutaba, y que ahora está en un jardín donde las flores no se marchitan ni mueren en el tallo, y nunca se destiñen. En 1996, William Armstrong escribió: “Han pasado muchos años desde que Martha dejó de caminar la tierra, pero su legado de amor y de fe nos ha mantenido firmes. Ella nos acompaña en nuestro viaje a través de la vida”. Kip se volvió maestro, igual que su padre, y Mary y David se convirtieron en artistas. Ciertamente, un amor por el arte corre en la familia—tanto Rebecca, la hija de Kip, y Chris, el hijo de David, también se volvieron artistas. William continuó enseñando y escribió muchos libros, incluyendo la novela para jóvenes adultos, Sounder. Murió en 1999. La casa en Connecticut sigue estando en la familia Armstrong. Katy, la hija de David, vive ahí con su pareja, Tim, y sus hijos, Atticus y Willy. Pinturas, grabados y bocetos de varios miembros de la familia, incluyendo a William y Martha, adornan los muros de la casa que William construyó. Este artículo apareció originalmente en la edición de Reader’s Digest de diciembre, 1997. tomado de del libro throUgh troUbled Waters, por William h. armstrong, reimpreso con el permiso de martha k. armstrong. todos los derechos reserVados.

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COSAS DE CHICOS

"Me hablaste de caramelizado, pero nunca mencionaste a las cebollas".

—@simoncholland

adorno. 2. Déjelo caer para que se rompa en mil pedazos. 3. Repita. —@Lhlodder

Cómo decorar un árbol

Yo: “Realmente detesto

de Navidad cuando tiene hijos: 1. Desempaque el

armar el árbol cada Navidad”. Mi hijo, de siete años:

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“Entonces, ¿por qué lo quitas?”. —@XplodingUnicorn (James Breakwell) Un invierno se formó hielo en la vereda frente a nuestra casa, de modo que salí para esparcir un poco de sal encima. Como noté que me

ilUsTRAciÓn: conAn De VRies

¡Eh, mis hijos están llenando de adornos la pequeña sección inferior izquierda del árbol de Navidad!


Mi hija de dos años se refirió a los bolsillos de su abrigo como “agujeros para bocadillos” y me gustó tanto que, de ahora en adelante, también los llamaré así. —@REBECCACAPRARA

miraba con curiosidad, le expliqué a mi hijo de tres años que hacía eso para evitar que la gente se resbalara y cayera. Minutos más tarde, el niño salió y patinó en una sección que yo aún no había cubierto con sal. Desconcertado, dijo: “Papá, creo que se te olvidó echar pimienta aquí”. —JAMES McBRIDE, Canadá Una amiga mía le preguntó a Tyler, mi nieto, cuántos años tenía. —Cuatro —contestó el niño. —¿Y cuándo vas a cumplir cinco? —indagó mi amiga.

Tras una pausa, Tyler repuso: —Después de los cuatro. —Pat Mayer, Canadá

normal. —Bueno, no es un traje normal si lo usas en el espacio, papá — adujo el pequeño. —@XPLODINGUNICORN

Mi hija pequeña tomó

un envase de margarina, la untó por todas sus piernas y dijo: “Mmm… crema para el cuerpo que se come”. Creo que acaba de descubrir un nuevo uso. —@BOTTOMOFMYPURSE Cierta vez, mi hijo de

cuatro años se puso a revisar mi armario. —¿Qué es esto? — preguntó. —Mi traje —respondí. —¿Tu traje espacial? —No, es un traje

Nada te prepara para el

momento en que tu hijo desea mostrarte qué tan flojo está uno de sus dientes. —@RAMBLINMA Una mañana le dije a mi hijo pequeño: —Por favor, ten cuidado. Estás derramando el yogur. —No te preocupes, mami, tú lo vas a limpiar —respondió el niño con toda sinceridad. —@RANDILAWSON

Mi hijo, de cuatro años, estaba feliz en su escuela. Una tarde le revisé su cuaderno y me quedé mirando sus rayones de colores. Le comenté que dibujaba muy bonito, a lo que él me contestó que también había aprendido a escribir. —¡Qué bueno! Escribí algo para mí. Entonces dibujó unos círculos y algo que parecía una m. Cuando le pregunté que decía me respondió: —No sé, mami, todavía no sé leer. —@Geisha, noviembre de 2016

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COMPLETE LA ORACIÓN

Me gustan los días soleados… Esta sección invita a los lectores a reflexionar sobre cuestiones cotidianas. Todos los meses una nueva propuesta.

