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Texto> Paulino Arroyo Fotos> Kike Mayor Agradecimientos expresos a H-D Capital por confiarnos esta motocicleta.
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Cuando recibimos las fechas de la presenta-
ción a la prensa (somos unos privilegiados ya lo sé) de los modelos H-D de 2012, pensamos: ¡no podemos hacer esperar a nuestros lectores, algunos de ellos seguramente compradores de esta H-D, hasta el número de Noviembre! Por ese motivo estamos aún en el mes de Septiembre, a finales, y ya podemos comentar cuál es su funcionamiento. De hecho, el privilegio
es mutuo. Me explico. Esta unidad la hemos pedido a H-D Capital en Madrid (gracias Jesús) y se trata de un modelo de los denominados “Demo”, aquellos destinados a dar a conocer a los propietarios y futuros usuarios de H-D las novedades del próximo año. Cualquiera de vosotros puede dirigirse a su concesionario de confianza, pedir día y hora, y descubrir por sí mismo lo que ahora os contamos.
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6 MARCHAS 6 Desde la Calle Agustín de Foxa, 27 hasta la ronda más cercana (las famosas “M” que rodean la ciudad de Madrid), hay escasamente 20 segundos. Suficientes para descubrir que esta Dyna encierra muchas sorpresas. La primera de ellas es la extrema suavidad de su motor, pero lleno de carácter. El 103 pulgadas cúbicas, casi 1.700 cc dotado de inyección de gasolina es dulce rodando bajo de vueltas, como corresponde al estar aún en rodaje, pero ¿por qué vibra? Sencillamente, he olvidado que su caja de cambios es de seis relaciones y estoy rodando por encima de los 120 km/h en quinta. Cojo el embrague y ¡sorpresa! el esfuerzo para accionarlo es mínimo, dosificable y suave, aunque sin posibilidad de
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hacerlo sólo con dos dedos, pues su recorrido se inicia junto al puño, algo que hay que tener en cuenta en las paradas. Acompaño hacia arriba la palanca del pie izquierdo, aún apoyado sobre la plataforma (no dispone de palanca doble, para cambiar pisando hacia abajo) y la sexta queda engranada con total naturalidad. Las vueltas bajan automáticamente y el ronroneo del motor es apenas perceptible. A mi mente llegan los recuerdos de modelos anteriores y resulta francamente increíble cómo han mejorado las H-D en el transcurso de pocos años. El escalonamiento es muy correcto, por lo que igual ruedas a baja velocidad rodeado de tráfico denso, sin
tirones ni ahogos, que surcas la autovía a 140 km/h en sexta relación y con el motor siempre esperando incluso en darte más, aunque de modo muy lineal. Hay que decir que detrás de su pantalla, hasta 120 km/h el aislamiento es bastante correcto, al menos para mi que supero por muy poco el metro y setenta centímetros. Con mi altura no me veo obligado a mirar a través de ella, pues la atención hay que fijarla algo más lejos, y su protección no
aporta rebufos desagradables ni vacíos que te empujen hacia delante. En definitiva: no te aísla de la conducción. He buscado el motivo por el cual es tan intuitiva en la entrada de las curvas, y sobre todo en la salida de las mismas, y creo haberlo encontrado. Consiste en la mejora de la rigidez del chasis, algo por lo que los usuarios europeos han suspirado durante años y que ahora es algo común entre las Touring y también en esta Dyna. Tal vez no al nivel de aquellas, el peso de este modelo es considerablemente inferior, pero sí que se nota un trabajo en ese sentido. Por cierto, tanto la pantalla como ambas maletas laterales se retiran en segundos, lo que transforma
una moto Touring en un modelo 100% ciudadano, apto para todos los usos. El secreto está en el sistema de anclaje rápido de accesorios, y entre la amplia gama de productos existente, se encuentra también una parrilla y un respaldo para el pasajero. No hay excusa para nuestra/o acompañante. Si observamos el frontal de esta nueva Dyna para 2012 (el gran faro y los forros de la horquilla) nos recuerda mucho al de las ruteras Road King, verdaderas reinas de la carretera, pero con un aspecto menos masivo, de apariencia más ágil. Ese es su cometido dentro de la gama, ofrecer la comodidad de marcha y capacidad de carga de una Touring, pero
