La moto que
Ron Finch
nunca construy贸
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Börje Hurtig, de Suecia, nunca había tenido contacto con el mundo de las dos ruedas, pero es un gran admirador de todo tipo de formas de arte, desde la pintura a la escultura pasando por las motos custom. Su constructor favorito es el legendario Ron Finch. Börje decidió crear su propia moto de tributo a Finch, pero con un resultado aún más curioso y extravagante que cualquiera de las motos de Ron.
Texto> Charley Charles Fotos> Siwer Ohlsson
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La gente se quedó boquiabierta cuando el
diseñador Börje Hurtig, el constructor Joakim Moser y el pintor Bosse Jensen llevaron la Flower Bike al Norrtälje Custom Bike Show. ¿Un mal viaje de LSD? No, aunque la moto debe muchas de las ideas de su diseño a los locos años 60. Habíamos oído muchos rumores acerca del proyecto durante la primavera, pero nada podía prepararnos para ver semejante cosa en la realidad. Yo no pude evitar exclamar: “¡Joder, tíos, os habéis vuelto locos de remate!”. Joakim Moser, del pequeño taller custom J.E.S. de Kungsör, que está a una hora al oeste de Estocolmo, recuerda cómo empezó el proyecto hace un par de años: “Este tipo, Börje, entró en nuestro taller con un bastidor chopper de una Kawasaki 550 que había construido él mismo y quería que le realizasen algunas modificaciones. Pero le aconsejamos que no lo utilizase y le ofrecimos construir uno mejor, algo que mereciese la pena sacar a la calle” (se ríe).
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Börje les habló a Joakim y a su socio Fredrik Boström de su admiración por las ideas atrevidas de Ron Finch y pronto los tres hombres se vieron buscando ideas nuevas y trazando esbozos en lápiz. “Estuvimos de acuerdo en que debía ser algo totalmente ‘libre’ y de diseño radical, sin nada de actitud ‘biker’, de la que ya tenemos de sobras hoy en día. Nos lo pasamos muy bien en la tormenta de ideas. No creo que me haya reído tanto jamás”, dice Joakim (y por algún motivo le creemos). Nunca dudaron que sería una moto de esas que la gente ama u odia, nos cuenta Joakim. “¡Pero nos importa un bledo si la gente se ríe ‘con’ nosotros o ‘de’ nosotros!”. Ron Finch, afincado en la Ciudad del Motor de Detroit (Michigan) es una leyenda de este negocio desde los alegres 60. Conoció su mayor audiencia al competir contra Jesse Rooke en el programa Biker Build-Off de Discovery Channel. Börje Hurtig era uno de sus seguidores y está totalmente de acuerdo con la filosofía de Ron en cuanto al diseño de motos.
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“Es fácil crear algo agradable con líneas fluidas y bellas. Demasiado fácil. Resulta mucho más interesante cuando empiezas a exagerar las cosas por aquí y por allá, haciendo algo excesivamente largo o grueso y aún así lograr que la moto tenga buen aspecto. Mi objetivo era crear el tipo de moto que los hippies habrían construido en los años 60 si hubiesen tenido el conocimiento y la maquinaria adecuados”. Puede que Ron Finch esté básicamente centrado en las V-twin, como todo el mundo en este negocio, pero el bicilíndrico en V nunca fue una opción para Börje Hurtgig. “En serio, ¡esos motores Harley son tan feos! Nunca conseguirás el aspecto adecuado con ese cilindro trasero elevado que destroza la fluidez”.
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Siempre se puede debatir si la moto queda bien con un depósito de gasolina realizado a base de globos redondos de cristal con tapones que imitan los de las botellas del vodka Absolut, pero para estos tipos no hay cosas correctas o incorrectas. Las botellas-depósito aún no están conectadas y el asiento cumple ahora la función de tanque de combustible. Joakim nos lo cuenta:
“No queríamos arriesgarnos a conectar los globos de cristal antes del Custom Bike Show. Ya había bastante trabajo que hacer y teníamos miedo de acabar con problemas de fugas”. El bastidor se construyó usando 25 o 30 metros de tubo de acero de pequeño diámetro enroscado para dar la sensación de que no hay líneas simétricas en ninguna parte. La batería y el resto del sistema eléctrico queda oculto en la caja de cobre frontal, realizada a mano en J.E.S. Durante el proceso de construcción, el pintor Bosse Jensen fue un visitante habitual del taller y pronto se ofreció a realizar él mismo la pintura. Börje agradeció contar con un auténtico profesional para la tarea, pero a la vez tenía muy claro que el acabado debía ser tal como él lo había imaginado. “Me gustan esos colores estilo años 60. O más bien cómo se usaban entonces. Todo se volvió aburrido en los 70 y ha seguido así desde entonces”.
El equipo tuvo terminada la Flower Bike justo a tiempo para el Norrtälje Custom Bike Show donde (por supuesto), fue la favorita del público. Una gran multitud se reunió alrededor de esta extraña Kawa 550 a lo largo del día. Muchos preguntaban por la capacidad de la moto para rodar por carretera, aunque la pregunta más habitual a Börje y el resto de los chicos fue qué tipo de hierba o ácido habían usado como principal fuente de inspiración. Los más atrevidos, les soltaban: “Por favor, ¿puedes pasarme el número de tu camello?”. “Pero, más que nada, parece que la moto hace sonreír y reír a todo el mundo, desde niños pequeños a bikers grandotes y duros y señoras mayores. Eso me encanta. Se pueden decir muchas cosas sobre la Flower Bike, pero lo principal es que hace feliz a la gente”.
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