Porque me dan ganas de vivir.

Porque es un aliciente para comprar helados.

ana ciraolo

rul raoul

Porque me levantan el ánimo. El sol es vida, te da mucha energía. renee magurno

(Saturnino Laspiur, Córdoba)

(Buenos Aires)

Porque puedo corretear por el campo en total libertad.

Porque ¡amo el sol! olga leticia peruzzo

perla gallo

Para tomar vitamina D. adriana rodríguez

¿QUIERE PARTICIPAR? cada mes, ingrese en facebook.com/RevistaSeleccionesArg

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Porque seca la ropa… jaja gloria nami horiuchi (Misiones)

Porque reflejan vida, resaltan los colores y el amor fluye. nancy lorqui (Morón, Buenos Aires)


fotos: shiutterstock / (remate abajo) getty images

EL REMATE DE LA FOTO

Para participar, ingrese en facebook.com/RevistaSeleccionesArg

¿¡Quiere ganar 1.000 pesos!? Es fácil, solo hay que usar su ingenio. Mes a mes, vamos a publicar en nuestro perfil de Facebook (@ RevistaSeleccionesArg) una foto graciosa y esperamos que nos envíen un remate original e inédito que genere risas. Si resulta elegido, saldrá publicado y ganará $$$.

GANADOR DE OCTUBRE

¡Siempre hay uno que soporta todo!

griselda merlo FB/griselda.suligoy.5

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JUEGOS MENTALES Carpas y árboles cómo jugar: En este campo, cada tienda de campaña está unida a un árbol, de modo horizontal o vertical. Las carpas nunca quedan juntas entre sí, ni siquiera diagonalmente. Los números indican cuántas tiendas hay en esa fila o columna. Localice todas.

ejemplo:

2 0 1 1

3 2 2 2 2 1 2 2 2 2

2 2

1 3

1 2 3

1 2 3

2 0 1 1

Números

2

cómo jugar: Coloque los números del 1 al 9 en los círculos, de modo que dos números conectados por una línea tengan una diferencia de al menos 3. Se otorgan dos números.

ejemplo:

1

9

4

6

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3


SIXY SUDOKU sixy2112_01

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1 2

4 1

5 3

3 2 4 1 sixy2112_03 Type: [ 1]

3 5

3 21 5 32 1 6 4 4 1 4 6 5 3 3 2 6 3 2 4 5 1

cómo jugar: Coloque los números del 1 al 6 una sola vez en cada a) fila, b) columna, c) área destacada en negrita y d) rectángulo blanco o gris.

ejemplo:

1 4 5 6 2 3 5 2 1 3 5 4 6 sixy2112_05 3 4 6 1 4 2 1 5

5 1 3 2 36 4 5 5 4 1 5 2 3 2 5 3 6 1 1 6 4

6 4 5 2 3 5 1 4 5 1 2 3 6

2 5 1 3 6 4

¡cuidado! ¡Las áreas destacadas en negrita ya no son de 2 x 3!