con el chasis Dyna, de doble amortiguador trasero. Sin duda, un salto adelante. El motor es el Twin Cam de 103 pulgadas cúbicas que tantos elogios atesora desde su existencia, tanto por su buen funcionamiento como por el consumo contenido de combustible, ausencia de vibraciones y total fiabilidad. En marcha, superados los primeros kilómetros, descubres que todo se encuentra en su lugar, por lo que el periodo de adaptación es nulo. Los intermitentes tiene la peculiaridad de encontrarse en ambas piñas de conmutadores, retirándose en el mismo pulsador en el que se activan, pero por lo demás todo resulta extremadamente fácil (y yo no tengo una H-D para, de buenas a primeras, encontrarme a
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gusto sobre una de ellas). Tal vez la frenada, un hecho acentuado en esta unidad por los escasos kilómetros presentes en su marcador (discos y pastillas impolutos), no resulta tan contundente como cabría esperar. Bastará probarla dentro de varios miles de kilómetros para poder juzgarla mejor. Pero el solitario disco de freno delantero no parece capaz de detenerla dentro del margen que dicta nuestra experiencia con otros modelos y eso a pesar de disponer de pinza de cuatro pistones. Aunque bien pensado… gracias a la presencia de un único disco de freno, queda a la vista la bella llanta de fundición de aluminio de cinco palos pintados en negro, de apariencia muy ligera. No se puede tener todo. En cambio el freno trasero, un disco flotante mordido por pinza de dos pistones, será nuestro fiel aliado, sobre todo en conducción a dúo. TAMAÑO Y PRECIO La Dyna Switchback tiene unas dimensiones contenidas, algo habitual en la familia y que contrasta incluso con las sensaciones más pesadas y menos maniobrables de motos similares de otras marcas. Ello se debe a su longitud, sólo 2.360 mm, a su lanzamiento (nada exagerado) de 29,9º y al avance de 148 mm. La distancia entre ejes también contribuye a la disponibilidad para girar en poco espacio, pues es de 1.595 mm. Por cierto moverla en el garaje es sumamente fácil con ambos pies apoyados en el suelo pues la altura del asiento se queda en unos moderados, 63,3 mm. Tras llegar a redacción y ponerme a escribir sobre ella, busqué en el flanco del neumático delantero la medida de este y al leer las cifras 130/70-18” casi no podía creerlo. Parece mentira que un 130 mm delantero ofrezca seme-
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jante cúmulo de sensaciones positivas. El trasero es un 160/70-17”, medida que favorece la maniobrabilidad, muy alejado de los excesos de otros modelos, por lo que, de nuevo, la agilidad se ve recompensada. Los 330 kg en orden de marcha, desaparecen como por arte de magia a los pocos metros de soltar el embrague en primera velocidad. Los 17,8 litros de capacidad del depósito de combustible permiten una autonomía que supera los 250 km, al menos es lo que valoramos, si el consumo en ciclo combinado ciudad/carretera, es de 5,6 litros cada 100 km, aunque eso depende más del estilo de conducción de cada uno, de si se viaja solo o acompañado, con o sin equipaje, con viento lateral o frontal… en definitiva que más de 200 km de autonomía ya resulta una cifra muy adecuada para una moto de estas características. Y puesto que consumo y prestaciones van muy ligados, basta con mencionar su par motor que es de 126 Nm a 3.500 rpm, entregados con una suavidad que tal vez defraudará a los incondicionales de la marca Harley-Davidson, pero que será muy de agradecer para jóvenes usuarios provenientes de otras marcas, acostumbrados a motocicletas más eléctricas en su entrega de potencia. Por cierto… puse a prueba, sin conocer su existencia en este modelo, el sistema de frenado ABS y resulta absolutamente satisfactorio (es opcional en la Switchback pero siempre recomendable en cualquier moto). El precio de la Dyna es de 18.370 € en rojo burdeos o negro, al que habría que sumar algunos extras, pues nadie desea ser propietario de una H-D de estricta serie: ¡hay que cumplir aquello de, “no hay dos Harley iguales”!