No existe ninguna razón ni mecánica, ni técnica, ni estética, ni de estilo o de comodidad, para construir una cruiser que no pueda trazar las curvas sin arrastrar las estriberas en la primera que nos encontremos. Tal vez sólo nos ha llevado a creer lo contrario la costumbre, precisamente uno de los significados de la palabra, custom, la misma que tiene tantas acepciones que tal vez, con la llegada de la Ducati Diavel, conviene revisar.
Modificar hábitos es algo que
ocurre con el paso del tiempo, no se consigue de la noche a la mañana. Y la Ducati Diavel, para aquellos que sobre una custom tradicional sufrimos mientras trazamos las curvas, es precisamente como el primer rayo de luz de la mañana. Un halo de esperanza en el sector que mejor está soportando el descenso en las ventas de motocicletas. Conviene pues matizar que denominar “custom” a la Ducati Diavel es francamente atrevido, no tanto porque no lo sea, y
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sí porque la primera imagen que nos llega desde el cerebro, no es precisamente el de una moto de nombre Ducati y apellido Diavel. Borgo Panigale, pequeña localidad junto a la bellísima ciudad italiana de Bolonia, siente la motocicleta con espíritu competitivo, al menos eso es lo que deja constancia su historia. En el número 212 de Biker Zone, el que corresponde al mes de marzo (el que lees ahora es el de mayo), nuestro colaborador Alan Cathcart probó a fondo la Ducati Diavel en la
presentación internacional, precisamente sobre suelo español, malagueño para más señas. Él nos contaba que desintegró sus botas de tanto que disfrutó inclinando en las curvas en el tramo entre Marbella y San Pedro de Alcántara, hasta llegar a la ciudad de Ronda. Y la moto que le dio tanta satisfacción fue una Ducati, ¿cómo no? y en concreto la Diavel, una igual a la que pudimos probar en la sierra madrileña. Partiendo desde San Lorenzo de El Escorial y tomando tramos de curvas de
buen asfalto, en su mayoría, en dirección a Ávila. El resultado no pudo ser más satisfactorio. Nos recordó, tal vez, a una moto que hubiera construido el mismísimo Roland Sands (y fue él uno de los colaboradores en su diseño), tan dado a aplicar los mejores componentes en suspensión y frenos a sus motos. Eso, pero con la contrastada experiencia de Ducati en la construcción de chasis, la habitual electrónica aplicada tanto a la seguridad como a las prestaciones (proveniente directamente de las competiciones) y la especial manera de comprender que no existen dos usuarios iguales y que la moto debe poder adaptarse a cada estilo de uso, a cada nivel de conducción y, si me apuras, a cada estado anímico.
Texto> Paulino Arroyo Fotos> Ducati España Indumentaria probador>Casco Craft RX6 Evo White (importador www.comof.es), pantalón, chaqueta y guantes Garibaldi (www.garibaldi.es)
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SETTINGS Su motor es un bicilíndrico, (en L como gusta decir a los ducatistas) con cuatro válvulas por cilindro, el denominado Testastretta de seis marchas refrigerado por líquido, que entrega 162 cv a 9.500 rpm con un par de 127,5 NM a 8.000 rpm. Sin llegar al extremo de complicarse la vida con reglajes de suspensiones o chasis, la Ducati permite la personalización de la entrega de la potencia, del ABS y del control de tracción. ¿Es eso posible en una custom...? Seamos sinceros, Ducati la ha denominado Cruiser Sport y me atrevo a decir que si alguien aplicó anteriormente el apellido Sport a una moto, sencillamente le dio a esa palabra un significado muy distinto. Se muestra estable, no, aún mejor, se muestra muy estable en cualquier momento, perdona el llegar algo rápido a la curva sin prever que ésta puede guardarnos algunas de las sorpresas habituales, grava, bache profundo, o sencillamente que se trate de una de esas que decide cerrarse de improviso siguiendo la caprichosa orografía de las carreteras de montaña. En definitiva es una imponente motocicleta para los
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que, como yo, gustan del disfrute de rodar despacio, confiado y seguro sabiendo que cualquier incidente que nos encontremos será salvado no sólo por la experiencia en la conducción sino también con la ayuda, inestimable de la geometría, el reparto de pesos, la agilidad de reflejos
y la electrónica (ABS y control de tracción). Pero además, si el tramo por el que circulamos invita a rodar un poco más rápido, podremos dejarnos llevar por el momento y disfrutar de sensaciones más propias de motocicletas con
estética naked, de grandes motores, generosa potencia y par. Y todo ello cómodamente sentado como corresponde a una custom que se precie, con las estriberas en su lugar, un asiento a baja al-
tura, 770 mm, un largo de 1.590 mm y un neumático trasero de 240 y lo que parece pura magia, sólo 210 kg en seco. Cifras que, sin el ADN de Ducati que corre por sus venas, implicarían una conducción mucho más al uso... de una custom al uso. Si estás
interesado en adquirir una power cruiser (o una macho bike como se denominó en su día a la V-Max y a tantas otras custom potentes), tal vez seas el cliente potencial de una de esas motocicletas que aceleran endiabladamente en línea recta. Pero la Diavel es otra cosa (la Diavel llega de 0 a 100 km en 2,6 segundos), y además con esta Ducati no debes frenar al límite para superar la primera curva sin dejar en ella las estriberas, es francamente agradable de conducir, lo que no quiere decir que sea suave, ni ramplona, sencillamente se adapta a ti, frena y acelera con muchísima decisión, es tremendamente segura y estable. La Cruiser es definitiva si sobre una moto buscas algo más que un paseo por la ciudad, un plácido viaje solo o con tu pareja y te gusta trazar las curvas con decisión y sentir un sonido embriagador..., no hablamos ya si eliges equiparla con los escapes Termignoni... El precio de la versión básica –con ABS y control de tracción y tres modos de conducción, pero sin los escapes antes mencionadoses de 16.995 €.
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