2

5

6

4 6

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1 3 6 2 2 4 5 3 5 6 1 4 2 3 3 1 2 4 sixy2112_06 6 6 5 4 Type: [12]

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1 2 2 5 4 5 3 6 2 1 4 3 2

4

6 1 5 5 4 6 6 1 2 3

2 1 4 6 3 45 6 5 23 1 2 4 3 4 5 2 16 1 1 2 6 4 5 53

6

4 3 2 5 1 6 3 5 6 1 3 4 2 1 3 6 5 2 4 4 5 2 1 6 3 5 2 3 4 1 6

6 4 3 1 5 2 3 2 6 Busque 5 4 las1respuestas en la página siguiente. 6 4 1 2 3 5 5 1 4 6 2 3 12.2021 selecciones 123 2 6 4 3 5 1 4 3 5 2 1 6 3 1 5 6 4 2 1 6 2 4 3 5 a5:3/R

c5:6/K

d3:6/R

a4:6/R

b1:6/R

b2:5/R

V9-Rc:-3

V10-Rd:-4

c6:1

b


1 2 2 2 JUEGOS MENTALES RESPUESTAS 2 2 2 1 3 1 2 3 1 2 3

Carpas y árboles

Números 8

1

9

5

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SIXY SUDOKU RESPUESTAS 5

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5 1 4 6 2 3 4 3 5 2 1 6 1 6 2 4 3 5

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enriquezca su

VOCABULARIO Algunos errores en la expresión se producen al usar una

preposición que no corresponde detrás de un verbo. Compruebe si conoce el significado de los siguientes términos y si sabe utilizarlos con las preposiciones correctas. Mirtha L. Rigoni 1. Oficiar. A. Dar validez oficial a lo que antes no lo tenía. B. Ofrecer algo formalmente. C. Actuar en calidad de algo.

esfuerzo. B. Traspasar un cuerpo. C. Mitigar, suavizar.

2. Contravenir. A. Obrar en contra de lo que se manda. B. Salir de un sitio repentinamente, irse. C. Estar en desacuerdo, oponerse.

8. Colegir. A. Señalar los errores, generalmente para dar una calificación. B. Coincidir en la misma posición frente a algo controvertido. C. Deducir algo o sacarlo como conclusión de otra cosa.

3. Vanagloriarse. A. Enorgullecerse por haber alcanzado una meta. B. Jactarse de algo. C. Alegrarse por algo insustancial o trivial.

9. Estribar. A. Trepar por una pendiente. B. Fundarse, apoyarse en algo. C. Cabalgar velozmente con los pies en los estribos.

4. Bregar. A. Nacer de la tierra. B. Forcejear, luchar. C. Restregar con fuerza una cosa con otra.

10. Abogar. A. Cavar profundizando. B. Imitar las acciones de otro procurando igualarlas. C. Defender, interceder.

5. Avenirse. A. Amoldarse o hallarse a gusto. B. Tiritar, temblar o estremecerse de frío. C. Desprenderse de algo que incomoda o molesta. 6. Disertar. A. Razonar, tratar detenidamente sobre alguna materia. B. Disentir de la conducta de alguien o de su punto de vista. C. Conversar animadamente. 7. Paliar. A. Levantar y mover la tierra con

¿LO DECIMOS BIEN? “El volumen de la información con la que nosotros contábamos rebasó la capacidad total de almacenamiento digital”. ¿Podemos usar “rebosó” en lugar de “rebasó”? O bien ¿es posible reemplazar este término por “rebozó”? 12.2021 selecciones

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Enriquezca su vocabulario

RESPUESTAS

1. Oficiar. C. Obrar con determinado carácter: “¿Ofició de mediador o de jurado?”. También, sin la preposición “de”, presidir una celebración litúrgica. 2. Contravenir. A. Obrar en contra de una ley. Antes se usaba seguido de “a”: “Contravenir a las normas establecidas”. Sin embargo, actualmente se recomienda omitir la preposición: “Ella contravino el reglamento”. 3. Vanagloriarse. B. Alabarse excesiva y presuntuosamente: “No deberíamos vanagloriarnos de nuestros logros”. Se usa también seguido de “por”. 4. Bregar. B. Reñir o forcejear una persona con otra, así como esforzarse o luchar con las dificultades para superarlas: “Bregaba con la escasez de personal calificado”. 5. Avenirse. A. Conformarse, o bien acceder a algo. Es importante que puedan avenirse a recibir asesoramiento y orientación” o “Es necesario que puedan avenirse con su propio pasado”. 6. Disertar. A. Tratar metódicamente sobre alguna materia, ya sea para exponerla o para refutar opiniones de otros: “Disertará sobre los procesos de negociación más exitosos”.

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7. Paliar. C. Hacer más soportable algo negativo, como el daño que provoca una enfermedad. Podemos paliar una cosa con otra; por ejemplo, una grave situación sanitaria con la donación de medicamentos. 8. Colegir. C. Inferir, deducir. “Su posición frente a estas cuestiones se puede colegir de los últimos párrafos del texto”. Otra preposición que puede usarse es “por”: “Es posible colegir por los antecedentes que…”. 9. Estribar. B. Apoyarse, basarse: “La solución estriba en crear condiciones de paz e igualdad”. También, descansar una cosa en otra sólida y firme. Y dicho sobre un jinete, calzar el pie en el estribo. 10. Abogar. C. Hablar a favor de alguien o de algo; defender en un juicio: abogar ante el juez, a favor de una persona, por algo o alguien.

RESPUESTA “Algo rebasó la capacidad…”, es decir, excedió el límite. “Rebasar” es también ‘adelantar o dejar atrás’. “Rebosar”, en cambio, significa ‘derramarse por encima de los bordes’: “El agua de la piscina rebosaba”. Y “rebozar” es ‘cubrir un alimento con harina o huevo’.

Puntuación 7 Bueno 8-9 Notable 10 Sobresaliente


TRIVIA Beth Shillibeer 1. ¿Cuál fue el primer villancico interpretado en el espacio en 1965?

8. ¿Quién fue el primer y único papa inglés?

2. Premios como un departamento de 1,4 millones de dólares en Hong Kong o una vaca se han ofrecido como incentivos por diversos gobiernos. ¿Para qué?

9. Vishwaraj Jadeja desea convertirse en el primer medallista indio de los Juegos Olímpicos de Invierno. ¿En qué deporte?

3. ¿Qué país sudamericano comienza a celebrar Navidad el 7 de diciembre con el Día de las velitas?

10. Un pequeño fragmento de tela del ala del primer avión de los hermanos Wright hizo otro vuelo histórico en 2021. ¿A dónde fue?

4. ¿De qué color eran las primeras zanahorias cultivadas?

6. Durante su trabajo en un santuario sintoísta de Japón, ¿con qué hizo amistad el buzo Hiroyuki Arakawa? 7. ¿Qué segmento de la población se espera que crezca ocho veces para 2050?

12. ¿Qué pintor realizó Le Bateau, antes de que se exhibiera al revés por accidente durante 47 días?

13.. Es probable que esta población haya explorado la Antártida 14. El gobierno francés mucho antes de que los propone dar a sus residentes exploradores rusos y briun cupón para tánicos clamaran ser los bicicletas eléctricas por 2.500 euros. ¿A cambio de primeros. ¿De quiénes se trata? qué lo daría?

Respuestas: 1. Jingle Bells. 2. Ponerse la vacuna contra la COVID-19. 3. Colombia. 4. Moradas. 5. Brillantina. 6. Un pez (Semicossyphus reticulatus). 7. Los centenarios. 8. Adriano IV (Nicolás Breakspeare). 9. Patinaje de velocidad.10. A Marte (en el helicóptero Ingenuity de la NASA). 11. Isaac Newton. 12. Henri Matisse. 13. Los maoríes. 14. Automóviles viejos e ineficientes.

foto: getty images

5. ¿Qué adorno brillante buscan prohibir algunos científicos debido a sus efectos nocivos para el medio ambiente y la piel?

11. ¿Quién es el famoso científico cuyo cumpleaños se suele celebrar el 25 de diciembre, aunque nació el 4 de enero?

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ilustración: miroslav barták

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